Es indudable que los docentes participamos en la evolución de las ideas
de nuestros alumnos en todos los campos del saber y entre ellas las artísticas y creativas, induciéndolos hacia territorios de nuestro interés para que indaguen según sus pensamientos y así en algunos casos puedan reafirmar o cambiar el rumbo de sus vidas. Y es nuestra intención, que se produzca ese acercamiento a un arte el contemporáneo y con él a las vanguardias, que para nuestros alumnos no deja de ser, “Eso lo hago yo con los ojos cerrado” “Mi hermano pequeño lo hace mejor”, por mucho que se hayan interesado artistas y teóricos un acercamiento de estos conceptos al publico en general. Utilicemos a estos teóricos para ver cual puede ser el abismo que los separa. Según Karin Thomas en “Diccionario del arte actual” Valor estético es: La Importancia o significado que se le atribuye al aspecto de una cosa. Es indudable que para nuestros alumnos el arte actual no tiene valor estético. Y es nuestra intención ayudar a crearlo. Las obras que albergan los museos nos permiten una miradas distintas sobre la realidad. Los estudiantes que están inmersos en un proceso de formación necesitan esa multiplicidad de perspectivas. Con su visita no solo aprecian los distintos aspectos de las obras sino que tienen también la oportunidad de ver cómo su propia capacidad estética va cambiando con el paso del tiempo, adquiriendo conocimiento y experiencia. Por eso un museo y sus obras son un verdadero centro de recursos permanente para el aprendizaje. La escuela debe y puede estimular en los estudiantes un deseo de acercarse a la realidad del arte y los centros pueden y deben facilitar a los alumnos formas concretas de satisfacerlo. Este es el caso del museo al aire libre que un grupo de profesores está realizando en este centro. Sirvan estos aspectos, para mostrar la relevancia que las artes pueden llegar a tener en los procesos educativos. Degustar las artes en vivo durante el período de escolarización es una forma de anclar los intereses de los estudiantes más allá de las paredes del aula y permitir con ello que la educación no termine en el expediente académico. Las obras de arte son la fuente de confrontación más rica que el entorno puede ofrecernos. Por remota que sea la procedencia de una obra nunca puede resultarnos completamente extraña si la queremos mirar. Siempre es el resultado de alguien que se interroga acerca de por qué las cosas son como son y cómo podrían ser. Este carácter revitalizador en la mirada hacia el arte es el que nos permite, no perder de vista la historia de las artes, que justamente debe ayudarnos a mantener todas aquellas obras que han contribuido a conformar nuestra mirada y a recuperar con vitalidad las obras ya existentes. ¿Porqué la utilización de objetos ya existentes en las esculturas ? Desde pequeños hemos guardado objetos recogidos de la naturaleza o del mundo cotidiano, tesoros inauditos que cuidamos con máximo interés y a los que no dudamos en darles un fin inmediato. Más allá de la simple curiosidad, la imaginación inventiva la utilización más extraña, el objeto ejerce su poder de metamorfosis. Para realizar un hallazgo, basta tener mirada más amplia sobre el mundo. Esta mirada implica un conocimiento intuitivo de las cosas, una captación de las posibles funciones del objeto que tenemos ante los ojos. La inteligencia se admira, procede por clasificación, aduce semejanzas y crea asociaciones de ideas. Se trata, pues, de un contacto activo con el objeto encontrado, una manipulación con reflexión y de dominar el azar. Por ello, podemos hablar de “cualidad creadora”; este don consiste en”hacer algo”, arrancar a lo fortuito del azar algo, y permitir a la casualidad que adquiera una significación estética en el mundo artístico. El arte moderno ha descubierto la fuerza de expresión del objeto y la ha utilizado. Los objetos de la vida diaria, que ofrecen una utilización precisa dada por el hombre, tienen una propia vida independiente y pueden dar lugar a todo tipo de metamorfosis creativas.