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INTRODUCCION
¿Usted es una persona que ha creído y ha recibido a Cristo como su Señor y Salvador,
verdad? Toda persona que cree y recibe sinceramente a Cristo como su Señor y Salvador (Juan
3:16, Romanos 10:9), pasa de la condición de pecador no perdonado a ser un pecador perdonado,
pasa a ser un hijo de Dios (Juan 1:12), ES SALVO y SE HACE MIEMBRO DE LA IGLESIA
UNIVERSAL, EL CUERPO INVISIBLE DEL SEÑOR JESUCRISTO (1 Corintios 12:27).
Ser miembro del cuerpo de Cristo es un gran privilegio, DIGALE A LA PERSONA DE A LADO:
ERES UN PRIVILEGIADO (A) ¿Por QUÈ SOMOS UNOS GRANDES PRIVILEGIADOS? PORQUE,
antes de aceptar a Jesucristo vivíamos
@ sin esperanza,
@ ajenos a Su pueblo y
@ sin Dios (Efesios 2:12).
Ahora que estamos unidos a Cristo no sólo pertenecemos a la Iglesia Universal de Jesucristo,
sino también a una iglesia local la cual es Su pueblo santo y Su cuerpo visible en la tierra.
Por otro lado, ¿QUÈ ES NECESARIO PARA QUE UN CREYENTE SEA MIEMBRO DE UNA
IGLESIA LOCAL? para ser miembro de una iglesia local es necesario que el creyente muestre un
testimonio público de su fe en Jesucristo bautizándose en agua por inmersión (Mateo 28:19),
lo cual, ES UN ACTO DE COMPROMISO CON JESUCRISTO Y SU IGLESIA.
Luego, una vez que eres miembro de la iglesia conocerás todo acerca de la Biblia con sus
enseñanzas doctrinales (2 Timoteo 3:16, 17), así Su fe se verá fortalecida.
De esta manera verás las grandes ventajas y los valores que imparte la iglesia.
1. Reconocer que la iglesia no es una organización de invención humana, sino un organismo vivo,
sobrenatural, de trascendencia eterna.
2. Agradecer a Dios por el privilegio de participar en la iglesia que Jesucristo estableció en la tierra
para nosotros.
INTRODUCCIÓN
La iglesia es el grupo humano más importante sobre la tierra, ¿Por qué? porque su naturaleza y
su propósito en la tierra tienen una completa relación con la eternidad.
Es por ello que en el siguiente estudio debes poner toda tu atención, para que tu vida contribuya a
los fines eternos de la iglesia.
I. ¿QUÉ ES LA IGLESIA?
Escogidos en Cristo “para que fuésemos santos y sin mancha delante de él” (Ef.1:4)
“Adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad” (Ef.1:5)
“Aceptos en el Amado. En Él tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados” (Ef.6-
7)
“Sellados con el Espíritu Santo de la promesa” (Ef.1:13)
Los redimidos en Cristo “de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas” (Ap.7:9)
Los que mantenemos “firmes, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el
que prometió” (Heb.10:23).
Los que nos consideramos “unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras”
(Heb.10:24)
Los que “no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino
exhortándonos…” (Heb.10:25)
En otras palabras, la “iglesia” es una agrupación de personas llamadas del mundo, para
formar un pueblo santo, redimidos por la muerte de Jesucristo, regeneradas (2 Corintios 5:17)
y habitadas por el Espíritu Santo (Juan 14:17).
Para entender mejor el significado de la "iglesia", vayamos a la Biblia, ella la presenta de diferentes
maneras, para enseñarnos sus VARIAS FACETAS:
1. EL CUERPO DE CRISTO:
La Biblia dice: "...y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la
plenitud de Aquel que todo lo llena en todo" (Efesios 1:22-23, 5:23).
La iglesia es el cuerpo de Cristo aquí en la tierra. Cristo está en los cielos donde nadie le puede ver,
pero en la tierra está Su cuerpo (nosotros) para que todas las personas del mundo lo puedan ver.
