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Reflexiones, Implicaciones y Nuevos Rumbos

Nelson Varas Díaz


Irma Serrano-García

Reflexiones, Implicaciones y Nuevos Rumbos


Créditos editoriales
Edición, 2005

Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio técnico, mecánico
o electrónico sin previo permiso escrito por parte de Publicaciones Puertorriqueñas, Inc.
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ISBN 1-932243-80-1
Producido en Puerto Rico

Editor:
Andrés Palomares
Directora de Arte y Diseño: gotay@publicacionespr.com
Eva Gotay Pastrana
Diseño Tipográfico:
Hilda Nuez
Diseño de portada:
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Artista Gráfica, Centro de Investigaciones Sociales, UPR
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Carlos Negrón
Negativos y separación de colores
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Almacén y Distribución
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Jorge Díaz
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Índice
Notas del Editor y Editora...................................................11
Notas de Autores y Autoras.................................................13

Introducción
Respuestas que Evocan Preguntas: El Gran
Reto de la Psicología Comunitaria......................................23
Nelson Varas Díaz & Irma Serrano García -Puerto Rico

El “Anuario del 2005”: La Psicología


Comunitaria y la SIP...........................................................37
Maritza Montero -Venezuela

Reflexiones Conceptuales: Implicacio-


nes y Retos
Capítulo 1
Liberación y Psicología, Memoria y Poder:
Algunas Reflexiones...........................................................59
Ignacio Dobles Oropeza -Costa Rica

Capítulo 2
Lo Social y Comunitario de la Psicología
Social-Comunitaria: Bifurcaciones,
Reorientaciones y Encuentros.............................................81
Dolores S. Miranda -Puerto Rico


Indice

Capítulo 3
Investigación Acción Partícipe (IAP):
Aspectos Conceptuales y Obstáculos
de Implementación............................................................105
Fabricio E. Balcazar -Estados Unidos

Capítulo 4
Aportes de Autores Argentinos a la Psicología
Social: El Psicoanálisis en Ámbitos
Psicosociales.....................................................................127
Margarita Robertazzi -Argentina

Capítulo 5
La Pobreza desde la Perspectiva de la
Psicología Social-Comunitaria..........................................145
Euclides Sánchez, Karen Cronick & Esther
Wiesenfeld -Venezuela

Implicaciones de y para la Estructura


Macrosocial: La Salud y la Pobreza
como Ejemplos
Capítulo 6
Juventud y Pobreza: Las Representaciones
Sociales sobre Formación y Trabajo.................................169
Leandro Legaspi & Diana Aisenson -Argentina

Capítulo 7
Evaluación de una Estrategia Comunitaria
de Promoción del Abandono del Consumo
de Tabaco..........................................................................217


Psicología Comunitaria

Virginia Corina Samaniego, Nélida Antivero, Marcelo Bár-


tolo, Claudia Bonzo, Eliane Btesh, Celia Domínguez, Livia
García Labandal, Stella Iurcovich & AnaVillegas
-Argentina

Capítulo 8
Las Necesidades de Adiestramiento para
la Prevención Secundaria en Organizaciones
de VIH/SIDA en Puerto Rico: Desde la
Academia para la Comunidad...........................................245
José Toro-Alfonso, Sheilla Rodríguez Madera, Edna Acos-
ta-Perez & Yamilette Ruíz Torres -Puerto Rico

Capítulo 9
Niñez, Subjetividad y Políticas Sociales en
América Latina: Una Perspectiva desde la
Psicología Comunitaria.....................................................271
Víctor A. Giorgi -Uruguay

Implicaciones para la Comunidad:


Participación y Construcción de
la Diferencia
Capítulo 10
Antecedentes, Manifestaciones, y Consecuencias
del Estigma de la Homosexualidad: Una
Perspectiva Comunitaria...................................................297
Eden B. King, Emily M. Zitek & Michelle R. Hebl
-Estados Unidos


Indice

Capítulo 11
Del Dolor y la Indignación al Proceso
de Construcción de la Participación Política
y Comunitaria: La Experiencia de
Agentes Comunitarios en una ONG/SIDA.......................321
Carlos Roberto de Castro e Silva & Vera Paiva -Brasil

Implicaciones para la Persona:


Entendiendo al Sujeto y sus
Relaciones Inmediatas

Capítulo 12
¿Qué es el amor para la pareja
puertorriqueña?.................................................................357
Ruth Nina Estrella & Kattia Z. Walters Pacheco - Puerto
Rico

Capítulo 13
Autoconcepto y Variables Sociodemográficas
en Adolescentes de Nivel Medio Básico...........................387
Ma. Refugio Ríos Saldaña, Sonia Moreno Guevara & Es-
meralda Esteban Licona -México

Capítulo 14
Procesos de Influencia y Comunicación en
Pequeños Grupos de Toma de Decisión............................417
Nancy Noemí Terroni & Jorge Ricardo Vivas -Argentina


Psicología Comunitaria

Nuevos Rumbos desde la Psicología


Comunitaria

Capítulo 15
Transferencia de Tecnología a
Organizaciones Comunitarias...........................................443
Blanca Ortiz-Torres, Luis Nieves Rosa, Walter Gómez &
Souhail Malavé -Puerto Rico

Capítulo 16
Evaluación Partícipe de una Intervención de
Internet en un Barrio Afro-Americano..............................463
Yolanda Suárez Balcázar -Estados Unidos


Notas del Editor y Editora
Nelson Varas Díaz (Puerto Rico) —Catedrático Auxi-
liar de la Escuela Graduada de Trabajo Social Beatriz Lassalle
de la Universidad de Puerto Rico. Obtuvo un doctorado en
Psicología Social-Comunitaria en la Universidad de Puerto
Rico. Es autor del libro Estigma y diferencia social: VIH/
SIDA en Puerto Rico e investigador principal del proyecto
VIHSION: Perspectivas de profesionales de la salud ante el
VIH/SIDA. Sus trabajos investigativos se han publicado en
revistas profesionales que incluyen: Revista Interamericana
de Psicología, Revista Latinoamericana de Psicología, Revista
Puertorriqueña de Psicología, Qualitative Health Research,
American Journal of Community Psychology, AIDS Education
& Prevention, y Qualitative Report, entre otras. Intereses de
investigación: Estigma social, VIH/SIDA, política social,
desarrollo de discursos de identidad ante la salud/enfermedad,
metodología de la investigación. Correo-e: nvaras@rrpac.
upr.clu.edu
Irma Serrano-García (Puerto Rico) —Catedrática en
el Departamento de Psicología e Investigadora en el Centro
Universitario de Servicios y Estudios Psicológicos (CUSEP)
de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. Obtuvo
un post-doctorado en política pública de la Universidad de
Harvard y un doctorado en Psicología Social-Comunitaria de
la Universidad de Michigan. Tiene más de 50 publicaciones,
incluyendo seis libros, y ha hecho presentaciones de su trabajo

11
Notas del editor y Editora

alrededor del mundo. Sus publicaciones incluyen los temas


de (a) el cambio social, colonialismo y relaciones de poder,
(b) el desarrollo, educación y organización comunitaria, (c)
la investigación partícipe, y (d) la prevención del VIH/SIDA.
Provee consultoría a organizaciones de base comunitaria, a
agencias gubernamentales y a instituciones educativas. Es
miembro de la Sociedad Interamericana de Psicología, la
American Psychological Association, y la Asociación de
Psicología de Puerto Rico. Correo-e: iserranog@prtc.net

12
Notas de Autores y Autoras
Diana Aisenson (Argentina) —Profesora Titular
Regular de la Cátedra de Orientación Vocacional y
Ocupacional, Directora del Equipo de Investigación en
Psicología de la Orientación, Facultad de Psicología, y
Directora de la Dirección de Orientación al Estudiante.
Universidad de Buenos Aires. Intereses de investigación:
Proyectos, trayectorias y transiciones de educación y trabajo
en jóvenes argentinos. Correo-e: daisenson@arnet.com.ar
Edna Acosta-Pérez (Puerto Rico) —Estudiante
doctoral en psicología con especialidad en Psicología Social-
Comunitaria en la Universidad de Puerto Rico. Intereses de
investigación: Prevención del VIH/SIDA, transferencia de
innovaciones, estudio de género y sexualidades. Correo-e:
eacosta@rrpac.upr.clu.edu
Nélida Antivero (Argentina) —Facultad de Psicología,
Universidad de Buenos Aires. Intereses de investigación:
Educación para la salud.
Fabricio E. Balcázar (Estados Unidos) —catedrático
Asociado en el Departamento de Discapacidades y Desarrollo
Humano de la Universidad de Illinois en Chicago, EU.
Intereses de investigación: Desarrollo de aproximaciones
sistemáticas para promover el incremento de poder en
poblaciones marginadas y/o minoritarias, promoción de
habilidades de liderazgo en jóvenes. Correo-e: fabricio@
uic.edu
13
Maritza Montero

