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CAUSA 58838/17 – SE PRESENTA EN CALIDAD DE AMICUS CURIAE

Excma. Sala:

Lorena Pujó, en mi carácter de presidenta del Colectivo para la Diversidad Asociación Civil
(acta 41 del 31 de marzo de 2017), con el patrocinio letrado de Luciana Sánchez, T.104
F.334 CPACF, constituyendo a estos efectos domicilio en Av. De Mayo 1365 p. 4 ofi. 38,
CABA, y el electrónico en 27239923882, en los autos 58838/17, a V.V.E.E. me presento y
respetuosamente digo:

1. Personería. Objeto

Quien suscribe es Presidenta de la Asociación Civil Colectivo Para la Diversidad, en virtud de


las obligaciones y facultades establecidas en el estatuto social (adjunto).

Vengo por la presente a solicitar a V.V.E.E. que admitan este memorial de Amicus Curiae, en
el que se desarrollan una serie de consideraciones de hecho y derecho nacional e
internacional de los derechos humanos que, a nuestro juicio, podrían ser de interés para
este Excmo. Tribunal, por encontrarlos conducentes para la resolución de las cuestiones
planteadas en el presente caso.

2. Admisibilidad

2.1. La Institución del Amicus Curiae

Los amicus curiae son presentaciones que pueden realizar terceros ajenos a una disputa
judicial a fin de expresar sus opiniones y acercar argumentos de relevancia para la
sustanciación del proceso judicial y la materia en discusión. Dichos terceros deben tener un
justificado interés en la resolución final del litigio, el cual debe versar sobre cuestiones de
trascendencia colectiva o interés general. En nuestro ordenamiento jurídico, la presentación
de dictámenes en carácter de amicus curiae no sólo ha sido receptada por numerosos
antecedentes jurisprudenciales, sino que además se encuentra reconocida por la Corte

1
Suprema de Justicia de la, a través de su Acordada N° 7/2013, que estableció el Reglamento
sobre Intervención de Amigos del Tribunal. En este sentido, el Alto Tribunal ha expresado
que la regulación de esta institución busca procurar una mayor y mejor intervención de los
actores sociales, a fin de “pluralizar y enriquecer el debate constitucional, así como de
fortalecer la legitimación de las decisiones jurisdiccionales dictadas por esta Corte Suprema
en cuestiones de trascendencia institucional”1.

Si bien esta nueva acordada deja sin efecto las dos anteriores que daban marco a la materia
(28/2004 y 14/2006), deben recordarse algunos considerandos vertidos en aquéllas, dada la
vigencia que mantienen: “… No debe prescindirse (…) que la actuación de los Amigos del
Tribunal encuentra sustento en el sistema interamericano al cual se ha asignado jerarquía
constitucional (art. 75, inc. 22), pues ha sido objeto de regulación en el Reglamento de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos (art. 62.3) y ha sido expresamente autorizada
por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos con sustento en los arts. 44 y 48 de la
Convención Americana”2.

Como ha dicho la jurisprudencia, “El amicus curiae no es más que una forma de
instrumentar la democracia participativa en el ámbito jurisdiccional, sin que ello implique,
claro está, menoscabo alguno sobre el poder de imperium de los Jueces a la hora de hacer
Justicia” (LL 2004-D-1277 ). Y esta participación no es en un ámbito exclusivo de la Corte
Suprema, como la praxis constitucional de nuestro país ya ha señalado.

En la Causa No 761 “HECHOS OCURRIDOS EN EL ÁMBITO DE LA ESCUELA SUPERIOR DE


MECÁNICA DE LA ARMADA” (1995).La Cámara Federal en lo Criminal y Correccional de la
Capital Federal , resolvió en plenario admitir un memorial en derecho presentado por dos
organismos internacionales de derechos humanos : CEJIL y Human Rights Watch/Americas,
en calidad de amici curiae a los efectos de ofrecer al tribunal argumentos de derecho
internacional sobre la obligación del Estado para con los familiares de las víctimas de
desaparición forzada. En particular, se proporcionaban fundamentos jurídicos respecto del

1
Acordada 7/2013, considerando, 1° párr.
2
Acordada 28/2004, Considerando 2.

2
derecho a la verdad de las víctimas, los familiares y la sociedad en su conjunto. La Cámara
tuvo en cuenta que las organizaciones que se presentaban actuaban con reconocida
idoneidad en el campo del derecho internacional de los derechos humanos. Asimismo, a
Cámara hizo hincapié en el amplio interés público que guardaba la causa. En tercer lugar, la
Cámara hizo lugar a esta forma de participación en procesos judiciales en virtud de la
incorporación que tiene el derecho internacional al ámbito del derecho interno sobre todo
desde 1994 con la jerarquización de ciertos instrumentos de derechos humanos. La Cámara
tuvo en cuenta que esta figura se encuentra comprendida en el art. 44 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos y en los reglamentos de la Corte Interamericana y del
Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

En la Causa “STERLA, SILVIA S/ INTERRUPCIÓN DE LA PRISIÓN PREVENTIVA” (1996) ante el


Juzgado Criminal y Correccional Federal No 2 de Capital Federal CELS se presentó a fin de
incorporar a la causa un memorial en derecho en carácter de amicus, aportando al tribunal
elementos de derecho internacional de los derechos humanos relativos a las condiciones de
detención de los enfermos con HIV y al carácter restrictivo de la prisión preventiva en tales
casos. El juez de la causa, al resolver sobre su admisibilidad, tomó como base los
argumentos de la Cámara Federal en la causa ESMA. Destacó además, el papel de las ONG
en la transformación del pensamiento jurídico de nuestro país y sostuvo que aquéllas
habían hecho un aporte fundamental al fortalecimiento de la sociedad civil. El juez destacó
que “el ejercicio del derecho desde la sociedad civil es una línea de acción en la que, junto
con otras organizaciones, el Centro de Estudios Legales y Sociales había contribuido
eficazmente para salvaguarda de los derechos inherentes a las personas como tales un
prestigio incuestionable en tal sentido”.Agregó el magistrado que “la tarea de lograr una
ajustada transformación del pensamiento jurídico actual, admitiendo ejes que permitan
abrir nuevos campos de discusión, a efectos de encontrar alternativas y soluciones que
nuestra realidad exige (...) no sólo debe ser viable en el marco de discusiones académicas;
la administración de justicia debe abrir sus puertas también a un debate en casos concretos
con el fin que la teoría y la praxis encuentren su justo medio”.

3
Asimismo, la Cámara Contencioso Administrativo Federal, en octubre de 2001, admitió la
presentación de Amici curia en la causa “INADI c. Estado Nacional – Ministerio del Interior –
decreto 957/2001 – ley 25.453 s/amparo ley 16.986”. También ante el fuero Criminal y
Correccional Federal, la Sala 2 admitió la presentación de amicus en el año 2002, en una
causa de carácter individual en que se debatían cuestiones de interés público (CNFCC, sala
2, 28/10/2002, “Catán, Thomas s/ inc” LL 2003-B-267).

En conclusión, la institución del Amicus Curiae ha sido reconocida jurisprudencialmente


desde la reforma constitucional de 1994, ya sea como una forma de permitir la
participación ciudadana ante los estrados judiciales, o ya sea como modo de respetar los
compromisos internacionales. Esta causa, como veremos en el próximo apartado, si bien
está relacionada con un caso individual, genera un amplio interés público en tanto están en
discusión cuestiones centrales al derecho a la igualdad, en particular, de la discriminación
sufrida por personas pertenecientes al colectivo LGTB, que goza de especial protección en
nuestro sistema jurídico.

