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Esquema
1. Introducción a la Astronomía.
1.1. Introducción histórica.
2. El Sistema Solar.
2.1. Estructura del Sistema Solar.
2.2. Movimiento de los planetas.
2.3. El Sol.
2.4. Los planetas interiores.
2.5. El sistema Tierra-Luna.
2.6. Marte y Júpiter
2.7. Los planetas exteriores.
2.8. Cometas.
3. Astronomía de posición.
3.1. Movimientos de la Tierra.
3.2. La esfera celeste.
3.3. Movimiento del Sol.
3.4. La Eclíptica.
3.5. Medida del tiempo: día, semana, mes, año.
3.6. Coordenadas astronómicas.
3.7. Las constelaciones.
4. Observación y medida en Astrofísica.
4.1. Observación en la antigüedad.
4.2. Observación óptica instrumental.
4.3. Cartografía fotográfica.
4.4. Observación en radiofrecuencia.
4.5. Observación supraatmosférica.
4.6. El telescopio espacial.
4.7. Observación en infrarrojo.
5. Origen, evolución y estructura del Universo.
5.1. El origen del Universo.
5.2. Evolución del Universo primitivo.
5.3. Evolución estelar.
5.4. Supernovas y Estrellas de neutrones.
5.5. Evolución planetaria.
5.6. Estructura del Universo.
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TEMA 39
SISTEMA SOLAR. FENÓMENOS DE ASTRONOMÍA DE POSICIÓN. OB-
SERVACIÓN Y MEDIDA EN ASTROFÍSICA. EVOLUCIÓN ESTELAR. ESTRUC-
TURA Y COMPOSICIÓN DEL UNIVERSO.
1. INTRODUCCIÓN A LA ASTRONOMÍA
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1.1. Introducción histórica.
Claudio Ptolomeo (siglo II) modificó y mejoró el modelo geocéntrico vigente, he-
redado de Platón y Aristóteles, involucrando un mayor número de círculos y esferas
celestes y otros elementos geométricos, como epiciclos, deferentes, ecuantes, etc. Este
modelo ptolemaico perduró hasta final de la edad media, en que apareció el modelo
copernicano.
Nicolás Copérnico (siglo XV) concibe un modelo heliocéntrico del Universo, con
el Sol en el centro y las planetas y estrellas girando alrededor de él y solo la Luna giran-
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do alrededor de la Tierra. No fue aceptado inmediatamente, pero las observaciones de
Tycho Brahe y las leyes de Johanes Kepler, confirmaron el modelo de Copérnico. Gali-
leo construye un telescopio y con él observa manchas en el Sol, cráteres, montañas y
valles en la Luna, cuatro satélites en Júpiter y muchas estrellas nuevas de las llamadas
fijas. Galileo proclama y defiende la teoría heliocéntrica lo que le valió un proceso con
la Inquisición.
2. EL SISTEMA SOLAR
El Sistema Solar es nuestro universo más inmediato. Está formado por el Sol, co-
mo estrella central y nueve planetas, Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Júpiter, Satur-
no, Urano, Neptuno y Plutón, girando a su alrededor. Estos planetas cuentan con dece-
nas de satélites girando alrededor de ellos. También alrededor del Sol gira un número
indeterminado de cometas, cinturones de asteroides, así como grandes cantidades de
meteoroides, partículas, polvo y gas interplanetario.
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En 1778, se publicó la Ley de Bode-Titius, ley empírica que da una representación
bastante buena de las distancias de los diferentes planetas al Sol y que utilizando como
unidad de distancia la Unidad Astronómica, viene dada por la ecuación:
d = 0'4 + 0'3 × 2 n
siendo n=−∞ para Mercurio, n=0 para Venus n=1 para la Tierra
n=2 para Marte n=3 ??? n=4 para Júpiter
n=5 para Saturno n=6 para Urano
El hueco que aparece para n=3 no se supo interpretar. Los valores para n=7 y n=8
que corresponderían a Neptuno y Plutón difieren considerablemente de los valores ob-
servados. En 1801, el astrónomo siciliano Piazzi, intentando comprobar la ley de Bode-
Titius, descubría un pequeño planeta o asteroide al que llamó Ceres entre Marte y Júpi-
ter. Después se descubrieron muchos más hasta llegar a los miles que componen el cin-
turón de asteroides, actua lmente conocido.
Las trayectorias de los planetas en sus movimientos alrededor del Sol fue uno de
los problemas más difíciles de la astronomía, resuelto por Johannes Kepler en sus tres
famosas leyes. Las conclusiones de Kepler son producto de minuciosas observaciones
cálculos realizados por Tycho Brahe (su maestro) y él sobre el planeta Marte. Las leyes
de Kepler son:
1ª Ley. Los planetas se mueven describiendo órbitas elípticas en uno de cuyos fo-
cos está el Sol.
2ª Ley. Las áreas barridas por los radios-vectores, trazados desde el Sol al planeta,
en tiempos iguales son iguales, (velocidad areolar constante).
- Un planeta se mueve más rápidamente en su órbita cuando está más cerca del Sol
que cuando esta mas lejos.
- Los planetas más próximos al Sol se mueven en sus órbitas con mayor velocidad
angular que los planetas más alejados y por consiguiente el periodo de rotación es
mucho mayor en los lejanos que en los cercanos.
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- Explica claramente el movimiento
retrógrado de los planetas cuando se
observan desde la Tierra. Basta una
observación detenida de la fig.1 para
comprender el fenómeno. El movi-
miento aparentemente errante de es-
tos astros fue por lo que se le llama-
ron planetas (errante en griego).
2.3. El Sol.
La primera característica del Sol es su enorme masa, tan grande que todos los pla-
netas juntos sólo representan el 1'3% de la masa solar. Se encuentra a una distancia tan
grande de la Tierra que la luz tarda 8m 19s en llegar a nosotros. El Sol posee un movi-
miento de rotación alrededor de su propio eje que tiene un período de unos 25 días y 5
horas, período fácilmente determinable mediante el estudio de la evolución de las ma n-
chas solares que aparecen en la superficie.
