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Era verdad, la desnudaba cada vez que leía algo sobre ella, mi interior me decía
que me estaba enseñando lo más fino de su alma; no pude más, la mujer me atraía no
importaba su físico, me atraía por su manera de expresar, por esa locura de pasión no
explotada que tenía en su cuerpecillo.
Paré un momento, sabía que si continuaba leyendo podría enloquecer, no estaba
leyendo una novela más, confieso que leí varias, sino que estaba espiando en el corazón
de una muchacha de carne y hueso, una muchacha que podría ser mía me dije; una
tristeza azulada me llenó el rostro, decidí dormir.
“El monstruo que vive en mí tiene nombre es mi nombre y destruye a cuanto ser se le
suele acercar y no he visto yo ser más extraño que este que suele morder y besar y a la
vez llorar noches enteras, vaya monstruo indeciso, ¿para qué pausar la agonía? y
detener la maldad que sale de mí. ¿Cómo puedo con mis manos, las mismas con las que
acaricio romper, trizar, quemar, destruir? El monstruo que soy yo busca sangre de la
buena, pareciera alimentarse de sueños de amores, de blancas ilusiones a las que devora
con total presteza, sin dudar el monstruo toma el corazón de su victima y lo sofoca hasta
no oírle latir, pero dicha criatura amorfa, larga lastimeros quejidos cuando llega la
noche; la luna con su luz le alumbra a la fierecilla dejándole al descubierto la soledad
que le abruma a causa de la crueldad de su alma”
Se me hacía que escuchaba su voz diciendo “El monstruo que vive en mí…” y
eso me asustaba ¿qué le pasaba a mi chiquita que se sentía tan mal? y yo tan lejos de
ella, sin poder decirle no temas cariño estoy contigo; ella no es mala me decía por
dentro, sólo actúa de ese modo para defender su fragilidad, es tan noble su corazón que
no soporta ver a otros sufrir pensé; y en medio de estas reflexiones sobre mi Penélope
me quedé sumido en un profundo sueño.
Me desperté tarde, llegué con media hora de retraso a la oficina, por suerte el jefe no
estaba, mi amigo Gastón un gordito muy buena onda que estaba acostumbrado a
hacerme el aguante en todas notó mi desconcentración laboral por llamarle de alguna
manera a pasarme las horas pensando en ella.
_ Marcos ¿vos estás bien? Digo porque nunca sos de llegar tarde, ni de equivocarte en
las notas que haces, ¿qué te anda pasando?
_Mira te lo cuento porque no se lo dije a nadie y ya me está por estallar esto_Gastón
pone cara de preocupado y agudiza los oidos.
_ Creo que me estoy enamorando…
_Pero eso está muy bien amigo y ¿ de quién?.
_ Ese es el problema gordo ni sé de quien.
_ ¿Vos estás loco o qué tenés en la cabeza?; no podés enamorarte de alguien a quien no
conoces.
_ Mira, resulta que encontré el diario de una chica en un taxi y lo estoy leyendo y cada
vez que leo un poco más de lo que escribió, siento como que es para mí, que tiene eso
que buscaba.
_Uh flaco estás hasta las manos vos… ¿por qué no la buscas a la mina?
_ No dice la dirección ni el nombre de ella me fijé en las tapas y ni un número de cel
tiene. De todos modos yo me estoy leyendo todo el diario asi que espero encontrar algo
de ayuda para localizarla_ risa picara de Gastón que hace salir de sus preocupaciones a
Marcos.
_eh gordo no te vayas a querer enamorar porque no tenés idea de cómo me voy a reír.
Ingreso a casa más relajado que nunca, contarle las cosas al gordo siempre me
hizo bien, él se toma todo con más calma que yo y me ayuda a verlas un poco de esa
modo. Esta vez iba a pecar comiendo pizza fría que me había quedado del mediodía,
mamá me había traído como para un batallón, y comiendo con mucho cuidado para no
manchar el cuaderno leí:
“No puedo más ¿cómo se puede seguir de ese modo si no hay amor y sólo compasión?
