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Lección 1: ¿Cómo es Dios?

(Parte 1)

Querido(a) amigo(a):

¿Alguna vez te has preguntado cómo es Dios? Dios


es tan grande y tan maravilloso que nunca
podremos saber todo acerca de Él. Pero Dios nos ha
dado un maravilloso libro que nos habla de Él.

¿Cuál es ese libro? Es la Biblia, la Palabra de Dios. La


Biblia nos dice que Dios creó todas las cosas. Él hizo el sol y
la luna. Hizo millones de estrellas que brillan en el cielo en
la noche. Dios creó la tierra, los pájaros, los peces y todos
los demás animales. Luego Dios creó al primer hombre y a
la primera mujer.

¿Para qué nos creó Dios? Nosotros fuimos creados para


amar a Dios y para ser amados por Él. Dios conoce y ama a
cada uno de nosotros.
A Dios le complace mucho cuando queremos conocerlo y
amarlo. Conocer y amar a Dios es lo mejor que podemos
hacer en la vida. Esto nos hará realmente felices.

En esta lección veremos lo que la Biblia nos enseña acerca


de Dios. Aprenderemos cinco cosas importantes de
nuestro maravilloso Dios quien nos ama mucho.

Hay sólo un Dios—el Dios verdadero y viviente. Él


dijo: "Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera
de mí…" (Isaías 45:5).
Dios no es una "fuerza". Dios es un Dios vivo que conoce y
ama a cada uno de nosotros. Dios se complace cuando
nosotros deseamos conocerle. Por sobre todo, Dios quiere
que nosotros le amemos con todo nuestro corazón.

Aunque Dios es Persona, Él no tiene un cuerpo como lo


tenemos nosotros. Dios es Espíritu. No podemos ver a un
espíritu. Cuando Dios nos hizo, Él nos dio un cuerpo. Él
también nos dio un espíritu. Tu espíritu vive dentro de tu
cuerpo. Otras personas pueden ver tu cuerpo, pero ellas no
pueden ver tu espíritu.
Porque Dios es Espíritu, por ese motivo no podemos
verle. Dios nos dice que no hagamos ninguna imagen para
representarlo. Dios nos dice que no debemos adorar
ninguna imagen. La Biblia dice:

"Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en


verdad es necesario que le adoren" (Juan 4:24).
Aunque no podemos verle Dios es el único Dios verdadero y
viviente. Él quiere que lo conozcamos. Cuando conocemos
a Dios, le amaremos. Cuando le amamos desearemos
obedecerle.

La gloria de Dios es tan esplendorosa que no podríamos


mirarla. No podemos mirar el sol cuando brilla fuerte sobre
un cielo despejado, porque nos lastima los ojos. Si
fuéramos a mirar el sol por mucho tiempo, podríamos
perder la vista.

La gloria de Dios es mucho más grande y más esplendorosa


que la del sol. Por eso no podemos ver a Dios. Él dijo: “…
porque no me verá hombre, y vivirá” (Exodo 33:20).
La Biblia nos habla acerca de un hombre llamado Moisés.
Moisés fue un amigo especial de Dios. Muchas veces él
habló con Dios y Dios también hablaba con él. Pero Moisés
nunca vio a Dios.

Un día Moisés le pidió un favor especial a Dios. Le dijo: “Te


ruego que me muestres tu gloria” (Exodo 33:18).
Dios le dijo a Moisés: “No puedes ver Mi rostro, porque
ningún hombre puede verme y vivir. Pero te esconderé en
la peña, y luego pasaré cerca de ti”.
Moisés subió a la montaña solo. Dios lo escondió en la
hendidura de la peña (una abertura en la montaña). Luego
Dios hizo que Su Gloria pasara cerca de Moisés. Él no vio a
Dios, pero vio un poquito de la gloria de Dios y esto hizo
que su rostro brillara como el sol.

Cuando Moisés bajó de la montaña, su rostro brillaba tanto


que el pueblo tuvo miedo de él. Con razón Moisés y el
pueblo dijeron: “¿Quién como tú, oh Señor…magnífico en
santidad?” (Exodo 15:11).

Esto significa que Dios es puro y perfecto sin ningún


pecado en absoluto. En la Biblia algunas veces la oscuridad
representa el pecado. La Biblia dice de Dios: “Dios es luz, y
no hay ningunas tinieblas [pecado] en Él” (1 Juan 1:5).
Dios es todo luz y gloria. Dios es puro. Dios nunca peca.
Dios siempre hace lo que es bueno y correcto. Nunca nada
pecaminoso puede acercarse a la presencia de Dios. La
Biblia dice: “Jehová nuestro Dios es santo” (Salmo 99:9).

Una vez Dios le habló a un profeta llamado Isaías en una


visión. Una visión es como un sueño. Isaías vio una visión
de Dios en Su trono. Alrededor del trono había muchos
ángeles, adorando a Dios y diciendo:

“Santo, Santo, Santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra


está llena de su Gloria” (Isaías 6:3).
Cuando Isaías vio esta visión de Dios tuvo miedo. La visión
le mostraba que él era pecador y que Dios es santo.

Esto significa que Dios nos ama y quiere sólo lo mejor


para nosotros. Aunque Él es el Rey del universo y tiene
todo poder y gloria, Dios conoce y ama a cada uno de
nosotros. Él te conoce a ti y te ama.

Quizás te preguntes: “¿Cómo puedo saber que Dios me


ama?” Hay dos maneras para saber que Dios nos ama:

Sabemos que Dios nos ama porque Dios nos lo dice.


En Su Palabra Dios dice: “Con amor eterno te he
amado” (Jeremías 31:3).

Sabemos que Dios nos ama porque envió a Su Hijo para


tomar el castigo por nuestros pecados.

Dios demostró Su gran amorpor nosotros al darnos a Su


Hijo, el Señor Jesús, para morir en una cruz por nuestros
pecados (las cosas malas que nosotros hemos dicho o
hecho). La Biblia dice:

“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que


siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”
(Romanos 5:8).
Tú puedes estar pensando: “¿Conoce Dios acerca de todas
las cosas malas que yo he dicho y hecho?” Sí, Dios sabe
todo acerca de ti, pero aun así El te ama con todo Su
corazón. El te ama cada minuto de tu vida.
El Señor Jesús murió por mis pecados. Él murió
por TUSpecados. Pero Él no se quedó muerto. Él resucitó
de la tumba al tercer día. ¡Él es nuestro Salvador viviente!
Dios quiere que tú creas en Él como Aquel que murió por
tus pecados y resucitó para ser tu Salvador.

¿Sabes tú qué es lo que Dios más desea que tu hagas?


¡Él quiere que tú le ames con todo tu corazón!

A Él le complace cuando decidimos amarle con todo


nuestro corazón. En la Biblia leemos que el rey David fue
un gran hombre de Dios. Él dijo: “¡Te amo, oh
Jehová!” Esto agradó a Dios mucho. Le agradará a Dios
mucho si tú decides amarle como David le amó. Aquí hay
una oración que te ayudará:
"Querido Dios, yo quiero amarte con todo mi
corazón. Ayúdame a aprender más acerca de ti.
Gracias por amarme tanto y por enviar a tu Hijo
Jesús, para morir en una cruz por mis pecados".
Lección 2: ¿Cómo es Dios? (Parte 2)

Querido(a) amigo(a):

La Biblia nos dice que hay un solo Dios. La Biblia


también nos dice que Dios existe en tres personas—
Padre, Hijo y Espíritu Santo. El Padre es Dios, el Hijo
es Dios y el Espíritu Santo es Dios. Estas tres
personas son un solo Dios.

Dios el Padre está en el Cielo. Ningún hombre ha visto


jamás a Dios el Padre.

Dios el Hijo es el Señor Jesús. Él vino al mundo como un


pequeño bebé y vivió aquí por 33 años. Él murió en una
cruz por nuestros pecados. Él fue sepultado, pero resucitó
de la muerte al tercer día. Él es nuestro Salvador viviente.

Dios el Espíritu Santo no puede ser visto. Pero Él es una


Persona real, igual en poder y gloria al Padre y al Hijo.
Aprendamos otras cosas que nos dice la Biblia acerca de
nuestro maravilloso Dios:

Como seres humanos, tenemos cuerpos y podemos estar


en un solo lugar a la vez. Como Dios es Dios y es Espíritu,
puede estar en todas partes al mismo tiempo. Dios
dijo: "¿No lleno Yo…el Cielo y la tierra?" (Jeremías 23:24).

No importa el lugar del mundo adonde vayamos, Dios está


allí. Cuando miramos a nuestro alrededor, no podemos ver
a Dios, pero Él siempre está con nosotros.
Esto significa que Dios siempre hace lo que es correcto.
La Biblia dice: "Justo es Jehová en todos sus caminos, y
misericordioso en todas sus obras" (Salmo 145:17).
Como Dios es justo, Él tiene el deber de castigar todo
pecado. Dios no puede pasar por alto nuestros pecados, ni
hacer de cuenta que no se ha fijado en ellos. Pero Dios ha
preparado un camino para que seamos perdonados de
todos nuestros pecados. Él envió a Su Hijo Jesús para morir
en una cruz por nuestros pecados. Cuando recibimos al
Señor Jesús como nuestro Salvador, Dios nos perdona
todos nuestros pecados.
Esto significa que Dios siempre cumple Su Palabra. Dios
siempre hace lo que dice que hará. La Biblia dice: “Dios…
no miente” (Tito 1:2).
Algunas veces hacemos promesas pero no las cumplimos.
Quizás olvidamos nuestras promesas o simplemente no
cumplimos nuestra palabra.

Pero Dios nunca olvida una promesa que ha hecho. Él


siempre cumple su palabra. Dios siempre hace lo que dice
que hará. La Biblia dice: "Conoce, pues, que Jehová tu Dios
es Dios. Dios es fiel" (Deuteronomio 7:9).

