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B.

Guía de lectura:
---Reconstruyan las posiciones que, según Tzvetan Todorov, debaten Leo Strauss, Raymond Aron y
Max Weber.
---Describan las críticas que Michel Foucault hace a la filosofía política de la modernidad.
---Reflexionen sobre el rol de los valores, la ética y la posibilidad del conocimiento científico sobre
la sociedad en Weber y en Strauss. La definición del vínculo entre saber, poder y verdad en
Foucault.
---Describan las nociones de lo político que se configuran en cada caso.

C. Actividad:
Entregar al comienzo del TP un ensayo de una carilla que utilice como disparador el siguiente
interrogante: ¿en qué sentido las posiciones planteadas suponen una crítica al modo en que la
modernidad política se pensó a si misma? ¿Cuáles serían los ejes de esa crítica? ¿Podríamos
postular que existe una mirada novedosa de lo político en ellos?

Foucault
Foucault define a la genealogía como el “acoplamiento de los conocimientos eruditos y de las memorias
locales, que permite la constitución de un saber histórico de las luchas y la utilización de este saber en las
tácticas actuales. Se trata de hacer entrar en juego a saberes locales, discontinuos, descalificados, no
legitimados, contra la instancia teórica unitaria que pretende filtrarlos, jerarquizarlos, ordenarlos en nombre
del conocimiento verdadero y de los derechos de una ciencia que sería poseída por alguien. Se trata de una
insurrección de los saberes contra los efectos de poder centralizadores dados a las instituciones y al
funcionamiento de un discurso científico organizado dentro de una sociedad como la nuestra”.
Foucault subraya la existencia de tres dominios genealógicos. En primer lugar, una ontología de nuestra
constitución como sujetos de conocimiento, que toma en consideración la relación que establecemos con la
verdad (método arquelógico). Seguidamente, una ontología histórica de nuestra constitución como sujetos
dominados a partir de nuestras relaciones con un campo de poder (genealogía del poder). Finalmente, una
ontología histórica de nuestra constitución como sujetos éticos, según las relaciones que establecemos con
diversas prescripciones morales (genealogía del sujeto).
Con respecto al poder, el autor planeta que hay que llevar a cabo un análisis no económico del poder
(como el marxismo), ni tampoco entenderlo como algo dado. Por el contrario, el poder se ejerce y sólo
existe en acto, es una relación de fuerzas. Existen dos hipótesis con respecto al poder:
a) Hipótesis de Reich: los mecanismos de poder serían los de la represión. El poder reprime por
naturaleza a los instintos, individuos, clases, etcétera.
b) Hipótesis de Nietzche: la base de la relación de poder sería el enfrentamiento belicioso de las
furzas. El despliegue de una relación de fuerzas debería ser analizado en términos de luchas, de
enfrentamientos y de guerra.
Se pueden oponer dos grandes sistemas de análisis del poder:
1) Esquema Contrato-Opresión: viejo sistema que se encuentra en los filósofos del siglo XVIII.
Se articula en torno al poder como derecho originario que cede y cosntituye la soberanía, y en torno al
contrato como matriz del poder político. Poder/contrato con la opresión como límita. La opresión va más allá
de los términos del contrato.
2) Esquema Dominación-Represión: se trata de analizar el poder político según el esquema
de guerra-represión. La represión no s lo que era la opresión con respecto al contrato, es decir un abuso,
sino el simple efecto y la simple continuación de la relación de dominación.
Hay que descifrar el poder político en término de guerra, lucha, enfrentamiento.La principal pretensión del
análisis de Foucault ha sido desligarse de una concepción jurídica del poder. Entre las diversas funciones
que cumplió la teoría de la "soberanía" en la legitimación del poder político, Foucault destaca
fundamentalmente su operatividad en la sociedad moderna. Desde el medioevo, el derecho se organiza en
torno al problema de la soberanía y tiene esencialmente la función de fijar la legitimidad del poder. El
discurso y la técnica del derecho han tenido la función de disolver dentro del poder el hecho históricode la
dominación, y de hacer aparecer en su lugar los derechos legítimos de la soberanía y la obligación legal de
la obediencia.
Es preciso estudiar el poder fuera del modelo de Leviatán, al margen del campo delimitado por la
soberanía jurídica y la insitución estatal. La teoría jurídica de la soberanía refiere al mecanismo de poder
efectivo que era el de la monarquía feudal, luego sirvió de instrumento y justificación a la constitución de
grandes monarquías administrativas, a partir del siglo XVI y XVII la teoría de la soberanía ha sido un arma
que circuló en un campo y otro para reforzar el poder real, por último, en el siglo XVIII es reactivada por el
derecho romano y lo encontramos en pensadores como Rosseau.
En los siglos XVIII y XIX, la permanencia de la teoría de la soberanía jugó un doble papel: de una parte,