¿cuándo se acabarán mis lágrimas? ¿Cuándo cesará mi llanto? sino quiero dañarte con
mi adiós dejarte ir por el mundo son mis labios, sin mis manos cubriendo tu cuerpo, sin
mi ojos que te abrigan ¿cómo dejarte a la deriva si te enseñé a quererme?; tu boca suelta
delante mió palabras lastimeras un “no me dejes” se inserta en mi pecho y no me
permite elegir mi camino, te ves tan pequeño cuando me miras de ese modo tan
terriblemente dolido que refrenas mis acciones y no veo más remedio que acunarte de
nuevo en mi pecho, pues por dentro tan solo eres una criatura, no sé por cuánto tiempo
más me quedaré así consolando tus días, sólo espero que pronto se aclare todo.”
Celos, esa es la palabra maldita que se apoderó de mi, ella quiere a alguien, le
entrega su cuerpo a un hombre que disfruta de su miel y el aroma que de ella surge,
desde mi corazón un… la odio, y me sentía como quien descubre que su mujer le
engaña; y luego de mucho mascullar bronca caigo en la siguiente idea …ella no lo amo
se compadece de él pero no lo ama… a pesar de ello caigo de nuevo en lo mismo si no
lo amara no lo compadecería porque la compasión es una especie de amor cubierto.
Dormí pensando en ella y soñé con ella, sabía que no era otra porque no había
ninguna mujer en mi vida aparte de Penélope, no recordaba su rostro pero en el sueño
mi amada tenía mi cabeza sobre la falda y me leía un libro, tal vez su diario, yo recuerdo
que sentí una sensación de paz cuando desperté.
“El amor es complejo mucho más de lo que yo quisiera, le hace a una cometer
locuras decir que no a cosas que le gustan y si a lo que nos fastidia, solo por complacer
a otro que nunca se sabrá si siente lo mismo; el amor es complejo tanto que por él
olvidamos que el tiempo es tirano y nos dejamos arrastrar sin reclamar siquiera; y
mucho más de lo que yo quisiera porque me hace prisionera de un mortal tan frágil
como yo, lleno de enredos que no sabré quizás nunca destejer”.
Me desperté muy activo, aquel día hacía calor y eso me ponía de buen humor
cociné ñoquis como nunca, era tanto el buen humor que invité a mis viejos a comer en
casa. Era una constante en mí despertarme con el deseo de toparme con Penélope, pero
más que nunca ese día pensaba que tenía que verla. Llegó fugaz la noche y esa vez me
dormí sin leer por primera vez desde que encontré el diario de aquella joven. La ilusión
que generé durante la luz al llegar la noche se murió, y me encontré girando locamente
sobre esa palabra “ilusión” aquello que resultó ser una daga que creé dentro de mi
pensamiento, una quimera, una fantasía más en mi vida, un espejismo barato que
traiciona, idea que me inspiró a soñarte cerca y despertar de aquella ilusión fue como
introducir esa daga en mi pecho y no tener valor para pedir ayuda.
“Como una tela de seda cayó así de suave y lento sobre mí, una dulce
melancolía; es el sentir que me provoca el no saber si fue mi culpa que muera nuestro
amor o el creer que fue un camino que sabía acabaría como muerte anunciada; que
manía esta de tirarme hacia pozos sin salida, laberintos negros, suelo retar a duelo a la
muerte como diciéndole no te temo y luego ella, malvada mujer sin alma, quiere
llevarme esclava”.
Luego de leer tuve miedo, pavor me dio de que mi amada hablara de la muerte
¿qué le ocurría? el simple hecho de imaginarla vagando en esos pensamientos oscuros
me ensombrecía a mí también, quiero tenerla sacarla de ese bosque tenebroso donde se
ha perdido, curarle el corazón, mimarle el alma; con estos profundos anhelos de ser su
protector me dormí.
Una vez más en la cama con su alma en mis dedos sudorosos inicie la lectura:
“Todos tenemos esas ganas de escapar a la luna alguna vez, nadie se salva del
deseo de querer matar alguna historia pasada o presente, todos cometemos errores y
buscamos solucionarlos, todos en algún momento nos olvidamos de aprender de
nuestros faltas, cuando queda el silencio en el aire y el alma puede pensar, allí es cuando
la reflexión sacude el cuerpo y nos muestra lo que menos queremos ver “la verdad”
entonces nos encontramos en un laberinto sin salida, nos sentimos enjaulados en
murallas invisibles e intentamos saltarlas y parecen aumentar su tamaño cada vez que
buscamos cruzarlas; y cuando ya no tenemos fuerzas para seguir vemos que hay una luz
del otro lado del muro, luego escuchamos una voz ,seguida de ruidos, de golpes y
vemos borrosamente una figura la cual nos toma entre los brazos y nos saca del
laberinto; al día siguiente la persona se irá nos dejará solos para enfrentar la vida como
debe ser..”