¿QUÈ TIENEN QUE VER EN LA IGLESIA QUE ES EL CUERPO DE CRISTO?
a. Cuando alguien te alce la voz tú debes de aprender a reducir la tuya. Cuando ellos alzan sus
emociones, tu bajas las tuyas, eso es fuerza bajo control.
b. Cuando alguien nos critique no tomemos represalias, no nos desquitemos. No entre en
discusiones acaloradas o debate. Si me critican no tengo permitido contraatacar
c. Cuando quieres persuadir a alguna persona que haga algo no les grite ni los regañe. Si
queremos persuadir a las personas con nuestras ideas, productos, servicios, nuestra fe o cualquier
otra cosa tenemos que ser agradables. Cuanto más agradables sean nuestras palabras más
persuasivas.
d. Cuando vas a disciplinar a tus hijos nunca disciplines por enojo o por frustración sino que
siempre con mansedumbre y amor.
e. Cuando alguien me sirva: seré comprensivo, no exigente. Estoy hablando de meseros(as),
dependientes en las tiendas, una secretaria, una empleada de casa. Tratemos a la gente con
respeto, seamos comprensivos con sus sentimientos, seamos tolerantes y no exigentes.
f. Cuando alguien está en desacuerdo contigo: Seré amable, sin rendirme.
g. Cuando alguien te decepcione: Serás manso, No sentencioso. ¿Cómo reaccionamos cuando
alguien echa a perder su vida? Le decimos: “yo te lo dije”, “ya lo veía venir”, “para que te sirva”,
“yo nunca sería tan tonto” y sentimos una satisfacción secreta cuando vemos a alguien caer,
particularmente si nos han criticado.
2. LA NOVIA DE CRISTO:
La Biblia dice: "Dios ha hecho que yo me preocupe por ustedes. Lo que quiero es que ustedes
sean siempre fieles a Cristo, es decir, que sean como una novia ya comprometida para
casarse, que le es fiel a su novio y se mantiene pura para él." (2 Corintios 11:2, TLA).
Este verso nos presenta la exclusividad que tiene Cristo para con la iglesia, de manera que no hay
otra organización u organismo que a Él le pueda interesar. Y de igual modo, nosotros solo le
debemos fidelidad únicamente a Jesucristo.
a. Lee la Biblia. Debes leer la Biblia dos veces al día, en la mañana y en la noche. Si te
concentras solo en Dios de 5 a 10 minutos, te ayudará mucho. Trata de encontrar un tiempo
para leer uno o dos versículos de la Biblia y para concentrarte en lo que Dios dice en esos
versículos.
b. Ora a Dios. Cuando te sientas feliz, triste, enojado, asustado o simplemente aburrido. Dile
cómo te sientes y no te contengas. No solo reforzarás tu relación con Dios, sino que también
te hará sentir realmente mejor cuando tienes a alguien con quién conversar.
c. Pregúntese ¿Qué haría Jesús? Cuando tienes un conflicto, aunque sea algo simple como
“Me pregunto si debo comer el último trozo de pastel”, debes preguntarte qué haría Jesús en
este caso. Entonces, es probable que Jesús no se coma el último trozo de pastel, sino que
permita que otra persona lo haga.
d. Evita la tentación. Muchas veces en la vida, uno siente la tentación de hacer cosas que sabe
que no debe hacer. Aunque sea difícil, lo mejor que debes hacer es evitarlo. Simplemente date
la vuelta si la tentación es difícil y si viene constantemente hacia ti, ora a Dios para que te
ayude a quitarte esa tentación y a encontrar algo que te distraiga. Si algún amigo te presiona
para que hagas algo que no está bien, debes decirle que se detenga y alejarte.
e. Ve a la iglesia. No tiene importancia qué tipo de cristiano seas. Hay una iglesia para ti. Asiste
a cualquier servicio que puedas asistir y asegúrate de tomar notas durante el sermón.
Asimismo, asistir a la escuela dominical también te servirá de ayuda. La mayoría de iglesias
tiene escuelas dominicales para los adultos y los niños.
3. LA FAMILIA DE DIOS:
La Biblia dice: "Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los
santos, y miembros de la familia de Dios" (Efesios 2:19, 20-22; Juan 1:12).
Los vínculos naturales y espirituales tan fuertes que unen a las personas son los lazos familiares, por
esta razón, la iglesia es presentada como una familia para indicar la fuerte unión que existe entre
Jesús y los creyentes. Los que van integrándose posteriormente reciben el amor cristiano, el
alimento espiritual y ayuda para crecer en la fe.
