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A NUEVA JERUSALÉN

Publicado el 29/08/2017 por gustavo1941


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lunes, 16 de marzo de 2015, filosofía,arte,ciencia,cultura
Por: Julio torres

Mucho se ha escrito y dicho de la nueva Jerusalén, pero en realidad se trata de


una ciudad simbólica y no de una ciudad real y tangible, lo que ocurre es que la
humanidad siempre está esperando que alguien le resuelva de manera mágica
sus problemas y sabemos que ese es uno de los grandes problemas de la
humanidad; la nueva Jerusalén es mucho más que una fantasía.
Son doce los barrios que componen esa nueva ciudad y llegar a cada barrio
implica elegir uno de los caminos que nos permita ingresar, uno de esos barrios
simboliza la abnegación y la fidelidad, la templanza y la castidad, la justicia y la
equidad; todas estas virtudes se manifiestan por

medio del dibujo o de la pintura, es el arte que presenta a los ojos un cuadro
palpitante de los hechos o personas que existen o que fueron y todo lo bello,
terrible o instructivo el espacio, o lo que sucede en el tiempo.
Otro de los barrios está dedicado a la vigilancia y percepción, al orden y la
armonía, no es difícil de interpretar que se trata de la música como bella arte
primaria que junto con el canto, cualidades inherentes a los seres humanos que
con su fina percepción, castidad en los conceptos,
templanza en las emociones y gran vigilancia que evita que alguien destruya la
armonía y que reine el orden en el barrio.
Un tercer barrio está dedicado a embellecer el camino de la esperanza que
conduce a la inmortalidad y ofrece en su límite externo la palabra fortaleza junto
con la verdad, es el barrio de la escultura, otra de las bellas artes primarias como
materialización sublime del pensamiento y que la esperanza simplifique la
conquista de la inmortalidad.

Un cuarto barrio se encarga de la simpatía que nos conduce a la puerta de la fe, y


el celo y la libertad juegan un papel muy importante, es en este barrio donde la
poesía cultiva las bellas letras que ganan los corazones con la simpatía y el celo
por la libertad hace que sus habitantes entonen el himno de la esperanza que la
inmortalidad recompensa.
Y es el quinto barrio el que se encarga de la fraternidad ya que proclama la
dignidad y la pureza como base del trato humano con el que ganamos amigos y
conservamos los que ya tenemos y el sexto barrio se deberá encargar de la
industria y la analogía, allí se manifiesta la paciencia y la

fuerza, pero el séptimo barrio busca la unión por medio de la tolerancia y la paz.
Así es como se encuentra la Nueva Jerusalén con el resto de los barrios hasta
completar los doce en los que se muestran los asuntos de la memoria, la ciencia,
la gastronomía por medio de la prudencia y la salud, la perfección y la modestia, el
candor y la limpieza, donde rige el honor como parte de la cultura.

Todo lo anterior es parte de esa Nueva Jerusalén que nada deja de manejar,
pues todos los temas resultan igualmente importantes, de manera que reitero. La
Nueva Jerusalén es simbólica, de ninguna manera existe físicamente, lo mejor que
debemos hacer es tratar de comprender puntualmente lo que este simbolismo
trata de decirnos, ya que comprende todos los conceptos que el ser humano
requiere en el objetivo de la búsqueda de la felicidad.

¿LOS MASONES PROFANAN


LA CRUZ? (PARTE I)
Publicado el 22/10/2018 por gustavo1941
1 comentario

Pasado Gran Secretario Canciller del Supremo


IPH Gustavo Pardo Valdés 33 Consejo del Grado 33 para la República de Cuba
del R.E.A.Y A.

TOLERANCIA RELIGIOSA EN LA MASONERIA.


