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Para sostener lo anterior, a lo largo del presente documento me detendré en cada uno
de los objetos de estudio que ha tenido la psicología, intentando caracterizarlos de la
mejor manera posible, y exponiendo su evolución histórica.
El primer objeto de estudio de psicología fue el alma o psique. Para Carpintero (2003),
el alma como objeto de la psicología abarca desde el siglo IV a. C. hasta la época de la
filosofía moderna. El mismo autor, además, explica que en el concepto de psique hay
una problemática fundamental que se expresa en forma de oposiciones: naturalismo y
supranturalismo. Ello, según Carpintero, nace de las dos significaciones que existían en
aquel entonces de la psique: como existencia inmaterial que es independiente del cuerpo,
representado por Platón y como principio biológico de los seres vivos, representado por
Aristóteles.
Platón dividió la realidad en una sensible y otra inteligible. La primera sería aparente –
las cosas cambian-, y la segunda, verdadera –las cosas son una y eternas-. El alma para
él procede del mundo inteligible, y es una entidad diferente e independiente del cuerpo.
Este último es parte del mundo sensible, pero tiene atrapado al alma. Polanco-Carrasco
(2009) afirma:
Para Platón, el estudio y la investigación de las cosas físicas, incluyendo nuestro
cuerpo, es de importancia secundaria, para él más vale ocuparse de los asuntos del
alma y del mundo de las ideas que, siendo más permanente, es más real. (p.30)
Aristóteles niega la división de la realidad hecha por Platón, puesto que para él la realidad
es lo sensible, y los elementos de ella se componen de una sustancia y una forma. El
alma no es una entidad independiente, ya que no se compone de una sustancia y una
forma, pero sí es forma de los seres vivos (Clavijo, 2007). Entonces, el alma para este
filósofo es, según Polanco-Carrasco (2009): “esencia o fuerza vital que anida en todos
los seres vivos, (…) utiliza este término como lo que diferencia a los seres vivos de los
inanimados, no como lo que distingue a la mente del cuerpo como se ocupa actualmente”
(p.30).
Cabe mencionar que para los antiguos y medievales la ocupación dominante del saber
estaba referida a la naturaleza. Pero con la aparición de la filosofía moderna, por la figura
de Descartes, la perspectiva del saber cambia profundamente: ya no se parte de las
cosas, sino por el sujeto y el conocimiento que posee de las cosas (Carpintero, 2003).
De esta manera, la mente reemplaza a la psique como el segundo objeto de estudio de
la psicología.
René Descartes (1596-1650) no sólo plantea la mente y el cuerpo como dos sustancias
radicalmente distintas por su naturaleza, sino que también plantea la existencia de un
punto que enlaza la mente y el cuerpo. Eso ocurriría en la glándula pineal. Con esto
Descartes sería el primero que expone directamente funciones del cuerpo humano de
forma mecánica, influyendo notablemente en las posteriores búsquedas del asiento de
los procesos mentales. Con este planteamiento, para su época resulta inevitable
preguntarse por la relación entre esa dualidad de cuerpo y mente, a menos que se niegue
el planteamiento cartesiano. (Polanco-Carrasco, 2009).
Pero ya a finales del siglo XIX, aparece la psicología como ciencia natural, ligando el
estudio de la consciencia con la experimentación fisiológica, teniendo su punto culmine
en Wundt (1832-1920) con su obra Principios de psicología fisiológica (Grande-García y
Silva, 2013). Otra contribución al estudio de la consciencia vino por parte de William
James (1842-1910), quien en un principio sostenía el estudio de esta, pero como
resultado de su punto de vista positivista, y la evidencia experimental de las emociones
y el subconsciente le forzaron a replantear el problema. Así, finalmente llegó a sugerir la
no existencia de la consciencia como una entidad independiente, lo que sirvió como base
para para el posterior rechazo de esta en la investigación psicológica (Grande-García y
Silva, 2013).
Con la evolución del objeto de estudio de la psicología ya expuesto, daré saber las
conclusiones que apuntan a mi tesis planteada al inicio de este trabajo: el cambio del
objeto de la psicología se debe a factores socio-históricos y de la técnica.
Primero, sobre el paso del alma a la mente como objeto de estudio, podemos hablar que
responde a un factor socio-histórico, porque cada uno responde a un reflejo del interés
de estudio de su respectiva época. La psique, a la concepción naturalista de los antiguos
y los medievales: la psique es el motor de la vida humana y su razón, y ello le permite
estudiar a la naturaleza. La mente, a la concepción cartesiana, como sustancia que se
relaciona con otra sustancia radicalmente distinta a ella –el cuerpo-, y que conoce las
cosas. Se pasa del realismo – de los antiguos y medievales- al idealismo, y el objeto de
la psicología no se escapa de ello.
Carpintero, H. (2003). Historia de las ideas psicológicas (2ª Ed.). Madrid: Ediciones
Pirámide.