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Resumen
El presente trabajo aborda los poemas del “Ciclo de Juvencio” de Catulo, nos
centramos en identificar la relación presente entre el yo poético (cuerpo propio)
y Juvencio. En primer lugar, presentaremos un estado de la cuestión referente a
las relaciones homosexuales en el contexto latino. De manera siguiente, nuestro
análisis identificará ejemplos de estas relaciones en los poemas seleccionados.
La variada producción de Catulo nos permite observar la gran cantidad de temas
y tópicos presentes en la literatura latina, así, el “Ciclo de Juvencio” se muestra
como uno en los que se representa el tema amoroso, guiado por un hilo narrativo.
Desde la antigua Grecia, pasando por Roma, fue de conocimiento público que
muchos poetas dedicaran sus versos a ejemplificar relaciones entre personas
del mismo sexo, en especial, entre varones. Esto respondería no solo a un
fenómeno literario, sino también a un fenómeno social, dentro del cual las
relaciones de pederastia y homoerotismo tenían ciertas normas para su normal
desarrollo en la época clásica. Es necesario tener en cuenta, que, para la Grecia
o la Roma antigua no se distinguían roles de género como tales, sino que estos
iban de acuerdo a la condición social del individuo, algo que se daba
indiscriminadamente.
1.1. Pederastia
Un punto a tener en cuenta para dar una definición del concepto de pederastia,
es cómo se vislumbraba este tipo de uniones entre hombres dentro de las
producciones literarias de esos tiempos. Si bien se tiene registro de uniones
esporádicas entre hombres, no se manejaba el concepto de relación estable,
mejor dicho, no se guarda un registro en ninguna de las obras. En cambio, la
pederastia no solo era una institución bien cimentada durante ese tiempo, sino
que también alcanzó su máxima representación en el epigrama. Esta institución
de la pederastia, era basada en una relación recíproca de aprendizaje, es decir,
el hombre adulto, que en su mayoría de veces era algún conocido de la familia
del joven, asumía el rol de proteger y vislumbrar por la formación en virtudes y
valores del jovencito, sin salir de los límites pedagógicos, aunque mucho se
hablaba de que estas relaciones escapaban de los lugares exclusivamente
destinados al aprendizaje, y llegaban a tornarse en una relación homoerótica.
Al igual que en el “Ciclo de Lesbia”, esta serie tiene un cierto hilo narrativo,
en los que se menciona (directa o indirectamente) a Juvencio. Otro aspecto a
mencionar sobre este conjunto de poesías es el hecho de que en la relación
afectiva entre el hablante lírico (que encarna la figura del vir) y Juvencio nunca
se concreta el acto sexual, por lo que podría hablarse de una relación
pederástica, donde el vir cuida y vela por el joven, además de defender su pudor.
Citaremos algunos pasajes ilustrativos a continuación:
1
Fragmento del poema 15 titulado “¡No toques a mi jovencito!”.
2 Fragmento del poema 16 titulado “En defensa de su honradez”.
suficientes. En el poema 23 se reitera esta situación, pero el cuerpo propio ya no
se dirige a Aurelio sino a Furio, personaje que apareció en el poema 16. En este
poema se ironiza su posición económica, apuntando que es “muy afortunado”
por sus carencias. Aisladamente, este poema no parece guardar relación con el
resto del conjunto, pero si leemos el poema 24, su presencia cobra sentido. En
este, el hablante lírico se dirige a Juvencio para manifestarle el error que ha
cometido al vincularse sentimentalmente con “ese que no tiene esclavo ni caja
fuerte”. Si revisamos el inicio del poema anterior3, notaremos claramente que
está aludiendo a Furio. Pero dentro de este ciclo no solamente hay una defensa
y protección de Juvencio, sino que también hay pasajes que claramente
mencionan situaciones homoeróticas. Pasaremos a comentar algunos casos.
Resulta interesante anotar que no es aquí el joven quien sufre, sino el vir. Esto
puede entenderse por las razones que motivaron el fin de la relación. No fue por
la edad de Juvencio, ya que no se menciona en ningún pasaje. El motivo de la
separación fue que Juvencio empezó a experimentar sentimientos por otra
persona, con lo que el pesar no caería en él sino en el vir.