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'No sólo trabajar como catequistas sino principalmente serlo'

Los participantes del Congreso Internacional sobre la Catequesis reciben al papa con increíble

entusiasmo

Por Rocío Lancho García

CIUDAD DEL VATICANO, 27 de septiembre de 2013 (Zenit.org) - El santo padre


ha encontrado esta tarde en el Aula Pablo XVI a 1600 catequistas de 50 países,
muchos de ellos acompañados por sus obispos y sacerdotes para el Congreso
Internacional de Catequistas que se realizó en Roma con motivo del Año de la Fe.

Antes de comenzar su discurso, Francisco ha caminado por el pasillo central y ha


pasado saludado a los que allí se encontraban. Los catequistas han acogido al papa
con gran entusiasmo mientras le pedían su bendición y algunos le hacían regalos.

Monseñor Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización,


ha dirigido unas palabras al inicio del encuentro, en las que ha recordado que ésta
es "una ocasión para retomar con entusiasmo un camino de compromiso común".

El santo padre ha comenzado recordando que la catequesis es un pilar para la


educación de la fe, que no es un trabajo como cualquier otro, pero que debe
ayudar a los niños, jóvenes y adultos a conocer a amar cada vez más al Señor, o
sea una de las aventuras educativas más bellas. Del mismo modo ha subrayado
que no es lo mismo "ser" catequista que "trabajar" como catequista, ya que el ser
catequista es un vocación.

Citando a Benedicto XVI ha recordado que la Iglesia no crece por proselitismo sino
por atracción y lo que atrae es el testimonio. Así mismo ha mencionado las palabras
de san Francisco de Así cuando decía "predicad siempre el Evangelio y si fuera
necesario también con las palabras".

Ser catequista --dijo el papa Francisco-- requiere amor, amor cada vez más fuerte
a Cristo y amor a su pueblo santo y este amor necesariamente viene de Cristo. Y
les ha preguntado ¿qué significa este venir de Cristo para un catequista? Y lo ha
explicado "como hacían los viejos jesuitas": en tres puntos.

En primer lugar recomenzar desde Cristo significa tener familiaridad con Él, y añade
que "si estamos unidos a Él podemos llevar fruto, y esta es la familiaridad con
Cristo". Y así ha señalado que tener un "título de catequista" no sirve, es solo un
pequeño camino, porque "no es un título, es una actitud". Así, ha preguntado a los
catequistas cómo están en la presencia del Señor, qué hacen y si se dejan mirar
por Él. Dejarse mirar por Cristo, ha señalado el santo padre, es una forma de rezar
y "esto calienta el corazón, tiene acceso al fuego de la amistad, hace sentir que Él
verdaderamente me mira, está cerca de mí y me quiere".

También ha reconocido que entiende que no es sencillo "especialmente para quien


está casado y tiene hijos, es difícil encontrar un tiempo largo de calma. Pero,
gracias a Dios, no es necesario hacer todo de la misma manera; en la Iglesia hay
variedad de vocaciones y variedad de formas espirituales; lo importante es
encontrar el modo adecuado para estar con el Señor; y esto se puede, es posible
en cada estado de vida."

El segundo elemento que ha dado ha sido: recomenzar de Cristo significa "imitarlo


en el salir de sí e ir al encuentro con el otro". Una experiencia, ha explicado el
papa, un poco paradójica. Y esto es "porque ¡quien pone al centro de la propia vida
a Cristo se descentra! Más te unes a Jesús y Él se convierte en el centro de tu vida,
más Él te hace salir de ti mismo, te descentra y te abre a los otros". Francisco ha
explicado esta idea diciendo que el corazón del catequista vive siempre este
movimiento de 'sístole - diástole': unión con Jesús y encuentro con los otros. Y ha
hablado del kerigma, que es un don que el catequista recibe y un don que lo da.

Y en tercer lugar, "recomenzar desde Cristo significa no tener miedo de ir con Él a


las periferias. Aquí el papa ha hablado de la historia de Jonás, un hombre pío que
cuando el Señor lo llama para predicar en Nínive no se siente capaz, "Nínive está
fuera de sus esquemas, está en la periferia de su mundo". Con este ejemplo el
papa ha hablado de no tener miedo de salir de nuestros esquemas para seguir a
Cristo, "porque Dios no tiene miedo de las periferias". Y ha añadido que Dios es
siempre fiel, creativo, no es cerrado ni rígido, nos acoge, nos viene al encuentro,
nos comprende. También ha destacado la creatividad del catequista como una
columna de su labor. "Si un catequista se dejar llevar por el miedo, es un cobarde;
si un catequista se queda tranquilo terminar por ser una estatua de museo; si un
catequista es rígido, se vuelve reseco y estéril" ha advertido Francisco a los
presentes. Y del mismo modo, ha recordado que "prefiere una Iglesia accidentada
que una Iglesia enferma". Y en esta labor, "nuestra belleza y nuestra fuerza" es que
"si salimos a llevar su Evangelio con amor Él camina con nosotros" y "nos primerea"
siempre. El santo padre ha subrayado que Dios siempre nos precede y que si
tenemos miedo de ir a una periferia, en realidad Él ya está allí.

Al finalizar, el obispo de Roma ha dado las gracias a los catequistas y les ha


invitado a permanecer con Cristo, ser una sola cosa con Él, seguirlo e imitarlo.

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