Es un hecho conocido que para ser iniciado en la Masonería, se requiere que el
candidato declare su creencia en la existencia de “un Ser Supremo”, sin que ello
implique la obligación de definir lo que cada cual entiende por ello.
Efectivamente, desde su creación, la Masonería ha manifestado un inequívoco
respeto hacia todas las creencias religiosas que han existido sobre el planeta a lo
largo de los tiempos. Este es el fundamento de la Tolerancia Masónica.
EL TRONO Y LA CRUZ.
No obstante, y este es el origen de la falsa interpretación que implica a la
Institución masónica con las corrientes anti-religiosas, durante siglos la Iglesia
Católica Romana fue la religión predominante en Europa; tanto fue así, que no se
concebía la existencia de un Trono (monarquía) sin la presencia de la Cruz (la
iglesia).
A partir de la difusión de las ideas liberales proclamadas por la Masonería, se
produjo el choque natural de la nueva Institución con la naturaleza conservadora
de las monarquías absolutas y del pontificado romano, su aliado natural.
ACOMETIDAS CONTRA LA MASONERIA.
La primera Bula papal en contra de la masonería fue In Eminenti Apostolatus
Specula, emitida por el Papa Clemente XII, el 28 de abril de 1738[i], en la cual se
expresa una condena a la Fraternidad.
A partir de la misma, se han sucedido otras bulas y declaraciones anti masónicas,
provenientes desde el Vaticano o de otras instancias clericales romanas. También,
numerosos católicos laicos han dedicado numerosos escritos a injuriar y
tergiversar lo que es la masonería, sus su doctrina y sus rituales.
Para quienes practican la religión de Cristo, es especialmente deshonesto el tratar
aspectos del ritual masónico que ellos desconocen. Este es el caso de la
afirmación que “A los masones de grado 29 se les obliga a pisar un crucifijo con
los pies y consagrarse al demonio”[ii]. ¿Le ha provocado una risotada? Pero varios
cientos (o miles) de católicos lo creerán como una verdad “de fe”.
Según Alex Rosal, este afirmación la expone Alberto Bárcenas en su libro “Iglesia
y Masonería[i]”
EL GRADO 29.
¿Qué es el grado 29 del Rito Escocés Antiguo y Aceptado? Este grado
denominado Gran Escocés de San Andrés o Gran Maestro de la Luz, es el grado
que antecede al último escalón de la Masonería Filosófica o Caballero Kadosh.
Según el historial del grado descrito en la Liturgia adoptada por el Supremo
Consejo del Grado 33 para la República de Cuba, este grado fue el primero del
Rito de Ramsay[ii] (fundado en 1728) y narra la historia de los acontecimientos
que dieron lugar a la fusión de las Ordenes Militares con la Masonería[iii]. Al
respecto, debo indicar la tendencia marcadamente católica de la Masonería en
Escocia y la establecida en Francia.
Por ser un católico practico el Caballero Ramsay, resulta absolutamente increíble
la introducción en sus Grados Templarios de algún elemento anti cristiano. No
obstante, vamos a referirnos a los objetivos implícitos en los rituales del grado 29.
RITUAL DEL GRADO 29
Es muy significativo que en la apertura de los trabajos, se afirma que los Grandes
Maestros de la Luz “son los siervos de los siervos”, o sea, los más humildes entre
los humildes. Según Juan 13:5, refiriéndose a Jesús, dice: “Luego echó agua en
una vasija, y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla
que tenía ceñida”. ¡Puede haber algo mas humilde?
El ritual del grado 29 se centra en el conocimiento de la Nueva Jerusalén y los
“doce caminos que nos llevan las doce puertas de sus doce barrios”,
A continuación se describe el significado de cada uno de los doce caminos o
virtudes que constituyen a la Masonería Escocesa, ellos son: Abnegación,
Templanza, Vigilancia, Esperanza, Simpatía, Fraternidad, Industria, Unión,
Memoria, Perfección, Candor y Asociación.
Como puede apreciarse, estas virtudes o valores se encuentran en absoluta
concordancia con las enseñanzas cristianas.
Además, el juramente de este grado (…) “tener por principio el Amor a mis
hermanos, por base el Orden y por fin el Progreso (…) para la gloria de Dios
ventura de los hombres[iv]”.
Como puede apreciarse, este grado reafirma el compromiso de los masones
adquirido desde el Primer Grado “para con Dios y para con sus semejantes”.
Es despreciable pretender que la Masonería puede profanar algún símbolo
sagrado de cualquier religión.
En un próximo artículo trataremos algo más sobre este interesante y desconocido
grado.
[i] https://www.religionenlibertad.com/polemicas/54432/los-masones-grado-les-
obliga-pisar.html
[ii] Denominado entonces Escocés o Mason de Escocia
[iii] Liturgias de los grados 19 al 30. Pág. 110.
[iv] Liturgias de los grados 19 al 30. Pág. 108.

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