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Tema 1.
1. Introducción: La familia y las relaciones de parentesco.
- Morgan (1877) → basó su hipótesis en datos empíricos. Se interesó por las tribus
norteamericanas y su terminología del parentesco por la gran diferencia que existía
respecto a su cultura. Denominaban su sistema como “clasificador” en comparación al
sistema “descriptivo” suyo.
En su obra: “La sociedad primitiva”, expone su esquema de la evolución de la familia y
en su capítulo Sociedad Antigua explica que la experiencia de la humanidad ha
transcurrido por canales casi uniformes:
SALVAJISMO
Inferior: Comían fruta y nueces, comienza la palabra articulada. Organización del
parentesco por matrimonio de grupo.
Medio: Utilización fuego. No casamiento entre hermanos. Migran a otros
territorios por la caza.
Superior: Uso arco y flechas, caza. Se crea y desarrolla la alfarería.
BARBARIE
Inferior: En Europa, domesticación de animales. En América, cultivo del maíz.
Desarrollo de la alfarería. Transición entre matrimonio de grupo y monogamia.
Organización política por las relaciones personales y de parentesco.
Medio: Fundición del hierro, domesticación de animales, cultivo del maíz y
regadío. Edificios de adobe, ladrillo y piedra. Parentesco por matrimonio
monógamo y patriarcado. Organización sociopolítica en el territorio.
Superior: Utensilios de hierro. Fundición de minerales, también para la fabricación
de armas e instrumentos de metal.
CIVILIZACIÓN
Alfabeto fonético y escritura. Familia monógama y patrilineal. Aparece el Estado
como organización sociopolítica.
3. Familia sindiásmica: hombre y mujer pero sin cohabitación exclusiva (el hombre
podía ser infiel, el adulterio de la mujer era cruelmente castigado) propia de la
barbarie.
Engels (1884) “El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado”. Asoció la aparición de
la monogamia con el surgimiento del amor real en la pareja. También critico lo que ha
generado, sobre todo para la mujer, su esclavitud domestica ya que el poder económico le da
al hombre el poder dentro de la familia.
Parentesco → vínculo que une a los miembros de una familia. En la antigua Roma se distinguía
entre el parentesco agnaticio del cognaticio.
- Agnaticio: parentesco civil. La línea por varones del mismo padre, incluyendo esposas
e hijas no casadas.
Definiciones parentesco:
1. Relación entre personas que descienden unas de otras o ligadas por matrimonio.
2. Vínculo espiritual que contraen el ministro y los padrinos con el sujeto en el bautismo
o confirmación.
3. Relación entre cosas que tienen un mismo origen o son semejantes.
Gonzalez y San Román: “forma de organización de las relaciones sociales báscicas en todas las
culturas conocidas, históricas y actuales”. Pero la importancia no es siempre la misma, en
sociedades primitivas era la base de la estructura social y en las civilizadas se ha ido
sustituyendo por las instituciones.
- Hasta el S.XIX → familia como gran potencial económico de trabajo, matrimonio como
entidad económica, alejada del romanticismo. Familia como unidad de trabajo. Alta
tasa de natalidad y mortalidad, esperanza de vida baja, casamientos a edades
tempranas.
4 . La familia actual.
Definiciones:
- La incorporación de la mujer al trabajo, uno de los cambios más radicales con efectos
como equilibrio de poderes, la repartición de las tareas domésticas y la independencia
y libertad de la mujer también para divorciarse.
- Existe una visión pesimista acerca del declive y la desaparición de la familia (como por
ejemplo Platón o con la revolución industrial) y otra visión positiva (Valdés en 2007),
en el que los cambios son vistos como adaptación y desarrollo, cualidades de
flexibilidad y de adecuación social. Familia vista como institución dinámica, como
refugio y lugar privilegiado de afectividad. Ha perdido consistencia institucional, pero
ha ganado intensidad psicológica, emocional y democrática.
- La inseminación artificial.
- Cónyuges comparten más tiempo, los lazos emocionales complementan y solapan los
estrictamente económicos.
* Tasa bruta de natalidad: descenso, de 18,73 niños por cada mil habitantes en 1973 a
10,75 en 2009. Hijos por mujer de 2,8 a 1,37.
* Número de matrimonios: descendido en casi toda Europa, en España de 8 por cada mil
habitantes en 1975 a 4 en 2007.
Aunque en algunos casos el hogar son varios lugares en sentido físico y se haya adaptado y
evolucionado con la sociedad la familia, el hogar sigue siendo la unidad básica de
solidaridad cotidiana.
- Familias reconstituidas: con algún hijo de una relación anterior. Entre parejas casadas en
2005, era el 3,6 de los casos, mientras que entre parejas no casadas el porcentaje era 10
veces superior.
2.- Por afinidad: vínculo que se establece entre un cónyuge y los parientes consanguíneos
del otro cónyuge. No adquieren parentesco legal.
TEMA 2.
El ciclo vital desde el nacimiento hasta la adolescencia.
INTRODUCCIÓN.
Ciclo Vital → desarrollo de la familia en su conjunto, diferentes momentos de la vida por los
que atraviesan todos sus miembros. Estudio prácticamente nuevo, evolucionando lentamente
a medida que la longevidad ha aumentado y la sociedad se ha dado cuenta de la importancia
de cada periodo.
Características importantes del desarrollo → aceptación de que los niños, como los adultos,
son organismos que evolucionan toda la vida (no se detiene la evolución con el comienzo de la
vida adulta). Es la ciencia que estudia las pautas de crecimiento, cambio y estabilidad en la
conducta. Es producto de múltiples variables: lo biológico y lo cultural, el entretejido de
pensamientos y sentimientos; los procesos internos y expresiones externas.
Psicólogos se refieren al crecimiento según un plan genético como maduración, este proceso
consiste en cambios preprogramados que se producen en el organismo. Pueden influir los
nutrientes (falta de), el analfabetismo en el desarrollo. Las estructuras físicas y las habilidades
motoras maduran a ritmos diferentes, cada uno suele tener un punto óptimo.
Las influencias ambientales pueden detener o impulsar el crecimiento del organismo, producir
ansiedades duraderas o colaborar a desarrollar habilidades complejas. El medio influye en el
desarrollo a través de procesos de aprendizaje, maduración y socialización.
1.3. Maduración.
Cada organismo presenta una maduración ligada a su herencia y factores biológicos. No solo es
crecimiento físico, implica modificaciones fisiológicas dentro de organismos que implican
transformaciones psicológicas. (Cambios fisiológicos- hormonales- conductuales). La
maduración total nunca se alcanza ya que siempre podemos aprender y alcanzar mayor
perfección.
La maduración aporta los elementos a las disposiciones básicas de los organismos, siendo
luego el aprendizaje y los factores ambientales los que se desarrollen en plenitud. La
maduración no es algo perfectamente programado y cerrado, sino que está abierto a
condiciones exteriores.
1.5. Socialización.
Es el proceso mediante el cual las personas pertenecientes a una sociedad o cultura aprenden
a interiorizar un repertorio de normas, valores, creencias, costumbres, funciones y
expectativas de su grupo y las formas de percibir la realidad, que los dotan de las capacidades
necesarias para desempeñarse satisfactoriamente en la interacción social con otras personas.
Berger y Luckemann (1968) → “el individuo no nace miembro de una sociedad”, sino que, “es
inducido a participar en la sociedad” a través de la toma de conciencia de la estructura social.
La socialización es factible gracias a los agentes sociales, que son las instituciones y personas
representativas con capacidad para transmitir e imponer los elementos culturales apropiados.
Los agentes sociales más representativos son la familia y la escuela.
El punto de vista existencial del ciclo vital, se basa en 4 premisas (Stoller y Gigson, 1994).
Hetherington (2003 → desarrollo del ciclo vital algo más que los cambios históricos y de
desarrollo, propone que son 3 factores que interactúan.
Para los factores como raza, sexo y clase social, mediatizan los efectos de estas influencias.
Desde el principio, la realidad particular está definida por contextos culturales, históricos y
familiares.
Adquisición de conocimiento a través de su capacidad de ver, oir, gustar, oler, sentir presión y
dolor. Vienen al mundo con ciertos modos de reaccionar.
Pocas semanas, dobla su peso, empieza crecimiento, enfoca, balbucea contento y sonríen. A
los 4 meses duerme la mayor parte de la noche, haciéndose a la rutina diurna y nocturna.
Comienza descubrimiento personal: manos, pies.
Luego cierta forma de locomoción (gatea) y tirar objetos. A los 12 meses pesan 3 veces más
que al nacer y crecieron entre 23 y 25 centímetros, algunos empiezan a andar. Entregados en
explorar el ambiente. Descubrimientos sobre ellos y el mundo que les rodea.
2.4. El apego.
Teoría del apego John Bowlby (1969). Vínculo emocional positivo que se genera entre el niño y
una persona en especial. Apego correlación en la vida adulta, en la forma en que se establecen
relaciones interpersonales y las características de los procesos cognitivos y emocionales.
Conducta instintiva, activada y modulada en la interacción con otros a lo largo del tiempo. El
deseo de proximidad y contacto no es constante, depende de factores endógenos y exógenos
(miedo o situaciones peligrosas). La continuidad de los cuidados maternos es esencial para el
bienestar psicológico de los niños pequeños.
1957 libro: “La naturaleza de la relación afectiva entre el niño y su madre” Explicando cómo
respuestas instintivas (succión, llorar, sonreír) se organizan en la conducta de apego con
respecto a una figura maternal específica durante la segunda mitad del primer año.
La sensibilidad ante las necesidades y deseos de sus hijos es el sello distintivo de las madres
con bebes de apego seguro. La manera en que las madres generan apego inseguro consiste en
ignorar sus señales, comportándose de forma incongruente e ignorar o rechazar sus esfuerzos
sociales. Por lo general las madres responden a sus hijos a partir de sus propios estilos de
apego y aprendizaje.
La ausencia del padre en la teoría general de apego es porque Bowlby creía a la madre más
preparada a nivel biológico, y la cultura de la época consideraba a la madre la encargada del
hijo. Lewis y Lamb (2003) la relación afectiva con el padre es de gran importancia para el
bienestar emocional y social de sus hijos. Aunque los bebes forman apego tanto hacia el padre
como la madre, la naturaleza del apego no es idéntico. En circunstancias inusualmente
estresantes prefieren ser consolados por la madre. Esto depende de la interacción, ya que con
la madre pasa más tiempo y se alimenta y con el padre juega. Los apegos influyen toda la vida,
los más importantes son los 6 primeros meses, esto sienta las bases de las relaciones futuras
con amigos, familiares, compañeros, parejas. Un apego inseguro afecta a la libertad y a la
habilidad de explorar el mundo, lugares, objetos y personas nuevas.
El niño desde que nace has los 2 años, adquiere aptitudes cognoscitivas y expresa cualquier
emoción. Las capacidades más importantes en la vida, que son hablar y amar ya se pueden
apreciar en esta edad.
Ya está capacitado para andar, correr y comer solo, satisface muchas de sus necesidades
corporales y utiliza la comunicación. La buena relación que tuvo con la madre en su primer año
de vida, le da la sensación de que el medio es seguro y agradable, de lo contrario la
inseguridad y los temores le harán desconfiar del mundo y mantendrá una actitud hostil frente
a él.
Sobre los 3 años no hacen una distinción clara de una situación social, ni del punto de vista de
los demás, que su percepción pueda ser incorrecta. Los contactos amistosos son temporales y
más frecuentes, actitud cooperativa. El desarrollo del lenguaje facilita la comunicación en el
juego.
La capacidad de recordar del niño es resultado de la familiaridad que tiene con los objetos y los
acontecimientos (Saarnio 1993), sin embargo se distraen con facilidad y a veces confunden la
fantasía con la realidad.
En la Educación Infantil se potencia el desarrollo integral de los niños entre los tres y seis años,
con la finalidad de contribuir a su desarrollo físico, afectivo, a las manifestaciones de
comunicación y del lenguaje, a unas pautas elementales de convivencia y relación social, así
como al descubrimiento de las características físicas y sociales del medio, para lo cual, se
atiende de manera prioritaria la educación sensorial. Además, facilita que los niños/as
construyan una imagen positiva de sí mismos y mayor autonomía personal.
La Educación Infantil cumple cuatro funciones básicas:
2. Función asistencial: cuidado de los niños mientras los padres se encuentran en el trabajo.
3. Función social: se convierte en una comunidad educativa, un lugar de socialización del niño
pero también de relación social para los adultos, otorgando servicios que les permiten
encontrarse, comunicarse, favoreciendo el intercambio y la ayuda mutua.
Sus deseos de autonomía van, incluso, mucho más lejos que sus habilidades motoras y
lingüísticas. Su capacidad de autocontrol es muy escasa y los estallidos de rabia y de ira serán,
con frecuencia, la respuesta a su propia impotencia. El grado corresponderá con las
características de su temperamento y carácter y del trato educativo y afectivo recibido.
Los padres pueden sufrir conflictos de tipo neurótico, sintiéndose angustiados y deprimidos
por estos comportamientos de los niños. También es probable que los niños a esta edad se
conviertan en agresores o sean agredidos por otros niños mientras juegan con algún juguete.
Teniendo cuidado de reforzar los actos socialmente aceptables y rechazar los inaceptables.
Las manifestaciones agresivas se aprenden. Y el niño las aprende de los adultos. El recurso a la
furia, apunta Tripero (2002), es una reacción frecuente de las personas mayores en situación
de conflicto psicológico con otros. Cuando los padres prestan atención a los ataques de furor o
los castigan violentamente con dureza, refuerzan positivamente los arranques agresivos.
Uno de los aspectos más importantes es: ¿cómo educan los padres para que adapten
emociones, comportamientos, motivaciones y valores sus hijos? Tripero (2002), los padres
orientan a sus hijos por medio de los refuerzos positivos o el castigo. En ocasiones, dudan
entre la dureza o el mimo, sin embargo, ambas posturas son igualmente negativas y favorecen,
a la larga, actitudes conflictivas.
- Segunda etapa, autonomía, vergüenza o duda, primer año de preescolar. Descubren que son
responsables de sus propias acciones, surge la intencionalidad. La autonomía en el desarrollo
depende de su exploración e independencia; de ahí la necesidad de equilibrar el control de los
padres.
- Tercera etapa, iniciativa o culpa, resto de los años preescolares. La nueva noción de
competencia, sentido de iniciativa y la capacidad personal para actuar. Pero subsiste el deseo
de conservar la comodidad y la seguridad que procede de permitir que los demás (en especial
los padres) se ocupen del control y de la responsabilidad.
- La crianza permisiva: es una forma de control que no castiga, dirige, ni exige. Dejan que los
niños tomen sus propias decisiones y rijan sus actividades. No controlan desde su autoridad,
fuerza física, posición o recompensas. En ocasiones, apelan a la razón del niño.
Leaper (2002) y Lefrancois (2001), tres tipos de padres, pero detallando las consecuencias:
Padres autoritarios. Exigen obediencia, usan la disciplina y el castigo para controlar. Imponen
la voluntad sin dar razonamiento, no facilitan el diálogo en la familia y son poco afectuosos.
Las consecuencias:
- La falta de diálogo provoca que sean poco alegres, irritables y vulnerables a la tensión.
- Son más tímidos.
- Son poco tenaces para conseguir sus propias metas.
- Actúan sólo si reciben un premio o un castigo.
- Tienen una baja autoestima y se sienten culpables de los fracasos familiares.
Padres permisivos. Actitud relajada, aceptan sus conductas, deseos, reacciones e impulsos.
Rechazan el poder y el control, no suelen castigarlos. Es un miembro más a quien se le
consulta. No les exigen responsabilidades, ni ser ordenados, ni se establecen normas en la vida
cotidiana. Estos niños son más alegres y vitales pero tienden a:
- Tener problemas para controlar sus impulsos.
