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APARATO DIGESTIVO

En las formas más primitivas, los dientes están implantados por anquilosis (implantación acrodonta), o sea que el diente
está unido a la mandíbula por un tejido paradentario. La implantación puede ser acrodonta, con los bordes del diente
adheridos a un mismo nivel (rincocéfalos y algunas lagartijas y anfisbenios) o pleurodonta, con el diente apoyado en dos
niveles para más resistencia (mayoría de los escamados. En los cocodrilos la implantación es tecodonta (en alvéolo) y los
dientes están cementados. En la mayoría de los reptiles actuales la dentición es homodonta y polifiodonta, sin embargo
en algunos escamados existe diferenciación. Entre los ofidios se distinguen cuatro grupos en función al tipo diente
inoculador de ponzoña. Los Aglifos, son aquellos ofidios que carecen de dientes especializados para la inoculación (glifos).
Los Opistoglifos poseen dientes inoculadores situados en la parte posterior del maxilar, con surco abierto; ambos tipos
presentes en Colubridae. Los Elapidae son todos Proteroglifos, en general especies muy ponzoñosas, con pequeños
dientes de surco cerrado en posición anterior. El aparato inoculador más especializado es el que exhiben los Solenoglifos
(fam. Viperidae). En ellos el hueso maxilar (en el que está implantado el glifo) es corto y móvil. El diente es recorrido en
toda su extensión por un canal cerrado, por donde circula la ponzoña. En el estado de reposo el glifo se halla dispuesto en
forma horizontal, paralelo al techo de la boca; cuando va a inocular, el maxilar junto con el diente pivotan, proyectándose
hacia adelante, pasando de una posición horizontal de reposo a la posición vertical. La compresión de la glándula de
ponzoña, sólo puede liberar su contenido por el glifo. Finalmente, los quelonios, carecen de dientes y el maxilar y la
mandíbula se hallan recubiertos por la rinoteca y la gnatoteca respectivamente (ambas constituyen el pico).
Denticiones en Serpentes:
aglifo;
opistoglifo;
solenoglifo;
proteroglifo