Esto significa que Dios sabe todas las cosas y Él siempre


hace lo que es bueno y justo. Dios sabe todo lo que ha
sucedido. Sabe todo lo que está sucediendo en este
momento. Sabe todo lo que va a suceder. Dios dijo:

"Yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a


mí, que anuncio lo por venir desde el principio" (Isaías
46:9-10).
Los científicos nos dicen que hay miles de millones de
estrellas en el universo. Ninguno de nosotros las puede
contar, pero Dios sabe exactamente cuántas estrellas hay,
¡Él incluso llama a cada una por nombre! La Biblia dice:

"Él cuenta el número de las estrellas; a todas ellas llama


por sus nombres" (Salmo 147:4)
Sin embargo, lo que más le interesa a Dios no son las
estrellas, ¡sino las personas! Él nos conoce y nos ama a
cada uno de nosotros de forma personal.

Esto significa que Dios tiene todo poder en los cielos y en


la tierra. ¡Él puede hacer cualquier cosa! Nada es imposible
para Él. La Biblia dice: "porque nada hay imposible para
Dios" (Lucas 1:37).
Dios tiene TODO poder. Todos los reyes y los
presidentes de todos los países son como nada comparados
a Él. Y como Dios tiene todo poder, Él puede hacer todo lo
que Él decide hacer.

Esto significa que Dios nunca cambia. Él siempre es igual.

Dios es siempre santo, Dios siempre es justo, Dios siempre


es amor. Dios siempre es fiel. Dios siempre es bueno. Dios
siempre es igual. Es maravilloso saber que Él siempre es
igual. Dios dijo: "Porque yo Jehová no cambio" (Malaquías
3:6).

Esto significa que Dios siempre hace lo que es mejor para


nosotros. Y Él obra así porque nos ama. La Biblia
dice: "Alabad a Jehová, porque él es bueno…" (Salmo
136:1).

El cielo está lleno de bondad y felicidad. Dios quiere que


disfrutemos el cielo con Él. La Biblia dice:

"¡Cuán grande es tu bondad…que has mostrado a los que


esperan en ti, delante de los hijos de los hombres!" (Salmo
31:19).
Aunque Dios es el gran Gobernador exaltado del universo,
Dios te ama y quiere ser tu Amigo. Él te ama más de lo que
te puedes imaginar, y Él sabe todo acerca de ti. Él conoce
tus pensamientos. ¡Y aún sabe cuantos cabellos hay en tu
cabeza! Jesús dijo: "Pues aun vuestros cabellos están todos
contados" (Mateo 10:30). Esto te muestra lo mucho que Él
se interesa por ti.

¿Sabías tú que Dios incluso estuvo personalmente aquí


en la tierra? Dios el Hijo, el Señor Jesucristo vino a este
mundo como un pequeño bebé. Él creció y vivió aquí
durante 33 años.

Dios ha estado aquí

¡Piensa en esto! ¡El Hijo de Dios vivió aquí en la tierra!


Dios quería que nosotros supiéramos como Él es realmente,
así que Él envió a Su amado Hijo al mundo. La Biblia dice:
"A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo…Él le ha dado
a conocer" (Juan 1:18).
Jesús vino a decirnos y mostrarnos como Dios es
realmente. Jesús dijo: "…El que me ha visto a mí, ha visto
al Padre…" (Juan 14:9). Una vez un niño que había
aprendido acerca de Jesús dijo: "Jesús es la mejor
fotografía de Dios que alguna vez se haya tomado".
Jesús hizo obras poderosas que solo Dios podría hacer. Él
dio vista a los ciegos, y sanó toda clase de enfermedades y
dolencias. ¡Él también devolvió a la vida a tres personas
que habían muerto!

Jesús enseñó que Dios nos ama aunque hayamos pecado.


Es verdad que Dios odia el pecado, pero Él ama a los
pecadores. Estamos separados de Dios por nuestros
pecados, pero Dios no quiere perdernos. Por eso Él envió a
Su Hijo para que sea nuestro Salvador. La Biblia dice:

"Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que


siendo aún pecadores, Cristo murió por
nosotros" (Romanos 5:8).
Si nosotros realmente amamos a Dios,desearemos
hacer lo que a Él le agrada.

Estas son algunas maneras en que podemos agradar a


Dios:
Debemos amar a Dios con todo nuestro corazón porque
Él nos ama muchísimo.

…el Señor Jesús, y le recibimos como nuestro Salvador.


Nosotros le amamos porque Él nos amó y dio su vida por
nosotros. La Biblia dice: "Nosotros le amamos a él, porque
él nos amó primero" (1 Juan 4:19).

¿Cómo adoramos a Dios? Le adoramos cuando le


amamos con todo nuestro corazón, cuando le alabamos y le
agradecemos todo lo que Él ha hecho y hace por nosotros.
Lección 3: ¿De Dónde Venimos?

Querido(a) amigo(a):

En las dos primeras lecciones hemos aprendido


muchas cosas maravillosas acerca de Dios. En esta
lección vamos a aprender que Dios es el gran
Creador—el que hizo todas las cosas.

¿Alguna vez has mirado las estrellas en la noche y te has


preguntado cómo surgieron? La Biblia nos dice como—¡Dios
las hizo!
El primer versículo de la Biblia dice: "En el principio creó
Dios los cielos y la tierra" (Génesis 1:1). ¿Qué significa la
palabra "crear"? La palabra "crear" significa hacer algo de
la nada. Sólo Dios lo puede hacer.

Dios hizo el sol y también la luna. Él hizo la tierra en la que


vivimos. Dios hizo todas las estrellas que brillan en la
noche. ¡Algunas estrellas son tan grandes que podríamos
poner la tierra y el sol dentro de ellas y todavía sobraría
bastante espacio!

Nadie sabe cuando creó Dios los cielos y la tierra. Dios


no nos ha dicho cuando lo hizo. La Biblia simplemente
dice: "En el principio creó Dios los cielos y la
tierra". Exactamente cuándo esto sucedió nadie lo sabe.
¿Cómo creó Dios los cielos y la tierra? ¡Los creó por Su
Palabra! La Biblia dice:

"Por la Palabra de Jehová fueron hechos los cielos, y todo


el ejército de ellos por el aliento de Su boca" (Salmo 33:6).
Dios habló, y el sol, la luna, la tierra y todas las estrellas
existieron. La Biblia dice: "Porque él dijo, y fue hecho; él
mandó, y existió" (Salmo 33:9).
¡La Palabra de Dios es poderosa! Lo único que Dios
tuvo que hacer fue hablar y los cielos y la tierra fueron
formados. ¿Cómo sabemos que esto es verdad? Lo
sabemos porque la Palabra de Dios así lo dice.
Dios creó la tierra donde vivimos. Hizo los cerros, las
montañas, los ríos y los lagos. Él hizo el pasto, las plantas,
los árboles y las hermosas flores.

Dios hizo los peces que nadan en las aguas. El hizo mucha
variedad de diferentes peces y animales acuáticos. Dios
hizo los pájaros que vuelan por los aires. Hizo una gran
variedad de aves. Dios hizo los animales. Él hizo muchas y
diferentes clases de animales. Entonces Dios creó al primer
hombre y a la primera mujer.

¿Por qué creó Dios al hombre? Dios creó al hombre


para amarlo y para que el hombre lo amara a Él. Dios nos
ama y quiere que nosotros lo amemos a Él.
¿Qué debería hacer Dios por este hombre que Él creó?
¿Debería Dios amar a este hombre? Sí, Él debería amarlo.
¿Debería Dios cuidar a este hombre? Sí debería cuidarlo.
¿Debería Dios decirle a este hombre lo que Él queria que él
hiciera? Sí Él debería decírselo.

¿Qué debería hacer este hombre? ¿Debería él amar a


Dios? Sí, él debería amarlo, ¿Debería él adorar a Dios? Sí, él
debería adorar a Aquel que lo creó. ¿Debería él obedecer a
Dios? Sí él debería obedecerlo.

¿Sería correcto que este hombre le dijera a Dios: "Yo no


tengo que obedecerte; voy a hacer lo que yo quiera?" No,
eso no sería realmente correcto. Lo que nosotros debemos
hacer es amar a Dios, adorarlo y obedecerlo.
De todo lo que Dios creó, ¡Su creación más maravillosa
fue el hombre! El hombre no descendió de los animales a
través de un lento proceso llamado "evolución". Él fue
creado por Dios. Dios hizo al hombre diferente a todas las
demás criaturas. El hombre fue creado "a imagen de Dios".

Ninguna otra criatura fue creada a la imagen de Dios. Sólo


el hombre fue creado a la imagen de Dios. ¡Esto nos dice
que el ser humano es muy especial!

Dios no creó millones de personas. Él creó a un solo


hombre. Dios lo llamó Adán. Dios creó una esposa para
Adán. Su nombre fue Eva. La Biblia dice:
"Y creó Dios al hombre a Su imagen, a imagen de Dios los
creó; varón y hembra los creó" (Génesis 1:27).
Dios plantó un huerto para que vivieran allí Adán y Eva. Se
llamó "el huerto de Edén". Tú y yo nunca hemos visto un
jardín tan hermoso como el huerto de Edén.

En ese huerto había toda clase de árboles que eran


hermosos a la vista y buenos para comer. Un río de agua
pura y cristalina pasaba por el huerto. Adán y Eva tenían
todo lo que necesitaban para ser felices.

Dios les dijo a Adán y a Eva que podían comer libremente


del fruto de cada árbol en el huerto excepto de uno. Les
mandó que no comieran del "árbol de la ciencia del bien y
del mal". Dios dijo que si comían del fruto de ese árbol
ciertamente morirían.

Adán y Eva eran muy felices en el hermoso jardín que


Dios había preparado para ellos. Lo que más disfrutaban
era esto: En el fresco de la tarde Dios venía para hablar y
caminar con ellos.
A Dios le agradó Su creación. Él miró todo lo que había
hecho y vio que era "muy bueno". La Biblia dice: "Todo lo
hizo hermoso en su tiempo"(Eclesiastés 3:11).
La Biblia nos dice porque Dios creó todas las cosas. Las
creó para Su placer y Su gloria. La Biblia dice:

"Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder;


porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen
y fueron creadas"(Apocalipsis 4:11).
Quizás te preguntes: "Si Dios creó todas las cosas perfectas
y hermosas, ¿Por qué hoy en día hay tantas cosas malas en
el mundo?" La razón es ésta: un enemigo trajo el pecado al
hermoso mundo que Dios creó. En nuestra próxima lección
sabremos quién es ese enemigo y qué fue lo que hizo.

