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8.

2 La Corteza Continental
Los continentes ocupan el 41.2% (2.10•108 km2) de la superficie terrestre,
de los cuales 71.3% (1.5•108 km2 ) se encuentran sobre el nivel del mar.

El volumen de la corteza es de 7.35 •109 km3.

Densidad promedio estimada: 2.7 a 2.9 g•cm-3. Debido a la baja densidad,


los continentes se encuentran a grandes elevaciones en comparación con
las cuencas oceánicas.

Espesor promedio: ~36 km (varía


entre 10 y 80 km).

La base de la corteza se define


usualmente por una discontinuidad
sísmica (discontinuidad de
Mohorovičić o Moho) donde la
velocidad de las ondas P cambia de
~7 a ~8 km • s-1.

Figura 8.34. Sección esquemática de la tierra.


Diferenciación química de la Tierra
Aunque la corteza continental representa un porcentaje bajo de la masa terrestre
(~0.35%), contiene más del 30% del total de los elementos más incompatibles (Cs,
Ba, Pb, Rb, K, U, Th, La).
La corteza continental no se recicla fácilmente hacia el manto, y por lo tanto es un
reservorio geoquímico principal. Su composición se debe considerar en todos los
modelos de la composición y evolución de la Tierra total, así como de los mecanismos
de formación y diferenciación de la corteza.
TIERRA TOTAL TIERRA SILICATADA CORTEZA
Otros 0.79 %
Aluminio 2.36 %
Calcio 2.54 %
Hierro 6.26 %

Silicio 21.03 %

Magnesio 22.8 %

Oxígeno 44.2%

Figura 8.23.
Composición global de la corteza continental

La corteza continental es extremadamente heterogénea, debido a lo cual es


difícil calcular su composición global. Además, únicamente la corteza
superior está expuesta para muestreo directo. La perforación más profunda
que se ha realizado (Península de Kola) alcanzó 12 km.
Con datos sísmicos se ha establecido que la estructura de la corteza
continental consiste en tres capas corticales: superior, media e inferior.

Para determinar la composición global de la corteza se ha dividido el problema


en:
Corteza Superior: Parte accesible de la corteza de la que se pueden tener
observaciones directas
Corteza Inferior: Parte más profunda (más de 20 – 25 km) y menos
accesible de la corteza. Se estudia principalmente por
medio de evidencias geofísicas indirectas.
Corteza Continental Superior
Para determinar la composición de la corteza superior se han usado los
siguientes métodos:

1. Estimar el volumen de varios tipos de rocas, y usar composiciones


típicas o promedio de cada uno para derivar un estimado de la
composición.

Tabla 8.2. Abundancia de rocas ígneas y sedimentarias en la Corteza Superior.


Rocas Plutónicas Volumen % Rocas sedimentarias Volumen %
Granito, Granodiorita 77 Lutitas 72
Cuarzodiorita 8 Carbonatos 15
Diorita 1 Areniscas 11
Gabro 13 Evaporitas 2
Sienita, anortosita,
peridotita 1
Taylor y McLennan (1985).
2. Promediar los análisis de muestras colectadas en una área grande o
mezclar polvos de muestras para formar un compósito de varios tipos de
rocas. Diversos estimados producen una composición promedio similar a
la de granodiorita (la roca más común en la corteza). Se ha empleado
principalmente para determinar la composición de elementos mayores.

Los estimados son muy similares en


los elementos mayores a pesar de
estar basados en estudios de
diferentes áreas del Escudo
Canadiense y con cantidades de
muestras muy diferentes.

Shaw et al.: 430 muestras


Eade and Fahrig: 14,000 muestras

Mayor variación en elementos traza,


en parte debida a métodos
analíticos.

Figura 8.35. Comparación de estimados de la composición promedio de la


corteza superior de Eade y Fahrig (1971) y Shaw (1967).
3. Usar la composición promedio de elementos insolubles (p. ej., REE, Y, Sc, Th) en
sedimentos finos (loes, lutitas), que representan un compósito natural de las
diversas litologías.
Lutitas: Loes glacial:
Patrones de REE en diversos sedimentos son  Poco susceptible a fraccionamiento por
muy similares: intemperismo.
 diferentes fuentes de rocas ígneas se  Enriquecimiento en SiO2, Hf, y Zr por
mezclan eficientemente por intemperismo, acumulación de minerales resistentes
erosión y sedimentación generando un (cuarzo, zircón), que no son fácilmente
compósito de la corteza continental superior. dispersados por agua y/o viento.
 Empobrecimiento en Na y Ca por
lixiviación.

Figura 8.36. Patrones de lantánidos del compósito de Lutita


Postarqueana Australiana (Post-Archean Australian Shale,
PAAS), de Lutita Norteamericana (North American Shale
Figura 8.37. Comparación de la concentración de
Composite, NASC), y de Lutita Europea (European Shale,
elementos en loes con el estimado de la corteza
EC). Taylor y McLennan (1985).
Tabla 8.3 Composición de la Corteza Continental Superior

 Composición global:
granodiorítica

 Enriquecida en
elementos incompatibles

 Generalmente
empobrecida en
elementos compatibles.