sirvió como ideología frente a las monarquías absolutas del pasado; de otra parte, la codificación del siglo
XIX, fundamentada en la noción de soberanía, sirvió -en opinión de Foucault- de cobertura a la formación
de las disciplinas, al ocultar, bajo las garantías de las libertades públicas, un estado de dominación y
desigualdad atribuible a los mecanismos disciplinarios. De esta forma, en la sociedad moderna, una
mecánica de poder fundamentada en el pacto social y la soberanía popular, encubre un ejercicio sutil del
poder basado en la cohesión social y la inscripción disciplinaria en el cuerpo de los individuos, a través del
trabajo, el empleo del tiempo, la cuadriculación total del espacio social y la vigilancia incesante. En los
siglos XVII y XVIII se inventó una nueva mecánica de poder que permite extraer de los cuerpos tiempo y
trabajo. Se opone a la teoría de la soberanía que se refiere al traslado y apropiación por parte del poder de
los bienes y la riqueza. La teoría de la soberanía permite fundar un poder absoluto en el dispendio del
poder, y no calcular el poder como el mínimo derroche y el máximo de eficacia. El nuevo tipo de poder ya
no puede ser descripto en términos de soberanía. Contexto: Sociedad burguesa y constitución del
capitalismo industrial.
No obstante, la teoría de la soberanía siguió existiendo, organizando códigos jurídicos: "Códigos
Napoléonicos". Persisitió por dos motivos:
1) En el siglo XVIII y XIX fue instrumento crítico contra la monarquía y todos los obstaculos que se
opusieran al desarrollo de una sociedad disciplinaria.
2) Con su organización de un código jurídico permitió superponer a los mecanismos de disciplina
un sistema de derechos que ocultaba los procedimientos de "disciplina" y la eventual tñecnica de
dominazión, garantizando a cada cuál a través de la sobernía del Estado, el ejercicio de los propios
derechos soberanos.
En las sociedades modernas tenemos entonces una legislación, un discurso y una organización del
derecho público, articulados en torno al principio de soberanía del cuerpo social y de la delegación por parte
de cada uno de la propia soberanía al Estado, y por la otra, una densa retícula de coerciones disciplinarias
que aseguran en los hechos la cohesión de este mismo cuerpo social. Un derecho a la soberanía y una
mecánica de la disciplina: el ejercicio del poder se juega entre esas dos líneas.
La teoría de la soberanía no puede ser propuesta como método de análisis concreto de las relaciones de
poder porque:
1) Busca dar forma a un ciclo mostrando de qué modo un sujeto puede y debe hacerse sujeto, pero
entendiendo esta vez como elemento sojuzgado dentro de una relación de poder.
2) Fue dotada de una multiplicidad de poderes que no son todavía poderes en el sentido político
del término, sino capacidades, potencias. La multiplicidad de los poderes, entendidos como poderes
políticos, puede ser establecida y puede funcionar, sólo a partir de esta unidad establecida y fundamentada
por la teoría de la soberanía.
3) Esta muestra (o trata de mostrar) cómo un poder puede constituirse no tanto según la lee sino
según cierta legitimidad fundamental, más fundamental que todas las leyes. La teoría de la soberanía
presupone al sujeto, apunta a fundar la unidad esencial del poder y se desarrolla en ele elemento preliminar
de la ley.
Para superar el planteamiento del poder en términos jurídicos -basado en la noción de "soberanía"- y
aportar un análisis que considere la dominación ejercida por las relaciones de poder, Foucault sugiere
cinco precauciones de método. En primer lugar, no analizar el poder como un eje central del que irradian
diversos efectos de poder, constantes, regulados y legitimados, sino analizar, más bien, al poder en su
capilaridad, en sus localizaciones externas, regionales, donde trasciende las reglas del derecho. En
segundo lugar, no preguntarse por la intención del poder sino analizarlo en la materialidad propia de sus
prácticas reales y efectivas. En tercer lugar, no analizar el poder en términos de apropiación y de sujeto,
sino establecer, más bien, una visión circular del poder que haga de su detentación una situación
provisional; el poder no es propiedad de los individuos sino el elemento irreductible que atraviesa sus
cuerpos. En cuarto lugar, Foucault sugiere hacer un estudio ascendente del poder, no descendente. En
quinto lugar, Foucault propone considerar que el poder, no se acompaña de producciones ideológicas, sino
de procedimientos de producción y catalogación del "saber". El poder no recurre a la ideología propia del
poder monárquico, a la ideología de la educación, sino a los instrumentos de poder-saber, tales como
técnicas de registro, procedimientos de indagación, o aparatos de verificación.

1. La idea de derecho dentro de la Filosofía Política.

En los siguientes apartados, realizaremos una descripción de la forma en que cada una de estas líneas de
pensamiento interpreta a la idea de derecho como vínculo fundamental entre los miembros de una sociedad
política.

