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Guía de Astronomía
Ilustrado por David A. Hardy
La edición original de esta obra ha sido publicada en inglés por la editorial Las constelaciones
The Hamlyn Publishing Group Limited de Londres, con el título El desarrollo de la observación
La e s f e r a t e r r e s t r e 72 terrestre
THE HAMLYN GUIDE TO ASTRONOMY
Las c o n s t e l a c i o n e s 76 Prefacio h i s t ó r i c o 264
Traducido por Las c o n s t e l a c i o n e s : T e l e s c o p i o s : radicados en
d e s c r i p c i ó n 86 la Tierra y en el espacio
Joan Ayala
Notas s o b r e las c o n s t e l a c i o n e s 268
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Reservados todos los derechos. Ninguna parte de este libro puede ser repro-
ducida, almacenada en un sistema de informática o transmitida de cualquier Los planetas
forma o por cualquier medio electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u
otros métodos sin previo y expreso permiso del propietario del copyright. Propiedades del s i s t e m a solar Tablas 274
146
La luna 150 Glosario 277
índice de los mapas lunares
160
Mercurio 171 Bibliografía 279
© The Hamlyn Publishing Group Limited, Londres 1978
y para la edición española Venus 175
Marte 180 índice alfabético 280
© Ediciones Omega, S. A., Barcelona, 1980
ISBN: 84-282-0588-4
Depósito legal: B. 2802-1980
Printed ¡n Spain
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Telescopios
Introducción
Varias veces durante los últimos cinco siglos descubrimientos o in-
ventos significativos han abierto una ventana sobre una o más de las
búsquedas científicas del hombre. Una ciencia, la astronomía, ha sido
completamente revolucionada por el invento en el siglo XVII del teles-
copio, el cual permite al observador estudiar la configuración precisa
de los cuerpos celestes y reconstruir teorías sobre la estructura del
universo de una manera que previamente era imposible.
Usando el telescopio como colector y amplificador de luz se ha desa-
rrollado una instrumentación más precisa durante los tres últimos si-
glos. A diferencia de muchos instrumentos científicos, el telescopio
se presta a una variedad de aplicaciones a distintos niveles de com-
plejidad y debido a esto es un instrumento favorecido tanto por los
aficionados como por los profesionales.
El reflector y el refractor
Aunque es posible recoger una variedad de energías radiadas para
medir los fenómenos celestes, la forma más común, más sencilla y
más adaptable para uso de profesionales y de aficionados es la forma
de radiación visible denominada luz. Los dos criterios más importan-
tes del equipo que se usa son una ampliación adecuada del objeto que
se estudia y buenas características de recolección de luz.
Existen dos tipos principales de instrumentos capaces de lograr estos
objetivos: el reflector y el refractor. Cada uno de estos instrumentos
presenta propiedades únicas útiles para ciertas tareas y existe una
amplia gama de especificaciones comunes frente a las cuales puede
evaluarse el rendimiento del instrumento.
El reflector (fig. 1a) fue desarrollado primeramente por Isaac Newton
en la segunda mitad del siglo XVII y, debido a su robusta flexibilidad,
desde entonces se ha visto favorecido por los aficionados. Cuando la
luz se refleja a partir del espejo cóncavo principal, u objetivo, se hace
que se concentre en un espejo secundario, más pequeño, montado
según un ángulo de 45° respecto al eje perpendicular del objetivo.
Cuando la luz alcanza el espejo secundario gira 90° hasta alcanzar el
ocular a partir del cual la imagen puede verse fuera de la línea del
tubo del telescopio. Teóricamente, sería posible para un observador
situarse directamente delante del objetivo, pero para instrumentos
comparativamente pequeños la cantidad de luz oscurecida por la masa
física del cuerpo humano haría que el telescopio fuera inoperante. El
diseño de Newton es únicamente una configuración posible que usa
el principio de reflexión y otras variaciones vienen en la página 10.
Los grandes reflectores ocasionalmente capacitan al observador para
situarse en el foco primero puesto que la cantidad de luz oscurecida
por un soporte del observador es sólo una pequeña fracción de la
cantidad total de luz que cae sobre el objetivo. Esta posición es usual-
mente usada sólo para fines fotográficos.
fig- 1 a (arriba) En un telescopio reflectante, la luz viaja a lo largo del tubo
El refractor es más sencillo en concepto, más compacto en diseño pero principal y vuelve hacia atrás debido a un espejo cóncavo hasta un espejo
menos adaptable en cuanto a aplicación. La figura 1b muestra el prin- secundario, a partir del cual se dirige hasta la lente de aumento del ocular,
cipio básico de operación de un refractor típico, primero usado astro- b (abajo) Un telescopio refractante conduce la imagen hasta un punto focal
y hasta una lente de aumento; no se usan espejos.
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nómicamente por Galileo en 1609 cuando éste fue la primera persona
que observó el firmamento mediante un telescopio. En lugar de reflejar
la luz con un espejo, el telescopio incorpora una lente principal que
refracta la luz hasta un plano específico, el plano focal, a partir del
cual una lente de aumento coge la imagen refractada y la presenta
al ojo.
Luz
Cualquier evaluación cualitativa del reflector y del refractor debe de-
pender de sus características refinadas y de los distintos métodos
adoptados para neutralizar la distorsión de la luz. Los principios ge-
nerales que se comentan más adelante clarificarán este problema que
molesta por igual a aficionados y profesionales.
La figura 2 muestra el efecto de un haz de luz incidente (es decir, luz
con un ángulo apreciable respecto a la perpendicular) que recae en
un bloque sólido de vidrio. El rayo refractado está inclinado hacia el
plano normal y una elevada proporción de luz es reflejada hacia atrás
con un ángulo semejante al plano inicial del haz incidente. Si el haz
incidente presenta sólo un pequeño desplazamiento angular respecto
a una línea perpendicular, la luz reflejada queda sustancialmente re-
ducida con más luz refractándose a través del bloque de vidrio.
La figura 3 muestra la situación en la que los rayos de luz que inciden
sobre una lente convexa, del tipo que forma el objetivo principal de
un telescopio refractante, se hace que converjan en un punto denomi-
nado plano focal. La distancia existente entre el objetivo y el plano
focal se denomina distancia focal; presenta importantes consideracio-
nes para determinar la ampliación.
De la misma manera que los rayos de luz que pasan a través de un
prisma se escinden en sus bandas de color componentes, la lente con-
vexa dispersará a los rayos incidentes con acotamiento en el extremo
azul del espectro y alargamiento en el extremo opuesto o rojo, como
viene indicado en la figura 4. La luz que incide según un plano per-
pendicular hasta el centro de la lente convexa no se dispersará. Si la
lente es cóncava tendrá lugar el efecto opuesto de dispersión, siendo
más refractada la luz azul que la luz roja.
Cuando se le aplique a un telescopio, solamente una parte de la ban-
da de color atravesará el plano focal, y en el caso de una lente con-
vexa, los extremos opuestos del espectro estarán considerablemente
desenfocados en el plano focal. Para evitar esto, una segunda lente
del mismo vidrio que el objetivo puede situarse detrás de la lente
convexa (fig. 5} para corregir la dispersión y conducir eficazmente
todos los colores al mismo punto focal.
No obstante, si se unen dos tipos de vidrio cuidadosamente seleccio-
nados pero diferentes (fig. 6) la compensación combinada de las len-
tes convexocóncavas ejerce el mismo efecto y la dispersión es eli-
minada. Este tipo de lente dual se denomina objetivo acromático. El
efecto de la dispersión de los colores o aberración cromática también Fig. 2 (arriba! Un rayo de luz incidente pasará a través de un bloque sólido
se aplica al ocular, que tiene una forma semejante a la del objetivo de vidrio según un ángulo único que depende del ángulo del rayo incidente
pon la perpendicular y abandonará el vidrio con el mismo ángulo que el haz
convexo pero en realidad está formado por dos lentes y aporta una incidente inicial. Una porción de la luz que incide sobre el bloque será refle-
corrección interna. Puesto que la distancia focal del ocular es sólo jada hacia atrás con un ángulo semejante al del rayo incidente inicial.
una pequeña fracción de la distancia focal del objetivo, la separación fig. 3 (centro) Una lente convexa conducirá la luz refractada hasta un punto
de colores es mínima incluso para un ocular formado por una lente denominado posición focal, determinando por consiguiente la distancia focal.
única. fig- 4 (abajo) Los rayos de luz que pasan a través de un prisma se escinden
en sus bandas de color componentes. Esto también se cumple con una lente
convexa, efecto denominado aberración cromática.
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El efecto de la aberración cromática perturbó el desarrollo del refrac- gen 90° (como en la disposición de Newton) y situarla en un cuarto
tor a finales del siglo XVIII, en parte debido a las dificultades en la espejo, también a 45°, para normalizar el camino con el eje largo
manufactura de las distintas lentes. A pesar de un resurgimiento en fuera del cuerpo principal del telescopio. La imagen es luego conduci-
el uso astronómico de los refractores, las imperfecciones en las cua- da hasta el foco y un ocular convencional amplía la imagen.
lidades ópticas del vidrio objeto limitaron el tamaño teórico. Asimismo, Generalmente, la aberración cromática se elimina mediante un obje-
las lentes de un refractor sólo pueden sostenerse en su circunferen- tivo acromático pero esto sólo es válido para la interpretación hecha
cia y la distorsión producida por los cambios de temperatura y el a simple vista de las porciones visuales más sensibles del espectro:
mero peso del vidrio limitaron los objetivos a un diámetro de aproxi- la verde y la amarilla. Partes de los extremos del azul lejano o del
madamente 1,2 m. rojo del espectro no son tan exactamente conducidas al foco primario
Una forma diferente de distorsión de la imagen, la aberración esféri- como la información que enviaría el ojo al cerebro. Para fines fotográ-
ca, la experimenta el telescopio reflector. Los espejos esféricos con- ficos, cuando el extremo azul del espectro es percibido con nitidez,
ducen los rayos reflejados a partir del centro a un plano focal distinto es necesario unir un tipo especial de objetivo a la placa fotográfica.
del de los rayos del borde, y el procedimiento correctivo es más sen-
cillo y más barato que el requerido para compensar el efecto de la
aberración cromática en un refractor. Cuando el espejo se pulimenta Fig. 5 (arriba) Un vidrio cóncavo situado a cierta distancia detrás de la lente
a partir de un único bloque de vidrio o pyrex la superficie debe estar convexa compensará la aberración y conducirá todos los colores del espectro
al mismo punto focal. Fig. 6 (abajo) Dos tipos distintos de vidrio pueden
contorneada de manera que presente un perfil parabólico en un corte unirse en la misma montura para lograr e! mismo efecto correctivo de la
transversal. Esto aporta un factor de compensación y conduce la luz aberración cromática. Fig. 7 (página siguiente) Cuatro tipos comunes de re-
procedente de todas las áreas del espejo hasta un plano focal común. flectores (Herschel, Cassegrain, coudé y Schmidt) usan distintas combina-
ciones de espejo y lentes para lograr tareas específicas.
Tipos de reflector
El principio del reflector sa presta a muchas aplicaciones. La forma
más común de reflector, el reflector newtoniano que se presentó an-
teriormente en la figura 1a, es el tipo ampliamente aceptado por los
aficionados. Sencillo de montar, está diseñado con seguridad para una
atención mínima con facilidad de acceso a los elementos componen-
tes o al recambio de partes.
La figura 7 muestra otras cuatro variaciones del reflector básico y
éstas representan el grado de versatilidad aplicado al concepto. El
reflector de Herschel incorpora un espejo parabólico angular que re-
fleja la imagen a través de un tubo angular a lo largo de un lado del
telescopio de manera que el observador se sienta con su dorso diri-
gido hacia el objeto que se estudia. Este tipo ya no se usa puesto
que era ¡napropiado para una observación prolongada; las vistas de
alta elevación requerían que el observador se situara considerable-
mente más alto que para las vistas de baja elevación.
El reflector de Cassegrain usa un concepto muy favorecido hoy, sa-
cando el ocular de una posición a contracorriente respecto a la luz
incidente. Asimismo presenta la ventaja adicional de incrementar la
distancia focal primaria sustituyendo el espejo secundario plano del
reflector de Newton por un espejo convexo pequeño que acepta la
imagen procedente del objetivo y la refleja hacia atrás a través de un
recorte circular existente en el espejo principal. Se experimenta una
pérdida mínima de potencia captadora de luz y la luz alcanza el foco
primario existente detrás de! objetivo y en este punto el ocular pro-
voca ampliación. Aquí el observador está encarado hacia adelante co-
mo con un refractor y el reflector de Cassegrain es la única disposi-
ción óptica que permite que un reflector se use de esta manera.
El principio del telescopio Coudé constituye incluso una oportunidad
mayor para ampliar la distancia focal del espejo principal. Después de
reflejarse hacia atrás a partir del objetivo, la luz se proyecta desde
un espejo secundario plano hasta un tercer espejo fijado a 45° res-
pecto al eje largo del telescopio. Esto tiene el efecto de girar la ima-
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No obstante, surge un problema debido a las características ópticas
de las cámaras. Una cámara rápida obtiene un campo de visión útil directamente relacionada con el área superficial del objetivo y puede
limitado mientras que una buena definición sobre un área amplia re- determinarse comparando esta área con el área superficial de la pu-
quiere exposiciones muy largas. pila del ojo humano, que de modo usual es de unos 0,25 cm 2 . Un teles-
El problema se resuelve usando una cámara Schmidt (fig. 7), nombra- copio que tenga un objetivo con 300 veces el área superficial de la
da a partir del constructor de instrumentos estoniano que diseñó por pupila del observador captará 300 veces la cantidad de luz capturada
primera vez este tipo de telescopio en 1930. El telescopio coloca una a simple vista.
placa correctora delante del espejo esférico de manera que la combi- Estos dos parámetros tienen una importancia máxima en cualquier te-
nación de superficies convexa y cóncava exactamente «refleja» el lescopio; la ampliación está determinada por la razón entre las dis-
efecto de la aberración esférica a partir del objetivo principal, distor- tancias focales primaria y secundaria y la potencia de captación de
sionando el haz cuando éste pasa a través de la placa correctora. La la luz es directamente proporcional al área superficial del objetivo.
imagen reflejada es conducida hasta un punto focal existente entre la El incremento de la potencia de resolución depende antes del diáme-
placa correctora y el objetivo principal de manera que un campo de tro del objetivo que del grado de ampliación, puesto que la resolución
visión muy amplio se mantiene libre de distorsión, a diferencia del para un objetivo dado no la mejorará una ampliación continua: la
telescopio convencional equipado con un objetivo fotográfico. El ins- distorsión se incrementará y cuanto más grande pase a ser la imagen
trumento del Monte Palomar presenta un campo de visión efectivo tanto más inútil es para la observación. La resolución, definida como
medido en minutos de arco, mientras que el instrumento de Schmidt la capacidad de resolver dos estrellas separadas de igual brillo, puede
tiene un campo teórico de visión que abarca más de 20°. Esto asegura calcularse dividiendo 0° 0' 12,7" por el diámetro del objetivo en cen-
una eficiencia máxima al fotografiar objetos débiles abarcando un tímetros. Esto significa que un reflector de 15,24 cm presentará una
área grande del firmamento pero es inútil para la observación visual. resolución de 0° 0' 0,83" y un refractor de 7,6 cm presentará una re-
solución de 0° 0' 1,66". La única manera de aumentar la potencia de
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resolución y de mejorar la cantidad de información disponible para Fig. 9 La atmósfera es transparente a algunas bandas del espectro electro-
la ampliación, es incrementar el diámetro de los objetivos puesto que magnético y opaca a otras. La luz visible y las radioondas pueden medirse
lo primero es un resultado de lo último. desde la superficie de la Tierra, las otras bandas sólo pueden detectarse des-
En los criterios de selección de instrumentos, el reflector presenta de altitudes mayores.
una ventaja definitiva de manera que el incremento de las propiedades
de captación de luz aporta un incremento de la potencia de resolución. rayos X en el otro extremo del espectro y menos de cinco años más
La ventaja del refractor es que.es más sencillo de montar y lleva sus tarde Villard encontró incluso más radiación energética, actualmente
lentes en monturas fijas que no necesitan ajuste posterior. La dispo- denominada rayos gamma.
sición inconveniente del ocular puede ser un problema cuando se in- La figura 9 muestra que la radiación se mide en longitudes de onda,
cline el refractor para elevaciones altas, aunque sólo sea debido a la distancia entre puntos sucesivos cuando la intensidad fluctuante
que el observador ha de situar físicamente su ojo hacia el objeto que se repite como crestas de una onda, y por la frecuencia, una medida
está en el campo de visión y por esta razón el aparato usualmente del tiempo transcurrido entre el paso de crestas sucesivas a través
viene acompañado de un adaptador que hace girar la imagen 90°. Asi- de un punto fijo. Puesto que todas las formas de radiación se propa-
mismo, un refractor necesita una atención ocasional debido a los efec- gan a través de un medio con la misma velocidad (2,9979 x 108 m/seg)
tos atmosféricos sobre el espejo principal y un espejo plateado se la longitud de onda se determina dividiendo la velocidad por la fre-
degradará más rápidamente que un espejo aluminizado. cuencia adecuada y se expresa en metros.
Evidentemente, a medida que la frecuencia aumenta la longitud de
onda disminuye y así las microondas son ondas cortas puesto que
Espectroscopia son la forma más corta de radioonda y presentan la frecuencia más
alta. No obstante, no existe línea nítida de demarcación entre varias
Aunque el telescopio óptico está implicado primariamente en la cap- formas de radiación y los nombres aplicados a distintas bandas del
tación de la luz procedente de las fuentes celestes para la ampliación espectro electromagnético son arbitrarios y más un producto de la
y la observación visual, el concepto básico ha traído consigo una am- selección científica intuitiva que de categorías energéticas especí-
plia gama de aplicaciones. Hace menos de 400 años desde que Ga- ficas.
lileo vio primero objetos en el espacio invisible a simple vista y hace La radiación que va desde la región del infrarrojo hasta la luz visible,
menos de 100 años desde que Hertz demostró por primera vez la las bandas de luz ultravioleta y las bandas de rayos X, se expresan
presencia de otras formas de radiación produciendo radioondas. generalmente en una unidad de medida denominada ángstrom en ho-
En el espectro electromagnético (fig. 9) las radioondas ocupan sólo menaje a Ángstrom. Un ángstrom es igual a 10-8 cm y la luz visible
una banda de frecuencias posibles. En 1895, Rbntgen descubrió los se encuentra que está dentro del espectro de 3850 a 7600 A, la luz
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ultravioleta entre 3850 y 100 Á y los rayos X dentro de un espectro hasta una placa fotográfica, la luz pasa primero a través de una pan-
de menos de 100 Á. Para asimilar tanta información como sea posible talla que contiene una rendija estrecha. La pantalla bloquea a la ma-
sobre el objeto que está en el campo de visión a menudo es necesa- yor parte del espectro solar y solamente permite que pase una única
rio usar un telescopio para captar luz de manera que aporte una vi- banda. (Véase también la figura 14.)
sión más amplia del tema. El examen del Sol de esta manera permite construir un registro pre-
A principios del siglo XIX se descubrió que un haz de luz solar podía sentando el disco solar en solamente una longitud de onda seleccio-
escindirse en sus colores componentes haciéndolo pasar a través de nada. Estas medidas permiten que características solares específicas,
una fina rendija y por un prisma (fig. 10). El conjunto de colores ob-
tenidos de esta manera contenía líneas oscuras o bandas de absorción,
denominadas líneas de Fraunhofer en homenaje al óptico alemán que Fig. 10 (arriba) Un haz de luz solar puede separarse en sus colores com-
observó por primera vez el fenómeno. Estas líneas son causadas por ponentes haciéndolo pasar a través de una rendija y dirigiendo los rayos
la absorción química de la luz en las capas externas relativamente a través de un prisma. Fig. 11 (abajo) Un espectroscopio convencional toma
frías del Sol y pueden usarse para determinar la naturaleza y la abun- la luz dirigida a través de la lente de un telescopio, la dirige a través de una
dancia relativa de los elementos que se encuentran en esta región. rendija y una lente correctora hasta un prisma que separa los colores
y revela las bandas de absorción o líneas de Fraunhofer.
El instrumento desarrollado para estudiar la ordenación de las líneas
espectrales se denomina espectroscopio (fig. 11) y ciertos tipos de
espectroscopios pueden modificarse para registrar la imagen fotográ-
fica de los espectros. Los espectrógrafos obtenidos se usan conjun-
tamente con el telescopio.
Un espectrógrafo prismático usa un reflector o un refractor para for-
mar una imagen concentrada del Sol; la luz pasa a través de una ren-
dija estrecha y de una lente colimadora que la transforma en un haz
paralelo y la hace pasar a través de un prisma. Puede usarse vidrio
para formar las lentes y el prisma para la luz visible, pero el vidrio
impide la transmisión de luz radiada para longitudes de onda menores
que unos 3800 Á. Para observaciones a través de las porciones ultra-
violetas del espectro es necesario usar cuarzo que es transparente
hasta unos 1800 Á y para longitudes de onda que llegan hasta 1100 Á
debe usarse fluoruro de litio. Por encima de 7600 Á (en las bandas
infrarrojas) son necesarios prismas de sal gema.
Afortunadamente, el espectrógrafo formado de esta manera tiene un
alto poder de resolución con buena separación entre las líneas espec-
trales y la definición adecuada de longitudes de onda estrechamente
espaciadas, pero existe un límite para la resolución; el incremento
de resolución se logra incrementando el tamaño del prisma y esto
presenta ciertas limitaciones prácticas. Para superar este horizonte
teórico se usa un segundo tipo de instrumento, el espectroscopio con
rejilla de difracción.
En vez de permitir que la luz incida sobre un prisma, el haz se dirige
contra una rejilla en el cual se han producido numerosos surcos para-
lelos sobre una superficie metálica pulimentada que actúa de la mis-
ma manera que un espejo. La luz que incide sobre la rejilla es reflejada
hacia atrás en forma de un espectro y se fotografía de la forma usual.
Para espectrógrafos que abarcan desde la luz ultravioleta hasta las
regiones infrarrojas, la rejilla contiene entre 4000 y 12 000 líneas por
centímetro con una resolución directamente proporcional al número
de líneas usadas. La selección cuidadosa de los ángulos de la radia-
ción incidente dirigida contra la rejilla permite que se examinen una
amplia gama de longitudes de onda.
El uso más sofisticado de un espectroscopio es el adoptado para ob-
tener un espectroheliógrafo, útil para estudiar ciertas bandas de ab-
sorción en la química del Sol. En principio, el instrumento enfoca un
haz de luz a través de un espectroscopio de alta dispersión situado en
el plano focal primario del objetivo del telescopio y luego a través de
una lente colimadora y de un prisma. En vez de pasar directamente
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como llamaradas y manchas, sean analizadas con más detalle de lo indudablemente ha aportado una contribución principal a la astrono-
que sería posible con un espectrógrafo de prisma normal. Usando este mía a lo largo de las tres últimas décadas desde que el espejo fue
equipo se han hecho varios descubrimientos importantes. Aunque el completado en 1948. Establecido en una montaña situada a 1,7 km
análisis espectroscópico de los fenómenos solares es la prerrogativa sobre el nivel del mar, el reflector Hale está asentado en una bóveda
del profesional, muchos aficionados encuentran que el esfuerzo re- de 41 m de altura y consiste en un armazón de 6,7 m de diámetro que
querido para realizar estas medidas está bien justificado en vista del pesa más de 500 000 kg. El espejo primero tiene un diámetro de
incremento de recompensas. El uso complementario del espectrosco- 508 cm, un grosor de 15,24 cm y pesa 15 000 kg con un corte central
pio y del telescopio, por consiguiente, amplía los programas de obser- de 101 cm de diámetro.
vación aportando un accesorio útil a las actividades visuales. Tres modos de observación son posibles con este instrumento: cuan-
do se usa en el foco primero (véase la pág. 6) el espejo tiene una
distancia focal de 1676 cm; el corte central del espejo principal per-
Montajes del telescopio mite el uso como un Cassegrain con una distancia focal de 8138 cm;
y adoptando el principio coudé, el espejo tiene una distancia focal
Para todos los fines prácticos los únicos tipos de montaje que nece- efectiva de 15 240 cm.
sitamos considerar son los tipos altacimutal y ecuatorial, los cuales
pueden establecerse sobre un trípode portátil para los instrumentos Fig. 12 El montaje ecuatorial presenta dos ejes fijos formando ángulos rectos
pequeños o sobre un pedestal fijo para los telescopios más grandes. con un eje alineado con el polo norte celeste. El ángulo que forma el eje
El montaje en alacimut (acimut de altitud) permite el movimiento a polar con el horizonte es el mismo que la latitud del observador.
lo largo de ejes verticales u horizontales y consiste en una articula-
ción universal para el movimiento libre en dos planos fijos. La fija-
ción sería apropiada para la observación de objetos celestes que se
mueven directamente hacia arriba o hacia abajo o de izquierda a de-
recha, pero la inclinación del eje de la Tierra y su forma esférica crean
la impresión de que las estrellas y los planetas se mueven en arcos
completos a través del firmamento.
Para seguir la pista de un objeto celeste de modo eficaz, debe lograr-
se que el instrumento de observación combine los movimientos verti-
cal y horizontal, lo cual es posible fijando dos ejes en ángulo recto
entre sí. El montaje ecuatorial indicado en la figura 12 es tal que el
telescopio puede alinearse con un eje, el eje polar, que señala direc-
tamente al polo norte celeste. Esto significa que el ángulo del eje po-
lar con el horizonte será el mismo que la latitud del lugar del obser-
vador. Un montaje típico de aficionado se indica en la figura 13.
