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partir de la segunda llegada de europeos, hace más de medio


milenio, a lo que iba a llamarse América, la historia comenzó a ser
de veras mundial. Pero ello se hizo sobre la esclavización de aboríge-
nes y un poco más tarde de negros traídos de África. Unos y otros se rebela-
ron desde el primer momento contra las espantosas condiciones en que se los
colocó y sobre las cuales se edificó el mundo occidental. Tales rebeliones
condujeron a fuertes movimientos, como la sublevación en 1780 de los her-
manos Katarí en el Alto Perú (hoy Bolivia) y la de Túpac Amaru en Perú.
Dichos movimientos fueron cruelmente aplastados. En 1791 comenzó la re-
vuelta de esclavos en Saint Domingue (hoy Haití), la cual se convirtió en
lucha por la independencia, que fue proclamada en enero de 1804. Se trató
de la primera emancipación de un país de nuestra América. La revista Casa
de las Américas dedicó la entrega 233 (octubre-diciembre de 2003) a cele-
brar los doscientos años de esa independencia auroral. En esta ocasión, la
revista ha dedicado una entrega doble a conmemorar el bicentenario del
inicio de las luchas emacipadoras en Hispanoamérica. Aunque tales luchas
se adelantaron en unos casos y se retrasaron en otros, el número y la intensi-
dad de las que surgieron en aquel año explica que tomemos la fecha de 1810
para englobarlas a todas. Se trató de esfuerzos magnos, pero que no consi-
guieron su necesario propósito. De hecho, en el siglo XIX, para completar las
hazañas de seres como Bolívar, San Martín e Hidalgo, figuras como Francisco
Bilbao y José Martí advirtieron que era menester que nuestros países procla-
maran su segunda independencia. Los textos que aparecen a continuación
abordan sus temas con la certidumbre de que esa independencia, que será la
definitiva, avanza: está naciendo la América por la que pelearon nuestros
primeros libertadores.
Con este número doble la revista Casa de las Américas arriba a sus cin-
cuenta años de vida. Ninguna forma mejor de conmemorar la fecha que
abordando con visión presente el grande e inconcluso batallar de nuestros
pueblos en pos de su verdadera emancipación.
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BICENTENARIO

ANÍBAL QUIJANO

La crisis del horizonte de sentido


colonial/moderno/eurocentrado*

N
o es sin inquietud que recibo esta honrosa distinción y escu-
cho las palabras no solamente cordiales, sino también gene-
rosas, con las cuales el profesor Julio Mejía Navarrete aca-
ba de presentarme ante ustedes. Quien ha dedicado sus trabajos y
sus días a tratar de entender y de explicar este mundo y este tiem-
po, ante todo para ayudar a las víctimas del poder, a los humillados
y ofendidos, a subvertirlo y liberarse de él, no podría evitar pregun-
Revista Casa de las Américas Nos. 259-260 abril-septiembre/2010 pp. 4-15

tarse por el significado de este reconocimiento, por si se trata, qui-


zá, de una señal de que algo, en efecto, se mueve en dirección de
esos cambios. En todo caso, quiero decir que es por esa esperanza
que hoy acepto y agradezco la distinción que esta universidad ha
tenido a bien otorgarme.
Y algo se mueve, sin duda. El mundo transita hoy al borde mismo
de un filoso trayecto entre un patrón de poder que ahora muestra
sus más violentas entrañas, y un nuevo horizonte histórico que pug-
na por su plena constitución.
Sin embargo, a partir del colapso de las torres financieras en los
* Esta es una versión algo revisada, de Estados Unidos, a mediados del último otoño del Norte, un torren-
la transcripción de mi presentación te de cifras y de informaciones que revelan espectaculares escán-
oral en la Universidad Ricardo Palma,
dalos financieros ocupa virtualmente todo el cauce de la subjetividad
el 15 de marzo de 2009, al recibir el
Doctorado Honoris Causa de dicha mundial inmediata, en torno a algo que todos nombran como una
universidad. crisis del «capitalismo» o, de otro modo, el «sistema». Y aunque

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unos proponen mecanismos para su recuperación de la especie misma y acaso de todas las formas de
y otros no titubean en proclamar su colapso final y vida en el planeta. Es difícil encontrar en la historia
definitivo, los lados del debate me parecen surgir de la humanidad ninguna circunstancia equivalente.
de una misma y común perspectiva. En esta, aque- De hecho, hasta donde conocemos nuestra histo-
llo que se nombra no es una cuestión a indagar, sino ria, nunca hemos estado en una encrucijada de esta
que es presentado como algo dado en la naturaleza naturaleza.
del mundo y en la naturaleza misma de esta socie- Por eso me parece no solo necesario, me parece
dad. Esto es, todo ocurre o parece ocurrir como inevitable, pensar que esta conjunción no es un acci-
un fenómeno natural. dente. Lo que ocurre con el clima no es simplemente
Si no nos defendemos de ser sumergidos en ese lo que ocurre con algo llamado «naturaleza», no es
turbión, para una gran parte de nosotros se hace más un fenómeno de la «naturaleza»; así como lo que
difícil descubrir por cuál fisura de este mundo, por ocurre con el capitalismo mundial hoy tampoco es
cuál ventana, podría verse, o por lo menos vislum- otro fenómeno natural paralelo. En ambos casos, de
brarse, cómo es que emerge, o no, lo que yo estoy maneras, sin duda, muy diferentes, pero en ambas
aquí llamando la esperanza de cambio. Y es sobre vertientes, encontramos ante todo la historia del po-
eso que me gustaría reflexionar en esta ocasión, abrir der y encontramos además la historia de un específi-
algunas de las cuestiones que podrían permitir ex- co patrón de poder que hoy día podemos recono-
plorar de nuevo esa perspectiva, tratar de ubicar los cer, como el profesor Mejía Navarrete nos lo acaba
otros elementos que sin duda allí mismo existen, qui- de recordar, la Colonialidad del Poder, constituida
zá, incluso, otro horizonte que está emergiendo. con América y Europa Occidental como sus dos iden-
No es probable que nuestra especie, homo sa- tidades históricas originales, desde fines del siglo XV.
piens, haya estado muchas veces en una situación No es, por consecuencia, solamente el capital ni
tan peculiar, tan históricamente excepcional, como solamente el capitalismo lo que está en este momen-
la que estamos viviendo, porque hay ahora una con- to en crisis, es todo un patrón de poder, y ese patrón
junción, no solo una convergencia, de eso que se de poder ha puesto en juego, además, la crisis de
llama la crisis climática global –el calentamiento glo- eso llamado «naturaleza» en nuestro planeta. Se tra-
bal es su forma más inmediata de identificar– y al ta de un poder muy específico, cuyas perspectivas
mismo tiempo la crisis de un entero patrón de po- actuales y cuyos procesos inmediatamente futuros,
der, cuya facha más visible y protuberante en esta como podemos vislumbrar ahora sin dificultad, co-
coyuntura es, sin duda, el capitalismo mundial, esa rren de manera creciente, a menos que tengamos al-
configuración históricamente excepcional en la que guna manera de detenerlo o de controlarlo, no solo
se asocian todas las formas de explotación social, la destrucción de nuestra casa común, el planeta, sino
en torno a la hegemonía del capital, y que se formó nuestra propia destrucción; no solo por la crisis pla-
y existe en tanto uno de los dos ejes fundacionales netaria, porque nos estamos matando entre noso-
mayores de tal patrón de poder. tros, cada vez más en favor y en función de lo que
En ese sentido, lo que hoy está en juego no es necesita hoy ese patrón de poder.
solamente la supervivencia del capitalismo mundial Esto significa que para poder explorar este con-
y, en especial, de sus víctimas, sino la supervivencia junto de cuestiones no es suficiente, ni pertinente,

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continuar empleando el modo hegemónico actual de que parece banal. En los colegios y las escuelas, no
producir conocimiento y de producir sentido. Es de- sé si aún hoy día los más niños, pero sin duda todos
cir, no es suficiente admitir que lo único que está en nosotros, nos acostumbramos a decir: «los espa-
crisis es algo llamado «capitalismo». Es cierto, el ca- ñoles vinieron a conquistar América». Esta frase es
pitalismo mundial, incluida su actual crisis, es el ele- falsa, palabra por palabra. No había tal cosa llama-
mento principal del nuevo sistema de explotación da España y obviamente no había América. Por tan-
social que es uno de los ejes centrales del actual pa- to, la idea de que España vino a conquistar Améri-
trón de poder. Pero, en la propuesta teórica sobre la ca es falsa. Pero nos acostumbramos a decir la frase
Colonialidad del Poder, capitalismo mundial es, pri- y a pensar espontáneamente en esos términos, es
mero, una categoría históricamente específica, en tan- decir, a entender de este modo los hechos y los
to una configuración conjunta de todas las formas procesos históricos de destrucción del mundo his-
históricas de explotación del trabajo –esclavitud, ser- tórico precolonial y de la emergencia de un nuevo
vidumbre, reciprocidad, pequeña producción mer- patrón de poder.
cantil simple y capital– para producir mercaderías Del mismo modo, nos es familiar la idea de que,
para el mercado mundial, en torno a la hegemonía en términos de riqueza y poder, el mundo se dife-
del capital. Pero esta estructura es también una ca- rencia entre el «Norte» rico y poderoso y el «Sur»,
tegoría histórica, es decir, siempre dinámica y cam- dominado, «pobre» o «subdesarrollado». Y esa di-
biante, y es de carácter diferente en cada período visión incluso nos parece realmente un asunto pro-
histórico determinado. No nos basta, en consecuen- pio de la geografía. Para contrarrestar esta idea, en
cia, nombrar la categoría, porque es todo el tiempo el anterior Foro Social Mundial en Nairobi, Kenya,
una cuestión histórica a indagar y a entender. un grupo decidió organizar lo que llamamos Global
Por otra parte, tal capitalismo mundial no agota Commons Foundation, para abrir de nuevo la cues-
el carácter históricamente específico del actual pa- tión de que hay un Sur global, un Global South,
trón de poder. Porque está inextricablemente articu- porque el Sur, si el término mienta la pobreza y la
lado al nuevo sistema de dominación social cuya dependencia, lo podemos encontrar en todas par-
base fundacional es la idea/imagen de «raza» como tes, incluso en el Norte. Sin embargo, aun cuando
forma de clasificación social básica. Ambos ejes decir que también hay Sur en el Norte es aparente-
fueron producidos en el mismo proceso, en el mis- mente una manera subversiva si nos colocamos en
mo movimiento histórico, conformando juntos, en la perspectiva eurocéntrica que da sentido a esos
una única configuración, el nuevo patrón de poder términos, si lo pensamos de nuevo encontraremos
que ahora nos habita y dentro del cual habitamos. que implica admitir, de todos modos, la idea de que
Ambos son recíprocamente dependientes, y am- realmente hay Norte y Sur en la distribución de
bos producen la intersubjetividad dentro de la cual poder en el planeta, que es la geografía que distri-
nos movemos, es decir, en mis términos, el hori- buye el poder, en lugar de percibir que se trata de
zonte de sentido que es hoy día aún dominante aun- la historia de la geografía del poder.
que está en crisis. Permítanme recordarles, con ese propósito, una
¿Qué quiero decir con el problema del horizonte legendaria anécdota que todos los peruanos sin duda
de sentido y de su crisis? Permítanme sugerir algo saben, quizá también los que no lo son. Francisco

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Pizarro y su pequeña hueste salieron de Panamá en de una nueva geografía del poder, Norte y Sur. Y,
busca de ese legendario lugar donde abundaba el al mismo tiempo, el nacimiento de un nuevo hori-
oro, pero fueron combatidos y hostilizados a lo largo zonte de sentido, de una nueva perspectiva inter-
de todo el camino. Estamos hablando de los comien- subjetiva, que se hizo mundialmente hegemónica
zos de los años treinta del siglo XVI, y las poblaciones durante tan largo tiempo, hasta hacernos admitir que
de la costa del Pacífico al sur de Panamá ya habían esa división del poder era parte de la configuración
aprendido lo que significaban para ellas esas nuevas, natural de nuestro planeta. Oí una vez, en un deba-
extrañas y violentas gentes. Y las fueron acosando, te político en Lima, que la dominación del dólar en
hiriendo, matando. Eso impedía que la hueste de Pi- la América Latina era una función de la geografía.
zarro tuviera alimento suficiente y pudiera curar sus Empero, ¿qué había en el Norte a comienzos del
heridas y enfermedades; estaban, de hecho, comen- siglo XVI? Si ustedes ubican su mapa geohistórico,
zando a diezmar. Pizarro decide parar en esa peque- geopolítico, geocultural, con toda seguridad van a
ña isla al frente de Colombia, que pertenece a Co- encontrar que en el primer tercio del siglo XVI, lo
lombia, que se llama la Isla del Gallo, y desde ahí que llamamos hoy el Norte, no es que estuviera
envía un emisario a pedirle al gobernador de Pana- vacío de poblaciones, pero no era el asiento del
má, Pedrarias Dávila, que mande ayuda. Pero algu- poder y de la riqueza. Por el contrario, todo lo
nos de sus soldados han decidido enviar secreta- que tenía poder, todo lo que tenía riqueza, todo
mente un mensaje al Gobernador, para que, en vez lo que tenía gran productividad, la sede de todo lo que
de ayuda, mande una tropa que haga regresar a Pi- después hemos aprendido con el nombre de las
zarro y su reducida hueste a Panamá. Y ustedes re- «altas culturas», anteriores a ese momento, era el
cuerdan, sin duda, la célebre copla: «Mírelo bien, Sur. ¿Qué pasó después de la Isla del Gallo? Una
Señor Gobernador / mírelo bien por entero / que allá rápida, radical y violenta redistribución del poder,
va el recogedor / pero aquí queda el carnicero». Pe- es decir, del control, no solo de los recursos de pro-
drarias Dávila entiende obviamente el mensaje, y en ducción de riqueza, sino, en primer término, de la
vez de enviar ayuda para respaldar y permitir la con- configuración de las relaciones sociales y, como una
tinuidad de la empresa de Pizarro, mandó un grupo poderosa forma de control de las relaciones socia-
para hacerlo regresar. En efecto, el grupo armado les, una nueva intersubjetividad, un nuevo horizonte
llega a la Isla del Gallo y quiere forzar a Pizarro a histórico de sentido.
regresar con toda su diezmada tropa a Panamá. Pero Durante el período que llamamos Colonia, aquí
Pizarro mostró allí quién era. Se niega a regresar, en el Perú y en América, no había en los primeros
saca su espada, traza una raya en la arena de la isla, tiempos ejército profesional, ni policía profesional.
la cruza hacia el Sur, y lanza su famosa arenga: «Por Las poblaciones colonizadas se sublevaron muchas
allí, al Norte, los que quieran ser pobres. Por aquí, al veces, pero fueron finalmente dominadas y contro-
Sur, los que quieran ser ricos». Como todos recuer- ladas. ¿Qué las controlaba, si no había policía pro-
dan, ese era el capitán Francisco Pizarro, el con- fesional, no había ejército profesional? Los con-
quistador del Tawantinsuyo o Imperio de los Incas. quistadores y colonizadores traían algo mucho
Esa escena histórica ocurrió hace poco más de más poderoso que todo eso: un conjunto de ideas,
quinientos años. Nos permite mostrar el nacimiento de imágenes y de mitos, de formas de conocer,

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de explicar, que no solamente reprimían el previo Hay debates sobre eso, como es obvio. Algunos
imaginario, el previo patrón de memoria y de olvido, piensan que en el imperio chino ya estaba plantea-
el previo modo de producir explicación, conocimien- da la idea de «raza». Pero se trata de una confusión
to y sentido, lo reprimían imponiendo encima su pro- básica con la idea de superioridad-inferioridad en-
pia atmósfera, su propia mentalidad, su propio modo tre personas y grupos desigualmente ubicados en
de entender el mundo, su propio modo de ver, su las jerarquías de dominación social. Eso siempre
propio modo de impedir ver. Esto es, colonizando la existió junto con la dominación y con la desigual-
subjetividad, la intersubjetividad de los dominados. dad social. Nuestra especie, homo sapiens, tiene
Si se va al Cusco en la fiesta del Señor de los unos doscientos mil años, y la dominación, la ex-
Temblores y se escucha cantar a esta población que plotación, la desigualdad social, el conflicto, en nues-
sigue siendo indígena, que sigue siendo «india» en tra historia, tienen, pues, muchos miles de años.
términos coloniales, y cantar en quechua ese terri- El punto es este, sin duda alguna, el control de
ble himno al Señor de los Temblores, se puede re- unos sobre otros, el control sobre los intercambios
conocer cómo les fue introyectado un elemento de comportamiento que llamamos relaciones socia-
nuevo que se llama culpa, obviamente no preexis- les es muy viejo, y el colonialismo en particular tie-
tente en estas tierras antes de la famosa raya de ne miles de años, ha habido muchos imperios colo-
Pizarro en la arena de la Isla del Gallo. De eso es niales antes del de América, pero no encontramos
que estoy hablando aquí, y es aquí que quiero dejar en parte alguna de esa historia, este constructo
abierta esta cuestión. Quiere decir que la destruc- mental que hoy día reconocemos como raza, por-
ción del mundo histórico previo, la colonización de que no se refiere a la posición de superioridad-in-
la población sobreviviente, no solo implicaba la re- ferioridad en las jerarquías sociales. Habitualmente,
distribución de la riqueza, sino la constitución de un sobre todo en países como el nuestro, por ejem-
nuevo patrón de poder, desde finales del siglo XV plo, los ministros creen que son superiores o se
en adelante. Ese patrón del poder es lo que hoy día manejan como superiores con sus secretarias. Y los
hemos aprendido a re-conocer como la Coloniali- antiguos chinos se creían sin duda «superiores» a
dad del Poder. los demás habitantes del mundo. Allí se trata de un
Permítanme insistir. Se trata de un nuevo patrón «etnocentrismo», como dice la jerga de los antro-
de poder históricamente específico, constituido so- pólogos. Pero aquí no se trata de eso. Se trata de
bre dos ejes fundacionales: 1) Un nuevo sistema de aquello que se discutía tempranamente, a mitad del
explotación social que consistía y que consiste aún siglo XVI, en Valladolid, respecto de los «indios»:
en una configuración conjunta de todas las formas ¿qué son estos, son bestias, son humanos, son se-
históricas de explotación en torno, y bajo la hege- mibestias, semihumanos, tienen alma? Es decir, ¿per-
monía, del capital; 2) un nuevo sistema de domina- tenecen o no a nuestra especie? En nuestra jerga
ción social configurado sobre la base, y en torno a actual diríamos que se trata de una cuestión sobre
la idea-imagen de «raza», un constructo mental que una desigualdad básica en la estructura de la biolo-
no tiene precedente alguno en la historia. En los lí- gía de las personas, por lo tanto, de una diferencia
mites de esta ocasión quiero explorar, sobre todo, «natural». Unos no son humanos, o no lo son del
la significación de ese segundo eje. todo.

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Finalmente, tras el debate de Valladolid, el rey de de las demás formas de explotación en América,
Castilla-Aragón, de la futura España, decreta, como también se va eurocentrando la elaboración inte-
antes lo había hecho el Papa, que los «indios» son lectual, filosófica y teórica de las experiencias his-
humanos, pero que son paganos y deben ser cristia- tóricas dentro del nuevo patrón de poder. En ese
nizados. Sin embargo, en la práctica social de medio sentido, no hay cómo no admitir que sin la «raciali-
siglo, no solamente para los dominadores, sino para zación» de las relaciones sociales y de la clasifica-
sus administradores y sus víctimas, esa idea de que ción social básica de las gentes, sin esa dualización
los indios no son humanos o son a lo sumo semihu- de la población del nuevo patrón de poder entre
manos, ha ido calando profundamente, se ha ido pro- humanos y semihumanos, entre humanos «racial-
duciendo un proceso de «naturalización» de ese idea- mente» (esto es, «naturalmente») «superiores» e
imagen, y esta ya se ha convertido en un elemento «inferiores» entre sí, la secularización de la teología
central de las relaciones sociales entre los coloniza- cristiana medieval en la nueva filosofía eurocéntri-
dores y sus víctimas. Cuando se admite legalmente ca, difícilmente habría llegado al extremo de pro-
la humanidad de los nuevos colonizados, tal condi- poner el nuevo dualismo radical (entre «razón» y
ción es admitida en la práctica social en un nivel muy «naturaleza) cartesiano y su admisión como el fun-
bajo, muy próximo de eso que se llamará después damento mismo de la «racionalidad moderna», des-
«naturaleza». Se está imponiendo, en consecuencia, tinada a ser hegemónica no solo entre América y
un nuevo sentido histórico, un nuevo modo de en- Europa Occidental, sino en todo el mundo de la
tender no solo las relaciones entre las gentes y las Colonialidad eurocentrada del Poder, después de
experiencias entre ellas, sino las relaciones entre nues- la «revolución industrial/burguesa» y de la mundia-
tra especie y el resto del universo. lización del colonialismo europeo occidental.
La producción de la idea de «raza» y la «racializa- El nuevo dualismo radical cartesiano, victorioso
ción» de las relaciones sociales da lugar a una nue- sobre el monismo spinoziano, se convirtió en el fun-
va perspectiva intersubjetiva, que impregna todos damento mismo de la nueva perspectiva mental, in-
y cada uno de los ámbitos de la existencia social, y telectual, que emerge junto al eurocentramiento de
que orienta, define, legitima las nuevas relaciones la Colonialidad del Poder. En ese contexto y de ese
coloniales, en su materialidad y en su intersubjetivi- modo, tal «moderna racionalidad» no podía ser sino
dad, en el mismo movimiento histórico en el cual va una «colonial/moderna racionalidad».
emergiendo Europa Occidental como sede del con- Tal dualismo radical no tiene precedentes histó-
trol central del nuevo patrón de poder. Esto es, en ricos, lo mismo que la idea de «raza», que es una
el mismo proceso de eurocentramiento del nuevo de sus patentes experiencias fundacionales. Quizá
patrón de poder cuya base fundacional es la racia- lo más antiguo que podemos reconocer es el Fe-
lización de las relaciones en la nueva existencia so- dón de Platón, donde se establece una diferencia-
cial bajo el dominio colonial ibérico. ción muy profunda de dos dimensiones en cada in-
En el proceso de emergencia de la nueva identi- dividuo, lo que es tangible, material, y lo que no lo
dad, que se llamará después Europa Occidental, es. Pero en Platón ambas dimensiones siguen ac-
como sede central del control del nuevo patrón de tuando asociadas dentro de cada uno de nosotros,
poder y de la expansión del capital, sobre la base son diferentes, diferenciables, pero no separables.

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Obviamente, si se revisa lo que ocurría en las que los portadores de la Inquisición, que van a quemar
ahora llamamos «altas culturas», en todas ellas y en a quienes no admiten sus creencias, sobre todo a
cualquier parte y durante miles de años, la gente las mujeres, pues la gran mayoría de quienes fueron
aprendió que podemos diferenciar entre dimensio- quemadas eran mujeres y no por accidente, obvia-
nes que no son lo mismo, pero nadie nunca propuso mente. Los conquistadores son autoritarios, jerár-
que se las pudiera separar como de naturaleza dife- quicos, represivos y patriarcales, esto es, en su pers-
rente. Esa propuesta por primera vez aparece en pectiva de sentido, la mujer es inferior al varón. Pero
Descartes. La razón es divina, nosotros somos por- a partir del siglo XVI, toda mujer de raza superior
tadores de la razón, por lo tanto tenemos algo de será, por definición, superior a todo varón de raza
divino, pero el resto de nosotros, el cuerpo, pues, no inferior. También las llamadas «razas inferiores» son
es divino, y el resto de lo que existe fuera de noso- jerarquizadas entre ellas, unas están más cerca de
tros tampoco es divino. Se trata, como podemos ver, la «naturaleza» y por supuesto, en especial, las mu-
de un nuevo y radical dualismo, que se hizo el funda- jeres de esas razas inferiores. Sobre todo después
mento del modo eurocéntrico de producir sentido, y de la conquista y colonización de África, los negros
que no solamente diferencia sino separa, como dos son considerados como muy próximos a la natura-
mundos externos entre sí, razón y naturaleza. leza, y sus mujeres como virtualmente naturaleza.
Hay propuestas diferentes que son producidas Un poco más arriba en esa escala están los llama-
en esa misma época. Spinoza trabaja en el mismo dos indios. Después de la Revolución Industrial,
momento, en la misma ciudad, pero él es un judío la nueva entidad histórica que se llamará después
sefardita, rechazado por su propia comunidad, ais- Europa Occidental parte a la conquista y coloniza-
lado, abandonado. Así, quien finalmente se impone ción del resto del mundo. Entonces los nuevos «eu-
en adelante como el gestor y productor de la teoría ropeos occidentales» redefinen las identidades his-
de la racionalidad, será Descartes. tóricas de los pueblos que conquistan y colonizan,
Hay una división, una dualización previa a la «ra- les imponen nuevas denominaciones, nuevas jerar-
cial», mucho más antigua, es una división entre las quías. Así se produce eso llamado Oriente, como el
diferencias de sexo en nuestra especie. No estoy «otro», aunque de todos modos inferior, de lo eu-
seguro de si la dominación patriarcal es tan univer- ropeo occidental. Los indios o los negros africanos
sal y permanente como hoy se insiste, sobre todo no tenían ninguna posibilidad de ser el otro, el Orien-
en el mundo llamado Occidental y cristiano; creo te de Occidente, son de partida muy inferiores.
que no, creo que las experiencias fueron mucho más Como ven, se está instalando un nuevo sentido
variadas, complejas y múltiples. Pero finalmente, histórico, que se va desarrollando en el curso de
incluso esta distinción previa que propone que hay expansión mundial de este patrón de poder, sobre
un sexo inferior, lo que hoy se debate como la cues- todo con el proceso de lo que llamamos Revolu-
tión del género, es totalmente redefinida a partir de la ción Industrial, en el centro-norte de la nueva iden-
producción e imposición de la idea de raza y de la ra- tidad histórica que reconocemos como Europa
cialización de las relaciones sociales. Occidental. Su experiencia colonizadora en el res-
Los conquistadores que vienen, recuerden quié- to del mundo contribuirá a producir lo que ellos lla-
nes son, son cristianos de la Contrarreforma, son marán después la «modernidad». Tal «modernidad»

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es, en consecuencia, una producción eurocentrada, barato. ¿Cómo, en qué momento, quién o quiénes
pero dentro de la Colonialidad global del Poder. producen esta nueva tecnología social y convier-
En consecuencia, se trata de una colonial/moder- ten, de buen grado o con violencia, la fuerza de
nidad. trabajo vivo e individual en mercadería? Esa es to-
También quisiera explorar rápidamente esto, pues- davía una cuestión abierta. Pero allí es constituida
to que no tenemos demasiado tiempo. La experien- una nueva división del trabajo, que llamamos hoy
cia de la dominación colonial de Europa Occidental día capital. Pero ese capital en el Mediterráneo no
sobre el resto del mundo implica la expansión y pro- era hegemónico sobre las demás formas de explo-
fundización del nuevo patrón de poder constituido tación, sobre la esclavitud, sobre la servidumbre,
desde América. Junto con la «racialización» de la cla- sobre la reciprocidad, sobre la pequeña produc-
sificación social básica de la población mundial aho- ción mercantil simple. Aunque desde el siglo XIII el
ra colonizada, se expande también, se desarrolla, el capital mercantil comienza a expandirse hacia el
nuevo sistema de explotación social que se configura norte de la Península Itálica, sobre todo, a través
en torno a la hegemonía del capital. de los ríos, coexiste con todas las demás formas,
No sabemos aún con suficiente precisión cuán- sin ninguna configuración conjunta, lo que solo po-
do emergió el capital como relación social específi- drá ser producido con América y sobre la base de
ca. La cuestión está apenas planteada desde hace América, aunque su expansión será resultado del
muy poco, hay investigaciones en curso, pero no eurocentramiento del nuevo patrón de poder.
tenemos respuestas conclusivas. Por lo que hasta Con América, no solamente se impone la idea
aquí sabemos, este capital, como relación social de de raza como el criterio central de clasificación so-
control del trabajo, de la producción y la distribu- cial de la población del mundo, sino que además
ción del trabajo, por medio de la mercantilización se va estableciendo una nueva cuenca comercial
de la fuerza de trabajo, probablemente comenzó que va ganando predominio en lugar del Medite-
en algún lugar del Sur de lo que hoy llamamos la rráneo, para poder llevar la ingente producción des-
Península Ibérica y/o de la Península Itálica, en el de América por la nueva ruta que es el Atlántico:
Mediterráneo, entre los siglos IX y XI, por tanto, metales preciosos, oro, plata, cobre, etcétera, y
bajo hegemonía musulmana. La sociedad organi- vegetales preciosos, cacao, tabaco, papa, etcéte-
zada en la cuenca del Mediterráneo, bajo hegemo- ra, que son producidos como mercaderías para el
nía arábigo-musulmana, era un mundo culto, urba- nuevo mercado mundial por medio de la esclavi-
no, centro de investigaciones médicas, filosóficas, tud, de la servidumbre, de la pequeña producción
tecnológicas, científicas, matemáticas, y excepcio- mercantil, de la reciprocidad y del capital. Todas
nalmente rico y productivo eje del tráfico comercial esas formas de explotación o de control del trabajo
del mundo pre-América y pre-Europa Occidental, operan juntas, todas en una única estructura de pro-
el activo intercambio comercial desde lo que hoy ducción de mercaderías para el nuevo mercado
llamamos India, desde lo que hoy llamamos China, mundial. Es esto lo que va generando lo que hoy
desde Persia, desde Bagdad, El Cairo, etcétera. día llamamos Europa Occidental y la propia Espa-
Por eso, en la cuenca del Mediterráneo se necesi- ña. Entonces, América y Europa Occidental se pro-
taba urgentemente producir más, más pronto y más ducen recíprocamente en el mismo período, en el

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mismo momento de la historia, en un patrón de po- sistemas y las técnicas de observación, medición, de
der cuyos ejes centrales son, de una parte, la sub- experimentación que no son inventados entonces, son
jetividad y la intersubjetividad montadas sobre la un desarrollo de lo que venía desde antes, sobre todo
idea de raza y de la jerarquización intersexual, es desde el Mediterráneo bajo dominación musulmana.
decir, racista y sexista, y que invade e impregna Desde allí se origina eso que ahora se discute como
todos los ámbitos de la existencia social, desde el la cuestión de la modernidad y de la racionalidad. Es
imaginario, la memoria, la sensibilidad, la explica- un nuevo horizonte de sentido. Pero en el marco de
ción, el conocimiento; de la otra parte, todas las este patrón de poder, en el contexto y en el proceso
formas de explotación, de control del trabajo, en de la Colonialidad del Poder, ese nuevo horizonte de
torno a la hegemonía del capital y, en consecuen- sentido, la modernidad, no puede dejar de ser tam-
cia, de carácter capitalista, en su conjunto. Eso es bién colonial, no solo por su origen, sino por sus ele-
lo que podemos reconocer como el capitalismo mentos constitutivos que le son inherentes desde en-
mundial. Este no se hizo hegemónico ni mundial solo tonces hasta hoy.
y separado de las demás formas de explotación Todo horizonte de sentido, aunque sea dominan-
social. Y desde el siglo XVI no ha existido ni actua- te, es siempre heterogéneo en la historia. Su hege-
do nunca sino como predominante de esa configu- monía no implica que todos, en cada rincón del
ración global de producción de mercaderías para mundo, piensen exactamente del mismo modo, sien-
el mercado mundial. Entonces como ahora, a co- tan del mismo modo, entiendan del mismo modo,
mienzos del siglo XXI. expliquen del mismo modo. La hegemonía de un
La propia Revolución Industrial, como sabemos horizonte de sentido implica un eje de orientación
hoy por investigaciones específicas, fue el desarro- común, y en un poder colonial implica que ese eje
llo de las innovaciones tecnológicas hechas por los invade, coloniza, incluso, lo que no le pertenece, lo
esclavos negros en Martinica, Jamaica y Cuba, en reprime, lo humilla o lo disminuye.
la producción de tabaco, café y caña de azúcar. Este horizonte de sentido colonial/moderno/euro-
Porque antes de la Revolución Industrial, eso que centrado ha sido dominante hasta la Segunda Guerra
hoy llamamos Europa Occidental no tenía nada, li- Mundial. No dejó nunca de ser resistido y contes-
teralmente nada, que ofrecer al mercado mundial, a tado. Desde el propio período colonial, la resisten-
menos que alguien lo recuerde. Lo que ofrecía era cia se produce en América, sobre todo en lo que
lo que producía el trabajo no pagado de esclavos y hoy llamamos la América Latina, no solamente por-
siervos de América, metales preciosos que permi- que es la primera región donde se constituye la
tieron metalizar la moneda y monetizar el mercado, Colonialidad del Poder, sino también por el fracaso
tener por fin un mercado monetario estable y conti- ibérico respecto de la primera colonial/modernidad.
nuo, hacer realmente un nuevo mercado mundial, Después de la independencia en el siglo XIX, ya había
con nuevos minerales y vegetales preciosos. en América movimientos que resistían la manera
Hay, pues, todo un horizonte de sentido nuevo, eurocéntrica de ver el mundo.
pero el eje epistémico central de todo esto sigue sien- Si ustedes comparan cuidadosamente toda esta
do esa extraña combinación de dualismo radical y corriente llamada de los «estudios de subalterni-
racismo-sexismo, de una parte; y de otra, los nuevos dad», que se produce sobre todo entre los historia-

12
dores hindúes, desde Ranajid Guha en adelante, y «pos», primero el poshumanismo, después el po-
la comparan con la producción intelectual de la sestructuralismo, lo poscolonial o estudios posco-
América Latina desde fines de siglo XIX, sobre todo loniales, luego vendrá lo posmoderno, la posmo-
desde Martí en adelante, pasando por Vasconce- dernidad. Este callejón de los pos implica una
los, Haya, Mariátegui y otros, encontrarán que se tartajosa dificultad, de una crítica desde dentro del
mueven las mismas cuestiones y que las respuestas eurocentrismo, que no llega, sin embargo, a produ-
básicas son las mismas, aunque Guha y sus segui- cir realmente ninguna ruptura básica en la episteme
dores son profesionales en la investigación históri- racista/sexista que comenzó con «América» y se
co-social. Pero también, probablemente, encontra- desarrolló y se hizo mundialmente dominante en el
rán que el debate tiene, sobre todo, un origen y un curso y en el cauce de la expansión mundial del co-
sentido más bien identitario, incluso nacionalista, por lonialismo europeo occidental. Pero es una indica-
lo cual los supuestos epistémicos no son siempre, ción eficaz de que ese horizonte está en crisis.
ni necesariamente, antieurocéntricos, aunque la teo- Y otra vez, para hablar de nuevo desde el Sur,
ría histórica sea producida como una contestación desde la América Latina y el Caribe, en primer tér-
antihegemónica, y que no es por acaso que las ca- mino, pero también desde África, desde Asia, hoy
tegorías gramscianas de subalternidad y de hege- día va emergiendo todo un movimiento de la socie-
monía ocupan un lugar central. dad que ahora va rápidamente, y hay un nuevo de-
Por eso, con la solitaria excepción de Mariáte- bate, que no solo pone en cuestión los supuestos
gui, ninguno de los demás encuentra, descubre o epistémicos de este horizonte de sentido y por tanto
tropieza con un modo de romper o subvertir las su imaginario, su forma de producir patrones de
raigambres epistémicas de este horizonte de senti- memoria y olvido, su forma de producir explica-
do. Mariátegui queda muy aislado, condenado po- ción, conocimiento y sentido, sino produce, además,
líticamente desde la conferencia de 1929 de los comienza a producir en la práctica, otro horizonte
partidos comunistas latinoamericanos, y es intelec- posible que está en plena constitución. Porque en
tualmente enterrado por todo un período. Aunque este período se conjugan la protesta social de los
mitificado y glorificado por su nombre, sus descu- más dominados en la Colonialidad del Poder, de los
brimientos teóricos centrales no reaparecerán en el «indígenas», con la crisis de la naturaleza, pues, del
debate latinoamericano sino décadas después. planeta mismo. En esta conjunción, la lucha de los
Pasada la Segunda Guerra Mundial, después de indígenas por la supervivencia resulta ser también una
las experiencias del nazismo y frente a las del des- lucha por la supervivencia de la especie entera y, en
potismo burocrático, el predomino del eurocentris- fin, de las condiciones de vida en el planeta. En ese
mo, del horizonte de sentido colonial/moderno/euro- contexto, es la primera vez en estos quinientos años
centrado, no podía quedar indemne. Todo horizonte en que emergen una perspectiva y un discurso ne-
histórico de sentido es una combinación epistémi- cesariamente anticapitalistas y anticolonialidad del
ca/teórica/histórica/ética/estética/política. El actual- poder, que no tienen orígenes intelectuales o ético
mente hegemónico está en crisis abierta. Pero la filosóficos, sino en las más directas necesidades de
crisis del eurocentrismo se produce de un modo la sobrevivencia, porque en este mismo período han
muy curioso, nos metemos en el callejón de los pasado al predominio las más profundamente

13
conflictivas y violentas tendencias del actual patrón matizado dicen algunos, de producción, en que la
de poder, y las más tecnocráticas orientaciones y lí- fuerza viva de trabajo individual, virtualmente no
neas de la colonial/modernidad. Es decir, es la crisis existe, no está ahí. Por consecuencia, ahí no hay
del patrón de poder, como tal, lo que produce la más empleo en el sentido convencional, ahí se pro-
crisis de su horizonte hegemónico de sentido. duce desempleo, los demás trabajadores solo pue-
El capitalismo hoy día –voy a cerrar con esto– den conseguir empleo en los niveles medio y bajo,
sigue siendo capitalismo, pero mirando el debate por eso se habla de desocupación estructural, no
sobre la catástrofe financiera contemporánea, se pue- de coyuntura, y por eso la flexibilización y la preca-
de ver que hay algo que no llega al debate aún, el rización del empleo. Por eso también la reexpan-
hecho de que el capital ha entrado desde hace trein- sión de la esclavitud, de la servidumbre, de la pe-
ta y cinco años, aproximadamente, en una crisis de queña producción mercantil que en un momento fue
transición o en una crisis de disrupción de sus más el corazón mismo de la economía informal, y tam-
profundas raíces y fundaciones. ¿A qué me refiero? bién de la reciprocidad.
Esto es parte de la historia del debate social de la Estoy seguro de que muchos de ustedes saben,
América Latina. Fuimos nosotros en la América La- quizá incluso han vivido la experiencia, que los nue-
tina los que a mitad de los años sesenta del siglo XX vos artefactos electrónicos tienden a ser cada vez
comenzamos a descubrir que un cambio muy pro- más pequeños y cada vez más baratos en precio, y
fundo empezaba a ocurrir en la relación capital-tra- algunos pueden ser, y de hecho son, obsequiados.
bajo. Los estudios que hablaban de «marginalización» ¿Por qué? Porque el costo de producción indivi-
dan cuenta de eso. Una parte creciente de traba- dual de esos instrumentos desciende continuamen-
jadores expulsados en los momentos de contracción te y puede ser a veces menos que cero. Pero junto
de la producción no era recuperada en el momento de con el obsequio, usted además se registra, o puede
expansión, y esa proporción ha ido creciendo cons- registrarse, en un servicio que tiene que ir pagando
tantemente. ¿Por qué? mensualmente. Eso quiere decir que no es más el
Los estudios del famoso Grupo de Praga, desin- costo de producción lo que es el eje del mercado,
tegrado con la invasión de los tanques rusos en sino la especulación financiera. Por eso, el capital
1968, ayudaron a entender lo que implicaba o po- financiero existente hoy no es el viejo capital finan-
día implicar aquello que ya se nombraba entonces ciero que aparece siempre en toda crisis, pero siem-
como «revolución científico tecnológica», un deci- pre con duración corta, diez o quince años como
sivo cambio, una mutación, en las relaciones entre promedio; el de aquí ya lleva cuarenta años y no
el espacio y el tiempo y entre nosotros con ellos. tiene cara de irse, si no se lo echa. Cuanto más
Porque esa revolución científico-tecnológica per- inventivos o «creativos» son los mecanismos de
mitía prescindir cada vez más de fuerza de trabajo especulación, pueden permitir mayores ganancias.
individual viva. Pero, en ese momento –estamos Por tanto, la especulación financiera tiende a ser
hablando de los años sesenta–, era aún una ten- cada vez más desregulada y, en consecuencia, frau-
dencia incipiente, aunque observable. Hoy en día dulenta. En la gran crisis financiera actual, esa es
no es una tendencia, es una situación totalmente una parte necesaria de toda explicación: es un gi-
consumada. Hay un nivel ultratecnologizado, infor- gantesco fraude financiero, muy minuciosamente

14
armado, pero estamos hablando de trillones de raza es un fenómeno de la naturaleza y no del poder.
dólares. En consecuencia, ese reclamo no tiene sentido, aun-
Jeremy Rifkin ha mostrado cómo el producto bruto que parezca muy progresista. «Raza» no existe, si
de todo el mundo puede pasar en solo una semana usted no cree en ella. Es lo mismo hoy día con el
por todos los intersticios de comunicación y transmi- capital financiero y la crisis. No se trata de si el Esta-
sión electrónicas en la ciudad de Nueva York. Y, como do es nacionalista o socialista, o es otra cosa.
todos podemos suponer, se trata de millones de mi- Hay un horizonte de sentido que emerge, que
llones de dólares. Ese dinero ¿es real? La gente pre- comienza a no creer, incluso a negar todo esto, por-
gunta a dónde se ha ido todo ese dinero en la recien- que ahora la supervivencia de todos está en juego,
te crisis financiera: son trillones de dólares, ¿a dónde a todos los niveles. Entonces empiezan a estar en
se van? Pero ese dinero no se va, ni se muere. Es cuestión el mercado y el lucro, y la idea de explota-
dinero ficticio, no tiene sentido. Entonces, no es más ción de la naturaleza, que nació asociada a la idea
el mismo viejo dinero que era un símbolo de las equi- de «raza», porque esta supone, precisamente, que
valencias entre productos en el mercado. El actual las «razas inferiores» lo son por «naturaleza» y es
capital financiero no trabaja con ese mismo dinero. «natural» que sean explotadas. Esa idea ha sido lle-
Por eso, a pesar de que Bush y Obama ahora invier- vada a cabo, agudizada y pervertida, sobre todo
ten de nuevo miles de millones de dólares para las en los trescientos años después de América, junto
grandes corporaciones financieras, ellas se siguen con América.
derrumbando. Ayer cayó la AIG, la mayor asegura- Hay, pues, un horizonte de sentido en quiebra y
dora universal, porque necesita más dinero, en con- otro horizonte de sentido que emerge, y estamos
secuencia la Bolsa cayó al día siguiente 13 % en Nueva en medio de eso de algún modo; si no somos capa-
York, y luego en todo el mundo. ¿Por qué? Crisis de ces de hacerlo visible, activo, realmente visible en
confianza, exactamente. Como mucha gente comienza el «otro mundo posible» que se busca y que se de-
a entender. El dinero es la sombra del poder. Si us- bate en los Foros Sociales Mundiales, escenarios
ted no cree, no existe o no se puede. Es como la centrales del debate de la resistencia y de las alter-
idea de «raza», nuestros compañeros víctimas del nativas, puede haber «otro mundo posible», pero
racismo han peleado por la democratización de las ese puede ser mucho peor, y en cierto modo co-
relaciones raciales. Pero eso no es posible en reali- mienza a serlo. Tenemos, pues, una opción todos
dad. Si usted pelea por la democratización de las aquí, una u otra posibilidad.
relaciones de «raza», entonces está aceptando que Gracias. c

15
SERGIO GUERRA VILABOY

El dilema*

¿Hasta cuándo esperamos?

L
a consolidación de los gobiernos autónomos creados desde
1810 en Hispanoamérica, caracterizados por las ambigüeda-
des políticas impuestas por las elites criollas, abrió un com-
plicado proceso que llevó de manera inexorable a la emancipación. En
algunos lugares, como Venezuela, la declaración de independencia
fue temprana (5 de julio de 1811), en gran medida gracias a la
presión de jóvenes criollos miembros de la recién creada Sociedad
Patriótica de Agricultura y Economía –entre los cuales descollaba
Bolívar–, seducidos por el magisterio subversivo de Miranda. El
Revista Casa de las Américas Nos. 259-260 abril-septiembre/2010 pp. 16-31

Precursor, quien varias veces habló en el Congreso de Caracas


para convencer a los diputados, señaló en su intervención del 3 de
julio de 1811: «No podemos proclamar nuestra fidelidad a Fernan-
do VII y a la vez pretender que nos reconozcan las potencias ex-
tranjeras. Solo siendo un país independiente nos ganaremos el res-
peto y el apoyo de otros Estados».1
También fue ese el caso de Cartagena, donde el proceso se radi-
calizó cuando el 14 de agosto de 1810 los criollos destituyeron a
las autoridades adueñadas del poder tres meses antes y fue consti-
tuida una Junta Suprema de Gobierno. En esta provincia litoral, una
* Fragmento del capítulo tercero del li- de las más pobladas de Nueva Granada, el anuncio formal de la
bro Jugar con fuego. Guerra social y
separación de España se produjo el 11 de noviembre de 1811, lo
utopía en la independencia de Amé-
rica Latina, Premio extraordinario Bi-
centenario de la Emancipación Hispa- 1 José Grigulievich Lavretski: Miranda, la vida ilustre del Precursor de la
noamericana, Casa de las Américas, Independencia de América Latina, Caracas, Ediciones de la Contraloría,
2010. 1974, p. 189.

16
que la convirtió en el segundo territorio hispano- un congreso donde «todos se hallan mezclados los
americano en declarar su independencia. blancos con los pardos, para alucinar con esta medi-
Ese fue el resultado de la vigorosa actuación de los da de igualdad, una parte del pueblo», según escri-
hermanos Vicente Celedonio, Germán y Gabriel Gutié- biera desconsolado al rey, desde su refugio en La
rrez de Piñeres, quienes le imprimieron al proceso en Habana, el arzobispo del principal puerto neograna-
Cartagena un carácter antiespañol y antiaristocrático, dino fray Custodio Díaz.4 Al año siguiente, el propio
con el respaldo de los mulatos y negros libres del cónclave dispuso la confiscación y el reparto de todos
barrio de Getsemaní, encabezados por el herrero mu- «los bienes que correspondieran a los enemigos de
lato de Matanzas (Cuba) Pedro Romero. El 4 de fe- la libertad americana».5 Entusiasmado en Bogotá con
brero de 1811, las fuerzas populares aplastaron un estas noticias, Antonio Nariño escribió en su perió-
intento sedicioso de los comerciantes españoles alia- dico La Bagatela:
dos al Regimiento Fijo acantonado en Cartagena.
Según el relato de un teniente del Batallón de Por el último correo ha recibido el autor de La
Pardos, el pueblo humilde comenzó esa jornada en Bagatela infinidad de cartas y relaciones del su-
forma espontánea, con la detención de los conspira- ceso del día 11 de noviembre en aquella ciudad. Es
dores europeos, con «una furia de más de 400 hom- imposible incluirlas aquí todas, ni al pie de la letra.
bres con lanzas, sables, machetes, hachas, etc.»; De ellas resulta que el cuerpo de patriotas Lance-
por lo que «toda la noche fue de revolución: más de ros de Getsemaní fue el que dio impulso y sostuvo
tres mil almas estaban patrullando y andando por la revolución para que se desconociera definitiva-
las calles».2 Nueve meses después, los mulatos y mente la Regencia de Cádiz, proclamando una
negros libres armados impusieron a la moderada absoluta independencia: que el pueblo estaba can-
junta aristocrática criolla del principal puerto neo- sado de sufrir un gobierno más misterioso que el
granadino, presidida por el abogado y hacen- de los antiguos gobernadores [...] entre los pa-
dado José María García de Toledo, el Acta de In- triotas que más se han distinguido se notan a los
dependencia, que declaraba «solemnemente a la dos hermanos Piñeres, al célebre matancero [se
faz de todo el mundo que la provincia de Cartage- refiere al cubano Pedro Romero], Juan José So-
na de Indias es desde hoy y por derecho Estado lano, Manuel Rublas, Ignacio Muñoz, y los jefes
Libre, Soberano, e Independiente».3 de los pardos, siempre amantes de la libertad.6
El 15 de junio de 1812, se aprobó la constitución
igualitarista del Estado de Cartagena de Indias, por 4 En A. Múnera: Ob. cit. (en n. 2), p. 202. La constitución
prohibía la trata y creaba un fondo para la manumisión
2 Citado por Alfonso Múnera: El fracaso de la nación. de los esclavos. Véase el texto íntegro en Germán Mar-
Región, clase y raza en el Caribe colombiano (1717- quínez Argote [selección de textos e introducción]: Fi-
1821), Bogotá, Banco de la República, El Áncora Edito- losofía de la emancipación en Colombia, Bogotá, Edi-
res, 1998, p. 184. torial El Búho, 1983, pp. 133-141.
3 Tomado de Javier Ocampo: «El proceso político, militar y 5 En José Manuel Restrepo: Historia de la revolución de
social de la independencia», en Manual de Historia de la República de Colombia en la América meridional,
Colombia, dirigido por Jaime Jaramillo Uribe, Bogotá, Bogotá, Banco de la República, 1942, t. II, p. 69.
Instituto Colombiano de Cultura, 1982, t. II, p. 39. 6 Citado por A. Múnera: Ob. cit. (en n. 2), p. 197.

17
En México, sin embargo, la adopción de una arbitrario sin sustraernos de la dominación de
declaración de independencia no se produjo, de Fernando VII, se fermentará, declarada la inde-
manera oficial, hasta dos años después de Cartage- pendencia, y aleccionados en la actual lucha ha-
na, el 6 de noviembre de 1813, cuando fue aproba- rán esfuerzos por restituir sus antiguas monar-
da por el congreso insurgente reunido en Chilpan- quías, como descaradamente lo pretendieron el
cingo, que sustituyó a la titulada Suprema Junta año anterior los tlaxcaltecas en su representa-
Nacional Americana o Junta de Zitácuaro, creada ción al señor Morelos.8
por Ignacio López Rayón tras la derrota de Hidalgo,
el 19 de marzo de 1811. En el campo revolucionario Una situación en algún sentido parecida a la de
novohispano había muchas reticencias a descono- Nueva España se produjo en Quito. En la capital
cer a Fernando VII. del territorio situado en la línea ecuatorial, tras la
La adopción de la declaración de independencia matanza de más de un centenar de indefensos crio-
de México era combatida en forma abierta por llos, cometida el 2 de agosto de 1810 por el Real de
miembros de la aristocracia y la intelectualidad criolla Lima, fue restablecida la Junta Autónoma (19 de
comprometidas con la insurrección. Por esa razón, septiembre), que reconocía la autoridad del Con-
el Bando del 21 de agosto de 1811, que dio a co- sejo de Regencia por influencia del recién llegado
nocer la existencia de la Junta de Zitácuaro, se inicia- comisionado regio Carlos Montúfar.
ba con una invocación al «señor D. Fernando VII Como su antecesor, el nuevo gobierno respon-
y en su real nombre la Suprema Junta Nacional día a los intereses de la aristocracia señorial criolla.
Americana, instalada para la conservación de sus La preminencia de la elite quiteña decaía en forma
derechos».7 ostensible desde fines del siglo XVIII «por un cáncer
Para estos sectores de la aristocracia novohis- doble: desde afuera, las sedes virreinales que ad-
pana, mantener el reconocimiento al rey era la me- quirían cada vez más poderes directos sobre sus
jor garantía para frenar una mayor radicalización provincias periféricas y, desde dentro, la debilidad
de la revolución de Hidalgo. Uno de los insurgentes del Gobierno quiteño, que tenía cada vez menos
que de forma más apasionada defendió esta con- autoridad sobre su propio distrito».9
cepción conservadora fue el propio López Rayón, El congreso de representantes de esta región
inclinado a buscar a toda costa un arreglo con la serrana, reunido poco más de un año después, si
metrópoli. En 1813 declaró: bien proclamó su soberanía (11 de diciembre de
1811) y adoptó una bandera roja con aspa blanca,
La masa enorme de indios, quietos hasta ahora, mantuvo el reconocimiento a Fernando VII en la
y unidos con los demás americanos en el con-
cepto de que sólo se trata de reformar el poder
8 Tomado de Miguel González Avelar: La Constitución
de Apatzingán y otros estudios, México, Sep-Setentas,
7 En La Independencia de México, textos de su historia, 1973, p. 20.
Miguel González Avelar (investigación y compilador), 9 Carlos Landázuri Camacho: «La independencia del Ecua-
México, Secretaría de Educación Pública, 1985, t. I, dor (1808-1822)», en Nueva Historia del Ecuador, Qui-
p. 205. to, Grijalbo, 1989, t. VI, p. 93.

18
propia declaración y en la constitución (Artículos to a la laguna de Yaguarcocha (“lago de sangre”)
del Pacto Solemne de Sociedad y Unión entre las que, por segunda vez en nuestra historia, justificó trá-
Provincias que forman el Estado de Quito), adop- gicamente su nombre».11
tada el 15 de febrero de 1812. Las pugnas entre un Lo mismo ocurrió en Chile –único territorio his-
sector de la aristocracia quiteña, que presionaba para panoamericano cuya junta fue reconocida por el
romper todo vínculo con España, encabezado por Consejo de Regencia–, donde pese al ascenso al
Jacinto Sánchez de Orellana, marqués de Villa Ore- poder, el 15 de noviembre de 1811, de la tenden-
llana, sobre el grupo moderado promonárquico del cia más radical, encabezada por los hermanos Ca-
marqués de Selva Alegre y su hijo Carlos Montúfar, rrera, no se llegó tampoco a declarar de manera
dividieron a los criollos y facilitaron la ofensiva rea- formal la independencia. Aunque José Miguel Ca-
lista encabezada por el mariscal de campo Toribio rrera, después de atribuirse plenos poderes, alen-
Montes. tado por el arribo del representante de los Estados
A favor de estas fuerzas actuaba también la falta Unidos, Joel R. Poinsett, dispuso la sustitución del
de apoyo popular al gobierno criollo de Quito, en pabellón español por una bandera tricolor y pro-
particular entre la población negra e indígena. Como clamó una constitución (26 de octubre de 1812),
ha escrito Jorge Núñez: que de hecho organizaba al territorio austral como
un Estado libre, se mantuvo el reconocimiento a
No puede entenderse el triunfo final de los rea- Fernando VII.
listas en la región del norte quiteño sino por la No obstante, la propia carta magna chilena –al
masiva presencia de indígenas de Pasto y escla- igual que la de Quito y Cundinamarca– dejaba cla-
vos negros del Patía y Barbacoas, reclutados para ro que: «Ningún decreto, providencia u orden que
la guerra por el gobernador Miguel Tacón, me- emane de cualquier autoridad o tribuna de fuera del
diante la oferta de concretos beneficios sociales territorio de Chile, tendrá efecto alguno».12 A favor
(entrega de tierras, suspensión del pago de tri- de una clara definición política, se había pronun-
butos, manumisión de la esclavitud).10 ciado unos días antes, en el recién estrenado pe-
riódico Aurora de Chile, el cura Camilo Henríquez:
Ni siquiera los desesperados llamados a la resis- «Ya es tiempo de que cada una de las provincias
tencia, formulados por el obispo-presidente José revolucionarias de América establezca de una vez
Cuero y Caicedo, pudieron impedir el inevitable des- lo que ha de ser para siempre: que se declare inde-
enlace. La división entre sanchistas y montufaristas pendiente i libre i que proclame la justa posesión de
facilitó la toma de la capital por sus enemigos realis- sus eternos derechos».13
tas el 8 de noviembre de 1812. Según cuenta el his- La postura conciliadora predominante entre los
toriador ecuatoriano Carlos Landázuri: «El obispo, criollos de la tierra austral no varió con la sustitución
los nobles, el pueblo, lo que quedaba del ejército 11 Ibíd., p 116.
habían huido al Norte. La batalla final tuvo lugar jun- 12 Tomado de Luis Vitale: Interpretación marxista de la
10 Jorge Núñez Sánchez: De la Colonia a la República: el historia de Chile, t. III, Santiago de Chile, Prensa Lati-
patriotismo criollo, Quito, Campaña Nacional Euge- noamericana, 1969-1971, p. 19.
nio Espejo por el Libro y la Lectura, 2009, p. 155. 13 Ibíd., p. 25.

19
en la jefatura del ejército chileno de Carrera por neral Belgrano por hacer jurar a sus tropas una ban-
O’Higgins (27 de noviembre de 1813), quien había dera azul celeste y blanca.
estado vinculado a Miranda y compartía su ideario Para el sector criollo en que militaba el jefe del
emancipador desde antes de 1810. Las vacilacio- Ejército del Norte era ya hora de declarar la inde-
nes facilitaron que, tras el restablecimiento del ab- pendencia. También Bernardo Monteagudo insistía
solutismo en España, el gobierno de Santiago de en abandonar «la máscara de Fernando VII»,15 lo
Chile pudiera firmar con los representantes realis- que se consiguió en el congreso de 1813, aunque
tas el tratado de Lircay (3 de mayo de 1814). este cónclave tampoco proclamó de manera for-
El documento de pacificación recogía las aspira- mal la emancipación de España ni definió un régi-
ciones de la aristocracia chilena de conjugar go- men político específico, pues para muchos de los
bierno propio y comercio libre con el reconocimiento delegados «la independencia no es soplar y hacer
de la soberanía española y el mantenimiento del status botellas». A estos argumentos respondió el general
quo social. Pero el acuerdo firmado en Lircay no San Martín que: «mil veces me parece más fácil
tardaría en ser rechazado por Abascal, el intransi- hacer la independencia que el que haya un solo
gente virrey del Perú, a nombre de España. El des- americano que haga una sola botella».16 Así, escri-
conocimiento del tratado llevó al descalabro de la bió en 1816 a varios diputados del Congreso de
Patria Vieja, tras la derrota militar de Rancagua (2 Tucumán una misiva que exigía la adopción inme-
de octubre), precipitada por las persistentes con- diata de esa declaración:
tradicciones entre los partidarios de Carrera y los
de O’Higgins. ¡Hasta cuándo esperamos para declarar nuestra
Una mayor dilación en la proclamación de la in- Independencia! ¿No le parece una cosa bien ri-
dependencia se registró en el Virreinato del Río de dícula acuñar moneda, tener el pabellón y cucar-
la Plata. La aristocracia bonaerense temía, como da nacional, y por último, hacer la guerra al so-
escribiera Saavedra, el presidente de la Junta de berano de quien en el día se cree dependemos?
Mayo, que «si nosotros no reconociésemos a Fer- ¿Qué nos falta más que decirlo?».17
nando, tendría Inglaterra derecho, o se considera-
ría obligada a sostener a nuestros contrarios que lo 15 Tomado del prólogo de Noemí Goldman a R. de Titto:
reconocen, y nos declararía la guerra del mismo El pensamiento de los hombres de Mayo, ob. cit. (en n.
14), p. 13.
modo que si no detestásemos a Napoleón».14 Por
16 Carta del 24 de mayo de 1816, en R. de Titto: Ibíd.,
eso, a fines de 1811, no solo se promulgó el Esta-
pp. 264-265.
tuto Provisional del Gobierno Superior de las
17 Citado por Bartolomé Mitre: Historia de Belgrano y
Provincias Unidas del Río de la Plata a nombre de la independencia argentina, Buenos Aires, Edito-
del Sr. D. Fernando VII, sino que se llegó al extre- rial Universitaria, 1978, t. II, p. 262. El texto del acta de la
mo, el 25 de mayo de 1812, de desautorizar al ge- declaración de independencia de las Provincias Uni-
das en Sudamérica, adoptado en Tucumán, el 9 de julio de
14 En la carta a Juan José Viamonte, del 27 de junio de 1811, 1816, puede verse en José Santos Vargas: Diario de un
citada en Ricardo de Titto: El pensamiento de los combatiente de la guerra de independencia america-
hombres de Mayo, Buenos Aires, El Ateneo, 2009, na; desde el año 1814 hasta el año 1825, La Paz, Bo-
p. 167. livia, Plural Editores, 2008, pp. 136-139.

20
En muchos lugares de Hispanoamérica la inde- Washington. En el mismo texto, señaló que su úni-
pendencia fue declarada bastante después de ini- co crimen «consiste en haber levantado la voz de la
ciada la contienda armada: Paraguay y Bogotá Libertad de nuestra Patria, en haber descubierto
en 1813; el Río de la Plata en 1816; Chile en 1818, las intrigas de los Gachupines para entregarnos á
y Perú, Centroamérica, Quito, Santo Domingo, Pa- Josef» y exhortó a los criollos a unirse «al ímpetu
namá y Veraguas en 1821. A ese resultado, en es- de toda una nación levantada por su independen-
tos siete últimos territorios, contribuyeron el sensi- cia».19 Lucas Alamán, testigo de estos aconteci-
ble cambio en la correlación de fuerzas creado con mientos desde el campo contrario a los insurgentes,
la sublevación de Rafael del Riego en España (enero consideró que desde su estancia en Guadalajara, en
de 1820) y las victorias militares de San Martín en diciembre de 1810,
Maipú (5 de abril de 1818) y Bolívar en Boyacá (7 de
agosto de 1819) y Carabobo (24 de junio de 1821), Hidalgo dejó caer en el olvido el nombre de Fer-
que compulsaron al sector criollo conservador a rom- nando VII, cuyo retrato hizo quitar del dosel bajo
per con la debilitada metrópoli y aceptar una sepa- el cual recibía en público, e igualmente fueron
ración de España, ya de hecho inevitable. desapareciendo los vivas y cintas de su nombre
La lentitud en la ruptura formal con España no que todavía llevaban los sombreros [...] ahora
invalida que en la mente de algunos criollos ilustra- empezó a insinuar en los impresos y de palabra
dos y determinadas personalidades preclaras, ade- que estaban rotos todos los vínculos que ligaban
lantadas a su tiempo –Miranda fue uno de ellos–, la a estos países con el trono español.20
idea de la independencia y la formación de una na-
ción en su sentido moderno ya estuviera presente
Cambio de formas o de espíritu
desde muy temprano. Este fue el caso del propio
Hidalgo, cuyo horizonte más íntimo era la emanci- Desde los comienzos de la lucha por la indepen-
pación de España, por lo que su fidelidad a Fer- dencia de la América hispana, se pusieron de mani-
nando VII ha sido considerada por algunos histo- fiesto sus limitaciones, derivadas de la conducción
riadores una simple cuestión táctica. de la elite criolla que, con la excepción del levanta-
La inclinación de Hidalgo a la independencia se miento de Hidalgo en el Virreinato de Nueva Espa-
desprende de sus últimas disposiciones, escritos y ña, pretendía romper la dominación española sin
decretos, en especial aquellos que distinguían a los afectar la tradicional estructura socioeconómica. De
criollos de los españoles y que fueron publicados ahí que en muchos sitios del Continente la partici-
en el Despertador Americano, encaminados a la pación popular en la contienda fuera muy limitada o
forja de la «nación mexicana».18 En uno de sus ar- incluso adversa a la emancipación.
tículos en ese periódico insurgente, el 3 de enero
de 1811, el cura rebelde se llegó a proclamar «Pa- 19 En La Independencia de México, ob. cit. (en n. 7), t. I,
pp. 150 y 154.
dre y Libertador» y a compararse con George
20 Citado por Martín Tavira Urióstegui y José Herrera Peña:
Hidalgo contemporáneo. Debate sobre la indepen-
18 En M. S. Alperovich: Historia de la independencia de dencia, México, Escuela Preparatoria Rector Hidalgo,
México (1810-1824), México, Grijalbo, 1967, p. 139. 2003, p. 92.

21
Desde el norte de México hasta el Virreinato del des comerciantes, arrendatarios e intermediarios de
Río de la Plata y Chile, la guerra emancipadora se los monopolios de la corona, en su mayoría espa-
distinguió, a partir de 1810, por la lucha permanente ñoles, y el alto clero que, en virtud del real patrona-
del pueblo; y sus dirigentes más consecuentes, por to, formaba parte de la poderosa burocracia colo-
enlazar las tareas de la liberación nacional con cam- nial. A través de la Iglesia, y valiéndose del fanatismo
bios sociales profundos. En cada ocasión que se in- religioso o de las tradiciones paternalistas de la
tentó dar una solución radical a algunos de los pro- monarquía hispana, los realistas –a cuyas filas se
blemas heredados de la sociedad colonial, fueron integró el sector más conservador de la aristocra-
amenazados los intereses de los sectores privilegia- cia criolla, temeroso de perder sus privilegios y ver
dos, que cerraron filas para defender el status quo. afectados sus intereses económicos– lograron en
En casi todas las colonias hispanoamericanas el muchas ocasiones manipular a capas y clases po-
proceso emancipador comenzó con muchas indefi- pulares –artesanos, peones, esclavos y pueblos in-
niciones, pues no solo se establecieron gobiernos dígenas–, para situarlos contra la independencia.
autónomos, que seguían reconociendo la soberanía Este fenómeno se manifestó con mucha fuerza en el
de Fernando VII, sino que también evitaban cual- sur de Chile, en las dos primeras repúblicas vene-
quier reivindicación social. Las juntas, como la de zolanas y en Santa Marta, Popayán y las provincias
Buenos Aires o Santiago de Chile, se limitaron a suroccidentales de Nueva Granada.
disponer o legalizar la libertad de comercio –el En los principales teatros del conflicto bélico, la
Consejo de Regencia había reiterado su prohibi- lucha se vio lastrada desde sus inicios por los inte-
ción el 2 de junio de 1810–, para satisfacción de reses clasistas de la elite criolla. La hegemonía de
sus encumbrados promotores criollos, perjudica- las capas privilegiadas hispanoamericanas en el pro-
dos con los privilegios mercantiles de los peninsu- ceso emancipador significó el predominio de fuer-
lares y las incapacidades del mercado metropo- zas sociales –terratenientes y grandes propietarios
litano para absorber a plenitud la producción en general– que ocupaban con muchas limitaciones
agropecuaria de sus colonias. Como comenta con el lugar de una burguesía, en la práctica casi inexis-
acierto el historiador francés Thibaud: «las juntas tente.
de 1810 no son revolucionarias; no desean cam- A pesar de las agudas contradicciones sociales
biar la sociedad en nombre de una ética, de un pro- latentes en Hispanoamérica, el proceso indepen-
grama político, aunque ciertos valores igualitarios dentista estalló como un movimiento exclusivo de
comenzaron a ser defendidos –en derecho por los las clases privilegiadas, convencidas de su capaci-
de arriba, de hecho por los de abajo».21 dad para ocupar el poder y desplazar a los funcio-
Para resistir la tácita insubordinación que signifi- narios coloniales, sin alterar las bases del viejo
caba la formación de juntas en la América hispana, sistema de dominación. Para este sector aristocrá-
se agruparon en el bando realista funcionarios, gran- tico, puesto a la cabeza de la lucha, la independen-
cia se concebía como una especie de conflicto en
21 Clément Thibaud: Repúblicas en armas. Los ejércitos dos frentes: «hacia arriba», contra la metrópoli, y
bolivarianos en la guerra de independencia en Co- «hacia abajo», para impedir las reivindicaciones po-
lombia y Venezuela, Bogotá, Editorial Planeta, 2003. pulares y cualquier alteración del status quo.

22
La adopción del proyecto independentista por Mundo temo más a la anarquía y al sistema re-
los criollos puso sobre el tapete el problema del volucionario. Dios quiera que esos hermosos
tipo de independencia a que se aspiraba, esto es, el países, so capa de establecer la libertad, no va-
dilema latente a todo lo largo del ciclo emancipa- yan a sufrir el destino de Santo Domingo esce-
dor latinoamericano de romper el orden colonial con nario de crímenes y hechos sangrientos; antes que
o sin transformaciones revolucionarias.22 En pala- eso mejor sería que permanecieran todavía un
bras de José Martí, en su ensayo «Nuestra Améri- siglo más bajo la bárbara y dañina explotación
ca»: «El problema de la independencia no era el de España.25
cambio de formas, sino el cambio de espíritu».23
Las reivindicaciones sociales de esta época no eran Tal era el pensamiento de Miranda, una de las fi-
solo la supresión del diezmo, de monopolios co- guras emblemáticas de la independencia. Cuando el
merciales y viejos tributos y gravámenes, sino tam- Precursor escribió esa misiva, la aristocracia hispa-
bién la eliminación de la servidumbre indígena y, noamericana todavía rechazaba, en su conjunto, la
sobre todo, la abolición de la esclavitud. idea de la emancipación de España, y solo unos po-
En realidad, el tema de la esclavitud era la piedra cos criollos ilustrados la acariciaban. La independen-
de toque de la independencia, y lo que definía en- cia a que aspiró después la elite hispanoamericana
tonces el sentido revolucionario o conservador de era al estilo norteamericano, como había confesado
la contienda anticolonialista, disyuntiva que sacudió sin ambages el propio Miranda a su compatriota
todo el movimiento emancipador latinoamericano. Manuel Gual, el 31 de diciembre de 1799:
En forma descarnada lo formuló Miranda, quien ya
había escrito sobre la necesidad de seguir «las hue- Amigo mío, la verdadera gloria de todos los
llas de nuestros hermanos los americanos del nor- americanos consiste en la consecución de la li-
te»,24 en carta a su amigo inglés John Turnbull, fe- bertad [...]. Dos grandes ejemplos tenemos de-
chada el 12 de enero de 1798: lante de los ojos: la Revolución americana y la
francesa. Imitemos discretamente la primera: evi-
Reconozco que a pesar de todo lo que pueda temos con sumo cuidado la segunda.26
desear la libertad y la independencia del Nuevo
Estaba claro que para Miranda los Estados Uni-
22 Consúltese Sergio Guerra Vilaboy: El dilema de la in-
dependencia. Las luchas sociales en la emancipación dos eran el modelo, y no la Revolución Haitiana o
latinoamericana (1790-1826), Santafé de Bogotá, la Revolución Francesa, que provocaron más te-
Ediciones Fundación Universidad Central, 2000. mores que adhesiones en la elite hispanoamerica-
23 José Martí: «Nuestra América», publicado en El Parti- na, asustada ante la gran violencia social desatada.
do Liberal, México, 30 de enero de 1891. Tomado de
sus Obras completas, La Habana, Editorial Lex, 1946, 25 Archivo del General Miranda, edición y prólogo de
t. II, p. 109. Vicente Dávila, Caracas, Tipografía Americanas, 1938,
24 Citado por Carmen L. Bohórquez Morán: Francisco de t. XV, p. 207.
Miranda. Precursor de las independencias de la Amé- 26 Tomado de Pedro Grases: Preindependencia y emanci-
rica Latina, Caracas, Universidad Católica Andrés Bello, pación (protagonistas y testimonios), Barcelona, Seix
Universidad del Zulia, 2002, p. 199. Barral, 1981, t. III, p. 269.