Ahora quiero hacerte una pregunta. De todas las cosas


hermosas que Dios creó, ¿A cuál crees que Él más ama? ¡Él
ama a las personas más que a todo lo demás! Dios ama a
todas las personas. Él te ama a ti y me ama a mí.

¡Somos muy especiales! Vamos a considerar tres cosas


que nos hacen especiales:

Fuimos creados a imagen de Dios.

Ninguna otra criatura fue creada a imagen de Dios. Eso


nos hace especiales.

Podemos conocer a Dios.


Los animales no pueden conocer a Dios, pero tú y yo, sí.
Lo podemos conocer, lo podemos amar, podemos hablar
con Él a través de la oración y lo podemos adorar. Eso nos
hace muy especiales.

Dios puede vivir en nosotros.

Lo más maravilloso de nosotros es esto: Fuimos creados


de tal forma que Dios puede vivir en nuestro corazón. Esto
nos hace muy, muy especiales.

¿Te gustaría que Dios entrara a vivir en tu corazón?


Entonces, dile: “Querido Dios, yo realmente quiero que Tú
vengas a vivir en mi corazón”. Dile que crees que Jesús es
Su Hijo y que murió por tus pecados y resucitó para ser tu
Salvador. Agradécele por dar a Su Hijo para ser tu
Salvador.
Lección 4: ¿Quién es Nuestro Enemigo?

Querido(a) amigo(a):

Cuando Dios hizo el mundo, hizo todas las cosas


hermosas. ¡Las primeras personas eran muy felices!
Pero ahora muchas cosas no son hermosas, y
muchas personas son, con frecuencia, infelices. Hoy
en día en el mundo hay mentiras, robos, odio y
guerras. Hay enfermedad, tristeza y muerte.

¿Qué sucedió? Un enemigo trajo el pecado al mundo. El


pecado arruinó el hermoso mundo creado por Dios.

¿Quién es el enemigo que trajo el pecado al mundo? ¡Su


nombre es Satanás! También es llamado el diablo. Satanás
odia a Dios, y nos odia a nosotros también.
En la Biblia aprendemos que Satanás fue creado como un
hermoso ángel llamado "Lucifer". Él era el ángel más sabio,
más hermoso y más poderoso de todos los ángeles que
Dios había creado.

Durante algún tiempo después de haber sido creado,


Lucifer amó a Dios y le obedeció perfectamente. Pero el
orgullo entró en su corazón y pecó contra Dios.

Lucifer pensó que no había nadie tan hermoso como él,


nadie tan sabio, nadie tan poderoso y nadie tan grande
como él. Por lo tanto, decidió que él podría ser Dios. Se
rebeló contra su Creador y dijo en su corazón: "Subiré al
cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi
trono" (Isaías 14:13).

Un gran cambio sucedio en el corazón de Lucifer cuando


pecó. Antes había amado a Dios y había querido
obedecerle. Pero después que se rebeló, él se amaba a sí
mismo y queria hacer su propia voluntad.

Cuando Lucifer se rebeló contra Dios, su nombre cambió a


Satanás. Él fue el primer ángel que se rebeló contra Dios,
pero muchos otros ángeles le siguieron en su rebelión. A
estos ángeles se les dice "ángeles
caídos" o "demonios". Los ángeles que siguieron siendo
fieles a Dios son llamados "ángeles santos".

Satanás y sus ángeles caídos fueron echados del cielo,


pero establecieron un reino para pelear contra Dios y Su
Reino. Desde entonces han existido dos reinos en el
universo—el Reino de Dios y el reino de Satanás.

Como Satanás odia a Dios, quería lograr que Adán y Eva


desobedecieran a Dios. Quería que se rebelaran contra Dios
como lo había hecho él. Pero, ¿cómo podría Satanás lograr
que Adán y Eva desobedecieran a su amoroso Creador? Lo
haría engañando a Eva.

Satanás se acercó a Evaen la forma de una serpiente. Le


dijo a Eva: "¿Así que Dios les ha dicho: No coman de todo
árbol del huerto?" Eva dijo que Dios les había dicho que no
comieran del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal.
Si lo hacían, ellos morirían.

Engañar a una persona quiere decir hacerle creer algo


que no es cierto. ¿Por qué Satanás engaña a las personas?
Él las engaña para hacer que las personas pequen. Les
miente y les convence que desobedezcan a Dios y hagan
cosas malas. Eso fue lo que hizo Satanás en el huerto de
Edén. Él engañó a Eva para que desobedeciera a Dios.

Satanás le dijo una mentira a Eva para engañarla. Le


dijo: "Ciertamente no morirán; sino que sabe Dios que el
día que coman de él, serán abiertos sus ojos y serán como
Dios, sabiendo el bien y el mal".

Satanás engañó a Evahaciendole pensar que sería bueno


para ellos si comieran de ese fruto. Eva creyó la mentira de
Satanás. Ella tomó del fruto y lo comió, luego le dio a
comer del mismo fruto a Adán y él lo comió también. Eva
fue engañada por Satanás, pero Adán no fue engañado; ¡él
decidió desobedecer a Dios!
Adán y Eva ahora eran pecadores. Ellos ahora tenían
pecado en sus corazones. Cuando Dios bajó esa tarde para
caminar y hablar con ellos, Adán y Eva se escondieron de
Dios. Ellos tenían miedo de Él porque sabían que habían
hecho mal.

¡La desobediencia de Adán y Eva introdujo pecado y


muerte al mundo! Ellos tuvieron que dejar el hermoso
huerto de Edén. Ya no podían vivir con Dios. Pero Dios
todavía los amaba y les prometió que un día enviaría un
Salvador al mundo. Ese Salvador es el Señor Jesucristo.
Desde el huerto de Edén, Satanás ha estado engañando
a las personas con sus mentiras. Satanás engaña a las
personas y les hace creer que la Biblia no es en realidad la
Palabra de Dios. Engaña a las personas haciéndoles creer
que no serán castigadas por sus pecados.

Satanás engaña a las personas haciéndoles creer que


pueden ser salvas de cualquier forma sin tener que confiar
en Jesús como su Salvador. Pero la Biblia dice claramente
que no hay otra manera de ser salvo. Jesús dijo: "Yo soy el
camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino
por mí" (Juan 14:6).

Satanás nos hace creer que el pecado es divertido y que


no hay consecuencias. Él dice: "Vive para el presente. Haz
lo que quieras hacer. ¡Si te hace sentir bien, hazlo! Esa es
la forma de ser feliz". Pero el pecado no te hará feliz y
siempre hay malas consecuencias como resultado del
pecado. Adán y Eva escucharon a Satanás y
desobedecieron a Dios. ¿Los hizo felices? No, de ningún
modo. Su desobediencia trajo pecado, tristeza, enfermedad
y muerte al mundo.
Satanás engaña a los niños y los jóvenes para que se
rebelen contra sus padres y maestros. Satanás se rebeló en
contra de Dios y le gusta ver que los niños se rebelen y
sean desobedientes a sus padres y maestros.

Satanás engaña a las personas para que usen drogas,


alcohol y tabaco. Les hace pensar que eso les ayudará a
conseguir amigos y disfrutar la vida. Pero es un pecado
usar algo en tu cuerpo que te dañará o destruirá.

¡Satanás quiere engañarte para poder destruirte! La


Biblia nos advierte que debemos tener cuidado porque: "El
diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a
quien devorar [destruir]" (1 Pedro 5:8).
¿Cómo podemos evitar que nos engañe Satanás? Podemos
hacerlo al conocer y obedecer lo que Dios dice en la Biblia.
Jesús dijo: "Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará
libres" (Juan 8:32).
Cuando Satanás nos tienta a hacer algo malo, está
tratando de hacer que pequemos. No es pecado el ser
tentado. Incluso el Señor Jesús fue tentado, pero Él nunca
pecó. El pecado ocurre cuando cedemos a la tentación.

Las cosas con las que Satanás nos tienta pueden parecer
buenas, pero no son buenas. Cualquier cosa que venga de
Satanás no es buena. Toda cosa buena viene de Dios. La
Biblia dice: "Toda buena dádiva y todo don perfecto
desciende de lo alto, del Padre de las luces [Dios]
…" (Santiago 1:17).

¡Los espíritus malos o demonios de Satanás son


reales! No tengas nada que ver con libros, tarjetas
intercambiables de juegos, o juegos electrónicos, películas
y programas de televisión acerca de brujas, hechiceros y
seres espirituales.

Dios nos dice que nos mantengamos alejados de los


adivinadores y todos aquellos que tratan de obtener
información del reino de las tinieblas. La Biblia nos dice que
no participemos en "las obras infructuosas de las tinieblas
[reino de Satanás]".
Este versículo nos dice que TODA cosa buena viene de
Dios. Si algo no viene de Dios, no es bueno, no importa lo
bueno que parezca.

Tú puedes evitar ser engañado al conocer y obedecerlo que


Dios dice en la Biblia. Cuando tú estés pensando si deberías
o no hacer tal o cual cosa, pregúntate a ti mismo(a), “¿Es
esto agradable a los ojos de Dios?” Si tú piensas que a Dios
no le gustaría verte haciéndolo, ¡no lo hagas!

Quizás te preguntes: "¿Qué le va a suceder a


Satanás?"La Biblia nos dice que un día Satanás y todos los
que le siguen serán echados al ‘lago de fuego’.

"Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de


fuego…y serán atormentados día y noche por los siglos de
los siglos" (Apocalipsis 20:10).
Todos los que no reciben al Señor Jesús como Salvador
también serán lanzados al ‘lago de fuego’.
Lección 5: ¿Quién es Salvador Prometido?

Querido(a) amigo(a):

En nuestra lección anterior aprendimos cómo Adán y


Eva desobedecieron a Dios. Su desobediencia trajo
pecado y muerte al mundo, pero Dios todavía amaba
a Adán y a Eva y les prometió que un día enviaría un
Salvador al mundo.

¿Quién es el Salvador prometido? El Salvador


prometido es el Señor Jesús. La Biblia dice:

"Y llamarás su nombre JESÚS, porque Él salvará a Su


pueblo de sus pecados" (Mateo 1:21).
Antes que Jesús viniera, Dios le dijo a Su pueblo que
trajeran corderos para ofrecerlos como sacrificios por sus
pecados. Cada persona tenía que ofrecer un cordero por
sus propios pecados. El cordero moría por los pecados de
esa persona.