El segundo eje o eje de declinación está generalmente unido al extre-
mo superior del eje polar, y con ambos ejes libres para girar, un
único movimiento del telescopio es suficiente para seguir la pista de
una estrella o de un planeta en su movimiento arqueado a través del
firmamento. La medida del campo de visión del telescopio puede ha-
cerse alineándolo con una estrella situada cerca del ecuador celeste
de manera que cuando el telescopio se mantiene estacionario, la es-
trella se moverá a través de un plano central que bisecta el ocular.
El tiempo requerido por la estrella (en segundos) para moverse ple-
namente a través del campo de visión, cuando se multiplique por 15,
dará el diámetro del campo de visión en segundos de arco.
Telescopios grandes
La aplicación del telescopio a la astronomía del siglo XX ha condu-
cido a un incremento significativo en la cantidad de información adqui-
rida por el científico. Por consiguiente, es apropiado concluir esta
sección con una mirada a un observatorio grande que está en uso ac-
tualmente y con una visión preliminar de futuras tendencias.
Aunque el telescopio del Observatorio Hale existente en el Monte
Palomar, U.S.A. (fig. 15) ya no es el telescopio más grande del mundo,
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ponen un énfasis considerable en el incremento de eficiencia logrado
mediante un telescopio situado en el espacio más allá de la influen-
cia degradante de la atmósfera. Los Estados Unidos de América están
planeando poner en órbita un observatorio óptico en 1983 con este fin.
El Telescopio Espacial (fig. 16) empleará un espejo principal de 240 cm
de diámetro dentro de una estructura básica de unos 15,2 m de lar-
go y 4,3 m de diámetro. Pesando 6800 kg, el instrumento estará dotado
de «alas» de células solares que transformarán la luz solar en elec-
tricidad y el ensamblaje estará estabilizado hasta una exactitud de
apunte de 0° 0' 0,01" (1/360 000 de 1 o ). Operando en el mismo límite
del rendimiento teórico, el telescopio observa el firmamento a través
de una gama espectral de 1150 Á hasta 1 mm, abarcando el infrarrojo,
la luz visible y una porción de las bandas ultravioletas del espectro
electromagnético.
El efecto perturbador de la atmósfera de la Tierra puede comprender-
se muy pronto considerando que el telescopio Hale de 508 cm existen-
te en el Monte Palomar es, en el mejor de los casos, equivalente a
sólo un reflector de 38 cm existente en el espacio y durante la ma-
yor parte del año no es mejor que un instrumento espacial de 10 cm
debido a varios fenómenos atmosféricos. A consecuencia de esto, el
Telescopio Espacial de 240 cm observará objetos 50 veces más débiles
a través de un espectro de frecuencias 10 veces mayor que el ob-
servado hasta ahora desde la superficie de la Tierra. Capaz de ver
siete veces más lejos que el instrumento Hale, el Telescopio Espacial
explorará una región del espacio que presenta un volumen 350 veces
mayor que el observado hasta la actualidad.
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a) espejo secundario
b) eje de declinación
c) espejo primario
d) foco Cassegrain
25
Estrellas
Movimiento estelar y medida de distancias
El movimiento domina el universo; los planetas se mueven alrededor
del Sol, las estrellas se observa que se mueven a través del firma-
mento y los modelos de las trayectorias se ve que cambian con ei
tiempo. La perplejidad que producía el movimiento sistemático re-
trasó la construcción de modelos satisfactorios de las órbitas plane-
tarias durante varios siglos. Fue bajo la égida de hombres como Ga-
lileo y Kepler, quienes empezaron a sustituir la teoría caótica por el
hecho científico en la primera parte del siglo XVII, cuando el movi-
miento planetario y estelar se aplicó a muchos problemas fundamen-
tales de la astronomía.
La cuestión de la distancia estelar era capital, una incerteza funda-
mental que impedía a los antiguos establecer una línea básica para
sus deliberaciones sobre la «física» del universo. Se considerarán aquí
dos métodos para la medida de la distancia, se tratará de un tercer
método en la página 30.
El primer método, llamado paralaje trigonométrico (fig. 17), usa el
diámetro de la órbita de la tierra como línea básica a partir de la cual
construir un triángulo con la estrella que se observa. Dos medidas
realizadas con una separación de seis meses aseguran el desplaza-
miento adecuado de la estrella de manera que los ángulos de los dos
lados del triángulo puedan determinarse. Los cálculos consideran que
la Tierra está en un círculo y que la estrella está en el centro con
el radio determinado por la distancia entre las dos.
Puesto que el paralaje, o desplazamiento angular, de la estrella tiene
la misma relación con el radián que la distancia Tierra-estrella con la
distancia Tierra-Sol, es fácil calcular cuan lejos está la estrella de la
Tierra. Un radián se obtiene midiendo el arco presentado por una
distancia a lo largo de una circunferencia de un círculo igual al radio
y éste es siempre 57,3°. Si el paralaje de la estrella se ve que es
0° 0' 0,443" es necesario dividir este valor por 206 265 (57,3°), obte-
niendo 1/465 609 de radián. Esto dice que la estrella está a 465 609
veces la distancia Tierra-Sol, lo cual equivale a 69 000 billones (1 bi-
llón = 10°) de km, o unos 7,3 años luz, suponiendo que un año luz es
la distancia recorrida a una velocidad de casi 3 x 10" cm/seg (véase
la pág. 16) y que la distancia Tierra-Sol es de 149,6 millones de km.
Por consiguiente, la distancia de la estrella puede obtenerse a partir
de una línea básica construida a partir de cálculos del movimiento de
la Tierra en su órbita alrededor del Sol.
Otra forma de movimiento presenta repercusiones importantes para
la medida de distancias (fig. 18). Aunque las estrellas parecen ser
27
estacionarias, existe un ligero desplazamiento angular con el tiempo, relación precisa con la magnitud absoluta; cuanto más brillante sea
que puede consistir en un movimiento radial, en un movimiento trans- la estrella, más largo será el período de oscilación. Esto significa que
versal o en un movimiento acoplado. El movimiento transversal o mo- si en un grupo de variables Cefeidas todas las estrellas resultaran es-
vimiento propiamente dicho se mide en ángulos de arco por año y tar a la misma distancia de la Tierra, la medida cuidadosa del período
esto establece la velocidad relativa de la estrella respecto a la Tierra. determinaría la magnitud absoluta de cada estrella. Comparando el
El movimiento radial sólo puede determinarse mediante un análisis valor conocido de la luminosidad con la luz recibida por la Tierra, la
de su espectro (véase la pág. 16) el cual presenta un desplazamien- magnitud aparente, sería posible calcular cuánta luz se había perdido
to de las líneas espectrales proporcional a la velocidad de la estrella. por el factor de la ley del inverso del cuadrado. Esto, entonces, reve-
Si la estrella se está acercando a la Tierra, las ondas estarán compri- laría cuan lejos había viajado la luz y por consiguiente la distancia
midas desplazando las líneas espectrales hacia el extremo azul del del cúmulo de las Cefeidas.
espectro y si la estrella se está alejando, las líneas espectrales se Las primeras variables de este tipo fueron observadas en la constela-
moverán hacia el extremo rojo del espectro. ción Cefeo (Cepheus), de ahí el nombre de Cefeidas para el grupo y
Por consiguiente, es posible medir la distancia entre la Tierra y es- el prefijo Delta para el prototipo. Muchas Cefeidas se han observado
trellas relativamente cercanas, obtener una medida de la velocidad en regiones de nuestra propia galaxia y de otras galaxias y su medida
radial y transversal y determinar el movimiento real comparando a las exacta ha refinado el conocimiento del astrónomo de las distancias
dos y estableciendo una triangulazación usando la altitud del triángulo del universo. Leavitt dio por primera vez fama a las Cefeidas en 1911
resultante. Esto aporta la velocidad de la estrella respecto a la Tierra. y durante más de 40 años las Variables Cefeidas (más tarde denomi-
A menudo se hace referencia a las distancias en años luz antes que nadas Población II) de la galaxia más cercana de tamaño comparable
en kilómetros debido a los enormes valores implicados. No obstante, al de nuestra galaxia, Andrómeda, se usaron para obtener una distan-
usando el principio del paralaje trigonométrico algunas veces se em- cia estimada en 800 000 años luz. Ésta pasó a 2,2 millones de años luz
plea una tercera unidad llamada parsec. Un parsec es igual a la dis- cuando una clase más luminosa (conocida como Población I) fue des-
tancia establecida por un segundo de paralaje de arco y es de unos cubierta por Baade en 1952.
3,26 años luz, menor de hecho que la distancia hasta la estrella más Las curvas de luminosidad periódica están indicadas para ambos tipos
cercana, excepto el Sol. en la figura 19. Se había supuesto que las Cefeidas medidas en la
La trigonometría sólo puede usarse para estrellas relativamente cer- Fig. 19 Se ha observado que las Variables Cefeidas varían en cuanto a brillo
canas y el aumento de la distancia significa obviamente el aumento en relación precisa con la magnitud absoluta. El período (de brillo) se repre-
de los factores de error en los cálculos; el pequeño desplazamiento senta frente a la magnitud para los tipos I y II.
angular en el paralaje estelar es sólo bueno para distancias de hasta
150 años luz desde la Tierra. Para determinar el segundo método de
medida, más ampliamente disponible, es necesario introducir un factor
importante inherente a las propiedades de transmisión de la luz, que
es que la luz disminuye según la ley del inverso del cuadrado. Por
consiguiente, deben incorporarse dos unidades para igualar la distan-
cia con la cantidad de luz medida para cualquier estrella concreta:
magnitud absoluta o luminosidad y magnitud aparente.
La magnitud absoluta es la cantidad de luz recibida desde una estrella
a una distancia estándar de referencia de 10 parsecs (32,6 años luz)
lo cual significa que una carta comparativa de la luminosidad estelar
es una medida verdadera de los diferentes niveles de brillo presen-
tados por muchas estrellas a esta distancia estándar. No obstante, no
todas las estrellas están situadas a una distancia fija respecto a la
Tierra y la medida cuidadosa de la cantidad de luz realmente recibida
(cuando se conoce la magnitud absoluta) hace posible que áe calcule
la distancia de la estrella. Corrigiendo la pérdida de luz debida al fac-
tor de la ley del universo del cuadrado y teniendo en cuenta la ab-
sorción mínima de luz por las nubes de polvo y así sucesivamente,
el módulo de la distancia permite calcular la relación real entre la
magnitud absoluta y la magnitud aparente. Alternativamente, si sólo
puede calcularse la magnitud aparente mediante la medida directa y
la distancia se conoce a partir de los valores del paralaje, puede
encontrarse la magnitud absoluta. No obstante, existe un interesante
grupo de estrellas, conocidas como las variables Cefeidas, que apor-
tan un adjunto para la medida de la distancia estelar, relacionando las
magnitudes absolutas con las variaciones periódicas del brillo. Estas
estrellas fluctúan entre niveles fijos de brillo máximo y mínimo en
28 período (días)
Fig. 20 Las características físicas de las clases estelares O-M aportan la
identificación de las propiedades inherentes a distintas estrellas.
30
31
galaxia tenían la misma relación de luminosidad periódica que las
Cefeidas de otras galaxias lejanas y las Cefeidas originales de la Po-
blación II recibieron el nombre especial de estrellas RR Lyrae. En
1952, el tipo de la Población I se separó del grupo de la Población II
necesitando la estimación de incremento de la distancia entre la
galaxia y Andrómeda. Esto ejerció un efecto profundo sobre la rees-
tructuración del tamaño del universo. Es interesante observar que la
primera medida de distancia de las Cefeidas, vital para establecer la
escala de magnitudes absoluta, derivó del movimiento observado de
las estrellas locales de este tipo.
Clases estelares
Todas las estrellas del universo irradian luz y otras formas de energía
como resultado de las enormes fuerzas reactivas que funcionan en
sus centros y por consiguiente es posible observar las características
espectrales y obtener información útil sobre su química. Esto, y la
determinación de la distancia y de la magnitud absoluta, conduce a
un sistema conveniente de clasificación estelar.
Debido a las distintas propiedades presentadas por distintos tipos de
estrellas, teóricamente, sería posible disponer las categorías en ór-
denes según criterios específicos. Por conveniencia, la clasificación
aceptada coloca las estrellas frías en un extremo de la escala y las
estrellas calientes en el otro extremo. Debe recalcarse que las clases
respectivas fluyen secuencialmente de uno a otro y las divisiones en
clases son enteramente arbitrarias. Existen varios ejemplos en los
que es casi imposible diferenciar entre el nivel superior de una clase
y el nivel inferior de la clase contigua.
Las principales divisiones o grupos están designadas por las letras
O, B, A, F, G, K y M, adoptando ¡as subdivisiones una escala que va
de 0 hasta 9 para cada uno de los grupos de letras. Por ejemplo, F9
viene seguido por GO, el cual por su parte viene seguido por G1, lle-
gándose así hasta G9 y KO. Las 10 subdivisiones de las letras aportan
una gama de 70 tipos estelares a través de la gama aceptada de cia-
ses de temperatura dispuestas en orden ascendente de colores es-
pectrales. Otros cuatro grupos W, R, N y S constituyen divisiones me-
nores con W precediendo a las estrellas del tipo O y los tipos R,
N y S siguiendo a las estrellas de tipo M. No obstante, éstas son ra-
mas laterales y pueden ignorarse por el momento.
La disposición de las estrellas en orden de color espectral indica que
las estrellas azules muy calientes están situadas en el extremo O de
la escala con las estrellas rojas frías y las estrellas de color rojo
anaranjado en el extremo M. Este método de clasificación aporta
otras interesantes escalas de comparación y la figura 20 revela los
extremos de masa y radio además de la temperatura superficial. Por
ejemplo, el Sol es una estrella G2 lo cual significa que una vez forma-
do retendrá virtualmente la misma masa, volumen y temperatura que
tenía al principio.
La figura 21 muestra la relación entre distintas formas de radiación,
en efecto, el nivel total de radiación emitido por una estrella, incluyen-
do niveles no ópticos, y recalca las propiedades importantes no de-
tectadas por la vista humana. La energía total recibida desde la es-
trella adopta distintos niveles de potencia a lo largo de la gama de
longitudes de onda detectables y esto define su magnitud bolométrica Fig. 21 El valor combinado de las formas visual y no visual de la radiación
de una estrella. está definido por la magnitud bolométrica con referencia a la masa.
32 33
Existen tres definiciones diferentes pero relacionadas de magnitud:
aparente, absoluta y bolométrica. La escala o medida para relacionar
la magnitud de una estrella con la de otra tiene su origen en las ma-
temáticas babilónicas que usaban el seis como sistema básico. Es
a partir de una preocupación sobre este valor (y el círculo de 360°)
que el tiempo se mide en las unidades familiares de 60 (segundos dan
minutos, y minutos dan horas) y 24 (horas en un día), siendo divisibles
ambos números por seis. Por consiguiente, los babilonios establecie-
ron seis divisiones entre la estrella más brillante y la más débil, vi-
sibles a simple vista y esto ha influido sobre el sistema actual.
Usando esta escala resulta evidente que, vista desde la Tierra, la
estrella más brillante es 100 veces más luminosa que la estrella más
débil y en una escala logarítmica cada unidad, o magnitud, es 2,512 ve-
ces el brillo del valor precedente. En otras palabras, las divisiones
de la magnitud escalada, siendo cero un nivel de brillo arbitrario,
aportan una medida para valor creciente (—) o decreciente ( + ). Por
ejemplo, una estrella de la primera magnitud es un millón de veces
más brillante que una estrella de magnitud +6 y una estrella de
magnitud —6 es 100 veces más brillante que una estrella de magni-
tud cero. Por ejemplo, la magnitud visual del Sol es —26,8 y su mag-
nitud absoluta (luminosidad a una distancia de 32,6 años luz) es
+ 4,86.
Evidentemente, las estrellas que están a menos de 32,6 años luz de
la Tierra presentan una magnitud aparente mayor que la magnitud
absoluta. No obstante, una amplia mayoría de las estrellas están si-
tuadas a distancias mayores que 32,6 años luz usados para medir la
magnitud absoluta y, por consiguiente, es válida la situación inversa.
Betelgeuse, situada a una distancia de 520 años luz, presenta una
magnitud visual medida de +0,7 pero su magnitud absoluta es mayor
(debido a que está situada a una distancia de más de 32,6 años luz)
en —5,6, con una luminosidad de 13 000 veces la del Sol.
Esta escala logarítmica aceptada se usa para registrar las magnitu-
des aparente, absoluta y bolométrica de todas las estrellas y es una
práctica común eliminar el signo + para las estrellas de brillo de-
creciente en los catálogos estelares. Por ejemplo, Proción (Procyon)
presenta una magnitud aparente de 0,37 y un brillo absoluto de 2,7,
mientras que Rigel presenta magnitudes aparente y absoluta de 0,15
y —7,1 respectivamente.
El Sol
Aunque el Sol es una estrella comparativamente ordinaria de la clase
estelar G2, la única posición del observador permite que los fenóme-
nos variados asociados con este reactor termonuclear imponente sean
estudiados (fig. 22).
El interior del Sol se piensa que comprende un núcleo en el cual las
temperaturas alcanzan 1,4 x 107 °C radiando calor a través de una
región que se extiende de 230 000 a 470 000 km del centro. A partir
del centro, la radiación transporta energía térmica a una distancia de
225 000 km hasta la superficie o fotosfera que presenta una profun-
Fig. 22 (a la derecha, arriba) Las manchas solares, las fáculas y las protu-
berancias son características importantes del «tiempo atmosférico» del Sol.
Fig. 23 (a la derecha, abajo) Se piensa que el Sol está formado por un núcleo
interno donde se origina la fusión termonuclear, una zona de radiación y una
región externa de fuerzas convectivas.
34 35
didad de menos de 5000 km y temperaturas que se extienden entre
4,5 X 103 y 5,8 X 103 °C. Por encima de la fotosfera está situada la
cromosfera a partir de 130 000 km sobre la superficie con un espectro
de temperaturas que aumenta de 4,5 X 103 a 0,5 X 10' °C. En esta
región, la presión y la intensidad decrecen rápidamente al aumentar
la altura y es a partir de aquí que se registran las líneas espectrales
o de Fraunhofer (fig. 23).
En la parte superior de la cromosfera las temperaturas aumentan de
manera espectacular hasta encontrar la zona de transición de la coro-
na, una atmósfera difusa de gas ionizado en donde las temperaturas
alcanzan 3 X 106 °C. Por consiguiente, la capa de inversión térmica
entre la región interna, convectiva, del Sol y la corona (fig. 24) pare-
ce contravenir el segundo principio de la termodinámica que afirma
que el calor no fluirá continuamente desde las regiones frías hasta
las regiones calientes. Se ha sugerido que la fricción generada por
la convección se disipa a través de la cromosfera hasta la corona y
que el incremento de la temperatura es un vertedero de energía no
relacionado con los principios termodinámicos.
Aunque la corona solar es difusa e invisible a través de la intensa luz
irradiada desde la superficie, puede estudiarse durante un eclipse o a
partir de un satélite que aporte ocultación artificial colocando un dis-
co sobre la imagen.
La corona se extiende varios millones de kilómetros desde el Sol y
emite una corriente de partículas, protones y electrones hacia el sis-
tema solar con velocidades de 300 a 600 km/seg. Este viento solar
choca contra los cuerpos planetarios o se mueve alrededor de los
campos magnéticos de la Tierra y Júpiter, los únicos planetas que se
sabe que tienen cinturones de radiación sujetados a intensos campos
magnéticos. La fuerza del viento solar fluctúa según la magnitud de
las velocidades de emisión, mientras que la rotación del Sol crea un
efecto espiral en las partículas liberadas. El viento se cree que se
extiende unos 5 x 10" km por el sistema solar en donde la heliosfera
ya no presenta suficiente fuerza para resistir las partículas incidentes
procedentes de otras fuentes estelares.
La rotación del Sol es típica de un cuerpo fluido en el que la región
ecuatorial gira más rápidamente que las zonas de las latitudes más
altas. La medida de las características superficiales indica un período
de rotación ecuatorial de 25 días.
La observación continua del comportamiento solar es necesaria puesto
que las fluctuaciones a largo plazo cabe esperar que cambien el equi-
librio de temperaturas en el sistema solar; la figura 25 muestra el
efecto del calentamiento gradual y sus repercusiones sobre la Tierra.
El Sol presenta varios ciclos repetitivos y el más familiar, que dura
11 años, conduce a un incremento de la actividad de las manchas so-
lares y desarrolla llamaradas crecientemente intensas que interactúan
con el campo magnético de la Tierra perturbando la transmisión y re-
cepción de radioondas. Se cree en la existencia de otros ciclos más
largos que pueden haber influido sobre los períodos glaciales de la
Tierra, pero la tendencia es hacia un Sol crecientemente caliente.
Fig. 24 (a la derecha, arriba) La temperatura del Sol de la zona convectiva
a la corona, presentando la capa prominente de inversión térmica existente
entre la cromosfera y la corona. Fig. 25 (a la derecha, abajo) La curva de
temperatura de esta gráfica representa un punto de reflexión sobre el am-
biente térmico cambiante de la Tierra desde la formación del sistema solar
hasta un período de 1000 millones de años en el futuro.
36 37
El diagrama de Hertzsprung-Russell
En la actualidad existen pocas oportunidades de estudiar otras estre-
llas con el mismo grado de nitidez que puede aplicarse al Sol. Ge-
neralmente, al observar las estrellas, es necesario asegurar caracte-
rísticas generales a partir de los datos deducidos y aquí un diagrama
de Hertzsprung-Russell puede ser inestimable. Originado por el traba-
jo del danés Hertzsprung y del americano Russell en 1912 y 1914 res-
pectivamente, el diagrama de Hertzsprung-Russell (diagrama H-R) co-
mo en la figura 26 representa gráficamente la magnitud absoluta fren-
te a la clase estelar.
Las clases comentadas en la página 32 se sitúan en la parte inferior
con la escala logarítmica de magnitud variante en la izquierda y la
luminosidad a la derecha (relativa a en donde es igual a la
luminosidad del Sol). Se verá que las estrellas forman una banda
diagonal desde la parte izquierda superior hasta la parte derecha in-
ferior de la carta con una pendiente que presenta una variación igual
a la temperatura a una potencia de 5,5. Esto indica que el radio de
una estrella aumenta con la temperatura y sanciona satisfactoriamente
la situación presentada en la figura 20.
El diagrama H-R puede usarse para determinar tanto la masa como
la distancia cuando ios esfuerzos no llegan a obtener estos paráme-
tros por observación directa. Si puede medirse la magnitud aparente
de una estrella, se conocerá la clase espectral (o índice de color)
y esto sitúa a la estrella en sólo un lugar en el diagrama H-R. Puesto
que la magnitud absoluta y la luminosidad son proporcionales a la
temperatura, la distancia de la estrella puede calcularse a partir de
la luminosidad derivada, aplicando la ley del inverso del cuadrado
para corregir el valor degradado de la magnitud absoluta. Evidente-
mente, esto supone que la estrella en cuestión está situada en la
banda diagonal denominada secuencia principal.
Se ha observado que la luminosidad de una estrella varía entre la
tercera y la cuarta potencia de la masa; cuando la masa es descono-
cida, el espectro estelar aportará no sólo la categoría sino también
la masa, el radio y ia temperatura superficial. La relación masa/lumi-
nosidad puede aplicarse al problema de la longevidad estelar y las Fig. 26 El diagrama H-R representa gráficamente la magnitud absoluta frente
derivaciones del tiempo de vida calculado para cada tipo de estrella a la clase estelar y presenta el ciclo evolutivo para las estrellas de masa
son consideraciones importantes para la astronomía. solar.
Si M es la masa de una estrella y L es la luminosidad, M/L es la
duración en tiempo requerida para el consumo de una cierta cantidad En la actualidad se cree que la intensa temperatura y la intensa pre-
de material en la estrella. Puesto que la luminosidad es proporcional sión existentes en el centro de una estrella producen reacciones ter-
a M3 o a M' (con el tiempo variando como 1/M 2 o 1/M3) se verá que monucleares en las cuales en hidrógeno se convierte en helio (fig. 27).
cuanto más masa tiene una estrella, tanto más rápida será su destruc- La estrella se condensa hasta una posición en la secuencia principal
ción para producir la energía adicional. De hecho es precisamente determinada por la masa inicial de la nube y cuando la fusión nuclear
este mismo aspecto de tiempos de vida diferenciales el que ha apor- alcanza un nivel crítico, la estrella se expande hasta ser una gigante
tado tal variedad de formas estelares, como veremos más adelante. roja y se desplaza a la parte derecha superior de la carta. Al final,
Las viejas teorías referentes a! diagrama H-R consideraban a una es- se condensa hasta dar una enana blanca, siguiendo una pista hacia la
trella formándose a partir de una nube nebulosa de gas y polvo en la izquierda y la parte central inferior del diagrama H-R.
parte derecha superior, moviéndose lentamente hacia la izquierda a El ciclo es conocido como la reacción protón-protón y es válido para
medida que las temperaturas aumentaban debido a la contracción y estrellas de aproximadamente la misma masa que el Sol. Por razones
lentamente hacia abajo hasta la secuencia principal a medida que el que se explicarán con posterioridad, las estrellas que tienen hasta dos
radio decrecía. Se suponía que una estrella de modo continuo se con- veces la masa solar terminan sus vidas como esferas degeneradas,
traía hasta los radios medidos para todas las clases de O a M hasta estrellas enanas negras o estrellas de neutrones, pero en la evolución
que sufría un proceso de enfriamiento en la parte derecha inferior, global desde la nube inicial hasta la enana blanca, la estrella pasa la
disminuyendo de tamaño y temperatura. mayor parte de su tiempo en la secuencia principal. Una vez estable-
38 39
cida en su clase estelar apropiada la estrella sólo puede desplazarse
lejos durante su desintegración catastrófica final.
