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La Teoría del Tiempo de Pantalla, o cómo las pantallas están

matando el bienestar de los niños y adolescentes.


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ninos-y-adolescentes/
November 18, 2018

Estamos en una época de


grandes contradicciones.
Tenemos a nuestro alcance
multitud de distracciones,
recursos y actividades de ocio,
pero esto no necesariamente se
está traduciendo en mayores
niveles de bienestar y calidad de
vida de las personas. La
satisfacción y la sensación de
bienestar se relaciona con el
tiempo de calidad que invertimos
en actividades que nos lo
provocan, como el deporte, la
socialización con nuestros vínculos
más cercanos, actividades fuera de Extraída de https://www.redbubble.com

casa o actividades individuales


como leer un libro o ver una buena
película/serie. Esto se está viendo en los hábitos de la población, y más
concretamente, en los hábitos de los adolescentes y niños, cuyos niveles han
bajado en los últimos años y los niveles de ansiedad y depresión han
aumentado, coincidiendo con un aumento exponencial de las horas que
concurren enfrente de una pantalla (de ordenador, de los móviles (smartphones),
televisión, tablets y similiares). Así, se calcula que el 69% de los adultos y el 78 % de
los adolescentes miran al menos una vez cada hora su teléfono móvil, resultando
verdaderas máquinas tragaperras en miniaturas para la mayoría de las personas,
cuyo desbloqueo de pantalla supone por apostar por una recompensa en forma de
notificación y/o contacto en red social, y con la consecuencia de volvernos cada vez
más tolerantes a su uso, con necesidad de uso cada vez mayor. Consecuencias que
han hecho a muchos investigadores preguntarse el impacto real que tiene para
la salud psicológica de los menores, y si esto puede correlacionarse directamente
con estas disminuciones en autoestima, satisfacción y calidad en sus hábitos y
relaciones. A este tipo de investigaciones se les ha apodado “Screen time”, por el
que tiempo que pasamos enfrente de una pantalla

Una serie de investigaciones lideradas por Jean Twenge y sus colaboradores han
explorado los hábitos de bienestar y estilos de vida en jóvenes desde la década
de los 60 hasta la actualidad (concretamente, en niños en cursos entre octavo y
décimo grado – equivalente a los cursos de segundo y cuarto de la ESO) y

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descubrieron que los mayores niveles de bienestar se daba en la década de los
2000, resultados que se extendían hasta los últimos años. Curiosamente, los niveles
de bienestar empezaban a disminuir a partir del año 2012, año en el que
comienzan a descender progresivamente cada año (y que coincide con la
introducción de los smartphones en la población de manera masiva) y con tendencia
a la baja hasta 2016, año en el que finaliza el estudio.

Los resultados se observan en todas las variables evaluadas: autoestima,


satisfacción en la vida, niveles de felicidad y satisfacción en otros niveles
individuales como estudios, rendimiento en las tareas o calidad en las
relaciones. No sólo eso. A partir de ese año, los niveles de ansiedad y depresión en
esta población aumentan progresivamente. Interesados por las causas o variables
que pudieran estar detrás de los resultados, se fijaron en el uso de las nuevas
tecnologías y las horas que dedicaban a ellas, a la vez que evaluaban el nivel de
satisfacción con otro tipo de actividades fuera de las actividades online. Se encontraba
como efectivamente, a más horas de utilización, mayor eran los niveles de
insatisfacción, con respecto a los jóvenes que restringían su uso a dos horas al
día como máximo. Esto a su vez iba junto a una disminución de las horas dedicadas
a hacer deporte, actividades al aire libre, actividades de socialización con los demás,
utilización de otros medios de comunicación impresos (libros, periódicos…) e incluso
con una disminución notable en la realización de las tareas estudiantiles y de la vida
cotidiana.

Siguiendo esta misma línea de investigación, los mismos autores encontraron que
la utilización de más de una hora de este tipo de dispositivos tenían efectos en
el bienestar de los jóvenes (con edades comprendidas entre los 2 y los 17 años), con
efectos significativos en niveles de ansiedad y depresión, menores niveles de
curiosidad, menor calidad en las amistades, mayor capacidad para la distracción, la
estabilidad emocional y las horas que dedicaban a realizar las tareas. Los
investigadores ponían como punto de corte una hora frente a la pantalla ; a partir
de ahí, las probabilidades eran mayores en las variables estudiadas, siendo el doble
de probabilidades de tener algún problema psicológico cuando pasaban seis o
siete horas.

Aunque los resultados de estas investigaciones deben interpretarse con


precaución, puesto que no están diciendo que el tiempo enfrente de la pantalla crea
insatisfacción, más bien que hay una asociación correlativa a tener en cuenta entre el
tiempo que pasan los jóvenes y sus niveles de satisfacción generales. Un punto del
que reflexionar padres, educadores y la sociedad en general, con suficientes
iniciativas educativas para promover un uso responsable de las nuevas
tecnologías, no sólo basado en instrucciones sino en la capacidad de incentivar la
toma de decisiones en los adolescentes y niños para hacer más actividades fuera del
contexto online y favorecer unos modelos adultos que hagan también un uso
responsable de las mismas y que incentiven valores individuales como el autocontrol,
la curiosidad y la creatividad.

Una reflexión para diversificar la vida y las actividades de todos y poder dedicar
el tiempo adecuado a cada actividad, siendo la clave la conexión con nuestro
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entorno y no al revés.

Escrito por David Blanco Castañeda

Fuentes: Psychology Today, BPS Research Digest, Reader`s Digest Canada.

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