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(1909-2009)
Acto organizado
por el Centro de Estudios Filosóficos Eugenio Pucciarelli
y su Sección Lógica y Filosofía de las Ciencias
de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires,
el 22 de octubre de 2009
GENTZEN Y LA CONSISTENCIA DE LA ARITMÉTICA
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Reglas de desarrollo estructurales
En el antecedente. En el sucedente.
Γ Θ ΓΘ
(D) A, Γ Θ (D) Γ Θ, A
En el antecedente. En el sucedente.
A, Γ Θ B, Γ Θ Γ Θ, A Γ Θ, B
(∧) A∧B, Γ Θ , A∧B, Γ Θ ()Γ Θ, A∨B , Γ Θ, A∨B
A, Γ Θ,,B, Γ Θ Γ Θ, A,, Γ Θ, B
(∨) A∨B, Γ Θ (∧)Γ Θ, A∧B
F(a), Γ Θ Γ Θ, F(a)
(∧) ∧xF(x), Γ Θ (∨) Γ Θ, ∨xF(x)
1
La regla de debilitamiento en el antecedente se denomina también ‘regla de
monotonía’. Ésta vale en cálculos lógicos estrictamente demostrativos, incluso am-
pliativos, como los que admiten construcciones sintéticas a priori, por ejemplo prag-
máticas. A la derecha damos los nombres alemanes e ingleses de las reglas.
2
Una variante de esta regla de corte es Γ > M ,, M, Γ > C
Γ>C , versión que corres-
ponde a los cálculos secuenciales intuicionistas, efectivos o constructivos.
646
Fa, Γ Θ Γ Θ, F(a)
*(∨) ∨xF(x), Γ Θ *(∧) Γ Θ, ∧xF(x)
Γ Θ, A,, B, ∆ Λ A, Γ Θ, B
(→) A → B, Γ, ∆ Θ, Λ (→) Γ Θ, A → B
Γ Θ, A y A, Γ Θ
(¬) ¬A, Θ (¬) Γ Θ, ¬ A
Las reglas para el negador son simétricas. Esta forma del cálculo
se presenta como un ‘‘semiformalismo’’3.
§ 02. Las reglas del cálculo son de tal índole que, salvo la regla
de ‘‘corte’’ S o su equivalente de ‘‘mezcla’’ M, no hacen desaparecer en
la secuencia inferior ninguna secuencia que aparezca en las secuen-
cias superiores o sea subfórmula en ellas. Por lo tanto se demuestra
fácilmente la:
3
Una variante de esta regla de corte es Γ M ,, M, Γ C
ΓC , versión que co-
rresponde a los cálculos secuenciales intuicionistas, efectivos o constructivos.
4
Un ‘‘semiformalismo’’ (Halbformalismus o semi-formal system) es un sistema
de reglas en el que al menos una regla puede contener infinitas premisas. *(∨) y
*(∧) son reglas críticas: La variable propia a de las figuras de deducción (∨) y (∧)
no puede aparecer en la secuencia inferior de esas figuras de deducción (es decir, no
puede aparecer ni en Γ, ni en Θ, ni en F(x)). Esta restricción impide deducciones
incorrectas.
647
cia final– sin corte, significa que para cada desarrollo con rodeos
existe otro desarrollo equivalente ‘‘sin rodeos’’.
648
§ 04. La consistencia sintáctica del cálculo de predicados clásico
e intuicionista
AA
¬A, A (¬)
(*) A∧¬A, A (∧)
(*) A A, A∧¬A (P)
A ,, ¬A (¬) A∧¬A, A∧¬A (∧)
Hip. A∧¬A ,, A∧¬A (C)
(S)
649
§ 05. La ley de tercero excluido en la lógica intuicionista
¬¬(A∨A),
A A
A A∨¬A (∨),
¬(A∨¬A), A (¬),
A, ¬(A∨¬A), (P),
¬(A∨¬A), ¬A (¬),
¬(A∨¬A), A∨¬A (∨),
¬(A∨¬A), ¬(A∨¬A), (¬),
¬(A∨¬A), (C),
¬¬(A∨¬A) (¬).
650
Demostrar este teorema supone demostrar imposibilidad de de-
sarrollar la secuencia A∨¬A para el caso general de cualquier fbf.
A con grado lógico G(A) ≥ 0. Comenzamos con el caso base de fbf.s A
con grado lógico G(A) = 0. La demostración se hace por raa.
1. A∨¬A no puede haber surgido por (P), pues deberían haber dos
fbf.s en el sucedente de la secuencia final, ni por (C), pues ello su-
pondría la existencia de al menos dos fbf.s en la secuencia superior
de la secuencia final. Pero estas dos posibilidades no son admisibles
en un sistema secuencial intuicionista. Tampoco puede haber surgido
por (D), pues entonces el final de la deducción se vería así:
A∨¬A,
651
las estructurales (C) o (P), pues suponen al menos dos fbf.s en el
sucedente, ni de las para constantes lógicas. Por lo tanto sólo queda
(D), es decir el final de desarrollo siguiente:
A (>D)
A∨A, (>∨).
Giuseppe Peano, uno de los padres del logicismo, redujo los nú-
meros a expresiones de la lógica de predicados utilizando el predicado
monádico ‘C1a’, que leemos ‘a es cero’ (es decir, el objeto a tiene la
‘‘propiedad’’ cero), el predicado binario ‘P2ab’, que leemos ‘a = p(b)’ ó
‘a precede inmediatamente a b’ y el ternario ‘S3cab’, que leemos ‘c =
a+b’ ó ‘c es suma de a y b’. De este modo los números naturales se
652
pueden representar mediante esos predicados de la siguiente ma-
nera:
0 syss C1a
1 syss C1a∧P2ab
2 syss C1a∧P2ab∧P2bc
⯗
n syss C1a ∧ P2ab∧P2bc∧…∧P2mn,
Axiomas de igualdad
A1. x(x = x) (reflexividad),
A2. xy(x = y → y = x) (simetría),
A3. xyz(x = y ∧ y = z → x = z) (transitividad).