23
Los ricos propietarios criollos de las colonias abo- redactado Ustáriz y otras personas [...] que opi-
gaban por una independencia sin cambios de en- naban, como cuestión de principio, que [...] el
vergadura; una separación de las respectivas mejor régimen para Venezuela sería el de un go-
metrópolis europeas que mantuviera la esclavitud y bierno federal, semejante al de los Estados Uni-
todo el viejo orden de la sociedad, como había dos de América. Con el objeto de propagar esta
ocurrido en los Estados Unidos. El profesor Juan idea se publicaron numerosos artículos en la
Bosch escribió con agudeza: Gaceta de Caracas [...]. El entusiasmo a favor
de una constitución federal prendió también en
Las tierras por donde pasa una revolución ver- Nueva Granada [...].28
dadera –y la de Haití había sido la revolución
más profunda de América, puesto que la de Es- A pesar de la atracción ejercida por el paradig-
tados Unidos no llegó a sus niveles sociales y ma norteamericano y su carta magna, durante el
raciales–, son como aquellas donde se levanta desarrollo de la lucha independentista se levanta-
inesperadamente un volcán: el paisaje no vuelve ron voces de determinadas figuras de prestigio,
a ser lo que había sido».27 como las de Antonio Nariño, Mariano Moreno y
fray Servando Teresa de Mier, quienes alertaron
El vestido ridículo y pantomímico sobre el peligro de copiar en forma mecánica el
modelo de los Estados Unidos. Para el sacerdote
En el proceso independentista latinoamericano, la mexicano:
influencia de los Estados Unidos actuó de diferen-
tes maneras. Una de sus expresiones fue el intento La prosperidad de esta república vecina ha sido y
de copiar la constitución norteamericana de 1787. está siendo, el disparador de nuestra América
Para el venezolano Manuel Palacio Fajardo, autor porque no se ha ponderado bastante la inmensa
de una de las primeras historias de la emancipación distancia que media entre ellos y nosotros. Ellos
americana, titulada Outline of the Revolution Spa- eran ya Estados separados e independientes unos
nish America (Londres, Longman, 1817), ese afán de otros, y se federaron para unirse contra la opre-
mimético estuvo presente en la carta magna de la sión de Inglaterra: federarnos nosotros estando
primera república venezolana: unidos es dividirnos y atraernos los males que ellos
procuraron remediar con esa federación.29
El gobierno dirigió entonces su atención al pro-
yecto de la nueva Constitución, que debía ase- En una dirección semejante se pronunció More-
gurar la libertad de Venezuela. La habían no, quien llegó a considerar que este sistema «en
las presentes circunstancias es inverificable, y po-
27 Juan Bosch: De Cristóbal Colón a Fidel Castro. El
Caribe, frontera imperial, La Habana, Editorial de Cien- 28 Manuel Palacio Fajardo: Bosquejo de la revolución en
cias Sociales, 2003, p. 356. Véase al respecto Manfred la América española, Caracas, Fundación Cultural Ba-
Kossok: La revolución en la historia de América Lati- rinas, 1973, p. 66.
na. Estudios comparativos, La Habana, Editorial de 29 Citado por David A. Brading: Los orígenes del nacio-
Ciencias Sociales, 1989. nalismo mexicano, México, Sep-Setentas, 1973, p. 144.

24
dría ser perjudicial»;30 lo mismo que pensaba en estado de pronunciar cada una sobre su propia
Nueva Granada Antonio Nariño –recién salido de suerte [...].32
la prisión española por sus manifiestas simpatías por
la Revolución Francesa–, en polémica con su ad- En respuesta a las tesis federalistas de Torres y
versario federalista Camilo Torres. El autor del Pombo, inspiradas en la constitución norteameri-
Memorial de Agravios era partidario de confede- cana, apareció en el número 16 del periódico
rar las antiguas provincias del virreinato, para que bogotano La Bagatela, del 20 de octubre de 1811,
cada una tuviera su administración y autonomía, ate- un artículo de Nariño que criticaba el uso de la car-
niéndose al esquema de la constitución de los Esta- ta magna de los Estados Unidos como modelo para
dos Unidos, cuya traducción se había publicado en Nueva Granada:
Bogotá en 1811 y que consideraba «la más sabia
que hay bajo el cielo».31 El propio traductor de la No basta que la Constitución de Norteamérica
carta magna norteamericana, Miguel de Pombo, sea la mejor, es preciso que Vd. nos pruebe que
escribió en 1811 en su Discurso preliminar sobre nosotros estamos en estado de recibirla; y esto
los principios y ventajas del sistema federativo: jamás lo podrá Vd. probar. Bien puede un vesti-
do ser perfecto, lucido, brillante para un hombre
La América del Sur en su transformación política rollizo y de una estatura grande; y ridículo y pan-
quiere imitar a la América del Norte, y desde el tomímico para un flaco y de estatura mediana.
Catatumbo hasta el Río de la Plata, desde allí Vd. conoce el vestido, pero no a las personas a
hasta el pie del Chimborazo, todas las provin- las que se lo quiere poner.33
cias, todos los pueblos que habitan sobre estas
vastas y encantadoras regiones han proclamado Nariño abogaba por el centralismo y la unidad
la federación y han resuelto adoptar la constitu- de los patriotas, como escribió en el número 18 de
ción general y las particulares de los Estados La Bagatela, del 3 de noviembre de 1811: «En el
Unidos, en cuanto ellas sean adaptables a su ca- estado de división en que el Reyno se halla, es im-
rácter, situación y demás circunstancias. Este es posible conservarse; pero también es imposible
y ha sido el voto general de la Nueva Granada subyugarlo si se une». Con anterioridad, en el nú-
desde el feliz momento en que disuelto el antiguo mero 5 de La Bagatela, del 11 de agosto de 1811,
gobierno o rotos los vínculos políticos que las Nariño había defendido su concepción centralista
unían entre sí y con la capital del reino, recobra- con estos argumentos:
ron la igualdad de sus derechos, y se pusieron en
Y si nosotros, en lugar de acumular nuestras lu-
30 Tomado de su artículo publicado en la Gazeta de Buenos ces, nuestras riquezas y nuestras fuerzas, las di-
Ayres el 6 de diciembre de 1810, en El pensamiento de vidimos en otras tantas partes como tenemos de
los hombres de Mayo, ob. cit. (en n. 14), p. 144. Provincias, ¿Cuál será el resultado? Que si con
31 Carta de Camilo Torres al oidor de Quito Juan Ignacio
Tenorio en Javier Ocampo López: El proceso ideológi- 32 En G. Marquínez, loc. cit. en Filosofía de la emancipa-
co de la emancipación, Bogotá, Editorial Colombia ción en Colombia, ob. cit. (en n. 4), p. 151.
Nueva, 1982, p. 345. 33 Ibíd., p. 24.

25
la suma total de nuestros medios apenas pode- –principal artículo exportable del virreinato– y las
mos salvar, dividiéndonos, nuestra pérdida será haciendas cercanas de la templada meseta de
tanto más probable cuanto mayor sea el número Popayán, del valle de clima tropical del Cauca y
de partes en que nos dividimos.34 del más cálido de Patía, que abastecían a las dos
primeras de productos agrícolas.
Detrás de este debate estaba el talón de Aquiles En cambio, en el altiplano oriental, situado a más
del proceso emancipador en Nueva Granada. Nos de dos mil metros de altitud, alrededor de Bogotá y
referimos a la lucha fratricida que envolvió a sus los centros urbanos más poblados –antiguas pro-
provincias, limitó la participación popular, impidió vincias de Santa Fe y Tunja, además de las de Gi-
la unidad patriota y la consolidación de la indepen- rón, Neiva y Pamplona–, así como en las regiones
dencia. suroccidentales, predominaba la economía natural
Las causas de esta contradicción, que lastró el de los grandes terratenientes enfeudados, benefi-
movimiento emancipador en Nueva Granada, es- ciados por el trabajo concertado (mita agrícola)
taban relacionadas con la necesidad de la aristo- de los indios, que salían por temporadas de los res-
cracia criolla de Bogotá de conservar sus viejos guardos. Tanto aquí como en el Socorro, donde
privilegios, entre ellos el control de las rentas fisca- había también un vasto campesinado mestizo libre,
les, junto a la aspiración de las elites provincianas la artesanía constituía una de las actividades eco-
de conseguir la soberanía total sobre sus regiones y nómicas fundamentales.
ciudades. Las diferencias entre el centro y las áreas A agravar las tensiones entre Bogotá y las pro-
periféricas se fundamentaban en las enormes desi- vincias se sumaban diferentes concepciones sobre
gualdades socioeconómicas de Nueva Granada, las reglamentaciones comerciales y fiscales, como
poblada entonces por cerca de un millón de habi- eran las relativas a la protección de la producción
tantes, más de la mitad mestizos. artesanal, afectada por la creciente competencia de
Separadas las provincias entre sí por las malas las manufacturas importadas, o el consumo de de-
comunicaciones y una accidentada geografía, deri- terminados productos agropecuarios autóctonos
vada de la división de los Andes neogranadinos en desplazados por los procedentes del exterior. Esa
tres cordilleras compartimentadas como en ningu- era la situación de la harina de trigo, manzana de la
na otra parte del Continente, cada una había segui- discordia entre la capital y Cartagena, a lo que se
do una evolución diferente. Las del litoral Atlántico, sumaba que el gobierno de Bogotá consideraba al
y muy en particular Cartagena, estaban vinculadas principal puerto neogranadino una pesada carga que
a una economía más abierta al exterior, que favore- consumía las principales recaudaciones virreinales.
ció el surgimiento de algunos productores agrope- En la costa atlántica de Nueva Granada, era más
cuarios de azúcar, cueros y algodón, con mano de barato adquirir la harina de trigo norteamericana que
obra esclava. la producida en el altiplano. Eso explica la reiterada
También con trabajadores forzados negros, pros- prohibición de las autoridades virreinales de Bogo-
peraban en Antioquia y Chocó la minería aurífera tá al comercio con los Estados Unidos, a pesar de
las facilidades existentes para el intercambio con
34 J. Ocampo López: Ob. cit. (en n. 31), p. 349. neutrales que beneficiaba, desde las postrimerías

26
del siglo XVIII, a las ciudades de La Habana, Bue- 19 de septiembre de 1811 sustituyó al vicegerente
nos Aires y Caracas. del rey, término inventado en la constitución mo-
Como bien expone Múnera, la restricción comer- nárquica de Cundinamarca, adoptada el 30 de mayo
cial impuesta a Cartagena llevó a «la percepción de de ese año, para evitar utilizar el de virrey.37
los comerciantes cartageneros de que sus intereses Por otro lado, se organizaron, desde el 27 de
poco contaban en los designios del virrey y del resto noviembre de 1811, las Provincias Unidas de Nue-
de las autoridades santafereñas [por lo que] tuvo va Granada, presididas por Camilo Torres, que
mucho que ver con el movimiento de autonomía de adoptaron el federalismo. Al margen de estos dos
la ciudad que empezó no en 1810, sino en agosto polos estaban las áreas controladas por los realis-
de 1809 con el propósito de liberar el puerto».35 tas en la propia Nueva Granada: la costa caribeña
Para la elite de Cartagena, que se comparaba en de Santa Marta –incluido el valle del Sinú– y, en el
forma desfavorable con la aristocracia habanera o sur, las regiones montañosas de Pasto –de mayoría
los mantuanos de Caracas, la causa de su mayor indígena– y los valles del Patía, de numerosa po-
retraso económico y comercial estaba en la política blación negra.
restrictiva de Bogotá y no en la de Madrid. Un lugar destacado en la reacción realista –como
Los intereses encontrados entre las provincias y ya se vio en el caso de Quito– le cupo al gobernador
la capital se pusieron sobre el tapete con la forma- de Popayán Miguel Tacón, para quien el descono-
ción de juntas en distintas ciudades neogranadinas cimiento del Consejo de Regencia era una «ilegal e
en el verano de 1810 –Cartagena, Mompox, Pam- impolítica forma de administración que rompía el
plona, Socorro, Bogotá y Cali– y, más en concreto, vínculo de unión con la Madre Patria». Además,
en el congreso reunido en la antigua capital virreinal para el futuro capitán general de Cuba, esa era la
el 22 de diciembre de ese mismo año. El fracaso de vía para convertir a Nueva Granada en «un grupo
esta asamblea y la manifiesta inclinación de las pro- de gobiernos separados expuestos a las convulsio-
vincias a desconocer la jurisdicción de la junta de nes y trastornos que trae consigo la influencia po-
Bogotá, dieron por resultado que esta ciudad con- pular».38
vocara su propio congreso.36
37 El texto completo de esta carta magna en G. Marquínez:
Con el tiempo, terminaron por vertebrarse en Ob. cit. (en n. 4), pp. 117-127. La constitución de Cundi-
Nueva Granada dos diferentes Estados. Por un lado, namarca reconocía a Fernando VII como su soberano,
el autodenominado Reino de Cundinamarca –nom- aunque el rey debía cumplir sus estipulaciones «como
bre indígena del antiguo territorio muisca–, limitado base fundamental del Gobierno y cualquiera infracción
a la sabana de Bogotá y áreas colindantes del Mag- que haga sin la previa revisión y consentimientos de la
Representación Nacional deberá mirarse como renun-
dalena medio, que conformaban la zona más po- cia de la Corona».
blada y rica del antiguo virreinato. El centralismo 38 Carta de Tacón a la Junta Suprema de Santafé del 28 de
tenía como principal adalid a Nariño, que desde el diciembre de 1810. En Armando Martínez Garnica: «Las
juntas neogranadinas de 1810», en La Independencia
35 A. Múnera: Ob. cit. (en n. 2), p. 136. de los países andinos: nuevas perspectivas, Guillermo
36 Véase Indalecio Liévano Aguirre: Los grandes conflic- Bustos y Armando Martínez (eds.), Bucaramanga, Uni-
tos sociales y económicos de nuestra historia, Bogo- versidad Andina Simón Bolívar, Organización de Esta-
tá, Ediciones Tercer Mundo, 1973, t. II, pp. 687 y ss. dos Iberoamericanos, 2004, p. 133.

27
A partir de ese momento, se intensificó el dife- indígena.40 El propio Nariño fue capturado y remi-
rendo intestino, que llegó en 1812 a una verdadera tido preso a España, donde estuvo recluido de nue-
guerra civil, con combates y escaramuzas de cierta vo –ya había guardado prisión en 1794– hasta ser
intensidad que la historiografía tradicional bautizó liberado en 1820 por la sublevación de Riego.
de Patria Boba. El enfrentamiento se focalizó entre Estos acontecimientos debilitaron al centralismo
el gobierno de Nariño (Cundinamarca), partidario capitalino y facilitaron la imposición del régimen fe-
de un sistema centralista y de la preminencia de Santa deral en todas las áreas controladas por los inde-
Fe –y que todavía usaba en los documentos oficia- pendentistas en Nueva Granada. Expresión de ello
les el escudo de la monarquía española–, y el de las fue la entrada en Bogotá, el 12 de diciembre de 1814,
Provincias Unidas de la Nueva Granada, propulsor de las fuerzas militares de las Provincias Unidas, co-
del régimen republicano federalista, que tenía como mandadas por Bolívar, en tierras neogranadinas desde
principal figura a Camilo Torres y por eje la provin- hacía tres meses, después de la caída de la segunda
cia de Tunja. república venezolana.
El conflicto de Cundinamarca y las Provincias La ingrata tarea de someter la antigua capital vi-
Unidas terminó por alcanzar un modus vivendi, que rreinal fue cumplida a regañadientes por el Liberta-
permitió a Nariño, el 23 de septiembre de 1813, dor, reconocido por el congreso neogranadino en
abandonar Bogotá, con la intención de detener la Tunja como brigadier general del Ejército de la
ofensiva realista del general Juan Sámano. El jefe Unión. Bolívar, en una sentida proclama a los «ciu-
enemigo avanzaba por las provincias suroccidenta- dadanos de Cundinamarca», tras ocupar Bogotá,
les rumbo a Cundinamarca, tras destruir a fines del dejó constancia de sus escrúpulos por esta acción
año anterior al gobierno criollo de Quito. Según a la que se veía obligado:
relata el historiador José Manuel Groot, quien vivió
en la época, antes de dejar la capital neogranadina, Armas que debían emplearse contra el común
Nariño consiguió, el 15 de julio de 1813, arrancar enemigo; gobiernos que debían dirigirse a un obje-
del «colegio Electoral la declaratoria de la indepen- to solo: hombres que cooperaban por caminos
dencia absoluta del rey a cuyo nombre se hacía la opuestos; todo presentaba el aspecto de un cuer-
guerra a los americanos, no obstante no haberlo po cuyos miembros desprendidos de la cabeza y
desconocido hasta entonces».39 despedazándose entre sí, se chocaba por reunir-
Además, Nariño ofreció la libertad a los escla- se. // Cuando no nos quedaba otro partido de salud,
vos que se incorporaran a sus tropas, para intentar combatimos, más siempre ofreciendo la paz; ex-
contrarrestar el efecto devastador dejado entre la poniendo nuestros pechos, más bien que dispa-
población negra por las promesas demagógicas de rando nuestras armas, ¡contienda singular en que
los realistas. El ejército de Cundinamarca avanzó
con éxito al suroccidente, hasta que fue hecho pe-
dazos al intentar ocupar la villa de Pasto, donde las 40 Una valoración de este fenómeno en Jairo Gutiérrez
Ramos: «La provincia de Pasto (Colombia) en las gue-
fuerzas enemigas contaban con masivo respaldo rras de independencia, 1809-1825», en La Independen-
cia de los países andinos: nuevas perspectivas, ob.
39 Citado por Thibaud: Ob. cit. (en n. 21), p. 96. cit. (en n. 38).

28
el invasor sufría las heridas que la resistencia de su primera estancia en esa ciudad, llevaría también ese
contrario le forzaba a abrir!41 mismo año al exilio del propio Libertador, primero
en Jamaica y luego en Haití. Esa fue la verdadera
La victoria de los federalistas fue facilitada por el razón de la renuncia de Bolívar a la jefatura militar
apoyo de Cartagena, depositaria del principal po- suprema de los ejércitos granadinos (9 de marzo
der militar del antiguo virreinato. Además de las ven- de 1815), que lo obligó a abandonar, por ahora, su
tajas derivadas de su antigua condición de gran for- declarado sueño de «tomar a Santa Marta, Mara-
taleza, el más activo puerto neogranadino se había caibo, Coro y volver por Cúcuta a libertar el Sur
beneficiado con los permisos dados a embarcacio- hasta Lima».43 Los proyectos visionarios de Bolí-
nes corsarias que operaban en el Caribe e ingresa- var se vinieron abajo por la ojeriza que le tenía
ban al tesoro de la ciudad buena parte de su botín. Castillo y Rada, jefe de la plaza de Cartagena, tal
Solo en 1813, fueron apresados cerca de sesenta como relata el propio Libertador a Maxwell Hys-
barcos españoles. lop en misiva del 19 de mayo de 1815:
Una inesperada consecuencia del aumento de la
presencia de militares extranjeros en Cartagena, atraí- Por una desgracia frecuente en las revoluciones,
dos por las patentes de corso, fue la alianza de estos en Cartagena existían dos partidos, el uno mo-
aventureros con la elite criolla local, causa directa de derado e indiferente, el otro era exaltado contra
la derrota de la tendencia popular de los hermanos los españoles realistas. El primero triunfó del se-
Gutiérrez de Piñeres a principios de 1815. La salida gundo, porque el general de las tropas sitió la ciu-
del presidente-dictador del estado de Cartagena, dad y destruyó a los que se titulaban patriotas,
Manuel Rodríguez Torices, aliado de los Gutiérrez por excelencia. Mientras tanto yo fuí nombrado
de Piñeres, en agosto de 1814, convirtió a Manuel capitán general de los ejércitos de la Nueva Gra-
Castillo y Rada en el hombre fuerte de la ciudad. nada y vine a Cartagena a tomar el mando de las
El resultado final: la abierta represión contra el fuerzas militares. El general Castillo, que se halla-
movimiento popular. Algunos de sus principales ba a la cabeza de estas fuerzas, sin desconocer la
líderes fueron deportados a Haití, entre ellos el autoridad del gobierno y la mía, se denegó a cum-
cubano Pedro Romero y los hermanos Gutiérrez plir con su deber como subalterno, y ni permitió
de Piñeres, a quienes el historiador contemporáneo que yo tomase posesión de la plaza, de las armas
José Manuel Restrepo, que los conoció, valoraba y del ejército de Cartagena. La causa de esta re-
de «semejantes a los Jacobinos que agitaron a París belión fué el justo temor que tuvo de ser juzgado
y a la Francia entera durante la República».42 regularmente por su conducta subversiva en el
La reanudación de la hegemonía de la elite con- aniquilamiento del partido liberal de Cartagena.44
servadora criolla en Cartagena, bajo la conducción
de Castillo y Rada, enemigo de Bolívar desde su 43 Carta a Custodio García Robira del 24 de diciembre de
1814. En S. Bolívar: Obras completas, ob. cit. (en n.
41), t. I, p. 109.
41 Simón Bolívar: Obras completas, Caracas, Editorial Pi- 44 Ibíd., p. 131. Las cursivas en el original. Para evitar el
ñango, [s. f.], p. 617. enfrentamiento con Castillo y Rada, el Libertador dejó
42 J. M. Restrepo: Ob. cit. (en n. 5), t. II, p. 193. su alto puesto militar (8 de mayo de 1815) y se marchó

29
El papel de Castillo y Rada siguió siendo des- primera república venezolana, pues es «el más opues-
pués nefasto para la causa patriota. Como él mis- to a los intereses de nuestros nacientes Estados».
mo confesara, al ser procesado por los españoles Para Bolívar «[l]os códigos que consultaban nues-
en 1816, tras la rendición de Cartagena, desde «la tros magistrados, no eran los que podían enseñar-
primera noticia de la llegada a estos dominios del les la ciencia práctica del gobierno, sino los que han
ejército real que hoy existe en la plaza, he dispues- formado [...] imaginándose repúblicas aéreas».47
to las cosas para su entrada fácil en ella, como an- El Libertador defendía una organización estatal
tes lo he hecho a favor de la causa». bien diferente: «Yo soy de sentir que mientras no
En la misma vergonzosa declaración, Castillo y centralicemos nuestros gobiernos, los enemigos
Rada se vanaglorió de su labor de zapa: «Yo no obtendrán las más completas ventajas».48 Sobre
solo traté de ponerme en comunicación con el ex- este tema escribió al general Daniel F. O’Leary, el
celente señor general en jefe sino que trabajé efi- 13 de septiembre de 1829:
cazmente para que la plaza quedara indefensa e
improvista de subsistencias, para que su entrega fuera Todavía tengo menos inclinación a tratar del go-
más fácil y segura».45 De todos modos, su alevosa bierno federal: semejante forma social es una
traición no le salvó la vida: su paga fue ser ejecuta- anarquía regularizada, o más bien, es la ley que
do por los españoles el 24 de diciembre de 1816. prescribe implícitamente la obligación de diso-
A pesar de que las circunstancias lo habían situa- ciarse y arruinar el estado con todos sus indivi-
do al frente del ejército neogranadino y contribuido duos. Yo pienso que mejor sería para la América
a la imposición del federalismo, Bolívar era un deci- adoptar el Corán que el gobierno de los Estados
dido adversario de esta fórmula de estructuración de Unidos [...].49
los nuevos Estados, la que consideraba un verdadero
«delirio».46 Ya se había pronunciado contra el fede- De ahí su persistente preocupación por diferen-
ralismo en su Memoria dirigida a los ciudadanos ciar el término federalismo nacional, que implicaba
de Nueva Granada, también conocido como Mani- la subdivisión, del de unión o confederación de na-
fiesto de Cartagena (15 de diciembre de 1812), ciones, que en su concepto significaba la coopera-
donde consideró a este sistema de gobierno uno de ción orgánica entre ellas y la integración. Al general
los factores principales de la derrota patriota en la Antonio Gutiérrez de la Fuente, el Libertador le
explicó el 11 de abril de 1827: «Muchos han con-
fundido la idea de federación de estados con las
a Jamaica. Los hermanos Gutiérrez de Piñeres, expulsa- provincias»,50 tal como le expusiera con anteriori-
dos de Cartagena, se unirían a Bolívar en la expedición dad en otra misiva al mariscal Antonio José de Su-
de Los Cayos y murieron en combate en tierras vene- cre, el 18 de agosto de 1826:
zolanas, mientras el cubano Pedro Romero falleció en
Haití. Véase A. Múnera: Ob. cit. (en n. 2), p. 214.
47 Ibíd., pp. 41-42 y 44.
45 Citado por Arturo Abella: «Don Dinero» en la inde-
pendencia, Bogotá, Ediciones Lerner, 1966, pp. 59 y 60. 48 Ibíd., t. I, p. 44.
46 Véase carta a Santander del 13 de junio de 1821, en 49 Ibíd., t. III, p. 315.
Bolívar: Obras completas, ob. cit. (en n. 41), t. I, p. 656. 50 Ibíd., t. II, p. 606.

30
Después de escrita esta carta hemos pensado justas quejas de las provincias? Pero, ¡federa-
que no debemos usar la palabra federación sino ción! ¿Y puede verificarse? Si en un gobierno
unión [...]. Digo unión porque después pedirán constituido y en un país ilustrado, poblado, artis-
las formas federales como ha sucedido en Gua- ta y agricultor y comerciante se han tocado en la
yaquil, donde apenas se oyó federación y ya se última guerra contra los ingleses (hablo de los
pensó en la antigua republiquita.51 americanos del Norte) las dificultades de una fe-
deración, ¿qué será de nosotros que carecemos
Por consideraciones semejantes, San Martín se de aquellas ventajas? Amigo mío, si con todas
oponía también a la copia del régimen federal nor- las provincias y sus recursos somos débiles, ¿qué
teamericano, cuya aplicación mimética había hecho no sucederá aislada cada una de ellas? Agregue
estragos en su tierra natal. Al respecto escribió: usted a esto la rivalidad de vecindad y los intere-
ses encontrados de todas ellas y concebirá, que
Me muero cada vez que oigo hablar de Federa- todo se volverá una leonera, cuyo tercero en dis-
ción. ¿No sería más conveniente trasladar la Ca- cordia será el enemigo.52 c
pital a otro punto, cortando por este medio las
52 Carta de San Martín a Tomás Godoy Cruz del 24 de
febrero de 1816, en El pensamiento de los hombres de
51 Ibíd., p. 646. Mayo, ob. cit. (en n. 14), p. 258.

31
CARMEN BOHÓRQUEZ

El sentido político del Bicentenario


de las Independencias
y la batalla de las ideas

Jamás he creído que pueda construirse nada sólido


ni estable en un país, si no se alcanza antes la inde-
pendencia absoluta.

FRANCISCO DE MIRANDA, Carta a Home Popham, 1806


Revista Casa de las Américas Nos. 259-260 abril-septiembre/2010 pp. 32-42

E
l Bicentenario de las Independencias de nuestra América no es
un tema menor. España lo ha comprendido muy bien, noso-
tros todavía no. Son muchas las nociones revolucionarias (y
sus opuestos) que están implicadas en el sentido de los Bicentena-
rios y que hoy han resurgido con fuerza en nuestra América, a pesar
de la descalificación con la que el discurso «modernizador» liberal
pretendió desterrarlas de manera definitiva del imaginario colectivo:
Patria, Soberanía, República, Identidad, Autodeterminación, Eman-
cipación, Igualdad, Unidad de los Pueblos, Lucha Anticolonial, y
muchas otras que hace doscientos años entraron a contradecir los
términos que legitimaban la práctica política de dominación colo-
nial: leales súbditos, nación española, obediencia al Rey, moral cris-
tiana, nobleza del origen, pureza de sangre, gracia real, etcétera.
Así, el lenguaje republicano forjado durante el siglo XVIII abrió el
camino para el nuevo imaginario que en nuestra América habría de

32
acompañar las luchas que se libraban en los cam- los ojos de otros, a pensar con categorías que in-
pos de batalla por un nuevo orden político y eco- terpretan otras circunstancias que no son las propias,
nómico; y en la medida en que las armas patriotas se ha traducido en gran parte de nuestras socieda-
iban liberando el espacio americano de la sujeción des en un sentimiento permanente de minusvalía,
a la monarquía e iban consolidando las proclama- de dependencia, de minoría de edad, de necesidad
das repúblicas, era de suponer también que ese de imitación cultural, de negación de lo propio, y
imaginario, vehiculizado por el nuevo lenguaje, li- otras manifestaciones inconscientes que han actua-
beraría también las conciencias de la servidumbre do y siguen actuando como rémoras para la plena
mental. incorporación de la población en proyectos trans-
Sin embargo, hoy cabe decir que ni uno ni otro de formadores de nuestra realidad actual.
esos procesos de lucha fueron realmente concluidos Por otra parte, este internalizado discurso colo-
en aquel entonces, y tampoco podrían concluirse nialista, que muchas veces pasamos por alto y que
ahora si los pensamos como separados. Cierto es algunos hasta pudieran considerar inexistente, es,
que hace doscientos años conquistamos la indepen- por el contrario, permanentemente reforzado des-
dencia política y económica de España, pero aquella de los respectivos centros de poder imperial y apli-
no tardó en trasmutarse en nuevas dependencias, y cado desde allí a prácticamente todas las esferas
en ello mucho tuvo que ver el hecho de que no nos de la vida social; en particular, a aquellas donde les
empeñáramos con igual denuedo en asegurar la in- es vital mantener su supremacía y el aseguramiento
dependencia cultural, la independencia del pensa- de sus intereses. Así, somos catalogados de países
miento, como ya lo advertía en ese momento Simón subdesarrollados en lo económico, atrasados en lo
Rodríguez, como lo reclamó luego, a mediados del cultural, populistas, demagogos y ahora hasta te-
siglo XIX, Juan Bautista Alberdi, y como lo señaló rroristas en nuestro accionar político; escandalosos
claramente años más tarde José Martí. en lugar de alegres, tontos en lugar de solidarios,
Esa pervivencia de la colonización mental y cul- etcétera. Términos que actúan como remaches en el
tural la hemos visto expresada claramente a lo lar- inconsciente colectivo para solidificar nuestra «na-
go de estos doscientos años en el culto a la Madre tural» condición de inferioridad.
Patria que puebla todavía muchas interpretaciones No olvidemos, asimismo, que junto a la pureza de
históricas y discursos políticos, y que sigue siendo sangre, la colonia impuso también una pureza
alimentado por alguna literatura nostálgica de no- del saber: la ciencia era la ciencia blanca. El conoci-
blezas y por amarillistas revistas de «intimidades» miento acumulado de las culturas originarias no fue y
reales que intentan seguir manteniendo en el imagi- nunca ha sido reconocido como ciencia, sino en ge-
nario de ciertas clases sociales la fascinación por la neral como ignorancia, a veces como empereia, y
sangre azul y las testas coronadas. cuando mucho como «saber ancestral»; un saber solo
El culto ancestral a la Madre Patria derivó muy aplicable o válido en el mundo índígena, mas no en el
pronto en culto general a la cultura europea (inglesa blanco, aunque un gran porcentaje de los fármacos
y francesa principalmente), y luego, en el siglo XX, comercializados por las trasnacionales blancas de la
en culto al American way of life. Este culto o re- salud deban sus grandes ganancias a ese saber an-
verencia al modo de vida ajeno, a ver el mundo con cestral.

33
En cambio, el conocimiento acumulado de la intereses del poder político y económico; que no
cultura europea, basado algunas veces hasta en su- de las grandes mayorías, ni de la patria, ni de la ver-
percherías, fue no solo impuesto durante la colonia dad, ni de la emancipación, ni de la paz, ni de la pre-
como ciencia, sino que encerraba la única verdad servación del planeta ni de ninguna otra cosa que no
posible. Mas esta tautología entre ciencia occiden- sea el acrecentamiento del capital o del poder de
tal y verdad absoluta no solo fue falsa en el pasado, sus propietarios. Bien sabemos, pero no está de
sino que lo sigue siendo hoy día. Al efecto, basta más repetirlo, que son estos medios los que en mayor
revisar la historia de muchos fármacos o de ciertos medida construyen y alimentan la opinión pública,
procedimientos médicos para ir descubriendo cómo los que determinan lo aceptable, los que validan lo
algunas rutilantes innovaciones científicas de nues- que es civilizado y lo que no lo es, los que legitiman
tro civilizado mundo son luego calladamente saca- las voces autorizadas para decirnos cómo debe-
das de circulación al descubrirse su inoperancia y mos vivir, pensar y soñar. Y con esta capacidad se
hasta la producción de daños irreversibles en el or- han erigido en más que molinos de viento en la ba-
ganismo humano. talla que libran cada día los pueblos contra el capi-
Este discurso colonialista de la supremacía blan- talismo, contra los imperios y por la humanización
ca sigue perviviendo en nuestra América no solo en de la vida contra su mercantilización, por la libertad
los textos escolares del nivel básico: «descubrimien- contra la opresión, por la paz y la justicia contra la
to» en lugar de invasión; «pueblos primitivos» en muerte y la discriminación.
lugar de culturas o sociedades amerindias; «creen- En esta «cruenta» batalla de símbolos, de imá-
cias» en lugar de religión; «cosmogonías» o «mito- genes y valores en la que estamos inmersos, la iz-
logías» en lugar de visión del mundo; sino que tam- quierda aparece rezagada en cuanto a la construc-
bién está presente en la cátedra universitaria; en los ción de un lenguaje nuevo, el cual desmonte con
edificios nórdicos que diseñan nuestros arquitectos efectividad el totalitarismo mediático que valida las
para nuestros climas caribeños; en los escasos cur- estrategias del imperio y paraliza de terror a mu-
sos sobre enfermedades tropicales en los pensa de chos de los espíritus que se asoman a la utopía de
medicina; en la fascinación por la filosofía europea un mundo diferente. Entre tanto, la agresión mediá-
y el concomitante relegamiento del pensamiento tica contra los gobiernos revolucionarios de nues-
propio; en el seguimiento acrítico de las metodolo- tra América continúa rebasando con creces todo
gías de investigación científica o en los criterios de límite razonable, como ocurre no solo en Venezue-
legitimación de las publicaciones; y esto sin hablar la, en Bolivia, en el Ecuador, en Nicaragua, sino
de lo «políticamente correcto». también en países que todavía se muestran muy ti-
Al servicio de esta permanente colonización men- bios en sus proyectos de transformación social,
tal y cultural se ubican los medios de comunicación, como Paraguay, e incluso en el propio Brasil, hoy
el «brazo armado» más eficiente con el que cuentan por hoy presentado al mundo como el modelo per-
los imperios de hoy para mantener su supremacía fecto de izquierda que se debe seguir.
sobre los pueblos del planeta. Medios que se han En cualquier caso, basta lo arriba esbozado para
hecho maestros en la manipulación de valores, de darnos cuenta de que la urgencia y la necesidad de
imágenes, de símbolos, en beneficio de particulares enfrentar tal desafío no necesita mayor justificación.

34
Por elemental razón de nuestra supervivencia como propias fuerzas y capacidades para transformar di-
pueblos, estamos obligados, doscientos años des- cho presente. Sobre este relato, por el que de ge-
pués, no solo a completar el proceso inacabado de neración en generación se fue dibujando nuestra
nuestra independencia política y económica, sino historia como pueblos, inciden no solo las fuerzas e
también a liberarnos definitivamente de ese colo- intereses que lo determinaron como tal, sino tam-
nialismo mental que inhibe nuestra capacidad de bién las que desde el presente pretenden ocultarlo
romper con el modelo de «civilización» impuesto y o tergiversarlo para salvaguardar determinadas vi-
de imaginar y construir mundos nuevos, plenos de siones de la historia, justificar pretendidas supre-
humanidad y de justicia. macías o legitimar nuevos atropellos.
Esta urgente necesidad se hace todavía más acu- El abordaje del Bicentenario de la Independen-
ciante cuando la situamos en el contexto del ciclo cia dice, pues, tanto al pasado como al presente; y
de conmemoraciones del Bicentenario de las Inde- no es gratuito que tanto el viejo como el nuevo im-
pendencias en nuestra América, que históricamente perio coincidan ahora en querer convencernos de
se inicia desde el muy poco recordado Bicentena- hacer tábula rasa de ese pasado, para solo mirar
rio de la Independencia de Haití, en 2004, y se con- hacia el futuro que cada uno de ellos tiene pensado
tinúa hasta por lo menos el 2024, Bicentenario de para nosotros.
la Batalla de Ayacucho, en la que la conjunción de De hecho, al igual que en el V Centenario del ini-
los ejércitos patriotas derrotó de manera definitiva cio de la invasión a América, el cual terminó siendo
a las huestes realistas, obligándolas a abandonar al celebrado por casi todos los países latinoamerica-
menos el territorio continental de nuestra América. nos como un «Encuentro de Dos Mundos», con loas
Conmemoración que, por otra parte, coincide con a España y con el consecuente silenciamiento del
el desarrollo de grandes transformaciones sociales genocidio y etnocidio causados por las huestes es-
en nuestro subcontinente y con formas originales, pañolas desde el propio primer viaje de Cristóbal
soberanas y activas de integración regional y conti- Colón a América, el Estado español ha iniciado una
nental, como el Alba-TCP y Unasur; todo lo cual fuerte ofensiva diplomática e ideológica al promover
nos hace pensar en una América nuestra en plena la tesis de que hubo una sola revolución de indepen-
madurez que, afirmándose en su historia, muestra que dencia ibérica bicontinental, que se inició a partir de
está dispuesta a recuperar de manera definitiva su la ocupación de la península por Napoleón y sus tro-
dignidad y libertad tantas veces conculcadas. pas, y se concretó con la promulgación de la Consti-
Para lograrlo, sin embargo, estamos obligados a tución de Cádiz en 1812; de cuya aplicación en Amé-
revisar críticamente ese pasado hecho historia, evi- rica habría resultado no solo la constitución de las
tando darlo por asumido, pues en el «relato oficial» nuevas repúblicas independientes, sino además la con-
de ese pasado, por muy lejano que se encuentre, al formación de la Comunidad Iberoamericana de Na-
no haber sido nunca inocente ni desinteresado, e ciones.1 Razón por la cual –sostienen sus defenso-
implicar, como lo hemos venido señalando, estra- res– las naciones latinoamericanas debemos
tegias de permanente colonización mental, se sigue
jugando hoy no solo la interpretación del presente, 1 Esta tesis es ampliamente defendida por el secretario
sino también la confianza que tenemos en nuestras general iberoamericano, Enrique Iglesias, en la publica-

35
conmemorar el Bicentenario de nuestra independen- a Iberoamérica»,2 el rey y el gobierno español ofre-
cia conjuntamente con España; además, con el ob- cen, pues, «acompañar» la celebración del «Bicen-
jetivo esencial de consolidar en la conciencia co- tenario de las Independencias Iberoamericanas», con
lectiva la idea de esa comunidad iberoamericana. miras a los siguientes objetivos globales:
Para imponer esta versión sobre las independen- –Construir una comunidad iberoamericana «más
cias americanas, y asegurar el objetivo que se debe fuerte y cohesionada» y aprovechar la conmemo-
perseguir con la conmemoración de los Bicentena- ración de los bicentenarios de independencia para
rios, el gobierno de España mantiene un intenso lo- impulsar la relación de España y la Unión Europea
bby en Latinoamérica a través de sus representa- con Iberoamérica.3
ciones diplomáticas, de la Secretaría General –Dar un «salto cualitativo» en las relaciones en-
Iberoamericana (Segib) y de fundaciones ligadas al tre la Unión Europea (UE) e Iberoamérica durante
sector oficial, las cuales, para despertar nuestro la presidencia española de la UE en el primer se-
entusiasmo por este «acompañamiento» del anti- mestre de 2010.
guo colonizador a la celebración de nuestra inde- –Reflexionar sobre el presente y el futuro de la
pendencia, ofrecen restaurar edificios históricos o región iberoamericana, «para reforzar nuestro tra-
construir modernos parques bicentenarios. bajo en común, nuestro peso e identidad en todos
La inteligente estrategia comienza por hablar de los ámbitos a escala internacional, y para mejor su-
«independencias iberoamericanas» y aludir siempre perar los desafíos del mundo en que vivimos».4
a nuestra región como «Iberoamérica», con lo cual
se excluye la posibilidad de pensar a la América del 2 Como complemento de la tesis de una sola revolución de
Sur como una realidad independiente de suyo, tan- independencia, se pretende hacer derivar las constitu-
to en el pasado como en el presente y el futuro. ciones de las nacientes repúblicas americanas de la Cons-
Dadas estas premisas, y aludiendo a valores cul- titución de Cádiz de 1812. Vale recordar que la Constitu-
ción de la República de Venezuela fue promulgada el
turales compartidos y a «los ideales de la libertad, la
21 de diciembre de 1811.
igualdad y la solidaridad» de la Constitución de Cá-
3 En esta relación, España sería evidentemente el puente
diz de 1812, «cuyo ámbito de aplicación se extendía de unión entre Latinoamérica y Europa.
4 Estos objetivos fueron señalados en los discursos pro-
nunciados por Juan Carlos de Borbón y por Zapatero en
el acto institucional del 11 de mayo, ya referido. Acto
ción «Tres miradas sobre el Bicentenario», que puede que fue seguido de mesas redondas sobre las perspec-
ser consultada en la dirección electrónica: <http:// tivas económicas que ofrece Iberoamérica, en las que
www.segib.org/documentacion.php?idioma=esp>; y fue participaron también como conferencistas invitados el
anunciada oficialmente por el rey Juan Carlos de Borbón presidente de Cemex, Lorenzo Zambrano, y el presiden-
y el presidente José Luis Rodríguez Zapatero; es decir, te de Repsol, Antonio Brufau. En dichas mesas, tanto el
por la monarquía y el gobierno de España, en sendos canciller Moratinos como Felipe González y Enrique Igle-
discursos ofrecidos en la Casa de América de Madrid, el sias abogaron por la construcción de un «triángulo»
11 de mayo de 2009, en ocasión del inicio formal de la formado por los Estados Unidos, Europa y la América
conmemoración de los «Bicentenarios de la Indepen- Latina, en el cual se concentra «el 62,5 % del Producto
dencia de Iberoamérica». Ver prensa española del día 12 Interior Bruto mundial». «Ha llegado la hora de Ibero-
de mayo. américa, respetando y compartiendo con los anglosajones

36
Sin entrar a especular sobre la coincidencia de es claro que todo lenguaje cumple una función per-
visiones entre la Segib, el rey de España, el presi- formativa. Cuando nombramos, no solo señalamos
dente del gobierno español y la Repsol,5 resulta por las cosas, también trasmitimos sentido. Y todo sen-
demás claro que no reaccionar ante estos discur- tido responde a un sistema de comprensiones y
sos equivale a aceptar como válidas para la propia valoraciones, a una determinada concepción del
conmemoración de los Bicentenarios, tanto su ter- mundo; concepción que es siempre un producto
minología como su interpretación de nuestra histo- histórico de nuestras circunstancias personales y
ria. Tal aceptación de términos e interpretaciones sociales. De modo que es un hecho que con el len-
no es algo que pueda ser desestimado o minimiza- guaje construimos mundos y que estos mundos de-
do en importancia, como pretenden algunos, pues terminan la conciencia colectiva.
Así, no es lo mismo definirse hoy como latinoa-
ese nuevo Occidente», dijo Moratinos, a los que agregó mericano que como iberoamericano; como no fue
que la diplomacia española ya trabaja en esa línea. Este tampoco lo mismo, hace doscientos años, pensar-
«espacio del Atlántico norte-sur» sería semejante al ya se como perteneciente a la nación española que
existente «espacio del Pacífico». Por lo demás, para coor-
pensarse como americano. Fueron los que logra-
dinar la aplicación de esta estrategia, el Estado español
ha designado al ex presidente Felipe González como em- ron pensarse a sí mismos como americanos, los que
bajador plenipotenciario para los Bicentenarios. iniciaron la revolución de independencia.
5 Dejemos estas especulaciones en manos de la propia pren- De modo que cuando adoptamos el discurso del
sa española: «El anhelo del Gobierno español es que las rey de España o de Zapatero, estamos asumiendo
relaciones privilegiadas con Iberoamérica puedan tradu- una concepción y una terminología que está pensa-
cirse en un mayor volumen de recursos. Europa sigue da desde los intereses de España, no desde los de
siendo el primer donante y el primer inversor en los países
del centro y sur de América, pero ahora que la nueva nuestra América. No implica esto una posición ad-
Administración estadounidense ha abierto la puerta a lo versa a España, sino la constatación de una reali-
que los norteamericanos llaman “el patio de atrás”, el dad. Como puede verse, en este discurso oficial
equilibrio de fuerzas puede variar. El secretario de Estado español se habla de «espacio iberoamericano» o
para Iberoamérica sostiene que el objetivo no es competir de «comunidad iberoamericana», siendo justifica-
por un liderazgo, en el que México y Brasil también tienen
mucho que decir, sino buscar el modo de “empujar todos das estas apelaciones sobre el hecho de compartir
en la misma dirección” [...]. La conmemoración de las in- la misma lengua y ciertos referentes culturales;6 y es
dependencias de Bolivia y Ecuador (este año [2009]) y desde estos referentes culturales comunes que se
México, Argentina, Venezuela, Colombia y Chile (el año pretende fraguar luego no solo una unidad cultural,
próximo) no está exenta de “riesgos” para el estatus de sino incluso un mismo proyecto histórico; para el
España. El populismo de corte nacionalista y antiimpe-
rialista encarnado por mandatarios como Hugo Chávez cual, evidentemente, no se consideró importante
o Evo Morales puede amenazar, según admite el Ejecu- conocer la opinión de ningún país sudamericano.
tivo, la estabilidad de las relaciones. En un intento por Pero, dejando por ahora de lado la cuestión de la
atajar posibles tentaciones, el Ministerio de Exteriores ha soberanía y la autodeterminación de los pueblos,
preparado una agenda que permita “acompañar” a los
protagonistas de las celebraciones»; en: <http://
www.larioja.com/20090512/espana/quiere-latinoamerica- 6 Tal como podría hablarse del espacio de la francofonía o
cerca-union-20090512.html>. Énfasis nuestro. de países anglosajones.

37
es necesario subrayar que una comunidad de len- No son estas las únicas consecuencias de dicha
gua no es exactamente una identidad, ni puede ob- tesis. Desde el punto de vista histórico, la visión, sin
viarse el hecho de que esa lengua común se hizo tal duda eurocéntrica y colonialista, que España se afa-
como producto de una relación histórica de colo- na hoy en promover, deslocaliza las revoluciones
niaje que fue superada por una acción liberadora latinoamericanas y las subsume en el proceso que
por parte del pueblo colonizado. En otras palabras, vivía la metrópoli, con lo que establece el falso
la verdad histórica muestra que ni la comunidad de supuesto de que se trata de uno y el mismo proce-
lengua ni los elementos culturales comunes pueden so. Vale señalar que si bien estos dos procesos his-
otorgar a España el derecho de pretender borrar la tóricos mantienen al inicio una relación circunstan-
memoria de los pueblos de nuestra América. Si así cial, no la tienen substancial, como lo prueban no
fuera, esta tesis se convertiría en una justificación a solo los movimientos revolucionarios que en Amé-
priori para toda acción de conquista y sometimien- rica ocurren mucho antes de que España fuera ocu-
to de un pueblo por parte de cualquier otro. pada por los franceses, sino también el hecho de
Del mismo modo, es claro que la historia de toda tener ambos procesos propósitos diferentes y con-
guerra de independencia dará siempre lugar a, por tradictorios: España lucha contra los franceses por
lo menos, dos relatos, el de los vencedores y el de expulsarlos de su territorio y reinstaurar su monar-
los vencidos. Esos relatos se incorporan a la con- quía; América lucha contra España, también por
ciencia colectiva de los pueblos implicados y for- recuperar su territorio, pero para afirmarse como re-
man parte constitutiva de la identidad de dichos pública libre y soberana.8
pueblos. De modo que la identidad de todo pueblo
dice mucho a su historia, y ese pueblo se sentirá mal [...]. El resultado es que hoy, en nuestras escuelas
más o menos digno en la medida en que se perciba [las de España], los niños ignoran prácticamente todo
a sí mismo como constructor de su propio destino sobre el Descubrimiento de América –y no se diga so-
y orgulloso de los logros obtenidos en su devenir bre la evangelización [...]. La gente tiene interés por
rescatar su historia y por rescatar su identidad», revista
histórico. Por lo que ningún pueblo puede preten- Alfa y Omega, No. 659, «Aquí y ahora», 15 de octubre
der hipotecar la dignidad de otro pueblo.7 de 2009, p. 11. Lo absurdo en este caso es que el dere-
cho que aquí se reclama para el pueblo español, el sec-
7 La insistencia de España en «acompañar» los Bicente- tor oficial de esa nación lo niega de hecho para los pue-
narios es una clara muestra de esta intención. Al respec- blos de América al pretender imponer su propia versión
to, vale citar parte de una entrevista hecha a José Javier del proceso de independencia. Versión con la que, di-
Esparza, autor español, quien, junto a Anthony Esolen, cho sea de paso, se busca asegurar tanto una identidad
produjo la sección correspondiente a España del libro positiva a lo interno, como fortalecer la posición de Es-
Guía políticamente incorrecta de la civilización occi- paña en la comunidad europea. Énfasis nuestro.
dental: «[A partir de Mayo 68] hemos asistido a un pro- 8 Cabe recordar, pues los defensores de esta tesis omiten
ceso realmente extraordinario en el que todo lo bueno decirlo, que en España la experiencia de ruptura con el
que tiene nuestra civilización ha sido negado y oculta- absolutismo solo duró dos años, pues Fernando VII re-
do para subrayar sólo aspectos negativos que, por otra gresa en 1814 para restablecerlo con mucho mayor rigor,
parte, con mucha frecuencia son inventados. Esto ha y no será hasta el trienio 1820-1823 en que, gracias al
creado una situación cultural suicida, porque nadie movimiento que encabeza Rafael del Riego, se resta-
puede vivir en la convicción de que todo lo ha hecho blezca la Constitución de Cádiz y el gobierno liberal; el

38
Ideológicamente, esta interpretación no solo pre- Ante estas evidencias, nos consideramos ética-
tende despojar a nuestros procesos emancipado- mente obligados a denunciar y desmontar una ma-
res de toda su carga revolucionaria, sino que ali- nipulada interpretación histórica que, en aras de una
menta además la interesada tesis, ya sembrada supuesta comunidad, pretende resucitar antiguos
durante el V Centenario, de que no hemos sido en privilegios imperiales. La conquista y la coloniza-
el pasado, y no lo somos tampoco ahora, capaces ción de América no se debieron a hechos inevita-
de conquistar nada por nosotros mismos, pues hasta bles de la naturaleza, ni ocurrieron por la acción de
la independencia se la deberíamos a España y, en fuerzas anónimas. Por el contrario, el hecho históri-
consecuencia, sería lógico que esta siguiera actuando co es que un imperio, el español, invadió, ocupó y
como tutora o guía natural en todo cuanto se refiera se adueñó de la mayor parte del continente ameri-
a las relaciones de la América Latina con Europa. cano, y sojuzgó y aniquiló a millones de personas.
Al silenciar a nuestros precursores y libertado- Como también actuaron sobre América el imperio
res, el discurso oficial español silencia al mismo tiem- portugués, el inglés, el francés, el holandés; es de-
po toda referencia a los tres siglos de violentas prác- cir, Europa, como totalidad imperial del momento, se
ticas de ocupación, opresión y dominio colonial en hizo dueña del resto del mundo. En el caso sudameri-
América; silenciamiento que desde sus intereses les cano, fueron España y la monarquía española, junto
es necesario para que la imposición forzada de len- con la Iglesia católica, quienes invadieron y some-
gua, religión y costumbres pueda traerse ahora a tieron durante tres siglos el territorio y las poblacio-
colación como fundamentos «naturales» de una su- nes comprendidas entre el Mississippi y Cabo de
puesta comunidad iberoamericana. Hornos, en la Patagonia; a excepción de Brasil, que
Más grave aún, la aceptación de esta visión «edul- fue ocupado por Portugal, y algunas islas del Cari-
corada» de lo que fue la invasión y ocupación de be por otras potencias europeas.
América durante tres siglos por parte de España, de- Dicho de otro modo, España constituyó la fuerza
jaría sin sentido y haría desaparecer, como por encan- imperial contra la cual se sublevaron y combatieron
to de la historia y de la faz de la tierra, toda referencia durante quince años los patriotas y los pueblos de
a países coloniales y todo señalamiento y condena de América; casi la mitad de los cuales murió en los cam-
relaciones coloniales y neocoloniales. Es decir, bajo pos de batalla o como consecuencia de la situación
esta tesis, en el mundo no se habrían dado nunca de guerra. La independencia conquistada por los
dominios coloniales ni guerras de liberación, sino pueblos americanos hace doscientos años se libró
tan solo sucesiones de «ordenamientos internos».9 contra el absolutismo y contra la monarquía españo-
la, y fueron los ejércitos de España los derrotados
cual será de nuevo aplastado por Fernando VII durante de manera definitiva por los ejércitos patriotas en la
la llamada «década ominosa». Por el contrario, en la Amé- Batalla de Ayacucho en 1824. Por lo que resulta más
rica ocupada por España la ruptura con el absolutismo y que evidente que la independencia de la América del
la monarquía fue una y definitiva.
Sur no fue efecto o derivación de la lucha del pueblo
9 Ver Historia y futuro de la Comunidad Iberoamericana,
Informe de la Secretaría General Iberoamericana, Ma-
español contra los franceses, ni graciosa concesión
drid, marzo de 2009. Igualmente la intervención referida del rey, ni resultado de la Constitución de Cádiz.
de Enrique Iglesias.

39
No podemos, pues, regalarle a Europa, y a Es- Este proceso habría que situarlo, además, en el
paña en particular, un pasado limpio de culpas. Si marco político transformador que generó el ideario
creemos en el respeto mutuo y en la construcción de la Ilustración, cuyas obras fundamentales circu-
de relaciones de igualdad, deben primero asumirse laron por América, pese a la Inquisición y a la rígida
las responsabilidades históricas y actuar en conse- censura de las autoridades españolas. Ha sido am-
cuencia. Por nuestra parte, justificar el imperio pa- pliamente documentado que las tesis de Locke,
sado es darle carta blanca al imperio actual. Rousseau y Montesquieu, forjadoras del Estado
A esta visión colonialista de nuestra historia con- moderno, formaban parte de las lecturas clandestinas
traponemos la tesis de la originalidad del proceso de los precursores y artífices de la libertad ameri-
de independencia en la América ocupada por Es- cana; y que los hechos que llevaron a los america-
paña; proceso cuyas determinaciones fundamenta- nos del Norte a independizarse del colonizador in-
les estarían dadas por las contradicciones inheren- glés; a los revolucionarios franceses a abolir la
tes a la propia situación colonial y a la conformación monarquía y proclamar la República, y a los es-
de una conciencia americana. Conciencia que en- clavos de Saint Domingue a liberarse a su vez del
contramos claramente expresada por toda Améri- dominio francés y proclamar la República libre de
ca a partir de la segunda mitad del siglo XVIII y, en Haití, ejercieron una poderosa influencia, en algu-
muchos casos, acompañada de proyectos o inten- nos casos ambivalente, pero influencia al fin, sobre
ciones claramente independentistas que comenza- muchos de estos movimientos e intentos emancipa-
ron a tener lugar, como ya dijimos, mucho antes de dores que se dieron en América bastante antes de
que España fuera ocupada por los franceses.10 que España se viera obligada a organizar su propia
10 La tesis promovida por España respecto a las indepen-
resistencia contra el ocupante extranjero. Lo que sí
dencias, silencia por completo todos los movimientos podríamos decir a favor es que esta ocupación de
y proyectos precursores de la independencia sudame- España por parte de Napoleón proveyó la circuns-
ricana que, desde la segunda mitad del siglo XVIII, van a tancia apropiada para materializar el deseo creciente
ser cada vez más radicales y frecuentes a lo largo y de emancipación que venía agitando el espíritu de
ancho del Continente. Entre ellos basta mencionar en
el Alto Perú a Túpac Amaru, Túpac Katari, Juan Pablo
muchos americanos.
Viscardo y Guzmán, y otros jesuitas expulsos, José Por otra parte, si bien esos mismos hechos van a
Baquijano y Carrillo, Hipólito Unanue o Domingo Mu- impulsar el movimiento liberal que también venía ac-
rillo; en el Ecuador, a Eugenio de Santa Cruz y Espejo; tuando en España contra la monarquía absoluta, los
en México, a fray Servando Teresa de Mier; en Nueva propósitos que animaron ambos procesos fueron,
Granada, a Antonio Nariño y Pedro Fermín de Vargas;
en La Plata, a Mariano Moreno, Juan José Castelli o
como ya dijimos, diferentes y contradictorios, pues
Manuel Belgrano; en Chile, a José Antonio Rojas; en si bien América, inicialmente parece apoyar a Es-
Venezuela, a José Leonardo Chirino, Francisco de Mi- paña contra los franceses y se pronuncia en defen-
randa, Manuel Gual y José María España, José Félix sa de los derechos de Fernando VII, rápidamente
Ribas, Miguel José Sanz y al propio Simón Bolívar, pasa a luchar contra ella, no solo para recuperar su
quien, en 1805, jura en el Monte Sacro, en Roma, no dar
descanso a su brazo ni reposo a su alma hasta no ver
territorio, sino fundamentalmente para poner fin a
rotas las cadenas que nos oprimían por voluntad del tres siglos de «opresión infame y tiránica» y para
imperio español. afirmarse como república libre y soberana.

40
En todo caso, aún queda mucho por desandar tar, impulsar y consolidar la lucha actual por la trans-
y por esclarecer respecto a ese complejo proceso formación de nuestra sociedad. A ello nos obligan
por el cual las diversas circunscripciones coloniales incluso nuestros primeros textos republicanos, cuan-
de América devinieron repúblicas independientes, do en ejercicio de su soberanía los pueblos ameri-
pero tal esclarecimiento y las interpretaciones que canos declararon la independencia absoluta no solo
de él se deriven no pueden provenir sino de un abor- respecto a España, sino también respecto a cual-
daje crítico del pasado que, buscando dar real cuen- quier otro poder extranjero que pretendiera sojuz-
ta de la pluralidad de actores y visiones en confron- garnos.
tación, no responda a ningún otro interés que no De allí que estemos convencidos de que sería un
sea la verdad histórica; de modo tal que nuestros grave error tomar las conmemoraciones del Bicen-
pueblos puedan confrontarse con su propia imagen tenario como un tema menor. Por el contrario, a
y no con la que otros interesadamente le constru- través de su potencial paradigmático podremos dar
yan. Todo pueblo tiene derecho a escribir su pro- un impulso gigante a la toma de conciencia de nuestra
pia historia, sin que otro pretenda conculcar ni ma- valía como pueblos dignos y, concomitantemente,
nipular su memoria. reforzar la lucha anticolonial y antimperialista que
A este respecto, la conmemoración del bicente- todavía los pueblos de América y del mundo se ven
nario de nuestras independencias abre un campo obligados a seguir librando cada día. No olvide-
de acción política rico en posibilidades de recupe- mos que la victoria de los ejércitos republicanos de
ración de nuestra historia, que nos permitirá avan- América fue al mismo tiempo la primera gran de-
zar y consolidar espacios en esta batalla de ideas rrota de las potencias colonialistas, y que no hay
por nuestra definitiva independencia política y men- nada más movilizador que el que un pueblo se pue-
tal. Por otra parte, los debates que en este sentido da representar a sí mismo como constructor de su
se propongan no pueden ser dados en desconoci- propio destino. La noción de imperio y su acepta-
miento del contexto mundial actual, y del papel que ción se extienden en la medida en que haya pueblos
la América Latina está desempeñando en cuanto que acepten su sujeción a otros pueblos, que por
a la construcción de una alternativa al modelo «ci- «naturaleza» son tenidos en el imaginario colectivo
vilizatorio» que ha signado estos doscientos años y como superiores.
que vive hoy una de sus más profundas crisis. Este ciclo bicentenario viene a subrayar, ade-
La permanencia de las estructuras de domina- más, la necesidad de retomar el espíritu unitario que
ción nos indica, asimismo, que la independencia no inspiró las luchas independentistas y que se mani-
es un hecho del pasado, sino un proceso que se fiesta hoy con vigor en iniciativas geopolíticas, eco-
inició hace doscientos años, y que en la medida en nómicas, culturales o energéticas, tales como Mer-
que lo asumamos no como simple efeméride, sino cosur, Unasur, Alba, Petrocaribe, Telesur, Banco
en su profundo significado de lucha colectiva por la del Sur, Banco del Alba, Alba Cultural y otras, en
independencia de todos, de unidad de los pueblos las cuales la cooperación solidaria, el comercio justo
en un proyecto común, de proceso inacabado que y la complementariedad están demostrando que es
estamos históricamente obligados a completar, en posible construir en conjunto un mundo diferente y
esa medida estaremos contribuyendo a fundamen- de iguales.

41
Creemos en una América del Sur unida, con una fica cantera de hombres y mujeres de ideas revolu-
voz propia ante el mundo, capaz de construir un cionarias, y de ejemplos de lucha y sacrificio que
proyecto común de realización humana, capaz de honran y siguen obligando: desde las rebeliones indí-
avanzar –desde su propia diversidad cultural– ha- genas de Canek en Centroamérica, de Túpac Ama-
cia una sociedad sin exclusiones, sin miseria, sin vio- ru y Túpac Katari en el Alto Perú; del negro liberto
lencia; creemos en una América meridional como José Leonardo Chirino o de Manuel Gual y José María
territorio de paz y de libertad, sin nuevos colonia- España, en Venezuela; los sostenidos y precursores
lismos y sin imposiciones de proyectos ajenos. Es- esfuerzos emancipadores y de unidad de nuestra Amé-
tamos aquí porque recordamos de dónde venimos rica del Generalísimo, Francisco de Miranda; los gri-
y, desde este aquí, estamos decidiendo por noso- tos de libertad en Chuquisaca, La Paz y Quito; la
tros mismos hacia dónde queremos marchar, sin revolución social de Hidalgo y Morelos, y las triun-
tutelajes y sin que otra boca hable por nosotros ni fantes campañas libertadoras conducidas por San
con Europa ni con nadie. Martín, O’Higgins, Artigas, Sucre y el gran padre
Por la misma razón reafirmamos nuestro dere- Simón Bolívar, quienes, junto a tantos otros, sem-
cho a conmemorar el Bicentenario de nuestra In- braron de libertad la tierra americana desde el Mis-
dependencia como creemos que lo debemos con- sissippi hasta la Patagonia.
memorar: como la victoria de un pueblo sobre sus Sabemos que la tarea que hemos emprendido
opresores (cualesquiera que hubieren sido), como «es grande y harto difícil», como ya lo había reco-
el inicio de un proceso revolucionario que exige hoy nocido la Junta Suprema que se constituyó en Ca-
de nosotros compromiso y realización, y como la racas el 19 de abril de 1810, pero también estamos
ocasión para avanzar y profundizar en la definitiva decididos, a ejemplo de esa misma Junta, a «elevar
construcción de la unidad de nuestra América. Todo la América a la dignidad política que tan de dere-
acompañamiento desde el respeto a esta determi- cho le pertenece».
nación, será entonces bienvenido. Memoria y compromiso con ese pasado de dig-
Por todo ello no podemos aceptar hacer tábula nidad política son las claves de la dignidad y de la
rasa del pasado, porque nuestro futuro depende pre- vida futura. Es ese el objetivo que debe primar du-
cisamente de la revalorización crítica de ese pasado. rante todo este ciclo de conmemoraciones del bi-
No por azar se dio en este continente una de las más centenario del inicio de nuestra revolución de Inde-
grandes gestas libertarias de la historia de la hu- pendencia. Sobre todo porque ha llegado para
manidad. Más aún, por la extensión que abarcó, la nuestra América un momento en el que finalmente,
cantidad de población involucrada y la profundidad como dice el presidente Chávez: «[l]a historia de
de las transformaciones políticas y sociales, la inde- nuestros pueblos la están escribiendo precisamente
pendencia de nuestra América guarda tanta trascen- aquellos que tenían prohibido redactar la historia. Ya
dencia universal como la guarda la Revolución Fran- la historia no la cuentan los antiguos vencedores».
cesa, aunque el pensamiento europeo continúe
ignorándola. Ese proceso constituyó, además, prolí- Caracas, 16 de febrero de 2010 c

42
LUIS SUÁREZ SALAZAR

La «primera independencia»
de Nuestra América: algunas
lecciones de la historia*
Jamás hubo en América, de la independencia acá, asunto
que requiera más sensatez, ni obligue a más vigilancia, ni
pida examen más claro y minucioso, que el convite que los
Estados Unidos potentes, repletos de productos
invendibles, y determinados a extender sus dominios en
América, hacen a las naciones americanas de menos poder
[...]. De la tiranía de España supo salvarse la América
española; y ahora, después de ver con ojos judiciales los
antecedentes, causas y factores del convite,
urge decir, porque es la verdad, que ha llegado para la
América española la hora de declarar su segunda
independencia.

Revista Casa de las Américas Nos. 259-260 abril-septiembre/2010 pp. 43-52


JOSÉ MARTÍ, 1890

Si el político es un historiador (no solo en el sentido de


que hace historia sino en el sentido de que operando en el
presente interpreta el pasado), el historiador es un
político y en ese sentido [...] la historia es siempre historia
contemporánea, es decir, la política.
ANTONIO GRAMSCI, 1931

* Versión actualizada de la ponencia pre- Introducción


sentada en octubre de 2008 en el co-

O
loquio Bicentenario de la indepen- lvidando todos o casi todos los antecedentes mediatos e
dencia de Nuestra América: visiones inmediatos (como las grandes insurrecciones populares que
lecturas e interpretaciones, convo-
sacudieron el Continente a lo largo del siglo XVIII, las cons-
cado por el Centro de Investigacio-
nes sobre América Latina y el Caribe piraciones independentistas que se produjeron en la última década
(CIALC) de la Universidad Nacional de ese siglo y, dentro de ellas, la largamente preparada «expedición
Autónoma de México (UNAM). revolucionaria», encabezada entre 1805 y 1806 por Francisco de

43
Miranda,1 así como el carácter predominantemente Cumbre Iberoamericana realizada en El Salvador
aristocrático y antipopular de las Juntas Protectoras del 29 al 31 de octubre de 2008.
de los Derechos de Fernando VII y de la mayoría de Salvo excepciones que confirmen la regla (como
los gobiernos autonomistas o independentistas que pudieran ser las de los gobiernos y otros actores so-
se instauraron en la América anteriormente española ciales y políticos actualmente integrantes de la Alian-
entre 1808 y 1815, al igual que el carácter esencial- za Bolivariana para los Pueblos de Nuestra
mente reaccionario del traslado de la Corte portu- América-Tratado de Comercio entre los Pueblos),
guesa al territorio de la ahora llamada República Fe- es de esperar que en lo adelante se repitan, una y
derativa de Brasil, a partir del año 2009, buena parte otra vez, las diversas tergiversaciones y falacias que
de las actuales autoridades oficiales de los Estados sistemáticamente han acompañado a las historias más
nacionales de la ahora llamada Comunidad Ibero- o menos oficiales recreadas, con escaso rigor cientí-
americana de Naciones (incluidas las de Brasil y las fico, por los intelectuales liberales o conservadores,
de España y Portugal) han comenzado a conmemo- románticos, positivistas, revisionistas o neo-revisio-
rar, con bombos y platillos, de manera más o menos nistas,2 orgánicos a las clases dominantes locales o a
«nacional» y, por tanto, separada, al igual que esca- las principales potencias coloniales e imperialistas con
samente crítica y descolonizada, el bicentenario del vistas a tratar de legitimar y consolidar en el plano
inicio del que denominan «proceso de independen- ideológico-cultural el sistema de dominación –hege-
cia latinoamericano». monía, acorazada con la fuerza– plutocrático e im-
A pesar de las resistencias iniciales de la monar- perialista establecido sobre cada uno de sus
quía constitucional y del gobierno «socialdemócra- correspondientes países, así como sobre buena par-
ta» español encabezado por José Luis Rodríguez te del llamado «hemisferio occidental».3
Zapatero (quienes pretendían que esas celebracio- En contraposición, también es de esperar que se
nes conjuntas tomaran como eje el inicio, en 1808, reediten algunos de los textos considerados como
de las luchas del pueblo español contra la ocupa- clásicos de la llamada Nueva Historia de América
ción de las tropas napoleónicas y la proclamación
de la Constitución de Cádiz de 1812), tal decisión 2 La expresión neo-revisionistas pertenece al historiador
fue respaldada por la Reunión de Coordinación de cubano-mexicano Salvador Morales, quien en la actuali-
los Países Iberoamericanos para el Estudio de la dad sigue la que denomina «historia contrafactual» de
Creación de la Comisión Iberoamericana de los México (y, por extensión, de la América Latina) difundi-
da por algunos intelectuales orgánicos a las clases do-
Bicentenarios de las Independencias, efectuada en
minantes mexicanas.
México el 18 de septiembre de 2008. Igualmente,
3 Aunque en geografía el Hemisferio Occidental abarca
en el Programa de Acción aprobado por la XVIII áreas y territorios del Océano Pacífico y del Océano Atlán-
tico (incluidas importantes zonas de África Occidental),
1 Para un análisis sintético de las grandes insurrecciones usualmente el término solo se emplea como sinónimo
populares del siglo XVIII y de las principales conspira- del continente americano. Es, en ese sentido, que en
ciones independentistas de finales de ese siglo, puede letras minúsculas se utilizará a lo largo de este texto.
consultarse Sergio Guerra Vilaboy: Breve historia de Solo aparecerá en mayúscula cuando se corresponda
América Latina, La Habana, Editorial de Ciencias Socia- con una cita textual de otros autores o de documentos
les, 2006, pp. 76-88. oficiales.