¿CÒMO DEBE SER NUESTRA CONVIVENCIA EN LA FAMILIA DE DIOS PARA CULTIVAR UNA
COMUNIDAD DE AMOR?
I. CON AUTENTICIDAD.
Consiste en que aprendamos a expresarnos genuinamente, de corazón a corazón, desde
lo más íntimo de nuestro ser. Tu sabes que EL VERDADERO COMPAÑERISMO OCURRE
CUANDO LA GENTE ES HONESTA CON LO QUE ES Y CON LO QUE SUCEDE EN SU
VIDA:
comparte sus penas, revela sus sentimientos, confiesa sus fracasos, manifiesta sus
dudas, reconoce sus temores, admite sus debilidades, y pide la ayuda y oración de los
demás.
Una cosa más, la autenticidad EXIGE VALOR Y HUMILDAD. Implica enfrentar nuestro
temor a la exposición, al rechazo y a probablemente ser heridos nuevamente.
¿POR QUÉ HABRÍAMOS DE CORRER ESE RIESGO? Porque es la única manera de crecer
espiritualmente y conservar nuestra salud emocional. Ej: Jephrey
La Escritura indica que “nuestra práctica debería ser: confesarnos unos a otros nuestros
pecados y orar unos por otros para poder vivir todos juntos y ser sanados”. (Santiago
5:16ª) Sólo podemos crecer si nos arriesgamos, y no hay riesgo mayor que ser sinceros
con nosotros mismos y con otros.
o La comunión es un lugar de gracia, donde en vez de enfatizar los errores, éstos se resuelven.
LA COMUNIÓN SE GENERA CUANDO LA MISERICORDIA TRIUNFA SOBRE LA JUSTICIA.
Todos necesitamos misericordia porque todos tropezamos y caemos y necesitamos que
alguien nos ayude a ponernos en pie y en camino.
o Dios declara que cuando alguien peca, debemos “perdonarlo y consolarlo para que no sea
consumido por la excesiva tristeza” (2 Corintios 2:7). No es posible tener comunión sin
perdón. Dios nos dice: “No guarden rencor” (Colosenses 3:13), porque la amargura y el
resentimiento destruyen la comunión.
o Como somos pecadores e imperfectos, inevitablemente nos lastimamos. El mejor lugar para
restaurar la confianza es dentro del ámbito de apoyo provisto por un GRUPO pequeño que
ofrezca la posibilidad de amarnos mutuamente.
Si nunca has formado parte de uno, no tienes idea de lo que te estás perdiendo.
V. CON SINCERIDAD.
Debemos estar lo suficientemente interesados para decir la verdad fraternalmente, incluso
cuando prefieras pasar por alto un problema o no tratar un asunto espinoso. La Palabra
de Dios nos ordena: “hablando la verdad con amor”. (Efesios 4:15, LBLA) porque no
podemos formar una comunidad sin franqueza.
Salomón dijo: “Una respuesta sincera es el signo de una verdadera amistad”.
(Proverbios 24:26, PAR). A veces esto implica preocuparnos lo suficiente por quien
peca o está siendo tentado para enfrentarlo amablemente.
Pablo dijo: “Hermanos, si ven que alguien ha caído en algún pecado, ustedes que son
espirituales deben ayudarlo a corregirse. Pero háganlo amablemente; y que cada cual
tenga mucho cuidado, no suceda que él también sea puesto a prueba”. (Gálatas 6:1-2)
4. LA CASA DE DIOS:
La Biblia dice: "para que, si me retraso, sepas cómo deben comportarse las personas en la
familia de Dios. Ésta es la iglesia del Dios viviente, columna y fundamento de la verdad"
(1Timoteo 3:15, NTV).
Dios, por medio de su Espíritu Santo que habita en los creyentes, nos enseña a conducirnos como
debe ser, nos hace ver con claridad y distinguir entre lo bueno y lo malo, justamente para evitar caer
en falta.
Cristianismo Católico:
a. Cree en la iglesia y en los santos.
b. Cree en los 7 sacramentos.
c. Creen en la Virgen María y el Espíritu Santo
d. Consideran al Papa como líder espiritual.
e. Creen en la existencia del Purgatorio. Fue proclamado como dogma de fe, por el concilio de
Florencia en el año 1439.
f. Rezan orientados al Sagrado Sacramento.