2.2. Interés en presentarse como Amicus Curiae

Respecto al interés del COLECTIVO PARA LA DIVERSIDAD para presentarse en causas que
versan sobre hechos que infrinjan por acción u omisión alguna norma o principio
constitucional relativo a los derechos de las mujeres, del colectivo LGBTTTIQ, o de las leyes
dictadas en su consecuencia, de conformidad con lo establecido en su Acta Constitutiva, se
ha fijado como objeto social: promover el desarrollo a través del respeto a los derechos
humanos y los valores democráticos, fomentando el acceso igualitario al poder y la
participación ciudadana sin discriminación en la formulación, implementación y control de
las políticas públicas mediante el aporte de estudios, acciones y debates que innoven en la
práctica social democrática.

Asimismo, la actual comisión directiva de la organización está constituida en su totalidad


por lesbianas y mujeres bisexuales, por lo que las implicancias colectivas de la sentencia nos
afectan de manera directa en tanto colectiva y organización.

4
El Colectivo para la Diversidad trabaja desde sus orígenes hace más de 10 años en pos de
lograr en la sociedad el respeto de la diversidad sexual, de género y de planes de vida. Así
hemos participado en calidad de invitados expertos en discusiones sobre la ley
antidiscriminatoria ante la Honorable Cámara de Diputados de la Nación y hemos discutido
también ese proyecto de ley en reuniones con el Poder Ejecutivo.

En 2017 y hasta la actualidad, representamos a lesbianas y bisexuales que resultaron


detenidas arbitrariamente en diferentes manifestaciones públicas: el 14D resultaron
detenidas lesbianas y bisexuales en la movilización llevada a cabo con motivo de la protesta
social frente a la reforma del sistema previsional, que las afecta especialmente como
colectivo; el 8M, trabajamos con PROCUVIN y DOVIC en el relevamiento de las víctimas de
detenciones arbitrarias y en la identificación de patrones discriminatorios en dichas
detenciones, específicamente contra lesbianas y mujeres bisexuales.

También junto a CHA y 100% Diversidad nos encontramos actualmente representando la


querella de las víctimas por las agresiones sufridas por participantes gays del colectivo
durante la Marcha del Orgullo LGBTI a fin de que los delitos sean sancionados como
crímenes de odio.

En 2016 presentamos junto a Amnistía Internacional, CELS y otras organizaciones, diversos


amparos por discriminación en relación con: la instalación de un Centro de Detención de
Migrantes en CABA, nuevo protocolo de actuación de la PFA sobre requisas personales.

Desde este año 2016 trabajamos junto a OTRANS en La Plata, CABA y Florencio Varela en
diversos proyectos destinados a erradicar los prejuicios y estereotipos de género contra las
mujeres trans y travestis migrantes, indígenas y afrodescendientes en el sistema de justicia
y el sistema penitenciario. Con este motivo hemos participado junto a diversas
organizaciones de derechos humanos en la presentación de informes ante Comités de
Naciones Unidas: Situación de los dd. hh. de las travestis y trans en la argentina, ante el
COMITÉ CEDAW; Impacto negativo desproporcionado de la ley 23.737 sobre mujeres trans y
travestis privadas de su libertad en las cárceles de la Provincia de Buenos Aires, ante el

5
Comité contra la Tortura y el Relator especial para la CERD, Ante el Relator de Naciones
Unidas sobre Orientación Sexual e Identidad de Género (SOGI) en su visita al país.

En 2013 conformamos el proyecto “Orgullo Incluyente” junto a Afros LGBT y la Cooperativa


Trans la Paquito, a fin de visibilizar la situación de las mujeres trans y travestis presas en
Ezeiza, y mejorar sus condiciones de detención.

Desde 2009 trabajamos junto a la organización Lesbianas y Feministas por la


descriminalización del aborto en el desarrollo de la estrategia legal que acompañe las
prácticas y acciones de dicha organización en pos de desestigmatizar y descriminalizar
socialmente el aborto como un tema de derechos humanos, así como la importancia de
visibilizar el activismo lésbico por los derechos sexuales y reproductivos en un contexto de
alta discriminación contra las lesbianas.

Asimismo, hemos representado por discriminación a la comunidad senegalesa en Argentina


2008-2010, frente al Tribunal Superior de Justicia, CABA: en la causa “BARA,
SAKHO”11/08/2010, disponible en exp 6925/09 "Bara, Sakho s/queja por recurso de
inconstitucionalidad denegado en Mbaye, Ibrahlma s/inf. arts. de la ley 23.096 (Habeas
Corpus)".

También representamos por discriminación al Movimiento Afrocultural, caso “Martínez


Gutiérrez Néstor Diego y otros contra CGBA y otros”, Expte. N° 32546, con el objeto de que
se les garantice un lugar idóneo donde continuar el desarrollo normal de sus actividades.

Igualmente, desde nuestros inicios representamos en múltiples causas por discriminación y


violencia institucional a miembras del colectivo travesti trans y en casos de femicidios,
travesticidios y otros de violencia de género.

3. Fundamentos

Motiva esta presentación la caracterización constante que hace la jueza de grado de la


imputada, como una lesbiana violenta y agresiva, con fuerza superior a la de tres agentes

6
gubernamentales, por lo menos dos de ellos portando armas de poder letal. Ello resulta
agraviante en el caso, y para todo el colectivo de lesbianas y bisexuales.

Este prejuicio permea todas las instancias de la presente causa. Este prejuicio es parte de un
estereotipo discriminatorio al que los tribunales de justicia no pueden adherir sino que
tienen el deber de desterrar. Como veremos más adelante, la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos, en el informe “Violencia contra personas LGTB” entiende que las
personas LGTB sufren desproporcionadamente violencia en virtud de prejuicios.

A nuestro juicio la sentencia carece de motivación y fundamentación suficientes al valorar


arbitrariamente pruebas regularmente incorporadas al proceso y al haber incurrido en una
defectuosa deducción de la comprobación de extremos fácticos conducentes a resolver en
forma favorable a la petición de la defensa.

Esta errónea valoración de la prueba ha conducido a la magistrada a atribuir una también


errónea significación jurídica a los hechos materia de la investigación, circunstancia que se
traduce en una errónea aplicación de la ley penal sustantiva.

Finalmente, la sentencia omitió expedirse, en la parte dispositiva, acerca de hechos que


fueron materia de la causa y sobre los cuales hay evidencia contundente, aún en esta
instancia preliminar. Circunstancia que también entendemos que debe ser subsanada en la
instancia recursiva.

4. Antecedentes de la causa

Según se desprende de los antecedentes de la causa, Mariana Solange Gómez fue indagada
a fs. 48/50, por el hecho ocurrido el día 2 de octubre del corriente año, alrededor de las
15.50 horas, “…cuando se encontraba junto a su cónyuge Rocío Soledad Girat en la estación
“Constitución” de la línea “C” de Subtes, de esta ciudad, más específicamente en el hall
próximo a las boleterías. En esa oportunidad, se les acercó José María Pérez, empleado de la
empresa Metrovías S.A., y le solicitó a una de ellas que dejase de fumar por tratarse de un

7
lugar cerrado, recibiendo como respuesta que no lo harían ya que en las instalaciones no
había cartel alguno que lo prohibiese.”

“Ante la negativa, Pérez se aproximó al Oficial Jonatán Maximiliano Rojo, quien se


encontraba en el lugar prestando servicio. Luego de que Pérez le explicara sobre lo ocurrido,
el uniformado se acercó a las mujeres y les volvió a pedir que apagaran el cigarrillo. No
obstante, Gómez volvió a negarse y les manifestó “ustedes son masculinos y no me pueden
tocar” (sic), para luego propinarle en forma repentina al Oficial Rojo varios golpes de puño y
una patada en sus testículos, ante lo cual el uniformado se cubrió y luego solicitó la ayuda
de la Oficial Primero Karen Roxana Villareal que se encontraba en el sector de andenes.”

