Sie sind auf Seite 1von 11

FORMACIÓN DOCENTE / FILOSOFIA Y EDUCACION 1

PROF. DR. JORGE EDUARDO NORO

INSTITUCIONES, SUJETOS Y EDUCACION: METAFORAS


PROF. DR. JORGE EDUARDO NORO
norojorge@gmail.com

01. ESTACIONAMIENTO O TALLER1

A medida que la educación fue perdiendo relevancia, las instituciones educativas fueron perdiendo
significado y fueron negociando su supervivencia. Como sucede en las viejas ciudades en que todo
se destruye y se recicla, lo que alguna vez fue “templo del saber”, “taller de hombres”, “fabrica de
ciudadanos educados”, se fue convirtiendo en un espacio vacío a la espera de una nueva
construcción. Por eso muchas instituciones educativas se han convertido en playas de
estacionamiento en las que los padres depositan sus hijos en horas determinadas con el único
compromiso de pasar a retirarlos al concluir el turno. Como en las playas, los responsables entregan
las llaves de sus vehículos o el control de sus hijos, aunque quienes trabajan allí sólo estén para
cambiarlos de sitios y asegurarse mayor cantidad de lugar. A veces ofrecen servicios adicionales,
pero siempre son superficiales: la limpieza, el lavado, el cuidado. Lo que interesa no es que el auto
cambie, sino que esté disponible y sin riesgos – bajo control y encerrado – para regresarlo al dueño
que lo pasa a retirar. Es por eso, tal vez que los padres prefieren no pedirle mayores cosas a la
escuela con tal de que sus hijos estén seguros, vigilados y controlados, algunas horas por días y cinco
días de la semana. Los autos, como los alumnos, pueden pasar años en la playa de estacionamiento:
nada cambiará en ellos, sino que solamente acumularán años. La seguridad, como se ve, tiene sus
costos: hay que admitir que los playeros (¿los docentes?) no están para remediar, agregar o
prevenir: se les paga para estar, controlar la entrada y la salida, registrar, recibir y entregar la
unidad. Las playas de estacionamiento suelen ser contagiosas: siempre hay más, y en algunos casos
se amplían en cantidad y se extienden a todos los niveles. 2

Existe a su vez una curiosa relación con los autos y su antigüedad: a los nuevos, los dueños los
cuidan con particular empeño, no tanto porque son frágiles sino porque temen por su seguridad, por
su integridad y suponen que el ojo vigilante sobre lo que hacen quienes lo tienen provisoriamente a
su cargo puede representar cierta garantía. A medida que pasan los años y los modelos envejecen
los propietarios tienden a desentenderse de los mismos y, casi, no hacen más que reproducir
rituales automáticos desconociendo en el fondo lo que realizan en su ausencia. De la misma manera
que las mochilas y los instrumentos de estudios tienen una desaparición progresiva y sistemática con
1
Alumnos de carreras docentes que trabajaron el texto, propusieron otras metáforas: ser termómetros y
termostatos; ser fábrica de muebles o carpintería artesanal; ser guarda-ropa de lugares públicos o tintorería;
saber construir sobre arena o construir sobre piedra; ser arquitectos o albañiles; ser supermercados o fábricas;
ser mineros que sacan los metales preciosos – artesanos que los trabajan; ser fast-food o restaurante.
2
Lo que actualmente se denomina “nuevas infancias y juventudes” con caracteres sustancialmente diferentes
de los de generaciones anteriores. Estas “culturas juveniles” se sientan en los bancos y pueblan las aulas de las
escuelas y de las universidades con otros códigos y necesitados de nuestros procesos de alfabetización.
FORMACIÓN DOCENTE / FILOSOFIA Y EDUCACION 2
PROF. DR. JORGE EDUARDO NORO

el correr de los años, la protección y el cuidado se desvanece con el paso de los días... y los playeros
hacen (o dejan de hacer) sin mayores contemplaciones.

No todas las playas de estacionamientos son iguales. Coinciden en la función (todas guardan los
autos) pero difieren en el trato y en las comodidades. Algunos llaman playas de estacionamientos a
un espacio en la calle pública en donde los autos se acomodan guiados por algunos encargados en
guiar las maniobras. Hay poca diferencia entre dejarlos en la calle – sin cuidado – y dejarlos en estos
lugares que no son más que una porción de la vía publica sometida a cierta vigilancia. Otras playas
tienen muros protectores, pero funcionan a cielo abierto y la protección también es relativa:
simplemente se han encargado de cercar un espacio disponible sin ofrecer mayores protecciones. En
otras, el espacio es mínimo y sólo la habilidad de los playeros permite encontrar un lugar en medio
de una multitud de vehículos. Están las playas construidas arquitectónicamente para esa función que
suman varios pisos para poder albergar la mayor cantidad de vehículos. Y finalmente están las playas
de estacionamiento de lujo: cerradas, cubiertas, con cada uno de los boxes pre-definido y la
posibilidad de ver cada una de las unidades custodiadas y cuidadas hasta en los mínimos detalles.
Cada uno puede disfrutar de una playa al gusto de sus posibilidades económicas y la cercanía
geográfica. Aunque hay propietarios que optan por hacer cotidianamente un esfuerzo extraordinario
para lograr la mejor playa para sus autos.