1. LA IGLESIA UNIVERSAL:
La Iglesia Universal incluye a todos aquellos salvos, de todos los tiempos, sea del pasado, presente
y futuro, de cualquier lugar del planeta en que se encuentren. "a la iglesia de Dios que está en
Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en
cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo" (1 Corintios 1:2).
2. LA IGLESIA LOCAL:
La Iglesia Local, es la reunión de creyentes en un lugar geográfico, como un templo, una casa; ya
sea en una ciudad, pueblo, etc.
"Saludad a los hermanos que están en Laodicea, y a Ninfas y a la iglesia que está en su casa"
(Colosenses 4:15).
"Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros." (Apocalipsis 1:4).
3. SU CRECIMIENTO:
El Señor Jesucristo fundó la primera iglesia en la ciudad de Jerusalén con 120 seguidores que se
reunían en un aposento alto (Hechos. 1:13 - 15; 2:41). Pentecostés es el día del verdadero
nacimiento de la Iglesia de Jesucristo, el cumplimiento de la profecía de Joel 2:28: “derramaré mi
Espíritu sobre todo ser humano” y el inicio del cumplimiento de la promesa de Dios en Ezequiel
36: 25-27, que dice
“Seréis purificados de todas vuestras impurezas”, ya no por el sacrificio de animales, sino por
la sangre preciosa del Cordero de Dios.
“De todos vuestros ídolos os limpiaré”…
“Quitaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne”…
“Pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos y que guardéis mis
preceptos y los pongáis por obra”.
Así empezó la iglesia cristiana. Se formaron iglesias en Jerusalén, primeramente, luego Samaria,
Judea, Galilea, Damasco y Fenicia como resultado de la persecución de Saulo y de las autoridades
judías, y más iglesias después de la conversión de Pablo, quien expreso su inmenso regocijo al
decir: “todo lo he llenado del Evangelio de Cristo” (Ro.15:19).
En un lapso de 60-70 años, a partir del grupo inicial establecido en Jerusalén, la iglesia se extendió
rápidamente, a pesar de las dificultades, persecuciones, falta de recursos económicos y de medios
de locomoción.
Sin duda el poder recibido por el Espíritu Santo como una experiencia transformadora de la vida y
capacitadora para testificar, era el elemento vital para el evangelio y el desarrollo de la iglesia.
El Señor Jesucristo dijo: "Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi
iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerá contra ella" (Mateo 16:18).
Según éste versículo, Cristo es el único autor y fundador de la iglesia. Al decir: "Edificaré mi
iglesia" prometió que salvaría mucha gente, y con ellos formaría una congregación con
características de un "pueblo de Dios" (Tito 2:14).
"Y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre
los muertos, para que en todo tenga la preeminencia" (Colosenses 1:18).
Cristo la fundó y Él es su cabeza. Por tanto, es a Él, al único a quien se le atribuye la propiedad y la
dirección de la iglesia. La verdadera iglesia siempre buscará la dirección del Señor para saber cómo
debe pensar y qué actos realizar.
Una ordenanza es una ceremonia instituida por Cristo para ser observada siempre y en todo lugar.
Representa una verdad fundamental de la fe cristiana; confirma y fortalece la fe y es sagrada y
obligatoria por tener la autoridad de Cristo.
Las ordenanzas señalan el establecimiento de un pacto entre Dios y el hombre. Para los que están
dentro del pacto, significa los beneficios de la redención y autentifican la promesa divina de
salvación.
El Señor Jesucristo estableció dos ordenanzas para que su iglesia las cumpla, con el propósito de
comprometer a los creyentes con Él, que conmemoren su muerte y esperen su segunda venida:
"El Bautismo”: Es la orden del Señor, que se basa en Mateo 28:19. Solo los adultos convertidos,
con capacidad de tomar una decisión importante, eran bautizados, porque ellos mismos lo deseaban.
El bautismo era por inmersión para corresponder al sentido original de la palabra en griego que es
“sumergir”.