44
Latina que –inspirada en ciertas lecturas del marxis- incompletas acerca de las lecciones que han deja-
mo y en otros saberes de las ciencias sociales– pro- do esas bicentenarias e inconclusas gestas para los
liferaron en todo el Continente luego del triunfo de la y las que desde los movimientos sociales y políti-
Revolución Cubana en 1959.4 No obstante sus in- cos, desde el periódico, la cátedra, las ciencias o
negables aportes a la comprensión crítica de las his- las artes todavía continuamos luchando por la que,
torias nacionales de la mayor parte de los actuales en la penúltima década del siglo XIX, José Martí
Estados hispano-luso-americanos (al igual que de denominó «segunda independencia» de «la Améri-
algunos países del Caribe insular), en general esos ca española» frente al entonces naciente, hoy po-
textos carecen de un enfoque continental que permi- deroso y a la vez decadente, imperialismo (o impe-
ta comprender, en toda su magnitud, complejidad y rio) estadunidense.8
trascendencia, el contradictorio desarrollo y los su-
cesivos desenlaces de las que denomino «fases y ci- 1
clos largos» cuya tonalidad ha estado asociada a los
diversos resultados de la «dinámica entre la reforma, En ese ámbito, lo primero que hay que consignar es
la revolución, el reformismo, la contrarreforma y la que las luchas por la «primera independencia» de lo
contrarrevolución» que han caracterizado (y todavía que ahora llamamos la América Latina y el Caribe
caracterizan) el devenir del espacio geográfico, hu- ni comenzaron ni terminaron en 1810. Como ha
mano y cultural que, a fines del siglo XIX, José Martí documentado, entre otros, el historiador cubano
denominó Nuestra América.5 Sergio Guerra Vilaboy,9 quien denominó «primer
Por ello, e inspirado en las palabras de Antonio ciclo largo» de la «primera fase» emancipadora,
Gramsci acerca de la función política de los histo-
riadores y sobre la perenne contemporaneidad de La Habana, Zafarroa, Zambon Iberoamericana, José
la historia que aparecen en el exordio,6 la ocasión Martí, 2001; Madre América: Un siglo de violencia y
dolor (1898-1998), La Habana, Editorial de Ciencias
me parece propicia para realizar o retomar, según Sociales, 2003; y Un siglo de terror en América Latina,
el caso,7 algunas reflexiones sintéticas y seguramente Melbourne, Caracas, La Habana, Ocean Sur, 2006. Tam-
bién pueden consultar «Las bicentenarias luchas por la
verdadera independencia de Nuestra América: algunas
4 Para una identificación de buena parte de esos textos, lecciones de la historia», ponencia presentada al Con-
puede consultarse Sergio Guerra Vilaboy: El dilema de greso Internacional Las independencias de América
la independencia, La Habana, Editorial Félix Varela, 2003, Latina: génesis, proceso y significado actual, Coro,
pp. 17-27. República Bolivariana de Venezuela, 31 de julio al 3 de
5 José Martí: Nuestra América, La Habana, Casa de las agosto de 2006. Asimismo, Luis Suárez Salazar y Tania
Américas, 1974. García Lorenzo: Las relaciones interamericanas: Con-
6 Citado por José Ernesto Schulman: La parte o el todo: tinuidades y cambios, Buenos Aires, Consejo Latino-
Un mapa para recorrer la historia de la lucha de cla- americano de Ciencias Sociales (Clacso), 2008.
ses en la Argentina, Buenos Aires, Manuel Suárez-Edi- 8 José Martí: «Congreso Internacional de Washington: Su
tor, 2005, p. 11. historia, sus elementos y sus tendencias», Nuestra
7 Los interesados en mis reflexiones anteriores sobre América, ob. cit. (en n. 5), p. 256.
ese tema pueden consultar América Latina y el Cari- 9 Sergio Guerra Vilaboy: El dilema de la independencia,
be: Medio siglo de crimen e impunidad (1948-1998), Ob. cit. (en n. 4).

45
reformadora y revolucionaria de ese continente fren- José de San Martín «la Patria Grande».14 También
te a algunos colonialismos europeos (España, Fran- posibilitó las continuas agresiones de España y de
cia y Portugal) y a sus aliados locales, comenzó en otras potencias extranjeras contra diversos Esta-
1790 (año en que se inició la poderosa insurrec- dos latinoamericanos y caribeños,15 la neocoloni-
ción antiesclavista y antirracista en la isla caribeña zación de ese continente, primero, por el imperio
que Cristóbal Colón había denominado La Espa- británico (que también mantuvo su control político-
ñola y los franceses Saint Domingue),10 y virtual- económico sobre el imperio de Brasil, así como su
mente terminó en 1826 con el fracaso del Congre- dominio colonial sobre diversos territorios bañados
so Anfictiónico de Panamá.11 por el Mar Caribe) y, más tarde, por el imperialis-
Tal como pretendían las autoridades de los Es- mo estadunidense.16
tados Unidos, Gran Bretaña y Holanda, así como Ese violento proceso confirmó la anticipación de
los gobiernos oligárquico-«nacionalistas» instaura- Simón Bolívar: «[L]os Estados Unidos [...] parecen
dos en la casi totalidad de los entonces nacientes destinados por la Providencia para plagar la Améri-
Estados nacionales o federativos latinoamericanos ca de miserias a nombre de la libertad».17 Y, sesenta
(los Estados Unidos Mexicanos, la Federación y un años más tarde de esas palabras, motivó el men-
Centroamericana, las Repúblicas de Colombia, cionado llamado de José Martí a luchar por la «se-
Perú, Bolivia, Chile y Paraguay, las Provincias Uni- gunda independencia» de la «América española», así
das del Río de la Plata y el Imperio de Brasil), ese como su decisión de «impedir a tiempo con la inde-
negativo desenlace –ratificado con la inoperancia del pendencia de Cuba que se extiendan por las Antillas
Congreso de Tacubaya (disuelto en octubre de los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más,
1828)– pospuso indefinidamente las independencias sobre nuestras tierras de América».18
de Cuba y Puerto Rico del colonialismo español; Como esa utopía martiana solo pudo hacerse
propició la nefasta «balcanización» de la que, pre- realidad a partir de la victoria de la Revolución
viamente, Francisco de Miranda había denominado Cubana encabezada por Fidel Castro, desde la mal
«Colombia»,12 el Libertador Simón Bolívar «la llamada «guerra hispano-norteamericana» de 1898
América Meridional»,13 y José Gervasio Artigas y
14 Norberto Galasso: Seamos libres y lo demás no impor-
10 José Luciano Franco: Historia de la Revolución de ta: Vida de San Martín, Buenos Aires, La Habana,
Haití, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 2004. Ediciones Colihue, Editorial de Ciencias Sociales, 2004.
11 Aldo Díaz Lacayo: El Congreso Anfictiónico de Pana- 15 Gregorio Selser: Enciclopedia de las intervenciones
má: Visión bolivariana de la América anteriormente extranjeras en América Latina, t. I, Bonn, Monimbó
española, Caracas, Ediciones Emancipación y Corpo- e.V, Pahl-Rugenstein, 1992.
zulia, 2006. 16 Sergio Guerra Vilaboy: Breve historia de América Lati-
12 Carmen L. Bohórquez Morán: Francisco de Miranda. na, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2006.
Precursor de las independencias de la América Lati- 17 Simón Bolívar: «Carta al coronel Patricio Campbell»
na, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 2003. (Guayaquil, 5 de agosto de 1829), Obras completas,
13 Simón Bolívar: «Contestación de un americano meri- ob. cit. (en n. 13), t. II, p. 737.
dional a un caballero de esta isla», Obras completas, 18 José Martí: «Carta a Manuel Mercado», Nuestra Amé-
La Habana, Editorial Lex, 1947, t. I, pp. 159-174. rica, ob. cit. (en n. 5).

46
hasta del 1 de enero de 1959, los grupos dominan- Y, como había previsto el Apóstol de la inde-
tes, los poderes fácticos y los sucesivos gobiernos pendencia de Cuba, lo hicieron con tal fuerza polí-
temporales estadunidenses (ya fueran demócratas tica, económica, ideológico-cultural y militar que to-
o republicanos) instauraron un férreo régimen davía hoy, doscientos dieciocho años después de
neocolonial sobre la mayor de las Antillas. Parale- haberse iniciado las primeras batallas por la libera-
lamente, colonizaron al archipiélago de Puerto Rico ción nacional, social y cultural de ese continente, en
y, mediante diversas intervenciones directas o indi- el Caribe insular subsisten quince territorios colonia-
rectas,19 así como del exitoso despliegue de su les y semi coloniales (entre ellos, Puerto Rico), las
multifacética «cooperación antagónica» con los im- Islas Malvinas (parte de la República Argentina),
perialismos británico, francés y holandés (a lo largo que siguen controlados por el imperialismo británi-
del siglo XX estos terminaron reconociendo que la co. A la par que los pueblos de la mayor parte de
América Latina y el Caribe eran parte intrínseca de los treinta y tres Estados nacionales o plurinaciona-
la «esfera de influencia» de los Estados Unidos),20 les situados, desde 1848, al sur del río Bravo y de
cayeron sobre todos los Estados independientes, la península de Florida, todavía tienen que seguir
formalmente independientes o «semi independien- luchando por lograr la que la segunda Asamblea
tes» de América Latina y el Caribe.21 General Nacional del Pueblo de Cuba, efectuada
en febrero de 1962, denominó «su segunda, ver-
19 Luis Suárez Salazar: «Las agresiones de Estados Uni- dadera y definitiva independencia».22
dos contra América Latina y el Caribe: Fuente constan-
te del terrorismo de Estado en el Hemisferio Occiden-
tal», en Enciclopedia sobre el terrorismo de Estado 2
made in USA, en <wwwterrorfileonline.com>;
<www.terrorfileonline.org>; y <www.terrorfileonline.net>. Cualesquiera sean los juicios que merezcan todas
20 La categoría «cooperación antagónica» entre las poten- las afirmaciones anteriores, lo cierto fue que sin la
cias imperialistas fue acuñada por el marxista alemán, solidaridad de los dirigentes más lúcidos de la victo-
August Talheimer, después de la segunda posguerra, con
riosa Revolución Haitiana del 1 de enero de 1804
vistas a explicar las intrincadas relaciones de integra-
ción-cooperación-competencia-conflicto que constan- (Jean Jacques Dessalines y Alexander Pètion) casi
temente se producen entre las principales potencias hubiera resultado imposible al recientemente deno-
imperialistas, aun en los momentos en que una de ellas minado Precursor de las Independencias de Améri-
mantenga una posición hegemónica o dominante en ca Latina, Francisco de Miranda, culminar la orga-
sus relaciones mutuas y, por ende, en los asuntos in-
nización de la frustrada expedición independentista
ternacionales. Para un enfoque sobre ese tema puede
consultarse: Ruy Mauro Marini: «La integración impe-
rialista y América Latina», en Ruy Mauro Marini y económica, en las condiciones del «capitalismo mono-
Márgara Millán: La teoría social latinoamericana: polista», volvieron a caer bajo la férula de la oligarquía
Textos escogidos, México, Unam, 1994, t. II, pp. 15-19. financiera y de las principales potencias imperialistas.
21 El concepto «Estados semi independientes» fue acuña- 22 Asamblea General Nacional del Pueblo de Cuba: «Se-
do por Vladimir Ilich Lenin en su célebre obra El impe- gunda declaración de La Habana», en Cinco documen-
rialismo: fase superior del capitalismo. Con ese térmi- tos, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1971,
no se refería a los Estados nacionales que, luego de haber pp. 127-173.
obtenido su independencia política y, en algunos casos,

47
con la que desembarcó el 3 de agosto de 1806 en insurrecciones indígenas encabezadas entre 1780 y
Coro, localidad ubicada en la actual República 1783 por Túpac Amaru, Tomás Katari y Túpac
Bolivariana de Venezuela.23 Tampoco le hubiera Katari, respectivamente– habían sido muy pronto
resultado fácil al Libertador Simón Bolívar reem- incorporadas a la causa independentista gracias a
prender, a partir de 1816, las luchas político-milita- las prédicas libertarias de los integrantes más radi-
res con un alto contenido de emancipación política cales («jacobinos») de la Junta de gobierno instaura-
y social que, en la primera mitad de la década de da en Buenos Aires en mayo de 1810 y, en par-
1820, culminaron con la «primera independencia» ticular, de Mariano Moreno y del jefe del Ejército
de los actuales territorios de Bolivia, Colombia, el del Norte, Juan José Castelli; ambos perseguidos y
Ecuador, Panamá, Perú y la República Bolivariana martirizados por los representantes políticos y mili-
de Venezuela.24 tares de los sectores más reaccionarios y probritá-
A la liberación de algunos de esos países tam- nicos de la oligarquía de la ciudad-puerto de Bue-
bién contribuyó el Ejército Libertador de Perú, for- nos Aires y habitualmente ignorados en las «historias
mado gracias al apoyo del entonces jefe del go- oficiales» de la actual República Argentina.25
bierno chileno, Bernardo O’Higgins, encabezado En su perenne ánimo de contraponer la figura de
por José de San Martín y mayoritariamente con- Simón Bolívar con la de José de San Martín, esos
formado por ríoplatenses y chilenos. Bajo las ór- relatos igualmente desconocen que la Batalla de Aya-
denes del lugarteniente de Simón Bolívar, luego nom- cucho también contribuyó a preservar la indepen-
brado mariscal de Ayacucho, Antonio José de dencia de las llamadas Provincias Unidas del Río de
Sucre, oficiales y soldados de ese ejército partici- la Plata, entonces integradas por las actuales Repú-
paron en la derrota de las tropas españolas en la blica Argentina y República Oriental del Uruguay.
Batalla de Pichincha, el 24 de mayo de 1822 (que Esta última, fundada el 4 de octubre de 1828 gracias
garantizó la independencia del territorio de la actual a una virtual imposición del gobierno británico y a la
República del Ecuador), así como –junto a oficia- claudicación del presidente ríoplatense, Bernardo
les y soldados hispanoamericanos nacidos en dife- Rivadavia;26 acontecimiento que también ignoran las
rentes localidades, entre ellos indios, negros, par- historias más o menos oficiales –y algunas historias
dos y mestizos– en la destrucción de las fuerzas críticas– de la República Oriental del Uruguay.
realistas en la Batalla de Ayacucho (diciembre de
1824), que selló la derrota de la monarquía ibérica
en el territorio continental hispanoamericano. 25 Norberto Galasso: Ob. cit. (en n. 14).
Como veremos después, a esa derrota también 26 Vivian Trías: Los caudillos, las clases sociales y el
Imperio, Montevideo, Cámara de Representantes, 1988,
contribuyeron las naciones originarias de Perú y el
pp. 189-190. Según ese prestigioso historiador urugua-
Alto Perú, las que –enriqueciendo el legado de las yo, el representante británico en el Río de la Plata, lord
John Ponsonby, había advertido a todas las partes im-
plicadas en el conflicto creado en torno a la entonces
23 C. L. Bohórquez: Ob. cit. (en n. 12). llamada «Banda Oriental del Río de la Plata» que su
24 Guillermo García Ponce: Bolívar y las armas en la gue- gobierno «no consentirá jamás que solo dos estados,
rra de independencia, Caracas, Fundación Sucre, Pío el Brasil y la Argentina, sean dueños exclusivos de las
Tamayo, Carlos Aponte, 2002. costas orientales de América del Sur».

48
Del mismo modo, buena parte de las historio- 3
grafías «oficiales» mexicanas y de los actuales Esta-
dos nacionales centroamericanos (Guatemala, El Sal- De todo lo antes dicho, de otros elementos exclui-
vador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica) raramente dos en aras de la síntesis y de algunos datos que
reconocen que las estrategias de lucha continental des- veremos después, se desprende que las multifor-
plegadas por Simón Bolívar y José de San Martín (con mes luchas por la «primera independencia» de nues-
la consiguiente derrota de las principales fuerzas de tra América tuvieron un carácter continental, bas-
operaciones militares de la monarquía ibérica) tam- tante alejado del alcance «localista» que les han
bién contribuyeron a la consolidación de las indepen- atribuido, y a sus principales héroes y mártires, las
dencias de los Estados Unidos Mexicanos –entonces diversas «historias nacionales» que se han elabora-
encabezados por su primer presidente republicano, do desde la fundación de cada uno de los actuales
Guadalupe Victoria, quien en 1825 logró derrotar a Estados hispanoamericanos. Por lo general, y dado
las tropas españolas acantonadas en la fortaleza de su índole elitista, racista y machista, esos relatos
San Juan de Ulúa, Veracruz– y de la entonces llamada también desconocen el significativo aporte que rea-
República de Centroamérica. Esta –al igual que la aho- lizaron a esas contiendas los criollos y las criollas
ra llamada «Gran Colombia» para diferenciarla de más humildes (entre ellos, los gauchos y los llane-
la actual República de Colombia– desapareció a ros), los y las afrodescendientes liberados por los
causa de las acciones emprendidas contra el go- ejércitos independentistas de la esclavitud y de
bierno liberal-unitario de Francisco de Morazán por otras oprobiosas formas de explotación, así como
los representantes políticos, militares y religiosos de los hombres y las mujeres de los pueblos y las na-
sus correspondientes oligarquías conservadoras y ciones originarias del espacio geográfico, humano
«nacionalistas».27 A pesar de sus contradicciones, y cultural que ellos llamaban y continúan llamando
estos contaron con el decidido y en algunos casos Abya Yala, como expresión de su desconocimien-
decisivo respaldo de las principales potencias de la to de los nombres, así como de las artificiales y cam-
época; en primer lugar, Gran Bretaña y los Estados biantes fronteras político-administrativas que a san-
Unidos,28 cuyas autoridades también intervinieron gre y fuego les impusieron, primero, las monarquías
reiteradamente en los asuntos internos y externos ibéricas (España y Portugal) y, más tarde, los re-
de los Estados Unidos Mexicanos, tanto antes como presentantes políticos y militares de las clases
después de que en 1848 lograron arrebatarle a ese dominantes que controlaron los destinos de los Es-
país más de la mitad de su territorio original.29 tados nacionales fundados como fruto de «la bal-
canización» de Nuestra América.30
27 Adalberto Santana: Francisco de Morazán, La Haba- En párrafos anteriores ya nos referimos al im-
na, Editorial de Ciencias Sociales, 2006. portante papel desempeñado por los pueblos que-
28 Alcides Hernández: La integración de Centroamérica: chuas y aymaras en la derrota definitiva del colo-
Desde la Federación hasta nuestros días, San José de nialismo español en los actuales territorios de Perú
Costa Rica, Departamento Ecuménico de Investigacio- y Bolivia. Pero a ello es imprescindible agregar
nes, 1994.
la poderosa insurrección que entre 1814 y 1815
29 Ramiro Guerra: La expansión territorial de los Estados
Unidos, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1975. 30 José Martí: Ob. cit. (en n. 5).

49
sacudió a esos territorios bajo la dirección del an- de 1810. Siguiendo la convocatoria y las decisiones
ciano curaca Mateo García Pumacagua y otros lí- libertarias de su líder y proclamado capitán general
deres populares criollos y mestizos. También la de- del Ejército de Redención de las Américas, el sacer-
cisiva contribución de los pueblos originarios de esa dote Miguel Hidalgo, en esta gesta precursora de la
región andina en la contención de la poderosa y independencia de toda «la América española» (no
sanguinaria ofensiva político-militar desatada por las solo de México) también participaron importantes
autoridades coloniales españolas (con el silencio contingentes de antiguos esclavos y esclavas afro-
cómplice de las autoridades británicas, francesas, descendientes, así como de las naciones y los pue-
holandesas y estadunidenses) luego de la derrota blos originarios del extenso territorio del denomina-
de las tropas napoleónicas y de la reimplantación de do Virreinato de Nueva España que, como se sabe,
la monarquía absoluta de Fernando VII. Gracias a se extendía desde el sur del río Mississippi, hasta el
las multiformes resistencias de esas fuerzas popula- actual territorio de Costa Rica, incluidas las capita-
res (peyorativamente identificadas como «republi- nías generales de Cuba, Filipinas y Guatemala, don-
quetas») y de «los montoneros» de Salta, así como, de –en razón de su composición étnico-racial– tuvo
a diferencia de los demás gobiernos autonomistas un enorme y contradictorio impacto la gesta emanci-
o independentistas del resto del Continente, las padora encabezada por Hidalgo.
posteriormente llamadas Provincias Unidas del Río Tal participación popular y de los pueblos origi-
de la Plata, pudieron proclamar en 1816, y preser- narios de ese virreinato se amplió después del fusi-
var, su independencia del colonialismo español. lamiento de aquel, en 1811, pero sobre todo cuan-
Del mismo modo que, gracias al apoyo de las do asumió el liderazgo del movimiento y de las
comunidades guaraníes, el gobierno «jacobino» de plurales fuerzas independentistas el también cléri-
José Gaspar Rodríguez de Francia logró conservar go, José María Morelos, quien en el Supremo Con-
la independencia absoluta de Paraguay, proclamada greso Internacional de América (efectuado en septiem-
en 1813, tanto de España, como de las fuerzas oli- bre de 1813) presentó un programa revolucionario
gárquicas y pro-británicas de la ciudad-puerto de de veintitrés puntos conocido como «Sentimiento
Buenos Aires que, paulatinamente, lograron derrotar de la Nación». En ese histórico documento, el líder
a sus oponentes en la Banda Oriental del Río de la insurgente profundiza las medidas de Hidalgo al abo-
Plata, así como en las demás provincias mediterrá- gar por la abolición de la esclavitud y el sistema de
neas y del litoral del río Paraná; incluidas las encabe- castas, la liquidación de todos los gravámenes feu-
zadas por el Protector de los Pueblos Libres, José dales y la desigual distribución de la riqueza. More-
Gervasio Artigas, a cuyas fuerzas político-militares los también se pronuncia por el principio de la so-
también se habían incorporado importantes contin- beranía popular, el libre comercio y la proclamación
gentes de los pueblos originarios de esas regiones, de la independencia, propuesta que el Congreso
como fue el caso de los charrúas. secundó al declarar la separación de España (6 de
Algo parecido hay que decir del poderoso movi- noviembre de 1813) y al aprobar medidas «contra
miento popular que sustentó la que algunos historia- la explotación feudal y la discriminación racial».31
dores inadecuadamente llaman «la primera Re-
volución Mexicana», iniciada el 16 de septiembre 31 Sergio Guerra Vilaboy: Ob. cit. (en n. 4), p. 90.

50
Algunas de esas medidas fueron incluidas en la pri- 4
mera carta fundamental de «la América Mexicana»,
aprobada por la Asamblea efectuada el 22 de oc- Las nefastas consecuencias que tuvo ese desenlace
tubre de 1814 en Apatzingán. Sin embargo, esta no seudoindependentista, contrarreformador y contra-
incluía las medidas revolucionarias proclamadas por rrevolucionario para el devenir posterior de México,
Hidalgo y Morelos, «pues sus autores eran en su Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa
mayoría criollos letrados atraídos al campo patrio- Rica, así como para el resto de Hispanoamérica, han
ta por los esfuerzos de [Ignacio López] Rayón para sido tratadas prolijamente por la historiografía crítica
moderar el tono de la revolución».32 elaborada tanto dentro como fuera de nuestro conti-
Fue entonces cuando, aprovechando esas incon- nente. Ello me libera de la responsabilidad de abor-
secuencias, el ejército realista, reforzado con la lle- darlas en esta ocasión. Sin embargo, a los efectos de
gada masiva de tropas españolas y la movilización dicha contribución me parece imprescindible resal-
contrarrevolucionaria de la parte alta de la sociedad tar que esa y otras experiencias de las contiendas
criolla, y aprovechando también las divisiones exis- por la primera independencia de la América ante-
tentes en las fuerzas patrióticas, amenazó la existen- riormente española ya demostraron la incapacidad
cia del Supremo Congreso Internacional de América. de los representantes políticos, militares e intelectua-
les de los sectores hegemónicos de sus clases domi-
Obligado a proteger a los diputados de los in- nantes para conducir hasta sus últimas consecuen-
tensos ataques enemigos, Morelos fue hecho pri- cias las luchas por la liberación nacional, así como la
sionero en Texmalaca (Puebla) el 5 de noviembre emancipación social, política y cultural que, desde
y fusilado el 22 de diciembre de 1815. Su muer- entonces hasta hoy, se han desplegado en la Améri-
te y la dislocación del ejército rebelde en peque- ca Latina y el Caribe.
ñas partidas insurgentes permitió el casi absoluto Igualmente, demostraron la importancia de la uni-
restablecimiento del poder colonial en México.33
dad de todos los sujetos sociales, políticos y étni-
co-culturales de raigambre popular implicados en
Hechos que, sin duda, determinaron el «estanca-
esas multiformes luchas. Sin desconocer el carác-
miento» durante varios años de la ejemplar revolu-
ter continental que estas tuvieron, también se de-
ción social y de liberación nacional (sin paralelo en el
mostró la importancia de que los representantes
resto de Hispanoamérica) que desde 1810 se venía
desarrollando en el Virreinato de Nueva España, la políticos y militares, estatales o no estatales, de
prolongación por varios años más de las gestas in- esos sujetos resolvieran de manera acertada, y
dependentistas que se desarrollaban en Sudamérica, según sus circunstancias específicas, todos los pro-
así como el carácter «monárquico-conservador» que blemas políticos, sociales, ideológico-culturales y
asumió finalmente la proclamación, en 1821, de la militares, internos y externos implicados en cual-
«primera independencia» de México y de las actua- quier revolución o reforma político-institucional,
les repúblicas centroamericanas. económico-social e ideológico-cultural genuinamen-
te democrática e independentista. La irresolución
32 Ídem. de esos problemas estuvo entre las causas de las
33 Ibíd., p. 91. sangrientas contrarrevoluciones o contrarreformas

51
dirigidas a restaurar el sistema de dominación inter- esperanzador ciclo independentista, reformador y
no y externo previamente existente. O, en los casos revolucionario, tal vez como en ninguno de los pre-
en que este fue derrotado, a sustituirlo por nuevas cedentes, resulta imprescindible recordar el vigente
formas de dominación y explotación tanto internas, llamado que, en la última década del siglo XIX, José
como externas. Martí le hizo a todos los pueblos y las naciones (in-
Lecciones que –junto a otras que pueden inferir- cluidas las originarias) de Nuestra América:
se de los párrafos anteriores– debemos asimilar
todas y todos aquellos que continuamos luchando Ya no podemos ser el pueblo de hojas, que vive
por la «segunda, verdadera y definitiva independen- en el aire, con la copa cargada de flor, según lo
cia», en este nuevo y tal vez decisivo ciclo de la acaricie el capricho de la luz, o lo tundan y talen
segunda fase de la dinámica entre la reforma, la re- las tempestades; ¡los árboles se han de poner en
volución, el reformismo, la contrarreforma y la con- fila, para que no pase el gigante de las siete le-
trarrevolución que ha caracterizado la historia lati- guas! Es la hora del recuento y de la marcha uni-
noamericana y caribeña. En razón de las complejas da, y hemos de andar en cuadro apretado como
circunstancias internacionales y hemisféricas en que la plata en las raíces de los Andes.
se desarrolla esta dinámica (acentuadas por las su-
perpuestas crisis que afectan a la humanidad, al sis-
tema y la economía [capitalista] mundo), en este La Habana, 27 de marzo de 2010 c

52
ALEJANDRO MOREANO

La hipótesis española
y la Independencia americana

L
a exégesis de la Independencia como proceso histórico, teóri-
co e ideológico, presenta innumerables problemas, paradojas
y contradicciones en la medida en que, en su examen, conflu-
yen diferentes perspectivas políticas, culturales y simbólicas, diver-
sas pasiones, emociones y sentimientos e incluso intensas restric-
ciones dimanadas del discurso patrio.
La independencia americana fue uno de los grandes procesos
históricos en los que las ideas parecen haber desempeñado un pa-
pel decisivo, el excepcional momento en que la futura América La-

Revista Casa de las Américas Nos. 259-260 abril-septiembre/2010 pp. 53-67


tina, ya integrada al mercado capitalista mundial, se incorporó a una
circulación también mundial de las ideas que tuvieron su foco de
irradiación en la Europa del llamado Siglo de las Luces.
El complejo carácter de su integración subalterna genera una
amplia gama de interrogantes. ¿Hubo una Ilustración americana?
¿Cuál tuvo mayor gravitación: la Ilustración francesa o la inglesa y
en qué períodos? ¿Los moderados como Montaigne o Voltaire o
los demócratas radicales como Rousseau? ¿Cuál fue el papel
de los jacobinos y de su ala de extrema izquierda? ¿Cuál la función de
los jesuitas, los masones o los jansenistas? ¿Qué grado de influen-
cia tuvo la llamada Ilustración española? ¿La de Feijoo o Jovella-
nos? ¿El rol de Blanco White o de Pablo de Olavide? ¿Cuál fue el
peso del racismo hegemónico en el pensamiento ilustrado?
La interpretación clásica de la Independencia postula el desarro-
llo de una ilustración americana, alimentada por la francesa y/o

53
inglesa, que habría roto paulatinamente, desde las nidad como un discurso que tendió a extenderse a
primeras décadas del siglo XVIII, el cerrojo escolás- todo el mundo.
tico dominante en las colonias. La circulación clan- No se trata de la nacionalidad de los pensado-
destina de textos e ideas referidas a la revolución ges- res, por supuesto, sino de los procesos económi-
tada de Copérnico a Newton, y la dinámica intelectual cos y políticos que sobredeterminan la creación
provocada por las expediciones científicas, habrían sido teórica e intelectual. El desarrollo filosófico, que lle-
sus armas iniciales, y la difusión, también encubierta, gó a su apogeo con Kant y Hegel, fue consustan-
de las obras de Rousseau, Voltaire, los enciclope- cial a la emergencia del capitalismo industrial, la
distas, sus instrumentos decisivos. generalización de las relaciones mercantiles, la for-
Junto a la exégesis predominante, se ha desple- mación del Estado y del individuo-ciudadano y la
gado otro discurso que intenta reconciliar a Améri- génesis de la República democrática.
ca con España y la era colonial, y que postula el ¿Qué función tuvieron las ideas de la Ilustración
papel decisivo que habrían tenido en la emancipa- en países en los que se fortalecían relaciones hacen-
ción americana las ideas y las experiencias políticas darias de tipo servil, surgían las minas y las planta-
de la propia España: por un lado las tesis de la Es- ciones en manos de empresas europeas y bloquea-
cuela Española del Derecho, en particular las de la ban toda posibilidad de universalización de las
Escuela de Salamanca –Francisco Suárez, Juan de relaciones mercantiles? El racismo de la gran mayo-
Mariana y Francisco Vitoria– e incluso las de To- ría de los pensadores de la Ilustración europea –in-
más de Aquino, y la tradición hispana de los cabil- cluidos Kant y Hegel– y la cruel paradoja que aquel
dos, la clásica institución de la «democracia medie- encierra –el pensamiento de la igualdad y la univer-
val» española; y, por otro, la influencia de la llamada salidad de los hombres sostenía la inferioridad de
Ilustración española, Feijoo en su primera fase, los los indios y de los negros–, muestran los conflictos
intelectuales del despotismo ilustrado en la segun- de un pensamiento a la vez igualitario y racista, de-
da, Melchor Jovellanos, Campomanes, Cadalso, mocrático y discriminador.
Cabarrús... en especial a través de las Sociedades La situación desde la América Latina era dramá-
de Amigos del País y de las expediciones botánicas tica: debía representar y reconocer sus acciones y
hispánicas. En las últimas décadas ha adquirido procesos en ideas que no habían sido germinadas
relieve el papel que cumplieron lo que podríamos inicialmente en su interior, aun cuando luego fueran
llamar «chapetones ilustrados», intelectuales espa- asumidas y resignificadas. La alienación, además,
ñoles activos partidarios de la Independencia ame- era doble: la evangelización cristiana ya había im-
ricana: José María Blanco White, Pablo de Olavi- puesto por la fuerza imágenes y símbolos que eran
de, Feliz de Azara. integrados por los indios en las ruinas de sus imagi-
Las ideas, por supuesto, no generan los hechos: narios y de su cosmovisión. Ahora la sociedad criolla
los explican, los expresan, los iluminan en el mejor en su conjunto debía asumir su realidad y su diná-
de los casos. En el caso de la América Latina, la mica histórica en un discurso ajeno.
problemática era más compleja, pues la Indepen- El resultado fue el eclecticismo, discursos híbridos
dencia se inscribió en el proceso de afianzamiento conformados por pensamientos distintos, a veces
del mercado mundial y de germinación de la moder- contrapuestos, que se amalgamaban, yuxtaponían,

54
diferían, de distintos modos. La dinámica histórica Es probable que en el Congreso que se va a rea-
–sociedades criollas, fundadas en la hacienda y en lizar choquen dos concepciones: la española, que
la plantación o la mina vinculadas al mercado mun- ve el proceso de nuestra Independencia como
dial– debió abrirse paso en un maremágnum de una derivación de las tradiciones jurídicas y «po-
ideas, a partir de introducir matices, gradaciones, pulistas» de España, y por otra parte, la visión
reconceptuar los sentidos, adoptarlos-adaptarlos en hispanoamericana, más liberal, que da mayor im-
procesos de mutación constante. portancia al racionalismo político del siglo XVIII y
Analicemos la hipótesis española que nos remite a al descontento acumulado durante la existencia
la teoría del pacto y a la importancia de los cabildos. colonial.1

Juntas de Gobierno y teoría del pacto Los partidarios de la hipótesis española sostie-
nen que la presencia de las ideas de la Ilustración
Objetiva, y aun obviamente, España fue el enemigo, francesa no fue decisiva, ni siquiera importante:
el blanco del proceso independentista. Desde la fa-
mosa convocatoria a la «guerra a muerte» formulada Las teorías que justificaron el establecimiento de
por Simón Bolívar en su proclama del 15 de junio de juntas americanas, tanto las leales a la Regencia
1813 –célebre por la frase final: «Españoles y Cana- como las revolucionarias, poco tuvieron que
rios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si ver con la Ilustración o los postulados de la
no obráis activamente en obsequio de la libertad de Revolución francesa. La Ilustración y el libera-
América. Americanos, contad con la vida, aun cuan- lismo no pudieron tener en este momento el al-
do seáis culpables»–, la lectura oficial de la Indepen- cance revolucionario que se les presupone. En
dencia ha colocado a España en su conjunto en el primer lugar, porque la población potencialmen-
banquillo de los acusados. te permeable a su difusión era muy reducida. En
Sin embargo, en fases recurrentes de nuestra his- segundo lugar, porque los intereses de clase de
toria intelectual, en corrientes paralelas como la de los esa minoría no eran totalmente compatibles con
hispanistas y aun de americanistas del estilo de Rodó la ideología liberal.2
o Vasconcelos, y en diversas tendencias del discur-
so español, se han levantado proyectos similares a Luciano Pereña formuló de manera precisa y con-
aquel que promovió Carlos III con Juan Bautista cisa la teoría española: «La base doctrinal general y
Muñoz y otros científicos ilustrados españoles: la común de la rebeldía americana, salvo ciertos adi-
construcción de lo que dio en llamarse la «leyenda tamentos de influencia suficientemente localizada,
blanca» para contrarrestar la «leyenda negra» que
la Ilustración francesa e inglesa había promovido, y 1 Citado en Enrique Rivera de Ventosa: «La filosofía en
Hispanoamérica durante la época de la emancipación»,
demostrar el carácter «civilizatorio» de la coloniza-
Revista de Derecho (Valdivia), Vol. I, No. 1, diciembre
ción hispana de América. de 1990, pp. 35-54.
En una carta de Sergio Villalobos, a propósito 2 Joseph Pérez: Los movimientos precursores de la eman-
del IV Seminario de Historia de la Filosofía Espa- cipación en Hispanoamérica, Madrid, Editorial Alham-
ñola, se advierte con extrema claridad: bra, 1977, p. 11.

55
la suministró la doctrina suareziana de la soberanía do 1808-1811, con especial atención en el papel
popular que fue trasplantada durante el siglo XVII a las cumplido por los cabildos. El desarrollo del proceso
universidades y colegios fundados por España en habría tenido dos fases: la primera, con la instaura-
América».3 ción y el desarrollo de las Juntas bajo el juramento
Más aún, según la hipótesis española, la concien- de lealtad a Fernando VII, tomado preso inicialmen-
cia criolla que desarrollara, hacia los comienzos del te por Napoleón. La segunda, la de la reversión del
siglo XIX, las bases ideológicas, teóricas y cultura- poder al pueblo, habría sido provocada por el recha-
les y los imaginarios y las dimensiones simbólicas zo español a las Juntas de Gobierno, y la represión
del nacionalismo americano independentista, comen- ejercida contra ellas, y la actitud de Fernando VII, el
zó a formarse desde el barroco temprano,4 en el 4 de mayo de 1814, cuando, una vez restaurado su
marco de la escolástica primero y de la Ilustración poder, promulgó un decreto que declaraba nula toda
españolas después. la obra de las Cortes de Cádiz.
La formulación de la hipótesis española se inició en La creación, acción y legitimidad de las Juntas
la década de los cuarenta. Manuel Giménez Fernán- instauradas a remolque de las españolas de 1808,
dez5 postuló dicha tesis, que ha sido defendida en en torno a defender la legitimidad de Fernando VII
Latinoamérica por el círculo de Guillermo Furlong, en frente a la invasión napoleónica, partía, según la
la Argentina, y el de W. Hanisch Espíndola, en Chile.6 hipótesis española, de que en la figura del rey se
reunían, en igualdad de derechos, diversos reinos y
Juntas de Gobierno: soberanía provincias. Tal convicción habría surgido de la for-
compartida y gobierno mixto mación del imperio español a partir de la unión de
Castilla y Aragón en 1492, imperio que se gober-
El eje central de la hipótesis española se localiza en
naba por un sistema polisinodial que preservaba
la formación de las Juntas de Gobierno en el perío-
la autonomía de cada región.
El juramento de fidelidad a Fernando VII por las
3 Luciano Pereña: «Francisco Suárez y la independencia de
América. Un proyecto de investigación científica», Cua- Juntas de Gobierno que se formaron a lo largo y
dernos Salmantinos de Filosofía, No. 1, 1980, pp. 53-63 (el ancho del territorio americano era, bajo esa pers-
texto citado en p. 58.), citado por Enrique Rivera de Vento- pectiva, la renovación del pacto de los conquista-
sa: Ob. cit. (en n. 1). dores con el rey, que rechazaban así reconocer
4 Mabel Moraña, por ejemplo, que la sitúa a principios del cualquier otro soberano impuesto por Napoleón, y
siglo XVIII. En la literatura, Espinoza Medrano (1629-1688)
expresaban su voluntad por una nueva relación en-
habría sido ya un exponente de la conciencia criolla.
tre las Indias y la monarquía. De Gandía, por ejem-
5 Ver Manuel Giménez Fernández: Las doctrinas populis-
tas en la independencia de América, Anuario de Estu- plo, aclara que lo que se buscaba en 1810 no era la
dios Americanos, t. III, 1946, 2da. ed., Sevilla, Escuela de formación de una nueva nación sino una autonomía
Estudios Hispanoamericanos, 1947. local de gobierno, es decir una no dependencia res-
6 Ver Guillermo Furlong: Nacimiento y desarrollo de la filo- pecto del gobierno de España.7
sofía en el Río de la Plata, Buenos Aires, Editorial Gui-
llermo Kraft, 1952; Walter Hanisch Espíndola: El catecis- 7 Enrique de Gandía: Conspiraciones y revoluciones de
mo político-cristiano. Las ideas y la época, 1810, Santiago la independencia americana, Buenos Aires, Ocesa,
de Chile, Editorial Andrés Bello, 1970, pp. 50-88. 1960.

56
La proclama del Marqués de Selva Alegre, presi- La teoría del pacto no es sino la expresión de lo
dente de la Junta de Gobierno de Quito, de 1809, a que los investigadores españoles denominan sobe-
los asistentes del cabildo abierto celebrado el 16 de ranía compartida y gobierno mixto.11 En concreto,
agosto no deja lugar a dudas de la lealtad a Fer- en la América colonial, el proceso que fue de la pri-
nando VII: mera a la segunda fase de la formación de las Juntas
de Gobierno habría sido el paso de un tipo de sobe-
Digamos con la sinceridad propia de america- ranía compartida entre el Rex y el Regnum a una
nos españoles: ¡Viva nuestro rey legítimo y señor suerte de República confederada o gobierno mixto,
natural don Fernando VII!, y conservémosle a punto de partida para la ulterior independencia. El
costa de nuestra sangre esta preciosa porción organismo cardinal habría sido el cabildo.
de sus vastos dominios libre de la opresión tirá- Los partidarios de la hipótesis española insisten
nica de Bonaparte, hasta que la divina miseri- en la importancia decisiva que tuvieron los cabil-
cordia lo vuelva a su trono, o que nos conceda la dos, institución hispánica por excelencia, en las Jun-
deseada gloria de que venga a imperar entre no- tas de Gobierno. Pero no solo ellos. Pedro Henrí-
sotros.8 quez Ureña ha señalado que: «La teoría moderna
–moderna al menos en su forma– de la soberanía
Miguel Molina Martínez ha intentado mostrar la del pueblo se mezclaba, en el pensamiento de mu-
presencia implícita del pensamiento jurídico hispa- chos patriotas coloniales, con la única tradición de
no en la casi totalidad de las deliberaciones, resolu-
ciones y pronunciamientos de las Juntas.9 Federica
no consiente; la razón es porque se juzga y se supone,
Morelli invoca el «Alegato de Quiroga presentado
racionalmente, que los que se han asociado a una Me-
en el primer juicio iniciado contra los próceres en trópoli, o a un reino, eligieron la forma o el modo de
febrero de 1809», en Quito, como prueba feha- aquel imperio, y, de consiguiente, mudadas las circuns-
ciente de que los integrantes de las Juntas de Go- tancias no se les puede sujetar a otro extraño, porque
bierno tenían conciencia de la teoría del pacto que empeoraría la condición de la parte enajenada. Aquí
interviene un pacto, entre la Metrópoli y la colonia, de
contrapesa la autoridad con poderes que sujetan a
protección, amparo y defensa. Los que se agregaron al
la suprema dentro de ciertos y circunscritos térmi- Imperio, estipularon para sí una defensa de parte del
nos. Tal es y ha sido la España.10 todo, sin permitirle la facultad de enajenarlos; luego
aquél no puede enajenar la colonia contra su voluntad
08 José Luis Romero y Luis Alberto Romero (eds.): Pensa- y arbitrio», Manuel Rodríguez de Quiroga: «Alegato
miento político de la emancipación (1790-1825), Ca- de Quiroga presentado en el primer juicio iniciado con-
racas, Biblioteca Ayacucho, 1977, pp. 47-48. tra los próceres en febrero de 1809», Memorias de la
09 Fue uno de los principales orientadores del Proyecto I+D Academia Ecuatoriana correspondiente a la Real Es-
HUM 2005-03410, del Ministerio de Educación y Cultura, pañola, No. extraordinario, Quito, [s. n.], 1922, pp. 62-
sobre «La dinámica de los grupos de poder en Quito, 100, citado en Federica Morelli: «La Revolución de Qui-
siglos XVII, XVIII y XIX», que investigó una amplia docu- to: el camino hacia el gobierno mixto», Nuevo Mundo,
mentación sobre las Juntas de Gobierno del período. Mundos Nuevos, Biblioteca de Autores del Centro
10 En el «Alegato de Quiroga presentado en el primer jui- (BAC), 2008, en <http://nuevomundo.revues.org/
cio iniciado contra los próceres en febrero de 1809», se index3419.html>, consultado el 12 octubre de 2009.
lee: «No puede enajenarse una parte de un reino si esta 11 F. Morelli: Ídem.

57
autonomía que conocían (los hispanoamericanos), les por parte del aparato central se manifestó ge-
la tradición española del gobierno municipal».12 neralmente en la consolidación del poder local en
Para los ideólogos españoles, el cabildo hispano las manos de sus tradicionales detentores.13
medieval fue uno de los limitantes democráticos y
populares de la monarquía, junto a las cortes y esa Con la crisis provocada por la invasión napoleó-
suerte de Defensor del Pueblo que habría sido el nica, esos «cuerpos intermedios» asumieron un rol
Justicia de Aragón. protagónico.
En ausencia de las cortes regionales o de los Es- Pero, ¿cuál era el contenido de la teoría del pacto?
tados generales de la monarquía francesa de la épo-
ca, las colonias americanas habrían encontrado en Teoría del pactum translationis
los cabildos los «cuerpos intermedios» que, según
Monstesquieu, se desarrollaron en las monarquías La teoría del pactum translationis no es equiva-
europeas como cuerpos judiciales y luego legislati- lente al contrato social roussoniano. Los partida-
vos, con importantes funciones, entre ellas la decisi- rios de la hipótesis española insisten en esa diferen-
va de participar o consentir en la creación de nuevos cia. El pacto de la teoría de Suárez alude al vínculo
impuestos. Amén de los cabildos, la aristocracia del soberano y sus súbditos, mientras el pacto so-
americana tuvo otra fuente de participación en el fun- cial de Rousseau relaciona a los ciudadanos entre
cionamiento del poder: la compra de cargos públi- sí. La esencia de la teoría de Suárez es la transfe-
cos, incluido el de las máximas autoridades. rencia del poder, el pactum translationis, de la
La soberanía compartida y el gobierno mixto eran comunidad –no del individuo– al Soberano, mien-
formas y estructuras de poder de origen medieval tras en la teoría del pacto social de Rousseau, la
que se revitalizaron en el período del absolutismo soberanía es intransferible y reside en los individuos-
monárquico el cual no logró concentrar todo el po- ciudadanos.14 En la tesis de Suárez, la figura del
der en la maquinaria centralizada del Estado. Res- Rex resume la soberanía absoluta, por derecho di-
pecto a América, Federica Morelli nos dice: vino y por delegación del Regnum.
La llamada «soberanía popular», que en Rou-
En la mayoría de los territorios americanos, in- sseau es activa y permanente, en la teoría de Suá-
cluida la Audiencia de Quito, las reformas de los rez es fundante, originaria, transferida siempre. De
Borbones provocaron un incremento de las en- allí que solo en casos extremos se ejerce por vaca-
tradas financieras del Estado, en perjuicio de una tio regis o por tiranicidio.
abdicación de algunas funciones jurisdiccionales La propuesta de otro jesuita, compañero de Suá-
a las elites locales. Como demuestran también al- rez en la llamada Escuela de Salamanca, Juan de
gunos estudios en campo europeo, la contrapar- Mariana (1536-1624), sobre el derecho al tiranici-
tida por la aquiescencia de las pretensiones fisca-
13 Ídem.
12 Pedro Henríquez Ureña: Las corrientes literarias en la 14 Ver Juan P. Salaverry: Origen de la soberanía civil,
América hispánica, México, Fondo de Cultura Econó- según el P. Francisco Suárez, Buenos Aires, [s. n.],
mica, 1949, p. 101. 1922, pp. 29-30.

58
dio fue el complemento –o confluente– cardinal de visigodo y romano y desarrolladas en la Edad Me-
la tesis del pacto. dia europea, aludían a Rey y Cortes que, en una
Si el pensamiento de Suárez ha sido presentado estructura dual, «duocéntrica», tenían cada uno sus
como la prueba fehaciente de una concepción de- «funcionarios, tribunales, cajas y embajadores in-
mocrática y popular del poder, el de Mariana ha dependientes».16
sido presentado como la expresión de una filosofía La categoría de pueblo ha tenido diversos signi-
insurgente y revolucionaria. ficados de acuerdo a la historia social: si en la Fran-
Varios estudiosos cuestionan la hipótesis espa- cia de la Revolución era el Tercer Estado, en los
ñola. Arturo Andrés Roig lo hace con dureza, al califi- países latinoamericanos de los siglos XIX y XX ha
carla de revisionista y reaccionaria, y aun ultrarreac- expresado sobre todo a las capas populares urba-
cionaria: nas, y en la España medieval y en la América colo-
nial se remitía a las «clases dirigentes urbanas».
La tesis de la vigencia del pacto según Suárez, Por eso, en las Juntas de Gobierno del período,
defendida como la verdadera y, a veces, exclu- los dos significados de la teoría del pacto –las In-
siva fuente teórica sobre la cual se habrían justi- dias y la Corona y el pueblo y el soberano– tendie-
ficado las Juntas revolucionarias de la década de ron a confundirse. O mejor dicho, la relación del
1810, permitía, entre otras cosas, eliminar lo que rey con los súbditos sirvió, no de fundamento sino
de revolucionario podía haber tenido el pre-ro- de legitimación de la relación entre el rey y los co-
manticismo como momento propio de la Ilustra- lonizadores. Miguel Molina, uno de los partidarios
ción: el ejercicio, si no de una democracia direc- de la hipótesis española, lo dice con énfasis: «La
ta, por lo menos de una democracia igualitaria y tesis de la reversión social defendida con insisten-
antiestamentaria, aspectos que nadie encontrará cia en el seno de los cabildos y que aludía al anti-
en el «pacto» suareciano.15 guo pacto del rey con los conquistadores era to-
talmente desconocida para Rousseau».
La crítica implícita de Roig al «pacto suarecia-
no», alude a un problema fundamental: ¿cuál es su
carácter político? ¿Es una concepción democrática 16 «Mas el poder real es contradicho por la feudalización
y popular, igualitaria y antiestamentaria? y por la constitución municipal romana en las ciudades
Buena parte de los partidarios de la hipótesis en que pervivió, alumbrando nuevas ciudades-Esta-
dos. Se separaba así de las teorías que contemplan el
española estipulan que el fundamento del pactum
Estado como una reunión del príncipe y sus Estados o
translationis es el Regnum. Rex y Regnum. Y de brazos y mantenía que hubo más bien un doble Estado
modo implícito se asimila la categoría medieval de en la evolución de esta institución. Rex y Regnum son
regnum a la moderna de pueblo. Rex y Regnum: cosas distintas, Rey y Cortes tienen sus funcionarios,
Estado y pueblo. Mas esas categorías, de origen tribunales, cajas y embajadores independientes. Pos-
teriormente el Estado moderno requiere unidad y una
constitución sobre la dualidad Rey-pueblo», Jellinek
15 Arturo Andrés Roig: Bolivarismo y filosofía latinoa- citado por Adolfo Serrano de Triana: «La fragmenta-
mericana, Quito, 1984, Facultad Latinoamericana de ción del derecho administrativo español», online,
Ciencias Sociales, Colección Ensayos 2, 1984, p. 19. p. 45, n. 45.

59
La teoría del pacto fue el fundamento teórico de legio General, treinta nuevas leyes adjuntas a los
la llamada «monarquía pactista», característica del Fueros, en las que constaban, entre otros compro-
Reino de Aragón, que naciera como una federa- misos:
ción de pequeños reinos –Aragón, Valencia, Ma-
llorca y el Principado de Cataluña–, cada uno con – Reunir Cortes todos los años.
sus propias leyes e instituciones y que luego se ex- – No proceder contra la clase privilegiada de
tendiera a España y Europa. oficio sino solo a instancia de parte.
En efecto, la Baja Edad Media europea y espa- – Nombramiento del Justicia de Aragón entre
ñola, plagada de conflictos y guerras entre la no- caballeros o hijosdalgo y con el consejo de ri-
bleza y el rey, entre el Pontificado, las monarquías y coshombres.
los poderes regionales, encontró en la monarquía – Derecho a los honores y a trasmitirlos a sus
pactista la forma de organización política que lo- hijos.
graba resolver institucionalmente el conflicto, y las – Derecho de los ricoshombres a juzgar sus pro-
Cortes, los cabildos u otras instituciones como el pios pleitos.
Consejo Real y la Audiencia fueron los canales de – Protesta por la concesión de un fuero propio
las negociaciones de las noblezas regionales con el al reino de Valencia.
rey. – En especial, obligación de jurar los fueros como
El Reino de Aragón fue el gran ejemplo de la condición indispensable para ser aceptado
monarquía pactista. Allí, en el siglo XIII, nacieron como rey.
las Cortes y el famoso Justicia de Aragón, invoca-
do por Juan Pablo Viscardo y Guzmán.17 El pacto entre Pedro III y las Cortes de Zarago-
El Justicia de Aragón, modelo de «vigilancia ac- za, entre Rex y Regnum, no puede ser más claro: las
tiva» del Regnum sobre el Rex, surgió en condicio- Cortes –el Regnum– eran asambleas estamentales
nes históricas determinadas, cuando las Cortes de integradas por los «ricoshombres» (alta nobleza),
Zaragoza le impusieron, en 1283, a Pedro III, ex- infanzones y caballeros (nobleza inferior), la Iglesia
comulgado por el Papa y enfrentado a la inminente y las universidades en representación de las ciuda-
invasión de Felipe III de Francia, la firma del Privi- des, y el Justicia de Aragón era un «caballero o hi-
jodalgo» nombrado por los «ricoshombres».
La monarquía pactista fue la expresión de socie-
17 La Carta a los españoles americanos escrita por Juan
dades aún feudales que cristalizaban en poderes
Pablo Viscardo y Guzmán entre 1782 y 1791, publicada
por Miranda en 1799, recuerda el papel de «Justicia de locales de la nobleza y articulaban sus relaciones
Aragón», institución cuyos portaestandartes, en la bajo la imagen unificante de la monarquía.
ceremonia de la coronación del rey, le dirigían estas La monarquía borbónica, que pretendió erigir un
palabras: «Nos que valemos cuanto Vos, os hacemos régimen absolutista, durante la hegemonía de Casti-
nuestro Rey y Señor, con tal que guardéis nuestros
lla, procuró poner fin a la soberanía compartida. Su
fueros y libertades y si no, no». Ver Viscardo y Juan
Pablo Guzmán: Carta dirigida a los españoles america- instauración, en la figura de Felipe V de Borbón, pro-
nos por uno de sus compatriotas, impreso en Londres vocó la rebelión de las elites de la Corona de Aragón
por P. Bayle, Vine Street, Piccadilly, 1801. en las llamadas Guerras de Sucesión a la Corona

60
Española. La derrota de la rebelión dio paso, a par- Arturo Roig, no era una concepción democrática y
tir de 1707, a los llamados Decretos de Nueva Plan- popular, igualitaria y antiestamentaria.
ta, que consolidaron la centralización estatal del régi- En la América colonial, la teoría del pacto ex-
men absolutista: abolición, total y parcial, de los presaba las relaciones entre el Rey y los poderes
fueros, privilegios y libertades, unificación jurídica, regionales, y la «monarquía pactista» era la aspira-
supresión de la figura del Justicia de Aragón. ción a la autonomía de las sociedades criollas
La construcción de la maquinaria estatal centra-
lizada –jurídica, administrativa y militar– fue el con- El tiranicidio
tenido político fundamental de la génesis del capi-
talismo en la era de la acumulación originaria de La teoría del «tiranicidio» –el pueblo tiene derecho
capital. Tendía a disolver el poder autónomo de las a asesinar al rey si este traiciona el pacto del Rex
noblezas regionales y a propiciar la absorción de la con el Regnum– aparece como una profundización
gran propiedad territorial bajo la forma de nobleza del carácter popular y democrático de la teoría del
cortesana. pacto, su vertiente insurgente y revolucionaria. Sin
Empero, la resistencia de las noblezas regiona- embargo, un análisis más detenido nos brinda otras
les, en particular en España, forjó una suerte de significaciones.
doble poder, el de la monarquía centralizada en que A diez años de la muerte de Enrique III, en 1599,
se articulaba la alianza contradictoria de la burgue- a manos de Jacques Clément, fraile dominico per-
sía comercial y bancaria con la propiedad territo- teneciente a la Santa Liga de París, Juan de Maria-
rial; y los poderes locales que cristalizaban bajo la na publicó Del rey y de la institución real, obra en
forma de municipios o Cortes.18 la que se legitima el llamado tiranicidio. Si bien el
La teoría política de la Escuela Española del texto es una reflexión general sobre el arte del go-
Derecho fue la expresión teórica de la monarquía bierno, las relaciones entre la monarquía con sus
pactista y el arma intelectual de las noblezas y elites súbditos, la Iglesia y el Pontificado, una suerte de
regionales en la resistencia a la centralización esta- teoría política, en suma; la acción de Clément fue el
tal y la formación del absolutismo. Tal como lo dice con-texto, el pre-texto y el sub-texto de la circula-
ción y lectura del texto.
18 «Contrariamente a lo que la historiografía ha ido afir- En Francia el Parlamento ordenó que Del rey y
mando hasta hace diez o quince años, el esfuerzo cen- de la institución real fuera quemado públicamen-
tralizador de los Borbones no logró romper los poderes
te, el 8 de junio de 1610, a manos del verdugo ofi-
jurisdiccionales de los municipios ni cuestionó su re-
presentación virtual. Este límite crucial para el futuro cial. Un año antes, François Ravaillac había acu-
se debe a que el mismo proyecto centralizador necesi- chillado a Enrique IV, de modo similar al asesinato
taba del apoyo de los poderes territoriales para reali- de Enrique III por Jacques Clément, celebrado por
zarse. Como ya se ha anticipado, el absolutismo, aun Mariana. Se acusó a Mariana de ser el autor inte-
en Europa, no se consolida en contra de la sociedad
lectual del magnicidio, a pesar de que Ravaillac dijo
estamental, sino junto y gracias a ésta», F. Morelli: «En-
tre el antiguo y el nuevo régimen: el triunfo de los cuer- desconocer a Mariana y su libro. El 27 de mayo
pos intermedios. El caso de la Audiencia de Quito, 1765- de 1610, luego de ser interrogado, torturado y en-
1830», online. juiciado, Ravaillac fue llevado a la Plaza de la Grève

61
para el clásico suplicio destinado a los regicidas. actos posteriores? ¿El pueblo, los vasallos, los cam-
Un mes después fue quemado el libro de Mariana. pesinos siervos? ¿Los pueblos indios de las colonias
¿Celebró Mariana el asesinato de los Enrique III americanas?
y IV?, ¿tuvo alguna relación con Ravaillac?, son Partamos del proceso histórico en que se escri-
algunas de las interrogantes que han despertado en- bió la teoría del tiranicidio. Los asesinatos de Enri-
cendidas polémicas en España y en Europa. No que III y Enrique IV, ejecutados por católicos, es-
cabe, en la perspectiva del presente trabajo, dete- tuvieron inscritos en las ocho guerras entre católicos
nernos en tales debates. Importa, eso sí, pregun- y hugonotes, las casas de Borbón y Guisa, y, a nivel
tarnos: ¿el tiranicidio proclamado y defendido por europeo, entre España e Inglaterra.
Mariana y los jesuitas alude a una rebelión popular El Gran Cisma había arrebatado a Roma el orien-
o democrática contra el despotismo? te de Europa y Constantinopla. Empero, entre los
Mariana nos dice: siglos X y XV, la Iglesia mantuvo una hegemonía ab-
soluta en Europa Occidental, construida desde la
No hemos de mudar fácilmente de reyes (pues) era románica cuando culminó su tarea de unifica-
se les ha de sufrir lo más posible, pero no cuan- ción religiosa y cultural.
do trastornen la república, se apoderen de la ri- Mas, el cisma luterano la dividió y excluyó del
queza de todos, menosprecien las leyes y la reli- poder del Pontificado a un vasto territorio. Una
gión del reino, y tengan por virtud la audacia, la derrota en Francia, a manos de los hugonotes, ha-
soberbia, la impiedad, la conculcación sistemáti- bría sido mortal para Roma, que había iniciado la
ca de todo lo más santo. Entonces es ya preciso ejecución de un gran proyecto de consolidación y
pensar en la manera de destronársele [...]. Se ha aun reconquista –la Contrarreforma gestada en el
de amonestar el príncipe y llamarle a razón y a Concilio de Trento, 1545-1563– una vasta empre-
derecho [...]. Y si así lo exigieren las circunstan- sa religiosa, cultural política, militar.
cias, sin que fuera de otro modo posible salvar la Las llamadas guerras religiosas de Francia, 1568-
patria, matar a hierro al príncipe como enemigo 1598, desplegadas al cabo del Concilio de Trento,
público y matarle por el mismo derecho de de- fueron pues decisivas para la supervivencia de la
fensa, por la autoridad propia del pueblo, más Iglesia católica. La participación material de los je-
legitima y mejor que la del rey tirano [...]. Este es suitas en ellas ha sido objeto de debates e investi-
pues mi parecer, hijo de un ánimo sincero, en gaciones. Lo innegable fue la enorme importancia
que puedo, como hombre, engañarme.19 que tuvo su pensamiento. Sus principales teóricos
–en particular de la llamada Escuela de Salaman-
¿Pero quién podía calificar de tirano al rey y lla- ca– se pronunciaron sobre la problemática subya-
marlo a razón y a derecho, declararle la guerra o cente, y la tesis del tiranicidio tuvo allí su germina-
enfrentar la suya, desconocerle y declarar nulos sus ción teórica más acabada.
Sobre la pregunta cardinal del tiranicidio –quién
19 Tomado de María Teresa González Cortés: Los monstruos puede calificar de tirano a un monarca y autorizar
políticos de la Modernidad, pp. 60-61, en: <google. su asesinato– que es, a la vez, una reflexión sobre
books.com>. las relaciones entre la monarquía y el Pontificado,

62
Luis de Molina, el más importante de los teólogos puede desligar a éstos del juramento de fideli-
de la época, autor de la decisiva teoría de la «cien- dad y anularlo... y para esto puede servirse de
cia media», señaló: las armas de los otros príncipes fieles, de ma-
nera que siempre lo secular esté sometido a lo
Jesucristo no hubiera proveído a las necesida- espiritual [...]. // Desde que un rey ha sido de-
des de su Iglesia, si no hiciera vasallos del Papa puesto por el Papa, deja de ser rey legítimo, y
a todos los príncipes temporales, atribuyéndole desde entonces no le corresponde otro título que
plenísimo poder paras obligarles y conducirles, el de tirano... y como a tal, cualquiera podrá
según su cargo, a lo que crea necesario para los matarle.21
fines sobrenaturales. // El Papa puede deponer a
los reyes, si la conservación de la fe en la Iglesia, Roma y los católicos validaron el asesinato de
o la del bien común espiritual lo exigen. // Si un los reyes, en especial el de Enrique III, y declara-
príncipe se hace hereje o cismático, el Papa puede ron a Jacques Clément «mártir de la Iglesia».
usar contra él de su poder temporal, deponién- Los jesuitas se convirtieron pues en los principa-
dole y haciéndole arrojar de su reino. De iusti- les defensores del poder temporal del papa sobre
tia et iure. los reyes: el papa, rey de reyes, era el pastor, y los
reyes solo eran moruecos. El eje de su teoría polí-
Francisco Suárez defendió también la destitución tica, la subordinación de los fines temporales a los
y excomunión del papa.20 Pero, el más firme parti- fines eclesiásticos,22 demandaba la supremacía del
dario de los derechos del papa a calificar de tirano Pontificado sobre las monarquías europeas. La teo-
a un rey y autorizar el tiranicidio fue Roberto Belar- ría del tiranicidio formó parte de la teoría jesuita de
mino, el arzobispo y cardenal de la Compañía de la supremacía de la Iglesia sobre la monarquía.
Jesús que dirigió los juicios de la Inquisición contra
Giordano Bruno y Galileo, alumno de Juan de Ma- 21 Ver Fernando Garrido: ¡Pobres Jesuitas!, Capítulo IV
«Teoría del regicidio según los jesuitas, los católicos y
riana en el colegio jesuita de Roma, 1561, y pro- los protestantes, eclesiásticos y seglares», Proyecto
tector de Francisco Suárez. Belarmino señaló taxa- Filosofía en español <www.filosofia.org>. Cabe seña-
tivamente: lar que el cardenal Belarmino fue beatificado y canoni-
zado por el papa Pío XI en 1930. Fue declarado doctor
No pertenece al pastor el castigo de las ovejas de la Iglesia en 1931.
que se extravían, sino arrojar los lobos, defendien- 22 «No se vea por esto en el P. Mariana un anarquista a la
moderna, ni siquiera un republicano, no. El P. Mariana
do al rebaño, para que no lo saquen del redil. // era partidario de la teocracia sin límites y trataba de
Por tanto, el Papa, como soberano pastor, puede mermar la autoridad regia para que nada se opusiese a
privar a príncipes de su dominio, y arrojarlos la teocracia, para que la Iglesia reinara sin obstáculos y
de él, para que no perjudiquen a sus vasallos; no viera jamás su acción estorbada por la voluntad de
los reyes, que más de una vez habían contrariado las
20 Francisco Suárez: «Defensio catholicae et apostolicas decisiones del Papa». Méndez Bejarano: Capítulo XII
fidei», en Mario Méndez Bejarano: Historia de la filo- «La escolástica aplicada», Capítulo XIV, «El siglo de
sofía en España hasta el siglo XX, Proyecto Filosofía Oro», Historia de la filosofía en España hasta el siglo XX,
en español, Oviedo, 2000, en <www.filosofia.org>. en Francisco Suárez: Ob. cit. (en n. 20).

63
Si bien, en principio, la teoría del tiranicidio sur- Empero, su otra afirmación implícita de que las
gió en el seno de las guerras de religión y se remi- Juntas de Gobierno del período 1808-1811 habrían
tía a los potenciales reyes católicos infieles, pronto estado dirigidas por lo que de «revolucionario [ha-
asumió el perfil de una teoría en contra del absolu- bría] tenido el pre-romanticismo como momento
tismo monárquico que tendía a subordinar a la Igle- propio de la Ilustración» es bastante polémica.
sia a los procesos de construcción de los llamados Cabe preguntarse si la aristocracia criolla, que
Estados nacionales, y cuyo punto de mayor tensión se encontraba en un proceso de consolidación de
fue la disputa entre el «despotismo ilustrado» de la gran propiedad agraria y, en varios casos, se ha-
Carlos III y el papado y la expulsión de los jesuitas. bía distinguido en la represión de los levantamien-
La teoría del pacto de la Escuela Española del tos indígenas de finales del siglo XVII, y era el sector
Derecho no era ni democrática ni revolucionaria, ni hegemónico en la mayoría, si no la totalidad de las
antiestamentaria. Expresaba la resistencia tanto Juntas de Gobierno, buscaba la independencia –esto
de la Iglesia cuanto de las noblezas regionales al es, la ruptura total con España– y, más aún «el ejer-
desarrollo de la maquinaria estatal centralizada en cicio, si no de una democracia directa, por lo me-
la era de la acumulación originaria. nos de una democracia igualitaria y antiestamen-
taria».
La teoría del pacto y la América Latina Federica Morelli subraya y reconoce que: «A este
propósito, cabe subrayar que los territorios en que
La tesis de Roig de que la teoría del pacto no se se formaron las primeras juntas autónomas son pre-
fundaba en el ideal de «una democracia directa, (o) cisamente aquellas ciudades –como Quito– que en
por lo menos de una democracia igualitaria y an- la última fase de la época colonial lograron con-
tiestamentaria» es, sin duda, correcta. El Alegato quistar un fuerte poder jurisdiccional sobre el área
de Quiroga lo reconoce: rural».24
En la América colonial el cabildo, fundamento
Tal es y ha sido la España. El rey con los ricos- de las Juntas de Gobierno y la principal «institución
hombres y los diputados de los pueblos ha dic- consolidada», no era una entidad política de orga-
tado las leyes, ha impuesto los subsidios y ha nización del pueblo en su conjunto, según una pers-
provisto a todo lo que concierne a los intereses pectiva democrática, sino el espacio de cristalización
del Estado y a la salud pública. Jefe y soberano del poder político de los propietarios criollos.
de una Nación libre y generosa, no ha sido su Rivera de Ventosa lo entiende así y lo celebra, y
voluntad la regla de la conducta política en el condena el caso excepcional de México, donde el
orden y gobierno de la Monarquía; sujeto por cabildo no desempeñó el mismo papel que en Ca-
las leyes fundamentales del Reino a los conse- racas, Bogotá, Buenos Aires, Lima o Quito porque
jos, a los nobles o grandes y a las cortes que «el movimiento separatista no proviene de la clase
representaban los derechos de los pueblos [...].23 dirigente ciudadana, sino más bien es un movimiento

23 Manuel Rodríguez de Quiroga: Ob. cit. (en n. 10), pp.


62-100. 24 F. Morelli: Ob. cit. (en n. 18).