1.1. El liberalismo: el derecho individual


El individuo liberal es el hombre aislado, autónomo y autosuficiente con respecto al mundo natural e,
inclusive, de otros individuos. Este individuo posee una serie de de derechos y obligaciones que por el sólo
hecho de ser un individuo, la autonomía de su juicio y de su voluntad va a preceder a todo lo demás.
Como consecuencia de ello, el Estado, la sociedad civil y la política son considerados como una manera
de garantizar los derechos naturales. Por ello es que toda comunidad surgirá como consecuencia de pactos
realizados por individuos autosuficientes, para, de esta manera, promover y “defender” sus intereses
individuales.
Los ordenamientos políticos, por lo tanto, servirán para preservar los derechos individuales, como lo son
los derechos civiles y económicos. Como ejemplo podemos citar al derecho de propiedad, que permitirá el
progreso (es decir un mejor desarrollo) y que debe ser protegido y salvaguardado por el Estado. Este último
debe tener una actividad restringida y mantenida dentro de ciertos límites para no intervenir y “violar” esas
libertades individuales.
El liberalismo no concibe la idea de colectividad. Para superar esta problemática, necesita colocar por
encima de ello un instrumento que sea disciplinador y enmarcador de conductas, que será el Estado.

2.2. El comunitarismo: el derecho comunal


El liberalismo al centrarse en el individuo, descuida considerablemente el plano comunitario. Por ello, el
modelo comunitarista plantea la necesidad de tomar en cuenta la existencia de una diversidad de grupos
dentro de una sociedad. La individualidad celebrada por el liberalismo, es una auténtica amenaza para los
hombres. Éstos son desiguales por naturaleza, sólo la comunidad los iguala y los dota de derechos, de
autonomía, de libertad. El desarrollo sólo se adquiere mediante la discusión, el diálogo y la acción
concertada dentro de una esfera pública abierta, participativa e igualitaria.
En este sentido, remarcan la necesidad de introducir derechos comunitarios que tengan en cuenta las
diferencias. Porque el liberalismo, al basar su teoría en la igualdad de los individuos, lleva a cabo una
homogeneización de los derechos. El comunitarismo, por el contrario, remarca la necesidad de amparar
aquellas identidades colectivas particulares que puedan entrar en conflicto con el derecho individual. Esto
se debe a que ciertos derechos individuales pueden verse “amenazados” por la defensa de ciertos derechos
comunales.
Sin embargo, para Taylor sólo la comunidad puede desarrollar la racionalidad humana y, a su vez,
convertir al hombre en un sujeto moral, sin renunciar por ello a la defensa de los derechos individuales.

1.2. El decisionismo: el derecho como producto del orden concreto


El liberalismo subsumió la idea de decisión al conocimiento o la intuición de un orden preestablecido. Sin
embargo, con el decisionismo se remarca la especificidad de los seres humanos, que es la posibilidad de la
decidir. Es en este sentido en el que Schmitt considera irrelevante el poder que se le atribuye al derecho.
Esto se debe a que en última instancia, la decisión es lo que prima. La política, por lo tanto, no debe
obedecer mecánicamente a un derecho universal, sino que se vincula con las decisiones que residen, en
último término, en quien detenta el poder para ejercer la autoridad. Dentro de esta línea de análisis, el
derecho debe ser obedecido no por su contenido racional sino por haber sido sancionado por el soberano,
con el objetivo final de establecer la paz y la seguridad.
Foulcaut explica que “el edificio jurídico de nuestra sociedad fue elaborado bajo la presión del poder real,
para su provecho y para servirle de instrumento o de justificación. El derecho en Occidente es un derecho
comisionado del rey.”1. Para el autor, las preocupaciones centrales del derecho son la soberanía, la
dominación y sus consecuencias. Por lo tanto, recaerá en manos del soberano ser lesgilador, juez y
ejecutor de los derechos al mismo tiempo. Es por ello que el autor sostiene que es necesario alejarse del
modelo liberal que se planeta en el Leviatán, en cambio, hay que considerar a las técnicas y tácticas de la
dominación.
Una de las principales pretensiones de Foucault fue la de apartar su análisis de la concepción jurídica del
poder. Por ello destaca que dentro de las diversas funciones que cumplió la Teoría de la Soberanía (en la
legitimación del poder político), es su operatividad en la sociedad moderna. Para el autor, el derecho tiene
como objetivo la producción de ficciones que requiere el poder para operar de la manera más efectiva
posible. Bajo esta concepción, Foulcaut continúa explicando que en la sociedad moderna se crea una
nueva mecánica de poder que esta basada en pacto social y en la soberanía popular. Pero esto, a su vez,

1 FOUCAULT, M.: Genealogía del Racismo. De la guerra de las razas al racismo de Estado, Ediciones de La Piqueta,
España, 1992, pp. 28-29
encubre un ejercicio del poder basado en la cohesión social y la inscripción disciplinaria en el cuerpo de los
individuos a través del trabajo, el empleo del tiempo, la conformación del espacio social y la vigilancia
incesante (lo que él encuadra dentro de lo panóptico, como espacio cerrado, recortado y vigilado) que cae
en manos del soberano y todo el aparato estatal que monta.

