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CLINICA PSICOPEDAGOGICA: MODELOS Y PARADIGMAS A LO LARGO DE SU HISTORIA – ANA

KAZMIERCZAK.

La psicopedagogía ingresa oficialmente como carrera en 1956 en la Universidad del Salvador respondiendo
a una necesidad impostergable de la escuela y los SE del país. Desde el comienzo es concebida como un
saber vinculado al ámbito educativo, más aun, al campo de la educación sistemática. Los aspirantes debían
poseer título docente.
Desde un comienzo la psicopedagogía en la que convergen dos grandes disciplinas, la pedagogía y la
Psicologia se ocupa del ser humano en situación de aprendizaje. Fue entonces, en el aula y entre los
docentes donde se gestó esta nueva disciplina y fueron los consultorios de neurología donde primeramente
se buscaron las respuestas al problema de aprendizaje.
La psicopedagogía continúo siendo enriquecida por los aportes de diversas escuelas, corrientes y teorías,
especialmente de la Psicologia, las ciencias de la educación, la medicina y la sociología. Como producto
de esta construcción hoy la psicopedagogía es según Müller un “campo vastísimo, aun no delimitado en
todas sus posibilidades, que estudia y trabaja los aprendizajes sistemáticos y asistemáticos. Abarca la
educación académica en todos sus niveles y la educación familiar, vocacional, ocupacional y laboral, se
ocupa de la salud mental, en cuanto aprender implica afrontar conflictos, construir conocimientos y muchas
veces padecer perturbaciones. Incluye el estudio de las estructuras educativas, sanitarias, y laborales en
cuanto promueven, traban o dañan los aprendizajes”.
Se hace necesario delimitar el campo de la clínica pedagógica.
Tradicionalmente se vincula lo clínico a la enfermedad. Sin embargo, si partimos de que el objeto de estudio
de la psicopedagogía es el ser humano, único, particular, irrepetible e integral, la clínica no se ocupa de la
patología o del problema de aprendizaje sino de una persona concreta, real, que siente y piensa y que
encuentra obstáculos en su proceso de aprender. Una persona integral, sustentada en lo biológico, provista
de psiquismo, y formando parte de una sociedad, pero también dotada de espíritu y abierta a lo
trascendente. Con esta mirada, la clínica debe abordar, mas allá de una patología, a un sujeto-persona,
importando como ese sujeto padece, y no solo lo que padece. Será su objetivo abordar el síntoma, tratar
de hallar sus causas, y desarticularlo, favoreciendo el armado de un nuevo proceso cognitivo, más
saludable y beneficioso, pero centrándose en la persona que presenta el síntoma.
La clínica se preguntará por que no aprende, pero también si puede, orgánicamente hacerlo, si quiere y si
cuenta para ello con la motivación interior y si tiene posibilidades familiares y sociales para aprender. Las
particularidades subjetivas, familiares, sociales y culturales deben ser el eje.
A lo largo de su historia, la psicopedagogía fue cambiando, también la clínica fue modificando sus modos
de abordaje, sus recursos y métodos, porque cambio el mundo, así como la concepción del hombre y la
mirada sobre el alumno, de docente, también cambio el sistema educativo, y los factores externos
influyentes en el aprendizaje se fueron modelando con los avatares de la sociedad, la economía y la cultura
de cada década. Hubo cambio de paradigmas (concepciones más amplias y abarcativas de la realidad) y
modelos, que parten de ellos, entendiendo modelos como estrategias que nos sirven de guía en el
desarrollo de los procesos de intervención clínica. Un paradigma dominante se refiere a los valores o
sistemas de pensamiento en una sociedad estable, en un momento determinado. Entre 1960 y 1980 puede
identificarse la presencia significativa de 5 paradigmas psicológicos en el campo de la educación.
1-Paradigma conductista: análisis conductual centrado en la educación. Estudio de la conducta
observable, fundamentado en el empirismo y positivismo considera al sujeto cognoscente como un ente
pasivo, una tabula rasa, donde se imprimen las aportaciones del exterior. El medio ambiente es el que
determina la forma en que se comportan los organismos, por ello la modificación de las condiciones
externas puede arreglarse para que el sujeto modifique sus conductas en un sentido determinado. Se
orienta hacia la memorización y comprensión. En la clínica psicopedagógica, se traduce en un abordaje
que privilegia la evaluación diagnostica con medios técnicos, pone énfasis en lo cuantificable y propone
