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Hija de Don Ignacio Ramos y de Doña María Alejandra González Henríquez, matrimonio
de origen catalán y modestos trabajadores. Eulalia vivió en la región y contrajo matrimonio
a los 17 años de edad, con el joven Juan José Vásquez, quién apoyaba la causa
independentista.
A raíz de la caída de la Primera República su padre, Don Ignacio Ramos, tuvo que huir para
ocultarse de los españoles, su esposo, Juan José Vásquez tuvo que huir de la región, al
temer una posible invasión y su captura; dejando a Eulalia sola. Ésta escapó hacia la selva
de Barlovento con una esclava, sin embargo encontrándose en medio de la maleza del
bosque de Río Chico, su hija de 40 días de nacida muere1 y se ve en la necesidad de cavar
una tumba con sus propias manos para enterrar a la niña. En las semanas siguientes, Eulalia
fue denunciada por la criada de un Jefe Realista de la zona, siendo detenida y arrastrada por
la calle real de Tacarigua. Posteriormente fue encarcelada por delitos de apoyo a los
rebeldes, estando a punto de ser ejecutada, no obstante fue salvada por guerrillas patriotas
que asaltaron la zona. Finalmente muere el 17 de abril de 1817 en Barcelona, Estado
Anzoategui.
En 1814, al caer la segunda República, se traslada hacia Cartagena de Indias y de ahí pasa a
Las Antillas. Permanece un tiempo en Haití y luego se trasladó a Cumaná donde inicia la
búsqueda de su esposo, Juan José Vásquez, sin embargo se entera de que había sido
ejecutado por órdenes del General español Monteverde. En Cumaná, Eulalia es reconocida
por realistas y detenida nuevamente.
Eulalia Ramos murió durante la ocupación, existe una versión de lo sucedido, extraída
probablemente de los diarios y manifiestos que los soldados Realistas llevaban consigo. En
esta versión se cuenta cómo Eulalia, junto al resto de las mujeres se ocultaron en una celda
de la casa, cuando Chamberlain les informa que la Casa Fuerte estaba por caer en manos de
las fuerzas españolas; las mujeres empuñaron las armas y salieron a luchar. Apenas
empezada la lucha, Chamberlain muere. Eulalia que intenta separar el cuerpo de su marido
del resto de los cadáveres, es golpeada por un oficial español, el cual le propone renunciar a
la causa independentista a cambio de permanecer viva; ella toma la pistola del cinturón del
español y le dispara en el pecho al tiempo que grita "¡Viva la Patria!... Muerte a los
Tiranos!". Así el resto de los soldados utilizaron sus armas para acabar con la vida de
Eulalia.