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Problemas de Historia Argentina: Catolicismo,

nacionalismo, peronismo y “nueva izquierda”. Ideas e


ideologías en la política Argentina (1930- 1976).

Profesor: Martín Obregon

Alumno: Pedro Benito

Legajo 62890/1

1
Del ala izquierda del Movimiento al Partido Revolucionario.
Peronismo y clase obrera en la experiencia montonera.
“Mao, con respecto a esto (a la necesidad de desarrollar el esclarecimiento político-ideológico)
dice que cuando alguien tiene hambre, mejor que darle pescado es enseñarle a pescar. En este
caso, “enseñar a pescar” es enseñar analizar políticamente una situación. En todo caso, lo que
Perón hace es “dar pescado”.

Montoneros. “Charla de la Conducción Nacional ante las agrupaciones de los frentes” – fines
de 19731

Introducción

Una de las características que trazó la vida de los Montoneros como organización es que
estuvo en permanente construcción polítco-ideológica a lo largo de su intensa trayectoria en la
búsqueda de una salida revolucionaria para la Argentina. Desde su aparición pública 1970 (con
el asesinato de Aramburu- toma de la Calera) hasta sus últimos días de existencia, redefinió
aspectos centrales de su política al afrontar distintas vicisitudes que se le fueron presentando.
Esto lleva, a nuestro entender, a un equívoco usual de utilizar una misma denominación sin
advertir que encierra distintos contenidos. No son las mismas concepciones de Montoneros en
los años iniciales, cuando un pequeño grupo de hombres2 en la clandestinidad se propone el
retorno de Perón al país, que en el año 73 o a finales de 1975 cuando deciden conformar el
Partido Montonero, al diagnosticar una crisis de la identidad peronista en los trabajadores.

Mayormente, en la memoria colectiva, o en referencias generales a los hechos de este pasado,


el enfrentamiento de Montoneros con Perón -junto al asesinato de Rucci-, o el retorno a la
clandestinidad (septiembre de 1974) son presentados como hitos de distintas etapas,
indicativas del cambio de políticas de los Montoneros.

El propósito de este trabajo es aportar al esclarecimiento de las concepciones político-


ideológicas de la organización y sus variaciones más sustanciales, entendiéndolo como un
proceso dinámico. Nos centraremos, en especial, en dos momentos, que constituyen dos
paradigmas distintos: los comienzos, cuando hace su aparición pública y traza sus primeras
definiciones; y el momento de planteamiento del Partido Montonero, a lo largo del gobierno
de Isabel y profundizado luego del Golpe, cuando caracteriza el agotamiento del peronismo.
Definiciones que, a nuestro entender, constituye la mayor ruptura en la vida de los
Montoneros.

1
BASCHETTI, Roberto (comp.), De Cámpora a la ruptura. Documentos 1973-1976, Volumen I. Buenos
Aires, Ed. De la Campana, 1996, p 286
2
Los estudios de Lucas Lanusse aportan a esclarecer el desarrollo y la complejidad de los grupos
originarios, en contraposición a cierto simplismo presente en el pionero estudio de Gillespie. En este
caso, nos referimos a los Montoneros originarios como pequeño grupo, en comparación a la magnitud
de su posterior desarrollo. Ver: LANUSSE, Lucas, El mito de los 12 fundadores

2
Realizaremos el análisis circunscripto a tres dimensiones: el posicionamiento frente al
peronismo, el rol de la clase obrera y la forma organizativa que se fue planteando Montoneros.
Para ello, revisaremos, además del clásico estudio de Gillespie, Soldados de Perón, el trabajo
del historiador Guillermo Caviasca, “Dos Caminos. ERP-Montoneros en los setenta”3 y el
artículo de Ernesto Salas “El errático rumbo de la vanguardia Montonera”4, que se han referido
a estos temas. Estos dos últimos trabajos han aparecido en los años recientes y se centran en
el análisis de las publicaciones y documentos producidos por Montoneros. Así mismo
utilizaremos alguno de estos documentos para un análisis propio.

Deseamos aclarar, que escapan a los propósitos de este artículo el examen de la puesta en
práctica de las definiciones teóricas tomados por la guerrilla, así como tampoco buscamos
valorar si dichas definiciones fueron las correctas para los objetivos que se proponían. No se
trata este de un trabajo sobre análisis de los acontecimientos, sino que está centrado en el
campo de las ideas, desde luego entendidas en relación directa con los hechos de la realidad, y
por esto, intentamos captar el proceso en su dinámica.