tratamientos a partir de programas conductuales y modificación de pautas. Es especialmente utilizado en
escuelas especiales, o problemáticas como el déficit de atención, el TGD.
2-Paradigma humanista: gira en torno al estudio y la promoción de los procesos integrales de la persona.
Concibe al ser humano como un ser en libertad, capaz de elegir su propio destino y responsable de sus
propias elecciones, considerándolo como una totalidad, y así se lo debe estudiar y no haciendo
fragmentaciones. Las aplicaciones de este paradigma a la educación nacieron con el objetivo de
humanizarla, considerando que la educación debería centrarse en ayudar a los alumnos para que decidan
lo que son y lo que quieren llegar a ser, apunando al logro de la autorrealización de las personas. Educación
centrada en el alumno, que ayude a desarrollar su individualidad, que se reconozcan como seres únicos,
que desarrollen sus potencialidades, creativos, auto reflexivos, con confianza y autocritica. Es coincidente
con el concepto de clínica antes expuesto.
3-El paradigma cognitivo: o de procesamiento de la información, fue desplazando al conductista. Su
propósito fue recuperar la mente. Incorporo un planteamiento teórico basado en la metáfora del ordenador.
Describen y explican la naturaleza de las representaciones mentales y el papel que desempeñan en la
producción y el desarrollo de las acciones y conductas humanas. El sujeto, es un sujeto activo cuyas
acciones dependen en gran parte de las representaciones o procesos internos que ha elaborado como
producto de las relaciones previas con su entorno físico y social. La educación debería orientarse al logro
de aprendizajes significativos con sentido y al desarrollo de habilidades estratégicas generales y
específicas de aprendizaje. El alumno es un procesador de información que posee competencia cognitiva
para aprender y solucionar problemas.
4-El paradigma psicogenético constructivista: los orígenes de este paradigma datan de 1930 y se
encuentran en los primeros trabajos realizados por Piaget sobre la lógica y el pensamiento verbal de los
niños. Piaget se interesó en el tema de la adquisición del conocimiento en su sentido epistemológico, como
un proceso. Este paradigma concibe un sujeto epistémico, es decir un sujeto abstracto a través del cual a
Piaget le interesa describir lo más general y universal de los sujetos humanos concretos. Acción y
esquemas, estructuras y organización, asimilación y acomodación, adaptación y equilibracion son
conceptos claves en este paradigma. Las propuestas sostienen la necesidad de desarrollar un contexto
didáctico que pueda ser estimulante y favorecedor para los alumnos, constituido por situaciones y
experiencias relevantes. Enseñar es plantear problemas a partir de los cuales sea posible reelaborar los
contenidos escolares, y proveer toda la información necesaria para que los niños puedan reconstruirlos,
promover la discusión sobre los problemas planteados, coordinar distintos puntos de vista, orientar hacia
la resolución cooperativa de las situaciones problemáticas, promover que los niños se planteen nuevos
problemas fuera de la escuela, que puedan criticar, verificar, aceptar los errores como algo constructivo. El
alumno es un constructor activo de su propio conocimiento.
4- El paradigma socio cultural: desarrollado por Vigotsky a partir de 1920. Su postura era dialectico-
contextual, según la cual el conocimiento tiene su origen en la interacción dialéctica entre el sujeto
cognoscente y el objeto, en un contexto histórico del que forma parte el sujeto, y que lo determina.
Destaca que el proceso de desarrollo psicológico individual, o es independiente o autónomo de los
procesos socioculturales en general ni de los procesos educacionales en particular y que no es posible
estudiar ningún proceso de desarrollo psicológico al margen del contexto histórico-cultural en el que esta
inmerso. La educación formal debería estar dirigida en su diseño a promover el desarrollo de las funciones
psicológicas superiores. El alumno es entendido como un ser social, producto y protagonista de múltiples
interacciones sociales en que se involucra a lo largo de su vida escolar y extraescolar. El maestro es
entendido como un agente cultural que enseña en un contexto de prácticas y medios socioculturales
determinados y un mediador esencial entre el saber socio cultural y los procesos de apropiación de los
alumnos.