Las estrellas con más masa que el Sol siguen un camino diferente
(fíg. 28). Tomando el ejemplo de una estrella de unas 15 masas sola-
res, una estrella del tipo B; es evidente que la contracción será apre-
ciablemente más rápida debido a la masa más grande de la nube
inicial y las estrellas de este tipo se unirán a la secuencia principal
en aproximadamente 1/200 del tiempo requerido para una estrella
del tipo G2. A partir de su posición en la secuencia principal, esta
estrella masiva convertirá hidrógeno en helio en un ciclo carbono-
nitrógeno con una velocidad más rápida que la permitida por el ciclo
protón-protón de estrellas más frías.
Se cree que una estrella se moverá fuera de la secuencia principal
cuando el 10 por ciento de su hidrógeno se convierta en helio, lo
cual para estrellas solares, del tipo G2, significa unos 1010 años de
vida estable. Obteniendo un valor de la masa (M) y de la luminosi-
dad (L) de una estrella estaremos capacitados para que los cálculos
determinen su vida estable. Por ejemplo, M/L determina la proporción
de la conversión de masa a energía en comparación con la del Sol y
puesto que el tiempo de la secuencia principal del Sol se estima que
es 1010 años (M/L) x 10" años aportará la duración de la vida esta-
ble de la estrella en cuestión.
Fig. 27 Dos protones colisionan para formar deuterio el cual luego se com-
bina con otro protón para formar un isótopo ligero de helio. En el 86 % de
los casos, dos isótopos ligeros de helio se combinan para formar helio
estable y expulsan dos protones. (Naranja = protón; púrpura = neutrón.)
Fig. 28 Las estrellas con mayor masa que el Sol siguen un camino evolutivo
distinto hasta el caracterizado por estrellas de masa solar. El camino de una
estrella de 15 masas solares está representado frente al diagrama H-R (véase
la Fig. 26 como término de comparación).
Fig. 30 Todos los elementos y moléculas están formados por protones, neu-
trones y electrones, vistos aquí a una escala comparativa de tamaños.
Fig. 29 Las estrellas con una masa considerablemente mayor que la del Sol
forman los elementos según el ciclo carbono-nitrógeno, desplazándose desde
helio a través de carbono, oxígeno y neón hasta magnesio.
42 43
muchos casos en que las nubes condensadas de gas estén próximas
a convertirse en estrellas por sí mismas.
Respecto a la relativa abundancia de elementos más densos que el
hidrógeno y el helio deben tenerse en cuenta las limitaciones impues-
tas por el perfil de rendimiento energético. Aquí, si la energía de
unión por nucleón se representa gráficamente frente a número de
masa (la masa total de protones y neutrones del núcleo) se encuen-
tra que para los elementos que llegan hasta el Fe56 (hierro, con 56
partículas en el núcleo) la energía se libera por la fusión de los nú-
cleos tal como se cree que es el mecanismo mediante el cual las
estrellas liberan energía.
En la temperatura de fusión más baja posible (10' °C) el helio se
construye a partir de núcleos de hidrógeno (protones) y a 108 °C pre-
dominan los ciclos del carbono y del nitrógeno para construir oxígeno.
A 109 °C se forman el magnesio, el silicio y el calcio y a 3 X 109 °C
se produce hierro. No obstante, por encima del hierro, el ciclo de
liberación-energía de fusión alcanza una asíntota y una cantidad cada
vez mayor de energía se debe transportar hasta el núcleo por los
neutrones que se requieren para fusionarse en intervalos cada vez
más cortos. Neutrones adicionales se fusionan con el núcleo de Fe56
para producir isótopos de hierro, variaciones en la cantidad de neu-
trones con el mismo número de protones.
Puesto que sucesivamente los isótopos más pesados del hierro se
desintegran con rapidez creciente, es necesario encontrar una situa-
ción en la cual como mínimo de 100 a 200 neutrones estén disponi-
bles para cada núcleo de hierro. En tal caso, la fusión de los neutro-
nes se produciría con una elevada probabilidad de lograr una cons-
trucción de elementos más pesados antes que domine la descompo-
sición por fisión. La presencia conocida de elementos mucho más pe-
sados que el hierro requiere la existencia de un mecanismo en el
cual esta abundante disponibilidad de neutrones pueda fusionar los
núcleos existentes y, por consiguiente, debe existir un crisol en algu-
na parte dentro del universo físico.
Las estrellas pueden construir núcleos con 56 partículas en las reac-
ciones de fusión durante la vida en la secuencia principal, a mucha
distancia de elementos conocidos que contienen más de 200 partícu-
las. Los elementos más pesados se piensa que se forman cuando
una estrella masiva hace explosión y en este suceso la abundancia
prolífica de neutrones permitiría a los elementos con un número de
masa grande que se desarrollaran y se distribuyeran dentro del medio
interestelar.
Este acontecimiento se denomina supernova. La estrella fabrica los
elementos a partir de los cuales las protoestrellas secundarias acre-
cientan su material de composición de manera que puedan formarse
planetas densos del tipo de la Tierra. Vale la pena reflexionar durante
un momento sobre la fragilidad de los hechos que conducen a la ca-
dena de circunstancias que sostienen la tenue plataforma de la evo-
lución biológica. Las condensaciones que forman nuevas estrellas
deben contener un cierto tanto por ciento de elementos más pesados
puesto que sin ellos sólo se formarán cuerpos gaseosos, semejantes
a Júpiter. De esta manera el material es continuamente reciclado y
la observación cuidadosa de la tasa de frecuencia de las supernovas
48 49
orbital de 50 años es necesario utilizar la ecuación:
una nova cuando la enana blanca ha adquirido apenas 10~3 masas sola-
res de hidrógeno.
Hasta hace poco se pensó que las novas resultaban del ciclo evolu-
tivo normal de una estrella de masa pequeña. Pueden producirse va-
riaciones de lo anterior, pero en todos los casos es necesario que
la cubierta externa de la estrella se expanda más allá del baricentro
del sistema binario antes de que la atracción de la enana blanca sea
dominante. Por lo general, esto sólo puede suceder cuando la estrella
masiva pasa a ser una gigante roja hacia el final de su vida. Con fre-
cuencia, después de que la enana blanca descarga explosivamente su
cubierta recién adquirida en el espacio, la estrella más masiva se co-
lapsa dando una enana blanca y entonces obtiene material de la
enana blanca original cuando ésta también se dilata bajo la influencia
de la reacción nuclear continuada. El proceso se repite cuando la
gigante colapsada adquiere suficiente material para convertirse en una
nova como su vecina.
Este modelo se repite a través de varios ciclos y explica por qué las
novas tienden a repetirse en el mismo sistema.
Evolución estelar
Es muy improbable que una única estrella pueda contraerse a partir
de una nube de polvo y gas, y el mecanismo que inicia la formación
52
equilibrio se verá perturbado por el incremento de las velocidades de
condensación; las proporciones entre la temperatura y la presión no se desplaza hacia la superficie de la estrella, existe menos resisten-
permanecerán siempre en precisamente el valor necesario para el cia frente a la corteza en fase de dilatación y la estrella se desplaza
equilibrio térmico. Cuando esto sucede, poco antes de que la estrella hacia la fase gigante, describiendo un curso hasta la parte superior
complete su ciclo de contracción, cantidades masivas del material derecha del diagrama H-R. Las estrellas de masa solar forman carbono
estelar son expulsadas de la superficie debido a incrementos en la y oxígeno en el núcleo central hasta que la presión procedente de la
presión que elevan las temperaturas y crean una situación explosiva radiación descarga el hidrógeno y el helio no quemados en forma de
cuando sobreviene la expansión (fig. 38). Esto comprime más las re- protuberancias dilatables de materia, algo semejantes a una minisu-
giones internas de la estrella hasta que tienen lugar las reacciones pernova pero con apreciablemente menos masa implicada en la libe-
nucleares. No obstante, las presiones superan varias veces a las pre- ración. Varios ejemplos de anillos son observados y estas nebulosas
siones que adopta la estrella cuando se estabiliza. planetarias resultan de anillos de humo estelares expulsados de las
Se ha observado que muchas estrellas pasan por esta fase y las es- regiones externas difusas de las estrellas en terminación.
trellas variables T-Tauri presentan ejemplos clásicos de este fenó- En la fase gigante de su evolución la corteza externa de la estrella es
meno. Varias veces durante el desarrollo vacilante de la estrella emer- muy difusa; la expansión ha incrementado el área superficial en una
gente, prodigiosas cantidades de material son expulsadas formando extensión en que las temperaturas son muy bajas y la luminosidad es
un viento violento capaz de romper planetas acompañantes con nota- elevada puesto que el brillo depende de R2 T4, donde R y T son el
ble eficiencia. Esta fase de T-Tauri señala el final de las oscilaciones radio y la temperatura respectivamente. Cuando el núcleo representa
colapsadoras aunque la estrella puede continuar dilatándose y contra- cerca de la mitad de la masa total de la estrella, la compresión gravi-
yéndose radialmente durante algún tiempo. tatoria pasa a ser tan grande que la degradación del gas aparece y
Se alcanza la estabilidad termonuclear cuando la estrella irradia una alcanza un equilibrio inestable; a medida que la temperatura aumenta,
cantidad de energía igual a la recibida del ciclo de fusión existente en el núcleo se dilata, liberando presiones y eliminando degradación.
el núcleo. Si la producción de energía supera a la velocidad de radia- La fase final se inicia cuando la estrella comienza a contraerse bajo
ción, la estrella se hinchará y se enfriará de manera que la gravedad
domina colapsando a la estrella e incrementando las temperaturas Fig. 38 Evolución de una estrella: (a) la contracción continúa a medida que
para restaurar el equilibrio e invertir el proceso. Estas oscilaciones se añade más material a la protoestrella; (b) cantidades masivas de material
radiales casi pasarían sin detectarse a simple vista. son expulsadas de nuevo hacia el espacio por la fase T-Tauri cuando comien-
El punto preciso en el diagrama H-R en el que la estrella se une a la zan las reacciones termonucleares; (c) al final de su vida, la estrella se
consecuencia principal está determinado por la masa del producto dilata dando una gigante roja.
post-T-Tauri y la energía radiada total de la esfera siempre debe ser
igual a la energía liberada en el núcleo. Para lograr este equilibrio la
estrella debe agotar su abundancia de núcleos de hidrógeno lo cual
significa que su vida será finita en la secuencia principal.
En general, las condensaciones que dan como resultado a estrellas
con menos del 0,1 % de la masa solar tienen una presión insuficiente
para iniciar la reacción de fusión, mientras que en el otro extremo de
la escala, las estrellas con más de 60 masas solares tienen una vida
tan corta que presentan dificultad en establecerse. Asimismo, las es-
trellas muy masivas no tienen tiempo de abandonar las nubes muy
densas a partir de las cuales se originaron y, por consiguiente, estor-
ban la buena observación y limitan la medida de sus características.
A través de esta fase, de la contracción inicial a la secuencia princi-
pal, la densidad se incrementa desde unos 104 átomos/cm 3 hasta entre
1017 y 1031 átomos/cm 3 . La estrella continuará ocupando su posición
en la secuencia principal hasta que aproximadamente el 1 0 % del hi-
drógeno se haya convertido en helio. Entonces la estrella pasa a ciclos
de quema menos eficientes a medida que las temperaturas se elevan
y se desplaza a través del diagrama H-R, buscando la estabilidad.
Sucesivamente se formarán elementos más pesados a medida que la
temperatura aumenta con el ciclo de quema helio-carbono introducido
a 2 x 108 °C; carbono--> helio, neón y magnesio a 8 x 108 °C; oxíge-
n o - - > helio, silicio y azufre a 1,5 X 109 °C; y, finalmente, la reacción
silicio--> níquel a 3,5 X 109 °C. Muchas de estas reacciones pueden
producirse a la vez, en particular en las estrellas macizas, con corte-
zas esféricas de temperatura decreciente del núcleo a la superficie.
Cuando este grupo de reacciones comienza y la fusión termonuclear
54
55
Fig. 39 Descomposición de una estrella: (a) las estrellas masivas pueden Fig. 40 En un sistema binario: (a) la muerte de una estrella masiva y de vida
expulsar una porción considerable de su masa desplazándose hasta la fase corta, algunas veces da como resultado el colapso hasta el estado de agujero
de supernova; (b) el material expulsado se aleja de la estrella a alta velo- negro; (b) el agujero negro está absorbiendo el material de una estrella
cidad pero el núcleo permanece como una estrella de neutrones. compañera grande.
la influencia de la gravedad debida a la reducida eficiencia de las reac- Es muy difícil observar las características físicas de una enana blanca
ciones nucleares decrecientes y la luminosidad aumenta a medida que debido a la luminosidad muy baja y al radio muy pequeño de la es-
el radio se reduce. Esto es sólo temporal y la pérdida de las cortezas trella colapsada. No obstante, los cálculos teóricos sugieren la exis-
externas en la fase de nebulosa planetaria provoca una espectacular tencia de una cubierta diferenciada que rodea el núcleo denso y dege-
pérdida en la producción de energía. Puesto que la estrella ya no está nerado y forma una delgada atmósfera de varias decenas de metros
en posición de resistir la gravedad, se colapsa enteramente pasando de grosor. Por debajo de la capa diferenciada la estrella está soporta-
a un estado degenerado: el estado de la enana blanca (fig. 39). da por electrones y esto se denomina el límite de Chandrasekhar.
La presión existente en la región central depende de la masa de la Por encima de unas 1,4 masas solares, la gravedad vence esta barrera
estrella colapsada, pero para estrellas de hasta cerca de 1,4 masas y la densidad excepcionalmente elevada, alrededor de 1012 g/cm 3 , com-
solares (la masa total que permanece después de que la estrella se bina protones y electrones dando neutrones. La densidad de la masa
ha desplazado a través de fase de nebulosa planetaria) una densidad alcanza la de los núcleos atómicos y la agitación oscilante requerida
de unos 106 g/cm 3 no es rara. El radio de la estrella colapsada aumen- por el principio de la mecánica cuántica mantiene a la estrella de neu-
tará al reducirse la masa dado que la magnitud de la compresión gra- trones con un radio de unos 4,8 x 10 ó 0,7 x 103 veces el radio de
vitatoria está relacionada con la masa disponible. una enana blanca menos masiva. Una masa colapsada de 1,4 a 2,2 ma-
Ésta es el inverso de la relación masa-radio que dominó los criterios sas solares completará su evolución como estrella de neutrones.
para estructurar el área superficial de la estrella de la secuencia prin- Con una masa solar mayor que 2,2 una estrella en teoría debiera ter-
cipal donde el incremento de masa produjo un radio mayor debido a minar su vida como un colapsar o agujero negro (fig. 40), por lo cual
los niveles más altos de reacción térmica a partir de reacciones nu- el material original de la estrella se contraería hasta un volumen cero
cleares más prolíficas. Una enana blanca de 0,3 masas solares se con presión y densidad infinitas. La observación sumaria de las cla-
colapsaría hasta tener un radio de 104 km, mientras que una estrella ses estelares revelará la abundancia de tipos de estrellas conteniendo
degenerada de 1,4 masas solares se contrae hasta un radio de 3 X masas en la secuencia principal que superan de modo considerable
X 103 km. Los radios equivalentes para estrellas de 0,3 y 1,4 masas a este valor y durante mucho tiempo se pensó que las estrellas más
solares en la secuencia principal estable serían 1,5 x 105 y 106 km. masivas que el Sol evitaban el colapso total desprendiéndose de la
56 57
mayor parte de su volumen durante el transcurso de una fase de su-
pernova.
Los estudios recientes del firmamento con sensores de rayos X si-
tuados a bordo de satélites orbitantes han descubierto pruebas de in-
dicios de la existencia de agujeros negros. Sin embargo, las superno-
vas son observadas continuamente y el mecanismo por el cual se
efectúa la liberación masiva de material depende de la velocidad de
fusión en la quema del helio al final de la vida de la estrella.
Las estrellas de como mínimo 15 masas solares son incapaces de
perder suficiente material para dejar una masa residual por debajo del
nivel de 2,2 masas solares y por consiguiente están destinadas a un
colapso catastrófico sin tener en cuenta la eficiencia de su liberación
de supernovas. Sólo cuando una estrella masiva evoluciona a través de
la fase de quema de oxígeno pasará a ser probable la liberación ex-
plosiva súbita de las cortezas externas. Cuanto más masiva sea ésta
mayor probabilidad de un holocausto termonuclear gigante.
Entre la abundancia prolífica de neutrones, los núcleos se funden para
construir los elementos más pesados que el Fe56 y las velocidades
Fig. 41 (abajo) Una estrella de neutrones emite un haz direccional de ra-
diación desde un punto específico de su superficie y a medida que la estrella
colapsada gira, el haz barre la Tierra, pareciendo que dicha luz se enciende
y apaga. Fig. 42 (a la derecha) Momento de erupción de una estrella dando
una supernova, visto desde uno de sus planetas. El componente gigante rojo
del sistema estelar binario original puede verse por encima de las nubes de
mares y rocas vaporizados desde el lado de «día» del planeta. El núcleo
fundido empieza a romperse a través de éstos y las montañas resplandecen
y se funden; dentro de unos minutos la escena estará enteramente fundida
y poco después el planeta se convertirá en un vestigio de gas.
58
de desintegración observadas en los espectros de emisión de la El producto suma de los dos casos, cuando los sucesos están colap-
explosión inicial concuerdan con la vida media de desintegración es- sándose en una dirección a la velocidad de la luz y los fotones están
pontánea de los elementos del ciclo de fisión. A partir de la libera- moviéndose en la otra dirección a la velocidad de la luz, no aporta
ción inicial de materia con velocidades que superan los 104 km/seg una situación en la cual uno está moviéndose a Vc2 respecto al otro,
queda atrás una densa estrella de neutrones que evoluciona hasta un sino que más bien el horizonte del suceso permanece congelado en el
pulsar, reconocida sólo en los últimos 10 años (fig. 41). espacio para el observador externo con la implosión de la materia
La Nebulosa del Cangrejo es un ejemplo típico de esta secuencia. de dentro del horizonte separada en cuanto a espacio y tiempo.
Encendida por electrones que irradian a partir de la estrella de neu- Esto significa que el único registro físico de un agujero negro es la
trones central, la nebulosa erupcionó como una supernova hace más gravedad, o su influencia, de la estrella colapsada a medida que ésta
de 4400 años (fig. 42). No obstante, sólo fue en el 1054 de nuestra se encoge a través de su propio horizonte del suceso. Puesto que no
era que su luz, viajando a una velocidad de 2,99 X 1010 cm/seg, atra- puede existir comunicación desde dentro del radio gravitatorio, el
vesó los 3500 años luz que separan la Tierra del suceso. En la actua- campo debe permanecer en la posición que ocupaba en el instante
lidad se sabe que una estrella de neutrones que gira rápidamente del colapso. Dentro del horizonte del suceso las mareas gravitatorias
está enviando un haz de radiación a través del espacio con intervalos presentan implicaciones imponentes.
de pulsación de sólo 0,033 seg. Esto implica un radio muy pequeño
Puesto que la fuerza de la gravedad varía como el inverso del cua-
y cualquier estrella con más de unas docenas de kilómetros de diá-
drado de la distancia en el mundo «normal», las fuerzas de marea en
metro se separaría bajo la acción de la fuerza centrípeta inversa.
el agujero negro alcanzan proporciones extremas, elevándose hasta el
Sin duda, la Nebulosa del Cangrejo constituye un ejemplo clásico de
infinito en el centro y la curvatura espacio-tiempo alcanza un máximo
una estrella que una vez fue masiva entrando explosivamente en la
para el cual no existe fórmula satisfactoria. Parecería ser que hacia
fase de supernova, dejando una estrella residual de neutrones emi-
este punto, la singularidad, la materia se descompone en elementos,
tiendo radiación desde un punto específico de su superficie y por
luego en átomos e incluso las partículas nucleares se destruyen cuan-
consiguiente convirtiéndose en un pulsar. Hasta ahora se han detec-
do el radio de la curvatura espacio-tiempo se hace más pequeño que
tado más de 200 pulsars con períodos típicos de 0,3 a 3 seg. En su
el radio de las partículas componentes de la estrella original.
evolución los pulsars se observa que se desaceleran muy lentamente;
el período del pulsar del Cangrejo aumenta unos 10~5 seg/año. La única manera de observar la presencia de un agujero negro es
Es necesario explicar, en teoría, las fases terminales de una estrella encontrar un sistema binario en el cual un componente invisible esta
que posee masa suficiente para superar presiones térmicas y no tér- trazando órbitas alrededor del centro común de masa con un compa-
micas, puesto que no todas las estrellas pueden descartar de manera
satisfactoria suficiente masa para finalizar con menos de 2,2 masas Fig. 43 Los rayos de luz que pasan por un agujero negro serán desviados por
solares para la fase final de colapso. Esto se denomina «el horizonte el intenso campo gravitatorio. A una distancia crítica, el haz describiría órbi-
del suceso» y se define como una esfera imaginaria con un radio tas alrededor de la esfera de fotones (b) mientras que un haz dirigido hacia
el horizonte del suceso (a) daría lugar a la singularidad.
proporcional a la masa. Dentro del horizonte del suceso, nada puede
escapar y un simple cálculo definirá este punto para cualquier objeto
dado: M2 (6,67 x 10-8 cm 3 /g/seg = )/V c2 en donde M es igual a la masa
de la estrella y Vc es la velocidad de la luz (2,99 x 1010 cm/seg).
En otras palabras, el cuadrado de la masa multiplicado por la cons-
tante gravitatoria y dividido por la velocidad de la luz al cuadrado,
define el punto más allá del cual una estrella sufrirá un colapso total.
Para el Sol, el radio gravitatorio es 2,9 x 105 cm. Incluso una estrella
de neutrones de 1,4 masas solares sólo se colapsará para un radio de
2,4 x 106 cm entre el cual están establecidos los límites superior e
inferior de los radios de la estrella de neutrones.
Las implicaciones de esto son muy desconcertantes para los estu-
diantes de física clásica. La luz emitida en algún punto existente justo
más allá del horizonte del suceso tenderá a caer hacia atrás hacia el
radio gravitatorio a medida que nos acercamos al horizonte del suce-
so hasta que, en la «superficie» de esta esfera imaginaria, los fotones
emitidos se moverán eternamente. No obstante, cualquier medida de
los fotones emitidos a la velocidad de la luz tendría que hacerse des-
de el horizonte del suceso debido a que la implosión física se está
produciendo a la velocidad de la luz, los fotones, que se mueven ra-
dialmente desde la esfera, retendrían la velocidad de la luz (fig. 43).
En realidad, los sucesos se desplazarían hacia el centro del agujero
negro, sin contravención de las leyes de la física y el haz de fotones
se movería radialmente hacia fuera también a la velocidad de la luz.
60 61
ñero más grande y visible. Usando las ecuaciones descritas en la pá-
gina 50 sería posible determinar la masa relativa del componente in-
visible y, definiendo la clase de la estrella visible, establecer la masa
del agujero negro. Esto ha sido logrado y no parece existir duda al-
guna de que el colapso total se produce en el universo, confirmando
el punto de vista de que no todas las estrellas se desprenden de su-
ficiente masa para escapar a esta última fatalidad.
En los sistemas binarios en los que un componente es un agujero
negro y el otro es una estrella grande o una estrella gigante, la ma-
teria se verá acrecentada por el agujero negro de una manera seme-
jante al mecanismo de liberación de novas descrito en la página 48.
En este caso, la materia capturada será gradualmente absorbida de
modo total por el agujero negro con gases muy acelerados emitiendo
poderosos rayos X desde exactamente fuera del horizonte del suceso.
Se han observado varias de dichas fuentes y el énfasis en la astrono-
mía de rayos X permitirá mayores investigaciones.
El problema de la vida
Al considerar el tema de la vida inteligente, basada en el carbono,
existente en el universo, las clases estelares aportan conocimiento
sobre las limitaciones en teoría impuestas por el tiempo en la secuen-
cia principal y la luminosidad. Puesto que la vida tal como la conoce-
mos requiere como mínimo 2 x 109 años para producir criaturas inte-
ligentes (probablemente 3,5 X 109 años para la tierra) es posible im-
poner una limitación en las clases estelares sobre su desarrollo.
La figura 44 demuestra que sólo las estrellas que van de F a M son
estables durante el tiempo requerido para la emergencia de vida in-
teligente y esto elimina las clases O, B y A como huéspedes candi-
datos de planetas portadores de vida. Asimismo, si los planetas están
demasiado cercanos respecto a la estrella progenitura experimenta-
rán, como sucede con la Luna respecto a la Tierra, una rotación cap-
turada y aportarán un equilibrio térmico muy insatisfactorio en el que
un lado del planeta está demasiado caliente y el otro lado demasiado
frío. Puesto que la vida basada en el carbono estipula ciertos límites
de temperatura, la distancia de los planetas potenciales portadores de
vida debe estar situada según el espectro del ciclo evolutivo.
Cada estrella presenta una distancia ecosférica distinta que depende
de la temperatura, la cual a su vez es resultado de la masa estelar.