“Instantes después se acercó Villareal, quien intentó calmar la situación pero Gómez se
abalanzó sobre ella, y le arrancó cabellos del sector derecho de su cabeza. Tras ello, los
policías debieron forcejear con la imputada, quien continuaba arrojando golpes de puño y
patadas, para finalmente lograr reducirla. Por último, ante la presencia de dos testigos, se
procedió a la formal detención de quien se identificó como Mariana Solange Gómez.”

“Al lugar se hizo presente una ambulancia del SAME, unidad 314 del Hospital Argerich, cuyo
médico a cargo diagnosticó con relación a la Oficial Villareal “traumatismo en mano
izquierda, alopecia por agresión”, y respecto del Oficial Rojo “traumatismo facial leve por
agresión física”, sin recomendar sus traslados al nosocomio. Del informe médico legal de fs.
10, surge que el Oficial Rojo sufrió en consecuencia de los hechos una excoriación en rodilla
derecha (región interna), producto de golpe o choque contra superficie dura, que de no
mediar complicaciones sanará en menos de treinta (30) días. Por su parte, del informe
médico legal realizado a la Oficial Villareal, surge que presentaba zona de alopecia en
región parietal derecha, producto de arrancamiento que sanará en más de treinta días con
posibles secuelas. Del informe médico legal practicado a Mariana Solange Gómez surge que
presentaba excoriación en región maleolar externa pie derecho, y excoriación lineal en cara
anterior del cuello, producto de golpe, choque o roce con o contra superficie dura, que de no
mediar complicación sanarán en menos de treinta días”.”

8
4.1. Interceptación de Mariana y Rocío

Se evidencia la orientación y expresión de género de la imputada y su esposa como motivo


de la interceptación de ambas por el agente de Metrovías.

Existe prueba directa e indicios respecto a este motivo discriminatorio en la causa,


identificados incluso en la sentencia al enumerar la prueba, a saber: la orientación sexual de
Rocío y Mariana (lesbianas), el hecho que se encontraban, además de “fumando”,
demostrándose afecto en público (besándose y abrazándose, como consta en la indagatoria,
testimonial de Rocío, entrevistas).

Asimismo, los testimonios obrantes en la causa dan cuenta que había otras personas
fumando en el mismo espacio, a escasos metros de Mariana y Rocío, a quienes el agente
José María Pérez de Metrovías no se dirigió ni interceptó. Pero Mariana y Rocío, eran las
únicas lesbianas en la estación Constitución que, además de fumar, se besaban
afectuosamente en público.

De todas las personas fumando en Constitución, el agente de Metrovías eligió a las lesbianas
que estaban besándose, para “hacerles cumplir la prohibición de fumar”.

Estos hechos restan credibilidad al testimonio del agente de Metrovías, según quien el único
motivo por el cual interceptó a Mariana y Rocío era porque estaban fumando. La evidencia
obrante en la causa fortalece la hipótesis de la discriminación como el motivo primordial de
la conducta de José María Pérez, quien usó la prohibición de fumar para dar un pretenso
manto de legalidad a una conducta de acoso.

Este tipo de acoso, lamentablemente, a las lesbianas, nos sucede todos los días. La CIDH, en
su informe Violencia contra las personas LGTBI en América, da cuenta de numerosos casos
de “…parejas del mismo sexo atacadas por demostrar su afecto en público, como tomarse de
la mano, acariciarse, abrazarse o besarse. También se ha conocido de guardias de seguridad
privada en centros comerciales que expulsan a parejas del mismo sexo en respuesta a
demostraciones públicas de afecto…(…)…Las parejas del mismo sexo que demuestran afecto

9
en público también son frecuentemente blanco de abuso policial y detenciones arbitrarias
por parte de agentes estatales –con frecuencia mediante uso excesivo de la fuerza o abuso
verbal–, motivados por lo que consideran “comportamiento inmoral” en espacios
públicos…”.3

4.2. Detención

La detención de Mariana Gómez por parte del oficial Jonatán Rojo de la Policía de CABA,
también se encuentra motivada en prejuicios contra su orientación sexual y expresión de
género.

La principal prueba de ello es directa, se trata del testimonio del agente de Metrovías José
María Perez, quien declara: “Veo a dos personas, una de ellas estaba fumando, a lo cual yo
me acerco y le digo que por favor tire el cigarrillo o se retire, que no era un sector para
fumar. Ella me contesta que lo va a terminar de fumar, y me pregunta ella dónde había
carteles, cosa que en ese momento yo no me di cuenta que en los molinetes sí había carteles,
pero en ese momento no me di cuenta. Yo volví a decirle que no se podía fumar, entonces
ante la respuesta tan contundente de ella, de su negativa, llamé al policía. Le expliqué la
situación, era un efectivo masculino, además no hacía falta explicarle porque él ya estaba
viendo. Él estaba cerca de ahí, observamos que estaban fumando entonces yo fui el primero
que se acercó a las chicas. Él se acerca y les dice exactamente lo mismo, cuando él se está
acercando me dice una de ellas “son dos masculinos, no me pueden tocar”.

En esta declaración, Perez reconoce que él siempre supo que Mariana y Rocío eran mujeres,
que nunca confundió a Mariana con un varón. Asimismo, reconoce que él y Rojo estaban
“observando” desde hacía un rato a las chicas, y que entonces él fue el primero en
acercarse, para que luego, con el mismo discurso, se acerque también Rojo. Esto confirma
que ambos sabían que Mariana y Rocío eran lesbianas, desde antes de interceptarlas.

3
CIDH, disponible en http://www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/ViolenciaPersonasLGBTI.pdf, pág. 87

10
Otra cuestión relevante del testimonio de Perez es que dice que decidió dar intervención a
un oficial de policía armado, varón, ante la “respuesta tan contundente de ella”. Esto revela
varios prejuicios lesbofóbicos sobre la base de los cuales Perez y Rojo actuaron:

- Perez esperaba de Mariana una respuesta feminizada, dudosa, en voz baja, diferente
a la “respuesta contundente” que recibió

- Se evidencia la desproporción del accionar de Perez y Rojo ante la respuesta de


Mariana, ya que una respuesta “contundente” no constituye motivo suficiente para
escalar la violencia de la intervención estatal, máxime cuando Mariana expresó que
estaba por terminar el cigarrillo y ya se retiraba.

- Esta respuesta de Mariana a Perez, que él reconoce en su testimonial, pudo ser


contundente, pero no escala el conflicto ni confronta con él. El mismo Perez admite
que Mariana “terminaba de fumar y se iba” (no dijo que se iba a fumar una cajetilla
entera en su cara), que Mariana en ningún momento lo insultó, ni se dirigió hacia él
de manera irrespetuosa o confrontó de manera alguna.

Estos hechos no controvertidos, que Mariana hubiera desistido de la infracción, que nunca
agredió a Pérez, dan cuenta que este agente de Metrovías nunca tuvo un motivo legítimo
para dar intervención a fuerzas de seguridad, para escalar el nivel de violencia de la
intervención estatal contra estas dos jóvenes lesbianas.

La imputada había desistido de la infracción, la integridad física de Pérez nunca estuvo en


riesgo. Pero aun así, Pérez requirió la intervención del oficial Rojo de la Policía de la CABA.

Perez y Rojo intentan justificar la detención de Mariana y Rocío en base al prejuicio social
que considera amenazantes las expresiones de género y orientaciones sexuales no
normativas. Como explica la CIDH, “…la expresión de sexualidades e identidades no
normativas con frecuencia se considera en sí misma sospechosa, peligrosa para la sociedad,
o amenazante contra el orden social y la moral pública... las expresiones de afecto en público

11
o la circulación en espacios públicos de personas con orientaciones sexuales o identidades de
género no normativas suele ser fuente de gran ansiedad social.”4

Este prejuicio, también llamado “defensa del pánico gay”, pretende justificar la violencia
contra personas LGBT desplazando la responsabilidad del autor hacia la víctima.