Foucault analiza el poder desde los “operadores de dominación”, estudia las relaciones de dominación
desde lo factico, lo real y trata de ver como ella misma es la que determina los elementos sobre los cuales
recae. Plantea indicar como se fabrican las relaciones de sometimiento concretas.
Para Foucault el poder es esencialmente lo que reprime a la naturaleza, a los instintos, a una clase, a los
individuos. No es algo que posee la clase dominante, no es una propiedad sino una estrategia. El poder no
se posee, se ejerce. Sus efectos no son atribuibles a una dominación sino a ciertos dispositivos que le
permiten funcionar plenamente. El estado no es de ninguna manera el lugar privilegiado del poder sino que
es un efecto de conjunto.
Ante el axioma de que el poder actúa por medio de mecanismos de represión e ideología, manifiesta que
ambas no son más que estrategias extremas del poder que en modo alguno se contenta con excluir o
impedir, o hacer crear y ocultar.

NORMALIZACION: preeminencia de la norma en el ámbito social. Mientras la ley solo interviene cuando
existe una infracción, la norma interviene durante toda la vida. El poder produce positivamente sujetos,
discursos, verdades, realidades que penetran todo loa nexos sociales, razón por la cual no esta localizado,
sino en multiplicidad de redes de poder en constante transformación, las cuales se conectan e
interrelacionan entre las distintas estrategias.
El poder tiene un gran espacio donde se pone de manifiesto. así tenemos que los distintos y múltiples
formas de represión se globalizan desde la óptica del poder, vemos como la represión esta presente en las
escuelas, las universidades, las fabricas, los cuarteles, en las prisiones, en todo lugar donde hay poder este
se ejerce. El poder no se posee, funciona. Es una red imbricada de relaciones estratégicas complejas, las
cuales hay que seguir en detalle. El poder no esta localizado, es un efecto conjunto que invade todas las
relaciones sociales. No se subordina a las estructuras económicas. No actúa por represión sino por
normalización por lo cual no se limita a la prohibición, sino se expresa ni esta prioritariamente en la ley.

DISFRAZ/ILUSION: en las sociedades occidentales, el derecho siempre ha enmascarado el poder. El


derecho fue un instrumento muy eficaz mediante el cual se sustituyo los poderes monárquicos en Europa.
Al referirse al sistema penal postula que es la forma en que el poder se muestra de manera abierta y sin
enmascaramiento (porque meter a alguien en la prisión, privarle de sus cosas básicas) dicha forma de
ejercer el poder no se oculta tras un disfraz, no se enmascara sino que se muestra en su justa dimensión.
Esto es como una tiranía y que al mismo tiempo es considerada pura y justifica su ejercicio brutal, ya que
apareces como la dominación del bien sobre el mal, el orden sobre el caos.

DISCURSOS CULTURALES: el intenta explicar como se instalaron en la historia de las ideas y sobre que
bases se articulan los grandes discurso culturales del poder. Para el, la historia es el discurso del poder, el
discurso de las obligaciones a través de loas cuales el poder somete, es el discurso por medio del cual el
poder fascina, aterroriza, inmoviliza. El atar e inmovilizar el poder es fundador y garantía del orden.
El aborda como los discursos psiquiátricos, psicológicos, etc. se insertaron en Occidente en virtud de
ciertas condiciones. En sus estudios sobre el funcionamiento del poder en la sociedad, considera que cada
época cultural posee un código fundamental, un orden o configuraciones que adopta el saber-que llama
episteme- lo que se dice y se calla en aquella cultura y sobre cuyo fondo se elaboran, piensan e interpretan
los objetos.
Existe un tejido de relaciones culturales que conforman el carácter gnoseológico de la realidad. Dicha
realidad es la que produce el espacio de la episteme, genera sus leyes, sus validaciones, etc. Este orden y
espacio de la racionalidad se genera por una forma de poder que los instaura, no solo políticamente, sino
científicamente.

DISCIPLINA: estudia el surgimiento y la extensión de las formas de disciplina en cuanto que tecnologías
políticas y procedimientos disciplinarios que no anulan la individualidad sino que la producen a través de
una estrategia de normalización caracterizada por el encierro. Este encierro comprende una gran variedad
de formas y métodos para la corrección que van desde los trabajos forzados y el aislamiento hasta la
educación. Busca someter a los desviados a la normalización y a la vigilancia.
La forma disciplinaria es una forma de control que ejerce la fuerza normalizando y creando las condiciones
de vigilancia para imponer la docilidad de los sujetos. Es una forma de poder difuso que no actúa sobre los
individuos sino que determina un horizonte de acción. No disciplina sino que normaliza. El poder no esta
centralizado, no es propiedad exclusiva de alguien sino que se transmite y se vive.
En la sociedad disciplinaria surge una economía política del cuerpo en la que se deja el castigo de las
sensaciones y se pasa a un castigo del alma de los individuos. El poder se incardina en el interior de los
hombres, realiza una vigilancia y una transformación permanente, actúa aun antes de nacer y después de la
muerte, controla la voluntad y el pensamiento de un proceso intenso y extenso de normalización en el que
los individuos son enumerados y controlados. Para ello utiliza 5 operaciones: compara, diferencia,
jerarquiza, homogeniza, excluye. En suma normaliza.
El examen disciplinario combina la técnica de la jerarquía que vigila como las técnicas de la sanción
normalizadora, es una mirada normalizante, una vigilancia que califica, clasifica, castiga. El examen es la
técnica por la cual el poder, en lugar de emitir los signos de su potencia, en lugar de imponer su manera a
sus sometidos, mantiene a estos en un movimiento de objetivación.
El poder disciplinario fabrica individuos, encauza sus conductas, los guía en la multitud multiplicando sus
fuerzas. El poder se ejerce por medio de maquinas que organizan las mentes (en sistemas de
comunicaciones, redes de información, etc.) y los cuerpos (en sistemas de bienestar, actividades
monitoreadas, etc.) hacia un estado de alineación autónoma del sentido de la vida y el deseo de la
creatividad.