Marcela Bártolo (Argentina) —Facultad de Psicología,


Universidad de Buenos Aires. Correo-e: marcelabartolo_57@
hotmail.com
Claudia Bonzo (Argentina) —Facultad de Psicología,
Universidad de Buenos Aires. Intereses de investigación:
Salud, educación para la salud, tabaco. Correo-e: claubonzo@
yahool.com.ar
Eliane Btesh (Argentina) —Facultad de Psicología,
Universidad de Buenos Aires. Intereses de investigación:
Salud pública, educación para la salud, tabaco. Correo-e:
nsoued@sinectis.com.ar
Carlos Roberto de Castro e Silva (Brasil) —
Investigador del Núcleo de Estudios para la prevención
del SIDA de la Universidad de Sao Paolo y Profesor de la
Universidad Cruzeiro do Sul. Intereses de investigación:
Organizaciones no gubernamentales y VIH/SIDA, procesos
de participación comunitaria, prevención de VIH/SIDA,
derechos humanos y salud colectiva. Correo-e: carobert@
usp.br
Karen Cronick (Venezuela) —Profesora del Instituto
de Psicología de la Universidad Central de Venezuela.
Coordinadora de la Maestría en Psicología Social y de
la especialización en Intervención Psicosocial. Intereses
de investigación: Procesos psicológicos de la relación
persona—ambiente, identificación de necesidades, desarrollo
de intervenciones y evaluación de programas en comunidades
populares, problemas epistemológicos de la investigación
psicológica y análisis retórico de textos. Correo-e: kcronick@
reacciun.ve
Ignacio Dobles Oropeza (Costa Rica) —Catedrático
e investigador de la Universidad de Costa Rica. Intereses
de investigación: Psicología social, comunitaria y política,
cultura y sociedad. Correo-e: idobles@yahoo.com

14
El “Anuario del 2005”: La Psicología Comunitaria y la SIP

Celia Domínguez (Argentina) —Facultad de Psicología,


Universidad de Buenos Aires. Intereses de investigación:
Salud, salud pública, maltrato infantil en el ámbito escolar
y en la relación madre-niño/a. Correo-e: celiadomingu@
yahoo.com.ar
Livia García Labandal (Argentina) —Facultad
de Psicología, Universidad de Buenos Aires. Intereses
de investigación: Salud, educación, educación para la
salud, resiliencia en niños, niñas y adolescentes. Correo-e:
livialabandal@fibertel.com.ar
Víctor A. Giorgi (Uruguay) —Psicólogo y Decano
de la Facultad de Psicología de la Universidad de la
República. Profesor Titular del Área de la Salud. Intereses de
investigación: Psicología comunitaria, psicología de la salud
y políticas de la infancia. Correo-e: victorg@psico.edu.uy
Walter Gómez (Puerto Rico) —Estudiante Doctoral
de Sociología Médica en la Universidad de California en San
Francisco. Intereses de investigación: Identidad de personas
lesbianas, gay, bisexuales y transgénero, causas y efectos
psicosociales del VIH/SIDA, disparidad en la salud y estigma.
Correo-e: wgomez82@hotmail.com
Michelle R. Hebl (Estados Unidos) —Catedrática
Asociada de Psicología en Rice University en Houston, Texas.
Intereses de investigación: Discrimen en el lugar de trabajo y
barreras en la interacción social con personas estigmatizadas.
Correo-e: hebl@rice.edu
Stella Iurcovich (Argentina) —Facultad de Psicología,
Universidad de Buenos Aires. Intereses de investigación:
Salud, educación, educación para la salud, tabaco. Correo-e:
stellai@ba.net
Eden B. King (Estados Unidos) —Estudiante
doctoral de Rice University en Houston, Texas. Intereses de
investigación: Entender las experiencias de diversas personas
en escenarios de trabajo. Correo-e: hugs@rice.edu
15
Maritza Montero

Leandro Legaspi (Argentina) —Licenciado en


Psicología y Docente de la Cátedra de Orientación Vocacional
y Ocupacional. Becario y Tesista de Doctorado del Grupo de
Investigación en Psicología de la Orientación de la Facultad
de Psicología, Universidad de Buenos Aires. Intereses
de investigación: Proyectos, trayectorias y transiciones
de educación y trabajo en jóvenes argentinos. Correo-e:
Lplegaspi@aol.com.
Esmeralda Esteban Licona (México) —Psicóloga
y colaboradora becaria en el Grupo de Investigación
de Interacciones Sociales (GIIS-SEA). Actualmente es
coordinadora de grupos de intervención en adolescentes que
asisten a la institución gubernamental denominada Desarrollo
Integral de la Familia (DIF). Intereses de investigación:
Habilidades sociales en adolescentes de diversos contextos
educativos. Correo-e: safiro781004@latinmail.com.mx
Souhail Malavé (Puerto Rico) —Estudiante graduada
de Psicología Social-Comunitaria de la Universidad de Puerto
Rico. Intereses de investigación: VIH/SIDA, intervenciones
relacionadas a la salud, desarrollo comunitario y cambio
social. Correo-e: soumariem@hotmail.com
Dolores S. Miranda (Puerto Rico) —Catedrática del
Departamento de Psicología de la Universidad de Puerto
Rico, Recinto de Río Piedras. Forma parte del profesorado
del Programa Graduado de Psicología Social-Comunitaria.
Intereses de investigación: Proyectos autogestionarios en
Puerto Rico, la reflexión sobre los alcances y contribuciones
de la psicología social-comunitaria, y cambios en el espacio
de trabajo académico. Correo-e: d_miranda@upr.edu
Maritza Montero (Venezuela) —Profesora titular de
la Universidad Central de Venezuela, donde actualmente
es Coordinadora del Doctorado en Psicología. Además es
docente en el área comunitaria del Postgrado en Psicología
Clínica-Comunitaria de la Universidad Católica “Andrés

16
El “Anuario del 2005”: La Psicología Comunitaria y la SIP

Bello”. Intereses de investigación: Análisis del discurso


político, los procesos psicosociales en la organización y
desarrollo comunitarios y aspectos epistemológicos de la
psicología social. Correo-e: mmontero@reacciun.ve
Sonia Moreno Guevara (México) —Profesora interina
de pregrado en psicología y colaboradora becaria en el
Grupo de Investigación de Interacciones Sociales (GIIS-
SEA). Intereses de investigación: Habilidades sociales y su
relación con diversos problemas en adolescentes. Correo-e:
sgr16_10@hotmail.com
Luis Nieves Rosa (Puerto Rico) —Trabajador Social
egresado de la Escuela Graduada de Trabajo Social Hunter
College de Nueva York. Actualmente es estudiante doctoral
en la Escuela Graduada de Trabajo Social Beatriz Lassalle
(EGTS-BL), Universidad de Puerto Rico. Intereses de
investigación: Prevención del VIH/SIDA, violencia doméstica
en parejas del mismo sexo, actitudes de los y las profesionales
del Trabajo Social ante la población lésbica, gay, bisexual y
transgénero. Correo-e: lenrosa@hotmail.com
Ruth V. Nina Estrella (Puerto Rico) —Catedrática
Asociada y Directora Asociada del Departamento de Psicología
de la Facultad de Ciencias Sociales en la Universidad de Puerto
Rico. Coordina el Proyecto de Investigación en Estudios de
Familia (PRIEF) y la Red de Estudios de Familia en el Caribe
auspiciada por el Proyecto Atlantea de la misma universidad.
Intereses de investigación: Relaciones de pareja, sexualidad
y procesos psicosociales en la relación marital. Correo-e:
ninaesr@hotmail.com
Blanca Ortiz-Torres (Puerto Rico) —Catedrática del
Departamento de Psicología de la Universidad de Puerto
Rico. Ha sido Catedrática Auxiliar de Psicología Clínica,
College of Physicians and Surgeons, Columbia University,
NY(1993-1995) e Investigadora del HIV Center for Clinical
and Behavioral Studies, New York State Psychiatric Institute,

17
Maritza Montero

NY (1993-1994). Intereses de investigación: Psicología Co-


munitaria, género, sexualidad, VIH/SIDA y la participación
y el desarrollo comunitario. Correo-e: bortiz@uprep.edu
Vera Paiva (Brasil) —Profesora del Departamento de
Psicología y coordinadora del Núcleo de Estudios para la
Prevención del SIDA de la Universidad de Sao Paolo. Invitada
especial de Ciencias Socio-Médicas de la Escuela Mailman de
Salud Pública de la Universidad de Columbia en Nueva York.
Intereses de investigación: Prevención primaria y secundaria
del VIH/SIDA, sexualidad, género, emancipación psicosocial
y derechos humanos. Correo-e: veroca@usp.br
Ma. Refugio Ríos Saldaña (México) —Profesora en
la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
y Coordinadora General del Grupo de Investigación de
Interacciones Sociales, Salud y Educación en Adolescentes
(GIIS-SEA), en la Facultad de Estudios Superiores Iztacala,
UNAM. Intereses de investigación: Estilos de interacción
social y el papel de las habilidades sociales en adolescentes
y personas adultas jóvenes en los campos de la salud y la
educación. Correo-e: mrrs@servidor.unam.mx
Margarita Robertazzi (Argentina) —Profesora
Adjunta en la cátedra Psicología en el Ciclo Básico Común
de la Universidad de Buenos Aires y Docente en la cátedra
Psicología Social de la Facultad de Psicología de la
Universidad de Buenos Aires. Intereses de investigación:
Psicología social y política, empresas recuperadas por sus
trabajadores. Correo-e: marga@interprov.com
Sheilla Rodríguez-Madera (Puerto Rico) —Psicóloga
Clínica y Directora Ejecutiva de la Comisión para la
Prevención de la Violencia ubicada en la Universidad de
Puerto Rico, Recinto de Cayey. Intereses de investigación:
Prevención primaria de la violencia, aspectos psicosociales
relacionados al VIH/SIDA, prevención primaria de VIH/
SIDA con mujeres heterosexuales, hombres homosexuales

