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La quiebra del orden político medieval, la aparición y desarrollo del Estado, del sistema
económico capitalista, de la estratificación social clasista, del absolutismo como régimen
político, son fenómenos históricos que no admiten una explicación unicausal, como así tampoco
la ubicación temporal exacta del acontecimiento.
El surgimiento al Estado, debemos hacerlo a través del análisis del largo proceso histórico que
lleva a la aparición de las primeras monarquías nacionales.
“La nueva palabra «Estado» designa certeramente una cosa totalmente nueva porque a partir
del Renacimiento y en el continente europeo, las poliarquías, que hasta entonces tenían un
carácter impreciso en lo territorial y cuya coerción era floja e intermitente, se convierten en
unidades de poder continuas y reciamente organizadas, con un solo ejército que era
permanente, una única y competente jerarquía de funcionarios y un orden jurídico unitario,
imponiendo además a los súbditos el deber de obediencia con carácter genera”
El Estado, como modelo de dominación política, aunque sea un fenómeno hoy extendido
universalmente es, en sus orígenes, un fenómeno propio del círculo cultural de Occidente que
se plasma a partir del Renacimiento.
En síntesis, el poder era compartido (por el Emperador y los monarcas territoriales o monarcas
medievales y los señores feudales: «poliarquía»), intermitente (el monarca no podía mantener
sus ordenaciones de modo ininterrumpido, debiendo contentarse con intervenir sólo
esporádicamente para eliminar perturbaciones sumamente riesgosas) y mediato (forzosamente
dependía de la aquiescencia de los verdaderos factores de poder).
Esto cambiará radicalmente hacia el Renacimiento, pues encontraremos que, para esta época,
el poder del monarca de compartido se ha transformado en único, de intermitente ha pasado a
ser permanente y de mediato se ha convertido en inmediato.
1. los medios reales de autoridad y administración, que eran propiedad privada de los
factores de poder ya señalados se convirtieran en propiedad pública
2. mediante la creación de un ejército permanente
A) Transformando sus técnicas de guerra, con cañones y armas de fuego
B) Los gastos imponían una nueva técnica de las armas exigían una organización
centralizada
En efecto, con la desaparición del Imperio Romano de Occidente se produjo una atrofia en la
economía de las grandes regiones de Europa, pero esta atrofia no significó exactamente un
retroceso a los estadios anteriores.
Una economía atrofiada se caracteriza por tener un nivel técnico superior al que normalmente
correspondería a su nivel de ingreso, habida cuenta de su constelación de recursos naturales. Es
decir que la reducción de la productividad, motivada por la desarticulación del sistema
económico, no acarreó una reversión a las formas primitivas de producción.
En efecto, con la desaparición del Imperio Romano de Occidente se produjo una atrofia en la
economía de las grandes regiones de Europa, pero esta atrofia no significó exactamente un
retroceso a los estadios anteriores.
Una economía atrofiada se caracteriza por tener un nivel técnico superior al que normalmente
correspondería a su nivel de ingreso, habida cuenta de su constelación de recursos naturales. Es
decir que la reducción de la productividad, motivada por la desarticulación del sistema
económico, no acarreó una reversión a las formas primitivas de producción.
Además, la idea de ganancia y aun la misma posibilidad de realizar una utilidad eran
incompatibles con la situación del terrateniente medieval.
Por otra parte, es necesario considerar un tercer proceso, que es el que determina la aparición
de la burguesía y del sistema de estratificación social clasista, proceso que también se encuentra
inextricablemente unido a los otros dos, ya que la burguesía será el sector social en que se
apoyará el monarca para imponerse a los nobles.
SURGIMIENTO DE LA BURGUESIA
En el contexto feudal la burguesía estaba formada por los habitantes de los burgos, o sea en las
poblaciones edificadas fuera del contexto del castillo del señor feudal, y no tenía sino una
identidad negativa o residual, Imito legal como socialmente: era la identidad que se asignaba a
todos los que no eran clérigos, ni nobles, ni siervos. Al proliferar la burguesía, este estatus único
llegó a abarcar una enorme variedad de estilos y circunstancias de vida.
Con el triunfo de la burguesía, vehiculizado en un primer momento por el triunfo del monarca
absoluto, con quien hicieron causa común, el sistema de estratificación social dejará de ser
estamental para convertirse en clasista, es decir, la escala social jerárquica en la cual se ubican
los individuos dejará de estar fundamentada en la posesión de la tierra para pasar a girar en
tomo a la posesión del dinero y los valores propios del sistema estamental (linaje, tradición,
honor, comunitarismo) serán reemplazados por los valores del sistema clasista (habilidad,
inteligencia, utilidad, individualismo).