El Sol está constituido por 75% de hidrógeno y 23% de helio y porcentajes míni-
mos de otros elementos del sistema periódico. La fuente de energía del Sol procede de
los procesos de fusión termonuclear entre los núcleos de hidrógeno para dar núcleos de
helio, proceso en el cual se produce una pérdida de masa que se transforma en energía
según la ecuación de Einstein E=mc2 . La cantidad total de energía que produce e irradia
el Sol es de 3'8.1023 Kw, lo que supone que cada segundo que transcurre, 580.000 mi-
llones de Kg de hidrógeno se transforman en helio.
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Manchas Solares. Observadas por los chinos, Galileo las consideró como fenó-
menos de la superficie solar. Son en realidad, zonas de la superficie solar (fotosfera)
más frías (5000 K) que las zonas calientes a su alrededor (5785 K) y están rodeadas de
un reborde o playa de la mancha que es más caliente que la mancha aunque más fría que
la fotosfera.
Las manchas solares son fenómenos causados por los campos magnéticos del Sol
que impide que la materia caliente situada bajo la fotosfera, acceda a ella, originándose
regiones locales más frías.
Según los modelos estudiados por la Astronomía, el Sol presenta una estructura en
capas que permite explicar cumplidamente la mayoría de los fenómenos observados en
él. Según este modelo de capas, el Sol está formado de las siguientes partes:
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5. Cromosfera: capa (unos 8000 Km) cuya densidad disminuye al alejarse del nú-
cleo, mientras que su temperatura aumenta notablemente. La Cromosfera puede ob-
servarse mediante los espectroheliógrafos y ocasionalmente durante los eclipses to-
tales de Sol.
6. Corona Solar: capa de composición y morfología variable, observable durante
los eclipses totales de Sol, donde la temperatura existente es 2 millones de K.
El Sol terminan en la Corona, pero es preciso mencionar el Viento Solar, que con-
siste en un gigantesco flujo de partículas elementales cargadas (1010 partículas/s.cm2 )
emitidas por el Sol a gran velocidad durante las fulguraciones solares, y que se extiende
hasta los confines del Sistema Solar. Este viento solar representa una pérdida de materia
solar equivalente a 2.000.000 de toneladas/s.
Mercurio y Venus son los planetas situados entre el Sol y la Tierra. El primero
aparece cerca del Sol 2h 15m antes de su salida y tras la puesta, hecho que produce gran
dificultad para la observación telescópica, pues la luz solar lo dificulta fuertemente. El
segundo se observa durante un mayor tiempo (unas 4 horas) antes del orto y después del
ocaso solar. Ambos planetas presentas fases como la luna, es decir, la superficie ilumi-
nada observable desde la Tierra es variable según el punto de la órbita en que se en-
cuentren.
Las investigaciones sobre este planeta se han realizado por radioexploración y por
naves espaciales (Mariner 10). La primera consiste en enviar impulsos de radar al pla-
neta donde son reflejados y devueltos a la Tierra. Las variaciones de frecuencia por
efecto Doppler debido al acercamiento o alejamiento de la superficie del planeta nos
indica el sentido de su rotación y permite medir su período. Las fotografías del Mariner
10 se obtuvieron con una resolución de 250 m.
Venus. Planeta llamado "lucero del alba" por la elevada magnitud de su brillo. Po-
see una densa atmósfera que impide distinguir detalles de su superficie, incluso con los
más potentes telescopios. En la actualidad, el planeta es investigado por radioexplora-
ción con radar, tanto desde Tierra como desde naves no tripuladas en órbita alrededor
del planeta, lo que ha permitido conocer que la rotación dura 243 días terrestres, supe-
rior por tanto al periodo de traslación alrededor del Sol.
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Su superficie posee una orografía accidentada semejante a la de la Tierra, sin
grandes accidentes. Posee numerosos cráteres de impactos meteoríticos y estructuras
que parecen ser conos volcánicos con diámetros de hasta 80 km. La temperatura super-
ficial alcanza 475 K, debida a la poderosa atmósfera que actúa capturando la energía
radiante del Sol y que está compuesta por 96% de CO2 , 3'5% de N2 y porcentajes meno-
res de H2 O, SO2 , O2 y gases nobles. La atmósfera está estratificada y sus nubes, com-
puestas de H2 SO4 , forman una envoltura continua, a 45-60 Km de altura. Por encima
existen vientos a más de 300 Km/hora.
La Tierra posee un fuerte campo magnético cuyos polos no coinciden con los po-
los geográficos y además varía su posición con el tiempo. Las líneas de fuerza del cam-
po magnético forman una cubierta alrededor del planeta llamada magnetosfera que sirve
de escudo a la acción del viento solar. Este viento
solar está constituido por partículas atómicas carga-
das procedentes del Sol y que barren todo el Sistema
Solar. Al llegar a la Tierra, son capturadas por las
líneas del campo magnético, obligadas a describir
trayectorias helicoidales y canalizadas a través de
estas líneas (que actúan como unos gigantescos em-
budos) hacia los polos magnéticos de la Tierra, don-
FIG. 3
de se producen auroras polares en su choque con las
moléculas atmosféricas. El fenómeno ocurre en amplias zonas que rodean parcialmente
a la Tierra y que adoptan forma de toroide. Los llamados cinturones de radiación o de
Van-Allen.
La Tierra es el único planeta de los conocidos que tiene vida, consecuencia de que
reúne ciertas condiciones singulares que resumimos en:
- Fuente de energía. El Sol, que permite una temperatura media de 22°C, hace po-
sible la existencia de agua líquida y así mantener activos los materiales constituyentes
de la vida.
- Radiación solar de variada frecuencia. con intensidad adecuada para la activa-
ción de los procesos vitales. Las radiaciones perjudiciales son filtradas por la atmósfera.
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- Atmósfera que desempeña múltiples funciones, depósito de oxígeno, filtro de ra-
diación, distribuidor de energía térmica y humedad, etc. La masa del planeta es decisiva
para la retención de una atmósfera, los planetas pequeños no pueden retener la atmósfe-
ra por su baja gravedad y su alta temperatura.
- Abundancia de agua y elementos biogénicos, como Carbono, Hidrógeno, Oxíge-
no, Nitrógeno, Fósforo, Azufre y otros.
La Luna, satélite de la Tierra. La Luna es el único satélite del planeta Tierra y tie-
ne una masa considerablemente grande con relación a él, como expresa la relación:
Masa ⋅ Luna 1
=
Masa ⋅ Tierra 81'3
que es la segunda más grande entre las relaciones de Masa Satélite/Masa Planeta que se
presentan en el Sistema Solar, tras la del sistema Caronte/Plutón.
