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UNIVERSIDAD ARCIS

ESCUELA DE PSICOLOGÌA
CURSO: PSICOTERAPIA PSICOANALÍTICA
Prof.: Martha Elba López
Prof. Ayudante: Jaime Herrera - Macarena Silva J.

INFORME CASO CLINICO

1. DESCRIPCIÓN DEL CASO

Antecedentes:

El paciente, Benjamín, de 24 años, estudiante de tecnología médica, llega


al consultorio derivado del psiquiatra a partir de un diagnóstico de “TOC”.

Desde hace dos años realiza acciones para neutralizar “pensamientos


malos”, estos pensamientos aluden a personas, personas que califica como
malas. A medida que transcurren las sesiones en el lugar de estas personas sitúa
a su padre, la mujer del padre y su hermano.

Hace dos años, en la misma época en que consulta (mayo), sufre una
depresión que el paciente asocia al invierno, a la falta de luz. En ese mismo
período ha terminado una relación con su polola, de la cual estaba muy
enamorado en ese entonces; pero con la que después vuelve, sin sentir el mismo
afecto. En ese mismo tiempo, consulta a una psicóloga, sin embargo deja de
asistir. Cuando comienzan las acciones repetitivas a las que luego siguen los
“pensamientos malos” consulta un psiquiatra quien le recomienda dejar de realizar
las acciones, mas él no puede dejar de hacerlas, por lo que dice: “ no me pescó”.

Dice que sus padres están separados desde su nacimiento, “pero eso no
tiene nada que ver con lo que tengo”, agrega. Vive con su madre, su abuela y el
hermano. Dice que a su madre la quiere más que a su padre, pero que la trata
mal. De su padre dice que él sólo ayuda de forma económica, pues “no da todo lo
que tiene que dar”. Reclama que “no interviene”, “que le gustaría recibir algo de
él.”

Cuando tenía 3 ó 4 años le daba miedo su padre y le decía eso a su madre,


ya que él le decía cosas sobre la madre y sobre la familia de ella. Recuerda que el
padre una vez le prohibió ver a los hermanos de su madre y ésta, al saberlo, lo
llevó a ver a sus tíos.

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En una de la primeras sesiones dice:”nunca más los 7 (años)”: Los padres
lo hacen decidir con quién quiere vivir, él elige al padre, sin embargo se queda con
la madre.

Con su hermano no habla, dice que “es una mala persona”. “Antes eran
más unidos”, agrega. Él seguía a su hermano, le copiaba todo. “Ahora es una
mala persona, no me ayuda en nada”. Cuando niño él lo admiraba, hasta que su
hermano y sus amigos comenzaron a burlarse de él.

Cuenta que éste sufre depresión desde hace 10 años y que esto comenzó
cuando el hermano se fue a vivir con el padre; como estaba solo todo el día
comenzó a drogarse. Estuvo varias veces internado en el hospital psiquiátrico por
adicción a la cocaína. A propósito de esto se pregunta por la locura, si lo que él
tiene tendrá límites.

Evita estar en su casa, lugar donde se enfatizan los actos repetitivos; La


familia entra en el conjunto de las “cosas en las que no quiero pensar”. Dice que le
gusta viajar, estar de vacaciones y tomar trago, porque le “hace olvidar los
pensamientos”.

En las sesiones iniciales decía, “vengo porque me hace bien hablar”,


“siento que estoy recibiendo ayuda”, “espero toda la semana el día de la sesión”.
Sin embargo, en un momento de este tránsito, algo pasa y dice “me he dado
cuenta de que usted duda de todo lo que le dicen los otros”.

Deja de venir por un mes más o menos. En ese tiempo comienza a juntarse
con un amigo al que le pasa algo parecido que a él. También habla con otro
amigo, un psicólogo, dice que está “más tranquilo porque no es el único”. Esta
sesión es interrumpida y salimos de la consulta, él continúa hablado y menciona
que se acuerda de mí muchas veces y que hay cosas que le gustaría decirme en
ocasiones en que no estoy, le digo que podría escribir. Y que si le parece podría
venir otro día más. Fijamos otra sesión.

A la siguiente sesión me trae unas hojitas muy desordenadas, con


diferentes tintas. En éstas dice que tiene miedo de convertirse en un alcohólico,
“que está tomando mucho”.