En las Escrituras el bautismo se asocia directamente con el volverse a Dios; no es para “creyentes
perfectos”, ni es cuestión de “sentirse listo” para bautizarse; pues, no debemos probar que somos
capaces de ser buenos cristianos. Lo único que se debe comprobar es la fe genuina en Jesucristo y
el arrepentimiento de nuestros pecados.
El bautismo es mucho más que un acto de obediencia. Simboliza la identificación del creyente con
Cristo en su muerte y resurrección. Ser sumergidos bajo el agua representa la muerte y sepultura de
la vida antigua y al salir del agua, el creyente está simbolizando su resurrección a una vida nueva.
Señala que está decidido a vivir para Dios.
Por el bautismo entramos a formar parte de la iglesia local e implica un compromiso con la iglesia:
somos corresponsables por su bienestar y la evangelización por el mundo.
Por el bautismo, damos testimonio al mundo, al diablo y sus huestes, y lo más importante, ante
Dios, con quien nos estamos comprometiendo; aceptando de todo corazón servir a nuestro nuevo
Amo y Señor, no por obligación, sino por amor; no con miedo, sino con gozo; no por recompensa,
sino para la gloria de la vida eterna.
Fue instituida por el Señor mientras comía la pascua con sus discípulos. En la pascua los judíos
recordaban su liberación de la esclavitud de Egipto, cuando fueron salvados por la sangre del
Cordero aplicada en la puerta de sus casas.
Cuando vino Jesús, “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Jn.1:29) la fiesta de la
pascua adquirió un nuevo significado: Cristo murió para librar a Su pueblo de la esclavitud del
pecado. Esta ceremonia nos recuerda el perdón de nuestros pecados, recibido por el cuerpo partido
y la sangre derramada de Jesucristo, quien fue ofrecido una vez para siempre e hizo lo necesario
para salvarnos. Ya no queda más por hacer, pues Dios nos ofrece en Cristo una salvación completa.
El sacrifico de Cristo es irrepetible e irreversible; es erróneo pensar que en la eucaristía se repite el
sacrificio. La Cena es una conmemoración de los sufrimientos y la muerte expiatoria de Cristo. Allí
afirmamos que seguimos dependiendo de Cristo para nuestra salvación y que aceptamos la nueva
vida espiritual que Él nos provee, una vida sobrenatural que vence al pecado y nos hace más que
vencedores. También allí miramos con anhelo y confianza hacia adelante, la venida de Cristo
resucitado para llevar a los suyos al hogar celestial.
El pan y el vino son símbolos del cuerpo y de la sangre de Cristo; no se convierten literal y
físicamente en cuerpo y sangre de Cristo. No creemos en la transubstanciación, es decir la doctrina,
según la cual, cuando el sacerdote repite las palabras de Cristo durante la misa, el pan y el vino se
convierten en el verdadero cuerpo y sangre de Cristo, aunque nadie note el cambio.
El Señor Jesús estaba delante de los apóstoles en su cuerpo físico cuando dijo: “esto es mi
cuerpo… esto es mi sangre” (Mt.26:26-28), pero no les ofreció su carne ni su sangre literalmente,
sino pan y vino.
Debemos prepararnos para participar de la Santa Cena, pero la Biblia no dice que debemos ayunar u
observar ciertos ritos, sino “Pruébese cada uno a sí mismo” (1Cor.11:28); esto es examinar
nuestra vida y permitir que el Espíritu Santo nos examine. Si hubiere algún pecado, debemos
confesarlo y pedir perdón a Dios, evitando así participar indignamente, sin discernir la unidad del
cuerpo de Cristo.
No es correcto abstenerse de la Cena por tener pecado en la vida; lo correcto es confesar la falta a
Dios con arrepentimiento genuino y participar de la Cena por fe en su perdón.
3. La organización de la iglesia:
La iglesia local se organiza sobre la base de la enseñanza del mismo Señor Jesucristo contenidos en
la Biblia y se aplican de acuerdo a la realidad de cada lugar y las personas a las cuales se va a
ministrar.
CONCLUSIÓN
La iglesia es un organismo vivo, sobrenatural, creado y fundado por el Señor Jesucristo, siendo Él la
cabeza y los cristianos el cuerpo de Su iglesia.
Tiene autoridad sobre ella; la naturaleza de la misma es para reunirse en adoración a Dios y
continuar extendiéndose hasta que Jesucristo venga por ella a recogerla.