Para la CIDH, “…los prejuicios sociales existentes condonan socialmente el abuso, reproducen
la intolerancia, y han sido utilizados para justificar detenciones arbitrarias, abuso policial,
extorsión y tortura. Como resultado, las personas LGBT son criminalizadas dentro del sistema
de justicia penal…”.5

Hablamos de detención de ambas, Mariana y Rocío, ya que como consta en la causa, Rojo
les indicó que no podían retirarse del lugar, por lo que ambas resultaron en este momento
privadas de su libertad por el policía.

4.3. Reducción y arresto

En este punto, los hechos son controvertidos en relación a la existencia de una agresión o
provocación por parte de Mariana constitutiva de delito, que justificara su detención,
reducción mediante la fuerza física y su posterior arresto a cargo del oficial Rojo y la oficial
Villareal, de la Policía de CABA.

La valoración de la evidencia sobre este punto es clave, porque se requiere que los golpes de
Mariana hacia Rojo sean anteriores al arresto para justificarlo en virtud de la comisión del
ilícito que se le pretende achacar –lesiones y resistencia a la autoridad.

En caso contrario, si los golpes de Mariana hacia Rojo son posteriores a que este la
arrestara, se hace evidente que se trata de una causa “armada”, donde el arresto es previo a
la comisión de los delitos que se imputan y el relato de los hechos como ilícitos se fabrica ex
post para encubrir la detención arbitraria y el abuso de la fuerza de los agentes estatales.

4
CIDH… pág. 39
5
CIDH…p. 12

12
4.3.1. La acusación

La acusación sostiene la tesis del “ataque repentino”: que Mariana le propinó “…en forma
repentina al Oficial Rojo varios golpes de puño y una patada en sus testículos, ante lo cual
el uniformado se cubrió y luego solicitó la ayuda de la Oficial Primero Karen Roxana Villareal
que se encontraba en el sector de andenes.” Ello le permite sostener una secuencia
determinada de los hechos acorde a los cargos de lesiones y resistencia a la autoridad.

El Policía Rojo aduna a esta tesis acusatoria, describiendo los hechos del siguiente modo:
“…la señora se dispone a retirarse, pero antes de retirarse me enfrenta. Todo esto estaba el
auxiliar de Metrovías a un costado, y me refiere “ustedes son masculinos, no pueden
tocarme”. Bueno, me da un golpe de pecho en mi pecho, y luego me empieza a pegar en la
cara, golpes de puño. Bueno, ante esta situación pido apoyo a mi compañera, vía Nextel,
ella se encontraba en zona de andenes, el Nextel provisto. Pido apoyo a mi compañera que
se encontraba en zona de andenes. Bueno, trato de calmar a la señora, cubriéndome de los
golpes, bueno, ella me seguía golpeando en el pecho, me impactó una patada en los
testículos.”

La policía Villareal agrega: “…puedo visualizar que estaba mi compañero con dos femeninos,
las cuales una de ellas estaba agrediéndolo física y verbalmente, y él cubriéndose los
golpes. Yo me acerco al lugar, separo a las partes, hablo con la femenino en cuestión, para
preguntarle qué paso, hablo con mi compañero y entre eso de querer calmarla, se opone y
se da a la fuga corriendo dentro de la estación, y a diez metros como que tropieza y cae al
suelo, por lo que con mi compañero salimos detrás de ella, por lo que después hubo un
forcejeo para reducirla. Ella en el forcejeo como que pegó un manotazo y me saca un
mechón de pelo. Bueno, ahí se la reduce y se la mantiene en el piso tratando de calmarla
hasta que pasados unos minutos se calma. Después de que se calmó se la llevó a un costado,
se la sienta, y bueno momentos después se busca a dos testigos para realizar un requisa
preventiva sobre sus prendas, por lo que se pone agresiva y no ayuda con el procedimiento,
por lo que colocamos esposas.”

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4.3.2. La Defensa

La defensa sostiene que la conducta de Mariana se subsume en el supuesto de legítima


defensa del art. 34 inc. 6 del CPN. En relación a la circunstancia de agresión ilegítima,
Mariana, en su indagatoria, refiere: “Nos quedamos ahí, empezamos a charlar, a
despedirnos porque se iba a trabajar, y empezamos a fumar porque no había ningún cartel
que lo prohibiera y además había otras personas fumando. Bueno, estuvimos alrededor de
una hora ahí, donde ya estaba el personal policial y el empleado de Metrovías, que estaban
a unos metros. Pasado un tiempo, viene el chico de Metrovías y me dice que apague el
cigarrillo, yo le dije que no ya que había muchas personas fumando y no había ningún cartel.
Él de ahí lo llama con la mano al policía. El policía me dice que apague el cigarrillo, yo le dije
que no había cartel y que había otras personas fumando, y le dije también que cuando lo
acabara al cigarrillo me iba a retirar.

“Termino el cigarrillo y me quiero retirar de Constitución, y ahí se me para al frente Jonatán


Maximiliano Rojo y me frena con la mano, empujándome en el pecho, diciéndome que me
iban a detener por desacato a la autoridad, y me trata de “pibe”. Me trató todo el tiempo de
varón, y yo en todo momento le aclaré que soy mujer, como tres veces se lo aclaré. Entramos
en un forcejeo entre los dos…”.

Respecto de la necesidad racional del medio empleado para repeler la agresión, Mariana
hace referencia a que “…aparece la mujer policía, diciéndome que me iba a esposar y que
iba a ser detenida, donde yo quiero salir del lugar nuevamente. Ahí me arrebatan los dos,
me agarran los dos, empezamos a forcejar, él me sujetó el brazo hacia atrás y en ese
momento caímos los dos, yo arriba de él. Yo en todo momento intenté separarme cómo
podía, y ahí me detienen. Cuando nos caemos para atrás, él se da vuelta, me pone mis
brazos atrás en la espalda, sus rodillas en mi nuca y la mujer policía me sostenía las piernas
impidiéndome la movilidad, y luego me pone las esposas. La gente que estaba alrededor les
pedía que me sentaran y soltaran porque no podía respirar, especialmente por la rodilla en

14
mi cuello. Ahí me reducen, me ponen las esposas, me toman los datos, luego le toman los
datos a mi pareja…”

Finalmente, en relación al requisito de falta de provocación por parte de quien se defiende,


esta circunstancia está contundentemente acreditada en la causa, como ya dijimos, por los
testimonios de descargo, la indagatoria, así como los propios testimonios de cargo de Perez
y Rojo: todos estos testimonios coinciden en que Mariana estaba con Rocío en sus cosas,
cuando es abordada primero por Perez y luego por Rojo y Villareal. Asimismo, estos
testimonios coinciden en que Mariana se estaba retirando de Constitución cuando fue
detenida por Rojo.

5. Prejuicios contra la orientación sexual y expresión de género de la acusada en la


sentencia

Encontramos en la sentencia que la jueza de grado realiza una caracterización constante de


la imputada, como una lesbiana violenta y agresiva, con fuerza superior a la de tres agentes
gubernamentales, por lo menos dos de ellos portando armas de poder letal.

Estas afirmaciones están basadas en estereotipos de género sobre las lesbianas. A


continuación desarrollamos la forma en que dichos estereotipos son usados en los
argumentos y partes clave de la sentencia que concluye en el procesamiento de Mariana.

5.1. Ella se lo buscó

Desde un inicio, la jueza de grado pone en juego sus prejuicios sobre las lesbianas, los cuales
aplica contra la imputada.