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cuando nuestro satélite se coloca entre el Sol y la Tierra y la cara que nos mira está os-
cura. Edad =0. Se llama Edad de la Luna para un instante dado de la lunación al tiem-
po transcurrido entre el novilunio y dicho instante. A medida que transcurre el tiempo,
el disco lunar comienza a mostrarse iluminado. Para la edad de 7d 9h 11m0'72s el Sol, la
Tierra y la Luna forman un triángulo rectángulo y aparece iluminado la mitad del disco
lunar, cuarto creciente. La siguiente fase es la de Luna llena o Plenilunio, que tiene
lugar a la edad de 14d18h 22ml'45s, y la Tierra está entre el Sol y la Luna. La siguiente
fase es cuarto menguante y finalmente se vuelve a Luna Nueva o Novilunio completan-
do el mes sinódico.
En las fases de Luna Nueva y Luna Llena, si la órbita lunar no estuviera inclinada
respecto de la eclíptica, se producirían eclipses. La inclinación de la órbita hace que los
eclipses sólo se produzcan en los nodos o puntos donde la órbita lunar corta a la eclípti-
ca. Pueden producirse eclipse de Sol (la Luna se sitúa entre el Sol y la Tierra y produce
sombra sobre ella) y eclipse de Luna (la Tierra se sitúa entre el Sol y la Luna y produce
sobra sobre ella, a veces ocultándola totalmente).
Las tierras son zonas con grandes accidentes morfológicos, entre los que destaca-
mos: a) Circos o cráteres lunares que son accidentes circulares de hasta varios cientos de
kilómetros de diámetro y elevadas paredes. Presentan prolongaciones o rayos que se
extienden desde sus bordes hasta distancias muy grandes. b) Montañas y cordilleras
longitudinales de hasta 1000 Km de largas con alturas que alcanzan hasta 6500 m. c)
Otros accidentes como valles, fallas y grietas.
Sobre el origen de la Luna, existen varias teorías. Una de ellas postula que la Luna
se originó al ser arrancada de la Tierra por un cataclismo, pero tiene poca aceptación.
Otra afirma que la Luna se formó con el conjunto del Sistema Solar, aunque lejos de la
Tierra siendo capturada por el campo gravitatorio de la Tierra. Y otra establece que la
Luna se formó al mismo tiempo que la Tierra en una región del espacio próximo a ella.
Marte. Planeta de color rojizo conocido desde antiguo en todas las civilizaciones,
su observación telescópica evidencia zonas claras y oscuras, dos casquetes polares con
grandes variaciones estacionales y nubes de polvo. En la actualidad, las investigaciones
sobre Marte han experimentado un avance espectacular debido al envío de naves no
tripuladas americanas (Mariner) y soviéticas (Marte). Un importante logro se consiguió,
en 1976 con las naves Viking 1 y 2 que se posaron sobre la superficie del planeta y
transmitieron mucha información. Más recientemente, en Julio de 1997, la sonda ameri-
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cana Pathfinder se posó en un aterrizaje accidentado sobre la superficie de Marte y des-
cargó un minivehículo todoterreno llamado Sojourner cargado de instrumentos de me-
dida y fotografía, analizó el terreno y envió valiosa información a la Tierra.
Marte posee dos satélites, Fobos y Deimos, descubiertos en 1877. Por los vehícu-
los Mariner y Viking sabemos que tienen forma irregular como elipsoides de tres ejes,
con superficies machacadas por numerosos impactos que han dejado cráteres y grandes
heridas en la superficie. Fobos tiene un período orbital superior al período de rotación
de Marte (un observador marciano lo vería salir por el oeste y ponerse por el este) y
además se acerca paulatinamente a Marte con el cual se estrellará dentro de unos 100
millones de años.
Júpiter. Es el mayor planeta del Sistema Solar. Visto desde la Tierra presenta es-
tructura de bandas claras y oscuras alternativas, que no constituyen zonas fijas, sino que
frecuentemente sufren cambios de tamaño y posición, fusionándose unas con otras,
formándose y deshaciéndose. Un rasgo llamativo de la superficie del planeta es la lla-
mada mancha roja, una formación muy estable de forma oval de 40.000 km de longitud
por 13.000 km de anchura.
El planeta tiene una potente atmósfera, cuya parte externa es lo que observamos
desde Tierra. Está compuesta de H2 , He, NH3 , CH4 , H2 O, PH3 y también trazas de CO,
CNH, C2 H6 , C2 H4 . La atmósfera realiza poderosos fenómenos circulatorios con vientos
de 150 m/seg.
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La mancha roja y otras estructuras parecidas no han recibido explicación satis-
factoria. Los modelos que las presentan como torbellinos semejantes a las borrascas
terrestres, no parecen consistentes. La mancha roja deriva lentamente hacia el oeste ro-
deada por vientos de elevada velocidad.
Júpiter radia al exterior más energía de la que recibe del Sol. Parte de ella es de
origen térmico, es decir, se está enfriando y emite calor. Además, el planeta emite ene r-
gía originada por fenómenos eléctricos de su atmósfera, que se localizan en la mancha
roja y regiones similares y por último, la radiación originada en los cinturones magnéti-
cos demuestran la existencia de un potente campo magnético.
Saturno. Su observación desde Tierra presenta una estructura con bandas alterna-
tivamente claras y oscuras que constituyen la atmósfera del planeta. Su achatamiento es
el mayor que presentan los planetas del sistema solar ya que el radio ecuatorial es 9'6%
mayor que el radio polar. Su densidad es 0'69 g/cm3 lo que lo convierte en el menos
denso de todos los planetas. Saturno flotaría en un mar de agua.
Presenta también rotación diferencial. El ecuador gira con un periodo de 10h 14m
mientras que a 40° de latitud el período es 10h 41m. El planeta presenta un claro sistema
de anillos ya observado por Huygens en 1655, situados en el plano ecuatorial y debido a
la inclinación de dicho plano sobre la órbita de Saturno, los anillos pueden observarse
desde Tierra en diferentes posiciones. Los anillos están formados por partículas de diá-
metros entre 1 µm y 10 m y el grosor del disco es, como máximo, de 1 km.