Axioma de infinitud.
A6. xy(P2xy) (infinitud).
Axioma de inducción.
A10. A(0)∧k(A(k) → A(k’)) → x.A(x) (axioma de inducción fi-
nita)
653
19386 tenía dificultades con los procedimientos de inducción transfini-
ta que implicaba, que la hacían discutible, por lo que se debió esperar
algún tiempo antes de que fuera resuelta. Nuestro conjunto de axiomas
para el teorema siguiente será el conjunto disminuido A = {A1, …, A9}.
Γ A∧¬A
Γ
A A
¬A, A (¬)
(*) A∧¬A, A (∧)
(*) A, A∧¬A (P)
A∧¬A, A∧¬A (∧)
Hip. Γ A∧¬A ,, A∧¬A (C)
Γ (S)
6
Gentzen 1936.
654
Si la aritmética de Peano sin inducción finita fuera inconsisten-
te, existiría al menos un desarrollo con la secuencia final Γ , con
Γ ⊆ A (recuérdese que Γ consta de axiomas de A que están en forma
normal prenexa).
1. No tiene cortes.
2. Existe una secuencia media Sm Γ’ cuya deducción no contiene
ningún cuantor, en la cual las fbf.s de Γ’ son esquemas no cuantifi-
cados de los axiomas, y a partir de la cual se desarrolla linealmente
Sf sólo mediante una sucesión de reglas (), (), (D), (C) y (P),
pues el sucedente es vacío y no hay otras reglas primitivas en esa
parte del desarrollo.
3. Mediante los cambios de nombre de variables libres que se requie-
ran se asegura la corrección del desarrollo. Éste tiene además la pro-
piedad de que la variable propia de cada regla () –que es la única
regla crítica de este desarrollo– aparece sólo en la línea de secuen-
cias superiores a la de su aparición.
655
A4. C10, Γ A6. (P2mm’), Γ
xC1x, Γ y(P2my), Γ
xy(P2xy), Γ
i. o bien es C10, ó
ii. P2mm’, ó
iii. es una fbf. sin ningún cuantor ‘’ en la que las variables propias
han sido reemplazados por números, que pueden comenzar por 0, y
que son instancias de los restantes axiomas.
656
sabemos, por teorema anterior, que el cálculo secuencial clásico es
consistente y por lo tanto, a fortiori, su fragmento de lógica de enun-
ciados clásica también lo es, y además las fbf.s del antecedente Γ’’ son
constructivamente verdaderas.
657
método que utilizó Gentzen. Dicho principio de inducción transfini-
ta sin cuantores hasta ε0 dice que para cualquier fórmula A(x) sin va-
riables ligadas vale la inducción transfinita hasta ε0, que es el primer
ordinal α, tal que ωα = α, es decir el supremo de la sucesión:
{ ω
}
sup ω ω , ω ω , ω ω ,... .
Este método tiene el inconveniente de que hay pasos de la de-
mostración que no se reducen a operaciones de la aritmética elemen-
tal recursiva, como bien muestra Kleene, por lo que no todos lo
aceptan y por lo que no expondremos.
Otro método usa la llamada regla-ω (ω-Regel) en un semifor-
malismo pleno (vollständiger Halbformalismus), como hacen Kurt
Schütte y Paul Lorenzen. Para los detalles enviamos a la literatura
de esos autores. Dejamos aquí el desarrollo del tema.
Hay muchos resultados importantes conectados a estas demos-
traciones de Gentzen. Uno de ellos dice que todos los cálculos en los
que vale el teorema fundamental son consistentes.
También hay resultados curiosos. Es sabido que en los cálculos
de tipo Gentzen que evitan el corte, las demostraciones sin corte son
habitualmente más largas que las que tienen aplicaciones de la re-
gla de corte. A veces son incluso mucho más largas. George Boolos
llegó a mostrar incluso que existe una fórmula que con ayuda del
corte se puede deducir en alrededor de una página, mientras que
escribir una deducción sin cortes de la misma duraría más que toda
la duración del universo. Por ello escribió un artículo titulado ‘‘Don’t
Eliminate Cut!’’.
Literatura
658
Stephen Cole Kleene, Introduction to Metamathematics, Amsterdam,
Groningen, 1952.
Kuno Lorenz & Paul Lorenzen, Dialogische Logik, Darmstadt, 1978 (contie-
ne la primera demostración en teoría de diálogos).
Paul Lorenzen, Metamathematik, Mannheim, 1962.
Paul Lorenzen, Lehrbuch der konstruktiven Wissenschaftstheorie, Zürich,
1987, Stuttgart, 2000, ISBN 3-476-01784-2.
Kurt Schütte, Beweistheorie, Berlin, Göttingen Heidelberg, 1960.
A. S. Troelstra & H. Schwichtenberg, Basic Proof Theory (Cambridge Tracts
in Theoretical Computer Science), Cambridge University Press, ISBN
0521779111.
