Siga la dieta original de Dios
CAPÍTULO 05 la sangre. "Todo lo que se mueve y vive, os será para
Siga la dieta original de Dios
¿Qué es lo que enseña la Biblia acerca de la alimentación?
Antes de que nuestro Salvador creara al hombre, ya había provisto
alimento para su cuerpo. El hombre necesitaba comida que
sostendría su cuerpo perfecto por la eternidad. Para esa
necesidad, el Creador proveyó "toda planta que da semilla, que está
sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla"
(Génesis 1:29). Él proveyó una alimentación de semillas: frutos,
granos y cereales integrales, oleaginosas y legumbres. Esta fue la
alimentación original de Dios para los seres humanos; yo la llamo
la "Dieta de las semillas". Después de que entró el pecado, la
humanidad necesitó incluso más protección que antes, por lo tanto,
nuestro Creador agregó los vegetales con estas palabras: "Comerás
plantas del campo" (Génesis 3:18). Yo llamo a esta dieta la "Dieta
de protección". Las verduras de hojas verde oscuro son el
alimento más protector del planeta contra las enfermedades
cardíacas, el cáncer y los derrames cerebrales. 1
Si el hombre hubiera seguido a su Creador, no se hubiera
necesitado ninguna otra dieta. Sin embargo, el mundo se volvió
tan violento, que se puso en peligro el plan de salvación de Dios,
por lo que él tuvo que destruir el mal con el diluvio. Cuando Noé y
su familia salieron del arca después del diluvio, vieron una total
devastación; no había vegetación para comer. En su misericordia,
el Señor les permitió alimentarse con carne de animales limpios, sin
mantenimiento: así como las legumbres y vegetales verdes, os lo he
dado todo. Pero carne con su... sangre, no comeréis" (Génesis 9:3,
4). El Creador tempranamente instruyó a Noé para que colocara
siete parejas de animales limpios en el arca, pero sólo dos parejas
de animales que no son limpios (ver Génesis 7:2). ¿Por qué?
En 1953, el Dr. David Macht, de la Universidad Johns Hopkins,
condujo una serie de pruebas de laboratorio que demostraron que
la carne de animales no limpios era más tóxica para el cultivo de
células que la carne de animales limpios. También, descubrió que
la sangre siempre es más tóxica que la carne.2 Para suplir la
necesidad urgente que el hombre tenía de alimentarse después del
Diluvio, el Señor instruyó a Noé para que utilizara sólo la carne
menos tóxica: la de animales limpios sin su sangre. El Señor
también les permitió alimentarse con carne por una de las razones
que es realmente la mejor para evitarla ahora: acortar la vida
pecaminosa de la humanidad.3 Para limitar la obra del mal, Dios
necesitó acortar la duración de la vida del hombre de centurias a
décadas, preservando así su plan de salvación. La carne es la
principal causa de que las arterias se llenen de plaquetas de
colesterol, el factor primario fundamental de las muertes
prematuras en la actualidad. Yo llamo a esta tercera dieta (carne de
animales limpios sin su sangre) la "Dieta de la misericordia" de
Dios.
Después del diluvio, el Señor escogió a Abrahán para que llegara a
ser una nación poderosa, con el objetivo de demostrar a I mundo
cómo es él. El Salvador condujo a los hijos de Abrahán Vilera de
las fronteras de Egipto y comenzó un amoroso proceso educativo
con ellos, que incluía una reforma en la alimentación (ver Éxodo
15:26, 27). Se nos instruye a estudiar esta experiencia. "Y estas
cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para
amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los
siglos" (1 Corintios 10:11). En este capítulo, el apóstol Pablo dice
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que Dios no estaba conforme con los hijos de Abrahán por varias
razones, pero la primera razón que él enumera es para que "no
codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron" (vers. 6). ¿Qué
codiciaron ellos? Números 11:4 y 5 nos dice que los israelitas
dijeron: "¡Quién nos diera a comer carne! Nos acordamos del
pescado que comíamos en Egipto de balde". El Creador les había
dado el maná, el pan del cielo. Él sabía que los seres humanos
necesitaban una alimentación sencilla y no estimulante a base de
vegetales para poder desarrollar fortaleza de carácter. Así, el
Creador les proporcionó lo mejor que podía darles (el maná),
llamado "pan de ángeles" (Salmo 78:25, NVI). Sin embargo, el
pueblo se fue cansando del maná y deseó las comidas con carne que
había consumido en Egipto.