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Saturno posee 23 satélites, si bien 5 de ellos están pendientes de confirmación.
Los principales son Titán, único que posee atmósfera, Encelado, muy brillante, y los
demás, de cerca de lejos del planeta son: Febe, Japeto, Hiperión, Rea, Helena, Dione,
Calipso, Telesto, Tetis, Mimas, Jano, Epimeteo, Pandora, Prometeo, Atlas y Pan.
Se le supone una estructura de dentro a fuera, formada por: un núcleo rocoso, una
capa media de hielo, una capa externa de H2 molecular líquido y una atmósfera con CH4
y posiblemente de NH3 . En el exterior del planeta le rodean: una capa de anillos, descu-
bierta recientemente y una colección de 15 satélites descubiertos casi todos por las son-
das espaciales, que son Cordelia, Ofelia, Blanca, Cresida, Desdémona, Julieta, Porcia,
Rosalinda, Belinda, Puck, Miranda, Ariel, Umbriel, Titania y Oberón.
Neptuno posee dos satélites: Tritón y Nereida. El primero es una de los mayores
satélites del Sistema Solar, con 4000 km de diámetro y tiene rotación retrógrada. Nerei-
da es pequeño y muy excéntrico.
2.8. Cometas.
Como los cometas poseen masas muy pequeñas (10-6 de la masa lunar) sus in-
fluencias gravitatorias sobre los planetas son mínimas, sin embargo las influencias gra-
vitatorias de los planetas sobre los cometas son muy importantes, produciéndose cam-
bios en el período orbital de los cometas, capturas y rupturas por los planetas. Los co-
metas de órbitas hiperbólicas o parabólicas (energía total positiva o cero) no son perió-
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dicos, puesto que estas curvas son abiertas. Aparecen una sola vez, surgiendo de las
profundidades del espacio exterior, se acercan al Sol y se alejan desapareciendo para
siempre.
Las colas del cometa, desplegadas en dirección opuesta al Sol, pueden ser colas de
polvo y colas iónicas. Las primeras formadas por partículas de polvo arrancadas de la
coma, por la presión de la radiación, están curvadas. Las segundas son rectas y están
formadas por iones producidos por la radiación solar que ioniza las moléculas de la co-
ma y luego los campos magnéticos del viento solar arrastran lejos de la coma, formando
la cola iónica.
El cometa más conocido es el cometa Halley cuya última visita tuvo lugar en
1985-86, tiene un períodos de 76 años y en su anterior aparición en 1910, que fue es-
pectacular, la Tierra llegó a estar dentro de la órbita cometaria.
3. ASTRONOMÍA DE POSICIÓN
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3.1. Movimientos de la Tierra.
Cada 23 horas 56 minutos, da una vuelta completa alrededor de su eje polar en di-
rección Oeste-Este (antihorario) dando la impresión de que el cielo gira alrededor de
nuestro planeta. Este movimiento, llamado rotación, da lugar a la sucesión de días y
noches y se demuestra claramente mediante el péndulo de Foucault que al ser invariable
el plano de oscilación, la rotación de dicho plano se debe a la rotación de la Tierra.
Por el movimiento de precesión, la posición del polo celeste (intersección del eje
polar terrestre con la esfera celeste) cambia a través de los siglos. Así, la estrella polar
no es siempre la misma estrella. Actualmente es una estrella de la Osa Menor y tras
25.765 años volverá a ser la misma después de recorrer el polo celeste un amplísimo
círculo.
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3.2. La esfera celeste.
Se llama esfera celeste a una esfera imaginaria de radio arbitrario, concéntrica con
la Tierra y en la que se consideran proyectadas todas las estrellas y demás astros del
firmamento. Así podemos situar con precisión los astros en el cielo, independientemente
de sus distancias a la Tierra, utilizando un determinado sistema de referencia, aunque
hay que definir una serie de parámetros (puntos, ejes y planos), a partir de los movi-
mientos que observamos y que son consecuencia de los movimientos de la Tierra.
FIG. 8
Prolongando la dirección del eje polar terrestre, obtenemos el llamado Eje del
Mundo, porque alrededor de él parece girar toda la esfera. Los puntos de intersección
del eje del mundo con la esfera celeste constituyen los polos celestes. De éstos, el que se
ve desde el hemisferio norte es el Polo Boreal, Artico o Norte, que coincide práctica-
mente con la Estrella Polar y el que se ve desde el hemisferio sur, se llama Polo Austral,
Antártico o Sur, punto en el cual no existe ninguna estrella brillante a destacar.
El plano perpendicular al eje terrestre, por el centro del planeta, forma el ecuador
terrestre y su intersección con la esfera celeste forma el Ecuador celeste. Los planos
paralelos al ecuador determinan sobre la esfera celeste unos círculos menores llamados
Paralelos celestes o Círculos diurnos. De los paralelos que describen las estrellas a lo
largo del día, unos cortan el horizonte del lugar de observación, de modo que las vemos
salir y luego ocultarse. Otros paralelos están enteramente sobre el horizonte y las estre-
llas que describen estos paralelos no salen ni se ponen, están siempre sobre el horizonte
y se llaman estrellas circumpolares. Una de ellas es la estrella Polar, y describe un cír-
culo tan pequeño que parece inmóvil.
Todo plano que pasa por del eje del mundo determina sobre la esfera celeste unos
círculos máximos llamados Meridianos Celestes. Cuando dicho meridiano pasa por el
cenit y los polos se llama Meridiano local o Meridiano del lugar. Se llama Meridiana a
la recta que resulta de la intersección del plano meridiano del lugar con el plano hori-
zonte. Esta meridiana corta a la esfera celeste en dos puntos diametralmente opuestos y
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el más próximo al polo boreal se llama Norte o Septentrión (designado por N) mientras
que el opuesto se llama Sur o Mediodía (designado por S). La recta perpendicular a la
meridiana determina en la esfera celeste los puntos cardinales Este u Oriente (designado
por E) y Oeste u Occidente (designado por W). El meridiano que pasa por el cenit y por
los puntos este y oeste recibe el nombre de Primer vertical.