Implantación dentaria:
acrodonta;
pleurodonta;
tecodonta

Además de los dientes, en la boca de los reptiles se encuentra la lengua. En los quelonios, cocodrilos y rincocéfalos, ésta
es carnosa, mientras que en los ofidios, anfisbenios y algunos lacertilios es delgada y bífida. Los geckónidos y los
camaleones, entre otros, poseen también lengua carnosa, y éstos últimos tienen la capacidad de proyectarla a gran
distancia, siendo utilizada para la captura de presas.
Los reptiles poseen glándulas salivares, cuya función principal es lubricar la presa. Las glándulas ponzoñosas presentes en
los ofidios se localizan a los lados del cráneo y su función primaria es comenzar la digestión de la presa; secundariamente
son utilizadas para la defensa. En el único género ponzoñoso de largartos las glándulas se alojan en las mandíbulas.
La boca se continúa en la faringe, donde se encuentra un orificio que conecta con el oído medio, la trompa de Eustaquio.
El esófago de los reptiles es un tubo muy elástico que suele estar cubierto de epitelio ciliado. En algunas especies de ofidios
comedoras de huevos dos vértebras se proyectan en el esófago para ayudar a romper la cáscara, y las tortugas marinas
suelen tener elementos cornificados en el epitelio esofágico. La forma del estómago se correlaciona con la forma general
del cuerpo de los reptiles. Los ofidios y algunos lacertilios tienen un estómago alargado, mientras que en las tortugas este
órgano adquiere conformación más globosa. Todos los reptiles carecen de cardias. El intestino delgado es, en general,
corto y en el tercio más cercano al estómago desembocan los conductos provenientes de las glándulas digestivas (hígado
y páncreas). A esta región proximal (duodeno) sigue una región distal (ileon), con funciones de absorción. El intestino
grueso tiene como principal función la absorción del agua, y desemboca por el recto en el coprodeo, porción ventral de la
cloaca. Ésta, es una estructura común a los aparatos digestivo, urinario y reproductor. La abertura de la cloaca al exterior
en los escamados es transversal, en los cocodrilos es longitudinal. El aparato digestivo de los reptiles consta de dos
glándulas accesorias: el hígado y el páncreas. El primero produce jugos biliares, que son acumulado en la vesícula, y ésta
evacua su contenido en el duodeno a través del colédoco. Las células del páncreas segregan jugos digestivos que llegan al
intestino a través de varios canales.
OFIDIOS
2. El Aparato Digestivo.
Debido a su físico, sin patas ni garras, las serpientes se alimentan engullendo a sus presas, debiendo
tragárselas enteras. Por este motivo, su metabolismo es tan lento, que se alimentan con muy poca frecuencia:
dependiendo de la edad, de la temperatura ambientas y del tamaño de la presa ingerida, se alimentan cada 15 días
o cada mes, llegando a observarse serpientes de gran tamaño como las anacondas, las cuales se alimentan cada 3
o 4 meses.
Por otra parte, su digestión es lenta también, puede durar días o meses, y el secreto reside en los jugos
gástricos y en su veneno, en caso de ser venenosa. El jugo gástrico de las serpientes tiene un pH muy ácido, lo
que le permite digerir incluso los huesos de sus presas. Además, las serpientes venenosas utilizan su veneno para
romper los tejidos antes que entren en acción los jugos gástricos.
Las serpientes deben ingerir entre 6 y 30 comidas por año, aproximadamente una comida cada dos
semanas. Sin embargo, algunas serpientes pueden desconectar su sistema digestivo y no comer durante muchos
meses, eso sí, después de una gran comida.
La cavidad oral puede aumentar de tamaño para tragar grandes presas merced a la falta de fijación de los
cuerpos de la mandíbula, ya que están unidos mediante ligamentos elásticos con gran capacidad de distensión.
Las serpientes no mastican a sus presas sino que las tragan enteras. Sus dientes se utilizan para retener a la presa.
Los dientes del maxilar se sitúan formando cuatro filas. En general, no presentan grandes variaciones
morfológicas con relación a su localización, forma y tamaños. Los dientes se reemplazan continuamente a lo largo
de toda la vida del animal. Las especies con grandes colmillos presentan un pliegue a modo de funda en su mucosa
oral para protegerlos cuando no están siendo usados. Por ejemplo, la Víbora puede doblar sus colmillos dejándolos
acostados y envainados cuando la boca está cerrada, mientras que la Culebra y la Cobra, presenta sus colmillos
estáticos, sin poder doblarse cuando la boca está cerrada.

Mención aparte merecen los colmillos para inyectar el veneno, son


dientes que están atravesados, longitudinalmente, por un fino conducto que los comunica con las glándulas del
veneno. Se trata de glándulas labiales modificadas, cuyo contenido es rico en enzimas, que han evolucionado en
ciertas familias de serpientes.
Para humedecer la cavidad oral y lubricar a la presa, facilitando así su deglución, se encuentran varias
glándulas mucosas distribuidas por la boca: palatinas, linguales, sublinguales y labiales.
El esqueleto de las serpientes ha sufrido grandes variaciones evolutivas: ha perdido sus cinturas, así como
la pérdida total del esternón. Estos cambios permiten que el esófago pueda dilatarse para que por él pueda pasar
una presa entera, ya que no se presentan barreras físicas que le impidan dilatarse. Se caracteriza por presentar una
pared con escaso o nulo componente muscular, por lo que la presa avanza mediante movimientos de la
musculatura axial.
Sobre la mucosa esofágica se localizan tonsilas que actúan como barrera defensiva del sistema inmune
ante posibles infecciones. Tampoco presenta un esfínter bien desarrollado. A continuación podemos observar el
esófago de una pitón mostrando las tonsilas esofágicas.

