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LA PARTICIPACIÓN DE LA FAMILIA EN LA
EDUCACIÓN DE LOS ALUMNOS/AS CON NECESIDADES
EDUCATIVAS ESPECIALES. CAUCES DE PARTICIPACIÓN.
EL PAPEL DE LOS PADRES EN LA TOMA DE DECISIONES
RESPECTO AL PROCESO DE ESCOLARIZACIÓN.
1.- INTRODUCCIÓN.
5.- CONCLUSIONES.
6.- BIBLIOGRAFÍA.
7.- LEGISLACIÓN.
1.- INTRODUCCIÓN.
Actualmente la educación se entiende como un proceso global en el que
familia y escuela son agentes complementarios que precisan de cooperación,
adquiriendo este hecho una mayor relevancia cuando se trata de promover el
desarrollo de una persona con handicaps que dificultan la adquisición de las
capacidades básicas, al igual que en las leyes anteriores, la L.O.E., apuesta por
involucrar a padres y madres en el proceso educativo-madurativo de sus hijos/as.
Por ejemplo, en el art.126 de dicha ley, viene recogido como los padres deben
formar parte del CONSEJO ESCOLAR.
En nuestro país los padres y madres de alumnos/as con dispacidad
empiezaron a asociarse de forma organizada con el fin de regular la atención
asistencial y educativa que precisan sus hijos/as, por lo que en 1956 se creó el
Patronato Nacional de Educación Especial.
Posteriormente, con la LEY GENERAL del 70, no sólo se institucionaliza la
Educación Especial en nuestro país por primera vez, posibilitando la existencia
de unidades de Educación Especial en Centros Ordinarios, (con su propia
reglamentación y propio currículo), sino que además se reconoce la necesidad
de crear asociaciones de padres que vinculen lo docente con lo familiar.
A lo largo de este tema, intentaremos ver y dar repuesta a ¿cómo debe
involucrarse la familia en el proceso educativo-madurativo del niño/a?
Debemos tener claro, que da igual desde la perspectiva que lo veamos, ya que lo
que de verdad importa es que los padres y madres de alumnos y alumnas con
discapacidad, deben enfrentarse a una realidad que no es fácil, ya que esta
realidad está llena de desafíos y retos como:
La necesidad de implicarse activamente en la enseñanza
sistemática de habilidades y destrezas a sus hijos e hijas, en
la medida que éste no aprenda de manera espontánea o por
inmersión en las actividades cotidianas en el hogar y en la
comunidad.
A menudo deben extremar el papel de asesor inherente a todo
padre y madre, en el sentido de que, a menudo, su hijo se ve
expuesto a vivencias y sentimientos de inferioridad e incluso
de rechazo, especialmente en la adolescencia. Situaciones en
las que no es fácil salir airoso y ayudar al crecimiento
emocional del joven, así como el tratar de asegurar una
autoestima positiva.
En ocasiones deben enfrentarse a conductas desadaptativas
propias de niños con menor capacidad comunicativa e
interactiva, a las que deben hacer frente y afrontar las
consecuencias que implican en su vida cotidiana.
Deben educar y atender emocionalmente a sus demás
hijos/as, que no es raro que se vean envueltos, sobre todo los
más pequeños, en sentimientos contradictorios, pues
comprenden que su hermano/a necesitan de más atención,
pero no pueden dejar de experimentar sentimientos sino de
abandono y de mayor descuido por parte de los padres.
Todo lo anterior no es raro que afecte a la relación de pareja,
lo que supone un factor más al que enfrentarse.
Enlazando con los dos últimos puntos, Ajurriaguerra (85), señalaba que deben
tenerse en cuenta las diferencias de reacción de los padres frente al hecho de tener
un niño/a discapacitado/a:
Cuando los lazos familiares son inicialmente sólidos se
fortalecen todavía más por la experiencia dolorosa en
sí.
Cuando los lazos son débiles tienden a perjudicar al
niño. En ciertos casos puede ser rechazado, pero entre
otros puede crear un determinado lazo de unión.
Cuando los lazos son sólidos, el niño se incorpora al
interior de la familia unida, pero, en algunos casos, el
estrechamiento de los lazos de la pareja, puede
provocar la exclusión del niño.
