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Síntomas

Una vez contagiada, una persona puede tener los primeros síntomas entre los dos y
los diez días posteriores al contagio. En ocasiones tiene un comienzo brusco con
síntomas similares a los de un catarro o una gripe. Los más frecuentes y que anuncian
la gravedad son:
 Fiebre alta.

 Dolor de cabeza intenso.

 Rigidez de la nuca. Esta rigidez consiste en la resistencia de la musculatura cervical a


la flexión activa o pasiva de la cabeza, asociada a dolor local.

 Vómitos bruscos. “La mejor forma de explicarlo a las familias es que el paciente
vomitaría como lo haría la niña de El Exorcista”, dice Roi Piñeiro Pérez, jefe del
Servicio de Pediatría del Hospital General de Villalba (Madrid) y miembro del Comité de
Medicamentos de la Asociación Española de Pediatría (AEP).

 Somnolencia.

 Pérdida de consciencia.

 Agitación, delirio y/o convulsiones.

 Manchas de color rojo-púrpura en la piel (petequias que han evolucionado). Éstas


implican una mayor gravedad.
Marta Fernández Matarrubia, especialista en Neurología de la Clínica Universidad de
Navarra (CUN), especifica que en los lactantes (niños menores de dos años) las
manifestaciones clínicas pueden ser fiebre alta, somnolencia o irritabilidad excesivas,
inactividad, llanto constante y rechazo de la alimentación. Los ancianos pueden
presentar solamente alteración del nivel de consciencia, sin fiebre ni rigidez de nuca.

Prevención
La mejor prevención es la vacunación. Hasta hace poco sólo existían vacunas
contra el Haemophilus tipo b, el meningococo tipo A y C y el neumococo, que habían
hecho prácticamente desaparecer estos tipos de meningitis en nuestro entorno.
En España, la vacunación para el meningococo C es obligatoria. Esta vacuna estimula
la formación de defensas contra el germen. La protección se produce a las dos
semanas de la vacunación. Para niños mayores de un año basta con una dosis, pero
para los niños de entre 7 y 12 meses son necesarias dos dosis y para los de entre 0 y
6 meses, tres.
La vacunación está indicada en los menores de 6 años y puede provocar efectos
secundarios leves, como inflamación y molestias en el lugar de la inyección, fiebre baja
e irritabilidad. Está contraindicada cuando existen estados febriles en el momento de la
vacunación; si el niño es hipersensible a alguno de los componentes de la vacuna, o
en personas inmunodeprimidas.
En 2013 la Unión Europea autorizó la primera vacuna contra el meningococo B y en
España fue categorizada como vacuna de uso hospitalario por sus características
farmacológicas y su novedad. Desde el 1 de octubre de 2015 la vacuna puede
adquirirse en farmacias.
La Asociación Española de Pediatría recomienda la vacuna en lactantes a partir de
los 2 meses de vida, además de los casos de algunas personas inmunodeprimidas,
para quienes hayan padecido una enfermedad meningocócica anteriormente y en caso
de brotes.
Las dosis varían en función de la edad. Si se inicia la vacunación entre los 2 y los 5
meses se administrarán 4 dosis; de 6 a 23 meses 3 dosis; de 2 a 10 años 2 dosis;
adolescentes y adultos 2 dosis.

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