Un primer problema jurídico para sostener la acusación, es la legalidad de la intervención


del agente de Metrovías y del oficial Rojo, ya que los motivos legales que habilitan esta
intervención son restringidos, numerus clausus (Bulacio), y no incluyen fumar.6

6
Ver sentencia en http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_100_esp.pdf

15
A fin de dar un correlato fáctico coherente con el estándar legal, la jueza realiza tres
operaciones. Por una parte, omite considerar hechos relevantes que hacen a la selección y
contexto discriminatorio que motivan la conducta de Pérez, a lo que nos referiremos más
adelante.

Por otra parte, se dedica a probar el conocimiento de Mariana sobre la prohibición de


fumar, reúne evidencia sobre la existencia de carteles y la distancia de Mariana de los
mismos, habla sobre la carga ciudadana de conocer la ley.

La tercera operación a fin de legitimar la intervención de los agentes estatales sobre


Mariana y Rocío, consiste en sobredimensionar la acción de Mariana de negarse a respetar
la prohibición de fumar.

En palabras de la jueza, al negarse a apagar el cigarrillo, Mariana motivó que Pérez llamara a
Rojo. Ella se lo buscó. “…los testimonios reunidos en el sumario acreditan que la intervención
del oficial Rojo se produjo a consecuencia del requerimiento del empleado de “Metrovías
S.A.” – José María Pérez- debido a que la encausada se negaba a apagar el cigarrillo que
fumaba.”

En su descripción de los hechos, la jueza construye una supuesta “persistencia” de Mariana


en negarse a apagar inmediatamente el cigarrillo que estaba terminando mientras se
despedía de su esposa. “…En cuanto a este aspecto, que dio inició al completo episodio, no
ha de dudarse, ya que en indagatoria la misma prevenida admitió que se empeñó en su
negativa a apagar el cigarrillo que fumaba (…viene el chico de Metrovías y me dice que
apague el cigarrillo…).”

La jueza da por probado que Mariana persistió en su negativa a apagar el cigarrillo,


valorando esto como un elemento de cargo, sin preguntarle, cuando tuvo la oportunidad
durante la indagatoria, cuáles fueron sus razones para actuar del modo que lo hizo. De este
modo, la jueza revela que tiene concepciones a priori sobre las razones de Mariana para
actuar y sobre la criminalidad de su conducta.

16
Al considerar la conducta de Mariana a priori criminal, la jueza considera legítima la
intervención policial: “La intervención, pues, del Oficial fue legítima, respondiendo al pedido
de un empleado de Metrovías ante la negativa de Gómez de apagar el cigarrillo en un
ámbito conocidamente prohibido a esos fines.”

En conclusión, la jueza considera que la negativa de una lesbiana a apagar un cigarrillo, es


una conducta criminal, grave, que pone per se en riesgo bienes jurídicos tales que justifican
la intervención de agentes armados de las fuerzas de seguridad.

5.2. La Fiera

Un segundo problema jurídico que se plantea para sostener la acusación, es la evidente


desproporción de la correlación de fuerzas entre Mariana y tres agentes estatales, dos de
ellxs policías armadxs. Unido a lo anterior, la jueza tiene que explicar por qué en un
escenario tan desventajoso, Mariana de todas maneras agredió físicamente a un oficial de la
policía.

Lo describe del siguiente modo, en sus propias palabras: “La procesada como refiere en su
indagatoria, no solo se negó a acatar la orden para que dejara de fumar, sino que adoptó
una actitud desafiante y agresiva con el empleado de Metrovías que convocó al oficial de
policía. “

¿Cuál es el sustento fáctico de tal caracterización de la jueza sobre la imputada, como


desafiante y agresiva? ¿Mariana Gomez había amenazado a alguien? ¿Había insultado o
agredido a Pérez? No. No existe evidencia, ningún indicador objetivo, nada en las
declaraciones de los testigos de cargo, que indique que Mariana provocó o tenía la intención
de agredir a Perez, ni a nadie.

Este razonamiento de la jueza sobre la supuesta “actitud desafiante y agresiva” de Mariana,


no se apoya en evidencia, sino en el prejuicio de que las lesbianas, en particular las chongas,
son personas violentas.

17
Esta afirmación es introducida de manera explícita por Rojo, cuando declara que la esposa
de Mariana le advierte que ella “se pone re violenta”. Tal afirmación ha sido desacreditada
por el testimonio de Rocío. Tal ausencia de corroboración debiera entonces haber sido
valorada en contra de la credibilidad el testigo Rojo. Además, esta afirmación falsa y sin
sustento fáctico, debió valorarse como el prejuicio lesbofóbico que es.

Asimismo, la jueza utiliza este prejuicio en su argumentación, de manera implícita, para


recortar su descripción de los hechos, perjudicando procesalmente a Mariana.

Es cierto que Mariana se niega a apagar el cigarrillo, pero es sólo parte de la verdad. La jueza
omite que Mariana también manifestó “termino el cigarrillo y me voy” y que, de hecho,
cuando Rojo arribó adonde estaba con su esposa, ella ya se estaba retirando, lo que fue
confirmado también por Perez. Al omitir que Mariana se estaba retirando, la jueza busca
presentar la conducta de Mariana como agresiva, buscando pretextos de pelea.

La jueza también utiliza este prejuicio de manera explícita, a fin de invertir los hechos
respecto de la correlación de fuerzas entre Mariana y los tres agentes estatales, dos de ellos
policías.

Acorde a la apreciación de la magistrada, Mariana “Renovó ante la autoridad la misma


negativa (de apagar el cigarrillo), alegando con fiereza que no había carteles que indicaran
la prohibición de fumar. Pero aún pasó incluso a las vías de hecho, lesionándolo (vgr. al
oficial Rojo, excoriaciones y puntapié en los testículos).”

Describir la conducta de Mariana de haberse negado a apagar un cigarrillo de manera


inmediata, como la de “una fiera”, es una forma de prejuicio conocida como
“animalización”, cuyo objetivo es sobredimensionar la fuerza física y deshumanizar a las
lesbianas, justificando el trato violento contra ellas.

En el caso concreto, persigue el objetivo de dar por probado que Mariana, al ser “una fiera”,
de modo irracional desafió a los policías y pasó inmediatamente las “vías de hecho” para
agredirles, y que además tiene más fuerza que ellos.

18
De este modo pretende justificar como proporcionada la intervención de dos policías
armados que usaron fuerza física para reducir y arrestar a una lesbiana sin entrenamiento
físico, de 1,65 metros de altura y 60 kilos de peso.

5.3. Santo Varón

Un tercer problema jurídico para sostener la acusación, consiste en acreditar el motivo y el


dolo directo de las acciones de Mariana dirigidos a lesionar a Rojo y resistirse a la autoridad
policial, como hechos independientes calificados en concurso real.

A este fin la jueza nuevamente recurre a prejuicios lesbofóbicos, particularmente, el


prejuicio respecto a que “las lesbianas odian a los varones”.

En el caso concreto, la jueza valora como indicio de ese odio a los varones el hecho que
Mariana “pegó… en los testículos” del oficial Rojo, y que lo admitió en televisión, en el
programa de Pamela David.

Este “indicio” es la única evidencia de cargo respecto del elemento subjetivo del delito. Con
este “indicio”, la jueza pretende poner la “animosidad” del lado de Mariana.

Es curioso que la jueza otorgue a este hecho relevancia probatoria como “indicio” del dolo,
dado que no hay en la causa constancias médicas respecto a los testículos del oficial Rojo.
Por el contrario, si bien se hizo presente una ambulancia del SAME, a Rojo le revisaron la
cabeza, y se constató una excoriación en la rodilla, como consta en el correspondiente
informe médico citado por la magistrada en su decisorio, pero nada en los testículos.