- Tener dificultades para asumir sus responsabilidades.
- Ser inmaduros y con baja autoestima.
Padres democráticos. Son afectuosos, sensibles hacia las peticiones de sus hijos y conscientes
de sus sentimientos, opiniones y capacidades. Le exigen independencia y madurez. Intentan
evitar castigos, pero al castigarlos explican las razones y no ceden ante sus llantos ni rabietas,
sólo cambian por argumentos del niño. Estos niños son:
- Son hijos con mayor desarrollo educativo.
- Tienen muy buen nivel de control y autoestima.
- Afrontan situaciones nuevas con confianza e iniciativa.
- Son persistentes en lo que hacen y terminan lo que comienzan.
- Sus relaciones con los demás son fáciles, fluidas, cariñosas e independientes.
Los niños desarrollan preferencias definidas por sus compañeros de juego. Algunos niños se
convierten en líderes, mientras que otros se contentan con ser seguidores. Todavía existe
mucha mezcla de sexos, y poca evidencia de prejuicios. A medida que interactúan con otros,
descubren que provienen de una variedad de situaciones familiares (hermanos o no, padres
divorciados, etc.).
En esta etapa los amigos según Gottman y Parker (1987), realizan seis funciones básicas.
Para describir el grado de aceptación por parte del grupo de iguales se emplea el término
estatus sociométrico. Wentzel y Asher (1995) distinguen cinco tipos de estatus entre iguales:
• A los niños populares suelen definirlos como mejores amigos y gustan a todos los niños.
• Los niños medios reciben opiniones tanto positivas como negativas de sus compañeros.
• Los niños ignorados no suelen definirlos como "mejores amigos", tampoco dejan de gustar.
• Los niños rechazados rara vez son "mejores amigos" y no gustan a muchos de sus
compañeros.
• Los niños controvertidos suelen ser considerados "mejores amigos" por algunos y no gustan
a otros.
Los niños populares poseen ciertas habilidades sociales: apoyan a los demás, escuchan con
atención, actúan con entusiasmo, se preocupan por los otros, y confían en sí mismos (Hartup,
1996). Los niños medios poseen habilidades de comunicación que les hace ser populares entre
algunos, pero son rechazados por otros. Los ignorados apenas interactúan con sus compañeros
y se les consideran tímidos. Los niños rechazados suelen presentar problemas de adaptación
más graves a lo largo de su vida que los ignorados (Parker y Asher, 1987). Además de menos
habilidades sociales a la hora de hacer amigos y de mantener una relación positiva, suelen ser
más impulsivos y les cuesta mantener la atención. Los niños controvertidos pueden crear una
pequeña red de amigos, pero les cuesta ser empáticos con el resto.
En esta etapa suele llegar algún hermano y las relaciones suelen ser agradables y afectuosas.
Incluyen: ayudarse, compartir, pelear y jugar (Zukow-Goldring 2002). El orden de nacimiento
tiene un interés especial, por las interacciones con los padres y los hermanos asociados con la
posición particular en la familia. En especial con el primogénito (Teti, 1993). Los padres ponen
mayores expectativas para sus primogénitos que para el resto. Suelen ser más maduros,
colaboradores, conformistas, ansiosos, y tienen un mayor autocontrol que sus hermanos. Las
demandas de los padres y las expectativas tienen como resultado un gran esfuerzo académico
y profesional en estos niños. Sin embargo, algunas presiones pueden ser la razón de que
sientan culpa, ansiedad y dificultad para sobrellevar el estrés, (Santrock, 2006). Cuando se
consideran factores como la edad, el sexo, las influencias de los iguales, la escuela, o los
factores socio-culturales, se observa que son más importantes para determinar el
comportamiento que el orden de nacimiento.
En esta etapa se juntan en pandillas como necesidad de independizarse de los padres y estar
con los compañeros, aunque la familia junto con la escuela siguen siendo el principal trasmisor
del conocimiento, valores, actitudes, roles y hábitos.
Entre 8 y 12 años es la etapa donde pueden ver su propia perspectiva, la del otro e incluso otra
neutra, adquieren una perspectiva más generalizada. Es un periodo donde el grupo tiene una
gran importancia, dado que las interacciones influyen en el modelado y fortalecimiento de las
normas y roles sociales. Las estrategias de interacción muestran a esas edades las diferencias
de género: las niñas adquieren mayor competencia en estrategias de colaboración y los niños
en estrategias de dominio (Leaper, 2002).
Al final de la niñez y al principio de la adolescencia, la autoridad de los padres queda sujeta a
mayores restricciones y aumenta el margen del control del hijo.
En esta etapa los padres empiezan a preocuparse por los amigos que sus hijos y la influencia
que puedan tener. Es una fase donde los padres intentan establecer algunas reglas firmes,
como la hora de llegada a casa o el tipo de actividades que realizan.
5.2. La autoestima.
Las nociones de autoestima se manifiestan en las evaluaciones de diversos aspectos del yo, si
es positiva, los lleva a aceptarse y a tener un sentimiento de valor propio, autoestima alta
(Rice, 1997).
Según Bednar, Wells y Peterson (1995), la autoestima puede mejorarse identificando cuatro
técnicas de intervención:
• Identificar las causas de una baja autoestima. Presentan altos niveles de autoestima cuando
obtienen buenos resultados en las áreas que les importan. Por ello, se les debería animar a
identificar y valorar esas áreas.
• Proporcionar apoyo emocional y aprobación social. Algunos niños con baja autoestima
provienen de familias conflictivas o han sido víctimas de abusos o de abandono, situaciones sin
ningún tipo de apoyo.
Tiene como finalidad lograr que adquieran los elementos básicos de la cultura (humanísticos,
artísticos, científicos y tecnológicos), desarrollar y consolidar hábitos de estudio y trabajo para
la incorporación a estudios posteriores. Y formar en el ejercicio de sus derechos y obligaciones
en la vida como ciudadanos.
Los niños con trastornos de aprendizaje suelen presentar discrepancias entre lo que son
capaces de hacer y lo que hacen, con diferencias en las diversas áreas de rendimiento. Algunas
explicaciones son factores genéticos, retraso en el desarrollo cognitivo por inmadurez
nerviosa, deficiencias en el desarrollo perceptivo, retraso evolutivo en la atención selectiva,
deficiencias en el procesamiento de la información, deficiencias verbales, (González y Morales,
2002), como a factores ambientales, especialmente con dificultades en las relaciones sociales,
los problemas afectivos y los niveles de ansiedad que ocasionan el rechazo y el fracaso escolar.
Diferencia entre los niños que son "diferentes" y los que "disgustan a los demás" (Coie y
Dodge, 1988). Los primeros son solitarios, reservados y se alejan por ansiedad social o por su
percepción de ineficacia (Clark y Ayer, 1993). Los segundos son agresivos, socialmente
inaceptables y activamente aislados por sus conductas ofensivas para los demás.
Los niños que se sienten más solos suelen ser los rechazados y los que disgustan a sus
compañeros (Cassidy y Asher, 1992).
Los padres que son sociables, agradables y tienen sentimientos positivos hacia los hijos tienen
niños que son sociables, agradables y tienen actitudes positivas hacia los demás (Rice, 1997).
Es importante conocer en esta etapa intermedia las funciones básicas que la familia debe
cumplir en su desarrollo. Caplan (1960) ha destacado:
La forma en que puede recurrir a sus padres en busca de apoyo y cuidado frente a
circunstancias adversas son importantes para el crecimiento y su seguridad. El aprendizaje y la
educción que recibieron los padres lo reflejarán en sus hijos. Por eso es importante tener en
cuenta las conductas de estos, Lopez (2006) las 13 conductas más significativas:
1. La estabilidad y armonía en las relaciones entre los padres. Los conflictos y desarmonías son
vividos por los hijos como amenaza a su seguridad y les llevan a aprender que los vínculos
afectivos no son estables ni confortables. Aprenden que no se puede esperar demasiado de las
relaciones humanas y sienten miedo de ser abandonados.
2. Los padres deben tener tiempo para interactuar con sus hijos. No solo orientada a satisfacer
las necesidades biológicas, sino también a desarrollar sus capacidades cognitivas, disfrutar de
la intimidad, el contacto y el juego. Pues es en la interacción lúdica e íntima donde adquiere la
confianza básica y las formas de comunicación íntimas esenciales en las relaciones
interpersonales y sociales.
3. Los padres deben ser accesibles a sus hijos (también percibidos como tales) y que es posible
acceder a ellos en caso de necesidad o aflicción.
4. Los padres deben percibir las peticiones de los hijos. Sus hijos, incluso los recién nacidos, no
sólo tienen necesidades biológicas, sino también afectivas y sociales.
5. Los padres deben interpretar correctamente las demandas. Para ello es necesario conocer a
los propios hijos, observarlos atentamente y tener en cuenta cómo se encuentran cuando se
les ofrece una u otra cosa. La atención, solicitud en la respuesta y la observación de los
resultados permitirán a los padres aprender lo que en realidad quieren y desean sus hijos
6. Los padres deben responder a las peticiones. No basta con percibir e interpretar bien las
demandas, es necesario responder a ellas porque los niños así lo necesitan.
7. Los padres deben responder contingentemente a las demandas de los hijos. Los niños,
especialmente los más pequeños, no tienen un concepto del tiempo que les permita aplazar la
respuesta. Necesitan recibir la respuesta pronto para poder establecer una relación entre la
petición y la respuesta de los padres, o que las razones de este aplazamiento se expliquen,
incluso aunque éstas no sean entendidas del todo por los hijos.
8. Los padres deben ser coherentes en sus conductas con el niño. Los padres incoherentes
provocan inseguridad en los hijos y dificultan gravemente las relaciones. Es importante que los
padres sean emocionalmente estables. Solo así se sentirán seguros y podrán hacerse una idea
adecuada de la relación.
9. Los padres deben recurrir a formas inductivas de disciplina. Cuando van creciendo, la deben
ir enriqueciéndose los razonamientos de los padres de por qué se acepta una petición y, sobre
todo, por qué es rechazada una demanda o es exigida una determinada conducta.
10. Los padres deben participar activamente en el sistema familiar. Los hijos, en la medida de
sus posibilidades, deben participar en todas las decisiones que les afectan. Para ello, es
fundamental que estas decisiones sean razonadas, bajo fórmulas de diálogo y consenso.
11. Los padres deben fomentar las interacciones lúdicas e íntimas con los hijos. Aquellas que
están orientadas a disfrutar de la propia relación y a la comunicación íntima. Son decisivas en
la formación del vínculo afectivo y en todas las relaciones interpersonales posteriores.
12. Los padres deben servir de modelos de identificación para los hijos. Los chicos observan a
sus padres y aprenden numerosas conductas afectivas y sociales. Ofrecer modelos atractivos a
les permiten ser más estables emocionalmente, alegres, y asertivos socialmente. Expresar las
emociones y las formas básicas de la interacción íntima, no sexista y altruista.
13. Los padres deben estar bien integrados en la comunidad, conocer los sistemas de apoyo y,
a ser posible, ser ellos mismos miembros activos en estos sistemas. Esto les hace menos
vulnerables a posibles dificultades familiares y les coloca en condiciones óptimas para buscar
recursos externos a la familia cuando los necesiten u ofrecérselos a los demás.
Se reconoce que existe una perspectiva del grupo, un punto de vista que se refleja en un
sistema social y de la cual depende la moral. Cuanto más avanza la cognición mayor es la
capacidad para comprender a los demás. Piaget lo considera como pensamiento operacional
formal, última etapa del desarrollo cognitivo. Para Hoffman (1984) los adolescentes pueden
pensar sin estar limitados por las barreras de su propia experiencia, pueden imaginar otras
formas de pensar el mundo y su sociedad. Ven la realidad como un mundo de posibilidades.
En la misma línea, Strang (1957) identificó cuatro dimensiones básicas del "yo":
Primero: Un autoconcepto general de "sus capacidades, estatus y roles en el mundo".
Segundo: Los autoconceptos temporales o cambiantes, influidos por las experiencias
actuales.
Tercero: Los adolescentes tienen un yo social, su yo en las relaciones con los demás y
el yo al que otros reaccionan. Una influencia importante sobre el autoconcepto es la
forma en que se sienten los adolescentes en los grupos sociales.
Cuarto: A los adolescentes les gustaría ser el yo ideal que han conceptualizado. Esas
imágenes proyectadas pueden ser realistas o no. Y esto puede conducirlos a la
frustración y al desencanto.
El principio organizador del yo gira en torno de las características personales. Sin embargo, el
adolescente organiza estas nociones del yo alrededor de la aceptación y las relaciones sociales.
Metas: Existe una correlación positiva entre el grado de autoestima y el nivel de aspiraciones
vocacionales (Chiu, 1990). Los adolescentes con autoestima baja o alta consideran importante
seguir adelante, pero la expectativa de éxito es menos probable entre los que tienen baja
autoestima por una menor confianza en poder conseguirlo.
La teoría (Burr y Cristesen, 1992), en ocasiones, quienes tienen una autoestima baja adoptan
patrones desviados de conducta para reducir los sentimientos de rechazo. Al hacer que su
conducta iguale su bajo autoconcepto, confirman el propio rechazo personal.
Se pueden describir tres etapas basadas en cambios de roles de padres y compañeros según
Lefrancois (2001): La etapa preadolescente, que se distingue por la gran dependencia social,
emocional y física de los niños con sus progenitores y se caracteriza por pocos conflictos.
TEMA 3
El ciclo vital desde la etapa adulta inicial hasta la muerte.
1. ETAPA ADULTA INICIAL.
La fuerza muscular está en su apogeo sobre los 25 años. Los sentidos, la agudeza visual y la
audición son más perfectas que a los 20. Durante este periodo suelen estar muy sanos.
Para García Breso (2000) ser adulto, implica un grado de estabilidad emocional, control de
impulsos, elevada tolerancia a la frustración, además significa romper con los vínculos de
dependencia infantiles de los padres y funcionar de forma autónoma.
Se enfrentan a lo que Lefrancois (2001) denomina “tareas del desarrollo” que son “los hitos
secuenciales que marcan la adquisición de una nueva competencia importante o la incidencia
de algún acontecimiento social con consecuencias psicológicas transcendentes” (elegir pareja,
ser padre, emprender una profesión…).
Para la transición a la vida adulta, Coleman (1974) exige satisfacer 2 objetivos: El primero
concierne a las capacidades y habilidades de la persona y se denomina “centrado en el yo”
(asimilación de destrezas para la independencia económica, carreras, asuntos personales, etc.)
El segundo tiene que ver con la forma en que la persona se relaciona, “centrado en el otro”.
En las últimas décadas se han dado cambios importantes en la naturaleza del trabajo. Hemos
pasado de sociedades básicamente agrícolas a otras más industriales. En estos momentos nos
encontramos en una tercera fase; la sociedad tecnológica.
Amor romántico o pasional: importancia del sexo y el encaprichamiento. Este tipo de amor
suele predominar en la primera parte de la relación amorosa. Para Berscheid (1985) se
necesita comprender el amor romántico antes de descubrir lo que es el amor realmente.
Amor de acompañamiento: surge cuando se quiere estar cerca y se siente un afecto profundo
y generoso. Shaver (1986) propuso el modelo evolutivo, primero amor romántico y se
mantiene gracias a la atracción sexual y la gratificación, la reducción de la soledad, el
desarrollo de otro tipo de apego y la excitación por descubrir al otro.
El desenamoramiento, que para la mayoría es una experiencia dolorosa con gran carga
emocional. Sin embargo, a largo plazo superarlo resulta beneficioso para la felicidad y el
desarrollo personal.
Winch (1985) Teoría de las necesidades complementarias (los polos opuestos se atraen).
