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Las cifras de embarazo en niñas en Uruguay son "impresentables", sostuvo a El País la

subsecretaria del Ministerio de Salud Pública (MSP), Cristina Lustemberg. La jerarca reconoció que
es uno de los principales problemas a resolver por parte de la cartera.

En Uruguay hubo el año pasado 123 nacimientos de madres que tienen de 10 a 14 años. En 2015
fueron 122. En 2014 fueron 169. Lustemberg dijo que "hay que seguir observando" lo que pasa en
los próximos años, para identificar si esta baja implica una tendencia.
De todos modos señaló que la cifra es alta y que en el 100% de los casos se trata de situaciones de
"abuso y explotación sexual".
"Hay que tener claro que una relación con una niña de 10 u 11 años no puede ser consentida, entre
otras cosas porque en todos estos casos los padres casi duplican en edad a las gurisas. Eso nunca es
una relación igualitaria", explicó la subsecretaria.
A estos 123 embarazos hay que sumarles los casos de aborto. En 2016 hubo 74 abortos de niñas de
10 a 14 años. O sea que 197 menores de esas edades quedaron embarazadas. Lustemberg aclaró que
el MSP estudió los datos y que "los casos de interrupción voluntaria del embarazo no explican el
descenso observado" desde 2014 en la cantidad de nacimientos correspondientes a madres-niñas.
Los embarazos en niñas tienen un alto porcentaje de mortalidad en el parto y mayores grados de
prematurez y bajo peso al nacer.
En el año 2016 hubo 105 nacimientos de madres de 14 años, 17 de madres de 13 y una madre de 12
años. De acuerdo al sistema informático perinatal de la cartera, de estas 123 madres, la mayoría
"ignora el estado conyugal", 17 son solteras y 27 están en unión libre.
"En 2015 tuvimos dos nacimientos en niñas de 10 años. Este año, en 2016, a partir de los 12. Y el
grueso está concentrado en los 14. La tasa de embarazo precoz en el sector público fue de 1,69 cada
1.000 usuarias, mientras que en el sector privado fue de 0,38 cada 1.000. Dicho de otro modo: el
riesgo relativo a la incidencia del embarazo precoz es tres veces y media más en el sector público
que en el privado", alertó Lustemberg.
"En el gobierno estamos de acuerdo en que este es uno de los problemas más graves a resolver.
Estamos trabajando en un plan nacional intersectorial para ir hacia una reducción del embarazo no
intencional en las adolescentes. Estamos trabajando en salud, pero también con cada subsistema del
sector educativo y con el Ministerio de Desarrollo Social".
Adolescentes.
Uruguay logro sí un importante avance en cuanto al embarazo de 15 a 19 años. En 2016 hubo 6.575
casos, contra 7.371 de 2015. Un año antes habían sido 7.779.
En el grupo etario de 15 a 19, la cantidad de abortos en 2016 fueron 1.589, que representan un
16,4% del total. Es decir que 8.164 jóvenes de estas edades quedaron embarazadas.
"En Uruguay tuvimos en general 1.877 nacimientos menos en 2016 en comparación con 2015. Algo
bueno en esto es que hubo 800 menos en el grupo etario que va de los 15 a los 19 años", contó
Lustemberg. De esta manera el descenso de los nacimientos en madres adolescentes representa un
42% del total del descenso de nacimientos durante el año pasado.
Otra buena noticia, según Lustemberg, es que de esos 1.877 nacimientos menos que hubo en 2016,
1.500 corresponden al sector público, que es donde más madres niñas y adolescentes dan a luz. El
27% de los nacimientos en los hospitales de la Administración de Servicios de Salud del Estado
(ASSE) estuvo concentrado en la franja etaria de 10 a 19 años, en el sector mutual el 10% y en los
seguros el 0,1% de los nacimientos, según los datos brindados por la jerarca del MSP. La mayoría
de los nacimientos en Uruguay están concentrados en los sectores más pobres. El quintil 1
concentra el 49% de los partos. "Las mujeres de las clases más pobres son las que tienen más hijos
y sienten que tienen más de los que quieren o pueden tener; en tanto, las mujeres de los sectores
más favorecidos, de los quintiles 3, 4 y 5 tienen menos hijos de los que quieren y pueden tener,