18
El “Anuario del 2005”: La Psicología Comunitaria y la SIP

y personas transgéneros, y prevención secundaria en parejas


seroconcordantes y serodiscordantes. Correo-e: sheillalrm@
hotmail.com
Yamilette Ruiz Torres (Puerto Rico) —Candidata a
obtener el grado de Doctora en Filosofía, con especialidad
en Psicología Clínica, del Programa Graduado de Psicología
de la Universidad de Puerto Rico. Intereses de investigación:
Estigma, VIH/SIDA, adiestramiento de profesionales y
actitudes estigmatizantes entre psicólogos/as hacia las
personas que viven con VIH/SIDA. Correo-e: yamilette_
ruiz@yahoo.com
Virgina Corina Samaniego (Argentina) —Facultad
de Psicología, Universidad de Buenos Aires. Intereses
de investigación: Epidemiología, educación para la salud
comunitaria y tabaco. Correo-e: vcsamani@mail.retina.ar
Euclides Sánchez (Venezuela) —Instituto de Psicología
de la Universidad Central de Venezuela. Intereses de
investigación: Desarrollo comunitario sostenible, liderazgo
y organización de comunidades, construccionismo social,
epistemología, investigación cualitativa. Correo-e: eusanche@
reacciun.ve
Yolanda Suárez-Balcázar (Estados Unidos) —
Profesora en la Universidad de Illinois en Chicago, Colegio
de Ciencias de la Salud Aplicada. Intereses de investigación:
Metodologías partícipes aplicadas a la solución de problemas
sociales en barrios Afro-Americanos e Hispanos, evaluación
partícipe de programas de salud diseñados para poblaciones
minoritarias con incapacidades y el estudio de modelos
de trabajo entre universidades y comunidades. Correo-e:
ysuarez@uic.edu
Nancy Noemí Terroni (Argentina) —Universidad
Nacional de Mar del Plata. Magister en Psicología Social.
Becaria doctoral de CONICET. Integrante del Grupo de
investigación en Psicología Cognitiva y Educacional. Intereses

19
Maritza Montero

de investigación: Comunicación presencial y mediada por


computadora, procesos sociocognitivos comparados en
entornos académicos. Correo-e: nterroni@mdp.edu.ar
José Toro-Alfonso (Puerto Rico) —Psicólogo Clínico
y Catedrático Asociado del Departamento de Psicología de
la Universidad de Puerto Rico. Intereses de investigación:
Prevención del VIH/SIDA, actitudes, estigma, adherencia al
tratamiento, apoyo social, políticas públicas, construcción de
las masculinidades y actitudes de homofobia hacia personas
homosexuales. Correo-e: jtoro@uprrp.edu
Ana Villegas (Argentina) —Facultad de Psicología,
Universidad de Buenos Aires. Intereses de investigación:
Educación para la salud, tabaco. Correo-e: anamarvb@ciudad.
com.ar
Jorge Ricardo Vivas (Argentina) —Universidad
Nacional de Mar del Plata. Magister en Psicología Social.
Profesor Titular de Psicología Cognitiva. Director del grupo
de investigación en Psicología Cognitiva y Educacional. In-
tereses de investigación: Comunicación presencial y mediada
por computadora, procesos sociocognitivos comparados en
entornos académicos. Correo-e: jvivas@mdp.edu.ar
Kattia Z. Walters Pacheco (Puerto Rico) — Estudiante
graduada del Departamento de Psicología de la Universidad de
Puerto Rico. Intereses de investigación: familia puertorriqueña,
familia reconstituida, pareja heterosexual, estigma social,
obesidad como controversia social y evaluación de programas.
Correo-e: zulimey@hotmail.com
Esther Wiesenfeld (Venezuela) —Instituto de
Psicología, Universidad Central de Venezuela. Intereses de
investigación: Psicología ambiental comunitaria, procesos
psicosociales comunitarios, habitat y riesgo ambiental,
sostenibilidad comunitaria, met
odologías alternativas. Correo-e: ewiesen@reacciun.
ve
20
El “Anuario del 2005”: La Psicología Comunitaria y la SIP

Emily M. Zitek (Estados Unidos) —Estudiante


graduada de Stanford University en California. Intereses de
investigación: Prejuicio, discriminación, influencia social,
moralidad, y jerarquía social. Correo-e:emilyz@stanfrd.edu

21
Introducción
Respuestas que Evocan Preguntas: El
Gran Reto de la Psicología Comunitaria
Nelson Varas Díaz & Irma Serrano García
-Puerto Rico

Los libros son un reflejo de las intenciones de sus autores


y autoras. Sin embargo, están matizados por el contexto social,
histórico, y político (división que sólo existe en el papel)
en el que las disciplinas y la personas que le dan forma se
desenvuelven. Este no es una excepción. Este libro recoge
las posturas de quienes para él escriben y editan, mientras
refleja el contexto del cual surgen sus ideas. Esas ideas no
representan debates concluidos, sino abiertos, cuya discusión
pretendemos fomentar con este libro.
Las reflexiones desde, sobre y para la Psicología
Comunitaria (PC) que presentamos en este libro surgen de
individuos que se identifican con este tipo de psicología y con
sus manifestaciones dentro de la Sociedad Interamericana de
Psicología (SIP). La SIP es la organización de psicología más
grande de las Américas. Organiza congresos internacionales
cada dos años a los cuales acuden psicólogos, psicólogas
y otros/as científicos sociales para discutir asuntos de
importancia para la psicología en la región. Como parte de su
estructura organizativa existen grupos de trabajo o comisiones,

23
Nelson Varas Díaz & Irma Serrano García

que se interesan por áreas específicas de la psicología o por


asuntos psicosociales que ameritan atención inmediata.
Una de las comisiones más activas en las pasadas décadas
ha sido la de Psicología Comunitaria. Además de mantener
la comunicación entre sus integrantes, ha organizado ferias
comunitarias en las cuales se presentan trabajos innovadores
de organizaciones y grupos comunitarios en los congresos.
Quizás el más importante de sus esfuerzos es la publicación de
trabajos presentados en los congresos de la SIP que abordan
el tema de la Psicología Comunitaria. Estas publicaciones,
que en ocasiones son compilaciones de todos los trabajos
y en otras una selección de artículos editados (Comisión
de Psicología Comunitaria, 2001; Fuks, 1999; Montero,
1997; Serrano-García, Cantera & Mirón, 1991; Rodríguez &
Giorgi, 2003), han pasado a ser un reflejo, aunque limitado
por el espacio y el dinero, del quehacer de los psicólogos
y psicólogas comunitarios/as que se involucran en la SIP.
A la vez, se han convertido en documentos de gran valor
histórico porque permiten conocer el desarrollo y los intereses
cambiantes de las personas involucradas y los espacios que
ellas representan.
Durante el Congreso Interamericano de la SIP del
año 2003, el cual se celebró en Lima, Perú, la Comisión de
Psicología Comunitaria nos autorizó a editar el tan conocido
Anuario. A la luz de dicha decisión comenzó una experiencia
enriquecedora y retante cuyo producto tiene usted en sus
manos. El camino ha tomado dos años de trabajo y esperamos
que el producto sea un agente catalítico de constantes y nuevas
discusiones en la Psicología Comunitaria. Reconociendo
que todo trabajo es fruto de su contexto y proceso, nos
interesa aclarar cómo se incorporaron a este libro los trabajos
publicados.

Trabajos, Países, Contestaciones y Selección

24
Introducción

Para conocer la amplitud de este libro es necesario


entender la forma en que se desarrolló. Una vez regresamos
de Perú, nos dimos a la tarea de revisar el programa científico
del Congreso para identificar los trabajos que se habían
presentado bajo el área temática de Psicología Comunitaria.
Esto respondía a la categorización inicial que hicieron los y
las organizadores al plasmar el Programa Científico, ayudados
por la clasificación que cada autor o autora sugiere al someter
el trabajo. En otras palabras, coincidamos o no, los trabajos
que aparecen categorizados bajo Psicología Comunitaria
en el programa surgen de personas que entienden que su
labor es parte de las metas, métodos, teorías o acciones de
esa disciplina. Aún legitimando esa auto-identificación,
notamos la limitación de esta estrategia, ya que muchos
trabajos que podían reflejar “tendencias comunitarias” no
se habían incluido bajo dicho tema. Así, revisamos todas las
presentaciones del programa y seleccionamos aquellas en
las cuales entendíamos que la Psicología Comunitaria tenía
alguna presencia o influencia. Utilizamos para esto palabras
claves como: comunidad, trabajo comunitario, autogestión,
prevención y empoderamiento. Esta selección inicial nos
permitió identificar 153 trabajos presentados en el congreso,
con cuyos autores y autoras nos comunicamos.
El proceso de invitación de los potenciales autores/as
constituyó un gran reto. El programa científico del Congreso
Interamericano del 2003 no incluyó los correos electrónicos de
los/as ponentes y las personas involucradas en la planificación
del congreso no tenían acceso a la totalidad de estas
direcciones. Eso nos planteó la necesidad de identificarlos
por otros medios. Así nos arrojamos a solicitarle información
al Secretario General de la SIP, a los y las Representantes
Nacionales de la organización en cada uno de los países, a
amistades y contactos personales, además de revisar listas de
integrantes de la Comisión de Psicología Comunitaria, entre
otras estrategias. A nuestro entender, la dificultad de dicho

25
Nelson Varas Díaz & Irma Serrano García

proceso, atada a la magnitud de la empresa, incrementa el


valor de este producto final.
Los 153 trabajos que identificamos en el programa son un
reflejo del impacto de la Psicología Comunitaria en el trabajo
de la SIP. Esos trabajos incorporaban a más de 122 autores
y autoras (junto a sus co-autores/as el número aumenta) y a
18 países de las Américas, el Caribe y Europa. Invitamos a
las 122 personas, por medio del correo electrónico, a someter
sus trabajos. De estas, 29 sometieron sus artículos a revisión.
Posteriormente, procedimos a evaluarlos y elegimos 16 para
publicación.
El proceso de selección de los 16 trabajos que componen
este libro se basó en un proceso sistemático de evaluación en
el cual cada uno examinó los trabajos de forma individual para
luego comparar los resultados del proceso. Los criterios de
evaluación a los cuales respondieron los trabajos seleccionados
incluyeron: 1) la novedad del trabajo, 2) su relación con la
Psicología Comunitaria, 3) la claridad en la redacción, 4) el
uso de literatura reciente, 5) la adherencia a las instrucciones
de extensión, 6) la claridad en el método utilizado (cuando
aplicaba), 7) la coherencia en sus objetivos, 8) la relación clara
entre los resultados y el método, y 9) una discusión pertinente
de los datos o argumentos del trabajo.
Decidimos no incluir trabajos de nuestra autoría aún
cuando llenaban los criterios de selección del libro. No que-
ríamos limitar el espacio para trabajos de otros autores/as; a
su vez, queríamos eliminar posibles conflictos de intereses
en su selección. A la luz de este proceso quedan ante ustedes
16 trabajos que abordaron las complejas y diversas manifes-
taciones de la Psicología Comunitaria en el Congreso de la
SIP, y nos atrevemos a decir, en las Américas.