Teoría del estímulo, valor y función por Murstein (1982), intento por lograr la persona más
idónea. Análisis en 3 etapas del cortejo, etapa de estímulo: juicio inicial sobre el aspecto,
personalidad e inteligencia. Si son favorables pasa a la segunda que es la comparación de
valores, si son compatibles sus intereses, actitudes, creencias y necesidades. Al final se decide
si se puede desempeñar funciones compatibles en la unión.
1. La relación simétrica: ambos esperan dar y recibir ordenes, iguales derechos y deberes,
ocasiona problemas de competencia por el poder.
2. La relación complementaria: uno domina al otro que se somete, aumenta las diferencias,
menos competencia, pero el sometido puede guardar enojo y resentimiento que afloraran en
algún momento.
3. La relación paralela: alterna las otras dos de acuerdo a contextos diferentes y cambiantes.
Mutuo apoyo y pueden competir sanamente, es la más deseable, cada uno tiene poder en
distintas áreas.
Constituida la familia se pasa por un proceso para conseguir su madurez, Estrada (2003):
Primero adaptación temprana, 3 años, adaptarse al nuevo sistema de vida, hay grandes
diferencias en lo cotidiano y los hábitos de cada uno. Es una etapa de aprendizaje, donde
puede haber una desilusión por expectativas irreales de las relaciones de pareja, que puede
llevar a resentimientos por sentirse traicionado en sus deseos más íntimos. Etapa importante
para dialogar y negociar los desacuerdos.
Los problemas según Santronck (2006) suelen ser: el trabajo, estrés, familia política, dinero,
sexo, tareas domésticas o un hijo recién nacido.
Organizar encuentros para dialogar sobre los problemas que generan estrés.
Realizar una lista para dividir las tareas domésticas.
Aprender a hablar acerca de las relaciones sexuales.
Superar la paralización (ej uno hogareño y al otro le gusta salir) superar la
paralización, dialogando y siendo pacientes.
Crear significados compartidos, hablar honestamente y respetuosamente más
probabilidades de crear significados compartidos.
Vivir en una unión infeliz aumenta en una tercera parte el riesgo de padecer enfermedades,
puede acortar la vida 4 años (Gove, Style y Hughes, 1990). Las uniones felices tienen más
esperanza de vida, mejor salud, tienen menores niveles de estrés físico y emocional (lo que
limita el desgaste del cuerpo, que genera dolencias como la hipertensión o enfermedades
cardiacas), así como problemas psicológicos, como ansiedad o depresión. Proporciona apoyo
social y protección ante el aislamiento social.
La familia se constituye como una estructura social básica y un sistema donde sus miembros
comparten un proyecto vital común y tienen la capacidad de integrar múltiples funciones
dentro de un contexto de desarrollo y de realización personal ligado a la adultez. Funciones
básicas en la familia, Rodrigo y Palacios (2010):
Las tensiones que acompañan al nacimiento producen el nivel más bajo de satisfacción
conyugal, más en las mujeres que experimentan un incremento mayor en sus
responsabilidades, para superar con éxito el estrés, según Shapiro, Gottman y Carrere (2000):
Las parejas que albergan expectativas realistas sobre la crianza y otras responsabilidades
domésticas se sienten más satisfechas. A menudo el anhelo de una mayor participación en el
mundo adulto puede hacer que la mujer sienta insatisfacción con las actividades de la pareja.
Han atravesado muchos conflictos y han elaborado modos de interacción bastante rígidos y
repetitivos para resolver problemas o evitar resolverlos. Principales anomalías en la
comunicación (Polaino y Martínez, 1999):
1. Las parejas que estaban casi separadas: decisión mutua, separación emocional,
lazos débiles.
2. Parejas distanciadas emocionalmente y poco comunicativas: acuerdan el divorcio,
pero es uno el que aborda el problema y al otro no le queda más remedio. Muerte
lenta de la relación, ambos se sienten heridos y vulnerables.
3. Parejas que luchan por el poder: comienzan el divorcio legal pero no pueden
realizar la ruptura por sí mismas, se vuelven desconfiados y recelosos el uno con el
otro. Su temor es ser lastimado si el otro encuentra su debilidad.
4. Parejas donde uno rompe la relación: uno rompe la pareja y el otro trata de
evitarlo a cualquier precio.
5. Pareja en lucha: la solución es divorciarse, pero no lo admiten por temor a la
soledad.
6. Parejas enganchadas o enredadas: ambos reconocen que hay un daño irreparable
y deben separarse, pero no están listos para enfrentarse al problema por miedo a
la soledad. Ninguno toma responsabilidad en la ruptura, se culpan mutuamente.
7. Parejas violentas: cuando alguno de los miembros se siente herido buscan la forma
de agredirse.
Pre-ruptura: se inicia poco antes del divorcio, esfuerzos por evitarlo. Evaluación de la
continuidad de la unión porque puede convertirse en divorcio destructivo o atentar
contra la salud mental de algún miembro de la familia.
Ruptura: incapacidad de resolver los conflictos, se culpa al otro, sin examinar sus
propias responsabilidades, se necesita que ambos discriminen las funciones
parentales de las maritales.
Familia conviviente uniparental: acentuado apego del progenitor conviviente con sus
hijos. Riesgo de aislamiento social por la relación exclusiva y de protección a los hijos,
imposición en ocasiones de los limites o no se establecen límites buscando la
exclusividad del cariño.
Arreglo de pareja: nueva unión, con una historia determinada y un contexto que no se
va a poder evitar como puede ser viudez o divorcio, hijos.
Volver a otra pareja: nuevas reglas y una nueva organización jerárquica. La
estabilización de esta familia reconstruida va a llevar aproximadamente dos años.
Familia reconstituida estabilizada: puede haber sobreprotección de los hijos
anteriores por miedo al abandono.
El divorcio definitivo: total disolución de la pareja debido al crecimiento, madurez y
autonomía de los hijos.
Las consecuencias del divorcio para los hijos en edades tempranas, Burin y Meler (1998).
Rice (1999): las reacciones emocionales inmediatas al divorcio en los adolescentes, pueden ser
de sorpresa e incredulidad, también miedo, ansiedad, inseguridad, así como ira y hostilidad
sobre todo hacia el progenitor que cree culpable de la ruptura.
Para Ackerman (1986) la armonía familiar es más importante para el desarrollo que si los
padres viven juntos o separados. Según Valdés (2007) diversos estudios demuestran que para
los niños es negativo vivir con sus padres en constante conflicto.
Informarles sobre la decisión de separarse, como una decisión racional aunque triste.
Dejar claro que aunque se separan, esto no afecta al cariño que siente cada uno por
sus hijos.
Permitir y alentar que expresen sus sentimientos, incluso si son de ira, aceptándolos y
comprendiéndolos.
Mostrar una actitud de respeto mutuo, evitando culpar al otro o transmitir una imagen
negativa.
No solicitar a los hijos que tomen partido por uno u otro.
Nunca culpabilizarles de la decisión, ni permitir que ellos se autoinculpen.
Llegar a acuerdos en lo relativo a la pensión y la división de los bienes, que provoquen
los menores cambios en el estilo de vida del niño.
Prever los cambios e informarles de los mismos, resolviendo todas las dudas.
Desarrollar acuerdos que faciliten la relación del progenitor que abandona la casa con
los hijos. Esta relación mejora el desarrollo de los niños.
Los efectos del divorcio estarán en relación con el apoyo que reciban los niños para cumplir las
tareas señaladas por Wallerstein (1983):
2. ETAPA ADULTA.
La estatura disminuye, aumenta el peso y la grasa corporal dando lugar a mayor número de
obesos en esta etapa. La visión comienza a deteriorarse por presbicia (vista cansada), la
capacidad para adaptarse a la oscuridad y aparecen glaucomas. La audición también disminuye
y existe un incremento en el tiempo de reacción.
La frecuencia en las relaciones sexuales disminuye. Las mujeres entran en un periodo llamado
climaterio, después en la menopausia (ya no es posible el embarazo por el medio tradicional),
también la producción de estrógeno y progesterona empieza a decaer produciendo variedad
de cambios. Los hombres tienen climaterio masculino, agrandamiento de la próstata y los
problemas sexuales aumentan con la vejes, como la disfunción eréctil.
El estrés reduce el sueño, pueden participar en conductas poco saludables como fumar, beber
u otras adicciones. Todo ello afecta a la salud (Suls y Wallston, 2003).
Dirigen sus actividades hacia una evaluación de la vida y de las metas personales. Según Riegel
(1976) se puede considerar simultáneamente los puntos de vista de los demás y el suyo
propio, apreciar los puntos de vista de otras personas aunque se opongan al suyo. Aceptar las
contradicciones como una propiedad básica del pensamiento y en ocasiones es capaz de
sintetizar nuevas formulaciones de ideas superiores a ambos supuestos (Leadbeater, 1986). El
resultado es un punto de vista en evolución continua.
Para Cuber y Harroff (1955), la etapa estabilizadora ocurre entre los 45 y los 55 años, “crisis de
la edad adulta”, se busca un equilibrio entre las aspiraciones y los logros, un proceso de
reflexión de las prioridades y se desea una escala de valores algo diferente a la etapa anterior
que conduce a la estabilización de cada cónyuge.
Para Levinson (1992), los que se arrepienten del curso que tomo sus vidas se sienten
motivados a cambiar de rumbo, y si lo logran, mejoran su estado psicológico.
Muchas personas que se divorcian (entre el 75 al 80%) terminan uniéndose de nuevo, por lo
general de 2 a 5 años después de la separación o divorcio. Una motivación para unirse de
nuevo es evitar las consecuencias sociales del divorcio, (Felmand, 2007) otra es la soledad o los
beneficios económicos, como compartir la casa (Ross, Microwsky y Goldsteen, 1991).
Las parejas mayores tienden a ser más maduras y realistas en sus expectativas con su nueva
pareja. Ven la unión en términos menos románticos y son más prudentes. Muestran mayor
flexibilidad en los roles y deberes, compartiendo las tareas domésticas de manera más
equitativa y tomando decisiones de manera más participativa. (Hetherington, 1999).
La tasa de separaciones en las segundas uniones es ligeramente más alta que en la primera,
esto se debe a las presiones por la mezcla de varias familias, otra razón, es que al haber
sobrevivido a una separación están menos comprometidas y más dispuestas a alejarse si la
relación no es satisfactoria. (Warshak, 2000).
Lauer y Lauer, 1999, “síndrome del nido vacío”. Las mujeres son más propensas a padecerlo
que los hombres. Existen algunas salidas prácticas que ayudarán a mejorar la situación anímica
y emocional de la pareja: el tiempo y la energía se pueden emplear ahora en aficiones,
deportes, actividades artísticas, de ocio o actividades profesionales que anteriormente no
habían podido realizar. Unos tienen sentimientos depresivos de pérdida, mientras otros de
mayor libertad y de una responsabilidad más relajada. Investigaciones han demostrado que
muchas parejas mejoran su relación y aumentan su satisfacción conyugal.
También nos encontramos con hijos adultos de entre 25 y 34 años que siguen viviendo con los
padres, pero quieren “responsabilidad limitada de la infancia con los privilegios de la edad
adulta”. O los hijos “boomerang” que regresan a casa después de haberse independizado, por
problemas económicos, desempleo, divorcio, drogas, etc. En este periodo es importante
ofrecer a los hijos más privacidad para que no surjan las fuentes de conflictos por la irrupción
en sus vidas y el respeto de su libertad.
Las familias monoparentales se hacen más difíciles y complejas. Esta situación repercute en la
salud física y psicológica “síndrome de desgaste” (burn-out). Se suman la presión emocional,
conflictos personales, problemas económicos o laborales, falta de reconocimiento y una
postergación en la atención a cuestiones personales, pueden aparecer alteraciones
psicofísicas: de sueño, perdida de energía, cansancio, aislamiento, palpitaciones, molestias
digestivas, aumento del consumo de café, tabaco y/o alcohol, problemas de memoria, perdida
de interés por las actividades antes satisfactorias, trastornos de alimentación, cambios de
humor, propensión a los accidentes y/o estados de depresión. La terapia, actividades físicas y
recreativas, charlas con amigos y/o familiares permiten recargar las energías y pensar con
mayor claridad.
Cuando las circunstancias nos exceden, solicitar apoyo a la familia es un signo positivo.
Reconocer los propios límites es el primer paso para poder delegar y organizarse de un modo
más conveniente.
2.4. El trabajo.
Las personas adultas pueden ser discriminadas laboralmente por su edad, ya que las exigencias
salariales son mayores en los adultos que en los jóvenes, también los avances tecnológicos
pueden hacer que las personas adultas se vean obsoletas, creando frustración personal en la
persona que busca empleo (Lachman, 2004).
Las capacidades mentales y físicas no suelen constituir grandes impedimentos para los que
quieren seguir trabajando, para otros empiezan a sentirse los síntomas del deterioro. Es un
periodo de evaluación, valoración y reflexión sobre el trabajo que realizan y el que desean
desempeñar en el futuro.
Para Santrock (2006) la satisfacción producida por el trabajo aumenta de forma gradual a lo
largo de la vida profesional (desde los 20 a los 60), tanto para las personas que tienen estudios
como los que no y en ambos sexos. Aumenta porque se incrementa el salario, mayor
reconocimiento, mayor seguridad laboral y también existe un mayor compromiso con el
trabajo.
Al no tener que probarse a sí mismos en el trabajo, y valorar más la contribución que hacen a
la familia y la sociedad, los adultos de mediana edad se dan cuenta de que el trabajo y el ocio
se complementan aumentando la felicidad.
La esperanza de vida es de 76.6 para los hombres y 83.4 para las mujeres según el Instituto
Nacional de Estadística del 1 de Enero del 2010.
Cambios cognoscitivos tienen que ver con las facultades de recordar, pensar y resolver
problemas. Investigaciones han demostrado que la pérdida de memoria no es tan general, ni
grave como se pensaba. Hay una disminución de la memoria a corto plazo, pero poca perdida
de lo aprendido en el pasado, de la memoria sensorial y de acontecimientos remotos (Craig,
1997).
La revisión de la vida adquiere la forma de nostalgia, de relato de historias y puede ser esencial
que los otros reconozcan el significado de estos recuerdos.
3.2. La jubilación.
A los 65 años. Es un fenómeno por el rápido aumento del nivel de vida, la productividad y un
exceso de mano de obra. La persona mayor se encuentra en una situación de pérdida de
poder, de propósito y de contexto, que son más preocupantes cuanto más centrada en el
trabajo tenga su vida.
En las familias tradicionales, en la que el hombre trabaja y la mujer es ama de casa. A veces el
hombre no sabe cómo ocupar su tiempo libre y la mujer puede sentirse incomoda teniéndole
todo el día en casa. Mucho tiempo libre y poco que hacer, empobrecimiento en su red de
relaciones por la pérdida de los compañeros de trabajo.
Atchley (1989) las personas manifiestan actitudes positivas si desean la jubilación, si tiene una
pensión digna, también las personas con mayor nivel educativo anhelan más la jubilación que
al que no, que le cuesta más adaptarse a la situación. Aunque en la transición se pueden
producir aumentos notables de ansiedad y depresión, la mayoría manifiesta disfrutar de la
sensación de libertad. Para Atchley más probable que sea una experiencia positiva:
Teoría del desligamiento descrita por Day (1991), se basa en que las personas cuando
envejecen se desligan voluntaria y progresivamente del trato social, físico y emocional del
mundo.
En la vejez muchos afirman tener mayor contacto con sus hermanos. A menudo se renuevan
relaciones que fueron distantes por las responsabilidades de sus propias familias. Los
hermanos ofrecen apoyo emocional durante la adultez tardía.
