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La pobreza y la exclusión siguen siendo desmedidas, como muestra el cuadro 1. Aunque desde los
90 la pobreza se ha reducido en términos porcentuales como resultado del cese de la inestabilidad
política, lo cierto es que en cifras absolutas el número de pobres ha aumentado. En cualquier caso,
la incidencia de la pobreza es alta en la mayoría de los países, con la excepción de Costa Rica y
Panamá. En Guatemala, Honduras y Nicaragua, la pobreza se aproxima o incluso supera los dos
tercios de la población, lo que implica más que el promedio latinoamericano (35,1% en 2007).
Asimismo, salvo en Costa Rica, las brechas entre pobreza rural y pobreza urbana son evidentes. En
el caso de El Salvador, es importante destacar el esfuerzo que permitió reducir sostenidamente la
pobreza, a lo cual contribuyeron de manera significativa las remesas.
La segunda estrategia en la que descansa el alba, de la que aquí nos ocupamos con más detalle, se
orienta a utilizar el petróleo como instrumento de política exterior. La firma del Acuerdo
Energético de Caracas en 2001, la creación de Petrocaribe en 2005 y el proyecto de crear un Cono
Energético Sudamericano presentado en la Cumbre del Mercosur de junio de 2005 sentaron las
bases para crear nuevos escenarios para la cooperación e integración regional.
La creación de una cesta de productos y servicios locales de los países miembros que sirva como
instrumento de compensación para el pago de la factura petrolera ha permitido que cada vez más
naciones se incorporen a Petrocaribe. Con el ingreso de Honduras y Guatemala, más la solicitud
formal de Costa Rica, Petrocaribe queda integrado por 19 países: Antigua y Barbuda, Bahamas,
Belice, Costa Rica, Cuba, Dominica, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica,
Nicaragua, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las
Granadinas, Surinam y Venezuela.
En este marco, Petrocaribe se ha convertido en una de las mayores fuentes de cooperación para
Centroamérica y el Caribe. Muchos de los temores que generaba la iniciativa se vinculaban a la
percepción de que la adhesión implicaría un compromiso con el proyecto político ideológico
promovido por sus fundadores. Sin embargo, se ha podido observar que, en el caso de algunos
países, la adhesión, tanto a Petrocaribe como al alba, se explica más por los intereses y beneficios
económicos que el acuerdo genera que por una identificación de tipo ideológico.
El financiamiento de la factura petrolera en base al precio del crudo es una clara muestra de los
beneficios que implica este mecanismo: si la factura supera los 50 dólares por barril, por ejemplo,
el porcentaje de esta que se financia es el 40%, el periodo de pago se extiende a 25 años y el
interés se reduce a 1%; y si el pago es a corto plazo, el periodo se extiende de 30 a 90 días. El
contexto mundial de alza en los precios de los hidrocarburos tuvo como resultado que muchos
países de la región volcaran su mirada a esta iniciativa.
Los caso de honduras y costa rica, la presión ejercida por parte de ALBA para la ayuda
económica con su adhesión.
Prospectivas
En el camino de una mayor integración regional, Centroamérica enfrenta una serie de desafíos
importantes en diversos ámbitos, algunos de los cuales tienen que ver con las asimetrías entre los
países; otros se vinculan en cambio a la ausencia de fondos de cohesión para erradicar las
asimetrías, la falta de voluntad política de los gobiernos para generar avances en la articulación
regional y la debilidad de muchas de las instituciones nacionales y regionales, entre otros
problemas.
Los proyectos impulsados por Venezuela representan una opción viable para obtener recursos de
distinta índole y combatir algunas de las consecuencias de la nueva coyuntura internacional.
Petrocaribe ha ayudado a amortiguar el shockde la crisis financiera en los países miembros. Sin
embargo, la sostenibilidad de este mecanismo en Centroamérica depende en gran medida de la
forma en que Venezuela enfrente los efectos de la baja de los precios del petróleo: a pesar del
discurso de Chávez, muchos especialistas consideran que Venezuela no podrá seguir manteniendo
su nivel de gastos si el precio del barril baja de los us$ 75, cabe resaltar la línea que guía los
acuerdos aprobados en las seis cumbres del alba, en las tres cumbres extraordinarias de jefes de
Estado y de gobierno del alba-tpcy en las cinco cumbres de Petrocaribe. En todos los casos, se
destacó la necesidad de buscar nuevas formas de cooperación comercial y asegurar el
fortalecimiento de las economías de los países miembros. Entonces, si bien la propuesta político-
ideológica del albano ha tenido el eco esperado por sus promotores en Centroamérica, sus
propuestas de cooperación son consideradas valiosas oportunidades para los países en desarrollo.