PANOPTICO: es el espacio cerrado, recortado, vigilado en todos sus puntos, donde los menores
movimientos se controlan, los acontecimientos se registran, en el que un trabajo ininterrumpido de escritura
une el centro y la periferia, en el que el poder se ejerce por entero, de acuerdo con una figura jerárquica
continua, en el que cada individuo esta constantemente localizado, examinado y distribuido entre otros
individuos.

EL ESTADO POLITICO:
Los intentos de formalizar el poder del Estado en los alcances legítimos de lo que puede hacer es una
forma en la que se establecían la noción medieval de la autoridad de origen divino y teológico.
A medida que surge el estado como una esfera de poder, el horizonte de su poder comienza también a
configurarse. Al estado se yuxtapone la sociedad, sobre la cual rige y a la cual supervisa. El estado debe
ocuparse de sus sujetos y así comienza la síntesis de la noción medieval del poder legislativo y avalado por
la divinidad con la noción judeo-cristiana del poder pastoral. Es esta fusión la que eventualmente da origen
al biopoder, un poder que se individualiza por la disciplina, pero que también masifica, generaliza y
normaliza haciendo de su pueblo una población. Esta nueva forma de poder político se acompaña con el
desarrollo de nuevas instituciones, como la policía, los manicomios, hospitales, sanatorios y nuevas
ciencias, como la salud social, la psiquiatría, etc. Para Foucault el surgimiento de la racionalidad política
esta ligada directamente a la constitución del objeto sobre el cual debe actuar.
La racionalidad política del Estado moderno es sobre todo una racionalidad basada en la forma en que
tiende a la vida de la población. El poder del estado biopolítico es una regulación de la vida, una inclinación,
la educación y administración de lo viviente.
Mientras que el poder del soberano era el de hacer morir y dejar vivir, el poder del estado totalitario, que
es el estado del biopoder, es el poder de hacer vivir y dejar morir. El poder del soberano era ritualista, y en
esa medida parcial. También era un poder que por su propia lógica jurídica tenia que someterse a la presión
de derechos y reclamaciones. Ese mismo ejercicio de su poderío, el poder del soberano revelaba su
limitación. En contraste, el poder del bioestado es sobre la vida. Por esta razón, un Estado pierde su
legitimidad y credibilidad en tanto que ya no puede blanquear las muertes por plagas, hambre o violencia
interna. La muerte se convierte en una acusación y falla fatal del Estado.
El biopoder con el fin de reclamar la muerte para poder infligirla hace uso del racismo. El racismo
normaliza y medicaliza la guerra. Hace de la guerra la condición permanente de la sociedad, mientras que
al mismo tiempo enmascara sus armas de tortura y muerte.
Foucault analiza el poder desde los “operadores de dominación”, estudia las relaciones de dominación
desde lo factico, lo real y trata de ver como ella misma es la que determina los elementos sobre los cuales
recae. Plantea indicar como se fabrican las relaciones de sometimiento concretas.
Para Foucault el poder es esencialmente lo que reprime a la naturaleza, a los instintos, a una clase, a los
individuos. No es algo que posee la clase dominante, no es una propiedad sino una estrategia. El poder no
se posee, se ejerce. Sus efectos no son atribuibles a una dominación sino a ciertos dispositivos que le
permiten funcionar plenamente. El estado no es de ninguna manera el lugar privilegiado del poder sino que
es un efecto de conjunto.
Ante el axioma de que el poder actúa por medio de mecanismos de represión e ideología, manifiesta que
ambas no son más que estrategias extremas del poder que en modo alguno se contenta con excluir o
impedir, o hacer crear y ocultar.

NORMALIZACION: preeminencia de la norma en el ámbito social. Mientras la ley solo interviene cuando
existe una infracción, la norma interviene durante toda la vida. El poder produce positivamente sujetos,
discursos, verdades, realidades que penetran todo loa nexos sociales, razón por la cual no esta localizado,
sino en multiplicidad de redes de poder en constante transformación, las cuales se conectan e
interrelacionan entre las distintas estrategias.
El poder tiene un gran espacio donde se pone de manifiesto. así tenemos que los distintos y múltiples
formas de represión se globalizan desde la óptica del poder, vemos como la represión esta presente en las
escuelas, las universidades, las fabricas, los cuarteles, en las prisiones, en todo lugar donde hay poder este
se ejerce. El poder no se posee, funciona. Es una red imbricada de relaciones estratégicas complejas, las
cuales hay que seguir en detalle. El poder no esta localizado, es un efecto conjunto que invade todas las
relaciones sociales. No se subordina a las estructuras económicas. No actúa por represión sino por
normalización por lo cual no se limita a la prohibición, sino se expresa ni esta prioritariamente en la ley.