Se verá a partir de la figura 44 que las estrellas K y M son tan frías
que sus ecosferas están situadas dentro del radio de rotación captu-
rada. Por consiguiente, es posible concluir que la vida inteligente ba-
sada en el carbono, dei tipo de la Tierra, probablemente sólo se desa-
rrollaría en planetas que tienen órbitas alrededor de estrellas F y G.
Debe tenerse una precaución extrema al formar conclusiones genera-
les en esta dirección, puesto que la Tierra es el único planeta en el
cual la vida ha aportado un modelo práctico a partir del cual juzgar
los distintos cíelos de la evolución biológica. La vida basada en el car-
bono puede tener muchas variaciones y todavía hay una gran incerti-
dumbre sobre la evolución alterna basada en el silicio.
(Las figuras 45-48 presentan fenómenos en distintos grados de evo-
lución estelar tal como son visibles en nuestra galaxia.)
62
Fig. 45 La Nebulosa del Cangrejo. Ésta es una estrella que explotó en fase
de supernova.
64 65
Fig. 46 Campo estelar en Cygnus.
66 67
Fig. 47 Vista desde el Skylab del Sol presentando la estructura celular de la
superficie y los fenómenos asociados que no son visibles a simple vista.
69
68
Fig. 48 Nebulosa Cabeza de Caballo. Una región de Orion donde nacen muchas
estrellas nuevas.
70 71
Las constelaciones
La esfera celeste
En esta guía se pondrá énfasis en la descripción de los objetos ce-
lestes tal como existen en la realidad y se explicarán planetas, co-
metas, estrellas, novas, supernovas y nebulosas en el contexto de
la ciencia astronómica moderna. No obstante, cuando se consideran
las coordenadas de los objetos celestes es necesario divorciar par-
cialmente la realidad y adoptar un conjunto artificial de valores, de
manera que el firmamento se mire mediante una antigua interpreta-
ción de la posición y del movimiento que distorsiona los criterios
corrientemente aceptados para graduar el universo.
Por ejemplo, será necesario suponer que el Sol gira alrededor
de la Tierra y que los objetos celestes se mueven a través de la
superficie de una esfera. Esto no es tan desorientador como podría
parecer, sino que es muy importante para apreciar la naturaleza ar-
tificial de los determinantes seleccionados.
La Tierra o cualquier objeto, se mueve alrededor de su centro
principal de masa gravitatoria con independencia de su propio án-
gulo de inclinación (fig. 49). Este ángulo, que se mide a partir
de una línea perpendicular al plano de la órbita, es de unos 23,5°
para la Tierra y se mantiene respecto a un conjunto fijo de coor-
denadas existentes en el plano orbital. A medida que la Tierra se
mueve alrededor del Sol no mantiene una inclinación polar septen-
trional señalando continuamente una línea trazada a través de los
polos, sino que más bien actúa con independencia de la posición T = Primer Punto de Aries polo norte celeste
del centro de rotación.
Es precisamente este mecanismo el que aporta a la Tierra sus
estaciones y los puntos del solsticio y del equinoccio se adoptan
para describir el efecto que esto ejerce sobre el planeta que gira
sobre sí mismo. Las posiciones del equinoccio marcan los días en
primavera y otoño, cuando el día y la noche presentan la misma
duración. En estos tiempos el eje polar de la Tierra presenta un
ángulo recto con el plano de la órbita. Las posiciones del solsticio,
en verano e invierno, marcan los puntos en los que la inclinación
de la Tierra presenta el mayor ángulo respecto al plano de la órbita.
En la figura 50 el plano ecuatorial de la Tierra está proyectado
sobre una esfera, convirtiéndose en el ecuador celeste, y el plano
de la ruta del Sol alrededor de la Tierra también se dibuja sobre la
esfera convirtiéndose en el plano de la eclíptica. El ecuador celeste
ha asumido la orientación norte-sur normalizada y la ruta aparente
del Sol, la eclíptica está ahora inclinada 23,5°. Los puntos en los
cuales los dos planos se cruzan, los nodos, establecen una coorde-
nada geográfica usando la línea que va del centro de los dos planos
(la Tierra) a través del equinoccio de primavera (equinoccio vernal)
para establecer un sistema de longitud.
Esta línea se conoce como el Primer Punto de Aries. El polo nor-
te celeste se describe como el punto de la esfera celeste situado
directamente por encima del polo geográfico de la Tierra y las líneas
de longitud celestial están marcadas hacia el este 360° alrededor de
este círculo pasada la posición del equinoccio de otoño (o nodo
planar) y hacia la línea Aries como en la figura 51. Para que exista
claridad, el plano de la eclíptica ha sido suprimido. A diferencia del
método convencional adoptado para el sistema de coordenadas geo-
gráficas, la longitud de la esfera celeste adopta un sistema de ho-
ras, minutos y segundos para señalar las posiciones respectivas en
grados, minutos y segundos de arco.
Moviéndonos hacia el este desde el Primer Punto de Aries, o
equinoccio vernal, el círculo de 360° está dividido primero en 24
líneas iguales de longitud (correspondientes a 15° de longitud en
el sistema geográfico) con cada «hora» dividida en 60 minutos igua-
les y cada minuto dividido en 60 segundos iguales; 1 minuto de
arco celeste son 0,25° y un segundo de arco celeste son 0,004°.
Este sistema de longitud celeste se denomina universalmente As-
censión Recta (AR).
Habiendo establecido la longitud, es necesario construir un sis-
tema para medir la latitud o elevación desde el ecuador celeste
descrito ahora como plano AR. En la figura 52 se adopta el sistema
geográfico mediante el cual un círculo es igual a 360° y en vez de
expresar líneas de latitud en grados norte o sur, los símbolos + y — polo sur celeste
se usan para las posiciones de las latitudes celestes norte y sur del polo norte celeste
ecuador celeste respectivamente.
Para obtener una coordenada para cualquier objeto celeste, en
primer lugar, se lee la AR en horas, minutos y segundos desde el
meridiano, el arco que va del polo norte a través del equinoccio
vernal al polo sur. La latitud, o Declinación (Dec), se encuentra en-
tonces que está situada entre 0° y 90° + ó —. Este sistema de
coordenadas se aplica a todos los objetos del universo y aunque
significa mostrar los fenómenos celestes proyectados sobre una es-
fera, la sofisticación de la mente humana aceptará que los valores
de la AR y la Dec meramente dirigen al ojo, o al telescopio, a lo
largo de una línea específica de visión.
Dos objetos cualesquiera que aparecen cercanos vistos desde la
Tierra en realidad pueden estar separados distancias considerables
en el eje radial. Mapar la distribución del grupo local de galaxias re-
queriría en primer lugar, un conocimiento de las posiciones según
las coordenadas en la esfera celeste y, en segundo lugar, la me-
dida del valor de las distancias respectivas desde la Tierra, esta-
bleciendo por consiguiente la tercera dimensión. Sin una aprecia-
Las constelaciones
Las 62 páginas siguientes con mapas y notas se dan para que el
lector pueda llegar a comprender la configuración de las constela-
ciones respectivas. Los primeros cuatro mapas (figs. 55-58) presen-
tan a los firmamentos septentrional y meridional para que sea posi-
ble la orientación en la esfera celeste. Los cúmulos agrupados de
estrellas fueron dispuestos primero en las constelaciones según su
supuesta semejanza con figuras o héroes mitológicos. Hace más
de 1800 años Ptolomeo redactó una lista de 48 constelaciones que
constituyeron la base para adiciones subsiguientes.
Los nombres de las constelaciones se dan en latín y luego viene
el nombre en castellano. La asignación de letras griegas a las es-
trellas de cada una de las constelaciones sigue una tradición del
sigro XVII por la cual el alfabeto procede a través de una secuencia
de magnitud aparente (mag) decreciente. El alfabeto griego se pre-
senta en el glosario para ayudar a la interpretación. Para la defini-
ción de magnitudes y valores de las clases estelares véase la pá-
gina 32.
78 79
Fig. 56 Constelaciones de firmamento
meridional, 1
80 81
Fig. 57 Constelaciones del firmamento
septentrional, 2.
82 83
Fig. 58 Constelaciones del firmamento
meridional, 2
84 85
Las constelaciones: descripción
Andrómeda (Andrómeda] AR: 01 h, Dec: 35
Ésta es la más antigua de las constelaciones que recibieron nombre
y formaba parte del catálogo de Ptolomeo del siglo II de nuestra era.
La leyenda mitológica rodea a la historia del nombramiento de Andró-
meda y es uno de los grupos mejor conocidos del firmamento, no tan-
to quizá por las estrellas que contiene sino porque es una galaxia
espiral gigante tan cercana a nuestra propia galaxia que las dos pare-
cen centinelas aparejados observando las galaxias menores de alre-
dedor.
La constelación puede encontrarse entre 22 h 55 min y 2 h 35 min de
AR y entre Dec 21 y Dec 53, lindando con Cassiopea, Lacerta, Pega-
sus, Pisces, Triangulum y Perseus. Las tres estrellas más prominentes
están situadas entre Dec 30 y Dec 40 y virtualmente van de un lado
a otro de la constelación. La estrella Mirach, es una estrella del
tipo M0 de mag. 2,02 y mag. absoluta 0,2, estando situada a una dis-
tancia de 76 años luz. Originalmente en la constelación Pegasus y en
realidad en este límite puede encontrarse , Alpheratz, una estrella
del tipo B9 con mag. 2,06 y magnitud absoluta —0,1, estando situada
a una distancia de 90 años luz del sistema solar. En dirección opuesta,
hacia Perseus, , Almaak, se ve como un estrella del tipo K3 con
mag. 2,14 y magnitud absoluta —2,4, estando situada a unos 260 años
luz de distancia. En realidad es una estrella múltiple con compañeras
de mag. 5,4 y 6,2.
Dirigiéndose casi directamente hacia el norte desde la estrella , un
buen observador verá a simple vista una zona débil y nebulosa en una
declinación semejante a la de Almaak. Esta zona, cuando se resuelve
mediante un telescopio, se ve como la galaxia M31 con mag. total de
5,0. La galaxia está más o menos a una distancia de 2,2 x 106 años luz.
86
Aquarius (Acuario) AR: 22 h, Dec: —15
Aquarius es una de las 12 constelaciones del Zodíaco y uno de los
grupos que fueron nombrados más antiguamente. La representación
mitología de un portador de agua influyó en que los egipcios creyeran
que su aparición ascendente sobre el horizonte con el Sol llevaba
fertilidad a la tierra.
La constelación está flanqueada por Pegasus, Equuleus, Delphinus,
Aquila, Capricornus, Piscis Austrinus, Sculptor, Cetus y Pisces. Se
extiende entre 20 h 35 min y 23 h 55 min de AR y entre Dec 3 y
Dec —25, siendo una extensión del plano eclíptico. La estrella más
brillante del grupo es , Sadal Suud, con mag. visual 2,86 y magnitud
absoluta —4,6, que es muy semejante al Sol en cuanto a clase pero
supergigante en cuanto a tipo. La estrella , denominada Sadal Melik,
es de mag. 2,96 y desde ésta puede verse un triángulo de estrellas
representando el jarro transportado por el portador de agua mitológi-
co. La constelación asimismo contiene la Nebulosa Saturno de mag. 8,
llamada así por su semejanza con el planeta poseedor de un anillo.
88
Aries (el Carnero) AR: 02 h, Dec: 20
Aries, constelación llamada así por los griegos en homenaje al car-
nero con el vellocino de oro buscado por los Argonautas, ha transfe-
rido su nombre a la línea que parte del centro de la esfera celeste y
pasa por el equinoccio vernal para establecer el meridiano para la AR.
La constelación ha experimentado un movimiento de precesión a par-
tir de esa posición y linda con Triangulum, Perseus, Taurus,.Cetus y
Pisces, y contiene sólo a dos estrellas que tienen una mag. supe-
rior a 4.
Éstas son , Hamal, de mag. 2,0 (situada a 76 años luz) y , Sheratan,
de mag. 2,7 (situada a 52 años luz) con los tipos espectrales K2 y A5
respectivamente. El tercer componente es una estrella doble, , Me-
sartim, con mags. 4,2 y 4,4. Su nombre proviene de la palabra árabe
que significa «El Signo» y hace referencia a la alineación a través del
equinoccio vernal en la primitiva historia.
90
Caelum (Cincel) AR: 05 h, Dec: - 4 0
Esta constelación meridional poco visible está más dedicada a la me-
moria del astrónomo poco conocido Lacaille que a cualquier actividad
observacional seria. Lacaille estudió en el Observatorio de París e
hizo importantes contribuciones para establecer una medida exacta
del arco del meridiano. Más tarde, de 1751 a 1753, dedujo las posi-
ciones de unas 10 000 estrellas y durante este tiempo estableció la
constelación Caelum. Ningún otro astrónomo ha hecho una contri-
bución mayor al mapado de las constelaciones meridionales.
Caelum se extiende desde 4 h 20 min hasta 5 h 5 min de AR y entre
Dec —27 y Dec —49 y es un grupo invernal apenas visible desde
50° N y sin componentes interesantes.
92
Canes Venatici (Perros de caza) AR: 13 h, Dec: 40
Se estableció la existencia de Canes Venatici a finales del siglo XVII
para rellenar los huecos de las 48 constelaciones originales de Pto-
lomeo. Está flanqueada por Ursa Major, Coma Berenices y Boótes, y
se extiende de 12 h 5 min a 14 h 5 min de AR y de Dec 28 a Dec 52.
El único objeto útil para los aficionados es la estrella , Cor Caroli,
una estrella de mag. 2,9 del tipo A0 que dista 91 años luz de la Tierra.
Siendo una doble óptica, Cor Caroli está situada visualmente cerca
de una estrella de mag. 5,6 a una distancia remota.
La constelación contiene cuatro objetos interesantes distintos de Cor
Caroli. Un cúmulo globular, M3, en el límite meridional extremo de la
constelación conteniendo más de 105 estrellas en una esfera de 65
años luz de diámetro, que dista 6 X 104 años luz. M51, cercano al
límite noroeste, es la famosa Nebulosa en Espiral, una galaxia espiral.
M63, situada al noroeste de Cor Caroli, es otra galaxia espiral (mag-
nitud 9,6) tal como lo es NGC 4258 (mag. 9,2) situada al noreste de
la estrella . Las tres galaxias distan entre 6 X10 6 y 9 x 10a años luz.
94
Capricornus (Capricornio o la Cabra) AR: 21 h, Dec: —15
Esta constelación estuvo asociada con el punto bajo alcanzado por el
Sol cuando éste se sumergió por debajo del ecuador celeste (23,5°)
en el solsticio de invierno y por consiguiente dio su nombre al Trópico
de Capricornio para la latitud 23°S. Esta constelación abarca un área
comprendida entre 20 h 5 min y 21 h 55 min de AR y entre Dec —9
y Dec —28, y está flanqueada por Aquila, Sagittarius, Microscopium,
Piscis Austrinus y Aquarius.
La estrella principal, , Deneb Algedi, es una variable con mag. com-
prendida entre 2,95 y 2,88 del tipo A6 situada a unos 50 años luz de
distancia. Tienen interés dos estrellas dobles visibles a simple vista:
, Prima Gaedi, de mag. 3,2 con una compañera binaria de mag. 9,
y Secunda Gaedi, de maqnitud 3,8 con una compañera binaria de
mag. 11. El segundo par, , Dabih, de estrellas están muy cercanas
con mags. 3,3 y 6. Un cúmulo globular, M30, está situado por debajo
de Deneb Algedi.
96
Centaurus (Centauro) AR: 13 h, Dec: - 5 0
Centaurus presenta una forma grande e irregular, estando situada en-
tre 11 h y 15 h de AR y entre Dec —30 y Dec —65. Contiene el sis-
tema de Centauri situado sólo a 4,3 años luz (la estrella más cer-
cana a excepción del Sol) que es en realidad una binaria con com-
ponentes de mag. 0,01 y 1,4. Una compañera de mag. 11,3, llamada
Próxima Centauri, parece describir órbitas alrededor de esta binaria
y en realidad se interpone entre el sistema y el Sol corvirtiéndose
en la compañera más cercana del sistema solar. Centauri (Hadar)
está a una distancia de 490 años luz con una magnitud absoluta de
-5,2.
98
Circinus (Los Compases) AR: 16 h, Dec: —65
Esta constelación ocupa una pequeña región del firmamento meridio-
nal comprendida entre 13 h 35 min y 15 h 25 min de AR y entre
Dec —55 y Dec —70. Parece formar una «L» ancha e invertida y está
flanqueada por Triangulum Australe, Norma, Lupus, Centaurus, Musca
y Apus. Si no fuera por la separación de esta constelación realizada
por Lacaille en 1763 (cuando aportó 14 constelaciones a las cartas)
esta constelación se vería más propiamente como una parte de la
constelación Centaurus, ramificándose, quizás, a partir de Centau-
rus, el sistema estelar más cercano al Sol. En cualquier caso, la loca-
lización positiva de los componentes de Centaurus ayuda a la identi-
ficación de Circinus. La única estrella realmente interesante de este
grupo es Circinus, una estrella doble (mags. 3,4 y 8,8) siendo sus
componentes de aspecto amarillo y rojizo respectivamente.
100
Corona Australis (Corona Austral o del Sur) AR: 19 h, Dec: —40
La constelación formaba parte del grupo original de Ptolomeo de
48 constelaciones establecido en el siglo II de nuestra era. Está situa-
da entre 17 h 55 min y 19 h 15 min de AR y entre Dec - 3 7 y Dec - 4 6 ,
estando limitada por Sagittarius por el este, Telescopium y Ara en el
flanco meridional y Scorpius hacia el oeste. Corona Australis forma
un arco aparentemente abrazado por Sagittarius.
Corona Australis puede encontrarse localizando primero a las estre-
llas de Sagittarius que forman un triángulo. Entonces se ve
que la constelación está situada dentro de este triángulo y ha sido
llamada así debido a su semejanza aparente con la Corona Borealis
que está situada en el hemisferio norte celeste. No existen objetos
prominentes dentro de la constelación y las estrellas más brillantes
son de mag. 4 haciendo que la constelación sea poco aparente y rela-
tivamente no importante.
102
Cráter (la Copa de Baco) AR: 11 h, Dec: - 1 5
Ésta es una constelación del firmamento meridional flanqueada por
Leo, Virgo, Sextans, Hydra y Corvus. Está situada entre 10 h 50 min
y 11 h 55 min de AR y entre Dec —6 y Dec —25. Es muy poco apa-
rente pero, no obstante, forma parte de las 48 constelaciones origi-
nales de Ptolomeo. Todas las estrellas poseen una mag. 4 o menor.
104
Delphinus (Delfín) AR: 21 h, Dec: 15
Delphinus está situada en una parte del firmamento poblada por va-
rias constelaciones de afiliación marina (Aquarius, Capricornus, etc.)
y se extiende desde 20 h 10 min hasta 21 h 10 min de AR y entre
Dec 2 y Dec 21, estando flanqueada por Vulpécula, Sagitta, Aquila,
Aquarius, Equuleus y Pegasus. Teniendo algo de aspecto de petardo
contiene estrellas dobles como , Sualocin, con componentes de
mag. 4,0 y 9,5 y , Rotanev. Estos nombres perpetúan la memoria de
Nicolo Cacciatore, ayudante de Piazzi, el astrónomo que descubrió el
primer asteroide. Cacciatore significa «cazador» y la palabra latina
que designa cazador escrita al revés es Rotanev. La palabra latina que
designa Nicolo es Nicolaus y escrita al revés es Sualocin.
106
Equuleus (el Caballito) AR: 21 h, Dec: 10
Equuleus es una pequeña constelación que está flanqueada por Pega-
sus, Delphinus y Aquarius. Está situada entre 20 h 55 min y 21 h
25 min de AR y entre Dec 2 y Dec 13. Aunque es un grupo muy poco
aparente, la constelación es un miembro de la antigua lista conocida
por los babilonios. La mejor manera de encontrarla es siguiendo una
Línea establecida por las estrellas de la constelación de
Aquarius y está desplazada respecto a a por una distancia tan grande
como la que separa de en Aquarius.
Equuleus sólo contiene tres estrellas de mag. 4 y la estrella es un
objeto de mag. 3 situado al noroeste de . No se ve que esté conte-
nido nada de mayor interés dentro de los límites de esta constela-
ción, pero ésta presenta una buena situación entre Aquarius y Del-
phinus para el observador.
108
Gemini (Gemelos) AR: 07 h, Dec: 25
Gemini es una de las constelaciones del Zodíaco y está rodeada por
Auriga, Taurus, Orion, Monoceros, Canis Major, Cáncer y Lynx. Esta
constelación está situada entre 5 h 55 min y 8 h 5 min de AR y entre
Dec 10 y Dec 35.
Gemini es muy famosa por las estrellas , Castor, y , Pollux, que
han llegado a significar el grupo entero. La estrella es de mag. 1,62
y está formada por tres binarias espectroscópicas (mags. 1,97, 2,95
y 9,08) situadas a una distancia de 45 años luz. Cada una de estas
estrellas presenta un movimiento acoplado y las seis estrellas pre-
sentan órbitas entrelazadas una alrededor de la otra. Pollux es el
miembro más brillante de la constelación y una estrella de mag. 1,16
del tipo K0 situada a una distancia de 35 años luz pero intrínsecamen-
te más oscura que el sistema Castor.
, Alhena, es una estrella de tipo A de mag. 1,93 situada a una dis-
tancia de 105 años luz. , Tejat, es una variable con una mag. media
de 2,92 situada a una distancia de 160 años luz y , Mebsuta, es una
estrella de mag. 3 del tipo G8 situada a una distancia de más de
1000 años luz del Sol. La constelación acomoda una nebulosa planeta-
ria y cúmulos abiertos de estrellas y Neptuno y Plutón fueron descu-
biertas al pasar por Gemini.
110
Horologium (Reloj) AR: 03 h, Dec: - 5 5
Horologium, que fue añadida a la lista de las constelaciones por La-
caille en la mitad del siglo XVIII, está flanqueado por Eridanus, Hy-
drus, Reticulum, Dorado y Caelum. Esta constelación está situada en-
tre 2 h 15 min y 4 h 20 min de AR y entre Dec - 4 0 y Dec 67. Parece
ocupar una serie de pasos entre Eridanus e Hydrus y puede pensarse
de forma más adecuada como un adjunto de Eridanus que como una
constelación por sí sola. De hecho sus componentes más brillantes
están situados entre Eridanus y Caelum.
La estrella más prominente de Horologium presenta una mag. de 3,8
y no existe nada importante a través del resto del firmamento ocu-
pado por la constelación. Se dice que Lacaille nombró a esta conste-
lación con la palabra latina que significa reloj para que Argo Navis
(actualmente dividida en las constelaciones Carina, Puppis y Vela)
tuviera un cronómetro para la navegación.
112
Indus (Indio) AR: 20 h, Dec: - 5 0
Indus es una constelación poco aparente del firmamento meridional.
Recibió el nombre de Bayer al principio del siglo XVII para perpetuar
las naciones indias hacia las cuales tenía los temores más graves
en cuanto a la continuación de su modo de vida. La constelación está
rodeada por Octans, Pavo, Tucana, Grus, Microscopium y Telescopium.
Está situada entre 2 h 25 min y 23 h 25 min de AR y entre Dec —45
y Dec - 7 5 .
Sería muy fácil para el observador casual confundir a la estrella
Pavonis de la constelación Pavo con un componente de Indus. La
estrella Indi es un objeto de mag. 3,2, el más brillante de la conste-
lación. . Indi es otra estrella de la 3.a magnitud y los otros tres com-
ponentes principales son todos de la 4.a mag. Indi es una de las
estrellas más cercanas al Sol, está situada a unos 11,4 años luz de
distancia, con una mag. de 4,7 y una mag. absoluta de 7,0.
114
Leo Minor (León Menor) AR: 10 h, Dec: 35
Esta constelación fue añadida a la lista de constelaciones por Heve-
Mus a finales del siglo XVII y puede encontrarse constituyendo el cas-
quete septentrional de Leo. Está situada entre 9 h 20 min y 11 h 5 min
de AR y entre Dec 23 y Dec 42, estando flanqueada por Ursa Major,
Lynx y Leo.
La estrella principal, que presenta la designación inusual de es un
miembro de mag. 4, magnitud que también presentan los tres objetos
restantes de la configuración primaria de esta constelación. Leo Minor
es útil sólo por su uso para la orientación estelar y no contiene nada
interesante para el aficionado.
116
Lupus (Lobo) AR: 15 h, Dec: - 1 5
Lupus es una constelación original y se ve que está flanqueada por
Centaurus, Libra, Scorpius, Norma y Circinus. Está situada entre 14 h
15 min y 16 h 5 min de AR y entre Dec —30 y Dec —55.
Los objetos principales de esta constelación son cinco estrellas cuya
mag, supera a 3,5 que forman el principal entramado geométrico del
grupo. Las tres estrellas más brillantes, , tienen un brillo que
supera a la mag. 2,8 y las tres presentan espectros de la clase B1 o
de la clase B2. La estrella es un objeto de mag. 2,3 que está situada
a una distancia de 430 años luz, y la estrella es un objeto de
mag. 2,69 situado a una distancia de 540 años luz. Estas estrellas pre-
sentan mags. absolutas de —3,3 y —3,4 respectivamente, siendo in-
trínsecamente fuentes muy brillantes. La estrella presenta una mag.
visual de 2,8, una mag. absoluta de —2,7 y se ve que está situada a
una distancia de 570 años luz del Sol. Esta última estrella es una do-
ble con mags. individuales de 3,5 y 3,7.