Salió fuera de Santiago, estuvo toda la semana borracho, dice que le “gusta
tomar porque no piensa”. Dejó a su polola, pero conoció a otra. En ese transcurso
su polola le contó que está embarazada.

Dice “no se cuál es el límite, un día me subí al borde de una terraza y que
podría haberme caído”, “estaba tan borracho que caminaba por las calles sin
importarme los autos.”

No ha ido a su casa desde entonces, dice que extraña a su madre, pero


que no quiere ir a su casa porque comienza a realizar los actos. Dice que extraña

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a su madre pues cómo no la va a extrañar si durmió con ella hasta los veinte
años.....

Se instala la siguiente pregunta: “cómo voy a contarle a mi madre que voy a


ser padre”.

Motivo de consulta: Recurrentes pensamientos obsesivos que provocan malestar


significativo, ideas hostiles sobre sus familiares, lo cual lo lleva a pautas de
conducta evitativas para librarse de la angustia que le provocan tales
pensamientos.

2. ARTICULACIÓN TEÓRICO/CLÍNICA

Bajo la premisa que el paciente ya proviene con un diagnostico psiquiátrico,


existe la necesidad de comprender tal perturbación, reconocer los parámetros que
permitieron dicha evaluación.

El trastorno obsesivo compulsivo en los manuales psiquiátricos es


reconocido como: la repetición de una imagen, idea, pensamiento, impulso o
pulsión molesta, la cual genera ansiedad. Esta manifestación es vivida como
intrusa e inapropiada, y no son vividas como externas, sino de la misma realidad
del sujeto, son experimentadas como propias. Están caracterizadas por la falta de
control, y posee estrecha relación con la dificultad de ser espontaneo y dejar las
cosas al azar. Debido a la angustia que provoca tal fenómeno el sujeto tiende a
generar rituales que le permitan librarse de tal malestar, tales conductas
constituyen un acto de características compulsivas, comprenden una defensa
contra la ansiedad, promueven el apaciguamiento y tienden a establecerse en la
vida cotidiana del sujeto. Tal manifestación en su totalidad es conocida como ritual
obsesivo compulsivo, un trastorno de alto grado de sufrimiento, de intranquilidad y
molestia.

Ya conociendo el carácter psiquiátrico de tal manifestación, podremos


adentrarnos a nuestro estudio, donde estableceremos un paralelismo entre tal
sintomatología y sus raíces en el inconsciente. Tal definición anterior no permitirá
hacer consciente en el análisis la influencia contratransferencial producto de la
derivación del paciente.

El paciente, Benjamin, establece la importancia que tienen ciertos


acontecimientos en su experiencia vital, como la aparición de pensamientos
obsesivos (denominados malos), la separación de su novia y el inicio de una baja
del ánimo, la cual refiere como una depresión, todas hace aproximadamente dos
años antes de consultar. Tres acontecimientos fundamentales en la comprensión
de la vida psíquica del sujeto, tales acontecimientos son la antesala de la

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formación de compromiso actual, tales acontecimientos permitieron la movilidad
de grandes cantidades de energía, afectos y representaciones, quantum y catexis.

Al paciente, le provoca malestar pensar que sus seres cercanos son


personas malas pero no puede evitar tener estas fantasías, es importante dar
cuenta de que el paciente califica tales pensamientos como “malos”, por ende
poseerían cierto carácter dañino sobre sus familiares, lo cual es vivido de manera
incomoda; emergen a la conciencia y son intolerables para el Yo.

Siguiendo la tendencia del principio del placer reconocemos la obtención


deformada de la meta de la pulsión, tal tendencia inevitable aun bajo la defensa
constituye el papel compulsivo y repetitivo del síntoma.

“Freud indica que el retorno del recuerdo reprimido tiene lugar de un modo
deformado en las representaciones obsesivas; éstas constituyen « [...]
formaciones transaccionales entre las representaciones reprimidas y represoras»”.
(Laplanche, Diccionario de psicoanálisis. p. 161)

Intenta neutralizar tales ideas porque su contenido resulta perturbador para


el Yo, de este modo se expresan variados mecanismos defensivos para la
sofocación de las tendencias provenientes del Ello. La expresión del pensamiento
obsesivo es un síntoma sustitutivo que permite al sujeto la descarga, la posibilidad
de alcanzar la meta de la pulsión, de forma sustitutiva, pues emerge la
representación privada de su quantum de afecto, por ende su afecto no es
experimentado subjetivamente.