DISFRAZ/ILUSION: en las sociedades occidentales, el derecho siempre ha enmascarado el poder. El


derecho fue un instrumento muy eficaz mediante el cual se sustituyo los poderes monárquicos en Europa.
Al referirse al sistema penal postula que es la forma en que el poder se muestra de manera abierta y sin
enmascaramiento (porque meter a alguien en la prisión, privarle de sus cosas básicas) dicha forma de
ejercer el poder no se oculta tras un disfraz, no se enmascara sino que se muestra en su justa dimensión.
Esto es como una tiranía y que al mismo tiempo es considerada pura y justifica su ejercicio brutal, ya que
apareces como la dominación del bien sobre el mal, el orden sobre el caos.

DISCURSOS CULTURALES: el intenta explicar como se instalaron en la historia de las ideas y sobre que
bases se articulan los grandes discurso culturales del poder. Para el, la historia es el discurso del poder, el
discurso de las obligaciones a través de loas cuales el poder somete, es el discurso por medio del cual el
poder fascina, aterroriza, inmoviliza. El atar e inmovilizar el poder es fundador y garantía del orden.
El aborda como los discursos psiquiátricos, psicológicos, etc. se insertaron en Occidente en virtud de
ciertas condiciones. En sus estudios sobre el funcionamiento del poder en la sociedad, considera que cada
época cultural posee un código fundamental, un orden o configuraciones que adopta el saber-que llama
episteme- lo que se dice y se calla en aquella cultura y sobre cuyo fondo se elaboran, piensan e interpretan
los objetos.
Existe un tejido de relaciones culturales que conforman el carácter gnoseológico de la realidad. Dicha
realidad es la que produce el espacio de la episteme, genera sus leyes, sus validaciones, etc. Este orden y
espacio de la racionalidad se genera por una forma de poder que los instaura, no solo políticamente, sino
científicamente.

DISCIPLINA: estudia el surgimiento y la extensión de las formas de disciplina en cuanto que tecnologías
políticas y procedimientos disciplinarios que no anulan la individualidad sino que la producen a través de
una estrategia de normalización caracterizada por el encierro. Este encierro comprende una gran variedad
de formas y métodos para la corrección que van desde los trabajos forzados y el aislamiento hasta la
educación. Busca someter a los desviados a la normalización y a la vigilancia.
La forma disciplinaria es una forma de control que ejerce la fuerza normalizando y creando las condiciones
de vigilancia para imponer la docilidad de los sujetos. Es una forma de poder difuso que no actúa sobre los
individuos sino que determina un horizonte de acción. No disciplina sino que normaliza. El poder no esta
centralizado, no es propiedad exclusiva de alguien sino que se transmite y se vive.
En la sociedad disciplinaria surge una economía política del cuerpo en la que se deja el castigo de las
sensaciones y se pasa a un castigo del alma de los individuos. El poder se incardina en el interior de los
hombres, realiza una vigilancia y una transformación permanente, actúa aun antes de nacer y después de la
muerte, controla la voluntad y el pensamiento de un proceso intenso y extenso de normalización en el que
los individuos son enumerados y controlados. Para ello utiliza 5 operaciones: compara, diferencia,
jerarquiza, homogeniza, excluye. En suma normaliza.
El examen disciplinario combina la técnica de la jerarquía que vigila como las técnicas de la sanción
normalizadora, es una mirada normalizante, una vigilancia que califica, clasifica, castiga. El examen es la
técnica por la cual el poder, en lugar de emitir los signos de su potencia, en lugar de imponer su manera a
sus sometidos, mantiene a estos en un movimiento de objetivación.
El poder disciplinario fabrica individuos, encauza sus conductas, los guía en la multitud multiplicando sus
fuerzas. El poder se ejerce por medio de maquinas que organizan las mentes (en sistemas de
comunicaciones, redes de información, etc.) y los cuerpos (en sistemas de bienestar, actividades
monitoreadas, etc.) hacia un estado de alineación autónoma del sentido de la vida y el deseo de la
creatividad.

PANOPTICO: es el espacio cerrado, recortado, vigilado en todos sus puntos, donde los menores
movimientos se controlan, los acontecimientos se registran, en el que un trabajo ininterrumpido de escritura
une el centro y la periferia, en el que el poder se ejerce por entero, de acuerdo con una figura jerárquica
continua, en el que cada individuo esta constantemente localizado, examinado y distribuido entre otros
individuos.