No solo los padres se ven afectados por la aparición de un niño con discapacidad en
la familia, en ocasiones algunos miembros pueden verse postergados a un segundo
plano con la aparición de un nuevo elemento que acapare la atención. De ahí la
importancia de que los padres sepan tratar a cada hijo/a en su necesaria dimensión
para no añadir más componentes disruptivos en la relación familiar.
A modo de resumen, decir que los padres nos pueden proporcionar muchas
informaciones, entre ellas:
1) Informaciones sobre:
o Circunstancias familiares y personales de su hijo/a (necesidades
especiales, datos médicos, escolarización previa, si recibe
atención por parte de alguna asociación específica,…).
o La conducta del niño/a fuera de la escuela y la actitud de este
hacia el colegio, los profesores,…
o Las motivaciones e intereses de su hijo fuera del colegio.
o Las expectativas reales sobre el proceso de formación de su hijo.
2) Cooperar y participar en cauces, tanto reglados como no reglados.
o OTRAS FORMAS.
Son aquellas que pueden hacerse sin necesidad de establecer o tener
contacto directo con los alumnos/as, como:
- Adecuar espacios.
- Preparar materiales.
- Preparar disfraces.
- Preparar decorados,…
4.- EL PAPEL DE LOS PADRES EN LA TOMA DE DECISIONES
RESPECTO AL PROCESO DE ESCOLARIZACIÓN DE ESTOS
ALUMNOS/AS.
En primer lugar destacaremos como en la Orden Ministerial del 14 de Febrero
de 1996, en la que se regula el procedimiento de realización de la evaluación
psicopedagógica y el dictamen de escolarización, se apunta como este dictamen
debe contener siempre la opinión de los padres respecto a la propuesta de
escolarización.
Una vez escolarizados y como viene recogido en la Ley Orgánica 8/1985, de 3
de Julio, reguladora del Derecho a la Educación, los padres o tutores deberán
participar y apoyar la evolución del proceso educativo de sus hijos o tutelados, así
como conocer las decisiones relativas a la evaluación y promoción y colaborar en las
medidas de apoyo o refuerzo que adopten los centros para facilitar su progreso
educativo.
Con respecto a la Ley Orgánica, de 3 de Mayo, de Educación, recoge en su
CAPÍTULO I; ALUMNADO CON NECESIDAD ESPECÍFICA DE APOYO
EDUCATIVO, TÍTULO II; EQUIDAD EN LA EDUCACIÓN;
ARTÍCULO 71.
4. Corresponde a las Administraciones educativas garantizar la escolarización,
regular y asegurar la participación de los padres o tutores en las decisiones que
afecten a la escolarización y a los procesos educativos de este alumnado.
Igualmente les corresponde adoptar las medidas oportunas para que los padres de
estos alumnos/as reciban el adecuado asesoramiento individualizado, así como la
información necesaria que les ayude en la educación de sus hijos/as.
Por último debemos señalar, a modo de resumen, como los padres y madres
tienen una serie de derechos y deberes.
DERECHOS.
Que sus hijos/as reciban una educación con las máximas garantías de
calidad.
La libre elección del centro.
Que sus hijos/as reciban una formación religiosa y moral, de acuerdo a
sus convicciones.
El derecho de participar en el control y gestión del Centro, en los
términos establecidos, (Consejo Escolar).
Estar informados sobre el proceso de aprendizaje e integración socio-
educativa de sus hijos/as.
A ser oídos en aquellas decisiones que afecten a la orientación
académica y profesional de sus hijos/as.
DEBERES.
Tienen el deber de adoptar las medidas necesarias, o solicitar la ayuda
correspondiente en caso de dificultad, para que sus hijos/as cursen los
niveles obligatorios de la educación, y asistan regularmente a clase.
Estimularles para que lleven a cabo las actividades de estudio que se
les encomienden.
Conocer y apoyar la evolución de su proceso educativo, en
colaboración con los profesores y los centros.
Respetar y hacer respetar las normas establecidas en el centro.
Fomentar el respeto por todos los componentes de la Comunidad
Educativa.
5.- CONCLUSIONES.