La deformación y desplazamiento de energías cumplen de igual modo el


principio del placer, constituyen una vía alternativa de menor elaboración, que
sofoca mediante variadas contracatexis la pulsión displacentera que se encuentra
latente. La ganancia que se obtiene del intercambio psíquico inconsciente entre el
ello, el yo- consciente y preconsciente

Llego al punto de necesitar ayuda psicológica, tensión elevada provocada


por la pulsión, llego al estado crítico de la organización de la defensa psíquica,
varios conflictos y complejos que intentan canalizar sus energías, llevaron al sujeto
a manifestar una molestia de mayor complejidad, una serie de demandas y la
incapacidad de cubrirlas todas, saliendo a luz un malestar clínico significativo.

El odio se encontraba depositado en distintos objetos, el malestar llego a su


punto culmine cuando las energías hostiles inconscientes, intentaron depositarse
en los objetos familiares, la base del conflicto y la generación radica en la angustia
que genera al paciente la emergencia de ideas obsesivas que tienden a dañar a
sus familiares, los cuales se encuentran provistos de una carga amorosa elevada.
Las dos tendencias entran en conflicto, las energías psíquicas establecen la
tendencia a proteger los objetos de amor.

Tales fantasías inconscientes y el contenido experimentado por la


conciencia, proviene de variadas pulsiones que su antítesis permitieron la

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aparición de mecanismos defensivos que permitieran controlar la situación. Con
esto se inaugura la aparición de los actos compulsivos para evadir la angustia.

El se siente con falta de luz, deposita la angustia de su depresión, la


identifica en su exterior, el agente gatillante se encuentra afuera y no adentro. Esta
baja del estado de ánimo, se debe a un proceso de duelo vivenciado por el
paciente, y la aparición de mecanismos proyectivos.

Duelo amoroso momentáneo, el cual provoca un cambio drástico en la


estructura psíquica, no debido al duelo por su novia, este nuevamente constituye
un mecanismo de regresión inconsciente; existe un conflicto más importante, es
por lo mismo que las energías psíquicas tomaron un lugar en la defensa del Yo, se
activa un conflicto, por ende las contracatexis toman su rol en la defensa. Por lo
mismo en su afán narcisista deja de investir con el mismo quantum y catexis los
objetos externos, este desplazamiento y retorno a sí mismo, explica el motivo de
su cambio radical de afectos frente a su pareja, e igualmente el abandono de la
terapia psicológica.

Es en este momento, como he mencionado antes, que emergen las ideas


obsesivas, la economía y dinámica entre sistemas, opera de tal modo que permite
la descarga del conflicto original, las energías están depositadas en la defensa y
contrarrestar la llegada a la conciencia del conflicto psíquico.

Sin duda la separación de sus padres constituye un punto de estancamiento


de la energía libidinal, se encuentra poco elaborado ese proceso, y constituye una
fuente de angustia muy potente; existe la necesidad por el paciente de negar tal
experiencia; se ponen en juego variados mecanismos defensivos que permiten
mantener aislada tal cantidad de afecto no elaborada.

Tal separación es fundamental para la comprensión del caso, entrega


información relevante, tanto por la edad que tenía en ese entonces, como la fuerza
que este toma en el curso de su vida. Tal aparición da cuenta de un contenido
latente, el cual rápidamente se ve enfrentado a la resistencia.

A mi parece el rechazo a la madre es una manifestación de la pulsión


mudado en lo contrario, se aleja de ella, pues emergen afectos que la repulsan,
pero en la realidad quiere estar con ella porque la ama, su conflicto psíquico la
aparición de tendencias contradictorias lo confunde, por lo cual su tendencia es al
rechazo; su forma de expresarlo es a través de malos tratos, se manifiesta un odio
por su figura. Los malos tratos emergen de un quantum de afecto no ligado a una
representación, aquí está operando el desplazamiento propio de las psiconeurosis
obsesivas, la carga hostil está siendo depositada en otro objeto, lo cual es tolerado
por el Yo, en cierta medida. Tal mecanismo defensivo permite realizar el deseo de
forma parcial, el rechazo y el odio, no está destinado a la madre, sino a otra figura
u objeto.