porque no hay políticas de cuidado que garanticen la inserción laboral con el cuidado de los hijos",
dijo Lustemberg.
Tres de cada cuatro adolescentes que quedaron embarazas se desvincularon un año antes del sistema
educativo.
DIARIO EL PAIS 1
Mientras que el 57% de las adolescentes entre 15 y 24 años que son madres no tienen empleo y
no estudian, en el grupo de la misma edad que no son madres solo el 9% no estudia. "Y el 71% de
las madres luego del nacimiento de sus hijos refirió que hubiera deseado postergar la maternidad.
No quiere decir que no quieran a sus hijos, pero les hubiera gustado ser madres más grandes", dijo
la jerarca.
Expertos.
Muchos de los datos que maneja el MSP sobre embarazos en niñas y adolescentes provienen de
estudios de la socióloga Carmen Varela. Consultada por El País, la especialista sostuvo que "la cifra
en términos de porcentaje de 10 a 14 años quizá no sea muy elevada en términos numéricos, pero
lo es en cuanto a lo que implica".
"Hay que prestarle atención a la relevancia que tiene, caso a caso, porque generalmente un
embarazo en esta etapa de la vida está vinculado a un abuso sexual".
En el mismo sentido, el economista especializado en demografía de la Universidad de la República,
Juan José Calvo, comentó que si bien en la brecha que va de 10 a 14 años "hay un descenso", hay
que mirar "la parte mala que es que estamos hablando de niñas muy chicas; o sea estamos en
situaciones de abuso, y de no ejercicio de los derechos sexuales de esas niñas".
Varela también se refirió a los embarazos en la franja que va de 15 a 19 años. En este sentido
precisó que "si bien se registra una disminución, en 2016 hay que esperar para ver si se mantiene
antes de decir si es una tendencia, o depende de algo coyuntural".
En cuanto a esta franja etaria Calvo sí advirtió que se trata de "un avance correcto, porque Uruguay
tiene una tasa de maternidad adolescente muy alta, más cercana a los países no desarrollados que
a los desarrollados". La propia Lustemberg reconoció que en algunos departamentos se llega a las
cifras de África. Esto pasa por ejemplo en Artigas, que hay un promedio de 78,5 madres
adolescentes cada 1.000.
Casavalle: una cada 5 adolescentes, embarazada.
"La fecundidad en adolescentes muestra una inaceptable segregación territorial en Uruguay. El
país cuenta con departamentos que tienen datos similares a los de los países de África. También es
crítico lo que se da en algunos barrios de Montevideo", advirtió a El País la subsecretaria Cristina
Lustemberg. La jerarca señaló que "mientras en Carrasco no hay hijos de madres adolescentes, en
Casavalle hay un hijo cada cinco adolescentes". La cifra de embarazos de jóvenes de 20 a 24 años
es 21 veces superior en Casavalle que en barrios de la costa este montevideana. En la segregación
por departamento, según los datos de 2016 se puede ver que mientras en Montevideo hay 1
embarazo de una niña entre 10 y 14 años cada 1.000, en Artigas —adonde la cifra es la mayor de
todo el país— son 2,6. En el caso de las adolescentes de 15 a 19 años, Montevideo tiene 48,5 casos
cada 1.000. Los países de África rondan entre los 70 y 85 casos por 1.000. En Cerro Largo la cifra es
de 70,9. Artigas había llegado a 78,5 en 2015 y ahora bajó a 67,4. El peor caso en estos tres años se
dio en Río Negro, que llegó a un 85,6 en 2014, pasó a 68,5 en 2015 y a 55,9 en 2016.
Una situación social que recorre ya cuatro generaciones.
Los datos que maneja el Ministerio de Salud Pública (MSP) señalan que el embarazo de
adolescentes pasa de una generación a otra desde hace décadas. "Hay casos que son de hasta
cuatro generaciones", sostuvo la subsecretaria Cristina Lustemberg.
La jerarca se reunió esta semana con los directores departamentales de Salud, para buscar
alternativas que sirvan para combatir el problema. Lustemberg destacó que desde 2012 la
Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) aplica el implante subdérmico gratuito para
evitar embarazos en menores. "Este remedia el olvido que pueden tener las jóvenes de tomar
anticonceptivos hormonales", sostuvo la subsecretaria.