2. EL ESTADO ABSOLUTISTA
Progresivamente, en ese marco se fue haciendo evidente la necesidad de que los poderes del
Estado debían diferenciarse de los deberes del gobernante con respecto a una fe en particular.
También favorecieron al absolutismo las exigencias de seguridad física y jurídica que surgen de
la comercialización acelerada de la economía, por la dinámica interna del sistema productivo
urbano, así como la necesidad de seguridad física y jurídica que emerge como consecuencia de
los flujos de metales preciosos y nuevas transacciones que se produjeron luego del
descubrimiento de América.
Un hecho revolucionario que se manifiesta en este periodo es la producción de leyes por parte
del monarca con la capacidad de ponerlas en vigor, además del establecimiento de un sistema
tributario cada vez más abarcativo y efectivo en todo el territorio.
El gobernante absolutista hizo suyas las facultades de gobierno que antes estaban dispersas
entre varios individuos y cuerpos colegiados, produciéndose así una unificación del
establecimiento y ejecución de políticas estatales, un ejercicio de todos los aspectos del
gobierno que funcionaban en nombre de un poder soberano.
En ese marco, las instituciones del Estado, las tribuna licias, ministeriales y administrativas se
van haciendo cada vez más públicas, es decir oficiales y relativamente visibles. Así, los códigos y
estatutos del Estado tenían que promulgarse y publicarse oficialmente imprimiéndose en lengua
oficial.
El Estado de derecho, producto de una larga historia, implicó fundamentalmente una lucha
contra el absolutismo monárquico y la concreción de una serie de principios legales que
marcaron un modo de ser estatal que caracterizó a la mayoría de los Estados occidentales del
siglo XX, y que en su modalidad más específica significó la imposición de una técnica de
vinculación jurídica del Estado al ordenamiento jurídico y el reconocimiento de los derechos
fundamentales del hombre.
Hablamos del Estado liberal de derecho como una forma estatal que implica una síntesis de
múltiples sentidos históricos, políticos, sociales y económicos que impregnan un siglo. Esto
presupone:
- un concepto de sociedad-individuo y
- una concepción económica, que, en su desarrollo histórico, coadyuva a la formación
característica del Estado de derecho liberal.
Dijimos en otra oportunidad en relación con este tema, que la característica más abarcadora del
Estado de derecho era el imperio de la ley, el que estaba destinado a realizarse en dos ámbitos
fundamentales: en el Estado y en la sociedad; a partir del establecimiento de una técnica de
vinculación jurídica del Estado al ordenamiento jurídico y del reconocimiento de derechos
fundamentales del hombre.
En resumen, diremos que el Estado de derecho liberal debe entenderse sobre la base de
procesos que van surgiendo correlativamente:
- el racionalismo de la ilustración,
- el liberalismo político,
- el liberalismo económico y desde un punto de vista social,
- el triunfo de la burguesía, que como clase adquiere reconocimiento y fuerza de cambio.
LIBERALISMO Y DEMOCRACIA
La gran expansión del liberalismo en este momento no debe hacemos suponer que se
instauraron las democracias repentinamente; primero fue el liberalismo, luego las democracias-
liberales.
Las democracias surgen como producto de años de lucha por el sufragio universal, proceso que
se va dando paulatinamente y que se generalizará después de la II Guerra Mundial.
Por ello, Sartori (1988) manifiesta que hay tres etapas en lo que va del siglo XIX al siglo XX:
El presupuesto filosófico del Estado liberal es la doctrina de los derechos del hombre, entendidos
como aquellos que todos los hombres tienen por naturaleza, independientemente de su
voluntad y frente a los cuales quienes en algún momento detenten el poder.
Este presupuesto adquiere un valor vital para la época en tanto sirve para establecer los límites
del poder político, con base en una concepción general e hipotética de la naturaleza del hombre
que prescinde de toda verificación empírica y de toda prueba histórica.
Esto suponía la independencia de los poderes en tanto cada uno de ellos se asentaba sobre una
realidad social autónoma, que implicaba la autonomía de sus portadores. El Ejecutivo se
localizaba en el monarca; el Legislativo estaba dividido en dos Cámaras, representando a la
nobleza y a la burguesía, y el Judicial, si bien no tenía presencia permanente, era investido en
realidad por el estamento de toga.
