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RECURSOS LITERARIOS

Te explicamos qué son los recursos literarios (también llamados figuras retóricas) y
cuáles son las características principales de cada uno.

Los recursos literarios imprimen un sello único e irrepetible a la obra


literaria.

¿Qué son los recursos literarios?


Los recursos literarios o figuras retóricas son los los giros especiales del
lenguaje empleados por los autores de literatura, con el propósito de imprimir
a sus escritos una mayor potencia expresiva. De esa manera pueden
transmitir a sus lectores la plenitud de los mensajes de sus obras.
Si bien todas las obras de literatura se encuentran escritas usando un lenguaje
fuera de lo ordinario, alejado de lo común, y no sólo en verso sino también en
prosa, las figuras retóricas imprimen un sello único e irrepetible a la obra
literaria, y eso forma parte de lo entendido como el estilo de un escritor.

Características de los recursos literarios

1. La metáfora o símil
Consiste en la sustitución de un referente por otro, con el cual existe un nexo
específico de semejanza. Así, es posible realizar una comparación entre dos
cosas a partir de un rasgo común o definir una a partir de características de la
otra.

Así, “el sol radiante de tus mejillas” es una metáfora que otorga a las mejillas
las cualidades del sol, y “era alto como el asta de una bandera” compara a una
persona con un objeto para describirla mejor.

2. La metonimia
Semejante a la metáfora (muchos afirman que se trata de un subtipo de ella),
la metonimia consiste en el intercambio de referentes, pero siempre a partir
de una relación específica y oculta: la parte por la cosa, el efecto por la
causa, la cosa por su procedencia.

Algunos ejemplos son: “leer a Shakespeare” (el autor por la obra), “ir a comer
italiano” (el lugar de origen por la cosa) o “una boca más que alimentar” (la
parte por el todo). A este último caso se le conoce también como Sinécdoque.

3. La hipérbole
Estaremos ante un caso de hipérbole cuando leamos algún tipo de
exageración, cuyo sentido es remarcar mucho más el sentido explícito de la
idea. Puede tratarse de un uso metafórico, por ejemplo, al comparar
exageradamente una cosa con un atributo que se le atribuye.

Por ejemplo: “Le tomó la vida entera llegar” o “más estirado que una
serpiente”. En este último caso hay además una metáfora, al comparar la idea
del estiramiento con ciertas condiciones de personalidad.

4. La personificación
La personificación ocurre al atribuir a objetos inanimados o a vegetales y
animales algún rasgo exclusivo de humanidad, con el fin de transmitir mejor la
impresión que se supone que causen.

Así, un gato puede ser “orgulloso” o “soez”, una planta puede ser “terca” o
“prepotente” e incluso una mesa puede ser “grosera” o “atrevida”.

5. El oxímoron
También un tipo específico de metáfora, el oxímoron implica siempre
la juntura de dos términos antagónicos, es decir, dos sentidos que
normalmente no podrían convivir.

De allí: “oscura luminosidad”, “alegre tristeza” o “prístina contaminación”.

6. El hipérbaton
Esta figura se basa en la alteración del orden tradicional de la oración,
para resaltar sintácticamente alguno de los significados contenidos. Se le
asocia comúnmente con la poesía, aunque no sea exclusiva de ese género.
Un caso evidente de hipérbaton es este verso del poeta español Miguel
Hernández: “Menos tu vientre todo es futuro fugaz, pasado baldío”.

7. La anáfora
La anáfora es una repetición al inicio de cada frase, que al reiterarse a lo largo
del enunciado produce un efecto melódico o enfático.

Por ejemplo, leemos en Rubén Darío, célebre poeta nicaragüense: “y la carne


que tienta con sus frescos racimos, / y la tumba que aguarda con sus fúnebres
ramos / y no saber adónde vamos”. La repetición de la “y” inicial marca un
ritmo específico y una intensidad.

8. La onomatopeya
La onomatopeya es un recurso ampliamente utilizado en el habla cotidiana,
que consiste en representar mediante lenguaje el sonido de alguna
cosa o animal. Es muy frecuente en el habla de los niños.

Los ejemplos de onomatopeya abundan: “toc, toc” cuando tocan la puerta, “tic
tac” para el reloj y un gigantesco etcétera.

9. La elipsis
Cuando hablamos de elipsis hablamos de omisión: evitar deliberadamente
ciertas palabras o cierta información oracional, cuya falta no hace mella en el
sentido de lo dicho, pero aporta agilidad, rapidez o ritmo al texto leído.

Eso omitido puede ser de índole nominal (un nombre, un sujeto), verbal (una
acción) o comparativa (un referente ya aludido en un cotejo específico).
Tampoco es una figura exclusiva del lenguaje literario.
Una elipsis nominal puede ser: “Hoy veré esta película, mañana aquella”
(omisión del sustantivo “película” u “otra”); una verbal sería: “Tomé primero el
carril de la izquierda y después el carril de la derecha” (omisión del verbo
“tomar”); y una elipsis comparativa: “¿Te gusta el café con leche? No, prefiero
el té” (se evita volver a nombrar la primera opción ofrecida).

10. La aliteración
Recurso meramente fonético, la aliteración supone la construcción deliberada
de una frase que contiene la repetición escondida de un sonido. Es un
recurso frecuente en trabalenguas, albures y adivinanzas, en los que sólo
prestando atención al sonido por encima del significado puede recomponerse
los sentidos ocultos. En literatura suele usarse también para imprimir una
melodía interior a la oración.

Así, por ejemplo, una aliteración conocida es “agua pasa por mi casa, cate de
mi corazón” (adivinanza popular, el aguacate), o “ya se oyeron los clásicos
clarinetes” (repetición del sonido consonántico de la primera sílaba de las
palabras principales).

¿Cómo citar?

"Recursos Literarios". Autor: Julia Máxima Uriarte. Para: Caracteristicas.co.


Última edición: 27 de septiembre de 2017. Disponible
en: https://www.caracteristicas.co/recursos-literarios/. Consultado: 13 de junio
de 2019.

Fuente: https://www.caracteristicas.co/recursos-literarios/#ixzz5qrAPAb7L

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