Organización de los Trabajos

26
Introducción

Una vez seleccionamos los trabajos nos preguntamos


cómo organizarlos. Sin embargo, esto resultó ser una tarea
más fácil de lo anticipado, ya que a los trabajos le subyacen
varias líneas temáticas. Pudimos identificar cinco relacionadas
a: 1) las implicaciones y los retos de reflexiones conceptuales
en torno a temas de importancia para la Psicología Comuni-
taria, 2) las reflexiones que debe llevar a cabo la Psicología
Comunitaria sobre las dimensiones macro-estructurales en las
cuales se enmarca su trabajo (específicamente sobre la salud y
la pobreza), 3) las implicaciones de este tipo de trabajo a nivel
comunitario, 4) las implicaciones para la persona y las otras
con quienes comparte su inmediatez, y 5) los nuevos rumbos
y retos que enfrenta la Psicología Comunitaria.
Estas cinco líneas temáticas han servido para dar forma
al libro y a los trabajos que lo componen. En cada una se
ubican reflexiones y quehaceres de psicólogos y psicólogas
comunitarios/as, y de otras personas, que desde otras áreas
de la psicología, se identifican con el tipo de trabajo de esta
disciplina Cada una de estas secciones amerita reflexiones
particulares y nos arroja nuevos cuestionamientos, en un
proceso paralelo de respuestas a interrogantes que ya han
planteado los autores y autoras.

Retos para la Psicología Comunitaria

Las dimensiones conceptuales, metodológicas y aplicadas


de la Psicología Comunitaria, como de cualquier otra disciplina,
son productos de un contexto social particular. Las décadas de
los ’60 y ’70 estuvieron marcadas por aires de cambio social
relacionados a las desigualdades sociales basadas en raza,
género, acceso a recursos económicos y acceso a servicios
de salud mental, entre otros (Iscoe, Bloom, & Spielberger,
1977; Martín, Chacón, & Martínez, 1988; Rappaport, 1977).
La vinculación, siempre presente, de la psicología con la salud

27
Nelson Varas Díaz & Irma Serrano García

mental también llevó al surgimiento en décadas posteriores de


una psicología comunitaria preventiva enfocada en procesos
como los del apoyo y las redes sociales (Balcázar, Montero, &
Newbrough, 2001; Felner, Jason, Moritsugu & Farber,1983;
Levine,1998). Como si este ambiente social no fuese lo
suficientemente retante, la Psicología Comunitaria en sus más
recientes vertientes, ha plasmado en su deseo de cambio social
las ideas políticas de opresión, empowerment, liberación y
justicia; conceptos que la distancian de la Psicología Clínica
y Social tradicional (Cordero,1998; Montero, 2003; 2004;
Ortiz-Torres, 1999; Prilleltensky, 2001; Watts & Serrano-
García, 2003; Wiesenfeld,1998). Mientras estos contenidos
se desarrollaban también se hacia crítica de, y se proponían
alternativas a, las metodologías tradicionales desarrollándose
nuevas miradas epistemológicas y un énfasis en los métodos
partícipes y cualitativos (Jason, Keys, Suárez-Balcázar, Taylor
& David, 2004; Revenson, D’Augelli, French, Hughes, Livert,
Seidman, et al, 2002; Ortiz, 2000; Serrano-García, 1992). En
fin, la disciplina recoge las ideas de su entorno y las incluye,
transforma y adapta a su perspectiva de lo que debe ser la
psicología.
En la primera sección del libro, los autores y autoras
recogen algunas de estas ideas e influencias del contexto en
el que se ha desarrollado, y se podría argumentar que aún se
encuentra, la Psicología Comunitaria. Los conceptos de la
liberación, el poder, la pobreza y los aspectos metodológicos
para abordar dichas situaciones (acción partícipe, entre otras)
nos apuntan a la reflexión que la Psicología Comunitaria
ha hecho suya: entender al sujeto humano en su contexto
colectivo (comunidad en sus múltiples definiciones) junto
a los factores macro-estructurales que lo crean y que éste,
simultáneamente, ayuda a crear. Todo esto sirve de marco a
los esfuerzos o ideales del cambio social.
No obstante, es interesante notar que en los trabajos
se resaltan, junto a las metas impuestas, las dificultades
28
Introducción

enfrentadas para lograrlas. Algunas de estas dificultades están


relacionadas a los retos metodológicos que hemos acogido
al abordar nuestros temas de estudio de forma estructural y
partícipe. Otras dificultades tienen que ver con las limitaciones
que le imponen a nuestro trabajo las situaciones opresivas a las
que nos enfrentamos (ej. sistemas de gobierno; disparidades
sociales). Sin embargo, otra dificultad que subyace a los
trabajos de esta sección, aunque no de manera explícita,
amerita elaborarse, no como contestación a la dificultad,
sino como pregunta abierta. Esta es el tema del contexto en
cambio.
El contexto social en el cual la Psicología Comunitaria
surgió ha cambiado. Si bien es fácil argumentar que los
problemas que pretende abordar retienen su vigencia y su
urgencia, el contexto y la forma en que se manifiestan no se
han mantenido estáticos. Por ejemplo, ¿significa la liberación
lo mismo ahora que en décadas anteriores? Por sólo tomar
un ejemplo, se podría argumentar que cuando las sociedades
altamente industrializadas piensan en la libertad hoy, lo hacen
a la luz del derecho que tienen las personas al acceso a bienes,
en fin, al consumo. Estos referentes sobre lo que significa “ser
libre” ameritan reflexión. La libertad parece ser un tema de
importancia para la empresa de la Psicología Comunitaria.
Sin embargo, la importación del término y su uso a la luz de
sus significados en las décadas anteriormente mencionadas,
deben ser re-evaluados a la luz de su significado en el mundo
actual. Por ejemplo, la libertad puede estar atada al acceso a
la Internet, como bien nos presenta uno de los trabajos del
libro.
La misma dificultad podemos identificar con otros
conceptos de la Psicología Comunitaria. El empowerment,
o cualquier nombre que se le quiera dar a la idea de que las
personas y comunidades estén en mayor control de su destino

29
Nelson Varas Díaz & Irma Serrano García

(ejs. empoderamiento, fortalecimiento, refortalecimiento,


entre otros), está íntimamente vinculado a la idea de la
libertad; libertad para decidir, tomar acción, estar informado/
a y ser guía del destino. Aunque los factores estructurales
impiden la realización completa de dicho proceso (ver los
capítulos sobre pobreza en el libro), el tipo de trabajo que
hacemos (particularmente el de la acción partícipe) tiene como
meta conceptos de empowerment, o ideas relacionadas a estar
en control de nuestro destino. Tal es la situación, que este
término antes asociado con la vanguardia y los sectores más
radicales, es uno de los que con más frecuencia cooptan los
sectores conservadores del gobierno en muchos de nuestros
países. Para sólo dar algunos ejemplos, observamos su uso
por el Partido Republicano, que entroniza el conservadurismo
estadounidense, y en Puerto Rico, por su gobierno que desde
su estatus colonial pretende que las comunidades pobres (les
llaman “especiales”) tomen control de su futuro.
En esta primera sección del libro confrontamos preguntas
que la Psicología Comunitaria debe abordar de inmediato:
1) ¿Son viables las ideas que le subyacen a nuestros marcos
conceptuales en nuestro momento histórico particular?, 2)
¿Debemos reconceptualizar lo que es libertad y la forma en
que la pretendemos lograr?, 3) si la Psicología Comunitaria
es una respuesta al contexto social de décadas anteriores, ¿no
es necesario que cambie cuando ese contexto se transforma
rápidamente? Estas preguntas nos quedan como retos. Los
mecanismos de transformación social y las ideas que le dan
forma deben examinarse de forma constante, con la misma
rapidez que lo social se ha transformado y transforma.
La segunda parte del libro nos arroja a otro tipo
de reflexión. Esta aborda la relación entre la estructura
macrosocial en la cual se manifiestan nuestros temas de interés
y la Psicología Comunitaria. Esta relación es bidireccional
y fluída. Es interesante la amplia gama de temas (pobreza,
juventud, VIH/SIDA y políticas sociales) que se trabaja en esta
30
Introducción

