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¿Bogotá de-generada?

La mitad de los bogotanos (un 56%) mantiene la perspectiva de que una educación adecuada para las niñas
es la que da preferencia al desarrollo de sus roles de madre y esposa según la Encuesta Bienal de Culturas
que se aplicó entre agosto y diciembre del 2017 a 16.132 personas mayores de 13 años. En este caso, dio
a conocer además que el 66% de los ciudadanos cree que las mujeres cuidan mejor a los(as) niños(as) que
los hombres, cosa que muestra que, si bien se ha avanzado en materia de roles de género, hace falta mucho
más pues a las niñas y a las mujeres se les sigue cargando socialmente el cuidado de los hijos solos por ser
mujeres. Así mismo, el 62% considera que las mujeres por naturaleza (es decir, por su biología que las
categoriza de ser mujeres) hacen mejor los oficios del hogar que los hombres y no es coincidencia que estos
datos se reflejen en la poca participación que tienen las mujeres dentro de, por ejemplo, el mundo
empresarial.
Según datos de Corewoman (una organización que trabaja sobre a favor de la equidad de género en
empresas) en Colombia, las mujeres ocupan nada más el 10% de los cargos en juntas directivas en empresas
y el 52% de mujeres en el mundo laboral dicen que dejan o han dejado sus cargos por no encontrar un
balance entre su vida familiar (por las cargas que se cree que deben asumir por ser mujer) y su vida laboral.
Cosa que también es reflejada por ejemplo según el tiempo de maternidad que se les da cuando a los
hombres no se les da un porcentaje de tiempo igual para encargarse de labores domésticas, lo que según
Corewoman lleva a que empresas seleccionen personal manteniendo sesgos de género pues consideran que
si una mujer queda embarazada esto suponen perdidas para la empresa (porque a ella se le tendrían que dar
meses de maternidad mientras que a un hombre no), cosa que limita la participación de estas en la economía
nacional y la posibilidad de la independencia económica de las mismas, lo que perpetua la permanencia de
ellas en labores domésticas.
Ahora bien, el panorama se hace aún más oscuro cuando estas creencias se ven desde la lupa de la violencia
intrafamiliar. Según la Encuesta Bienal de Culturas, más de la mitad de los ciudadanos (el 55%), está de
acuerdo con la creencia de que la mujer que se deja maltratar por su pareja es porque le gusta que la
maltraten y de la misma manera, casi ese mismo porcentaje (el 56%) considera que lo más grave de que un
hombre maltrate a su pareja es que lo haga en público, no el hecho de que por sí la maltrate. En nuestra
cultura hemos acuñado frases que demuestran estas creencias que culpan a mujer y no a los agresores de
las violencias que sufren: “ella se lo buscó por vestirse así”, “dice que no para hacerse la difícil”, “si se
viste así es para que la miren”, “es una cuestión de decencia, las mujeres decentes no salen así a la calle”,
“ya no aguantan ni un piropo”, etc, y esto se evidencia el encontrar que casi la mitad, el 43%, justifica que
una mujer que se viste con minifalda o ropa muy ajustada provoca que le falten el respeto en la calle.
Y el problema de las creencias, es que se manifiestan en acciones concretas contra ellas. La Sala Situacional
Mujeres víctimas de violencia de género del Ministerio de Salud y Protección Social y la Oficina de
Promoción Social indica que de 98.999 casos que fueron reportados en el 2017, un 78,2% de ellos se dieron
por violencia física contra mujeres y un 87.7% por violencia sexual. Más preocupante aún, señalan que se
presentan más casos de violencia sexual y negligencia hacia niñas menores de 10 años mientras que para
mujeres adultas se presentaron más casos de violencia física y psicológica. Lo pertinente de esto, es que
para el 72% de los casos de violencia contra la mujer el agresor fue un familiar mientras que en el 28% de
los casos el agresor es un conocido o desconocido. Lo cual de por sí desmiente que las mujeres “se lo
busquen” y muestra una alarmante correlación entre la creencia de que las mujeres están mejor realizando
labores en el hogar cuando es en el hogar mismo donde las mujeres tienden a ser más violentadas. 7.694
fue número de casos de violencia de género en la capital lo que convierte a Cundinamarca en el tercer
departamento con más agresiones a mujeres siendo superado por Valle y Antioquia. Así mismo, Bogotá
presenta más casos de mujeres víctimas de violencia intrafamiliar con 14.583 casos lo cual representa más
de la mitad de los casos que tuvo Antioquia, el segundo departamento con más casos.
La correlación que existe entre los casos de violencia intrafamiliar y las creencias culturales que se tienen
en la capital permiten identificar algunas de las problemáticas que se tienen alrededor de los roles de género
normalizados en nuestra sociedad. Mostrando así que a la equidad de género no se va a llegar naturalmente,
hace falta mucho más y en particular a partir las creencias que se tienen sobre la relación entre la mujer y
el hogar.

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