¿Qué les estaba enseñando Dios? Les estaba


enseñando que algo o alguien tiene que morir por el
pecado. La Biblia dice: "La paga del pecado es la
muerte…" (Romanos 6:23).
Dios también les estaba enseñando que un día Su Hijo
vendría para ser nuestro Salvador. Él moriría en la cruz por
los pecados de todo el mundo.

Por cientos de años el pueblo de Dios ofreció corderos


por sus pecados como Dios les había mandado. Sabían que
algo o alguién tenía que morir por sus pecados. Estaban
contentos porque Dios había permitido que los corderos
pudieran ser sacrificados por sus pecados. Pero todo el
tiempo estaban esperando el Salvador que Dios había
prometido. Ese Salvador sería el Hijo de Dios.
Dios envió un ángel a una mujer joven llamada María,
quien era virgen, y le dijo que ella sería la madre del
Salvador prometido. El ángel dijo: "…concebirás en tu
vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su Nombre
JESÚS" (Lucas 1:31). El
Nombre "Jesús" significa "Salvador".

María respondió: "¿Cómo será esto? Pues no conozco


varón". El ángel respondió: "El Espíritu Santo vendrá sobre
ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra, por lo
cual el Santo Ser que nacerá, sera llamado Hijo de
Dios" (Lucas 1:34-35). Sin tocar físicamente a María, Dios
colocó al bebé dentro de ella.

Dios le dio a María un esposo llamado José para ayudarla a


que cuidara a Jesús. Cuando era niño, Jesús jugaba con
Sus amigos y ayudaba a Sus padres como lo hacían los
demás niños. Pero Jesús se diferenció de nosotros en que
Él no tuvo pecado en Su corazón como lo tenemos
nosotros. ¡Jesús nunca pecó! Él siempre obedeció a Sus
padres. Él siempre obedeció a Dios.
Cuando Jesús tenía alrededor de treinta años, empezó a
predicar y a enseñar. Un día Juan el Bautista vio a Jesús y
dijo: "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del
mundo" (Juan 1:29).
Juan llamó a Jesús "el Cordero de Dios", porque él
sabía que un día Jesús iba a morir por los pecados del
mundo. Jesús era el Único que podía morir por nuestros
pecados porque Él era puro y santo y nunca pecó.

Jesús dijo que Él es el Hijo de Dios. Él mostró que es el Hijo


de Dios al hacer cosas que solo Dios puede hacer. La Biblia
dice que Jesús fue ungido “con el Espíritu Santo y con
poder” y que "anduvo haciendo bienes y sanando a todos
los oprimidos por el diablo…" (Hechos 10:38).
En una ocasión, Jesús estaba con Sus discípulos en una
barca. Estando allí se durmió, y mientras dormía, se desató
una gran tormenta. Las olas eran tan grandes que los
discípulos pensaban que la barca se hundiría. Despertaron
a Jesús, diciendo: "¡Señor, sálvanos, que perecemos!"

Jesús habló al viento, y a las olas diciendo: "Calla,


enmudece". El viento y las olas se calmaron. Los discípulos
estaban asombrados y dijeron: "¿Qué hombre es éste, que
aun los vientos y el mar le obedecen?" (Ver en Marcos
4:36-41).
Jesús tenía poder sobre Satanás y sus espíritus
malignos. Él hizo que los espíritus malignos salieran de las
personas. Él sanó a los enfermos. Hizo que los ciegos
vieran, los sordos escucharan y los cojos caminaran.
El Señor Jesús incluso levantó a personas de la muerte.
Un día una procesion de un funeral pasó junto a Jesús.
Toda la gente estaba llorando. El único hijo de una viuda
había muerto y lo iban a sepultar. Esta pobre madre no
tenía esposo, y ahora su único hijo había muerto.

Jesús le dijo a la mujer: “No llores”. Luego le dijo a su hijo


que estaba muerto. "Joven, a ti te digo, levántate". El joven
se sentó y empezó a hablar. La gente alabó a Dios
diciendo: "Dios ha visitado a Su pueblo" (Ver Lucas 7:11-
17).
El Señor Jesús vino para ser nuestro Salvador. Él no vino
a este mundo sólo para sanar a los enfermos y hacer
grandes milagros; Él vino para morir en la cruz por nuestros
pecados.

El evento más triste y a la vez más maravilloso que jamás


haya ocurrido en este mundo fue cuando el Señor Jesús
sufrió y murió por nuestros pecados—las cosas malas que
nosotros hemos pensado, dicho y hecho.

Satanás incitó a hombres malvados a hacer un complot


en contra de Jesús para matarlo. Ataron a Jesús con
cuerdas y lo llevaron ante Pilato, el gobernador romano.
Dijeron mentiras en contra de Jesús, acusándolo de muchas
cosas malas.

Pilato mandó a sus soldados que sacaran a Jesús y lo


azotaran. Le quitaron Su túnica. Fue azotado con un látigo
de cuero. Hombres malvados se turnaron para golpearlo en
la cara. Algunos incluso le escupieron en la cara y se
burlaron de Él.
Luego hicieron una corona para Jesús—no una de oro, sino
una corona de espinas. Llevaron a Jesús a un lugar llamado
el Calvario y allí lo crucificaron.

Sus manos y sus pies fueron clavados a la cruz. Dos


ladrones fueron crucificados al mismo tiempo, uno a cada
lado de Jesús. A estos dos hombres los estaban ejecutando
porque habían hecho muchas cosas malas. Pero Jesús
nunca había hecho nada malo. Estaba muriendo por
nuestros pecados.

Al estar colgado en la cruz, Jesús podía ver a las


personas que lo habían golpeado. Podía ver a los que le
habían escupido en el rostro. Podía ver a los que lo habían
clavado a la cruz. Él los amaba a pesar de todo lo que
habían hecho y oró por ellos. Jesús dijo: "Padre,
perdónalos, porque no saben lo que hacen". Jesús oró por
Sus enemigos. Él quería que ellos fueran salvos.

Uno de los ladrones que fue crucificado con Jesús creyó


en Él. Confió en el Señor Jesús como su Salvador. Cuando
ese hombre murió, fue a estar con el Señor Jesús en el
cielo. El otro ladrón no creyó en Jesús. No fue al cielo. Se
perdió para siempre. (Ver Lucas 23:32-43).

Ahora llegamos a una pregunta muy importante: ¿Por


qué murió Jesús en la cruz? El murió por nuestros
pecados.

La Biblia dice que Dios tomó todos nuestros pecados y los


cargó sobre Su Hijo, el Señor Jesús. Todas nuestras
mentiras, nuestra desobediencia, nuestras malas palabras,
nuestro enojo, nuestro egoísmo—todos nuestros pecados
fueron puestos sobre Jesús. Esta es la razón por la que Él
murió. La Biblia dice: "Jehová cargó en él [en Jesús] el
pecado de todos nosotros"(Isaías 53:6).
¿Qué es lo más importante que hemos aprendido en
esta lección? Es esto: Jesús, el Hijo de Dios, murió por
nuestros pecados. Él murió por mis pecados, Él
murió por tus pecados.

¿Sabes por qué el Señor Jesús dio Su vida en la cruz por


ti? Dio su vida por ti porque te ama. El apóstol Pablo
dijo: "El Hijo de Dios…me amó y se entregó a sí mismo por
mí"(Gálatas 2:20).
Tú también puedes decir esto. Dilo ahora mismo: "El Hijo
de Dios me amó y se entregó a sí mismo por mí".

El Señor Jesús no sólo murió por nuestros pecados, sino


que resucitó de la muerte al tercer día. ¡Él es nuestro
Salvador y está vivo!

Cuando tú crees en el Señor Jesucristo y confías en Él como


tu Salvador, Dios perdona todos tus pecados y te hace Su
hijo. Eres salvo para siempre. La Biblia dice: "Cree en el
Señor Jesucristo, y serás salvo" (Hechos 16:31).
Si no estás seguro si eres salvo, habla con Jesús ahora
mismo. Dile que tú crees que Él es el Hijo de Dios. Dile que
tú crees que Él murió por tus pecados. Pídele que venga a
tu corazón y sea tu Salvador.
Lección 6: ¡Jesús está Vivo Hoy!

Querido(a) amigo(a):

Cuando Jesús, el Hijo de Dios, murió en la cruz y fue


sepultado, Satanás y sus ángeles caídos pensaban
que habían ganado una gran victoria. ¡Estaban muy
equivocados! Al tercer día, Jesús resucitó de la
muerte, victorioso sobre Satanás y sus
seguidores. ¡Jesús está vivo hoy!
¿En realidad resucitó Jesús de la muerte? ¡Sí, Él
realmente resucitó! ¡El Señor Jesús está vivo hoy! ¿Donde
está Él? El Señor Jesús está en el cielo ahora mismo,
sentado a la diestra de Dios Padre. Veamos exactamente
qué sucedió.

El Señor Jesús murió en la cruz alrededor de las tres de la


tarde. Fue sepultado en una tumba nueva cavada en la
roca. Al tercer día de estar sepultado, Jesús se levantó de
la tumba demostrando ser el poderoso Vencedor sobre
Satanás, el pecado y la muerte.

La resurrección de Cristo comprueba que Él es el Hijo de


Dios y que todo lo que Él dijo es verdad. La Biblia dice que
Jesucristo:

"…fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu


de santidad por la resurrección de entre los
muertos." (Rom. 1:4)
Satanás pensó que él había obtenido una gran
victoriacuando tuvo éxito al conseguir que hombres
malvados condenaran a muerte al Hijo de Dios. ¡Pero él
nunca estuvo más equivocado!

Podemos estar seguros que Satanás y todos sus demonios


usaron todo el poder que ellos tenían para mantener a
Cristo en la tumba. ¡Pero al tercer día Cristo se levantó de
la tumba, victorioso sobre Satanás y todos los poderes de
las tinieblas!

Cuando Cristo regresó al cielo, lo hizo como el


poderoso vencedor sobre Satanás y todos los poderes de
las tinieblas. Él demostró que había vencido a todos sus
enemigos.
Cuando el Señor Jesús regresó al cielo, el Padre le dio
la bienvenida y le dio a Él el lugar de más alto honor en el
cielo. ¿Dónde está ese lugar de más alto honor? Está a la
derecha de Dios Padre.