En dicho entendimiento, si bien es cierto que Mariana dice haberle pegado a Rojo en los
testículos, también es cierto que dicho golpe no tuvo siquiera la entidad suficiente como
para producirle una lesión leve.

Este hecho corroborado en la causa, resta fuerza convictiva a la teoría de la acusación


respecto a la animosidad de Mariana contra Perez y Rojo, como motivo de sus acciones.

19
La jueza parece querer compensar esta orfandad probatoria, mediante el descrédito de la
versión de la defensa respecto a los motivos discriminatorios del accionar de Pérez y Rojo.

Por una parte, la jueza omite la evidencia que da cuenta que Rojo procedió al arresto de
Mariana cuando ella ya había dejado de fumar y se estaba retirando, con lo cual su
intervención carecía de legitimidad. La propia jueza admite en su decisorio que Rojo detuvo
a Mariana cuando ella se marchaba: “Véase que Pérez fue claro al manifestar que Rojo
“abrió sus manos” en pos de que Gómez no se marchara, y luego de indicarle a Villareal
“que la detenga” lo golpeó “con puños cerrados”.”

Por otra parte, “descarta de plano” hechos relevantes que hacen a la selección y contexto
discriminatorio que motivan la conducta de Pérez y Rojo. Fundamenta esta decisión en que
otorga credibilidad al testimonio de Pérez en relación a que motivó su intervención
exclusivamente en la acción de fumar de la imputada: “Finalmente, debe decirse que se
descarta de plano que la intervención de la autoridad hubiese obedecido a un motivo
discriminatorio y/o de persecución contra la prevenida por su condición sexual, pues, como
se ha visto, ella misma en indagatoria admitió que estaba fumando en la estación de
subterráneos y que se rehusó a dejar de hacerlo al tiempo en que se lo había solicitado el
empleado de Metrovías, todo lo cual condujo a que se convocara la intervención del oficial
Maximiliano Rojo con los alcances que se han comentado a lo largo de este resolución.”

Otro motivo por el cual la jueza descarta “de plano” la animosidad contra Mariana por su
orientación sexual, es que según la jueza ni Rojo ni Perez la tratan “de varón”: “En torno al
testimonio de Pérez, no se advierte que traduzca animosidad o interés en perjudicar a la
encausada…ha venido a corroborar la coincidente versión de los agentes Rojo y Villareal,
esto es que Gómez ejerció violencia física en la persona del oficial Rojo (que se tradujo en
lesiones leves)”

“Por lo demás, Gianfranco Alberto Berttacchini y Eliana Fátima Piramolli atestiguaron haber
presenciado el tramo del forcejeo con el policía. Piramolli fue contundente al testificar que la
encausada le arrojó “piña” al oficial. Coincidieron también en que no escucharon a los

20
policías “tratar de varón” a Gómez (al igual que Pérez), y que, más allá de la fuerza
desplegada para reducirla, no presenciaron que Gómez haya recibido golpes de los
policías.”

Finalmente, como se aprecia en el párrafo anterior, la jueza omite considerar las lesiones
sufridas por Mariana, y acreditadas en el informe médico legal, las cuales si bien nombra
entre las pruebas, no valora oportunamente en el decisorio: “Del informe médico legal
practicado a Mariana Solange Gómez surge que presentaba excoriación en región maleolar
externa pie derecho, y excoriación lineal en cara anterior del cuello, producto de golpe,
choque o roce con o contra superficie dura, que de no mediar complicación sanarán en
menos de treinta días”.

Omitiendo todos estos hechos, en especial las lesiones de Mariana, la jueza pretende dar la
imagen de que Mariana salió indemne de la interacción con la policía. Las lesiones de
Mariana hacen insostenible la pretensión respecto a que la policía usó la fuerza mínima para
reducirla durante el arresto. La defensa aportó en este sentido numerosos videos que dan
cuenta como incluso luego de haber sido reducida y encontrarse esposada, Mariana es
levantada del piso por lxs dos policías, quienes la tironean de sus brazos de manera brusca
mientras se encuentra esposada, para luego arrastrarla por el hall de Constitución.

5.4. Quien es el macho

Asimismo, la jueza de grado pretende justificar el maltrato policial hacia Mariana, usando
argumentos que denotan prejuicios contra su expresión de género no conforme.

Estos prejuicios se usan para justificar el uso de la violencia en tanto “correctiva” de las
“expresiones de masculinidad” percibidas en mujeres.

En el caso concreto, la jueza dedica un párrafo a dar por probado que Mariana tiene más
fuerza que la oficial Villareal, y que usa esta fuerza para agredirla físicamente. De este
modo, construye la idea de los “atributos femeninos” de la oficial Villarreal y los “atributos
masculinos” de Mariana.

21
“Por último, la magnitud de la violenta reacción de la prevenida ha quedado en evidencia
con la causación y clase de lesiones que provocó deliberadamente a la agente femenina
Villareal (alopecia por arrancamiento de cabellos) ya que en ningún caso se han de atribuir
al mero “forcejeo”, ante lo que quiso presentar como una autoeximición no punible, visto
que supusieron remover una cantidad de cabello tan considerable que se anticipan con
posibles secuelas en el futuro, según el dictamen médico legal.”

Nuevamente, observamos que estas afirmaciones, carecen de sustento fáctico. En cuanto a


la correlación de fuerzas, la jueza omite considerar que Villarreal es una oficial de policía
entrenada y equipada para ejercer fuerza física. Mariana carece de ambas.

Respecto a que Mariana utilizó su fuerza para agredir a la oficial Villareal, la jueza pretende
dar la imagen de Mariana agrediendo a Villareal deliberadamente para dejarla pelada, como
reacción violenta contra la femineidad de esta última. El pelo largo es uno de los “atributos
femeninos” por excelencia, por lo que a fin de dar por probado este motivo, la jueza
atribuye al mechón de pelo que Mariana arrancó a Villarreal, una significación particular.

Sin embargo, no hay evidencia alguna que sustente la afirmación de la jueza respecto a que
Mariana deliberadamente arrancó un mechón de pelo a la oficial Villarreal con la intención
de dejarla pelada. Y si bien esta es la única lesión que según el informe médico “tardará 30
días o más en sanar y puede dejar secuelas”, esto no es suficiente en el caso concreto y
frente a otra prueba incorporada, para hablar de una lesión de magnitud e intencional.

De hecho, en las fotos y videos del arresto de Mariana incorporadas por la defensa, puede
verse a la oficial Villarreal desde distintos ángulos una vez que ha reducido a la imputada
boca abajo contra el piso. En estas fotos no se observa una “alopecia de magnitud” en la
oficial Villarreal a consecuencia del supuesto accionar deliberado de Mariana. Tampoco se
observa sangrado, ni se visualizan mechones de pelo abundantes en el suelo.

La escena registrada en el expediente no es consistente con la descripción magnificada que


realiza la jueza en función de su teoría del caso, y sí es consistente con la versión de

22
descargo, respecto a que el arrancamiento de pelo se produjo accidentalmente en el
momento en que Villarreal empleaba fuerza física contra Mariana para reducirla.

Por otra parte, al significar que Mariana “carece de atributos femeninos”, la jueza justifica
que Mariana haya sido tratada como un varón durante todo el procedimiento policial. Nos
referimos a las prácticas policiales en los arrestos de varones, no al empleo de pronombres
masculinos para referirse a Mariana.

Está acreditado en la causa que el primer oficial en tomar contacto físico con Mariana es
masculino. La regla de intervención policial para tomar contacto físico con una persona es
que se trate de una agente de su mismo género. Esta regla tiene el objeto de preservar la
integridad sexual de la afectada.