sección. Los trabajos son una ventana abierta a la complejidad


a la que se enfrentan los esfuerzos de corte comunitario cuando
intentan entender y explicar sus temas de estudio a la luz de
los fenómenos más amplios que le dan forma y estructura. La
salud y la pobreza fueron los dos temas de mayor pertinencia
bajo esta línea temática. Nuevamente, estos ameritan una
reflexión interesante. Ante esfuerzos de salud pública en
nuestros países que cada vez más apuntan a la responsabilidad
de cada individuo de mantener su salud, las perspectivas
comunitarias se vuelven indispensables para entender las
manifestaciones de la enfermedad. Por otro lado, el tema de
la pobreza, ahora conocido en el “primer mundo” como el de
las disparidades, continúa siendo uno que amerita reflexión
en nuestros países. Nuevamente, esto debe hacerse mediante
un proceso crítico sobre las diferencias entre las definiciones
de pobreza que pretenden establecer los Estados, las que
desarrollan las personas que la viven, y las que pretendemos
elaborar desde la Psicología Comunitaria.
En la tercera parte del libro se aborda el tema de la
participación y la diferencia desde la perspectiva del tema
del VIH/SIDA y el estigma de la homosexualidad. Los tra-
bajos en esta sección hacen referencia tanto a implicaciones
teórico-metodológicas del estudio de la diferencia, como a
las de explorar la participación política y social desde una
las perspectivas propuestas por la Psicología Comunitaria.
Ambos trabajos apuntan al eje conceptual de la Psicología
Comunitaria: la comunidad. Sin embargo, cuando se ven en
el conjunto del libro es evidente que este enfoque comuni-
tario no siempre se manifiesta con atención al colectivo. En
ocasiones las implicaciones de nuestra técnicas investigativas
nos arrojan al estudio de las personas en su individualidad, o
al menos con sus otros y otras cercanos, como se puede ver
en la próxima sección del libro.
En esta cuarta parte del libro se exploran las implicaciones
de la Psicología Comunitaria para los niveles de acción
31
Nelson Varas Díaz & Irma Serrano García

individual, de pareja o grupo tomando en consideración los


factores estructurales en los que se desenvuelven. Es interesante
ver en esta sección del libro el uso de técnicas de investigación
que podrían considerarse “tradicionales” (cuestionarios
autoadministrables y diseños cuasi-experimentales) para
abordar temas de una Psicología Comunitaria. Nuestras
perspectivas sobre lo que hacemos y, en este caso, cómo lo
hacemos son variadas y múltiples. Cabe preguntarse, con su
énfasis en la participación y el cambio social, ¿dónde quedan
estas técnicas y diseños metodológicos en la Psicología
Comunitaria? ¿Pueden ser transformadores estos procesos
de estudio? Es posible que las contestaciones sean múltiples,
a favor y en contra. Sin embargo, regresamos a la necesidad
de reexaminarnos como disciplina (o movimiento) a la luz
de lo que hacemos, o más importante , de cómo lo hacemos.
Tal vez estas consideraciones, sobre cómo se hace Psicología
Comunitaria, siguen siendo fundamentales para nuestro futuro
inmediato.
Varios autores y autoras adelantan algunas de estas
reflexiones en la última parte del libro al poner de manifiesto
nuevos rumbos que pretende enfrentar la Psicología
Comunitaria. La transferencia de innovaciones y el uso del
Internet como resultado de intervenciones comunitarias
son temas interesantes que generan nuevas preguntas. Por
ejemplo, ¿la comunidad que se encuentra “en línea”1 comparte
características y procesos similares a las comunidades
geográficas con las cuales hemos trabajando anteriormente?
¿Existe esta comunidad “en línea” de forma uniforme en
nuestros países? ¿Será posible que la falta de acceso a Internet
sea un mecanismo de opresión en la era de la información al cual

1
Por falta de un mejor término, usamos el concepto “en línea” para referirnos al
proceso de navegar la Internet y mediante el cual las personas “se conectan” a la red de
comunicación.

32
Introducción

el concepto de liberación deba contraponerse? Por otro lado, el


surgimiento de comunidades virtuales, ¿elimina la urgencia de
trabajar en las comunidades geográficas o funcionales? ¿Altera
el carácter de estas últimas? Por otro lado, la transferencia
de innovaciones (en este caso de intervenciones) a través de
diferentes escenarios, arroja a debates en torno a niveles de
uniformidad versus diversidad en nuestras intervenciones.
¿Cómo asume este debate la Psicología Comunitaria desde su
valor explícito de valorar y promover la diversidad? ¿Hasta
qué nivel es la transferencia de innovaciones una cooptación
por el Estado de las intervenciones desarrolladas desde una
comunidad específica? ¿Es este proceso una forma de acercar
de forma colaborativa a la academia y la comunidad o es una
forma de que las universidades impongan sus estilos fuera de
las paredes que hasta ahora les aislan?
Es evidente que una mirada a la secciones del libro puede
arrojar más preguntas que respuestas. Es importante aclarar
que el hecho de que en esta introducción existan más de las
primeras que las segundas no es casualidad. Los trabajos de
los autores y autoras son suficientemente elocuentes como
para plantear sus posturas y respuestas ante algunas de las
preguntas de este texto. Sin embargo, las mismas quedan en
el tintero, de forma positiva, para nuestra reflexión sobre lo
que hacemos, cómo lo hacemos, y desde dónde lo hacemos.

A Manera de Cierre

Ante un mundo que cambia con notable rapidez, la


Psicología Comunitaria necesita de estas reflexiones para
mantenerse vigente. Es cierto, que estas reflexiones no son
fáciles, particularmente cuando nos arrojan a re-examinar
nuestras creencias y contradicciones. Los autores y autoras
que, desinteresadamente, sometieron sus trabajos para este
libro hacen una gran contribución al desarrollo de la Psicología

33
Nelson Varas Díaz & Irma Serrano García

Comunitaria. Por un lado, nos permiten adentrarnos en sus


reflexiones y acciones. Por el otro, nos ofrecen textos en
los cuales inspirar las aspiraciones futuras de la Psicología
Comunitaria. Esperamos contribuir a estos debates con la
edición de este libro.

Referencias

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34
Introducción

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Comunitaria, Psicología Crítica y Psicología de la
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research and action.. New York, N.Y.: Holt.
Revenson, T., D’Augelly, A., French, S., Hughes, D.,
Livert,D., Sediman, E. et al. (2002) Ecological

35
Nelson Varas Díaz & Irma Serrano García

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Rodríguez, A. & Giorgi, V. (2003) (Eds.) Anuario de
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36
El “Anuario del 2005”: La Psicología
Comunitaria y la SIP
Maritza Montero -Venezuela

Nelson Varas Díaz e Irma Serrano García me invitaron


amablemente a presentar este libro que recoge un grupo
importante de los trabajos del área de psicología comunitaria
en el 29° Congreso Interamericano de Psicología, celebrado en
2003, en Lima, Perú. Agradezco la invitación por la confianza
que los compiladores depositan en mí, por ser quienes son
y porque creo que libros como el que ahora tienen lectoras
y lectores en sus manos, cumplen una valiosa función de
conservación de la memoria y divulgación de los avances
y tendencias en el campo psicológico comunitario. Es bien
conocido el esfuerzo y trabajo sostenido que supone esta
tarea, la minuciosidad de la tarea editorial y las angustias y
sinsabores que suele sufrirse al aceptarla.
Por lo tanto, creo que mis primeras palabras deben ser
de felicitación y agradecimiento a Nelson e Irma por haber
logrado una nueva demostración de la actividad psicológico
comunitaria dentro de la Sociedad Interamericana de
Psicología (SIP). Lo segundo es una advertencia a los posibles
lectores y lectoras que pueda tener esta presentación, pues
he querido aprovechar la oportunidad para hacer un breve
recuento de lo que ha sido la generación y desarrollo del área

37
Maritza Montero

comunitaria dentro de la SIP, ya que es quizás la más activa


y consecuente en cuanto a la socialización del conocimiento
producido, a pesar de que no es una de las mas nutridas (pero
si nutriente). En tal sentido, el área hace honor a su apelativo
de comunitaria.
A la breve nota sobre la historia de la participación
comunitaria en la SIP, siguen mis consideraciones sobre la
compilación en sí, cerrando con una presentación de cada
uno de los trabajos incluidos, cuya lectura me enseñó nuevos
aspectos, me indujo a la reflexión y ha dado lugar a la crítica,
esa sal de la ciencia, sin la cual todo sería bastante parejo,
bastante uniforme y bastante aburrido.