Lo que necesitamos – en esos espacios vacíos – son talleres mecánicos para que se ocupe el tiempo
libre y disponible de los autos en hacerles servicios permanentes. Talleres de hombres3 que los
atiendan para lograr un mejor rendimiento, un presente y un futuro más confiables. En algunos
momentos los prepararán para situaciones especiales: un viaje prolongado, terrenos difíciles,
temperaturas riesgosas, una carrera de mucha exigencia, y cotidianamente, para las demandas de
circulación de una ciudad compleja. El mecánico dispone de saberes específicos y sabe qué necesita
el auto. El docente tiene saberes profesionales y entiende qué tiene que hacer con los alumnos, para
que el trabajo los mejore. Porque se trata de un taller integral, en el que todo se realiza, todo se
acondiciona. También aquí dejamos las llaves, confiamos en el profesional, pero la seguridad tiene
otro nombre, porque les exigimos mucho más, porque creemos que solamente eso le otorga sentido
a nuestro gesto de confianza.4

02. VIAJE Y AUTOPISTAS

Hay otra metáfora que es muy gráfica y que ya ha sido utilizada (aunque con otros criterios de
interpretación y aplicación) por algunos autores: el camino, las autopistas y las vías alternativas.
(CULLEN C., 1997: 145) De alguna manera las escuelas constituyen un vínculo necesario y obligado
con el mundo de la cultura, del saber, del conocimiento, en definitiva, con el mundo de la vida.
Quienes consiguen acceder a la escuela y logran permanecer dignamente en ella para egresar con
alguna acreditación pagan el peaje que les impone la sociedad del conocimiento. Quienes no
ingresan o no logran mantenerse o definitivamente nunca, egresan y tienen serias dificultades para
poder reconocer algún camino por el que puedan transitar. Como en las autopistas, los caminos
alternativos están deliberadamente en mal estado, es una aventura imposible transitar por ellos y
ponen en riesgo a los vehículos. Las autopistas y los peajes se convierten en una opción forzada, que
incluye y excluye, que otorga comunicación y destino, o niega todas las posibilidades.

3
La expresión originalmente pertenece a COMENIO en sus escritos de 1630.
4
Los medios nos entregaron dos noticias curiosas asociadas con la analogía: en Japón la adquisición de un chip
personal les permite a los padres, en algunas escuelas, monitorear directamente la presencia y la seguridad de
sus hijos en las escuelas. Y en España la innovación de un taller mecánico consistía en que colocar cámaras
estratégicamente distribuidas para que los clientes pudieran ingresar al sitio virtual y observar desde sus
domicilios las tareas que los especialistas le realizaban a sus vehículos.
FORMACIÓN DOCENTE / FILOSOFIA Y EDUCACION 3
PROF. DR. JORGE EDUARDO NORO

01. Sin embargo, no se trata solamente del peaje y de la presencia física de las autopistas. Porque el
pago obligatorio no garantiza el estado perfecto y adecuado de la autovía: en las casillas del peaje
poco o nada saben de lo que puede depararnos el camino en cuanto a los detalles de seguridad: sólo
algunos carteles ofrecen frías referencias acerca de sectores riesgosos y zonas en reparación.
Igualmente, nada nos garantiza que el vehículo que conducimos tenga la resistencia y la habilitación
técnica para trasladarnos a la meta: eso no depende de la autopista y no está incluido en el precio
del peaje. Cuanto más – si por algún motivo nos detenemos o tenemos algún accidente menor –
vendrán solícitos a auxiliarnos para sacarnos de la coyuntura (y, sobre todo, para liberar la autopista
de eventuales obstáculos) pero nunca se harán cargo de las deficiencias del vehículo: somos
nosotros los que respondemos por él. De poco o nada nos servirá tener a nuestra disposición la
autopista y pagar los peajes, si finalmente no disponemos de un vehículo seguro para conducir y
alcanzar nuestro destino.