A los círculos menores de la esfera celeste paralelos al horizonte se les llama Al-
mucantarates. Finalmente llamamos Orto de un astro a su salida sobre el horizonte y
Ocaso a su puesta. El paso de un astro por el meridiano del lugar se llama Culminación.
Se denomina Orto helíaco al orto de un astro que se produce al mismo tiempo que el
orto del Sol.
La duración del día y la noche es diferente a lo largo del año, desde el 22 de di-
ciembre, que es el día más corto (el de menos horas desde el orto al ocaso del Sol) hasta
el 22 de junio, que es el día más largo (el de más horas desde el orto al ocaso del Sol) la
duración del día varía progresivamente. Estas dos fechas se denominan solsticios de
invierno y de verano, respectivamente porque en ellas parece que el Sol finaliza su ca-
rrera para reanudarla en sentido contrario. Otras dos fechas intermedias, el 21 de marzo
y el 23 de septiembre en las cuales, el día y la noche duran el mismo número de horas,
se denominan equinoccios de primavera y otoño, respectivamente.
a) Los puntos del horizonte por donde sale y se pone el Sol, varían constante-
mente. El 21 de marzo (equinoccio de primavera), el Sol sale por el Este y se pone por
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el Oeste. En los días siguientes, estos puntos de orto y ocaso van desplazándose hacia el
Norte, hasta el 21 de Junio (solsticio de verano) que alcanza su posición extrema. En los
siguientes días estos puntos se aproximan al Este
y Oeste, cuyas posiciones vuelven a ocupar el 23
de septiembre (equinoccio de otoño). Luego se
acercan hacia el Sur hasta el 22 de diciembre
(solsticio de invierno) del cual se alejan después
hacia los puntos Este y Oeste, completando el
año.
3.4. La Eclíptica.
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1º. El punto donde el Sol alcanza su máxima altura sobre el ecuador en el hemisfe-
rio Norte. Esto ocurre el 21 de junio y señala el comienzo del verano en el hemisferio
Norte y el comienzo del invierno en el hemisferio Sur. Es el Trópico de Cáncer.
2º. El 22 de septiembre, el Sol corta al ecuador celeste en el llamado punto Libra.
Corresponde a la entrada del otoño en el hemisferio Norte.
3º. El 21 de diciembre llega al Trópico de Capricornio, punto más bajo del Sol,
visto desde el hemisferio Norte. Indica el comienzo del invierno.
4º. El 21 de Marzo, cruza nuevamente el ecuador, y el Sol se encuentra en el
punto Aries. Indica el comienzo de la primavera.
Estos cuatro puntos marcan el inicio de una diferencia de radiación solar que se da
a lo largo del año y que condicionan las estaciones.
El tiempo puede definirse como aquella variable que expresa la sucesión de un fe-
nómeno y su duración. Ello implica un concepto de movimiento, ya que si todos los
astros se encontraran inmóviles en el Universo careceríamos de referencia para percibir
la existencia de un tiempo astronómico. La Astronomía de posición proporciona un
método de precisión para la medida del tiempo y se basa en considerar el movimiento
continuo de un sistema físico que tenga lugar a velocidad constante (rotación de la Tie-
rra, traslación del Sol, traslación de la Luna, etc.).
La primera unidad de medida del tiempo fue el día, considerado como un ciclo
completo de luz y oscuridad. Más tarde se introdujo el año, referido al Sol y el mes refe-
rido a la Luna.
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de arco al año, resulta que el día sideral es 50/365=0'14 s/día mayor que el día sidéreo.
El día solar verdadero es el intervalo de tiempo transcurrido entre dos pasos con-
secutivos del Sol por el meridiano del lugar. Los días solares así definidos, no son todos
iguales a lo largo del año debido al carácter elíptico de la órbita de la Tierra. En la vida
civil, utilizamos el día solar medio, que representa la media aritmética de todos los días
solares verdaderos.
El intervalo de tiempo entre el día solar verdadero y el día solar medio es lo que se
llama Ecuación del tiempo y su valor se puede visualizar comparando la hora del reloj
con la hora marcada por el reloj de sol. En dicha ecuación del tiempo, los valores obte-
nidos unas veces son positivos y otras negativos. Dichos valores están tabulados en las
efemérides astronómicas.
Todos los lugares de igual longitud geográfica tienen su propio tiempo local. Si
nos regimos por el Sol verdadero, hablaremos de tiempo local verdadero, que es el que
marca un reloj de Sol; y si nos regimos por el Sol medio, obtendremos el tiempo local
medio. Con el fin de no tener que atrasar o adelantar relojes, se han introducidos los
husos horarios, resultantes de dividir la Tierra en 24 zonas de 15° que van del polo
Norte al polo Sur y dentro de cada huso rige la misma hora, aunque las líneas divisorias
de los husos no son meridianos exactamente, sino que se adaptan a las fronteras de los
países. Al caminar hacia el Este la hora se va adelantando y el viajero tendría que ade-
lantar continuamente su reloj y al término de su viaje alrededor del mundo se encontra-
ría con un día de ventaja respecto de la localidad de partida.
La Semana de siete días está relacionada con las fases de la Luna. Su origen es ju-
dío y corresponde a los días de la creación según el Génesis. Su empleo en Occidente
fue posterior al siglo III d.C. Los nombres de los cinco primeros días, corresponden a
los astros Luna, Marte, Mercurio, Júpiter y Venus. El Sábado es el día hebreo de igual
nombre y el Domingo (dies dominica) es el día del Señor, si bien esto sucede en los
países latinos pues en los anglosajones es el día del Sol (Sunday).
El Mes nace de los calendarios lunares. Las fases de la Luna dieron lugar a una de
las primeras formas de cómputo del tiempo mediante los calendarios lunares. Todos los
calendarios de la antigüedad, salvo el egipcio, se elaboraron con base al calendario lu-
nar: el mesopotámico (12 meses de 29 días), el judío (que incluía periódicamente un
mes suplementario), el griego (12 meses de 30 días), el musulmán, empleado todavía en
muchos países árabes (12 meses de 29 y 30 días alternativamente) se inicia en la Héjira
o día de la huida de Mahoma de Medina a la Meca, el 15 de Julio de 622.
Se llama año sidéreo al tiempo que transcurre entre dos pasos sucesivos del Sol
por una misma posición entre las estrellas. Su duración es de 365'25636 días solares
medios, o sea, 365 días, 6 horas, 9 minutos y 9'55 segundos.