Uno de los pronosticadores más claros de la satisfacción y la felicidad en la vejez es la vida con
la pareja, fuente de autoestima, muy vinculada con la felicidad personal, la salud y la compañía
(Myers, 1993). La desaparición de uno produce gran soledad que les puede llevar a una
depresión, y en ocasiones, la muerte en los 3 primeros años de la desaparición.
En las relaciones entre padres e hijos el género desempeña una función importante, es más
probable que las hijas participen en la vida de sus padres, 3 veces superior al de los hijos.
En lo positivo de las relaciones entre hijos adultos y padres ancianos: el amor, la asistencia
recíproca y los valores compartidos. En lo negativo: el aislamiento, los conflictos, los
problemas familiares, la falta de cuidados y el estrés que padecen los hijos encargados de
cuidar al anciano.
Neugarten (1990) otros roles de abuelos: abuelo divertido (compañero de juegos), el abuelo
distante (benevolente pero despegado), depositario de sabiduría familiar (consejero
importante y tradicional) y el estilo formal (interesado, apegado emocionalmente pero que no
participa de forma directa).
O’Connor (1995): las relaciones de amistad pueden ser más importantes para la satisfacción de
la vida, que las relaciones con los hijos. Son una oportunidad para compartir actividades
recreativas o estimulación cognoscitiva, fuente de emoción y alegría, pueden ser confidentes y
ayudar a controlar y aliviar las presiones y tensiones de la vida cotidiana.
4.2. La viudedad.
Puede suponer cambios drásticos en las circunstancias económicas y sociales. Para los
hombres que delegaron muchas tareas de la vida diaria en su pareja, pueden encontrarse
abrumadores e impotentes, incapaces de valerse por sí mismos, pudiendo recurrir a la ayuda e
incluso a la asistencia o emparejándose de nuevo para conseguir los cuidados y aliviar su
soledad.
Cambio estructural, no solo para los hijos, con su propia familia nuclear y sistema de
convivencia que deben readaptarse, sino también para la persona mayor que pierde su
independencia física y su sistema de normas y costumbres, y se ve en un sistema que no es el
suyo.
La ansiedad esta relacionada con: la edad, las creencias religiosas y el grado de satisfacción con
su vida.
Kalish y Reynolds (1981) que las personas en fase terminal conozcan su situación tiene 4
ventajas: poner fin a sus vidas según sus ideas acerca de la mejor forma de morir; organizar sus
asuntos relevantes; recordar, conversar con las personas que han sido importantes;
comprenden mejor lo que ocurre y los tratamientos.
Santrock (2006) estrategias para comunicarse con una persona en fase terminal:
6. EL DUELO.
TEMA 4
Definición y tipologías de la familia.
1. DEFINICIÓN DE LA FAMILIA.
Etimológicamente familia proviene del latín “famulus”, significa “sirviente, que pertenece a un
amo”. Definición unida a un régimen de propiedad y a un sistema de producción: el esclavista.
Bertalanffy (1976), el sistema familiar se caracteriza por un estado estable, dinámico, que
permite un cambio constante de componentes mediante la asimilación y desasimilación. Un
sistema integrador multigeneracional, caracterizado por los subsistemas internos y también
por sistemas externos relacionados (Herrera, 1997). Sluzki (1996) define la familia como un
conjunto de interacciones organizadas de manera estable y estrecha, en función de una serie
de necesidades básicas, con una historia y un código propio que le otorga singularidad.
La perspectiva sistémica ofrece un marco teórico para analizar las peculiaridades de los
miembros de la familia, las relaciones que se establecen entre ellos, y también las relaciones
entre los diferentes subsistemas (filial, parental, paterno-filial), un sistema dinámico
interdependiente, una red de comunicación entrelazada donde todos los miembros se influyen
entre sí.
La familia puede ser entendida como un subsistema regido por su propio funcionamiento
interno, pero influenciado por su contexto ambiental externo (Brofenbrenner, 1987). Distingue
los siguientes subsistemas: microsistema (relaciones entorno inmediato), mesosistema
(conexiones de personas y grupos), exosistema (no participa directamente, Servicios Sociales),
y macrosistema (valores, principios, ideologías…). La estructura debe ser estable y flexible ante
los cambios externos de la sociedad y ante los cambios internos propios de la evolución del
ciclo vital. Un sistema abierto, moldeable, permeable con una gran capacidad de adaptación al
cambio.
2. TIPOLOGÍAS DE LA FAMILIA.
Familia nuclear: padre, madre, descendencia. Familia extensa, formada por los
anteriores y parientes cercanos (abuelos, tíos, primo, etc.).
Familia monoparental: hijos con uno de los progenitores.
Familia homoparental: hijo y progenitores del mismo sexo.
Familia reconstituida: formadas tras la ruptura de uno o más enlaces anteriores.
Parejas de hecho: relaciones conyugales no matrimoniales, con o sin hijos, que forman
una convivencia estable. Familias agregadas, cohabitan con o sin contrato legal.
Familia polígama y poliándrica: un hombre y varias mujeres (primera); y una mujer y
varios hombres (segunda).
Otros tipos de familia: vínculo enlazado por pautas de convivencia, solidaridad y
reciprocidad. Conviven juntos en un mismo espacio y disponen de vínculos
emocionales (compañeros de piso, clanes, sectas, tribus…).
3. FAMILIAS DISFUNCIONALES.
La sociedad define los objetivos sociales y personales de las familias, así como los medios
considerados legítimos para conseguirlos, y que no están están misma medida al alcance de
todos. El desequilibrio entre las oportunidades y las grandes desigualdades sociales penaliza a
las clases de bajo nivel económico que no pueden competir, dejándolas en una situación de
vulnerabilidad y exclusión social.
La mayor parte de las problemáticas hacen referencia a la escasez y calidad de los recursos
disponibles, déficits de capital económico, en el capital relacional y educativo (Fernández,
2008), que suele afectar a la calidad y cantidad de tiempo dedicado por los padres al cuidado
de los hijos, o a las relaciones de índole cultural, social e institucional de toda la familia.
Desde el punto de vista sistémico, serían familias cuyos componentes no cumplen las
funciones de un sistema, generándose conflictos por no satisfacer las necesidades del sistema
por carecer de una estructura y autoridad familiar que permita su funcionalidad.
Si las funciones vitales de las fases del ciclo familiar no se satisfacen entrarían en una etapa de
desequilibrio, que suele estar asociada a episodios traumáticos: muertes, accidentes,
disputas… que originan inestabilidad dentro del sistema. Las familias disfuncionales según Díaz
y Pérez (2007) se caracterizan por:
Crisis cíclicas.
Conflictos vecinales.
Desempleo de larga duración.
Actividades laborales de tipo marginal: venta ambulante, recogida de cartón, chatarra.
Absentismo escolar de los hijos.
Bajo nivel de instrucción y educación de los padres.
Problemas de relación intrafamiliar: malos tratos, enfermedades psicosomáticas,
gritos, peleas, abandonos, vejaciones.
Historial de abandonos y pérdidas anteriores.
Presentan riesgos que afectan al desarrollo vital de los miembros: retraso madurativo,
dificultad de aprendizaje y socialización.
Lewis y Lamb (2003): los predictores de la disfuncionalidad pueden ser la frustración sentida, la
desigualdad de poder, las críticas, los desprecios, el reparto no equitativo de las
responsabilidades, la falta de respeto y comprensión, las actitudes defensivas y la ausencia de
comunicación.
Uno de los acontecimientos que marca un periodo de estrés y desequilibrio familiar puede ser
la separación, ruptura o divorcio de los padres. Las luchas conyugales por la custodia, repartos
económicos, discusiones, falta de contacto, disminución de ingresos, pérdida de calidad de
vida, falta de cariño y atención, donde los hijos pueden verse involucrados y perjudicados.
4. FAMILIAS MULTIPROBLEMÁTICAS.
Dos tipos: familias aglutinadas y desligadas. Las primeras tienen límites difusos entre sus
miembros, pero un fuerte sentido de pertenencia que les hace abandonar su autonomía
individual. Dificultad para aceptar normas externas, más aisladas. Las segundas tienen límites
muy rígidos entre sus miembros y carecen de sentido de lealtad y pertenencia a la familia.
No se puede poner en marcha una comunicación funcional de sus miembros para buscar
soluciones, ni renegociar nuevas reglas.
Como afirma Casas (1994) hay personas y familias que debido a las circunstancias que han
vivido o viven, tienen más probabilidad de riesgo de padecer una situación social negativa.
Casas establece la siguiente clasificación:
Crisis familiares cuya base radica en dificultades de carácter material o físico; el paro
continuado o una enfermedad grave. Cuando estas familias no reciben el apoyo
adecuado generan sentimientos de aislamiento y exclusión social. Entonces la crisis
puede dar paso a otros problemas más graves: depresión, alcoholismo, enfermedades
mentales, etc.
Crisis que arranca de unas relaciones en conflicto con el entorno social circundante: los
prejuicios por pertenecer a un grupo minoritario, la asunción de etiquetas sociales.
Crisis que aparecen por las relaciones en conflicto dentro del sistema familiar, todo
tipo de violencia o abuso intrafamiliar, físico, psíquico o sexual.
Navarro, Musitu y Herrero (2008), el riesgo social aparece vinculado a la ausencia de recursos
personales, familiares y sociales y al déficit en la construcción, adquisición y el manejo de
estrategias y habilidades en el transcurso de la vida.
Uno de los primeros síntomas de la desigualdad es la vulnerabilidad social, que podría definirse
como una condición social de riesgo que inhabilita e invalida, de manera inmediata o futura, a
los grupos afectados en la satisfacción de su bienestar, en su subsistencia y calidad de vida.
En este caso, Perona y Crúcela (2008) se plantean la utilización del concepto, asociándolo al de
condiciones de vida, para tener una mirada multidimensional y compleja sobre un fenómeno
que excede conceptualmente a la idea de pobreza.
En síntesis: “condiciones de vida” alude al equipamiento y/o provisión de bienes del hogar en
relación a la cantidad de miembros, su inserción laboral, a los niveles de educación alcanzados,
al acceso a los beneficios sociales y a la posibilidad de expresión y participación en la vida
pública.
La falta de capacidades y de acceso a los recursos tiene que ver, entre otros componentes, con
la inseguridad en las que viven muchas familias cuando por falta de recursos económicos,
sociales y personales, no tienen capacidad para recuperarse de un contratiempo concreto.
La familia es más vulnerable en la medida que depende de una o pocas fuentes de ingreso, por
lo que un objetivo clave en los proyectos debería ser reconducir la vulnerabilidad
diversificando las fuentes, de modo que la posible pérdida de una fuente pueda compensarse
con las otras.
Según Pérez de Armiño (1999) en las familias vulnerables, se podrían señalar la falta de las
siguientes capacidades:
En los países pobre prestan una insuficiente atención a la protección de los más vulnerables,
por la lucha de intereses en competencia, favoreciendo a los sectores con mayor influencia y
olvidando a los que no representan una clientela política relevante.
"La vulnerabilidad tiene también una dimensión política: a los vulnerables les falta el acceso a
los recursos económicos, pero también el poder político necesario para obtener el mismo
(Walker, 1989)". Esto da lugar a la exclusión social, la persecución de minorías, las violaciones
masivas de los derechos humanos y las migraciones forzosas.
Las causas raíces o subyacentes son factores consolidados y estables en el tiempo que
deben analizarse con perspectiva histórica, enraizados en las estructuras sociales,
económicas y políticas. Los límites y las posibilidades que impone la base material
existente, la estructura socioeconómica tanto local como internacional, por cuanto
determinan las relaciones de producción y poder; y los sistemas ideológicos y políticos
que articulan la sociedad.
El término de exclusión social es un proceso por el cual las personas o los grupos son total o
parcialmente excluidos de una participación plena en la sociedad en la que viven (European
Foundation, 1995).
Los ejes clave del concepto de exclusión según el Plan Nacional para la Inclusión social 2007:
Por otra parte, la exclusión tiene su origen estructural en las crisis y cambios de las tres
instituciones básicas que generan bienestar social en nuestras sociedades: el mercado, la
familia y el Estado.
García Roca (1998) ofrece otra clasificación: la inclusión de los factores personales, subjetivos
o psicológicos. Este autor establece tres dimensiones o procesos de la exclusión social, a las
que corresponden tres zonas de integración y tres zonas intermedias o de vulnerabilidad. Las
dimensiones de exclusión serían las siguientes:
Todos estos planos se interrelacionan y se refuerzan unos a otros en un proceso por el que se
acumulan progresivamente los problemas de las personas y familias excluidas.
Nos apunta Rebollo (2008) que tampoco conviene simplificar la complejidad de los itinerarios
vitales que conducen a la exclusión, ni convertirlos en algo mecánico, porque todos
conocemos a personas y familias que gracias a sus propios recursos, van sorteando los
avatares de la vulnerabilidad sin caer en la exclusión social; pero es precisamente por este
motivo por el que conviene separar ambos fenómenos: la exclusión y la vulnerabilidad.
Tampoco se puede perder de vista que conforme crece la exclusión y la vulnerabilidad, crece la
violencia social en todas sus formas de expresión pública y privada. También crece la
competencia entre excluidos y vulnerables y entre los propios vulnerables, por conseguir una
parte de los recursos públicos a través de los Servicios Sociales u otros Sistemas de Protección
Social.
TEMA 5.
La ética del Trabajo Social con familias.
INTRODUCCIÓN.
La ética forma parte del mundo cognitivo, mientras que a moral se concreta en las normas de
comportamiento aplicadas a la vida cotidiana (la moral nos diría que algo está mal, la ética
explica la razón del porqué está mal).
La ética estudia cómo se justifica racionalmente un sistema moral, y cómo se debe aplicar
posteriormente a los distintos ámbitos de la vida personal y social. En la vida cotidiana la ética
requiere de la reflexión y de la argumentación, entendidas como el conjunto de valoraciones
generales que las personas hacen sobre otras personas, o sobre el conjunto de la sociedad,
según (Macintyre, 2006).
La ética profesional hace referencia al conjunto de principios y reglas éticas que regulan y
guían una actividad profesional. Estas normas determinan los deberes exigibles a los
profesionales en el desempeño de su actividad. Por este motivo, suele ser el propio colectivo
profesional quien determina las normas y se encarga de recogerlas en los códigos
deontológicos y de ética.
Entre los principios que fundamentaron históricamente la profesión, según Biestek (1957), se
destacarían los siguientes:
Individualización.
Aceptación incondicional.
No enjuiciamiento.
Autodeterminación.
Confidencialidad.
Los documentos esenciales para entender la práctica son: Declaración Universal de los
Derechos Humanos, Pacto Internacional sobre Derechos Humanos, Pacto Internacional sobre
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Convención para la eliminación de todas las
formas de Discriminación Racial, Convención sobre Pueblos Indígenas y Tribales, Convención
sobre los Derechos del Niño y Convención para la eliminación de todas las formas de
Discriminación contra las Mujeres.
El origen de la directriz profesional esta enlazado con los principios de las Naciones Unidas:
1. Valor: Servicio.
Principio ético: Los trabajadores sociales velarán por solucionar las problemáticas
de las personas necesitadas, por encima de sus intereses personales, sin recibir
ninguna retribución financiera adicional no estipulada ni reglada por la institución
donde trabaja.
2. Valor: Justicia Social.
Principio ético: Estarán en contra de la injusticia social. Centrarán sus objetivos
prioritarios en erradicar la pobreza, la desigualdad y la injusticia social, y
respetarán la diversidad étnica y cultural. Intentarán asegurar el acceso a la
información, recursos y servicios, facilitando la igualdad de oportunidades y la
libertad de decisión.