EL ESTADO POLITICO:
Los intentos de formalizar el poder del Estado en los alcances legítimos de lo que puede hacer es una
forma en la que se establecían la noción medieval de la autoridad de origen divino y teológico.
A medida que surge el estado como una esfera de poder, el horizonte de su poder comienza también a
configurarse. Al estado se yuxtapone la sociedad, sobre la cual rige y a la cual supervisa. El estado debe
ocuparse de sus sujetos y así comienza la síntesis de la noción medieval del poder legislativo y avalado por
la divinidad con la noción judeo-cristiana del poder pastoral. Es esta fusión la que eventualmente da origen
al biopoder, un poder que se individualiza por la disciplina, pero que también masifica, generaliza y
normaliza haciendo de su pueblo una población. Esta nueva forma de poder político se acompaña con el
desarrollo de nuevas instituciones, como la policía, los manicomios, hospitales, sanatorios y nuevas
ciencias, como la salud social, la psiquiatría, etc. Para Foucault el surgimiento de la racionalidad política
esta ligada directamente a la constitución del objeto sobre el cual debe actuar.
La racionalidad política del Estado moderno es sobre todo una racionalidad basada en la forma en que
tiende a la vida de la población. El poder del estado biopolítico es una regulación de la vida, una inclinación,
la educación y administración de lo viviente.
Mientras que el poder del soberano era el de hacer morir y dejar vivir, el poder del estado totalitario, que
es el estado del biopoder, es el poder de hacer vivir y dejar morir. El poder del soberano era ritualista, y en
esa medida parcial. También era un poder que por su propia lógica jurídica tenia que someterse a la presión
de derechos y reclamaciones. Ese mismo ejercicio de su poderío, el poder del soberano revelaba su
limitación. En contraste, el poder del bioestado es sobre la vida. Por esta razón, un Estado pierde su
legitimidad y credibilidad en tanto que ya no puede blanquear las muertes por plagas, hambre o violencia
interna. La muerte se convierte en una acusación y falla fatal del Estado.
El biopoder con el fin de reclamar la muerte para poder infligirla hace uso del racismo. El racismo
normaliza y medicaliza la guerra. Hace de la guerra la condición permanente de la sociedad, mientras que
al mismo tiempo enmascara sus armas de tortura y muerte.

FOUCAULT, MICHEL Genealogía del racismo

Foucault define a la genealogía como el “acoplamiento de los conocimientos eruditos y de las memorias
locales, que permite la constitución de un saber histórico de las luchas y la utilización de este saber en las
tácticas actuales. Se trata de hacer entrar en juego a saberes locales, discontinuos, descalificados, no
legitimados, contra la instancia teórica unitaria que pretende filtrarlos, jerarquizarlos, ordenarlos en nombre
del conocimiento verdadero y de los derechos de una ciencia que sería poseída por alguien. Se trata de una
insurrección de los saberes contra los efectos de poder centralizadores dados a las instituciones y al
funcionamiento de un discurso científico organizado dentro de una sociedad como la nuestra”.
Foucault subraya la existencia de tres dominios genealógicos. En primer lugar, una ontología de nuestra
constitución como sujetos de conocimiento, que toma en consideración la relación que establecemos con la
verdad (método arquelógico). Seguidamente, una ontología histórica de nuestra constitución como sujetos
dominados a partir de nuestras relaciones con un campo de poder (genealogía del poder). Finalmente, una
ontología histórica de nuestra constitución como sujetos éticos, según las relaciones que establecemos con
diversas prescripciones morales (genealogía del sujeto).
Con respecto al poder, el autor planeta que hay que llevar a cabo un análisis no económico del poder
(como el marxismo), ni tampoco entenderlo como algo dado. Por el contrario, el poder se ejerce y sólo
existe en acto, es una relación de fuerzas. Existen dos hipótesis con respecto al poder:
-Hipótesis de Reich: los mecanismos de poder serían los de la represión. El poder reprime por naturaleza
a los instintos, individuos, clases, etcétera.
-Hipótesis de Nietzche: la base de la relación de poder sería el enfrentamiento belicioso de las furzas. El
despliegue de una relación de fuerzas debería ser analizado en términos de luchas, de enfrentamientos y
de guerra.
Se pueden oponer dos grandes sistemas de análisis del poder:
-Esquema Contrato-Opresión: viejo sistema que se encuentra en los filósofos del siglo XVIII. Se articula en
torno al poder como derecho originario que cede y cosntituye la soberanía, y en torno al contrato como
matriz del poder político. Poder/contrato con la opresión como límita. La opresión va más allá de los
términos del contrato.
-Esquema Dominación-Represión: se trata de analizar el poder político según el esquema de guerra-
represión. La represión no es lo que era la opresión con respecto al contrato, es decir un abuso, sino el
simple efecto y la simple continuación de la relación de dominación.