64
popular con cierto carácter primitivista y de revan- Las elites que presidieron las Juntas de Gobier-
cha del campo sobre la ciudad».25 no temían al «populacho» que a veces tendía a des-
Las Juntas de Gobierno que siguieron el ejemplo bordarlos y a resquebrajar la solidez del bloque te-
de las Juntas españolas y juraron su lealtad a Fer- rrateniente.
nando VII, expresaban la consolidación de lo que Dicho bloque además temía a la Revolución
podríamos denominar un fuerte poder terratenien- Francesa y a Bonaparte, quien aparecía como el
te. Carlos de la Torre Reyes ha mostrado –en una portador de la expansión de las ideas revoluciona-
perspectiva poco crítica– que los llamados próce- rias. Las declaraciones en contra de Bonaparte, la
res del 10 de Agosto, de Quito, se distinguieron Revolución Francesa y las tesis de Rousseau y Vol-
por haber participado en la represión de los levan- taire eran permanentes y continuas en el seno de las
tamientos indígenas.26 Es decir, una vez que asegu- elites aristocráticas. Sin embargo, la teoría de la
raron su control de la sociedad agraria feudal, en- «máscara de Fernando VII» también ha sido utili-
sayaron la autonomía dentro de la monarquía zada en este caso, y así se considera que tales ase-
española, para lo cual destruyeron las páginas de veraciones fueron argucias para propiciar, en un cli-
los libros de la Real Audiencia en que constaban ma de censura, el conocimiento de las ideas de la
sus deudas. Ilustración: «El mismo fenómeno se puede advertir
En diciembre de 1810, se produjo en Quito un en los redactores del Mercurio Peruano de 1791-94.
levantamiento popular, «un motín de indios carni- Aunque se moteje de “impío” o de “monstruo” a
ceros de San Blas», que ocasionó la muerte del Voltaire se le lee y comenta pese a la prohibición y
conde Ruiz de Castilla, presidente de la Real Au- no se disimula la admiración y el culto que se le
diencia de Quito, derrocado por el pronunciamien- profesa».28
to del 10 de agosto. Juan Pío Montúfar, marqués En fin, a nuestro criterio, la concepción de que el
de Selva Alegre, presidente de la Junta de Gobier- pactum translationis de Francisco Suárez fue la
no, testificó que: «recuerda que desde la primera ideología que expresó y condujo a las Juntas de
grada del Palacio agitaba las manos, suplicaba y Gobierno, se revela verdadera a condición de com-
rogaba para contener al pueblo enardecido. Vio que prenderla no como una ideología democrática y aun
“otras personas decentes” hacían lo mismo».27 revolucionaria sino como la expresión de los blo-
ques terratenientes, antes organizados en los cabil-
25 Enrique Rivera de Ventosa: Ob. cit. (en n. 1).
dos coloniales, que requerían de un nuevo pacto
26 Ver Carlos de la Torre Reyes: La revolución de Quito
con la monarquía y entre sí.
del 10 de agosto de 1809, vol. 13, Quito, Colección
Histórica, 1990, Banco Central del Ecuador, Centro de
Investigación y Cultura, 1940. indios, proclive a los homicidios más execrables y gratui-
27 Pablo Ospina: «Indígenas en la independencia», El Te- tos, y la pérfida iniciativa de alguna persona “de razón”,
légrafo, 25 de abril de 2009. Ospina insiste: «La verdad pero irresponsable, que los agitara. Por ello, el manejo de
es que prácticamente todos los dirigentes de la revuel- los indios exigía una constante demostración de fuerza
ta quiteña entre 1809 y 1812 sentían un horror similar y un hábil manejo de la “delicadeza”».
hacia el “populacho”. En la mente de criollos y penin- 28 Estuardo Núñez: Capítulo III «Aliento de libertad e ingenio:
sulares, solo había dos causas posibles para la partici- Voltaire», Las letras de Francia y el Perú: apuntacio-
pación de la plebe indígena: la natural ferocidad de los nes de literatura comparada, en: <google.books.com>.

65
El Bicentenario, hoy Según la leyenda blanca, la Ilustración española
habría jugado un papel decisivo en la germinación
La teoría del pacto y del papel del cabildo forman de una ilustración americana, a partir de las expedi-
parte, junto con el «(re)descubrimiento» de una Ilus- ciones botánicas hispanas del siglo XVIII y de la for-
tración española, también hacia la segunda mitad mación de las Sociedades Económicas de Amigos
del siglo XX, de otro momento de (re)creación de la del País al modo de las españolas, formadas por
«leyenda blanca» de España. iniciativa de Campomanes de 1774.30
La teoría del pacto (re)surgió, según lo señala- Toda nueva interpretación de los hechos históri-
mos, en la década de los cuarenta del siglo XX con cos obedece a exigencias teóricas, ideológicas y
Manuel Giménez Fernández y con G. Furlong en la políticas del presente. En la reconstrucción de la le-
década de los cincuenta. Y fue en el mismo decenio yenda blanca debe verse, amén de un afán intelec-
que se inició un proceso de construcción o redescu- tual y académico, un contexto marcado tanto por la
brimiento de la Ilustración española, en tanto germi- integración de España a la Unión Europea como
nación de la modernidad; fue la obra tanto de escri- por su intención de cumplir el rol de mediación pri-
tores españoles como de hispanistas europeos y vilegiada entre Europa y la América Latina. La «le-
norteamericanos.29 Jean Sarrailh, hispanista francés, yenda negra» habría contribuido a la ruptura de
publicó, en 1954, La España Ilustrada de la se- España con Europa y a la independencia de Améri-
gunda mitad del siglo XVIII, una investigación de ca; la leyenda blanca marcaría, a la par, el retorno a
varias décadas. En el interior de España, el jurista Europa y la reconciliación con la América Latina (o
Luis Sánchez Agesta editó en 1953 El pensamiento hispana). Y se daría en los términos «moderados»
político del despotismo ilustrado. Poco después de la restauración democrática del posfranquismo,
vinieron otros trabajos de singular profundidad, do- equivalente a los de Carlos III y el despotismo ilus-
cumentación y erudición, que pretendían rescatar la trado del siglo XVIII.
Ilustración española, entre los cuales se encuentran La tesis de que las Juntas de Gobierno de 1808-
los de Richard Herr, Antonio Mestre, José Luis Abe- 1811 fueron el punto de arranque de la indepen-
llán, José Antonio Maravall, Siegfried Jüttner. dencia, bajo la creencia en la máscara de Fernando
e influidas por «el pre-romanticismo como momen-
29 «A partir de 1945, debido al cambio de las circunstan- to propio de la Ilustración», según la ya citada opi-
cias políticas y culturales de Europa, que también re- nión de Arturo Andrés Roig, es la que gobierna las
percutió en nuestro país, se inicia una nueva revisión actuales celebraciones del Bicentenario. Tesis ofi-
del legado del siglo XVIII en los planos internacional
(v. Palacio Atard), de política general y administrativa (v.
cial, contenido del discurso patrio, propicia la
Rodríguez Casado) y en el plano cultural (P. Peñal- afirmación de la identidad, en el marco de los procesos
ver), señalando en especial las grandes realizaciones
materiales y la faceta hispanoamericana de la monar- 30 En 1774 Pedro Rodríguez Campomanes enviaba una
quía católica, aspecto este último que ha llevado a cabo circular a todos los rincones de la monarquía, en la que
la Escuela de Estudios Hispanoamericanos de Sevi- incitaban a las autoridades locales a promover la crea-
lla», Eduardo Escartin: «Bibliografía reciente sobre las ción de sociedades patrióticas con los mismos fines
corrientes ideológicas de la Ilustración Española», que la vascongada, orientada por Miguel de Altuna, el
Cuento y Razón, en: <www.cuentoyrazon.org>. marqués de Narros y el conde de Peñaflorida.

66
de formación de Unasur y de la Comunidad de Es- ejemplo, y comprender las estructuras oligárquico-
tados Latinoamericanos y del Caribe, pero conso- terratenientes que se desplegaron en el siglo XIX.
lida el papel de las actuales elites como herederas En una época como la actual cuando, en el marco
de la emancipación. de la agonía del neoliberalismo, se define el rum-
La tesis de la existencia de una ruptura entre las bo de la América Latina, se ilumina el carácter de
Juntas de Gobierno y las guerras libertarias y de las posiciones que propician una suerte de «auto-
que las primeras solo aspiraban a la autonomía den- nomía dentro el imperio norteamericano», y que a
tro del imperio español y rechazaban las tesis de la la luz del Fernando VII de 1814, quien suspendió
Ilustración, sobre todo de Rousseau y de la Revo- la vigencia de la Constitución de Cádiz y de las tí-
lución Francesa, permite resolver una serie de im- midas reformas liberales y restauró el absolutismo,
passes teórico-políticos. En primer lugar, faculta salir se muestra su condición de ilusiones reaccionarias.
del atolladero histórico provocado por la paradoja Dicha interpretación, cada vez más extendida en
de un movimiento emancipador revolucionario que la investigación histórica, se inscribe en la teoría de
gesta sociedades y gobiernos reaccionarios –«últi- que la emancipación de la América Latina de la he-
mo día del despotismo y primero de lo mismo»–, gemonía norteamericana, solo puede fundarse en
distinguir lo que de revolucionario tuvo el proyecto los trabajadores, los pueblos indios y afrodescen-
emancipador y las figuras de Bolívar o Artigas, por dientes y los sectores populares. c

67
ALBERTO PRIETO ROZOS

Visión contemporánea del proceso


independentista latinoamericano

A
finales del siglo XVIII, los territorios actualmente denomina-
dos América Latina vivían bajo el dominio de las metrópolis
colonialistas, que se encontraban en la etapa del absolutis-
mo. Los máximos defensores autóctonos del referido sistema ex-
poliador eran los terratenientes y los dueños de minas, así como la
Iglesia católica. Pero en dicha sociedad, muy estamentada, además
del modo de producción feudal existían otros: el esclavista –en su
fase de plantación– y el capitalista, caracterizado por los comer-
Revista Casa de las Américas Nos. 259-260 abril-septiembre/2010 pp. 68-75

ciantes –portuarios y distribuidores–, propietarios de incipientes ma-


nufacturas, y pequeños burgueses urbanos (artesanos) o rurales
(finqueros y chacreros). A su vez, las masas populares estaban com-
puestas por pequeños campesinos blancos, arrendatarios mestizos,
indígenas que sufrían la servidumbre o vivían en sus tradicionales
comunidades agrícolas, y por los esclavos negros de origen africa-
no. Todos estos grupos y clases sociales fueron incorporados a la
política, de una u otra forma, al llegar la época de la liquidación del
feudalismo absolutista; resultaba necesario transitar a la formación
socioeconómica superior. El cruce al nuevo régimen comenzó, de
manera autónoma, con las luchas contra las metrópolis ibéricas,
pues en Haití la gesta independentista previa había tenido un carác-
ter estrictamente anticolonial. Así fue porque en las comarcas bajo
soberanía francesa se barrió con el feudalismo antes de que los
haitianos guerrearan a favor de liquidar su estatus colonial. De ello se

68
desprende que la emancipación latinoamericana te- ficar lo secundario. Y fue precisamente ese arte de
nía un doble carácter: independentista, con el pro- conjugar programas disímiles, el que permitió avan-
pósito de romper el dominio de las metrópolis, y zar hacia la independencia en las distintas regiones
revolucionario, para transitar hacia un sistema social de nuestra América.
mejor. Y si bien el primer aspecto fue alcanzado, el En sus inicios, la problemática de la emancipa-
segundo con frecuencia no se logró; las revoluciones ción situó de manera muy diferenciada a los diver-
independentistas solo triunfaron, y bajo preceptos sos elementos que integraban la sociedad, fuese a
moderados –salvo en Paraguay–, en las zonas don- favor o en contra de la independencia, pero sin es-
de el modo de producción feudal era muy débil o no tablecer casi ningún vínculo entre sí. La dinámica
existía. Por ello, en el resto de Hispanoamérica se de la lucha, no obstante, hizo reflexionar a los más
hizo imprescindible culminar el ciclo de las revolu- lúcidos revolucionarios, quienes comprendieron la
ciones burguesas más tarde, en la segunda mitad del necesidad de practicar una creadora política de
siglo XIX, cuando las llamadas «reformas liberales» a alianzas que permitiera el logro del anhelado fin. Así,
veces impulsaron –como en el México de Juárez– una correcta evaluación de las principales exigencias
transformaciones radicales. de los variados componentes del bando progresis-
Dentro del conjunto de relaciones sociales, las ta se convirtió en tarea insustituible para trazar los
principales y determinantes son las de producción acuerdos capaces de alterar la correlación de fuer-
–en la base económica–, que destacan lo esencial zas frente al enemigo a derrotar. Esta realidad se
de cada formación socioeconómica y distinguen en manifestó con suma nitidez en las concepciones de
estas las clases fundamentales. Sin embargo, las nuestros próceres que, según la conformación so-
formas de propiedad –en la superestructura– cons- cioclasista de los más variados confines, muy des-
tituyen también elementos de gran importancia; su iguales entre sí, debieron esbozar pactos que
diversidad refleja la presencia de diferentes grupos tuvieran en cuenta los reclamos esenciales de quie-
y clases sociales, cuyas proyecciones con frecuen- nes se podían incorporar al torrente liberador. Cada
cia pugnan entre sí en determinados aspectos, aun cual con su reclamo específico, pero todos intere-
en las oportunidades en que se encuentran intere- sados en transitar a un sistema superior.
sadas en la existencia del mismo modo de produc- Dentro del complejo espectro social estructura-
ción. Tal era el caso en aquel momento de la bur- do por el absolutismo, el más moderado grupo pro-
guesía y de la pequeña burguesía que, junto al gresista estaba constituido por la burguesía comer-
campesinado y los esclavos, deseaban transitar ha- cial portuaria –aliada en el caso bonaerense con los
cia el capitalismo como objetivo común, pero re- ganaderos–; había sido muy beneficiado por el co-
clamando caminos diferentes vinculados con el lonialismo, que otorgó a sus puertos un carácter
mayor o menor costo social. Esa heterogeneidad monopolista. Por eso deseaban mantener ese pri-
de vías, que tenían una meta homogénea, brindaba vilegio mercantil heredado del antiguo régimen feu-
a los políticos de la revolución la posibilidad de rea- dal, pero enriqueciéndolo con las posibilidades de
lizar o no ciertas alianzas, resulta factible establecer incrementar sus negocios mediante el disfrute de
acuerdos que respetasen los reclamos básicos de una elitista libertad de comercio. Estos mesura-
cada grupo y clase progresista, a cambio de sacri- dos proyectos fueron plasmados en parcos textos

69
monárquico-constitucionalistas, que les aseguraban mejores hombres que habían defendido dichas con-
sus ganancias en la esfera de la circulación sin tener cepciones –por ejemplo, Bernardino Rivadavia o
que soportar las inconveniencias del colonialismo. Camilo Torres– hacia posturas republicanas, como
Defendieron, por lo tanto, una tripartición de po- las ostentadas por la mayoría de los revoluciona-
deres relativamente independientes, en la cual la rios. En cambio otros –bien representados por los
Asamblea Legislativa tuviese el verdadero mando; emperadores Agustín de Itúrbide y Pedro de Bra-
el monarca –preferiblemente europeo y Borbón– ganza– pronto corrieron por la reaccionaria vía que
solo tendría funciones representativas, y su figura llevaba al absolutismo.
cohonestaría la continuidad de los derechos ya ad- En el campo de los proclives a la independencia,
quiridos en medio de la ruptura con el pasado, pro- el extremo opuesto a los monárquico-constituciona-
vocada por la consecución de la soberanía propia. listas estaba ocupado por los adeptos a las radicales
A su vez, dicho aristocratizante grupo burgués con- ideas de Juan Jacobo Rousseau. Este ideólogo de la
trolaría al Estado –rígidamente centralizado para pequeña burguesía, precursor de los jacobinos, ata-
evitar cualquier perniciosa influencia– mediante la có la gran propiedad; reconoció al pueblo el dere-
referida Asamblea, dominada gracias al exclusivis- cho soberano; se pronunció por un Estado que ga-
ta voto censatario de los hombres blancos y alfa- rantizara los derechos democrático-burgueses; y
betos: la propuesta también tenía como objetivo propuso un sistema de educación generalizada que
atraer a su bando a los terratenientes, así como a formara ciudadanos activos y laboriosos. En la Amé-
los dueños de minas y al clero, a quienes se brinda- rica Latina, los seguidores de sus preceptos –More-
ba una aceptable participación en los asuntos de los, Moreno, Castelli, Carrera, Carbonell, por citar
gobierno, pues se eludían las transformaciones que algunos– en general se manifestaron a favor de: re-
afectaran sus conservadores intereses. La pene- gímenes republicanos, democráticos y centralistas
trante visión política de Bolívar expuso en premoni- –con el proyecto de llevar a cabo homogéneas y
tor aserto la evolución futura de dichos regímenes: profundas transformaciones revolucionarias en todo
el país–, sufragio universal masculino, abolir la escla-
Si el partido preponderante es militar o aristo- vitud en las plantaciones, distribuir la tierra expropia-
crático, exigirá probablemente una monarquía que da en pequeñas parcelas, controlar o nacionalizar el
al principio será limitada y constitucional, y des- comercio exterior; realizar levas en masa; crear talle-
pués inevitablemente declinará en absoluta: pues res estatales cuyas fabricaciones se destinaran al ejér-
debemos convenir en que nada hay más difícil en cito; practicar el dirigismo de la economía, sobre todo
el orden político que la conservación de una en lo relacionado con la fijación de precios máximos
monarquía mixta.1 a las mercancías; establecer impuestos a los ricos;
programar un sistema de educación pública genera-
Tuvo razón el Libertador. Las dificultades exis- lizada; afectar los bienes de la Iglesia. En nuestro sub-
tentes para implantar o mantener las monarquías continente, sin embargo, los partícipes de esa ten-
constitucionales motivaron el deslizamiento de los dencia política se apartaban con frecuencia de los
1 Simón Bolívar: «Carta de Jamaica», Obras completas, La postulados jacobinos concernientes a las tierras de
Habana, Editorial Lex, 1947, t. I, p. 159. las comunidades agrícolas indígenas; más bien adop-

70
taron los criterios emitidos por los «frenéticos» (en- pesina –mita, coatequil, peonaje, yanaconazgo, sa-
ragés) de Jacobo Renato Hebert, acerca del valor yana, pejugal–, por constituir expresión de una de-
social de las referidas propiedades colectivas y de- pendencia o vínculo feudal, se oponían a cualquier
más bienes estatizados, como las famosas Estancias intento de abolir la esclavitud de los negros. Dicho
de la Patria en el Paraguay del doctor Francia. Se sistema explotador era una emanación de la bur-
puede decir, en ese caso, que el gobierno del «pe- guesía, que gastaba grandes sumas en la adquisi-
queño jacobino» desarrolló la dimensión completa ción de la referida fuerza de trabajo, y no estaba
de la revolución democrático-burguesa, y hasta tocó dispuesta a perder el dinero invertido. Cuando más,
sus límites de clase. Pero en general estos radicales y a regañadientes, los burgueses aceptaban la li-
grupos revolucionarios no pudieron triunfar, porque bertad de vientre, puesto que no realizaban eroga-
una correlación de fuerzas adversas –agravada por ciones monetarias por concepto del nacimiento de
su rechazo a entenderse con los burgueses– impidió los potenciales «esclavitos». Pero aun en este caso
que ocuparan de manera definitiva el poder. argumentaban que los dueños de las bestias tenían
Entre las posiciones extremas de ambos grupos el derecho a poseer sus crías, y para ellos los es-
políticos referidos, se encontraba la burguesía pro- clavos no pasaban de ser animales parlantes.
ductora agraria –sobre todo plantadora esclavista, A pesar de la importancia que al inicio de la revo-
«anómala» al decir de Marx– que había abrazado lución de independencia tuvo este grupo criollo, desde
criterios liberales parecidos a los enarbolados por muy temprano dicha corriente empezó a perder vi-
los girondinos franceses. En virtud de ello, defen- gor; sus más lúcidos integrantes comenzaron a sepa-
dían proyectos republicanos y federales, cuyos tres rarse de la más ortodoxa aplicación de las prácticas
poderes girarían alrededor de la figura presiden- liberales. Incluso Francisco de Miranda, de notable
cial; esa posición clave, así como las demás, sería trayectoria girondina en Francia, comprendió pronto
seleccionada por el exclusivo voto burgués regido que nuestra diferente estructura socioeconómica exi-
por estrictos proyectos censatarios. También este gía la adopción de proyecciones políticas nuevas,
grupo, cuyos más relevantes miembros fueron San- creadoras, adaptadas a las necesidades objetivas de
tander, Estanislao López, Francisco Ramírez, To- la lucha contra la metrópoli ibérica. Y fue él quien
rre Tagle y López Rayón, postulaba la libertad de primero se alejó, en dicho bando, de los principios
prensa; el fin del diezmo y de las manos muertas, opuestos a la emancipación de los esclavos. Como
así como de los mayorazgos; una amplia libertad resultaba imprescindible incorporarlos a la guerra para
de comercio y del librecambio –bajos aranceles romper el yugo colonialista, Miranda adoptó la prag-
aduaneros–. A la vez, eran enemigos acérrimos de mática postura de otorgarles la libertad a condición
la fiscalización gubernamental en la economía, y de que se incorporaran a las filas independentistas.
partidarios de subastar –para auspiciar la centrali- Después, hombres como San Martín y Nariño si-
zación y la concentración burguesas de la propie- guieron este ejemplo, pero ambos próceres, así
dad– las tierras: estatales, de los emigrados, de los como O’Higgins, se apartaron de esas tradicionales
contrarrevolucionarios, e incluso de las comunida- conductas también por ejercer el dirigismo en la eco-
des agrícolas indígenas. Aunque deseaban prohibir nomía, fuese mediante la imposición de altos impues-
las distintas manifestaciones de la servidumbre cam- tos a los pudientes o debido a la creación de talleres

71
estatales destinados a suministrar abastecimientos a lambert, Helvetius, Montesquieu, Mably, Filangieri,
los contingentes armados emancipadores. Sin em- Lalande, Rousseau, Voltaire, Rollin, Berthot», de lo
bargo, de todos los que surgieron en esta tendencia, que se desprende su aceptación del principio mate-
solo O’Higgins, Nariño, Artigas y Bolívar emitieron rialista según el cual los conocimientos y las ideas
disposiciones concretas para acercarse y tocar el su- provienen del mundo sensible; reconoce la existen-
fragio universal masculino. Estos dos últimos, no obs- cia objetiva de las cosas, y considera que las ideas y
tante, fueron los únicos del referido grupo que se afe- las representaciones son el resultado de la acción de
rraron a la práctica de entregar la tierra arrebatada al esas cosas sobre nuestros órganos de los sentidos.
enemigo, o la de las colectividades agrícolas indíge- Por eso, como Montesquieu, recalca –en el Discur-
nas, según criterios ajenos a la subasta y proclives a so de Angostura– el papel de las condiciones mate-
multiplicar la pequeña propiedad privada en el agro. riales en la conducta humana y en el Derecho. Aun-
Con ellos se constató que la fortaleza del movimien- que demasiado confió en las leyes para cambiar la
to patriótico libertador se encontraba directamente sociedad, no percibió en toda su magnitud el proble-
vinculada con el ahondamiento del proceso revolu- ma de las clases sociales y su condicionamiento. Creía
cionario y la democratización de la justicia política; que los decretos y reglamentos, en vez de ser un re-
solo en nombre de los derechos generales de la so- sultado de las relaciones sociales objetivas, debían
ciedad, una clase puede reivindicar la supremacía establecerse siguiendo a la razón, que tendría en cuen-
general. Claro, no podían perjudicar, ni afectaron, ta el genio del pueblo, determinado por el medio geo-
los intereses fundamentales de la emergente bur- gráfico. Y a semejanza de Voltaire, Bolívar criticó el
guesía, entonces comprometida con el progreso; se tomismo –basado en la doctrina de Aristóteles– como
respetó la integridad territorial de las plantaciones y concepción oficial del catolicismo, al confesar: «Cier-
haciendas ganaderas propiedad de los patriotas. Pero tamente que no aprendí ni la filosofía de Aristóteles,
el reducido marco operativo al que fue constreñido ni los códigos del crimen y del error»; era enemigo
Artigas –una porción del Río de la Plata–, no le brin- de los dogmas de la Iglesia que defendían el régimen
dó la posibilidad de realizar una epopeya continental feudal y las pretensiones del Papa a la hegemonía
semejante a la del Libertador. ideológica. Por eso en su mensaje a la Constituyente
Simón Bolívar, poderoso entre los mantuanos ri- de Bolivia el Libertador expuso:
cos, testarudo y rebelde, de joven recibió la impron-
ta de su preceptor, Simón Rodríguez, quien lo educó En una Constitución política no debe prescribirse
en las lecturas de Rousseau, así como en el amor a la una profesión religiosa, porque según las mejores
naturaleza y a la libertad. Con razón O’Leary apun- doctrinas sobres las leyes fundamentales, éstas son
taría que los autores favoritos del Libertador eran las garantías de los derechos políticos y civiles; y
Montesquieu y Rousseau.2 El propio Bolívar señala- como la religión no toca a ninguno de estos dere-
ría haber estudiado «a Locke, Condillac, Bufón, Da- chos, ella es de naturaleza indefinible en el orden
social, y pertenece a la moral intelectual.3
2 D. O’Leary: La formación intelectual del libertador,
Caracas, Ediciones de la Presidencia de la República, 3 Simón Bolívar: Fuentes de la doctrina bolivariana, com-
1979, p. 91. pilado por Víctor Cuenca, Quito, [s. n.], 1940, p. 165.

72
Aunque Bolívar definió la religión como un asun- espíritu, poco importa ni vale la pena disputar so-
to privado y no público, supeditó la Iglesia al Esta- bre ello; para mí, la vida no es otra cosa sino el
do, y se negó a independizar a aquella de este. Acor- resultado de la unión de dos principios a saber: de
de con dicho criterio, dispuso: la contractibilidad, que es una facultad del cuerpo
material, y de la sensibilidad que es una facultad
Los Senadores forman los Códigos y Reglamen- del cerebro o de la inteligencia. Cesa la vida cuan-
tos Eclesiásticos y velan sobre los Tribunales y el do cesa aquella unión; el cerebro muere con el
Culto [...] proponen a la Cámara de Censores cuerpo, muerto el cerebro no hay más secreción
los miembros del Tribunal Supremo, los Arzo- de inteligencia.5
bispos, Dignidades y Canónigos. Es del resorte
del Senado cuanto pertenece a la religión.4 Bolívar, junto con el accionar de las leyes, depo-
sitó muchas esperanzas en la educación como ele-
Por su parte los párrocos debían ser electos por mento decisivo para transformar la sociedad. En este
los ciudadanos de cada municipio. aspecto también fue discípulo de Rousseau, así como
Tras recorrer algunos criterios de Bolívar con- de Mably, pues reconocía la igualdad natural de los
cernientes a la teoría del conocimiento, la Iglesia y hombres y estaba convencido de lograr el retorno a
la religión, no sorprende la confidencia del coronel ella por medio de la educación y el perfeccionamien-
Luis Perú de Lacroix, quien publicó el siguiente diá- to moral. Tal vez haya sido la influencia de este último
logo suyo con el Libertador: –célebre historiador francés–, lo que le impulsara a
concebir su famoso «poder moral», que debería velar
Pasados algunos momentos de conversación en por la pureza ciudadana acompañada de una instruc-
materia filosófica sobre el sistema del alma, S. E. ción siempre creciente. Con el propósito de llevar a la
dijo que los filósofos de la antigüedad habían di- práctica esta prédica –que se apartaba de los precep-
vagado a su gusto alrededor de ella y que muchos tos burgueses relativos a la educación privada y eli-
modernos los habían imitado. No gusto –conti- tista–, Bolívar decretó la fundación de la Universidad
nuó– entrar en metafísicas que descansan sobre de Trujillo; envió a diez jóvenes a estudiar economía
bases falsas. Me basta saber y estar convencido política en Inglaterra; inauguró en el Cuzco una escue-
de que el alma tiene la facultad de sentir, es decir la para muchachas, porque –dijo– «la educación de
de recibir las impresiones de nuestros sentimien- las niñas es la base moral de la familia»; entregó todos
tos, pero que no tiene la facultad de pensar, por- los fondos de la orden monástica de los betlemitas
que no admito ideas innatas. El hombre tiene un a la educación pública; abrió un Colegio de Estudios
cuerpo material, y una inteligencia representada de Ciencias y Artes también en el Cuzco; y destinó
por el cerebro, igualmente material, y, según el los conventos de monjes agustinos descalzos (re-
estado actual de la ciencia no se considera a la coletos) a la enseñanza, porque –según escribiese
inteligencia sino como una secreción del cerebro; al presidente del Consejo de Gobierno del Perú:
llámese, pues, este producto, alma, inteligencia, 5 Simón Bolívar: Diario de Bucaramanga, compilado por
Luis Perú de Lacroix, Madrid, Editorial América, 1924,
4 Ídem. pp. 129-130.

73
Tiempo es ya de hacer algún bien a costa de los los postulados girondinos, pues abogó por suprimir
abusos y de las sanguijuelas que nos han chupa- la esclavitud –sin condición alguna–; fraccionar las
do el alma hasta ahora. Los bienes eclesiásticos tierras estatales y las de las colectividades indígenas,
nos pueden ser muy útiles para la educación pú- así como las de los emigrados y contrarrevolucio-
blica. Aquí he dado rentas de los padres ricos a narios –en vez de subastarlas–; establecer altos
los colegios y hospitales pobres, y han quedado impuestos a los ricos; fijar precios y organizar la
ricos, según dicen.6 superestructura de los países de manera centralis-
ta. De forma semejante a las más avanzadas con-
La siembra bolivariana de escuelas alcanzó su cús- cepciones pequeñoburguesas, estos criterios
pide cuando en Chuquisaca el Libertador emitió su bolivarianos tenían por propósito revolucionar ho-
célebre decreto educacional, según el cual todos los mogéneamente la sociedad, evitando las diferen-
niños huérfanos pobres serían instruidos a cargo del cias y los desniveles que se podían suscitar en un
Estado; todos los bienes raíces y derechos, así como régimen federal, con heterogéneos gobiernos esta-
las rentas y acciones de capellanías debían ser apli- duales. A la vez, Bolívar experimentaba una cre-
cados a sufragar los gastos de los Colegios del ciente preocupación por el futuro de la estabilidad
Estado; instituyó una Dirección General de Enseñanza política de los Estados recién independizados; el
Pública –a cuyo frente nombró a Simón Rodríguez–, caudillismo, negativa consecuencia de la falta de
quien debía desarrollar un plan para establecer un indisolubles vínculos económicos entre las diversas
sistema de educación que abrazase todas las ramas regiones, empezaba a proliferar. Y Bolívar creyó
de la instrucción, y la extendiera a todos los pue- encontrar en la presidencia vitalicia el arca salva-
blos de la República; orientó que en las escuelas dora del naufragio que amenazaba por todas par-
primarias –con las divisiones correspondientes– tes. Sin embargo, como el más consecuente
se recibiese sin excepción a todos los niños de am- revolucionario de su época, Bolívar mantuvo las
bos sexos; mandó que se fundara en la capital de grandes transformaciones democráticas que en nada
cada departamento una Escuela Normal, y conclu- beneficiaban a la burguesía criolla –plantadores, ga-
yó: «El primer deber del gobierno es dar educación naderos y comerciantes portuarios–, pues aquellas
al pueblo».7 Luego, puesto que percibió la existen- solo tenían interés para los sectores humildes –pe-
cia de dos culturas en las serranías andinas, dictó el queña burguesía urbana y rural– y las clases ex-
decreto que organizaba la Universidad Central de plotadas –campesinado indígena y esclavos–; así, en
Quito, en el cual –precisó– se establecería la ense- contra de la voluntad de la burguesía, Bolívar con-
ñanza de la lengua quechua. dujo la revolución mucho más lejos de su meta bur-
En lo concerniente a la estructuración política de guesa. Quizá su conocido apotegma «saber y
los nuevos Estados, Bolívar también se apartó de honradez, no dinero, es lo que requiere el ejercicio
del Poder Público»,8 refleje bien sus revolucionarias
6 Simón Bolívar: Obras completas, ob. cit. (en n. 1), t. I,
p. 1141.
7 Simón Bolívar: Doctrina del Libertador, compilado por 8 Simón Bolívar: «Mensaje a la Constituyente de Bolivia»,
Manuel Pérez Vila, Caracas, Biblioteca Ayacucho, Co- en Fuentes de la doctrina bolivariana, ob. cit. (en n. 3),
lección Las Raíces Sur, 1976, p. 200. p. 164.

74
concepciones políticas; estas solo en parte podían comprendió que dicha clase por sí sola no podía
ser superadas por las ideas enteramente jacobinas. conducir la lucha hasta su victorioso final. También
Pero dicha tendencia no era capaz de triunfar más fue Bolívar –inspirado en Miranda– el que diseñó
que en excepcionales condiciones socioeconó- de manera concreta el futuro unitario, de alianza y
micas –como las de Paraguay–, pues la correla- cooperación entre los países de la América Latina,
ción de fuerzas entre las diversas clases sociales no y dio los primeros pasos –aunque frustrados– en
permitía semejante éxito en otras partes de la Amé- ese sentido. Pero debido a sus propias concepcio-
rica Latina. Para vencer, la revolución necesitaba nes revolucionarias, que se empeñó en plasmar ju-
reivindicar los derechos generales de la sociedad, y rídicamente por medio de democráticos textos
rechazar de su seno, exclusivamente, a los colonia- constitucionales, Bolívar dejó de ser considerado
listas junto a sus aliados internos, componentes de por los burgueses como su apropiado representan-
la reacción feudal. Por ello se tornó imprescindible te. Y cuando estos entraron en transacciones con la
erigir un amplio frente revolucionario y democráti- reacción –una vez garantizada la independencia–,
co –tanto dentro de cada Estado como a escala Bolívar se negó a desempeñar el papel de Cromwell
latinoamericana–, que superase las posiciones eli- en un nuevo Burford,9 y tampoco aceptó coronar-
tistas de la burguesía sin caer en los estrictos pos- se ni ennoblecer a la burguesía como hizo Napo-
tulados pequeño-burgueses. En síntesis, la león. Por eso Bolívar ha pervivido para las sucesivas
revolucionaria proyección bolivariana fue la única generaciones, no solo en tanto padre de la unidad
susceptible de lograr la independencia por la senda latinoamericana, sino también como el mayor sím-
de un significativo progreso para las masas po- bolo de la revolución. c
pulares. De esa manera Bolívar se convirtió, en su
época, en el más trascendental promotor de la re- 9 Como es sabido, en Inglaterra la burguesía logró su triunfo
volución latinoamericana; llevó a cabo una epopéyica revolucionario gracias al apoyo de la yeomanry campe-
gesta internacionalista que implicaba profundísimas sina, que deseaba seguridad para la pequeña propie-
dad, ampliar la franquicia parlamentaria y lograr el sufra-
transformaciones democráticas. Fue él quien en
gio universal masculino. Pero la burguesía rechazó todas
menor medida realizó cambios en el exclusivo be- esas demandas y una vez garantizado su predominio,
neficio de la burguesía, y el que llevó la revolu- dirigida por Cromwell, aniquiló, en 1649, en el campo de
ción mucho más allá de su objetivo burgués, pues batalla de Burford a su antigua aliada.

75
ARTURO A. ROIG

Necesidad de una segunda


independencia*

E
n el año 1889 publicaba José Martí un largo comentario en-
viado al diario La Nación, de Buenos Aires, del que era co-
rresponsal, fechado en Nueva York el 2 de noviembre de ese
mismo año. ¿De qué nos hablaba? Pues nada menos que de la
necesidad de una «segunda independencia». Por cierto que no se
refería a Cuba, pues su patria aún no había logrado la «primera
Revista Casa de las Américas Nos. 259-260 abril-septiembre/2010 pp. 76-89

independencia»; tampoco hablaba exclusivamente de la Argentina,


se refería a toda la América hispánica, la que él llamó Nuestra Amé-
rica. Lo que había despertado en él tal alarma al grado de llegar a
pensar en la necesidad de una nueva declaración de independencia
–teniendo, además, conocimiento vivo del enorme costo de la pri-
mera, por lo mismo que la estaba viviendo en su propia patria– eran
las maniobras diplomáticas del gobierno de los Estados Unidos
puestas claramente al descubierto para su ojo avizor en el Congre-
so Internacional de Wáshington de aquel mismo año.

Jamás hubo en América, de la independencia acá [decía] asunto


* Tomado del volumen América Latina que requiera más sensatez, ni obligue a más vigilancia, ni pida
hacia su segunda independencia.
examen más claro y minucioso, que el convite que los Estados
Memoria y autoafirmación, Hugo E.
Biagini y Arturo A. Roig (comps.), Bue- Unidos potentes, repletos de productos invendibles, y determi-
nos Aires, Aguilar, Altea, Taurus, Alfa- nados a extender sus dominios en América, ligada por el comer-
guara, 2007. cio libre y útil con los pueblos europeos, y cerrar tratos, para

76
ajustar una liga contra Europa y cerrar tratos con dos a las políticas del neoliberalismo dentro de los
los restos del mundo. De la tiranía de España marcos de la llamada «globalización»? En el núme-
pudo salvarse la América española; y ahora, des- ro de octubre del año 2002 de la edición francesa
pués de ver con ojos judiciales los antecedentes, de Le Monde Diplomatique, en un artículo titula-
causas y factores del convite, urge decir, porque do «Vasallaje», el articulista decía:
es la verdad, que ha llegado para la América es-
pañola la hora de declarar su segunda indepen- Un imperio no tiene aliados, no tiene más que
dencia.1 vasallos. La mayor parte de los pueblos de la
Unión Europea parece haber olvidado esta rea-
La necesidad de completar nuestra independen- lidad histórica. Ante nuestros ojos y bajo las pre-
cia, o de rescatarla mediante una segunda indepen- siones de Washington, que los obliga a enrolarse
dencia es una cuestión que ha estado viva en las en la guerra contra Irak [sic], países en principio
naciones hispanoamericanas desde los albores. Aun soberanos se dejan reducir a la triste condición
cuando resulte paradójico, el tema fue ya plantea- de satélites.4
do por Francisco de Miranda antes de las guerras
de Independencia y por Simón Bolívar, ya triunfan- Y en Alemania, el conocido escritor Günther
tes estas. El primero hacía la diferencia entre «inde- Grass, convertido en conciencia acusadora de su
pendencia política» y «emancipación mental» como propia patria, no deja de hacer declaraciones en
dos hechos que debían ser alcanzados de forma contra de actitudes dudosas y hasta vergonzosas
simultánea, por lo mismo que podían darse divor- del gobierno alemán, respecto de la política im-
ciados; el segundo, lograda la independencia, en- perial norteamericana.
tendió que faltaba, precisamente, aquella emanci- ¿Y qué sucede en los países que están lejos de la
pación: «Nuestras manos están libres» –decía– «y posición económica de naciones como Francia y Ale-
todavía nuestros corazones padecen las dolencias mania, a la cabeza, actualmente, del capitalismo mun-
de la servidumbre».2 Los escritores y políticos pos- dial? Pues, fácil es suponerlo; son, sin más, vasallos
teriores retomaron el tema, que se prolongó hasta del imperio.
llegar a Martí, quien vino a dar la razón a los temo- A más de lo que acabamos de decir, los países de
res de Bolívar. En efecto, el Libertador había dicho nuestra América participan de una realidad parado-
que «[l]os Estados Unidos parecen destinados por jal. Vivimos en un continente riquísimamente dotado
la Providencia para plagar la América de miseria en de recursos naturales, de los más espectaculares del
nombre de la libertad».3 planeta, con fuentes de energía abundantes, con posi-
¿Y cuál es la actual situación de la casi mayoría bilidades de producción agropecuaria en expansión,
absoluta de los Estados latinoamericanos, someti- con indiscutible capacidad de crecimiento espiritual y
material, que no ha padecido, en sus casi dos siglos
1 José Martí: Obras escogidas, t. II, p. 379 [Sin datos en el
original (N. de la R.)]. de vida, guerras del tipo de las guerras mundiales,
2 Simón Bolívar: Discurso de Angostura, 1819.
3 Simón Bolívar: «Carta a Patricio Campbell», Guayaquil, 4 Ignacio Ramonet: «Vassalité», Le Monde Diplomati-
5 de agosto de 1829. que, No. 583, París, octubre de 2002.

77
y cuya población, sin embargo, se encuentra en un salvaje que ha hundido a millones de seres huma-
50 % por debajo de la línea de pobreza. nos en la miseria, son posibles formas de capitalis-
La paradoja llega a sus límites extremos en algu- mo con un rostro distinto. Siempre son posibles las
nos sectores de nuestro continente. En la Argenti- fórmulas de integración social y siempre son posi-
na, país llamado ostentosamente «granero del mun- bles las actitudes de enfrentamiento ante los proce-
do», y que, además, podríamos decir que sigue sos de dependencia. No debemos perder la espe-
siéndolo –este año ha batido el récord mundial de ranza de poner en marcha formas de humanización
producción de soja–, los pobres llegan, según el aun en las peores condiciones históricas.
informe oficial del propio Estado, al 58 % en todo Muchos son los caminos de la reconquista. Y uno
el territorio y, en ciertas regiones como el Norte, de ellos es adueñarnos de nuestra palabra, resta-
oscila, según los lugares, entre el 63 % y el 69 % y, blecer discursos borrados mediante un programa
en el llamado «segundo cinturón» del Gran Buenos de rescate de categorías impugnadas por los sec-
Aires, alcanza el 74,4 %.5 El neoliberalismo, acepta- tores de poder y sus colaboradores intelectuales.
do y promovido por las clases dominantes, articula- Mostrar la nueva fuerza que surge de esta expe-
das con la economía mundial en una condición co- riencia que nos ha tocado vivir. De una vez por to-
lonizada abiertamente aceptada y promovida, das, dicho de modo breve y apretado, regresar a
subyugadas al capital financiero y con un sentimiento una razón impugnada en lo que tiene de emergencia
nacional tan bajo como el de las peores épocas de y de riesgo; refutar, entre otros, a los ideólogos
los gobiernos oligárquicos, ha derrumbado todas posmodernos, que en su proyecto de desarme de
las defensas de los sectores populares y de la clase conciencias ahora nos quieren presentar una ima-
media. No vamos a extendernos en un cuadro de- gen «blanda» del imperio, y salir, en contra de ellos
solador que muestra de modo patético una situa- y de otros, por los fueros de lo universal.
ción de dependencia moral y material humillante.
Diremos, sí, que la «teoría de la dependencia» de la Hacia un rearme categorial:
década de los sesenta, sistemáticamente ignorada,
el imperialismo
ha reflotado y su reformulación es, sin duda alguna,
una de las tareas urgentes a las que deben entre- Durante la década que se abrió a partir de la «caí-
garse nuestros cientistas sociales. da» del Muro de Berlín, se profundizó en Occiden-
Vivimos un mundo paradojal, pero con un agra- te y en los países que estamos de un modo u otro
vante: nuestra paradoja se desarrolla en la depen- insertos en el «mundo occidental», por parte de
dencia. La paradoja de la miseria en medio de la muchos, la pérdida de fe en la razón como princi-
abundancia también se da en el seno del imperio, pio ordenador de las cosas humanas, descreimien-
por la simple razón de que es parte constitutiva del to y escepticismo que ya había tenido sus inicios
régimen capitalista. Pero, frente a un capitalismo con las experiencias de la Segunda Guerra Mundial
y, entre ellas, muy particularmente, el conocimiento
5 «Ya son 21 millones de pobres en la Argentina», Clarín, de los campos de exterminio de la Alemania nazi.
Buenos Aires, 5 de enero de 2003, información oficial El derrumbe del socialismo real que acabó con la
dada por el Indec. «Guerra Fría» se presentó como una prueba más

78
del error y desacierto de la intervención en la mar- dominación», que había signado toda una época,
cha de los procesos económicos y sociales y, para- desde Descartes en adelante y que ahora, gracias a
lelamente, de la verdad de las doctrinas liberales este pensar «ligero», «sutil», «leve», «tenue», «deli-
del mundo capitalista occidental, las cuales se im- cado» y hasta «gayo» y «alegre», y sin caer en un
pusieron como única alternativa. Además, y con la irracionalismo, se había logrado encontrar el modo
caída del Muro, cayeron los referentes del discurso de sujetar al indómito logos.
socialista juntamente con el desplome de un Estado Pues bien, ese conformismo moral con tan poca
autoritario que había llegado a ser la negación de sustancia humana no podía sino promover un quie-
un socialismo con rostro humano. Así pues, ante la bre de conciencias paralelo y no casual con las po-
única alternativa, tesis aceptada al margen de acti- líticas promovidas por el neoliberalismo a nivel mun-
tudes críticas, surgió una posición doctrinaria ca- dial. Fue, además, una filosofía, si se la puede llamar
racterizada por aconsejar un discurso «blando» y tal, pensada para la vida de consumo de socieda-
de «renuncia» de aquella «razón», en algunos con des de alto nivel económico y planteada en térmi-
no malas intenciones, tal vez, pero en otros, los de nos de un hedonismo vulgar y cuyo símbolo, como
más peso, con la difícilmente disimulada intención hemos dicho alguna vez, ha sido el carrito de su-
de asegurar un desarme de conciencias, en con- permercado.
cordancia con las políticas de fragmentación y de El avance de los resultados devastadores del
desregulación promovidas por los gobiernos neoli- neoliberalismo en el mundo ha dejado sin discurso,
berales de las potencias capitalistas detentadoras al fin, a estos doctrinarios, y otro tanto han hecho
únicas del poder mundial. Tras poner en juego ar- las interminables guerras que se han sucedido sin
gumentos retóricos más que propiamente filosófi- respiro desde la «caída» de aquel Muro, y que fue-
cos, organizaron un discurso de renunciamiento que ron el detonante de ensayistas como Vattimo y Li-
bordeaba la inmoralidad en cuanto proponía como povetsky, quienes pronto, en particular el segundo,
conveniente un «ablandamiento ético», así como un habrán pasado al olvido.
rechazo de lo que calificaron como «morales du- Hemos hablado de la necesidad de un rearme
ras» que predicaban un hedonismo afín al consu- categorial. La acción de la cual estamos hablando
mismo promovido por las multinacionales, y que es seria. Se trata de alcanzar una posición de com-
hablaba de lo oportuno de renunciar a posiciones promiso y responsabilidad moral, no con lo esta-
«fuertes» y de entregarse, paralelamente, a un pen- blecido, sino con lo que lealmente entendemos que
samiento «débil» fundado en una «pérdida de certi- es la verdad. Mas no será desde la deplorable pro-
dumbres» imprecisa y, las más de las veces, sin fun- puesta que hemos comentado desde donde vamos
damento; que practicaba el abandono de toda crítica a plantear el rearme, ni de otras de parecido talan-
y, en fin, por no extendernos, que aconsejaba sin te. Rescatar categorías, trabajadas entre nosotros
más la aceptación de lo vigente, la conciliación y la en niveles respetables y no desde ahora, dentro del
resignación. cauce de una tradición elaborada a lo largo de todo
Lo que causaba temor a estas gentes era la ra- nuestro mundo iberoamericano, y como lo hemos
zón a la que acusaban –repitiendo una vez más un sabido hacer tantas veces, abiertos al mundo, des-
discurso ajeno– de contener un «funesto espíritu de de nuestro mundo. Rescatar todos los conceptos

79
axiales relativos a nuestras ciencias humanas, recu- Esto se habría producido como consecuencia de
perar junto con ellos a estas mismas ciencias en el la inevitable declinación de los Estados nacionales,
campo de la moral, de la política, de la economía y por su incapacidad de gobierno y de control sobre
de las relaciones y diferencias sociales y de género. sus propios territorios, así como la ubicación de los
Con ello estamos diciendo que vamos a botar al centros de decisión en esferas supranacionales
desván de los trastos inútiles la malhadada preposi- «difusas».
ción «pos», como la banal moda «postista» con la La principal categoría con la que se pretende ca-
que se ha acompañado el discurso de las ciencias racterizar al «imperio» es la de «poder difuso»: los
humanas. intereses dominantes no tendrían un centro único, ni
En nuestros días es justamente –en polémica con habría un país en particular desde el que se ejercería
las últimas manifestaciones de autores que militan el poder mundial, ni siquiera los Estados Unidos.
dentro de la tendencia que hemos caracterizado– La categoría de «pueblo», que ya ofrecía dificul-
cuando se ha sentido la necesidad, ya imposterga- tades que habían llevado a su abandono, vuelve, en
ble, de poner en movimiento el rearme categorial manos de estos autores, a ser expulsada. La con-
del que venimos hablando. traparte de aquel «poder difuso» no la integran los
Lo que vamos a comentar se relaciona con la «pueblos» (articulados en un Estado-nacional), sino
aparición del libro Imperio, de Michael Hardt y Toni otra categoría «difusa»: la de «multitud».
Negri, en el mes de marzo de 2000. Estos autores, Y así, pues, nos enteramos de que en la medida
ambos de Massachusetts, desde una típica posi- en que está expandida por todo el planeta, la «mul-
ción «posmoderna», entienden que se habría titud» lo cubre; uno de los motivos de la fuerza que
producido el paso desde un «imperialismo clásico» se le supone radica en la diversidad y la heteroge-
hacia una fase superior, a la que denominan simple- neidad, se le atribuye la capacidad de «golpear» al
mente del «imperio», y afirman para justificar la tesis poder del «imperio», el que, por lo demás, también
que, mientras el primero, a saber, el «imperialismo es «difuso». Del cuadro de ciencia ficción en el que
clásico», todavía corresponde a la «modernidad», el aparece pintada la imposible definición de imperio,
siguiente, el «imperio», sería sin más un fenómeno de la «difuminación» que se practica tanto con el
posmoderno. «poder» como con la «multitud», se pasa a la con-
Se intenta, pues, poner nuevamente en circula- fusión. Lo difuso se vuelve confuso.
ción una palabra, «imperio», que estaba dentro de El juicio de Jaime Petras resulta lapidario:
las categorías «duras» impugnadas, justo por eso,
desde un «posmodernismo», y dar de ella una ver- Imperio, el libro así titulado [dice] es una sínte-
sión «posmoderna». ¿Y cómo se logra? Pues, sis generalizada de banalidades intelectuales so-
«ablandándola», incorporándola en el seno de un bre la globalización, el posmodernismo, el pos-
«pensamiento débil»: la globalización, que al pare- marxismo, unidos todos por una serie de
cer es también para ellos un fenómeno «posmoder- argumentos y suposiciones no fundamentados
no», ha tenido la virtud de limar las aristas duras de que violan seriamente las realidades económicas.
la vieja categoría, al haber descentrado el poder La tesis sobre un «post-imperialismo» del libro
diseminándolo. Imperio no es novedosa, no es una gran teoría y

80
explica poco el mundo real. Más bien es [con- de los que se tuvo amplio conocimiento a partir de
cluye afirmando] un ejercicio vacío de inteligen- 1945, y las explosiones nucleares que arrasaron las
cia crítica.6 ciudades de Hiroshima y Nagasaki, uno de los ac-
tos de terrorismo más grande de la historia huma-
No menos acertadas y fuertes son las observa- na, que tuvieron lugar en el año ya citado. Pues bien,
ciones que ha hecho Atilio Boron al libro de Hardt en particular fue la experiencia de Auschwitz la que
y Negri, en su propio libro escrito como respuesta, movió a Lyotard a la pregunta sobre la cultura oc-
titulado Imperio & Imperialismo. cidental moderna y a la teoría acerca del fin de un
Los términos imperio e imperialismo, que habían largo período histórico, a la modernidad, y el surgi-
sido borrados del discurso por demasiado «duros», miento de una nueva etapa, la «posmodernidad».
han comenzado a circular por la necesidad misma Pues bien, para Lyotard, el pensamiento y la ac-
de los procesos mundiales, y no como lo pretenden ción de la modernidad occidental euroamericana,
los últimos supervivientes del posmodernismo. desde sus inicios, pero marcadamente ya a partir
del siglo XVIII con la Ilustración y, luego, en los si-
La necesaria defensa glos XIX y XX, han estado regidos por la «Idea de
Emancipación». Nos aclara que esa «Idea» tenía
de la universalidad
los caracteres de las «ideas reguladoras» tal como
Dentro del urgente programa de rearme catego- Kant caracterizó a esta y otras que estuvieron acom-
rial abordaremos ahora los conceptos de «indepen- pañadas –algunas de ellas en particular y tal como
dencia» y «emancipación». Ello sobre la base de la el mismo Kant lo hace– de una filosofía de la histo-
crítica a la modernidad hecha por el filósofo francés ria. El papel que tenía esa filosofía era ciertamente
Jean-François Lyotard, para ocuparnos luego de importante en cuanto cumplía la función de valida-
otros posmodernos. ción de la Idea y su proceso. Estuvo, además, y
Conocido es el papel desempeñado por Lyo- está acompañada, dicha idea de «Emancipación»,
tard dentro del panorama de la filosofía europea siempre, de una exigencia de «universalidad», a tal
actual. Es importante, para una mejor comprensión extremo que la emancipación misma deja de serlo
de algunas de sus posiciones teóricas, tener en cuen- si no es pensada como universal. Los ideales que
ta las motivaciones profundas que ejercieron sobre puso en movimiento la modernidad apelaban, pues,
él, las que tienen raíces anteriores a la caída del necesariamente, a la razón.7 Ahora bien, ¿qué se ha
Muro de Berlín que tanto ha impactado sobre otros. perseguido con la idea reguladora de «Emancipa-
Nos referimos a los acontecimientos de la década ción»? ¿Cuál es su contenido o su objeto? Pues, la
del cuarenta del siglo XX. Dos hechos atroces de- extensión de las libertades políticas, de las ciencias,
bemos mencionar: los horrores de los campos de la de las artes y de las técnicas, que permita precisa-
muerte de los nazis –el más pavoroso y espectacu- mente a la humanidad emanciparse del despotis-
lar de los cuales parece haber sido el de Auschwitz–, mo, la ignorancia, la barbarie y la miseria. Sobre
6 Mabel Thwaites Rey: «El imperialismo que vos matáis
goza de buena salud», Clarín, Buenos Aires, 19 de mayo 7 J. F. Lyotard: La posmodernidad (explicada a los ni-
de 2002. ños), Barcelona, Gedisa, 1987, p. 111.

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esa Idea incorporada en una filosofía de la historia mos, según nos lo dice asimismo Lyotard, «en el
(la «Filosofía de la Historia Universal de la Emanci- empobrecimiento de los pueblos del Sur» y «el en-
pación», que tuvo su más impresionante «relato» riquecimiento de los del Norte».9 La posición final
en los textos de Hegel), se nos ha enseñado a legi- de Lyotard será entonces de rechazo: «Ya hemos
timar todas esas libertades y posibles progresos pagado suficientemente» –dice– «la nostalgia del
ansiados. todo y de lo uno, de la reconciliación del concepto,
Así, pues, la modernidad ha sido impulsada en de la experiencia de lo transparente y comunicable
su desarrollo por una serie de ideales de carácter [...]. La respuesta es: guerra al todo, demos testi-
práctico racional, y por eso mismo universales, a monio de lo impresentable, activemos los diferen-
los que hemos aprendido a legitimar desde grandes dos», con lo que nos quería decir que debíamos
«relatos» adecuados a las épocas y según los acon- estar abiertos a la realidad como «acontecimien-
tecimientos. to». El «diferendo» al que se refiere es el que se da
Pero ¿qué ha sucedido? Los primeros escritos –según él entiende– entre el discurso de la moder-
de Lyotard, contemporáneos al movimiento del nidad que se organiza «sobre categorías conoci-
«posmodernismo», a fines de la década de los cua- das» y «totalidades», y el que entiende que está
renta, están todos movidos por la misma cruel ex- emergiendo y en el que no se trabaja «con reglas
periencia vivida por los integrantes de la Escuela de establecidas» y «totalidades», sino con «aconteci-
Fráncfort, en particular Adorno y Horkheimer. «Mi mientos», es decir, «realidades que tienen valor de
argumento» –decía por su parte Lyotard– «es que iniciación en sí mismas».10
el proyecto moderno no ha sido abandonado, ni Lyotard caracteriza a la modernidad como una
olvidado, sino destruido, liquidado». «Hay muchos época, en particular desde el siglo XVIII, y luego
modos de destrucción» –agregaba– «y muchos muy especialmente en los siglos XIX y XX, de la
nombres les sirven de símbolo de ello: Auschwitz emancipación de los pueblos, principio que lógi-
puede ser tomado como nombre paradigmático de camente no podía ni puede entendérselo sino como
la “realización trágica” de la modernidad». Así, pues, universal.
lo que abre una época y hace concluir otra es –nos Mas, he aquí que todo ese gigantesco y comple-
dice– «un crimen», un hecho atroz y aberrante.8 jo movimiento lo considera fracasado en cuanto que
Y si la modernidad cifró todo en el valor y el ha sido obra de la razón con su ímpetu inevitable de
peso de lo universal (sin lo cual no podemos enten- universalidad, y esta, en la medida en que borra o
der ni realizar un proyecto de «emancipación»), nada ignora al «acontecimiento»: lo particular, lo fragmen-
más evidente que la falsedad del aforismo hegelia- tario, lo otro, esconde el terror. Esa razón que im-
no: «Todo lo real es racional y todo lo racional es pulsó a la emancipación universal es la misma que
real», cuya pretensión de verdad ha sido brutalmen- se ha puesto al descubierto en Auschwitz, donde lo
te desmentida por los campos de concentración. Y que verdaderamente fue «universal» fue la muerte.
otra prueba no menos evidente del embuste de la
«universalidad» de aquella «emancipación» la tene-
09 Ibíd., pp. 40 y 98-110.
8 J. F. Lyotard: Ob. cit. (en n. 7), pp. 30-31. 10 Ibíd., pp. 105-108.

82
Toda intención totalizante, aun cuando se pre- rrorismo» de la razón les impidiera aceptar la im-
sente arropada de buenas intenciones, es, pues, posición de aquellos universales sobre los que se
para Lyotard una forma de terror y la única manera monta el mercado financiero. Y para colmo, a de-
de evitar que la tragedia de los siglos XVIII, XIX y XX nunciar toda razón emancipatoria o a frenarla con
se prolongue, se encuentra en el desplazamiento del discursos camuflados de «liberación».
«lazo social», que ha de ser reconocido y puesto en ¿A qué conduce esta disfrazada misología que
ejercicio en los «juegos de lenguaje» tal como él los está llegando a término? Según Platón (Fedón, 89d-
entiende.11 90b) ese odio a la razón tiene el mismo origen que
Mala suerte la de la razón. El nazifascismo llevó la misantropía. Así como esta es consecuencia de
adelante lo que Lukács llamó «el asalto a la razón», haber tenido fe sin discernimiento en los seres hu-
como respuesta a esta acometida que, paradójica, manos –esperábamos de ellos ángeles y resultaron
sería obra de la razón, Lyotard la declara terrorista también demonios–, de la misma manera la misolo-
y, de paso, arroja por la borda, con toda la moder- gía nace de haber creído en la verdad de universa-
nidad, la rebelión romántica de los siglos XVIII y XIX, les que luego se nos presentaron en su uso ideoló-
de la cual de alguna manera deriva. Ante el mal en gico. Pero en el caso de los posmodernos es más
el mundo y sobre las lecturas contemporáneas de grave, pues, el juicio que lleva al rechazo de la ra-
Nietzsche, atribuirá a la razón, y con ella al con- zón y sus universales se lo pone en juego habiendo
cepto, una voluntad de poder, un ansia de avasallar previamente desechado sin fundamentos sólidos ni
a los otros, expresado todo esto brutalmente en los convincentes una teoría crítica.
campos de concentración, espíritu destructivo al que Sea como sea, la verdad es que de hecho se han
tampoco escapa la «emancipación» en cuanto es- generado formas discursivas no ajenas a una indi-
tablecida como idea reguladora. ferencia (el logos ameles de los antiguos) propia
¿Cuál es el resultado de todo esto? Denuncia- de un escepticismo práctico o una despreocupa-
das las pretensiones de la razón, no queda sino ción por el mundo (insistiendo con los clásicos, un
refugiarse en lo particular, en lo fragmentario, ato- logos afróntistos), como expresión de pretendi-
mizada la sociedad, además, en redes flexibles e das conductas no agresivas, pero siempre com-
inconmensurables de «juegos de lenguaje» y des- patibles, como ya dijimos, con las prácticas de
conocida la conflictividad social manifestada, entre fragmentación y, a la vez, de «globalización» del
otras formas, en la lucha de clases. De esta pro- neoliberalismo.
puesta y de otras equivalentes han derivado cantidad Veamos dos ejemplos lamentables. En uno de
de posmodernos que se dedicaron con fervor, ig- ellos se dice que:
norándolo o no, a colaborar con el proyecto
neoliberal y sus esquemas de fragmentación de las En términos generales, la posmodernidad se ha
estructuras sociales, y sin que la denuncia del «te- ido configurando en nuestro discurso por los
siguientes rasgos: mentalidad pragmático-
11 J. F. Lyotard: La condición posmoderna, Madrid, Cáte- operacional, visión fragmentada de la realidad,
dra, 1989, caps. 4 y 5, y Ricardo Maliandi: Dejar la antropocentrismo relativizador, atomismo social,
posmodernidad, Buenos Aires, Almagesto, 1993. hedonismo, renuncia al compromiso y

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desenganche institucional en todos los niveles: de las relaciones sociales y lo desplazamos al len-
político-ideológico, religioso, familiar, etc. Todo guaje y, en particular, en juegos de lenguaje incon-
ello es [se concluye diciendo], en alguna medida, mensurables, jugados por una humanidad atomizada,
consecuencia de la derrota del ideal del racio- y si luego, todavía más allá, nos desprendemos del
nalismo iluminista o científico-positivista sentido y nos quedamos en un puro significado, lo
unificadores del proyecto moderno.12 primero que se nos hace imposible es la crítica, por
lo mismo que su motor está dado en la conflictivi-
¿No es esta la «racionalidad» que le conviene al dad social y su posibilidad de acceso a un horizon-
poder financiero del Primer Mundo para saquear a te de verdad depende del sentido.14
los pueblos del Tercer Mundo y concluir por des-
truir la naturaleza? La teoría de la dependencia
El otro ejemplo en el que lo que Beatriz Sarlo
y su urgente reformulación
denomina «el dogma del estallido de las totalida-
des» llega hasta el absurdo radical, es un texto de Tres cuestiones filosóficas de importancia hemos
Gilles Lipovetsky en el que campea no un inmora- visto. La primera surgió a propósito de las catego-
lismo como oposición a las morales vigentes, sino rías de «imperio» e «imperialismo», en cuyo trata-
como actitud de radical indiferencia y, en tal senti- miento se mantiene el recurso a enfoques de tipo
do, de inmoralidad. Este servidor de los poderes estructuralista sobre cuya base se introducen for-
mundiales dice: mas de desocialización de los hechos o de defor-
mación de su realidad social, desde lo cual se pue-
En la era de lo especular, las antinomias duras, de mantener la tesis de la «muerte del sujeto» y junto
las de lo verdadero y lo falso, lo bello y lo feo, lo con ello, de la responsabilidad moral y política.
real y la ilusión, el sentido y el sinsentido se esfu- Sobre análisis de este tipo, tan propios de los plan-
man, los antagonismos se vuelven flotantes, se teos de Michel Foucault y de Jean Baudrillard, to-
empieza a comprender, mal que les pese a nues- dos somos criminales o represores, lo cual significa
tros metafísicos y antimetafísicos, que ya es po- que no lo es ninguno, y no nos queda otra, sino
sible vivir sin objetivo, sin sentido [...] la propia aceptar los hechos. Y de ahí surge otra de las ta-
necesidad de sentido ha sido barrida y la exis- reas urgentes en cuanto que el análisis de estruc-
tencia indiferente puede desplegarse sin patetis- tura es siempre necesario –como lo es la obra de
mo ni abismo...13 Foucault–, pero también lo es su decodificación
ideológica, tal como lo ha hecho Atilio Boron. No
Lógicamente que, si desconocemos el lugar de es cierto que vivamos siempre de noche y que to-
la conflictividad que se da en el complejo mundo dos los gatos son pardos.
12 Manuel Fernández del Riego, en G. Vattimo (comp.): En
torno a la posmodernidad, Barcelona, Anthropos, 1994, 14 Arturo A. Roig: Rostro y filosofía de América Latina,
p. 63. Mendoza, Ediunc, 1993, pp. 107-111; Carlos Pérez Za-
13 G. Lipovetsky: La era del vacío, Barcelona, Anagrama, vala, Arturo A. Roig: La filosofía latinoamericana como
1986, p. 38. compromiso, Río Cuarto, Icala, [s. f.], pp. 162-163.

84
La segunda se nos hizo presente ante otra fala- Pero veamos la categoría que ahora nos intere-
cia que afirma una equivalencia absurda entre «uni- sa, la de «dependencia», de la cual, según decía
versalidad» y «terror», lo cual invalida toda catego- Halperin Donghi, se había dejado de hablar. Móni-
ría por lo mismo que, en cuanto concepto, incluye ca Peralta Ramos señaló con acierto que la «de-
siempre lo universal. Rebatir esta tesis nos permite pendencia» no es «un concepto que se diferencie
justificar las luchas por la emancipación, aun cuan- nominalmente del concepto más general de “impe-
do históricamente hayan estado condicionadas e rialismo”» y que «su valor reside en el hecho de que
impedidas y hasta desvirtuadas. Lo importante re- apunta a la manifestación concreta de dicho fenó-
sulta poner en claro que no es la categoría de «eman- meno en el país, o en países sometidos a la relación
cipación» en sí misma la que generaría «terror»; sino de dominación».15 Según esta observación, cabría
que este se produce como una de las consecuen- ahora que preguntáramos sobre la presencia real
cias del uso encubridor ideológico de los universa- de manifestaciones imperialistas y proimperialistas
les, cuestión de la que son responsables los seres en nuestra región, para lo cual, y ateniéndonos a los
humanos, no las categorías. hechos, deberemos reconocer una relación de de-
La tercera surge de la atribución a la razón en sí pendencia general que no solo es el fruto de las
misma como responsable de los errores y también políticas de un imperio, sino de varios a lo largo de
de los horrores de la modernidad, o mejor, de los nuestra historia, los que son por lo menos cuatro: el
hombres «modernos». La conflictividad entre for- español y el portugués, el británico y, actualmente,
mas de racionalidad, como es, por ejemplo, la que el norteamericano; y en relación con ella, formas
se da entre una «razón emancipadora» ejercida abiertamente institucionalizadas de dependencia con
desde sectores emergentes y la «razón del capital», muchos matices intermedios, pero dentro de las
es un hecho social y plantea el rescate de la catego- cuales se destacan las «colonias» y los «protecto-
ría de «clase», así como de otros colectivos. rados» que creíamos que habían pasado a la histo-
Y ahora tendríamos que ocuparnos de otra ca- ria vergonzosa del colonialismo europeo. No va-
tegoría que ha sido, asimismo, manipulada falaz- mos a hablar de nuestra etapa colonial española y
mente hasta haber logrado borrarla del lenguaje portuguesa, que por lo demás muestra diferencias
social y político: la de «dependencia». En primer entre ellas, pero sí deberíamos ocuparnos de los
lugar nos vemos obligados a señalar la distinción actuales proyectos de «protectorado» y aun de «co-
entre «independencia» y «emancipación». Atenién- lonias», generados desde los Estados Unidos y con
donos a los usos de ambos en nuestra literatura el apoyo de sectores nacionales y de otras poten-
política, en general se ha entendido el primero como cias que integran el llamado G7, según ha sido de-
«independencia política» y es afín, en tal sentido, a nunciado en nuestros días.
la expresión «guerras de independencia», «nacio- Pero regresemos a la cuestión de la «dependen-
nes independientes», etcétera; y el otro ha sido por cia». A propósito de esta y en cuanto realidad vivi-
lo general referido, y en particular en el siglo XIX, a da y sufrida por nuestros pueblos, se formó una
«emancipación mental» o de hábitos heredados de 15 Mónica Peralta Ramos: Etapas de acumulación y alian-
servidumbre, opresión, etcétera, como veremos za de clases en la Argentina (1930-1970), México,
más adelante. Siglo XXI Editores, 1972, p. 15.

85
escuela en Santiago de Chile entre los años 1969 dependencia interna relacionadas con políticas de
y 1974 que elaboró una «teoría de la dependen- marginación y exclusión. Diremos que solo desde
cia» y que estaba integrada por un número califica- programas políticos nacionales y continentales –nos
do de investigadores sociales. Esta teoría, más allá de referimos en particular a nuestra necesaria integra-
las polémicas que suscitó, todas altamente fecun- ción en el Mercosur y, en general, en la América
das, corrió la misma suerte de las categorías que Latina y el Caribe– que signifiquen la realidad de
hemos comentado, y su rescate y actualización a formas libres y creadoras de inclusión en sus más
los tiempos que vivimos, sumado a la experiencia diversos sentidos y que, decididamente, enfrenten
de los años que han pasado así como su incorpora- las de marginación y exclusión, podremos desafiar
ción al ámbito académico universitario, es tarea con la frente bien alta las pretensiones imperiales
perentoria e insoslayable. A propósito de lo que de dependencia.
acabamos de decir, debemos celebrar la aparición
del libro de Theotonio dos Santos, uno de los miem- Necesidad de una segunda indepen-
bros destacados del equipo al que nos referimos
dencia: la palabra de Manuel Ugarte
antes, Teoría de la dependencia: balance y pers-
pectivas, editado en el año 2002 en México y que Para concluir, hablaremos de las luchas de Manuel
es un aggiornamento teórico e histórico del céle- Ugarte en las primeras décadas del siglo XX, cuya
bre libro anterior del propio Theotonio, Dependen- temática de independencia y emancipación se
cia económica y cambio revolucionario en Amé- aproximó a la de José Martí. En efecto, vuelven
rica Latina (1970).16 ambos objetivos a reunificarse tal como inicialmen-
Mas, antes de referirnos a la Argentina «depen- te aparecen en los escritos preindependentistas de
diente», que es tema largo y denso y cuyos plan- Francisco de Miranda. ¿Por qué? Pues porque para
teos iniciales se remontan a la primera década del Ugarte el Continente, así como el Caribe, se en-
siglo XIX, debemos hacer todavía algunas conside- contraban amenazados de perder la independencia
raciones terminológicas a propósito del concepto lograda a inicios del siglo XIX debido a los avances
de «dependencia». Por lo pronto, es necesario del imperialismo norteamericano y su expansión mer-
aceptar que hay formas de dependencia que, reco- cantil y militar, como lo mostraban las entonces re-
nocidas y admitidas en su justo sentido, no afectan cientes agresiones a México, Nicaragua, Panamá y
necesariamente a la soberanía de una nación, así Santo Domingo, a más de los permanentes ataques
como hay una relación recíproca de interdependen- sufridos a lo largo de todo el siglo XIX. Así, pues, si
cia de igual sentido. Para esta compleja problemá- la tarea de emancipación mental se había justifica-
tica –que supone la cuestión de la definición y prác- do siempre, pensada como lucha a favor de una
tica de una soberanía– será necesario alcanzar un democracia de repúblicas que tenían asegurada su
claro nivel de doctrina, así como adoptar actitudes independencia política, ahora volvíamos al planteo
que nos ayuden a percibir y superar las formas de inicial, dada la actividad del nuevo imperialismo. A
esta denuncia de Ugarte se sumó más tarde la de
16 Theotonio dos Santos: Teoría de la dependencia: ba- Raúl Scalabrini Ortiz, en su lucha contra la injeren-
lance y perspectiva, México Editores, Siglo XXI, 2002. cia británica en el Río de la Plata.