Antes que Él fuera a la cruz, Jesús había orado a Su Padre,


diciendo:

"Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que


me diste que hiciese. Ahora pues, Padre, glorifícame…con
aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo
fuese" (Juan 17:4-5).
El Padre respondió a esa oración de la forma más
maravillosa. Él ha glorificado a Su Hijo al darle el lugar más
exaltado en el cielo. El Hombre, Jesucristo, está ahora
sentado a la diestra del Padre. La Biblia dice:

"…resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra


en los lugares celestiales" (Efesios 1:20).

Querido(a) amigo(a), estudia este cuadro


cuidadosamente. Aquí se muestra la maravillosa historia de
como el Hijo de Dios dejó Su hogar en el cielo y vino al
mundo para nacer como un pequeño bebé.

Cuando Jesús creció, se humilló a sí mismo para servir a la


gente. Él incluso lavó los pies de sus discípulos. Finalmente,
Él: "…se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la
muerte, y muerte de cruz". (Filip. 2:8).
¿Por qué lo hizo? Él lo hizo porque era la voluntad de Su
Padre y porque nos ama mucho.

Jesús se humilló al máximo para morir en la cruz por


nosotros. Él fue sepultado, pero Dios lo resucitó de la
muerte. Y fue llevado de regreso al cielo.

Allí Dios Padre le dio el lugar de máximo honor en el cielo.


La Biblia dice:

"Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio


un nombre que es sobre todo nombre, para que en el
nombre de Jesús, se doble toda rodilla de los que están en
los cielos y en la tierra…y toda lengua confiese que
Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre" (Filip. 2:9-
11).
Jesús apareció en la tierrapor cuarenta días después
que resucitó de la muerte. Apareció a Sus discípulos
muchas veces. Fue visto por muchas personas. En una
ocasión, mas de 500 personas lo vieron.

Entonces un día Jesús dijo a Sus discípulos que pronto


regresaría al cielo. Les dijo: "Toda potestad me es dada en
el cielo y en la tierra"(Mateo 28:18). Él les dijo a sus
discípulos que fueran por todo el mundo y predicaran las
buenas noticias acerca de Él a todas las personas.
Entonces Jesús bendijo a Sus discípulos.Mientras ellos
miraban, Él subió más y más hacia el cielo. Los discípulos lo
miraron hasta que una nube los apartó de su vista.

Mientras ellos miraban hacia arriba, dos hombres con


vestiduras blancas se les aparecieron y dijeron:

"Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este


mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así
vendrá como le habéis visto ir al cielo" (Hechos 1:11).
El Señor Jesús está hoy en el Cielo. Él está sentado a la
derecha de Dios Padre. Él tiene todo poder en el Cielo y en
la tierra. Un día regresará a la tierra. Sabemos que Jesús
regresará porque los dos hombres dijeron: "Este mismo
Jesús…vendrá como le habéis visto ir al cielo".

Jesús regresará para llevarse a todos los que han creído


en Él para que estén con Él. Él dijo que iba a preparar
hermosas casas en el cielo para Sus creyentes. Jesús dijo:

"En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no


fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar
para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré
otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo
estoy, vosotros también estéis" (Juan 14:2-3).
La pregunta más importante para nosotros es: ¿Qué
debo hacer para ser salvo? La Biblia dice: "Cree en el Señor
Jesucristo y serás salvo…"(Hechos 16:31). ¿Qué
significa "creer en el Señor Jesucristo"? Primero veamos el
significado de Su nombre.

“SEÑOR” Éste es Su nombre de realeza. Señala su señorío


sobre todas las cosas. Él tiene todo poder en el cielo y en la
tierra.

“JESÚS” Éste es Su nombre personal.


Significa "Salvador".Jesús es el Salvador—el que murió en
la cruz por nuestros pecados y resucitó para ser nuestro
Salvador viviente.
“CRISTO” Éste es Su nombre oficial. Significa "el
Ungido". Él fue el escogido y enviado por Dios Padre para
ser el Salvador del mundo.

Creer en el Señor Jesucristo significa creer que Él es el


Hijo de Dios y que Él murió por tus pecados, y que resucitó
para ser tu Salvador y Señor. Significa que tú lo has
recibido como tu Salvador. Si tú no estás seguro de haber
hecho esto, habla con el Señor Jesús y dile que tú crees en
Él y que tú le aceptas como tu Salvador.
Lección 7: Quatro Preguntas

Querido(a) amigo(a):

¿Sabes qué es lo más terrible del universo? ¡Es


el PECADO!

El pecado fue lo que cambió a Lucifer de un hermoso ángel


a Satanás, el enemigo de Dios. El pecado fue lo que arruinó
la hermosa creación de Dios. El pecado trajo las mentiras,
el engaño, el robo, el odio, el asesinato, la tristeza, el dolor,
la enfermedad y la muerte al mundo.

¡Dios odia el pecado!

Cuando vemos todas las cosas terribles que el pecado


causa, podemos comprender por qué Dios odia el pecado.
Dios dice que no habrá pecado en el Cielo, así que si
queremos ir al cielo, tenemos que ser salvos de nuestros
pecados. En esta lección vamos a encontrar las respuestas
a cuatro preguntas importantes:

¿Qué es el Pecado?

¿Por qué Pecamos?


¿Cómo nos demostro Dios que El nos ama?

¿Cómo puedo ser perdonado de mis Pecados?

La Biblia habla mucho del pecado, pero ¿qué es el


pecado? El pecado es tener malos pensamientos, decir
cosas malas y hacer cosas malas. Cada pecado es un
pecado contra Dios.

En la Biblia, Dios nos da muchos mandamientos. Estos


mandamientos nos dicen lo que es bueno y lo que es malo
a los ojos de Dios. Cuando desobedecemos esos
mandamientos, estamos pecando contra Dios.

• Dios dice: "Honra a tu padre y a tu madre". Esto significa


que debemos amar, respetar y obedecer a nuestros padres.
Cuando les dices cosas malas a tus padres o les
desobedeces, estás pecando contra Dios.

• Dios dice: "Obedece a los que están en autoridad sobre


ti". Cuando le hablas de manera irrespetuosa a tu
maestro(a) o le desobedeces, estás pecando contra Dios.

• Dios dice: "No dirás…falso testimonio". Esto significa


que debemos decir la verdad. Cuando dices una mentira
estás pecando contra Dios.

• Dios dice: "No hurtarás". Esto significa que no debemos


robar, no debemos tomar nada que no nos pertenece.
Hacer trampa con los exámenes en la escuela siempre es
malo porque es robar información que no te pertenece.
Cuando tú tomas algo que no te pertenece, estás pecando
contra Dios.

Ana se acercó a su maestra de Escuela Dominical con un


gran problema y le dijo: "Yo digo muchas mentiras. Le
miento a mi maestra en la escuela, le miento al director y
le miento a mi mamá".
La maestra le preguntó: "¿Por qué dices tantas mentiras?"

"Digo mentiras para no meterme en problemas", contestó


Ana.

Sorprendida por su respuesta, la maestra señaló al cielo y


dijo: Pero, Ana, cuando dices una mentira, ¿con quién
tienes problemas?

Ana pensó por un momento, y luego dijo: "¡Con


Dios!" Parece que no había pensado que decir mentiras le
causaba problemas con Dios.
"Si es así, ¿Con quién preferirías tener problemas, con el
director de tu escuela o con Dios?"
Ana contestó: "Con el director".

"¿Y preferirías tener problemas con tu mamá o con Dios?" ,


preguntó la maestra.

Ana dijo: "Con mi mamá".

"¡Entonces deja de mentir!" dijo la maestra de Escuela


Dominical. "Si has hecho algo malo, di la verdad y acepta
tu castigo, pero no mientas. La mentira te causa problemas
con Dios".
"Nunca lo había pensado así", dijo Ana. "No importa lo que
pase, no diré más mentiras".

La razón por la que peco es que yo tengo pecado en mi


corazón. Yo nací con pecado en mi corazón. Es el pecado el
que me hace decir: “¡Haré lo que yo quiera!”

Decidir hacer las cosas a nuestra manera en lugar de la


manera de Dios es pecado. Todos hemos decidido hacer las
cosas a nuestra manera. La Biblia dice:
"Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual
se apartó por su camino" (Isaías 53:6).
El pecado nos hace daño y también hace daño a los
demás. Pero lo peor del pecado es esto: ¡El pecado
lastima el corazón de Dios! La razón por la que el
pecado lastima el corazón de Dios es porque Él nos ama
mucho. Jesús nos dice que debemos "arrepentirnos" de
nuestros pecados.

Para enseñarnos lo que significa arrepentimiento, Jesús


contó acerca de un padre que tenía dos hijos. Era un buen
padre y amaba a sus hijos. Un día necesitaba que sus hijos
le ayudaran. Le dijo a uno: "Ve y trabaja en mi campo
hoy". Ese hijo dijo: "¡Sí, iré!" Pero no fue.

¿Tú crees qué esto agradó al padre? No, él no estaba


contento. El corazón de este padre estaba triste porque su
hijo le desobedeció.
El padre se acercó al otro hijo y le dijo: "Hijo, ve a trabajar
en mi campo hoy".Este hijo tenía una mala actitud. Él era
realmente rebelde. Le respondió a su padre: "¡NO IRÉ!"

El corazón del padre estaba ahora realmente lastimado.


Sus hijos estaban comportándose muy mal. Se alejó
lentamente con lágrimas en sus ojos.

El segundo hijo vio que él había lastimado a su padre. Él


pensó en lo bueno que su padre había sido con él. Se dio
cuenta de que estaba muy equivocado. Se había portado
muy mal al hablarle así a su padre.

Él "cambió de actitud" en su corazón. Se arrepintió de su


pecado. Sin duda él fue a su padre con lágrimas en sus ojos
y le pidió a su padre que le perdonara. Luego fue al campo
e hizo lo que su padre quería que hiciera. (Ver Mateo 21).

¿Sabes por qué el Señor Jesús contó esta historia?