Los valores que estaban destinados a asegurar el orden jurídico eran los derechos individuales:
1. la seguridad jurídica,
2. la igualdad de los hombres frente a la ley,
3. la libertad, la propiedad privada y
4. la participación de los ciudadanos en la formación de la voluntad estatal.
La economía es uno de los pilares fundamentales del Estado de derecho liberal. La economía era
vista como parte integrante del todo social, las relaciones económicas estaban ligadas al orden
y los valores políticos.
El eje comienza a girar sobre la idea de que el incentivo fundamental de la actividad económica:
- es el interés individual
- Su consecución privada y competitiva es la fuente del máximo bien público, con lo que
se destruye el postulado de toda la Edad Media;
- la desconfianza hacia la persona dedicada a enriquecerse.
La teoría económica del mercado, el beneficio y la propiedad de los medios de producción son
justificados en la medida en que sirven a este fin. Son presentados como medios para un fin y
no un fin en sí.
La sociedad no es entendida como un hecho natural sino como un cuerpo artificial creado por
los sujetos para la satisfacción de sus intereses, y esto en el m arco de una ley natural, que
establece derechos fundamentales, de los cuales el individuo sólo puede desprenderse
respetando los límites de una renuncia acordada con todos, con lo que se asegura una
convivencia ordenada y libre.
Implicó la separación:
El Estado, según la teoría de los autores del liberalismo, debía ser mínimo, sólo debía intervenir
en la vida social y en el mercado, para asegurar las mínimas condiciones para que la sociedad y
la economía actuaran de acuerdo con su propio orden.
La sociedad y el Estado eran presentados como ámbitos separados, ya que ésta era la forma
necesaria de evitar la intervención de un poder negativo en la esfera de los individuos.
1.5.a. Ley
Debemos entender, tal cual dijimos, cómo se concebía a la ley en este momento histórico: como
una normatividad general y abstracta, válida para un número indeterminado de casos y por
tiempo indefinido. La ley era entendida como una formulación racional correspondiente a un
orden natural de las cosas, que es asequible al entendimiento y fundamentalmente destinada a
asegurar la libertad.
2.1. Introducción
El modelo de Estado que surge luego de la crisis del Estado de derecho liberal ha sido designado
con distintos nombres; tal vez el más extendido sea «Estado de bienestar».
El Estado de bienestar es una forma histórica de la organización estatal que produce cambios
estructurales en diversos ámbitos con respecto al modelo liberal decimonónico, que
desencadena procesos de diferenciación de las funciones estatales que afectan los fundamentos
legitimarios del Estado.
Así la salud,
la educación,
las políticas de vivienda y
sobre todo, la seguridad social (empleos, pensiones, protección familiar, etcétera)
1. La fase de experimentación: abarca desde 1870 a 1925. El aspecto central de esta fase se
articula a la interrelación entre seguridad social y democracia.
Una de las cuestiones más importantes en los antecedentes del Estado social es la paulatina
sustitución del concepto de seguridad liberal burgués por el de seguridad socioeconómica que
se fue dando por un cambio en la actuación estatal.
2. La fase de consolidación: se inicia a partir de los años 30, donde el aspecto más destacado
será una reestructuración de las relaciones Estado-economía que abrirá legítimamente la acción
interventora del Estado. Luego de la crisis del 30, trajo de consecuencia:
a) la aparición del desempleo masivo obligó a realizar disertos nuevos de políticas para
hacer frente a ese problema.
b) demandas de solución de la problemática situación socioeconómica empezaron a
destinarse fondos públicos para la creación de servicios sociales.
c) Esto produce importantes cambios en las estructuras organizativas del Estado,
ampliando la capacidad de gasto de los ministerios y produciendo un aumento de
personal administrativo.
3. La fase de expansión: se sitúa a partir del final de la Segunda Guerra Mundial, y tiene su
apogeo en las décadas que van de 1950 a 1970. Luego de la segunda guerra mundial, los
problemas sociales y el ascenso de los partidos de izquierda, se afianza el estado de bienestar.
Se plantearon dos objetivos:
En síntesis, se puede sostener atendiendo sólo a los hitos más importantes que, históricamente,
la confluencia combinada del sufragio universal, la Primera guerra Mundial, la crisis económica
de 1929 y la presión creciente de movimiento obrero provocan el colapso del Estado burgués
liberal.
