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Escuela De Arquitectura
Electiva III
Bachiller:
Fuentes Edgar
C.I: 21.338.771
Junio– 2019
La hoja
Es una de las partes más importantes de las plantas vasculares, pues es el órgano vegetativo
primariamente especializado en la realización de la fotosíntesis. De forma general, las hojas
son estructuras laminares o aciculares, que brotan lateralmente de los tallos o ramas, que
tienen crecimiento limitado y que contienen sobre todo tejido fotosintetizador, situado
siempre al alcance de la luz. Además, las hojas son las encargadas de llevar a cabo otras
funciones como la transpiración y la respiración. Secundariamente las hojas pueden
modificarse para almacenar agua o para otros propósitos.
Fotosíntesis:
La fotosíntesis es posible gracias a unos pigmentos especiales que contienen las plantas,
siendo el más importante de ellos la clorofila, responsable del color verde de los vegetales.
Respiración
Transpiración
Absorción
Además de las funciones esenciales nombradas, las plantas son capaces de tomar por las
hojas algunos nutrientes e incorporarlos a los haces vasculares. Las especies arbóreas
(olivo, naranjo y otros frutales) son las que tienen mayor capacidad de absorción.
Partes de la hoja
Limbo
Pecíolo
Vaina
El limbo está surcado por una serie de líneas o cordones, perfectamente visibles al trasluz y
salientes por el envés, llamadas nerviaciones, nervaduras o nervios. Son hacecillos de
conductos vasculares prolongación y ramificación de los del pecíolo, cuya misión es
aportar la savia bruta y retirar la elaborada.
En muchas hojas el nervio principal es central y finaliza en la punta del limbo (el ápice);
del nervio principal suelen partir otros nervios secundarios. Mediante las nervaduras del
limbo se puede realizar clasificaciones de las hojas (véase más abajo la clasificación de las
hojas según su nervadura).
Por su nervadura
Por el número y disposición de los folíolos
Por su forma general
Por la forma del borde
Por la forma del limbo
Por la forma del ápice
Por la forma del margen
Por la forma de la base
La nervadura o nerviación de las hojas varía dependiendo de las especies, aunque las más
comunes son las de nervadura paralela o paralelinervias, en que las nervaduras se extienden
paralelamente desde su base; y las de nervadura reticular, en las que existen nervios
principales, de los que salen, a modo de red, otros nervios secundarios o menores en
disposición de retículo.
La diversa disposición de las hojas en el tallo se estudia mediante una parte de la botánica
llamada filotaxis. Las hojas nacen en puntos determinados del tallo, los cuales vienen
condicionados por la estructura de los llamados meristemos apicales primarios. Estos
puntos se denominan nudos y el espacio de tallo situado entre dos nudos consecutivos se
llama entrenudo.
Las hojas se sitúan en los nudos a lo largo del tallo según diferentes órdenes, e incluso con
cierto desorden (las llamadas hojas esparcidas); a veces se disponen varias juntas en un
mismo nudo formando un verticilo (hojas verticiladas); en otras ocasiones se muestran dos
hojas en cada nudo enfrentadas entre sí (opuestas), etc.
Según la posición en altura sobre el tallo, se distinguen: hojas radicales o basales las
situadas cerca del cuello de la raíz o en la base del tallo; y caulinares las situadas a lo largo
del tallo y sus ramificaciones.
Tipos de hojas según las características y aspecto del limbo
Según la composición de las hojas en base a las características y aspecto del limbo, se las
clasifica en simples o sencillas y compuestas. En las primeras, el pecíolo no se ramifica,
siendo el limbo de una sola pieza.
Las hojas compuestas presentan el limbo dividido en hojitas (los folíolos) que a su vez
pueden subdividirse. La diferencia entre una hoja verdadera y un folíolo (que pueden ser
grandes), reside en que en la axila de la primera hay una yema, de la que carecen los
folíolos.
Las hojas también se pueden clasificar por su borde. Éste puede ser liso (entero); presentar
indentaciones (borde dentado o con pequeños entrantes); hendiduras más o menos acusadas
(borde lobulado, festoneado, partido), etc.
Las hojas también pueden clasificarse de acuerdo a su duración en el tiempo. Se dividen en:
caducas (si sólo viven un periodo vegetativo y caen a su final), perennes o persistentes
(duran más de un periodo vegetativo) y marcescentes (si ya secas, se mantienen en el árbol
hasta la formación de las próximas).
Caída de la hoja
En la base del pecíolo, un estrato de células cambiales determina la formación del cojinete
cicatrizal; más arriba se encuentra la verdadera capa aisladora en la que se produce la rotura
de los tejidos, seguida a su vez de un estrato lignificado. El cojinete cicatrizal, en el punto
de desprendimiento, se lignifica o se suberifica, o bien ambos fenómenos ocurren
simultáneamente.
Las hojas antes de caer, se deshacen de la mayor parte de los materiales que pueden ser
útiles a la planta: hidratos de carbono, substancias proteicas, etc. las escorias del
metabolismo, tales como, el exceso de sales, quedan en la hoja que cae, y de esta manera, la
planta se exonera de las materias inútiles.
Son alimenticias, las que sirven al ser humano para su alimento como la lechuga, la
acelga, el repollo, la espinaca y otras.
Son medicinales, las que se usan para las enfermedades, como el eucalipto, la malva, la
borraja.
Son industriales, las que se usan para la elaboración de productos destinados al
comercio, como el tabaco, el añil, la cocuiza, y otras