1. Concepciones ideológicas originarias

1. a. Peronismo, Liberación Nacional y socialismo

Desde sus comienzos, con la irrupción pública que provocó el aramburazo, Montoneros se
presentó como una organización peronista5 y hasta el regreso del General al país creía que el
peronismo volvería para llevar adelante un proceso de Libración Nacional cuyo conductor era
Perón. En uno de sus primeros textos, aparecido públicamente en forma de Documento en la
revista Cristianismo Y Revolución bajo el título “Hablan los Montoneros”, expresan cuál era el
lugar del líder, y el del Movimiento en el contexto de liberación del tercer mundo: “(…) porque
cuando decimos Perón, hablamos del líder, del Movimiento y de las luchas de liberación del
tercer mundo” 6 . Al concluir dicho documento planteaban que la liberación aparecería
plasmada bajo los cánones de las históricas banderas del Justicialismo “(…) porque juntos
debemos emprender esta segunda guerra de la independencia nacional por una Patria Justa,
Libre y Soberana”7

Su peronismo, a groso modo, se inscribía, en la tradición del peronismo de izquierda o


revolucionario, elaborado teóricamente en figuras como Puiggrós o Hernández Arregui, en la

3
CAVIASCA, Guillermo. “Dos caminos. ERP-Montoneros en los setenta”. Ed. Centro Cultural de la
Cooperación, 2006.
4
SALAS, Ernesto. “El errático rumbo de la vanguardia montonera”. Revista Lucha Armada Nº8, 2007
5
“Nuestra organización es una unión de hombres y mujeres profundamente argentinos y peronistas,
dispuestos a pelea con las armas en la mano por la toma del poder para Perón y para su pueblo y la
construcción de una Argentina Justa, Libre y Soberana”. MONTONEROS. “Perón Vuelve. Comunicado Nº
5”. En BASCHETTI, Roberto (comp.), De la guerrilla peronista al gobierno popular. Documentos 1970-
1973, Volumen I. Buenos Aires, Ed. De la Campana, 2004, p 52
6
MONTONEROS. “Hablan los Montoneros. Documento 1970”. En BASCHETTI, Roberto (comp.). De la
guerrilla peronista al gobierno popular. Documentos 1970-1973, Volumen I. Buenos Aires, Ed. De la
Campana, 2004, p 102. Originalmente aparecido en Cristianismo y Revolución, Nº 26, Noviembre-
Diciembre 1970.
7
Ibíd.,p. 104.

3
tesis central de ligar el peronismo con el socialismo. Estas ideas las encontramos moldeadas
tempranamente, por ejemplo en el documento interno de Montoneros “Línea Político
Militar” del año 1971, en el punto “Objetivos revolucionarios”, expresan: “La realización de la
Patria Justa, Libre y Soberana solo es posible con la construcción del socialismo, que es el
sistema que permite la socialización de los medios de producción (…)”8.

Desde esta perspectiva, la reivindicación del peronismo como camino al socialismo implicaba,
en términos de clase, la alianza –al menos transitoria- de los obreros con la burguesía
nacional, concepción que no se modifica, incluso, en momentos donde el peronismo había
retornado al poder y ya se desplegaban contradicciones con el viejo líder. Podemos encontrar
este problema planteado por Gillespie, en Soldados de Perón, cuando analiza un Documento
presentado por Firmenich y Quieto9 en conferencia de prensa el 8 de junio de 1973. Dice
Gillespie:

“Los autores del documento insistían en el liderazgo de la clase obrera dentro de la alianza
era la única garantía de que el programa fuese aplicado, pero, en la práctica los Montoneros
no se organizaron teniendo en cuenta tal objetivo. Sobre todo porque, a causa de su
incuestionable fe en Perón, se avinieron a la dominación de los sectores burgueses y
burocráticos del peronismo durante el primer año de su vida gubernamental (…) Mientras que
la etapa de Liberación y Reconstrucción Nacional se consideraba transitoria y tendente a “la
construcción nacional del socialismo (…)”10 . (El resaltado es nuestro)

Vemos aquí cómo Gillespie señala en principio, el contraste entre la definición del lugar de
conducción de los trabajadores en la alianza y que en los hechos no se producía. Pero, lo que
más nos interesa observar es la dimensión teórica -planteado por la conducción de FAR y
Montoneros-, que presenta una estrategia muy contradictoria: la necesidad del desarrollo
de la burguesía nacional, en el período de liberación nacional, bajo el liderazgo de los
trabajadores. Período que se constituiría como paso previo al socialismo nacional. Esto
implicaría que dichos conglomerados económicos nacionales –representados en la CGE-
aceptarían su propia desaparición.

