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FACULTAD DE ODONTOLOGIA
Nº 13.
A veces el joven cree saber que la historia es algo más que eso, que incluso
puede ser algo "distraído", para pasar el rato; tal vez ha leído en revistas o visto en
la televisión relatos de las intrigas cortesanas de hace tres siglos, o los amores
secretos de algún estadista, o bien la horrible matanza a que se entregan cristianos y
musulmanes en cualquier momento o lugar, ya sea Calatañazor, Poitiers o Lepanto.
Hay también un terreno fronterizo, el de la historia "novelada", en que el relato
fragmentario de hechos del pasado se engarza en creaciones de fantasía. Al fin y a.
la postre, el joven, que va encontrarse todo en el nombre de "historia", acabará
preguntándose: "Pero..... si esto es la historia, Para qué sirve?".
Nada más legítimo que ese planteamiento, porque durante mucho tiempo se ha
entendido que la historia era el simple relato de los hechos del pasado. Pero, poco a
poco, fue posible darse cuenta de que los hechos se referían a la vida del hombre en
sociedad; que unos parecían más importantes que otros; y se pensó que no era
producto del azar, que tenia una causa. Y así empezó el hombre a interrogarse por el
pasado.
2. HISTORIA DE LA HISTORIA
Hace más de dos mil años, en la Grecia clásica, hubo quien vid que la historia
podía ser más que un relato. Tucidides dijo que, para ver claro en los
acontecimientos pasados y en los venideros, se observarán sus similitudes y
analogías, y entonces su conocimiento sería de utilidad. En su tiempo (Siglo V A.C.),
Herodoto, que historió las guerras médicas, no pasó del relato, y creía que los dioses
tenían en sus manos el curso de la historia. Pero, tres siglos más tarde Polibio,
escribe después de que Grecia ha sido conquistada por los romanos, quiere "contar
los hechos según la verdad"; empeño tan loable como difícil, y que, sin medios de
ningún género (sin archivos ni repertorios, ni bibliotecas especializadas, ni técnicas
de transmisión), quedará durante siglos en el capítulo de los buenos deseos. Si
Polibio tuvo ya la idea de los grandes siglos históricos, nada avanzó esta rama del
saber durante la hegemonía romana, y la famosa Guerra de las Galias escrita por
Julio César no pasa de ser unas memorias que, por añadiduras, no siempre se
ajustan a la verdad de los hechos acaecidos.
La larga noche del lento desmoronamiento de la Antigüedad, del tortear de
los hombres para reorganizar el cultivo de los campos y el poder de los caballeros
croo la transmisión cultural se refugia en los monasterios, no permite sine es...e-efes
anotaciones de lo que se creen hechos relevantes, los Anales, o vidas mas o menos
ejemplares de quienes representan los aparatos ideológicos y coactivos de aquel
primitivo tejido social: guerreros y prelados.
Tuvo que llegar Voltaire (1694 - 1778) para que la historia rompiese con el
relato: con su obra El siglo de Luis XIV se do un primer paso para sustituir el relato
por la explicación de tos hechos. Une centuria después el ya citado Michelet
introduce, por primera vez, al pueblo como protagonista de la historia. Pero al
mismo tiempo son los alemanes, y muy especialmente Leopold Von Ranke (1795 -
1886), quienes aportan el rigor erudito y el conocimiento crítico de las fuentes de la
historia.
Por ejemplo, tuvieron que pasar 20 años para conocer los horrores del proceso
de "la Mano Negra en Andalucía«, presentada en 1883 por los aparatos de estado y
por los cronistas (muchos de buena fe, como el progresista Leopoldo Alas Clarín)
como una gigantesca sociedad de malhechores que hacían peligrar a la totalidad del
país.
Escribir la historia era tomar la pluma y ponerse a contar, con más o menos
estilo y fuerza persuasora. Hoy en día, decir "así se escribe la historia" se refiere a la
empresa, tan compleja como apasionante, a que se entrega el historiador.