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Se llama año trópico al tiempo transcurrido entre dos pasos sucesivos del Sol por
el punto de Aries. Corresponde a nuestro año solar y su duración es de 365'24220 días,
o sea, 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45'57 segundos.
Se llama año anomalístico al tiempo que transcurre entre dos pasos sucesivos de
la Tierra por el Perihelio. Su duración es de 365'25954 días solares, o sea, 365 días, 6
horas, 13 minutos y 53'21 segundos.
Se llama año civil al año de uso, que por razones prácticas debe comprender un
número entero de días. Tiene una duración de 365 ó 366 días.
La reforma del calendario, realizada en 1582 por el papa Gregorio XIII, tuvo por
objeto conseguir la concordancia entre el año juliano y el año trópico puesto que el pri-
mero excedía al segundo en 3 días cada 400 años. En esta época el adelanto del calenda-
rio juliano era de unos 10 días con respecto al año trópico. Así, la reforma consistió en
suprimir 10 días, de forma que el día siguiente al 4 de octubre de 1582 fue el 15 de oc-
tubre de 1582, estableciéndose además que los años seculares (últimos de cada siglo)
sólo fuesen bisiestos si los dos primeros números son múltiplos de 4, como 1600, 2000,
2400... (1700, 1800 y 1900 no han sido por tanto bisiestos). De esta manera, la duración
del año gregoriano quedó fijada en 365'2425 días, o sea, 365 días, 5 horas 49 minutos y
12 segundos, es decir, con un error respecto al año trópico de un día cada 3323 años.
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b) Un círculo máximo en plano perpendicular al eje, llamado circulo fundamental.
c) Dos coordenadas, una sobre el círculo fundamental y la otra sobre los semicírcu-
los máximos que pasan por los polos celestes.
d) Un sentido de medición de los arcos, que es directo si se efectúa en sentido antiho-
rario y retrógrado en sentido horario.
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Para determinar las coordenadas horarias se utiliza el anteojo meridiano que per-
mite determinar directamente la declinación. El ángulo horario se calcula a partir de la
hora de paso del astro por la vertical del lugar.
Coordenadas eclípticas. Están referidas a la eclíptica y son las más útiles para el
estudio de los planetas ya que éstos se mueven dentro de dicha franja.
Estas coordenadas también son universales pues no dependen del lugar, ni del
instante en que se efectúa la observación. Sus valores se calculan a partir de las coorde-
nadas ecuatoriales utilizando determinadas relaciones entre triángulos esféricos trazados
sobre la bóveda celeste.
3.7. Constelaciones.
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áreas con límites precisos y cada área contiene una de las antiguas constelaciones que le
da el nombre a dicha zona.
El Zodíaco es el nombre dado a una franja extensa de la esfera celeste limitada por
dos planos paralelos a la eclíptica situados a una distancia angular de ±8'5º y que los
antiguos griegos nombraron así como zona o casa de animales, porque casi todas las
constelaciones de ella recuerdan la figura de un animal. Dentro de esta franja se mueven
aparentemente el Sol, la Luna y los planetas a excepción del Plutón. Esta zona se divi-
dió en 12 sectores de 30° cada uno que se distinguían por el nombre de la constelación
respectiva y se denominaron signos del zodíaco.
El último gran observatorio sin telescopios ópticos fue el del astrónomo alemán
Tycho-Brahe, en la isla Hveen, Alemania, construido en 1576 y disponía de puestos de
observación a las cuatro direcciones celestes.
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1. Telescopios refractores, construidos con lentes ópticas o sistemas de le ntes.
2. Telescopios reflectores, construidos mediante espejos cóncavos.
Los telescopios de la época pionera tenían largas distancias focales pero escaso
diámetro en el objetivo. Johann Hevel construyó en Danzig un telescopio de 45 metros
de largo, que se movía mediante un mástil y un aparejo. Estos aparatos carecían de tubo
y se les llamaron anteojos aéreos. No pudieron eliminar la anomalía de color o sea la
aberración cromática, hasta la época de Joseph Fraunhofer.
FIG. 17 FIG. 18
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4.3. Cartografía fotográfica.
Para fotografiar el cielo no se emplean los mismos instrumentos que para la ob-
servación directa visual. La mayor sensibilidad del ojo corresponde a una zona de color
algo distinta de la zona de color más activa para la placa fotográfica normal, por lo que
hay que modificar ligeramente los objetivos fotográficos.
La atmósfera de la Tierra absorbe gran parte de las radiaciones que proceden del
universo. Hasta entonces solo se podía mirar a través de la pequeña “ventana” de la luz
(0'4 a 0'8 µm de longitud de onda λ). La radiación ultravioleta es absorbida por la ozo-
nosfera, los rayos X, son absorbidos en la Ionosfera y la radiación infrarroja es consid e-
rablemente absorbida por el vapor del agua y el dióxido de carbono. Sólo para las ondas
mas largas se hace transparente la atmósfera terrestre. Una nueva “ventana” para el es-
tudio del Universo queda abierta incluso para cualquier estado del tiempo y a cualquier
hora, y es la zona de longitudes de onda comprendida entre 1 cm y 15 metros corres-
pondiente a las ondas hertzianas.
Los objetos más potentes del universo son las radiogalaxias y los quasars que se
están observando ahora con el mayor detalle mediante redes de radiotelescopios que se
extienden a través de los continentes e incluso a través de los océanos. La técnica que
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posibilita estas observaciones de gran resolución es la interferometría. Se han obtenido
imágenes de algunos de los objetos del universo más alejados, con resoluciones que se
acercan a 0'0001 segundos de arco (aproximadamente un palmo en la superficie de la
Luna).
Los procesos físicos que sufren los astros les hacen emitir también radiación elec-
tromagnética en bandas muy estrechas a energías superiores incluso a las de los rayos
X, en la zona de los rayos γ. Las líneas espectrales resultantes pueden detectarse con
instrumentos montados en globos o satélites y están comenzando a proporcionar infor-
mación sobre procesos de alta energía y objetos que llaman la atención de los astrofísi-
cos, tales como las supernovas, las estrellas de neutrones y fenómenos en el centro de
las galaxias. Las líneas del espectro de rayos γ se producen por las transiciones entre los
niveles de energía de los núcleos atómicos. El rayo γ es testimonio de una transición
nuclear específica.