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Tales ideas serán retomadas luego, ahora es necesario continuar con el
análisis de la constelación de síntomas, para entender en su globalidad el
fenómeno.

El aislamiento constituye un mecanismo recurrente en la vida del paciente,


tanto en la aparición de pensamientos y en la aparición de conductas compulsivas
para evitar tener contacto con situaciones angustiantes. Este mecanismo
defensivo es “típico sobretodo en la neurosis obsesiva, y consiste en aislar un
pensamiento o un comportamiento de tal forma que se rompan sus conexiones
con otros pensamientos o con el resto de la existencia del sujeto…todas las
medidas que permitan establecer un hiato en la sucesión temporal de
pensamiento o de actos” (Laplanche, diccionario de psicoanálisis. p.). Ya veremos
más adelante como estos actos rituales constituyen, junto a otras conductas, una
constelación de conductas que promueven el aislamiento y la negación de los
conflictos y complejos.

Siente displacentera la estadía en su casa, por ende nunca se encuentra


en ella, se va porque quiere evitar “algo”, no quiere estar porque se siente
incomodo, tal intranquilidad da indicios de un proceso angustiante para el sujeto,
del cual escapa, tal fenómeno le es incomprensible, pues ahí donde se genera la
angustia se encuentran sofocadas las representaciones, existe un esfuerzo Yoico
por mantener tales contenidos en el inconsciente, los cuales solo encuentran
salida en la vía sustitutiva. El discurso manifiesto da cuenta de tal formación de
compromiso.

«De su padre dice que él sólo ayuda de forma económica, pues


“no da todo lo que tiene que dar”. Reclama que “no interviene”, “que le
gustaría recibir algo de él”. »

Existe una tendencia constante de expectación sobre la imagen del padre,


la constante búsqueda y cumplimiento de un deseo, el cual no ha sido satisfecho.
Tiene relación con la imposibilidad del desarrollo del duelo, un proceso nostálgico,
donde no es necesaria la ayuda monetaria, sino de otro tipo, de su presencia. Esta
exigencia entrega datos fundamentales, en la necesidad del sujeto, su deseo, y
cuál es su origen.

“Cuando tenía 3 ó 4 años le daba miedo su padre y le decía eso a


su madre, ya que él le decía cosas sobre la madre y sobre la familia de
ella”.

No es bastante claro porque el paciente sentía un miedo por su padre, y es


fundamental comprender que el recuerdo posee una ubicación temporal biográfica
fundamental, existe una representación real o no, de un acontecimiento que evoca
al paciente miedo. “Freud indica que el retorno del recuerdo reprimido tiene lugar
de un modo deformado en las representaciones obsesivas; éstas constituyen « [...]
formaciones transaccionales entre las representaciones reprimidas y represoras»”
(Laplanche, Diccionario de psicoanálisis. p.161)

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En la neurosis obsesiva existe un conflicto de la sexualidad infantil, siempre
precoz el cual es activado, se tiende a la regresión, por ende a la aparición del
complejo y de la lucha interna en fin de establecer el equilibrio psíquico. Tal
retorno a una etapa anterior está ligado al desarrollo de la sexualidad preedípica,
una fijación en la etapa anal-sádica.

La base de toda neurosis de transferencia se encuentra en la resolución del


complejo de Edipo, una relación entre la elección de objeto de amor y la autoridad
del padre; tal miedo relatado por el paciente no puede ser más que una muestra,
de la imagen amenazadora del padre, los motivos no son claros, pero ahí se
encuentra la función represiva, el núcleo del complejo.

Dice que sus padres están separados desde su nacimiento, “pero


eso no tiene nada que ver con lo que tengo”, agrega.