“Ciudades hanseáticas: •Hansa era una asociación o liga que reunía a gremios de
mercaderes diferentes ciudades. Liga Hanseática y ciudades hanseáticas por excelencia fueron
llamadas las de Alemania del Norte que dominaron el comercio en los mares del Norte y
Báltico en los siglos XIII al XV. Su origen fue "IG comunidad de mercaderes alemanes que
frecuentaban &afluid", fundada en Lubeck en 1161.
Pertrechado con tales instrumentos, el historiador se lanza a la busca y Captura
de la materia prima, de las fuentes: documentos, testimonios, objetos diversos (desde
piedras hasta monedas), reproducciones plásticas, fotografías y un largo etcétera. La
recolección de esas fuentes será larga y prolija; luego vendrá la crítica, que deberá
ejercerse con rigor, para no caer en trampa alguna. Y, una vez colectadas las fuentes y
hecho su repertorio, serán clasificadas conforme a un plan establecido y se pasará a su
'explotación"; el historiador interrogo a los fuentes utilizando ciertas técnicas (por
ejemplo, de un censo obtiene una clasificación socio-profesional, que tal vez tenga que
completar con documentos fiscales de Hacienda; o compara un resultado electoral con
la implantación y el número de afiliados de loe diversos partidos o de sindicatos afines
en lo circunscripción.
Ya lo hemos dicho: como toda obra de creación, la historia parte de una materia
prima, que el historiador trabaja con sus propias herramientas. Eso materia prima
suele llamarse fuentes. Podríamos definir como tales todo documento, testimonio o
simple objeto que, sin haber sufrido ninguna reelaboración, sirve para transmitir un
conocimiento total o pardal de hechos pasados. La definición es muy amplia, porque
el historiador puede y debe echar 'mano de cuanto represente un mensaje de otras
épocas.
En cuanto a los te> tos literarios, son fuentes de manera, fragmentaria por su
valor testimonial, o por la descripción de un ambiente. Así sucede cuando Sender
describe la derrota de Annual (1921) en su novela Imán; o Galdós, los fusilamientos
de los sargentos del cuartel de San Gil en sus Episodios; o con la novela El fuego de
Barbusse, testimonio fundamental de la guerra de trincheras en 1914 - 1918, o en
Les Rougon - Mocquart, en la que E. Zola reconstruye el ambiente de la burguesía
financiera francesa durante el Segundo Imperio. Siglos atrás el Poema del Cid es, al
mismo tiempo, un monumento literario y una fuente histórica, pese o sus
imperfecciones.
Sin embargo, hay que tener mucho cuidado en distinguir lo que es fuente de la
historia y lo que es bibliografía: el libro de historio de materia ya elaborada a partir
de fuentes, directas o indirectas: este último texto ya no es fuente, sino un libro de
historia.
Las fuentes no lo dan todo hecho, sino que tienen que ser interrogadas, Cuando
se trata de tiempos muy alejados de nosotros, todo comienza por asegurarse de la
autenticidad de los documentos y de su verdadera fecha. El examen paleográfico y
lingüístico del texto, la identificación de las instituciones o acontecimientos a que
pueda referirse, son otras tantas pistas de identificación. Dicho de otro modo -como
recordaba Marc Bloch-: todo dato o documento que se encuentre hay que insertarlo
en una serie de cronológica y en un conjunto sincrónico; en una especie de "rejilla"
en la que, tomando puntos de referencia y de comparación., se, podrá tener una
idea de su autenticidad y su veracidad. Evidentemente, a medida que se trata de
siglos más cercanos a nosotros, el cotejo de distintas fuentes (documentos,
memorias, cartas, prensa, etc.) sobre un mismo asunto es altamente recomendable.
Así, pongamos por caso, es casi imprescindible utilizar dos o tres colecciones de
periódicos de opuesta significación política y algunos de tipo intermedio. Sin
embargo, el rigor crítico no puede detenerse ahí; por ejemplo, si se trata de
Memorias y testimonios hay que saber cuándo se han escrito o dicho, o con qué fin,
cuál era la mentalidad de su autor, el tiempo transcurrido desde que acaecieron los
hechos relatados, etc.