Quería que viéramos cómo hemos lastimado el corazón de
Dios con nuestra mala actitud. Somos como el hijo que
dijo: “¡no iré!”Jesús dijo que si yo quiero ser perdonado de
mis pecados, debo arrepentirme.
¿Qué significa“arrepentirse”? Significa un "cambio de
actitud". Cuando veo que voy por el camino equivocado,
¿qué debo hacer? Debo apartarme de éste e ir por el
camino que Dios me indica. Eso es arrepentimiento. Es algo
más que sólo decir: "Lo siento". Es decir sinceramente: "Lo
siento, no volveré a hacer eso", y entonces apartarse de lo
malo que haya estado haciendo y no volver a hacerlo.

Nota: Si alguien quiere que tú hagas algo malo, algo que


es contra la voluntad de Dios, Dios no quiere que tú
obedezcas a esa persona. Dile “NO” a esa persona que te
quiere guiar a hacer lo malo.

Satanás nos hace creer que Dios no nos ama realmente.


Él quiere hacernos creer que Dios nos odia por causa de
nuestros pecados. La verdad es que Dios nos ama con todo
Su corazón.

Supongamos que yo soy director de una escuela y que


establezco una norma que prohibe que haya peleas allí.
Hago escribir esta norma en la cartelera donde todos en la
escuela la puedan leer. También digo que habrá un castigo
para aquellos que comiencen una pelea.

En la escuela hay un niño de nombre Jaime a quien yo


quiero mucho, pero Jaime se mete en muchos problemas.
He tenido que disciplinarlo varias veces. A la hora del
recreo Jaime comienza una pelea. Todos lo ven y yo
también lo veo cuando comienza la pelea.
Cuando el recreo termina, todos los niños vienen al
auditorio. Todos los estudiantes están mirándome para ver
lo que haré. Yo tengo también un hijo allí que se llama
Juan y es mi único hijo, a quien yo amo mucho. Le pido a
Juan que salga al pasillo para hablar conmigo.

Le digo: "Hijo, Jaime ha desobedecido la norma de no


pelear. Él tiene que ser castigado. Debo mantener mi
palabra. Jaime piensa que yo lo odio porque él desobedeció
mi norma, pero tú sabes que yo lo amo. Te quiero pedir
algo: '¿Estarías dispuesto a tomar el lugar de Jaime para
recibir el castigo que él merece?'"
Mi hijo dice: "Sí, papá, haré por ti cualquier cosa que tú
desees. Yo también amo a Jaime".
Luego traigo a mi hijo ante toda la escuela y digo: "Jaime
ha desobedecido mi norma que prohíbe las peleas. Ustedes
saben que dije que habría un castigo para el que
desobedeciera esta norma".
"Yo debo mantener mi palabra. Pero mi hijo Juan dice que
él tomará el castigo de Jaime. Él dice que lo hará de buen
ánimo por mí y por Jaime".
Entonces castigo a mi hijo. Lo castigo de tal forma que
es como si él mismo hubiera sido el que desobedeció mi
norma. Cuando el castigo ha terminado, digo: "Jaime,
quiero que sepas que te amo y que no tengo nada contra ti
—absolutamente nada. Quiero que vengas al frente ahora y
me des tu mano".
Jaime pasa al frente con lágrimas en sus ojos. Él toma
mi mano y dice: "¡No sabía que me amabas tanto!"
¿Cómo nos demuestra Dios que nos ama? Él
demuestra lo mucho que nos ama por lo que Él hizo por
nosotros. Él dio a Su Hijo para que Él fuera castigado por
nuestros pecados. La Biblia dice:

"Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que


siendo aún pecadores, Cristo murió por
nosotros" (Romanos 5:8).

Querido(a) amigo(a), ¿te ha mostrado Dios los pecados


que hay en tu vida? ¿Te has dado cuenta que Dios te ama y
que tu pecado lastima el corazón de Dios? ¿Comprendes
que la razón por la que pecas es que tú escoges hacer lo
que tú quieres en vez de lo que le agrada a Dios? Si has
comprendido que tú vas por tu propio camino y que tus
pecados lastiman el corazón de Dios, tengo buenas noticias
para ti:

¡Dios quiere perdonarte!

Dios dice: "te perdonaré si tú vuelves tu corazón a Mí". Tú


puedes volver a Dios ahora mismo. Busca un lugar donde
puedas hablar a solas con Dios. Dile que tú quieres dejar de
pecar. Dile que quieres dejar el mal camino y seguir el
camino de Dios. Agradécele por dar Su Hijo, el Señor Jesús,
para que Él fuera castigado por tus pecados. Dile que tú
estás confiando en Jesús como tu Salvador. Agradécele por
perdonar tus pecados.

Tu dirás: ¿Cómo puedo estar seguro que todos mis


pecados fueron perdonados? Puedo estar seguro porque
Dios lo dice en Su Palabra. Él dice: "Os escribo a vosotros,
hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados
por Su nombre [Jesús]" (1 Juan 2:12). Dios nos perdona
porque Jesús tomó el castigo por nuestros pecados.
No sólo tus pecados son perdonados, sino que Dios te
da una vida nueva. El Señor Jesús viene a vivir en tu
corazón, para que con Su ayuda puedas dejar de pecar. El
nombre Jesús significa "Salvador". Jesús es el Salvador
que nos salva de nuestros pecados.
Lección 8: ¡Yo puedo ser un Hijo de Dios!

Querido(a) amigo(a):

En esta lección vamos a decirte cómo puedes ser


salvo y llegar a ser hijo de Dios. Descubriremos
cinco pasos que llevan al Cielo. Pero primero vamos
a responder unas preguntas importantes:

¿Qué significa ser salvo? Significa que Dios te perdona


todos tus pecados y te hace Su hijo(a). Dios te ama y
quiere perdonarte. ¡Él quiere que te conviertas en Su
hijo(a)!

¿Podemos ser salvos por portarnos bien? No, no


podemos. Todos tenemos pecado en nuestro corazón.
Todos decimos cosas malas. Todos hacemos cosas malas.
Todos hemos pecado. Ser bueno y hacer cosas buenas
nunca quitarán nuestros pecados.

¿Cómo podemos ser salvos? Somos salvos al recibir al


Señor Jesús como nuestro Salvador.
¿Puedo saber si soy salvo(a)? ¡Sí, tú puedes! Si tú has
confiado en Jesús como tu Salvador, Dios quiere que sepas
que tú eres salvo(a).

¿Pueden los niños ser salvos? ¡Sí, ellos pueden! Los


niños pueden creer en Jesús y recibirlo como su Salvador,
al igual que cualquier otra persona.

¡Jesús ama a los niños! Él desea que los niños vengan a


Él. Jesús dijo: "Dejad a los niños venir a Mí, y no se lo
impidáis" (Marcos 10:14). No tienes que esperar hasta que
seas más grande para ser salvo. Si tienes suficiente edad
para entender que has hecho cosas malas, entonces tienes
suficiente edad para ser salvo.

Los Pasos hacia la Salvación

Ahora vamos a aprender cómo ser salvo. Mira estos


pasos. Empieza desde el escalón inferior y lee cada paso.
Leamos cada paso con un versículo de la Biblia que lo
acompaña.

“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la


gloria de Dios” Romanos 3:23
En este versículo, Dios dice que cada uno de nosotros ha
pecado. Sabemos que esto es verdad porque Dios lo dice.
Todos hemos dicho cosas malas.

Todos hemos hecho cosas malas. Si quieres ser salvo,


debes reconocer que eres pecador y estar sinceramente
arrepentido de tus pecados.

Sabes que has pecado, ¿verdad? ¿Te arrepientes de todo


corazón por tus pecados? ¿Te arrepientes tanto que ya no
quieres seguir pecando?

"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha


dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que
en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" Juan
3:16

Este versículo nos dice que Dios ama "al mundo".¿A quién
se refiere cuando dice "al mundo"?Significa toda la gente
del mundo. ¿Eso te incluye a ti? ¡Claro que sí! Tú estás en
el mundo.
Tú sabes que Dios te ama, ¿verdad? Dilo ahora
mismo: "¡Dios me ama!" Dilo otra vez: ¡Dios ME AMA!

"Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en


que siendo aún pecadores, Cristo murió por
nosotros" Romanos 5:8

Este versículo nos dice que Cristo murió por nosotros. Él


murió por mí y Él murió por ti.

Tú sabes que esto es cierto, ¿verdad? Dilo ahora


mismo: "Cristo murió por mí".

"Mas a todos los que le recibieron, a los que creen


en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos
de Dios" Juan 1:12
Este versículo nos dice cómo puedes llegar a ser hijo(a)
de Dios. Es al recibir a Jesús como tu Salvador. Dios te ha
dado al Señor Jesús como tu Salvador, pero tú lo debes
recibir como tu propio Salvador. Cuando lo haces llegas a
ser hijo(a) de Dios.

"¿Cómo recibo al Señor Jesús como mi Salvador?"

Recibes a Jesús como tu Salvador al creer que El murió por


tus pecados y lo invitas a entrar en tu corazón. Tu corazón
es como una puerta. El Señor Jesús dijo:

"He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz


y abre la puerta, entraré a él…"Apocalipsis 3:20
Jesús quiere ser tu Salvador. ¿Te gustaría abrir tu corazón
al Señor Jesús y recibirlo como tu Salvador? Puedes hacerlo
ahora mismo.

Puesto que esto es sólo entre tú y el Señor Jesús, sería


mejor que fueras a un lugar tranquilo donde puedas estar a
solas por unos minutos. Así que, ahora mismo antes de leer
la siguiente parte, busca ese lugar donde puedas estar a
solas con el Señor Jesús.

Ahora que estás a solas, estás listo(a) para hablar con el


Señor Jesús. Recuerda que Él te ama y quiere salvarte.
Aquí hay una oración para ayudarte. Dile confiadamente al
Señor:

"Señor Jesús, sé que he pecado, y me arrepiento


sinceramente de mis pecados. Yo creo que Tú eres el
Hijo de Dios y que Tú moriste en la cruz por mis
pecados. Por favor entra en mi corazón. Te recibo
como mi Salvador ahora mismo".
¿Qué dice el Señor Jesús que Él hará cuando le pedimos
que entre en nuestro corazón? Él dice: “Entraré”. ¿Cumple
Él Su Palabra? ¡Claro que sí! Si le pediste con sinceridad
que entrara en tu corazón, ¡Él entró! Ahora Él es tu
Salvador. ¡Él te pertenece, y tú perteneces a Él para
siempre!