86
Otra cuestión se relaciona con los alcances que fundido por el normalismo, más allá de todas sus
ha tenido y que se habría de dar al concepto de contradicciones, no fue ajeno a formas autoritarias,
«emancipación mental», tal como surge de los plan- como sí pensamos en el programa de «sicología de
teos del mismo Ugarte. Desde un punto de vista los pueblos», quehacer típico del mismo siglo XIX
teórico podríamos caracterizarla como la exigencia que intentaba ser la herramienta indispensable para
–y también la necesidad– de darle forma a una eti- señalar la conformación de las mentalidades que
cidad que fuera adecuada a un contrato social en el habían de ser repudiadas y en lo posible extirpa-
que se aseguraran la igualdad y la justicia; por cier- das, fue en sus principales autores un saber fuerte-
to, no la igualdad meramente jurídica del liberalis- mente racista, no cabe duda de que la emancipa-
mo clásico. En efecto, cuando Bolívar afirmaba que ción mental resultó ser, en muchos casos, una forma
seguíamos, a pesar de habernos independizado, con de violencia ejercida de manera evidente contra
hábitos que derivaban de un régimen de servidum- ciertos sectores de la población.18
bre, esto puede ser entendido como el reclamo de un Si retomamos la problemática de la emancipa-
cambio imprescindible de ética, en el sentido de la ción mental desde el punto de vista de una reforma
construcción de un nuevo ethos, sin lo cual una vida de la eticidad heredada, el proyecto republicano-
republicana y democrática era imposible. democrático por el cual se decidieron las minorías
Pero la «emancipación mental» ha tenido otras que llevaron adelante nuestra organización nacio-
connotaciones que precisamente nos llevaron, hace nal, no hubiera alcanzado cierto nivel de ciudada-
unos años, a hablar de la necesidad de una relectu- nía, con todas las limitaciones e imperfecciones ine-
ra de la cuestión. Decíamos, en efecto, que si ese vitables que se dieron. Y si pensamos que en nuestros
programa de emancipación seguía vigente, debía ser días la crisis generalizada y profunda por la cual
sometido «a un proceso de revisión y crítica, que estamos pasando, ha alcanzado, como es lógico;
habrá de ser, en gran medida, de autocrítica», y no solo al Estado, sino también a la sociedad civil,
agregábamos que esa tarea, a la cual la historia de se tendrá una conciencia de la importancia que tie-
las ideas podía contribuir, excedía, sin embargo, las ne esta vieja cuestión de la «emancipación mental».
aulas universitarias «e incluso la tarea intelectual, por La democracia y, en particular, los ideales de una
ineludible que esta sea».17 democracia participativa de claro sentido social,
En efecto, si pensamos que el programa educa- dependen de la emancipación de la que estamos
tivo impuesto por Sarmiento y su generación, y di- hablando, con el agravante de que además esta-
mos al borde de perder lo poco que nos queda de
17 Arturo A. Roig: «El valor actual de la llamada “Emanci-
pación mental”», en Filosofía, universidad y filósofos
independencia, por lo que la tarea, tal como lo vio
en América Latina, México, Universidad Autónoma Ugarte en su momento, muestra dos frentes, y de
de México, 1981, p. 72. Una visión de la problemática de
independencia y emancipación que supone una com- 18 Arturo A. Roig: «Introducción» al libro de Alfredo Espi-
paración del proceso continental sudamericano con el nosa Tamayo: Psicología y sociología del pueblo ecua-
proceso antillano se encuentra en los escritos de Eu- toriano, Quito, Banco Central del Ecuador, Corpora-
genio María de Hostos, en Adriana Arpini: Eugenio ción Editora Nacional, 1979, párrafo titulado «Los
María de Hostos, un hacedor de la libertad, Mendo- antecedentes hispanoamericanos y europeos de la psi-
za, Ediumc, 2002, pp. 117 y ss. cología de los pueblos», pp. 79-96.

87
alguna manera hemos regresado al punto desde el gunda independencia, así como es necesario y ur-
que partió Francisco de Miranda: un mundo colo- gente promover una emancipación mental, no solo
nial y una mentalidad colonial. ante los modos de pensar y obrar de las minorías
Concluiremos con un manifiesto lanzado por Ma- comprometidas con el capital trasnacional y las
nuel Ugarte en 1927, desde Valparaíso, en plena políticas imperiales, enfrentados a los intereses de
lucha de Sandino en Nicaragua. Está dirigido a la la nación, sino ante la contaminación ideológica ge-
«juventud latinoamericana», pero también al «pue- nerada por las prácticas de una cultura de mercado
blo» y «a las masas anónimas eternamente sacrifi- en las que se subordinan las necesidades (needs) a
cadas», a la vez que denuncia a «los tiranos infecun- las satisfacciones (wants). Una vez más debemos
dos», a las «oligarquías estériles» y «a la plutocracia hablar aquí de «contaminación» y definir la emanci-
que más de una vez entrelazó sus intereses con el pación mental como la lucha contra esta, hasta re-
invasor», categorías sociales no definibles todas ellas ducirla, de ser posible, hasta una mínima burbuja.
con claridad pero que expresan vivamente por dón- Así pues, ya no se habla de un «pueblo ignorante»
de pasaban las líneas de conflicto de la sociedad de que ha de ser educado a efectos de que el país
la época. Debemos volver a aprender nuevamente pueda ingresar en el torrente del progreso; objeto
a leerlas en cuanto había sectores sociales en acti- en el que fijaron la emancipación mental las minorías
tud de emergencia y de dignidad humana, enfrenta- del siglo XIX y buena parte del XX, sino de limpiarnos
dos a minorías venales instaladas en las democra- todos de aquella «contaminación» que en algunos
cias de la época, en la que los valores en juego ha alcanzado grados de inmoralidad profunda. Y
sobre los que se montaba el discurso del poder se ese era ya el fenómeno que señalaba Ugarte.
encontraban contaminados, según la expresión de Veamos, entonces, su olvidado mensaje.
Castoriadis, por las formas más groseras de la ra-
cionalidad capitalista. En otras palabras, se dirigía «MANIFIESTO A LA JUVENTUD LATI-
a grupos, sectores y clases que no estaban y que, NOAMERICANA»
más allá de toda venalidad, aún mostraban virtudes
ciudadanas. ¿Y qué les pedía? Pues solidaridad con Tres nombres han resonado durante estos últi-
las hermanas y los hermanos de nuestra América mos meses en el corazón de la América Latina:
sometidos al saqueo, la agresión y la muerte, como México, Nicaragua, Panamá. En México, el im-
deberíamos pedirlo en nuestros días, en los que in- perialismo se afana por doblar la resistencia de
mensas masas de población padecen desocupación un pueblo indómito que defiende su porvenir. En
y hambre por obra de una plutocracia que «ha en- Nicaragua, el mismo imperialismo desembarca
trelazado sus intereses» con los centros mundiales legiones conquistadoras. En Panamá, impone un
de dominación económica, para cuyos organismos tratado que compromete la independencia de la
lo nacional no es de ningún modo prioritario. Fren- pequeña nación. Y como corolario lógico, cunde
te a esta situación de dependencia acompañada de entre la juventud, desde el río Bravo hasta el
impunidad y corrupción, la tarea es doble: se hace Estrecho de Magallanes, una crispación de soli-
urgente abrir un frente de lucha por el rescate de la daridad, traducida en la fórmula que lanzamos
independencia perdida y poner en marcha una se- en 1912: «La América Latina para los latinoa-

88
mericanos». Es indispensable que la juventud inter- pequeños, a toda rémora que ha detenido la fe-
venga en el gobierno de nuestras repúblicas, ro- cunda circulación de nuestra sangre. Al dirigirme
deando a hombres que comprendan el momento hoy a la juventud y al pueblo, no entiendo recla-
en que viven, a hombres que tengan la resolu- mar honores. Los hombres no son más que inci-
ción suficiente para encararse con las realidades. dentes; lo único que vale son las ideas. Vengo a
Se impone algo más todavía. El fracaso de la decir: hay que hacer esta política aunque la ha-
mayoría de los dirigentes anuncia la bancarrota gan sin mí. Pero hagan la política que hay que
del sistema. Y es contra todo un orden de cosas hacer y háganla porque la casa se está queman-
que debemos levantarnos. Contra la plutocracia do y hay que salvar el patrimonio antes de que
que, en más de una ocasión, entrelazó intereses se convierta en cenizas. Si no renunciamos a
con los del invasor. Contra la politiquería que hizo nuestros antecedentes y a nuestro porvenir, si no
reverencias ante Wáshington para alcanzar el aceptamos el vasallaje, hay que proceder sin
poder. Contra la descomposición que, en nues- demora a una renovación dentro de cada repú-
tra propia casa, facilita los planes del imperialis- blica, a un acercamiento entre todas ellas. Entra-
mo. Nuestras patrias se desangran por todos los mos en una época francamente revolucionaria por
poros en beneficio de capitalistas extranjeros o las ideas. Hay que realizar la segunda independen-
de algunos privilegiados del terruño, sin dejar a cia, renovando el Continente. Basta de concesio-
la inmensa mayoría más que el sacrificio y la in- nes abusivas, de empréstitos aventurados, de con-
certidumbre. La salvación exige energías nuevas tratos dolorosos, de desórdenes endémicos y de
y será obra sobre todo de las generaciones re- pueriles pleitos fronterizos. Remontémonos has-
cientes, del pueblo, de las masas anónimas eter- ta el origen de la común historia. Volvamos a
namente sacrificadas. Una metamorfosis global encender los ideales de Bolívar, de San Martín,
ha de traer a la superficie las aguas que duermen de Hidalgo, de Morazán y vayamos resueltamen-
en el fondo para hacer, al fin, en consonancia te hacia las ideas nuevas y hacia los partidos
con lo que realmente somos, una política de au- avanzados. El pasado ha sido un fracaso solo
dacia, de entusiasmo, de juventud. Sería inadmi- podemos confiar en el porvenir.19 c
sible que, mientras todo cambia, siguieran nues-
tras repúblicas atadas a tiranos infecundos, a las 19 Texto tomado de Norberto Galasso: Manuel Ugarte,
oligarquías estériles, a los debates regionales y t. II, pp. 137-138.

89
ÁLVARO GARCÍA LINERA

El Estado en transición.
Bloque de poder
y punto de bifurcación
El objetivo del gobierno constitucional es el de conservar la
República: el del gobierno revolucionario es el de fundarla. //
La Revolución es la guerra de la libertad contra sus enemigos;
la Constitución es el régimen de la libertad victoriosa y serena.
El gobierno revolucionario necesita una actividad extraordi-
naria por estar, precisamente, en guerra. Se ve sometido a re-
glas menos uniformes y menos rigurosas, porque las circunstan-
cias en las que se encuentra son tormentosas y móviles; y sobre
todo, porque se ve obligado a desplegar sin respiro recursos
nuevos y veloces para hacer frente a peligros nuevos y urgentes.
El gobierno constitucional se ocupa principalmente de la li-
Revista Casa de las Américas Nos. 259-260 abril-septiembre/2010 pp. 90-110

bertad civil; y el gobierno revolucionario de la libertad públi-


ca. En situaciones de régimen constitucional basta, práctica-
mente, con proteger a los individuos de los abusos del poder
público; bajo el régimen revolucionario, el poder público debe
defenderse a sí mismo de todas las facciones que lo atacan.

R OBESPIERRE

E
n este artículo quisiera reflexionar acerca del Estado en tiem-
pos de transición. Qué podemos entender por Estado en mo-
mentos en que su forma social está en duda, en proceso de
incertidumbre o, si se prefiere, en momentos en que se construye
una nueva estructura estatal. Ciertamente, lo que llamamos Estado
es una estructura de relaciones políticas territorializadas y, por tanto,
flujos de interrelaciones y de materializaciones pasadas de esas inte-
rrelaciones referidas a la dominación y legitimación política. Esta rela-

90
ción-Estado siempre es un proceso histórico político o, en palabras del profesor Pierre Bourdieu,2 como
en construcción, en movimiento, en flujo. Sin embar- monopolio del poder simbólico.
go, hay momentos en su historia cuando este devenir Esto nos permite ver entonces al Estado también
se mueve en un marco de procedimientos, jerarquías como una construcción política de monopolios le-
y hábitos relativamente previsibles y acotados; estos gítimos sobre determinados recursos escasos de la
son los momentos de la «estabilidad» de la relación- sociedad: coerción, recursos económicos públicos
Estado. Pero cuando las jerarquías, los procedimien- y legitimación. En este sentido, el Estado, como lo
tos y los hábitos de la relación-Estado pierden su definió Weber,3 es una máquina relacional que ha
anclaje estructural primordial, estamos frente a los logrado a lo largo de la historia monopolizar el uso
momentos de «transición» de una estructura de rela- de la coerción pública en un determinado territorio
ciones políticas de dominación y legitimación a otra, mediante la centralización de la fuerza armada (Fuer-
es decir, a otra forma de relación-Estado. zas Armadas, Policía), la punición de las transgre-
En un anterior artículo, reflexionamos en torno a siones a los modos de convivencia social (cárceles,
tres ejes analíticos del concepto de la relación-Es- tribunales, códigos) y el disciplinamiento colectivo
tado:1 el Estado como correlación política de fuer- al cumplimiento de procedimientos y reglamentos
zas sociales, el Estado como materialidad institu- (acceso y cumplimiento de las normas públicas).
cional y el Estado como idea o creencia colectiva Esta coerción, si bien se materializa en instituciones
generalizada. Quisiera recoger este debate, enten- (dimensión material del Estado) y se consagra o se
diendo al Estado, por una parte, como una correla- cotidianiza por medio de la continua internalización
ción política de fuerzas entre bloques y clases so- y aceptación prerreflexiva de los procedimientos por
ciales con capacidad de influir, en mayor o menor parte de los ciudadanos (dimensión ideal del Esta-
medida, en la implementación de decisiones guber- do), se trata de unas coerciones que han sido fruto
namentales o, si se prefiere, como construcción de de momentos específicos de luchas, de confronta-
una coalición política dominante; por otra, como ciones sociales que han jerarquizado e impuesto
una maquinaria donde se materializan esas decisio- determinadas visiones o necesidades de mando y con-
nes en normas, reglas, burocracias, presupuestos, trol sobre otras necesidades y mandos de otros sec-
jerarquías, hábitos burocráticos, papeles, trámites, es tores sociales (el Estado como dominación –Marx– o
decir, como institucionalidad. Estos dos primeros correlación de fuerzas), y que con el tiempo se han
componentes hacen referencia al Estado como re- consolidado, se han olvidado en su origen de impo-
lación material de dominación y conducción polí- sición, y «naturalizado» como hábito social.
tica. Y, en tercer lugar, el Estado como idea colec- Lo mismo con los otros dos monopolios que dan
tiva, como sentido común de época que garantiza lugar al Estado histórico: de recursos económicos y
el consentimiento moral entre gobernantes y gober- de legitimación social. En el caso del monopolio eco-
nados. Con este tercer componente, nos referimos nómico construido por el Estado, Norbert Elias ha
al Estado como relación de legitimación política
2 Pierre Bourdieu: Razones prácticas, Barcelona, Anagra-
1 Álvaro García Linera: «Lucha por el poder en Bolivia», ma, 1997.
Horizontes y límites del Estado y el poder, La Paz, Co- 3 Max Weber: Economía y sociedad, México, Fondo de
muna, Muela del Diablo, 2005. Cultura Económica, 1987.

91
mostrado cómo es que el Estado moderno ha ido mente no hay nada más material (en lo físico y lo
consolidando tempranamente la facultad exclusiva de administrativo) que un Estado (monopolio de la coer-
cobrar impuestos,4 a lo que hay que añadir luego la ción, de la administración de los impuestos como
propiedad de las empresas públicas y la administra- núcleo íntimo y fundante), pero, a la vez, no hay nada
ción centralizada del presupuesto general del Esta- que dependa más en su funcionamiento, que la creen-
do.5 Acá también tenemos un hecho monopólico cia colectiva de la necesidad (momento consciente)
construido mediante mecanismos coercitivos, legiti- o inevitabilidad (momento prerreflexivo) de su fun-
mados como obligación ciudadana e institucionaliza- cionamiento.
dos como función regular estatal. De igual manera, en la administración interna de la
Por último el monopolio del poder simbólico que maquinaria, el Estado se presenta como la totalidad
detenta el Estado, si bien hace referencia al control más idealista de la acción política porque es el único
de los procesos de producción de las ideas-fuerza lugar en todo el campo político en el que la idea de-
que cohesionan a una sociedad, se trata de legitima- viene inmediatamente materia con efecto social ge-
ciones de imposiciones, de dominaciones y luchas neral, esto es: el único lugar donde cualquier decisión
por la imposición cuya violencia ha sido «olvidada» pensada, asumida y escrita por los gobernantes de-
y reconocida como «normal» y practicada como viene inmediatamente materia estatal, documentos,
parte del mundo dado de las cosas de una sociedad. informes, memorias, recursos financieros, ejecuciones
Por todo ello, otra manera de ver al Estado con- prácticas, etcétera, y esto con efecto social general.
temporáneo es como un proceso de construcción Por ello, se puede decir que el Estado es el perpe-
histórica de dominación a partir de tres grandes mo- tuar y el condensar constante de la contradicción entre
nopolios: de la coerción, de la riqueza pública y de la la materialidad y la idealidad de la acción política,
legitimación política, en el que cada uno de estos tres contradicción que busca ser superada parcialmente
grandes monopolios a la vez ha sido producido por mediante la conversión de la idealidad como un mo-
procesos articulados, correlaciones de fuerzas, de mento de la materialidad (la legitimidad como garan-
institucionalizaciones de esas correlaciones de fuer- te de la dominación política) y la materialidad como
zas y de legitimaciones políticas. Los monopolios momento del despliegue de la idealidad (decisiones
serían como los «átomos» de la «materia» estatal, en de gobierno que devienen acciones, de gobierno tam-
tanto que las «partículas elementales» de la que se bién, de efecto social general).
componen esos tres «átomos» serían la correlación Retomando las características de estos tres com-
de fuerzas, la institucionalidad y la legitimidad. ponentes estructurales de la relación estatal y esos
De ahí que, de cierta manera, la relación-Estado tres «ladrillos» básicos de su composición, intente-
sea una relación paradojal. Por una parte, política- mos acercarnos ahora a algunos elementos del «Es-
tado en transición» o momentos de revolución po-
lítica de las sociedades. Para ello, son reveladores
4 Norbert Elias: El proceso de la civilización, México,
Fondo de Cultura Económica, 1989.
los textos de Robespierre,6 también los de Marx en
5 Intervención del vicepresidente, Álvaro García Linera, 6 Maximilien Robespierre: «Sur les principes du gouverne-
Coloquio Poder y cambio en Bolivia: 2003-2007, 27 de ment revolutionnaire», Oeuvres completes, París, [s. n.],
noviembre de 2008. 1968.

92
los que escribe sobre la revolución europea de 1848- más aún en tiempos en que el Estado asume un
18507 y sobre la Comuna de París en 1871,8 al igual mayor protagonismo en la inversión pública. En
que las reflexiones de Lenin en el período 1918- conjunto, se trata de temáticas que se pueden in-
19209 y, por supuesto, René Zavaleta Mercado corporar al bagaje sociológico del estudio del Es-
cuando estudia la revolución boliviana de 1952.10 tado en tiempos de estabilización o de estabilidad
En lo que se refiere a los estudios del Estado como como espacio de dominación a partir de correlacio-
continuidad y reproducción, hay bastantes aportes nes de fuerzas, de instituciones que objetivan esa
en la sociología del Estado. En ello, las investigacio- correlación de fuerzas y de ideas que legitiman y
nes sobre el proceso de monopolización de la coer- «naturalizan» las relaciones de fuerza.
ción legítima y de los impuestos, de construcción de Ahora bien, estas tres dimensiones o caras del
los sistemas legales y judiciales, y del papel del siste- mismo orden estatal, en momentos de cambio de
ma escolar como reproductor de las relaciones de forma y contenido social del Estado, presentan
dominación, son líneas de estudio de los largos pe- transformaciones diferentes en su profundidad y
ríodos de regularidad y la reproducción del Estado.11 velocidad, de acuerdo al momento o etapa de la
En nuestra estadía en el gobierno, pude visuali- crisis de Estado que se está atravesando.
zar otros elementos de la regularidad y de la repro- Esquemáticamente, podemos resumir que toda
ducción de la relación de dominación estatal que crisis estatal atraviesa cinco etapas históricas:
pudieran explorarse con mayor detenimiento, como a) El momento del develamiento de la crisis
las asignaciones de la inversión pública, el papel del de Estado, que es cuando el sistema político y sim-
Banco Central en el control de los flujos moneta- bólico dominante que permitía hablar de una tole-
rios y de la propia inversión interna, los regímenes rancia o hasta acompañamiento moral de los
de contratación de obras, de contratación de deuda, dominados hacia las clases dominantes, se quiebra
parcialmente, y da lugar, así, a un bloque social
07 Carlos Marx: Las luchas de clase en Francia 1848- políticamente disidente con capacidad de moviliza-
1850, México, Fondo de Cultura Económica, 1989.
ción y expansión territorial de esa disidencia con-
08 Carlos Marx: La guerra civil en Francia, Pekín, Edicio- vertida en irreductible.
nes en Lenguas Extranjeras, 1978.
b) De consolidarse esa disidencia como proyecto
09 V. I. Lenin: «Escritos entre octubre de 1917 y 1919»,
Obras completas, tomos 27, 28, 29, 30, México, Edicio-
político nacional imposible de ser incorporado en el
nes Salvador Allende, [s. f.]. orden y discurso dominantes, se da inicio al empate
10 René Zavaleta: El poder dual en América Latina: estu- catastrófico, que habla ya de la presencia, no solo
dios de los casos de Bolivia y Chile, La Paz, Los Amigos de una fuerza política con capacidad de movilización
del Libro, 1987; La caída del MNR y la conjuración de nacional como para disputar parcialmente el control
noviembre, La Paz, Los Amigos del Libro, 1995. territorial del bloque político dominante, sino, ade-
11 Max Weber: Ob. cit. (en n. 3); Norbert Elias: Ob. cit. (en más, de la existencia de una propuesta de poder (pro-
n. 4); Pierre Bourdieu: Poder, derecho y clases socia-
grama, liderazgo y organización con voluntad de po-
les, Vizcaya, Editorial Desclée, 2000; Pierre Bourdieu y
Jean-Claude Passeron: La reproducción. Elementos der estatal), capaz de desdoblar el imaginario
para una teoría de la enseñanza, Barcelona, Editorial colectivo de la sociedad en dos estructuras políti-
Laia, 1972. cas-estatales diferenciadas y antagonizadas.

93
c) Renovación o sustitución radical de elites formaciones estructurales a la cabeza de los movi-
políticas mediante la constitución gubernamental de mientos sociales constituidos, desde entonces, en una
un nuevo bloque político que asume la responsabi- voluntad de poder estatal movilizada. La sustitu-
lidad de convertir las demandas contestatarias en ción de elites gubernamentales se dio, luego, en
hechos estatales desde el gobierno. enero de 2006, con la elección de Evo Morales
d) Construcción, reconversión o restitución Ayma como el primer presidente indígena de la his-
conflictiva de un bloque de poder económico- toria republicana, en un país de mayorías indígenas;
político-simbólico a partir del Estado, en la bús- en tanto que la construcción del nuevo bloque de
queda de ensamblar el ideario de la sociedad mo- poder económico y el nuevo orden de redistribu-
vilizada con la utilización de recursos materiales del ción de los recursos se viene dando hasta el día de
o desde el Estado. hoy. El punto de bifurcación habría comenzado, de
e) Punto de bifurcación o hecho político-históri- manera gradual y concéntrica, desde la aprobación
co a partir del cual la crisis de Estado, la pugna políti- del nuevo texto constitucional por parte de la Asam-
ca generadora de desorden social creciente, es re- blea Constituyente, y en tres meses que cambiaron
suelta mediante una serie de hechos de fuerza que la historia política de Bolivia, tuvo tres momentos de
consolidan duraderamente un nuevo –o reconstituyen despliegue interdependientes con su resolución final.
el viejo–, sistema político (correlación de fuerzas par- Un momento de despliegue electoral en el referén-
lamentarias, alianzas y procedimientos de recambio dum de agosto de 2008 cuyos resultados dieron la
de gobierno), el bloque de poder dominante (estruc- contundente victoria del partido de gobierno que
tura de propiedad y control del excedente) y el orden obtuvo el apoyo del 67 % de la población votante.
simbólico del poder estatal («ideas-fuerza» que guían Un momento de confrontación militar en el intento
las temáticas de la vida colectiva de la sociedad). de golpe de Estado civil prefectural de septiembre
En el caso de Bolivia, la crisis estatal se mani- de 2008 que fue derrotado con una movilización ar-
festó desde el año 2000 con la «Guerra del Agua», ticulada entre movimientos sociales y fuerzas arma-
la que al tiempo de revertir una política estatal de das. Y por último, el momento de la victoria político-
privatización de recursos públicos, permitió recons- ideológica con la gran marcha popular para exigir la
tituir núcleos territoriales de un nuevo bloque na- convocatoria a referéndum aprobatorio del proyec-
cional-popular.12 El empate catastrófico13 se vi- to de Constitución Política del Estado y los acuerdos
sibilizó desde el año 2003, cuando a la expansión congresales en octubre de 2008, que cerraron el
territorial de este bloque social movilizado, se sumó período histórico. La suma de todo ello dio como
la construcción polimorfa de un programa de trans- resultado una derrota histórico-moral y político-cul-
tural de las antiguas clases dominantes, y la consoli-
12 Álvaro García Linera, Raquel Gutiérrez, Raúl Prada y dación de un nuevo bloque de poder estatal integral,
Luis Tapia: «La forma multitud de la política de las ne- en el sentido gramsciano.14 La posterior aprobación,
cesidades vitales», en El retorno de la Bolivia plebe-
ya, La Paz, Comuna, Muela del Diablo, 2000. 14 Ver también: Álvaro García Linera: «Del Estado aparen-
13 Antonio Gramsci: Notas sobre Maquiavelo y sobre el te al Estado integral», Miradas. Nuevo texto constitu-
Estado moderno, Cuadernos de la cárcel, t. I, México, cional, La Paz, UMSA, Vicepresidencia del Estado Plu-
Juan Pablo Editor, 1975. rinacional, IDEA, 2010.

94
en referéndum, de la nueva Constitución Política del miento. Es decir, la forma cotidiana de reconocer a
Estado y la reelección con mayoría universal de 64 un Estado en transición es la incertidumbre durade-
% del presidente Evo Morales Ayma, cierran el ci- ra de la vida política de una sociedad, la «gelatino-
clo de transición estatal y dan inicio a la construc- sidad» conflictiva y polarizada del sentido común
ción del nuevo Estado. colectivo, la imprevisibilidad estratégica de las je-
Tomando en cuenta esta periodización, nos de- rarquías y los mandos de la sociedad a largo plazo,
tendremos en las características del Estado en tran- que bien podemos denominar crisis de Estado. Hoy
sición en estas dos últimas etapas. Bolivia, desde hace ocho años, es un laboratorio
Ahora bien, ¿cuáles son los puntos nodales de la viviente precisamente de este momento histórico de
estatalidad cuando queremos ver al Estado en tiem- transformación acelerada y antagonizada de una for-
pos de transición? En otras palabras: ¿cómo acer- ma estatal a otra.
carnos al estudio de los mecanismos, las formas y Para acercarse al estudio y precisar el problema
los medios de consagración y legitimación durade- de este momento político de crisis estatal y en pro-
ra de una correlación de fuerzas políticas? ¿Cómo ceso de resolución, algunas preguntas pueden ser
se convierte en estable una eventual estructura de útiles.
relaciones políticas diferente a la anteriormente vi- Primero: ¿cuál es la coalición social que conquistó
gente? ¿Cómo –en palabras más académicas– se el poder político en la sociedad boliviana a partir
consolida un régimen de mando y de poder social de las elecciones generales de 2005? ¿Cuál es la
tanto material como simbólicamente? diferencia clasista regional y étnica con el antiguo
Es claro que en los momentos de estabilidad bloque de poder? ¿Cuáles son las características,
política y de estabilidad estatal esos tres compo- las medidas y las estrategias de expansión de la nue-
nentes que hemos nombrado: el Estado como co- va base material que sustenta al nuevo bloque de
rrelación de fuerzas, el Estado como máquina y el poder?
Estado como idea, se definen como estables por- En segundo lugar: ¿cuáles son los actuales me-
que se mueven en un ámbito de previsibilidad y de canismos de estabilización del poder y de mando
no antagonismo radical ni de quiebre en sus com- político del Estado? Si en los momentos de estabi-
ponentes internos. Por lo tanto, su preservación, su lidad de la reproducción de las relaciones de domi-
transformación y su reconversión, que son también nación, el régimen judicial, el sistema escolar, el
flujos de trabajo de poder, son, en cierta medida, Congreso, la relación salarial y otros, son los me-
previsibles a partir de ciertos parámetros de movi- canismos decisorios de la continuidad de la corre-
miento interno de las ideas dominantes, de la ma- lación de fuerzas sociales; en momento de crisis
quinalidad administrativa y de la correlación de estatal, ¿cuáles son los mecanismos de la repro-
fuerzas sociales. ducción y ampliación de la nueva correlación de
En cambio, en tiempo de crisis estatal, cada uno fuerzas emergente de la insurgencia social, la movi-
de estos componentes: la máquina, la correlación de lización colectiva y las elecciones?
fuerzas y la idea o imaginación política, presenta Y por último: ¿cuáles son las condiciones de posi-
ámbitos de antagonismo recurrente, inestabilidad e bilidad de la presencia del momento histórico de lo
incertidumbre estratégica en cuanto a su funciona- que denominaremos punto de bifurcación estatal

95
a partir del que ya es posible hablar de un proceso ciones gobernantes, que los puentes de comunica-
de estabilización y de autorreproducción de la corre- ción que antiguamente servían para llevar adelante
lación de fuerzas y, por tanto, de cierre de la crisis transiciones estatales más dialogadas (similares co-
de Estado? Es evidente que la llegada a la estabiliza- legios y universidades de los hijos de las elites, es-
ción estratégica del sistema estatal es un proceso, tilos de vida compartidos, alianzas matrimoniales
pero hay un momento, el punto de bifurcación cruzadas, negocios articulados, lugares de residen-
político, en el que se verifica un proceso de retroa- cia geográficamente similares, etcétera), hoy no exis-
limentación duradera de la correlación de fuerzas, ten, lo que acentúa las diferencias y tensiones entre
de las ideas-fuerza dominantes y de la maquinali- el bloque político ascendente y el decadente.
dad administrativa que expresa la correlación de En buena medida, esto ayuda a entender tam-
fuerzas. En otras palabras, lo que interesa indagar bién el grado de beligerancia permanente de la so-
son las relaciones del Estado en construcción de su ciedad en esta etapa de gobierno del presidente Evo
forma histórica, no tanto del Estado en su repro- Morales, pues los tradicionales puentes cotidianos
ducción y en su estabilización. de asimilación de las nuevas elites emergentes y de
Provisionalmente, intentaré mencionar algunas reacomodo de las antiguas, que caracterizaron las
ideas al respecto de estos momentos de transición transiciones estatales precedentes (1952-1957,
estatal. 1982-1988), hoy no existen ni se las construye, con
En lo que se refiere al primer punto de la nueva lo que la modificación de la composición clasista y
coalición dominante con poder del Estado, es evi- cultural de los sectores dirigentes es abrupta, sin
dente que en Bolivia hubo una modificación de las mediaciones ni aligeramientos.
clases sociales y de sus identidades étnicas cultura- ¿Cuáles son las características de este nuevo blo-
les, las cuales asumieron, primero, el control del que de poder dominante? Su base material econó-
gobierno y, gradualmente, la modificación del po- mica la constituye la pequeña producción mercan-
der político, el control del excedente económico y til, tanto agraria como urbana, la misma que
de la estructura del Estado. Esto es verificable a caracterizó a la multitud movilizada en las grandes
partir del origen social, trayectoria laboral y educa- rebeliones sociales semi insurreccionales de 2000
tiva, y estructura de los capitales (económicos, a 2003. En ese bloque dirigente destacan campesi-
culturales y simbólicos) de los actuales gobernan- nos indígenas con vínculos regulares con el merca-
tes, que permiten hablar no solo de una clásica do (el trópico [Chapare] y valles de Cochabamba;
renovación de elites del poder del Estado sino, fun- zonas de colonización en el Oriente; comunarios del
damentalmente, de un desplazamiento radical de las altiplano paceño, orureño, chuquisaqueño y potosi-
elites del gobierno y de las propias clases sociales no; valles tarijeños), indígenas campesinos de tierras
que toman las decisiones políticas fundamentales, que bajas y de los ayllus andinos, también pequeños pro-
filtran la selección de la administración burocrática ductores urbanos y sectores con actividad mercantil
y que son objeto de mayor cercanía en las políticas relativamente avanzada, entre los que se puede ha-
de distribución de la riqueza pública. blar de la presencia de un tipo de «empresariado de
Tan radical ha sido este trastocamiento de la con- origen popular» que, autoidentificado más como tra-
dición de clase y procedencia étnica de las coali- bajador que como burguesía, abastece el mercado

96
interno y, en parte, a mercados externos, a pesar formados en el ámbito de los negocios, el marketing,
de que nunca recibió nada del Estado para llegar a la gestión empresarial, etcétera, y que llegaron al
donde está. Estado a partir de la activación de vínculos familia-
En este primer círculo de decisión hay que ubi- res y compromisos partidarios. La nueva burocra-
car también a una nueva intelligentzia urbana, a un cia, en cambio, proviene de las universidades pú-
bloque de profesionales e intelectuales que son pro- blicas, de profesiones técnicas o sociales, en tanto
ducto del ingreso de las clases populares al sistema que el tipo de vínculos que ha mejorado su acerca-
universitario desde los años setenta y que, a dife- miento a la administración pública ha sido el de las
rencia de la intelectualidad pequeñoburguesa tradi- redes sindicales que cumplen una especie de filtro
cional de los años sesenta, que se inclinó por cons- en el reclutamiento de ciertos niveles intermedios
trucciones partidarias de izquierda, esta nueva de la burocracia estatal.
intelectualidad es más afín a las estructuras corpo- En ese sentido, se puede decir que el nuevo blo-
rativas del sindicalismo urbano, rural y al movimiento que de poder ha ido creando tres mecanismos de
vecinal. En medio de ellos se destaca una intelli- conducción del Estado, de cierto modo comple-
gentzia indígena letrada que ha ido construyendo, mentarios: por una parte, mediante la presencia di-
en los últimos treinta años, un horizonte utópico in- recta de las organizaciones sociales en la definición
dianista. de las principales políticas públicas que son formu-
Es posible ver que, en torno a este núcleo, se ladas en consejos ampliados y congresos, y que
articularon distintas personalidades, fuerzas obre- son la base de las acciones de gobierno que impul-
ras antes sometidas a políticas de precarización la- sa tanto el poder ejecutivo como la bancada mayo-
boral y, con ellas, visiblemente, un segmento em- ritaria del Congreso. En segundo lugar, por medio
presarial industrial tradicional, una parte del cual está de la presencia directa de representantes de los
vinculada al mercado interno y que hoy se ve favo- sectores sociales movilizados en distintos niveles del
recida por una serie de decisiones que fomentan el aparato estatal (presidencia, ministerios, direccio-
consumo público de productos nacionales. nes, Parlamento, Asamblea Constituyente). Por úl-
A este bloque social lo acompaña –y se constru- timo, a través de la lenta promoción de una nueva
ye de forma simultánea– lo que podríamos deno- intelectualidad en funcionarios públicos vinculados
minar una nueva burocracia estatal, que es una es- a las expectativas y necesidades de este bloque de
pecie de síntesis de antiguos funcionarios del Estado productores.
(en niveles intermedios) y nuevos funcionarios que En ese sentido, hay nuevas clases sociales políti-
poseen no solo un capital escolar diferente, sino que camente visibilizadas a partir de nuevas identidades
además han utilizado unas redes sociales étnica y étnicas-culturales-regionales, en el control de los
clasistamente distintas a las de la burocracia tradi- principales mecanismos de decisión estatal, y hay
cional, para acercarse a los puestos administrati- una sustitución y ampliación de las elites adminis-
vos. Claro, durante toda la etapa del Estado neoli- trativas del Estado. Lo relevante de este proceso
beral, los niveles intermedios del aparato de Estado de modificación de la composición social del blo-
reclutaron preponderantemente a profesionales pro- que en el poder del Estado y de los niveles superiores
venientes de universidades privadas, extranjeras y de la administración pública, radica en que étnica y

97
clasistamente las distancias sociales con el antiguo diferenciada de las elites estatales. De esta manera,
bloque de poder estatal son enormes. Lo que está el bloque de poder del viejo Estado, carente de un
aconteciendo hoy en Bolivia no es, por tanto, una nuevo proyecto político general, se replegó al con-
simple mutación de elites en el poder, sino una au- trol de varios gobiernos regionales, en tanto que las
téntica sustitución de la composición de clase del clases sociales regionalmente movilizadas durante
poder del Estado, cuya radicalidad es directamen- los últimos ocho años, hoy se están constituyendo
te proporcional a la distancia de clase y, en en el nuevo bloque de poder nacional general diri-
particular, cultural entre el bloque social emergente gente.
y el bloque social desplazado. Nos encontramos, por tanto, ante un nuevo sis-
Hoy, entre el presidente Evo Morales, el canci- tema político donde se están reconfigurando cinco
ller David Choquehuanca o la presidenta de la aspectos: las características clasistas y culturales del
Asamblea Constituyente, Silvia Lazarte, poco o nuevo bloque de poder estatal, las nuevas fuerzas
nada, no solo de sus propuestas políticas sino de su políticas duraderas en el país, los nuevos liderazgos
vida cotidiana, tienen en común con los ex presi- generacionales, la distribución territorial del poder
dentes, ministros y grupos influyentes del antiguo estatal y, por supuesto, el nuevo sistema de ideas
bloque de poder en decadencia. Quizá esto tam- antagonizables a corto y a mediano plazo.
bién ayuda a explicar los escasos puentes de co- Esos puntos nos hablan, entonces, de una es-
municación entre ambos bloques, pues a diferencia tructura de poder y de mando con actores relativa-
de lo que sucedía antes, cuando a pesar de las dife- mente definibles, pero donde sus ámbitos de
rencias políticas, las elites confrontadas compartían irradiación, de alianzas y de propia estabilidad, pre-
un mismo estilo de vida, compartían redes matri- sentan elementos de incertidumbre, tanto entre los
moniales, espacios familiares de educación y dis- que están en el mando político del Estado, como
tracción, las clases sociales hoy confrontadas per- entre los que están en la oposición.
tenecen a ubicaciones en el espacio social material ¿Hasta cuándo durará este repliegue regional y
y objetivamente antagónicas, y con distancias geo- la carencia de voluntad de poder general de estas
gráficas reales que no hacen más que materializar y elites conservadoras en proceso de mutación dis-
ahondar sus distancias políticas. cursiva? ¿Quién será el líder de la oposición con
Es en el Congreso, pero fundamentalmente en la potencialidad de futura proyección nacional? ¿Será
estructura de la división territorial del Estado, don- Branco Marinkovic, Jorge Quiroga o Carlos Mesa?
de se visibilizan y personifican esas diferencias. El ¿Cuál será el centro político? ¿Será el Movimiento
antiguo bloque social dominante es hoy fuerza polí- Nacionalista Revolucionario (MNR) renacido o
tica minoritaria y beligerante del Parlamento. En tanto será Unidad Nacional (UN)? El propio sistema
que, inaugurando la elección de prefectos, los re- político presenta un conjunto de modificaciones in-
presentantes históricos del viejo régimen (prefecto ternas no estables. Incluso el bloque dominante, hoy
de Pando, Tarija, Cochabamba) o formados en él dirigente del proceso político, también presenta un
(prefectos de Santa Cruz y Beni), se han replegado conjunto de tendencias internas que le dan vitalidad
al ámbito de los gobiernos departamentales, y han y fuerza en términos de cuál será la orientación pre-
dado lugar a una segmentación territorial vertical valeciente en la compleja tensión entre estatismo y

98
comunitarismo, el primero, más ligado a la mono- zas Armadas en democracia, cosa que no había
polización de decisiones, y el segundo, más vincu- sucedido antes. Desde 1982, cuando se recupera-
lado a la democracia de los movimientos sociales. ron las libertades democráticas, las Fuerzas Arma-
Estudiar con más detenimiento este flujo de la das fueron abandonadas en una especie de «crisis
construcción de los bloques de poder hoy en Boli- existencial institucional», en lo referido a su función
via es, sin duda, un elemento muy importante, no en tiempos de democracia. Si ya no eran los cen-
solo porque desde la sociología se da un vistazo de tros de reclutamiento de futuros gobernantes ni ga-
la correlación de fuerzas, sino porque eso mismo rantes de una soberanía que era ofertada por los
da lugar a una visibilización de las tendencias de las neoliberales en los mercados internacionales de
fuerzas, de los posibles resultados y las posibles capital, lo que quedaba era una caprichosa mani-
alianzas a corto plazo, en la medida en que son pro- pulación política de los mandos militares a fin de
cesos políticos comprimidos. tapar los errores gubernamentales de las elites.
En lo que se refiere al segundo punto: los meca- Educadas y formadas en la defensa de la sobera-
nismos de estabilización del poder y mando en nía de la patria, en la defensa de la sociedad, y ha-
momento de crisis estatal en proceso de resolu- biendo cosechado sus mayores reconocimientos his-
ción, es posible mencionar tres aspectos. tóricos en el potenciamiento del Estado, las fuerzas
Paradójicamente, un ámbito importante de esta- de coerción legítima tuvieron que ver cómo la sobe-
bilización temporal del nuevo bloque de poder ha ranía se reducía al valor de un «comino» (Jaime Paz);
sido la firmeza y la fidelidad de las estructuras de cómo la defensa de la sociedad se transformaba en
coerción del Estado (Fuerzas Armadas y Policía un ataque armado sistemático a la sociedad (2000,
Nacional). Acerca de esto, hay una explicación so- 2003); y cómo el poderío del Estado se derrumba-
ciológica: en la medida en que el Estado tiene como ba frente a las privatizaciones de empresas que ellos
núcleo fundamental los ámbitos de coerción, estos mismos habían ayudado a crear (Yacimientos Pe-
son también los que más inmediatamente reclaman trolíferos Fiscales Bolivianos [YPFB], Corporación
un nivel de previsibilidad y de certidumbre que ga- Boliviana de Cemento [Coboce], etcétera).
rantice la perdurabilidad del núcleo estatal prima- Así, cuando el presidente Evo Morales asume el
rio. Por lo tanto, después de seis años de inestabi- mando del gobierno, reconstruye la presencia del
lidad estructural (2000-2006) y de fisuras internas Estado en la economía y amplía la base de los de-
al interior del núcleo coercitivo (2003), de manera rechos sociales, relanza ámbitos de soberanía y ciu-
formal, ha habido una adhesión rápida de las es- dadanía en el marco de una estructura interestatal
tructuras de coerción a la nueva correlación de fuer- global más complejizada, e incorpora en la ejecu-
zas del Estado alcanzada con la contundente victo- ción de esta expansión estatal a las Fuerzas Arma-
ria electoral del 54 % de los votos del país por el das, lo que tiene resonancia con la historia de po-
Movimiento al Socialismo (MAS) en 2005. tenciamientos del Estado nacional impulsados por
Pero lo que más contribuyó a este apoyo de las las Fuerzas Armadas décadas atrás. Esto dio lugar
fuerzas de coerción legítima, ha sido que el actual a un extraordinario ensamble entre fuerzas sociales
gobierno ha definido de manera rápida un norte indígenas-campesinas-populares y Fuerzas Arma-
estratégico en lo que se refiere al papel de las Fuer- das que, a diferencia de lo que se había intentado

99
antes, bajo tutelaje militar, ahora tiene el liderazgo Un segundo momento de consolidación del po-
moral e intelectual de sectores indígenas populares. der y del mando del Estado en crisis es, sin duda,
De esta manera, la nacionalización de empresas el ejercicio de la facultad ejecutora del Poder Eje-
y el control del excedente económico por el Estado cutivo, fundamentalmente a partir de sus resortes
le dan una base técnico-material a la soberanía re- de inversión pública. Es quizá en ello y en sus re-
lativa del Estado y, por tanto, a su estabilización, sultados y efectos donde es posible encontrar los
que es el principio organizador de las Fuerzas Ar- mecanismos de mayor incidencia inmediata del nue-
madas en cualquier país. Y si a ello se suma la par- vo bloque de poder en la estructura económica y
ticipación de estas en la construcción de carreteras, social, y los mecanismos de construcción más es-
distribución del excedente (Renta Dignidad y Bono tables de la nueva situación económica en el futuro.
Juancito Pinto, Bono Juana Azurduy) y el control Cuando una sociedad pasa a controlar de uno a
real de territorios fronterizos antes sometidos al tres dólares de cada cuatro que genera la principal
poder de caciques y mafias locales, estamos ante fuente de exportaciones del país (en nuestro caso,
una estrategia de renovada expansión territorial de los hidrocarburos), estamos, primero, ante una
la presencia del Estado a través de su estructura modificación en los mecanismos de control y apro-
coercitiva. piación del excedente y, con ello, de la estructura
De cierta forma, se puede decir que una parte económica de poder de la sociedad.
de la actual capacidad de resistencia del nuevo pro- Esto es justamente lo que sucedió con los de-
yecto estatal emergente a las presiones conspirati- cretos de nacionalización del 1 de mayo de 2006 y
vas de fuerzas políticas conservadoras externas e de la misma fecha en 2008, y la firma de los contra-
internas, se debe precisamente a este ensamblaje tos de producción con las empresas extranjeras.
histórico entre lo indígena-popular y lo militar. De manera inmediata, los ingresos estatales pasa-
En la medida en que el nuevo liderazgo político ron de cerca de seiscientos setenta y siete millones
tenga la capacidad de convertir esta adhesión ini- de dólares retenidos con anterioridad por el Estado
cial en una cohesión estructural, real y duradera, en 2005, a dos mil cien millones de dólares en 2008
dependerá de la rapidez para interiorizar los nue- y a dos mil trescientos veintinueve millones de dó-
vos roles militares de carácter desarrollista en la doc- lares en 2009.15 Y dado que la totalidad del sector
trina y espíritu de cuerpo estatal de las Fuerzas Ar- hidrocarburífero participa con algo más del 48 %
madas mediante un proceso interno de reformas de las exportaciones nacionales, estamos ante una
institucionales. sustancial retención nacional/estatal del excedente
Esto daría a la nueva estructura estatal, la solidez económico que modifica en lo estructural la rela-
de un primer núcleo de consolidación, no el funda- ción de la sociedad boliviana, mediada por el Esta-
mental, pero sí un nivel importante. Sin embargo, do, con el capital global.
hay experiencias históricas que también muestran De hecho, la modificación del control y la pro-
que los niveles de coerción y de fidelidad pueden piedad de la industria hidrocarburífera en Bolivia,
manifestar fisuras en momentos de tensionamiento
15 Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas
de la correlación de fuerzas: el síndrome de Allende (Udape): «Recaudaciones del sector de hidrocarburos,
es algo que uno tiene que recordar siempre. 2010», en: <www.udape.gov.bo>.

100
cambió drásticamente la situación económica del país. ha mejorado su desempeño respecto a la caída de
Por primera vez en décadas, el país tiene superávit, 2005, ya no es la locomotora en la inyección de ca-
lo que le permite financiar la administración y las po- pital a la economía. El Estado, hoy, es el principal
líticas de inversión con capital propio, y deja de lado «empresario colectivo». En los últimos cuatro años,
el conjunto de sujeciones que anteriormente subor- su participación en la totalidad del Producto Interno
dinaban las políticas públicas a las exigencias de los Bruto (PIB) se ha incrementado del 15 % el año
organismos internacionales (Fondo Monetario Inter- 2005, al 31 % el año 2009.17 Ello traerá una mayor
nacional, Banco Mundial, etcétera). generación de valor, un mayor volumen de exceden-
A diferencia de lo que ocurrió durante todo el te económico en manos del Estado y una mayor ca-
período neoliberal, en estos dos últimos años la prin- pacidad de autodeterminación sobre los modos de
cipal fuente de inversión en el país ha sido el Esta- articular el desarrollo interno de los bolivianos con el
do, que ha duplicado su presencia pasando de seis- de la economía mundial.
cientos veintinueve millones de dólares en 2005, a Pero esta modificación de la capacidad de ac-
mil cinco millones de dólares en 2007 y, mil cuatro- ción del país en el contexto global no hubiera sido
cientos veintiocho millones de dólares en 2009,16 posible sin una transformación simultánea de la es-
lo que está permitiendo no solo cumplir con pro- tructura del poder económico nacional y de los blo-
gramas sociales vitales para reducir la pobreza, sino ques dirigentes de esa estructura económica. Cla-
también cumplir una política expansiva de inversión ro, los procesos de privatización en Bolivia vinieron
productiva que facilite crear una base industrial mí- de la mano de la consolidación de un bloque de
nima para un crecimiento económico sostenible. poder económico dirigido por las empresas petro-
Hoy, con la inversión estatal, se está comenzan- leras, los empresarios mineros, los agroexportado-
do a industrializar el gas (con una planta de gas li- res y banqueros que se encargaron de transferir los
cuado de petróleo en Campo Grande, una planta monopolios y excedentes públicos al dispendio de
separadora de gas en el Chaco, una termoeléctrica unas pocas empresas privadas. En esto, el Estado
en el Chapare), se relanzan actividades mineras fue mutilado en sus capacidades de acumulación
metalúrgicas (Huanuni, Vinto, Corocoro, colas y productiva y el resto de los sectores laborales
desmontes, etcétera), se apoya a los pequeños vinculados al mercado externo, llevados a la mar-
productores vinculados al mercado interno a través ginalidad.
de la estatal Empresa de Apoyo a la Producción de La recomposición económica del Estado, en
Alimentos (Emapa), a fin de garantizar la soberanía cambio, internalizó y redireccionó el uso del exce-
alimentaria del país, y se crean fábricas para abas- dente económico a favor de los actores producti-
tecer el mercado interno (de papel, de cartón de vos nacionales, lo cual configuró un nuevo bloque
cítricos, leche, etcétera). de poder económico.
La inversión extranjera, que fue la protagonista de En términos de correlaciones de fuerzas en el
las inversiones en los años 1998-2001, si bien ahora campo económico, el poder del capital externo se

16 Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas: 17 Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas:
«Inversión pública por sectores, 2010», en: participación del Estado en el PIB: revisión de estima-
<www.udape.gov.bo>. ciones y proyección 2009», en: <www.udape.gov.bo>.

101
ha debilitado abruptamente en áreas estratégicas ventas al mercado externo, está viabilizando la con-
(hidrocarburos y telecomunicaciones), lo que ha solidación de un bloque de poder estatal entre pro-
provocado que se pierdan flujos financieros, acti- ductores medianos, pequeños, comunidades indí-
vos y excedentes. En otros casos, el capital extran- genas-campesinas y Estado, que controla cerca del
jero ha perdido el control monopólico de precios 58 % del PIB, lo que permite hablar de un bloque
(soya, aceite). En tanto que los sectores locales del con suficiente materialidad económica como para
capital comercial y de servicios, adheridos al capi- encauzar las decisiones económicas de la sociedad.
tal externo, que formaban parte de las elites em- En términos estrictos, se puede decir que al
presariales intermediarias, hoy ya no cuentan con descomponerse la fuerza económica del bloque
las anuales transferencias de recursos públicos que monopólico de poder hidrocarburífero y al estar
más bien están siendo dirigidas a apoyar a peque- crecientemente penetradas por la presencia del Es-
ños y medianos productores urbanos y agrícolas tado, las actividades mineras y agroindustriales que
(mediante el Banco de Desarrollo Productivo [BDP] también generan porciones importantes del exce-
para pequeños productores artesanales e industria- dente, la actual estructura de poder económico an-
les; y Emapa, con créditos para pequeños agricul- tes lidereada por el Estado productor, tiene en la
tores). composición social indígena-popular y de clase
La nueva estructura económica de poder que se media letrada de la administración estatal, a la frac-
está construyendo de manera acelerada tiene al Es- ción social con mayor capacidad de control, no de
tado como el principal inversionista y acumulador de propiedad, pero sí de recursos económicos del país.
excedentes económicos. Actualmente, el Estado ha Esta fracción, junto con los propietarios-producto-
pasado de generar el 0,6 % del valor agregado na- res pequeños y medianos, manufactureros y agrí-
cional a más del 8 % y proyectamos llegar hasta al colas, constituye el comando económico de la
15 % en los siguientes años. En dos años, el Estado sociedad contemporánea. Los primeros, en tanto
pasó a generar el 31 % del PIB, y con mucho, po- detentadores del uso del excedente; los otros, en
see la principal empresa productiva del país que tanto propietarios-productores.
controla el principal producto de exportación: Ya- Esto marca un punto de diferenciación plena con
cimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos. la experiencia revolucionaria de 1952. En ese mo-
Esta posición privilegiada en la producción y el mento, la elite dirigencial del Estado, exclusivamente
control del excedente económico nacional, está clase media letrada, asumió la modernización de la
permitiendo al Estado desplegar una estrategia de economía como obra exclusiva del Estado, hacia
alianzas productivas con la inmensa mayoría de pro- donde se reinvirtieron los excedentes mineros, lo
ductores pequeños y medianos de la ciudad y el que dio lugar a la Corporación Boliviana de Fo-
campo, hacia donde rápidamente se está transfi- mento (CBF) y otras iniciativas de creación de ca-
riendo: tecnología, créditos, insumos y mercados pitalismo estatal, en todos los rubros posibles, en
(vía BDP y Emapa, fundamentalmente). Así, esta torno a un único nodo de acumulación. Ya en su
apuesta estratégica de fortalecimiento de la produc- etapa de declinación (1970-1980), la burocracia
ción para el mercado interno y de internalización estatal comenzó a transferir excedentes y activos a
estatal del excedente económico, generada con las la minería privada y a la agroindustria, pero en mo-

102
mentos en que estas esferas productivas estaban blea Legislativa Plurinacional, nos mostrarán posi-
siendo controladas por el capital externo, lo que bles avances en este campo, que quedan por ser
acabó de consolidar una burguesía intermediaria. interpretados.
Hoy, al tiempo que el Estado controla el exce- Pero también, al interior del gobierno, es posible
dente económico y lo reinvierte productivamente, hallar espacios de continuidad de los hábitos de la
promueve la inversión externa bajo condiciones de vieja burocracia estatal. Carente de recursos eco-
control estatal de esos flujos y réditos, a la vez que nómicos para inversión pública por los procesos
promueve tempranos procesos de modernización de privatización, la administración estatal se acos-
y acumulación en los sectores pequeños y media- tumbró a crear una infinidad de procedimientos que
nos de la producción urbana, rural y de las comuni- dilataban y anulaban por cansancio la realización
dades campesinas e indígenas. Esto, en conjunto, de obras públicas. Hoy, cuando el liderazgo de la
da un despliegue simultáneo de varios nodos de inversión está en el Estado, la herencia de las tra-
acumulación económica, de reinversión y expan- bas y la mentalidad dilatoria de niveles intermedios
sión en torno al liderazgo general del Estado. de la administración pública retrasa el crecimiento
En este sentido, se puede decir que las transfor- de la nueva dinámica expansiva del Nuevo Modelo
maciones en las estructuras de poder económico Económico Nacional Productivo. De ahí que, de
de la sociedad avanzaron con una rapidez mucho hecho, todas las más importantes iniciativas pro-
mayor que la reconfiguración de las estructuras de ductivistas que tiene el gobierno actual, son de ori-
poder político del Estado, en especial de las es- gen y mando presidencial, por lo que una buena
tructuras territoriales del poder político. parte del trabajo presidencial ministerial radica en
La consolidación formal de un nuevo horizonte destrabar y remontar acciones y procedimientos
estratégico en el desempeño de las instituciones de ministeriales creados para no construir nada que no
coerción legítimas del Estado y la construcción rá- sea la existencia autorreferida de la propia buro-
pida de una nueva estructura de poder económico cracia estatal.
de la sociedad boliviana, tienen, sin embargo, un Otros elementos que dificultan la consolidación
conjunto de lastres al interior que ralentizan la con- del nuevo Estado son las rutinas y esquemas de
solidación definitiva de la nueva composición estatal. transmisión de conocimientos del sistema escolar,
Uno de estos obstáculos internos es, sin duda, el además de las estrategias matrimoniales. Fue el pro-
sistema judicial. Aún en poder de las antiguas fuer- fesor Pierre Bourdieu quien estudió el papel de estas
zas conservadoras, el Poder Judicial es la síntesis estrategias matrimoniales18 en la reproducción del
suprema de la corrupción como norma institucio- orden social en sociedades precapitalistas, o semi-
nalizada y del dogmatismo neoliberal como lógica capitalistas, como él las llama. En el caso de Bolivia,
discursiva, lo que permite todavía la persistencia y las estrategias matrimoniales siempre han desempe-
reproducción de núcleos conservadores en el Es- ñado un papel muy importante en la consolidación
tado. La aplicación de la Nueva Constitución Política y el anclaje del bloque de poder dominante. Uno
del Estado y la re-restructuración de las institucio-
nes, a partir de las nuevas leyes que serán aprobadas 18 Pierre Bourdieu: El sentido práctico, Madrid, Taurus,
en el nuevo Parlamento, denominado Nueva Asam- 1990.

103
puede estudiar, a lo largo del siglo XX, los mecanis- del poder (autonomía), se han convertido, con flu-
mos de reproducción de las elites a partir de distin- jos y reflujos, en sentido común ordenador de los
tas estrategias de circulación de esposas y esposos campos intelectual y político nacionales, lo que ha-
entre redes familiares dominantes específicas. bla de una victoria simbólica de las fuerzas del cam-
Pero es evidente que hoy esto se ha roto plena- bio o, si se prefiere, de la base de un liderazgo moral
mente y es muy difícil todavía encontrar los puentes e intelectual por parte de las fuerzas socioeconómi-
de continuidad entre las antiguas y las nuevas elites cas emergentes.
mediante dichas estrategias porque parecen dos Hoy no se puede hacer política, ni se podrá ha-
mundos que no tienen vínculos fluidos de comuni- cer política en los siguientes años, sin una ubicación
cación. Tres años no son todavía suficientes para prepositiva en torno a este trípode ordenador del
un escenario que vaya definiendo estrategias esco- campo político. Lo que distingue posiciones y se
lares y matrimoniales de reproducción de la nueva debate en el campo político no son los temas cen-
elite y de las nuevas clases en el poder, pero sí es trales, sino los modos y las velocidades de abor-
un escenario de reproducción de las estrategias darlos. ¿Pluriculturalidad en su forma más avanzada?
conservadoras de las elites desplazadas del poder ¿Plurinacionalidad en su forma más conservadora?
de manera temporal. ¿Pluriculturalidad y multilingüismo? El reconocimien-
Ahora, después de cuatro años de gestión, y en to de la diversidad del Estado, Estado productor y
este sentido en un estado avanzado del proyecto, Estado descentralizado son los tres ejes prevale-
otra estrategia que podría ser analizada más ade- cientes de sentido común de la época. Y no importa
lante como mecanismo de estabilización del poder si uno está en el gobierno o si está en la oposición,
y del mando en tiempos de crisis y como mecanis- de alguna u otra manera tiene que referirse a los
mo para salir de este tiempo de crisis a través de la tres componentes o simular que los asume.
consolidación del proyecto político –una estrategia Por supuesto que existen las contrapartes radi-
que se pretende aplicar con medida–, es la bús- calizadas de la exacerbación de racismo. Las he-
queda y aceptación de nuevas alianzas, para inflar mos visto en Sucre y en Santa Cruz, donde algunos
y ampliar el proyecto político en determinado mo- pequeños sectores, que ya pueden dar lugar a ha-
mento. blar de la existencia de grupos semifascistas por su
El tercer elemento donde uno puede rastrear los ideología o proceder antidemocrático, intentaron
mecanismos de estabilización del poder y del man- construir un contradiscurso hegemónico. Sin em-
do en tiempos de crisis, es el sentido común de la bargo, pese a ello y a que la batalla por la conduc-
época, las ideas-fuerza ordenadoras de la acción ción ideológica duradera de la sociedad no está
social cotidiana. Pese a la adversidad de un siste- resuelta, se puede decir que hay una mayor corres-
mático flujo ideológico conservador, emitido desde pondencia entre la transformación en el ámbito del
los medios de comunicación de masas bajo pro- poder económico con la transformación en el ám-
piedad de las antiguas clases dominantes, los temas bito del poder simbólico.
de descolonización, pluralismo cultural (plurinacio- En síntesis, podemos decir que la transición es-
nalidad), estatalismo productivo (presencia del Es- tatal se presenta como un flujo de marchas y con-
tado en la economía) y desconcentración territorial tramarchas flexibles e interdependientes que afectan

104
las estructuras de poder económico (como propie- con fuerzas de movilización y liderazgos estrictamente
dad y control del excedente), la correlación de fuer- locales. Quizá en algún momento esas resistencias
zas políticas (como representación parlamentaria, limitadas podrían constituir un proyecto nacional al-
fuerza de movilización social, liderazgo y hábito ternativo. Pero para que ello suceda, lo más probable
administrativo) y la correlación de fuerzas simbóli- es que tengan que pasar varios años.
cas (como ideas ordenadoras y reguladoras de la Hay empate catastrófico únicamente cuando
vida en común). La transición estatal estructural, o coexisten dos proyectos nacionales de sociedad
proceso constituyente, habla de la construcción de confrontados. A estas alturas de las luchas sociales
una nueva correlación de fuerzas o bloque domi- en el país, podemos afirmar que ahora solo hay un
nante en el control de la toma de decisiones econó- proyecto general de sociedad con resistencias lo-
mico-políticas del país, pero a la vez, de la cales fuertes de protección de la propiedad y del
persistencia y continuidad de antiguas prácticas y poder de las elites desplazadas del ámbito central.
núcleos de poder interno que reproducen todavía En ese sentido, hubiéramos entrado en un momento
partes del viejo Estado, buscando reconstituirlo final de la transición estatal que es el de la supresión
desde adentro. de la dolarización social y el proceso de estabiliza-
De la misma manera, la transición estatal hace ción estatal o rutinización de las prácticas del nuevo
referencia a la existencia de centros de mando y bloque de poder social.
decisión que concentran la iniciativa y el vigor del Finalmente, regresemos al concepto del punto
nuevo orden estatal (inversión pública, sentido co- de bifurcación que retomamos del profesor de fí-
mún estatista-productivista), como también de sica Ilya Prigogine,19 quien estudió los sistemas ale-
nodos de resistencia conservadora que pugnan por jados del punto de equilibrio. Prigogine observó que,
la restitución del viejo orden. a partir de cierto tiempo, estos sistemas alejados
Y dentro de esa pugna en flujo, la nueva estruc- del punto de equilibrio pueden dar lugar a un nuevo
tura estatal ha podido avanzar más rápidamente en orden. A este punto de conversión del desorden
la construcción de un nuevo bloque de poder eco- del sistema en orden y estabilización del sistema, le
nómico y en la formación de un núcleo discursivo llamó: punto de bifurcación.20
simbólico; en tanto que la arquitectura del sistema En el ámbito de las estructuras estatales en crisis
político todavía es objeto de una intensa pugna por («sistemas alejados del equilibrio»), estas se carac-
la definición de sus jerarquías, liderazgos, alianzas terizan por la inestabilidad y la confrontación políti-
y procedimientos. ca. Se trata de auténticos, generalizados y desnudos
En ese sentido, la idea del empate catastrófico,
hoy, no es utilizable como lo era hace cuatro años,
porque lo que ahora tenemos no confronta (aún) 19 Ilya Prigogine (Moscú, 25 de enero de 1917, Bruselas,
28 de mayo de 2003), fue un físico, químico, sistémico y
dos proyectos nacionales de poder con fuerzas de
profesor universitario belga de origen soviético, galardo-
movilización y liderazgo nacionales. Lo que hoy ten- nado con el Premio Nobel de Química en el año 1977.
siona al país es la confrontación entre un sentido 20 Ilya Prigogine: ¿Tan solo una ilusión? Una explora-
común prevaleciente como proyecto estatal nacio- ción del caos al orden, Barcelona, Tusquets Editores,
nal general y, por otra parte, resistencias locales, 1983.

105
momentos de lucha por el poder político. Pero, en la Con los mismos actores, pero con resultados
medida en que ninguna sociedad puede vivir perpe- diametralmente opuestos, tuvo lugar el punto de bi-
tuamente en estado de lucha generalizada y antago- furcación que dio paso al nacimiento del Estado de
nizada por el poder, la sociedad, más pronto o más 1952. Entonces, y tras siete años de crisis estatal,
tarde, ha de inclinarse por la estabilización del siste- una victoria electoral escamoteada en 1951, la in-
ma o la construcción de un orden estatal que devuel- surrección del 9 de abril de 1952 fue el punto de
va la certidumbre a las estructuras de dominación y bifurcación del Estado nacionalista. El núcleo fun-
conducción políticas. A este momento histórico-es- dante del nuevo Estado fueron las milicias de obre-
pecífico, fechable, a partir del cual el Estado se esta- ros y campesinos armados, cuya estructura sindical
biliza, le denominamos: punto de bifurcación. triunfante marcó la presencia siempre belicosa de
Esta es una idea que trabajamos, quizá con otras la plebe en un Estado ajeno pero pactante, hasta
palabras, hace veinte años, para describir el mo- que vino el nuevo Estado neoliberal que puso fin a
mento excepcional, de fuerza militar y moral, de cualquier pacto que no fuera el de elites políticas
consolidación conservadora del poder de Estado cerradas y endogámicas.
cuando se dio la Marcha por la Vida de los traba- En septiembre de 1986, en cambio, los mineros
jadores mineros en contra de las políticas de cierre regresaron a sus casas con el cadáver del Estado
de minas decretada por el gobierno de Paz Esten- de 1952, en tanto que el Estado neoliberal se con-
ssoro (septiembre de 1986). solidó mediante un hecho de demostración de fuer-
En esa ocasión, los mineros hicieron un último za militar y política que no pudo ser discutido sino
esfuerzo de reconstituir los pactos de abril de 1952, hasta catorce años después, en abril de 2000.
utilizando la movilización de masas. La respuesta Si uno revisa los momentos de la construcción
fue el cerco militar. No hubo enfrentamiento ni muer- de cualquier nuevo Estado –el nacionalista, el re-
tos. Era tal la superioridad militar del gobierno y la publicano, la comuna, el soviético–, verá que siem-
inermidad política y moral con la que los mineros pre han tenido un punto de bifurcación de su es-
reclamaron el pacto estatal de 1952 a un gobierno tructura de poder.
y un Estado que había enterrado la idea de pactos Ahora, este punto de bifurcación tiene varias ca-
sociales, que no hubo necesidad de disparar una racterísticas: la primera es un momento de fuerza,
sola bala para consolidar su repliegue. no de diálogo ni necesariamente un punto violento,
La derrota de los mineros en la Marcha por la pero sí es un momento donde se tienen que exhibir
Vida, su retirada, sin más resistencia que el irse a al desnudo las fuerzas de la sociedad en pugna, se
sus casas sin dar batalla, aceptando que se los «re- tienen que medir las capacidades y, en ello, definir
localizara» (despidiera de las minas), marcó una la suerte irreversible de cada uno de los contrin-
época de abandono social. Luego, el país: las cla- cantes.
ses medias, los trabajadores, los fabriles, los maes- En segundo lugar, el punto de bifurcación ocurre
tros, absolutamente todos, reprodujeron este mo- cuando las antiguas fuerzas asumen su condición de
mento de bifurcación que es una especie de núcleo derrota o las nuevas fuerzas ascendentes asumen su
fundante de la lógica y de la personalidad de la co- imposibilidad de triunfo y se repliegan. Es un mo-
rrelación de fuerzas del Estado. mento en el cual una fuerza social o un bloque de

106
fuerza asume el mando reconocido por los que tóricamente complicado, que ha resultado de una
aceptan obedecer, lo que da lugar a una nueva com- mezcla de hechos electorales, de hechos de fuerza
placencia moral entre gobernantes y gobernados. y de hechos de consenso.
En tercer lugar, es un momento en el que la polí- Inicialmente, el punto de bifurcación arrancó con
tica –parafraseamos a Foucault–21 es fundamental- un hecho democrático electoral: el Referéndum
mente la continuación de la guerra por otros me- Revocatorio de Presidente y Vicepresidente de
dios y no a la inversa; es un momento cuando tiene agosto de 2008. Sus resultados modificaron la co-
más razón Sun Tzu22 que Rousseau23 o Habermas.24 rrelación territorial de fuerzas del campo político,
Aunque también las construcciones de consenso dos prefectos opositores fueron revocados,25 el
sociales son necesarias, pero a partir de legitima- presidente de la República se consolidó con más
ciones o deslegitimaciones de hechos de fuerza. En de dos tercios de los votos de los bolivianos (el 67 %
otras palabras, el punto de bifurcación es un mo- de la votación) y lo que resultó decisivo: la «media
mento en el cual la situación de todos se dirime en luna» como proyecto alterno de poder nacional-
base al despliegue de correlación de fuerzas sin general desapareció del mapa electoral, porque el
mediación alguna: fuerzas materiales, simbólicas y gobierno logró victorias en decenas de provincias y
económicas. barrios populares de Santa Cruz, Tarija, Beni y
Sobre estas consideraciones, permítanme formu- Pando, en tanto que prefectos que buscaban irra-
lar una hipótesis de trabajo: Bolivia habría vivido su diar el proyecto conservador («media luna») a otros
tercer punto de bifurcación de los últimos sesenta departamentos andinos, fueron revocados (en La
años en los meses de agosto a octubre de 2008. En Paz y Cochabamba).
esta periodización de la crisis de Estado, ella nace Estos resultados modificaron drásticamente la co-
en 2000, el empate catastrófico se da en 2003 a rrelación de fuerzas territoriales, al detener la expan-
2005, el cambio del bloque de poder en 2005 y el sión política de los ímpetus conservadores que per-
punto de bifurcación en septiembre y octubre de dieron proyección nacional y quedaron como fuerzas
2008, que habría consolidado la nueva estructura estrictamente locales en su proyección política y en
de correlación de fuerzas estatales, que quedó ade- su capacidad de movilización. Además, aceleró el
más visibilizada en los resultados de las elecciones proceso de disputa decisiva del poder iniciado en
generales de diciembre de 2009. mayo de 2008, cuando el bloque conservador pasó
Si esta hipótesis fuera cierta, tendríamos un punto de la estrategia de suspensión constituyente o blo-
de bifurcación curioso, teóricamente singular e his- queo de la conclusión de la Asamblea Constituyente
instalada en 2006, a la estrategia de una suerte de
21 Michael Foucault: Genealogía del racismo, Madrid, La
dualidad de poder regionalizada mediante la con-
Piqueta, 1992.
vocatoria a las consultas departamentales sobre los
22 Sun Tzu: El arte de la guerra, Buenos Aires, Troquel,
1999.
23 Jean Jacques Rousseau: El contrato social o Princi- 25 Manfred Reyes Villa de la Nueva Fuerza Republicana
pios de Derecho Político, Madrid, Tecnos, 2007. (NFR) en el departamento de Cochabamba, y José Luis
24 Jürgen Habermas: Teoría de la acción comunicativa, Paredes de Poder Democrático y Social (Podemos) en
2 vols., Madrid, Taurus, 1987. el departamento de La Paz.

