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Reflexión que implique las implicaciones de la solidaridad.

La primera solidaridad con el prójimo empieza, pues, en hacer bien


nuestro trabajo. Los que creemos en el buen trabajo no dudamos de
las posibilidades que ello tiene para poder ir cambiando el mundo.

Es algo que se elige, igual que hay que decidir qué causas, de las
muchas justas que existen, puedo apoyar.

La auténtica solidaridad comienza, entre otras cosas, con realizar bien


nuestro propio trabajo; el de cada día. Cosiste en apostar por la
excelente y, a la vez, por una labor socialmente responsable.

Los actos y los gestos de solidaridad son realmente beneficiosas


cuando de verdad sacuden nuestros egoísmos y comodidades, pero
también cuando son un reto al sistema político y a la legislación
vigente que provocan, amparan y dan lugar a esas situaciones que
tratan de paliar desde la solidaridad.

La solidaridad pues, no es un modo de cumplir con las tareas que


debería realizar la administración del estado, sino una respuesta
critica, responsable y constante a las situaciones de miseria que crean
en el mundo. La solidaridad verdadera no es muda; tiene una vena
profética y critica.

La solidaridad como el acto mediante el cual una persona realiza


acciones en beneficio de otro sin recibir nada a cambio. La solidaridad
es, realmente, la base de la sociedad humana si se tiene en cuenta
que cuidándonos unos a otros es que podemos sobrevivir. Sin
embargo en los días actuales la solidaridad suele pasar desapercibida
o no ocupar tanto espacio en nuestras vidas debido a todas las
ocupaciones y temas a resolver que solemos tener.

Nombre: Alejandrina de Jesús Peralta Vargas

Matricula: 2010311004

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