Por otro lado, esta concepción encierra una idea etapista del proceso revolucionario – que los
diferenciaba tajantemente de la guerrilla marxista- donde el período de liberación nacional
aparecía como un paso ineludible previo al socialismo.

Sin embargo no debemos olvidar un aspecto central que señalábamos en la introducción,


acerca de la permanente reelaboración de su política, así lo expresan en el primitivo
documento antes citado, “Línea política…”: “La línea político militar (…) Como tal no es un
proyecto acabado de una vez para siempre, sino que como pretende expresar los intereses del
pueblo argentino en su lucha por la liberación nacional y social, está sujeta a continuas

8
MONTONEROS. “Línea político militar”. Documento interno. 1971. En BASCHETTI, Roberto (comp.)
Documentos 1970-1973, Volumen I. op.cit, p 249
9
MONTONEROS “Construir poder popular” En: El Descamisado Nº4, 12 de junio de 1973, pp. 2-4
10
GILLESPIE, Richard. Soldados de Perón. Los Montoneros. Ed. Grijalbo. 2da. Ed. 1998, pp. 162-163

4
reelaboraciones y enriquecimiento derivados de la práctica revolucionaria de la Organización y
del pueblo”11.

1.2. Peronismo y clase obrera

Para profundizar sobre el análisis del contenido de la ideología de Montoneros en relación a la


clase obrera, tomaremos como guía el texto del historiador Guillermo Caviasca donde se
examina comparativamente al ERP y Montoneros. El autor nos advierte que “montoneros se
definía como una organización popular, no de la clase obrera (no clasista), aunque consideraba
(que) la hegemonía del proceso de liberación nacional debía ser de los trabajadores y no de la
burguesía”. Agrega, en relación a esto, que Montoneros teóricamente eran tributarios de la
“izquierda nacional”, y que se definían como una organización nacionalista, pero nos aclara, un
“nacionalismo de época”, que tenía su origen en “las luchas de liberación de los pueblos del
tercer mundo” (Caviasca, 2006, 27).

Para esclarecer este punto, el autor, nos trae al pensador Juan José Hernández Arregui –de
fuerte influencia en los montoneros-, quién caracteriza la existencia de nacionalismos
diferentes -claves para la identificación nacionalista de la izquierda peronista-, a través de dos
dimensiones: 1) El nacionalismo posee un doble sentido, según corresponda al contexto
histórico de una nación poderosa o de un país colonial. 2) El nacionalismo adquiere
connotaciones irreductiblemente contrarias según las clases sociales que lo proclaman o
rechazan.

Esto le permite plantear a Caviasca un matiz a cerca del lugar de la clase obrera en el
pensamiento montonero y el carácter “inconcluso” de su ideología, que a nuestro entender, es
importante para ubicar las redefiniciones posteriores que elaborará la organización: “Este
nacionalismo no indica unívocamente la subordinación de los trabajadores a la burguesía
(aunque tampoco define lo contrario). En este sentido no se trata de una ideología completa
sino en parte constitutiva de ella, y junto a los demás elementos hacía a la ideología
montonera, que por otra parte evolucionó, o mejor dicho se formó (…) con el paso del
tiempo”12

Llegados a este punto conviene destacar, si pensamos en torno al rol de los trabajadores, su
conciencia y la adscripción al peronismo; que el elemento clave de la argumentación
montonera se anclaba en valorar al peronismo como la experiencia de la clase obrera
argentina, podemos decir su constitución misma como “clase para sí”. Este planteo lo
encontramos desarrollado por Carlos Olmedo - jefe de las FAR- en 1971 durante la polémica
con el ERP, tal vez en su versión más sofisticada, pero creemos, representativo del núcleo de
este razonamiento. Dice Olmedo refiriéndose al peronismo:

11
Montoneros. “Línea político…”, op. Cit., pag. 249
12
Ibíd. P 27

5
“La validez de la experiencia histórica de la clase obrera argentina, el reconocimiento de que es
su idolología real, concreta, existente, donde debe situarse el punto de partida para el
desarrollo de la concepción revolucionaria nacional (…)”13

Con este panorama podemos sintetizar que el peronismo se presentaba a los ojos de los
montoneros, como parte de un Movimiento de Liberación Nacional en desarrollo, campo
abierto desde el cual la clase obrera abriría su camino para su emancipación (construcción
nacional del socialismo). Es en este plano que cobra sentido para nuestro análisis el rol de la
organización. Nos detendremos ahora a analizar brevemente cuál era su papel en esta historia,
y en consecuencia, que forma organizativa le correspondía.