3. Valor: Valor y dignidad de la persona.
Principio ético: respetarán la dignidad y el valor intrínseco de las personas. Las
tratarán de manera comprensiva y respetuosa, respetando su diversidad étnica y
cultural y a la propia autodeterminación en la toma de sus decisiones.
4. Valor: Importancia de las Relaciones Humanas.
Principio ético: reconocerán la importancia de las relaciones humanas, que son el
principal vínculo para facilitar el cambio. Implica un compromiso para facilitar,
mediante el potencial de la relación personal, un cambio.
5. Valor: Integridad.
Principio ético: se comportarán de una forma digna para promover la confianza,
de forma responsable con las normas éticas de la práctica profesional y con las
normas de las organizaciones donde trabajen.
6. Valor: Competencia.
Principio ético: deben desarrollar y mejorar su pericia profesional. Los
profesionales deberán incrementar los conocimientos en el ejercicio de la
profesión y proceder a la implementación de los mismos.
Como señala la FITS, las directrices generales están reguladas específicamente en cada
contexto nacional. En España, nos encontramos con el código deontológico del Consejo
General de Colegios de Trabajo Social. Aprobado por Asamblea General de Colegios Oficiales
de Diplomados de Trabajo Social y Asistentes Sociales en sesión extraordinaria de 29 de Mayo
de 1999. Fue elaborado teniendo en cuenta los principios del NASW, FITS y AIETS, la
Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas y los Acuerdos
Internacionales derivados de la Declaración, así como de la Constitución Española de 1978. El
código ofrece los principios, las líneas de actuación, el marco normativo y garantiza una
adecuada intervención profesional. Contempla 69 artículos.
Ante los dilemas, los trabajadores deben valorar la situación en función de su complejidad y su
gravedad. Banks (2006) intenta analizarlas a través de 3 cuestiones básicas:
Los dilemas éticos son inherentes a la práctica profesional, porque el trabajador social actúa
apoyando a personas con necesidades desde la propia controversia del sistema, caracterizado
por los propios valores contradictorios del sistema capitalista, que marcan las tensiones de
actuación entre la equidad y la desigualdad, o entre el cambio o el mantenimiento de
estructuras económicas injustas (Banks, 1997).
El trabajador social podrá integrar estos 3 enfoques de análisis (personal, institucional y social)
en situaciones profesionales dispares y diversas a las que deberá enfrentarse cada día.
Reamer (1999) propone 2 tesis básicas en su modelo: el derecho fundamental de todas las
personas a la libertad y al bienestar, y la obligación fundamental de todos a respetar la libertad
y el bienestar de los demás. Posteriormente para clarificar los dilemas éticos propone los
siguientes pasos:
1. Identificar los asuntos éticos, incluyendo los valores del Trabajo Social y los
deberes en conflicto.
2. Identificar las personas, grupos y organizaciones afectados por la decisión ética.
3. Identificar todas las posibles acciones, así como los participantes según sus riesgos
y beneficios potenciales.
4. Examinar las razones a favor y en contra que se consideren relevantes en cada
acción.
5. Consultar con otros colegas, profesionales y expertos.
6. Tomar la decisión y documentar el proceso.
7. Monitorizar, evaluar y documentar la decisión.
El segundo modelo propuesto por Ballestero (2009). El modelo aprovecha la similitud de unos
casos con otros y la experiencia de los profesionales generada ante los mismos. El modelo
permite llevar a cabo el siguiente proceso para la resolución de los dilemas éticos:
Puede ser interesante que ante cualquier dilema ético comprometido que no pueda ser
resuelto individualmente por el trabajador social, solicite asesoramiento a otros profesionales.
Es importante que la decisión sea compartida y consensuada desde un equipo de trabajo.
Dentro del amplio abanico que existe sobre las habilidades profesionales nos centraremos en
3, que están directamente conectadas con los principios éticos del Trabajo Social: habilidad
empática, habilidad para comunicarse, y habilidad para conocerse y cuidar de sí mismo.
La empatía está relacionada con las teorías humanistas, que comparten la idea de que la
persona está en constante desarrollo y construcción para afrontar las experiencias vitales que
surgirán a lo largo de su existencia. Cari Rogers (1978) la aplicó, esta perspectiva a la
psicoterapia. Esta orientación permite una intervención centrada en la relación interpersonal
entre la persona y el trabajador social, quien aprovechando la interacción que se establece
entre ellos, provocará cambios para lograr objetivos terapéuticos enfocados hacia el
crecimiento persona, la independencia y el empowerment.
Es importante que la persona se sienta cómoda, sienta cordialidad y simpatía inicial, porque así
mostrarán una mayor esperanza en las expectativas de cambio, (Maluccio, 1970).
Desde el punto de vista proxémico: debe respetar la distancia que le marque la persona y
tener cuidado para no invadir su zona íntima.
Dentro de la comunicación verbal, uno de los objetivos que persigue la intervención con
familias es la capacidad de negociación del profesional, porque le permitirá tomar decisiones
de manera fluida y eficaz. Para lograr una buena negociación, el trabajador no deberá dar la
razón a ningún miembro de la familia, no emitirá juicios, ni valoraciones, actuara como un
mero árbitro.
En ocasiones el profesional tendrá que exponer en una reunión o en una supervisión las
cuestiones más relativas de la intervención a los miembros de un equipo multidisciplinar. En
este tipo de reuniones se pretende recabar toda la información sobre un caso para adoptar las
medidas adecuadas y dirigir la intervención. Donde la comunicación debe ser clara, ordenada y
favorecer la participación.
4.3. Habilidad para conocerse a sí mismo y cuidarse a uno mismo: ¿cómo evitar el
Síndrome de Bornout?
Una persona que se conozca bien a sí misma podrá conocer bien a los demás, porque la
seguridad de sus planteamientos dará transparencia para facilitar el auto-conocimiento de los
usuarios. El profesional coherente es el que se acepta a sí mismo, conoce sus límites
profesionales e intenta superar en su ejercicio sus miedos.
TEMA 6.
El método en Trabajo Social con familias.
1. EL MÉTODO EN TRABAJO SOCIAL CON FAMILIAS.
La intervención familiar en Trabajo Social estará marcada por una serie de fases o etapas, que
coinciden con el procedimiento metodológico empleado en la investigación científica. Las
etapas del método científico, según Bunge:
Las siete etapas anteriores del método científico aplicadas a las características y peculiaridades
de la intervención familiar:
El formato de recepción de la demanda suele ofrecer los primeros indicios del problema.
La información del trabajador social está enlazada principalmente con 5 bloques temáticos
fundamentales: la familia, la institución u organización donde se trabaja, los recursos sociales
disponibles, la auto-percepción profesional (conocerse a sí mismo), y las decisiones
económicas y sociales que repercuten directamente sobre la acción.
Por lo general, el inicio de esta fase tiene lugar en la primera entrevista, implica una capacidad
cooperativa reconocida, así como una actitud para cambiar (Pérez Ayala, 2004). En la
entrevista, el trabajador deberá esforzarse en establecer una base sólida de relación para que
la familia le considere un profesional sobre el que apoyarse para la resolución de sus
problemas.
El trabajador social debe ser cauto para no elaborar conclusiones precipitadas, debe extraer
toda la información necesaria para emitir posteriormente un diagnóstico familiar fiable. Las
entrevistas se deben realizar en espacios amplios, el análisis de la observación analógica (el
lugar) es importante en la fase inicial.
También se pueden utilizar diferentes escalas para completar aún más el diagnóstico. Entre las
escalas más utilizadas se encuentran (Velasco y Luna, 2006): el Cuestionario de Evaluación del
Funcionamiento Familiar (EFF), el Inventario de Estilos de Amor para Adultos (IEAA), o la Escala
de Evaluación Global de la Actividad Relacional (EEGAR).
El diagnostico permite elaborar las hipótesis de trabajo y fijar los objetivos profesionales, es el
pilar sobre el que se construye la planificación de la intervención.
El diagnóstico es una fase del método que delimita la problemática social y que exige al
profesional una actividad racional, reflexiva, analítica y crítica. Su contenido será la definición
del problema, su gravedad, las posibles causas que lo han motivado y los factores positivos
(fortalezas) o negativos (debilidades) que influyan en él.
Datos biográficos.
Datos de derivación.
Motivo de la consulta.
Datos de la demanda.
Situación actual y evaluación de la crisis.
Antecedentes de la situación.
Sistemas implicados en la situación actual.
Intentos anteriores de resolver la situación.
Recursos y datos funcionales de la familia.
Expectativas sobre el tratamiento.
Motivación para el cambio (intereses manifiestos y latentes).
Aceptación del compromiso y del contrato de los acuerdos pactados.
Datos personales.
Motivos de la consulta.
Necesidades de la familia.
Datos demanda.
Características de la familia.
Listado de recursos disponibles: seleccionar los que estén acorde con la problemática.
Análisis de los requisitos.
Periodicidad: delimitar el tiempo, duración recurso, tiempo de tramitación, etc.
Coordinación institucional: relación con otros profesionales que pudieran estar
implicados en la resolución.
Datos de la comunidad.
La fase de diagnóstico debe incorporar la evaluación de dos áreas imprescindibles para poder
continuar con la siguiente fase del método, (Cornelias, 2011).
Es necesario evaluar la motivación que tiene la familia para el cambio. Las resistencias al
mismo al comienzo de la intervención son inevitables y deberán ser superadas si se quieren
llevar a cabo los objetivos. Las familias ante los problemas suelen utilizar: la negación, la
minimización y la asignación de responsabilidades externas al problema. Analizar
pormenorizadamente: la resistencia (obstrucción al cambio), confusión hacia el cambio,
compromiso (acciones necesarias para que se produzca) y consolidación del cambio (ensayar
los cambios y enfrentarse a los conflictos). Si la familia no quiere cambiar, o no reconoce que
tiene un problema, las posibilidades de éxitos son escasas.
Las técnicas principales de diagnóstico, entre las que se destacan el Ecomapa, el Genograma,
Mapa de relaciones, Cronograma o Mapa de redes. Representan de una manera esquemática y
gráfica parte del contenido diagnóstico.
Delimitación de objetivos.
La formulación de los objetivos debería consensuarse con los miembros de la familia objeto de
la intervención, porque hacen referencia a la capacitación de los usuarios para superar sus
necesidades y la solución de sus problemas. Se debe concretar la temporalidad de los mismos,
es decir, clasificar objetivos a corto, medio o largo plazo, dando prioridad a la acción más
urgente. También se deben clasificar atendiendo a:
OBJETIVOS GENERALES: ofrece una visión global a donde se quiere llegar a largo plazo,
ofreciendo un marco de referencia.
OBJETIVOS OPERATIVOS: referentes a los fines más inmediatos. Con la consecución de
todos en un espacio temporal se llegarían a los objetivos generales. Deben ser
concretos y realistas para que puedan ser fácilmente evaluables.
Continua la actividad reflexiva, esta vez para delimitar y traducir operativamente los objetivos
elaborados. El diagnóstico y el diseño de intervención, permiten ofrecer el pronóstico o la
anticipación de los resultados. La planificación sirve para anticipar el futuro, reducir la
incertidumbre y orientar la toma de decisiones para mejorar las condiciones.
Se puede seguir el modelo de las 9 cuestiones de Espinoza (1983): ¿Qué se va a realizar?, ¿Por
qué?, ¿Para qué? (objetivos), ¿a quién?, ¿Cómo?, ¿Con quién?, ¿Con qué? (recursos),
¿Cuándo? Y ¿Dónde?
Los factores que puedan garantizar una óptima intervención serán: establecer una relación
profesional cordial, objetivos realistas y operativos, diseño de intervención razonable con
calendario determinado, estructuración de los contenidos, organización de las acciones,
participación de todos los miembros de la familia, red de apoyo social, capacidades de
Comenzar con los compromisos más sencillos y gratificantes, lo que situará al usuario a
comprometerse en el futuro con actividades más complejas. Es importante que la persona o la
familia se sientan partícipes de su propio proceso, tratando de que se materialice su
compromiso en actuaciones concretas y temporales. Se debe tener en cuenta que un diseño
de intervención es un acuerdo entre el profesional y la persona que necesita el apoyo a través
de un contrato donde se establecen los pasos a seguir para conseguir los objetivos planteados.
2.6. Evaluación.
Hay dos tipos de indicadores, los cualitativos (consecución o no de objetivos), y los indicadores
cuantitativos (número de sesiones, resultados numéricos de cuestionarios...).
El trabajador social tiene que preparar la despedida de la relación profesional para que no sea
excesivamente brusca, ni traumática, ni genere desequilibrios en la familia, neutralizando la
dependencia poco a poco si la hubiera. El profesional también podrá, mediante la evaluación,
transmitir los conocimientos generados a la comunidad científica, si así lo estimara oportuno.
TEMA 7.
Modelos de intervención en Trabajo Social con familias.
1. MODELO SISTÉMICO:
Las teorías de Sullivan (1972) y Fromm-Reichmann (1961) fueron fundamentales desde los
aportes psicoanalíticos para analizar sistemáticamente lo patrones de comunicación que se
establecen entre padres e hijos. Sullivan (1972) se centró en el análisis de las conductas de los
padres que inducían inconscientemente a crear atmósferas de ansiedad con graves
repercusiones en los hijos. En la misma línea, Fromm-Reichmann (1978) estableció el concepto
de madre esquizofrenógena para definir a aquellas mujeres que creaban patologías en sus
hijos.
Existen otras teorías que han contribuido al desarrollo teórico de la terapia sistémica: la Teoría
General de Sistema (Bertalanffy, 1976), la Teoría de Juegos (Neumann 1944), la Teoría de los
Tipos Lógicos (Rusell, 1948), la Cibernética (Wiener, 1969) y la Teoría Matemática de la
Comunicación (Shannon, 1981).
La terapia familiar que más se ha desarrollado en los últimos años ha sido la sistémica, basada
en la Teoría General de Sistemas cibernéticos y en la comunicación. Los objetivos son dos:
resolver un conflicto familiar, y cambiar los patrones de comunicación para conseguir un
equilibrio homeostático. No considera la problemática social como un conflicto de la persona,
sino que considera el punto de partida del problema en las relaciones que se establecen entre
los miembros familiares, así, defiende que toda conducta implica comunicación, que será el
principal punto de análisis del modelo. La persona se encuentra inserta en un sistema
interdependiente, donde todas las partes del sistema dependerán unas de otras, y donde los
cambios experimentados en un miembro afectarán a los demás. La Teoría General de Sistemas
se caracteriza por su perspectiva integradora, porque ofrece el entorno adecuado para
proceder al análisis de la interrelación y la comunicación familiar.
entienden la comunicación como un proceso social permanente que integra múltiples modos
de comportamiento, palabras, gestos, mirada, mímica, son un espacio interindividual,
considerándolo como un conjunto de códigos y reglas determinados por cada cultura.
Otra teoría es la influencia del ciclo vital para entender los cambios, conflictos y problemas.
La Teoría Familiar Sistémica aplica los contenidos de la Teoría General de Sistemas, la Teoría de
la Comunicación y el desarrollo de la Cibernética al estudio de la familia como un sistema
abierto. Las características según Campanini y Luppi (1991) son: la hipotetización que es la
explicación inicial o los motivos a contrastar con la realidad; la noción de circularidad, las
relaciones familiares no son unilaterales, y la neutralidad, que enlaza con el estudio de las
interacciones familiares en forma de alianzas.
La estructura: compuesta por los integrantes, que a su vez establecen sus límites.
Estos pueden ser extrasistémicos (carácter abierto, interrelación con el medio) o
intrasistémicos (separan los subsistemas familiares):
o Subsistema conyugal/parental.
o Subsistema fraternal (hermanos): aprenden a cooperar, compartir, negociar,
convivir y competir.
o Subsistema paterno-filial.
o Suprasistema: sería la relación con otros entornos: colegio, trabajo,
asociaciones… que influyen en la misma.
