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Dios y libertad
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Ericka Pani. Democracia y representación política. La visión de dos periódicos católicos de fin de siglo, 1880-
1910, en: http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicacionesdigital/libros/modernidad/05moc
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propósito de polemizar sobre temas referentes al sufragio efectivo y con la
intención de desenmascarar a los políticos porfiristas que incumplían con los
ideales republicanos y demócratas2.
2
Ibíd., p. 155.
2
representativo y las elecciones. Años antes, la vieja generación de conservadores se
negó a formar parte de la lucha política, convirtiéndose en la guardia del
catolicismo que buscaba construir un mundo católico aparte de la vida política3. La
posición dogmática de este grupo desaprobaba la soberanía del pueblo, puesto que
decía que la potestad divina era la única vía que podía establecer un gobierno justo,
además del bien común. Durante la segunda mitad del siglo XIX, este grupo de
católicos se abstuvo de opinar en la política, sin embargo, al final esta postura
cambió y a finales del siglo, incluso la vieja tradición de conservadores aceptó la
necesidad de una democracia con la exclusividad de que consideraba que debía
estar fundada por los católicos.
3
Ibíd., p. 147.
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gubernatura. Así que tanto el ala tradicionalista y los nuevos católicos, ofrecían una
propuesta para limitar el voto del pueblo, ya que ambos temían a la voluntad de las
masas. Según Pani, la idea que sostuvieron ambos grupos para no creer en la
soberanía de las masas fue pensar que tal responsabilidad debía quedar en manos
de una élite educada, sostenida en la sentencia de que“(…) la Ley no es la obra de
la voluntad, sino de razón”4. O bien, de acuerdo con los que aceptaban que el voto
fuera censatario, proponían que los católicos tenían que ser aquellos en quienes se
necesitaba depositar la confianza de elegir correctamente a los gobernantes, ya que
por naturaleza buscarían el bien común de los ciudadanos. Tales pensamientos no
eran otra cosa sino una respuesta al mal uso del sufragio popular que se le dio a
finales del siglo decimonónico.
Consideraciones finales
Sin duda, las cosas cambiaron en el ámbito religioso en cuanto las Leyes de
Reforma fueron puestas en marcha. Los conservadores perdieron el poder que les
concedía participar en asuntos que los liberales limitaron a la jurisdicción de las
Leyes civiles, lo cual anuló toda posibilidad de que la Iglesia tuviera la oportunidad
de ejercer su autoridad en ámbitos distintos a los religiosos. Pani no habla sobre
los motivos que empujaron al grupo católico a abstenerse de opinar sobre la
política pasando el año de1867. Por lo pronto, es posible pensar que la razón de
tal ausencia, se debió a su destierro y su nula autoridad en los asuntos políticos.
Cierto es que, las Leyes de Reforma y la aplicación de la Constitución de 1857 no
siempre se cumplieron en su totalidad, todo dependía de las disposiciones que cada
gobernante consideraba que eran oportunas implementar o, en su caso, poner en
desuso si creía que carecían de utilidad. Por ejemplo, durante el Porfiriato la
conciliación que Díaz hizo con la Iglesia trajo el descontento y ocasionó la crítica
4
Ibíd., p.151.
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de algunos liberales que le reprochaban incumplir con las Leyes de Reforma al
pactar con los viejos enemigos de Juárez y del republicanismo.
Cabe resaltar como lo más interesante del artículo, el hecho de que los
católicos que escribieron para El Tiempo aprobaran el fraude electoral que encubría
la ilegitima y séptima relección de Díaz. Aquí Pani plantea que la aceptación
favorable de los conservadores veteranos ante tal suceso, se debió a que los
católicos preferían el orden y la prosperidad que les ofrecía el gobierno de Díaz.
Para sorpresa de muchos, los católicos apoyaron al tirano del régimen demócrata
liberal al que pasaron años reprochándole el quebrantar la validez del sufragio
popular como representante de la soberanía del pueblo.