2. El rol de los Montoneros

2.1. Foco y vanguardia

Montoneros desde sus inicios fue una organización armada clandestina, “muy influida por la
concepción del foco en su versión tupamara -Tupamaros desarrolló la adaptación de la
concepción foquista del Che a los ámbitos urbanos-“(Caviasca, 2006,54). Básicamente el
concepto de foco hace referencia a la posibilidad de que un pequeño grupo pueda, a través de
la acción (armada) generar conciencia en el conjunto del pueblo o de la clase y dinamizar un
proceso revolucionario, en este sentido se erige como vanguardia: “Este es el generador de
conciencia en cuanto al método de lucha, acelerador de organización y catalizador de
condiciones revolucionarias…”14.

Para avanzar sobre este punto apelaremos al trabajo de Ernesto Salas, “El errático rumbo…”,
quién realiza un análisis crítico centrado en como utilizó montoneros el concepto de
vanguardia. En principio el autor, nos presenta un esquema donde describe que la idea
leninista del partido revolucionario de profesionales se origina con una fuerte tensión que
justifica su rol de vanguardia: 1) el conocimiento de la teoría revolucionaria que la clase
desconoce, y 2) su papel como intérprete de las reivindicaciones de la clase que representa.
Siempre en el marco de la existencia de condiciones objetivas para la toma del poder.

Con este marco, Salas plantea que originariamente para montoneros, como organización
peronista, la vanguardia (montoneros) “no procede de una carencia en la clase obrera, sino
que –al contrario- es la conciencia misma de los trabajadores peronistas la que la ha creado,
ya que –para Montoneros- la vocación revolucionaria reside en el movimiento peronista. Es el
movimiento el que crea las vanguardias, y no a la inversa como enfatizaba en el cuerpo central
de la teoría del foco”. (Salas, 2007). Desde este lugar se inscribían como el resultado de un
proceso histórico, el de la lucha de los trabajadores y el pueblo peronista, que los colocaba a la
cabeza de esta nueva etapa.

13
OLMEDO, Carlos. Una respuesta al documento del Ejército Revolucionario del Pueblo. 1971 En
BASCHETTI, Roberto (comp.). De la guerrilla peronista al gobierno popular. Documentos 1970-1973,
Volumen I. Buenos Aires, Ed. De la Campana, 2004, p 187. Originalmente en Militancia, Nº 4, 5 de julio
de 1973
14
MONTONEROS. “Línea político…”, op. Cit., pag. 264.

6
Un segundo momento en la historia organizativa de Montoneros, lo sitúa Salas a lo largo del 72
y con la Campaña electoral del Luche y Vuelve de 1973, donde masivamente se incorporan
militantes a la organización y, a través de la JP, ocupa un lugar relevante en la escena política
nacional. Producto de esto, la organización acomoda sus estructuras clandestinas a los tiempos
políticos que se avecinaban. Así es como Montoneros realiza una autocrítica por su concepción
foquista de la vanguardia transformándose de un organismo militar en una organización
político militar (la OPM). La transición del “foco” a la “infección”, se afirmó con el fuerte rol
que asumieron los grupos políticos. (Salas, 2007).

Paralelamente, la mayor tensión que enfrentará Montoneros en cuanto al rol de la vanguardia


era en relación a Perón, al que en un principio le reconocían la dirección “esta interpretación y
conducción que es función de la vanguardia, la realiza una sola persona, el general Perón”.
Según Salas, esto “no significaba renunciar al lugar de vanguardia organizada, que reclamaban
las orgas. Pero era una concesión al General que otras guerrillas peronistas no aceptaron.
Finalmente, afirmaron que su rol como vanguardia residía en garantizar la hegemonía de la
clase obrera dentro del movimiento. La contradicción se cerraba con una fórmula que
denotaba lo confuso de la situación que planteaban: la presencia de dos vanguardias en un
mismo movimiento no implicaba la sustitución del líder, sino la síntesis con él”. (Salas, 2007)