Para algunos autores (Cotarelo, 1990) el origen de la idea del Estado social de derecho puede
remontarse a la revolución de 1848, en la cual se presenta un enfrentamiento entre el socialismo
radical y un socialismo democrático o reformista.
El núcleo teórico doctrinario del Estado social de derecho se apoya más en propuestas
programáticas que en «grandes obras», a diferencia del Estado de derecho liberal, cuyo análisis
remite a relevantes textos de importantes autores.
la teoría keynesiana intentaba paliar los efectos de la depresión actuando sobre la demanda a
través del Estado, tratando de asegurar un alto nivel de actividad económica y pleno empleo.
Esta política socioeconómica, con diferentes matices, fue llevada a cabo en la mayor parte de
los países europeos, tanto por los partidos políticos de derecha e izquierda.
En el Estado de bienestar el poder político se emplea para modificar con medios legislativos y
administrativos el juego de las fuerzas del mercado en tres aspectos:
La teoría keynesiana era paliar los efectos de la depresión actuando sobre la demanda a través
del Estado. La expansión de los programas de bienestar implementados desde el gobierno se
justificaba, no sólo con el fin de cubrir las necesidades básicas de la población, sino el consumo.
El keynesianismo resulta tan imprescindible para la comprensión del Estado social como
cualquiera de las explicaciones teóricas en lo político y social. Las recomendaciones keynesianas
y el nuevo auge que tomó el Estado a partir de la Segunda Guerra Mundial dieron lugar a una
expansión estatal sin precedentes en dos órdenes diferentes:
La intervención estatal generó un poderoso sector público de la economía que empieza con el
auge de las nacionalizaciones de posguerra, pasado el cual la política estatal prosiguió en ese
rumbo, justificando el intervencionismo por dos razones:
I. PLANTEO DE LA CRISIS
El tema de la crisis del Estado de bienestar será presentado en relación con sus dos niveles de
análisis:
A partir de mediados de los años setenta, la que había sido reconocido casi unánimemente como
la fórmula más exitosa de superación de los conflictos sociales y gestora del «progreso
indefinido» comienza a desmoronarse y a ser objeto de duras críticas. Empieza así a quebrarse
el consenso de la confianza indiscutida en el Estado de bienestar y su expansión futura.
CAUSAS:
El gasto público dirigido a impulsar los dos primeros requerimientos, en los años iniciales de la
posguerra, se constituyó en uno de los factores decisivos del crecimiento económico y social, en
cuanto promotor del desarrollo industrial.
El aumento del sector público hace su funcionamiento más complejo al mismo tiempo que el
poder central pierde capacidad de regulación sectorial a medida que cada área de la burocracia
se ve influida por un complejo de intereses específicos y presiones sectoriales.
Las demandas de crédito por parte del Estado tendieron a neutralizar su capacidad de controlar
las tasas de interés; a pesar de que ello constituía uno de los pilares del modelo keynesiano. Esta
tendencia coincidió con la internacionalización del mercado financiero, el cual en la década del
cincuenta sólo existía como sistema financiero nacional, sometido a estrictas regulaciones,
derivadas de las experiencias de la crisis del treinta.
1 c. Sector trabajo
Por otra parte, la política de pleno empleo y la mejora constante del salario real a partir de la
posguerra, que fue tanto una consecuencia de las ideas keynesianas como de la creciente
demanda sustentada en el poder de las organizaciones sindicales, se vio paulatinamente
condicionada y reformulada por la respuesta empresarial, en un proceso que em pieza a g
estarse en la década del sesenta.
Así, la estructura de la oferta y la demanda de mano de obra fue cambiando en los países
industrializados centrales, con una tendencia a disminuir la capacidad de negociación de los
trabajadores.
Se produce, asimismo, una tendencia a la apertura en las economías nacionales, también muy
vinculada con el accionar mencionado de las empresas multinacionales, las cuales buscan
distribuir sus productos en el mercado mundial. Esta apertura fue transformándose cada vez
más en un fenómeno irreversible, al que coadyuva una amplia gama de convenios
internacionales y los acuerdos del G.A.T.T.
Así, el funcionamiento de la economía nacional debe adecuarse cada vez más a su estrecha
relación con otros mercados, lo que limita la posibilidad de regular el mercado nacional, por la
presión de los costos y precios de los otros.