La estrella Lupi es otra doble con componentes de mags. 3,4 y 3,8
y la estrella es una tercera doble con componentes de mags. 3,5
y 7,7.
118
trellas y un cúmulo globular, catalogado como M56 o NGC 6779,
al suroeste de la estrella y en casi la línea directa que parte de la
estrella y pasa a través de la estrella .
Lejos, hacia el noroeste y muy cerca de la frontera de Cygnus, está
situada RR Lyrae, el prototipo de una clase estelar usada para la
medida de las distancias. Esta estrella puede encontrarse siguiendo
una línea trazada desde la estrella que pasa por la estrella . La
famosa Nebulosa Anular, catalogada como M57 (NGC 6720) está si-
tuada casi a la mitad de la línea que va de . Ésta es una nebu-
losa planetaria clásica y se considera que es una liberación de tipo
nova a partir de una estrella central de mag. 15.
120
Musca (Mosca) AR: 13 h, Dec: - 7 0
Esta constelación algunas veces se denomina Musca Australis (Mosca
Austral) y es una de las constelaciones que formaban parte del ca-
tálogo de Bayer de 1603. Está situada en un área del firmamento me-
ridional comprendida entre 11 h 20 min y 13 h 45 min de AR y entre
Dec —64 y Dec —75, estando rodeada por Chamaeleon, Apus, Circi-
nus, Centaurus, Crux y Carina.
La estrella Muscae es una variable de mag. 2,7 (mag. 2,66-2,73) del
tipo espectral B3 (mag. absoluta —2,9) situada a 430 años luz del sis-
tema solar. La estrella Muscae, de mag. 3,06, es una doble del
tipo B3 con componentes de mag. 3,7 y 4,1 y el sistema está situado
a una distancia de unos 470 años luz.
124
Pegasus (Pegaso) AR: 22 h, Dec: 20
Pegasus es otra constelación muy interesante y está situada entre
21 h 5 min y 0 h 15 min de AR y entre Dec 2 y Dec 36. Está rodeada
por las constelaciones vecinas de Lacerta, Cygnus, Vulpécula, Delphl-
nus, Equuleus, Aquarius, Pisces y Andrómeda. Pegasus puede recono-
cerse por el formato cuadrado de tres de las estrellas que son miem-
bros de la constelación y de , Alpheratz, en la constela-
ción vecina de Andrómeda. Alpheratz está situada en la misma fron-
tera de las dos áreas de campo designadas.
La estrella , Enif, de Pegasus es una estrella del tipo K2 y mag. 2,3
con una compañera de mag. 9. Enif está a una distancia de casi 800
años luz y presenta una mag. absoluta de —4,6. Los tres ángulos del
cuadrado de Pegasus que está situado en la constelación son todos
estrellas de mag. 3 y buenos objetos para la observación.
La estrella , Scheat, es una gigante roja variable y grande del tipo M2
(mag. absoluta —1,5) situada a una distancia de 210 años luz y puede
oscilar entre las mag. 2,4 y 2,7. La estrella , Markab, es una blanca
del tipo B9 de mag. 2,5 y es una estrella del tipo B2 de mag. 2,84
(mag. absoluta —3,4) estando situadas estas estrellas a distancias
de 110 y 570 años luz respectivamente. Al noroeste de está situada
, Matar, una estrella del tipo G8 con mag. 2,95.
126
constelación es localizando Achernar, una estrella de mag. 0,53 situa-
da en Eridanus: una de las estrellas más brillantes del firmamento
meridional.
128
Puppis (la Popa) AR: 07 h, Dec: - 3 5
Puppis fue una de las tres constelaciones que formaban la difícil de
manejar Argo Navis nombrada como una de las 48 constelaciones de
Ptolomeo y hoy escindida en Puppis, Carina y Vela. La mejor manera
de encontrar Puppis, como Pictor, es localizando primero Canopus (en
la constelación de Carina) y buscando la cubierta de estrellas que
cuelga al sur de ésta.
Puppis está rodeada por las constelaciones de Canis Major, Columba,
Pictor, Carina, Vela y Pyxis y puede encontrarse ocupando una región
de la esfera celeste comprendida entre 6 h y 8 h 25 min de AR y
entre Dec —11 y Dec —51.
La estrella más brillante del grupo es , Suhail Hadar, con una mag. de
2,23 situada a la enorme distancia (comparativamente) de 2400 años
luz, la cual da a la estrella una mag. absoluta de —7,1. La estrella
tiene un espectro 05. La estrella , Turáis, es una variable del tipo F6
(mag. 2,72-2,87) situada exactamente a una distancia de 105 años luz
y Puppis es una estrella del tipo K4 con mag. 2,81 situada a
140 años luz de distancia.
La única otra estrella algo interesante es , una estrella del tipo K0
con mag.'2,97 y mag. absoluta de 0,1 situada a una distancia de
125 años luz. M46 y M93 son dos cúmulos abiertos de la constelación,
situadas en la parte septentrional de esta región.
130
Sagitta (la Flecha) AR: 20 h, Dec: 18
Sagitta era una de las constelaciones ptolomeicas y está situada
entre 18 h 55 min y 20 h 20 min de AR y entre Dec 16 y Dec 21, es-
tando rodeada por Vulpécula, Delphinus y Aquila. Sagitta sólo con-
tiene estrellas débiles y no interesantes pero puede verse que posee
un cúmulo abierto, M 71, aproximadamente entre las estrellas
132
de con M7, un cúmulo abierto mucho más grande que casi se pierde
en las grandes nubes estelares de la Vía Láctea. Grandes zonas de
esta última se ven en el firmamento meridional y las regiones cen-
trales de esta constelación.
134
Taurus (Toro) AR: 05 h, Dec: 20
Taurus, el Toro, fue probablemente una de las primeras constelacio-
nes que se nombraron y recuerda al animal domesticado y respetado
más antiguo. Antes del año 3000 antes de Cristo, Taurus estaba situa-
do a través del equinoccio vernal y por consiguiente pasó a ser un
sistema estelar de temor reverente y magnificiencia. La bestia y la
constelación han sido deificadas en casi todas las civilizaciones co-
nocidas antes de Cristo. Ésta es una elección apropiada para una
zona del cielo remarcablemente rica, conteniendo quizá las estrellas
más prominentes, las Pléyades, las Híadas y la Nebulosa del Can-
grejo.
La estrella más espléndida, , Aldebarán, es una gigante del tipo K5
con mag. 0,86 y mag. absoluta —0,7 estando situada a una distancia
de 68 años luz. Es una estrella variable con un diámetro de unos
50 millones de km y una luminosidad de 120 veces la del Sol. La es-
trella , El Nath, es del tipo B7 con mag. 1,65 (mag. absoluta —3,2)
situada a una distancia de 300 años luz.
La estrella , Alción, es otra del tipo B con mag. 2,86, como lo es la
estrella con una mag. de 3,07. Estas últimas estrellas están situa-
das a distancias de 540 y 940 años luz respectivamente. Las Pléyades
se encuentran alrededor de Alción pues esta estrella es el miembro
más prominente de este grupo de 300 estrellas. Cuando se observa
a través del telescopio, apenas existe una vista más de carnaval en
todo el firmamento, las estrellas azules calientes, todas muy jóvenes,
iluminan las regiones nebulosas con una luz incandescente azul que
brinca de una estrella a otra. El sistema, con todas las partes mo-
viéndose juntas a través del espacio, está a una distancia de unos
500 años luz.
Moviéndose hacia Aldebarán el observador encontrará a las Híadas,
un cúmulo de estrellas rojas frías situado a una distancia de casi
130 años luz. No lejos de está la Nebulosa del Cangrejo, una su-
pernova que tiene más de 900 años y está situada a una distancia de
3500 años luz.
136
Triangulum Australe (Triángulo Austral o del Sur) AR: 16 h, Dec: —65
Triangulum Australe es una constelación de Bayer alistada en su ca-
tálogo de principios del siglo XVII y está limitada por Ara, Norma,
Circinus, y Apus. Esta constelación está situada entre 14 h 50 min
y 17 h 10 min de AR y entre Dec - 60 y Dec - 7 0 .
La estrella es del tipo K2 con mag. 1,93 y mag. absoluta —0,1, es-
tando situada a una distancia de 82 años luz, la estrella es del
tipo F2 con mag. 2,87 situada a una distancia de 42 años luz y la
estrella es del tipo A0 con mag. 2,94 y mag. absoluta 0,2 estando
situada a una distancia de 113 años luz. No se encuentra nada más
importante en esta constelación.
138
Ursa Minor (Osa Menor) AR: 15 h, Dec: 75
Ursa Minor fue una de las 48 constelaciones que originalmente se
nombraron y posee la distinción suprema de coronar el polo norte
celeste. Gran parte de Ursa Minor parece estar situada dentro de la
cuna de Draco pero esta constelación es inequívocamente distintiva,
y una vez. encontrada la estrella más próxima al polo norte celeste el
resto es fácil de reconocer.
La estrella polar o la estrella que actualmente se observa con la má-
xima facilidad que es la más cercana al polo norte celeste, es la ce-
lebrada Polaris, una variable de mag. 1,99-2,1 del tipo F8 y con una
mag. absoluta de —4,6. Estando situada a una distancia de 680 años
luz, la estrella está acompañada por una compañera de mag. 8,9. La
estrella , Kochab es del tipo K4 con mag. 2,04 y la estrella , Pher-
kad, tiene la mag. de 2,04 de manera que cuando Polaris, una Cefeida
notable, está oscura es que está eclipsada por esta estrella.
Ursa Minor está rodeada por Draco, Cepheus y Camelopardalis y ocu-
pa una porción del firmamento comprendida entre 13 h y 18 h de AR
y entre Dec 66 y Dec 90. La longitud de 5 h de AR describe la parte
principal de la constelación; la parte más septentrional es circum-
polar.
140
Virgo (Virgen) AR: 13 h, Dec: 00
Congruentemente asociada con la inocencia y la virginidad femeninas,
esta constelación es una de las primeras que recibieron nombre y
fue una de las 48 constelaciones originales de Ptolomeo.
Virgo es una constelación zodiacal y está limitada por Coma Bereni-
ces, Leo, Cráter, Corvus, Hydra, Libra, Serpens y Boótes. Segunda
sólo respecto a Hydra en cuanto a área y mucho más visible debido
a su área en forma de cuadrado, Virgo está situada entre 11 h 35 min
y 15 h 10 min de AR y entre Dec - 2 2 y Dec 15.
La estrella más prominente de la constelación es , Spica, la más
meridional de las siete estrellas que constituyen la forma geométrica,
con mag. 0,91 y estando situada a 220 años luz del Sol. La estrella
es una variable con una compañera de mag. 1,01 y se ve como un
objeto blanco caliente. La estrella , Postvorta, es del tipo F0 con
mag. 2,76 y una mag. absoluta de —3,3 y se encuentra que está si-
tuada a una distancia de sólo 32 años luz. Lejos hacia el oeste de la
constelación está situada , Zavijava, de mag. 3,8 y hacia el norte
, Vindemiatrix, es una estrella del tipo espectral G9 con mag. 2,86
y una mag. absoluta de 0,6 situada a una distancia de 90 años luz.
Virgo es adyacente a Coma Berenices y el límite septentrional de
Virgo contiene muchas nebulosas interesantes: todas galaxias exter-
nas. Muy notables son M58, M59, M60, M84, M87, M89 y M90. En el
límite suroccidental (con Corvus) el telescopio revelará la magnífica
Galaxia del Sombrero (M104) y con M49 y M61 situados entre las
estrellas
142
los telescopios excepto el más grande. No obstante, es precisamente
Notas sobre constelaciones este tipo de fenómeno el que conduce al aficionado a instrumentos
más grandes y mejores. Ésta es la Gran Nebulosa de Orion o simple-
Cygnus: Otros puntos de interés referentes a esta constelación vie- mente la Nebulosa de Orion, alistada como M42 y M43 en el catálogo
nen aquí de modo que el lector pueda apreciar los fenómenos de de Messier.
esta área y el observador pueda situar a Cygnus en la lista de ob- Por medio del telescopio, la Nebulosa de Orion presenta un matiz dis-
jetos de prioridad. tintivamente verdoso, probablemente causado por átomos de oxígeno
Después de , Albireo, la segunda estrella más brillante es , Sadr, ionizados, pero los observatorios muy grandes y las placas fotográ-
una estrella del tipo F8 con mag. 2,22 y una mag. absoluta de —4,6, ficas registran un magnífico conjunto de tonos blancos, rojos, púrpu-
situada a una distancia calculada en 750 años luz. La estrella , Gie- ras y malvas. El centro blanco brillante de la nebulosa parece dirigir
nah, es del tipo K0 con mag. 2,46 y mag. absoluta 0,7 que está situa- el ojo a un centro de energía violeta. No es difícil imaginar que esta
da a una distancia de sólo 74 años luz. Una estrella doble, vista como ancha extensión de gas, de 16 años luz de diámetro, es el suelo del
de magnitud 2,87, , Cygni, presenta componentes de mag. 2,9 y 6,44 que nacen estrellas calientes y nuevas y en realidad la nebulosa se
estando el sistema a una distancia calculada en 270 años luz. hace visible debido a la luz procedente de estas zonas de cría estelar.
Una estrella variable muy intrigante puede encontrarse aproximada- El Trapecio, un juego cercano de cuatro estrellas situado en el mismo
mente a medio camino entre , Sadr, y Albireo. Es una variable de centro, está registrado como Orionis con componentes de mag. 6,0,
largo período (409 días) que pasa de mag. 4 a mag. 14 y viceversa. 7,0, 7,5 y 8,0. Se estima que este grupo de estrellas tiene unos 3,0 x
La estrella Cygni es un ejemplo clásico del tipo de variable que X 105 años y es muy fácil de distinguir de la nebulosa que ilumina.
parece presentar una abundancia de oscilaciones superpuestas hasta El material extremadamente tenue de la nebulosa gaseosa presenta
que las fluctuaciones de brillo llegan a ser un conjunto complejo de una densidad calculada en sólo 10-17 g/cm 3 y está formado principal-
magnitudes cambiantes. mente por hidrógeno. La Nebulosa de Orion se está alejando del sis-
Una estrella doble interesante, llamada 61 Cygni, puede encontrarse tema solar a una velocidad de casi 18 km/seg. aunque existe una con-
entre las estrellas . Presenta componentes de mags. 5,3 y 5,9 y siderable variación en las velocidades medidas en regiones especí-
un movimiento característico de más de 80 km/seg; éste es el efecto ficas de la nube.
observado por su proximidad inmediata con el Sol, estando sólo a Otra característica observacional, más bien interesante, ciertamente
18 años luz de distancia. La estrella SS Cygni, una variable de magni- muy distinta, de la constelación de Orion es la famosa Nebulosa Ca-
tud 8-12, tiene también interés y con esta clase de fenómeno celeste beza de Caballo que se encuentra exactamente al sur de la estrella .,
el aficionado puede aportar informaciones inestimables a los astróno- Alnitak, que es una doble distante siendo la mag. del sistema 1,79.
mos profesionales. Las fluctuaciones temperamentales de las estrellas La Nebulosa Cabeza de Caballo está alistada en el catálogo de Bar-
variables son únicas para ejemplos específicos y la medida y el aná- nard como el núm. 33 y se encuentra a 5° transversalmente en el cielo
lisis cuidadosos de ciclos determinados del flujo de luminosidad pue- y se parece literalmente a una cabeza de caballo. La nebulosa es una
den aportar datos valiosos sobre estas notables características. mancha muy oscura del firmamento pero un resplandor rojo caliente
Gran parte de Cygnus, evidentemente, está situada en la Vía Láctea desde detrás de ella y hacia el noroeste cercano a Alnitak indica la
y la constelación parece aportar vistas interminables de nubes este- presencia de una nebulosa brillante más allá.
lares que se pliegan hacia atrás al aumentar la distancia, cuando se
examinan las regiones centrales del plano de la Vía Láctea. No obs-
tante, una zona interesante, el Saco de Carbón del Norte, puede en-
contrarse en este lugar y aporta un contraste formidable respecto a
las miríadas de estrellas que se ven alrededor de esta zona. La Ne-
bulosa del Velo y la Nebulosa Norteamericana están también en Cyg-
nus y dos cúmulos abiertos, M29 y M39, completan el escenario del
esplendor celeste.
Fig. 60 (arriba) Las órbitas a escala relativa de los cuatro planetas internos.
Vistos desde la Tierra, cuando Mercurio está en el lado lejano del Sol se
dice que presenta conjunción superior (B) y cuando un planeta interior, en
este ejemplo Venus, está entre la Tierra y el Sol se dice que está en con-
junción inferior (A). Un planeta externo, en este caso Marte, en el lado
iejano del Sol se diría que presenta conjunción. Si la Tierra está situada
entre el Sol y un planeta externo se dice que este último está en oposición.
(abajo) La segunda ley de Kepler afirma que el área de un triángulo estable-
cido entre los focos de la elipse y dos puntos cualesquiera del radio orbital
permanecerá siempre siendo la misma dondequiera que los dos puntos orbi-
tales se establezcan para un paso de tiempo dado.
148 149
el nombre de año sideral, que para la Tierra puede medirse como el
tiempo transcurrido entre dos sucesivos pasos del Sol por un punto
fijo del espacio, usualmente la posición conocida de una estrella. No
obstante, para otros planetas, el tiempo sinódico se mide con la du-
ración sideral sustraída del valor orbital. El tiempo sinódico se mide
como la duración entre oposiciones sucesivas (fig. 61), valor que in-
corpora el arco adicional de radio para compensar el movimiento del
planeta en cuestión. Por consiguiente, los períodos sinódicos definen
el tiempo transcurrido entre observaciones sucesivas realizadas a
partir de una posición específica en el espacio relativa a la Tierra, y
los períodos siderales denotan el tiempo requerido por un planeta
especificado para hacer una revolución entera alrededor del Sol. Las
figuras 60 y 61 también presentan terminologías respectivas aplica-
das a posiciones planetarias.
Los planetas interiores, situados entre la Tierra y el Sol, se dice que
están en conjunción inferior o superior cuando están situados en la-
dos cercanos o lejanos del Sol respectivamente. Los planetas exterio-
res, con radios orbitales mayores que el de la Tierra, están en con-
junción cuando están en el lado lejano del Sol y en oposición cuando
su movimiento orbital los sitúa en el lado opuesto de la Tierra res-
pecto al Sol.
Estas posiciones son extremadamente importantes para la observación
puesto que un planeta interior será imposible de observar contra la
luz del Sol en conjunción superior e inferior. La posición más favora-
ble se obtendrá por consiguiente cuando el planeta esté a medio ca-
mino entre estas posiciones. Un planeta exterior estará favorablemen-
te situado para la observación cuando esté situado cerca de la opo-
sición.
Ha sido conveniente discutir las órbitas planetarias como si prescri-
bieran círculos alrededor del cuerpo primario, aunque la primera ley
de Kepler describe adecuadamente la órbita como una elipse con un
foco de la elipse ocupado por la masa primaria. La medida de la elip-
ticidad se da como la distancia entre los dos focos dividida por la
longitud del eje principal que describe la excentricidad de la órbita.
Finalmente, usando el plano de la órbita de la Tierra como referencia,
las inclinaciones planetarias se sitúan frente a esta medida arbitraria
para comparación. Los planos orbitales establecidos por otros plane-
tas se miden en ángulos respecto a la eclíptica, término que, cuando
se fija hipotéticamente el Sol, describe el movimiento de la Tierra
frente al fondo estelar. Ningún planeta presenta una inclinación orbital Fig. 61 El sistema solar interno, contenido dentro del radio de la órbita de
mayor que 17,2° y de hecho sólo un planeta supera los 7° (véase más Marte, está indicado como el área A de la pequeña caja. Entre Marte y Jú-
adelante). La inclinación de la rotación describe el ángulo aportado piter están situados los asteroides, un campo de restos rocosos, residuos
por la diferencia entre una línea perpendicular al plano orbital espe- del comienzo del sistema solar. Obsérvense los dos extremos de la posición
cífico de este planeta y el eje polar real. orbital de Plutón. El sendero elíptico del pianeta hará que éste vaya a parar
dentro del radio orbital de Neptuno en 1987 y durante casi 40 años no vol-
verá a tomar su posición como el planeta más externo del sistema solar.
La Luna
Con una magnitud de —12,7 cuando la iluminación es máxima, la Luna
presenta un diámetro angular medio observado de 31,09', comparado
con el diámetro angular del Sol de 31,98' y períodos sideral y sinódico
de 27 días 7 h 43 min y 29 días 12 h 44 min respectivamente. La ob-
servación se realiza mejor durante las fases entre Luna llena y Luna
nueva cuando el terminador, la línea que separa las porciones ilumi-
nada y no iluminada, se desplaza lentamente a través de la superficie
150 151
Fig. 62 Mapa lunar 1: cuadrante noroeste.
Fig. 63 Mapa lunar 2: cuadrante nordeste.
Fig. 64 Mapa lunar 3: cuadrante suroeste.
Fig. 65 Mapa lunar 4: cuadrante sureste.
índice de los mapas lunares Características Mapa Posición Características Mapa Posición
Fig. 66 (débajo) Las fisuras y las aberturas en las capas externas de la cor-
teza lunar liberan gases atrapados (X) que temporalmente oscurecen las
características superficiales de grandes zonas. Estos fenómenos lunares tran-
sitorios son observados a menudo por los estudiantes de selenografía.
Fig. 67 (a la derecha, arriba) Se produce un eclipse de la Luna cuando la
Tierra pasa entre el Sol y la esfera lunar, pero sólo cuando los planos se
¡ntersectan en el momento de la oposición. Fig. 68 (a la derecha, abajo) Un
eclipse solar requiere que la Luna pase entre la Tierra y el Sol y que los
planos orbitales se intersecten en el momento de la conjunción.
162 163
físico de estas características; varias tienen más de 200 km de diá-
metro, teniendo la más grande (Clavius) 230 km de diámetro. No
obstante, la inmensa mayoría tienen menos de 100 km de diámetro
aumentando la frecuencia con la disminución del tamaño. La ausencia
de efectos de dispersión de la luz, debido a la abundancia de molécu-
las de aire de la Tierra, crea la impresión de gran profundidad cuando
la luz solar con un ángulo relativamente pequeño incide sobre el borde
del cráter y no llega a alcanzar el suelo.
Generalmente, los cráteres con menos de 40 km de diámetro presen-
tan una razón entre la altura de la pared y el diámetro del cráter de
1:10, pero los cráteres muy grandes presentan una disminución de
esta razón hasta 1 : 50 y las pendientes de las paredes raramente son
mayores de 30°. Este cambio de razón es debido al mecanismo que
esculpió el cráter y también a la continua erosión producida por la
pérdida de masa, el transporte electrostático y la actividad sísmica
interna. Varios cráteres grandes presentan una cordillera arracimada
en el centro que añade pruebas considerables a las teorías del origen
del cráter.
Parecería ser que la mayor parte de los cráteres se formaron por im-
pacto y contienen un cono central que es también característico de
los procesos dinámicos observados en las grandes explosiones en la
Tierra. Se han gastado esfuerzos considerables para localizar cráteres
volcánicos sin ningún indicio positivo de su existencia. Varios cráteres
soportan conjuntos radiales de cráteres secundarios o eyectos pro-
ducidos por las trayectorias balísticas de material de las superficies
superiores expulsado desde el punto de impacto a gran velocidad. El
material del borde o de la pared del cráter proviene de regiones pro-
gresivamente más profundas afectadas por el impacto y promontorios
arqueados de dentro de las paredes de Copernicus y Tycho son típicas
de los fenómenos de pérdida de masa y de hundimiento que ajustan
el material superficial en un ángulo determinado (fig. 70).
La mayor parte de las cordilleras aisladas son los restos supervivien-
tes de paredes que rodeaban a cráteres más masivos que los que se
ven con telescopio. Estas excavaciones colosales se denominan cu-
betas y la mayor parte de ellas han sido inundadas extensamente con
lava basáltica que subsiguientemente se ha secado y ha producido
las reglones de los mares (fig. 71). En algunos lugares estas inmen-
sas láminas de lava tienen 50 km de grosor y presentan promonto-
rios arrugados pronunciados: pruebas de la contracción estructural
de extrusiones solidificadas más anteriores. Prominentes entre estas
cubetas están Mare Serenitatis, Mare Nectaris, Mare Nubium y en
donde las láminas de lava se unen para abarcar inmensas áreas, Mare
Tranquillítatis y Oceanus Procellarum. Mare Imbrium está flanqueado
hacia el este y el sudeste por los Montes Apenninus, la pared res-
tante de su borde que una vez fue magnífico (fig. 72).
Varios cráteres de tamaño moderado y de origen comparativamente
reciente presentan radios prominentes que se extienden varios cente-
nares de kilómetros a través de la superficie lunar cubriendo otros
cráteres y características superficiales (figs. 73 y 74). Estos cráteres
164 165
se ven mejor en Luna llena cuando el ángulo del Sol hace la obser-
vación de los cráteres virtualmente inútil.
Los promontorios y los canales de la Luna pueden dividirse en fisuras
o diques lunares sinuosos y barrancos serpenteantes. Éstas son ca-
racterísticas de un material magmático caliente que se ha enfriado
después de agotarse el impulso tras deslizarse sobre una base soli-
dificada. Varios de estos diques lunares parecen ser tubos de lava
colapsados en donde un canal de magma caliente forma un camino
por debajo de la superficie y se enfría dejando un tubo horizontal; el
techo se colapsa, se acumulan deyecciones en el suelo y la evolución
del dique lunar termina (fig. 75).