La necesidad: se enlaza directamente con las necesidades del ciclo vital. En cada una
de estas fases los miembros de la familia deberán desarrollar habilidades de
comunicación, mediación y negociación que les permitirán ajustarse a los cambios
evolutivos (Minuchin y Fishman, 1984).
Funciones: se enlaza con la jerarquía, delimitación de la misma y asunción de roles.
Dos funciones principales: una interna que tiene que ver con la protección psicosocial
de sus miembros (sentimiento de identidad y desarrollo de la individualidad); y otra
externa de acomodación y transmisión de una cultura (adaptación a la sociedad).
Para Ochoa del Alda (1995) en un sistema familiar se pueden observar las características que
coinciden con los principios de la Teoría General de Sistemas:
Alianzas y coaliciones: unión y apoyo mutuo entre dos miembros de la familia que
comparten intereses comunes y no se dirigen contra nadie, o también una alianza de 2
contra 1.
Límites: marcarán los roles y las funciones. La funcionalidad del sistema dependerá en
parte de la clarificación de los mismos, ya que marcaran las diferentes funciones. Si se
atiende a los limites se puede distinguir los siguientes tipos de familia:
Familias desligadas: con unos límites rígidos, cada miembro funciona de forma
autónoma, marcado sentido de la independencia, careciendo de sentimientos
de cooperación, pertenencia, lealtad y solidaridad. No responden cuando se
necesita una respuesta ante una crisis.
Familias aglutinadas: límites difusos, carácter dependiente y de pertenencia
que llevado al extremo no permite el desarrollo de la autonomía. La conducta
de cada miembro repercute de inmediato en el resto de la familia. Los
momentos críticos afectan con gran intensidad.
Familias normales: límites claros y definidos, que permite ordenar tareas,
marcar roles y actividades, generando una interdependencia productiva que
permite realizar los objetivos familiares y superar momentos críticos.
Reglas: Cibanal (2006)
Reglas reconocidas: se hacen explicitas de manera directa y abierta.
Reglas implícitas: funcionamientos no expresados pero inconscientemente
asumidos.
Reglas secretas: ligadas a manipulaciones y falta de entendimiento familiar, o
la motivación de esconder alguna realidad que pueda dañar a alguno de los
miembros.
La asunción de roles y reglas lleva consigo la formación de dos efectos a considerar como
alteraciones provocadas por el propio funcionamiento familiar.
Los aportes más relevantes que el modelo sistémico familiar realiza en la primera fase del
método (el diagnóstico):
En la evaluación del caso familiar se analizará la efectividad sistémica, viendo los puntos donde
sería necesario incidir en futuras intervenciones.
2. MODELO ECOLÓGICO.
El modelo ecológico permite enlazar la interacción de la familia con su medio ambiente. Surge
a finales de los 60 en Norteamérica. Permite englobar a la familia dentro de sistemas más
amplios, originando nuevos marcos de relaciones personales, aspectos con el espacio físico-
geográfico, el sistema económico, memoria histórica, el legado cultural, etc. Todo en su
conjunto configura la realidad social que envuelve a las familias y que tendrá repercusiones en
su calidad de vida.
cultura. De forma similar, los entornos donde viven forman y modelan a los
padres, educar con éxito es también una función de la comunidad y de las culturas.
2. Habilidades sociales: importancia de la relación entre las familias y un entorno
socialmente amplio. Los padres necesitan una combinación apropiada de
relaciones formales e informales capaces de proporcionar apoyo, guía y asistencia
en la tarea de cuidar y educar a sus hijos.
3. Acomodación mutua persona-ambiente: en la comprensión del comportamiento
humano es necesario analizar la interacción persona/entorno y la situación.
4. Efectos indirectos: aspectos más importantes del comportamiento y del desarrollo,
resultado de las interacciones que son modeladas e incluso controladas por
fuerzas que no se encuentran en contacto directo con las personas en interacción.
5. Conexiones entre personas y contextos: centra la atención en los movimientos de
las personas desde un contexto social a otro, y en las relaciones que existen a
través de diferentes contextos. Las relaciones paterno-filiales se fortalecen cuando
el niño y su padre comparten experiencias comunes. Con este planteamiento, la
habilidad de los padres para criar a sus hijos con éxito depende en parte de las
relaciones sociales de ambos.
6. Perspectiva del ciclo vital: sentido y significado de las características de la
personalidad que pueden diferir a lo largo del ciclo vital.
Microsistema: las influencias más inmediatas, son fuentes con las que el niño tiene
contacto, constituye un patrón de actividades, roles y relaciones interpersonales que
la persona en desarrollo experimenta en un entorno determinado, con características
físicas y materiales particulares: cuidadores, amigos, maestros, familia. El niño no es
solo un receptor pasivo de estas influencias, sino que ayuda a construir activamente el
microsistema.
Mesosistema: son las relaciones recíprocas entre los escenarios del micro-sistema. El
desarrollo social del niño se entiende mejor cuando se toman en consideración las
influencias provenientes de muchos medios, así como la relación que guardan entre sí.
La elección de los amigos está modelada por el clima relacional que los niños
experimentan en su propia familia.
Exosistema: ambientes en los que el niño usualmente no tiene una función activa,
pero que lo afecta de forma indirecta por medio de sus efectos sobre el microsistema,
como lo que les sucede a los padres en el trabajo.
Macrosistema: incluye las ideologías, reglas, tradiciones y costumbres de una cultura
particular, los mitos o valores. Se transmiten en los medios de comunicación social, los
clichés, los estereotipos.
Cronosistema: subyace en cada uno de los sistemas anteriores. Implica la forma en
que el desarrollo de los niños es afectado por el paso del tiempo, en el que se incluyen
los sucesos históricos.
Cada elemento afecta a otros, y éstos a su vez se ven afectados por aquellos en una especie de
equilibrio circular que una vez establecido tiende a mantenerse, en una aptitud de
homeostasis.
Bronfenbrenner (1987a) distinguía y definía los componentes que se deberían tener en cuenta
en el análisis de las estructuras sistémicas de los Microsistemas:
• Actividades molares: son las conductas progresivas que cada uno de los miembros del
núcleo familiar manifiesta. Son los indicadores del grado y de la naturaleza del
desarrollo psicológico.
• Diada: Se forma cuando dos personas prestan atención o participan cada una en las
actividades de la otra. Es importante para el desarrollo, primero porque constituye un
contexto crítico para el desarrollo; y segundo porque es el componente básico del
microsistema que hace posible la formación de estructuras interpersonales más
amplias. Las formas que pueden ser:
o Diadas de observación: Cuando uno de sus miembros presta atención de una manera
estrecha y duradera a la actividad del otro. En esta diada la persona que realiza la actividad
debe dar una respuesta manifiesta a la atención que le demuestra la otra persona.
o Diada de actividad conjunta: los dos participantes se perciben a sí mismos haciendo algo
juntos. Debe darse: reciprocidad, equilibrio de poderes y relación afectiva.
o Diada primaria: Es denominada "continua". Están presentes siempre los dos participantes,
incluso cuando no están juntos. Esta diada ejerce una fuerza poderosa en la motivación del
aprendizaje y en la orientación del curso del desarrollo.
Según Ponce de León y Fernández, (2008), el Modelo Ecológico tiene sus aportes principales en
el desarrollo del diagnóstico, porque le ofrece una visión más amplia del caso familiar a través
de los siguientes elementos:
Gestionar los puntos de apoyo social: las redes de apoyo informal, o incluso, el apoyo
institucional u otros organismos de índole social que pueden facilitar la superación de
la problemática planteada.
Gestión integral de las políticas sociales: puede orientar la intervención hacia medidas
de carácter global y generalizado, para articular medidas generales en barrios,
pueblos, ciudades, o zonas geográficas concretas para solucionar las problemáticas
planteadas, enlace directo con el Trabajo Social Comunitario.
3. MODELO COGNITIVO-CONDUCTUAL.
Con la cual se pretende modificar comportamientos y creencias. Esta terapia resulta efectiva
especialmente en el tratamiento de estados de ánimo como la depresión, ansiedad, ira, fobias
y desórdenes conductuales. Las emociones y las conductas están determinadas por los
Fundamentado por los principios de la Psicología del Aprendizaje y las Teorías Cognitivas. Tres
formas básicas de aprendizaje:
La ley del efecto de Thorndike (1898): todo comportamiento seguido de una consecuencia
agradable tenderá a repetirse en una condición similar. Los comportamientos pueden ser
modificados utilizando reforzadores, que pueden ser intrínsecos (dentro de la persona,
sentimientos) o extrínsecos (fuera), que pueden ser primarios (comida) o secundarios (dinero).
“Principio de Premack”: según el cual la conducta con más probabilidad de ocurrencia puede
reforzar la conducta de menor probabilidad.
Teorías Cognitivas, muchos de los pensamientos están determinados por los pensamientos.
Según Spivack y Shure (1974) existen cinco importantes pensamientos que pueden ser
trabajados con la familia para buscar nuevas interpretaciones, y generar nuevas competencias
y habilidades:
Dentro de la orientación cognitiva se pueden destacar los trabajos de dos importantes autores:
De estas dos teorías se pueden extraer las siguientes distorsiones cognitivas o creencias
erróneas (Hernández y Cívicos, 2008: 79-82):
Durante la evaluación, los datos recogidos en el diagnostico por los autorregistros resultan
interesantes para establecer la línea base que permite comparar los datos iniciales con los
autorregistros realizados al final o durante la intervención.
visión sistémica está integrada por varias partes o subsistemas interdependientes que se
relacionan entre sí, cada una con una función para atender a las necesidades del sistema.
Las constelaciones familiares están basadas en las representaciones de los hechos y en las
emociones que éstos provocan en las personas. Se representan los eventos a través de las
emociones que producen: alegría, enfado, odio, tristeza... todos estos sentimientos, heredados
de la herencia familiar en forma de destino y acontecimientos son representados por los
participantes, mediante grupos de personas o mediante dibujos o imágenes. Este método
puede llevarse a cabo individualmente o trabajar en grupo, se recomienda en grupo porque las
interpretaciones personales ayudan a interiorizar las emociones y los sentimientos, aunque
también pueda restar intimidad o inhibición. La selección de un grupo compuesto por
personas empáticas es fundamental.
Las constelaciones se pueden definir como órdenes o reglas de silencios que guían los
sentimientos del recuerdo y que son denominados como “órdenes del amor” (Hellinger, 2001).
Las constelaciones sacan a la luz de manera sencilla un contexto familiar vivido y sus
consecuencias, que pueden ser a través de representaciones: dibujos o colocación de figuras si
se trabaja individualmente, o mediante un juego de roles si se trabaja en grupo. Con estas
Durante la fase del diagnóstico el trabajador social deberá estar atento a las alteraciones que
se puedan producir en los siguientes órdenes o reglas familiares, según Hellinger, (2008,):
• Las informaciones. Si fuera oportuno el profesional ofrecerá información del caso, pero
es mejor no hacerlo para que los usuarios actúen de manera intuitiva. La constelación
es un método fenomenológico, cuanto menos influido esté por el conocimiento previo
mejor. El contenido de esta información se encuentra descrito en los órdenes del amor
(Hellinger, 2001).
• Elección del sistema de relaciones. Se eligen los miembros de la familia y las relaciones
que se establecen entre ellos. Se une el usuario a un vínculo concreto que estará
delimitado y que tiene que corresponder con lo que el usuario quiere constelar.
• La elección de los representantes. El usuario dentro del grupo elige a los futuros
representantes de su familia. Los representantes necesitan ser empáticos y estar
abiertos a su función en la constelación.
• La constelación. Seguidamente el usuario se coloca detrás de cada participante
seleccionado para la interpretación, colocará sus manos sobre los hombros de la
persona, dirá el nombre del miembro de la familia que representa, cerrarán los ojos y
el usuario transmitirá la energía que siente al pensar en ese miembro de la familia. Si
no siente nada, es mejor seleccionar otra persona.
• La imagen de la constelación. A los participantes seleccionados como representantes
se les solicita que expresen lo que han sentido, y posteriormente se muevan entre sí
para formar una representación de la familia. Si es necesario se solicitaría ayuda al
interesado para ordenar la imagen resultante. El profesional puede preguntar y
motivar a los miembros de la representación en función a los contenidos terapéuticos
que quiere vaticinar.
• La dinámica de la estructura familiar. Partiendo de la base de la imagen de la
constelación, de las fuerzas relacionadas con ella, y de su efecto sobre los
representantes, se comienza a desarrollar un proceso que constituye el núcleo de las
constelaciones. Se muestra la dinámica anímica de un campo de relaciones. Se revela
una acción que descubre sucesos importantes así como las estructuras básicas de
relaciones reales. El usuario ve su representación familiar, se le pide que se coloque en
ella. Se le pregunta cómo se siente, y es cuando empieza a darse cuenta de los
problemas y los sentimientos derivados de la familia. El usuario puede afrontar esta
imagen porque si no le gusta lo que está viendo y sintiendo se le da la opción de
cambiarla hacia sus preferencias.
• Ordenar la estructura familiar. Se produce un cambio de la imagen inicial de la familia,
y la persona puede dialogar con los integrantes y mandarles mensajes mientras
configura su nueva representación, que será más beneficiosa para poder sentirse
mejor. Se puede analizar con la persona los cambios a realizar en el sistema para
generar un planteamiento familiar más ordenado y beneficioso.
• Final de la constelación. La constelación llega a su fin, cuando los miembros de la
familia se reencuentran, cuando las personas excluidas son aceptadas, y cuando a cada
integrante de la familia se le ubica en el sitio donde debería estar. Cuando la
representación es la adecuada se coloca al usuario en la misma para que se sienta a
gusto con la tranquilidad del nuevo orden generado en la nueva representación.
Dentro de la representación se trabaja el futuro en las relaciones familiares y los
cambios que se pueden originar al combinar nuevos enlaces y sentimientos.
5. MODELO DE CRISIS.
La familia se puede encontrar ante situaciones problemáticas imprevistas, ante una crisis
casual fruto del azar o de la falta de previsión o de la ausencia de programación familiar. Este
es el ejemplo de situaciones con resoluciones judiciales inesperadas, accidentes o situaciones
que producen en un momento puntual situaciones de disfuncionalidad en la familia que
requieren de una intervención inmediata. Por ejemplo, desahucios, pérdida de empleo,
despidos inesperados, inundaciones, abandonos de hogar, fugas de los hijos, desapariciones,
enfermedades, accidentes, explosiones, terremotos, incendios, muertes, robos...
Ante estos hechos, el profesional deberá utilizar un modelo con unas peculiaridades concretas,
especialmente de inmediatez, diferenciándose en su marco teórico del resto de los modelos.
Las referencias fueron Erich Lindermann (1944) y Gerald Caplan (1965). El primero elaboró una
teoría a partir de los estudios realizados ante acontecimientos traumáticos. El segundo
observó el shock sufrido por niños judíos inmigrados a Israel tras el éxodo. La intervención en
crisis utiliza elementos de la psicología del "yo" desde la perspectiva psicodinámica y
recientemente se han incorporado las Terapias Cognitivo-Conductuales. Están focalizadas
principalmente en el control de respuestas emocionales ante eventos externos.
En Trabajo Social, destacan los aportes de Parad (1965) y la última actualización se encuentra
en la revisión realizada por Parad y Parad (1990). Goland (1978) y O’Hagan’s (2001) disponen
de manuales donde se ofrece una guía útil para el tratamiento de estos eventos.
Según Swanson y Carbón (1989), las crisis presentan una serie de características
fundamentales: son experiencias de vida en las que la persona lucha por recuperar el equilibrio
perdido, provocado por factores externos (una catástrofe) o internos (por una acumulación de
estrés).