659
SEMÁNTICA DE GENTZEN
JAVIER LEGRIS
661
de aplicarse porque responde a la respectiva regla de introducción,
la llamada regla de ‘‘demostración condicional’’ o ‘‘condicionaliza-
ción’’. Gentzen sugiere aquí una concepción que se articuló más tar-
de en una corriente dentro de la filosofía de la lógica. Según esta
corriente, las reglas de introducción dan el significado de los símbolos
lógicos, de modo que tienen un valor semántico. En la medida en que
estas ‘‘definiciones’’ se entiendan como elucidaciones, conduce a una
formulación del significado de las constantes lógicas y, por lo tanto,
a una semántica.
Franz von Kutschera introdujo la expresión ‘‘semántica de
Gentzen’’ en su trabajo ‘‘La completitud del sistema de los operado-
res {¬, ∧, ∨, ⊃} para la lógica de enunciados intuicionista en el mar-
co de la semántica de Gentzen’’ (Kutschera 1968). La denominación
‘semántica’ se entiende aquí ‘‘en el sentido más general de la palabra,
que se aplica a investigaciones que se ocupan de la interpretación de
expresiones, especialmente de operadores lógicos, y no en el sentido
estricto de las investigaciones en teoría de modelos’’ (Kutschera 1968,
p. 47, n. 1). Esta semántica queda justificada por las siguientes ra-
zones:
‘‘Desde un punto de vista constructivo la semántica conjuntística
resulta insuficiente, ya que se toman en consideración cualesquiera
valuaciones de las fórmulas atómicas con los valores de verdad, y no
sólo aquellas que resultan por la ayuda de procedimientos efectivos. Si
queremos restringirnos a tales valuaciones, entonces primero nos limi-
taremos a determinados procedimientos efectivos, cálculos formales
por ejemplo. Si establecemos para un cálculo K un concepto de demos-
tración y un concepto formal de refutación, i.e. definido inductivamente
en K, entonces puede determinarse que los enunciados demostrables
en K sean destacados como verdaderos y los enunciados refutables en
K como falsos. En este enfoque resulta natural no limitarse únicamen-
te a aquellos cálculos en los que todo enunciado atómico es demostra-
ble o refutable, sino tomar en consideración también cálculos que dejan
indeterminados a ciertos enunciados. Así, se renuncia al principio de
bivalencia (Prinzip der Wahrheitsdefinit) respecto de los enunciados,
principio que está en la base de la semántica conjuntista’’ (Kutschera
1968, pp. 38 y s.)
Kutschera construye su semántica sobre la base de un cálculo de
secuentes. Más específicamente, formula un cálculo de secuentes
singulares (con un único sucedente) que reproduce las mismas ideas
acerca de las constantes lógicas que subyacen al cálculo de deducción
natural de Gentzen 1934. De esta manera, la semántica queda expre-
sada mediante un cálculo formal. Cualquier sistema de lógica de
662
primer orden será adecuado si es traducible a este cálculo formal.
Esta perspectiva se opone a la semántica ‘‘conjuntista’’, basada en la
teoría de modelos.
II
663
admitir definiciones impredicativas. La teoría de la demostración que
Hilbert proponía caracterizaba a la deducción como un proceso
combinatorio: a partir de supuestos se obtienen consecuencias nue-
vas por combinación de aquéllos. La adopción del punto de vista fi-
nito da lugar a la matemática finitaria. En su programa, Hilbert
quería reducir la aritmética a esta matemática finitaria con el fin de
probar su consistencia y otorgarle un fundamento seguro. Esta reduc-
ción debía llevarse a cabo en el marco de una ‘‘lógica del pensamiento
finito’’, con características propias. Por todo esto, se ha etiquetado de
reductiva a la teoría de la demostración concebida por Hilbert.
Ahora bien, en un sentido más amplio, la teoría de la demostra-
ción se ocupa de la representación y la estructura que tienen las de-
mostraciones matemáticas, siendo entonces una ‘‘teoría acerca de
demostraciones’’: ‘‘Las demostraciones expresadas mediante deriva-
ciones formales es el principal objeto de estudio’’ (Kreisel 1971, p.
242). Aquí el término ‘‘demostración’’ hace referencia el proceso me-
diante el cual se establece la inferencia deductiva de un enunciado
(eventualmente a partir de otros), mientras que ‘‘derivación’’ deno-
ta la representación sintáctica de tal proceso. Se supone así que una
demostración es una entidad de algún tipo (no necesariamente sin-
táctica). Así se habla de una teoría general de la demostración (en
oposición a la teoría de la demostración reductiva), en la cual las
demostraciones se toman como objetos formales (y no meramente
sintácticos).
III
664
mostrar que toda derivación que termine con una aplicación de una
regla de eliminación puede reducirse a una derivación más simple si
esta aplicación aparece inmediatamente después de una aplicación
de la regla de introducción correspondiente.
Por ejemplo, en el caso del condicional material, el segmento de
una demostración con la forma
:
[A]
:
B
___________(I→)
A A→B
____________________(E→)
B
se reduce directamente.
:
[A]
:
B
665
ción contenida en las premisas, la cual es reorganizada en la ‘‘mitad
inferior’’ mediante las reglas de introducción a fin de obtener la con-
clusión.
IV
666
la concepción del significado que propone el intuicionismo matemá-
tico se basa en un punto de vista verificacionista y no en considera-
ciones ontológicas (véase Prawitz 1998, p. 41).
Dummett se ha ocupado de destacar las ideas que están en la
base de la semántica basada en el concepto de demostración. Estas
son, en forma resumida, la tesis de la composicionalidad del signifi-
cado (el significado de una expresión es función del significado que
los componen), el molecularismo semántico (cada enunciado del len-
guaje tiene un significado independiente), la existencia de un nexo
entre significado y comprensión lingüística (la comprensión del len-
guaje consiste en el conocimiento del significado), la existencia de un
único concepto clave para elucidar el significado (véase Dummett
1978, pp. 222 y s., y para una descripción más extensa véase Legris
1994, pp. 151 y ss.).