Los estudios de exploración lunar realizados por naves tripuladas o no,
han revelado las fases de la evolución lunar. La Luna se formó junto
con el resto de los planetas, de modo probable hace unos 4,7 x 10'
años, consistiendo en una mezcla homogénea de hierro al níquel, sul-
furo de hierro, silicatos de magnesio y depósitos de uranio, potasio
y torio. Poco después, la diferenciación a través del fraccionamiento
químico causó que los elementos más ligeros subieran hasta la su-
perficie (proceso acelerado por el calor residual procedente de la
acreción) formando una corteza de silicatos de aluminio de 75 km y
135 km de grosor en el lado cercano y en el lejano respectivamente.
Este perfil asimétrico de la corteza probablemente verifica una primi-
tiva asociación Tierra-Luna y es interesante observar que el centro
de masa de la Luna está desplazado en la dirección de la Tierra unos
3 km. Se produjo una fusión considerable cuando los elementos radiac-
tivos se descompusieron y los basaltos magmáticos enviaron aluminio,
calcio y potasio a la región de la corteza dirigiéndose el magnesio y
el hierro hacia el centro; esta corteza anortosítica ligera se convirtió
en el suelo actualmente llamado material de las tierras altas. No obs-
tante, a lo largo de este período que probablemente duró 0,5 x 10"
años, la Luna estuvo ajusfando químicamente sus zonas interiores en
preparación de las fases terminales de su propia evolución.
Durante unos 0,8 x 10s años a partir de su formación, la Luna se vio
continuamente bombardeada por trozos semejantes a meteoritos de
restos solares que pulverizaron la superficie en la extensión de que
un remodelamiento considerable de la corteza externa fue inevitable
debido a la profunda penetración de las ondas de choque del impacto.
Estos planetasimales excavaron todas las cubetas principales aunque
debe observarse que la mayoría se produjeron en el lado cercano de
la Luna.
Hace unos 3,9 x 109 años, la lluvia de piedras masivas había escul-
pido la última de las grandes cubetas y sólo los cráteres más peque-
ños (con un diámetro de menos de 500 km) se estaban todavía for-
mando a partir de impactos al azar. Poco después, la energía térmica
procedente de la desintegración del uranio, del potasio y del torio
166 167
Fig. 72 (a la izquierda, arriba) Actualmente la Luna aporta pruebas visuales
de intrusiones basálticas mayores que se ven como manchas oscuras en la
esfera lunar. Fig. 73 (a la izquierda, abajo) Las zonas de las tierras altas
conservan gran parte.de la corteza original pero el bombardeo sucesivo por
restos al azar del sistema solar ha cubierto la superficie primordial con nu-
merosos cráteres. Fig. 74 (arriba) Finas partículas cubren los impactos y
las láminas de los cráteres secundarios.
168 169
condujo las lavas basálticas hasta la superficie, rellenando suelos ba-
jos de cubetas en ondas sucesivas que duraron en algunos casos hasta
0,4 x 109 años. Las áreas de los mares estaban completamente for-
madas hace 2,9 X 109 años pero las extrusiones locales complicaron
la estratigrafía produciendo actividad de fumarolas que todavía con-
tinúa.
Los cráteres producidos por impactos continuaron formándose e in-
cluso el cráter Tycho, con un diámetro de 87 km, tiene sólo 10' años,
lo cual confirma la probabilidad actual de impactos a escala más gran-
de. Aunque la Luna esencialmente ha permanecido sin cambiar du-
rante 3 x 109 años, todavía retiene un interior semiactivo con la po-
sibilidad de un núcleo fundido y una emisión volcánica moderada de
vez en cuando. La interacción de las mareas con la Tierra genera una
actividad sísmica significativa cuando la Luna pasa a través del punto
bajo de su órbita y todavía se está produciendo un reajuste sustancial
a profundidades de varios centenares de kilómetros.
La Luna se está alejando gradualmente de la Tierra y alcanzará un
punto en que necesitará 60 días para completar una revolución. En
este tiempo la Tierra habrá llegado a una rotación síncrona y requerirá
60 días para girar sobre su eje polar; el Sol brillará durante 40 días
en cualquier lugar seguidos por 20 «días» de noche mientras que la
Luna aparezca estacionaria por encima de un punto fijo de la Tierra.
No obstante, esto no es probable que ocurra mucho antes de que el
Sol se convierta en una estrella gigante.
La observación de la Luna es potencialmente recompensadora cuando
ésta se encuentra en el punto bajo de su órbita debido a que son de-
sencadenados por la Tierra muchos sucesos que pueden conducir a
resultados particularmente excitantes. Por ejemplo, la actividad sís-
mica es más probable que libere gases en este tiempo que en cual-
quier otro y un telescopio relativamente pequeño debe revelar incluso
emisiones moderadas.
Mercurio
Mercurio, el planeta más interno del sistema solar, está situado en
una órbita de 45,9 X 106 a 57,9 x 106 km (0,30-0,38 UA) que es par-
ticularmente no favorable para la observación de las características
superficiales debido a la proximidad del Sol. Cuando la elongación es
máxima, es decir, cuando el planeta está situado en las posiciones
oriental u occidental aparentes extremas de su órbita, nunca está a
más de 28° respecto al Sol y por consiguiente solamente es visible
en los minutos de apertura o cierre de la luz solar. Es posible ver el
planeta con la luz diurna pero el resplandor del Sol dificulta severa-
mente la observación útil. A consecuencia de ello ha sido imposible
asegurar cualquier información significativa sobre el planeta, aparte
de su geometría orbital, hasta que una nave espacial fue enviada a
Mercurio en 1973.
Se sabía durante algún tiempo que Mercurio describe órbitas alrede-
dor del Sol con períodos sideral y sinódico de 88,6 días y 116 días
respectivamente. Hasta hace una década los astrónomos creían que el
planeta giraba síncronamente con el Sol, necesitando 88 días para
171
hacer un giro completo alrededor de su eje polar; en otras palabras
un «día» en Mercurio era igual a su «año». En 1965, los reflejos de
radar procedentes de la Tierra provocaron la sospecha creciente de
que el planeta no giraba síncronamente y de que en realidad requería
unos 59 días para hacer un giro de 360°. Además, el flujo de radio
observado a partir de los lados iluminado y no iluminado demostró que
las temperaturas estaban demasiado uniformemente distribuidas para
implicar una oscuridad perpetua para el hemisferio antisolar.
Medidas refinadas revelaron la existencia de un «día» planetario de
58,7 días presentando una razón única de 3 : 2 entre los períodos or-
bital y de rotación. Esto significa que Mercurio presenta un acopla-
miento spín-órbita que supone tres rotaciones de 360° en exactamente
dos revoluciones planetarias alrededor del Sol. Las temperaturas de
la superficie son producto de la radiación solar y como sucedía con la
Luna, el planeta no tiene virtualmente atmósfera alguna (véase más
adelante).
El acoplamiento spín-órbita según la razón 3 : 2 ejerce un efecto pro-
fundo sobre las temperaturas y esto está directamente relacionado
con la excentricidad orbital de 0,206 que es la excentricidad más alta
de cualquier planeta excepto Plutón. Puesto que la velocidad angular
orbital supera a la velocidad de spín en el perihelio (la aproximación
más cercana al Sol), el Sol parecería invertir su movimiento a través
del firmamento antes de que el planeta se alejara del perihelio. Esto
disminuiría la velocidad orbital por debajo de la velocidad de spín y
devolvería el movimiento aparente del Sol a su dirección normal.
En el perihelio, las longitudes de 0° y 180° están encaradas alternati-
vamente con el Sol recibiendo 2,5 veces la irradiación solar recibida
en las longitudes 90° y 270° que sólo están encaradas con el Sol en
el afelio (punto más lejano respecto al Sol). Los extremos de tempe-
ratura media en la superficie son 350° y —170° C, reflejando la ausen-
cia de una atmósfera para transferir calor eficazmente hasta el lado
oscuro. No obstante, la temperatura sería más extremada en los va-
lores respectivos si Mercurio presentara una rotación síncrona con
el Sol.
En 1974, cuando se realizó la primera observación exacta del planeta
a partir de la nave espacial US Mariner 10, los instrumentos detecta-
ron una pequeña traza de helio sostenida con una presión superficial
que no superaba a los 10-9 mbars. Este gas de hecho puede ser un
efecto periférico de la proximidad inmediata del planeta al Sol y no
es seguro si esto es helio atrapado procedente de la estrella madre o
una emisión superficial procedente del interior de Mercurio. Asimismo,
el planeta se observó que poseía un campo magnético dipolar muy
pequeño (variando entre 350 y 700 gamma) alineado a lo largo del
eje polar pero con una intensidad de sólo 1/100 de la del campo
magnético del interior de la Tierra.
A partir de ello puede deducirse que Mercurio ha experimentado el
mismo ciclo de diferenciación química que la Tierra y que la densidad
planetaria media de 5,4 g/cm 3 implica la existencia de un gran nú-
172 173
cleo de hierro, que probablemente aporta hasta el 80 % de la masa
planetaria. Con sólo 0,055 veces la masa de la Tierra en un volumen
de 0,06 veces el de la Tierra, Mercurio presenta una mayor abundan-
cia de elementos pesados que cualquier otro planeta del sistema so-
lar, resultando tener una gravedad superficial de 0,37 veces la de la
Tierra (fig. 76).
Dentro de una esfera de 2440 km de radio, Mercurio debería presentar
un núcleo de unos 1900 km de radio. La inclinación de la órbita de
Mercurio respecto a la eclíptica es de 7°, mayor que la de cualquier
otro planeta excepto Plutón y esto suponía un aumento de compleji-
dad para la trayectoria predicha de un vehículo espacial visitante. No
obstante, el primero y único explorador planetario que visitó el pla-
neta usó la influencia gravitatoria de Venus para ser acelerado hasta
Mercurio en 1974, y debido a la naturaleza única de la órbita de la
nave espacial alrededor del Sol, ésta realizó tres pasos cercanos a
la superficie en intervalos de 176 días. De estos vuelos de reconoci-
miento resultaron las primeras fotografías de la topografía del planeta
presentándolo como semejante a la Luna con cubetas, cráteres, lámi-
nas de lava extruidas y fisuras (fig. 77).
Muchos de los cráteres más grandes presentan el mismo perfil es-
tructurado que los cráteres lunares de la misma dimensión. Los crá-
teres con diámetros mayores de 10 km se ve que poseen un pico
central que se eleva desde un suelo plano, aunque los bordes son
algo más amortiguados respecto al diámetro que estructuras similares
de la Luna. Los flujos de lava son menos prominentes que los de la
Luna y varias cubetas grandes de hasta 680 km de diámetro están
desprovistas de material de relleno basáltico en las cantidades que
se observan en la superficie lunar.
Parece ser probable que Mercurio se diferenciara primero en un nú-
cleo de hierro con un delgado manto de silicato y una corteza rígida.
El bombardeo continuo de cuerpos semejantes a meteoritos y el vol-
canismo de la corteza remodelaron el área superficial en amplias re-
giones y los impactos grandes dieron lugar a enormes cubetas seme-
jantes a las que se encuentran en la Luna (fig. 78). Asimismo, la ter-
minación súbita de los sucesos de los impactos enormes vino seguida
por flujos de lava pero, a diferencia de la Luna, éstos parecen más
espasmódicos y menos confinados a las áreas de impacto de las cu-
betas.
La fase final implicaba la formación periódica de cráteres por impac-
to, la actividad de los flujos volcánicos y probablemente desplazamien-
tos tectónicos menores causados por reajustes de la subcorteza pro-
ducidos por interacción inducida de las mareas con el Sol. Esto ha
continuado hasta la actualidad, pero evidentemente es imposible ob-
servar cualquiera de estas características desde la Tierra.
Venus
Venus generalmente se denomina el «planeta hermano» de la Tierra
pero sólo su volumen semejante hace que esta distinción sea correc-
ta. Con la extraordinariamente pequeña excentricidad orbital de 0,007,
el planeta se desvía sólo 1,6 X 106 km de su distancia de afelio de
109 x 106 km (0,72 UA) y presenta períodos sideral y sinódico de
176 177
Fig. 80 (a la izquierda) Se indican en el esquema las fases de Venus con
una vista simulada del planeta tal como aparecería en un telescopio grande.
Fig. 81 (arriba) Vista mediante luz ultravioleta, la atmósfera contiene con-
juntos de nubes que se mueven alrededor del planeta cada 100 h. Fig. 82
(abajo) Las vistas de la superficie de Venus tomadas por una nave espacial
rusa no tripulada revelan la existencia de rocas volcánicas; el área curvada
es parte del mecanismo para aterrizar.
178
179
Marte
Ningún otro cuerpo ha experimentado más revisión del modelo con-
ceptual que el planeta exterior más cercano a la Tierra: Marte. Du-
rante varias décadas se pensó que el llamado Planeta Rojo tenía un
ambiente semejante al de la Tierra y hasta la mitad de la década de
1930 la opinión popular aceptaba la idea de que la vida inteligente ha-
bía evolucionado hasta un nivel significativo.
Marte describe órbitas alrededor del Sol con un afelio de 249,1 x 106
kilómetros y un perihelio de 206,7 x 106 km, presentando una excen-
tricidad orbital de 0,093 y períodos sideral y sinódico de 687 y de
780 días respectivamente. Inclinada 1,9° respecto a la eclíptica, la
órbita sitúa a Marte en el borde externo de la ecosfera del Sol (véase
la pág. 62) haciendo que Marte sea un planeta potencial portador de
vida y el representante más externo de los cuatro planetas terrestres
que ocupan el sistema solar interno. Marte refleja menos luz por uni-
dad de área que cualquier otro planeta excepto Mercurio y esto le da
una magnitud de —1,98.
La distancia entre la Tierra y Marte cuando existe oposición varía
según sus posiciones respectivas en las dos elipses orbitales y se
producen aproximaciones cercanas con intervalos aproximados de
15 años. Una aproximación especial cercana se produjo el 10 de agos-
to de 1971 cuando la Tierra pasó a unos 56,2 X 106 km de Marte;
desde el 5 de septiembre de 1877 los planetas no habían estado tan
cerca. No obstante, las oposiciones en enero de 1978 y febrero de
1980 aportan distancias de separación de 97,8 X 106 y de 101,7 X 106
kilómetros respectivamente. La aproximación excepcionalmente cerca-
na venidera se producirá el 28 de septiembre de 1988.cuando Marte
estará a una distancia de sólo 58,4 x 106 km de la Tierra. Cuando se
produce la aproximación más cercana es cuando Marte está mejor
situado para la observación detallada y el planeta es objeto de una
especulación continua referente a los fenómenos atmosféricos y su-
perficiales.
Con una inclinación del eje polar de 23,98°, que es muy semejante a
la de la Tierra, Marte gira en sólo 24 h 37 min 23 seg y se mueve a
través de ciclos estacionales con un período de 23 meses. Como
ejemplo de las largas estaciones, la primavera y el verano en el he-
misferio Norte duran 194 y 178 días marcianos respectivamente frente
a los 93 y 94 días de las estaciones respectivas en la Tierra. La varia-
ción de la duración estacional de Marte es un resultado de la órbita
elíptica; la velocidad orbital difiere en 4,5 km/seg entre el afelio y el
perihelio, modificando el tiempo de tránsito a través de los cuatro pe-
ríodos estacionales.
El planeta presenta un radio ecuatorial de 3394 km con un achata-
miento de los polos (la diferencia entre los diámetros polar y ecua-
torial dividida por el diámetro del ecuador) de 0,009. La masa y el
volumen son 0,108 y 0,15 veces los de la Tierra respectivamente, pre-
sentando una densidad media calculada en 3,9 g/cm 3 . Esta densidad
es considerablemente menor que la de los otros tres planetas terres-
tres, pero semejante a la de la Luna. La gravedad en la superficie es
0,38 veces la de la Tierra, casi exactamente el valor calculado para
Fig. 83 Visto desde una nave espacial que se está aproximando, Marte pre-
senta características superficiales intrigantes que al ser examinadas más de
cerca revelan la existencia de sucesos importantes a una escala enorme.
180 181
Fig. 84 Mapa de Marte que indica las principales
características superficiales.
182 183
Mercurio, que es considerablemente más denso por centímetro cúbico
pero mucho menos masivo.
Existe un indicio en la asimetría del geoide de que Marte no ha expe-
rimentado la misma cantidad de diferenciación que se piensa que se
ha producido en la Tierra y Mercurio. Esto podría relacionarse con la
ausencia de un campo magnético; la Tierra y Mercurio poseen cam-
pos dipolares.
Las características superficiales pueden dividirse en cinco categorías
principales: terreno con cráteres, llanuras volcánicas y cubetas, mon-
tañas volcánicas y calderas (orificios colapsados), cañones y fallas ero-
sionadas y modificación sedimentaria (fig. 83). El terreno con cráteres
representa la estructura topográfica más antigua conservada y con-
firma la existencia de una distribución uniforme del bombardeo del
planeta primitivo por restos resultantes de la acreción de los plane-
tas. Actualmente se sabe que en algún momento de su historia todos
los cuerpos del sistema solar interno estuvieron expuestos a la pul-
verización de la corteza a una escala masiva (fig. 84).
Las llanuras volcánicas y las cubetas registran la segunda fase de la
evolución. Las cubetas fueron excavadas por el impacto de cuerpos
grandes; la región Helias presenta un diámetro de 2000 km, lo cual
constituye un testimonio de que un meteoroide con un diámetro de
100 a 200 km agujereó la corteza hace más de 3,5 X 109 años. (Es
interesante que todos los planetas parecen presentar pruebas de que
el bombardeo masivo duró sólo durante 0,6 X 109 años, después de
la formación del sistema solar hace unos 4,7 X 109 años.) Láminas de
lava se establecían periódicamente sobre amplias áreas para revestir
cubetas y establecer un ciclo geofísico que hoy día da lugar a áreas
enormes libres de cráteres semejantes a desiertos con la topografía
totalmente desaparecida.
En una área de Marte, la región de Tharsis, enormes conos volcánicos
surgen de un altiplano. Olympus Mons (fig. 85) tiene más de 600 km
de diámetro y 25 km de altura con una caldera de unos 80 m de diá-
metro. Precipicios verticales de 2 km de alto rodean la periferia indi-
cando la existencia de erosión atmosférica y por el polvo a gran es-
cala. Un suceso tectónico principal ha hendido la superficie situada
Inmediatamente al sur del ecuador y ha producido un cañón de
5000 km de largo con hasta 140 km de ancho y casi 5 km de profun-
didad (fig. 86).
No obstante, son muy importantes las regiones con modificación po-
lar y sedimentaria. Varias áreas con latitud centroseptentrional con-
tienen canales sinuosos idénticos a lechos de río secos que junto con
las marcas de las erosiones glaciales indican la existencia de un am-
biente muy distinto anterior en la historia del planeta. Los casquetes
polares en la actualidad consisten en dióxido de carbono condensado
con indicios de vapor de agua en la atmósfera (fig. 87).
La atmósfera de Marte está formada esencialmente por dióxido de
carbono con indicios de monóxido de carbono, argón y ozono. La pre-
sión superficial es sólo de 5 a 7 mb y las temperaturas raramente se
elevan por encima del punto de congelación aunque las temperaturas
184 185
Fig. 87 Vistas de Marte tomadas desde la superficie por el ingenio espacial superficie que abarca una área de 20 x 23 cm. La roca del primer plano
Lander del programa Viking que revelan la existencia de muchos tipos de tiene una altura de 20 cm. (A la izquierda, página siguiente): El cráter Aran-
rocas, la mayor parte de las cuales son de origen volcánico. (Esta página): das con flujos de material que recuerdan a los cráteres experimentales pro-
La secuencia de la parte inferior de fotografías presenta una muestra de la ducidos en suelo anegado.
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del mediodía en el ecuador alcanzan unos 18° C en verano. Marte
tiene dos lunas, Fobos y Deimos, que describen órbitas alrededor del
planeta de 6034 y 19 950 km respectivamente (fig. 88). Fobos presenta
un período sinódico de 7,7 horas y hace tres revoluciones en un único
día marciano, mientras que Deimos, que hace una revolución entera
en 30,3 h, presenta un período sinódico de 5,5 días terrestres. Ambas
lunas son cuerpos rocosos pequeños, de forma irregular pulverizados
por bombardeos y con muchos cráteres. Fobos tiene un tamaño de
unos 16 x 23 km y Deimos de sólo 13 X 19 km.
Desde el punto de vista de la observación, Marte es una joya del
sistema solar con muchos fenómenos estacionales y cíclicos visibles
desde la Tierra. El cañón de 5000 km de longitud experimenta inver-
siones térmicas a lo largo de él que causan tempestades de polvo
y expulsan los cantos rodados de un lugar a otro, pero es el primer
fenómeno el que presenta el panorama más intrigante a través del te-
lescopio. Las ondas de oscurecimiento y los cambios de color durante
mucho tiempo han estado asociados con el posible crecimiento de ve-
getación, pero ahora que se sabe más sobre el planeta parece im-
probable que estas formas biológicas avanzadas hayan emergido. Sin
embargo, es probable que existan mecanismos biológicos sencillos en
Marte y el planeta es un competidor primario entre los planetas por
el desarrollo biológico.
Pruebas considerables apoyan el punto de vista de que las condicio-
nes que conducen a la vida son cíclicas a través de la historia de
Marte y la evolución biológica podría estar aletargada entre períodos
de condiciones ambientales favorables. Si ello es así puede ser posible
observar eslabones primitivos en la cadena biológica. Pueden muy
bien encontrarse pruebas fósiles en zonas en que los depósitos sedi-
mentarios parecen haber desempeñado un papel principal en la evo-
lución continua del planeta. No obstante, muchas cosas sobre Marte
siguen siendo enigmáticas.
Júpiter
Júpiter describe órbitas alrededor del Sol más lejanas que las del
planeta Marte y a él hacen referencia varios hitos históricos de la
ciencia. Cuatro grandes satélites de Júpiter fueron los primeros ob-
jetos que se descubrieron con el telescopio y, más tarde, la medida
del movimiento orbital de una luna de Júpiter produjo el primer cálcu-
lo cualitativo para determinar la velocidad de la luz (fig. 89).
La órbita del planeta, inclinada sólo 1,3° respecto a la eclíptica, pre-
senta los valores de afelio y de perihelio de 815,7 X 106 y 740,9 X
X 106 km respectivamente (4,95 y 5,45 UA), presentando una excen-
tricidad de 0,048. Júpiter es el ejemplo más interno y más magnífico
de los cuatro planetas externos gaseosos, que son muy diferentes de
los cuatro planetas de tipo terrestre que se encuentran en el sistema
solar interno. Su volumen es 1316 veces el de la Tierra aunque su
masa es sólo 317,9 veces mayor, lo cual implica una densidad media
de 1,3 g/cm 3 .
Fig. 88 (a la derecha, arriba) Las lunas de Marte, Fobos y Deimos, son pro-
bablemente asteroides capturados. Visto desde la superficie, Deimos parece-
ría moverse alrededor de Marte en dirección opuesta a Fobos, debido al
período de 30,3 horas. Fig. 89 (a la derecha, abajo) Júpiter, el planeta más
grande del sistema solar, está compuesto primariamente por hidrógeno.
190 191
Se encuentra que Júpiter tiene un alto valor de achatamiento de los
polos, de 0,06 y el planeta entero está visiblemente comprimido en
los polos. Poseyendo un radio ecuatorial de 71 400 km, Júpiter gira so-
bre el eje polar, inclinado 3,08° respecto al plano orbital, en varios
períodos según la latitud. Por consiguiente, debe pensarse que el pla-
neta es más un cuerpo líquido que una esfera comparativamente
rígida.
Los 20° de latitud centrados en el ecuador giran en un período de
sólo 9 h 50 min 30 seg. No obstante, al norte y al sur de esta banda
se acepta un período rotatorio de 9 h 55 min 41 seg como valor medio
estándar para varios períodos, algunos más largos y otros más cortos,
que se observan a partir de fenómenos atmosféricos. Las regiones
polares, con un radio de 66 700 km, sólo el 93 % del valor ecuatorial,
son una confusión de distintas velocidades rotatorias y esto se ve
en la configuración de la atmósfera superior.
Júpiter requiere 11,86 años para hacer una revolución sideral y debido
a que está tan lejos de la Tierra su período sinódico, 399 días, está
más estrechamente acoplado con el período de la órbita de la Tierra
que con las de los planetas interiores. La característica más promi-
nente de Júpiter es el sistema de cinturones y zonas que circundan
al planeta a lo largo de líneas de latitud con manchas y marcas super-
puestas en las bandas claras y oscuras. Las zonas de color más claro
parecen ser el producto de columnas ascendentes de atmósfera cálida
y húmeda con nubes de amoníaco y con cristales de hidrosulfuro amó-
nico desplazándose por los lados de estas células de convección a
una profundidad de 20 km hasta los cinturones más fríos y oscuros
(fig. 90).
La mayor parte de la atmósfera de Júpiter está situada en los 1000 km
externos del planeta y en este lugar la razón de hidrógeno a helio es
de 4 : 1 con menos del 1 % constituido por elementos pesados. Las
bandas atmosféricas fluyentes que se desplazan a partir de ambos
lados de las zonas claras fluyen en direcciones opuestas, construyendo
vientos de hasta 600 km/h a medida que se mezclan con los cinturo-
nes oscuros. Se establecen enormes remolinos y corrientes a medida
que el planeta entero gira con una velocidad «superficial» de 35,4 X
X 103 km/h, razón primaria para que la atmósfera literalmente se ex-
tienda dando bandas de latitud (fig. 91).
