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REALIDAD PERUANA DÉCADAS 80 Y 90

Alejandro Cornejo Montibeller.

Introducción
Para cualquier persona que tenga interés de analizar, estudiar, investigar, -o en el caso más
afortunado- entender, la realidad del Perú, seguro no habrá empresa tan complicada y
divertida para emprender.
Digo divertida principalmente, porque si estamos decididos a indagar sobre la realidad del
país estaremos escudriñando en nuestra propia piel y sentiremos mucho escozor en el
transcurso de la propuesta. Ese escozor será debido a los propios espejos que descubriremos
camino al desarrollo del tema.
Y complicada seguramente, pues la realidad peruana es tan diferente a otras, como son
diferentes las etapas por la que esta nuestra nación ha tenido que pasar.
Han habido muchos cambios bruscos a los que nos hemos debido acostumbrar, nadie sabe
¿por qué?, por lo menos podemos decir, que no somos la típica nación en la que no pasa nada
año tras años, donde la economía es estable, donde el gobierno es cuasi perfecta,
las estructuras sociales están perfectamente cimentadas, donde el ingreso per cápita supera
los 12 mil dólares, el nivel de alfabetización es del 100 % , donde la esperanza de vida es
nonagenaria, no ese país no somos. Somos el divertido territorio de la informalidad y el
cachineo político, somos algo así como el oasis en el desierto de la monotonía y la estabilidad
humana.
Cuando decidí hacer un background (término que está de moda como muchas otras cosas y
términos que más adelante mencionaré) imaginé un cuento en el que la princesa era el Perú,
y me esperaba en la torre del castillo quizás para que la conociera, pero en el recorrido caí en
un pozo lleno de cocodrilos muchos de ellos hambrientos otros simplemente salvajes, pero
todos decididamente peligrosos.
Empezaré este cuento y será un intento para entender al Perú, ese que para sorpresa de
muchos significa según la Real Academia de la Lengua "el ser de mucho precio o
estimación", término que vale un Perú.

Repaso histórico.
El Perú es un país pluricultural y plurilingüe, eso no es novedad para nadie, pues no es un
fenómeno de pocos años. Este país fue plurilingüe y multicultural desde épocas
prehispánicas. Si bien con una relativa complementariedad entre pueblos distintos que
compartían una matriz cultural común, esa diversidad que convivía en ese espacio
denominado Tahuantinsuyo.
Ahora Somos un país que conforma "dos Perú es paralelos" el oficial y el marginado.
El oficial podemos deducir que es el de las instituciones gubernamentales,
instituciones, sindicatos, universidades, Fuerzas Armadas y por supuesto la Iglesia.
Y el Perú marginal lo conforman los campesinos y las masas urbanas, y todas
las organizaciones y expresiones productivas, sociales que de estas se desprendan.
Está marcada diferencia vino como un plus -otro término de moda incorporado en el léxico
diario de los economistas sin necesidad de que ellos utilicen minus - en los barcos de los
conquistadores.
Decididamente muchos de los problemas y forúnculos que posee la cara del actual Perú,
fueron contraídas en la época de la colonia y se perennizaron e hicieron quistes que afectan
hasta hoy, la salud de nuestra vida como república.
José Luis Rivarola expresó claramente: «El destino de un país de ancestrales raíces
pluriculturales no puede construirse sobre la base de la represión y del glotocentrismo, sino
de una armonización de posibilidades y derechos».
La jerarquización e institución repentina de una cultura completamente distinta causaron un
trauma que ahora vive su consecuencia. Como un niño que fue maltratado ahora somos un
adulto con necesidad de terapia.
Así, podemos observar por ejemplo que los centros de colonización designados por los
conquistadores, fueron las grandes ciudades, donde se concentraba todo el poder político y
económico. De las ciudades se partía a cualquier otra provincia o futuro poblado a conquistar.
Si bien el Cusco era la capital en el Incanato, la importancia que comenzaron a adquirir otras
ciudades fue evidente.
Don Luis E. Valcárcel con pundonor indigenista diría siglos más tarde en su libro Tempestad
en los Andes que los indios estaban listos para ocupar Lima. El sostenía: «Lima no es el Perú,
el Perú es Cusco».
El profesor moqueguano sabía que las raíces históricas así lo indicaban pero la realidad ya
era otra.

En la república, el Perú ya tenía las características centralistas que hasta ahora muestra. Era
entonces la clase criolla la que se había convertido en la más poderosa y representativa y
fueron además quienes buscaron la independencia pero sin preocuparse del resto del país, esa
situación dibujaba a Lima como un todo representativo del Perú.
La nación se había convertido desde ese entonces en la Ciudad Jardín, con algunos apéndices
en el interior del territorio.
Este fenómeno hacía que la representatividad de cada uno de los peruanos no se viera
plasmada de ningún modo y sólo la clase privilegiada y ciudadana pudiera acceder a la
facultad de todo habitante de una nación, que era la participación en la vida política de su
país.
El filósofo alemán, radicado en México, Esteban Krotz señala: "...se están produciendo en el
trasfondo difuso pero efectivo de una idea de nación forjada de acuerdo con el modelo de
la persona moral en el sentido de varios individuos considerados unitariamente, por eso
también se ha afianzado, desde hace mucho tiempo, la convicción de que a cada nación
corresponde un carácter nacional ,presente tanto en estereotipos populares como en estudios
socio-científicos"
El carácter nacional era lo que reclamaban los marginados de esa época, pero como en
toda historia existen fechas representativas donde estas desigualdades y olvidos se quiebran.
Una de ellas después del descalabro económico de 1879, fue La Campaña de la Breña, que
evidenció la existencia de los campesinos, pues su participación fue decisiva como la de
cualquier otro peruano.
El presidente Prado, lanzó la primera convocatoria a todos los hombres hábiles para empuñar
un arma, entre los 18 y los 60 años.
Los indígenas tuvieron destacada participación en dicho combate.
De esta manera el campesino, ósea el peruano marginado, había salido a luz y desde
entonces su marginalidad la mantuvo pero cada vez fue más determinante en la
conformación del nuevo Perú, ya sea en sus estamentos sociales económicos, políticos,
culturales y religiosos

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