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FACULTAD DE EDUCACIÓN

CARRERA DE LENGUAJE Y LITERATURA

ANÁLISIS CANTO XXII DE LA ILÍADA

Estudiantes:
Jara Cachique, Rayza Edith 1512358
Ramírez Rodriguez, Lizlaleyne 1512383

2018-I

Introducción

Si bien el primer poema de Homero, es considerado una obra maestra, podría


atrevernos a mencionar que el canto XXII representa la cumbre de este
impactante libro. En este canto se podrán apreciar muchos de los valores y
sentimientos que se ven a grandes rasgos a lo largo de obra, pues vemos como
dos de los personajes principales sucumben ante su ira, miedos y sentimientos
más profundos.
También se puede visualizar claramente el lamentable actuar de muchos de los
dioses griegos, apreciaremos como el concepto de divinidad no simboliza un alto
nivel de moralidad ni de ética, por lo contrario cada uno de los dioses competían
en ver cuál de ellos era el más poderoso.
En el presente trabajo se realizará un análisis de los elementos ficticios y reales
presentes en el canto XXII, así mismo se mostrarán fragmentos en los cuales se
podrá apreciar algunas de las convenciones culturales presentes en el mundo
de la Ilíada.

Ficción y dicción
FICCIÓN: es uno de los elementos que no está ajeno cuando hablamos de la
literatura, cuya función es establecer a través del lenguaje un mundo imaginario.
Por ello, aquí se presentan algunos en el canto XXII de la Ilíada:
 Intervención de los dioses: principalmente de Atenea y Zeus cuando este
último toma la palabra y dice: ¡oh dioses! Decidamos si le salvamos de la
muerte a Héctor o dejamos a manos de Aquiles ahí interviene Atenea
oponiéndose a lo expuesto. Entonces Zeus le deja a ella que haga lo que
deseaba. Por ende, Atenea ayuda al griego Aquiles y Apolo al troyano
Héctor en la lucha. Aunque finalmente Atenea le engaña a Héctor
convirtiéndose en su hermano Deífobo y su destino ya es, la muerte.

 Creencia de un futuro precedido: el destino. El Hades ya había decidido


su destino del troyano (Héctor). Algo como una obra de magia lo
decidiríamos en nuestra actualidad o quizás no, dependería de cada
persona.

DICCIÓN: los acontecimientos que suceden en este canto no solamente quedan


como un relato o una historia de generación a generación sino comparar con la
realidad, lo visible, lo cotidiano. Veamos:
 Príamo (rey de Troya) pierde a su sucesor (Héctor): cuando hablamos de
España nos estaríamos refiriéndonos a esto ya que el trono es una
sucesión que sigue el orden de una primogenitura. Tras vacar x muerte o
abdicar del titular se convertirá su hijo de más edad en ausencia de esto
sigue la hermana de más edad, así sucesivamente.

 Dolor de sus padres, su esposa y de cada uno de los troyanos: cuando


alguna lucha o guerra sucede no están ajeno los sentimientos de dolor.

 Afrenta entre Aquiles y Héctor: dos hombres poderosos y dos ciudades se


enfrentan a la guerra por sus diferentes causas. Es así, sabemos por
historia la Primera la Segunda Guerra Mundial, La Guerra Fría, entre
otros. Aquellos hacen referencia que las guerras nunca acabarán.

 Guerra y como consecuencia la muerte: definitivamente en cualquier


lucha vamos a encontrar vidas perdidas.

Convenciones culturales-análisis fragmentos


A lo largo de todo este poema épico podemos ver como Homero crea un gran
contraste entre los personajes principales del canto XXII. Desde el inicio hasta el
final podemos apreciar como hace un uso constante de epítetos que remarcan y
anuncian que uno está sobre el otro en cuando a fuerza y destreza.

Aquiles Héctor
 Gavilán  Tímida paloma
 León  Hombre
 Lobo  Cordero
 Águila  Liebre

En el cuadro presentado, podemos apreciar cuadro de los contrastes que utiliza


Homero para comparar a los dos personajes, y desde el momento que uno
comienza a leer el canto XXII puede darse una idea de quién resultará vencedor
en aquella batalla.
Además del contraste persistente entre Aquiles y Héctor, Homero nos presenta
el valor político que posee Aquiles al temer el rechazo de su pueblo ante la
posibilidad de huir. En el siguiente fragmento podemos ver claramente como el
troyano antepone su deber como parte del ejército.
«Pero yo no me dejé persuadir, mucho mejor hubiera sido aceptar su consejo, y
ahora que he causado la ruina del ejército con mi imprudencia temo a los
troyanos y a las troyanas, de rozagantes peplos, y que alguien menos valiente
que yo exclame: Héctor, fiado en su pujanza, perdió las tropas. Así hablarán; y
preferible fuera volver a la población después de matar a Aquiles, o morir
gloriosamente delante de ella. »
Es visible como el valeroso Héctor ante la posibilidad de huir y aceptar la
propuesta de su padre, toma las consecuencias de sus actos y de su
imprudencia, rechazando la oferta de huida. Este acto hace de Héctor un hombre
respetable ante su pueblo y por sobre todo, un hombre el cual va en busca de
su destino.
Es indiscutible la presencia de los dioses a lo largo de toda la Ilíada, pero esta
vez, centrándonos exclusivamente en el canto XXII podemos ser espectadores
de la intromisión de Atenea en la afrenta de Héctor a Aquiles. Se debe recalcar
que el rechazo de Atenea hacia Héctor y todos los troyanos, es debido a la culpa
de su hermano, Paris, al preferir una mujer antes que el conocimiento que Atenea
le ofrecía.
Es por ello que Atenea, sin haber olvidado aquella terrible elección se pone a
disposición de los aqueos, ayudando a Aquiles a triunfar en la batalla.