La mayor parte del tiempo atmosférico de Júpiter está formado por
una capa de 70 km de grosor con presiones inferior y superior de Fig. 90 Los prominentes cinturones y zonas son indicadores importantes de
500 y 4500 mb respectivamente. Una Mancha Roja masiva se ha for- las condiciones turbulentas del sistema de tiempo atmosférico joviano.
mado en una de las células ascendentes de atmósfera cálida. Ésta se
piensa que es el resultado de una superconvección, estando situada 1,03 X 1011 g/cm 3 respectivamente. Se piensa que es probable que
la parte superior de la célula de convección, de 40 000 x 13 000 km, exista un núcleo rocoso central conteniendo 15 veces la masa de la
a 8 km por encima de la capa de nubes circundante. Por debajo de Tierra y esto implicaría una razón media de distribución de masas
esta región atmosférica, el hidrógeno y el helio comprimidos se en- entre el hidrógeno y el helio de 7 : 3 para el planeta entero (fig. 92).
cuentra que están en la proporción 8 8 : 1 2 y bien mezclados hasta En resumen, Júpiter debe considerarse como un planeta fluido con
una profundidad de unos 1000 km; el hidrógeno gaseoso está com- predominancia de hidrógeno pasando al estado líquido a una profundi-
primido al estado líquido a una temperatura de 2000° C. A la profun- dad del 2 % y transformándose en hidrógeno metálico a una profun-
didad de 3000 km la presión es de 9,3 X 107 g/cm 3 . didad del 37 %. Como si Júpiter no fuera suficientemente magnífico
Hacia los 22 000 km por debajo de esta región las temperaturas al- visto con el telescopio existen cualidades invisibles en su ambiente
canzan los 11 000° C y las presiones son de hasta 3,1 x 10* g/cm 3 . que dominan el sistema solar. Éstas son la magnetosfera y los cintu-
En este punto el hidrógeno molecular líquido pasa a ser hidrógeno me- rones de radiación asociados con ella.
tálico líquido (las temperaturas son demasiado altas para que pase al
estado sólido) y desde aquí a lo largo de otros 45 000 km las tem- Como un cometa gigante con su cola estirada hacia atrás por el vien-
peraturas y las presiones llegan a alcanzar valores de 30 000° C y de to solar (protones y electrones de alta velocidad), la magnetosfera
de Júpiter (fig. 93) tiene un diámetro de unos 14,5 x 106 km cuando
se la observa desde el Sol y probablemente se extiende 1,5 X 109 km
192
193
atmosfera de hidrógeno y helio
Fig. 91 (debajo) Una nave espacial Pioneer tomó esta vista del planeta al
pasar cerca de él. Obsérvense las numerosas células y vórtices que indican
la transferencia de calor de las capas inferiores a las superiores. Fig. 92 (a
la derecha) Arriba: Debajo de la atmósfera, el hidrógeno gaseoso está com-
primido al estado líquido y después al estado sólido proporcionando al ele-
mento una cualidad metálica. Es posible que un pequeño núcleo rocoso esté
situado en el mismo centro de Júpiter. (Abajo) Sección transversal de las
capas externas del planeta presentando un ciclo continuo de convección
de gas.
194
195
hacia atrás por el sistema solar. La zona de interacción entre el viento
solar y la magnetosfera establece una onda de choque arqueada que
permanece separada de la magnetosfera y esta magnetopausa sirve
para producir la transición de las partículas que fluyen alrededor de
los cinturones de la radiación atrapada. La onda de choque arqueada
pulsa hacia dentro y hacia fuera según la presión diferencial ejercida
por el viento solar, pero generalmente presenta un diámetro frontal
de más de 2,6 X 107 km.
La magnetosfera de Júpiter está formada por tres zonas diferentes:
la zona interna se extiende desde el planeta hasta una distancia de
unos 1,44 x 10" km; la segunda zona, o lámina de corrientes, trans-
porta partículas electrificadas a una distancia de hasta 4,3 x 106 km;
la zona externa está situada entre 4,3 x 106 y 6,4 x 106 km y envía
electrones de alta' velocidad formando espirales por encima del vien-
to solar hacia el Sol. Los vehículos espaciales en la proximidad de
Mercurio han detectado estas partículas que, para lograr esta pe-
netración en la dirección del viento de la radiación solar, requieren
una entrada de potencia que supera a los 1011 W.
El campo magnético está ligeramente desplazado del centro del pla-
neta y se ve que está inclinado 11° respecto al ecuador joviano, fluc-
tuando hacia arriba y hacia abajo a través de 22° a medida que el
planeta gira sobre su eje. La fuerza del campo es 17 000 veces la
fuerza contenida en la magnetosfera de la Tierra con una energía
total de 20 000 veces la de los cinturones de radiación de la Tierra.
La intensidad del campo varía entre 4,2 y 14,8 G (el campo magnético
de la Tierra tiene una intensidad calculada en 0,35 G en la superficie].
Si fuera visible desde la Tierra, la magnetosfera de Júpiter aparecería
como un disco que tiene cuatro veces el diámetro del Sol o de la Luna.
En todos los aspectos es el laboratorio natural más importante del
sistema solar.
Una de las lunas de Júpiter, lo, opera como un interruptor eléctrico
dirigiendo las líneas del campo magnético entre él mismo y el planeta,
desarrollando un potencial eléctrico de 4 x 105 V a través de la su-
perficie para producir e interrumpir alternativamente una corriente
eléctrica. Las medidas de las señales de radio procedentes del tubo
de flujo que une a Júpiter e lo detectan una energía de 1013 W.
Además de ser el planeta con más masa del sistema solar con un
ejemplo extremo de interacción magnetosfera/viento solar, Júpiter
presenta un sistema de satélites que comprende a cuatro grandes
lunas del tamaño de planetas terrestres y como mínimo otros ocho
cuerpos más pequeños (fig. 94).
Cinco lunas jovianas están situadas a distancias comprendidas entre
1,82 x 104 y 1,88 X 106 km. La luna más interna, Amaltea, tiene un
radio de sólo 75 km pero las otras cuatro lunas son mucho más gran-
des: lo, 2140 km; Europa, 1525 km; Ganimedes, 2635 km; y Calixto
2500 km (fig. 95). Éstos son conocidos como los satélites de Galileo,
después de que Galileo los descubriera en 1609; sus valores de den-
196 197
sidad son 3,5, 3,3, 1,9 y 1,6 g/cm 3 respectivamente. A partir de estos
datos puede deducirse que los satélites de Galileo de Júpiter reflejan
la geoquímica primordial en la condensación y pueden aprenderse
muchas cosas sobre la historia primitiva del sistema solar a partir
de los estudios de estos importantes satélites. Asimismo, es intere-
sante comparar las proporciones de densidades y diámetros con las
características generales del sistema solar.
Los cinco satélites internos están acompañados por dos grupos ex-
ternos con una insignificancia comparativa respecto al origen del sis-
tema solar y la influencia de Júpiter sobre otros cuerpos planetarios.
Uno de los dos grupos externos está situado entre 11,5 X 106 y
11,9 X 106 km de distancia respecto al planeta y comprende tres cuer-
pos muy pequeños (Himalia, Elava y Lysithea), cada uno con un radio
de menos de 50 km. Las órbitas de estos satélites son muy irregula-
res, con excentricidades comprendidas entre 0,13 y 0,21 y las cifras
anteriores representan los semiejes orbitales mayores. Como los cinco
satélites internos, estos tres satélites describen órbitas directas, es
decir, giran alrededor del planeta en el sentido contrario al de las
agujas del reloj respecto a un eje polar septentrional. Sus períodos
siderales están comprendidos entre 250 y 263 días y las inclinaciones
orbitales están comprendidas entre 26° y 28° respecto al ecuador del
planeta.
El otro grupo externo está formado por cuatro satélites igualmente
pequeños llamados Pasiphae, Sinope, Carme y Ananke, todos con ór-
bitas muy excéntricas con semiejes mayores medios comprendidos
entre 21,2 X 106 y 23,7 X 106 km. Una característica única de este gru-
po es que sus órbitas son retrógradas (rotación opuesta) con incli-
naciones comprendidas entre 16° y 33° y excentricidades comprendi-
das entre 0,17 y 0,38. Es difícil predecir futuros caminos orbitales para
este grupo externo y las perturbaciones solares cambian continua-
mente las geometrías orbitales. Es posible que el segundo y el tercer
grupo de satélites fueran capturados a partir de restos distribuidos al
azar a través del sistema solar y sólo quedaron laxamente conectados
con los procesos dinámicos de la formación de los planetas. Durante
la elaboración de este libro han sido descubiertas dos pequeñas lunas
adicionales pero los parámetros orbitales no están todavía suficiente-
mente definidos para publicar su valor.
En resumen, Júpiter contiene más del 70 % de la masa del sistema
solar, buena prueba del destino de una protoestrella si no fuera por las
presiones inadecuadas, el campo magnético más excepcional y 14 de
los 34 satélites planetarios del sistema solar.
Saturno
Probablemente la vista más intrigante que un observador recordará es
una primera visión de los magníficos anillos del planeta Saturno; una
vista que no tiene otra que pueda comparársele en este sistema solar
por lo menos (fig. 96).
Saturno está situado en una órbita de 29,46 años del Sol con valores
de afelio y de perihelio de 1,507 x 109 y 1,347 x 109 km (10,07 y
9,0 UA) respectivamente, presentando una excentricidad de 0,056. Po-
seyendo Saturno un radio orbital casi el doble que el de Júpiter, un
observador situado en Saturno vería que el Sol es un disco con sólo Fig. 95 Las cuatro lunas de Galileo de Júpiter. Sólo Europa (con un diámetro
de 3050 km) es más pequeña que la luna de la Tierra; lo (con un diámetro de
una décima parte del diámetro que se ve desde la Tierra y con poco 4280 km) es más grande, mientras que Calixto (5000 km) y Ganimedes
más del 19 % de la luminosidad que se mide desde la Tierra. (5270 km) son más grandes que Mercurio.
198 199
El período sinódico es de 378 días y la órbita está inclinada 2,5° res-
pecto a la eclíptica. Como Júpiter, Saturno presenta un aspecto amari-
llo desde la Tierra y tiene bandas claras y oscuras semejantes a las
de su planeta compañero, aunque no tan bien definidas. Inclinado
26,7° respecto al plano de su órbita, el planeta se ve que tiene un
achatamiento de los polos calculado en 0,1 con un radio ecuatorial de
60 450 km con una densidad notablemente baja de 0,7 g/cm 3 lo cual
implica que Saturno flotaría literalmente en un mar de agua, y con
un volumen de 755 veces el de la Tierra, el planeta contiene 95,2 ve-
ces la masa de la Tierra. Es muy difícil obtener una medida precisa
de la velocidad de rotación pero la observación cuidadosa de caracte-
rísticas superficiales discretas indica un valor de unas 10 h 14 min
en la región ecuatorial.
Saturno debe ser muy semejante a Júpiter, implicando su pequeña
densidad una química predominantemente del hidrógeno, y los cálcu-
los indican que el planeta contiene 8 0 % de hidrógeno, el 1 8 % de
helio y el 2 % de elementos más pesados. Como Júpiter, el cuerpo
principal del planeta debe estar formado por hidrógeno molecular que
pasa a hidrógeno metálico a gran profundidad y las observaciones de
la atmósfera indican la existencia de trazas de metano y amoníaco.
Parece muy probable que Saturno posea un núcleo denso formado por
elementos pesados conteniendo probablemente de 15 a 20 veces la
masa de la Tierra con un radio de 12 000 km a partir del centro.
Se sabe que los anillos de Saturno están formados por fragmentos
muy pequeños que describen órbitas alrededor del planeta en el plano
ecuatorial y en la misma dirección. Puede resultar muy bien que estos
anillos sean los restos fracturados de una luna potencia] que se acercó
demasiado al planeta o nunca llegó a constituirse como un cuerpo
sólido. Un valor denominado límite de Roche define un punto en el
cual la desintegración tendrá lugar cuando la fricción de marea rompa
el cuerpo cuando éste supere la cohesión gravitatoria. Para masas de
igual densidad el límite de Roche es 2,44 veces el radio del cuerpo
primario, aumentando la distancia al reducirse la densidad. Puesto que
Saturno tiene una densidad excepcionalmente pequeña y dado que sus
anillos se extienden unos 2,3 radios planetarios, existen pruebas por
deducción para suponer que el material del anillo es casi tan denso
como el agua (1,0 g/cm 3 ) y que los fragmentos están formados por
pedazos de hielo de unos pocos metros de diámetro.
Tres anillos separados constituyen el sistema de Saturno con: el ani-
llo externo, A, entre 119,9 x 103 y 136,2 x 103 km de radio; el anillo B,
entre 117,1 x 103 y 90,6 x 103 km de radio y el anillo C conectado al
anillo B con un radio interior de 74,1 x 103 km. Estas medidas son en
radios a partir del centro del planeta, que presenta un espacio vacío
de 13,6 X 103 km entre el anillo interno y la superficie del planeta y
un espacio vacío de 2,8 X 103 km, denominado división de Cassini,
entre los anillos A y B. En general, el anillo A parece menos brillante
que el anillo B mientras que el anillo C es algo transparente. El grosor
total del sistema debe ser inferior a 15 km y se ha confirmado la
existencia de un cuarto anillo tentativamente dentro del anillo C
(fig. 97).
De los 10 satélites conocidos de Saturno los seis primeros (Jano,
Mimas, Encelado, Tetis, Dione y Rhea) están inclinados menos de 2°
respecto al ecuador del planeta en órbitas de baja excentricidad y
semiejes mayores de 170 x 105-530 x 103 km. Los datos sobre el ta- Fig. 96 Saturno es una de las mejores vistas que se perciben con telescopio,
maño exacto son difíciles de obtener pero parece ser que estos saté- siendo sus anillos particularmente impresionantes.
200 201
Fig. 98 Las lunas de Saturno dibujadas a escala con la Luna de la Tierra (k)
Fig. 97 Como Júpiter, Saturno se observa que posee bandas claras y oscu- como término de comparación. Los diámetros son: (a) Titán, 5800 km;
ras aunque éstas no son tan visibles como las de su vecino más grande. Los (b) Rhea, 1450 km; (c) lapetus, 1800 km; (d) Tetis, 1200 km; (e) Dione,
anillos están visualmente divididos en tres secciones distintas con el espacio 1150 km; (f) Encelado, 630 km; (g) Mimas, 485 km; (h) Jano e (i) Hipe- '
vacío existente entre el anillo externo y el anillo medio denominado división rión, 300 km; y (j) Febe, 200 km.
de Cassini.
202 203
lites aumentan de tamaño según la distancia desde un radio de 200 km
para Jano hasta un radio de 680 km para Rhea. Otras dos lunas, Ti-
tán e Hiperión, están situadas en órbitas coplanares con semiejes ma-
yores de 1,2 x 106 y 1,5 x 106 km respectivamente (fig. 98).
Se pensó durante mucho tiempo que Titán era la única luna del siste-
ma solar con una atmósfera, pero actualmente se sabe que algunos de
los satélites de Galileo de Júpiter poseen una atmósfera medible.
Titán tiene un radio de 2900 km y tiene metano e hidrógeno mientras
que Hiperión tiene un radio de unos 240 km. La novena luna de Sa-
turno, lapetus, describe una órbita con un semieje mayor de 3,56 X
X 106 km, inclinada 15° respecto al plano de los anillos y tiene un
radio de unos 560 km. El satélite más distante, llamado Febe, describe
una órbita inclinada 30°, situada a 12,9 X 106 km de Saturno con un
radio de 80 km.
Hasta ahora no ha sido posible detectar un campo magnético para
Saturno y parece ser que el planeta está desprovisto de cinturones de
radiación como los que se ven en Júpiter. No obstante, la cola magne-
tosférica de Júpiter se extiende más allá de la órbita de Saturno y
cruza el planeta con anillos cada 20 años. Cuando esto se produzca
la próxima vez, en abril de 1981, puede producir fenómenos recíprocos.
Sucesos acaecidos en Saturno hasta ahora no relacionados con estos
fenómenos podrán lograr correlación en aquel momento. (Véase tam-
bién la fig. 99.)
Urano
Es imposible decir cuándo el hombre observó por primera vez el mo-
vimiento de los planetas a través del firmamento estrellado. No obs-
tante, una cosa es segura, hasta 1781 sólo los seis planetas que van
hasta, e incluyen a, Saturno habían sido observados y en aquel año
el famoso astrónomo Herschel descubrió Urano.
Describiendo una órbita alrededor del Sol en 84,01 años, Urano pre-
senta un período sinódico de 370 días y valores de afelio y perihelio
de 3,004 X 109 y 2,735 X 109 km (20,08 y 18,28 UA) respectivamente
y una excentricidad orbital de 0,047. Con una masa de 14,6 veces la
de la Tierra y un volumen de 67 veces el de la Tierra, el planeta pre-
senta una densidad media de apenas 1,2 g/cm 3 menos que el valor
obtenido para Júpiter. Debido a ello se considera que Saturno tiene
un núcleo de 1 a 5 veces la masa de la Tierra rodeada por hidrógeno,
helio, metano y amoníaco.
Urano presenta un radio calculado en 25 900 km y un factor de acha-
tamiento de los polos de 0,06 cayendo sobre su superficie verdosa con
bandas sólo 1/400 de la luz solar que recibe la Tierra. Debido a esto
la temperatura en la parte superior de la atmósfera con nubes de me-
tano es de sólo —210° C. Urano tiene cinco lunas acompañantes, Mi-
randa, Ariel, Umbriel, Titania y Oberón, en órbitas comprendidas entre
129,8 X 103 y 583,4 x 103 km de pequeña excentricidad, coplanares
respecto al ecuador del planeta y de tamaño variado con radios de
160 a 1250 km (fig. 100). No obstante, estos valores precisos son di-
fíciles de obtener a la distancia tan grande de la Tierra, y debemos
tener una precaución extrema con el tamaño establecido.
Una peculiaridad de Urano radica en su inclinación polar. Mientras
que la órbita planetaria de alrededor del Sol presenta una inclinación Fig. 99 El camino orbital de Saturno presenta una orientación cambiante del
de 0,3° respecto a la eclíptica, inclinación menor que la de cualquier plano de los anillos del planeta; desde un extremo los anillos son invisibles
y el plano de los anillos presenta una inclinación de 26,4° respecto a la
otro planeta del sistema solar, el eje polar está inclinado 82,8° y el horizontal debido a la inclinación polar del planeta.
204 205
planeta gira sobre su eje con un período de unas 10,8 h. Además, Ura-
no gira en una dirección retrógrada respecto a los otros planetas, es
decir, si el polo existente por encima del plano orbital se considera
que es el eje polar septentrional, Urano gira en sentido opuesto a los
otros planetas del sistema solar excepto Venus.
Algunas veces, usando la dirección de rotación al establecer los cri-
terios para medir la inclinación angular, se dice que Urano está en
un estado posígrado de rotación con una inclinación de 97,2°. De to-
das maneras es un fenómeno único. Puesto que los planos de las ór-
bitas de los satélites están en el plano del ecuador planetario, están
análogamente inclinados con respecto a la órbita de Urano. La figu-
ra 101 muestra la repercusión de este fenómeno en 1966, señalando
el polo norte de Urano la dirección del movimiento orbital cuando se
observa desde la Tierra; en 1987, el polo sur señalará la Tierra; en
2008 el polo norte señalará la dirección de viaje; y en 2029 el polo
norte señalará hacia la Tierra. Ello es debido a que se hace referencia
a un cuerpo arbitrario como su centro de masa.
A finales del año 1977 observando las ocultaciones de una estrella
respecto a la Tierra, se descubrió que la luz procedente de Urano
estaba alterada. Esto fue atribuido a bandas de material existentes a
lo largo del plano ecuatorial de Urano que parecen semejantes a las
de Saturno pero no son tan evidentes.
Fig 100 (encima) Urano tiene cinco lunas, teniendo la más grande aproxi-
madamente la mitad del diámetro de la Luna de la Tierra. Los valores reales
de los diámetros se cree que son: (a) Titania, 1800 km; (b) Oberón, 1560 km-
c) Ariel, 1500 km; (d) Umbriel, 1000 km; y (e) Miranda, 550 km Fig 101
(a la izquierda) La inclinación polar peculiar de 82,8° supone una oportunidad
para visionar las regiones ecuatorial y polar del planeta desde la Tierra En
1987 el polo sur estará encarado con la Tierra, en 2008 el ecuador y en
206 2009 el polo norte serán visibles.
207
Neptuno
Neptuno fue descubierto en el año 1846 por Galle siguiendo el consejo
de Le Verrier quien había calculado la posición de un octavo planeta de
acuerdo con las perturbaciones observadas en la órbita de Urano.
Neptuno está situado en una órbita inclinada 1,8° que varía entre
4,537 X 109 y 4,456 X 109 km (30,3-29,7 UA) respectivamente con una
excentricidad de 0,009. Los períodos sideral y sinódico son de 164,8
años y de 367 días respectivamente. En estas lejanas regiones del
sistema solar la temperatura es de —220° C y el Sol sólo tiene
1/900 veces el brillo que se observa desde la Tierra con un diámetro
de 1,6' o de 1/20 veces el tamaño aparente de la Tierra.
Debido a la enorme distancia que separa la Tierra de Neptuno es di-
fícil ser dogmático sobre las características físicas del planeta (figu-
ra 102). No obstante, la masa y el volumen son en apariencia 17,2 y
57 veces los valores de la Tierra respectivamente y el factor de acha-
tamiento de los polos de 0,02 es respecto a un radio de 24 750 km.
Por consiguiente, la densidad es de 1,7 g/cm 3 y debido a esto se pien-
sa que el planeta tiene una construcción semejante a la de Urano con
208
una atmósfera de hidrógeno, helio y amoníaco y la mayor cantidad de
metano detectada hasta el momento en cualquier planeta. A —220° C
el metano y el amoníaco existirán en estado sólido.
Neptuno tiene dos lunas, Tritón y Nereida con órbitas de 355 X 103
y 1,3 X 103-5,57 x 106 km respectivamente (fig. 103). Tritón está in-
clinado 20° respecto al ecuador del planeta, en referencia a una in-
clinación del eje polar de 28,8°, con un movimiento orbital en dirección
retrógrada y los estudios indican que dentro de 107 a 108 años, el
satélite se descompondrá dando la atmósfera de Neptuno. Con un
radio aproximado de 3000 km y una densidad media de unos 4 g/cm 3
Tritón puede poseer atmósfera. Nereida presenta una inclinación de
28° y parece tener un radio de sólo 140 km. Su excentricidad, 0,75,
es única en el sistema de satélites planetarios.
Plutón
Plutón fue descubierto el año 1930 debido a las perturbaciones exis-
tentes en las órbitas de Urano y Neptuno. El afelio y el perihelio pre-
sentan valores de 7,375 X 109 y 4,425 X 109 km (49,2 y 29,5 UA) res-
pectivamente, la excentricidad es de 0,25 y la inclinación respecto a
la eclíptica es de 17,2°, siendo estos dos últimos valores los más altos
para cualquier planeta. Plutón requiere 247,7 años para realizar una
revolución y presenta un período sinódico de 366,7 días. Por consi-
guiente, Plutón realmente se mueve dentro de la órbita de Neptuno
en el perihelio y a partir de 1987 perderá su reputación como planeta
más externo; no obstante, los nodos orbitales de Neptuno y Urano
están desplazados en el plano de la eclíptica y nunca colisionarán.
Ha sido imposible obtener un valor definitivo del tamaño de Plutón
pero medidas de la ocultación notablemente exactas de una estrella
han disminuido la conjetura imponiendo un límite superior positivo
de 2900 km en su radio. Suponiendo que tenga realmente este tama-
ño, las perturbaciones calculadas en las órbitas de Urano y Neptuno
requieren una masa que impondría una densidad media de 60 g/cm 3
dentro de un volumen establecido por el cubo del radio de 2900 km.
Evidentemente esto es muy improbable y la conclusión es inevitable:
Plutón no contiene la masa suficiente para explicar las perturbaciones
observadas (fig. 104).
Los cálculos que usan soluciones con computador tienden a apoyar la
hipótesis de que si Plutón tiene una densidad media de 4 g/cm 3 , un
planeta que tiene tres veces la masa de Saturno está situado a una
distancia de 9,49 x 1 0 9 km (63 UA) en una órbita retrógrada con una
inclinación de 60°. No obstante, en la actualidad dicha hipótesis es
altamente especulativa. Las cuestiones referentes al origen de Plutón
deben tener en cuenta la órbita única y el súbito desplazamiento de
un espectro continuo de gigantes gaseosos. El análisis cuidadoso de
los satélites de Neptuno indica que Plutón una vez describía órbitas
alrededor de este planeta con Tritón. El paso cercano entre los dos
cuerpos aceleró a Plutón hasta la velocidad de escape, a partir de la
cual construyó su propia órbita alrededor del Sol, ¡nvirtiendo la órbita
Fig. 104 Plutón está situado en las regiones externas y frías del sistema
normal de Tritón a una dirección retrógrada. solar y su posición aislada entre los planetas externos gaseosos es única.
Existen numerosas pruebas que apoyan esta teoría y, mientras que Puede ser una luna que se ha escapado de Neptuno y si esto es así es el
Plutón está considerado como un planeta del Sol por sí mismo, las único ejemplo conocido de un satélite natural liberado de su unión con su
consideraciones sobre la formación del sistema solar deben tener en planeta. En esta figura, el planeta muestra su silueta frente a las estrellas
cuenta el hecho de que sólo ocho planetas necesitan tomar parte en de la Vía Láctea. El Sol aparece como un punto semejante a una estrella;
sólo da 1/100 de la luz que la Tierra recibe aunque es todavía más brillante
los cálculos matemáticos que describen la condensación primordial. que una Luna llena.