Apuntes sobre la Historia de la Psicología


Comunitaria en la Sociedad Interamericana de
Psicología

La psicología comunitaria o psicología social-


comunitaria, como también se conoce, marcó relativamente
temprano, con respecto al momento de su surgimiento, su
ingreso como rama de la psicología reconocida por la Sociedad
Interamericana de Psicología. En 1979, en un memorable
congreso celebrado en Lima, nos encontramos en algunos
simposios de ese evento: (a) psicólogas y psicólogos que ya
se definían como comunitarios y ostentaban el nombre de tales
(p.e.: J. Robert Newbrough, Irma Serrano-García, Eduardo
Rivera-Medina), o que tenían inquietudes comunitarias pero
que aún no habían encausado su rumbo debido a la situación
borrosa que tenía la subdisciplina en muchos países de
América, y (b) psicólogos y psicólogas sociales que hacían
psicología comunitaria sin saberlo, tratando de dar legitimidad
social a la disciplina. Fue un feliz encuentro obra del azar y
de la necesidad. Algunas personas coincidieron debido a los
buenos oficios de quienes organizaron dicho Congreso que

38
El “Anuario del 2005”: La Psicología Comunitaria y la SIP

dispusieron sus presentaciones en una misma sesión. Para


otras personas hubo información previa sobre “alguien que
hace algo similar a lo que estás investigando” y todo junto, se
facilitó la “cita a ciegas” que produjo el inicio de fructíferas
relaciones de trabajo, que aún hoy perduran. Las discusiones
y reflexiones que se iniciaron tanto en las salas del congreso
como fuera de ellas, marcaron el punto de encuentro entre
dos corrientes de la psicología comunitaria que a partir de
allí empezaron a interrelacionarse: la latinoamericana y la
estadounidense.
El entusiasmo al descubrir que había otras personas
en otros países, tanto latinoamericanos como en EE.UU. y
Canadá, que tenían las mismas preguntas e inquietudes, el
mismo deseo de intervenir para transformar las respectivas
sociedades de origen, atacando problemas en el ámbito
comunitario; que incluso habíamos hecho las mismas lecturas
al no encontrar en la psicología de la época las respuestas
que necesitábamos, se tradujo en un movimiento pequeño
pero activo que pronto hizo oír su voz y que inmediatamente
se constituyó en grupo gestor de la creación de un área de
psicología comunitaria dentro de la Sociedad Interamericana
de Psicología (SIP). Su primer coordinador y propulsor fue
el panameño Luis A. Escovar y entre los participantes del
grupo inicial estaban Leonte Brea (República Dominicana),
Luis Correa y Bernardo Jiménez (Colombia), Marta Mercedes
Morán (El Salvador), Sylvia Lane y Marilia Graciano (Brasil),
Eduardo Rivera Medina e Irma Serrano-García (Puerto Rico),
Alberto Ocando y quien escribe (Venezuela). Las gestiones de
este grupo inscribieron la subdisciplina en la lista de la SIP,
ayudaron a desarrollar una forma de identidad profesional y
subdisciplinaria y, por encima de todo, generaron una fuerte
red informal de intercambio de conocimientos, de proyectos
conjuntos y de publicaciones.

39
Maritza Montero

El grupo gestor desapareció a inicios de los ochenta, pero


el número de contribuciones de carácter comunitario en los
congresos de la SIP y en otras reuniones científicas nacionales
e internacionales a través de las Américas, se fue haciendo
cada vez más evidente. La psicología comunitaria generada
desde mediados de los años sesenta en los EE.UU. y Canadá,
y la que se hacía en algunos de los países de la América
Latina se divulgaron por todo el Continente y trascendieron
sus fronteras, llegando a Europa y a Australia.
En 1991, en el Congreso de la SIP en Costa Rica se
activó, no el fenecido Comité Gestor, ya evidentemente
innecesario, sino una Comisión de Psicología Comunitaria
dentro de la SIP, lidereada por Irma Serrano-García. A los
simposios y sesiones temáticas sobre investigaciones, teorías
e intervenciones, se unieron las conferencias magistrales y
la creación de una “feria comunitaria”, evento ideado por la
Dra. Serrano-García y destinada a la presentación dialogada
de proyectos de intervención-investigación en puestos donde
una o más psicólogas y psicólogos mostraban productos de
investigación, la evolución de y evaluación de proyectos
y muchas otras cosas de interés vinculadas a su práctica.
Esta actividad era algo entre el cartel y el puesto de feria.
La primera ocurrió en Santiago de Chile (1993). Las hubo
también en San Juan de Puerto Rico (1995) y Sao Paulo,
Brasil (1997). Asimismo, desde 1993 ha habido reuniones de
la Comisión en cada Congreso.

La Memoria del Área Comunitaria de la SIP en


sus Memorias o Anuarios

Otra innovación introducida a partir de 1991 y obra


de esa Comisión, fue la creación de las Memorias de
Psicología Comunitaria. En 1995 se distribuyeron en San
Juan las Memorias del Congreso Interamericano en Costa

40
El “Anuario del 2005”: La Psicología Comunitaria y la SIP

Rica (1991) a todos/as los integrantes de la Comisión que


asistieron (Serrano-García, Cantera & Mirón, 1991). También
se pusieron a la venta para el público en general. En 1997
adquirieron la forma de libro (Montero, 1997). En 1999 los
trabajos fueron seleccionados mediante arbitraje doble ciego y
aparecieron en un número especial de la revista PSYKHE, de
la Universidad Católica de Chile (Fuks, 1999). Posteriormente,
se publicaron de igual manera los del Congreso del 1999 en la
Revista Psicología también de Chile (Comisión de Psicología
Comunitaria, 2001) y los del Congreso del 2001 en formato
de CD (Rodríguez & Giorgi, 2003). Y hoy, las y los lectores
tienen en sus manos otra selección de trabajos, provenientes
esta vez del Congreso de la SIP celebrado en Lima en 2003.
La Comisión de Psicología Comunitaria, con mayor o
menor grado de dinamismo, ha mantenido su actividad. En
algunos momentos ha habido boletines informativos que
difundían aportes, logros, eventos, publicaciones ocurridas
en el área y estas recopilaciones, su producto más importante,
nos dan una idea de los intereses y tendencias en esta subrama
de la psicología; democráticamente muestran el trabajo
de figuras establecidas y también el de quienes se inician;
presentan los alcances y limitaciones y también hablan
de la claridad o de la borrosidad de sus límites. Según el
momento hay recopilaciones en las cuales predominan los
trabajos comunitarios de intervención en salud, o en violencia
familiar, o en violencia de género, o bien se inclinan hacia la
relación entre comunidad y escuela, o hacia la organización y
desarrollo de comunidades, así como a su fortalecimiento o a
los nexos entre política y comunidad, entre otras posibilidades.
Las Memorias de Psicología Comunitaria permiten ver cómo
oscila la atención de los y las investigadores e interventores y
cómo se amplía o restringe el foco de acción y de reflexión.
Ellas no sólo nos recuerdan lo que se ha hecho, sino que
además nos advierten sobre lo que se está haciendo, ya que
son la instantánea que capta una situación con sus aciertos y

41
Maritza Montero

sus errores, sus innovaciones y repeticiones.

Sobre esta Compilación

En esta ocasión el criterio de entrada para los compiladores


ha sido solicitar el envío de todas aquellas contribuciones
al programa científico del 29 Congreso Interamericano de
Psicología, que: 1) incorporasen el concepto “comunidad” en
su título, 2) hubiesen sido identificadas como pertenecientes
al área de psicología comunitaria en el Programa de dicho
evento, lo cual responde a la selección que hace la autora
o el autor de la ponencia, y 3) abordar directamente los
temas de intervención grupal o comunitaria, apoyo social,
prevención, empowerment [fortalecimiento], políticas
públicas y representaciones sociales. Los trabajos recibidos
fueron luego evaluados por el Comité Editorial a base de
criterios claramente establecidos:
• Pertinencia explícita para la psicología
comunitaria.
• Claridad en la redacción.
• Especificidad de los objetivos.
• Correspondencia entre esos objetivos y el método
empleado.
• Resultados claros
• Discusión coherente de los mismos.
• Clara relación entre el trabajo presentado y la
psicología comunitaria.
El primero de los criterios para recepción de trabajos,
al igual que el segundo, supone que todas las personas que
usan los términos comunidad o comunitario los aplican con
igual sentido y, por lo tanto, comparten una comunidad de
significado que sería indicadora de que todos esos trabajos

42
El “Anuario del 2005”: La Psicología Comunitaria y la SIP

se dan en un mismo campo del conocimiento donde, bien


sabemos, no habrá uniformidad pues en todo ámbito del
saber hay multiplicidad de teorías, métodos e intervenciones
prácticas. Pero aún así, la utilización de tales palabras se
entiende como señal de presencia de la subdisciplina. Sin
embargo, la complejidad de la vida social y de la ciencia que
en ella se produce, complica el asunto, pues no siempre que
mencionamos una palabra estamos usando una denotación
común a todos las usuarias y usuarios de ese término.
Por ejemplo, si decimos “arte”, podríamos referirnos a la
“disposición o industria para hacer una cosa”, o a la capacidad
de imitar, copiar o fabricar o fantasear sobre “lo material o
lo inmaterial”; o a un “conjunto de reglas sobre algo” (el
“arte cisoria” o el arte de atrapar mariposas, por ejemplo); o
a mañas y argucias (“malas artes”, p.e.); o a algún aparato.
Denotaciones todas estas que nos da la Real Academia de
la Lengua y si esto ocurre en las comedidas gavetas de la
Academia, podemos imaginar que en la vida cotidiana, que
va más rápido, la cosa puede ser aún más enmarañada.
En efecto, la Babel en miniatura en que todas y todos
participamos cada vez que tratamos de aplicar un concepto o
un criterio único a un fenómeno complejo, se refleja también
en esta oportunidad. El concepto de comunidad, sólo de
acuerdo a las acepciones del Diccionario, o a las usadas en las
diversas ciencias sociales, tiene denotaciones que van desde
los grupos constituidos que comparten una historia dentro de
una sociedad mayor, hasta los conventos y cuarteles, entre
otras instituciones cerradas o al compartir bienes materiales.
En el campo de la psicología el asunto se simplifica, pues
hay un cierto consenso (no total) en cuanto a aceptar que la
psicología comunitaria trabaja con comunidades específicas,
o que trata de la comunidad y sus procesos psicosociales. Lo
comunitario se refiere a la actividad y el sentido de comunidad
en relación con un grupo que tiene ciertas características en
común; no a una muestra construida al azar en función de

43
Maritza Montero

criterios determinados por las investigadoras e investigadores.