Estas ideas básicas son compartidas por otras perspectivas,
como, por ejemplo, el realismo semántico. Sin embargo, la apelación
al concepto de demostración como concepto clave para analizar el
significado de los enunciados matemáticos marca claramente una
diferencia esencial (véase Dummett 1978, p. 225 y 1991, pp. 176 y
ss.). Esta posición verificacionista surge de diversas constataciones,
que pueden sintetizarse, a grandes rasgos, del modo siguiente.
En primer lugar, el significado de una expresión es determina-
do por su uso: identidad de uso es identidad de significado. Esta afir-
mación se basa en aspectos de (a) la comunicabilidad del significado
y (b) el aprendizaje del lenguaje. Es decir, si el significado es comu-
nicable, entonces debe haber algo observable que lo determine, y
además, aprender una lengua es aprender a usarla; captar el signi-
ficado de una expresión es captar su uso. Pero una tesis adicional
importante es que (c) el conocimiento del significado de un enuncia-
do es un conocimiento implícito, es decir el conocimiento del signifi-
cado no se explicita en el mismo lenguaje. De otro modo, se caería en
un círculo o en una regresión al infinito (v. Dummett 1978, p. 217).
En segundo lugar, cualquier rasgo que determine el significado
de un enunciado está determinado por el uso que se hace de ese
enunciado. Esto no exige que sea el uso total aquello que determine
el significado, es decir hay aspectos del uso de un enunciado que no
determinan su significado. Lo que determina el significado es algún
‘‘rasgo especial’’ del uso. Esto no lleva a una refutación de una ontolo-
gía platónica, pero una consecuencia es que las condiciones de verdad
no pueden estar dentro de los rasgos especiales. Basta con conside-
rar enunciados indecidibles, para los cuales no hay un completo co-
667
nocimiento de sus condiciones de verdad (véase Dummett, 1973, p.
225). En el caso de los enunciados matemáticos, este rasgo especial
del uso es el conocimiento de su demostración. Dummett señala: ‘‘el
conocimiento del significado se manifiesta en la capacidad para re-
conocer una demostración cuando nos es mostrada’’ (Dummett 1978,
p. 225).
Finalmente, son dos los aspectos del uso de un enunciado que
están implícitos en las demostraciones: las condiciones bajo las cua-
les se puede aseverar el enunciado y las consecuencias que se siguen
de haberlo aseverado de este modo. De este modo, si las reglas de
introducción de la deducción natural expresan estas condiciones y las
reglas de eliminación resultan ser consecuencia de las condiciones
aceptadas. Así, las reglas de introducción se consideran como la de-
finición de las constantes lógicas, entonces los procedimientos de
reducción completan la justificación de las reglas: las reglas de eli-
minación se entienden sobre la base de las de introducción (véase
Legris 1999).
668
Esto no sucede en el caso de la semántica basada en la teoría de
la demostración. En el marco de esta semántica los conceptos prefor-
males de significado, verdad y consecuencia lógica pueden ser rigu-
rosamente definidos de una manera tal que dé lugar a una posterior
caracterización de una relación de derivabilidad en sistemas forma-
les. Dicho de otro modo, no hay dos perspectivas diferentes de aná-
lisis (sintáctica y semántica formal), sino que ambas responden a las
mismas ideas. La posición defendida por Kutschera en su trabajo de
1968 (la definición de la consecuencia lógica en términos de deriva-
bilidad en un sistema formal) es ciertamente extrema y no tiene ac-
tualmente muchos adherentes. Asimismo, la semántica basada en la
teoría de la demostración tiene ciertos presupuestos sobre las demos-
traciones (su carácter constructivo) que son problemáticos. Pero, en
todo caso, la perspectiva de un único estrato es filosóficamente atrac-
tiva.
Referencias
669
Prawitz, Dag. 1977. ‘‘Meaning and Proofs: On the Conflict between Classical
and Intuitionistic Logic’’, Theoria 43, pp. 2-40
Prawitz, Dag. 1978. ‘‘Proofs and the Meaning and Completeness of the
Logical Constants’’, en Essays on Mathematical and Philosophical
Logic, comp. por J. Hintikka, I. Niiniluoto & E. Saarinen, Dordrecht,
Reidel, pp. 25-40.
Prawitz, Dag. 1998. ‘‘Truth and Objectivity from a Verificacionist Point of
View’’, en Truth in Mathematics, comp. por H. G. Dale et al. Oxford,
Clarendon Press, pp. 41-51.
Schröder-Heister, Peter. 1991. ‘‘Uniform Proof-Theoretic Semantics for
Logical Constants’’ (abstract), Journal of Symbolic Logic 56 (1991), p.
1142.
CEF/CONICET, FCE/UBA
E-mail: jlegris@retina.ar
670
EL ENFOQUE COGNITIVO DE LA LÓGICA
EN G. GENTZEN
GLADYS PALAU
Resumen
En el presente trabajo nos proponemos mostrar el enfoque cognitivo
que recibió la lógica a partir de la publicación de la tesis de Gerhard
Gentzen de 1934, reflejado tanto en el cálculo de deducción natural como en
su lógica de secuentes respecto de las versiones axiomáticas sostenidas por
Frege y en el empirismo lógico fundamentalmente por Russell, y la conse-
cuente distinción entre lógica ‘‘lógica de fórmulas’’ y ‘‘lógica de inferencias’’
que permitió caracterizar en forma precisa diferentes nociones de conse-
cuencia lógica y cambiar radicalmente la presentación de la lógica.