Aunque este campo de investigación en rayos γ está aún en su infancia, las pers-
pectivas son prometedoras y se podrán hacer observaciones en relación con la síntesis
cósmica de elementos químicos pesados, investigar la naturaleza y la masa de las estre-
llas de neutrones y sus fuertes campos magnéticos, estudiar los modelos de quasars, etc.
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4.6. El Telescopio Espacial.
Dentro del sistema solar, el satélite detectó nuevos cometas y dos tenues bandas
de polvo por encima y por debajo del cinturón de asteroides. Halló una extensa banda de
materia sólida alrededor de una estrella próxima, lo que puede interpretarse como un
estado primitivo de la formación de un sistema planetario. Se observaron estrellas recién
nacidas envueltas todavía en el velo de gas y polvo del que se habían condensado y pro-
porcionó una visión clara y panorámica del núcleo de la Vía Láctea.
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sus ecuaciones un término llamado constante cosmológica para construir un universo
estático, lo que calificó más tarde como el mayor error de su vida.
A escala cósmica, las unidades fundamentales del Universo son las galaxias, con-
centraciones de millones de estrellas y gas interestelar con dimensiones de millones de
años-luz. Debido a la gravedad se han acumulado en archipiélagos más o menos grandes
llamados cúmulos de galaxias. Millones de galaxias están dispersas en el espacio obser-
vable y se alejan de nosotros como se demuestra por el fuerte corrimiento hacia el rojo
de la luz que nos llega. El Universo se expande.
Según esta teoría, la materia del Universo se hallaría, en el tiempo cero, hace unos
15.000.000.000 años, en una forma infinitamente caliente y condensada, en condiciones
tan extremas, que la física actual es incapaz de describir. Esta singularidad inicial esta-
lló en una gigantesca explosión dando origen a la expansión que hoy observamos. Du-
rante todo el tiempo transcurrido, la expansión ha enfriado el Universo hasta el aspecto
actual. La física de partículas elementales ha logrado reconstruir la historia del Universo
desde la primera millonésima de segundo después del tiempo cero. Al remontarnos al
tiempo cero, el Universo se hace más simple y las cuatro fuerzas fundamentales estaban
unificadas verosímilmente en una única fuerza. Debido al enfriamiento, a las rupturas
espontáneas de simetría ya otras causas más complejas, estas fuerzas unificadas, se dife-
renciaron y en el instante 10-6 s (una millonésima del tiempo cero) ya estaban presentes
las cuatro fuerzas actuando selectivamente sobre las partículas y la temperatura era lo
suficientemente baja como para que fueran estables las asociaciones de quarks forma n-
do los protones y neutrones.
El Universo estaba constituido, en este instante, por una mezcla muy caliente,
(temperatura de 1013 K) de protones, neutrones, electrones, neutrinos y sus antipartícu-
las que se aniquilaban entre sí cada partícula con su antipartícula para dar pares de foto-
nes de altísima energía y simultáneamente se creaba un número equivalente de pares de
partículas por materialización de los fotones. Existía un equilibrio entre la materia y la
radiación, ambas con igual temperatura, pero este equilibrio no podía durar ya que la
expansión continuaba y la temperatura disminuía. Pronto la energía de los fotones no
fue suficiente para su materialización en pares de partículas y roto el equilibrio, la ani-
quilación de las partículas continuaba al mismo ritmo. Resultó que la mayoría de las
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partículas y antipartículas desaparecieron, empezando por las más masivas, hacia los
10−4 s del tiempo cero, cuando la temperatura, 1012 K, ya no era suficiente para regene-
rarlas. Subsistió, no obstante, un pequeño residuo de partículas sin sus antipartículas
correspondientes, y este residuo constituiría el Universo actual. Esto se debe, según se
cree, a que la probabilidad de que permanezca una partícula es ligeramente más elevada
que la probabilidad de que permanezca su antipartícula. La diferencia de estas probabi-
lidades es ínfima, pero en el instante 10-36s debería de ser más elevada y suficiente para
permitir este residuo de partículas, de donde se ha formado el Universo actual.
Tras la era radiativa, la evolución ha sido lenta y dominada por la fuerza gravit a-
cional, única fuerza atractiva que tiene alcance infinito y afecta a toda la materia. La
acción conjunta de la Gravitación y la expansión ha dividido la materia, inicialmente
homogénea, en estructuras heterogéneas como cúmulos, galaxias, estrellas, planetas,
etc. En el núcleo de las estrellas se forjan, por reacciones nucleares, núcleos cada vez
más másicos como O, N, C y Fe que constituyen lo esencial de los sistemas planetarios.
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5.3. Evolución estelar.
Una nube que se contraiga bajo la acción de su propia gravedad se calentará debi-
do a que la energía gravitatoria de la materia que cae, se transforma en calor y por ello
aumentará considerablemente la presión interna de la nube gaseosa y esta presión eleva-
da tenderá a expulsar la materia hacia fuera. Para que la acción hacia dentro de la gra-
vedad supere a la acción hacia fuera de la presión interna y el gas se configure como
objeto ligado, es decir, una estrella, la región perturbada deberá ser lo suficientemente
masiva para contraerse a pesar de la presión interna.
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La estrella recién nacida no puede detectarse en el espectro visible pues está tapa-
da por la nube de polvo y gas circundante. La radiación que emite la estrella afecta a
esta nube de polvo y gas que ioniza y calienta al hidrógeno y por ello se expande arras-
trando al resto de la nube más fría y haciendo que ésta, tras unas decenas de miles de
años, desaparezca. La estrella queda así desnuda en el espacio y el proceso de su naci-
miento se ha completado. El proceso total puede durar unos cuantos millones de años.
La vida de una estrella es una lucha entre la gravedad, que tiende a comprimirla y
la presión de su núcleo, consecuencia del calor de las reacciones nucleares, que tiende a
explosionarla. La gravedad no se agota con el tiempo y siempre está presente, mientras
que el calor nuclear acabará cuando se agote el hidrógeno disponible.
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rio casi instantáneo que se produciría con el núcleo central de la estrella y que se propa-
garía al exterior a velocidades increíbles, arrastrando todo a su paso.
