Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Lección 315. «Todos los regalos que mis hermanos hacen me pertenecen.»
"Estas dos lecciones siguientes comparten el tema de que dar y recibir son lo mismo, un
concepto fundamentado en la unicidad del Hijo de Dios. Los regalos de los que habla
Jesús se pueden entender en dos niveles: las oportunidades para el perdón que me ofrece
la relación especial con mi hermano y el regalo del perdón de mi hermano que me
recuerda que puedo elegir de nuevo, tal como lo hago cuando estoy en mi mente recta.
Hacemos esto para y con lo demás debido a la unicidad subyacente del Hijo de Dios,
incluso en la ilusión.
(1:1-2) «En cada momento de cada día se me conceden miles de tesoros. Soy bendecido
durante todo el día con regalos cuyo valor excede con mucho el de cualquier cosa que yo
pudiera concebir.»
Estos regalos son concedidos en cada momento, en cada relación - la oportunidad para
mirar más allá de los regalos de especialismo del ego al regalo de Jesús de ver al Hijo tal
como Dios lo creó:
“El único regalo que el Padre te pide es que no veas en la creación más que la
esplendorosa gloria del regalo que Él te hizo. Contempla a Su Hijo, Su regalo perfecto, en
quien su Padre refulge eternamente, y a quien toda la creación le ha sido dada como
propia.” (T-29.V.5:1-2)
(1:3) «Un hermano le sonríe a otro, y mi corazón se regocija.»
Estoy regocijado porque ahora hay esperanza. Si este hermano puede cambiar de
mentalidad y perdonar, donde antes él hubiera atacado, yo también puedo, puesto que el
Hijo de Dios es uno. De hecho, no existe mayor alegría en este mundo que saber que uno
es perdonado.
(1:4-5) «Alguien expresa su gratitud o su compasión, y mi mente recibe ese regalo y lo
acepta como propio. Y todo el que encuentra el camino a Dios se convierte en mi salvador,
me señala el camino y me asegura que lo que él ha aprendido sin duda me pertenece a mí
también.»
En Un Curso de Milagros, Jesús suele ir al otro lado, diciéndonos que «nuestro» cambio
de mentalidad es el regalo curativo para nuestro hermano. Sin embargo, al invertir aquí la
dirección del perdón, él refleja que si yo te doy el regalo, o tú me lo das a mí, es el Hijo de
Dios quien se lo da a sí mismo. Es el regalo que dice que podemos hacer otra elección,
porque nuestro amor y paz dicen a los demás y a nosotros mismos que podemos elegir
nuevamente.
(2) «Gracias, Padre, por los muchos regalos que me llegan hoy y todos los días,
procedentes de cada Hijo de Dios. Los regalos que mis hermanos me pueden hacer son
ilimitados. Ahora les mostraré mi agradecimiento, de manera que mi gratitud hacia ellos
pueda conducirme a mi Creador y a Su recuerdo.»
Esto se hace eco de la idea de gratitud que nos abraza incluso en circunstancias
dolorosas, ya que éstas hacen que pidamos la ayuda de Jesús, aceptando su enseñanza
que dice que al cambiar de mentalidad podremos mirar esta relación o situación de otra
manera. Recordemos esta oración de “Los Regalos de Dios”:
«Padre, te damos gracias por estos regalos que hemos encontrado juntos. Aquí somos
redimidos. Porque aquí es donde nos unimos, y desde este lugar de santa unión
vendremos a Ti porque reconoceremos los regalos que Tú nos has dado y no querremos
ningún otro.» (Los Regalos de Dios, p.119).
Al unirnos con Jesús, por lo tanto, nos unimos con nuestros hermanos, y damos gracias
por el regalo de la remembranza que es nuestra finalmente."
~ Del libro "Viaje a Través del Libro de Ejercicios de UCDM" por el Dr. Kenneth Wapnick.