Está definición entrará rápidamente en contradicción, para tornarse incompatible con Perón.
Unos meses después, en el encuentro de la conducción montonera con su militancia, reflejada
en el documento “Charla de la Conducción Nacional ante las agrupaciones de los frentes”, a
fines de 1973, los líderes montoneros manifiestan que la conducción de Perón resultaba
incompatible con una estrategia de vanguardia al interior del movimiento, ya que el desarrollo
del proyecto montonero en el movimiento había estado provocando competencias y
confrontaciones con la conducción de Perón “Hoy que Perón está aquí, Perón es Perón, y no lo
que nosotros queremos”15.

2. 2 Retirada Estratégica y Resistencia.

Con la sucesión de hechos, ampliamente conocida, que implicó entre otros sucesos, el golpe
palaciego a Cámpora, el enfrentamiento público con Perón –asesinato de Rucci, mediante-, y la
posterior muerte del viejo Líder y el ascenso al poder de Isabel y López Rega, Montoneros,
retorna a la clandestinidad, el 6 de septiembre de 1974. Anunciada durante la presidencia de
Isabel Perón, bajo el crecimiento incesante de la violencia política, significó un hito muy
controvertido en la historia de Montoneros. La organización comunicaba a los argentinos
“volcar todas las fuerzas para encabezar la Resistencia Popular”, reasumían las formas
armadas de lucha para desarrollar la guerra popular integral. Se pronunciaba, además, contra
todas las formas de represión, “contra la intervención en los sindicatos por representantes
vandoristas” y por la anulación del pacto social, que previamente habían apoyado16.

15
MONTONEROS. “Charla…”. Op. Cit. Pag. 271
16
MONTONEROS. Comunicado. 6 de septiembre de 1974. En BASCHETTI, Roberto (Comp.). De la ruptura
al golpe. Documentos 1973-1976, Volumen II. Buenos Aires, Ed. De la Campana, 1999, p 237.

7
La Retirada Estratégica estaba acompaña por una Ofensiva Táctica Militar abandonando los
frentes políticos y encuadrando a los militantes en estructuras de logística o de combate. A lo
largo del 75 transformó las agrupaciones en milicias.

El documento la “La resistencia peronista ataca. Fundamentos de la ofensiva táctica”


publicado en Evita Montonera de enero-febrero de 1975, nos permite ver, además del retorno
a la lucha armada –concepción considerada estratégica y nunca abandonada- el comienzo del
deslizamiento de montoneros hacia posiciones de izquierda más clásicas y los primeros
planteos de la crisis de la identidad peronista. En el punto “El nivel de conciencia del pueblo y
las acciones de vanguardia”, manifiestan: “(…) en esta etapa estamos transitando por la
fractura del pueblo en su identidad política. Esa identidad, el peronismo, que garantizó
respuestas unitarias en épocas críticas, ahora corre el riesgo de resquebrajarse gravemente. La
expresión inmediata de esta fractura es la confusión de las masas sobre las características del
actual proceso”17. En el mismo sentido, se advierte una fuerte valorización de los sectores de
obreros industriales como los más avanzados del proceso “Esto explica por qué los
organismos de masas que han estado a la cabeza de la lucha reivindicativa (SMATA Córdoba,
FOTIA, etc.) y Montoneros que está a la cabeza de la lucha del conjunto de los trabajadores y el
pueblo, hayan sido los primeros en enfrentarse con quienes conducen este proceso que va
contra los trabajadores y el pueblo, aunque todavía varios sectores populares y aun obreros no
tengan conciencia clara de tal situación”18.

Para Salas este período marca un punto de inflexión en la concepción de la vanguardia porque
“el pensamiento montonero comenzaba a alejarse de aquel en el que la conciencia política de
las masas habían generado la posibilidad de las vanguardias”. (Salas, 2007)

2.3. Debates sobre el Partido

Transcurriendo el año 75 Montoneros volcaba en un escrito, “Documento para el Congreso


nacional”, el intento de dar respuestas a los debates sobre la conformación del partido y,
reflexionaba sobre la aplicación de teorías revolucionarias, ante lo cual señalaban, se debía ser
muy cuidadoso. En referencia al marxismo-leninismo del PRT, mantenían sus diferencias
históricas, y manifestaban que “no había que caer en la tentación de aplicar esquemas
generales y conclusiones que han demostrado validez para otras circunstancias históricas”.
Sostenían su fe incondicional en la práctica, a la cual elevaban a “principal fuente de
conocimiento”. Agregaban que Montoneros tenía una “tendencia correcta a privilegiar la
práctica sobre la teoría y una actitud profundamente antidogmatica”. Sin embargo, el mismo
documento, señala que utilizan el Materialismo Histórico como herramienta de análisis de la
realidad19.