En el caso de autos no se dan los supuestos fácticos que habiliten al oficial Rojo a transgredir
esta regla poniendo en riesgo la integridad sexual de Mariana, la cual sin duda es un bien
jurídico superior al que pudiera haberse visto afectado por una acción ya desistida de fumar
un cigarrillo y seguir camino a su trabajo.

También está acreditado que el oficial Rojo pudo haber evitado transgredir esta regla, dado
que cuando lo solicitó pudo contar con la oficial Villarreal. Ello constituye un indicio respecto
a la intención deliberada del oficial Rojo de violentar la integridad sexual de Mariana
durante su detención.

Luego, Mariana es esposada, y palpada por la oficial Villarreal. Rojo declara que
“Seguidamente, se convocó a dos testigos y bueno mi compañera le hizo primero un palpado
sobre sus ropas, un cacheo de seguridad, luego entre sus ropas, sin encontrar elementos
constitutivos del delito”.

¿Qué elementos constitutivos del delito están buscando los policías con la requisa, los
cigarrillos y el encendedor? Esta requisa absurda, innecesaria, sólo se entiende a la luz de
una escena heterosexista clásica: la pornificación del deseo lesbiano, la representación de la
escena de una mujer tocando el cuerpo de otra como un acto sólo posible a través de la

23
violencia, realizado no a fin de satisfacer el propio deseo sino el de los testigos varones de la
escena.

Por último, Mariana es arrastrada por la policía a través del hall de Constitución. Como
consta en la causa por los abundantes testimonios, fotos y videos, este accionar fue llevado
a cabo por Rojo y Villarreal y se desplegó delante de múltiples testigos. Asimismo, tuvo
repercusión pública en medios audiovisuales y gráficos de alcance nacional.

La opción que tomaron Rojo y Villareal, se parece más a una escena de cacería, que al
traslado de una detenida. No hay ninguna evidencia en la causa que demuestre la necesidad
de dicho accionar policial. Mariana no se estaba resistiendo a ser trasladada, el informe
médico constata que producto de la fuerza empleada por el personal policial, Mariana sufrió
una lesión en su pie derecho, le dolía y le costaba caminar.

A su vez, Rojo y Villarreal habían sufrido lesiones de parte de la detenida, por lo que no eran
los más idóneos para efectuar el traslado. Mariana se encontraba esposada, sentada en el
piso, no tenía posibilidades de irse a ninguna parte, hubo oportunidad y medios para
realizar el traslado en otras condiciones, por otro personal policial de lxs muchxs que se
hallaban en Constitución.

6. Deseo de castigar: la sentencia como un acto de violencia por prejuicio

Mariana Gomez está procesada por haberse defendido ella y a su esposa de la agresión
ilegítima de un agente de Metrovías y el oficial Rojo.

Estos agentes vulneraron la voluntad e integridad sexual de las damnificadas, al abordarlas


de manera sorpresiva con una excusa que los ponía en el lugar del ejercicio legítimo de la
fuerza –fumar, a fin de que las mismas no pudieran oponerse a dicha interacción sin
arriesgar su libertad personal.

Cuando Mariana intentó evitar este atropello a su integridad sexual refiriendo a Perez y Rojo
que llamaran personal policial femenino, Rojo pasó a la acción y tomó contacto físico directo

24
con Mariana pechándola, con los brazos abiertos, a lo que ella reaccionó de manera
defensiva cruzando sus antebrazos levantados con puños cerrados para cubrir su pecho. A
partir de allí intervino la oficial Villarreal quien junto a Rojo redujo por la fuerza a Mariana.

A pesar de que esta hipótesis fáctica se corroboró en su totalidad a través de la evidencia


aportada en la instrucción, la magistrada opta por atribuir valor la hipótesis muy poco
verosímil de la acusación, que necesita recurrir permanentemente a estereotipos de género
lesbofóbicos clásicos, para dotar de algún tipo de sentido las inferencias ridículas que hace
de los hechos, tales como:

- La “agresividad natural” de las lesbianas, especialmente las “masculinas”


- La “magnitud” de su “fuerza” “superior a la de una mujer” e incluso a la de “varios
hombres”
- La “fiereza” de su “odio irracional hacia los varones”, que las lleva permanentemente
a intentar castrarlos, “atacando sus testículos”
- El “deliberado desprecio” hacia los “atributos femeninos” que lleva a las lesbianas a
“atacar a las mujeres para desfigurarlas”

Que estas afirmaciones sean verdaderas en tanto características propias de las lesbianas,
está absolutamente descartado. La CIDH define los prejuicios como “…racionalizaciones o
justificaciones de reacciones negativas y violentas, por ejemplo, frente a expresiones de
orientaciones sexuales o identidades de género no normativas… la violencia contra las
personas LGBT es el resultado de percepciones negativas basadas en generalizaciones falsas,
así como en reacciones negativas a situaciones que son ajenas a las “nuestras”.”7

La CIDH observa que “…la aceptación de la utilización de las defensas legales que se basan
en la orientación sexual o género de la víctima contribuye a reforzar estereotipos
perjudiciales contra personas LGBT. Estas defensas también sirven para desplazar la culpa
del perpetrador hacia la víctima. La CIDH insta a los Estados…a que lleven a cabo los
cambios legales y de políticas públicas que sean necesarios para establecer de manera

7
CIDH…pág. 48

25
expresa que la orientación sexual, la identidad de género o la expresión de género de las
víctimas nunca puede ser utilizada para establecer una justificación parcial o completa de los
crímenes cometidos contra ellas.”8

Que los agentes de las fuerzas de seguridad y operadores/as de justicia ejercen violencia
contra las personas LGTBIQ mediante el uso de estas afirmaciones falsas (prejuicios y
estereotipos), ha sido comprobado por la CIDH en el ya referido Informe sobre Violencia
contra las personas LGTBI en las Américas (2015).

Acorde a la CIDH, “…la acusación penal por delitos menores pueden ser utilizados para
acosar a las personas LGBT o a las personas no conformes con el género y arrastrarles al
sistema de justicia penal, criminalizando así a las personas LGBT y sometiéndolas a más
violencia. Una vez que estas personas son encarceladas o se encuentran en el sistema de
justicia, esta situación puede, a su vez, dar lugar a nuevos incidentes de discriminación y
violencia.”9

Estas acusaciones “…están basadas en el deseo del perpetrador de “castigar” dichas


identidades, expresiones, comportamientos o cuerpos que difieren de las normas y roles de
género tradicionales, o que son contrarias al sistema binario hombre/mujer. Esta violencia se
dirige, entre otros, a las demostraciones públicas de afecto entre personas del mismo sexo y
a las expresiones de “feminidad” percibidas en hombres o “masculinidad” en mujeres. La
violencia se puede manifestar en el uso de la fuerza por parte de agentes de seguridad del
Estado, encargados de hacer cumplir la ley…”10

Esta violencia, caracterizada de manera inadecuada como “correctiva”, es utilizada para


sancionar y castigar a las personas por una sexualidad no normativa o la no conformidad con
el género.