Le afecta la separación de sus padres, los sentimientos nostálgicos de la


primera infancia provienen del deseo por la aparición del padre, ya que este vivía
con la madre, su padre se encontraba investido de una gran carga libidinal, su
carencia es un factor fundamental a su negación ha de recordar esa parte de su
historia. Por ende tal rechazo a la madre, no contra ella sino contra el padre, que
en su protección idealizada, intenta defenderlo de sus sentimientos hostiles, de su
no presencia, y del displacer que le genera todavía que este no haga parte de su
vida como él quiere. En base a esto opera el desplazamiento, manifiesta tal
molestia por la presencia de la madre, siendo esta igualmente objeto de su amor;
puede ser porque esta quizás nunca lo abandonaría aunque este la trate mal.

«Con su hermano no habla, dice que “es una mala persona”.


“Antes eran más unidos”, agrega. Él seguía a su hermano, le copiaba
todo. “Ahora es una mala persona, no me ayuda en nada”».

El Hermano era su ideal, por ende existían una serie de Identificaciones


provenientes de su imagen, constituyo un rol fundamental en la constitución de su
aparato psíquico y por ende de su personalidad; las burlas y ataques vividos por el
paciente provenientes de su hermano y amigos significaron una gran herida
narcisista, emergiendo distintos mecanismos defensivos que permitieron controlar
las tendencias agresivas, aunque su admiración se mantuvo esta identificación
fue mudada a los ideales del Yo, no constituyeron una elección narcisista que
provocara el retorno de las agresiones al propio Yo.

Aunque esta herida narcisista pareciera tener una importancia significativa,


en el desarrollo de la personalidad del sujeto, es solo su carácter manifiesto, ya
que este posee una forma secundaria, su recuerdo del daño sufrido, se encuentra
relacionado con el daño sufrido por su padre; en su hermano se produjo una
regresión, donde en él podría realmente tener acceso y compartir afectos con el
sujeto de su ideal, el padre.

Esta actitud demuestra otra expresión de la neurosis obsesiva, la formación


reactiva. Para Freud la existencia de un sentimiento exacerbado, donde el espacio

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a la crítica era casi nulo y que suponía el enaltecimiento de un objeto; suponía la
existencia de una carga afectiva de igual monto sofocada y anulada de la
consciencia.

“En términos económicos, la formación reactiva es una contracatexis de un


elemento consciente, de fuerza igual y dirección opuesta a la catexis
inconsciente…las formaciones reactivas pueden adquirir valor de síntomas por lo
que representan de rígido, de forzado, de compulsivo, por sus fracasos
accidentales, y por el hecho de que a veces conducen directamente a un resultado
opuesto al que conscientemente se busca”. (Laplanche, diccionario de
psicoanálisis. p. 162)

Tal oposición a la realización del deseo se constituye en estrecha relación


con el comercio de instancias psíquicas, y en especial en la neurosis obsesiva con
el papel dominador del Super Yo. Aunque no está clara la funcionalidad de tal
sistema en este caso, es inevitable pensar que tal control exigente realizado
mentalmente, posee su origen en tal dinámica psíquica, y que la emergencia del
malestar proviene de sentimientos de culpa, por el carácter agresivo de las
pulsiones inconscientes.

Su historia está marcado por distintos duelos, los cuales han marcado su
vida, a los cuales le atribuye sentido de su padecer.

El cambio de casa por parte de su hermano donde su padre, constituye un


duelo importante, por la significación simbólica que este posee, por ende la
importancia atribuida a este acontecimiento. El hermano cumple el deseo que el
siempre había tenido, además queda solo nuevamente y repitiendo su soledad.

Tal acontecimiento dice él que lo llevo a consumir drogas, su soledad la


canalizo en el consumo de cocaína, por lo cual estuvo internado varias veces. A
mi parecer tal conducta de un beneficio secundario, una defensa secundaria frente
a la inevitable invasión sintomática, en la cual se obtiene un placer inmediato, y
además provoca nuevamente el aislamiento momentáneo de su problemas y
conflictos.

El paciente se pregunta por la locura, por los límites de su conducta, aquí


se manifiesta claramente ambas tendencias psíquicas, el conflicto antitético, por
un lado la manifestación del deseo y por otra la invasión y preocupación por el
descontrol frente a este. Un choque entre instancias psíquicas que grafica el
estado actual de la persona, su movilidad afectiva. La locura relatada por el
advierte sobre la pérdida de control, propio de las fantasías de retención en la
psico-sexualidad anal.

