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INGENIERÍA EN BIOTECNOLOGÍA
TAREA NÚMERO 2:
ALUMNOS:
15 DE MAYO DE 2019
Enzimas y energía de activación
Gráfica de coordenadas de reacción que muestra el curso de la reacción con y sin catalizador.
Con el catalizador, la energía de activación es más baja que sin él. Sin embargo, el catalizador
no cambia la ∆G de la reacción.
Para catalizar una reacción, una enzima se pega (une) a una o más moléculas de reactivo.
Estas moléculas son los sustratos de la enzima.
La parte de la enzima donde se une el sustrato se llama el sitio activo (ya que ahí es donde
sucede la "acción" catalítica).
Las proteínas se forman de unidades llamadas aminoácidos, y en las enzimas que son
proteínas, el sitio activo obtiene sus propiedades de los aminoácidos que lo conforman. Estos
aminoácidos pueden tener cadenas laterales grandes o pequeñas, ácidas o básicas, hidrofílicas
o hidrofóbicas.
El grupo de aminoácidos que se encuentra en el sitio activo, así como la posición que estos
tienen en el espacio tridimensional, le dan al sitio activo un tamaño, forma y comportamiento
químico muy específicos. Gracias a estos aminoácidos, el sitio activo de una enzima es apto
de modo exclusivo para unirse con una molécula objetivo en particular -el sustrato o sustratos
de la enzima- y le ayudan a experimentar una reacción química.
Factores que afectan la actividad enzimática
Concentración de enzimas
Esta propiedad se utiliza para determinar las actividades de las enzimas séricas (del suero
sanguíneo) para el diagnóstico de enfermedades.
Concentración de sustrato
pH
Salinidad
Temperatura
A medida que aumenta la temperatura aumenta la actividad enzimática y, en consecuencia,
la velocidad de la reacción. Sin embargo, las temperaturas muy altas desnaturalizan las
enzimas, esto significa que el exceso de energía rompe los enlaces que mantienen su
estructura haciendo que no funcionen de manera óptima.
Este valor es diferente para las distintas enzimas. No obstante, la mayoría de las enzimas en
el cuerpo humano tienen una temperatura óptima de alrededor de 37.0 °C.
En sistemas vivos, este tipo de inhibición generalmente se previene mediante una eliminación
rápida de los productos formados.
Activadores enzimáticos
Algunas de las enzimas requieren la presencia de otros elementos para funcionar mejor, estos
pueden ser cationes metálicos inorgánicos como Mg2+, Mn2+, Zn2+, Ca2+, Co2+, Cu2+,
Na+, K+, etc.
En raras ocasiones, también se necesitan aniones para la actividad enzimática, por ejemplo:
el anión cloruro (CI-) para la amilasa. Estos pequeños iones se denominan cofactores
enzimáticos.
También existe otro grupo de elementos que favorecen la actividad de las enzimas, llamados
coenzimas. Las coenzimas son moléculas orgánicas que contienen carbono, como las
vitaminas que se encuentran en los alimentos.
Un ejemplo sería la vitamina B12, que es la coenzima de la metionina sintasa, una enzima
necesaria para el metabolismo de las proteínas en el cuerpo.
Inhibidores enzimáticos
Los inhibidores enzimáticos son sustancias que afectan negativamente la función de las
enzimas y, en consecuencia, ralentizan o en algunos casos, detienen la catálisis.
Inhibidores competitivos
Inhibidores no competitivos
Un inhibidor no competitivo también es un compuesto químico que se une a otro lugar del
sitio activo de una enzima, llamado sitio alostérico. En consecuencia, la enzima cambia de
forma y ya no puede unirse fácilmente a su sustrato, por lo que la enzima no puede funcionar
correctamente.
Microorganismos en la industria
Una de las industrias que más recursos invierte en Biotecnología es la industria alimentaria.
Mediante biotecnología se elaboran alimentos, aditivos, colorantes, vitaminas, etc. Todo ello
se produce por la acción de microorganismos sobre una materia prima. Los microorganismos
más utilizados son las levaduras y las bacterias. Las levaduras más frecuentes pertenecen a
los géneros Saccharomyces, Candida y Kluyveromyces. Las bacterias más representativas
son de los géneros Lactobacillus, Streptococcus, Lactococcus y Acetobacter . Todos los
microorganismos utilizados pertenecen a cepas industriales. Estas cepas de microorganismos
suelen ser objeto de patente, como Saccharomyces carlsbergensis, del Instituto Carlsberg, en
Dinamarca.
Muchas de estas cepas están modificadas genéticamente, con el fin de mejorar su producción
y aumentar las ganancias de la industria