Otro modelo paradigmático de influencia aún vigente en el campo de la psicopedagogía es el


psicoanálisis, que se basa en la problemática del inconsciente y de cómo los instintos bilógicos influyen
en el desarrollo del psiquismo. Su fundamento antropológico se centra en un ser bio-psiquico que responde
al principio de placer y está determinado por su pasado. Es significativo el descubrimiento del icc, la
utilización de mecanismos de defensa, y el desarrollo psicosexual infantil. La clínica psicopedagógica
incorporo la lectura proyectiva de algunas técnicas diagnósticas y una mirada diferente y complementaria
de los procesos afectivos. El trastorno de aprendizaje es entendido como un conflicto de orden
inconsciente.
Otro enfoque, sistémico, intenta una aproximación más global, y en su visión los aspectos intra psíquicos
individuales dejan de ser el objeto de estudio, y pasan a serlo los sistemas relacionales en que está inmerso
el individuo. Se investiga el síntoma no como una manifestación exterior de una patología interna del sujeto,
sino que se resalta su significado de comunicación en el marco del sistema relacional. En cuanto a la clínica
psicopedagógica este enfoque pone de relieve la importancia que tiene para la comprensión de la
problemática del alumno y del paciente el conocimiento de los sistemas y subsistemas con los que está en
contacto, por eso incluye en los procesos de intervención el estudio de la familia, la escuela, y otros grupos
de influencia del paciente.
Asistimos también a un retorno a los orígenes con las neurociencias, que dan un nuevo impulso a la
lectura neuropsicológica del problema de aprendizaje. También podemos mencionar la corriente
humanista integrativa, basada en un enfoque post racionalista que considera al ser humano como un ser
pensante, reflexivo y racional pero también un ser corpóreo, emocional y sensitivo.
La variedad de todos estos aportes, se aprovechó en la psicopedagogía en todo momento, aunque
integrándolos a la tarea clínica de modos diversos, muchas veces adhiriéndose a un solo paradigma o
modelo lo que implico caer en reduccionismos, visiones recortadas del paciente, y sus dificultades, y
también se realizaron ensambles co aportes de diferentes escuelas que compartían la misma base teórica,
pero partían de diferentes concepciones de hombre lo que daba lugar a teorías confusas.
Hoy se plantea la necesidad de: redefinir el rol psicopedagógico, sostener una sólida formación y postura
antropológica, ser psico – pedagogos (atender ambos espacios), integrar los diferentes aportes pero
evitando confusiones que desvirtúan la profesión, no encerrar a la clínica en el consultorio, y el problema
de aprendizaje, incorporar el concepto de salud y prevención primaria y no solo buscar la patología y
atender el síntoma presente, ser creativos y abiertos a diferentes necesidades que surgen en el ámbito de
la salud y educativo, y que requieren respuestas que exceden a la clínica psicopedagógica tradicional.

En el método clínico, pasa a primer plano que se trata con sujetos particulares atendidos
por otro sujeto, en relación inter - subjetiva. Se entra en contacto con ellos, mediante el
lenguaje, en el marco de las entrevistas, para escuchar su relato de qué les pasa, qué
esperan hacer para atenderse, qué imaginan respecto del curso de sus problemas y de la
intervención clínica.

Esto implica disponer de un marco referencial teórico y de un entrenamiento en


entrevistas clínicas, pero a la vez, de una gran plasticidad para aceptar que quien
configura las entrevistas es el sujeto en su particularidad.

FUENTES TEÓRICAS QUE EN LA PRÁCTICA CLÍNICA DE LA AUTORA LE HAN


RESULTADO SIGNIFICATIVAS:

FUENTE TEÓRICA

AUTOR/ES

OBJETOS CIENTÍFICOS

PSICOANÁLISIS

Freud, Lacan, Mannoni, Dolto, Winnicott

El mundo del inconsciente, de las representaciones profundas, operantes a través de la


dinámica psíquica, y que se expresan por síntomas y símbolos.

PSICOLOGÍA SOCIAL

Pichón Riviere

La constitución de los sujetos, que responde a las relaciones familiares, grupales e


institucionales, en condiciones socioculturales y económicas específicas y que cualifican
todo aprendizaje.