El estómago es alargado, formando un saco con gran capacidad de distensión. Su pared es de naturaleza
muscular. El intestino delgado está poco desarrollado y desemboca en el colon, el cual tiene capacidad para
acumular heces durante un cierto periodo de tiempo. La boa presenta un pequeño ciego que está situado próximo
al colon.
El hígado es alargado, con forma de huso. Caudalmente a este, se sitúa la vesícula biliar que se localiza
junto al páncreas y el bazo. En la imagen de la izquierda vemos el hígado y, a la derecha, el hígado junto a la
vesícula biliar y el esplenopáncreas.

La dieta de
las distintas
especies de
serpientes es relativamente variada, en su mayoría son
carnívoras y deben acechar, matar e ingerir a su presa recién muerta. Gran parte de las serpientes se alimentan de
animales de sangre caliente, principalmente roedores y aves pequeñas, mientras que otras comen ranas, insectos,
reptiles, huevos de aves e, incluso, otras serpientes.
Las
serpientes, debido a sus hábitos carnívoros, desempeñan un papel importante en el mantenimiento del equilibrio
natural, especialmente en lo que se refiere al control de plagas como las de roedores, que tienden a multiplicarse
a gran velocidad. Las serpientes prestan, por lo tanto, importantes servicios a la agricultura, al limitar el
crecimiento de poblaciones de especies dañinas.
QUELONIOS
Aparato digestivo
El aparato digestivo de las tortugas comienza en la boca, la cual no presenta dientes sino un duro pico
córneo con el cual despedazan las piezas. La deglución se lleva a cabo gracias al mucus producido por las
glándulas salivares y a la larga y ancha lengua. Ciertas tortugas han desarrollado estructuras bucales que
utilizan en provecho de su alimentación, bien sea en sus técnicas de caza, como la tortuga aligator (familia
Chelydridae) que posee un pequeño apéndice vermiforme sobre la lengua con capacidad de distensión al
llenarse de sangre y de moverse por medio de determinados músculos, el cual utiliza como señuelo de pesca;
o bien sea para obtener alimentos, como algunas especies comedoras de moluscos (familia Emídidos, géneros
Graptemys y Malayemys) o comedoras de frutos (familia Emídidos, género Pseudemys, Cachuga y Batagur)
que presentan un paladar secundario con capacidad para romper las conchas o partir los frutos. El bolo
alimenticio pasa al esófago y, posteriormente al estómago, por medio de la válvula gastroesofágica. El esófago
en las tortugas marinas presenta una mucosa recubierta de estructuras con forma cónica, a modo de espículas
cornificadas, que favorecen el paso del alimento hacia el estómago evitando su reflujo.

Esófago de Caretta caretta

Estómago de Caretta caretta


El estómago está situado ventrocranealmente, en el lado izquierdo de la cavidad celómica; distalmente,
está el esfínter pilórico. El intestino delgado es de escasa longitud, realizándose la absorción de los nutrientes
y del agua, merced a sus enzimas digestivas y a las secretadas por el páncreas y la vesícula biliar. Mediante la
válvula ileocecal se conectan el intestino delgado y el intestino grueso; este último presenta un ciego de
escaso desarrollo y un colon con sus tres porciones (ascendente, transverso y descendente) que desemboca
en el recto, y éste en la cloaca ( a nivel del coprodeum, donde se retienen las heces antes de su expulsión).
El páncreas es un órgano de color rosa-anaranjado pálido, situado junto al bazo o alojado entre los
mesenterios del duodeno, y a través de un corto conducto drena el jugo pancreático al duodeno. Presenta
funciones endocrinas y exocrinas. El páncreas puede estar asociado al bazo formando el esplenopáncreas.
Esplenopáncreas en una tortuga laúd

Secciones del esplenopáncreas de la imagen anterior


El hígado es un órgano voluminoso, que puede estar totalmente pigmentado de melanina. Está situado
ventralmente, ocupando completamente de un lado a otro la cavidad celómica. Entre los dos lóbulos mayores
se encuentra la vesícula biliar. Para su fijación en la cavidad celómica presenta puntos de sujeción con el
corazón y el estómago.