671
do la posición filosófica conocida con el nombre de logicismo, la cual
prevaleció hasta bien entrado el siglo XX y se consolidó definitiva-
mente en las rigurosas obras de Alonzo Church, Introduction to Ma-
thematical Logic de 1944 y 1956 y de Elliott Mendelson, Introduction
to Mathematical Logic, de 1964.
Es interesante señalar que la opción por el método axiomático no
se debía a una ignorancia acerca de los sistemas de deducción natu-
ral ya propuestos por S. Jaskowski y G. Gentzen, datados ambos en
1934 pero escritos en forma independiente, sino a una fundamenta-
da y racional opción. En efecto, en el texto citado (1956 p. 164) Church
toma una decisión explícita a favor del método axiomático en contra
de los sistemas de deducción natural cuando argumenta a favor del
Teorema de la Deducción contra la regla de Introducción del Condi-
cional sosteniendo que ésta tiene un carácter demasiado ‘‘elemental’’
y que por ello no debe ser admitida como primitiva en un sistema
logístico tal como él lo ha caracterizado. Respecto del texto de Men-
delson, su única referencia a la obra de Gentzen consiste en un co-
mentario acerca de la conocida prueba formal de la consistencia de
la aritmética de Gentzen de 1936. Asimismo, en ambos autores, la
presentación de la lógica como sistema axiomático va asociada a una
determinada versión de la noción de consecuencia lógica. En el pa-
rágrafo 55 (p. 325) de la mencionada obra, A. Church afirma: ‘‘Una
oración o forma proposicional A de un sistema logístico (...) es una
consecuencia de los postulados si el valor de A es V en todo modelo
de los postulados’’ y, en la nota 533 asociada, identifica su noción de
consecuencia lógica con la dada por A. Tarski en 1936, i.e., con la
noción de consecuencia semántica aún vigente en muchos lógicos
contemporáneos1. Por su parte, Mendelson (1964, p.30) da la versión
sintáctica de esta noción de consecuencia lógica afirmando que una
fórmula bien formada (fbf) A es una consecuencia de un conjunto de
fbf Γ y sólo si hay una secuencia de fórmulas A1,...An en Γ, tal que
para cada Ai, ella es un axioma o una consecuencia lógica de anterio-
res por la aplicación de una regla de inferencia. En síntesis, el eje
central de la noción de consecuencia lógica en un sistema logístico
pasa por el hecho de que ella ofrece garantía absoluta para la trans-
misión de la verdad lógica de los axiomas a los teoremas, fundamen-
1
Efectivamente, en On the Concept of logical consequence, Tarki define la no-
ción de consecuencia lógica de la siguiente forma: Una sentencia S se sigue lógica-
mente de la clase K si y sólo si todo modelo de la clase K es también un modelo de
la sentencia S, la cual queda caracterizada por las propiedades de Reflexividad,
Monotonía y Corte.
672
tándose así la concepción semántica de la lógica como un conjunto de
verdades lógicas
Por otra parte, es sabido que el logicismo no ha constituido el
único enfoque de la lógica sostenido y discutido en la primera mitad
del siglo XX. En 1930 ya había aparecido en Berlín la obra de A.
Heyting Die formalen Reglen der intuitionistischen Logik, en la cual
Heyting, siguiendo las ideas de Brouwer acerca de la naturaleza
constructiva del pensamiento matemático, presenta también bajo la
forma de sistema axiomático la lógica intuicionista, precisamente con
el fin de construir una lógica acorde con la matemática de Brouwer,
lo cual implicaba que ésta debía reproducir las formas ‘‘intuitivas’’ del
pensamiento matemático y cuya diferencia fundamental con la lógica
clásica consistiría precisamente en el rechazo del principio clásico del
Tercero Excluido, debido a una interpretación diferente de la nega-
ción lógica. Si bien el sistema de lógica intuicionista de Heyting pre-
serva la forma axiomática nos interesa destacar que ella generó un
cambio en la mirada acerca de lo que debe entenderse por ‘‘demostra-
ción’’, ya que ahora el significado de las fórmulas compuestas de un
sistema lógico no se dará ya en términos de valores de verdad sino
en términos ‘‘prueba’’ partiendo de que ésta es intuitiva para las fór-
mulas atómicas. Finalmente, es posible sostener que el formalismo
de Hilbert es el movimiento filosófico que finalmente rompe el ‘‘ca-
samiento’’ entre matemática y lógica sostenido por el logicismo cuan-
do, en su artículo de 1926 ‘‘Sobre el infinito’’2, siguiendo a Kant,
Hilbert sostiene que la lógica y la matemática son ciencias indepen-
dientes y que por ello la matemática no puede fundamentarse sola-
mente en la lógica (ob. cit., p. 142). Textualmente afirma ‘‘(...) we
conceive mathematics to be a stock of two kinds of formulas: those to
which the meaningful communication of finitary statements correspond;
and, secondly, other formulas which signify nothing and which are
the ideal structures of our theory’’ (ob. cit., p. 146) y, a fin de no de-
jar dudas, en el sumario final del mismo trabajo, agrega ‘‘In contrast
to the early efforts of Frege and Dedekind, we are convinced that
certain intuitive concepts and insights are necessary conditions of
scientific knowledge, that logic is not sufficient’’ (ob. cit., p. 151). Más
aún, entre 1934 y 1938 aparecen en Berlín los dos volúmenes de
Grundlagen der Mathematik de Hilbert y Bernays en los cuales los
autores profundizan estas ideas proponiendo justificar el conocimien-
2
Publicado en Philosophy of Mathematics, Selected Readings, ed. by P. Bena-
cerraf y H. Putnam, Prentice-Hall Philosophy Series, 1964, pp. 134-151.