02. Aunque las analogías siempre son limitadas, de alguna manera nuestras escuelas son las diversas
autopistas que el sistema educativo ha construido para que los alumnos puedan arribar al mundo
del saber, de la cultura y del conocimiento. (1º) No todos pueden acceder a ellas, porque no pueden
o no quieren. En primer lugar, por siempre hay que pagar algún tipo de peaje, y también, porque el
valor de las autopistas no es un conocimiento natural, sino cultural, sino que exige su
descubrimiento y la posibilidad de utilizarlas. Pero, a su vez, (2º) frecuentemente se puede observar
a muchos que han intentado circular por las autovías, pero las dificultades del camino, la velocidad
impuesta, las normas de transito, el tipo de vehículo los obligan a abandonarlas. (3º) Para muchos de
ellos, la única opción es utilizar el deteriorado camino alternativo, arriesgando más el estado del
vehículo con escasa posibilidad de llegar a destino alguno: en los caminos alternativos no hay auxilio,
nadie se hace cargo de los accidentes y no hay propietario o responsable a quien efectuar reclamos.
Y finalmente (4º) están también los que logran pagar el peaje, sobrevivir al viaje y llegar a destino,
pero la circulación por la escuela no les representa ningún tipo de beneficio o cambio: ingresan y
egresan de ellas sin ninguna transformación.

03. De nosotros y de nuestras funciones específicas, desde responsabilidades diversas y


complementarias, depende determinar qué escuela tenemos y qué tipo de escuela queremos
construir, qué tipo de autopista queremos cimentar, qué tipo de peaje vamos a imponer o subsidiar,
qué servicios pretendemos brindar y cuánto nos interesa que cada uno de los usuarios-alumnos
llegue sano y salvo a destino… y, sobre todo, enriquecido realmente por el tránsito por las escuelas.
Porque hay varios tipos de inclusiones y exclusiones.

(1º) La más común – y no por eso menos ardua – es la exclusión de tipo social y económica. Muchos
de ellos no podrían ingresar a nuestras instituciones, y si lograran hacerlo tendrían serias dificultades
para mantenerse vivos en ella: con un vehículo deteriorado, con patente antigua y con un modelo
casi inexistente, con una carrocería baqueteada y un motor en evidente decadencia exhiben sus
imposibilidades. ¿Qué pueden hacer frente a los confortables, brillosos, arrogantes, briosos y
velocísimos 0 kilómetros? Convencerse progresivamente de sus impedimentos o de las limitaciones
de sus logros.

(2º) Los que forman parte de las escuelas y circulan por la autopista, pero no logran un
aprovechamiento real de la escuela, los que pasan formalmente por ella, los que zafan y aprueban
pero que no alcanzan aprendizajes, los que reglamentariamente cumplen con todas las pautas, pero
FORMACIÓN DOCENTE / FILOSOFIA Y EDUCACION 4
PROF. DR. JORGE EDUARDO NORO

no logran transformaciones verdaderas. Para muchos de ellos, concluir la escuela es un pasaporte al


vacío: carente de hábitos y actitudes, desprovistos de contenidos procedimentales, se exponen a un
naufragio próximo en los ciclos posteriores, en los mares de la universidad o de la búsqueda de
trabajo.

(3º) Existe un tercer grupo de excluidos: son aquellos a quienes los aprendizajes acreditados no les
permiten interrogar y modificar su propia vida y han quedado al margen los verdaderos saberes que
la realidad demanda para poder encontrar el propio lugar en el mundo o construir el proyecto de
vida. Buenos estudiantes pueden comprometerse solamente con algunos conocimientos, sin
apropiarse de las estructuras y los referentes que les permitan construir en un marco de autonomía
una personalidad integral.

03. NAVEGAR

Nuestra escuela puede ser una humilde canoa que sólo puede garantizarnos un corto viaje. O una
cómoda embarcación que nos conecta con el mundo entero. O una lancha de fin de semana que
sólo sirve para entretenernos. O un transatlántico donde todos viajan con ropa de marca, muy bien
atendidos y seguros, rumbo al puerto elegido. O un abnegado barco pesquero que tira sus redes
generosas a las aguas para salvar vidas y levantar todos los que encuentra a su paso.

Uno elige en qué barco trabajar y qué hacer en él: la comodidad o el compromiso, la seguridad o los
días tormentosos, el pasaje asegurado o las noches sin regreso, los pasajeros cuidadosamente
elegidos o los intrusos que se han subido a la barca. Puede disfrutar tranquilamente del sol y de los
camarotes de primera o enfrentar con hidalguía todas las tempestades y exponerse a los naufragios.