Cuando hace referencia a los límites, siempre hay una emergencia sutil al
tema de la muerte, la descripción de sus experiencias, están relacionadas a
sentimientos depresivos, problemas de elaboración del duelo.

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«En las sesiones iniciales decía, “vengo porque me hace bien
hablar”, “siento que estoy recibiendo ayuda”, “espero toda la semana el
día de la sesión”. Sin embargo, en un momento de este tránsito, algo
pasa y dice “me he dado cuenta de que usted duda de todo lo que le
dicen los otros” ».

En primer momento se siente cómodo, cumple sus expectativas, fantasía de


la cura, moviliza los afectos que se encuentran contenidos bajo la defensa. Luego
en el proceso de la terapia ocurre un fenómeno que muestra la ambivalencia del
paciente, como esta se muda rápidamente y operan distintos mecanismos de
desplazamiento. Es de este modo que en la neurosis de transferencia, la figura del
analista varia constantemente en el rol que ocupa, una actitud o conducta por
parte de este, moviliza el conflicto del paciente, y por ende el rol que este ocupa
en su fantasía, el paciente no es consciente de esto; recurre a tacar al analista
estableciendo una crítica, esta tendencia demuestra con la facilidad que se mudan
las catexis y quantum de afectos sobre los distintos objetos. Claramente este
acontecimiento demuestra la influencia de la terapia en el núcleo de las neurosis
de transferencias, el abandono de la terapia por parte del paciente, demuestra la
fortaleza con la cual operan las resistencias en las neurosis obsesivas, limitando el
acceso a través de la huida, semejante a las conductas rituales de evitación.

En su periodo de alejamiento de la terapia surgió un sentimiento de


nostalgia que reparo la imagen dañada del analista, por lo cual decide volver.

«A la siguiente sesión me trae unas hojitas muy desordenadas,


con diferentes tintas. En éstas dice que tiene miedo de convertirse en
un alcohólico, “que está tomando mucho... Dice “no sé cuál es el límite,
un día me subí al borde de una terraza y que podría haberme caído”,
“estaba tan borracho que caminaba por las calles sin importarme los
auto” ».

El paciente tiene ideas recurrentes a cerca de su destino, por el problema


del alcoholismo y el consumo de drogas, como decía antes ligado a la muerte; no
es del todo cierto que el consumo permita una efectiva ganancia secundaria del
síntoma, de hecho le provoca bajas anímicas considerables. Este contenido
manifiesto en el discurso, y la tendencia al consumo no es más que una respuesta
defensiva secundaria frente a la emergencia de la angustia, la dependencia a la
sustancia se vuelve un dispositivo para alcanzar placer, evadir la realidad, lo cual
la hace tan llamativa, claramente el apaciguamiento de los conflictos psíquicos son
momentáneos, de hecho por las tentativas temerarias del paciente, me dan a
pensar que estas nunca dejan de estar presentes, y que la sustancia es un
complemento de otro ritual de aislamiento.

Otro elemento interesante para analizar es la forma en la cual trae sus


escritos, a mi entender simboliza una proyección de su vida psíquica actual, tal
desorden y diferencia de matices representan, las distintas tendencias y conflictos;
son entregados al analista de forma abierta, le es dado a conocer la situación en
su profundidad, lo cual marca un gran paso en la relación transferencial, el
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posicionamiento del analista en un papel privilegiado, el encargado de contener tal
desorden.

“No ha ido a su casa desde entonces, dice que extraña a su


madre, pero que no quiere ir a su casa porque comienza a realizar los
actos. Dice que extraña a su madre pues cómo no la va a extrañar si
durmió con ella hasta los veinte años”.

Su madre constituye una parte fundamental de su desarrollo psíquico,


existe un lazo simbiótico hasta edad muy avanzada, un vinculo bastante erotizado,
donde el apego exacerbado llevo al paciente a ser un sustituto del padre-pareja, al
nivel de la fantasía de ambos, a nivel inconsciente el desempeñaba el rol de
acompañamiento correspondiente inhibido en su meta sexual. Tal relación trajo
consigo un fuerte lazo de dependencia entre ambos, el cual fue desligado por
motivaciones no aclaradas.