LA DIARIA
"Los resultados de los cinco años son mucho mejores de lo que esperábamos", explicó a la diaria
Leonel Briozzo, profesor de la Clínica Ginecotocológica A de la Facultad de Medicina y quien fue
subsecretario del Ministerio de Salud Pública (MSP) cuando se aprobó y se reglamentó la Ley de
Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), en 2012. Briozzo dirigió la mesa redonda “Cinco años
de interrupción voluntaria del embarazo en Uruguay”, que se desarrolló el viernes 27 en el XVIII
Congreso Uruguayo de Ginecología y Obstetricia.
Rafael Aguirre, responsable del área programática de Salud de las Mujeres del MSP, presentó en el
congreso los datos de cantidad de IVE en estos cinco años (ver gráficos). “Quedó claro que estamos
ya en la meseta del registro de IVE, creo que a partir del año que viene vamos a empezar a ver lo
que habíamos anunciado hace cinco años: el descenso de IVE”, explicó Briozzo, luego, en diálogo
con este medio. Destacó que se han consolidado los servicios de salud sexual y reproductiva, la
anticoncepción y la educación sexual, y que eso también contribuirá con la disminución de
abortos. “Se consolida que las adolescentes abortan en la misma proporción que mujeres adultas o
menos, o sea que no se da aquella tontería que se decía para asustar, que las adolescentes iban a
abortar más. No es así”, concluyó Briozzo.

EL PAIS 2
La ley de IVE en Uruguay no ha tenido impacto sobre la fecundidad de las adolescentes" y "no
existen cambios apreciables en los nacimientos", concluye el informe denominado "Evaluación de
la despenalización del aborto en Uruguay en la fecundidad adolescente" de Zuleika Ferre.
El estudio se basó en los nacimientos ocurridos entre 2010 y 2013 y se analizó el efecto de la
introducción de la ley sobre la cantidad de los nacimientos de niños de madres adolescentes y sus
características.
Antes de la entrada en vigencia de la ley, que permite la interrupción del embarazo dentro de las
primeras 12 semanas de gestación, el número de nacimientos promedio semanales de madres
adolescentes era de 67,9 y después pasó a ser de 66,5. Los planeados pasaron de 22,5 a 23 y los no
planeados de 45,3 a 43,5, según refleja el informe.
Asimismo, según el análisis la cantidad de nacimientos no planeados no tuvo una variación
significativa con la implementación de la ley. "El 68% de los embarazos de madres adolescentes fue
reportado como no planeado para los nacimientos previos al cambio normativo, mientras que el
65% lo fue para los ocurridos con posterioridad", sostiene el informe.
Para Ferre era "de esperar que el cambio normativo que introdujo la ley de interrupción voluntaria
del embarazo no implicara un cambio radical en el comportamiento reproductivo de las
adolescentes montevideanas". Lo que sí notó es que "el número de abortos realizados es muy
inferior a las estimaciones previas".
"Entre las principales consecuencias que cabe extraer de este estudio para los responsables
nacionales de las políticas públicas, es que muy posiblemente, la ausencia de impacto en la caída de
la fecundidad adolescente en el corto plazo no esté pautada por un cambio en el comportamiento
reproductivo (incremento del número de abortos), sino a un cambio en el marco que se realizan
(ilegal vs legal). En este sentido, es de esperar una mejora en las condiciones de seguridad médica,
vital para la etapa de la vida de las mujeres analizadas, así como un ahorro para las mujeres, al estar
incluida esta intervención médica dentro del conjunto de prestaciones garantizadas por el sistema de
salud", concluye el informe que no descarta que pasados varios años el efecto pueda ser diferente.
Una investigación que había realizado la organización feminista "Mujeres en el horno" en 2014
había revelado que la edad promedio de las mujeres que requieren asesoramiento o información
sobre abortos es de 27 años y el 56,6% de ellas tienen entre 18 y 29 años. Pero a estas se sumaban
un 7,1% de consultas realizadas por personas de entre 14 y 18 años y el 36,4% por el grupo que
tiene entre 29 y 50 años.
Sin embargo, según datos divulgados por el Sistema Nacional de Información del Ministerio de
Salud Pública dio cuenta que el 18% de las 8.500 mujeres que decidieron interrumpir su embarazo
durante el año 2014 tiene menos de 20 años.
El año pasado, precisamente, creció un 20% el número de abortos respecto del año anterior: 12 cada
1000 de mujeres entre 15 y 45 años. Además, el 9% de las mujeres que consultó con el equipo de la
institución de salud en la que se atiende, decidió continuar el embarazo.

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