Uno elige seguir navegando o detenerse en la orilla. No es fácil, pero es necesario y urgente. Porque
la escuela sigue de pie. Será difícil, pero la peor batalla es la que nunca se libra. Y nosotros estamos
al pie del cañón. Por eso somos docente de una escuela que en muchos casos sigue siendo la última
frontera.

COMENTARIOS
• “Esta escuela puede parecer un transatlántico por fuera, por el aspecto edilicio y el prestigio que
tiene en el barrio, pero por dentro cada grado es un bote que tienen que remar”

• “Los padres se piensan que con solo traerlos a esta escuela los alumnos van a aprender. Ayer le
pregunté a una nueva alumna por que se había cambiado de escuela y contestó: en la otra no
enseñaban y en lo que va del trabajo en clase hizo muy poco, es decir, el padre cambió de lo que a él
le parecía una canoa a un crucero y piensa que ésa es la solución”

• “Puede ocurrir que en un determinado año escolar se tenga que remar mucho y parezca que
estemos en una canoa y al año siguiente disfrutar de una embarcación segura y confortable: las
condiciones van variando”.

04. EL PUENTE
FORMACIÓN DOCENTE / FILOSOFIA Y EDUCACION 5
PROF. DR. JORGE EDUARDO NORO

“El educador, para serlo, ha de ser un buen comunicador, es decir, ha de ser un mediador. La metáfora
del puente ejemplifica a la perfección esta exigencia. El puente resulta imprescindible cuando es preciso
conectar realidades previamente incomunicadas, inaccesibles la una para la otra, cuando hay que salvar
obstáculos aparentemente insalvables para ponerlas en contacto. Para ser un buen educador habría que
ser un puente que permita que los contenidos circulen (conocimientos, procedimientos, actitudes o
valores) de una orilla a la otra. El buen educador, como un buen puente, ha de tener tres componentes:
dos pilares y un arco.

(1) Uno de los pilares ha de estar fuertemente fundado en una orilla, en la orilla de los contenidos que
se pretenden transmitir. Si no se posee el suficiente dominio de los contenidos conceptuales,
procedimentales o actitudinales, y si no está suficientemente apasionado por ello, es imposible que se
puedan transmitir de manera eficaz.

(2) El otro pilar ha de estar fuertemente aferrado a la otra orilla, en los receptores, en las personas a las
que han de transmitirse los contenidos. Es el pilar de la sintonía. Sin un profundo conocimiento de estas
personas, de sus capacidades y limitaciones, de su nivel de desarrollo mental, de su sensibilidad, de sus
preocupaciones, intereses y deseos, no se pondrá conectar con ellas. Sin la capacidad de establecer una
relación empática con ellas, el puente no podrá cumplir su función.

(3) El tercer componente del puente es el arco, que ha de unir de manera flexible los dos pilares.
Siguiendo con la aplicación de la analogía, el arco del puente equivale a la capacidad de comunicar
adecuadamente los conocimientos o procedimientos, de transmitir eficazmente las actitudes y valores,
de hacerlos llegar de manera fluida, comprensiva y suficientemente estimulante a los contenidos. Es el
componente de la comunicación, de la pedagogía, de la capacidad didáctica. El educador – como
comunicador – sólo es eficaz si se sustenta en los dos pilares y si son capaces de unirlos, de conectarlos.
Sin pilares no hay puente, pero tampoco los dos pilares son suficientes para facilitar el trasvase, la
comunicación.” FERRES JOAN, (2000) Educar en la cultura del espectáculo. Paidos.151-2

LOS DESAFIOS DE LA PROFESIONALIZACIÓN DOCENTES, MAESTROS DE SABIDURÍA

▪ Hay un complemento necesario entre la fuerza ▪ Es necesario ser un buen transmisor de los
vocacional del educador y el rigor profesional del conocimientos, aunque es mejor convertirse en
docente. Se trata de sumar los dos ingredientes un generador de aprendizajes autónomos. No se
necesarios: cuerpo y alma, entrega y seriedad laboral, trata de multiplicar imitadores, sino de
llama interior y solidez pedagógica. despertar pensamientos y existencias dotadas
de autonomía.

▪ La profesionalización del docente de cada uno de los ▪ Pero en suma el docente que deviene
niveles es el desafío de estos tiempos nuevos. Si el educador es alguien que despierta a través del
discurso pedagógico del pasado acentuó el apostolado y conocimiento de las letras, las ciencias, el arte,
la vocación; si luego se desarrolló el perfil del trabajador el amor al saber, a la sabiduría. La sabiduría está
de la educación; hoy se insiste en el rigor profesional asociada a la actitud ante la vida, las decisiones
(intelectuales críticos) y las determinaciones ante la existencia.