«Salió fuera de Santiago, estuvo toda la semana borracho, dice


que le “gusta tomar porque no piensa”. Dejó a su polola, pero conoció a
otra. En ese transcurso su polola le contó que está embarazada. Se
instala la siguiente pregunta: “cómo voy a contarle a mi madre que voy
a ser padre”».

Este acontecimiento lo posiciona en una situación incómoda, lo importante


es el carácter infantil de su comentario, lo cual es reflejo de la relación estrecha
que mantiene con su madre, existe un grado de angustia que imposibilita la
acción. A mi parecer esta actitud refleja un proceso ansioso en tanto es
experimentado como displacentero, bajo la fantasía aun opera la madre como
objeto de su amor, y dar cuenta de esta noticia es considerado como una traición
a su madre, la abandona y se va con otra mujer.

3. CONCLUSIONES

Papel fundamental de la integración Yoica, el papel del hombre en la


sociedad depende del vinculo y la tensión entre deseo y cultura, de la sustitución
de las tendencias sexuales y agresivas, necesarios para establecer un desarrollo
social. Para la existencia de tal tensión es necesario el papel de la prohibición, en
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tótem y tabú Freud, nos plantea la importancia de tal acontecimiento, tal obra de
un carácter antropológico incalculable, nos proporciona un aspecto central en la
comprensión del psiquismo humano; nos ofrece una perspectiva interesante para
reflexionar sobre la emergencia del tabú del incesto y como este determino el
desarrollo ontofilogenético del psiquismo humano, y del desarrollo de la historia,
como el carácter conservador de las sociedades ha permitido el flujo de una
estructura psíquica mediante variadas formaciones de compromiso.

La comprensión dialéctica del aparato psíquico es uno de los fuertes de la


teoría psicoanalítica, la estructuración de la teoría freudiana ha logrado establecer
grandes pilares que soportan un razonamiento complejo; aun existiendo muchas
críticas que intentan derrumbar tal teoría. El pensamiento freudiano integra graves
discusiones científicas y filosóficas durante la historia, como la naturaleza humana
y la motivación de la conducta, planteamientos que son puestos en un juego de
alta tensión; se nos propone un modelo comprensivo basado en una visión
radicalmente opuesta al pensamiento humano de la época, pensar la normalidad
desde la enfermedad misma, la neurosis.

Es propio de la sociedad /// de que forma afecta el sistema capitalista a la


producción psíquica inconsciente

Me parece fundamental reflexionar acerca de la complejidad y estabilidad


de la composición de la personalidad neurótica obsesiva, tal grado de cohesión y
la estabilidad que pueden establecer los procesos del pensamiento en la
estabilización psíquica, la importancia de los procesos cognitivos para establecer
una rigidización, una coraza frente a los estímulos hostiles. En base a esta
reflexión, podre adentrarme en el campo del pensamiento, lo interesante de este
proceso mental consiste en que, por un lado puede ser deformado por la defensa
y por otro puede ser vía de escape de la pulsión mediante la retracción o
desplazamiento afectivo de las representaciones, de este modo vemos que el
pensamiento tiene sus raíces en los tres sistemas psíquicos (primera tópica), y
que la determinación de este y la aparición reflexiva frente a cualquier fenómeno
se ve enfrentado a distintas tensiones y negaciones, catexis y contracatexis.

Por lo cual no hace sospechar sobre la veracidad e importancia que


adquiere nuestra razón frente al conocimiento de la realidad, existe una sobre
valoración del conocimiento en la sociedad actual, el cual esta guiado por el
principio del placer, las ganancias que se obtienen de esta erotización no son del
todo claras, el valor producido en las sociedades de mercado parecen tener un
carácter efímero, pues después de todo al final, entre la articulación entre el
desarrollo del conocimiento y la satisfacción real de las necesidades en su
conjunto, parece haber una gran distancia, lo cual constituye una gran paradoja
ipso facto; reflexionamos de este modo sobre el papel real del pensamiento, si
este constituye un contacto real con la transformación social o el aporte a la
humanidad (eros), si funciona en una sociedad de satisfacciones fugaces y fútiles
en torno a la imagen Yoica (narcisista) o si realmente como en la neurosis
obsesiva encubre una tensión mudada en lo contrario, como resistencia (tánatos).

