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MITOCONDRIA

Las mitocondrias desempeñan un papel crucial en la generación de energía metabólica en las


células eucariotas. Son responsables de la mayor parte de la energía útil derivada de la
degradación de los carbohidratos y de los ácidos grasos, que es convertida en ATP en el proceso
de fosforilación oxidativa.

Las mitocondrias no son otra cosa que unos organelos distribuidos por el citoplasma de las
células, que ocupan hasta el 20% del volumen citoplasmático de una célula eucariota, de cuyo
contenido se aislan mediante una membrana de dos capas separadas: la membrana
mitocondrial interna y la membrana mitocondrial externa, constituidas por lípidos y proteínas.
La matriz y las crestas de la membrana mitocondrial interna son los principales sitios activos de
la mitocondria y representa de esta manera el lugar principal de la generación de ATP. Las
mitocondrias están frecuentemente asociadas a los microtúbulos del citoesqueleto, lo que
determina su orientación y distribución en los diferentes tipos celulares.

La variabilidad de la célula depende del funcionamiento eficaz de las mitocondrias, ya que


constituyen las principales fuentes de energía celular. En muchos tipos de celulares, las
mitocondrias han de localizarse en la proximidad de áreas de gran consumo de energía. Aunque
a menudo se representan como pequeñas estructuras con un tamaño de 0.5-0.1µm x 1µm a
7µm, son de hecho notablemente dinámicas y plásticas, desplazándose a lo largo y ancho de la
célula, cambiando constantemente de aspecto, dividiéndose y fusionándose.
La matriz mitocondrial contiene una gran variedad de enzimas, incluyendo las que transportan
el piruvato y los ácidos grasos en acetil CoA, y también las que oxidan este acetil CoA a CO 2 a
través del ciclo del ácido cítrico o ciclo de Krebs.

Estas reacciones de oxidación producen grandes cantidades de NADH, cuyos electrones de alta
energía pasan a la cadena respiratoria.

La cadena respiratoria utiliza la energía derivada del transporte de los electrones desde el NADH
hasta el oxígeno molecular para bombear protones fuera de la matriz. Ello da lugar a un a un
gran gradiente electroquímico de protones a través de la membrana mitocondrial interna, al
que contribuyen tanto en el potencial de membrana como la diferencia de pH. Este gradiente
electroquímico ejerce una fuerza que dirige a los protones de nuevo al interior de la matriz. Esta
fuerza protón-matriz es aprovechada tanto para producir ATP como para el transporte selectivo
de metabolitos a través de la membrana mitocondrial interna.
MECANISMO DE LA FOSFORILACIÓN OXIDATIVA
La mayor parte de la energía utilizable obtenida de la degradación de los hidratos de carbono o
de las grasas deriva de la fosforilación oxidativa que tiene lugar en el interior de la mitocondria.

Por ejemplo, la degradación de la glucosa mediante la glicólisis y el ácido cítrico rinden un total
de cuatro moléculas de ATP, diez moléculas de NADH y dos moléculas de FADH2.

Los electrones del NADH y del FADH2 son transferidos después al oxígeno molecular, lo cual está
acoplado a la formación de 32 a 34 moléculas adicionales de ATP mediante la fosforilación
oxidativa. El transporte de electrones y la fosforilación oxidativa son actividades críticas de los
complejos de las proteínas de la membrana mitocondrial interna, que puede considerarse como
la fuente principal de la energía celular.

Las mitocondrias contienen ADN y ARN, además de ribosomas para la biosíntesis de algunas de
sus proteínas en la matriz. El ADN mitocondrial sólo codifica el 1% de las proteínas de este
orgánulo. La mayoría de ellas son codificadas en genes nucleares, sintetizadas en ribosomas del
citosol e importadas a la mitocondria a través de señales de direccionamiento reconocidas por
la translocasa del complejo de la membrana mitocondria externa (TOM). TOM constituye la vía
más frecuente de entrada de las proteínas mitocondriales importadas. Las señales polipeptídicas
de direccionamiento y las chaperonas (Hsp60 y Hsp70) permiten que las proteínas alcancen la
matriz. La membrana mitocondrial externa es permeable. Contiene porinas, unas proteínas que
forman canales acuosos permeables a moléculas hidrosolubles de pequeño peso molecular
(menor de 5 kDa), como azúcares, aminoácidos e iones. La membrana mitocondrial interna es
impermeable a los iones y las moléculas pequeñas.
CICLO DEL ÁCIDO CÍTRICO O CICLO DE KREBS

El ciclo de Krebs es una ruta catabólica en la que multitud de compuestos originados por la
degradación de glúcidos, grasas y proteínas se oxidan hasta CO2 y la mayor parte de esta
energía de oxidación se conserva gracias a los transportadores electrónicos FADH2 y NADH.
Durante el metabolismo aerobio, estos electrones se transfieren al O2 mientras que la energía
se guarda en forma de ATP.

El acetil-CoA entra en el ciclo cuando el citrato sintasa cataliza su condensación con


oxalacetato para formar citrato.