La crisis también puede enlazarse con tendencias más positivas al otorgarle la capacidad de
superación, minimizando los aspectos adversos y centrándose en la importancia que tiene la
crisis para el desarrollo de nuevas potencialidades (Thompson, 1991: 28). O'Hagan (1986) en
su definición de crisis alude a la importancia de establecer previamente la significación que el
evento en cuestión tiene para cada persona, ya que la situación de crisis estará influenciada
por la subjetividad con la que lo vive la propia persona.
Roberts (2000) alude a dos tipos de crisis, una interna o personal y otra externa. Rappoport
(1970), James y Gilliland (2001) y Payne (1995) también distinguen 2 tipos de crisis: de
maduración asociada a la propia evolución del ciclo vital y la accidental u ocasional.
Caplan (1965) estableció cuatro fases importantes: La primera es la fase de impacto, que
comienza cuando un suceso desencadena la crisis, es decir, la aparición de ansiedad, tensión y
confusión. La persona activará los mecanismos de defensa que tiene para solucionar sus
problemáticas, pero puede que éstos no sean suficientes por lo que se entraría en la segunda
fase caracterizada por un aumento de la tensión y la puesta en marcha de competencias de
emergencia para solucionar la crisis. La tercera fase comienza cuando las medidas de
emergencia no son suficientes para reducir la angustia, provocando la desesperación y la toma
de decisiones más drásticas que pueden ser en algunos casos perjudiciales para la persona
(suicidio, alcohol, drogas...). La última fase sería el desenlace de la crisis donde se consigue
volver a recobrar el estado de equilibrio inicial.
Rappoport (1970): especial importancia a las primeras entrevistas para reducir la ansiedad y la
angustia. Es necesario el uso de un método ágil y rápido que permita al profesional ofrecer
respuestas prácticas y efectivas. La intervención consta de 2 fases: primero aliviar los síntomas
y analizar las causas que lo motivaron y segundo, trabajar la comprensión de la crisis,
induciendo nuevos planteamientos de cambio para superarla.
Golan (1978) propone un modelo más cognitivo, influenciado por el enfoque centrado en la
persona de Cari Roger (1972), y por el Modelo Psicosocial de Hollis (1969). 3 fases:
Roberts (2000) propone siete pasos: 1). Planificar y evaluar la situación de crisis. 2). Establecer
un clima de confianza y empatía. 3). Identificar los principales problemas y los hechos que los
han precipitado. 4). Tratar los sentimientos y las emociones. 5). Generar y explorar
alternativas. 6). Encontrar y formular un plan de acción rápida. 7). Efectuar un seguimiento del
plan y de los acuerdos.
James y Guilliland (2001) proponen seis pasos para tratar la crisis: 1). La escucha, donde se
define la crisis. 2). Se proporciona apoyo a la familia. 3). Se evalúa el grado de incidencia de la
crisis y su actuación. 4). Se examinan las alternativas. 5). Se elabora un plan de acción. 6). Se
obtiene un compromiso.
Myers (2001) propone la evaluación de reacciones afectivas (ira, ansiedad, miedo, tristeza);
reacciones cognitivas en las dimensiones de la vida (física, psicológica y social); reacciones
morales y espirituales (transgresión, amenaza, pérdida); y reacciones conductuales (evitación,
acción e inmovilización).
Kanel (2003) propone condensar las fases en el modelo A B C (A, establecer el contacto y
atender los problemas; B, trabajar los problemas; C, facilitar el afrontamiento de la crisis).
En la primera entrevista el modelo cobra especial importancia para poder afrontar el caso con
una solución puntual, y generar un clima de confianza donde el usuario pueda trabajar
aspectos emocionales que irremediablemente estarán asociados al periodo de crisis.
Normalmente, las entrevistas realizadas en la intervención de crisis son de 4 a 6, en muy pocos
casos se supera la cifra de 12.
Las competencias del profesional: maestría y rapidez para percibir y analizar las situaciones
críticas, organización eficaz de respuestas rápidas, saber aconsejar y asesorar, ofrecer claridad
para la toma de decisiones, ser buen comunicador, tener coherencia, templanza, decisión,
valentía y mucha empatía. Complementariamente la actitud del trabajador social debe ser
activa, decidida y entregada (Golan, 1978).
Según Roberts (2000) la intervención debe reunir los siguientes puntos: desarrollar
mecanismos de adaptación y supervivencia en el repertorio de recursos de la persona, trabajar
los sentimientos y las emociones derivadas del problema, movilización de recursos de apoyo
alternativos, reducir los efectos desagradables y las emociones, elaborar los acontecimientos y
sus consecuencias, e incorporarlas como parte constituyente de la vida personal.
Según Rapoport (1970), la intervención del Modelo de Crisis presenta las siguientes
características:
El enfoque del profesional es más directivo, más concreto y está orientado hacia unos
objetivos predefinidos.
Toma especial relevancia el carácter subjetivo: cogniciones y apreciaciones personales.
Se debe llegar a un dominio rápido y eficaz de la situación, el "aquí y el ahora". Enfatiza
el carácter positivo de superación de las personas y la capacidad para desarrollar
nuevas actitudes y competencias.
No se puede aplicar las fases del método tradicional, ya que la intervención está
dirigida por la premura, la urgencia y su correspondiente limitación en el tiempo.
Siguiendo el Enfoque Psicosocial de Hollis (1969), el trabajo que se realice con la familia sirve
de amortiguador, potenciador y recurso sinérgico para afrontar la crisis, que no solamente
afecta a la persona, sino al conjunto familiar.
Se centra en lo que se denomina ciclo cerrado, que se define “como las constantes que han
permanecido siempre en la familia, que se repiten incesantemente y que entorpecen la
funcionalidad de la misma”. Entre los significados de la palabra “ciclo”, la Real Academia
Española la define como “un conjunto de una serie de fenómenos u operaciones que se
repiten ordenadamente”. Estos ciclos se retroalimentan, siendo bastante complicado salir de
ellos, porque éstos pueden convivir con la familia desde hace años, decáelas e incluso
generaciones.
"Mi familia es como todas las demás". Se asume inconscientemente que todas las
familias se comportan de igual manera. No se acepta la posibilidad de que existan
otras alternativas de convivencia porque inconscientemente las familias están
programadas para evitar cambios que puedan desequilibrarla. Es una forma de
prevenir o evitar la necesidad de cambiar algo y más dentro de la familia, donde las
alteraciones afectan aún más por la implicación y vinculación emocional.
La resistencia a los cambios, el doble vínculo emocional, las sinergias de las generaciones y las
compensaciones presentes de un pasado, pueden generar y poner en funcionamientos
patrones constantes o ciclos cerrados, que pueden repetirse, reproducirse y retroalimentarse
una y otra vez.
Todo este contenido refleja el carácter ecléctico del modelo, puesto que contempla todos los
modelos estudiados anteriormente:
Para la elaboración del diagnóstico se podrá utilizar la técnica del Ciclograma Familiar.
Realizado el diagnóstico, la intervención desde el Modelo de Apertura de Ciclos Cerrados
estará basada en dos partes que representan la idiosincrasia del Trabajo Social; por un lado, la
relación interpersonal, y por otro, la gestión de los recursos. Por eso es necesario que el
profesional domine: los elementos de las entrevistas individuales y familiares (empatía
principalmente), y el conocimiento de los recursos sociales de cada ámbito profesional y de su
zona concreta.
En la primera fase: se explicará a la familia el ciclo cerrado detectado y sus repercusiones (en
algunas ocasiones la explicación del puede ser contraproducente y se recomienda trabajar
directamente con la gestión del recurso alternativo y esperar el momento adecuado para
comentarlo más adelante). Seguidamente el profesional procederá al conocimiento emocional
e intelectual de la familia, generado un clima de confianza y colaboración. Su objetivo será
transmitir la radiografía del ciclo cerrado a la familia.
TEMA 8.
Técnicas y documentos fundamentales del Trabajo Social con Familias.
INTRODUCCIÓN.
La Real Academia Española aporta las siguientes definiciones del concepto de técnica:
"conjunto de procedimientos o recursos de los que se sirve una ciencia o arte", "pericia o
habilidad para usar esos procedimientos o recursos", "habilidad para realizar cualquier cosa o
conseguir algo". Las técnicas representan la manera de hacer efectivo un propósito definido
(Pérez Serrano, 2006).
1. TÉCNICAS DIAGNÓSTICAS.
1.1. Genograma.
La más utilizada en Trabajo Social (perteneciente al Modelo Sistémico), que integra tres
elementos básicos: estructura, miembros familiares y comunicación familiar. Por lo general, los
Genogramas también incorporan un Mapa de relaciones básicas de referencia con el tipo de
relaciones que se establecen entre los miembros de la familia.
El Genograma es una técnica diagnóstica gráfica que permite condensar la información familiar
en una sola imagen: la estructura jerárquica (en forma de árbol genealógico), las relaciones
entre sus miembros (alianzas, coaliciones, cordialidad, incomunicación, discusiones y
aislamiento), la información de la familia que se considere más relevante (por ejemplo,
fallecimientos, desempleo, enfermedades, edad, rupturas, sucesos críticos), y lo que el
profesional considere oportuno destacar para el estudio del caso.
Existen tres bloques informativos que no deberían faltar: datos demográficos, parentesco e
información funcional. El Genograma combina la información biológica, psicosocial, relacional,
identifica problemas o sucesos reseñables que han incidido en la familia y que tienen un
enorme valor en la elaboración del diagnóstico sistémico.
1.3. Ecomapa.
disponibles en cada caso. Los círculos añadidos representan gráficamente la descripción del
suprasistema: Microsistema, Mesosistema, Exosistema, Macrosistema y Cronosistema.
Se acercan al círculo de la familia si son muy influyentes y se alejan si lo son menos. En los
círculos se puede incorporar los nombres. Se puede delimitar la relación estableciendo flechas
conectoras con los integrantes de la familia, que pueden simbolizar la reciprocidad de las
mismas, o el distanciamiento. Se puede escribir la información que se estime oportuna.
Es otra de las técnicas gráficas diagnósticas del Modelo Ecológico que representa los apoyos
sociales existentes en los miembros de la familia en forma de redes concéntricas. Es una
técnica que puede servir como complemento al Ecomapa porque permite estudiar con
detenimiento las redes sociales de cada miembro de la familia y establecer los posibles canales
de apertura para favorecer la permeabilidad familiar.
Siguiendo el Mapa de redes de Cari Whitaker (1992) se establecen cinco círculos concéntricos
de mayor o menor proximidad al miembro evaluado, que se sitúa en el centro. El primer
círculo significa relaciones intensas, el segundo, relación diaria, el tercero, relación frecuente,
el cuarto, relaciones esporádicas, y el quinto, escaso contacto. Posteriormente se dividirán los
círculos concéntricos en varias porciones triangulares que representarán los núcleos
influyentes, por ejemplo, familia extensa, amigos, relaciones laborales, vecinos, relaciones de
ocio, instituciones y otros... Cada triángulo se puede dividir en tantos radios como se estime
oportuno según el caso. Las redes representan las capacidades para el cambio, puntos de
apoyo social y recursos sociales disponibles.
1.5. Culturograma.
A. Comunidad
1. Tiempo de permanencia en la comunidad.
2. Situación de legalidad.
3. Motivos de traslado.
B. Familia
4. Hábitos saludables.
5. Lenguaje y comunicación en el hogar y en la comunidad.
6. Impacto de traumas o problemas familiares.
C. Permeabilidad
7. Racismo y signos de discriminación.
8. Contactos con instituciones culturales, religiosas y hábitos de apertura.
D. Valores
9. Educación y trabajo.
10. Familiares, poder, mitos y reglas.
1.6. Cronograma.
Es una técnica diagnóstica perteneciente al Modelo Sistémico enlazado indirectamente con los
principios de la Fenomenología. Esta técnica permite recoger en orden cronológico los
acontecimientos más relevantes del sistema familiar. La ordenación de estos eventos permite
visualizar, anticipar y predecir la evolución de un caso.
1.7. Ciclograma.
Las temáticas de los ciclos cerrados pueden ser muy variadas (conductas, pensamientos,
reglas, alianzas, valores, vivencias, traumas, crisis...), por este motivo, el Ciclograma se puede
considerar una técnica diagnóstica ecléctica.
La visita domiciliaria reúne una serie de características importantes, que la hacen constituirse
como una técnica diagnóstica imprescindible para recoger información, formular y verificar
hipótesis de trabajo, y orientar las directrices de las acciones profesionales.
Es útil para valorar objetivamente el estado en el que se encuentra la familia. Sin embargo, no
es recomendable para la intervención, porque tratar a las familias en su domicilio se convierte
en un trabajo altamente sugestionable y comprometido (Pérez de Ayala, 2004).
Algunas consideraciones que el profesional deberá tener en cuenta podrían ser las siguientes:
Avisar con antelación.
Cuando una visita domiciliaria imprevista sea necesaria para clarificar los datos
recogidos sobre el caso, no se comentarán las verdaderas intenciones, sino que se
deberá fundamentar la acción sobre alguna excusa o justificación viable (por ejemplo,
la cercanía de unas visitas con otras, la agilización de los trámites, la necesidad de
nueva documentación...). Se debe respetar la negativa del usuario a la visita si estima
que no es el momento adecuado, y se podrá posponer la cita para otro momento.
Se cuidará el saludo inicial.
El profesional pasará dentro del domicilio si el usuario le da permiso.
Velará porque la familia se sienta a gusto con su presencia.
2. TÉCNICAS DE INTERVENCIÓN.
Una misma técnica puede tener fines, contenidos y morfologías distintas, dependiendo de si es
individual, familiar, grupal o comunitaria.
2.1. La entrevista.
Permite recoger información en el contexto natural, la registra y analiza los datos extrayendo
conclusiones. Puede tener 2 vertientes:
Las percepciones: cada uno tiene su propia manera de percibir a los demás integrantes
familiares y su particular apreciación del contexto familiar. Mediante las percepciones se
analizan cómo se ven los unos a los otros, cómo se entrelazan y conviven estos sistemas, y
cómo influyen en la dinámica familiar.
Las alianzas: ser conscientes del motivo de las alianzas es tan importante como saber entre
quienes se establecen. Reid (1986) distingue algunas alianzas frecuentes; dos a favor de uno
(sería positiva mientras no mantenga una situación problemática), dos contra uno
(problemática), dos buscando a uno (triangulación, rivalidad padres para conseguir alianza con
el niño).
Mimetismo. Esta técnica suele ser usada por el profesional para acomodarse al estilo de la
familia y a sus modalidades afectivas. El profesional se comporta como lo hacen los miembros
de la familia, si la familia es jovial el profesional se mostrará alegre, si la familia es calmada y
tranquila, el profesional se comportará sosegadamente, si la familia es activa el profesional se
mostrará dinámico... La principal finalidad es mantener la afinidad (Minuchin, 2001).
Preguntas circulares. El trabajador social se dirige a los integrantes de la familia con el deseo
de que completen alguna cuestión sugerida. Se les solicita que cada uno exprese sus puntos de
vista. No se plantean resoluciones, solo obtener la información de cada miembro.
Interpretación. Esta técnica permite analizar la conducta actual guiada por esquemas internos
que se han desarrollado a partir de experiencias pasadas que no fueron canalizadas
adecuadamente. Conecta la experiencia actual distorsionada con las emociones suscitadas en
el pasado que produjeron la distorsión:
"¿Cree que la situación que vivió en su anterior matrimonio le impide tomar una decisión con
su actualpareja?, ¿cree que hay algo que deba superar antes de tomar su decisión?".
Paradoja. Con esta técnica se puede desbloquear la actitud del usuario, rompiendo el
esquema mental y la percepción de la realidad. Con la reacción imprevista, el trabajador social
puede provocar un cambio en el usuario. Esta técnica parece contraria al sentido común, pero
permite desenmascarar las razones ocultas que diseñan las personas para no cambiar.