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Aunque en Freud, Nietzsche y en Marx encontramos este carácter
encubridor de las tendencias humanas, por un lado las pulsiones sexuales y
agresivas, la genealogía de la moral y la explotación, enajenacion y la lucha de
clases, no lleva a pensar el papel de la voluntad humana, y la posibilidad
innovadora de los seres humanos, en Freud, su capacidad de sublimación.

Es discutible cuando Freud plantea sus postulados sobre la sublimación,


donde se establece que estas no poseen carácter sexual, sino que se apoyan en
estas, lo cual no da margen para enfrentarnos a la realidad psíquica, no como una
verdad dada sino, como una espiral dinámica en constante evolución. Nos permite
hacer del psicoanálisis, un instrumento para la realización de un sueño colectivo,
la transformación de las energías libidinales, sobre fines que redistribuyan el valor
a los objetos y a las personas mismas. Tal economía del inconsciente bajo las
lógicas propias del aparato psíquico e posible, esto dentro del marco de la
neurosis (problema filosófico de mayor profundidad), la transformación de las
energías psíquicas en torno a distintos fines, dan un espacio de ilusión frente a los
problemas de las sociedades modernas y sus crisis.

Aquí es fundamental rescatar el rol del pensamiento, como este


influenciado por la cultura, por la pulsión y por el contexto inmediato, impediría de
cierto modo abrir la puerta hacia la salud mental, buscando vías alternativas,
sustitutivas o sintomatológicas, un retorno de las investiduras libidinales hacia si
mismo por la incapacidad de encontrar canales alternativos del flujo de sus
afectos.

Aunque no todo podemos atribuirlo al carácter actual de la neurosis, sino


que debemos de igual forma sobre los variados complejos infantiles, su
importancia en la instauración de la vida anímica, y la compulsión a la repetición.
Siendo esto así continuo mi lineamiento argumental diciendo que al obtener tal
grado de conocimiento sobre el acción psíquico humano, es posible volver
consciente tales procesos, los cuales en muchos casos hacen sufrir a los
individuos y a quienes los rodean. Esta acción de desnaturalización y
desalienación, permitiría en un primer momento una apertura del pensamiento, un
reconocimiento globalizado de los patrones que operan en el psiquismo, siendo
este mismo no una mera articulación afectada por el deseo y tampoco una
defensa frente a este, sino un proceso que permitiría llevar hacia la acción.

Cuando me refiero a la acción hablo sobre las conductas que permitirían a


los individuos modificar su propia experiencia material y psíquica, en un primer
paso con la emergencia de la voluntad del pensar y reconocer mi realidad, y
segundo siendo capaz de afrontarla y modificarla. O sea que el pensamiento y el
acto se conviertan en lo mismo, esto mediante al desarrollo progresivo del deseo y
la pulsión. Lo cual no es imposible, quizás bastante complejo, pero en tal fantasía
existe un apego continuo a la realidad. Mi defensa sobre este argumento radica en
la posibilidad de construir sociedades distintas, asumiendo la existencia del
inconsciente y las fuerzas que ahí existen; es fundamental comprender que la
constitución de las sociedades Capitalista de origen burgués, constituyeron y
constituyen un proceso revolucionario, tanto a nivel material, como en la

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producción de subjetividad, por ende el sujeto clásico, el cual nosotros conocemos
y hemos sido impregnados por su romanticismo, es una construcción psicosocial,
posee un carácter efímero de por si, y responde a las necesidades materiales de
la época. No debemos entonces a limitarnos a pensar sobre un hombre libre, un
hombre nuevo, que posibilite los cambios de estructura.

El psicoanálisis no debe ser una ciencia al amparo del carácter conservador


de las sociedades, quizás tal vez al servicio de una ideología. Pero hay q ser
conscientes que en la ciencia no existe este pseudo neutralismo, hay que ser
claros y asumir que los valores morales son transversales a cualquier conducta
humana; es indispensable analizar este fenómeno pues nos permite ya en un
primer momento una apertura del campo científico; el desplazamiento de la
energía libidinal depositada en objetos ilusorios, su reificación, no es mas que un
proceso defensivo que oculta una realidad más cruda, la explotación y la opresión.

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