Respondióle Atenea, la diosa de ojos de lechuza:


«¡Oh padre, que lanzas el ardiente rayo y amontonas las nubes! ¿Qué dijiste?
¿De nuevo quieres librar de la muerte horrísona a ese hombre mortal, a quien
tiempo a que el hado condenó a morir? Hazlo, pero no todos los dioses te lo
aprobaremos.
Contestó Zeus, que amontona las nubes:
Tranquilízate, Tritogenia, hija querida. No hablo con ánimo benigno, pero contigo
quiero ser complaciente. Obra conforme a tus deseos y no desistas. »

Podemos ver claramente como Atenea persuade a su padre, Zeus, para poder
lograr con su cometido, la muerte de Héctor. Esto es un gran símbolo de poder
por parte de ella, tratando de imponerse ante el pueblo del humano que la
rechazó en la elección de la más bella.
Así como la presencia de los dioses marca cada uno de los acontecimientos de
la obra, podemos caer en la cuenta que el mundo homérico está lleno de
aspectos religiosos; la concepción de muerte y el destino son elementos que son
recurrentes en la Ilíada. Se tomaran algunos fragmentos del canto XXII para
poder reconocer como la temática de un destino marcada para los personajes
está presente.
Zeus coge la balanza de oro y ve que el destino condena a Héctor.
Desde el prefacio del canto podemos ver como el destino de Héctor ya estaba
estipulado, y le iba a ser imposible tratar de huir de su muerte.

¿Y cómo Héctor se hubiera librado entonces de las Parcas de la muerte que le


estaba destinada, si Apolo, acercándosele por la postrera y última vez, no le
hubiese dado fuerzas y agilizado sus rodillas?
En este fragmento también se aprecia cómo se hace mención de un destino
funesto para Héctor, pues las Parcas ya están en su espera.

« ¡Muere! Y yo recibiré la Parca cuando Zeus y los demás dioses inmortales


dispongan que se cumpla mi destino. »
Finalmente podemos ver como Aquiles también reconoce que su vida ya está
destinada, pues menciona que recibirá su muerte cuando esta esté estipulada
por los dioses.

Ya que en los fragmentos presentados se muestra la idea de muerte y de la


Parca, es algo inevitable para un griego creer en una vida más allá de la muerte.
Es por ello que previa a la batalla, Héctor le pide a favor a Aquiles, realizar un
trato, el cual consistía en la devolución del cadáver a los familiares del perdedor,
así estos podrían darle un funerario adecuado. Pero, como es bien sabido,
Aquiles estuvo totalmente cegado por la irá y la desesperación de haber perdido
a su mejor amigo que ninguna tradición le importó, solo quería saciar su sed de
venganza ante el hombre que había tomado la muerte de su amor platónico.
«Yo no te insultaré cruelmente, si Zeus me concede la victoria y logro quitarte la
vida; pues tan luego como te haya despojado de las magníficas armas, oh
Aquiles, entregaré el cadáver a los aqueos. Pórtate tú conmigo de la misma
manera. »

Mirándole con torva faz, respondió Aquiles, el de los pies ligeros:

« ¡Héctor, a quien no puedo olvidar! No me hables de convenios. Como no es


posible que haya fieles alianzas entre los leones y los hombres, ni que estén de
acuerdo los lobos y los corderos, sino que piensan continuamente en causarse
daño unos a otros, tampoco puede haber entre nosotros ni amistad ni pactos,
hasta que caiga uno de los dos y sacie de sangre a Ares, infatigable
combatiente»

Además de la creencia de una vida más allá de la muerte, Homero nos menciona
algo bastante peculiar de este mundo lleno de cosas extraordinarias. Se hace
referencia a un lugar específico del cuerpo, por donde el alma sale más rápido,
logrando así una muerte física instantánea, pues el cuerpo servía como un
recipiente para el alma.

Éste lo tenía protegido por la excelente armadura de bronce que quitó a Patroclo
después de matarlo, y sólo quedaba descubierto el lugar en que las clavículas
separan el cuello de los hombros, la garganta que es el sitio por donde más
pronto sale el alma: por allí el divino Aquiles envasóle la pica a Héctor, que ya lo
atacaba, y la punta, atravesando el delicado cuello, asomó por la nuca. Pero no
le cortó el garguero con la pica de fresno que el bronce hacía ponderosa, para
que pudiera hablar algo y responderle.
Es reconocible que más que causarle una muerte física, Aquiles pretendía
destrozar la dignidad de Aquiles ante su pueblo, el cual lo veneraba como si fuera
un Dios. Es por tal motivo, que Aquiles le niega a Héctor realizar el pacto y, en
los siguientes cantos se puede ver el porqué de tal cruel rechazo.

Conclusiones
 Si dejamos a los dioses en el canto XXII o en todo el texto de la Ilíada
sería un mundo inexplicable con una historia totalmente humanística en
la que los propios hombres construirían sus destinos.

 El concepto de destino es un elemento que esta remarcado en cada uno


de los personajes del poema, incluso desde su nacimiento.

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