673
to matemático en tanto sistema axiomático abstracto constituido por
elementos ideales, i.e exclusivamente por métodos finitarios o cons-
tructivos, los cuales consistían en aplicar reglas de inferencia a los
axiomas para poder ‘‘deducir’’ los teoremas. Si bien debe reconocer-
se el giro constructivo o cognitivo que las ideas de Hilbert introduje-
ron en la naturaleza del conocimiento matemático, Hilbert continúa
presentado la lógica bajo la forma de sistema axiomático pero, a di-
ferencia de presentaciones anteriores, los 11 axiomas lógicos se enun-
cian separados para las distintas conectivas proposicionales y tal vez
por esta razón la lógica se siguió presentando como conjunto de teo-
remas derivados a partir de los axiomas por medio de reglas de in-
ferencia. En síntesis, la verdad de los axiomas continuó siendo el
fundamento del conocimiento lógico-matemático, característica ésta
que impide poner el acento en la noción de regla de inferencia, la cual
precisamente expresa el proceso cognitivo involucrado en el pasaje
de los axiomas a los teoremas.
Seguramente son los trabajos de Paul Hertz de 19203 sobre las
nociones de derivabilidad y la obra de Stanislaw Jaskowski On the
Rules of Supposition in Formal Logic, de 1934, los que primero plan-
tean la cuestión de cómo construir un sistema lógico que capte esta
idea de construcción a partir de supuestos en tanto prueba de teore-
mas a partir de suposiciones y no de axiomas4. Más aún, según el tes-
timonio dejado por Jaskowski, en el año 1926 Lukasiewicz ya había
planteado en un seminario a su cargo el mismo problema. Sin embar-
go, pese a estos trabajos que describen de cierta forma la problemáti-
ca de la época en el campo del pensamiento matemático es en la obra
de G. Gentzen donde la idea se cristaliza ya que, si bien Jaskowski,
ya había introducido la idea de razonar a partir de suposiciones, es
Gentzen quien introduce la división entre reglas de introducción y de
eliminación para caracterizar las conectivas proposicionales y el
nombre de deducción natural (das natuerliche Schliessen) en su obra
Investigations into logical deduction (Untersuchungen über das
Logische Schliessen, 1934-5).
En efecto, para materializar sus ideas, Gentzen debió romper
drásticamente con la formulación axiomática tradicional de la lógi-
ca de predicados de Frege, Russell y del mismo Hilbert. A este fin,
3
Para tomar conocimiento de la influencia de la obra de Hertz en el Sistema
de Deducción Natural de Gentzen remitimos al trabajo de J. Legris, ‘‘Paul Hertz y
los orígenes de la teoría de la demostración’’, Episteme, vol. 3, n. 6, 1998.
4
W. Marciszewski, ‘‘A system of Suppositional Logic as embodied in the Proof
of Checker Mizar’’, Mathesis Universales, Nº 3, 1996.
674
construye primero los llamados N-sistemas o N-cálculos pero conti-
nuando con el uso de los símbolos de Hilbert en particular para los
cuantificadores5. En ellos la idea central de Gentzen consiste en
construir sistemas formales que expresen lo más adecuadamente
posible los procesos naturales de razonamiento involucrados en la
demostración matemática, objetivo éste que se pone en evidencia en
su primera prueba de consistencia de la aritmética, la cual expone
mediante los N-cálculos y en los cuales la simplicidad y elegancia de
los procedimientos es sacrificada a fin de la ‘‘naturalidad’’ (Szabó,
1969, p. 4). Más aún, hoy en día hay coincidencia en sostener, por un
lado, que los N-cálculos le posibilitaron a Gentzen considerar a la
matemática y a la lógica intuicionista como más natural y más básica
que la lógica clásica y por ello más apropiada para la metamatemáti-
ca y, por el otro, que las reglas de deducción natural, vía la afirmación
de proposiciones a partir de suposiciones, reflejan más adecuadamente
los aspectos esenciales del razonamiento natural de los matemáticos.
Más aún, en la actualidad existen buenas razones para sostener que
las reglas de eliminación e introducción de las conectivas lógicas
explicitan el significado de las mismas, a pesar de las críticas recibi-
das de A. Prior y refutadas N. Belnap en su célebre artículo de 1962
‘‘Tonk, Plonk and Plink’’ y en el cual Belnap deja claramente senta-
do que el significado de las constantes lógicas debe establecerse den-
tro de un contexto previo de deducibilidad, i.e., dentro de una noción
de consecuencia lógica, tal como lo pensaba Gentzen. Esta noción es
la que precisamente Gentzen caracteriza con las reglas de su cálcu-
lo de secuentes, para cuya construcción los especialistas en el tema
coinciden en que Gentzen se inspiró en el enfoque estructural de la
prueba dado por Paul Hertz6, dado que sus reglas explicitan las dis-
tintas estructuras que pueden adoptar en una demostración.
Por nuestra parte, somos de la opinión de que la noción de con-
secuencia lógica expresada por Gentzen en los L-cálculos elucida más
exhaustivamente los aspectos constructivos de la noción de conse-
cuencia lógica que la formulación atribuida a Tarski y también a
Carnap. Nuestras principales razones son las siguientes: (i) La regla
de Atenuación en el antecedente que se corresponde con Monotonía es
complementada con Atenuación en el postsecuente, la cual permitió
luego contar con un método para determinar si una fórmula es o no
5
Jaskowski elaboró un método análogo en 1934, a partir de una sugerencia de
Lukasiewicz en un seminario dictado en 1926.