De hecho, cuentan con una importante adhesión en diferentes sectores de la sociedad. El gran
desafío del albaconsiste en sumar a su propuesta hemisférica la misma cantidad de países que
reúne Petrocaribe y ser capaz de concretar algunos de los megaproyectos anunciados desde su
creación.
En 2005 se constituyó el Fondo ALBA Caribe con un aporte inicial de 50 millones de dólares por
parte de Venezuela, se creó PDV Caribe para encargarse de los aspectos operativos del suministro
petrolero y se estableció un conjunto de mecanismos financieros solidarios
Los países Petrocaribe se caracterizan por un alto grado de vulnerabilidad generado por las
condiciones endógenas de sus economías frente a las condiciones del mercado global así como por
la carencia de recursos energéticos, el deterioro ambiental y los impactos de los desastres
naturales que obligan enfrentar enormes desafíos para avanzar en su desarrollo
PRINCIPALES DESAFÍOS
Desde sus inicios hace ya 12 años y hasta el cierre del año 2016, Petrocaribe ha suministrado 349,4
millones de barriles entre productos refinados y crudos (PDVSA, 2016), cubriendo
aproximadamente el 40% de la demanda de la región. La internacionalización de PDVSA con
Petrocaribe, con avances y logros sociales trascendentales en los países caribeños, ha sido
también el escenario de críticas muy drásticas a la política venezolana en materia energética
argumentando la “excesiva solidaridad” de este país.
La grave crisis que atraviesa Venezuela más el derrumbe de los precios internacionales del
petróleo está generando impactos fuertes no sólo en la realidad económica venezolana sino que
ha llevado incluso a la propuesta de reevaluar y ajustar el esquema de financiamiento para el
incremento de los intereses por arriba del 2%, manifestado en la Declaración Final de la IX Cumbre
Extraordinaria de Petrocaribe en marzo de 2015.
A estas condiciones menos ventajosas se suma las características que tienen los países que
conforman esta iniciativa: Estados importadores netos de hidrocarburos, de frágil inserción
internacional y dependientes del abastecimiento externo en un contexto de vulnerabilidad del
mercado energético.
EVOLUCIÓN DE PETROCARIBE
Balance General
El impacto de PETROCARIBE sobre las economías de los países miembros se ubicó, en promedio
para el año 2014, en 2,5 % de su PIB, según estimaciones del Fondo Monetario
Internacional (FMI). Países como Guyana, Nicaragua, Haití y Belice presentan un impacto en su PIB
superior, al ubicarse en 4,7%, 4,3%, 4,1% y 3,5%, respectivamente, seguidos de Antigua y Barbuda,
Dominica, Granada, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas y la República
Dominicana, el mayor receptor en relación con el volumen de crudo.
Un total de 432 proyectos, que representan una inversión de USD 3.944 millones, han sido
ejecutados por PETROCARIBE desde su creación hasta el 2014. El sector de servicios domiciliarios
(electricidad, agua potable, gas doméstico) representa el principal destino de estos proyectos, al
recibir el 34% de dichos recursos, por un monto de USD 1.326 millones, seguido de
vivienda, habitad y vialidad con 21% y fortalecimiento institucional con 12% de los recursos. Con
relación al número de proyectos ejecutados, vivienda, habitad y vialidad encabezan la lista con
115, seguidos de la cultura y el deporte con 50, y agricultura y alimentación con 45
Del total de proyectos ejecutados, 276 (63,8%) han sido financiados por concepto de
factura al largo plazo, 88 (18,6%) por el Fondo ALBA Caribe, 54 (12,5%) por la Gestión de
las Empresas Mixtas y sus filiales y 11 (2,5%) por el Fondo ALBA Alimentos.
La medición del impacto social de PETROCARIBE tiene en el Índice de Desarrollo Humano (IDH)
una variable que incluye parámetros más allá del crecimiento económico, como esperanza de vida,
acceso a la educación y escolaridad. Todos los países miembros de PETROCARIBE registraron un
aumento en este índice, en el período comprendido entre la entrada en vigor del Acuerdo y 2013,
ubicándose el promedio en 0,698 en 2013 (Cuadro 10). De acuerdo con estas cifras, PETROCARIBE
se encuentra en un nivel promedio de IDH medio, con países miembros; sólo Haití se encuentra en
el umbral de “nivel bajo” con 0,614, mientras que Cuba presenta un índice “muy alto”,
sólo superado en América Latina y el Caribe por Chile (0.822). Es obvio que PETROCARIBE
ha contribuido en parte importante en esta importante evolución.