Estimación de Rudnick y
Gao (2003), Composition
of the Continental Crust, en
Treatise of Geochemistry,
vol. 3, The Crust: Elsevier,
1-64.
Corteza Continental Inferior

Rocas granulíticas de la corteza inferior pueden


estar expuestas en la superficie debido a
procesos tectónicos, pero estos terrenos:

- Frecuentemente han sufrido metamorfismo


retrógrado, que puede cambiar su composición.
- Generalmente son más diferenciados que
xenolitos de la corteza inferior transportados por
magmas.
- La composición de estos terrenos indica que
pueden provenir de corteza superior que ha
sido enterrada por procesos de colisión y
exhumada isotérmicamente.
- Terrenos enfriados isobáricamente pueden
representar la composición de la corteza media e
inferior (0.6 - 0.8 GPa).

Xenolitos con T y P de formación correspon-


dientes a la corteza inferior, representan tal vez
una mejor muestra directa de la corteza inferior,
pero son escasos.

Figura 8.38. Histograma de SiO2. n representa el


número de muestras analizadas. Rudnick y Fountain
(1995).
Debido a la anterior, los estimados de la corteza inferior se basan principalmente en
inferencias indirectas y en datos geofísicos. Las evidencias geofísicas principales
son el flujo de calor y estudios de ondas sísmicas:

Flujo de calor
Una parte del calor liberado por la corteza es producido por el decaimiento radioactivo de 40K,
238U, 235U, y 232Th que están enriquecidos en la corteza y se considera que contribuyen en 15% a

50% al flujo de calor terrestre. Otros elementos radioactivos no contribuyen significativamente a


la generación de calor debido a sus largas vidas medias y bajas abundancias.
El flujo de calor es el único parámetro geofísico que es función directa de la
composición cortical.
dT Q(z): Flujo de calor a cierta profundidad
Q(z) = – k ---- k: Conductividad térmica
dz dT/dz: Cambio en la temperatura con la profundidad

Tabla 8.4. Concentración de U, Th y K y producción de calor en varios tipos de roca.

Tipo de roca ígnea U Th K Th/U K/U Densidad Producción


de de calor
(ppm) (ppm) (%) g/cm3 10-6 W/m-3
Granito/Riolita 3.9 16.0 3.6 4.1 0.9 104 2.67 2.5
Granodiorita/Dacita 2.3 9.0 2.6 3.9 1.1 104 2.72 1.5
Diorita/Andesita 1.7 7.0 1.1 4.1 0.7 104 2.82 1.1
Gabro/Basalto 0.5 1.6 0.4 3.2 0.8 104 2.98 0.3
Peridotita 0.02 0.06 0.006 3.0 0.3 104 3.28 0.01
Corteza Continental 1.25 4.8 1.25 3.8 1.0 104 - 0.8
El flujo de calor en los continentes varía
típicamente entre 30 y 100 mW/m2,
dependiendo de la provincia tectónica.
Este calor tiene dos componentes:
- Calor generado por decaimiento
radioactivo en los continentes.
K, U y Th están fuertemente enriquecidos en
la corteza superior (rocas más diferenciadas).
Si la concentración de estos elementos fuera
similar en toda la corteza, el flujo de calor
debería ser más alto que el observado.
Esto indica que la concentración de esos
elementos debe disminuir a profundidad
debido tanto a la mayor abundancia de
litologías máficas como al aumento en el
grado metamórfico con la profundidad: Figura 8.39. Flujo de calor en función de la “edad
Corteza composicionalmente zonificada tectónica”.
I: Calor radiogénico producido en la corteza.
- Calor transmitido desde el manto por II: Calor de perturbaciones térmicas temporales
conducción (~ 20 mW/m2). Es afectado por asociadas a tectonismo.
variaciones en el espesor de la litósfera (a III: Calor de fuentes más profundas.
mayor espesor, menor flujo de calor desde el A: Arqueano, Epr: Proterozoico temprano, LPr:
manto) y por la “edad tectónica”. Variaciones Proterozoico tardío, Epa: Paleozoico temprano, Lpa:
hacen difícil evaluar el calor generado en la Paleozoico tardío, M: Mesozoico, C: Cenozoico.
corteza. Vitorello y Pollack (1980).
Velocidades de ondas sísmicas
Las velocidades de las ondas sísmicas en la corteza se relacionan con:
Ambiente físico: Temperatura, presión, porosidad, contenido de fluidos, etc.
Propiedades intrínsecas de las rocas: Composición mineralógica, composición química,
grado metamórfico, orientación cristalográfica preferencial de minerales, etc.
Para relacionar la velocidad de las ondas sísmicas a la composición de las rocas se han
hecho mediciones en el laboratorio en muestras de composición conocida.