Esto último sería muy útil para estudios psicosociales,
epidemiológicos, opináticos, pero esa muestra no constituye
una comunidad. Los individuos que la componen ni siquiera
se conocen entre sí.
Newbrough (1973), Rappaport (1977) y Kelly (1966;
1970;1986), para citar algunos autores estadounidenses
reconocidos, sustentan su perspectiva ecológica en una
concepción específica (contexto de interacción persona-
ambiente) del concepto de comunidad. De la misma manera,
la psicología comunitaria que se ha desarrollado en América
Latina apoya su intención constructiva y transformadora
(Montero, 1982, 2004; Sawaia, 1998; Wiesenfeld & Sánchez,
1995) en una concepción de comunidad como grupo histórico,
dinámico, cultural, que comparte intereses y objetivos
comunes, en un tiempo o en un espacio determinados y que
genera identidad y formas organizativas (Montero, 2004).

Sobre esta Presentación

Por lo tanto me referiré, en primer lugar, a los trabajos


de esta recopilación que entran en el campo psicológico
comunitario de acuerdo con los criterios establecidos por el
Comité Editorial para su evaluación, que me parecen no sólo
claros sino muy adecuados. Luego comentaré los de orden
psicosocial. Esta división es muy interesante pues revela una
vez más, la presencia de la zona de penumbra que existe entre
el ámbito social y el comunitario; lo cual es muy lógico porque
si bien no todo lo social es comunitario, en cambio todo lo
comunitario es siempre social, razón por la cual en la mayor
parte de la América Latina y también en una alta proporción
de los trabajos anglosajones, la psicología comunitaria que se
produce es una Psicología Social-Comunitaria, como la han
definido en Puerto Rico Serrano-García y Rosario-Collazo

44
El “Anuario del 2005”: La Psicología Comunitaria y la SIP

(1992). Esto se debe a su conexión de origen con la psicología


social, y al marcado enfoque histórico-cultural y social de los
fenómenos comunitarios. En el presente caso, los trabajos
comentados incluyen obras situadas en esa zona, así como
hay otras que son claramente psicosociales.
Pero esa zona brumosa es interesante, pues si bien en una
época (fines del setenta, inicios de los ochenta), se podía explicar
su existencia por la falta de definición en una subdisciplina en
sus albores, que en algunos países apenas empezaba a abrir
el campo comunitario; hoy día más bien parece tratarse de
lo contrario: la psicología social-comunitaria o comunitaria a
secas, no sólo parece haberse abierto un camino y un nicho no
sólo académico sino también social, sino que además parece
unir a él un cierto prestigio que la hace lo suficientemente
atractiva como para que se busque el cobijo de su nombre.

La Psicología Social-Comunitaria o
Psicología Comunitaria
Los trabajos comunitarios de este Anuario son textos de
mucho interés. Así con una perspectiva teórica y metodológica
crítica encontramos los artículos de Dolores Miranda
Gierbolini (Lo Social y Comunitario de la Psicología Social-
Comunitaria: Bifurcaciones, Reorientaciones y Encuentros);
el de Fabricio Bálcazar (Investigación Acción Partícipe (IAP):
(Obstáculos de Implementación) y el de Sánchez, Cronick y
Wiesenfeld (La Pobreza desde la Perspectiva de la Psicología
Social-Comunitaria).
El trabajo de Miranda Gierbolini es una revisión crítica
del desarrollo teórico y conceptual en la Psicología Social-
Comunitaria (PSC) en los últimos treinta años, así como de
sus relaciones de intercambio nutriente con la Psicología
Social (PS) en cuanto a sus influencias teóricas comunes, y
a la identificación de la PSC y de una tendencia dentro de la

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Maritza Montero

PS, con el paradigma post-positivista. Esta autora subraya


como aspectos fundamentales constituyentes de la PSC
el asumir el tratamiento de la ideología y la conciencia en
su práctica; el promover el fortalecimiento o potenciación
(empowerment); la gobernabilidad de la comunidad; la
autogestión; los derechos humanos y la liberación y subrayar
el consumo como instrumento político, ubicando todo esto
dentro de la función problematizadora que lleva al cambio
social. Su trabajo termina planteando la construcción futura
sobre estas bases.
A su vez, Fabricio Bálcazar hace un acucioso análisis
crítico de la investigación acción partícipe, o participativa
como también se la suele llamar, centrando su trabajo en los
aspectos conceptuales y los obstáculos a su implementación.
En su disección de este método, que ha sido y es central para
el trabajo psicológico-comunitario, este autor analiza sus
principios psicológicos y epistemológicos y sus estrategias
de aplicación, discutiendo las tres funciones primordiales,
ya señaladas por Paulo Freire en sus trabajos fundacionales
de este método: investigación, educación y acción. Balcázar
parte del modelo creado por él, Fawcett y Seekins (1997)
y asimismo presenta una serie de dificultades y obstáculos
asociados a la IAP, registrados tanto por la literatura, como
vividos en su propia práctica. Este es artículo de gran utilidad
para los estudios comunitarios, que estaba haciendo buena
falta.
Sánchez, Cronick y Wiesenfeld, en un trabajo claro y bien
informado, presentan un preciso resumen de la significación
de la pobreza (un problema de dimensiones universales) y
de su relación con la PSC y de cómo esta puede suministrar
elementos metodológicos y epistemológicos que pueden ayudar
a afrontar un flagelo que azota a la mitad de la humanidad.
Su análisis del concepto de pobreza en función de su carácter
relativo, lo cual no significa ni trivializarla ni reducirla, destaca

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El “Anuario del 2005”: La Psicología Comunitaria y la SIP

la necesidad de tomar en cuenta su pluralidad, complejidad,


multisectorialidad y sus condicionantes ecológicos.
Tenemos luego cinco trabajos referidos a programas de
intervención en Psicología Social-Comunitaria. Los trabajos
de Ortiz Torres, Nieves Rosa, Gómez y Malavé (Transferencia
de Tecnología a Organizaciones Comunitarias); de Suárez
Balcázar (Evaluación Partícipe de una Intervención de
Internet en un Barrio Afro-Americano); de Toro Alfonso,
Rodríguez-Madera, Acosta-Pérez y Ruiz-Torres (Las
Necesidades de Adiestramiento para la Prevención Secundaria
en Organizaciones de VIH/SIDA en Puerto Rico: Desde la
Academia para la Comunidad); de King, Zitek y Hebl
(Antecedentes, Manifestaciones y Consecuencias del Estigma
de la Homosexualidad: Una Perspectiva de la Comunidad),
y finalmente, el de Samaniego, Antivero, Bártolo, Bonzo,
Btesh, Domínguez, García Labandal, Iurcovich y Villegas
(Evaluación de una Estrategia Comunitaria de Promoción del
Abandono del Consumo de Tabaco). En estos trabajos vemos
la acción realizada con la comunidad y también en algún caso
en la comunidad, pero con resultados de interés para ella.
El primer trabajo mencionado en el párrafo anterior,
de Ortiz Torres, Nieves Rosa, Gómez y Malavé, sobre
transferencia de tecnología a organizaciones comunitarias,
presenta una intervención que combina el trabajo con
instituciones o agencias de salud externas a la comunidad, y
la intervención de agencias internas propias de la comunidad
(grupos organizados con objetivos específicos, en este caso
igualmente orientados a la atención en salud). Mas aún,
las autoras y autores enfocan un tema poco discutido en el
campo: la transferencia de tecnología, pero al mismo tiempo,
uno que forma parte de las bases epistemológicas de la PSC:
la unión del conocimiento: el científico y el popular. En ese
campo de fusión de saberes se ubica este trabajo de carácter
reflexivo y crítico, que en su aspecto sustantivo trata con un

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Maritza Montero

importante problema de salud: el fortalecimiento de hombres


homosexuales seropositivos. Las autoras y autores señalan la
necesidad de considerar, en la transferencia tecnológica, tanto
eficacia como efectividad, además de dos condiciones para
hacerlo que toman en cuenta la extensión del adiestramiento
en formas de tecnología y la consultoría sobre el mismo. En
sus conclusiones señalan las limitaciones encontradas respecto
de las organizaciones que tratan con VIH/SIDA, en concreto,
y la complejidad de la tarea planteada. Este es un excelente
estudio que contribuye al conocimiento de las relaciones entre
agentes externos e internos en los procesos de transformación
y de producción de conocimiento en la comunidad.
Toro Alfonso, Rodríguez-Madera, Acosta-Pérez y
Ruiz-Torres, a su vez, enfocan un aspecto de la necesidad
de transferencia antes indicada: el adiestramiento para la
prevención secundaria en organizaciones de VIH/SIDA
en Puerto Rico. Su trabajo se origina en una agencia que
produce servicios para la comunidad (el Departamento de
Salud de Puerto Rico) y de la preocupación por incorporar
a las comunidades a programas de prevención secundaria
de VIH/SIDA. Este trabajo es un buen ejemplo del carácter
fructífero de la aplicación de métodos mixtos, cualitativos
(entrevistas semi-dirigidas y grupos focales) y cuantitativos
(cuestionario). Sus resultados son una muestra de lo que se
puede hacer en un trabajo conjunto entre agentes externos e
internos, con participación comunitaria.
Yolanda Suárez Balcázar presenta un ejemplo de cómo
transferir tecnología en un proceso claramente comunitario:
el uso de internet en beneficio de una comunidad, y
específicamente una de bajos recursos económicos, donde
internet y el uso de tecnología para su utilización, no suelen
estar presentes. La autora evalúa un programa en el cual
participaron cuarenta y dos líderes de grupos comunitarios
que no sólo se beneficiaron personalmente, sino que la