Si la masa del residuo del colapso es mayor todavía que en una estrella de neutro-
nes, nada puede oponerse a la gravedad tan enorme que se produce y la materia se com-
prime a densidades aún mayores. El campo gravitatorio de un astro de esta naturaleza es
tan intenso que nada podría escapar a su acción, ni siquiera la propia luz, por lo que se
les llamó Agujeros Negros.
Se piensa que nuestro Sistema Solar emergió de una gigantesca supernova ances-
tral, con un gran disco en rotación de materia gaseosa muy difusa y caliente, que se ex-
tendía más allá de la órbita de Plutón. Los campos magnéticos dentro de estos gases en
movimiento habrían permitido que la materia se expandiese en espiral según sus propias
líneas de fuerza. La materia gaseosa caliente de la nebulosa solar en condensación fue
soplada desde el centro y parte de ella se perdió en el espacio interestelar. Los eleme n-
tos ligeros, H y He, se alejaron considerablemente y los más pesados permanecieron
próximos al Sol. De esta manera, los planetas exteriores (Júpiter, Saturno, Urano, Nep-
tuno y Plutón) parecen estar formados principalmente por H y He mientras que los int e-
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riores (Mercurio, Venus, La Tierra y Marte) están formados por cantidades diversas de
materia pesada.
Desde hace 4500 millones de años, el Sol apenas ha cambiado sus propiedades, se
encuentra en fase de equilibrio entre atracción gravitatoria y presión interna y no cam-
biará su aspecto durante los próximos 5000 millones de años, transcurridos los cuales se
convertirá en una gigante roja, es decir, que su centro se contraerá de nuevo mientras
que su envoltura se dilatará hasta englobar los planetas próximos. La fase de gigante
roja coincide con la fusión del helio para formar carbono. Esta fase de gigante roja dura-
rá sólo unos centenares de miles de años, tras los que su envoltura será arrastrada por el
centro de la estrella. El Sol adquirirá el aspecto de una nebulosa planetaria antes de con-
vertirse en una enana blanca.
Con sus estrellas, glóbulos estelares, nebulosas y nubes de gas y polvo, nuestra
galaxia no es todo cuanto podemos observar en el firmamento. En el cielo hay cientos
de miles de millones de objetos visibles por el telescopio, que también parecen nebulo-
sas difusas, pero que se encuentran más allá de los límites de la vía Láctea. Se trata de
otras galaxias semejantes a la nuestra, las cuales muestran tendencia a producirse agru-
padas en cúmulos, en contraposición con la imagen de galaxias aleatoriamente distri-
buidas. La Vía Láctea pertenece a un gran enjambre de galaxias conocido como Grupo
Local, que comprende actualmente unas 24 galaxias, entre las que hay gran diversidad
de tamaños, luminosidades, masas, etc. Así, la Vía Láctea, con su extensión de 100.000
años-luz de diámetro (sin contar el halo galáctico) es un gigante entre las galaxias, al
igual que la galaxia de Andrómeda, compañera en el grupo local. Hay sin embargo ga-
laxias enanas con diámetros de 4.000 años-luz.
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BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
Steven WEINBERG. Los tres primeros minutos del Universo. Alianza Universi-
dad. Alianza Editorial. 1983. MADRID.
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Tratamiento Didáctico
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OBJETIVOS
Introducción al estudio de la Astronomía, en sus diferentes aspectos: el Sistema So-
lar, la Astronomía de posición, para situar los astros en el firmamento, los métodos de
investigación en Astronomía, y la Cosmogonía y Cosmología (origen y evolución del
Universo).
Dar una visión de la amplitud e inmensidad del Universo, objeto de estudio de la Fí-
sica y la Química, en comparación con la pequeñez, la limitación y la insignificancia de
nuestro propio entorno privilegiado y adquirir una panorámica universal de la ciencia.
UBICACIÓN
Este tema no está ubicado en ningún programa de Física del Bachillerato. Es un tema
de Física aplicada y debe explicarse en el contexto de alguna aplicación complementaria
de la asignatura, como cursillo o actividad extraescolar o como tema transversal.
Aparece una débil e incipiente introducción al Universo en las Ciencias de la Natu-
raleza de 3º curso de E.S.O.
TEMPORALIZACION
La exposición del tema puede realizarse en 10 horas de clase incluidas las observa-
ciones de campo.
METODOLOGIA
Explicación ordenada, mediante esquemas y dibujos, de las diferentes partes del te-
ma, ayudándose con vídeos educativos de la serie televisiva de Cosmos y Astronomía.
Exposición de las teorías cosmológicas en boga, apoyada en los fundamentos y des-
cubrimientos más recientes de la astrofísica.
Exponer bibliografía, de carácter general elemental y de carácter específico, donde el
alumno pueda ampliar sus conocimientos sobre Astronomía.
CONTENIDOS MINIMOS
El Sistema Solar. Componentes. Movimientos de los planetas.
El Sistema Tierra-Luna. Movimientos de la Tierra. Puntos principales.
Características de los planetas interiores y exteriores.
Movimiento del Sol. La eclíptica. Puntos principales.
El tiempo: día, semana, mes y año. El calendario Juliano y el Gregoriano.
Observación óptica en Astronomía. Observación en infrarrojo, rayos X y rayos γ.
La fotografía en Astronomía. Observatorios espaciales.
El origen del Universo. Teoría de la Gran Explosión.
Observaciones que la corroboran.
Evolución de las estrellas y del Sistema Solar.
Supernova. Estrella de neutrones.
MATERIALES Y RECURSOS DIDACTICOS
Apuntes de clase, que serán complementados con libros de consulta y revistas cientí-
ficas con artículos sobre Astronomía y Astrofísica.
Transparencias para retroproyector sobre elementos gráficos del tema, dibujos sobre
Astronomía de posición, mapas estelares, constelaciones, estrellas y galaxias, etc.
Vídeos educativos de las series Cosmos y Astronomía.
Telescopio experimental para observación nocturna.
EVALUACIÓN
Ejercicio escrito sobre cuestiones teóricas relacionadas con el tema y ejercicios prác-
ticos de astronomía de posición, manejo de coordenadas estelares, etc.
Prueba escrita de opción múltiple, con preguntas de varias respuestas.
Valoración de las observaciones realizadas con el telescopio.
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