Hay que descifrar el poder político en término de guerra, lucha, enfrentamiento.La principal pretensión del
análisis de Foucault ha sido desligarse de una concepción jurídica del poder. Entre las diversas funciones
que cumplió la teoría de la "soberanía" en la legitimación del poder político, Foucault destaca
fundamentalmente su operatividad en la sociedad moderna. Desde el medioevo, el derecho se organiza en
torno al problema de la soberanía y tiene esencialmente la función de fijar la legitimidad del poder. El
discurso y la técnica del derecho han tenido la función de disolver dentro del poder el hecho históricode la
dominación, y de hacer aparecer en su lugar los derechos legítimos de la soberanía y la obligación legal de
la obediencia.
Es preciso estudiar el poder fuera del modelo de Leviatán, al margen del campo delimitado por la
soberanía jurídica y la insitución estatal. La teoría jurídica de la soberanía refiere al mecanismo de poder
efectivo que era el de la monarquía feudal, luego sirvió de instrumento y justificación a la constitución de
grandes monarquías administrativas, a partir del siglo XVI y XVII la teoría de la soberanía ha sido un arma
que circuló en un campo y otro para reforzar el poder real, por último, en el siglo XVIII es reactivada por el
derecho romano y lo encontramos en pensadores como Rosseau.
En los siglos XVIII y XIX, la permanencia de la teoría de la soberanía jugó un doble papel: de una parte,
sirvió como ideología frente a las monarquías absolutas del pasado; de otra parte, la codificación del siglo
XIX, fundamentada en la noción de soberanía, sirvió -en opinión de Foucault- de cobertura a la formación
de las disciplinas, al ocultar, bajo las garantías de las libertades públicas, un estado de dominación y
desigualdad atribuible a los mecanismos disciplinarios. De esta forma, en la sociedad moderna, una
mecánica de poder fundamentada en el pacto social y la soberanía popular, encubre un ejercicio sutil del
poder basado en la cohesión social y la inscripción disciplinaria en el cuerpo de los individuos, a través del
trabajo, el empleo del tiempo, la cuadriculación total del espacio social y la vigilancia incesante. En los
siglos XVII y XVIII se inventó una nueva mecánica de poder que permite extraer de los cuerpos tiempo y
trabajo. Se opone a la teoría de la soberanía que se refiere al traslado y apropiación por parte del poder de
los bienes y la riqueza. La teoría de la soberanía permite fundar un poder absoluto en el dispendio del
poder, y no calcular el poder como el mínimo derroche y el máximo de eficacia. El nuevo tipo de poder ya
no puede ser descripto en términos de soberanía. Contexto: Sociedad burguesa y constitución del
capitalismo industrial.
No obstante, la teoría de la soberanía siguió existiendo, organizando códigos jurídicos: "Códigos
Napoléonicos". Persisitió por dos motivos:
En el siglo XVIII y XIX fue instrumento crítico contra la monarquía y todos los obstaculos que se opusieran
al desarrollo de una sociedad disciplinaria.
Con su organización de un código jurídico permitió superponer a los mecanismos de disciplina un sistema
de derechos que ocultaba los procedimientos de "disciplina" y la eventual técnica de dominación,
garantizando a cada cuál a través de la sobernía del Estado, el ejercicio de los propios derechos soberanos.

En las sociedades modernas tenemos entonces una legislación, un discurso y una organización del
derecho público, articulados en torno al principio de soberanía del cuerpo social y de la delegación por parte
de cada uno de la propia soberanía al Estado, y por la otra, una densa retícula de coerciones disciplinarias
que aseguran en los hechos la cohesión de este mismo cuerpo social. Un derecho a la soberanía y una
mecánica de la disciplina: el ejercicio del poder se juega entre esas dos líneas.
La teoría de la soberanía no puede ser propuesta como método de análisis concreto de las relaciones de
poder porque:
Busca dar forma a un ciclo mostrando de qué modo un sujeto puede y debe hacerse sujeto, pero
entendiendo esta vez como elemento sojuzgado dentro de una relación de poder.
Fue dotada de una multiplicidad de poderes que no son todavía poderes en el sentido político del término,
sino capacidades, potencias. La multiplicidad de los poderes, entendidos como poderes políticos, puede ser
establecida y puede funcionar, sólo a partir de esta unidad establecida y fundamentada por la teoría de la
soberanía.
Esta muestra (o trata de mostrar) cómo un poder puede constituirse no tanto según la lee sino según
cierta legitimidad fundamental, más fundamental que todas las leyes. La teoría de la soberanía presupone al
sujeto, apunta a fundar la unidad esencial del poder y se desarrolla en el elemento preliminar de la ley.

Para superar el planteamiento del poder en términos jurídicos -basado en la noción de "soberanía"- y
aportar un análisis que considere la dominación ejercida por las relaciones de poder, Foucault sugiere
cinco precauciones de método. En primer lugar, no analizar el poder como un eje central del que irradian
diversos efectos de poder, constantes, regulados y legitimados, sino analizar, más bien, al poder en su
capilaridad, en sus localizaciones externas, regionales, donde trasciende las reglas del derecho. En
segundo lugar, no preguntarse por la intención del poder sino analizarlo en la materialidad propia de sus
prácticas reales y efectivas. En tercer lugar, no analizar el poder en términos de apropiación y de sujeto,
sino establecer, más bien, una visión circular del poder que haga de su detentación una situación
provisional; el poder no es propiedad de los individuos sino el elemento irreductible que atraviesa sus
cuerpos. En cuarto lugar, Foucault sugiere hacer un estudio ascendente del poder, no descendente. En
quinto lugar, Foucault propone considerar que el poder, no se acompaña de producciones ideológicas, sino
de procedimientos de producción y catalogación del "saber". El poder no recurre a la ideología propia del
poder monárquico, a la ideología de la educación, sino a los instrumentos de poder-saber, tales como
técnicas de registro, procedimientos de indagación, o aparatos de verificación.

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