107
estatutos autonómicos. Con las consultas implemen- donde el uso limitado de fuerza permitió y esperó;
tadas de facto en cuatro departamentos, en abierto atacaron a la Policía, el gobierno esperó; destruye-
desconocimiento de la ley y el Congreso, se había ron y saquearon las instituciones públicas en cuatro
optado por una escisión vertical antagonizada de la departamentos; el gobierno esperaba; desarmaron
estructura del Estado. a soldados, tomaron aeropuertos, destruyeron duc-
Los resultados del referéndum de agosto, que ele- tos, y el gobierno mantuvo la actitud de defensa y
varon el respaldo a la gestión de gobierno del 54 %, repliegue gradual. El bloque conservador usó la vio-
a más de dos tercios, precipitaron las decisiones de lencia contra el Estado, dando el justificativo moral
la oposición. Esto no tomó de sorpresa al gobier- de una respuesta contundente de este contra ellos,
no, que ya desde mayo se fue preparando para el la cual se comenzó a desplegar en una escala gi-
desenlace, mediante una estrategia de despliegue gantesca; además, a medida que incendiaban y sa-
territorial envolvente de carácter social militar so- queaban instituciones públicas, se deslegitimaban
bre las regiones contestatarias. Por qué los secto- ante su propia base social movilizable, quedando,
res conservadores eligieron el momento después del en horas, aislados de ella.
Referéndum Revocatorio para lanzarse al asalto, es Una prefectura opositora, en un intento de reali-
algo que habrá que indagar. Las reglas de la guerra zar un escarmiento paralizador a los sectores po-
–y en momentos de transición estatal la política es pulares movilizados, desató una persecución y
la prolongación de la guerra por otros medios– en- muerte a dirigentes campesinos, lo que colmó la
señan que cuando un opositor es fuerte, no se lo tolerancia de la totalidad de la sociedad boliviana y
debe atacar directamente, y cuando un ejército es puso en manos del Estado la obligatoriedad de una
débil, nunca debe promover ni aceptar entablar con intervención rápida y contundente en defensa de la
uno más fuerte.26 democracia y la sociedad.
El bloque conservador hizo exactamente lo con- El gobierno comenzó a retomar el control terri-
trario a este «abc» de la lucha por el poder. Se lan- torial a partir del «eslabón más débil» de la cadena
zó a la confrontación en el momento de mayor for- golpista: Pando. Se trató del primer estado de sitio
taleza político-electoral del gobierno, que salía en la historia del Estado boliviano, que lo decretó en
triunfante del referéndum, momento también de ma- defensa y protección de la sociedad, y encontró el
yor incertidumbre de la extensión de la base de apoyo pleno de la población. Esto, sumado al re-
apoyo de los sectores conservadores. Ahí comen- chazo internacional a las acciones de los golpistas,
zó su derrota. detuvo en seco la iniciativa cívico-prefectural, lo que
Tras los resultados del referéndum de agosto, el dio lugar a su repliegue desordenado. Fue el mo-
bloque cívico-prefectural conservador inició una mento de una contraofensiva popular, cuya primera
escalada golpista: atacaron las instituciones, frente línea de acción resultaron ser las organizaciones
a lo cual el gobierno asumió una táctica de replie- sociales y populares del propio departamento de
gue defensivo y envolvente: tomaron instituciones y Santa Cruz. No solo campesinos y colonizadores
el gobierno defendió con la fuerza pública hasta se movilizaron, sino pobladores de los barrios po-
pulares de Santa Cruz y, especialmente, jóvenes
26 Sun Tzu: Ob. cit. (en n. 22). urbanos, quienes, de manera inédita, defendieron

108
sus distritos y quebraron el dominio clientelar em- del punto de bifurcación. Y eso lo hizo mediante la
presarial antes predominante en la región. aprobación congresal de la nueva Constitución Po-
En medio de todo ello, la expulsión del embaja- lítica del Estado.
dor norteamericano en Bolivia, quien había sido fil- El Congreso se transformó, por unos días y ante
mado durante esos días en reuniones no protocola- la observancia de los organismos internacionales in-
res con varios de los prefectos involucrados en los vitados (ONU, OEA, Unasur, UE, etcétera), en una
actos de violencia, será una nueva señal de la vo- especie de Congreso Constituyente que articuló el
luntad política con la que el gobierno asumía la de- trabajo de la Asamblea Constituyente (cerrada nue-
fensa de su estabilidad frente a las fuerzas conspi- ve meses atrás) a los acuerdos gubernamentales con
radoras. La contundencia y la firmeza de la respuesta el bloque minoritario de prefectos conservadores en
político-militar del gobierno contra el golpe, suma- las semanas previas y la deliberación popular de la
da a la estrategia de movilización social en Santa marcha emprendida por las organizaciones obreras,
Cruz y hacia Santa Cruz, además del rechazo uná- indígenas, campesinas y populares que, a la cabeza
nime de la comunidad internacional encabezada por del presidente Evo Morales, llegó a la ciudad de La
Unasur a los actos de violencia del bloque cívico- Paz desde Caracollo.
prefectural, crearon una articulación social-estatal Bajo las nuevas circunstancias, fue evidente que
pocas veces vista en la historia política de Bolivia. el eje articulador indígena-popular del Estado se
Esas fueron la dimensión y la extensión general de consolidaba por su propio peso en el orden estatal
las «divisiones movilizadas» en contra del golpe y la constitucional. Pero, a la vez, el resto de los secto-
fuerza de choque que el proyecto indígena-popular res sociales eran articulados a partir de su propio
desplegaba para el momento definitorio. debate en la Asamblea Constituyente (clases me-
El bloque conservador evaluó sus fuerzas de cho- dias, sectores empresariales medianos y pequeños,
que aisladas y, en desbandada, comprobó la vo- etcétera). Incluso el bloque conservador rentista de
luntad política del mando indígena-popular que esta- la tierra, expresado políticamente por prefectos y
ba dispuesto a todo para defender al gobierno cívicos, fue tomado en cuenta, pero, claro, como
democráticamente electo; entonces, optó por capi- sujeto social dirigido por el nuevo núcleo estatal in-
tular y rendirse. De este modo, se cerró en Bolivia el dígena-popular y en menor intensidad que lo que
ciclo de la crisis estatal, de la polarización política, podía haber logrado si asumía la convocatoria pac-
y se impuso, en una medición bélica de fuerzas so- tista de 2006-2007.
ciales, la estructura duradera del nuevo Estado. No se puede olvidar que este trabajo político
Lo que vino después fue una nueva gran movili- también sirvió para arrebatar al bloque conserva-
zación social con el fin de solicitar al Parlamento la dor la bandera autonómica, detrás de la cual había
aprobación de una ley de convocatoria para apro- legitimado la defensa del latifundio y el rentismo
bar la Nueva Constitución y la validación política empresarial. De esta manera, el bloque de poder
parlamentaria de ese triunfo popular. Sobre la mar- nacional-popular no solo se consolidaba material-
cha de victorias electorales y militares, el gobierno mente en la estructura estatal, sino que asumía el
indígena-popular llevó a la consagración institucio- mando de los tres ejes discursivos del nuevo orden
nal la correlación de fuerzas lograda en el momento estatal que guiarán todos los debates políticos en

109
las siguientes décadas: plurinacionalidad (igualdad del Estado en la economía o la igualdad en el mar-
de nacionalidades), autonomía (desconcentración co de un Estado de derecho. La pelea ya no será
territorial del poder) y conducción estatal de la eco- por proyectos de sociedad, sino por formas de
nomía plural. administrar, conducir y viabilizar cada uno de esos
De este modo, el punto de bifurcación tuvo tres tres ejes del campo político nacional para las si-
etapas articuladas: en agosto, se consolidó la victo- guientes décadas.
ria electoral; en septiembre, la victoria militar; y en Por lo que se estaría cerrando el ciclo de crisis
octubre (con la aprobación congresal del Referén- estatal de ocho años, y estaríamos ante la emer-
dum Constitucional), la victoria política. Y con eso, gencia de un proceso de estabilización social y de
ciertamente, se cierra el ciclo constituyente, y a partir construcción, relativamente estable, de las nuevas
de ese momento, se inicia la estructura de orden estructuras estatales. Si se acabaran los conflictos,
unipolar del nuevo orden estatal. Ahora, con los la democracia sería sinónimo de una sociedad con-
resultados de las elecciones de diciembre de 2009 gelada. La democracia es principios, pero también
comienza otra fase de la construcción del Estado a y, sobre todo, disensos y desacuerdos entre ciuda-
través de la aplicación de la Nueva Constitución danos en creciente proceso de igualación política,
Política del Estado, las nuevas leyes correspondien- distintas miradas acerca de, por ejemplo, qué hacer
tes y la transformación institucional. con el dinero del Estado, qué hacer con la autono-
Algunos dirán que la sociedad boliviana todavía mía; distintas maneras de entender la igualdad.
atraviesa momentos de tensión, y es cierto. El paso La democracia es, fundamentalmente, el recono-
por el punto de bifurcación o consolidación auto- cimiento práctico, material y objetivo del disenso
producente del orden estatal, no anula los conflictos; como hecho estatal. Quizá de aquí a unos años surja
los seguirá habiendo, pero de baja intensidad. Lo otro proyecto de Estado alternativo, lo que dará lu-
que ya no habrá son conflictos estructurales, gar a otra crisis de Estado. En tanto, a lo que vamos
proyectos de país y de poder social-general con- a asistir es a interpretaciones y formas de gestionar
frontados, eso es lo que terminó. Habrá conflictos estos tres ejes del campo político dentro del orden
y disputas en, por ejemplo, quiénes podrán llevar estatal construido en el momento foucaultiano, o punto
adelante de mejor manera la autonomía o el papel de bifurcación, de agosto-octubre del año 2008. c

110
PABLO GONZÁLEZ CASANOVA

La independencia de México

¡Oh! revoluciones, yo,


El más pequeño de los marinos,
Ignoro lo que Dios elabora
Bajo el tumulto de vuestras olas.

VÍCTOR HUGO

A
l pensar en la independencia de México, me pregunto de cuál
estoy hablando. Cuando me aclaran que es de la de Hidalgo,
siento que me sacan de la que hoy se prepara para la inde-
pendencia de México. Lo primero que viene a mi conciencia es la
larga lucha que precedió al momento en que el cura Hidalgo echó a

Revista Casa de las Américas Nos. 259-260 abril-septiembre/2010 pp. 111-120


vuelo las campanas de su parroquia para convocar al pueblo. Tam-
bién pienso en la lucha de las ideas, en la de los trabajadores, en la
de un bloque que quiso ser encabezado por las oligarquías criollas
y que las fuerzas populares de entonces hicieron fracasar así fuera
por momentos; en la crisis del reformismo del rey ilustrado y sus
voceros, más tarde transformados en feroces inquisidores y siervos
del imperio; en el arranque de un pensar revolucionario que se legi-
timaría exigiendo cumplir con la Constitución de Cádiz; en la vio-
lencia, la traición y el crimen que las oligarquías emplearían contra
los insurrectos, y en la azarosa lucha que estos libraron contra el
poder represivo que el enemigo combinaba con mediaciones hu-
manitarias y caritativas, con fingidas empatías, con asimilaciones y
cooptaciones, y con una propaganda religiosa y palaciega fanática-
mente empeñada en quitar el sentido de la vida y de la lucha a
cualquier mente rebelde. En fin, tras esas razones sobre la primera
independencia, me vino a la memoria la construcción por los rebeldes

111
de las mediaciones a su servicio y de las organiza- forman parte del Estado temible, paternal y repre-
ciones de producción y defensa del pueblo en las sivo.
que el cura Morelos se destacó. Tras todo ese En el México del siglo XVIII y principios del XIX,
vago recordar, me pregunté qué debemos traer a la clase obrera tenía más divisiones que el capitalis-
la memoria, a la conciencia y al análisis combativo mo inglés en los inicios de la industrialización. La
quienes hoy estamos en una lucha parecida y dis- clase obrera siempre y en todas partes ha tenido
tinta. divisiones. Pero en el capitalismo colonial tiene más,
Con la inevitable arbitrariedad que todo orden o las que tiene están más acentuadas, son más suti-
supone en la presentación de los hechos, creo que les o más bárbaras. A los problemas de la lucha por
antes de plantear la lucha de clases es conveniente la independencia se añaden los que plantea la lucha
plantear la lucha contra la conquista y también con- contra la discriminación. La mayoría de los traba-
tra la colonización. De estas y de «la guerra de las jadores pertenece a la «raza» conquistada, sujeta a
ideas» anticoloniales y emancipadoras surgió la lu- todo tipo de trabajo obligatorio ya sea por institu-
cha de independencia, y entre ellas y con ellas, otras ciones como la encomienda o la mita, por endeu-
batallas no menos importantes por la libertad. La damiento muchas veces vitalicio, o por herencia «tri-
lucha de clases no solo fue precedida sino acom- butaria», que de los padres esclavizados pasan a
pañada por la lucha anticolonial, y una y otra se sus hijos. Con la raza conquistada se encuentran
combinaron con luchas emancipadoras importantí- numerosos esclavos negros traídos de África, o
simas, que también preceden y acompañan a las descendientes de africanos; también la integran
que más tarde se darían por el socialismo. mestizos y castas que el conquistador se regocija
Así ocurrió en México y en otros países del «ca- en clasificar bajo infinitas categorías jerárquicas que
pitalismo colonial». Si en ellos siempre existió la lu- van de mal a peor. Los trabajadores se hallan
cha de clases, esta nunca pudo dejar de traer a un en gran medida aislados en sus fuentes de trabajo,
primer plano la de la Independencia. En Haití, pri- en las ricas minas de oro y plata, en los ingenios
mero se dio la lucha de los esclavos por su libertad y en los obrajes. No pueden siempre comunicarse
dentro de la colonia francesa y después la lucha unos con otros porque conviven en babeles coloniza-
por la independencia del imperio francés. Lucha por dos con personas que hablan lenguas y dialectos
la independencia y lucha de clases siempre tuvieron incomprensibles, o porque, enajenados, unos sien-
que librarse con más o menos fuerza en los países ten que tienen más o menos sangre negra, india o
coloniales. Y eso ocurrió aunque no se tuviera española, y en medio de su miseria se desprecian
conciencia plena de lo que la lucha por la indepen- entre sí. Los artesanos, con sus maestros y apren-
dencia entraña y de que la lucha de clases se libra dices, viven su sometimiento y explotación gremial
cuando hay explotación de unos hombres por otros, en pueblos y ciudades. Aunque en los talleres y cen-
aunque no distingan siempre los explotados a los tros de trabajo surgen rebeliones acalladas e inci-
explotadores sino como trabajadores pobres de pientes, estas solo alcanzan a manifestarse a mane-
variadas miserias frente a señores, patrones, pro- ra de motines, cuando por las alzas de los precios o
pietarios y jefes de las empresas, los ejércitos, los las arbitrariedades de los gobernantes los peones
gobiernos y los círculos togados y religiosos que se rebelan junto con los «pelados» urbanos y con

112
los «indios alebrestados». Entonces sí hacen de las Los acercamientos de raza y clase destacaban a
suyas, y hasta les meten miedo y furia a sus patro- la hora de las rebeliones. Alzados y levantados jun-
nes, que ven en ellos a la fiera desatada, y como taban fuerzas contra el opresor y a ellos se sumaban
fiera la tratan. Raras veces alcanzan triunfos pasa- los descontentos y los de ánimo insurgente. Hidal-
jeros, pero entre represiones incontables, avizoran go y Morelos, líderes de la primera independencia,
esa especie de fuerza con que cuentan entre los percibieron claramente esa junta de fuerzas y la
descontentos mestizos y criollos en cuyo ánimo hay posibilidad de construir un mundo justo y libre con
anhelos conspirativos. el que estaban intelectual y moralmente compro-
Cuando los trabajadores luchan solos en sus pro- metidos. El pensamiento rebelde, patriota y agrarista
pios centros de trabajo, sus rebeliones terminan con sería su bandera y la de los pueblos, los trabajado-
la represión más brutal que los diezma y abate; o en res y los indios de las revoluciones mexicanas.
el exilio de quienes logran huir a las «regiones de re- Entre los criollos ricos también había quienes
fugio» de sierras y montañas, o a los quilombos que añoraban la independencia. El menosprecio en que
se encuentran en remotos espacios costeros. Los los tenían los peninsulares hería su soberbia de lati-
movimientos populares de los habitantes de las ciu- fundistas y grandes propietarios criollos. Como aris-
dades tienen una mayor capacidad de aglutinar fuer- tocracia y como burguesía colonial contaban entre
zas. En ellos confluyen trabajadores, indios y castas, sus deudos y allegados a miembros del alto clero,
y en ellos hasta participan blancos y mestizos a pesar máximo inquisidor de las creencias, máximo lati-
del alto costo que pagan en la incipiente política de fundista y máximo acreedor de los dineros. Con
protestas y presiones. El hecho es que desde el si- ellos compartían el odio histórico hacia «los penin-
glo XVII algunos alborotos urbanos logran sus objeti- sulares» que los privaban de ingresos, puestos y
vos con la caída de alcaldes y virreyes. canonjías, y que menospreciaban su grandeza. En-
Tal vez valga la pena recordar aquí el hecho de tre los criollos ricos surgió otro proyecto de inde-
que la Nueva España era la colonia más rica del pendencia hecho a las lealtades y deslealtades al
Imperio, y que por sí sola contribuía con las dos rey y a la religión; preparado a las dobleces de una
terceras partes de lo que enviaban a la metrópoli conducta autoritaria y rapaz. De triunfar la inde-
todas las colonias de la América hispánica. Quizá pendencia, pretendían quedarse como legítimos
ese desarrollo explique la mayor participación de herederos del poder autoritario y de las inmensas
las poblaciones urbanas en las rebeliones anterio- riquezas que Su Majestad el Rey tenía en la Nueva
res a la guerra de independencia, así como la lucha España. Ausente el rey, debían pasar a su propie-
más agresiva y persistente que daban en el campo, dad y dominio. Partidarios de la monarquía o de
los pequeños y medianos propietarios, los «ranche- la independencia, estaban dispuestos a oponerse
ros». Unas y otros luchaban contra las oligarquías a la República y al derecho de propiedad republi-
coloniales y contra los grandes hacendados inva- cano, un derecho que ellos de antemano descono-
sores. Las luchas urbanas llegaban a mostrar inte- cían y que sus herederos desconocen. No robaban
reses afines entre los propios «ejidatarios» y «co- lo que por derecho divino era suyo.
muneros», las poblaciones indígenas y mestizas, los Era así muy clara la oposición de intereses entre los
rancheros y las plebes citadinas rebeldes. criollos y ricos de la Nueva España, y los partidarios

113
de la independencia, quienes viniendo de donde vinie- colonial articulada a otra de razas. Destacaba un
ran, se identificaban con las demandas de los pueblos objetivo generalizado en lo inmediato: la lucha por la
indios y de los pobres urbanos. Pero para muchos no Independencia. Al optar por esta, los proyectos
era tan clara, y no por eso les llegaba a parecer poco monárquicos de Reforma ya habían sido propuestos
importante, tanto a la hora de la unión de fuerzas, como en vano y mostrado ser una ilusión «ilustrada». En
a la hora de los triunfos independentistas en que las los hechos, proyectos de reforma –como los del con-
fuerzas ayer unidas se separaban, se traicionaban, se de de Aranda y el obispo Abad y Queypo– que no
asesinaban entre malentendidos de que fueron vícti- habían planteado la independencia, porque sus au-
mas muchos héroes de la independencia, que en los tores eran leales al imperio de España, solo habían
pactos trigarantes no pudieron parar el puñal cuando sido objeto del máximo rechazo de criollos ricos y
este ya les llegaba a la garganta. peninsulares.
En el caso de México, las diferencias y las contra- En cuanto a los proyectos de revolución de in-
dicciones de las dos grandes fuerzas que se movían dependencia, se hicieron con dos combinaciones
en la Independencia fueron en cambio muy tomadas que los fortalecían: la lucha agraria y el pendón de
en cuenta –entre grandezas y debilidades– por sus la Virgen de Guadalupe. La convocatoria original
líderes principales: Hidalgo y Morelos. Su ignorancia de Hidalgo fue «Independencia y tierras», pero el
de todas las implicaciones que acarreaba tomar cla- icono que la simbolizó –y que él mismo enarboló al
ro partido por los más pobres entre los pobres y con iniciar la marcha– fue un retrato de la Virgen More-
ellos, les impediría preservar su propia vida. Pero na que se le había aparecido a un indio cerca del
conscientes de los riesgos que corría la independen- cerro del Tepeyac, y que correspondía a las creen-
cia si transaban, buscarían la unidad del pueblo con cias religiosas simbióticas, originalmente destinadas
el pueblo pobre, y organizarían la guerra del pueblo a asimilar a la raza oprimida y que los insurgentes y
con el pueblo. En eso claramente se distinguirían de creyentes voltearon contra los opresores.
otros líderes de la independencia hispanoamericana, Estratégicamente se luchaba por la tierra y la in-
en que hasta los más consecuentes venían de las oli- dependencia, con los pobres y los ejércitos emer-
garquías insurgentes, y como ellas ejercerían su lide- gentes de los pobres, actores de la lucha por la li-
razgo y organizarían la guerra. En México, cuando el bertad. Como táctica, se enarbolaban las creencias
noble capitán de la reina, Ignacio Allende, a inicios compartidas por las vanguardias rebeldes y las
de la guerra insurgente, pretendió dirigirla, Hidalgo le multitudes pobres, indias, mestizas o criollas.
dijo que la suya era otra guerra, la guerra del pueblo. En cuanto a las razones de la independencia que
Allende, con una inmensa lealtad, se disciplinó por aparecían en la conciencia y el discurso de los guías
convicción propia y solo aceptó el paso de mando rebeldes, no solo surgieron de la lucha multiforme
cuando ya todos iban camino de la derrota. contra la conquista y la colonización de tres siglos y
Dos gritos unieron la inmensa maraña de clases y dos décadas que los indios y los pueblos libraron,
de razas: el de «Mueran los gachupines y vivan los sino de las ideas contestatarias e insurgentes que flo-
mexicanos» y el de «Muera el mal gobierno y viva la recieron desde el siglo XVI y alcanzaron un auge
Virgen de Guadalupe». Esos gritos, en medio de su especial en el siglo XVIII.
inmensa polisemia, encerraban una lucha de clases

114
En medio del colonialismo mental y cultural en A esos textos se añadieron muchos más sobre la
vigor, a menudo desesperante, surgió en estas tie- belleza de los paisajes y sobre la grandeza de Méxi-
rras un radicalismo, propio de los pisos más bajos co como el que tiempo atrás había escrito Bernar-
del mundo colonial. Era un radicalismo más pro- do de Balbuena. También fueron rescatados desde
fundo que el de las metrópolis en sus expresiones el siglo XVI muchos textos nahoas y mayas, y des-
morales y emocionales, políticas y sociales, teoló- de el siglo XVII las figuras y formas aztecas con que
gicas y filosóficas. Radicalismo y rebeldía frente a Sigüenza y Góngora embelleciera un arco de triun-
la colonización se manifestaron en un sermón in- fo que habitualmente se adornaba al estilo romano.
cendiario que desde el púlpito de una iglesia de la Y como aguda culminación de una extensa literatu-
isla de Santo Domingo predicó el cura Antón Mon- ra destinada a rescatar, conservar, exaltar la cultura
tesino, quien proclamó que los españoles no tenían de los naturales y sus herederos, y al lado de soni-
derecho a la conquista. Continuaron con una im- dos y ritmos que sor Juana Inés emuló en su poesía,
portante batalla en la que los teólogos sostuvieron esa monja genial y valerosa no solo denunció en
que los indios sí tenían alma y estaban lejos de ser sus versos la explotación de unos países por otros,
«meros animales», como pretendían algunos con- sino la explotación de unos hombres por otros, le-
quistadores y clérigos. Esa batalla por el alma de gado inmenso que continuaría nada menos que el
los indios fue importantísima, pues los herederos cura Hidalgo, Padre de la Patria.
de Aristóteles querían que los conquistadores y Las ideas ilustradas del siglo XVIII trajeron nue-
colonizadores españoles legitimaran los consejos que vos aires a los rebeldes enemigos de la tiranía, que
el filósofo griego dio en una carta a su discípulo en este lugar del mundo se amparaban con símbo-
Alejandro Magno cuando iba a partir a la conquis- los religiosos y con argumentaciones ortodoxas. Las
ta de Asia, en la que le decía: «A los griegos, trá- luchas se dieron a todos los niveles de abstracción.
talos como ciudadanos, y a los bárbaros como Con el «eclecticismo» los catedráticos destruye-
animales o como plantas». Defender el carácter hu- ron el poder del texto único y de la única escuela
mano de los indios puede hoy parecer lo mínimo en de la verdad. Con la «modernidad cristiana» dieron
un pensador respetable. En aquellos tiempos ha- la bienvenida a las ideas nuevas, que defendieron
cerlo era muy importante, aunque en los hechos no en el propio lenguaje del que se habían apropiado
impidiera la horrible destrucción de las Indias, que los inquisidores. Al mismo tiempo, la circulación de
fray Bartolomé de las Casas denunció, y de que tan- libros prohibidos y su lectura arrojaron nuevas lu-
to se sirvieron los pensadores ilustrados de Europa y ces con autores universales que llegaron a ser muy
América, enemigos de tiranías reales y precursores influyentes en México, como Rousseau, y otros pre-
de la revolución. cursores ideológicos de la Revolución Francesa, y
A la defensa de los conquistados, en el siglo XVII aquí de la Independencia mexicana.
se añadió su elogio. Un obispo jansenista, llamado Menos visible que el europeo, el pensamiento
don Juan de Palafox y Mendoza, escribió un bello radical de la Independencia de México requiere
libro sobre Las virtudes del Indio, y numerosos descubrir lo ocultado u olvidado. La cala en la pro-
jesuitas –entre los que destacó Francisco Xavier fundidad del pensamiento independentista requiere
Clavijero– rescataron el valor de sus civilizaciones. ir mas allá de la memoria acostumbrada y de los

115
estereotipos que sobre los héroes se cultivan de una res» Con otras palabras se refirió a «las enormes
generación a otra. Para eso nada resulta mejor que masas de plata y oro [...] que a costa de mil afanes
detenerse en algunos textos olvidados y ocultados [...] y con peligro de vuestra vida preciosa están
de Hidalgo y de Morelos. En ellos se advierten las sacando vuestros opresores». Se dirigió así a los
bases de una verdadera Independencia que en mu- trabajadores y sus explotadores de aquí, y no solo
cho sigue al orden del día, tras haber sido notable- a los de ultramar. Su llamado fue muy superior al
mente enriquecida por el liberalismo radical de Be- grito que confundía como enemigos a todos los es-
nito Juárez y los suyos; por el anarquismo de los pañoles y que tenía por amigos a todos los mexi-
Flores Magón y el agrarismo de Emiliano Zapata; canos. En la propia lucha anticolonial planteaba la
por los constitucionalistas de 1917; por el naciona- lucha de quienes no eran dueños del trabajo de sus
lismo revolucionario de Lázaro Cárdenas, que cul- manos contra los que se adueñaban de este. De-
minó en la expropiación del petróleo en 1938; por nunciaba cómo no solo déspotas y opresores arre-
los movimientos de los mineros y ferrocarrileros de bataban el fruto de los trabajadores manuales, sino
los cincuenta y los sesenta; por el movimiento estu- cómo impedían a los pueblos y a la juventud el de-
diantil-popular de 1968; por la resistencia obrera sarrollo de los cultivos y las industrias, así como de
frente al sindicalismo oficial o «charro»; por las gue- la educación. A este respecto Hidalgo, antiguo rec-
rrillas rebeldes y revolucionarias de los sesenta y tor de la Universidad Nicolaita, escribió un hermo-
los setenta; por los pueblos indios zapatistas y otros so párrafo para la juventud: «La educación, las vir-
grandes actores que desde los bajos más recóndi- tudes morales de que sois susceptibles, el cultivo
tos del país se mueven y moverán más y más en una de vuestros despejados talentos para ser útiles a
historia apenas emergente. vosotros mismos y a vuestros semejantes aún se
En su «Primera Proclama Formal», Miguel Hi- hallan en el caos de la posibilidad», les dijo como si
dalgo dio la más radical definición de la indepen- supiera que hoy mismo esos son los valores por los
dencia política de México. Los líderes de las revo- que luchamos, y esos los conceptos o las metáfo-
luciones americanas y de la francesa jamás ras de las más avanzadas «ciencias de la compleji-
definieron la libertad de una manera tan profunda. dad». (Ver Documentos para la historia del Méxi-
En Hidalgo, y también en Morelos, la independencia co independiente. Insurgencia y República
no solo aparece ligada a la lucha contra la opresión Federal. 1808-1824, estudio histórico y selección
sino también contra la explotación. «La libertad Ernesto Lemoine, México, Banco Internacional,
política de que os hablamos» –afirmó Hidalgo– «es 1986). En cuanto a la esclavitud, el problema agra-
aquella que consiste en que cada individuo sea el rio y los derechos de los pueblos indios, la posición
único dueño del trabajo de sus manos [...]; la mis- de Hidalgo fue terminante. Uno de sus primeros
ma que hace que sus bienes estén seguros de las decretos decía: «Por órdenes del señor se acaba la
rapaces manos de los déspotas». Y en esa «Prime- esclavitud [...] so la pena de muerte a quien no cum-
ra Proclama» añadió Hidalgo: «la lucha por la liber- pla la orden en diez días». El decreto añadía: «su
tad os obliga a retener la sangre que encierra y vivi- voluntad es [...] que se devuelvan las tierras a los
fica el vasto cuerpo del continente americano y que naturales para su cultivo y que gocen de ella única-
desde hace tres siglos están sacando los opreso- mente los naturales en los respectivos pueblos».

116
Aunque las «órdenes del señor» se dan «en nom- que no son exclusivamente personales, y que se fue-
bre de la nación americana que tomó las armas» no ron manifestando más y más conforme al choque
dejan de revelar un problema que no debemos ocul- frontal contra el colonialismo español al que suce-
tarnos: el autoritarismo de la época que se expresó dió la difícil construcción de una alternativa al régi-
en los propios movimientos rebeldes, indios y ple- men derrocado.
beyos, y que para nosotros es imposible aceptar, Pobre de origen, Morelos logró estudiar en un
sin que al reconocerlo y rechazarlo desconozca- colegio de su ciudad natal y recibirse como bachi-
mos la actualidad de las palabras de Hidalgo sobre ller en la Real y Pontificia Universidad de México.
la lucha por la liberación de los esclavos en todo el Habiendo escogido la carrera eclesiástica se orde-
mundo, y por los derechos que los pueblos indios nó como sacerdote y durante cuatro años fue cura
tenían para cultivar como propias las tierras de sus de pueblo y también se dedicó a actividades co-
propios pueblos, demanda que formulan hasta hoy merciales. Al enterarse del levantamiento de Hidal-
los movimientos indígenas y ecologistas en proyectos go, se identificó con sus objetivos y se sumó a sus
capaces de resolver no solo los problemas de los fuerzas, pero decidido a «evitar el peligro de que
pueblos indios, sino los de una alternativa de desa- los franceses ateos dominaran la Nueva España».
rrollo autosostenible a aplicarse más allá de los te- Como jefe de la rebelión en Tierra Caliente bajo el
rritorios de las etnias sometidas y colonizadas. mando de Hidalgo, y después como jefe de todo
La grandeza del líder de la Independencia de el movimiento independentista, mostró una inmen-
México ha querido ser opacada por la de su suce- sa capacidad para organizar al pueblo y dirigir las
sor, cuando en realidad se trata de dos grandes lí- guerras del pueblo organizado, hasta extender su
deres rebeldes cuyas limitaciones y contradiccio- zona de influencia en una amplia región del país. A
nes son objeto hasta hoy de las luchas que con más su evidente compromiso con el pueblo, que en par-
experiencias y bajo nuevos estilos de pensar y ac- te expresó con la organización de este para luchar
tuar realizan los nuevos movimientos emancipado- y producir, puso un freno al excluirlo en la constitu-
res. Pero volvamos al modo en que entonces se ción del gobierno. Sus contradicciones, o las de su
planteaba la Independencia. José María Morelos y tiempo, fueron mayores. Al mismo tiempo que en
Pavón sucedió a Hidalgo tras el fusilamiento de este 1814, al proclamar la Constitución de Apatzingán
por las autoridades coloniales. Estuvo al frente del se declaró «Siervo de la Nación» y aceptó que el
movimiento independentista de 1811 a 1815, cuan- Congreso estuviera por encima del Ejecutivo, y que
do también cayó prisionero de los realistas. Estos el Ejecutivo no quedara a cargo de una sola perso-
lo excomulgaron, lo condenaron a ser fusilado como na sino que se integrara por un triunvirato, esa rica
enemigo de Dios y del Rey y, como a Hidalgo, le concepción de la democracia se esfumó al no con-
cortaron la cabeza, que con la de aquel y otros lí- vocar a los pueblos indios a que nombraran sus re-
deres permaneció exhibida en los altos de un edifi- presentantes en el Congreso.1 A la tal vez imposible
cio público durante casi seis años.
1 No incluyeron tampoco entre los congresistas a los re-
Las limitaciones y contradicciones de Morelos a presentantes de los pueblos que no hablaban el «casti-
la Independencia, como sus contribuciones, son lla» ni a los que lo hablaban, ya fueran indios, mestizos
impresionantes, y solo se las entiende si se piensa o criollos.

117
superación de esa ausencia en las condiciones his- colonial impuesto desde Cortés hasta la proclama-
tóricas de su tiempo, se añadió otro gran problema: ción de la Independencia», sino los abusos de los
poner un hasta aquí a la presencia del pueblo y, al europeos; denunció la ignorancia y el analfabetis-
mismo tiempo –ya con fuerzas menores–, preten- mo; denunció el dominio lingüístico: de los que «pre-
der inútilmente gobernar sin ellas y sin las oligar- tendían que los hijos nuestros no conozcan jamás el
quías y burguesías coloniales emergentes y borro- castilla»; denunció los «trastornos morales» de los
sas. Morelos se malquistó con unas y no ganó ni el colonizadores, su violencia, sus raptos y reproba-
sosiego ni la clemencia de las otras. Al dejar de oír bles costumbres de desacreditar a quienes se les
el caluroso mensaje del tiempo anterior de las ba- oponen tachándolos de herejes, asesinos, corrup-
tallas, los indios poco a poco se fueron alejando tos, libidinosos; denunció a cuantos «han ejercido
del movimiento, con lo que Morelos se debilitó y el la tiranía del trabajo con los indios antes y des-
virrey Calleja, antiguo general contrainsurgente, pués de su indebida conquista». Y terminó la pro-
pudo derrotarlo. clama de Cuautla invocando a la Virgen de Guada-
Ver la historia emancipadora con sus contradic- lupe, «soberana protectora nuestra», así como «el
ciones es tan difícil como necesario. En Morelos, derecho común y de gentiles» y convocando a «se-
las contradicciones se dan en los propios cambios guir la lucha por la causa justa». (Morelos: «Pro-
que el líder vive y expresa. No se trata de un hecho clama revolucionaria expedida por Morelos en
insólito, ni es cosa de juzgarlas solo bajo una pers- Cuautla», 18 de febrero de 1812).
pectiva moral, o de enardecerse y deprimirse califi- El problema de más fondo de las contradiccio-
cándolas de ligereza. Es necesario acercarse a ellas nes del héroe aparece con mayor claridad en el texto
como un movimiento en proceso cuya debilidad más famoso de Morelos, titulado «Sentimientos de
moral y política implica la derrota de los revolucio- la nación», publicado en Chilpancingo el 14 de sep-
narios y sus líderes. Y esa lectura será también in- tiembre de 1813. En él se advierte cómo la lucha
completa si por encima de las contradicciones y por la independencia y por la libertad, lejos de rom-
las derrotas del movimiento pasado no se advier- per el círculo opresivo de la religión, tuvo a menu-
ten las experiencias acumuladas que hacen de to- do que encerrarse en él y que valerse de él para
das las revoluciones una sola revolución, en que los avanzar.
movimientos actuales se fortalecen con su gran- En «Sentimientos de la nación» aparece la lógica
deza y se enfrentan, entre variantes, a sus pro- religiosa del poder llevada a su máxima expresión.
pias debilidades, limitaciones y errores. Morelos declara que la religión católica «será la úni-
En la «Proclama revolucionaria» expedida en ca, sin tolerancia de otra». Confirma que «el dogma
Cuautla, Morelos denunciaba «la torpe tiranía» que será sostenido por la jerarquía de la Iglesia», del Papa
los grandes señores de la colonia hacían pesar so- para abajo hasta el último cura. Sostiene que «se
bre los paisanos, los trabajadores y los indios. «Ti- arrancará cualquier otra planta que Dios no plante».
ranos de vuestro trabajo» –decía– «se llevan el oro Declara día de fiesta en todos los pueblos el 12 de
para Francia», doble delito que implicaba la doble diciembre, «dedicado a la patrona de nuestra liber-
relación, más tarde descubierta, entre capitalismo y tad, María Santísima de Guadalupe». Pone en claro
colonialismo. Morelos no solo denunció «el tributo que no dará lucha alguna en el campo religioso o

118
eclesial, y al proclamarse defensor de la fe y del propiedades» y señala penas a los infractores. En
dogma sostiene la tesis de que son «materia opina- «expediciones de tropas», sostiene que no se ha-
ble», y sigue la fuerte tradición que le dejaron los gan fuera de los límites del «reino», pero sí se hagan
teólogos de «la modernidad cristiana». «las que sirvan para propagar la fe a nuestros her-
Romper el uso de la religión para fines políticos, manos de tierra adentro». En el campo político,
denunciar y reducir el papel de la Iglesia como ins- Morelos postula el equilibrio de los tres poderes y
trumento de dominación y abrir los espacios laicos la no-reelección de los vocales. En el de las fiestas
de la vida y la tolerancia para las varias formas de cívicas pide que se solemnice el día 16 de septiem-
pensar y creer o de no creer, será tarea de los libe- bre todos los años. (Ver Derechos del pueblo mexi-
rales que, desde José María Luis Mora, su más cano. México a través de sus constituciones,
brillante precursor, hasta su máximo líder, el presi- México, Cámara de Diputados, Porrúa, 1985, t. II,
dente Benito Juárez, declararon ser anticlericales y pp.107-112).
también católicos, y llevaron a su culminación un En cuanto se reflexiona sobre este conjunto de
proceso de guerras civiles y de guerras internacio- propuestas, se advierte que todas pueden caber en
nales que en 1857 logró imponer la revolución más el nuevo pensamiento democrático conservador que
avanzada del liberalismo radical. en aquellos tiempos terminó siendo dominado por
Entre la grandeza y las limitaciones de Morelos los pactos de reyes, aristocracias y burguesías colo-
aparecen otras que son no menos significativas en niales. Se advierte también que varias luchas queda-
las actuales luchas por la emancipación humana. ron pendientes a corto y largo plazo, y que los radi-
Morelos declaró en sus «Sentimientos de la nación» cales liberales las acometieron para acabar con el
que «la soberanía dimana inmediatamente [sic] del inmenso poder espiritual, político y económico del
pueblo» pero de todos modos se obliga a pensar alto clero; o que los nacionalistas revolucionarios,
en dos «instancias», una en que las provincias eli- los agraristas y los sindicalistas impusieron en la Cons-
gen a sus «vocales» y otra en que los «vocales» titución de 1917 con los derechos a la propiedad
eligen a «sujetos sabios y de probidad». La dife- social, a la propiedad nacional, a la propiedad de los
rencia entre la inmediación y las dos mediaciones comuneros y pequeños propietarios, con los dere-
del pueblo es tan clara, como oscuro el hecho va- chos sindicales y el derecho de huelga de los traba-
gamente previsto de que los «sabios y probos» en jadores asalariados, y con las políticas de los dere-
tanto «vocales» del pueblo, habrán de pavimentar chos sociales y la seguridad social, o con la legalización
su propio camino de derrota y de elegir, tarde o de la expropiación de los latifundios y de grandes
temprano, las políticas que los círculos dominantes compañías, como la petrolera.
les impongan. En «Sentimientos de la nación» pueden advertir-
En el terreno de la justicia social, Morelos pro- se las razones por las que los partidos formalmente
pone que las leyes «moderen la opulencia y la obli- conservadores de hoy consideran ese texto como
guen [sic] [...] de tal suerte que aumente el jornal el más valioso de la Independencia. Frente a él y
del pobre». En el terreno de la igualdad «proscribe sus políticas de desplazamientos militares para la
para siempre la esclavitud y las castas». En el de la pretendida labor cristiana de un colonialismo inter-
propiedad exige «que a cada uno se le guarden sus no, se hallan los nuevos movimientos de los pueblos

119
indios. Y frente a casi todas las tesis emergen las genes sostuvieron ambos por la independencia de
crecientes luchas anticapitalistas. De todos modos, México y «contra la tiranía que pesa sobre los po-
en los nuevos movimientos radicales quedan tres bres» y les hace perder «la libertad de quedarse
inmensas aportaciones de los esfuerzos revolucio- con lo que su trabajo produce», y la que sostuvie-
narios de Hidalgo y de Morelos: la que en sus orí- ron contra la esclavitud y el esclavismo. c

120
ANA ESTHER CECEÑA

Descolonizar subvirtiendo la praxis

E
l infinito, contradictorio y complejo camino de las emancipacio-
nes no podría entenderse sin las luchas emprendidas simultá-
neamente por los pueblos nativos de lo que hoy es América y
los que fueron arrancados a las legendarias civilizaciones africanas
para ser convertidos en esclavos en tierras donde el capitalismo
naciente requería de brazos extractores.
Los pueblos, violentados entonces por la avidez de civilizaciones
depredadoras que han llevado al planeta a una situación de catás-
trofe, debieron enfrentar las armas de fuego pero, sobre todo, el
engaño y la barbarie.
Doscientos años después de las sublevaciones populares con que

Revista Casa de las Américas Nos. 259-260 abril-septiembre/2010 pp. 121-126


la historia oficial reconoce el inicio de este proceso que sabemos
largo, azaroso y lleno de sinuosidades y recovecos, vale celebrar la
inteligencia, valentía y sabiduría con que los esclavos de entonces
develaron los horizontes de la descolonización.

Las primeras sublevaciones descolonizadoras


Desde el momento en que los europeos tocaron tierras del «Nuevo
Mundo», el Gran Caribe1 se convirtió en una pieza fundamental de
su expansión en el Continente. Fue el lugar inaugural del contacto
con un universo desconocido y diferente, lleno de riquezas que no
supieron valorar y otras que arrancaron hasta el último aliento.

1 Por Gran Caribe se entiende el conjunto de territorios bañados por las


aguas del Mar Caribe. Incluye las islas del Caribe y los países costeños:
Venezuela, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guate-
mala, Belice y México.

121
La Española fue la primera arena de operacio- dos se colocaron como uno de los principales ob-
nes establecida por España sobre la base de la vio- jetos de intercambio, y muy tempranamente fueron
lencia y la esclavización de sus pobladores. Cuartel trasladados al Nuevo Mundo para sustituir a los
general de la conquista de las tierras continentales, nativos arrasados a cambio de oro, perlas y pro-
la llegada a esta isla permitió empezar a conocer ductos exóticos para el gusto europeo, y para la
los modos de vida y las cosmovisiones de las civili- acumulación de las fortunas que sentaron las bases
zaciones de esta parte del mundo, y calcular tanto del capitalismo.
las inmensas fortunas que podrían fraguarse, como Los estudiosos señalan 1502 como el momento
la violencia y barbarie necesarias para establecer de arribo del primer cargamento de esclavos a La
de entrada una situación de parálisis, pavor o des- Española (McDonald, Gómez-Martínez), pero para
concierto en los pueblos de la que después fue nom- 1530 se han multiplicado y extendido por todo el
brada América. Caribe. La explotación de las minas en La Españo-
Los europeos llegaron como conquistadores, no la determinó la llegada de los primeros esclavos; no
como exploradores o amigos. Se ocuparon de obstante, ya para 1516 se pone en marcha la ex-
aprender de los habitantes locales las rutas maríti- plotación de la caña de azúcar y se construyen los
mas para tener acceso a tierra firme, los lugares primeros ingenios (Gómez-Martínez), y para sos-
donde se encontraban los yacimientos o rastros del tener esas actividades se utilizará fundamentalmen-
oro que se colectaba para ornamento, y, después te mano de obra esclava.
de violar a las mujeres, arrasaron con todo y con Los africanos sometidos así por la fuerza, mal-
todos. Fue ahí que sellaron los destinos comple- tratados y debilitados, no tardan en empezar a su-
mentarios de África y América cuando empezaron blevarse –cuando no lo habían hecho ya en los bar-
a traer esclavos negros para trabajar en las minas, cos–; en 1522 las haciendas de Diego Colón
en la caña o en lo que fuera interesante para los conocen la primera revuelta de esclavos, y en 1530
negocios en el «Viejo Mundo», una vez que las hay registro de otra sublevación en Acla, Panamá.
poblaciones locales iban siendo diezmadas por la
violencia y por las enfermedades.2 Las rebeliones de esclavos negros se repiten en
Los primeros africanos convertidos en mercancía mayor o menor número en toda la región del Ca-
de los que se tiene registro, fueron llevados a Por- ribe: en 1532 en Venezuela, en 1533 en Cuba y
tugal en 1444 cuando «una expedición portuguesa Panamá. En 1547 se destaca la prolongada re-
al mando de Lanzarote de Freitas llega a Portugal belión de Sebastián Lemba en La Española, en
con un cargamento de 235 esclavos» (Gómez- 1550 la de Juan Criollo que duró varios años.
Martínez). En poco tiempo los africanos esclaviza- En 1579 los negros rebeldes en Portobelo (Pa-
namá) llegan a firmar un tratado de paz con los
2 Los estudiosos afirman que las enfermedades traídas del colonos españoles mediante el cual consiguen li-
Viejo Mundo debilitaron a las poblaciones locales y fa- bertad colectiva (Gómez-Martínez).
cilitaron su derrota. No solo fueron causantes de mu-
chas de las muertes, sino de la debilidad de los sobrevi-
vientes que no pudieron así defender adecuadamente Las posiciones asentadas en las islas del Caribe
sus plazas. fueron esenciales para garantizar la eficacia de las

122
estrategias militares de conquista que se ampliaron o bien expulsadas hacia regiones apartadas de los
inicialmente hacia el Gran Caribe y más adelante centros poblacionales; regiones que, por cierto, hoy
hacia el resto del Continente. España crecía desde resultan ser estratégicas al haber conservado un
ahí y despertaba la codicia del resto de las poten- ambiente ecológicamente sano.
cias europeas de la época, que se aprestaron a en- Desde esos lugares se organizó también la resis-
contrar mecanismos de intervención en el reparto tencia. Desde ahí se levantaron las voces que co-
de las tierras encontradas. menzaron el proceso descolonizador; y es desde
Durante la ocupación europea del Caribe los ahí que hoy se emprenden las construcciones de un
conflictos son abundantes: la población nativa fue mundo no-capitalista, ya sea asentado en las expe-
exterminada casi por completo, de manera que ya riencias autonómicas, en la idea del mundo en que
no formaban parte masivamente de la escena polí- caben todos los mundos, del vivir bien o de la re-
tica, aunque los caribes lograron resistir y mantener construcción integral de las territorialidades, expre-
sus posesiones territoriales durante cerca de dos- sión de historias y culturas en que naturaleza y so-
cientos años. Los esclavos, en cambio, abundantes ciedad son complementarias dentro de una totalidad
en la zona, protagonizaban rebeliones frecuentes que abierta, y no existen relaciones de competencia y
muchas veces terminaban con la creación de aldeas acaparamiento.
(palenques, quilombos...) de cimarrones (o quilom- Haití, con sus ciento veintiocho diferentes estra-
bolas), que mantenían atentos a los conquistadores tos sociales y genéticos (James, 1980), con el abi-
no solo porque constituían la evidencia del atrope- garramiento cultural que eso supone, fue el primer
llo sino por ser potencial fuente de sublevaciones. lugar del Continente en protagonizar una subleva-
Se puede afirmar que hay dos elementos cons- ción en gran escala.
tantes en la historia del Caribe: su importancia El Caribe, primero en ser tocado por las fuerzas
estratégica para la incursión en el Continente, a pe- de ese capitalismo arrasador que se desplegaban
sar de que algunos historiadores o estudiosos la desde Europa surcando mares inciertos, inició tam-
han considerado casi como residual; y el carácter bién una gran rebelión que, con sus particularidades,
indómito de las sociedades que ahí se fueron con- fue abarcando la totalidad de los territorios avasa-
formando, muy distintas, sin embargo, al de la llados por los europeos.
mayoría de los territorios en tierra firme, donde las La Revolución de Haití comprendió simultánea-
poblaciones nativas lograron permanecer y mante- mente un levantamiento de la burguesía, haitiana y
nerse en resistencia, a pesar del arrasamiento. europea, como sucedió en todos los otros países
Las civilizaciones de la masa continental, con una de la América Latina, en contra del monopolio co-
enorme fuerza cultural, abundantes saberes astro- mercial impuesto por los colonizadores, y una re-
nómicos, arquitectónicos, ambientales, agrícolas, ma- belión profunda y radical contra el sistema escla-
temáticos y espirituales, entre otros, combatieron tam- vista y/o latifundista y en gran medida del poder
bién hasta el último aliento, pero fueron extensamente racial aplicado por los blancos, conducida por los
masacradas y devastadas por las nuevas enferme- propios esclavos, peones o pueblos avasallados.
dades, y, por último, o bien esclavizadas bajo for- La historia oculta de las colonias y de las indepen-
mas diversas (encomienda, repartimiento, etcétera), dencias comprende luchas constantes, repetidas,

123
variadas, valerosas e inteligentes, pero sobre todo ticos, fueron sin duda un enorme paso en las luchas
inteligentes. La esclavitud, la opresión y los malos descolonizadoras de nuestro continente, pero no im-
tratos no anularon las memorias, la sabiduría y las plicaron, porque no era posible, la descolonización.
cosmovisiones de los pueblos; si acaso, las atiza-
ron e hicieron aflorar los imaginarios evocadores La otra cara de la colonización
de las civilizaciones africanas y americanas arrasa-
das para generar horizontes libertarios. Las independencias dieron lugar a un reacomodo
No obstante, la historia es una maraña de con- de fuerzas que tendió a modificar las relaciones de
tradicciones, y la emancipación plena de los seres poder entre las potencias tanto como las relaciones
humanos no emana más que de procesos de larga internas en las naciones emergentes. Tanto las cla-
maduración en los que se van transformando las ses dominantes locales, como sus nuevos socios
condiciones materiales y sociales junto con las men- extranjeros, habían peleado contra los poderes co-
talidades, las visiones y los modos de relaciona- loniales rentistas y por quedarse con una mayor
miento político. porción de las riquezas extraídas al Nuevo Mundo.
La abolición de la esclavitud y la del peonaje fue- Se interesaron en los esclavos y peones mientras se
ron acontecimientos que duraron alrededor de un tratara de consolidar la independencia frente a Eu-
siglo, o incluso más. La abolición legal ocurrió en ropa, pero volvían a ser sus enemigos cuando estos
un arco temporal entre 1764 –cuando se decreta la reivindicaban sus derechos originarios, o bien la
abolición en Francia, pero que solo repercute en igualdad entre los hombres.
1803 en Haití en un intento por detener la rebelión, Inglaterra, que había perdido hacía poco sus co-
y 1888–, cuando es asumida en Brasil. Solo el Ca- lonias en América del Norte, Francia y, en menor
ribe transita de 1803, en Haití, a 1886, en Cuba, medida, Holanda, que ya tenían posiciones asegura-
período amplísimo que en realidad no refiere más das en el Caribe, de inmediato se encaminaron hacia
que el momento de los decretos o leyes. Tuvo que tierra firme a disputar nuevas posesiones, aunque con
pasar mucho más tiempo para que los esclavistas mecanismos de control más modernos. Los présta-
aceptaran renunciar a su propiedad y a las prácti- mos a los nuevos gobiernos fueron un buen modo
cas económicas que los habían enriquecido duran- de entrar como «amigos», en actitud de «colabora-
te todo el período colonial. ción», para limpiar la cara al atraco que caracterizó
En muchos casos fueron las luchas de indepen- su relación con los países de la América Latina y el
dencia las que aceleraron la liberación. O bien por Caribe. Es decir, se trataba de relaciones de poder
las sublevaciones de los dominados, o bien porque no rentistas como las establecidas por la Corona,
los propios criollos necesitaban brazos para la gue- con aspecto de «libres», pero obviamente desigua-
rra, o bien por las presiones del exterior, originadas les e interesadas, que inauguraban una nueva mane-
en los juegos de fuerza entre las diferentes poten- ra de mantener la colonización sin colonias.
cias europeas y en las de los Estados Unidos que No obstante, la expansión de los Estados Uni-
se preparaban para extenderse por el mundo. dos hacia el resto del Continente había empezado a
La abolición de las esclavitudes y las indepen- formularse ya como política de Estado, y después
dencias, hechos entrelazados pero para nada idén- de la revolución triunfante que desató su espíritu

124
empresarial, no quedaban más trabas que las que primera posición, en plena vigencia, fue ni más ni
su propio empuje no pudiera romper. La famosísi- menos que la de Guantánamo, donde hoy, año
ma y siempre vigente Doctrina Monroe expresó, 2010, se crean nuevas fuerzas de tarea para actuar
en 1823, el nuevo terreno de disputa: América no en el Caribe.
estaba a disposición y no sería compartida; Améri- Invasiones, apoyo a golpes de Estado militares
ca era para los americanos que eran portadores de o civiles, instalación de bases militares, envío de tro-
un «destino manifiesto», según el cual deberían ex- pas; imposición de legislaciones o normas, de polí-
pandirse desde el Atlántico hasta el Pacífico. En ver- ticas económicas, sociales o de seguridad; tratados
dad, desde la perspectiva del siglo XXI, este desig- de libre comercio absolutamente ventajosos; apro-
nio parece funcionar también de manera invertida piación de yacimientos; inversiones de capital en
porque su expansión, y el lugar que ellos se asignan condiciones monopólicas; créditos atados; organi-
en el mundo, no solo se extiende desde el Atlántico zación y financiamiento de fuerzas desestabilizado-
hasta el Pacífico sino también desde el Pacífico hasta ras; intervención mediática y tantas otras formas de
el Atlántico, abarcando todo el resto del planeta. penetrar, controlar y disponer han sido empleadas
El caso es que el espíritu Monroe, que ha guiado reiterada e impunemente por los Estados Unidos
la construcción del gran poderío norteamericano, en su política continental a lo largo de los años «in-
trabajó durante los siglos XIX y XX para ir ocupan- dependientes».
do los territorios del Continente, colonizándolos sin Las enormes luchas antiesclavistas y libertarias
convertirlos oficialmente en colonias. de aquellos tiempos nos colocan ahora ante el de-
La ocupación de la mitad de México y de una safío de abolir la esclavitud del siglo XXI, que crece
parte del Caribe en el siglo XIX, y la sistemática ocu- cada día con los ignominiosos negocios ilegales, con
pación del resto durante el siglo XX, colocan a la el restablecimiento de las plantaciones de caña, con la
América Latina y al Caribe en una situación en la que precarización casi absoluta, con la generación del
la noción de Estados independientes ha perdido nomadismo forzado de los «indocumentados».
sentido. Nombres como Cuauhtémoc, Túpac Amaru, Tú-
El capital dominante en general, pero sobre todo pac Katari, Toussaint L’Ouverture y Emiliano Za-
el que reaparece bajo la figura de los Estados Uni- pata están ahí como provocación. No para ser adu-
dos, ha ido ocupando económicamente el Conti- lados sino para ser emulados.
nente y garantizando con ello su acceso a las rique- La situación geopolítica continental tiene ante sí
zas que contiene, como en los tiempos de las la posibilidad de avanzar, como lo está haciendo,
colonias. Para esto ha debido desplegar su fuerza hacia un futuro muy cercano de nueva ocupación
militar en una correlación geográfica y temporal con todas las implicaciones que eso tiene en el te-
acuciosa, ya sea para «defenderlo» de los compe- rreno político, cultural, social e incluso corporal, por
tidores, ya sea para doblegar las resistencias y las las prácticas de control social, tortura y alienación
nuevas sublevaciones. que lo acompañan; o avanzar hacia nuevas emanci-
Ya en 1901 los Estados Unidos instalan su pri- paciones.
mera base militar foránea, para de ahí ir extendien- Detener y revertir el despliegue de las empresas
do sus posiciones con un criterio estratégico. Esta transnacionales que succionan hasta la última gota

125
de riqueza de los territorios latinoamericanos y ca- mitan rehacer los imaginarios y los caminos hacia la
ribeños; detener y revertir el despliegue de tropas y utopía. Inventando, como decía Simón Rodríguez;
posiciones militares estadunidenses (o europeas si preguntando para caminar, como dicen los zapatis-
es el caso), que están en proceso de total expan- tas; procurando vivir bien, como dirían los pueblos
sión; conquistar la autodeterminación; recuperar la andinos.
capacidad para pensar, inventar y decidir nuestros Caminar hacia afuera del capitalismo, creando
futuros; descolonizar los territorios físicos, cultura- nuestra propia historia. No hay otra manera de des-
les y mentales; empezar a pensar desde nuestros colonizarnos y, entonces sí, festejar nuestras inde-
propios sentidos de realidad, desde nuestras cos- pendencias. c
movisiones, y desde ahí rehacer nuestras historias.
Ese es hoy el desafío en el que nos encontramos. Bibliografía citada
Profundizar la descolonización, llevarla hasta sus
últimas consecuencias, requiere de una creatividad Gómez-Martínez, José Luis: «Cronología: Esclavi-
y un compromiso de lucha tan grandes como los de tud y trata del negro en América», La abolición
nuestros antepasados libertarios. La dignidad de los de la esclavitud y el mundo hispano. en: <http:/
pueblos latinoamericanos y caribeños no es pensa- /www.ensayistas.org/antologia/XIXE/castelar/
ble ni posible sin una subversión de la historia y del esclavitud/c-esclavitud.htm>.
futuro manifiesto que nos persigue. Y estar a la James, C. L. R.: Los jacobinos negros (1938), La
altura de ese reto nos convoca a subvertir el pensa- Habana, Casa de las Américas, Serie Estudios,
miento, a deslizamientos epistemológicos que per- Colección Nuestros Países, 2010.