17
MONTONEROS. “La Resistencia Peronista ataca – Fundamentos de la Ofensiva Táctica”, Evita
Montonera, Nº 2, enero-febrero de 1975. En BASCHETTI, Roberto: Documentos 1973-1976, Volumen II.
De la ruptura al golpe, Op. Cit, Pág. 397 y siguientes. Cursivas originales.
18
Ibíd. Pag. 401
19
MONTONEROS. “Documento para el Congreso Nacional”. 1975. En BASCHETTI, Roberto (Comp.).De la
ruptura al golpe. Documentos 1973-1976, Volumen II, Op. Cit. Pag. 341 y siguientes

8
Es significativo que pese a los reparos de implantar teorías desarrolladas en otras
circunstancias, rescataban la experiencia del pueblo vietnamita “Ho Chi Minh fundó el Partido
de los Trabajadores de Vietnam. Aplicó de manera creadora el marxismo- leninismo a las
condiciones concretas de su país”. Así se preguntaban, “¿Nos hemos equivocado al iniciar la
lucha como grupos armados peronistas y al no haber pretendido fundar desde el primer
momento nuestro partido de los trabajadores?” A lo cual se respondía que no, porque “no se
deben trasladar mecánicamente las conclusiones”. Finalmente destacaban un rasgo
organizativo que madurará en la posterior evolución de Montoneros hacia formas
centralizadas: “Los vietnamitas nos muestran claramente cuál es el papel esencial de la
organización revolucionaria: integrar, centralizar, sintetizar y conducir a todos los sectores y
todas las formas de lucha del pueblo contra el enemigo imperialista”20.

3. Crisis ideológica y Partido Revolucionario

El año 75 se caracterizó por un creciente ascenso de lucha sindical que dio lugar a las jornadas
de julio, donde la movilización obrera obligó la caída del ministro de economía Celestino
Rodrigo y su plan de ajuste, lo que significó el primer paro general a un gobierno peronista. En
este cuadro, en los meses siguientes al Golpe, Montoneros toma la decisión de constituirse
como partido revolucionario, más vinculado a la tradición de la izquierda leninista en su
forma, que a toda su propia trayectoria antes analizada. El motivo era la crisis que veían en el
peronismo: “Lo que está en crisis es la identidad política de la mayoría de los argentinos.
¿Cómo se ha arribado a esta crisis? Por la subsistencia adentro del Movimiento Peronista de
dos proyectos irreconciliables: el de la traición, el proyecto peronista oligarca que pretende la
conciliación de clases y el de la revolución”21.

Esta situación lleva a montoneros, en mayo del 76, a la definición del partido revolucionario
“Esta necesidad es la razón determinante para que Montoneros asuma la responsabilidad de
transformarse: de organización político-militar en un vigoroso partido revolucionario”. La lucha
por el socialismo se ha acelerado: “Lo que antes era la designación de un objetivo estratégico,
el socialismo, hoy es además la única solución practicable para lograr la felicidad del pueblo y
la grandeza de la Nación”22.

La centralidad de la clase obrera ocupa, en esta etapa, su propuesta política: “La crisis de
movimiento popular y sus consecuencias en la organización, debe transformarse ahora, para
poder expresar orgánicamente a la clase obrera. El tránsito de OPM a Partido no es un mero
cambio de nombre (…) Es un cambio cualitativo indispensable para legitimarnos como
conducción del Movimiento Peronista…”. La conformación del Partido tenía dos ejes
fundamentales, el Centralismo democrático: “Para que la conducción sea expresión orgánica
legitima de los intereses de los trabajadores, incorporamos el principio de la democracia

20
Ibíd. Pag. 347 y siguientes
21
MONTONEROS. “Llenar el vacío de Conducción: una necesidad impostergable del Movimiento de
Liberación Nacional” Doc. Nº 7. Evita Montonera Nº 13. Abril-Mayo 1976. En BASCHETTI, Roberto
Documento 1976-1977. Volumen I. Golpe militar y resistencia popular. Ed. De la Campana, 2001, p. 109 y
siguientes. Negrita es nuestra
22
Ibíd. P. 109- 116