Hígado en un ejemplar de tortuga boba


CROCODILIA
Aparato digestivo del cocodrilo
Este aparato se divide en cavidad oral, esófago, estómago, intestinos y cloaca. Es importante mencionar la
dentición que es de origen tecodonta, lo que quiere decir que tiene dientes sujetos a los alveolos profundos
en cavidades mandibulares, presentan coronas cónicas con paredes gruesas, aunque varios autores
mencionan que son isodontos, por ser similares en forma todas sus piezas dentarias. Cuentan con dientes de
reemplazo, más vistos en los dientes anteriores que en los posteriores, la raíz se absorbe conforme el diente
madura, desprendiéndose así la corona y tornándose más frágiles, por eso, es fácil ver cantidad de dientes
sueltos en los lagos, al observarlos se nota un gran hueco en la porción medular de esta pieza, ahí mismo
ocupaba el lugar el diente nuevo, en este cambio, se le da crédito a la oclusión defectuosa por piezas dentarias
viejas, organizando esta muda. Los cocodrilos no tienen función masticatoria, sus dientes son sujetadores, ya
que no cuentan con piezas molares, solo incisivos.
La cavidad oral, cuenta con una lengua en la región ventral (base) con movimientos limitados, la porción
caudal o posterior se encuentra elevada, formando un pliegue transversal (laríngeo), separando así, la cavidad
oral de la faringe, los cocodrilos pueden tragar a su presa solo en posición horizontal corporal, elevando así, la
cabeza, debido a su ineficaz capacidad deglutiva lingual. El pliegue laríngeo surge en forma de dos pliegues
transversales, que se conectan posteriormente con el esófago, este es más largo y se distiende de tal manera
que permite alojar a cuerpos con gran diámetro, tanto así, como a un tercio del volumen cervical, este se
conecta con el estomago por el cardias, un esfínter con la capacidad involuntaria de abrir y cerrar, conforme
pasa el bolo alimenticio. El estomago suspendido por dos ligamentos que se fijan en las paredes torácicas, es
de estructura reforzada, en este podemos encontrar cuerpos minerales o piedras llamados “gastrolitos”, que
el ejemplar consume a voluntad para poder facilitar la degradación del alimento. El bolo alimenticio es
triturado de tal manera que se reduce a trozos, la pared del estomago es rugosa y con pliegues, en el se
encuentra una gran cantidad de moco segregado por varias glándulas gástricas, los jugos gástricos cuentan
con capacidad ácida, de tal manera que puede degradar hasta tejidos óseos.
El estomago se conecta al intestino delgado por otro esfínter, el píloro, el intestino está sujeto a la cavidad
gástrica por el mesenterio, junto con el bazo, en esta porción del intestino se absorben sólidos principalmente,
se comunica con el intestino grueso por el esfínter ileocólico, este intestino, presenta una luz mayor en su
interior, aquí se absorben líquidos, este termina en la cloaca, que se conecta con el ano, en esta ultima
porción, encontramos el esfínter anal, quizás, el más especializado de todos.
En la cloaca se juntan varios conductos excretores, dividida en tres cámaras, la primera es el coprodeum en
donde se junta la materia fecal, que viene del intestino grueso por el esfínter anal, la segunda es el urodeum,
que está conectado a los uréteres, está en la porción media en forma de meato; la ultima cámara es la
protedeum, al final, en donde se alojan los deshechos para ser evacuados.
El hígado es bilobulado lateral (derecho e izquierdo) junto a el se encuentra la vesícula biliar, formando un
conducto biliar que es comunicado con el estomago. La digestión está condicionada por medio de la
temperatura

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