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Didáctica del preescolar: horizonte vocacional y alternativa para enfrentar las

dificultades del aprendizaje


¿Por qué realizar este plan de estudios?
La noción de microcontexto educativo me permite pensar la pedagogía en términos
críticos, es decir, en una enseñanza que no parta de postulados teóricos sino de las realidades
educativas. Las dificultades del sujeto reflejadas en el aula pueden ser abordadas con métodos
que arranquen por el sujeto de facto, intervenido en el devenir del encuentro pedagógico
mediante una praxis constructiva.
Esta propuesta no se queda en la mera enseñanza de saberes, se sitúa más allá y busca la
formación del sujeto que se proyecta vocacionalmente incluso desde la infancia temprana,
sin descuidar las problemáticas sociales propias de las dinámicas de los microcontextos. De
esta manera creo que es posible abordar in situ ciertas novedades de la contemporaneidad,
entendidas como dificultades del aprendizaje mediante las estrategias de promoción,
prevención e intervención que propone la psicopedagogía en su plan de estudios.
Justificación de la propuesta
Las dinámicas propias de los microcontextos educativos en que me desenvuelvo como
docente, exhiben una novedad propia de la contemporaneidad, una primicia a la que llamo:
proliferación de niños con dificultades del aprendizaje. Reconocer estas nuevas dinámicas
implica la búsqueda inmediata de didácticas pertinentes.
Las apuestas didácticas que busco, como dije arriba, no pretenden arrancar con la
imposición de un constructo teorético sino que remiten a la praxis subjetiva. Un ejemplo
empírico que se puede asumir como punto de partida, son los juegos de roles que asumen los
niños todo el tiempo, estos dicen querer ser astronautas, futbolistas, taxistas, vendedores,
policías, panaderos, estilistas, hasta camioneros; lo manifiestan inmersos en sentimientos que
evocan férreas identificaciones con figuras cercanas a la familia, la escuela o la televisión.
Lo anterior me cuestiona grandemente en términos de buscar una intervención didáctica
no reducida simplemente a un diagnostico teórico que, estandariza los niños como enfermos
bajo el rotulo de las novísimas patologías contemporáneas. Hoy todos nuestros chicos, tienen
necesidades educativas especiales; son hiperactivos, hiperquinèticos, ansiosos, y otra
cantidad de diagnósticos asignados para explicar que, como no se quedan quietos,
silenciosos, juiciosos y constantemente se levantan de su puesto lo más seguro es que padecen
alguna patología y deben ser remitimos al especialista quien sugerirá al profesor la correcta
forma de trabajar con ellos.
Considero por el contrario que, cada niño desde sus particularísimas historias de vida,
comporta experiencias aprovechables en el engranaje didáctico; el problema que enfrento, es
saber cómo vincular aquellas potencialidades a las dimensiones del desarrollo ancladas a la
psicopedagogía.
Mi lectura del microcontexto educativo actual, advierte la necesidad de construir procesos
educativos con base en aquello que interese a los niños y redunde en el mañana.
Las actividades cotidianas del preescolar no pueden estar constreñidas a la rigidez de una
malla curricular, deben estimular las semillitas que van a dar fruto, algo posible sólo si se
entiende la formación como un proceso integral que interpela al niño desde didácticas
empíricas e involucra disciplinas transversales como la psicología (no desde la teoría hacia
al niño, sino desde el niño hacia la teoría). Todo esto es pensado con el ánimo de acertar en
las praxis posibilitadoras de un desarrollo que abarque la esfera cognitiva, emocional y social.
Independientemente de la gran diferencia que existe entre oficio y profesión, los niños
sueñan con ser “alguien en la vida”, se percibe en el contacto con el juego, lo manifiestan, lo
sueñan, lo expresan. Sin embargo, las didácticas que apuntan a resultados y productos
inmediatos cuantificables, terminan por descuidar los procesos que proyectan al sujeto
vocacionalmente mediante el estímulo de sus potencialidades.
La propuesta y su pertinencia
Mi propuesta formativa se centra en explotar las potencialidades del sujeto sin desligarlo
de su historia y circulo de relaciones. Esto me permitiría asumir criterios pedagógicos que
arranquen del propio educando y aprovechar el mundo de la vida que y lo circunda arrastra
en la forma del deseo y fantasía. Sin oprimirlos en los acartonamiento de la imposición
teórica que no sólo aburre y cansa sino que castra y cercena la comprensión previa en la que
ya viven de alguna manera.
Los niños viven en una mediana comprensión de sí mismos y de su entorno. El
comprender del sujeto que cursa preescolar se traduce en la forma como se relaciona con su
propio cuerpo y con los demás fenómenos que lo circundan. Todo este bagaje histórico del
menor puede ser entendido como fuerza y potencia modeladora de la sociedad, si se sabe
promover y alimentar in situ con praxis creativas.
Los contenidos formales que se imponen burocráticamente desconocen la energía que se
gesta en el sujeto que habita: en, con y para el mundo. Estar de espaldas al menor con lleva
el pago de un alto precio, se paga con el olvido de aquello que con tanta pasión constituía
una comprensión de mundo cargada de realidades culturales abiertas a ser modeladas y
proyectadas por un docente avisado de aquel potencial energético.
El sujeto que clama por ser tenido como el verdadero contenido en las relaciones
dialécticas de transformación de mundo, es anulado por perspectivas específicas que no
permiten aperturas entre el yo y el tú. El niño interpelado por la cultura y la cultura interpelada
por el niño, ambos abiertos a disponer sus capacidades, son la única fuente de realización de
cambios y transformaciones sociales.
Impacto en la comunidad
Explorar en, con y para el sujeto un horizonte vocacional desde el preescolar, prevendría
la deserción escolar incluso a nivel universitario, ampliaría los márgenes de rendimiento
académico y ayudaría a la consecución de mejores Pruebas Saber.
Según informe de Secretaría de Educación de Medellín no obstante los altos índices de
escolaridad, todavía alrededor de 71.000 niños se encuentran en situación de vulneración de
sus derechos fundamentales. La población infantil vulnerada por situaciones de maltrato,
violencia sexual, explotación laboral etc, se vincula a la escuela con el rotulo sujeto con
problemas de aprendizaje sin posibilidad de ser atendido desde su individualidad como
potencia de transformación social.

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