“El que tiene al Hijo, tiene la vida [eterna]…” 1 Juan


5:12
Este versículo dice que si tienes al Hijo de Dios, al Señor
Jesús, en tu corazón, tienes vida eterna. Esto significa que
vivirás con el Señor Jesús en el cielo por la eternidad. Esta
es la Palabra de Dios, así que sabemos que es verdad.

Ser un hijo de Dios es lo más maravilloso del mundo, pero


la vida no siempre será fácil mientras estemos aquí en la
tierra. El Señor Jesús nos dice en Su Palabra que
tendremos muchos problemas y tristezas en este mundo.
Pero no tenemos porque tener temor si Jesús está en
nuestro corazón. Él nunca nos dejará. Él dijo: “No te
desampararé, ni te dejaré” (Hebreos 13:5).
¿Cómo puedo SABER que soy salvo(a)?

Hay tres formas de saber que yo le pertenezco a Jesús:

Lo puedo SABER en la Palabra de Dios. La Biblia dice:

"Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el


nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida
eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios" (1
Juan 5:13).

Lo puedo SABER por el Espíritu Santo. En el instante que


yo recibí a Jesús como mi Salvador, el Espíritu Santo vino a
vivir en mí. El Espíritu Santo me dice dentro de mi corazón
que Dios me ama y que ahora yo soy Su hijo(a). La Biblia
dice:

"El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que


somos hijos de Dios" (Romanos 8:16).

Lo puedo SABER porque yo he cambiado. Ahora que Jesús


ha venido a vivir en mi corazón, soy una nueva persona
dentro de mí. Amo a Jesús y quiero obedecerle. La Biblia
dice:

"De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es,


las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas
nuevas" (2 Corintios 5:17).
Si has recibido al Señor Jesús como tu Salvador,nos
gustaría saberlo. Al final de la página de preguntas,
encontrarás un lugar donde nos puedes escribir acerca de
tu decisión.

Lección 9: ¡Jesús Viene Otra Vez!


Querido(a) amigo(a):

El Señor Jesús está en el cielo ahora, sentado a la


diestra de Dios. Él tiene todo poder en el cielo y en la
tierra. Un día Él va a regresar a llevarnos a estar con
Él en el cielo para siempre.

Jesús dijo:“En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si


así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar
lugar para vosotros".
“Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os
tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros
también estéis” (Juan 14:2-3).
¿Cómo sabemos que el Señor Jesús vendrá otra
vez? Lo sabemos porque Él lo dijo: “Vendré otra
vez”. Para los que hemos recibido a Jesús como nuestro
Salvador, Su venida será un tiempo de gran gozo. ¿Por
qué? ¡Porque Él viene para llevarnos a vivir para siempre
con Él!

Los primeros creyentes estaban emocionados por el


hecho de que el Señor Jesús vendría algún día para
llevarlos a estar con Él. Muchos pensaban que Jesús
regresaría mientras ellos aún vivían en la tierra y se
entristecían cuando morían sus seres queridos. Pensaban
que los que habían muerto de alguna manera se perderían
las hermosas bendiciones del regreso de Jesús. Veamos lo
que sucede cuando muere una persona que ha recibido a
Cristo:

El cuerpo es la “casa” donde vive el alma. Podemos


entender esto porque nosotros vivimos en una casa. La
casa no somos nosotros; es sólo el lugar donde vivimos.
Del mismo modo, mi cuerpo no soy yo; sólo es la “casa” en
la que vivo.
Cuando una persona que ha recibido a Cristo muere, la
verdadera persona, su alma, simplemente deja su “casa”, o
sea el cuerpo donde ha vivido. El cuerpo es sepultado, pero
el alma va inmediatamente a estar con Cristo.

El apóstol Pablo dijo: "Porque para mí el vivir es Cristo, y el


morir es ganancia" (Filipenses 1:21). ¿Por qué dijo Pablo
que es “ganancia” morir? Él sabía que en el momento que
él muriera, iría a estar con Cristo.

Cuando muere un ser querido que es cristiano, estamos


tristes porque lo amamos y lo extrañamos. Pero debemos
recordar que está con Cristo, y que eso es mucho mejor
que estar aquí. Y un día estaremos juntos y nunca más
tendremos que decir adiós.

Cuando Jesús venga otra vez, todos los que le han


recibido—tanto los que han muerto como los que viven—
serán arrebatados [llevados] para encontrarse con el Señor
en el aire. La Biblia dice:

“Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de


arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y
los muertos en Cristo [los cristianos que han muerto]
resucitarán primero. Luego nosotros, los que vivimos, los
que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente
con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así
estaremos siempre con el Señor” (1 Tesalonicenses 4:16-
17).

Sucederán tres grandes cosas cuando Jesús venga por


todos los que le han recibido:

Dios nos está confiando un extraño y maravilloso


secreto.

La Biblia dice:

"He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos


[moriremos]; pero todos seremos transformados, en un
momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta;
porque se tocará la trompeta, y los muertos serán
resucitados incorruptibles, y nosotros seremos
transformados" (1 Corintios 15:51-52).

Los creyentes que hayan muerto serán levantados de la


muerte instantáneamente.

Lo primero que va a suceder cuando Jesús venga es que


habrá un poderoso sonido de trompeta del cielo, y los
cuerpos de los creyentes que hayan muerto serán
levantados de la muerte. ¡Tendrán cuerpos nuevos
resucitados y gloriosos!

Los creyentes que estén vivos cuando Jesús venga serán


transformados instantáneamente.

El segundo gran evento que sucederá es que los


creyentes en Cristo que estén vivos todavía cuando Él
regrese serán transformados instantáneamente. Nuestros
cuerpos serán como el cuerpo glorioso de Cristo resucitado.

Todos los que hayan recibido a Cristo serán arrebatados


(llevados) para encontrarse con el Señor Jesús en el aire.
El tercer evento maravilloso es que todos los creyentes
serán arrebatados (llevados) para encontrarse con el Señor
Jesús en el aire. Todo esto sucederá en un solo momento.
Instantáneamente seremos llevados al cielo con el Señor
Jesús. No necesitaremos de trajes o naves espaciales. El
mismo Señor Jesús nos llevará al cielo en un solo
instante, “y así estaremos siempre con el Señor”.

Cuando Jesús venga ¿qué les sucederá a los que nunca


lo han recibido como su Salvador? Se quedarán aquí en la
tierra para enfrentar un tiempo de muchos problemas como
nunca se haya visto antes. Habrá terremotos devastadores,
guerras terribles, enfermedades horribles y millones de
personas morirán de hambre. Jesús dijo:

“Porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha


habido desde el principio del mundo hasta ahora” (Mateo
24:21).
Estoy seguro que ahora tú comprendes por qué es tan
importante que les hables a tus familiares y amigos acerca
del Señor Jesús. Queremos que ellos se vayan con nosotros
para estar con el Señor Jesús, y que no se queden aquí en
la tierra para enfrentar esos tiempos terribles.

Cuando los creyentes se vayan con el Señor Jesús al


cielo, habrá un juicio que se llamará “El Tribunal de
Cristo”. Ese juicio no es para saber si somos salvos o no.
Cada creyente es salvo para siempre. Pero los creyentes
serán juzgados para recibir recompensas.

Es muy importante que nosotros comprendamos la


diferencia entre la salvación y las recompensas. La
salvación es un REGALO que recibimos en el momento que
aceptamos al Señor Jesús como nuestro Salvador. La vida
eterna es el regalo más maravilloso que podamos recibir. La
Biblia dice:
“Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de
Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor
nuestro” (Romanos 6:23).
Dios nos da el regalo de vida eterna cuando confiamos en
el Señor Jesucristo como nuestro Salvador. Tú recibes vida
eterna al momento de recibir a Jesús en tu corazón. ¡Y tú
sabes que tienes vida eterna porque Dios así lo afirma! La
Biblia dice:

“Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna;


y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la
vida [eterna]…” (1 Juan 5:11-12).

Las recompensas se ganan al servir fielmente al


Señor Jesús. Recibiremos las recompensas cuando
lleguemos al cielo. Dios les da recompensas a sus hijos por
las cosas buenas que ellos hacen.

Si les hablamos a otros de Jesús y les mostramos cómo


pueden ser salvos, Dios nos recompensará por eso.
La Biblia habla de unas recompensas muy especiales para
los que sirven al Señor Jesús fielmente. Se
llaman “coronas”. Esas coronas hermosas serán entregadas
a los creyentes como recompensas.

Recuerda, la salvación es un regalo que recibimos ahora


mismo. Las recompensas se ganan y las recibiremos
cuando lleguemos al cielo.

Vivimos en una época muy emocionante. El evento más


hermoso está a punto de suceder—el Señor Jesús viene por
los creyentes para llevarnos al cielo para estar con Él para
siempre. Jesús dijo:

“He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para


recompensar a cada uno según sea su obra” (Apocalipsis
22:12).

Las personas que no han recibido a Jesús quizá se rían de


nosotros y se burlen, pero la Palabra de Dios es clara—
Cristo viene por los creyentes. Hay cinco verbos en tiempo
futuro muy poderosos en los versos siguientes versículos.
Subráyalos.

“…el Señor mismo… descenderá del cielo” 1 Tesalonicenses


4:16
“…los muertos en Cristo resucitarán…” 1 Tesalonicenses
4:16
“…nosotros seremos transformados” 1 Corintios 15:52
“…seremos arrebatados [llevados]…para recibir al Señor en
el aire…” 1 Tesalonicenses 4:17
“…así estaremos siempre con el Señor” 1 Tesalonicenses
4:17
¿Sabe alguien cuándo regresará Cristo? No, nadie
sabe cuándo regresará. El Señor Jesús dijo:

“Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la


hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá” (Lucas
12:40).

¡El Señor Jesús regresará pronto! Hay cuatro palabras


que nos dicen como estar preparados para Su regreso. Las
palabras son: amar, obedecer, servir y esperar.
Ama al Señor Jesús.

El Señor nos ama con todo Su corazón y Él desea que le


amemos. No hay nada más importante para nosotros que
amar al Señor Jesús con todo nuestro corazón.

Obedece al Señor Jesús.