9
interna, (…) Al poner en marcha el centralismo democrático se asegura la construcción de la
vanguardia ante las masas”. Y la Especialización: “para conducir múltiples formas de lucha.
Dotamos al Partido de las estructuras especializadas aptas para conducir al Ejército,
asegurando que la política de los trabajadores guíe el fusil. Crear la condición básica para
expresar orgánicamente la voluntad revolucionaria de la clase obrera políticamente
estructurada”23.

A modo de cierre

En estas páginas nos propusimos dar cuenta de las variaciones que se produjeron en las
concepciones político-ideológicas de montoneros, haciendo hincapié en el momento de la
conformación del Partido Montonero, al estilo de los tradicionales partidos de cuadros
revolucionarios. Los autores que hemos analizado coinciden en señalar que se trató de un
cambio ideológico. Ernesto Salas plantea que esto se produjo “por la estrategia de transformar
las estructuras para formar el Ejército Montonero y por la primacía de la teoría para analizar la
realidad (una mezcla de Clausewitz, Mao y Lenin)24”. Por su parte Caviasca sostiene que “lo
que estaba planteado era no sólo un salto organizativo sino ideológico, que se atribuía a la
resolución de los debates internos desarrollados por la caída de Roberto Quieto, que formaba
parte de las necesidades políticas que le surgieron a la OPM a raíz de su ubicación por fuera
del peronismo y a la izquierda del espectro político en momentos profundización de la lucha
de clases”. El Partido “se justificó como una forma de superar, en el marco de la radicalización
ideológica y una más amplia de las ideas leninistas, formas de vida que se consideraban
liberales o desviaciones pequeñoburguesas, y esto se relacionó con el acercamiento a
posiciones clasistas”25.

Queda abierto para el desarrollo con mayor profundidad y análisis, ahondar en los motivos
que llevó a Montoneros a tomar posiciones más clasistas y emparentadas con las concepciones
tradicionales de izquierda. Existen hipótesis volcadas en distintos trabajos testimoniales, como
por ejemplo José Amorín26, militante de extensa trayectoria en Montoneros, quién plantea que
se debió a la influencia de las FAR, organización proveniente de una tradición de izquierda,
sobre la conducción montonera. Las ideas de la organización conducida por Olmedo a cerca de
la cuestión del partido, fueron enunciadas tempranamente, durante el proceso de discusión
para la fusión con Montoneros, donde las FAR proponían formar un partido clásico de
vanguardia para conducir el movimiento revolucionario27.
Desde nuestro punto de vista, más allá de la influencia de distintos componentes de las
organizaciones, creemos que no podemos comprender el proceso sino tenemos presente la
necesidad de Montoneros de dar respuestas a la realidad que se enfrentaban bajo el gobierno
de Isabel a lo largo de 1975. Marcada por el protagonismo creciente de lucha de los obreros
contra el gobierno, fundamentalmente en los sectores industriales, reflejado al interior de la
Organización con el enfrentamiento de la JTP con la burocracia sindical. Entendemos, esto

23
Ibíd. P. 109-116
24
SALAS, Ernesto. “El errático…” Op. cit
25
CAVIASCA, Guillermo. “Dos caminos…” Op. Cit. Pag. 55 y 56
26
AMORÍN, José. “Montonero. La buena historia” Ed. Catalogos, 2005.
27
CAVIASCA, Guillermo. “Dos caminos…” Op. Cit. Pag. 30

10
llevó a la necesidad de profundizar un nuevo discurso más izquierdista para enfrentar al
peronismo gobernante y proyectar una salida revolucionaria a la crisis abierta.

BIBLIOGRAFÍA

AMORÍN, José. “Montonero. La buena historia” Ed. Catálogos, 2005.

BASCHETTI, Roberto (comp.). De la guerrilla peronista al gobierno popular. Documentos 1970-


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De la Campana, 2001

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la Cooperación, 2006.

GILLESPIE, Richard. Soldados de Perón. Los Montoneros. Ed. Grijalbo. 2da. Ed. 1998

SALAS, Ernesto. “El errático rumbo de la vanguardia montonera”. Revista Lucha Armada Nº8,
2007

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