Nuestro Creador sabe que, antes que él regrese, su pueblo debe
tener un carácter como el suyo, y que la alimentación fundamental
para la transformación del carácter es una dieta a base de vegetales.4
Si nos apartarnos de su plan, nos privamos a nosotros mismos del
combustible escogido por Dios para cambiar el carácter. A esta
cuarta dieta la llamo la "Dieta de preparación" de Dios. Tal como
esta dieta alimentó al pueblo de Israel en su preparación para entrar
en la Canaán terrenal, una alimentación sencilla de vegetales nos
alimentará en nuestra preparación para la Canaán celestial.
El profeta Daniel es un ejemplo clásico de cómo el Señor diseñó el
funcionamiento de este proceso. Corno prisionero de guerra en
Babilonia, Daniel tomó la decisión de no contaminar su cuerpo con
la carne y el vino del rey, incluso a costa de su vida. En lugar de
ello, pidió comer "legumbres". La palabra "legumbres" viene de
una palabra que significa "ser plantado". Daniel eligió la "Dieta de
las semillas", la dieta original. Una lectura minuciosa del libro de
Daniel revela que sólo los que rechazaron los alimentos que todos
consumían estuvieron listos para arriesgar sus vidas por Dios
cuando los líderes mundiales demandaron una adoración que
violaba la conciencia y destruía la libertad religiosa. El Creador nos
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dejó el ejemplo de Daniel, porque sabe que enfrentaremos
circunstancias similares antes que él regrese. Ahora, como
nunca antes, es el momento de adoptar la dieta de Daniel, la
"Dieta de las semillas".
Cuando Jesús vino al mundo como nuestro Salvador, vino para
estar muy cerca de nosotros, a revelar su corazón de amor infinito.
Estableció el modelo del principio que luego Pablo enseñó: "Pero si
por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas
conforme al amor. No hagas que por la comida tuya se pierda aquel
por quien Cristo murió. No sea, pues, vituperado vuestro bien"
(Romanos 14:15, 16). Jesús no vino a la tierra para explicarles a las
personas cuál es la dieta verdadera; su misión fue revelar el amor
del Padre. Por esto es que cuando "le dieron parte de un pez asado...
él lo tomó, y comió delante de ellos" (S. Lucas 24:42, 43). Sin
embargo, Jesús sabía que la alimentación a base de frutas, cereales
integrales, oleaginosas, legumbres y verduras no se subordina a
ninguna, de otra manera él no la hubiera dado originalmente.
Otra razón para adoptar la dieta original del Creador es porque
es la dieta del cielo y de la tierra nueva.5 Observe estas palabras que
bosquejan los planes futuros de Dios para nosotros y nuestra
alimentación: "Al que venciere, le daré a comer del árbol de la
vida, el cual está en medio del paraíso de Dios" (Apocalipsis 2:7).
"Plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas... No afligirán [los
animales salvajes], ni harán mal en todo mi santo monte, dijo
Jehová" (Isaías 65:21, 25). "Y ya no habrá más muerte, ni habrá más
llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron"
(Apocalipsis 21:4).
El Salvador está llamando a su pueblo a adoptar su dieta óptima,
porque es el combustible que necesitamos para formar un carácter
como el suyo.
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1
C. Sauvaget, "Vegetables and Fruit Intake and Cancer Mortality
in the Hiroshima/Nagasaki Life Spam Study" [El consumo de
verduras y frutas, y la mortalidad por cáncer en el estudio de
expectativa de vida en Hiroshima y Nagasaki], British Journal
of Cancer, 10 de marzo de 2003, 88 (5):689¬L. T. Ngoan,
"Dietary Factors and Stomach Cancer Mortality" [Factores
mentarios y mortalidad por cáncer de estómago], British Journal
of Cancer, de julio de 2002, 87 (1):37-42. K. J. Joshipura, "The
Effect of Fruit and V etable Intake on Risk for Coronary Heart
Disease" [El efecto del consumo frutas y verduras sobre el
riesgo de enfermedades coronarias], Ann of Inte Medicine, 2001,
134:1106-1114. A. S. Malin, "Intake of Fruits, Vegetables,
Selected Micronutrients in Relation to the Risk of Breast
Cancer" [Consumo frutas, verduras y micronutrientes escogidos
en relación con el riesgo de c de mama], International Journal
of Cancer, 20 de junio de 2003, 105 (3): 418.
2
D. I. Macht, "An Experimental Pharmacological Appreciation
of cus XI and Deuteronomy XIV" [Una apreciación
farmacológica experimental de Levítico 11 y Deuteronomio 14],
Bulletin of Historical Medicine, Univerádad Jahns Hopkins,
abril de 1953 (47:1):444-450.
3
Ver Elena de White, Consejos sobre el régimen alimenticio
(Buenos Aire ACES, 1969) p. 446.
4
Ver Elena de White, Consejos sobre el régimen alimenticio, pp.
31-36.
5
Ver Elena de White, Consejos sobre la salud, p. 42.