(“Cuando gritas a tu madre quieres decirle que la quieres. Normalmente los niños que quieren
a sus madres les ofrecen besos, no insultos...”).
"Pille a su pareja haciendo algo agradable... y hágaselo saber". Es una técnica que tiene como
estrategia aumentar el intercambio positivo. Consiste en que cada miembro de la familia
registre de manera puntual todas aquellas actuaciones y detalles que han sido valorados como
positivos. Cada dos días la pareja intercambiará las anotaciones. Permite que la pareja sepa lo
que le agrada a cada uno respectivamente, y reforzar con gestos y conductas aquello que es
positivo. El trabajador social también puede aplicarlo en la pareja y comentar lo que ve
positivo en ellos. Se orientan las sesiones hacia lo positivo, obviando lo negativo.
Role Playing. Es una técnica mediante la cual se pueden simular y representar escenas de la
familia. Se pueden alterar las funciones y los roles familiares.
Caja de los deseos. Esta técnica consiste en que cada uno de los miembros de la pareja escriba
en un trozo de papel (de color diferente para cada uno) algunos deseos y actividades que le
gustaría realizar con el otro. Posteriormente, deben doblar el papel e introducirlo en una caja.
Cuando cualquiera de los miembros de la pareja quiera complacer al otro, lo único que tiene
que hacer es ir a la caja de los deseos, coger un papel del color de la pareja, leer el contenido y
cumplirlo. La finalidad de la técnica es sugerir a cada miembro que cumplan algún deseo con
su pareja e intenten mejorar la relación. Si lo consideran demasiado artificial, se puede utilizar
otros formatos (Cáceres, 1995).
Cambio de roles. Esta técnica consiste en modificar las reglas y los roles en función de los días
de la semana. Es recomendable para que los miembros practiquen la empatía y la asertividad.
Narración de cuentos metafóricos. Se solicita a los integrantes que escriban algún cuento
referente a algún tema tratado en las sesiones (drogas, colegio, estudios...), para luego
debatirlos con el grupo familiar viendo las similitudes y diferencias planteadas en la familia.
También se pueden narrar anécdotas y relatos familiares que tendrán un contenido más
cercano que los cuentos, y pueden crear un buen clima para superar y afrontar experiencias
familiares anteriores sin resolver.
Baraja de los pasatiempos. A partir de una larga lista de actividades propuestas por el
trabajador social, cada participante debe escoger cinco actividades que le supongan una
satisfacción especial. Cuando cada uno ha elegido sus cinco actividades se intercambian la lista
y contrastan si han coincidido con alguna. Si fueran coincidentes, se tendrían que desarrollar
las actividades conjuntamente. Con esta actividad se pretende promocionar los sentimientos
positivos a través de actividades placenteras. Puede ocurrir que no coincidan en ninguna
actividad o que aprovechen el momento para reprocharse cosas del pasado. El profesional
debe evitar enfrentamientos. (Cáceres, 1995).
La desensibilización sistemática es una técnica que se utiliza para eliminar la conducta del
miedo, la ansiedad y los síndromes de evitación. Consta de dos elementos: enseñarle a la
persona otra conducta alternativa a la ansiedad como la relajación, y el segundo elemento, la
exposición gradual con el estímulo que provoca el miedo, generalmente utilizando la
imaginación. El usuario debe aproximarse despacio a un evento aversivo e intentar relajarse en
cada aproximación.
Están basadas en la siguiente premisa "la respuesta es mantenida por sus consecuencias”. Lo
primero que se debería especificar antes de aplicar las técnicas sería lo siguiente:
- ¿Qué conducta se quiere modificar?
Si es una conducta adecuada, aumentar la probabilidad del comportamiento.
Si es inadecuada, disminuir la probabilidad.
Otro ejemplo es el uso de entrenamiento y enseñanza explícita (Raynor y col, 1994), que
incluye técnicas de autocontrol, agilidad mental, habilidades sociales, conocimiento de los
pensamientos de los demás, pensamientos creativos, razonamiento crítico, análisis de las
consecuencias del comportamiento sobre los demás, manejo de emociones y la descripción de
la experiencia de haber ayudado y ser ayudado por los demás.
Esta técnica se suele utilizar cuando las partes implicadas no se ven capacitadas por sí mismas
para superar un conflicto. La mediación se sustenta en supuestos que le dotan de especificidad
dentro del marco general de la resolución de conflictos: confidencialidad, neutralidad,
colaboración, voluntariedad y visión de futuro (De Diego y Guillen, 2010).
Algunas de las definiciones pueden dotar al concepto de la mediación familiar un valor
jurídico. Los profesionales que deseen desempeñar esta función deberán estar inscritos en el
Registro de Mediadores Familiares, correspondiente, también se precisa una titulación
universitaria y formación específica en el ámbito de la mediación familiar impartida por los
colegios oficiales o por centros docentes.
Otras definiciones pueden dotar al concepto de la mediación un valor terapéutico,
entendiéndola como una "herramienta o técnica cuya aplicación permite la resolución de
conflictos familiares de una manera pacífica y consensuada, mediante la colaboración neutral
e imparcial del trabajador social que contribuye a la creación de un espacio de diálogo y
comunicación adecuada capaz de facilitar la consecución de acuerdos”.
Diferentes modelos de mediación:
Modelo Tradicional-lineal (Pisher y Ury, 1999). Basado en una oportunidad de
negociación de colaboración, centrada en preguntas abiertas.
Modelo Circular narrativo de Sara Cobb (1999): ofrece un procedimiento para la
solución de las disputas, trabajando una nueva revalorización de la situación con el
objetivo de buscar soluciones.
Modelo de Carnevale (1986): basado en 4 estrategias de acción: integración, presión,
compensación, inacción.
El modelo que presentan Floreng y Taylor (1997), etapas:
1. Creación del espacio de relación interpersonal: se trabaja la calidez y la cordialidad.
Se realiza la recepción, el estudio y el pronóstico: se determinan los antecedentes, las
expectativas de los participantes, la comunicación entre ellos, el estado emocional, las
experiencias derivadas del conflicto, problemas asociados y la motivación existente
por intentar superarlo.
2. Planteamiento del conflicto. Delimitación del problema. De toda la información
recogida se selecciona lo que se considera más importante para delimita: el conflicto,
su duración, su intensidad y las distintas posiciones de los miembros implicados.
3. Construcción de alternativas. Con los miembros de la familia se elaborar todas las
alternativas que ellos mismos proponen para superar el conflicto.
4. Toma de decisión o negociación. Mediante el diálogo los participantes discuten los
beneficios y desventajas de las alternativas. El profesional debe mostrarse imparcial.
Simplemente debe ejercer de árbitro, regulando las acciones de los participantes,
orientándoles y apoyándoles para conseguir un acuerdo pero sin decantarse por
ninguna alternativa.
5. Establecimiento de un plan. Cuando se elige la opción más adecuada se establece un
plan para cumplir los acuerdos mediante un compromiso, documento informal o
contrato.
6. Puesta en práctica. Los participantes intentan poner en práctica los acuerdos.
7. Revisiones periódicas. Se revisa el cumplimiento de acuerdos y se resuelven los
problemas que puedan requerir alguna modificación.
Ventajas de la mediación:
• Es una técnica que permite ahorrar esfuerzos administrativos y económicos.
• Evita que aparezcan ganadores y perdedores.
• Aumenta la creatividad, la responsabilidad y el compromiso en la búsqueda de
soluciones.
• Supone nuevos aprendizajes.
• No hay ganadores ni vencidos.
• Reduce la hostilidad.
• Mejora el ambiente familiar.
• Facilita la comunicación y el entendimiento.
• Reduce la tensión emocional en las relaciones familiares.
• Favorece los vínculos y el ejercicio de las responsabilidades.
• Es flexible y se puede amoldar a cualquier tipo de conflicto.
2.6. El contrato.
El contrato es una técnica que facilita un acuerdo de actuación entre los miembros de la
familia y el trabajador social, en él que especifican los compromisos que asumen ambas partes.
El contrato puede ser verbal o escrito, en ambos se quedarán registradas con claridad las
acciones a realizar y el calendario.
Es una técnica simple pero muy eficaz, porque reduce los malos entendidos, distribuye los
compromisos, evita ambigüedades y manipulación, no difumina los acuerdos, es un elemento
motivador, genera expectativas y tiene efectos estimulantes para la acción. Debe ser firmado
por las partes que intervienen quienes dispondrán de una copia cada uno.
Para poder garantizar una adecuada elaboración:
Ser escritos, consensuados y firmados por los participantes, así todas las partes
podrían participar en su contenido. Tiene que ser claro y específico.
Tener intenciones sinceras y realistas.
Estar planteados en términos positivos.
Estar abiertos a la renegociación.
Los contratos deberían tener los siguientes contenidos básicos: objetivos de la intervención
(realistas y concretos), miembros de las familias y/o profesionales que participan, lugar,
medios, duración, frecuencia, horarios de las sesiones y actividades a desarrollar.
3. TÉCNICAS DE EVALUACIÓN.
Pueden ser empleadas para establecer la línea base de la situación inicial, además permiten
realizar revisiones en las posibles modificaciones del plan general de actuación y, finalmente,
evaluar la intervención final.
La aplicación de estas técnicas posibilita que se evalúe el aprendizaje, permitiendo conocer en
qué se equivocó el trabajador social: en el diagnóstico, en la técnica seleccionada, si el
abandono del tratamiento fue motivado por el profesional o por una causa externa, si tiene
que mejorar el servicio en algún aspecto concreto, si es necesario revisar el proyecto de la
institución, si son adecuados los procedimientos, si hay que diseñar protocolos de actuación.
Las entrevistas estructuradas tienen una composición muy cerrada. Ofrece al trabajador
social la iniciativa de fijar de antemano las preguntas, lo que disminuye en grado de libertad de
expresión por parte del entrevistado.
Las semi-estructuradas serían un poco menos estructuradas. Las preguntas que se utilizan
en ambas pueden ser abiertas o cerradas, recomendando intercalarlas para mantener un ritmo
entre las mismas. Si la entrevista está constituida solamente por preguntas cerradas, sería un
cuestionario, porque el usuario tendría que elegir entre las alternativas que se proponen como
contestación, perdiendo el potencial de información que se puede recoger mediante
preguntas abiertas.
En las entrevistas abiertas se fija un guion de temas o aspectos a tratar. El protagonista en
este caso no es el entrevistador, es el entrevistado, al que se le animará en sus exposiciones
para recabar la máxima información posible. La función del entrevistador será incentivarle a
que hable del tema tratado, reorientarle cuando se desvíe del mismo e intentar conseguir un
discurso externo que permita hacer una evaluación en profundidad.
Escala de Familia de Origen (FOS). Es una escala diseñada por Hovestadt y colaboradores
(1985) compuesta por 40 ítems que mide los procesos familiares en relación con la autonomía
y la intimidad.
Escala de Ambiente familiar (FES). Diseñada por Moos y Moos (1981). Compuesto por 90
ítems que evalúan el clima familiar en tres dimensiones: las relaciones interpersonales, el
crecimiento personal y el cambio o no cambio del sistema familiar. Esta escala se creó para
evaluar tres dimensiones de la familia: l. Relaciones (cohesión, expresividad, conflicto). 2.
Desarrollo (independencia, orientación al logro, actuación intelectual-cultural, orientación
social-recreativa, moralidad-religiosidad). 3. Estabilidad (organización y control). Se emplea
tanto para medir cómo se ve la familia en la actualidad como para saber cómo les gustaría
verse en el futuro.
Escala de Ajuste Diádico. Diseñada por Spainer (1976), está compuesta por setenta y seis
ítems que evalúa cuatro aspectos: satisfacción, cohesión, consenso y expresión de afecto.
Escala de Felicidad Matrimonial. Diseñada por Azrin, Master y Jones (1973) y modificada por
Bornstein y sus colaboradores (1985), evalúa a través de una sencilla tabla once áreas
importantes en la relación de pareja: responsabilidad en la casa, educación, sexualidad,
promoción académica y laboral, independencia personal, independencia del cónyuge, cariño y
felicidad.
Inventario de apoyo a la pareja (IAPP). (Brizuela, Ojeda, Calderón y Cruz, 2006). Permite
analizar las relaciones interpersonales y sobre todo saber cómo es la pareja respecto al apoyo
percibido y el compromiso emocional existente. Es un instrumento corto, con oraciones
sencillas, compuesto de una escala de respuestas de cinco opciones tipo Lickert. Consta de 59
ítems, estructurados en tres factores; Apoyo positivo (conductas destinadas a dar soporte
emocional al otro miembro mediante protección, seguridad, afecto y amor), apoyo expresado
(conductas orientadas a ayudar al otro miembro de la relación y buscar la solución a los
conflictos expresando su afecto, amor y comprensión) y apoyo negativo (conductas orientadas
a no apoyar al otro miembro).
Inventario de Estilos de Amor para Adultos (IEAA). (Ojeda, 2006). Este instrumento está
basado en los estilos de amor de Lee (1973). Comprende 82 ítems, estructurados en seis
factores: amor amistoso (se fundamenta en alimentar día a día una profunda amistad), amor
agápico (la pareja es más importante que la persona), amor erótico (se fundamenta en el juego
del amor y la atracción física), amor ludus (se mantiene a la pareja un tanto incierta con el
compromiso adquirido, muy voluble y centrado en su propia satisfacción), amor maníaco
(asociado a un control estricto de la pareja), amor pragmático (basado en una programación
de la elección de la pareja y de los elementos que la envuelven). Es un instrumento compuesto
de una escala de respuestas de cinco opciones tipo Lickert.
Cuestionario de evaluación del Funcionamiento Familiar (EFF). Evalúa la percepción que tiene
un miembro de la familia acerca del funcionamiento familiar. Se construyó a partir del Modelo
de McCarter de Funcionamiento Familiar (Epstein y col. 1981).
Documentos personales: Son registros escritos por iniciativa propia del autor, no estando
motivados a petición o sugerencia del investigador. Dentro de los documentos se destacarían
la biografía o trayectoria vital de una persona contada por un tercero, y la autobiografía que es
la biografía relatada por el propio protagonista, o la historia de la persona en sí misma. Pueden
ser memorias (acontecimientos de la vida del autor), confesiones, apologías (ensalzar la vida
del autor), epistolarios (cartas en las que se relatan gran parte de la vida del autor) y diarios.
Historias de vida: Son registros motivados y solicitados por el profesional quien demanda la
exposición de los hechos, sus interpretaciones y establece una estructuración temática para
guiar su elaboración. Estas pueden contemplar el relato de la persona y también
complementarse con documentos añadidos como informes, historia social, testimonios, test,
escalas…, que puedan aportar más información o verificar el apartado más estrictamente
personal.
Biogramas: Son registros biográficos centrados en determinados aspectos que han sido
extraídos de una numerosa muestra de biografías solicitada por el investigador a efectos
comparativos.
3.4. Autorregistros.
Es una técnica que permite recopilar información muy específica (frecuencia, periodos,
causas, consecuencias...) relativa a un tema o asunto muy concreto, que puede ser una
conducta, un pensamiento, un sentimiento, una escena, un recuerdo, atribuciones... o
cualquier elemento que el profesional estime adecuado estudiar para la intervención.
Esta información suele aparecer en hojas de registro específicas donde se anotan los días
de la semana, las horas del día, y se contabiliza la frecuencia y los elementos que se hayan
planificado previamente.
Es necesario aclarar las instrucciones para formalizar el autorregistro y motivar a la
persona a que adquiera el compromiso de aplica.
4. DOCUMENTOS FUNDAMENTALES.