Figura 8.41. Correlación entre la velocidad de ondas


Figura 8.40. Variación de VP para rocas félsicas y máficas
sísmicas compresionales (VP) y la concentración de SiO2 a
en función de la profundidad, para flujos de calor de 40 y
600 MPa de presión. Rudnick y Fountain (1995).
90 mW/m2. Rudnick y Fountain (1995).
Composición de la Corteza Elemento Corteza
inferior
Corteza
media
Elemento Corteza
inferior
Corteza
media
Continental Media e Inferior

Composición global de corteza inferior es


similar a basalto primitivo, con:
- alto Mg#,
- Bajo contenido de K, Th, U
- Enriquecida en LREE respecto a HREE
con una ligera anomalía positiva de Eu.
- Más alto contenido en elementos
compatibles (Cr, Ni, Sc, V, Co) que la
corteza media y superior.

La corteza media tiene


composición intermedia
entre la
corteza superior e inferior.

Tabla 8.5. Composición de la corteza inferior y media


porpuesta por Rudnick y Gao (2003), Unidades como en Tabla 8.3
Composición global de la corteza continental

Figura 8.44. Abundancia de elementos incompatibles normali-


zada a manto primitivo en diferentes estimados. Tomado de
Rudnick y Gao (2003).

Tabla 8.6. Estimados de la composición de la corteza continental


global. R & F: Rudnick y Fountain (1995) revisado por Plank y
Langmuir (1998), T & M: Taylor y McLennan (1985, 1995),
We: Wedepohl (1995), Shaw: Shaw et al. (1986), W & T: Weaver y
Tarney (1984).
Comparación entre los diferentes niveles de la corteza continental
La anomalía negativa de Eu en la corteza
superior y positiva en la corteza media e
inferior, indican que el proceso principal de
diferenciación cortical es la fusión parcial
intracortical (indica que plagioclasa está
siendo retenida en el residuo de fusión).

La corteza inferior parece ser esencialmente


el residuo de fusión que quedó después de
la extracción de la corteza superior
granodiorítica con adiciones de basaltos
acrecionados a la base de la corteza.

La corteza inferior está muy empobrecida


respecto a la corteza superior en los
elementos más móviles: Cs, U, Rb, Th, K,
Pb,Nb, La, Ce, Zr, Ba y enriquecida en los
más compatibles (Mg, Cr, Ni, V, Sc, Ca, Fe,
Ti, Eu).

Considerando un espesor de 12.5 km para


la corteza superior, el residuo de fusión
Figura 8.43. (a). REE normalizadas a condrito en la corteza
debería tener ~77 km de espesor:
superior, media e inferior. (b). Abundancia de elementos en
la corteza media e inferior normalizada a corteza superior.  Un volumen principal del residuo ha sido
Rudnick y Fountain (1995). reintegrado al manto (delaminación)
Comparación entre los diferentes niveles de la corteza continental

Figura 8.45. Diagrama multielemental normalizado a valores del manto primitivo de


McDonough y Sun (1995) que muestra las composiciones de la corteza superior, media,
inferior y global estimadas por Rudnick y Gao (2003).
Isótopos

Figura 8.47. Relaciones isotópicas de Pb en los reservorios geoquí-


Figura 8.46. Relaciones isotópicas de Sr y Nd en micos principales. Valores típicos de la corteza continental inferior y
(a) granulitas y xenolitos de la corteza inferor y superior están representados por xenolitos de la corteza inferior y
(b) la corteza continental en general. sedimentos marinos modernos, respectivamente.
Edades Modelo
Las edades modelo Sm-Nd permiten establecer
“edades de formación de corteza”, también
llamadas “tiempo de residencia en la corteza (TDM)”.

Figura 8.48. eNd inicial en función de la edad de Figura 8.49. Provincias isotópica del Oeste de USA
cristalización para rocas del W de USA. 1, 2, y 3 determinadas con edades de residencia en la corteza
corresponden a las provincias mostradas a la derecha (TDM) Bennett and DePaolo (1987).
(Bennett y DePaolo, 1987). Únicamente las rocas que
están sobre la línea “depleted mantle” representan
nuevas adiciones de material a la corteza, las otras
representan mezclas con corteza más antigua.
Crecimiento de la corteza continental

Se estima que la corteza continental tiene


una edad promedio de ~2.4 Ga (Taylor y
McLennan, 1995), lo cual indica que
~60% de la corteza se formó en el
Arqueano (>2.5Ga).

Primeros modelos de crecimiento


de la corteza:
(1) Tasa de crecimiento aumenta con el
tiempo; V&J y H&R
(2) Crecimiento aproximadamente lineal
en el tiempo; O'N
(3) Rápido crecimiento inicial seguido por Figura 8.50. Modelos de la tasa de crecimiento cortical.
crecimiento tardío lento o no R&S: Rymer y Schubert (1984),
M&T: McLennan y Taylor (1982),
crecimiento; AM, R&S, y F
AM: Armstrong (1981),
O’N: O’Nions y Hamilton (1981),
D&W: DePaolo y Wasserburg (1979),
V & J: Veizer y Jansen (1979),
F: Fyfe (1978),
H&R: Hurley y Rand (1969).

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