6
P. Schroeder-Heister, ‘‘Resolution and the origins of structural reasoning’’,
The Bulletin of Symbolic Logic, vol. 8, 2, 2002.
675
es un teorema intuicionista, ya que un teorema será intuicionista si
y solo si no tiene más de una fórmula en el postsecuente; (ii) la pro-
puesta de Gentzen muestra que la regla de Corte, presente en la
caracterización de Tarski, es prescindible, resultado que se demues-
tra en su célebre teorema Hauptsatz7; (iii) Las reglas estructurales
conjuntamente con las N-reglas o reglas operatorias permiten caracte-
rizar claramente no solamente la noción de consecuencia de la lógica
clásica y la lógica intuicionista sino también la noción de consecuencia
lógica de las lógicas subclásicas, mostrando que ellas no son estruc-
turalmente completas (Wójciki, 1984) y que pueden diferenciarse se-
gún sea las reglas que rechacen; y (iv) las reglas de Introducción y
Eliminación permiten otorgar un significado a las constantes lógicas
por su uso y en forma independiente de los clásicos valores de verdad,
camino este tomado por Ian Hacking, en su célebre artículo ‘‘What is
Logic?’’ de 1979.
A partir de los años ’50 distintas propuestas de sistemas de de-
ducción natural comenzaron a aparecer en los textos introductorios
de lógica en nuestro medio tales como Methods of Logic de W. V. O.
Quine (1950), Introduction to Logical Theory de P. F. Strawson
(1952), Symbolic Logic de I. Copi (1958), Elements of Symbolic logic
de H. Reichembach (1956), Logic y Techiques of Formal Reasoning de
D. Kalish & R. Montague (1964), entre muchos otros. Lo común de
todos ellos consiste en afirmar de una u otra forma que los sistemas
de Gentzen son aptos para modelizar los razonamientos del lengua-
je ordinario. Por ejemplo, en uno muy reciente8 se afirma: ‘‘Los cálcu-
los de deducción natural (de Gentzen) pretenden describir o modelar
los principios de razonamiento informal o ‘natural’ donde la conclu-
sión se deriva de las premisas en una cadena de razonamientos uti-
lizando unas reglas de deducción que formalizarían principios de
razonamiento formal o natural’’. Sin embargo, opinamos que de los
trabajos escritos por Gentzen no se sigue que su intención haya sido
formalizar el pensamiento natural o de sentido común, tal como se
sostiene en algunos textos. Contrariamente a esta posición creemos
que los cálculos de deducción natural no intentan describir los argu-
mentos que conforman lo que hoy en día se conoce como ‘‘lógica na-
tural’’ o ‘‘lógica de sentido común’’, pese a lo cual en los manuales de
7
Sin embargo, es bueno tenerla formulada en forma explícita porque ella será
explícitamente modificada en la actual formalización de la consecuencia no-monó-
tona.
8
M. Manzano y A. Huertas, ‘‘Lógica para principiantes’’, Alianza, 2004, pp. 137-
138.
676
lógica se apliquen, en nuestra opinión a veces equivocadamente, a
cualquier argumento del lenguaje natural que sea posible reformular
como argumento deductivo, aunque con esfuerzo y distorsiones vía
un dudoso proceso de formalización. Pese a ello se debe reconocer que
estos cálculos son mucho más adecuados que el método axiomático
para modelizar el razonamiento de sentido común y que su enseñan-
za será útil y positiva siempre y cuando se especifiquen meticulosa-
mente sus alcances y sus limitaciones, ya que no es posible hoy en día
ignorar que hay otros formalismos con formulaciones incluso ‘‘al es-
tilo Gentzen’’ que, construidos sobre una noción de una consecuen-
cia no monótona, i.e., que no satisfacen la regla de Atenuación en el
Prosecuente, dan cuenta más adecuadamente de los argumentos de
la lógica natural de los sujetos que los propios sistemas de deducción
natural de Gentzen. Sin embargo, es admisible sostener que el en-
foque cognitivo de los cálculos de deducción natural han obrado como
‘‘condición de posibilidad’’ para la construcción de las lógicas y forma-
lismos no monótonos construidos precisamente para dar cuenta del
pensamiento natural. Pese a las observaciones apuntadas estimo que
‘‘algo’’ hay en los cálculos de deducción natural que han motivado a
transponer sus aplicaciones más allá del razonamiento matemático.
Creo que la respuesta se encuentra precisamente en el enfoque
cognitivo que subyace en los cálculos de deducción natural tanto en
los de Gentzen como en los de sus predecesores ya que ellos permi-
tieron introducir otra distinta forma de pensar la naturaleza de la
matemática y de la lógica y que ello es lo que hace posible trasponer-
los al análisis de la lógica de los lenguajes naturales. Usando una
metáfora más arriesgada: los sistemas de deducción natural, y en
particular con la pulida presentación de Gentzen, bajaron los prin-
cipios de la lógica (i.e., verdades lógicas) del mundo de las ideas y los
transformaron en reglas o procesos normativos de la mente humana
para razonar correctamente.
No deseo finalizar este trabajo sin mencionar que la introducción
en nuestro medio del enfoque de Gentzen en la concepción de la ló-
gica se debe a los lógicos argentinos Andrés Raggio y Carlos E. Al-
chourrón. En efecto, Andrés Raggio es quien escribe el primer artículo
en el año 1979, titulado Processes cognitifs logiques9 destinado pre-
cisamente a defender la posición filosófica implícita en los cálculos de
deducción natural de Gentzen. Asimismo la concepción abstracta (o
estructural) de la noción de consecuencia lógica subyace en las últi-
9
Andrés Raggio, Escritos completos, Eudeba, 2002, pp. 287-8.