EPISTEMOLOGÍA GENÉTICA
Piaget y su escuela

El conocimiento, y su construcción evolutiva, que depende de las estructuras mentales


subjetivas y de la interacción con otros y con los objetos.

LINGÜÍSTICA

De Saussure, Jakobson, Greimas, Barthes

El lenguaje como uno de los medios que caracterizan lo típicamente humano y cultural, la
lengua como código disponible a todos los miembros de una sociedad y el habla como
modo subjetivo, evolutivo e historizado de acceder a la estructura simbólica.

Estas contribuciones aportan a que se pueda reflexionar de manera científica y operar en


el campo psicopedagógico

"Uno aprende así, poquito a poquito al comienzo, luego más y más. Lo que se aprende no
es nunca lo que uno creía. El conocimiento no es nunca lo que uno se espera. Cada paso
del aprendizaje es un atolladero... pero debemos dar, a pesar del miedo, el siguiente
paso, y el siguiente, y el siguiente.
No debemos detenernos: ¡ésa es la regla!"
Las enseñanzas de Don Juan, de Carlos Castaneda

En el campo de la clínica y de la investigación científica es imprescindible una actitud al


mismo tiempo humilde y audaz: reconocer los aportes ya existentes, la tarea “hecha por
otros”, lo que se aprende de los demás, y por otra parte, pensar y actuar en forma
creativa, revisando, poniendo a prueba, verificando las hipótesis y contenidos de la teorías
sin establecerlas a la categoría de explicaciones finales, metafísicas o dogmáticas.

Las bases filosóficas están presentes en todo psicopedagogo e impregnan su tarea, pero
constituyen realidades de otro orden y no debemos confundir la ciencia o la técnica con
“la solución” de los problemas humanos, en este caso, del aprendizaje.

La preparación de los psicopedagogos tendrá como objetivo:


Saber que están incluidos, comprometidos en el terreno mismo de sus indagaciones, y
que al operar producen un impacto determinado

Poder descifrar y reconocer las estructuras y procesos actuantes en el aprendizaje, en su


promoción y en sus alteraciones

Aprender a incluirse instrumental y operativamente, es decir, en forma intencional, en su


campo de acción, para colaborar en el esclarecimiento y en los procesos de cambio, sean
preventivos o terapéuticos

Aprender a mantener disponible en todo momento, en la tarea, una actitud investigadora:


apertura para percibir los fenómenos.

Poder ir más allá de ellos, para reconocer su estructura y dinámica, sólo discernible si se
realiza una “puesta entre paréntesis” de “lo obvio”, “lo dado” y aparente, para internarse
en un búsqueda del sentido de los datos. Sentido que es siempre de alguna manera
“construido” según indiferencias teóricas, y que nunca recubre en forma total la
complejidad de los fenómenos, por o cual deja puntos oscuros, vacios e interrogantes que
a su vez impulsan nuevas búsquedas.

De todo esto surge que para llevar a cabo esta actividad no se puede prescindir de
estudios y trabajos interdisciplinarios, ya que para atender a un objeto - sujeto tan
complejo y de tan múltiples facetas, como es el ser humano que aprende, hay que recurrir
a muy diversas disciplinas, aceptando que cada una de ellas contribuirá con una gama
importante de conocimientos, que por lo demás nunca agotarán su objeto.

Esta exigencia de colaboración encuentra dificultades en la práctica, no solo desde el


campo propiamente científico, los métodos y teorías explicativas diferentes, sino muchas
veces por factores personales.

Entre ellos, el desconocimiento y la descalificación recíprocos; los malentendidos


provenientes de interpretar significados propios de una ciencia con criterios de otra; la
rivalidades expresadas o implícitas por las zonas de competencia de cada ciencia; la
prescripción del campo de una disciplina por miembros de otra, debido al intento de
mantenerla subordinada, etc.
Así se producen verdaderos “islotes” de conocimiento, con escasas posibilidades de
intercomunicación, y con frecuente disociación de cada línea o escuela respecto de las
otras.

Es en la medida que trabajemos en equipo, como podemos atenuar las desconfianzas


mutuas y favorecer el conocimiento de los aportes de otras ciencias.

La psicopedagogía clínica tampoco debe restringirse a la consulta privada que se hace


difícil o inaccesible a muchos sectores; es importante incluir este servicio a nivel
institucional.

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