▪ La profesión se construye con una sólida formación ▪ Se trata de ser un maestro, que transmite lo
inicial y con múltiples estrategias de formación que estudió, pero sobre todo lo que sabe (lo que
permanente: un itinerario de crecimiento que no es suyo) y que refuerza lo que dice con su
FORMACIÓN DOCENTE / FILOSOFIA Y EDUCACION 6
PROF. DR. JORGE EDUARDO NORO

termina nunca. Se alimenta de las ofertas del sistema, ejemplo. Se trata de un saber que no brota sólo
de los servicios de la institución, pero también o sobre de un título o de un cargo, sino desde el interior;
todo de la propia iniciativa personal: lectura, innovación, no es un saber ilustrado, sino un saber
crítica, investigación, reflexión, diálogo vitalmente com-probado.

▪ El profesional de la educación es un especialista de ▪ No sólo hay que trabajar en la escuela, sino


su quehacer en la función que desempeña: docente, que es necesario “hacer escuela”, dejar marcas,
directivo, auxiliar. No se improvisa, se construye y se huellas... Mas allá de los andamiajes que
perfecciona. Es un profesional que prestigia su sostienen los aprendizajes deben quedar los
profesión: su tiempo, su actividad, su saber. signos de una presencia significativa. 5

▪ Ingredientes necesarios de la profesionalización: (1) ▪ Es necesario recuperar el prestigio y el


rigor intelectual + (2) actualizado dominio disciplinar + reconocimiento social del quehacer, de la
(3) manejo de las metodologías + (4) conocimiento profesión y de la persona del educador. Estos
psicológico de los sujetos + (5) habilidad en el manejo de son los tiempos en los que hay que jugarse por
los grupos + (6) competencias comunicativas básicas + un perfil innovador de la escuela y de los
(7) capacidad para enseñar y promover los aprendizajes educadores: en los momentos de crisis es
de todos (comunidades de aprendizaje) cuando las redes de significación social de
reconfiguran.

Sin desconocer ingenuamente las contingencias y los condicionamientos personales, familiares y laborales,
se trata de lograr una verdadera calidad de vida, humana y profesional, que le permita al docente disfrutar
de lo que hace, y encontrar razones y fuerza en las propias convicciones para dar lo mejor de sí en las tareas
que realiza. El desempeño laboral es demasiado prolongado para que uno inmole su vida por una causa
inútil, teniendo en sus manos la posibilidad de transformar en compromiso las obligaciones, y en ideales las
rutinas cotidianas.

05. BERTOLT BRECHT + SI LOS TIBURONES FUERAN HOMBRES

— Si los tiburones fueran hombres -preguntó al señor K. la hija pequeña de su patrona- ¿se portarían
mejor con los pececitos?

— Claro que sí -respondió el señor K.-. Si los tiburones fueran hombres, harían construir en el mar
cajas enormes para los pececitos, con toda clase de alimentos en su interior, tanto plantas como
materias animales. Se preocuparían de que las cajas tuvieran siempre agua fresca y adoptarían todo

5
Entre las películas recomendadas para observar los temas de las MARCAS o HUELLAS en la subjetividad de los
estudiantes pueden citarse. Mientras las MARCAS refieren rastros dolorosos que los educadores han dejado
física, psíquica o simbólicamente en los sujetos, las segunda son presencias significativas que permiten
moldear la propia personalidad: LOS CORISTAS (cuyo inicio y final pone en cuestión la presencia del educador
en el recuerdo de uno de los protagonistas), QUERIDO MAESTROS (ADIOS MISTER HOLLAND), LA SOCIEDAD DE
LOS POETAS MUERTOS Y DESCUBRIENDO A FORESTER. En cada uno de ellos, los educadores dejan en los
educandos huellas o marcas imborrables.
FORMACIÓN DOCENTE / FILOSOFIA Y EDUCACION 7
PROF. DR. JORGE EDUARDO NORO

tipo de medidas sanitarias. Si, por ejemplo, un pececito se lastimase una aleta, en seguida se la
vendarían de modo que el pececito no se les muriera prematuramente a los tiburones. Para que los
pececitos no se pusieran tristes habría, de cuando en cuando, grandes fiestas acuáticas, pues los
pececitos alegres tienen mejor sabor que los tristes. También habría escuelas en el interior de las
cajas. En esas escuelas se enseñaría a los pececitos a entrar en las fauces de los tiburones. Estos
necesitarían tener nociones de geografías para mejor localizar a los grandes tiburones, que andan
por ahí holgazaneando.