677
mas obras de Alchourrón y está expresamente sostenida en su tra-
bajo Concepciones de la lógica10. Por el contrario, desde los años 1956,
en nuestro medio los estudios lógicos giraron casi exclusivamente en
torno a las obras de A. Church, Introduction to Mathematical Logic
(1956), S. Kleene, Introduction to Metamathematics (1952) y E. Men-
delson, Introduction to Mathematical Logic (1964) en las cuales –a
excepción de la obra de Kleene que dedica el capítulo XV a la presen-
tación de lógica de Secuentes– el nombre de Gentzen solamente es
citado en relación con su prueba de consistencia de la aritmética,
cuya exposición está explícitamente desarrollada en el Apéndice de
la obra de Mendelson citada. La razón de esta ausencia creemos que
en parte se encuentran en el trabajo antes mencionado de A. Raggio.
En efecto, Raggio ubica la labor de Gentzen en la tradición kantiana
porque, según su opinión, a Kant se le debe el mérito de haber sido
el primero en reconocer la importancia de los procesos cognitivos en
filosofía y el haber dado una primera descripción de su estructura y
funcionamiento11. Más aún, según Raggio, el positivismo y en particu-
lar el positivismo lógico de la Escuela de Viena, sostuvo dos dicotomías
sumamente inapropiadas para la caracterización del conocimiento
matemático y especialmente para abordar la naturaleza de la lógica,
a saber: 1) la separación ‘‘brutal’’ entre los aspectos puramente teó-
ricos de la explicación científica y la génesis histórico psicológica del
pensamiento científico por el otro y 2) la separación tajante entre
contexto de descubrimiento y contexto de justificación, dejando sólo
para este último el reinado de la lógica (como si en el contexto de
descubrimiento no se utilizaran inferencias lógicas). Y estas eran
precisamente las ideas que predominaban en ese entonces en las
aulas argentinas y que explican la ausencia de la deducción natural
en los cursos superiores de lógica.
En oposición a las ideas imperantes expuestas, en el artículo de
A. Raggio mencionado y respecto de la axiomatización de la lógica de
Frege y Russell, éste afirma que ‘‘ella está muy lejos de la compren-
sión inmediata y natural de los conceptos lógicos, ya que ellos no han
10
En tomo 7, Lógica, de la Enciclopedia Iberoamericana de Filosofía, Ed. Trotta
CSIC, España,1995.
11
Andrés Raggio en un trabajo de 1967 titulado Consideraciones sobre la con-
cepción kantiana de la lógica formal, afirma: ‘‘para Kant la lógica general hace abs-
tracción de todo contenido del conocimiento (B335), esto es, de toda relación del
mismo con su objeto y considera solo la forma lógica en la relación de los conocimien-
tos entre sí, es decir, la forma de pensar en general, [...] y de esta forma –prosigue
Raggio– Kant desontologiza la lógica’’.
678
utilizado los procesos cognitivos naturales sobre los que se constitu-
yen nuestros conceptos lógicos, sino que solo han tomado en cuenta la
oposición entre lo verdadero y lo falso’’. Y a continuación, como si es-
tuviera hablando en nuestro propio presente afirma con gran convic-
ción y tal vez demasiada fuerza, ‘‘Quiconque a enseigné la logique
connait très bien les difficultés reencontrées par les étudiants de
reconaître dans les connecteurs logiques définis à l’aide des tableaux
de verité les concepts logiques dont ils se servent dans la vie quoti-
dienne et dans la pensée scientifique avec une naturel et une précision
admirable. D’où la vérité incontestable de l’affirmation de beaucoup
de mathématiciens, surtout des mathématiciens français, que l’étude
de la logique empêche le développment des connaissances mathéma-
tiques’’. Y a pocas líneas agrega: ‘‘C’est la thèse de Gerhardt Gentzen
‘Recherches sur la déduction logique’ ce qui a bouleversé la situation
du point de vue logique et philosophique’’.
Pasados los años, hoy es imposible desconocer la importancia de
los aportes de la deducción natural vía los cálculos de Gentzen de
deducción natural y de secuentes para la clarificación de la noción de
consecuencia lógica clásica, la cual ha permitido lograr una precisa
caracterización de la noción de consecuencia de las lógicas subclási-
cas y de las supraclásicas (tanto monótonas como no monótonas) y del
significado de las conectivas lógicas asociado a la noción de conse-
cuencia lógica adoptada.
Referencias
679
Raggio, Andrés, ‘‘Processus cognitifs logiques’’, en Andrés Raggio, Escritos
completos, Eudeba, 2002, pp. 287-292, 1965
Rayo, Agustín, ‘‘Logicism Reconsidered’’, en The Oxford Handbook of Phi-
losophy of Mathematics and Logic, Ed. by S. Shapiro, Oxford University
Press, 2007, pp. 203-235.
Szabo, M. E. (ed.), The Collected Papers of Gerhard Gentzen, North-Holland
Publishing Comnpany, 1969.
Wojcicki, Ryszard, Theory of logical calculi, Basic Theory of Consequence
Operations, Dordrecht, Kluwer Academic Publishers, 1988.
Hacking, Jan, ‘‘What is logic?’’, en The Journal of Philosophy, vol. LXXVI,
6, 1979.
UBA- UNLP
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