126
EMIR SADER

El destino manifiesto
de ser colonizado

«E
l otro mundo posible» es la forma como las fuerzas so-
ciales que luchan contra el neoliberalismo han enuncia-
do el objetivo de esas luchas, sin enunciar de qué mun-
do se trata. ¿De qué forma sería posible? ¿Qué relación tiene esa
lucha con las desarrolladas en el siglo pasado, en especial con las
manifestadas en las últimas décadas del siglo?
Está claro que el mundo era muy distinto del que existió en la Se-

Revista Casa de las Américas Nos. 259-260 abril-septiembre/2010 pp. 127-133


gunda Guerra Mundial, marcado por los procesos de descoloniza-
ción, de instauración de un campo socialista y una bipolaridad mun-
dial; era muy distinto de aquel posterior a la victoria de la Revolución
Cubana, cuando el tema del socialismo y del anticapitalismo se ha-
bían puesto en la agenda mundial, particularmente en los tres conti-
nentes periféricos, que eran víctimas de la dominación mundial.
¿Qué mundo es este, de comienzos del siglo XXI y de qué forma
heredamos en las luchas por la emancipación –por «el otro mundo
posible»– los impactos del colonialismo?
No me voy a detener en los impactos directos de la dominación
colonial en los países donde la presencia de los pueblos originarios
fue y continúa siendo muy fuerte. Los estudios sobre la descoloni-
zación y los procesos concretos que avanzan en esa dirección, como
el boliviano y el ecuatoriano, recogidos en sus Constituciones, piezas
de lectura indispensables hoy en la América Latina, así como la tema-
tización del «buen vivir» como objetivo central de sus sociedades,

127
dan cuenta de la dimensión de esas tareas no cum- mientos– bastara para derrumbar el poder que los
plidas, que permanecen actuales en tantos países mencheviques habían heredado del zarismo, y de esta
de nuestro continente. forma comenzar la construcción del primer Estado
Me voy a concentrar inicialmente en un tema es- anticapitalista.
tratégico, cuya actualidad es evidente: ¿qué condi- Pero tenían que hacerlo en las condiciones de
ciones tienen nuestros países para desarrollar pro- atraso a que Rusia estaba sometida; los ojos y las
cesos de emancipación económica, social, política esperanzas de los bolcheviques se volvían hacia Ale-
y cultural, en las circunstancias en que fuimos inser- mania, el eslabón más débil de la cadena imperialis-
tados en el mercado internacional y, en particular, ta, según Lenin, por la derrota en la Primera Guerra
con los efectos de los procesos recientes de globa- Mundial. Para Lenin se trataba simplemente de un
lización? cambio de itinerario, pero tenía que reafirmar las
Para pensar en ese tema, la afirmación indispen- predicciones de Marx: la Alemania avanzada debe-
sable que vuelve siempre a nuestras mentes, que re- ría rescatar la Rusia retrasada para salvar a la revo-
nace en forma dramática de la realidad misma, es la lución, e impedirle ser víctima de su aislamiento.
afirmación que hace Lenin en el momento de la vic- Así, la derrota de la Revolución Alemana conde-
toria de la Revolución Rusa: «Es fácil tomar el po- nó, de alguna forma, el futuro de la Rusia revolucio-
der en Rusia, pero es mucho más difícil construir el naria, la cual tendría que arreglárselas sola, no ya
socialismo». para sobrevivir el cerco de más de diez potencias
Lenin reactualizaba la visión de Marx, según la imperialistas, sino para construir también una nueva
cual el socialismo debía surgir en los países capita- sociedad, en el marco del atraso y la destrucción
listas más avanzados, como incorporación y como producidos por la guerra y las invasiones externas.
negación del capitalismo. Todas las razones seña- La afirmación de Lenin caía con todo su peso
ladas por Marx –mayor desarrollo de las fuerzas sobre el futuro de las revoluciones, tanto más cuan-
productivas, procesos de constitución más conso- to estas se desplazaron, no hacia el centro sino de
lidados de las clases sociales, todo ello apuntando la semiperiferia a la periferia profunda, en China;
hacia formas más profundas de desarrollo de las luego, a un país marcado por una economía prima-
contradicciones de clase y, a la vez, agotamiento ria exportadora de azúcar como Cuba.
de un modelo de desarrollo de las fuerzas produc- Teóricos marxistas como Preobajhensky, apun-
tivas– pasan a chocar con las relaciones de pro- taron la necesidad de una sustitución de la revolu-
ducción existentes según la fórmula clásica de Marx ción en el centro del capitalismo por una acumu-
en el Prefacio a la Introducción a la contribución lación socialista primitiva, que permitiera superar el
de la Economía Política. atraso material de los países que llegaban a la revo-
La toma del poder era más fácil en la Rusia retra- lución en la periferia. Stalin trató de resolverla con la
sada, zarista, que en los países del centro del capita- expropiación masiva y violenta de los campesinos,
lismo –cuyas razones Gramsci analizaría tiempo des- con lo cual pudo imponer una industrialización acele-
pués–, por la debilidad en que se asentaba ese modelo rada en la URSS, pero generó un problema sin solu-
de dominación; de ahí que la estrategia bolchevique ción entre los campesinos y la agricultura que duró
–que Gramsci caracterizaría como guerra de movi- hasta el final del régimen soviético. Otros países bus-

128
caron formas de igualitarismo en el retraso, como tructura de poder que, con cambios que nunca al-
Albania y Kampuchea, con resultados desastrosos. teraron sus condiciones originarias, ha marcado el
El campo socialista funcionaba para Cuba, en mundo por siglos.
cierta medida, como una retaguardia que sustituía Estructuras que profundizan las condiciones de
la acumulación socialista primitiva. Cuando esto se concentración de renta y de poder, multiplican la mi-
terminó, Cuba entró en un «período especial»: tra- seria y la marginalización de la gran mayoría de la
tar de no retroceder, mientras que China buscó res- población de la periferia. Con ello, al mismo tiem-
ponder a la necesidad de acumulación socialista po, bloquean las condiciones de superación del
primitiva con el llamado masivo a capitales en el capitalismo. Somos así, doblemente víctimas de la
mercado. En ninguno de los casos la cuestión está herencia colonial y de las condiciones heredadas
resuelta, ya que está planteada a partir de los tér- sobre las cuales se ha construido el capitalismo pe-
minos de Lenin, donde es más fácil la ruptura con riférico entre nosotros; se nos veda el acceso a los
las estructuras de poder vigentes es donde menos bienes generados por el capitalismo, a la vez que se
están dadas las condiciones de construcción del nos imponen enormes obstáculos para la supera-
socialismo. ción de ese sistema, mediante la fragmentación, la
En las condiciones actuales de la América Lati- informalización y el bloqueo de la fuerza de traba-
na, donde más se avanza en la construcción de al- jo, el distanciamiento de la expansión de las fuerzas
ternativas al neoliberalismo es donde relativamente productivas, la condena de las sociedades que fue-
menos se han desarrollado las fuerzas productivas, ron colonizadas a ser incapaces de superar los far-
o donde se han implantado menos las relaciones de dos dejados por los colonizadores y consolidados
producción capitalista, o echado raíces el neolibe- por las potencias imperiales.
ralismo. Venezuela, Bolivia y el Ecuador tienen en Un seminario sobre el Bicentenario no podría
común la incapacidad de los gobiernos neoliberales realizarse en Brasil, o, para ser realizado tendría
de dar continuidad a sus planes: cae sucesivamente que ser precedido por una larga explicación de lo
un gobierno tras otro, lo cual bloquea la capacidad que significa. De hecho, se conmemorará, en 2022,
de implantación de políticas neoliberales. Pero, el Bicentenario de la Independencia brasileña, pero
¿cómo se plantea en estos países el tema formula- muy probablemente sin ningún vínculo con los pro-
do por Lenin? cesos de independencia de los demás países del
La marca de la colonización ha condenado a los Continente. Si se hiciera una encuesta entre perio-
países del Continente a un destino difícil de supe- distas, profesores universitarios, políticos y otros
rar. La ocupación de nuestros territorios, la masacre supuestos formadores de opinión, sobre lo que sus-
de los pueblos originarios y la esclavitud han de- cita la palabra «bicentenario», el silencio sería la
mostrado cómo el capitalismo llegó al Continente respuesta más factible.
echando sangre, revelación de qué es lo que nos Nunca en Brasil hemos aprendido nada sobre
aguardaba. La brutal transferencia de riquezas que Ayacucho, palabra que fue incorporada durante
el proceso colonial promovió, a su vez, instauró la cierto tiempo en los noticieros de prensa, cuando
profunda desigualdad económica entre países co- Ayacucho, en Brasil, solo era conocida como la re-
lonizadores y colonizados, lo que constituyó la es- gión de Sendero Luminoso. La batalla de Ayacucho

129
no existe en los cursos de historia de Brasil, así como cialista, mientras el otro es un «Estado libre asocia-
son nombres desconocidos y distantes los de Arti- do»: eufemismo para designar una colonia de los
gas, Hidalgo, O’Higgins, San Martín, Sucre, quie- Estados Unidos de América. Brasil sigue siendo, a
nes son más asimilados a plazas o avenidas que a su vez, el país más desigual de nuestro continente.
personajes centrales de la historia latinoamericana. ¿Por qué Brasil no tuvo guerra de independen-
Bolívar frecuenta los noticieros por la reciente rei- cia? ¿Qué la sustituyó? ¿Qué consecuencias tuvo
vindicación del prócer de la independencia latinoa- para el destino futuro del país? La colonización
mericana dada por algunos gobiernos de la región. portuguesa no representó para Brasil un destino muy
Abreu e Lima, participante activo al lado de Bolí- distinto al de los países colonizados por España.
var en las luchas de la independencia, nacido en Brasil fue una colonia primaria exportadora, con
Pernambuco, solo pasó a ser mencionado y de al- economía periodizada por los ciclos exportadores
guna forma conocido a partir de los discursos de de palo de Brasil, azúcar, oro, caucho y café. Las
Hugo Chávez, en los que reverenció su papel en las diferencias se dieron en otros planos; por ejemplo,
gestas independentistas junto a Bolívar. Aquel per- mientras la República Dominicana tuvo una univer-
sonaje, a partir de ese momento, se convirtió en el sidad en el siglo XVI, la primera universidad de Bra-
nombre de una refinería construida en Pernambuco sil data de casi mediados del siglo XIX. La diferen-
por los gobiernos de Brasil y Venezuela, nacida de cia original era que Brasil no poseía metales
una propuesta venezolana. preciosos, razón por la cual obtuvo menos aten-
En forma ocasional se asocia el hecho de que ción de la metrópoli, hasta que se inició el ciclo del
Brasil sea el país más desigual del Continente, más azúcar. Las diferencias de un país colonizado por
desigual del mundo, como consecuencia de los efec- Portugal y uno colonizado por España dependen
tos de la colonización. A pesar de que nuestro his- del producto de exportación que a cada país le tocó
toriador más importante, Caio Prado Jr., tenga ese enviar.
lugar porque definió que la historia brasileña sería Junto a los dos pilares fundamentales sobre los
ininteligible sin las determinaciones impuestas a cuales se asentó la inserción de Brasil en el merca-
nuestro país por la colonización y la esclavitud (los do internacional, la colonización y la esclavitud, vino
dos pilares originales constitutivos de la formación más tarde a sumarse un elemento diferenciador: el
social brasileña), cuyos efectos –como trataremos que Brasil no tuviera guerra de independencia. Si
de recordar enseguida– siguen haciéndose sentir los elementos distintivos entre las colonizaciones
desde la invasión de nuestros países por las poten- española y portuguesa no implicaron destinos sig-
cias colonizadoras, hasta hoy. nificativamente distintos para los países coloniza-
Brasil fue, junto a Cuba y Puerto Rico, de los dos, a partir de comienzos del siglo XIX esas dife-
países del Continente que no tuvo guerras de inde- rencias empezaron a contar a partir de las guerras
pendencia a comienzos del siglo XIX. Para confir- napoleónicas, pues mientras España resistió a la in-
mar el peso de esos procesos para los futuros des- vasión en forma heroica, la corona portuguesa aban-
tinos de los países del Continente basta constatar donó el país y se trasladó a Brasil.
que los dos países caribeños tienen destinos muy Se sabe cómo la derrota de España debilitó su
diferentes: uno se ha transformado en un país so- dominación sobre los países del Continente, y cómo

130
favoreció así la cadena de derrotas del imperio co- algunas décadas atrás, o para que no aparecieran
lonial. Por su parte, Brasil tuvo un efecto opuesto; aventureros como Bolívar, San Martín, O’Higgins,
allá, la llegada de la familia real reforzó los lazos de Artigas, Sucre, Abreu e Lima.
dominación colonial sobre el país, en lugar de debi- Esa transición tendría profundas consecuencias
litarlos, como en los otros países del Continente. sobre la historia inmediata y futura de Brasil. En
Ese viaje fue caracterizado por la historiografía tra- primer lugar, como se mencionó antes, no pasamos
dicional como una gesta de carácter liberal, dadas de colonia a república, sino de colonia a monar-
las medidas tomadas por la Corona, situada enton- quía, ligada a la corona portuguesa; en segundo lu-
ces en su colonia mayor. La primera de las medidas gar –hecho de gravísimas consecuencias–, no se
era de carácter liberal: la apertura de los puertos a terminó la esclavitud, como ocurrió en otros países
las naciones amigas; para ese momento, la deca- del Continente con las guerras de independencia.
dencia portuguesa como potencia colonial había lle- La esclavitud tan solo fue abolida seis décadas des-
vado a la subordinación de su economía a la ingle- pués, para hacer de Brasil el país en que más tarde
sa. Como Portugal estaba ocupada por las tropas terminó la esclavitud.
napoleónicas, en caso de que no se abrieran los Esas décadas no pasaron en vano para las rela-
puertos de Brasil a otras potencias –antes que todo ciones sociales en el campo brasileño. En 1850 se
a Inglaterra– la Corona se quedaría aislada del mun- promueve la Ley de Tierras que legaliza la posesión
do, como medida de sobrevivencia. de todas las tierras del país, tierras que en gran parte
Sin embargo, las peores consecuencias de ese tras- han sido «grilladas», como se les conoce allá. Es
lado de la familia real a Brasil estaban todavía por decir, tierras legalizadas con documentos falsos,
darse, y ocasionarían efectos profundos y prolonga- escritos como si otorgaran su posesión a un terra-
dos en la historia del país. Brasil, en lugar de terminar teniente desde hacía mucho tiempo, dejados en un
con el colonialismo en una guerra de independencia, cajón cerrado bajo los efectos de los excrementos
tuvo un primer impacto de elite, que permitió el paso de grillos, que provocaban el deterioro de los do-
de colonia, no a república sino a una monarquía diri- cumentos, y los hacía ver como si fuesen antiguos.
gida simplemente por el hijo del monarca portugués. No faltaban jueces para legalizar esa operación, lo
No podría haber ejemplo más claro de lo que Gra- que hizo que, cuando terminara la esclavitud, los
msci llamaría «transformismo», un cambio de forma negros no tuvieran tierras a su disposición. Se trans-
para mantener las mismas relaciones de poder. formaron en «hombres libres» –hombres desnudos,
El emperador colocó la corona en la cabeza de como los llamaría también Marx–, sin acceso a
su hijo y pronunció palabras profundamente ofen- aquella. Los negros se transformarían automática-
sivas para los brasileños que, sin embargo, noso- mente en hombres pobres, despojados de tierras,
tros repetíamos en la escuela sin darnos cuenta de que seguirían en el campo sometidos a condiciones
su significado: «Mi hijo, coloca la corona en tu ca- de explotación similar a las que había durante la
beza, antes de que algún aventurero lo haga». Los época de la esclavitud, o emigrarían para conver-
aventureros éramos nosotros, los brasileños; el gesto tirse en marginales en las ciudades.
se dirigía a impedir que naciera un nuevo Tiraden- Paralelamente, el trabajo se consolidó como fun-
tes, como el movimiento independentista surgido ción de una «raza inferior», esclava. De esa manera,

131
la cuestión colonial, sumada a la cuestión de la es- efectos sobre el conjunto de la formación social
clavitud, constituyó la cuestión agraria en Brasil, con brasileña. Otro efecto reciente, causado por la no
el poder correspondiente de los terratenientes, quie- realización de la reforma agraria, fue una brutal
nes fueron, junto con la burguesía comercial, los modernización conservadora a partir de la década
sectores hegemónicos del bloque de poder a lo lar- pasada, que transformó los grandes latifundios en
go de todo el período colonial que tuvo continui- inmensas propiedades productoras y exportadoras
dad durante la monarquía, hasta llegar al período de soya con transgénicos, lo que desplazó el tema de
republicano. la reforma agraria, que consistía en ocupar las tie-
Las revoluciones de independencia han expulsa- rras improductivas para convertirlas en tierras
do a los colonizadores como invasores de nuestros productivas, pero con efectos negativos sobre el
territorios. Esos procesos se fueron dando mediante conjunto de la economía y de la estructura de cla-
alianzas entre países del Continente, reafirmando ses de Brasil.
su sometimiento y sus enemigos en las mismas con- Dicho país se ha construido como una nación sin
diciones de explotación colonial. En Brasil, en cam- pasado, sin memoria, en el que la ausencia de la
bio, nada de eso se dio: la colonización terminó con gesta de la independencia es un momento determi-
un pacto entre lo viejo y lo nuevo, no representó la nante. Bicentenario de olvido, de una no-indepen-
derrota y la expulsión de los colonizadores, y es- dencia, de tan solo un acuerdo de elites pagado
condió el carácter que tuvo ese período de cuatro duramente por el pueblo; en primer lugar, por los
siglos en Brasil. negros brasileños, ya que han vivido en un país don-
La más importante transformación de la historia de las elites insisten en la tesis de la «democracia
brasileña hasta aquí, la llamada Revolución del 30, racial» y tildan a los que propugnan la política de
dirigida por Getulio Vargas, dejó intocada la estruc- cotas, de estar «introduciendo el racismo en Bra-
tura de la tierra. Los trabajadores de la ciudad (pe- sil», al mismo tiempo que siguen con su broma cruel:
queña minoría de la fuerza de trabajo) lograron el «En Brasil no hay discriminación porque los negros
derecho a la sindicalización, se formó el Ministerio conocen su lugar». De ahí que el lema central de la
de Trabajo y se constituyó la Providencia Social, pero hegemonía capitalista siga tan actual en Brasil: «Ci-
con la mala fortuna de que esos derechos no fueron vilización o barbarie», en el que se da por entendi-
extendidos al campo, donde vivía y trabajaba la ma- do que los bárbaros son todos los no blancos.
yoría de los trabajadores. Por su parte, el gobierno El carácter étnico intrínseco de la colonización (un
incentivó fuertemente la industrialización, al despla- proyecto histórico en esencia blanco, occidental, cris-
zar la hegemonía de los terratenientes, pero sin afec- tiano y capitalista) desemboca necesariamente en la
tar la estructura de la tierra, lo que hizo que Brasil reivindicación de la «civilización» en contra de las
siguiera sin tener todavía una reforma agraria real. otras etnias relegadas a la «barbarie». La coloniza-
El elemento más importante para explicar por qué ción en América pudo descalificar, deshumanizar y
Brasil se ha transformado en el país más desigual masacrar tanto a los pueblos originarios como a los
del Continente, a pesar de las mejoras obtenidas negros, a los cuales con la espada y la cruz les traían
en el gobierno de Lula, cuando por primera vez dis- la civilización. Esas masacres revelan cómo el capi-
minuye la desigualdad, es la estructura agraria y sus talismo llegaba a las Américas echando sangre, en

132
función de las necesidades de sus procesos de acu- mujer blanca en Cochabamba, quien agregó: «más
mulación primitiva, como el más grande genocidio vale un gángster de zapato, que un indio de sanda-
de la historia de la humanidad, todo en nombre de lia». No perdona que Álvaro, así como tantos otros,
la civilización y en contra de la barbarie. empezando por el grupo Comuna, contribuya al más
Es el esquema ideológico que pasó de genera- grande movimiento de descolonización que nuestro
ción en generación, hasta ser consolidado en el si- continente haya conocido.
glo XX con las visiones del mundo producidas y di- Lo mismo ocurre con la desesperación de la de-
fundidas por Hollywood (las películas de cowboys recha por el triunfo de Hugo Chávez en Venezuela,
y las de guerra son siempre producciones en contra donde fracasaron los mayores dirigentes de Acción
de otras razas como la asiática, la negra, la árabe, Democrática y de Copei (Carlos Andrés Pérez,
¿donde está el cine norteamericano en contra del Rafael Caldera). Hugo Chávez, un mulato naciona-
nazismo? La única gran película producida en los lista, que canta boleros en los comicios, pero que
Estados Unidos sobre dicho tema, fue El gran dic- lee a Rosa Luxemburg, a Trotsky y a Méstzáros.
tador, dirigida por el inglés Charles Chaplin, quien Que también triunfe Lula, en un país donde ha fra-
tuvo que irse de los Estados Unidos antes del es- casado un hombre como Fernando Henrique Car-
treno del filme, a causa del clima insoportable ge- doso, el político más rechazado en Brasil, quien creía
nerado en contra de esta. Es porque los alemanes traer a la América Latina los nuevos sueños civiliza-
son similares a los norteamericanos: blancos, cris- torios de la globalización (tildada por él mismo como
tianos, occidentales y capitalistas. el «nuevo Renacimiento»); mientras que Lula triun-
Por eso se hace tan insoportable para ellos el fa construyendo doce nuevas universidades públi-
éxito del gobierno de Evo Morales en Bolivia, país cas, contra ninguna del ex profesor de universida-
en el cual fracasó Sánchez de Losada (blanco, que des, quien fomentó como nunca la privatización de
habla castellano con acento inglés, hizo su campa- la enseñanza en Brasil. Por primera vez disminuye la
ña asesorado por el mismo hombre de marketing desigualdad en Brasil por políticas implementadas
de Clinton y de Cardoso, Carville, quien reunía su por un inmigrante nordestino, de origen miserable,
equipo con él, por toda Bolivia, en inglés), y triunfó obrero, que ha perdido un dedo en una máquina,
Morales, un indio cocalero de izquierda que viste desigualdad, frente a la cual el sociólogo no hizo
sus ropas –para escándalo de la derecha española nada, sino afirmar que en Brasil hay millones de in-
cuando se fue a reunir con el heredero de las ma- nombrables, es decir, desechables, por las políticas
sacres de los pueblos indígenas en Madrid–. Un de mercado con que gobernara.
indio que tiene como su vicepresidente al más im- La América Latina empieza a cuestionar no solo
portante intelectual latinoamericano contemporáneo, teórica sino políticamente los más profundos im-
Álvaro García Linera, a quien los blancos conside- pactos del colonialismo. No hay mejor manera de
ran que los ha traicionado. Como oí decir a una conmemorar el Bicentenario. c

133
FREI BETTO

1810: Brasil, de colonia


portuguesa a inglesa

M
ientras las colonias españolas en la América Latina luchaban
por su independencia, el 19 de febrero de 1810, Bra-sil,
todavía colonia de Portugal, firmó un tratado de sumisión
del país a Inglaterra.
Amenazada por las tropas de Napoleón, la familia real portugue-
sa, encabezada por don Juan VI, en 1806 se trasladó a Río de Janei-
ro. Los diez mil súbditos que lo acompañaron en la travesía del Atlán-
tico fueron escoltados por navíos de guerra ingleses. Toda la operación
Revista Casa de las Américas Nos. 259-260 abril-septiembre/2010 pp. 134-135

había sido planeada en Londres por el conde de Funchal, el ministro


portugués Rodrigo de Souza Coutinho, lord Strangford, embajador
del Reino Unido en Lisboa, y sir Sidney Smith, comandante de la
escuadra británica en la desembocadura del río Tajo.
Evitar que las tropas de Napoleón sometiesen a Portugal y sal-
var a la familia real de la pérdida del trono significó un alto precio
que debía ser pagado a Inglaterra. Don Juan VI, representado por
Rodrigo de Sousa Coutinho, ministro y conde de Linhares, firmó el
tratado que entregaba a Inglaterra, contra los intereses de Portugal,
el comercio preferencial de Brasil. El tratado, con vigencia de al
menos quince años, solo podría ser revisado si hubiera acuerdo
mutuo, y en caso de litigio sería juzgado por la justicia inglesa...
Tal abuso judicial, contrario a los principios elementales de la
justicia, fue posible menos por la sumisión de don Juan VI a los
intereses de la nación gobernada por el rey Jorge III, que en consi-
deración a la tradición. Por carta real de 29 de octubre de 1450,

134
don Alfonso V había concedido a los ingleses el var sus colonias. Lo que, a comienzos del siglo XIX,
derecho de que, en caso de litigio aduanero en puer- se agravó frente a la expansión napoleónica.
tos portugueses, la cuestión sería arbitrada por un El efecto positivo de ese neocolonialismo acep-
juez inglés con sede en Lisboa... tado por Portugal fueron las presiones inglesas, a
El abuso judicial fue confirmado por una carta partir de 1807, para que Brasil abandonase el co-
real de don Juan VI el 10 de junio de 1654. mercio de esclavos. En 1817, Palmella, embajador
A partir de entonces, los navíos ingleses goza- de Portugal en Londres, hizo saber al gobierno, en
ban en los puertos de Brasil de privilegios tributa- Río de Janeiro, que el tratado de 1810, que enton-
rios y facilidades aduaneras superiores a los de la ces era repudiado por los propios portugueses, se-
flota portuguesa. Mientras los navíos de otras ban- ría abolido con la aceptación de la corona británica
deras extranjeras pagaban un impuesto del 24 % en caso de que don Juan VI decretase la extinción
del valor de la mercancía, las importaciones de del comercio de esclavos.
Portugal eran recargadas en un 16 % y las de In- La abolición de la esclavitud en Brasil –la última
glaterra solo en un 15 %. en el continente americano– solo se daría en 1888,
La medida afectó a la economía brasileña, debi- sin que los libertos tuvieran acceso a la tierra y a los
do a la reducción tributaria y a los obstáculos im- medios de producción. Lo que explica, en cierto
puestos a la creación de una industria local, aunque modo, por qué todavía hoy en Brasil –segunda
es cierto que la población se vio beneficiada al com- nación en población negra en el mundo, después
prar productos traídos por los ingleses a precios de Nigeria– los descendientes de esclavos son do-
más bajos que los vigentes antes de la llegada de blemente discriminados: por ser negros y por ser
don Juan VI a Brasil. pobres.
El Correio Braziliense, pionero de la imprenta Y quizá todo esto explique también el hecho de
brasileña, editado en Londres por Hipólito José da que el oro extraído de Brasil haya desempeñado un
Costa, criticó el tratado y denunció sus fallas. Fue papel importante en el financiamiento de la Revolu-
en vano. El privilegio se mantuvo hasta 1832 y ter- ción Industrial y que, todavía hoy, el famoso y deli-
minó gracias a la promulgación por la corona por- cioso vino de Porto es propiedad de empresas bri-
tuguesa del Código de Comercio, que mereció la tánicas... c
protesta de Inglaterra.
Portugal se convencerá, desde el siglo XV, de que
sin el apoyo de la corona británica no podría conser- Traducido del portugués por J. L. Burguet

135
GRÍNOR ROJO

La democracia chilena
del Bicentenario

V
oy a escribir sobre «la democracia chilena del Bicentenario»,
pero, como un paso previo al de sumergirme en los porme-
nores de esa discusión, creo conveniente detenerme un mo-
mento para situar históricamente el problema que me he planteado
y, con ello en mente, me pregunte por el modelo de democracia
al que me estaré refiriendo en realidad. Porque yo doy por senta-
do que no estaré reflexionando en lo que sigue sobre un universal
metafísico que, absorto como Narciso en el disfrute de su perfec-
Revista Casa de las Américas Nos. 259-260 abril-septiembre/2010 pp. 136-146

ción inefable, reside en algún paraje del empíreo platónico, ni tam-


poco sobre la democracia ateniense o sobre la democracia de la
mesnada visigótica, en el caso de que esta última haya existido,
como se le antojaba al muy castizo don Ramón Menéndez Pidal.
Reflexionaré, tengo que reflexionar, me parece, sobre el modelo de
la democracia moderna, aquel cuyas características principales se
configuran en los países desarrollados de Occidente entre los siglos
XVII y XVIII, en los mismos momentos en que el proceso de la cons-
titución de la modernidad entra en la fase de su primera madurez.
La pregunta a la que deseo responder quisiera refrasearla entonces
en los términos siguientes: ¿cuál es el grado de correspondencia
que existe entre ese modelo o, más bien, entre los elementos que a
mi juicio no deben faltar en ese modelo: el de la democracia moder-
na y la realidad de la democracia actual en mi país?
Comprobaré, para empezar, que en el centro de la democracia
moderna, en calidad de productor y receptor de sus efectos, se

136
alza un sujeto al que Stuart Hall denomina «del ilu- Que los pensadores del siglo XIX nos hayan adver-
minismo».1 En rigor, antes que a su condición de tido, con encomiable lucidez, acerca de los límites
sujeto esencial, que es lo que monotemáticamente materiales de este optimismo dieciochesco; que nos
preocupa o parece preocupar al análisis posmo- hayan obligado a conceder que, en razón de sus par-
derno de Hall y de otros, a mí me parece importan- ticulares circunstancias, económicas, sociales y cultu-
te prestar atención a las conclusiones del discurso rales, hay en este mundo algunas personas que cuen-
kantiano sobre este mismo tema, y poner a partir tan con «más poder» que otras y que por eso son
de ahí el acento en el hecho de que el sujeto moderno «más libres» que esas otras, es sin duda importante
ha eliminado o está en vías de eliminar su depen- pero no cancela la validez del argumento general. Para
dencia histórica del poder autocrático, y que por lo estos efectos debiera tenerse presente que fue el mis-
tanto se considera libre para decidir y responsable mísimo Marx quien precisó que una revolución socia-
por sus decisiones. «La ilustración es la salida del lista no será jamás factible si los individuos que se han
hombre de su minoría de edad», recordemos que propuesto llevarla a cabo no cuentan con la posibili-
es la primera de las frases del célebre opúsculo de dad de prefigurar sus metas futuras y de movilizarse
Kant sobre el significado de la cultura moderna, luego en pos de ellas, calculando la magnitud de los
después de lo cual él la completa con un dictamen desafíos que les esperan y los medios de que dispo-
lapidario: «La mayoría de los hombres, a pesar de nen para enfrentarlos, organizándose y manifestándo-
que la naturaleza los ha librado desde tiempo atrás se así por encima o al margen de sus condicionamien-
de la conducción ajena (naturaliter maiorennes), tos. Un revolucionario no puede ser determinista, y
permanecen con gusto bajo ella a lo largo de la vida, Gramsci, que tenía detrás suyo el liberalismo revolto-
debido a la pereza y la cobardía».2 so del Risorgimento italiano, sustituye por eso el con-
Investido con ese nuevo poder entonces, y habida cepto de «dominio», de acuerdo con el cual cada
cuenta de su no querer que se le acuse de perezoso una de las partes reproduce las características del
o cobarde, el sujeto moderno se posesiona de su todo al que pertenece idéntica e incontrarrestable-
persona y hace de ella un uso libre y suficiente; en sí mente, por el de «hegemonía», para el que, sin sus-
y más allá de sí, en el ámbito de su propia vida traerse a las determinaciones del todo, la parte con-
como también en el ámbito de la vida de la comuni- serva una cuota de eficacia que es de ella y solo de
dad a la que él/ella pertenece. En el uso de mi liber- ella. Un perspicaz estudioso y seguidor de Grams-
tad, yo, el ser humano moderno, escojo y constru- ci, cuyos aportes teóricos antecedieron en varios
yo la vida que quiero vivir y escojo y construyo años a la «moda gramsciana» de sabor posestruc-
también la clase de comunidad en cuyo seno me turalista y posmoderno (léase Laclau y Mouffe),
interesa desplegar esa vida. Raymond Williams, describe este proceso así:
1
Stuart Hall: A Identidade Cultural na Pós-Modernida- Las fuentes de cualquier hegemonía alternativa
de, Tomaz Tadeu da Silva y Guacira Lopes Louro (trads.),
Río de Janeiro, DP&A Editora, 1997, p. 11. son, por cierto, difíciles de definir. Para Grams-
2 Immanuel Kant: «Respuesta a la pregunta ¿qué es la
ci, ellas provienen de la clase trabajadora, pero
Ilustración?», Filosofía de la historia, Buenos Aires, no de esta clase como un ideal o una construc-
Nova, p. 57. ción abstracta. Lo que él ve, en cambio, es a un

137
pueblo trabajador que tiene, precisamente, que Ni qué decirse tiene que la lógica del recurso a la
llegar a ser una clase, y potencialmente una cla- delegación se apoya en la naturaleza específica de
se hegemónica, contra las presiones y los lími- la sociedad moderna vis-à-vis la premoderna, adu-
tes de una hegemonía existente y poderosa.3 ciéndose para esos propósitos su tamaño y su
complejidad, propósitos ostensiblemente mayores
Ahora bien, la segunda de las dos capacidades que los de las sociedades tradicionales, detalle este que
del sujeto moderno que yo anoté más arriba es impediría que en el presente moderno, al contrario
aquella a la cual, traducida al lenguaje del poder de lo que nos cuentan que acontecía en el ágora
político –y obsérvese que arrastrando para eso la griega, todos discutan y decidan acerca de todo.
misma nomenclatura de una etapa histórica que Como yo no tengo intenciones de introducir en mi
la Revolución Francesa se enorgulleció de haber trabajo un matiz que es aún más fino que ese, y me
sepultado para siempre–, se le suele dar el nombre refiero al que traza una raya entre el concepto de
de «soberanía». Desde el punto de vista de la iz- «delegación» y el concepto de «representación» –y
quierda rousseauniana, los individuos que la poseen menos si a este lo subdividimos aprovechando el
la ejercen directamente; desde el punto de vista de doble distingo de El Dieciocho de Brumario, re-
la derecha rousseauniana (la que con posterioridad tomado a fines de los ochenta del siglo XX por Ga-
a la derrota del progresismo revolucionario y a la yatri Spivak, entre Darstellen, representación como
restauración autocrática, primero de Napoleón y un mero vehiculizar, como una simple «tropología»,
después de la Santa Alianza, va a ser también el del es lo que ella escribe, y Vertreten, representación
liberalismo conservador de Benjamin Constant, entendida como «persuasión y con fuertes sugeren-
el mismo que dejó una honda huella en la política cias de sustitución–»,5 diré tan solo que el resultado
latinoamericana de la posindependencia. Es Bolí- concreto del recurso a la delegación no es otro que
var quien, en 1819, en el «Discurso de Angostura», la llamada «democracia representativa» moderna.
propone la instalación de una casta de gobernantes Un problema anexo a este es el que le presenta a
hereditarios porque ha llegado a la conclusión de la episteme moderna la necesidad, por muchas ra-
que la existencia de esa casta es la que permitirá que zones ineludible, de la cohesión social. El conjunto
en el país del futuro se introduzca la profesión «cohesionado» de los individuos libres constituye,
de estadista, y con ella la posibilidad de que la re- según la teoría democrática clásica, el «pueblo», eso
pública cuente con un grupo de personas criadas mismo a lo que desde hace algunos años, en mi
con vistas al cumplimiento de ese destino, educa- país, algunos renovadores ingeniosos han dado en
das para gobernar),4 los individuos que la poseen llamar «la gente», un cambio de nombre que por
la «delegan» en sus «mandatarios».
na (ed.) con la colaboración de Esther Barret de Nazario,
La Habana, Ministerio de Educación Nacional de los
3 Raymond Williams: Marxism and Literature, Oxford, Estados Unidos de Venezuela, 1947, t. II, pp. 1132 y ss.
Oxford UP, 1977, p. 111. El énfasis es mío. 5 Gayatri Chakravorty Spivak: «Can the Subaltern Speak?»,
4 Simón Bolívar: «Discurso pronunciado por el Libertador en Patrick Williams y Laura Chrisman (eds.): Colonial
ante el Congreso de Angostura el 15 de febrero de 1819, Discourse and Post-Colonial Theory, Nueva York, Co-
día de su instalación», Obras completas, Vicente Lecu- lumbia UP, 1994, p. 71.

138
supuesto no tiene nada de fortuito. Pero, para que ca estamos acostumbrados a pensar que la igualdad
el pueblo exista como esa totalidad cohesionada, es una idea política, pero al hacer esto olvidamos que
con una forma y un sentido unitarios, o, en otras la igualdad ha sido trasladada desde la moral a la
palabras, para que sea un conjunto en cuyo fun- política y que justamente la legitimación última de
cionamiento las partes no solo se «integran» en el la democracia es moral y lo es porque esta idea, la
todo sino que «participan» de él auténtica y eficaz- de igualdad, la recorre».6 Yo, por mi parte, podría
mente, es indispensable que exista una idea-fuerza agregar a lo que dice Valcárcel que, en el marco de
que guíe y sustente la tarea. Los revolucionarios fran- la modernidad, cuyo orden económico es inequitati-
ceses del 1789 distinguieron dos alternativas a este vo de suyo, solo la igualdad acordada y defendida
respecto: una de carácter jurídico-político, que es por razones morales y desde la legalidad del Estado
la de la igualdad, y la otra de carácter ideológico, la puede contrarrestar el daño que producen las trope-
de la fraternidad. lías inevitables de ese orden.
Contemporáneamente, no es difícil darse cuenta Me permito ahora una glosa: El arrinconamiento
de que a la fuerza integradora basada en el con- de la noción de igualdad en el pensamiento posmo-
cepto de igualdad se la está empujando hacia los derno no es inmotivado o, mejor dicho, creo que
espacios exteriores del campo de juego, para des- debe interpretárselo como el resultado de un racio-
viar entonces la búsqueda respectiva hacia espa- cinio falaz según el cual la igualdad sería contradic-
cios nuevos, a los que quienes se empeñan en este toria con la «diferencia», y que es a esta a la que se
deporte consideran más sabrosos, como podrían le debe otorgar la ventaja, esto es, a la diferencia
ser el mall, las nuevas tecnologías comunicaciona- de los que son los «otros» respecto de los que son
les o el «mercado» en general; este último es un los «unos», siendo los unos aquellos a los que el
sitio en el que todos seríamos miembros de la en- sistema, cualquiera que este sea, protege. Otra fe-
trañable fraternidad de los «consumidores» (escu- minista española, en este caso Celia Amorós, des-
ché hace poco que también debiera servirnos para mantela la falacia posmoderna de una manera con-
esto el «encuentro» de la «gente» en los trenes del tundente y prístina, cuando advierte que en el
metro). Pero nosotros no tenemos por qué ceder al pensamiento de la modernidad el mundo de la igual-
cinismo grosero de semejantes discursos. Debemos dad no es el mundo de la uniformidad [«identidad»,
recuperar en cambio la triple propuesta hecha por dice ella]; que por el contrario la igualdad moderna
el diputado Robespierre a la Asamblea Legislativa es capaz de hacer lugar a lo diferente y, más toda-
francesa en 1790, en la que la primera de las dos vía, que desde el punto de vista lógico es solo la
líneas de integración que él distinguió fue la igual- posesión de una plataforma universalizadora la que
dad, pero no cualquier igualdad, sino una a la que permite hablar de diferencia. Cito:
los revolucionarios de ese país asumieron como la
consecuencia de un pacto consciente y deliberado, Conviene, en primer lugar, adelantar ciertas dis-
que a corto o mediano plazo debiera transformarse tinciones entre las nociones de igualdad e identi-
en constitutivo de derecho, entre los individuos li- 6 Amelia Valcárcel: «Igualdad, idea regulativa», en El con-
bres. Como escribe la filósofa feminista española cepto de igualdad, Amelia Valcárcel (ed.), Madrid, Edi-
Amelia Valcárcel: «dentro de la tradición democráti- torial Pablo Iglesias, 1994, p. 12.

139
dad. Se puede decir que A y B son idénticos del liberalismo salvaje y los beneficios de aminorar
cuando se dan en ambos unívocamente las mis- sus perjuicios mediante la oposición de un poder
mas características y cualidades que considera- de proporciones análogas a las suyas y, si es posi-
mos relevantes en la predicación común que es- ble, superiores. En el fondo, lo que en el mundo
tablecemos, de tal manera que aquellos sobre moderno se busca afianzar, para convertir en nor-
quienes recae nuestra predicación se vuelven por ma jurídica la moral igualitaria de que habla Valcár-
ello mismo indiscernibles como sujetos [...]. La cel, es que la libertad de uno o de unos no se lleve
igualdad, por el contrario, no hace sino establecer por delante la libertad de los otros, pero sobre todo
una relación de homologación, es decir, de ubi- que la riqueza de uno o de unos no se amase a
cación en un mismo rango de cualidades o de costa de la miseria de los otros. Hace poco más
sujetos que son diferentes y perfectamente dis- de cien años, al logro de este propósito se le dio el
cernibles. nombre de «justicia social», y se remplazó así el
naftalínico asistencialismo premoderno (las «obras
Y sigue: de beneficencia», religiosas o no) por la conciencia
de que existen derechos que son esenciales, que
[...] todo derecho a la diferencia presupone, ob- por ende deben estar disponibles para todos, cuyo
viamente, la igualdad, de otro modo, mi diferen- establecimiento tiene que hacerse por ley y cuya
cia no se vería reconocida, es decir, ponderada cautela corresponde al Estado. Con eso se daba
como digna del mismo respeto que la del otro; curso, creo que nadie se atreverá a ponerlo en duda,
así, el aprendizaje de las reglas de uso del yo a uno de los progresos más admirables en la histo-
presupone el de las del tú, y solo porque sé dis- ria de la modernidad. En Chile, esta magnífica noti-
cernir que tú eres tú y yo soy yo puedo conside- cia de la justicia social nos llegó un poco tarde, eso
rar que somos iguales.7 es cierto, pero nos llegó, y su implementación aca-
bó por convertirse en uno de los objetivos princi-
Esto quiere decir que la necesidad de un pacto pales de las autoridades que, con más o menos
igualitario no proviene de la utilización multitudina- consecuencia y competencia, nos gobernaron a
ria de las tecnologías de la comunicación o del uso partir de las décadas del veinte y del treinta del si-
compartido de los establecimientos comerciales o glo XX. Posteriormente, después del desastre del
de los trenes del metro, según piensan los esclare- 11 de septiembre de 1973 y de la instalación de
cidos teóricos chilenos a los que ya aludí, sino de Pinochet en La Moneda, dejó de ser lo que hasta
un movimiento de la inteligencia crítica. Este movi- entonces había sido, y hoy nos encontramos en
miento se despliega a partir de un juicio ético de medio del tortuoso proceso de recuperarla.
equiparación entre los seres humanos, y es preciso Es pues, en virtud de dicho acuerdo, el que vo-
formalizarlo jurídicamente, lo que resulta no solo luntaria, racional y legalmente establecen entre ellos,
comprensible sino indispensable si se tienen en cuen- que los individuos libres, pobladores de un espacio
ta las aptitudes descohesionadoras y brutalizadoras común, convierten a ese espacio en una civitas, la
que es o aspira a ser mejor que la que ellos hereda-
7 Amelia Valcárcel: Ob. cit. (en n. 6), pp. 30-31. ron de sus abuelos y sus padres, que coincide en el

140
respeto de una normatividad justa y, por consiguien- eso o no lo es inevitablemente. Es, en cambio, el
te, de un Estado justo. En la constitución de un Es- cuerpo (en el sentido material y más fuerte de este tér-
tado con esas características ellos convergen, por mino) en el que los individuos libres, esto es, los
decisión de la mayoría y persuasión (o concesión que por otros motivos son ciudadanos, se han en-
razonable) de la minoría, transformándose a causa contrado y unido de una manera instintiva, para
de esto en ciudadanos, capacitados para hacer un sobreponerse a las penurias de su soledad, y por-
uso pleno de los derechos que les corresponden que sienten que tienen vínculos espaciales y tempo-
como tales o, lo que es lo mismo, capacitados para rales que hacen de sus vecinos no solo unos «próxi-
hacer uso de su soberanía. mos» sino unos «prójimos».
En cuanto a la segunda de las dos alternativas Vuelvo ahora sobre el comienzo de mi reflexión:
que encarnan la urgencia integradora del todo so- ¿qué es lo que pasa o ha venido pasando en Chile
cial moderno, esta corresponde, como dije antes, a desde hace casi veinte años con el programa de la
la fraternidad. En este punto, debe tenerse presen- democracia moderna, cuyos elementos fundamen-
te que nosotros nos encontramos evocando un tales yo acabo de esbozar? En primer término, creo
momento cohesivo otro, que si bien es cierto que que es de toda conveniencia despejar confusiones.
no es el de los cristianos de la primera época, tam- Respecto a los diecisiete años que precedieron a la
poco puede ni debe confundirse con el de carácter entrada del presidente Patricio Aylwin en el palacio
jurídico-político al que me referí arriba, pues al con- de La Moneda, el 11 de marzo de 1990, a mí me
trario de aquel, que es el de la discursividad moral parece a salvo de cualquier debate que la adminis-
(y, por lo mismo, voluntaria, racional y legal), el que tración castrense que hasta entonces se hizo cargo
ahora nos interesa es de índole espontánea y pro- de lo negocios del país, no solo no tenía nada que
viene «de abajo», que se deriva de la intuición direc- ver sino que era contradictoria con el discurso de-
ta e inmediata que acerca de su identidad particular mocrático, incluso si a este se lo reduce a sus ras-
genera la pertenencia de los individuos libres a un gos más básicos; ello no obstante la utilización ob-
territorio y una memoria compartidos. He ahí el hue- sesiva y oximorónica de nociones, tales como las
co donde se aloja el impulso que en todos nosotros de democracia «autoritaria», «protegida», «integra-
desencadena el instinto de «ser con el otro». De ahí dora», «tecnificada» u otras por el mismo estilo y
surge también la solidaridad, que es la base de la cuyo conjuro fue la especialidad del consigliere
construcción de una identidad colectiva en el senti- áulico del dictador, Jaime Guzmán Errázuriz. Por
do moderno (cultural y no esencial, por lo tanto). antonomasia, el pinochetismo y todo lo que con el
Entre las múltiples formas de asociación entre los pinochetismo se asocia, corresponden al tipo de
humanos, es ella la que da origen finalmente a la pensamiento que da origen a aquel engendro que
«nación», concepto que con la chapa del «naciona- tanto le gustaba a Carl Schmitt, cuyos procedimien-
lismo» va a histerizarse una y otra vez, desde el tos Nicos Poulantzas desenmascaró hace más de
período romántico en adelante, para transformarse treinta años (y después de él otros: Foucault, Agam-
en tales casos, ahora sí, en una esencia absoluta e ben, etcétera), y que es el «Estado de excepción»,
imponerse en nombre de preceptos a menudo abo- excepción hecha a la práctica triple de la libertad,
minables, racistas o similares. Pero la nación no es la igualdad y la solidaridad (había tenido su estreno

141
con la batería conceptual represiva de la Antigua tiva»,10 nos estaremos poniendo a una enorme dis-
Roma primero, donde fue el iustitium transitorio tancia de los requisitos de la democracia moderna.
que a los patricios del Senado les permitía hacer Si la política no se encuentra ya en la base ciudadana
frente al tumultus, y de la Revolución Francesa de la civitas, sino en un espacio que está «más allá»
después, más precisamente, en este último caso, o «por sobre» esa base, presumiblemente en el es-
cuando la Asamblea Legislativa puso los ideales pacio de la «clase política», y si la democracia no
democráticos de la Revolución entre paréntesis para consiste en la capacidad que a todos nos asiste para
contener los peligros del acoso contrarrevolucio- intervenir y transformar el orden del mundo, sino en
nario tanto exterior como interior).8 Es, en resumi- obtener el Estado que «la masa de los individuos»
das cuentas, la antidemocracia, por consiguiente, la capte los mensajes (y con ello, las órdenes) que él
antimodernidad y el indicador inconfundible de un les envía con nitidez suficiente, entonces lo que se
quiebre y un retroceso abrupto en el reloj de la his- ha producido es un cambio importante en la se-
toria, de una aberrante vuelta atrás. Como ob- mántica del discurso.
jeto de análisis, el supuesto de un contacto entre En estas condiciones, a mí no me cabe duda de
ambos términos, el pinochetismo y la democracia, que el programa democrático moderno pierde su vir-
no tiene por lo tanto cabida en esta exposición. tud emancipadora, la de los últimos tres o cuatro si-
Otra cosa es lo que nos ha sucedido a los chile- glos, y que es remplazado por otro (¿el de una de-
nos después del fin de la dictadura, y lo que nos mocracia «posmoderna»?), programa este otro para
está sucediendo hoy día. Cuando se definen la po- el que la democracia no sería ya un fin, sino un medio;
lítica y la democracia diciendo que la primera es «el no un bien apreciable en y por sí mismo, sino una
espacio intermedio entre el Estado y la sociedad herramienta eficiente, la más adecuada de que se tie-
civil» y que la segunda «consiste en una buena co- ne noticia hasta la fecha, para asegurar la pervivencia
municación entre aquél [el Estado] y la masa de los de una estructura social a prueba de conflictos. La
individuos»,9 yo siento que un compuesto disolven- estabilidad se convierte, por lo tanto, desde el punto
te se ha dejado caer sobre la significación de estas de vista de esta teoría democrática «restrictiva», en
palabras. Más claro: lo que yo siento es que si les el norte de la actividad política o de la actividad de
damos nuestro visto bueno a definiciones como esas los políticos, en tanto que el norte de la democracia
dos que recién copié, definiciones que restringen la sería el de contribuir al afianzamiento de esa misma
significación de aquello que intentan definir de una estabilidad. En los últimos años, la insistencia en la
manera sustancial y que en sentido estricto perte- noción de «gobernabilidad» o de «gobernanza», que
necen al repertorio teórico que el profesor Carlos les llena la imaginación y el discurso a muchos de
Ruiz ha descrito como el de la «democracia restric- nuestros prohombres criollos, que algunos periodis-
tas repiten sin saber lo que dicen y cuyo máximo
promotor es el Banco Mundial (¿qué diablos tiene
8 Para mayores detalles, véase Giorgio Agamben: Estado
que hacer el Banco Mundial en estas materias?, se
de exceçao, Iraci D. Poleti (trad.), São Paulo, Boitempo,
2004. 10 Carlos Ruiz Schneider: Seis ensayos sobre teoría de la
9 Eugenio Tironi: Autoritarismo, modernización y margi- democracia, Santiago de Chile, Universidad Nacional
nalidad, Santiago de Chile, Sur, 1990, p. 69. Andrés Bello, 1993.

142
preguntarán ustedes. La respuesta es que el Banco la población con una libertad, una autonomía y una
Mundial quiere que se le den garantías respecto del confianza que son incompatibles con cualquier de-
retorno de los capitales que él u otros les prestan a mocracia que merezca el nombre de tal. Tampoco,
unos gobiernos cuya permanencia en el poder no está y esto es de una congruencia incuestionable, sien-
siempre asegurada, pero que debería estarlo para ten esos poderes fácticos que tengan que rendirle
resguardo de los haberes del Banco y de sus socios, cuentas a nadie como no sea a la jerarquía de su
lo que exige que se tomen todas las providencias tran- propia parroquia. La distribución de anticoncepti-
quilizadoras de que se pueda echar mano, activán- vos de emergencia en los hospitales públicos, lo que
dose cualesquiera sean los dispositivos persuasores el 80 % de la población chilena acepta y reclama,
y represores que para tales fines se juzguen adecua- pero que el Tribunal Constitucional ha procurado
dos), apunta en esa dirección. impedir a causa de las presiones de la Iglesia cató-
Sin que yo pretenda hacerme cargo a fondo de lica, es expresiva de esta situación.
las múltiples implicaciones de este razonamiento que Más grave todavía es que en Chile sigamos obe-
encarece las bondades de la «gobernabilidad de- deciendo hasta hoy a una Constitución de la Repú-
mocrática» o, mejor dicho, dejando su retórica falaz blica que, aunque ha sido remendada en varios de
librada a la crítica de quien me lee, procedo a for- sus artículos, es la Constitución del dictador, la que
mular en lo que sigue cuatro tesis generales, que él se hizo escribir y aprobar en 1980. Esto signifi-
inciden en la falta de correspondencia entre los idea- ca que en Chile no ha habido después de Pinochet
les del modelo de la democracia moderna y la rea- una Asamblea Constituyente y la Constitución
lidad chilena de los últimos veinte años. que nos rige no solo no es expresiva de la volun-
Primera tesis: el término de la dictadura de tad popular, sino que lo es de la voluntad impo-
Augusto Pinochet no significó para nosotros los pular. El ejercicio de nuestros derechos ciudada-
pobladores de la tierra chilena un reencuentro nos está, en definitiva, conculcado legalmente, nada
pleno con el ejercicio de nuestra libertad en el menos que por la «ley de las leyes», y negar este
ámbito colectivo. En concreto: no nos significó a hecho es como decir que es de noche cuando el sol
los chilenos un reencuentro satisfactorio con el ejer- brilla en el firmamento con toda su fuerza. Pero esto
cicio de nuestra soberanía. Los ciudadanos de este no es, seamos francos, ninguna novedad. No solo
país o no lo somos o lo somos de una manera que no ha habido en Chile nunca una constitución que
ha sido cuidadosamente «rebanada» (el verbo es emanara de los debates de una Asamblea Consti-
de Gabriela Mistral), pues existen aún en nuestra tuyente, sino que nuestra historia republicana ente-
civitas disposiciones legales y poderes fácticos, tal ra (y la de la América Latina entera, con dos o tres
vez los segundos aún más poderosos que los pri- excepciones recientes, como las de Bolivia, el Ecua-
meros, respecto de cuyo origen y alcances noso- dor y Venezuela) puede leerse, y así la ha leído una
tros, los dueños formales de la soberanía, no tene- espléndida novela de mi antiguo amigo Jorge Guz-
mos, seguimos sin tener, hasta la fecha, oportunidad mán, como la de una prolongación a cualquier pre-
de pronunciarnos. Por lo pronto, en nuestro país cio, aun al precio de la persecución y del crimen,
los militares, los empresarios y la Iglesia católica por parte de las oligarquías gobernantes (y esto vale
generalizan sus intereses y se los infligen al resto de tanto para Chile como para los países aledaños),

143
de una doble conciencia: la de la proclamación del vista al descubrírselo inmerso en su propio clima,
imperio de la democracia aparejada a la figuración autoabasteciéndose ourobóricamente, operando
y fabricación de toda clase de triquiñuelas amaña- entre las paredes de su propia burbuja, reprodu-
das para prevenir que sus efectos se materialicen. ciéndose en y entre los mismos de siempre, inter-
La democracia deviene así, entre nosotros –para pelándose y respondiéndose ellos a ellos y reedi-
decirlo con la fórmula feliz que el destacado inte- tándose de esa manera modalidades arcaicas de
lectual brasileño Roberto Schwarz enunció hace hacer política que nos retrotraen al parentalismo y
algunos años para la historia decimonónica de su al verticalismo oligárquicos del siglo XIX.
propio país–, una «idea fuera de lugar». Escribe Y esto es algo que paradójicamente acontece con
Schwarz: «En resumen, las ideas liberales no se más efectividad no bien el recurso a la delegación se
podían practicar, siendo al mismo tiempo indescar- contamina de/con un alegato «modernizador», el que
tables [...]. Por eso, tampoco sirve de nada insistir aboga por las prerrogativas de la competencia técni-
en su clara falsedad. Más interesante es acompa- ca. En otras palabras: cuando se contamina de/con
ñarlas en su movimiento, del que la falsedad es una un alegato a favor de una ideología tecnocrática y
parte verdadera».11 burocrática, que se autodescribe como de carácter
Segunda tesis: aun si fuera cierto que en el marco «científico» y de acuerdo con la cual, en razón de su
del Estado-nación moderno es imposible que el posesión de la «cientificidad», los «delegados» (o los
pueblo ejerza su soberanía directamente, y que «representantes»… o los «representantes de los re-
por eso el recurso a la delegación (o a la repre- presentantes») pueden más que quienes hicieron de
sentación) constituye una necesidad, en este Chi- ellos lo que ellos son. El tecnocratismo y el burocra-
le en que nosotros vivimos dicho recurso se ha tismo son por lo tanto los factores que se agregan y
corrompido hasta el punto de hacerse irreconoci- refuerzan el ejercicio oligárquico del poder, y posi-
ble. Aquellos en quienes el pueblo chileno presun- bilitan los tres en su conjunto que en este mundo nues-
tamente delega su soberanía –y he escrito presunta- tro las personas que debieran ser los «servidores del
mente porque, como se estableció en el párrafo soberano» –o los «servidores públicos», como antes
anterior, eso no es así o no lo es en todos los casos, se decía un poco más gentilmente–, se consideren au-
pues circulan entre nosotros otros individuos u otras torizadas para invertir el orden de la secuencia demo-
organizaciones que también son soberanos y, a lo crática moderna, para ponerse ellos en el lugar del
peor, más soberanos que nosotros– no son manda- soberano y para ordenarle a este, aun en contra de
tarios sino mandamases. Esto significa que en los úl- sus deseos más profundos, lo que él debe ser y hacer.
timos veinte años el poder se ha movido en Chile Tercera tesis: en términos de cohesión social, el
cada vez más hacia el interior de sí mismo y más principio ético de la igualdad, que es aquel que,
lejos del pueblo (o de la «gente», para hacer uso del como hemos visto en el primer segmento de este
vocablo que otorgan su preferencia los dueños de trabajo, debiera contener los desmanes del capi-
ese poder), lo que es comprobable aun a simple talismo tanto jurídica como políticamente en una
democracia de veras, en el Chile contemporáneo
11 Roberto Schwarz: «As idéias fora do lugar», Ao Vence- ha involucionado casi hasta dar con su grado
dor as Batatas, São Paulo, Duas Cidades, 1992, p. 22. cero. En un país en el que las modernizaciones, por

144
ejemplo, de la educación y la salud no solo no eli- y con todos los recortes que como hemos visto a
minan, sino que suponen su privatización y, por con- esa noción se le practican desembozadamente.
siguiente, una elitización cada vez mayor (existen Cuarta y última tesis: también en términos de
cifras copiosas sobre estos dos temas, que yo me cohesión social, el principio de la fraternidad,
excuso de dar, y como quiera que sea basta echarle que es el que permite la construcción y la re-
una mirada rápida a los resultados de las pruebas construcción de la identidad nacional sobre la
PISA12 y Simce,13 que con el fin de comprobar las base de nuestro «ser con el otro», si bien existe
variaciones que se producen en el rendimiento estu- todavía en Chile, porque por su raíz instintiva e
diantil primario y secundario el ministerio del ramo intuitiva no puede menos que existir –es apo-
aplica periódicamente, para comprender que no es yándonos en ese principio que acogemos al otro
lo mismo educar a los hijos en un colegio público de no solo como un próximo, sino como un próji-
María Pinto o La Legua, que hacerlo en ciertos esta- mo, y de ese modo combatimos la condición so-
blecimientos privados, como podrían ser el Colegio litaria que es el denominador común de la vida
La Girouette de Las Condes o el Andrée English
School de La Reina, lo que es correlativo al hecho
tos [en la Prueba de Selección Universitaria (PSU 2008),
de que tampoco es lo mismo enfermarse en el Hos- en la que el máximo eran 850 puntos], el mínimo necesa-
pital de Talca que ir a atenderse en la Clínica Alema- rio para postular a la universidad; y ni siquiera uno de
na de la pituquísima comuna de Vitacura), hablar de cada diez se ubicó por sobre los 600 puntos. En el otro
igualdad o, en otras palabras, hablar de una justicia extremo, siete de cada diez alumnos provenientes de
social que merezca ser así llamada, es casi una bro- hogares con ingresos mensuales de más de un millón
de pesos obtuvieron más de 600 puntos, lo que los
ma de mal gusto. Las estadísticas correspondientes, habilita para postular prácticamente a cualquier uni-
cuyas noticias son peores en cada una de la edicio- versidad; bajo los 450 puntos, en este segmento eco-
nes que se nos entregan de ellas, dan la impresión de nómico, se ubicaron menos del 10 %. Las estadísticas
que estuviéramos acercándonos inexorablemente al son similares cuando se mide por origen del estableci-
modelo segregatorio que es propio de una situación miento. Es decir, las expectativas de un futuro mejor
son inversamente proporcionales entre los alumnos
de apartheid.14 Para recurrir de nuevo al discurso egresados de colegios pagados y los de establecimien-
filosófico de Valcárcel, lo que sucede es que la igual- tos municipalizados. Los subvencionados administra-
dad, que desde este punto de vista es un concepto dos por sostenedores se ubican entre ambos, pero más
que, como ella dice, pasa de la moral a la política, cerca a estos últimos. La situación no es nueva. Todo
entre nosotros se ha resuelto en «política» y punto, lo contrario, se ha ido agudizando en los últimos años»,
La Nación, 23 de diciembre de 2008. Anota El Mercu-
rio, por su parte, y en los titulares del artículo respecti-
vo: «Solo cinco comunas concentran el 45 % de los
12 Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes
puntajes nacionales de la PSU de este año. El sector
[N. de la R.].
oriente de Santiago acaparó gran parte de los mejores
13 Sistema de Medición de la Calidad de la Educación [N. rendimientos en el test de ingreso a la educación supe-
de la R.]. rior. Los datos reflejan la brecha social: 94 % de los
14 «[...] las cifras son dramáticas. Cuatro de cada diez alum- alumnos de colegios privados saca sobre 450 puntos
nos provenientes de hogares con ingresos inferiores a versus 58 % de los públicos», 22 de diciembre de 2008,
los 432 mil pesos mensuales no alcanzaron a los 450 pun- sección C, página 10 de dicho periódico.

145
cotidiana en la urbe moderna, de esta vida he- es de máxima importancia que los chilenos tenga-
cha de «soledades juntas» de que hablaba el mos y hagamos también conciencia respecto de la
poeta Antonio Machado–, está siendo socava- faena darwinianamente descohesionadora que re-
do sistemáticamente. Me parece que habría que dunda de la aplicación urbi et orbi del ideologismo
diferenciar, en todo caso, la identidad nacional como neoliberal, el que a no dudarlo se ubica en la prime-
un constructo castrense y/o burocrático, materia de ra fila de nuestros enemigos, puesto que parte del
banderas, marchas, desfiles, ofrendas florales, himnos principio contrario al que estamos aquí invocando
y demás pantomimas de ese tipo –entre ellas, el al apostar no a la clase de cultura que fomenta el
folclor de los huasos de calendario y el de la casita aprecio y la colaboración entre los individuos, sino
chilena con techo de tejas y tinaja en el patio–, de a una que estimula la competencia entre ellos. A esa
la identidad nacional como un dato de la «concien- otra clase de cultura, si es cierto que el patriotismo
cia práctica», que no es asimilable por ende a aque- superficial no le molesta y hasta le sirve de excusa,
llas versiones que se construyen «sobre la base de también es cierto que el patriotismo profundo le re-
los intereses y visión del mundo de algunas clases o sulta impalatable. De ahí la práctica de una política
grupos dominantes».15 Eso, por un lado. Por el otro, para la cual la fraternidad es un término contradicto-
rio, que no solo carece de sentido, sino que es, sea-
mos claros, una rémora.
15 Jorge Larraín Ibáñez: Modernidad, razón e identidad
en América Latina, Barcelona, Buenos Aires, México
D. F., Santiago de Chile, Andrés Bello, 1996, p. 208. Abril de 2009 c

146
RENÁN VEGA CANTOR

Amargo Bicentenario
de la Independencia en Colombia:
¿cuál independencia?
La injerencia que hoy tienen las tres ramas del poder de
Estados Unidos en Colombia es posiblemente la mayor
en toda la historia de las relaciones entre los dos países.
Pocas veces Estados Unidos había metido tanto sus nari-
ces en las políticas internas, y además con el visto bueno
del Estado.
Revista Semana, citada en José Manuel Martín Medem:
Colombia feroz. Del asesinato de Gaitán a la presiden-
cia de Uribe, Madrid, Ediciones La Catarata, 2009, p. 262.

Hablar de soberanía colombiana es un chiste.

Revista Casa de las Américas Nos. 259-260 abril-septiembre/2010 pp. 147-171


NOAM CHOMSKY, www.kaosenlared.net.

R
esulta paradójico que cuando se cumplen doscientos años de
los comienzos de la lucha independentista que selló nuestra
separación de España, el gobierno de Colombia, coaligado
con el conjunto de las clases dominantes, haya entregado a los Es-
tados Unidos en bandeja de plata el territorio colombiano para que
se convierta en una gran base terrestre, con la finalidad de ser usa-
do por el imperialismo del norte en sus pretensiones de agredir a
algunos países de la región, en especial a aquellos que han intenta-
do consolidar proyectos nacionalistas en los últimos años.
Dada la magnitud de la entrega y de la postración de que hace
gala el régimen respecto a los Estados Unidos, se convierte en un
mal chiste celebrar la «independencia» en Colombia, y no deja de

147
ser una muestra excelsa de cinismo hablar de sobe- del cual se le conceden a ese país siete bases, distri-
ranía o de autodeterminación nacional en este país. buidas a lo largo y ancho de la geografía de Colom-
¿Cuál independencia, si somos uno de los países bia, junto con otras prerrogativas que convierten a
más dependientes y sumisos al poder imperialista este país en un protectorado yanqui. La magnitud de
de la «Estrella Polar»? ¿Cuál soberanía nacional, la entrega alcanza tales ribetes de indignidad, que es
cuando las fuerzas militares de los Estados Unidos similar a lo sucedido en Cuba con la Enmienda Platt
y las multinacionales capitalistas de ese país y de la en 1901, o a lo acontecido en los países directamente
Unión Europea se han apropiado de nuestros re- ocupados por los Estados Unidos (Haití, 1915-1934,
cursos naturales y minerales? República Dominicana, 1916-1924, Nicaragua,
Por lo anterior, en este ensayo, antes que evocar 1910-1925 y 1926-1934) o a Puerto Rico, deno-
los acontecimientos de nuestra independencia de minado con el eufemismo de Estado Libre Asocia-
España –que se iniciaron hace dos siglos, de los cuales do, un típico caso de colonialismo permanente en el
emergió la Gran Colombia en 1819, y culminaron Continente. Puede decirse que, en la práctica, he-
con la disolución de este gran proyecto en 1830–, mos regresado a formas de sujeción cuasi colonia-
creemos mucho más útil y oportuno aprovechar esta les, propias de un distante pasado, tan lejano como
efeméride para presentar un panorama sobre la te- el que se quiso superar con las guerras de la inde-
rrible situación de dependencia que soporta la na- pendencia hace dos siglos.
ción colombiana en estos momentos, dependencia El nombre mismo del «Acuerdo complementa-
similar, guardando las debidas proporciones históri- rio para la Cooperación y Asistencia Técnica en
cas, a la que afrontaba el virreinato de la Nueva Gra- Defensa y Seguridad entre los Gobiernos de la Re-
nada en 1810, con la diferencia elemental de que pública de Colombia y de los Estados Unidos de
ahora la subordinación cuasi colonial se produce ante América», como de manera eufemística se deno-
el amo de turno, los Estados Unidos. mina al pacto que sella la indigna entrega, está pla-
Para abordar la temática, hemos dividido este gado de mentiras, porque no es ningún acuerdo sino
ensayo en dos apartados. En el primero, describi- una imposición imperialista aceptada a pie juntillas
mos y analizamos la conversión de Colombia en un por sus peones del gobierno colombiano, y la tal
portaviones terrestre de los Estados Unidos; en el asistencia técnica en defensa y seguridad no es bi-
segundo, presentamos una breve retrospectiva his- lateral sino unilateral, ya que los Estados Unidos
tórica, con el fin de colocar en la larga duración, la imponen sus reglas y sus condiciones, como no
dependencia de las clases dominantes de Colom- podía ser de otra forma cuando un país dependien-
bia con relación al imperialismo estadunidense. te firma «convenios» militares con ese país. Es ne-
cesario mostrar con algún detalle, a partir del texto
I. La conversión de Colombia del «acuerdo» mismo, su funesto alcance para Co-
en portaviones terrestre lombia y nuestra América.
Para comenzar, se define al personal civil y mili-
de los Estados Unidos
tar que participa en actividades militares en este
El 30 de octubre de 2009 el régimen uribista firmó país, y se incluyen a los contratistas, un nombre
un «acuerdo» con los Estados Unidos, por medio con el que se camufla el carácter de mercenarios

148
adscritos al Departamento de Defensa de los Esta- continuará permitiendo el acceso y uso a las
dos Unidos o a cualquier otro organismo de ese instalaciones de la Base Aérea Germán Olano
gobierno y que se encuentran en Colombia, junto Moreno, Palanquero; la Base Aérea Alberto
con sus familiares. Incluso, se introduce la noción Pawells Rodríguez, Malambo; el Fuerte Militar
de «observadores aéreos», por lo cual se entiende de Tolemaida, Nilo; el Fuerte Militar Larandia,
a «los representantes de Colombia o de terceros Florencia; la Base Aérea Capitán Luis Fernando
Estados que, previa autorización de Colombia y Gómez Niño, Apíay; la Base Naval ARC Bolí-
por invitación de los Estados Unidos, participen en var en Cartagena; y la Base Naval ARC Málaga
misiones aéreas que se lleven a cabo en el marco en Bahía Málaga; y permitiendo el acceso y uso
del presente Acuerdo» (Art. I).1 de las demás instalaciones y ubicaciones en
En el Artículo III se detalla el alcance real de la que convengan las Partes.
ignominiosa entrega cuando se dice que las partes
«acuerdan profundizar su cooperación en áreas tales Se reconoce que, en la práctica, desde hace tiem-
como interoperabilidad, procedimientos conjuntos, po vienen operando las fuerzas armadas de los Es-
logística y equipo, entrenamiento e instrucción, inter- tados Unidos en Colombia, al decir sin mucho ru-
cambio de inteligencia, capacidades de vigilancia y bor que se «continuará permitiendo el acceso» a
reconocimiento, ejercicios combinados, y otras ac- este país y, además, se les concede ingreso no solo
tividades acordadas mutuamente, y para enfren- a las siete bases mencionadas sino al resto del terri-
tar amenazas comunes a la paz, la estabilidad, la torio, al permitirles la entrada a las «demás instala-
libertad y la democracia». Así mismo, «se com- ciones y ubicaciones».
prometen a fortalecer y apoyar iniciativas de co- Adicionalmente, a cambio de esta cesión total
operación regionales y globales para el cumpli- de nuestra soberanía, los Estados Unidos no tienen
miento de los fines del presente Acuerdo». Nótese que pagar erogación alguna puesto que en el mis-
que está incluido prácticamente todo con aquello de mo Artículo IV se agrega que «las autoridades de
«otras actividades acordadas mutuamente», entre las Colombia, sin cobro de alquiler ni costos pareci-
cuales podían incluirse acciones como las de bom- dos, permitirán a los Estados Unidos el acceso
bardear otro país, como le sucedió al Ecuador el 1 de y uso de las instalaciones y ubicaciones convenidas y
marzo de 2008, lo cual se reafirma con eso de «for- a las servidumbres y derechos de paso sobre bie-
talecer y apoyar iniciativas de cooperación regiona- nes de propiedad de Colombia que sean necesa-
les», entre las que pueden involucrarse todos los he- rios para llevar a cabo las actividades dentro del
chos ilegales librados en estos momentos desde marco del presente Acuerdo incluida la construc-
Colombia contra Venezuela. ción convenida». Pero hay más, ya que «el perso-
En cuanto al acceso a instalaciones militares, el nal de los Estados Unidos, los contratistas de los
Artículo IV precisa que el gobierno colombiano: Estados Unidos y los empleados de los contratistas de
los Estados Unidos tendrán acceso y la capacidad
de moverse libremente dentro y entre las instala-
1 Texto completo del acuerdo se encuentra en
<www.colectivodeabogados.org>, de donde provienen
ciones y ubicaciones mutuamente convenidas». Y,
todas las citas textuales que se presentan en este ensayo. por si hubiese dudas, se precisa que «los edificios,

149
las estructuras inamovibles y los montajes construi- garantizará que sus autoridades verificarán, en el
dos por los Estados Unidos serán para su uso [...] menor tiempo posible, el estatus de inmunidad del
hasta la entrega de los mismos a Colombia». personal de los Estados Unidos y sus personas a
Pero no solo se convierte el territorio colombia- cargo, que sean sospechosos de una actividad cri-
no en portaviones de los Estados Unidos, sino que, minal en Colombia y los entregarán a las autorida-
como es apenas obvio, el espacio aéreo se le deja des diplomáticas o militares apropiadas de los Es-
completamente libre a las aeronaves de ese país tados Unidos en el menor tiempo posible». En pocas
(Artículo V), a las cuales se les permite que ingre- palabras, de manera acelerada se garantiza no solo
sen, sobrevuelen y aterricen; además «se designa- la impunidad de los militares y mercenarios de los
rán los aeropuertos internacionales para el ingreso Estados Unidos, sino que se les despeja el camino
y salida del país; y se establecerá un mecanismo para que continúen delinquiendo en otros lugares
para determinar el número estimado de vuelos que del mundo.
harán uso» de esos aeropuertos. Cuando esas na- Por supuesto, como en los tiempos de la domi-
ves vuelen en el espacio aéreo colombiano sin nin- nación colonial española, el personal de los Esta-
guna restricción, como mera formalidad se indica dos Unidos se puede mover libremente por nuestro
que cada una de ellas llevará un «observador aéreo cielo y tierra porque «Colombia les otorga una visa
de Colombia». Ni las aeronaves ni tampoco los bu- preferencial de servicio, estarán exonerados de
ques de guerra de los Estados Unidos pagarán un obtener permisos laborales y de residencia por
solo centavo cuando estén en territorio colombiano concepto de las actividades que se lleven a cabo en
y «no estarán sujetas al pago de derechos, inclui- el marco del presente Acuerdo». Para rubricar, aparte
dos los de navegación aérea, sobrevuelo, aterrizaje de concederles visas no se les va a cobrar ni un peso
y parqueo en rampa». Se enfatiza, en el mismo sen- por entrar y salir de Colombia, como se dice en el
tido, que «de conformidad con el derecho consue- Artículo IX:
tudinario internacional y la práctica, las aeronaves y
buques de Estado de los Estados Unidos no se so- El personal de los Estados Unidos, sus personas
meterán a abordaje e inspección» (Art. VI). a cargo, los contratistas de los Estados Unidos,
Dada la inmunidad que se le concede al personal los empleados de los contratistas de los Estados
militar y civil de los Estados Unidos, este puede Unidos y los observadores aéreos que ingresen
cometer cualquier tipo de crimen y delito sin que y salgan de Colombia, para llevar a cabo activi-
tenga por qué preocuparse, ya que goza de una dades en el marco del presente Acuerdo, esta-
completa impunidad, como se indica en el Artícu- rán exentos de pagos por entrada y salida del
lo VIII: «Colombia otorgará al personal de los Es- país u otros impuestos de salida, a menos que
tados Unidos y a las personas a cargo los privile- utilicen aeropuertos comerciales.
gios, exenciones e inmunidades otorgadas al
personal administrativo y técnico de una misión ¡Sobraría decir que en similares condiciones de
diplomática, bajo la Convención de Viena». Y, reciprocidad son recibidos en los Estados Unidos
como si esta cesión de soberanía no fuera suficien- todos los colombianos y las colombianas que quie-
te, se agrega unas líneas más adelante: «Colombia ran viajar a ese país, ya que les conceden en forma

150
automática la visa, se la entregan gratis y cuando cooperación para la lucha contra el narcotráfico
llegan a cualquier sitio de la Unión Americana los y el terrorismo, entre otros, cada Parte se com-
tratan como reyes! promete a asumir los costos por daños, pérdida
Como el personal estadunidense necesita toda o destrucción de su respectiva propiedad o por
la libertad para hacer lo que se le venga en gana: las la muerte o lesión del personal militar de sus res-
autoridades colombianas aceptarán la validez, sin pectivas fuerzas u otro personal de sus Gobier-
exámenes ni cobros, de las licencias o permisos de nos que ocurran en el cumplimiento de tareas
conducción de vehículos, buques o aeronaves ex- oficiales relacionadas con actividades que se
pedidos por las autoridades competentes de los desarrollen en el marco del presente Acuerdo.
Estados Unidos al personal de los Estados Unidos,
los contratistas de los Estados Unidos y los em- Aunque este artículo pudiera considerarse como
pleados de los contratistas de los Estados Unidos, secundario, apunta al meollo de la cuestión del ver-
que se encuentren temporalmente presentes en dadero alcance del «acuerdo», pues se sostiene sin
Colombia. Los vehículos tácticos de propiedad de tapujos que la cooperación no solo abarca la lucha
los Estados Unidos y operados por éstos, que se contra «el narcotráfico y el terrorismo» sino que se
encuentren temporalmente presentes en Colombia introducen los reveladores términos de «entre otros»,
para llevar a cabo actividades en el marco del pre- en los que cabe todo lo que pueda concebirse: ¿en-
sente Acuerdo, estarán exentos de inspecciones tre otros objetivos no pueden estar los de espiar,
técnicas, de licencias y matriculación por las autori- sabotear, agredir, bombardear o ocupar territorios
dades de Colombia pero llevarán las debidas iden- vecinos, o colocar bombas, asesinar dirigentes po-
tificaciones [Art. XVII]. líticos o sociales en aquellos países considerados
Adicionalmente, los estadunidenses tienen un tra- como «enemigos de los Estados Unidos» y de su
to fiscal especial, ya que, según el Artículo XVIII, peón de brega, Colombia?
Para rubricar todo lo planteado, los Estados Uni-
los ingresos que perciba el personal de los Esta- dos se cuidan de no dejar documentación escrita
dos Unidos por los servicios prestados para el sobre sus actividades en territorio colombiano, puesto
desarrollo de las actividades relacionadas con el que en la práctica su personal puede hacer lo que le
presente Acuerdo no estarán sometidos a los gra- plazca en lo relacionado con la información docu-
vámenes de Colombia. Los ingresos provenien- mental, como lo indica el Artículo XX:
tes de fuera de Colombia del personal de los Es-
tados Unidos y sus personas a cargo que gocen Las autoridades de Colombia reconocen que los
de la condición de no residentes en Colombia no Estados Unidos pueden recolectar, transportar
estarán sometidos a gravámenes de Colombia. y distribuir documentos y correspondencia, para
el personal de los Estados Unidos, sus personas
En el Artículo XIX se indica que: a cargo, los contratistas de los Estados Unidos
y los empleados de los contratistas de los Esta-
teniendo en cuenta que uno de los objetivos del dos Unidos, fuera de la red postal colombiana
presente Acuerdo es la profundización de la [...]. Los documentos y la correspondencia oficial

151
tendrán el tratamiento equivalente [...] en cuanto indagar sobre las razones que explican por qué se
a inviolabilidad, inspección y detención. estableció tan tenebrosa alianza entre los Estados
Unidos y el régimen colombiano. Hay por lo menos
Para completar, en ese mismo artículo se indica que tres hechos básicos, que explicamos de manera rá-
«los Estados Unidos podrán establecer estaciones pida: el interés de los Estados Unidos en apoderar-
receptoras por satélite para la difusión de radio y se del petróleo de Venezuela y de los recursos na-
televisión, sin trámite o concesión de licencias y sin turales de la región andino-amazónica; la pretensión
costo alguno para los Estados Unidos» y Colombia de sabotear los intentos de unidad de la América
«permitirá a los Estados Unidos el uso de la infraes- Latina, en especial el ALBA; y el interés en impedir
tructura de red de telecomunicaciones requerida [...] la consolidación de procesos nacionalistas y revo-
y sin trámite o concesión de licencias y sin costo lucionarios en ciertos países de la región.
alguno, para los Estados Unidos». 1) El petróleo de Venezuela y otros recursos
La intromisión no es solo de los Estados Unidos, naturales de la región: La imposición de las bases
sino de sus socios y aliados, puesto que el Artícu- en una zona estratégica como Colombia apunta al
lo XXII estipula que contando con la «previa autori- control por parte de los Estados Unidos de impor-
zación de las autoridades colombianas, las autorida- tantes recursos naturales que se encuentran en la
des de los Estados Unidos facilitarán la estadía de zona andino-amazónica, empezando por el petró-
los observadores aéreos de terceros países en las leo. Al respecto sobresale Venezuela, la cual cuen-
instalaciones y ubicaciones convenidas, e, inter alia, ta con importantes reservas de crudo, que la ubi-
informarán a los observadores aéreos de terceros can entre los primeros productores a nivel mundial.
países acerca de las leyes y costumbres nacionales, Aunque Venezuela no ha suspendido la venta de
con el fin de asegurar su comportamiento disciplina- petróleo a los Estados Unidos, el gobierno de Hugo
do mientras se encuentren en Colombia». ¡Este últi- Chávez ha desempeñado un importante papel en
mo punto adquiere relieve si se recuerda que el 20 diversos planos, tanto a nivel local como mundial,
de julio de 2009, día de celebración de la primera en el manejo del recurso petrolero a favor de la
independencia de España (la de 1810), en la ciudad población venezolana. En ese sentido, se destaca
de Cartagena, mientras se llevaba a cabo una exhibi- su activo papel en revivir a la OPEP, lo que ha inci-
ción aérea, se salió de la pista un avión militar de dido en el mejoramiento del precio del barril de
matrícula colombiana que era piloteado por un indi- petróleo en el mercado mundial, su exigencia a las
viduo de nacionalidad israelí! Como quien dice, exis- empresas multinacionales para que paguen me-
ten antecedentes confirmados de la presencia de algo jores regalías y respeten las leyes nacionales de
más que meros observadores de «terceros países», Venezuela, y la venta de petróleo a precios
no muy santos por lo demás, en los aviones de las subsidiados a Cuba, Haití y otros países de la re-
Fuerzas Armadas del Estado colombiano. gión. Estas determinaciones han chocado a los Es-
Luego de haber descrito con detalle el texto del tados Unidos, por el nivel de independencia y so-
«acuerdo» para mostrar la magnitud de la entrega beranía que representan si se les compara con la
de nuestra soberanía, que nos ha hecho retroceder política de sumisión petrolera de gobiernos como
al estatus colonial de otros tiempos, vale la pena los de México o Colombia.