Lo principal sería, naturalmente, la formación moral de los pececitos. Se les enseñaría que no hay
nada más grande ni más hermoso para un pececito que sacrificarse con alegría; también se les
enseñaría a tener fe en los tiburones, y a creerles cuando les dijesen que ellos ya se ocupan de
forjarles un hermoso porvenir. Se les daría a entender que ese porvenir que se les auguraba sólo
estaría asegurado si aprendían a obedecer. Los pececillos deberían guardarse bien de las bajas
pasiones, así como de cualquier inclinación materialista, egoísta o marxista. Si algún pececillo
mostrase semejantes tendencias, sus compañeros deberían comunicarlo inmediatamente a los
tiburones.

Si los tiburones fueran hombres, se harían naturalmente la guerra entre sí para conquistar cajas y
pececillos ajenos. Además, cada tiburón obligaría a sus propios pececillos a combatir en esas
guerras. Cada tiburón enseñaría a sus pececillos que entre ellos y los pececillos de otros tiburones
existe una enorme diferencia. Si bien todos los pececillos son mudos, proclamarían, lo cierto es que
callan en idiomas muy distintos y por eso jamás logran entenderse. A cada pececillo que matase en
una guerra a un par de pececillos enemigos, de esos que callan en otro idioma, se les concedería una
medalla de bares y se le otorgaría además el título de héroe.

Si los tiburones fueran hombres, tendrían también su arte. Habría hermosos cuadros en los que se
representarían los dientes de los tiburones en colores maravillosos, y sus fauces como puros jardines
de recreo en los que da gusto retozar. Los teatros del fondo del mar mostrarían a heroicos pececillos
entrando entusiasmados en las fauces de los tiburones, y la música sería tan bella que, a sus sones,
arrullados por los pensamientos más deliciosos, como en un ensueño, los pececillos se precipitarían
en tropel, precedidos por la banda, dentro de esas fauces.

Habría asimismo una religión, si los tiburones fueran hombres. Esa religión enseñaría que la
verdadera vida comienza para los pececillos en el estómago de los tiburones.

Además, si los tiburones fueran hombres, los pececillos dejarían de ser todos iguales como lo son
ahora. Algunos ocuparían ciertos cargos, lo que los colocaría por encima de los demás. A aquellos
pececillos que fueran un poco más grandes se les permitiría incluso tragarse a los más pequeños. Los
tiburones verían esta práctica con agrado, pues les proporcionaría mayores bocados. Los pececillos
más gordos, que serían los que ocupasen ciertos puestos, se encargarían de mantener el orden entre
los demás pececillos, y se harían maestros u oficiales, ingenieros especializados en la construcción
de cajas, etc. En una palabra: habría por fin en el mar una cultura si los tiburones fueran hombres.

BRECHT BERTOLD (1949), HISTÓRIAS DE ALMANAQUE, BERLÍN. 1975. BARCELONA. ALIANZA

LOUIS ALTHUSSER
IDEOLOGÍA Y APARATOS IDEOLÓGICOS DE ESTADO
1969 - 1970
FORMACIÓN DOCENTE / FILOSOFIA Y EDUCACION 8
PROF. DR. JORGE EDUARDO NORO

¿Por qué el aparato escolar es realmente el aparato ideológico de Estado dominante en las
formaciones sociales capitalistas y cómo funciona? Por ahora nos limitaremos a decir que:
(1) Todos los aparatos ideológicos de Estado, sean cuales fueren, concurren al mismo resultado: la
reproducción de las relaciones de producción, es decir, las relaciones capitalistas de explotación.

(2) Cada uno de ellos concurre a ese resultado único de la manera que le es propia: el aparato
político sometiendo a los individuos a la ideología política de Estado, la ideología “democrática”,
“indirecta” (parlamentaria) o “directa” (plebiscitaria o fascista); el aparato de información
atiborrando a todos los “ciudadanos” mediante la prensa, la radio, la televisión, con dosis diarias de
nacionalismo, chauvinismo, liberalismo, moralismo, etcétera. Lo mismo sucede con el aparato
cultural (el rol de los deportes es de primer orden en el chauvinismo), etcétera; el aparato religioso
recordando en los sermones y en otras grandes ceremonias de nacimiento, casamiento o muerte
que el hombre sólo es polvo, salvo que sepa amar a sus hermanos hasta el punto de ofrecer su otra
mejilla a quien le abofeteó la primera. El aparato familiar..., no insistimos más.

