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Doblaremos Las Rodillas

Comencemos leyendo tres porciones de la escritura primero en Isaías 45:22 -


23 “Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy
Dios, y no hay más. Por mí mismo hice juramento, de mi boca salió palabra
en justicia, y no será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará
toda lengua”.

Romanos 14:11 “Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se
doblará toda rodilla, Y toda lengua confesará a Dios”.

Y por último, de momento, Filipenses 2:10-11 “para que en el nombre de


Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y
debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para
gloria de Dios Padre”.

Tres bonitos pasajes que nos expresan la importancia de reconocer a nuestro


Señor y Dios y nuestro salvador Jesucristo.

La pregunta es ¿Usted dobla sus rodillas delante de Dios cuando ora?

Hemos hablado muchas veces de la oración, uno de los temas que más
deberían de tocarse en las iglesias ya que es una de las cosas con los que más
batallan los Cristianos, a menos que tengan un problema, preocupación
etc.,etc.

Si verdaderamente lográramos entender la importancia de la oración, no solo


nuestras vidas se transformaría, nuestro entorno sería diferente, nuestra
iglesia sería diferente.

Cada vez que les he hablado de la oración les he insistido en los muchos
cambios positivos que tendríamos al ser más constantes en la oración, en la
intercesión de los unos por los otros.

Pero al parecer somos duros de cerviz, así como lo expresa la escritura en


Éxodo 32:9 “Dijo más Jehová a Moisés: Yo he visto a este pueblo, que por
cierto es pueblo de dura cerviz”.

Quien es duro de cerviz es engreído, soberbio, alguien que no se humilla, no


se inclina ante nadie ya que se siente superior.

Cerviz por definición significa nuca o parte trasera del cuello.

Y hablemos de una definición que por lógica sabemos pero será bueno ser un
poco más explicito. ¿Qué es arrodillarse? pastura de humildad delante de
Dios, reconocimiento de quien es Él para nosotros.

Orar de por sí ya nos cuesta trabajo, ¡pero de rodillas! Upssssss, para


muchos.

O bien dejamos el momento de oración para el final del día, cuando todos los
quehaceres se acabaron, los hijos ¡por fin! Ya están durmiendo, trabajo
terminado, casa recogida y siendo el final del día apenas tenemos fuerzas.

Oramos cuando nos levantamos y muchas ocasiones para aprovechar el


tiempo empezamos desde la cama antes de levantarnos, en lo que se nos
quita lo somnolientos, pero como en ese ínter se nos hizo tarde ya damos un
amen corriendo y comenzamos el día que se va como agua, entre que
comenzamos con los niños que hay que enviar a la escuela y esposo o esposa
que atender y seguimos con la lista del día, definitivamente ya no queda
mucha energía para la noche.

Pero le sumamos que entre cómo te fue el día, la cena y ¡por qué no! Un
programita de TV o una película que por cierto me arrulló nos levantamos a
la cama casi con los ojos cerrados, una lavadita de boca veloz y por lo
consiguiente igual nuestra oración y a dormir.

¿Y nuestra relación con Dios donde la estamos dejando?

NO nos estamos dejando instruir por Él ni nos estamos dejando guiar, ¡ha!
Pero después nos sorprendemos cuando las cosas no están marchando de la
mejor manera, como las planeamos

Pero ¿Cuándo nos dimos el tiempo para escuchar de Dios?, si estamos


haciendo oraciones a la carrera, haciendo monólogos porque siento “el
compromiso”, pues realmente no estamos edificando ninguna relación con
nuestro Padre y de eso a tomarme mi tiempo para volcar mi corazón en Él
con todas mis angustias, agradecimientos y peticiones hay un gran trecho.

Ponemos tantas excusas para hacer las cosas a nuestra conveniencia y


tiempos, que llega el momento en que nos acostumbramos a ello y después
comienza el manipuleo de la escritura.

Y nos acordamos de lo que nos dice Marco 11:24 “Por tanto, os digo que todo
lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá”.

Haaaaa, pero no queremos leer más adelante el v. 25 y 26 “Y cuando estéis


orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro
Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. Porque
si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os
perdonará vuestras ofensas”.

Y también nos acordamos del ‘casi’ todo el pasaje de Mateo 7:7-8 “Pedid, y
se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que
pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”.

Solamente que omitimos el ‘Busca’, pero que indispensable es el buscar


según lo declara Mateo 6:33 “Buscar primero el reino de Dios y su justicia,
sin búsqueda no encontramos”.

Buscar significa inversión de tiempo, de energía, tiempo que invertimos con


mucha atención.
Si usted pierde algo y le interesa, busca tan minuciosamente que busca hasta
en los lugares más increíbles con tal de encontrar lo que ha perdido.
Que tal cuando se trata de buscar algo que nos interesa adquirir y nos
recomiendan buscar por línea, cuando nos damos cuenta ya le invertimos 2 o
3 horas al Internet y no lo sentimos.

Ahora bien cuando buscamos de Dios requiere tiempo, esfuerzo de nosotros


para no distraernos, para no permitir que cosas externas vengan a
interrumpir nuestra comunión con Él.

Y hemos visto 3 cosas que son básicas en nuestra relación con nuestro Señor
y Salvador; DOBLAR LAS RODILLAS, ORAR y BUSCAR, estas tres cosas deben de
ir juntas la mayoría de las veces y digo la mayoría por qué no siempre
tenemos la oportunidad de arrodillarnos para orar, tal vez porque estamos en
el auto, porque estamos trabajando y hasta cocinando.

Pero doblo mis rodillas en señal de humildad, reconociendo quien es mi Dios


Jehová de los ejércitos, mi Señor y Salvador y solo para Él es la gloria y
honra.

Orar es la comunicación que tengo con Dios, sea que le doy agradecimiento,
que le doy gloria, que le estoy haciendo petición, y porque solo a través de
la oración es que puedo llegar a tener una buena relación con mi Señor.

Busco porque sé que Dios y solo Dios tiene palabras de vida eterna (Juan
6:68) de consuelo, de ánimo y porque su guía y protección son
incomparables.

Así que tome en consideración que el acto de doblar nuestras rodillas no es


cualquier cosa, desde el momento en que estamos comenzando a doblarlas
estamos declarando victoria.

Así que oremos en todo tiempo Efesios 6:18 orando en todo tiempo con toda
oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y
súplica por todos los santos.

Estar en oración es entrar en lucha espiritual y que en Cristo somos más que
vencedores.

Le invito a que cada vez que tenga oportunidad doble sus rodillas ante Dios
en acción de agradecimiento y reconocimiento que es nuestro Señor y
salvador.

Amen

Rosamaría Segura
Pastor

Fecha del servicio:


03/10/2013

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