Hay momentos en que no entiendo a mi Penélope otros como este en que tengo
miedo de saber lo que le pasa, su dolor, esa fragilidad, la bruma que la cubre toda la
transforma de una mujer real en mi quimera y los deseos puros que suelo tener hacia
ella se perturban de ansias de poseerla toda, de ser una fiera y devorarla porque hay en
ella: esa fragilidad, la bruma que la cubre toda y la transforma de una mujer real en mi
quimera.
Dormir nuevamente sin ella, sin sentir su piel, reflejarme en sus ojos y percibir
su aroma; mujeres en la calle vestidas de gala, pronunciadas caderas, pestañas
arqueadas, su belleza era nada comparada a la de mi Penélope… dormir sin ella y saber
que mañana volveré a dormir así.
La noche, momento más esperado por esta mi vida gris, palpítate mi corazón
finge estar en presencia de ella parece estar loco me asusta, late más fuerte trato de
decirle que no la verá que sólo leeremos un poco más pero es un bruto, un ignorante, no
entiende que se está dañando y yo no sé enseñarle nunca lo supe y nunca sabré hacerlo.
Recostado en la cama inicio la lectura que se ha trasformado en un ritual, en un acto
pagano donde me adueño de ella y la hago mía o como sucede a veces me hago suyo, su
prisionero.
“La misma sensación invade el espíritu, el frio del cuerpo, el dolor por dentro parece ser
que la vida se afana por hacerme fuerte a los golpes, uno supera al otro cada vez la caída
es más alta, más potente; la vida te da sorpresas muchas de diversos colores las mías son
generalmente de un gris pálido, otras las menos de un amarillo claro, otras como la de
hoy de un negro muerte, donde preferirías cerrar los ojos para no verla pero aún
haciendo esto notas que sigue ahí que si te das vuelta no se ha ido, que no se irá jamás
hasta que aprendas a mirarla y aceptarla, hoy Penélope no quiere mirarla, hoy no; ella
prefiere fingir no verla, pero cuando está sola no hay motivos para fingir y deja su
cuerpo caer pesado sobre las sábanas e implora al sueño que la acorrale que la bese
apasionadamente que no la suelte que esa noche sobre todo haga el amor con ella pues
no desea despertar, pero sabe que lo hará, que despertará y verá esa realidad que no
desea afrontar. Pero sólo la cama parece ser la solución a este momento de malestar”.
“Atenas sos re despistada ¿cómo podes olvidar tu diario en mi depto? Para que no te
pase de nuevo te escribo acá, otra cosa loca mañana te espero en lo de Mateo calle
Chacabuco, casa 5, digo por si se te olvidas también donde vive”
_Gastón tengo algo que contarte vení a casa no voy a trabajo hoy.
_Qué pasa Marcos ¿hacemos una fiestita? Jajaja.
_Gordo para, hablo en serio no voy y vos menos dale vení a casa tengo la forma de
encontrar a Penélope.
_Che bolo vos me asustas de verdad creo que te tenés que hacer ver, te estás volviendo
loco.
_ ¡Gordo pelotudo! de verdad escuchame tengo una dirección la encontré en el diario…
_Che bueno para, esta bien loco ya voy pero prométeme algo.
_¿Qué?
_ Si no la encontras ahora te dejás de joder con eso, de verdad te digo sino te interno
porque no es normal enamorarse de un libro.
Una media hora después veía entrar a casa a mi amigo el gordo a quien aprecio
cada día más; con el casco aún puesto lo que siempre me causaba gracia.
_Hola discúlpame estaba necesitando alguien que me ayude porque tengo que rendir el
examen de ingreso de arquitectura.
_ Bueno mira yo soy la hermana de Atenas le digo el mensaje, pero ella llega en una
hora, llama a esa hora ¿puede ser?
_ Si claro muchas gracias.
_¡la encontré gordo es ella, Penélope ATENAS!_ dije con los ojos llovidos, como
comprendiendo mi sentir el gordo me pegó en el hombro y sonrió algo conmovido.