(3) Este concierto está dominado por una partitura única, ocasionalmente perturbada por
contradicciones, las de restos de las antiguas clases dominantes, las de proletarios y sus
organizaciones: la partitura de la ideología de la clase actualmente dominante que integra en su
música los grandes temas del humanismo de los ilustres antepasados que, antes del cristianismo,
hicieron el milagro griego y después la grandeza de Roma, la ciudad eterna, y los temas del interés,
particular y general, etc., nacionalismo, moralismo y economismo.

(4) No obstante, un aparato ideológico de Estado cumple muy bien el rol dominante de ese
concierto, aunque no se presten oídos a su música: ¡tan silenciosa es! Se trata de la Escuela.

Toma a su cargo a los niños de todas las clases sociales desde el jardín de infantes, y desde el jardín
de infantes les inculca —con nuevos y viejos métodos, durante muchos años, precisamente aquellos
en los que el niño, atrapado entre el aparato de Estado-familia y el aparato de Estado-escuela, es
más vulnerable— “habilidades” recubiertas por la ideología dominante (el idioma, el cálculo, la
historia natural, las ciencias, la literatura) o, más directamente, la ideología dominante en estado
puro (moral, instrucción cívica, filosofía).

Hacia el sexto año, una gran masa de niños cae “en la producción”: son los obreros o los pequeños
campesinos. Otra parte de la juventud escolarizable continúa: bien que mal se encamina y termina
por cubrir puestos de pequeños y medianos cuadros, empleados, funcionarios pequeños y
medianos, pequeño-burgueses de todo tipo.

Una última parte llega a la meta, ya sea para caer en la semidesocupación intelectual, ya para
proporcionar, además de los “intelectuales del trabajador colectivo”, los agentes de la explotación
(capitalistas, empresarios), los agentes de la represión (militares, policías, políticos, administradores,
FORMACIÓN DOCENTE / FILOSOFIA Y EDUCACION 9
PROF. DR. JORGE EDUARDO NORO

etc.) y los profesionales de la ideología (sacerdotes de todo tipo, la mayoría de los cuales son “laicos”
convencidos).
Cada grupo está prácticamente provisto de la ideología que conviene al rol que debe cumplir en la
sociedad de clases: rol de explotado (con “conciencia profesional”, “moral”, “cívica”, “nacional” y
apolítica altamente “desarrollada”); rol de agente de la explotación (saber mandar y hablar a los
obreros: las “relaciones humanas”); de agentes de la represión (saber mandar y hacerse obedecer
“sin discutir” o saber manejar la demagogia de la retórica de los dirigentes políticos), o de
profesionales de la ideología que saben tratar a las conciencias con el respeto, es decir el desprecio,
el chantaje, la demagogia convenientes adaptados a los acentos de la Moral, la Virtud, la
“Trascendencia”, la Nación, el rol de Francia en el Mundo, etcétera.

Por supuesto, muchas de esas virtudes contrastadas (modestia, resignación, sumisión, por una parte,
y por otro cinismo, desprecio, altivez, seguridad, grandeza, incluso bien decir y habilidad) se enseñan
también en la familia, la iglesia, el ejército, en los buenos libros, en los filmes, y hasta en los estadios.
Pero ningún aparato ideológico de Estado dispone durante tantos años de la audiencia obligatoria (y,
por si fuera poco, gratuita...), 5 a 6 días sobre 7 a razón de 8 horas diarias, de formación social
capitalista.

Ahora bien, con el aprendizaje de algunas habilidades recubiertas en la inculcación masiva de la


ideología de la clase dominante, se reproduce gran parte de las relaciones de producción de una
formación social capitalista, es decir, las relaciones de explotados a explotadores y de explotadores a
explotados. Naturalmente, los mecanismos que producen este resultado vital para el régimen
capitalista están recubiertos y disimulados por una ideología de la escuela universalmente reinante,
pues ésta es una de las formas esenciales de la ideología burguesa dominante: una ideología que
representa a la escuela como un medio neutro, desprovisto de ideología (puesto que es... laico), en
el que maestros respetuosos de la “conciencia” y la “libertad” de los niños que les son confiados
(con toda confianza) por sus “padres” (que también son libres, es decir, propietarios de sus hijos), los
encaminan hacia la libertad, la moralidad y la responsabilidad de adultos mediante su propio
ejemplo, los conocimientos, la literatura y sus virtudes “liberadoras”.