¡Los creyentes son obedientes! Si verdaderamente le


amamos, con gusto le obedeceremos. Jesús dijo:

“El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el


que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y
yo le amaré, y me manifestaré a él” (Juan 14:21).
Cuando tú te preguntas si debes o no hacer determinada
cosa, hazte la pregunta: “¿le gustaría a Jesús verme
haciendo esto?" Si tú piensas que a Él no le gustaría verte
haciendo eso, ¡no lo hagas!

Sirve al Señor Jesús.


¡Ahora es tiempo de vivir para Jesús! ¡Ahora es tiempo
de servirle!

¿Conoces a personas que no han recibido al Señor Jesús


como su Salvador? ¿Te gustaría ganarlas para Él? Entonces
empieza a orar por ellas. Háblales del Salvador. Cuéntales
acerca de estas lecciones.

Espera la venida del Señor.

Cuando el Señor Jesús venga otra vez, Él quiere


encontrar a los creyentes “anhelando y esperando” Su
venida. El Señor Jesús viene, ¡y viene pronto! No queremos
hacer nada que nos daría vergüenza estar haciendo cuando
Él venga.

“He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para


recompensar a cada uno según su obra”(Apocalipsis
22:12).
Lección 10: 4 Cosas que Dios quiere que
Yo Sepa

Querido(a) amigo(a):

En el momento en que recibí al Señor Jesús como mi


Salvador, me convertí en un hijo de Dios. Todos mis
pecados fueron perdonados. Recibí el regalo de la
vida eterna.

Esto es maravilloso, pero debo recordar que tengo un


enemigo terrible—Satanás (el diablo). El paso que he
tomado lo ha hecho enojar mucho. Lo he dejado para
unirme a los que pertenecen al Señor Jesús. Y cualquier
creyente que intente vivir para Cristo pronto será atacado
por Satanás.
Satanás nunca podrá sacarme de la familia de Dios, pero
hará todo lo posible para desanimarme. Intentará hacer
que dude de mi salvación. Me dirá que no puedo vencer las
tentaciones. Hasta intentará hacerme dudar del amor de
Dios.

Pero Dios ha iniciado una obra en mí, y puedo estar seguro


que Él continuará mejorando esa obra. La Biblia dice:

“El que comenzó en vosotros la buena obra, la


perfeccionará hasta el día de Jesucristo”(Filipenses 1:6).
En esta lección vamos a aprender acerca de cuatro
cosas que Dios quiere que sepamos. Estudiaremos
versículos para cada una de estas cosas. Por favor
memoriza todos estos versículos para que los puedas usar
cuando Satanás intente desanimarte.
Una de las primeras cosas que Satanás intentará hacer
después de que yo sea salvo es intentar hacerme dudar de
mi salvación. Quizás ponga dudas en mi mente como estas:

“¿En verdad crees que eres salvo sólo porque


recibiste a Jesús? Eso es demasiado fácil. Además,
sigues siendo la misma persona de siempre. Nadie
puede saber con seguridad que es salvo, ¿cómo
puedes tú estar seguro?”
Cuando Satanás ponga estos pensamientos en mi
mente, ¿cómo debo responder? No puedo decirle: “Sé que
soy salvo porque me siento bien y eso me da
seguridad”. Quizás mañana no te sientas tan bien. La
manera en que estoy seguro que soy salvo es por lo que
dice la Palabra de Dios—no por mis sentimientos. Mis
sentimientos pueden cambiar, pero la Palabra de Dios
nunca cambia.

¿Qué dice Dios en Su Palabra? Dice: “El que tiene al


Hijo, tiene la vida”. Si yo he recibido a Jesús tengo vida
eterna.
Dios desea que sepamos que tenemos vida eterna. Lo sé
porque Dios lo afirma en Su Palabra. Dios desea que sepa
que tengo vida eterna. La Palabra de Dios dice:

“Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el


nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida
eterna” (1 Juan 5:13).
El Señor Jesús no sólo nos salva, sino que también nos
guarda para siempre. Nos llama Sus “ovejas” y dice que
nunca pereceremos.

Jesús dice que nosotros estamos en las manos de Su Padre.


Nadie nos puede sacar de las poderosas manos de Dios.
Jesús dijo:

“Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las
puede arrebatar de la mano de mi Padre” (Juan 10:29).

Esta es otra manera en que el diablo puede atacarme.


Puede poner pensamientos en mi mente como estos:

“Está bien, tú eres un hijo de Dios, pero tienes


ciertos pecados en tu vida que nunca podrás vencer.
Has fallado en el pasado y seguirás fallando
siempre”.
De nuevo, nuestra arma para vencer a Satanás es la
Palabra de Dios. Veamos nuestro versículo atentamente
para comprender lo que dice. Es un versículo largo, así que
vamos a considerarlo en cuatro partes:

“No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea


humana…”
Esto significa que otros creyentes personas son tentados
con las mismas cosas que me tientan a mí.

“Pero fiel es Dios…”


Esto significa que Dios siempre hace lo que dice que
hará. Dios siempre cumple Su Palabra. Yo puedo estar
seguro que Dios es fiel.

“Que no os dejará ser tentados más de lo que podéis


resistir...”
Esto significa que Dios promete que no me dejará ser
tentado más allá de lo que yo pueda soportar.

“Sino que dará también juntamente con la tentación la


salida, para que podáis soportar...”
Esto significa que Dios siempre me dará una salida para
escapar de la tentación para que así no tenga que pecar.

Mientras viva en la tierra seré tentado, pero la tentación no


es pecado. Jesús fue tentado por Satanás, pero Él no pecó.
Yo sólo peco cuando cedo a la tentación.

Por favor memoriza este versículo importante.Es un


versículo largo y quizás te tome algo de tiempo el
memorizarlo, pero esfuérzate hasta que lo sepas de
memoria. Luego úsalo cuando seas tentado a hacer cosas
malas.

Es verdad que no tengo que pecar. Pero también es


verdad que algunas veces sí pecaré.

¿Qué sucede cuando pecamos? Inmediatamente


Satanás nos condena con pensamientos como estos:

“¡Ahora lo has hecho! Se supone que eres un


cristiano, pero mira lo que has hecho. Se supone que
los cristianos no hacen cosas como esas. Ahora Dios
va a estar enojado contigo y Él no te perdonará”.
Sé que mis pecados lastiman el corazón de Dios, pero, ¿qué
dice Dios en Su Palabra? Él dice:
“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para
perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda
maldad” (1 Juan 1:9).

¿Qué debo hacer cuando peco? Debo acercarme a Dios


en oración inmediatamente y decirle que lamento lo que
hice. Cuando confieso mis pecados a Dios, Él me perdona y
me vuelve a limpiar porque Jesús murió por mis pecados.

Si yo vuelvo a pecar otras veces, Dios promete perdonarme


cuando yo confiese mis pecados a Él. El amor de Dios por
mí nunca cambia. Tal vez me pregunte: ¿Cómo puede Dios
amarme siendo yo tan débil y pecando tantas veces?
La razón por la que Dios me ama tanto es que yo
pertenezco a Cristo. Cuando Dios me mira, Él me ve “en
Cristo”. Él me ama tanto como Él ama a Su propio Hijo.
Esto es difícil de creer, pero es verdad. Jesús dijo:

“pues el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis


amado, y habéis creído que yo salí de Dios” (Juan 16:27).
Cristo vive en mí, y si yo realmente lo amo, no voy a
querer continuar pecando. En lugar de perder la calma
cuando haya cosas que me molestan, debería pedirle a
Jesús que arregle las cosas por mí. ¡A Él le gusta
hacerlo!

El Señor Jesús dijo que tendremos muchas dificultades y


muchos problemas en este mundo. Cuando tengo
problemas, ¿qué intenta hacer Satanás? Intenta
desanimarme. Quizá ponga pensamientos en mi mente
como estos:

“Dios realmente no se interesa por ti. Si se


interesara, no permitiría que esto te sucediera”. O
quizás diga algo como esto: “Dios está muy lejos y está
muy ocupado en otros asuntos mucho más
importantes. Está demasiado ocupado para
atenderte a ti y tus problemas”.

Pero ¿qué dice la Biblia? La Biblia dice que Dios es


nuestro Padre celestial y que Él escucha y contesta las
oraciones de Sus hijos. ¿Qué debo hacer con mis
problemas? El Señor dice que se los deje a Él:

“Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene


cuidado de vosotros” (1 Pedro 5:7).
En Su Palabra el Señor nos dice exactamente lo que
debemos hacer con nuestros problemas y preocupaciones
diarios. Él dijo:

“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras


peticiones delante de Dios con toda oración y ruego, con
acción de gracias”(Filipenses 4:6).
¿Qué me está diciendo Dios aquí? Me está diciendo que
no debo estar preocupado ni ansioso por nada, pero que en
todo debo acercarme a Él en oración. En “todo”, tanto en lo
grande como en lo pequeño, debo acercarme al Padre
celestial y decirle lo que pasa. Le digo lo que necesito y
pido Su ayuda. También le digo una y otra vez cuánto le
amo y le doy gracias por todo lo que ha hecho por mí.

Me acerco al Padre celestial y le digo mis problemas. Le


expreso todo lo que hay en mi corazón. Después de orar,
¿ha cambiado la situación? Quizás no, pero yo he
cambiado.

He hablado con mi Padre acerca de mis problemas, y he


cambiado. Antes de hablar con Él, yo estaba preocupado y
turbado, pero ahora que he hablado con mi Padre, sé que
Él hará lo que es mejor para mí. Ha habido un cambio
hermoso dentro de mí. Tengo “la paz de Dios” en mi
corazón (Filipenses 4:7).

Hemos visto como nuestro es enemigo Satanás obra para


desanimarnos y condenarnos. Él un enemigo terrible, pero
no tengo que temerle. Cristo está viviendo en mí, y Él es
más grande y poderoso que Satanás, el cual está en el
mundo. La Biblia dice:

“…mayor es el que está en vosotros [Cristo], que el que


está en el mundo [Satanás]” (1 Juan 4:4).

No importa lo que suceda, sé que soy salvo; sé que


puedo vencer la tentación; sé que Dios me perdonará
cuando peque; y sé que Dios escucha y contesta mis
oraciones. También sé que Dios ha iniciado una buena obra
en mí y que continuará esa buena obra hasta el día que
vaya a estar con el Señor Jesús.

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