Con respecto al 2012, en el 2013 Venezuela recibió un 10% menos de productos,
principalmente alimentos, como compensación del envío de petróleo desde cuatro países.
Sin embargo, por su cuantía y valor proteico resaltan los envíos de arroz blanco, leche descremada
y azúcar líquida.
En ese escenario, el Acuerdo tiene importantes desafíos por delante que pudieran concentrarse en
dos grandes proyectos de carácter multilateral y de alta proyección regional, cuyos fundamentos
conceptuales y operativos empezaron a delinearse en 2013-2014, a saber: la Zona
Económica PETROCARIBE (ZEP) y la Zona Complementaria PETROCARIBE-ALBA/TCP-CARICOM-
MERCOSUR, cuyas características se describen a continuación:
En la VII Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de 2013, los componentes esenciales de esta
propuesta fueron definidos en cinco Programas Estructurales, cada uno con un país
miembro responsable. Venezuela forma parte, como facilitador principal o acompañante, de la
totalidad de los proyectos.
TRANSPORTE AEREO
La relevancia del transporte aéreo para los países del Caribe también se refleja en el
empleo directo que genera a nivel local y su aporte al PIB. De acuerdo con el Banco de
Desarrollo del Caribe (BDC), en Jamaica, este sector crea alrededor de 21.000 puestos de trabajo,
generando el 2,1% del PIB; en Haití unos 15.000 (0,7% PIB); en Bahamas 10.600 (6,6% PIB); unos
2.700 en Santa Lucía (5,1% PIB);, 2.300 en Antigua y Barbuda (8% PIB) y 1.700 empleos en Granada
(3,7% PIB) ;siendo, por lo tanto, una actividad relevante para el desarrollo económico y social de
los países miembros de PETROCARIBE.
La conectividad aérea entre los países miembros de PETROCARIBE representa un desafío que
requiere tanto de una infraestructura física moderna, como de un capital humano local
capacitado. Lo mismo vale para los países centroamericanos miembros de PETROCARIBE,
por cuanto presentan una precaria conectividad aérea con el Caribe.
TRANSPORTE MARÍTIMO
TRANSPORTE TERRESTRE
Por último, es evidente que la conectividad terrestre también merece ser fortalecida dentro de la
Zona Económica y en los programas bajo el soporte financiero de PETROCARIBE. La integración
fronteriza tiene el potencial de compensar las asimetrías locales y regionales en materia de
desarrollo, acercando a poblaciones y centros de producción. Los ejes fronterizos PETROCARIBE
son: i) Venezuela-Guyana; ii) Guyana-Surinam; iii) El Salvador-Guatemala-Honduras; iv)
GuatemalaBelice; y, v) Haití-República Dominicana; los cuales constituyen objetivos clave
para ser desarrollados en el marco de la Zona Económica, incorporando experiencias ya en
ejecución desde otros mecanismos de cooperación regional fronteriza, como el Proyecto
Mesoamérica y UNASUR.
El turismo es una de las principales actividades económicas del Gran Caribe, siendo la
primera fuente de ingresos y generadora de empleos para un gran número de países
miembros de PETROCARIBE. Entre ellos, resaltan Antigua y Barbuda, Bahamas, Santa Lucía,
Belice, Jamaica, Dominica, San Cristóbal y Nieves y Granada, países donde el turismo representan
un porcentaje del PIB mayor que la media de PETROCARIBE (21,3%) para 2014.
Con relación a CARICOM, cuyos Estados miembros son todos miembros de PETROCARIBE con la
única excepción de Barbados y Trinidad y Tobago, el SELA ha sugerido una serie medidas
destinadas a incrementar el comercio y la inversión entre el Caribe y Centroamérica.
Social y cultural
El programa de esta área, presidido por Haití, tiene como objetivo convertirse en un eje
transversal y elemento articulador de la Zona Económica PETROCARIBE. Se pretende incluir
el sector universitario de la región en el radio de acción de PETROCARIBE, tomando en
cuenta que las carencias educativas constituyen firmes obstáculos para escapar de la pobreza y
contribuyen a su reproducción. De igual manera, la soberanía alimentaria es parte central de
las actividades de este programa, a saber:
Universalización de la educación
CONCLUSIONES