48
El “Anuario del 2005”: La Psicología Comunitaria y la SIP

socializaron a otros miembros de su comunidad de origen,


para beneficio de la misma. Este carácter positivo extendido
a la comunidad, así como el sentido de control personal de
los y las líderes agentes de cambio, son dos de los resultados
más importantes de este trabajo, en el cual se conjuga un
aspecto ligado al desarrollo tecnológico con un aspecto de
intervención-activa y partícipe
Otro trabajo evaluador de una estrategia promotora de
salud (abandono del consumo de tabaco) realizada con criterio
comunitario es el de Samaniego, Antivero, Bártolo, Bonzo,
Btesh, Domínguez, García Labandal, Iurcovich y Villegas.
Estas autoras quienes trabajan desde hace varios años en el
Partido de Avellaneda, una zona de bajos recursos económicos
en la ciudad de Buenos Aires, presentan un trabajo realizado
con un diseño cuasiexperimental en el cual se conjugan lo
psicosocial, lo psicosocial comunitario, la atención en salud,
y los aspectos clínicos y sanitarios, para configurar un buen
trabajo de Salud Comunitaria. La perspectiva comunitaria es
un factor que dinamiza los objetivos y que coloca a las personas
interesadas (ochocientos ochenta y ocho de ellas) no sólo
como receptoras sino como actores de la transformación.
El trabajo de King, Zitek y Hebl, sobre el estigma
de la homosexualidad, presenta un modelo de estudio
basado en la exploración y descripción de los antecedentes,
manifestaciones y consecuencias de los estigmas producidos
por una comunidad y sufridos, vividos y aún aceptados por
otra, tomando en cuenta tanto la percepción promedio como
la variabilidad.

En la Zona Intermedia

Partiendo del campo intermedio entre lo comunitario y lo

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Maritza Montero

psicosocial, para dar un giro comunitario a lo que habría podido


ser otro estudio más de concepciones psicosociales sobre un
tema de importancia, está el interesante trabajo de Legaspi y
Aisenson: Juventud y Pobreza: Las Representaciones Socia-
les sobre Formación y Trabajo. En este artículo se muestra
cómo las relaciones entre ambas áreas psicológicas pueden
alimentarse la una a la otra. Así como en sus orígenes, la psi-
cología comunitaria recurrió a la psicología social para aplicar
muchos de sus métodos y técnicas, en este caso se ve como
un enfoque eminentemente psicosocial acude a la psicología
comunitaria a la cual coloca como marco de la exploración
de campo realizada para conocer lo que jóvenes de una co-
munidad pobre de la ciudad de Buenos Aires opinan, creen,
sienten, consideran, es decir, cómo representan la formación
laboral y el trabajo. Buscar a “los sujetos” del estudio en ese
ámbito y aplicar técnicas de grupo focal (psicosocial) y de
entrevista a informantes clave (técnica de origen antropo-
lógico adoptada tanto por la psicología social como por la
comunitaria), se hace bajo la concepción comunitaria de que
es necesario conocer las necesidades a través de quienes las
sufren. Por eso definen el problema y aplican una estrategia
metodológica que los y las hace participantes y que da a los
resultados un sentido significativo para ellos y ellas. Más
aún, en sus conclusiones hacen referencia a la influencia
comunitaria sobre las representaciones sociales construidas
a partir de las opiniones predominantes en los sujetos con los
cuales se trabajó.
Un aspecto valioso de este trabajo es la fusión
metodológica, de base cualitativa, que va mas allá de los
estudios de representaciones sociales en grupos anónimos
formados por el investigador e investigadora, que al reintegrar
los resultados en la comunidad de origen de las personas
participantes, redimensionan su sentido social.

Clase Aparte
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El “Anuario del 2005”: La Psicología Comunitaria y la SIP

El trabajo de Ignacio Dobles: Liberación y Psicología,


Memoria y Poder: Algunas Reflexiones, una de las conferencias
magistrales del Congreso de Lima, muy merecedora del
adjetivo, es una excelente visión crítica del fenómeno de la
construcción de la memoria colectiva, planteado a partir de la
psicología social de la liberación y de los aportes de la filosofía
política de Walter Benjamin. Ambos enfoques forman parte de
una tendencia que podemos considerar como un aporte de la
psicología política, pues la psicología social de la liberación
es la contribución más importante a la psicología política
que se ha hecho en América Latina. Dobles propone crear
una memoria social de empatía con las víctimas de tantos
procesos sociales que han oprimido, aplastado, silenciado
y excluido a enormes sectores de la población no sólo en
América Latina sino en todo el mundo. Esto es doblemente
importante, no sólo por lo que significa en cuanto a la
liberación del recuerdo, sino además porque la historia como
se sabe, suelen escribirla no sólo los vencedores y vencedoras
sino también los opresores y opresoras; reprimiendo y
dejando impunes a quienes deberían responder ante la
justicia. Su conexión con la psicología social-comunitaria
se encuentra en un párrafo, en el cual ajustadamente señala
al procedimiento de recuperación crítica de la historia que
se suele aplicar en este campo, como una de las formas de
combatir el olvido ideológico y alienante, acallador de las
conciencias tanto individuales como sociales.

Psicología Social

Entre los trabajos psicosociales de esta compilación


destaca el de Terroni y Vivas, Procesos de Influencia y
Comunicación en Pequeños Grupos de Toma de Decisión, el
cual presenta un impecable diseño cuasiexperimental realizado
con una muestra de 105 estudiantes universitarios, asignados

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Maritza Montero

al azar a los grupos con los cuales se trabajó. La autora y


autor buscaron medir el flujo comunicacional y la influencia
percibida, en una tarea de decisiones múltiples concatenadas.
Los resultados son de interés y están bien discutidos; de hecho
un punto en la discusión, en el cual mencionan el concepto
de fortalecimiento o empowerment, indicando su relación con
sus hallazgos y la utilidad del conocimiento producido para
las relaciones intrainstitucionales, puede haber sido la razón
de su inclusión en esta recopilación. El estudio contribuye al
mejor conocimiento del fenómeno de la influencia social y
de la psicología social de la comunicación.
El trabajo de Nina Estrella y Pacheco, ¿Qué es el amor
para la pareja puertorriqueña?, es una investigación con
empleo de la técnica de redes semánticas, y de un cuestionario
de preguntas abiertas aplicados respectivamente a una muestra
por disponibilidad de personas reclutadas en la ciudad. Es
decir, se tomó una muestra al azar simple elegida por las
investigadoras, en el área metropolitana de San Juan, Puerto
Rico. Aunque las autoras declaran su intención de “estudiar
el amor desde la mirada de la psicología comunitaria”, ese
nexo no aparece en el trabajo, pues las condiciones aducidas
son de carácter general y pueden estar presentes en múltiples
fenómenos sociales. Más bien la inserción en el texto de esa
intención manifiesta, no presenta relación con lo hecho, ni
con el título, el cual extiende el alcance de los resultados a la
pareja puertorriqueña, en general. Los resultados en verdad
no necesitaban de esa mención, que por el contrario resulta
incongruente con el nivel del estudio, por lo demás de mucho
interés y muy bien fundamentado teóricamente, con excepción
de la digresión antes mencionada.
Aportes de Autores Argentinos a la Psicología Social: El
Psicoanálisis en Ambitos Psicosociales es un ameno relato de
M. Robertazzi, que fiel a su título, describe las contribuciones
hechas en la Argentina de los años 60-80, a la psicología

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El “Anuario del 2005”: La Psicología Comunitaria y la SIP

social, especialmente por el médico E. Pichon-Rivière y los


psicólogos A. Bauleo y J. Bleger. Se trata de un trabajo bien
escrito que sin duda hace un aporte a la historia de la psicología
en Argentina. Es muy necesario, sobre todo, si se toma en
cuenta la proliferación de escuelas de “psicología social” no
académicas, centradas en un solo autor, habida en ese país.
El último de estos trabajos es el de Saldaña, Moreno
Guevara y Licona, Autoconcepto y Variables Demográficas
en Adolescentes de Nivel Medio Básico. En este se describe
una encuesta que se realizó en Ciudad de México, en la cual
se arriba a la conclusión de que las variables demográficas
influyen “en la inadecuada formación del autoconcepto de
la persona adolescente mexicana”, entre ellas la Delegación
(zona o distrito de la ciudad) donde se vive.

En Resumen

Quienes lean este volumen encontrarán lectura útil no


sólo en el campo de la psicología social-comunitaria, sino
de otros campos, algunos tangencialmente relacionados con
ella. Ello se debe a mi aplicación como comentarista, de
los criterios de evaluación producidos por el Comité Editor
de este Anuario y a mi identificación con los desarrollos
teóricos, metodológicos y conceptuales de la psicología
social-comunitaria, que asumo y defiendo. Lo importante
es que nuevamente, esta publicación, como otras que la han
antecedido, refleja diversidad y riqueza, presenta aspectos
generadores de conocimiento y aspectos moduladores de
conocimiento establecido, al cual ayuda a fortalecer o cuyas
debilidades señala. Es también una muestra del alcance del
área comunitaria de la psicología, de su poder de convocatoria
y de su atractivo. También dice de su capacidad para incorporar
aspectos nuevos, de reflexionar sobre sí misma, de criticarse
y de avanzar a partir de esa reflexión y de esa crítica.

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Maritza Montero

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