8
CIDH…p. 276
9
CIDH…p. 71
10
CIDH…p. 54

26
La CIDH ha recibido información de manera consistente “sobre serias deficiencias en la
investigación de casos de violencia por prejuicio contra personas con orientaciones sexuales
e identidades de género no normativas. Al examinar con más detenimiento lo que está
generando esta impunidad, la CIDH concluye en este informe que, en general, en la región
existen deficiencias en la investigación y procesamiento penal de estos casos de violencia,
tales como el prejuicio contra las orientaciones sexuales e identidades de género no
normativas que influye en la forma en la que se conducen las investigaciones, así como la
ausencia de un enfoque diferenciado. Es usual que como consecuencia de estas presunciones
basadas en prejuicios, en vez de recolectar evidencia de manera exhaustiva y conducir
investigaciones serias e imparciales, los oficiales de la policía y otros operadores de justicia
dirijan sus acciones hacia la identificación de evidencia que confirme sus hipótesis
prejuiciadas sobre los hechos…”11

En el mismo sentido, la Corte IDH “…reconoce y rechaza el estereotipo de género por el cual
se considera a las mujeres sospechosas de haber cometido un delito como intrínsecamente
no confiables o manipuladoras, especialmente en el marco de procesos judiciales. Al
respecto, la Corte ha aseverado que valoraciones de esta naturaleza muestran “un criterio
discrecional y discriminatorio con base en la situación procesal de las mujeres…”12

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, también ha señalado
que la violencia contra las personas LGBT constituye una “forma de violencia de género,
impulsada por el deseo de castigar a quienes se considera que desafían las normas de
género”.13

El Relator de ONU contra la tortura, ha señalado que la discriminación por razones de


orientación o identidad sexuales puede contribuir muchas veces a “deshumanizar a la

11
CIDH… pág. 276
12
en la sentencia Espinosa Gonzalez v. Perú
13
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Leyes y prácticas discriminatorias y
actos de violencia cometidos contra personas por su orientación sexual e identidad de género, A/HRC/19/41,
17 de noviembre de 2011, párr. 20

27
víctima, lo que con frecuencia es una condición necesaria para que tengan lugar la tortura y
los malos tratos”.14

La sentencia envía a las lesbianas, el mensaje de que no pueden oponerse a las


interacciones involuntarias con oficiales de la policía, por más que ellas resulten
evidentemente discriminatorias, desproporcionadas, y pongan en riesgo su integridad.

A la policía, la sentencia le envía el mensaje de que pueden proceder impunemente a


detener y usar la fuerza física contra lesbianas y personas con expresiones de género no
conformes, sin tener en cuenta los requisitos de razonabilidad, proporcionalidad y otros
sobre el uso de la fuerza para funcionarios y encargados de cumplir la ley.

Estos mensajes tienen por objeto “corregir” a través del “castigo ejemplar” la transgresión
del orden jerárquico de género que asigna superioridad a los varones sobre las mujeres, y a
las mujeres heterosexuales sobre las lesbianas15.

Los Estados deben garantizar que sus sistemas de justicia no emitan sentencias prejuiciadas,
que difundan y refirmen estos mensajes de odio a las identidades de género, expresiones y
orientaciones sexodiversas. Asimismo, deben garantizar que los sistemas de justicia tengan
la capacidad de investigar de manera exhaustiva y efectiva toda instancia de abuso policial y
deben actuar con debida diligencia en la investigación de la violencia por prejuicio, dado que
la impunidad de las violaciones de derechos humanos fomenta su repetición.

14
ONU, Informe del Relator Especial sobre la cuestión de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o
degradantes, A/56/156, 3 de julio de 2001, párr. 19, citado en ONU, Consejo de Derechos Humanos, Informe
del Relator Especial sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, Juan E. Méndez,
A/HRC/22/53, 1 de febrero de 2013, párr. 79
15
“Las sociedades en América están dominadas por principios arraigados de heteronormatividad,
cisnormatividad, jerarquía sexual, los binarios de sexo y género y la misoginia. Estos principios, combinados con
la intolerancia generalizada hacia las personas con orientaciones sexuales, identidades y expresiones de género
no normativas y cuerpos diversos; legitiman la violencia y la discriminación contra las personas LGBTI o
aquellas percibidas como tales. La violencia contra las personas LGBTI existe como consecuencia de contextos
sociales, sociedades y Estados que no aceptan, y que de hecho, castigan las sexualidades y las identidades no
normativas y aquellos cuerpos que no se ajustan a los estándares sociales de corporalidad femenina o
masculina. Debido al vínculo inherente entre discriminación y la violencia contra las personas LGBTI, en este
informe, la CIDH insta a los Estados Miembros de la OEA a adoptar medidas comprensivas para combatir la
discriminación, prejuicios y estereotipos sociales y culturales contra las personas LGBTI.” (CIDH…p. 49)

28
7. Corolario

Para arribar al procesamiento, la jueza de grado se basa en prejuicios contra la orientación


sexual y expresión de género de Mariana, sobre la base de los cuales valora la prueba,
arribando a una conclusión arbitraria y sesgada en contra de la imputada.

En este sentido, la sentencia que decide el procesamiento de Mariana Gómez viola los
principios constitucionales de igualdad ante la ley y no discriminación, así como los
principios de legalidad y debido proceso, también inscritos en nuestra Carta Magna.

En los fundamentos de su sentencia, la jueza de grado realiza una caracterización de la


imputada, como violenta y agresiva, sin base fáctica alguna.

Sobre esta caracterización, considera que Mariana llevó a cabo una conducta ilegal
suficiente para provocar la intervención policial, su reducción por la fuerza, arresto e
imputación por delitos graves.

Agrava la situación procesal de la imputada considerando veraz el testimonio de Pérez,


legítima la intervención de Rojo y veraz su testimonio, y descarta sin fundamentos los dichos
de Mariana y Rocío respecto de la agresión ilegítima de la que fueron víctimas por parte del
personal de seguridad mencionado.

Asimismo, valora sesgadamente la evidencia respecto de la necesidad racional del medio


empleado por Mariana para defenderse y a Rocío.

Valora sesgadamente el informe médico, tomando en consideración exclusivamente las


lesiones sufridas por el personal policial, y no las lesiones sufridas por Mariana.

Descarta los motivos discriminatorios del accionar de Perez y Rojo, las evidencias de acoso,
la desproporción de la respuesta policial en relación a la correlación de fuerzas, la ausencia
de pruebas y antecedentes de violencia de Mariana.

Estos prejuicios y estereotipos de género negativos sobre la orientación sexual y expresión

29
de género de la procesada, sustituyen los argumentos razonados y basados en hechos y
pruebas, y vuelven arbitrario el procesamiento por los delitos que pretende atribuirse a
Mariana.

8. Petitorio

Por todo lo expuesto, y con la intención de que nuestro aporte pueda contribuir a una justa
resolución del caso y al cabal cumplimiento de los compromisos internacionalmente
asumidos por el Estado Argentino, a V.E. solicitamos:

1. Se nos tenga por presentadas en calidad de amicus curiae en esta causa y se reciban
favorablemente los argumentos de hecho y de derecho expresados.

2. Solicitamos expresamente que se nos permita exponer argumentos de manera oral en


ocasión de llevarse a cabo la audiencia consignada en el art. 454 CPPN.

3. Se revoque resolutorio recurrido por la defensa, y en consecuencia, disponga el


sobreseimiento de mariana Gómez, así como la investigación respecto de los hechos de
violencia por prejuicio llevados a cabo por los agentes Perez y Rojo que tuvieron como
resultado la privación de la libertad y lesiones sufridas por Mariana Gomez.

4. Como medidas de no repetición de estos sucesos, se dicten cursos para los miembros del
Poder Judicial, en sentido amplio, por ejemplo en el ámbito de la Escuela de Justicia, para
asegurar la erradicación de prejuicios lesbofóbicos a la hora de dictar sentencia

5. También como medida de no repetición, se convoque a las organizaciones del colectivo


afectado a fin de llevar a cabo acciones en el sector justicia de modo de dotar de efecto útil
a los procesos diseñados en nuestro Estado de Derecho para el control judicial del uso de la
fuerza estatal, en relación a los derechos y garantías del colectivo LGBTIQ.

6. Finalmente, como medida de no repetición solicitamos se habilite en el ámbito


correspondiente un registro de los incidentes y procesos judiciales por violencia por

30
prejuicio contra personas LGBT, a fin de poder tener información del verdadero alcance y
modalidades de esta violencia.

Proveer de Conformidad

Será Justicia

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