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Los juegos son imprescindibles para acompañar el desarrollo de los niños desde que son muy pequeños.
Los sonajeros son juguetes colgantes que han sido utilizados por los niños durante miles de años.
Aparecieron en Egipto poco antes de comenzar el Imperio Nuevo, o sea alrededor de 1360 a.C., y varios de ellos pueden
contemplarse en el Horniman Museum de dicho país. Muchos fueron descubiertos en tumbas infantiles, y todos muestran
indicios de que se pretendía que los manipularan los niños.
Actualmente, entre las tribus de África los sonajeros se fabrican con vainas vegetales secas, y sus múltiples usos no
han variado desde los tiempos antiguos: es decir, que están destinados a producir cierto tipo de música, asustar a los
demonios y divertir a los niños.
La etapa comprendida entre los 0 y 6 meses son las ideales para hacer uso de este juguete. Según Jean Piaget es la
etapa sensoriomotora en la que el niño debe aprender a responder por medio de la actividad motora a los diversos
estímulos que se presentan a sus sentidos. El niño no sólo escucha y ve un sonajero, aprende a sostenerlo, sacudirlo o
chuparlo.
En esta etapa es donde empiezan a descubrir el mundo a través de los sentidos, es asi que debemos proporcionarles
juguetes que capten su atención a través del tacto, la vista y el oído. Forman parte de nuestra etapa primaria y son
importantes en tanto en cuanto desarrollan multitud de sentidos, relajan, divierten y estimulan el buen desarrollo del
sistema afectivo y sensorial.
Beneficios de su uso:
Estimulan sus sentidos, cuando apenas se mueven, es el oído el que guía sus movimientos, los estimula trayendo su
atención.
Estimula la vista, ya que la explosión de colores con la que se diseñan no los deja indiferentes. Les atraen y suelen
alargar la mano para poder tocar los diferentes colores. Para perfeccionar su visión deben ser sonajeros que sean de
colores atractivos y contrastados.
Estimulan el sentido del tacto, ya que existen con diversas texturas y de esta manera se comienza a desarrollar este
sentido. Podemos encontrar de tela, plástico o de goma.
Otro factor para tener en cuenta es que este objeto podrá ser utilizado como reforzador de la memoria para el bebé,
con juegos donde participan sonidos de distintos sonajeros asociándolos a conductas o a sucesos que van a ocurrir
después, como por ejemplo la hora de baño, a un tipo de sonido; mientras que para la hora de mamar se puede asociar
con otro; así el niño podrá anticipar cuál es la rutina que le toca apenas escuche ese sonido. Esto mejora su memoria,
le evita sorpresas y le ayuda a sentirse más seguro.
Sus sonidos deben ser suaves para que le produzcan tranquilidad y paz y que él los pueda asociar a la vez con los
momentos que comparte con su madre proveyéndole seguridad.
Como en su primer mes el bebé no podrá hacer sonar el sonajero por sí solo, puede darlo para que lo tome, y
suavemente ayudar a que lo agite, así ira aprendiendo que cada vez que mueve la mano con el sonajero, éste sonará.
Al mover el sonajero, el bebé comenzará a asociar los sonidos con los objetos, empezará a coordinar dos sentidos, el
oído y la visión, al buscar el objeto productor del sonido.