Por cada acetil-CoA oxidado en el ciclo, el rendimiento energético redunda en tres moléculas
de NADH, una de FADH2 y un GTP.
CADENA DE TRANSPORTE DE ELECTRONES

El transporte de electrones y el bombeo de protones tienen lugar en la membrana mitocondrial


interna, la cual contiene ATP sintasa. La mayor parte de las proteínas incluidas en esta
membrana intervienen en la cadena de transporte de electrones, que participa en la
fosforilación oxidativa. El mecanismo quimiosmótico de la síntesis de ATP recibe el nombre de
fosforilación oxidativa debido a que implica la adición de un grupo fosfato al difosfato de
adenosina (ADP) para sintetizar ATP y la utilización de O2. La denominación quimiosmótico
proviene de la participación de un componente químico (síntesis de ATP) y otro osmótico
(transporte de electrones y bombeo de protones). La matriz mitocondrial contiene piruvato
(obtenido en el catabolismo de los hidratos de carbono) y ácidos grasos (procedentes de los
lípidos). Estas dos pequeñas moléculas son transportadas de forma selectiva a través de la
membrana mitocondrial interna para convertirse en acetil coenzima A (acetil CoA) en la matriz.
El acetil CoA se transforma en CO2 (eliminado de la célula como residuo metabólico) y en
electrones de alta energía contenidos en las moléculas transportadoras activadas, la
nicotinamida adenina dinucleótido (NADH) y la flavina adenina dinucleótido (FADH2) en el ciclo
del ácido cítrico. Estas moléculas transportadoras ceden los electrones de alta energía a la
cadena de transporte de electrones de la membrana mitocondrial interna y se oxidan a NAD y
FAD. Los electrones se desplazan con rapidez a lo largo de la cadena hasta el O2 para generar
agua (H2O). A medida que los electrones de alta energía se desplazan en la cadena de transporte
de electrones, las bombas de protones liberan energía conforme atraviesan los la membrana
mitocondria interna para pasar al espacio intermembranoso. El gradiente de así creado impulsa
la síntesis de ATP. Obsérvese que la membrana mitocondria interna convierte la energía
procedente de los electrones de alta energía del NADH en un tipo diferente de energía: el enlace
fosfato de alta energía del ATP. Una vez más, recuerde la participación de la cadena de
transporte de electrones (o cadena respiratoria) en el consumo de O2 conforme se añaden
grupos fosfato al ADP para formar ATP. En la bicapa lipídica de la membrana mitocondrial interna
aparecen numerosas copias de la cadena de transporte de electrones.
Se agrupan en tres grandes complejos de enzimas respiratorias por orden de recepción de los
electrones:

- los complejos de la NADH deshidrogenaba,


- citocromo b-c,
- y citocromo oxidasa.

Cada complejo es un sistema que bombea protones hacia el espacio intermembranoso a medida
que los electrones avanzan en el complejo.

EL NADH TRANSFIERE SUS ELECTRONES AL OXÍGENO A TRAVÉS DE TRES GRANDES COMPLEJOS


PROTEICOS EMBEBIDOS EN LA MEMBRANA INTERNA
En la mitocondria, los tres complejos están unidos en serie y actúan como bombas de protones
impulsadas por el transporte de electrones, que extraen protones de la matriz acidificando el
espacio de las crestas:

1. Complejo NADH deshidrogenasa (generalmente conocido como complejo I) es el más


grande de estos complejos enzimáticos respiratorios. Acepta dos electrones del NADH y
los transfiere a través de un mononucleótido de flavina y de ocho centros
ferrosulfurados, al transportador electrónico liposoluble ubiquinona.

2. Citocromo c reductasa (también conocida como complejo citocromo b-cI) es un gran


complejo proteico de membrana que funciona en forma de dímero. Cada monómero
tiene tres grupos hemo unidos a citocromos y un centro ferrosulfurado. El complejo
acepta los electrones del ubiquinol y los transfiere al citocromo c, una pequeña proteína
soluble localizada en el espacio de las crestas y que transporta los electrones de uno en
uno hasta el citocromo c oxidasa.
3. Complejo citocromo c oxidasa contiene dos grupos hemo unidos a citocromos de tres
átomos de cobre. El complejo acepta los electrones de uno en uno desde el citocromo c
y los transfiere al oxígeno molecular. En total, se necesita cuatro electrones y cuatro
protones para convertir una molécula de oxígeno en agua.

La transferencia de electrones está mediado por transportadores móviles

a. Ubiquinona: es una molécula pequeña liposoluble, que transporta los electrones


desde el complejo I, a través de la membrana, hasta el complejo III
b. Citocromo c: es una proteína periférica, unida a la cara externa de la membrana
interna, transporta a los electrones hasta el complejo citocromo c oxidasa.

Mecanismo de la ATP sintasa

El gradiente de protones en la membrana interna se utiliza para impulsar la síntesis de ATP. La


ATP sintasa es una enzima de gran tamaño que entra en la membrana mitocondrial interna y
participa en la síntesis de ATP. Los protones atraviesan de nuevo dicha membrana a favor de
gradiente electroquímico mediante una vía hidrófila en la ATP sintasa con el fin de impulsar la
reacción de ADP con Pi para formar ATP. Esta reacción tiene lugar en el componente enzimático
de la ATP sintasa que se proyecta hacia la matriz mitocondrial de manera similar a la cabeza de
una piruleta. Se producen unas 100 moléculas de ATP por segundo. La formación de una
molécula de ATP requiere el paso de alrededor de tres protones por la ATP sintasa. Las moléculas
de ADP formadas por hidrólisis del ATP en el citosol regresan a la mitocondria para convertirse,
de nuevo, en ATP. Las moléculas de ATP fabricadas en la matriz mitocondrial son exportadas al
citosol, donde serán utilizadas.

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