La normatividad sexo/género tiene que ver, entre otras cosas, con la forma en que

desde edades tempranas se nos educa a diferenciar y reconocer quién es mujer y quién es
hombre. En esta significación, el cuerpo es disciplinado y limitado gradualmente para
diferenciarse a sí mismo como femenino o masculino; pero también, se le clasifica en
prácticas eróticas y/o afectivas a través de lo que se denomina identidades LGBT.

Entendiendo que es este el campo fenoménico y son estos sujetos (producidos y

productores ) discursivos mi preocupación como investigador quiero instalar de manera
muy general la problemática epistemológica respecto al abordaje de estos sujetos, poniendo
en tensión la idea de ¿Para que conversar?, ¿cuándo conversar?, ¿cómo conversar?, ¿de
qué (y de que no) conversar? y ¿en que contexto conversar?. Todas estas preguntas pierden
trivialidad cuando se hacen como instancias problematizadoras no solo de

¿Para que conversar?

Se instala en la relación con otros, esto del conversar como una especie de co-
definicion en una relación dialógica y recurrente. Dialógica porque esta mediada por
pequeñas misiones discursivas que se van co-construyendo, re-historizando bajo la
articulación de explicaciones de la realidad con el otro o la otra. Esto que señalo no es
trivial y supone una premisa epistemológica materialista en el sentido performativo.
Ilustrativo de lo anterior, y citando a Karen Barad (1996) …”las herramientas, la técnica
[conversación] producen el mundo y en ese acto re-producen el mundo…” (énfasis del
autor).Sin embargo, aca aparece una tensión epistemoliogica fundamental y se refiere a ¿es
acaso elpara que conversar con jel o la sujeta LGBT un asunto relevante en el sentido de
configurar

¿Cuándo conversar?