Pido perdón por esto a los maestros que, en condiciones espantosas, intentan volver contra la
ideología, contra el sistema y contra las prácticas de que son prisioneros, las pocas armas que
puedan hallar en la historia y el saber que ellos “enseñan”. Son una especie de héroes. Pero no
abundan, y muchos (la mayoría) no tienen siquiera la más remota sospecha del “trabajo” que el
sistema (que los rebasa y aplasta) les obliga a realizar y, peor aún, ponen todo su empeño e ingenio
para cumplir con la última directiva (¡los famosos métodos nuevos!). Están tan lejos de imaginárselo
que contribuyen con su devoción a mantener y alimentar, esta representación ideológica de la
escuela, que la hace tan “natural” e indispensable, y hasta bienhechora, a los ojos de nuestros
contemporáneos como la iglesia era “natural”, indispensable y generosa para nuestros antepasados
hace algunos siglos.

En realidad, la iglesia es reemplazada hoy por la escuela en su rol de aparato ideológico del Estado
dominante. Está combinada con la familia, como antes lo estuvo la iglesia. Se puede afirmar
entonces que la crisis, de una profundidad sin precedentes, que en el mundo sacude el sistema
escolar en tantos Estados, a menudo paralela a la crisis que conmueve al sistema familiar (ya
anunciada en el Manifiesto), tiene un sentido político si se considera que la escuela (y la pareja
escuela-familia_ constituye el aparato ideológico de Estado dominante. aparato que desempeña un
rol determinante en la reproducción de las relaciones de producción de un modo de producción
amenazado en su existencia por la lucha de clases mundial.
…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………….
FORMACIÓN DOCENTE / FILOSOFIA Y EDUCACION 10
PROF. DR. JORGE EDUARDO NORO

¿qué se aprende en la escuela? es posible llegar hasta un punto más o menos avanzado de los
estudios, pero de todas maneras se aprende a leer, escribir y contar, o sea algunas técnicas, y
también otras cosas, incluso elementos (que pueden ser rudimentarios o por el contrario
profundizados) de “cultura científica” o “literaria” utilizables directamente en los distintos puestos
de la producción (una instrucción para los obreros, una para los técnicos, una tercera para los
ingenieros, otra para los cuadros superiores, etc.). se aprenden “habilidades” (savoir-faire).

pero al mismo tiempo, y junto con esas técnicas y conocimientos, en la escuela se aprenden las
“reglas” del buen uso, es decir de las conveniencias que debe observar todo agente de la división del
trabajo, según el puesto que está “destinado” a ocupar: reglas de moral y de conciencia cívica y
profesional, lo que significa en realidad reglas del respeto a la división social-técnica del trabajo y, en
definitiva, reglas del orden establecido por la dominación de clase. se aprende también a “hablar
bien el idioma”, a “redactar” bien, lo que de hecho significa (para los futuros capitalistas y sus
servidores) saber “dar órdenes”, es decir (solución ideal), “saber dirigirse” a los obreros, etcétera.

…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..
En otros términos, la escuela (y también otras instituciones del Estado, como la Iglesia, y otros
aparatos como el Ejército) enseña las “habilidades” bajo formas que aseguran el sometimiento a la
ideología dominante o el dominio de su “práctica”. Todos los agentes de la producción, la
explotación y la represión, sin hablar de los “profesionales de la ideología” deben estar
“compenetrados” en tal o cual carácter con esta ideología para cumplir “concienzudamente” con sus
tareas, sea de explotados (los proletarios), de explotadores (los capitalistas), de auxiliares de la
explotación (los cuadros), de grandes sacerdotes de la ideología dominante (sus “funcionarios”),
etcétera.

LA ESCUELA

“La escuela es...


el lugar donde se hacen amigos
no se trata de sitios, salas, cuartos
programas, horarios, conceptos...
Escuela es, sobre todo, gente,
Gente que trabaja, que estudia,
Que se alegra, se conoce, se estima.
El director es gente,
Cada funcionario es gente.
La escuela será cada vez mejor
En la medida en que cada uno
Se comporte como colega, amigo, hermano.
No es una isla rodeada de gente por todos lados.
No es convivir con las personas y después descubrir
Que no se tiene amistad con ninguno
No se trata de ladrillos que forman paredes
Indiferentes, fríos, solos.
Lo importante en la escuela no es sólo estudiar,
No es sólo trabajar.
Es también crear lazos de amistad.
Es crear un ambiente de camaradería,
Es convivir, es unirse a los otros.
Ahora es lógico...
En una escuela así va a ser fácil
FORMACIÓN DOCENTE / FILOSOFIA Y EDUCACION 11
PROF. DR. JORGE EDUARDO NORO

Estudiar, trabajar, crecer,


Hacer amigos, educarse
Ser feliz...”

PAULO FREIRE

Das könnte Ihnen auch gefallen