152
Además, debe tenerse en cuenta que en estos mo- Aunque muchos ciudadanos teman otro Vietnam,
mentos de agotamiento del petróleo a nivel mundial, resulta necesario, porque Venezuela tiene petró-
los Estados Unidos, el principal consumidor de hidro- leo. Venezuela tiene animadversión por Estados
carburos, dependen en gran medida de los recursos Unidos, éste debe intervenir en Colombia para
materiales y energéticos que se encuentran fuera de dominar a Venezuela. Y puesto que Ecuador
su territorio. Como, al mismo tiempo, no están dis- también resulta vital, y los indios de allí son
puestos a modificar su nivel de vida, basado en el con- peligrosos, Estados Unidos también tienen que
sumo intensivo de energía fósil, libra en la práctica una intervenir ese país. [...] Si mi país está librando
guerra mundial por el control de los recursos del mun- una guerra civilizadora en el remoto Iraq, seguro
do. Y en esa guerra no declarada ni reconocida, Ve- estoy [de] que también puede hacerlo en Co-
nezuela desempeña un papel de primer orden, por la lombia, y dominarla a ella y a sus vecinos: Vene-
magnitud de sus reservas. Al respecto, en un estudio zuela y Ecuador.3
reciente del Servicio Geológico de los Estados Uni-
dos se calcula que la franja del Orinoco tiene unos Esto mismo ha sido ratificado en forma más re-
quinientos trece mil millones de barriles, casi el doble ciente en un documento redactado por el Coman-
de reservas de petróleo que Arabia Saudita, el primer do Sur del Pentágono, en el que se indica sin mu-
productor mundial de crudo en la actualidad y hasta chos rodeos:
ahora poseedor de las que se consideraban las reser-
vas más grandes del mundo, con doscientos sesenta y De acuerdo con el Departamento de Energía, tres
seis mil millones de barriles. Resulta significativo que naciones, Canadá, México y Venezuela, forman
la evaluación de un organismo de los Estados Unidos parte del grupo de los cuatro principales sumi-
concluya que en Venezuela se encuentran las reservas nistradores de energía a EEUU, los tres localiza-
más grandes de petróleo del mundo y que, además, dos dentro del hemisferio occidental. De acuer-
sea la mayor estimación que hasta la fecha se ha he- do con la Coalition for Affordable and Reliable
cho sobre cualquier lugar del mundo.2 Energy, en las próximas dos décadas EEUU re-
Esto pone de relieve la importancia estratégica querirá 31 % más [de] producción de petróleo y
de Venezuela para los Estados Unidos, como lo vie- 62 % más de gas natural, y América Latina se
nen manifestando desde hace algún tiempo diversos está transformando en un líder mundial energéti-
ideólogos y portavoces del complejo militar-indus- co con sus vastas reservas petroleras y de pro-
trial-petrolero de la primera potencia mundial. Las ducción de gas y petróleo.4
afirmaciones más enfáticas las hizo el senador re-
publicano Paul Coverdale, primer ponente del Plan 3 Citado en Gentileza Mario Pereyra: «Senador de EEUU
Colombia, quien aseguró en 1998 que «para con- planteó hace 9 años la ocupación militar de Colombia para
trolar a Venezuela es necesario ocupar militarmente controlar a Venezuela», en <lists.econ.utah.edu/pipermail/
marxism/2009.../054027.html>
a Colombia». En el año 2000 este mismo persona-
4 Citado en John Saxe-Fernández, en «América Latina:
je reafirmó con más detalles:
¿Reserva estratégica de Estados Unidos?», en
2 «Venezuela doblaría en reservas a A. Saudí», El Tiempo, <bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/osal/osal25/
<www.eltiempo.com>. 02sax.pdf>.

153
Por supuesto, no solo está en la mira el petróleo Como es de suponer, estos procesos de integra-
de Venezuela sino que los Estados Unidos también ción, surcados por múltiples dificultades y contra-
desean controlar y apoderarse de otros recursos dicciones internas, no son muy bien recibidos por
naturales que se encuentran en los países de la re- Wáshington y sus socios más arrodillados, como lo
gión andino-amazónica, entre los que pueden men- demuestra el reciente caso de Honduras, donde se
cionarse el gas de Bolivia, el petróleo del Ecuador, perpetró un golpe contra su presidente constitucio-
el agua, la biodiversidad y los recursos forestales nal, lo que tenía entre sus objetivos principales im-
de Colombia y Brasil, y todo aquello que sea sus- pedir la vinculación efectiva de ese país al ALBA.
ceptible de extraerse y mercantilizarse para prove- Lo lograron porque el régimen golpista, formado
cho del imperialismo y sus empresas, como los sa- por servidores incondicionales de los Estados Uni-
beres indígenas de los milenarios habitantes de selvas dos, retiró a Honduras de ese acuerdo meses des-
y bosques de la América Central y Sudamérica. pués. Esto demuestra, a través del caso de un país
2) Destruir los proyectos de unidad regional cuyos gobernantes siempre han sido incondiciona-
en nuestra América: La construcción de una na- les a los Estados Unidos, que para el imperialismo
ción que integrará los antiguos territorios del impe- y sus multinacionales la existencia del ALBA es un
rio español, como forma de asegurar su prosperidad trago amargo difícil de digerir y están dispuestos a
y enfrentar y resistir las ambiciones expansionistas realizar todo tipo de maniobras para sabotear este
de diversos imperios, de Europa y de los nacientes proyecto de integración.
Estados Unidos, se constituyó en uno de los sue- En ese propósito de torpedear dicha integración,
ños más anhelados de los más preclaros líderes de en la que participan países de la zona andina como
la independencia en nuestro continente. Desde un Venezuela, el Ecuador y Bolivia, el régimen colom-
primer momento esos intentos de unidad naufraga- biano desempeña un papel de primer orden, como
ron por diversas razones, entre ellas la constitución de ya lo ha demostrado fehacientemente. Esto se evi-
poderes locales de tipo caudillista y la acción sote- dencia con algunos hechos que vale la pena recor-
rrada o abierta de grandes potencias que siempre dar: la atomización de la Comunidad Andina de
se han basado en la lógica de «dividir para reinar». Naciones (CAN), que obligó a Venezuela a retirar-
En tiempos recientes, y con un gran empuje del se de este acuerdo, cuando Colombia, junto con
gobierno bolivariano de Venezuela, se ha hecho re- Perú, decidió impulsar Tratados de Libre Comer-
vivir un proyecto de integración que se ha plasma- cio con los Estados Unidos en 2006, negociando
do en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de de manera bilateral, sin consultar a los otros miem-
Nuestra América (ALBA), que representa la uni- bros, y violando en la práctica los compromisos
dad económica, política y cultural más importante contraídos con antelación de no entablar acuerdos
de todos los que se han realizado en nuestra Amé- en forma separada; el bombardeo a territorio ecua-
rica desde los tiempos de la Gran Colombia. Así toriano el primer día de marzo de 2008 y la campaña
mismo, en estos momentos también existen otras de calumnias e infundios que desde entonces se ha
propuestas de unidad, como las del Mercado Co- propagado desde las altas esferas del gobierno, del
mún del Sur (Mercosur) y la Unión de Naciones Ejército y de la «gran prensa» de Colombia, no solo
Suramericanas (Unasur). para justificar ese hecho ilegal y criminal, sino para

154
enlodar a los gobiernos del Ecuador y de Venezuela, en este mismo documento que la base de Palan-
además del anuncio reiterado de que se volverían a quero, por su capacidad, excelente ubicación y
realizar agresiones similares cuando lo consideraran buena pista, significa ahorrar costos, y su aislamiento
necesario, como lo han dicho funcionarios del actual relativo «minimizará el perfil de la presencia militar
régimen; las reiteradas incursiones de grupos para- estadounidense». Con ello, se mejorará:
militares, procedentes de Colombia, en los territo-
rios de otros países con el fin de causar pánico y la capacidad de los Estados Unidos para res-
aterrorizar a los ciudadanos colombianos que huye- ponder rápidamente a una crisis, y asegurar el
ron de nuestro país, o de advertir sobre lo que están acceso regional y la presencia estadounidense
dispuestos a hacer con los vecinos; el racismo con- con un costo mínimo. Palanquero ayuda con la
tra la población humilde del Ecuador y Venezuela (in- misión de movilidad porque garantiza el ac-
dígenas, afrodescendientes y mulatos) que destilan ceso a todo el continente de Suramérica con la
representantes de las clases dominantes de Colom- excepción de Cabo de Hornos, si el combusti-
bia y que reproducen sus medios de comunicación. ble está disponible, y más de la mitad del con-
3) Saboteo a los procesos nacionalistas en tinente sin tener que reabastecer.6
marcha: La implantación de las bases militares en
Colombia también está relacionada de manera di- En cuanto a las cuatro razones mencionadas por
recta con la decisión del gobierno de los Estados las cuales se justifica el establecimiento de la base
Unidos, y de sus lacayos de la América del Sur, de de Palanquero (lucha contra lo que los Estados
oponerse a los gobiernos nacionalistas que han sur- Unidos denominan «terrorismo» y narcotráfico,
gido en varios países de la región en los últimos gobiernos antiestadunidenses, pobreza y desastres
años. Sobre el particular, un documento de mayo naturales), en muy poco tiempo la ocupación ar-
de 2009 de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos mada de Haití por los Estados Unidos ha saldado
enfatiza la importancia de la base de Palanquero, cualquier discusión, pues los hechos han venido a
en el centro de Colombia, al recalcar que «nos da mostrar el verdadero alcance del intervencionismo
una oportunidad única para las operaciones de es- de los Estados Unidos, aunque este no haya pro-
pectro completo en una subregión crítica en nues- venido desde Palanquero, pero sí indica lo que les
tro hemisferio, donde la seguridad y estabilidad es- espera a los países de la región en un futuro inme-
tán bajo amenaza constante por las insurgencias diato. En efecto, después del devastador terremo-
terroristas financiadas con el narcotráfico, los go- to natural que asoló a la empobrecida isla caribeña,
biernos antiestadounidenses, la pobreza endémi- que se sumó al terremoto social y económico pro-
ca y los frecuentes desastres naturales».5 Se agrega vocado por el capitalismo y el imperialismo desde
hace décadas, los Estados Unidos, en lugar de en-
5 Documento del Departamento de la Fuerza Aérea de los Esta- viar ayuda sanitaria, alimenticia o económica para
dos Unidos que comprueba la intención de ese país de utilizar socorrer a los millones de damnificados, desembar-
la base militar en Palanquero, Colombia, contra los países ve- caron más de veinte mil marines, y se convirtieron en
cinos, traducción no oficial, Eva Golinger, en:
<www.chavezcode.com/.../documento-oficial-de-la-fuerza-
aerea-de.html>. 6 Ídem.

155
una fuerza de facto con el pretexto de mantener el presidente venezolano y sus aliados –y menciona
orden. En realidad, esa ocupación está relacionada en forma concreta a Cuba, Bolivia, el Ecuador y
con otras razones de tipo estratégico: convertir a Nicaragua– «se opondrán a toda iniciativa estadu-
Haití en otro portaviones terrestre para, desde allí, nidense en la región, entre ellas, la expansión del
espiar y preparar agresiones contra los países de la libre comercio, el entrenamiento militar, la coope-
región; asegurarse el control de posibles yacimien- ración antidrogas y antinarcóticos, iniciativas de
tos minerales y de petróleo que pudieran encon- seguridad e incluso programas de asistencia». Di-
trarse en el subsuelo de ese país; evitar la migración cha oposición, según el vocero de los Estados Uni-
masiva hacia los Estados Unidos de los haitianos dos, se explica porque el presidente Hugo Chávez
que tratan de huir de la miseria y la desolación; y ha impuesto «un modelo político populista y autori-
facilitar el establecimiento de maquilas para las mul- tario en Venezuela que mina las instituciones demo-
tinacionales, aprovechando una fuerza de trabajo cráticas».7
casi gratuita. Estas son algunas de las consecuen- Todas estas mentiras están inscritas en la llama-
cias que se desprenden de las intervenciones impe- da guerra de cuarta generación que en estos
rialistas que se justifican a partir de lo que los Esta- momentos los Estados Unidos, vía el gobierno co-
dos Unidos denominan, en forma eufemística, lombiano, libran de manera directa contra Vene-
«desastres naturales». zuela y el Ecuador. En este tipo de guerra, el go-
Por otro lado, en documentos oficiales de diver- bierno de los Estados Unidos pretende mantenerse
sas instancias del gobierno de los Estados Unidos, al margen para dar la impresión de que no está in-
que son reproducidos de forma inmediata por las volucrado, recurriendo a gobiernos títeres, como el
clases dominantes de Colombia y por la prensa del de Colombia, para adelantar todas las acciones cri-
país y del Continente, se acusa a los gobiernos de minales de saboteo y desestabilización interna en
Venezuela, el Ecuador y Bolivia de múltiples deli- los países que han adoptado proyectos revolucio-
tos: entorpecer la lucha contra las drogas, que su- narios o nacionalistas. Por eso, no resulta extraño
puestamente llevarían a cabo los Estados Unidos; que desde el mismo momento de implantación de
haberse convertido en refugio de «terroristas» de esos gobiernos, los Estados Unidos estén operan-
toda laya, llegando incluso a fabricar mentiras so- do desde Colombia, y con la directa participación
bre la supuesta presencia de grupos terroristas pro- de la oligarquía de este país, para impedir la conso-
cedentes del Medio Oriente en la Guajira venezo- lidación de los procesos revolucionarios en mar-
lana o a asegurar que en Venezuela se estarían cha. Desde luego que esa oligarquía tiene sus pro-
preparando armas nucleares y mil embustes por el pios intereses, porque considera como un muy mal
estilo; en esos países no se respetaría la libertad de ejemplo que se llegaran a fortalecer gobiernos na-
prensa y se habrían convertido en regímenes dicta- cionalistas, los cuales pudieran convertirse en un
toriales, que se oponen a la libre empresa y a la incentivo para los sectores populares de Colom-
propiedad privada. Para citar solo un ejemplo re-
ciente, recordemos que en febrero de 2010, Dennis
7 Dennis Blair: «Latinoamérica, amenazada por crimen y
Blair, director Nacional de Inteligencia de los Esta- populismo», en: <noticias.latino.msn.com/latinoamerica/
dos Unidos, señaló en forma irresponsable que el articulos.aspx?cp>.

156
bia, y para ello han librado con toda la premedita- bia han hecho gala de una abyección estructural con
ción y mentira del caso una campaña mediática de relación a los Estados Unidos y se han convertido
infundios y falsedades entre la población pobre, en en numerosas ocasiones en una quinta columna in-
la que se recurre a las calumnias racistas contra los condicional, usada por esa potencia para agredir a
presidentes Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo otros países de nuestra América. Eso se puede
Morales. mostrar en forma retrospectiva para identificar los
En este tipo de guerra irregular, no reconocida ni hechos más importantes de esa ignominiosa histo-
nunca declarada pero tan mortífera como las gue- ria de entreguismo y de comportamiento antinacio-
rras convencionales, la oligarquía colombiana se ha nal, que va en contravía de los pueblos de nuestra
valido de todas las armas, que van desde la calum- América.
nia y la amenaza pública contra los gobiernos de la
región, pasando por su intento, por lo demás risi- 1) En el corto plazo: Plan Colombia
ble, de acusar a Hugo Chávez y a Rafael Correa
como terroristas ante la ONU u otras instancias El acuerdo militar firmado entre el gobierno colom-
internacionales, hasta llegar a la organización y fi- biano y los Estados Unidos es la continuación del
nanciación de grupos de paramilitares que han in- mal llamado Plan Colombia, que se inició hace poco
cursionado en territorio venezolano y que incluso más de una década. Este fue escrito originalmente en
han participado en acciones criminales en ese país, inglés en los Estados Unidos y luego se dio a cono-
incluyendo un intento de atentar contra el presiden- cer en Colombia. Fue presentado como un acuerdo
te venezolano en 2005. encaminado a luchar contra el narcotráfico, puesto
que desde hace varias décadas Colombia es el pri-
II. Antecedentes de las turbias mer productor mundial de cocaína y produce en
relaciones entre la oligarquía menor escala marihuana y amapola, a partir de la
cual se fabrica la heroína. Este plan fue concebido
colombiana y los Estados Unidos desde un principio con un doble propósito estratégi-
La firma del acuerdo militar con los Estados Uni- co: como un proyecto contrainsurgente encaminado
dos por parte del gobierno colombiano el 30 de a fortalecer el aparato bélico del Estado colombia-
octubre de 2009, podría parecer un hecho puramente no, el cual había recibido duros golpes militares de la
coyuntural y episódico. Sin embargo, un rápido re- guerrilla; y controlar la región amazónica, una zona
corrido por la historia colombiana desde mediados geopolítica esencial para los Estados Unidos. Tanto
del siglo XIX indica todo lo contrario: es evidente el gobierno colombiano como el de los Estados Uni-
una tendencia a la postración de las clases domi- dos reafirmaron de manera reiterada que el Plan
nantes de Colombia ante los Estados Unidos, como Colombia era un proyecto para luchar de manera
se rubrica con muchos hechos, de los cuales vamos exclusiva contra la producción de narcóticos, pero
a recordar los más destacados. Si se analiza el asunto era evidente, como se ha demostrado después, que
en el mediano y el largo plazos, algo indispensable su finalidad era contrainsurgente y para eso se ne-
para entender los procesos históricos, se podrá cesitaba financiar y rearmar al Ejército. En ese con-
confirmar cómo las clases dominantes de Colom- texto, mientras el gobierno de Andrés Pastrana

157
desarrollaba diálogos de paz con las FARC, los Es- Algunas cifras ayudan a sopesar la magnitud de
tados Unidos financiaban y reorganizaban a las la transformación militar que ha significado el Plan
Fuerzas Armadas mediante el Plan Colombia. Colombia: el gasto militar de Colombia representa
El gobierno de los Estados Unidos se presenta- el 6,5 % del PIB, una de las cifras más altas del mun-
ba con ese plan como un adalid de la lucha contra do, mientras el de los países de Sudamérica oscila
los narcóticos en las zonas de producción, pero sin entre el 1,5 % y el 2 %; las Fuerzas Armadas de
enfrentar el problema del consumo doméstico, y pri- Colombia son las que más han crecido en el Conti-
vilegiar la militarización de Colombia como forma nente, y quizá en el mundo, en la última década, pues
de combatir la generación de cocaína, fórmula com- hoy ya tienen cerca de medio millón de efectivos,
partida por la oligarquía de este país. Para ello nada contando todos los contingentes de aire, mar y tie-
mejor que poner en práctica una política de tierra rra, así como la policía, que en Colombia es un cuer-
arrasada en las regiones productoras de hoja de po armado y depende directamente del Ministerio
coca, mediante la realización de costosas e infruc- de Defensa; en 2008, el ejército de tierra tenía dos-
tuosas fumigaciones aéreas, que han devastado mi- cientos diez mil miembros, mientras que el de Brasil
les de hectáreas de pequeños campesinos en di- contaba con ciento noventa mil, el de Francia con
versas regiones del país, en especial en las zonas ciento treinta y siete mil, el de Israel con ciento vein-
selváticas del Sur, lo que también ha afectado a ticinco mil; la relación de efectivos del ejército co-
países fronterizos, como el Ecuador. Pese a eso, la lombiano está en proporción de seis a uno con Ve-
lucha contra las «drogas ilícitas» solo era un pre- nezuela y de once a uno con el Ecuador.8
texto para afianzar la presencia directa de los Esta- Como contraprestación a esta «ayuda militar» de
dos Unidos en la región andino-amazónica, como los Estados Unidos, estimada en cinco mil quinien-
ha quedado suficientemente claro. tos veinticinco millones de dólares entre 2001 y 2008
Hoy puede apreciarse con claridad que entre los –que convierte a Colombia en el tercer país del mundo
objetivos del Plan Colombia estaba el de fortalecer en recibir asistencia militar de los Estados Unidos,
la capacidad bélica del Estado colombiano, no después de Israel y Egipto–, el Estado colombiano
solo para enfrentar al movimiento insurgente sino ha respaldado cuanta aventura bélica o agresión rea-
también para contar con uno de los ejércitos mejor liza el imperialismo estadunidense: fue el único de la
armados del Continente, como lo es en la actualidad. América del Sur que apoyó abiertamente la criminal
Esa fue la primera fase, el Plan Colombia propia- guerra y ocupación de Iraq, llegando hasta el extre-
mente dicho. La segunda fase consistió en llevar la mo de felicitar a George W. Bush por su «éxito» y
guerra interna de Colombia más allá de nuestras fron- solicitar que tras el proclamado fin de la guerra en
teras para involucrar a los países vecinos, como en
8 José Fernando Isaza Delgado y Diógenes Campos Romero:
efecto ha sucedido. Y la tercera fase es la de la «gue- «Algunas consideraciones cuantitativas sobre la evolución del
rra preventiva», la típica doctrina nazi-estadunidense conflicto en Colombia», en Revista de Economía Colombiana,
posterior al 11 de Septiembre, que se ha puesto en No. 322, febrero de 2008, pp. 3 y ss.; Fabián Calle: «La crisis
Venezuela-Colombia: las capacidades militares que esconden
práctica en los últimos años, y cuyo hecho más reso-
las palabras», en: <www.nuevamyoria.com>; Raúl Zibechi:
nante fue el ataque al Ecuador en marzo de 2008 «Crisis militar en Sudamérica: Los frutos del Plan Colombia»,
por parte de Fuerzas Armadas de Colombia. en: <www.lafogata.org/zibechi/raul.21.4.htm>.

158
mayo de 2003, fueran enviados los bombarderos Sin embargo, tampoco el asunto se agota en el
yanquis a Colombia a combatir a las organizacio- corto plazo, y se hace necesario escudriñar en lo
nes guerrilleras; de este país han salido contingen- acontecido en los últimos sesenta años, para enten-
tes militares para participar como miembros de las der, en un contexto más amplio, los entretelones de
tropas de ocupación en Afganistán, o como merce- la postración de la oligarquía colombiana con res-
narios privados en Iraq; el régimen de Uribe apoyó pecto a los Estados Unidos.
el golpe de Estado en Honduras (junio de 2009) y
fue el primer presidente en visitar al ilegítimo Porfi- 2) En el mediano plazo: el período
rio Lobo, quien sustituyó al gobierno de facto. In- de la Guerra Fría
cluso, el vicepresidente de Colombia llegó a decir
el 12 de enero de 2010 en Tegucigalpa, ante em- La estrecha colaboración militar de los Estados
presarios hondureños, que con el derrocamiento del Unidos con la oligarquía colombiana no empezó con
presidente Manuel Zelaya Honduras «dio un ejem- el Plan Colombia, puesto que en realidad había
plo de dignidad a América Latina y el mundo». Y cobrado fuerza desde la década de 1950, cuando
expresó sin reticencias: «Mi admiración es perso- se desató la violencia política, tras el asesinato del
nal e institucional para el pueblo hondureño que líder liberal Jorge Eliécer Gaitán. Incluso, puede
estoicamente aguantó las presiones internacionales, tomarse como referencia de la creciente intromi-
la injerencia externa y todo tipo de asaltos a su so- sión de los Estados Unidos en la vida nacional la
beranía para no permitir que un modelo anacrónico fecha emblemática del 9 de abril, porque sobre los
se implantara en este país», y remató diciendo que: escombros humeantes que había dejado la rebelión
«la lección de dignidad que Honduras dio a Améri- popular y la subsecuente represión oficial en las
ca Latina y al mundo merece ser aplaudida y res- calles de Bogotá y en las principales ciudades del
paldada [...] y, en ese sentido, Colombia está a las país, nació la Organización de Estados Americanos
órdenes de los hondureños».9 ¡Tanto cinismo no (OEA), bien llamada el Ministerio de Colonias de
merece muchos comentarios! los Estados Unidos, y porque con ese hecho se
En conclusión, podemos decir con Stella Calloni entronizó el anticomunismo como aspecto distinti-
que: «el Plan Colombia, y sus otros anexos, es el vo de la política interior y exterior de Colombia.
mayor proyecto geoestratégico que se haya traza- No por casualidad el primer presidente de la OEA
do para recolonizar la América Latina» y la militari- fue el político colombiano Alberto Lleras Camar-
zación ha sido «el mecanismo prioritario de los Es- go, un feroz anticomunista y servidor incondicional
tados Unidos para ejercer su dominio económico y de los Estados Unidos, el mismo que participó en
geopolítico».10 forma directa en la redacción del Tratado Intera-
mericano de Asistencia Recíproca (TIAR), en 1947,
instrumento jurídico con el que se subordinó a los
09 «Vicepresidente colombiano elogia a Honduras», en:
<www.newstin.com.mx/tag/mx/168183509>. ejércitos del Continente a la tutela de Wáshington.
10 Stella Calloni: «Expansión militar de Estados Unidos: En plena violencia bipartidista, las clases domi-
golpe en Honduras y bases en Colombia», en: <http:// nantes de Colombia debían buscar un pretexto para
www.terrorfileonline.org>. justificar tanto su adscripción al bando occidental

159
en la Guerra Fría, como para no resolver los gran- tereses imperialistas de los Estados Unidos, como
des problemas que asediaban a nuestra sociedad, se demostró con algunos hechos, que destacamos
principalmente los relacionados con el monopolio de manera sintética. El principal de ellos fue la
terrateniente del suelo. Ante la creciente ola de in- expulsión de Cuba de la OEA a comienzos de
conformidad de los labriegos y colonos pobres, que 1962. Para empezar, el 9 de diciembre de 1960
se organizaron en ejércitos de autodefensa campe- Colombia fue uno de los primeros países de la
sina para protegerse de las Fuerzas Armadas del América Latina en romper relaciones con Cuba, lo
Estado y de los sicarios privados, el régimen con- cual no sorprende si se recuerda que el presidente
servador reforzó su dependencia de los Estados era el proimperialista Alberto Lleras Camargo, so-
Unidos. La coyuntura propicia se presentó durante cio incondicional de los Estados Unidos. Así mis-
la Guerra de Corea (1950-1953), con la creación mo, desde Colombia se propaló un infundio sobre
de un contingente que fue bautizado con el nom- Fidel Castro que ha corrido durante mucho tiempo
bre de Batallón Colombia y el envío de soldados y constituye una verdadera calumnia, repetida como
nacionales a pelear a tan lejanas tierras. A cambio una letanía por ciertos medios periodísticos de este
de ese hecho, avalado por su abierto anticomunis- país cada 9 de abril: Fidel Castro fue culpabilizado
mo, los Estados Unidos y el gobierno colombiano de haber participado en el asesinato de Gaitán, y
sellaron una tenebrosa alianza militar, que se mani- presentaron como prueba una foto suya en Bogo-
festaría en lo sucesivo en la conversión de nuestro tá, cuando como dirigente estudiantil participaba en
país en un peón incondicional del imperialismo. una reunión continental de estudiantes que sesiona-
Ese hecho propiciaría un cambio drástico en las ba en forma paralela a la Conferencia Panamerica-
relaciones de Colombia con los Estados Unidos y na, en abril de 1948.11
también modificaría al ejército colombiano, por- La acción colombiana con relación a Cuba, en el
que a partir de ese momento se establecieron seno de la OEA, para lograr la expulsión de la Isla
estrechos nexos militares que se mantienen nota- irredenta fue tan vergonzosa que todavía en algunas
blemente incrementados, como se vio más arriba, páginas de los periódicos latinoamericanos y de in-
hasta el día de hoy. Esa dependencia se percibe ternet se pueden leer comentarios de este tenor:
en términos de armas, equipos, manuales de ins-
trucción, formas de operar, personal asesor de los El 9 de noviembre de 1961, en uno de los mo-
Estados Unidos, grupos de militares que van a mentos más tensos de la Guerra Fría, Colombia
adoctrinarse a ese país, misiones militares perma- solicitó una reunión de ministros de Exteriores
nentes con carácter de agregados diplomáticos y, de Latinoamérica para analizar «las amenazas a
sobre todo, en la ideología anticomunista que pe- la paz y a la independencia política de los Esta-
netraría a fondo en la mentalidad de los miembros dos» del continente. Colombia aludió a «la in-
del ejército colombiano y fue difundida principal- tervención de potencias extracontinentales,
mente por la vía estadunidense, desde la década
de 1950. 11 Hernando Calvo Ospina: «Colombia debería pedir per-
A partir de ese momento, los gobiernos colom- dón a Cuba», en: <www.kaosenlared.net/noticia/colom-
bianos actuaron siempre en consonancia con los in- bia-deberia-pedir-perdon-cuba>.

160
encaminadas a quebrantar la solidaridad ameri- Debe crearse ya mismo un equipo en dicho país,
cana [...]».12 para seleccionar personal civil y militar con mi-
ras a un entrenamiento clandestino en operaciones
En esa indigna reunión, llevada a cabo en Punta de represión, por si se necesitaren después. Esto
del Este, Uruguay, en enero de 1962, una mancha debe hacerse con miras a desarrollar una estruc-
indeleble en la historia de la postración de la oligar- tura cívico militar que se explote en la eventualidad
quía colombiana con respecto a los Estados Uni- de que el sistema de seguridad interna de Co-
dos, fueron adoptadas cuatro resoluciones contra lombia se deteriore más. Esta estructura se usará
Cuba y uno de los más beligerantes propulsores de para presionar los cambios que sabemos, que se
la expulsión de Cuba fue el canciller colombiano, van a necesitar para poner en acción funciones
quien argumentaba que la estabilidad democrática de contra-agentes y contra-propaganda y, en la
de la región estaba en riesgo por «la ofensiva sub- medida en que sea necesario, impulsar sabota-
versiva de Gobiernos comunistas, sus agentes y las jes y/o actividades terroristas paramilitares contra
organizaciones controladas por ellos».13 los conocidos partidarios del comunismo. Los
En el plano interno, otro elemento que debe ser Estados Unidos deben apoyar esto.14
destacado de este período es el relativo a la aplica-
ción de la Doctrina de Seguridad Nacional y de En pocas palabras, los Estados Unidos están in-
contrainsurgencia de estirpe estadunidense por los volucrados en la promoción de grupos paramilitares
sucesivos gobiernos colombianos desde la década desde hace medio siglo, como un medio de lucha
de 1960. Sobresale la aplicación del llamado Plan contrainsurgente, lo cual ha cobrado una magnitud
Laso (Latin American Security Operation) con- criminal, que se proyecta hasta nuestros días.
tra grupos de campesinos en la región de Marque- Para terminar este punto, es bueno referirse a la
talia. Se desató una feroz campaña en la que parti- postura del gobierno colombiano ante la Guerra de
ciparon dieciséis mil soldados, que usaron armas y las Malvinas en 1982, porque ello indica el compor-
aviones proporcionados por los Estados Unidos. tamiento tránsfuga ante otros países de la región y su
De esa acción emergieron las Fuerzas Armadas postración incondicional al servicio de las grandes
Revolucionarias de Colombia (FARC). potencias. En esa ocasión, la Argentina, que había
A comienzos de 1962, miembros de la Escuela ocupado las Islas, solicitó la aplicación del TIAR,
de Guerra Especial de los Estados Unidos visitaron invocando una agresión extracontinental, una de las
Colombia, y el general Yarborough, director de in- razones que había motivado la creación de ese ins-
vestigaciones de la Escuela de Guerra Especial de trumento, manejado a su antojo por los Estados
Fort Bragg, Carolina del Norte, recomendó: Unidos. En forma textual, su Artículo III señala: «Un
ataque armado por parte de cualquier Estado ameri-
cano será considerado un ataque contra todos los
12 Arturo Gómez Alarcón: «La expulsión de Cuba de la
OEA» (a partir de Diario La República, de Lima), en:
<fichasdehistoria.blogspot.com/.../la-expulsion-de- 14 Citado por Javier Giraldo: «Cronología de hechos reve-
cuba-de-la-oea.html>. ladores del paramilitarismo como política de Estado»,
13 Citado en H. Calvo Ospina: Ob. cit. (en n. 11). en: <www.javiergiraldo.org/spip.php?article75>.

161
Estados americanos». La solicitud argentina fue res- Desde el mismo momento de la lucha por la in-
paldada por la mayor parte de países miembros del dependencia de las colonias españolas, la postura
TIAR, pero no fue apoyada por Colombia, Chile, de los Estados Unidos favorecía en forma directa
Trinidad y Tobago y, por supuesto, el dueño del cir- los intereses de la monarquía ibérica, pues, como
co, los Estados Unidos, país que, como es apenas en 1817, pese a su «neutralidad» declarada, envía
obvio, respaldó a Gran Bretaña. Chile tenía litigios armas a los españoles o se las vende en sus puer-
fronterizos con la Argentina, que casi los llevan a la tos, con lo cual en la práctica se oponía a las luchas
guerra, y en plena dictadura de Pinochet no iba a independentistas que se libraban contra España, si
apoyar la solicitud hecha por su incómodo vecino al se recuerda que los Estados Unidos ni siquiera re-
TIAR. Trinidad y Tobago se abstuvo por sus víncu- conocieron la beligerancia de los ejércitos patriotas
los históricos con el Reino Unido, del que fue colo- durante la independencia. Refiriéndose a esa pre-
nia durante mucho tiempo. Pero Colombia, ¿qué tendida neutralidad de los Estados Unidos, Bolívar,
podía argüir para oponerse a la solicitud de la Ar- en pleno fragor de los combates contras las tropas
gentina? Nada sustancial, solo su postración a los realistas, decía en agosto de 1818:
intereses de los Estados Unidos, que se alinearon sin
titubear con el gobierno inglés de Margaret Thatcher. Negar a una parte los elementos que no tiene y
Por tal actitud, en ese momento a Colombia le fue sin los cuales no puede sostener su pretensión
aplicado, con toda razón, el calificativo de «El Caín cuando la contraria abunda en ellos es lo mismo
de América Latina».15 que condenarla a que se someta, y en nuestra
guerra con España, es destinarnos al suplicio,
3) En el largo plazo: entre la firma mandarnos [a] exterminar. El resultado de la pro-
del tratado de 1846 sobre Panamá hibición de extraer armas y municiones califica
y la Segunda Guerra Mundial claramente esta parcialidad.
Si en el mediano plazo, después de la Segunda
Guerra Mundial, la hegemonía estadunidense en Con razón, decía el historiador ecuatoriano Ma-
Colombia se expresa en establecer unos vínculos nuel Medina Castro que los Estados Unidos, des-
estrechos con la oligarquía colombiana en el terre- de su existencia como país, «industrializaron la neu-
no militar y económico, rubricada con un antico- tralidad, e hicieron de ella fuente primera de
munismo feroz y la aplicación de la doctrina de la enriquecimiento y poder», al referirse al hecho de
seguridad nacional, en el largo plazo, que nos remi- que a los yanquis les interesaba no tanto el apoyo a
te hasta mediados del siglo XIX, se perfilan los co- los procesos independentistas sino las ganancias que
mienzos de la subordinación ante la naciente les pudiera dejar el estímulo comercial que suscita-
potencia del Norte, en momentos en que domina- ban esas luchas, vendiéndole, por ejemplo, armas
ban en el plano mundial metrópolis europeas, en- a España.16
cabezadas por Inglaterra.
16 Manuel Medina Castro: Estados Unidos y América
Latina siglo XIX, La Habana, Editorial de Ciencias So-
15 «El pacto que se quebró en Malvinas», La Nación, 15 de ciales, 1974, p. 27. La cita de Bolívar es de una carta a
septiembre de 2001. Irvine, citado en este mismo libro en la página 33.

162
La independencia solo va a ser reconocida por gobierno de Washington, lo digo con pena, se opu-
los Estados Unidos cuando ya era un hecho cum- so de todas maneras a la independencia de Cuba
plido e irreversible, y España anunciaba su preten- [...] ninguna potencia, ni aun la misma España, tiene
sión de organizar un ejército de reconquista en en todo sentido un interés tan alto como los Esta-
1822. Fue en estos momentos cuando se anunció dos Unidos en la suerte futura de Cuba».18
la Doctrina Monroe, y los Estados Unidos consi- Desde un primer momento, los dirigentes de los
deraban como una interferencia en sus asuntos la Estados Unidos no vieron con buenos ojos el pro-
presencia de potencias europeas en el continente yecto bolivariano de integración de las antiguas co-
americano, que sus círculos expansionistas empe- lonias y manifestaron su oposición a las conclusiones
zaron a considerar como un territorio de su exclusi- del Congreso Anfictiónico de Panamá en 1826, cer-
va incumbencia. Incluso es bueno recordar que los tamen al que Bolívar nunca pensó en convidarlos,
Estados Unidos siempre se opusieron a la indepen- pero por iniciativa de Francisco de Paula Santander
dencia de Cuba y Puerto Rico, pregonando por finalmente se les cursó invitación. Aunque los dele-
boca de John Quincy Adams la doctrina de la «fru- gados de los Estados Unidos no participaron en for-
ta madura» –era preferible que esas islas siguieran ma directa en el evento, su agenda estaba encamina-
siendo colonias de España hasta que estuvieran da a sabotear el congreso porque en él «se rechaza
maduras la manzanas para caer del árbol hispánico toda idea de un consejo anfictiónico investido con
en el regazo estadunidense– y rechazaron los pla- poderes para decidir las controversias entre los Es-
nes de Bolívar de organizar un ejército que fuera a tados americanos o para regular en cualquier forma
pelear directamente contra los españoles en suelo su conducta»; y porque señalan que van a mantener
antillano. Al respecto, el 27 de abril de 1825, Hen- la neutralidad en la disputa entre España, en compa-
ry Clay, secretario de Estado de la administración ñía de la Santa Alianza, y los países recién indepen-
de Quincy Adams, afirmó: «Los Estados Unidos dizados de nuestra América.19 En ese mismo sentido,
prefieren que Cuba y Puerto Rico permanezcan debieron haber estado muy felices por la disolución
dependientes de España [...] están satisfechos con de la Gran Colombia en 1830, lo cual favoreció en
la condición actual de estas islas en manos de Es- el largo plazo sus intereses en el continente ameri-
paña y sus puertos abiertos a nuestro comercio cano, y también los de las potencias europeas.
como ahora lo están. Este gobierno no desea nin- En la década de 1840 el gobierno de la Nueva
gún cambio político que afecte la actual situación».17 Granada (actual Colombia), bajo la presidencia de
Era tan evidente la oposición de Wáshington a que
las repúblicas recién independizadas de España or- 18 José Antonio Páez: Memorias del general José Anto-
ganizaran una fuerza militar para liberar a Cuba, que nio Páez, autobiografía, Madrid, Editorial América,
el general José Antonio Páez recordaba con amar- 1916, pp. 455-456.
gura en sus Memorias, muchos años después: «El 19 Citado en Germán A. de la Reza: «El Congreso Anfictióni-
co de Panamá. Una hipótesis complementaria sobre el
fracaso del primer ensayo de integración latinoamerica-
17 Citado en Philip Foner: Historia de Cuba y sus relacio- na», Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía,
nes con Estados Unidos, La Habana, Instituto Cubano Política y Humanidades, No. 10, segundo semestre de
del Libro, Editorial de Ciencias Sociales, 1973, t. 1, p. 169. 2004.

163
Tomás Cipriano de Mosquera, decide firmar con tivo a comercio y navegación, de que ahora go-
los Estados Unidos el Tratado Mallarino-Bidlack, cen y en lo sucesivo gozaren los ciudadanos gra-
que se convirtió en la puerta de entrada de los inte- nadinos, sus buques y mercancías; y que esta
reses expansionistas de este país en territorio co- igualdad de favores se hará extensiva a los pasa-
lombiano. Esto se justificó en su momento por el jeros, correspondencia y mercancías de los Es-
temor de que nuestro territorio, que por entonces tados Unidos que transiten al través de dicho te-
se extendía por el norte hasta predios de la actual rritorio, de un mar a otro. El Gobierno de la
Costa Rica, fuera a caer en manos británicas, puesto Nueva Granada garantiza al Gobierno de los
que hacía poco tiempo Inglaterra se había apode- Estados Unidos que el derecho de vía o tránsito
rado de la Mosquitia nicaragüense. Lo sorprendente al través del Istmo de Panamá, por cualesquiera
estribaba en creer que con los Estados Unidos se medios de comunicación que ahora existan o en
iba a obtener protección desinteresada. En esa épo- lo sucesivo puedan abrirse, estará franco y ex-
ca, a los Estados Unidos casi lo único que le intere- pedito para los ciudadanos y el Gobierno de los
saba de Colombia era Panamá, un lugar estratégi- Estados Unidos y para el transporte de cuales-
co de tránsito comercial y de comunicación entre quiera artículos de productos o manufacturas o
los dos océanos, como quedó demostrado con el mercancías de lícito comercio, pertenecientes a
descubrimiento de oro en California en 1848. Mien- ciudadanos de los Estados Unidos; que no se im-
tras que los gobernantes de los Estados Unidos pondrán ni cobrarán a los ciudadanos de los Es-
entendían la posición estratégica de Panamá, las tados Unidos, ni a sus mercancías de lícito co-
clases dominantes de Colombia lo veían como un mercio, otras cargas o peajes, a su paso por
distante pedazo de tierra selvático y aislado, al que cualquier camino o canal que pueda hacerse por
era muy difícil llegar desde el interior del país. En el Gobierno de la Nueva Granada o con su auto-
esas condiciones, el gobierno de Tomás Cipriano ridad, sino los que en semejantes circunstancias
de Mosquera cometió el terrible error de firmar con se impongan o cobren a los ciudadanos granadi-
los Estados Unidos un Tratado de Paz, Amistad, nos [...]. Para seguridad del goce tranquilo y cons-
Navegación y Comercio el 12 de diciembre de tante de estas ventajas [...] los Estados Unidos
1846, cuyos aspectos más negativos para la Nue- garantizan positiva y eficazmente a la Nueva Gra-
va Granada estaban consignados en el malhadado nada [...] la perfecta neutralidad del ya menciona-
Artículo 35, en su primer inciso, que vale la pena do Istmo, con la mira de que en ningún tiempo,
citar con detalle: existiendo este tratado, sea interrumpido ni em-
barazado el libre tránsito de uno a otro mar; y por
[...] Los ciudadanos, buques y mercancías de los consiguiente, garantizan de la misma manera los
Estados Unidos disfrutarán en los puertos de la derechos de soberanía y propiedad que la Nueva
Nueva Granada, incluso los de la parte del terri- Granada tiene y posee sobre dicho territorio.20
torio granadino generalmente denominada Istmo
de Panamá, desde su arranque en el extremo del 20 «Tratado general de paz, amistad, navegación y comer-
Sur hasta la frontera de Costa Rica, todas las cio. Bogotá, 12 de diciembre de 1846. Canjeadas las
franquicias, privilegios e inmunidades, en lo rela- ratificaciones en Washington el 10 de junio de 1848.

164
Con este tratado se abrían de par en par las puer- pretexto de resguardar la seguridad y el libre trán-
tas del Istmo a los Estados Unidos, lo que significa- sito por el Istmo, en aplicación del tratado de 1846.
ba algo así como dejar la casa al cuidado del la- Este hecho marcaría el comienzo de reiteradas in-
drón, si se tienen en cuenta los nefastos antecedentes tervenciones armadas de los Estados Unidos en
de expansión agresiva de aquel país, que había arre- Panamá, puesto que entre 1856 y 1903 las botas
batado importantes franjas de tierra a México an- militares de los marines del Norte mancillaron el
tes de la firma del tratado Mallarino-Bidlack. territorio del Istmo en quince ocasiones, con los más
Tras el descubrimiento de oro en California, a diversos pretextos, pero siempre enarbolando la
principios de 1848, se consolida la presencia es- pretendida aplicación del Artículo 35 del Tratado
tadunidense en el istmo de Panamá, que se convierte Mallarino-Bidlack, en lo relativo a mantener el «li-
en una especie de protectorado, a pesar de que for- bre tránsito» por la estrecha franja de tierra que
malmente era parte de Colombia. En Panamá se separa al Atlántico del Pacífico.21
establecen compañías marítimas de los Estados El hecho culminante para Colombia de ese funes-
Unidos en los puertos de Colón y Panamá, allí se to Tratado y de la injerencia de los Estados Unidos
trasladan a vivir aventureros de ese país que se com- fue la pérdida definitiva de Panamá, en noviembre
portan como colonizadores y fomentan el racismo, de 1903, en una maniobra orquestada desde Wall
típico de los Estados esclavistas del sur de la Unión Street, como ya está demostrado documentalmente,
Americana contra los afrodescendientes de Pana- con la complicidad de las elites de Panamá y la ac-
má, se publican periódicos en inglés y no se respeta titud pusilánime de los gobernantes y clases domi-
a las autoridades locales. La presencia de los Esta- nantes de Colombia.22 En esa ocasión, ni el Estado
dos Unidos se afianza con la construcción del fe- ni el ejército de este país fueron capaces de salva-
rrocarril en la década de 1850, por parte de una guardar la soberanía ni de Panamá ni de Colombia, y
compañía de ese país, que en su momento llegó a ni siquiera dispararon un tiro para enfrentar a los ma-
ser, por el volumen de pasajeros y carga transpor- rines de los Estados Unidos que propiciaron la aven-
tada, la vía férrea más importante del mundo. tura separatista, de la cual emergió un nuevo país,
Los conflictos no se hicieron esperar entre habi- que no era más que un protectorado yanqui hecho a
tantes locales y los aventureros del Norte, y dieron la medida de sus tenebrosos propósitos de apro-
pie a muchos incidentes diplomáticos, el primero piarse del canal transoceánico. Theodore Roosevelt,
de ellos la «guerra de la sandía» en 1856, cuando representante prototípico del agresivo imperialismo
un grupo de istmeños, hastiados por el racismo de estadunidense, le aplicó a Colombia la política del
los estadunidenses, se rebelan, lo que origina una
batalla campal como resultado de la cual mueren 21 Ver Renán Vega Cantor, Sandra Jáuregui y Luis Carlos
quince estadunidenses y dos panameños. Esta tri- Ortiz: El Panamá colombiano en la repartición impe-
rialista, Bogotá, Ediciones Pensamiento Crítico, 2003.
fulca dio paso a la primera intervención armada de
22 Ovidio Díaz Espino: El país creado por Wall Street. La
los Estados Unidos en territorio panameño, bajo el
historia no contada de Panamá, Bogotá, Editorial Pla-
neta, 2003; Olmedo Beluche: La verdadera historia de
Promulgado el 16 de agosto de 1848», en Gaceta Oficial, la separación de 1903. Reflexiones en torno al Cente-
No. 1001, 27 de agosto de 1848 (texto bilingüe). nario, Panamá, Editorial Articsa, 2003.

165
garrote. Dicha política se basaba en la combinación En este proyecto expansionista, el istmo de Pa-
de la Doctrina Monroe, con la cual los Estados Uni- namá era un lugar estratégico, puesto que el control
dos proclamaban su dominio sobre todo el conti- del futuro canal aseguraría el predominio en gran
nente americano, con el corolario Roosevelt, anun- parte de los mares del mundo. Por eso, los Estados
ciado en el discurso ante el Congreso de los Estados Unidos no dudaron ni un instante en hacer lo que
Unidos el 6 de diciembre de 1904, donde el belico- fuera necesario para lograr su objetivo de apode-
so presidente de los Estados Unidos sostuvo con rarse del Istmo, como evidentemente lo hicieron
todo el cinismo del caso: mediante una maniobra truculenta: inventarse un país,
con el auspicio de los círculos financieros de Wall
Toda nación cuyo pueblo se conduzca bien pue- Street, y dando la impresión de apoyar un legítimo
de contar con nuestra cordial amistad. Si una na- sentimiento separatista, que en realidad expresaba
ción muestra que sabe cómo actuar con eficiencia los deseos de una oligarquía de arrabal, la paname-
y decencia razonables en asuntos sociales y políti- ña, que cedió a los Estados Unidos el canal por un
cos, si mantiene el orden y paga sus obligaciones, puñado de monedas de oro.
no necesita temer la interferencia de los Estados En realidad, la pérdida de Panamá se inscribía
Unidos. Un mal crónico, o una impotencia que dentro de la política del naciente imperialismo
resulta en el deterioro general de los lazos de una estadunidense, cuyos voceros anunciaban la reali-
sociedad civilizada, puede en América, como en zación del «destino manifiesto» y clamaban por que
otras partes, requerir finalmente la intervención de ese país tomara el control de zonas estratégicas para
alguna nación civilizada, y en el hemisferio occi- su dominio mundial, como eran los territorios insu-
dental la adhesión de los Estados Unidos a la lares del Caribe, la franja territorial de Centroamé-
Doctrina Monroe puede forzar a los Estados Uni- rica, México, Hawai y Filipinas, en el Pacífico. Gran
dos, aun sea renuentemente, al ejercicio del po- parte de ese proyecto se consumó desde 1898 con
der de policía internacional en casos flagran- el rápido triunfo en la guerra contra España. Todas
tes de tal mal crónico o impotencia.23 estas acciones se materializaron a través del Big
Stick o Garrote, a nombre del cual se realizarían
Los hechos truculentos de Panamá demostraron una veintena de intervenciones de los marines en
en la práctica que en adelante los Estados Unidos Centroamérica y el Caribe antes de la Primera Gue-
iban a controlar los territorios de todo el continente rra Mundial.
americano para beneficiar a las compañías e inver- Aunque los trágicos sucesos de Panamá origina-
sionistas de ese país, e iban a intervenir, cuando ron un sentimiento antiestadunidense en importan-
fuera necesario, en la defensa de esos intereses, tes sectores de la población colombiana en las tres
abrogándose el papel del «policía del barrio», a primeras décadas del siglo XX, sentimiento similar
nombre de su pretendida superioridad como «na- al suscitado en otros lugares de nuestra América
ción civilizada». por el expansionismo de los imperialistas del Nor-
te, las clases dominantes de Colombia muy rápido
23 Citado en Carlos Pereyra: Breve historia de América, aceptaron la pérdida del Istmo e incluso la aprove-
Madrid, Editorial Aguilar, 1930, p. 662. Énfasis nuestro. charon para su propio beneficio al negociar las con-

166
cesiones del petróleo, recurso prioritario para los humanidad seleccionada».24 Marco Fidel Suárez
Estados Unidos desde las primeras décadas del si- (presidente conservador en 1918-1921) sostuvo que
glo XX. Además del petróleo, algunas compañías el destino de Colombia se encontraba en el norte del
estadunidenses también mostraron interés por el Continente: «La fórmula respice polum que me he
negocio del banano. En concreto, la United Fruit atrevido a repetir para encarecer la necesidad de mirar
Company se asentó en la zona noroeste de Colom- hacia el poderoso Norte en nuestros votos de pros-
bia, donde implantó un enclave bananero, y la Tro- peridad, deseando que la América Latina y la Amé-
pical Oil Company, propiedad de la Standard Oil rica Sajona armonicen en justicia e intereses, es una
Company de Rockefeller, se apropió de una exten- verdad que se impone por su claridad y necesidad».25
sa franja petrolera en el Magdalena Medio, donde En realidad, la fórmula planteada por Marco Fidel
estableció otro enclave que se mantuvo hasta co- Suárez de mirar piadosa y resignadamente hacia la
mienzos de la década de 1960. «Estrella Polar» (los Estados Unidos) y aceptar sus
Con la pérdida de Panamá se demostró que Co- designios, se convirtió en la pauta de conducta de
lombia ya formaba parte del patio trasero de los Es- todos los gobiernos colombianos durante el siglo XX,
tados Unidos, lo que se va a reafirmar en el período sin excepción alguna, y sin importar el color político
que se extiende desde 1903 hasta 1945, cuando ter- al que pertenecieran. Y rápidamente se van a sentir
mina la Segunda Guerra Mundial. Las clases domi- los cambios en la política colombiana que provocó
nantes de Colombia, pese a la pérdida de Panamá, la «Estrella Polar», porque hasta 1926 los presidentes
con una indignidad sin par aceptan y se pliegan a la criollos fueron nominados en la sede del Vaticano;
hegemonía estadunidense. Los diferendos con los después de 1930 y hasta el día de hoy los presiden-
Estados Unidos se arreglaron mediante una manio- tes se designan en Wáshington.
bra diplomática, consistente en la firma del tratado Una de las primeras muestras del poder asumi-
Urrutia-Thompson en 1914, pero solo ratificado en do por los Estados Unidos en los destinos de Co-
1921 por el Congreso de los Estados Unidos, con el lombia se hace presente con el caso de Enrique
objetivo de apropiarse de nuestro petróleo. Olaya Herrera, embajador en los Estados Unidos
Después de 1903, todos los presidentes de Co- entre 1921 y 1930. Este fungió como un defensor
lombia y sus principales dirigentes bipartidistas (libe- incondicional del imperialismo estadunidense, hasta
rales y conservadores) fueron partidarios de la mo- el punto de que actuando en representación del go-
dernización por la vía de la dominación imperialista bierno colombiano en la VI Conferencia Panameri-
de los Estados Unidos. Algunos de esos personajes cana, celebrada en La Habana en 1928, se volvió en
llegaron a expresar su admiración por los Estados el principal corifeo en avalar el intervencionismo yan-
Unidos, que nos arrebataron un pedazo de nuestro qui en los países de la América Central y el Caribe.
territorio. Rafael Reyes (presidente-dictador en 1904-
1909) manifestaba unos años antes del robo de Pa- 24 Citado en José Fernando Ocampo: «Estados Unidos y
Colombia: raíces de la actual injerencia norteamerica-
namá que a los estadunidenses no hay que «temerlos na», en: <www.moir.org.co>.
como conquistadores ni como expoliadores. Ellos 25 Citado por Jorge Sánchez Camacho: Marco Fidel Suá-
han plantado el estandarte de la libertad y del pro- rez, biografía, Bucaramanga, Imprenta del Departamen-
greso en Cuba, Puerto Rico y Filipinas: ellos son la to, 1955, p. 125.

167
Luego, como premio a su abyección, es elegido En gran medida durante el período que se ex-
presidente con el decisivo apoyo de los Estados tiende hasta la Segunda Guerra Mundial, los intere-
Unidos, y se convierte en el principal vocero de los ses de los Estados Unidos en Colombia estuvieron
intereses petroleros de las compañías de los Esta- determinados por la importancia que se le atribuía a
dos Unidos durante su administración (1930-1934), las inversiones en petróleo, banano, platino, oro y a
en la que se aprueba por el Parlamento una leonina otros recursos naturales. Como clara expresión de
legislación petrolera, que había sido elaborada por la dependencia de las clases dominantes de Colom-
los abogados de las compañías imperialistas. bia con respecto a los Estados Unidos debe desta-
La implantación del dominio de los Estados Uni- carse que en la década de 1920 los gobiernos con-
dos sobre la economía y la política colombianas se servadores reprimieron de manera brutal las protestas
basó en el impulso al proceso de modernización eco- de los trabajadores de los enclaves imperialistas, per-
nómica que requería el mejoramiento de la infraes- tenecientes a compañías de los Estados Unidos. Al
tructura, la adecuación del Estado y la configuración respecto son tristemente célebres las masacres de
del sector financiero. Esto último era necesario para que fueron víctimas los obreros petroleros en enero
garantizar las inversiones de capitales estaduniden- de 1927 y, sobre todo, los obreros de las bananeras
ses y abrirle paso al endeudamiento externo, que en en diciembre de 1928. En ambas ocasiones, el go-
Colombia se dispara en la década de 1920, cuando bierno de Colombia, cumpliendo los dictámenes de
fluyen los créditos de bancos estadunidenses tras la la Tropical Oil Company y de la United Fruit Com-
aprobación del tratado Urrutia-Thompson, y al mis- pany respectivamente, disparó a mansalva contra
mo tiempo se impulsa la construcción de puertos, indefensos obreros. Aunque en los dos casos fueron
ferrocarriles, carreteras, edificios públicos y se reci- asesinados humildes jornaleros colombianos, la ma-
ben misiones técnicas de economistas de los Esta- sacre de las bananeras se constituyó en uno de los
dos Unidos para adecuar las instituciones del Estado episodios más sangrientos de que han sido víctimas
a los requerimientos del imperialismo estadunidense. los trabajadores de la América Latina, puesto que,
Entre esas misiones se destacan las del economista según los propios informes de los diplomáticos de
Edwin Kemmerer, famoso «médico financiero» de los Estados Unidos, fueron más de mil los muertos,
la época apodado el «doctor dinero», encargado aunque es posible que esa cifra hubiera sido sensi-
de curar «enfermos económicos», como se referían blemente mayor, cercana a las tres mil víctimas. Con
ya desde entonces a las economías de los países razón, al referirse a esta masacre, el líder popular
dependientes, con lo que simplemente se quería dar Jorge Eliécer Gaitán manifestó: «El suelo colombia-
a entender que era necesario ajustar esas econo- no fue teñido en sangre para complacer las arcas
mías a los intereses del capital internacional, a las ambiciosas del oro americano» y dolorosamente «sa-
inversiones extranjeras y a los empréstitos. Kem- bemos que en este país el gobierno tiene para los
merer visitó en dos ocasiones a Colombia, en 1923 colombianos la metralla homicida y una temblorosa
y 1931, y sus recomendaciones fueron decisivas en rodilla en tierra ante el oro americano».26
la modernización del Estado, el cual fue acondicio-
nado para servir a los intereses del capital, tanto 26 Jorge Eliécer Gaitán: La masacre de las bananeras,
nacional como extranjero. Bogotá, Editorial Pepe, [s. f.].

168
A propósito, debe recordarse que la heredera de La magnitud de este hecho criminal es tal, que
la United Fruit Company, la Chiquita Brands, es según declaró Terry Colling Sworth, experto esta-
responsable de la financiación y entrega de armas a dunidense en Derecho Internacional, «es el caso
grupos paramilitares en el Urabá Antioqueño entre más grande de terrorismo de la historia recien-
1997 y 2004, que masacraron a centenares de cam- te, con tres veces más víctimas de las que produjo
pesinos y jornaleros agrícolas. Esta participación de el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York».28
la Chiquita Brands en las masacres que ocasionaron Luego de este necesario paréntesis, podemos decir
al menos once mil asesinatos, a través de Banadex que en el largo plazo las relaciones del Estado co-
S. A., su filial en Colombia, es tan evidente que el lombiano con los Estados Unidos se van a caracte-
17 de septiembre de 2007 esa empresa fue conde- rizar en un primer momento, durante la segunda mi-
nada a pagar veinticinco millones de dólares, no a las tad del siglo XIX, por el establecimiento de vínculos
víctimas colombianas, sino a un Juzgado del Distrito de una forma miope, para pretender que esa poten-
de Columbia. Un comentario sobre esta condena re- cia protegiera el territorio panameño, cuando era la
vela la responsabilidad criminal de esta empresa: más interesada en subordinarla a sus intereses, lo
cual les posibilitaba organizar la secesión del Istmo.
Según el memorando de condena del Gobierno, Ese hecho, en lugar de generar un sentimiento nacio-
la Corte determinó que los pagos de Chiquita a nalista en las clases dominantes de este país, condu-
organizaciones paramilitares fueron «revisados ce a un mayor sometimiento ante los Estados Uni-
y aprobados por altos ejecutivos de la corpo- dos, postración en la que incurren todos los gobiernos
ración, incluyendo oficiales, directores y em- colombianos del período que va de la separación de
pleados de alto rango». Asimismo, la Corte Panamá hasta la época de la Segunda Guerra Mun-
consideró que a más tardar en septiembre de dial, con la entrega de los recursos naturales (en es-
2000 los directivos principales de Chiquita fue- pecial bananos y petróleo) a poderosas compañías
ron informados [de] que «la empresa efectua- imperialistas que establecen enclaves en varias re-
ba pagos a las AUC y que las AUC eran una giones de Colombia. Esa postración fue claramente
organización paramilitar violenta dirigida por expresada por Marco Fidel Suárez cuando formuló
Carlos Castaño». Además, un abogado de Chi- la «doctrina», plena de sumisión y servilismo, de ple-
quita realizó una investigación sobre los pagos garse ante la Estrella Polar. De la misma manera, el
en agosto de 2000 y elaboró un informe, lo cual proceso de modernización económica hacia el capi-
dejó en claro que «la Convivir fue una mera talismo que se impulsó en el país desde la década de
fachada para las AUC y describió las AUC 1920 se hizo bajo la tutela estadunidense, tanto por
como una “organización paramilitar ilegal los préstamos desembolsados para realizar obras
ampliamente conocida”».27 de infraestructura como por las misiones económi-
cas que diseñaron un aparato institucional, a la me-
dida de sus intereses, como lo hicieron las misiones
27 Corporación Colectivo de Abogados «José Alvear Res-
trepo»: «Los directivos de Chiquita Brands: totalmen- 28 «La bananera de EEUU armó a paramilitares colombia-
te identificados», en: <rcci.net/globalizacion/2008/ nos», en: <www.publico.es/internacional/.../paramilita-
fg764.htm>. Énfasis nuestro. res/colombianos>.

169
Kemmerer de 1923 y 1931. Los empréstitos ase- honorabilidad? El DAS, de un cuerpo de terror
guraron una dependencia financiera permanente con al servicio de un gobierno, pasará a ser un órga-
respecto al capital estadunidense, que se ha preser- no de control militar de los Estados Unidos en el
vado hasta el día de hoy. país, complementario de las siete bases militares
En esas condiciones, no sorprende, en una pers- que Uribe entregó a los halcones gringos. ¿Qué
pectiva histórica de media y larga duración, que hoy el impedirá que compatriotas nuestros sean lleva-
régimen colombiano sea un peón incondicional del dos a las bases gringas y usados como conejillos
imperialismo estadunidense, como se ha puesto de de indias para sus investigaciones sobre los lími-
manifiesto a finales de 2009 y comienzos de 2010 con tes de la resistencia humana frente a la tortura?
tres hechos: la aceptación de convertir nuestro territo- ¿Qué impedirá la existencia de siete Guantána-
rio en una gigantesca base militar a su servicio, tema mos en Colombia? No es un secreto que toda la
comentado más arriba; el papel abyecto del gobierno información de inteligencia de Colombia es com-
de Colombia en Cancún para sabotear los intentos de partida y administrada por la CIA. Pero en ade-
crear una organización que sustituya a la decrépita e lante, las acciones represivas del organismo na-
inservible OEA, hasta el punto de que, sin ambages, el cional serán también compartidas. La CIA no será
presidente Evo Morales aseguró que: «Uribe vino a un asesor para la reorganización, sino la colum-
reventar la cumbre, a actuar como un agente de Esta- na vertebral de nuestros servicios de inteligen-
dos Unidos para empantanar los trabajos»;29 la ver- cia. Con la reorganización del DAS, la CIA to-
gonzosa recepción que en el Palacio de Nariño se le mará carta de ciudadanía nacional.30
hizo a León Panetta, director general de la Agencia
Central de Inteligencia (CIA), en Bogotá, el 25 de No sobra recordar la complicidad de la CIA con
febrero de 2010, para anunciar que esta institución relación al asesinato de miles de colombianos por
criminal, responsable de asesinatos, genocidios, gol- parte del Estado en los últimos años, crímenes que
pes de Estado y sabotajes en todo el mundo, ahora va han sido presentados de manera oficial con el eufe-
a asesorar al Departamento Administrativo de Seguri- mismo de Falsos Positivos (nombre que pretende
dad (DAS), responsable también de asesinatos de sin- ocultar que han muerto fuera de combate personas,
dicalistas, profesores, dirigentes políticos de izquier- generalmente jóvenes, que han sido mostradas
da, en su proceso de restructuración, el cual debe ser como guerrilleros muertos en enfrentamientos con
entendido, si es hecho por la CIA, como el reforza- el ejército). Luego de que se desencadenó el es-
miento del terror y la tortura. Al respecto, el reconoci- cándalo, se revelaron documentos en los que la
do escritor colombiano Alfredo Molano comenta: CIA señala que desde 1994 sabía de esa recurren-
te práctica por parte del ejército pero nunca, como
¿Qué profesionalismo puede mostrar la CIA que es apenas obvio, dijo nada. Eso se supo solamente
garantice a los colombianos siquiera un ápice de cuando fueron desclasificados documentos secre-
tos de la CIA en los Estados Unidos. Según la no-
29 «Evo Morales acusa a Uribe de ser un “agente” de
EEUU que fue a “empantanar” la Cumbre de Río», en:
<globedia.com/evo-morales-acusa-uribe-agente-eeuu- 30 Alfredo Molano: «Del DAS a la CIA», El Espectador,
empantanar-cumbre-rio>. 28 de febrero de 2010.

170
ticia presentada por un diario colombiano de circu-
lación nacional:

En ese mismo año, un informe de la CIA deter-


minó que las fuerzas de seguridad colombianas
utilizaban «tácticas de escuadrones de la muerte
en su campaña contrainsurgente». Los oficiales
tenían además, según ese informe, un historial de
asesinato de civiles de izquierda en áreas de con-
trol guerrillero, colaboración con paramilitares
vinculados con el narcotráfico en ataques contra
presuntos simpatizantes de la guerrilla, y el ase-
sinato de combatientes capturados.31

Poco ha cambiado en Colombia en las últimas


décadas a pesar de las transformaciones mundia-
les, como se puede ver en nuestra condición cuasi
colonial con respecto a los Estados Unidos, lo que
ha colocado al país en una senda completamente
opuesta a la que han seguido otros pueblos de la
región. Todo ello, desde luego, no es un producto
de la fatalidad, sino de opciones políticas y econó-
micas de las clases dominantes de Colombia para
mantener el capitalismo mafioso, que se sustenta en
el terrorismo de Estado y en un régimen de opre-
sión y explotación de la mayor parte de la pobla-
ción colombiana. Esas opciones, a su vez, son un
resultado de procesos históricos de mediano y lar-
go plazo, como hemos intentado demostrar en este
ensayo, en los que se evidencia que la lumpembur-
guesía colombiana se ha convertido en el furgón de
cola del imperialismo estadunidense. c

31 Comisión Intereclesial de Justicia y Paz: «CIA conocía


alianzas entre AUC y Ejército», en <justiciaypazcolombia.
com/CIA-CONOCIA-ALIANZAS-ENTRE-AUC-Y>;
«Desde 1994, la CIA sabía que las Fuerzas Militares
colombianas tenían nexos con “paras”», El Espectador,
7 de enero de 2009.

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