210 211
•
213
Cometas y Meteoritos ta 14 descubierto en 1980) puede convertirse en 1981 II (el segundo
cometa en alcanzar el perihelio en 1981). La tercera categoría de de-
signación simplemente emplea el nombre de la persona, o personas,
Historia y designación que en realidad descubrieron el cometa, por ejemplo, Seki o Arend-
La palabra «cometa» es una aproximación de la palabra griega que Roland. En el último caso el nombre anterior al guión es la persona
significa cabello pues en los tiempos de ignorancia astronómica, un que descubrió el cometa (Arend) y el nombre posterior al guión es
cometa con su cola majestuosa surgiendo de una cabeza esférica, se en honor de la persona que observó por primera vez al cometa en su
pensó que era semejante a un pelo humano arrastrado por el viento. paso siguiente (Roland).
No obstante, los astrónomos chinos compararon los cometas con una
escoba barriendo las constelaciones en sucesivas noches.
Durante varios milenios los cometas fueron sinónimos de catástrofe, Estructura
implicando su presencia un presagio de hambre, terremoto o fuego. La estructura de un cometa puede dividirse en cuatro secciones: nú-
Durante toda la Era Romana y la Edad Media se pensó que los come- cleo, cabellera, cola y halo (fig. 106). El núcleo y la cabellera juntos
tas eran bien objetos celestes verdaderos o bien emisiones vaporiza- forman la cabeza del cometa que es la que se observa mas usual-
das procedentes de la atmósfera de la Tierra. Esto es todavía más mente, como mínimo en pequeños telescopios (fig. 107). A partir de
confuso puesto que la observación celeste primitiva había cartogra- la cabeza surge una cola de longitud variable a medida que el objeto
fiado el movimiento peculiar de los planetas e incluso la observación su- se aproxima al Sol o se aleja de él. El halo no es visible desde la Tie-
perficial de un cometa habría demostrado que éste es un objeto celeste rra y sólo es visible con el advenimiento de observatorios espaciales
verdadero, girando con el firmamento y conformándose con las posi- capaces de registrar las bandas ultravioletas del espectro que han
ciones de salida y puesta a medida que la Tierra giraba sobre su eje. sido detectadas como un fenómeno acompañante.
No fue hasta el siglo XVI que Brahe midió la posición de un cometa
a partir de observatorios muy separados y llegó a la conclusión de Fig. 106 El núcleo de un cometa (a) produce la cabellera (b) cuando el
que el cometa estaba siguiendo un camino a través del sistema solar cuerpo pequeño llega dentro del rango efectivo del viento solar. Este, a su
a una distancia más lejana que la de la Luna. Trabajando sobre esta vez, produce la cola característica (c). Las observaciones de la porción
hipótesis, Halley intentó desarrollar la ¡dea de que los cometas esta- ultravioleta del espectro han identificado la existencia de un gran halo (d)
ban describiendo órbitas alrededor del Sol de manera semejante a la de gas hidrógeno que rodea a la cabeza. (La flecha indica la dirección hacia
de los planetas. En el año 1682, hizo uso del trabajo telescópico de el Sol.)
70 años de varios investigadores y desarrolló una teoría basada en sus
propias observaciones de un cometa de aquel año.
El cometa que Halley observó había sido visto en 1607 y antes de este
ano, aparentemente, en 1531. De hecho, el mismo cometa podía se-
guirse en visitas periódicas desde el año 240 antes de Cristo. Llevan-
do estas notas a Newton, Halley se convenció a sí mismo de que este
cometa volvería en el año 1758. Newton confirmó la teoría de la órbi-
ta solar de Halley 16 años después de su muerte cuando el cometa
apareció como fue predicho por Halley y fue nombrado en su honor.
El cometa de Halley apareció por última vez en 1910 y se espera que
reaparezca el año 1986 cuando pueda ser posible obtener análisis de-
tenidos desde una nave espacial automatizada.
214
215
En general, sólo los telescopios grandes son capaces de observar el geno, moléculas de hidroxilo y oxígeno. La cabellera se desarrolla con
núcleo dentro de la cabellera brillante. No obstante, cuando el núcleo rapidez cuando el cometa alcanza la parte interna del sistema solar y
se escinde en dos o más componentes, como puede ocurrir al pasar puede variar en cuanto a radio de 103 a 2 x 105 km. La cola es pro-
cerca del Sol, los elementos separados son entonces muy distintos e ducto de la emisión vaporizada que forma la cabellera y está formada
incluso un pequeño telescopio puede distinguir el núcleo de la cabelle- por moléculas y silicatos fragmentados o partículas de polvo impulsa-
ra. El núcleo es, evidentemente, la única parte permanente del come- das desde la cabeza por la presión del viento solar. La cola puede
ta y puede concebirse como un centro reactivo a partir del cual se alcanzar una longitud medible de hasta 2 x 108 km (fig. 108).
producen todos los demás fenómenos. Aunque el cometa visible es La medida cuidadosa de las velocidades de eyección en los últimos
en verdad un objeto espléndido y observacionalmente recompensador, años ha proporcionado un indicio de que la radiación solar produce
es quizá importante recalcar su naturaleza transitoria. Es el mismo la cola de polvo, que en general está situada a lo largo de la línea
núcleo, no observado durante gran parte de sus viajes, el que con- cometa-Sol en e¡ lado antisolar y el viento solar produce una segunda
tiene la información que es más importante para la comunidad cientí- cola que surge de la cabeza y forma un arco curvado separado de la
fica. Sólo midiendo la naturaleza de la cabellera y la cola puede el cola de polvo esencialmente recta. Esta segunda cola, o plasma, con-
astrónomo comprender la composición del núcleo. forma las líneas magnéticas en espiral del viento solar que no son
Durante mucho tiempo, el núcleo es una estructura aletargada y sólo radiales respecto al Sol sino curvadas presentando un modelo de
cuando la órbita lo transporta a una distancia efectiva del Sol es cuan- rueda de fuegos artificiales como queda reflejado en la cola secun-
do emergen la coma y la cola. La masa del núcleo es tan pequeña daria (fig. 109).
que no se ha observado que tenga influencia medible sobre cualquier
Las primeras radioondas procedentes de un cometa fueron detectadas
otro cuerpo del sistema solar, aunque existen observaciones del paso
en 1973 procedentes de la región de la nube de polvo, indicando la
de cometas a través del sistema de satélites de Júpiter. Se observa-
presencia de cianuro de metilo y de cianuro de hidrógeno que se en-
ron efectos considerables en la órbita del cometa; ninguno fue obser-
cuentran en los brazos espirales de las galaxias. El halo que rodea a
vado en el movimiento de las lunas.
la coma es una capa de hidrógeno visible sólo con luz ultravioleta y
Debido a la falta aparente de perturbación gravitatoria, se piensa que puede llegar a tener un radio de 2 x 107 km, siendo este fenómeno
el núcleo está compuesto de uno o varios bloques de sólo pocos ki- causado por la irradiación de la cabeza.
lómetros de diámetro. Como ejemplo, el núcleo del cometa Kohoutek
presenta un radio calculado en sólo 20 km. No obstante, la tasa de Fig. 107 Los cometas presentan distintas características que los hacen obje-
supervivencia de los cometas es muy alta y puesto que usualmente tos atractivos para la observación telescópica.
se conserva al pasar cerca del Sol, esto parecería implicar que el nú-
cleo tiene un tamaño suficiente para mantener la cohesión de las
partículas o la atracción gravitatoria en un ambiente de alta presión
debida al viento solar.
Se cree que el núcleo está formado por un conglomerado de amonía-
co, metano, dióxido de carbono y agua en forma compacta de hielo
que dan como resultado una densidad y una masa pequeñas. Dentro
de esta esfera apretada de sólidos condensados, pueden estar pre-
sentes fragmentos de minerales y éstos por lo general tienen un ta-
maño comprendido entre 1 (10 -6 ) y 1 mm. Estos silicatos rocosos
algunas veces pueden explicar hasta el 5 % de la masa nucleica y de-
bido a que el cometa tiene una masa tan excepcionalmente baja (para
un cuerpo celeste] es incapaz de acrecentar material expulsado por
vaporización o disrupción física. Por consiguiente, el cometa no sólo
pierde irreparablemente parte de su masa, sino que también libera
silicatos de grano fino que acompañan al núcleo residual como una
nube de pequeños meteoritos.
En pasos sucesivos por el perihelio, cada vez más material forma acu-
mulaciones alargadas a lo largo del camino orbital. El tiempo de vida
predicho para un cometa (o número de pasos por el perihelio) debe
tener en cuenta la fuerza del viento solar, la distancia real del peri-
helio, la masa del núcleo y el material que queda disponible para una
futura vaporización. Cuando el cometa se acerca a unas 2 AU, la ra-
diación solar que colisiona con el núcleo vaporiza a los hielos y desa-
rrolla una nube difusa alrededor del núcleo denominada cabellera.
En primer lugar, se libera el metano, el constituyente que se vaporiza
más rápidamente, seguido por el dióxido de carbono y el amoníaco a
medida que la temperatura aumenta, siendo liberados al final hidró-
216 217
Órbitas
Se consideran dos tipos de órbitas de cometas: órbitas de período
largo y órbitas de período corto. Se ha determinado a partir de un
análisis cuidadoso, que los cometas se originan en capas situadas a
distancias comprendidas entre 4x 104 y 1,5 X 105 UA. Aproximada-
mente el 60 % de todos los cometas conocidos ocupan órbitas de
período largo en las cuales la elipticidad de la órbita se acerca a una
parábola teórica. Eso es con toda probabilidad un reflejo de pertur-
baciones estelares inducidas que momentáneamente perturban la ór-
bita existente alrededor del Sol, enviando al núcleo dando vueltas ha-
cia el centro del sistema solar.
El origen de los cometas puede revelarse midiendo los grados de elip-
ticidad presentes en la mayor parte de las trayectorias; si la excen-
tricidad es 1,0, la órbita es parabólica; si la excentricidad es menor
que la unidad, el cometa se ha originado en las profundidades del
interior del radio gravitatorio del sistema solar; y si supera en mucho
este valor, los cometas procederán del espacio interestelar y se ale-
jarán para siempre después de un paso por el perihelio (fig. 110).
En general, las órbitas presentan excentricidades próximas a la unidad,
lo cual indica un origen en la periferia del sistema solar con una ór-
bita constreñida por la capa gravitatoria del Sol. Sería imposible para
Fig. 108 (debajo) La familiar cola de polvo viene a menudo acompañada por
una cola de plasma curvada por las líneas magnéticas del viento solar.
Fig. 109 (a la derecha) Las geometrías respectivas de la cola de polvo (a)
y la cola de plasma (b) se ve que están influidas por la presión del viento
solar y (c) las líneas magnéticas en espiral que parten del Sol (d) respec-
tivamente, e = órbita del cometa; f = órbita de ia Tierra; g = órbita de
Marte; h = órbita de Júpiter.
219
218
cualquier cometa entrante pasar sin quedar perturbado por el perihelio
y la modificación de las órbitas debida a las masas planetarias es pri-
mariamente responsable de establecer el período de la órbita. Otros
indicios de la situación remota de los protocometas provienen de un
estudio de las inclinaciones de los tipos de período largo, en donde
los ángulos al azar respecto a la eclíptica implican la existencia de
un halo del sistema solar no relacionado con el plano de formación
planetaria.
Un ejemplo de la ¡nterrelación entre la existencia remota y aletargada
y la perturbación de los planetas externos puede encontrarse en las
trayectorias calculadas para el cometa Kohoutek. Ocupando original-
mente una órbita con un período de 4 x 106 años situada a una distan-
cia de 5 X 104 UA (7,48 X 1012 km], Kohoutek fue desplazado por una
estrella local hasta una órbita desviada a partir de la cual quedó atraí-
do hacia el Sol, arrastrado por el empuje gravitatorio de los planetas
externos. Esto ocurrió hace 2 x 106 años y el cometa alcanzó el pe-
rihelio en diciembre de 1973 regresando de nuevo hacia el sistema
solar.
El cometa ha sido desviado por los planetas hacia una órbita con
valores de perihelio y de afelio de 2,09 x 107 y 5,15 x 1011 km respec-
tivamente con un período de 7,5 X 104 años. En el caso de Kohoutek,
el cometa se ha desplazado de su órbita inicial más allá del planeta
más externo, impulsado hasta un perihelio muy cercano (0,14 UA) y
desviado hasta una órbita de período largo. La importancia de este
cometa, como sucede con los cometas del primer perihelio, radicaba
en el estado prístino y no vaporizado de su material nuclear, que
cuando fue liberado en forma de cabellera y cola por primera vez en
1973, permitió a los astrónomos medir el material residual procedente
de los primeros años del sistema solar.
Estrellas fugaces
Varias veces a lo largo del año, la Tierra atraviesa aparentemente una
nube de restos celestes con el resultado de que la fricción con la
atmósfera provoca que las partículas incidentes se pongan incandes-
centes y atraviesen el cielo dejando una cola brillante de fragmentos
desgastados por erosión. En la nomenclatura aceptada, la partícula
se denomina meteorito antes de entrar en la atmósfera de la Tierra
y estrella fugaz cuando se ve que interacciona con las moléculas at-
mosféricas.
A fin de establecer la verdad sobre el origen de los meteoroides, ya
sean de dentro o de fuera del sistema solar, es necesario medir la
velocidad geocéntrica (una combinación de la velocidad dentro del
sistema solar y el movimiento orbital de la Tierra). Para deducir la
velocidad de ia atracción gravitatoria (11,2 km/seg) es necesario
usar la siguiente ecuación:
222 223
Los meteoritos pueden dividirse en tres tipos: ferruginosos, de hierro
de los minerales. La naturaleza glacial de la cabeza de los cometas y piedra y pétreos (fig. 114). Más del 6 0 % de todos los meteoritos
concuerda bien con esta hipótesis. Los meteoroides por lo general son del tipo pétreo, el 3 0 % son del tipo ferruginoso y el resto está
tienen un tamaño de 0,8 a 5 mm. formado por meteoritos de hierro y piedra. El meteorito más grande
Necesitamos conocer muchas cosas sobre estas estrellas fugaces y del tipo ferruginoso es el meteorito de Hoba que cayó en África
dos métodos de análisis, óptico y por radar, son particularmente útiles. Suroccidental y que pesa 5,4 X 104 kg, mientras que el meteorito pé-
En el examen visual de las Trayectorias, dos cámaras de ángulo am- treo más grande es el de la provincia china de Kirin que pesa 1770 kg;
plio se enfocan hacia la misma zona del cielo pero desde lugares muy los especímenes del tipo pétreo son más frágiles que los del tipo
diferentes separados hasta 100 km. Cuando un meteoroide penetra ferruginoso y tienden a escindirse en la atmósfera.
en la atmósfera su camino se registra inmediatamente frente al mismo Los meteoritos pétreos se dividen en condritos, con pequeñas inclu-
fondo estelar y a partir de las trayectorias diferentes observadas en siones esféricas, y acondritos, sin inclusiones. Los condritos suponen
los dos lugares es posible computar la altura, la velocidad y el radio aproximadamente el 85 % de los meteoritos pétreos y los condritos
vector de la partícula incidente. carbónicos contienen pruebas de la existencia de materia orgánica
Durante el día es posible también registrar aspectos pertinentes de la (hidrocarburos, ácidos grasos y aminoácidos) que parecen indicar la
trayectoria del meteoroide: usando el radar para detectar la ionización presencia de vida en el cuerpo progenitor.
de la atmósfera durante el período de intenso calentamiento que tiene
Tres tipos de meteoritos de hierro han sido clasificados con cantida-
lugar en el descenso y por consiguiente registrar el cambio de fre-
des variables de níquel, y el tipo que tiene entre el 6 y el 14 % de
cuencia para calcular el desplazamiento de Doppler; o mediante análi-
níquel presenta el modelo familiar de Widmanstátten cuando se so-
sis cuidadosos de los reflejos procedentes de la traza de ionización.
mete a pulimentación y preparación. Este efecto está asociado en es-
Los meteoros son usualmente visibles a una distancia comprendida
pecial con un enfriamiento lento a partir del estado fundido y parece-
entre 40 y 130 km. La observación cuidadosa de una lluvia de estrellas
ría indicar la existencia de un período de cambio lento en la química
fugaces revelará un efecto radial de «explosión estelar» como si los
del metal.
caminos ionizados atravesaran una constelación y establecieran una
distribución radial de luz en el firmamento. Esto es, evidentemente, La categoría de -meteoritos de hierro y piedra incluye ejemplos que
una ilusión óptica causada por la perspectiva y la falta de compensa- contienen hierro dentro de minerales pétreos y también metales ro-
ción respecto a las inmensas distancias que separan la constelación deados por piedra de silicato. Las químicas de los dos componentes
de estrellas de los meteoroides. del interior de los fragmentos de hierro y de piedra parece indicar un
Tectitas
A diferencia de los meteoritos, las tectitas (palabra que en griego
significa fundido) son un grupo de objetos cuya composición química
es del 70 a 80 % de sílice con una gama de densidad media compren-
dida entre 2,3 y 2,5 g/cm 3 . Las tectitas presentan una forma precisa,
tienen un tamaño que oscila entre 2 y 4 cm y en apariencia están res-
tringidas a lugares geográficamente preferidos. Se encuentran sobre
todo en el Mar Meridional de China, Australia y Tasmania y se piensa
que se han formado o bien a partir del impacto de un meteorito gran-
de o que han llegado a la Tierra a partir de un cometa fragmentado o
del material expulsado de un impacto lunar; pero pueden no ser de
origen extraterrestre (fig. 115).
Según las medidas de la desintegración radiactiva, la mayor parte de
las tectitas tienen una edad comprendida entre 0,3 x 106 y 3,0 X 107
años. Los meteoritos, por supuesto, son considerablemente más vie-
jos, con una edad comprendida entre 4,0 x 109 y 4,5 x 109 años, muy
cerca del origen del sistema solar. No obstante, como argumento en
contra de la hipótesis terrestre, debiera conocerse que las tectitas
contienen menos de 150 ppm de agua (frente a las 6000 ppm, más o
menos, de las rocas ígneas de la Tierra) y el mecanismo por el cual
el agua podría haber sido extraída no es fácil de obtener; es un pro-
ceso muy difícil extraer agua de vidrio fundido.
En el otro extremo de la escala, se cree que se han conservado en
ciertas zonas los impactos grandes como los que esculpieron los crá-
teres principales y las pequeñas cubetas de la Luna. Estas zonas se
denominan astroblemas y aunque la Tierra ha experimentado muchas
modificaciones geofísicas que han borrado virtualmente las pruebas
del impacto planetismal, existen ciertas zonas de resguardo que pare-
cen contener las depresiones erosionadas de los impactos principales
que se produjeron a principios de la historia de la Tierra.
En resumen, más de 1,6 x 107 kg de material son recogidos por la Fig. 114 (arriba) Los meteoritos están entre los cuerpos conocidos más anti-
Tierra cada año y muchos de estos fenómenos son interesantes para guos del sistema solar y pueden agruparse en tres categorías: pétreos,
férreos o de piedra y hierro. Fig. 115 (abajo) La distribución de las tectitas
los aficionados, en especial las lluvias de estrellas fugaces. en la superficie de la Tierra se ve que favorece regiones seleccionadas.
226 227
A partir de (3,08 x 1017 km) el período de la órbita del Sol puede
Las Galaxias calcularse de esta manera:
La Vía Láctea
en donde P es igual al período. Según ello sólo es necesario modificar
En una noche clara es posible a simple vista ver unas 2750 estrellas la ecuación:
en cada hemisferio, de las cuales todas excepto una están contenidas
dentro de una región local del espacio que abarca una porción de la
galaxia a la cual pertenece el sistema solar. La única «estrella» visible
a simple vista que es externa a nuestra galaxia es una galaxia por sí en donde M indica las masas de un sistema binario, a es el semieje
misma: el complejo de Andrómeda, denominado M31 (según el ca- mayor y P es el período usado para determinar las masas de un siste-
tálogo de Messier sobre las posiciones de las estrellas). Sin embar- ma estelar binario, de manera que puede obtenerse una medida de la
go, una noche clara aporta pruebas visuales de la naturaleza subordi- masa galáctica total.
nada de nuestro Sol frente a una acumulación incluso más magnífica Para obtener este valor la ecuación debe reescribirse como:
de objetos estelares y la banda difusa de puntos semejantes a nubes
constituye un testimonio de la existencia de una multitud de galaxias.
La Vía Láctea, llamada así debido a que se parece a una mancha de
leche fluyente, es una prueba visible del plano central denso de una
acumulación semejante a un disco de estrellas. La galaxia, no obstante, siendo M la masa del núcleo galáctico en múltiplos de la masa solar,
es más que una colección de estrellas y el estudio cuidadoso de su a el radio orbital expresado en UA y P el período en años. Por consi-
contenido y sus características es la clave de las teorías referentes guiente:
al origen del universo.
La galaxia, o en realidad cualquier galaxia, contiene estrellas, manchas
difusas de gas neutro o ionizado, partículas de polvo y nubes de res-
tos interestelares y partículas de alta energía denominadas rayos
cósmicos. Como se mencionó anteriormente, la mayor parte de las Fig. 116 El disco central de la galaxia contiene muchas estrellas jóvenes del
estrellas pueden dividirse como mínimo en dos amplias categorías tipo de la Población I, mientras que el material más viejo de la Población II
está representado por estrellas con halo en órbitas muy inclinadas cuyas
de población, distintas de las muchas divisiones y subdivisiones que trayectorias están indicadas por senderos con flechas.
caracterizan su composición elemental para aportar una escala de
temperaturas y de volúmenes.
En términos generales, la categoría de Población I puede considerarse
que ocupa posiciones que constituyen el disco central de la galaxia y
los brazos que parecen irradiar como radios de rueda en forma de
arco a partir del núcleo. Las estrellas de la Población II presentan
unas trayectorias menos aplanadas y están representadas por las es-
trellas con halo, o cúmulos globulares, con grandes inclinaciones res-
pecto al plano central de la galaxia. Las estrellas de la Población I
suponen el 83 % de la masa galáctica y las estrellas de la Población II
constituyen el 1 7 % restante (fig. 116).
Es interesante observar que las acumulaciones regionales de tipos
específicos de poblaciones perturban este equilibrio homogéneo y en
la proximidad del Sol menos del 5 % de las acompañantes estelares
pertenecen al tipo de la Población II. Puesto que la materia galáctica
de las estrellas y de las nubes de polvo describe órbitas alrededor
del núcleo, a diferencia de la situación presentada por una rueda rí-
gida en donde la sección externa gira con más velocidad que los com-
ponentes internos, es posible medir la velocidad relativa (movimiento
característico) de las estrellas cercanas y determinar la masa apro-
ximada de la suma total.
El Sol está situado a unos 104 kpc (1 kpc = 3,26 X 103 años luz) o
3,08 x 1017 km del centro de la galaxia, una distancia igual a 3,26 x 104
años luz. Suponiendo que el Sol describe órbitas alrededor de la ga-
laxia a una distancia relativamente uniforme del centro es posible
deducir una velocidad rotatoria media de 2,5 X 102 km/seg.
228 229
La solución demuestra la existencia de un núcleo galáctico de 1,7 x ra que la configuración general de la galaxia, aunque se desplaza ha-
X10 11 masas solares y una masa total de la galaxia de unas 2,0x10 11 cia la dispersión física, en la actualidad presenta una forma espiral
masas solares si se incluye la masa de los brazos. verdadera. No sería razonable suponer que otras galaxias están aná-
Se ha afirmado a menudo que la galaxia contiene 2,0 x 1011 estrellas; logamente afectadas de manera que también presentan una alineación
no obstante, a partir de las ecuaciones anteriores, esta cifra se ajusta espiral marcada del material de los brazos. De hecho, todas las ga-
para las masas solares. Por consiguiente, es necesario poner un valor laxias que en la actualidad pertenecen a una categoría capaz de pre-
a la masa media de todas las estrellas de la galaxia para obtener el sentar configuraciones con brazos se ve que presentan un formato
número físico de estrellas presentes en este sistema. Debemos tener semejante, y sería algo incrédulo aceptar que todas estas galaxias
precaución con el valor razonado de la masa solar almacenada dentro han convergido en el tiempo para alinear sus componentes de los
de los brazos y el disco de la galaxia (0,3 x 1011 masas solares); es brazos en este punto específico durante la evolución del universo. La
imposible afirmar con precisión cuántas enanas inertes, estrellas de única conclusión razonable que es aceptable requiere la existencia
neutrones o agujeros negros existen dentro de estas regiones. El va- de un mecanismo que mantenga tolerablemente configuraciones con
lor nucleico de 1,7 x 1011 masas solares constituye un indicio de la brazos durante períodos muy largos de tiempo.
masa que mantiene unida a la galaxia y no debe usarse endosando
este valor calculado al resto de la galaxia. El análisis cuidadoso de muchas galaxias cercanas demuestra que los
brazos contienen material interestelar y estrellas jóvenes y masivas.
Puesto que las estrellas constituyen el único medio por el cual puede Las condensaciones estelares de los brazos de nuestra propia galaxia
iluminarse la galaxia para la observación visual, es a partir de la me- tienen menos de 2 X 107 años con cúmulos de estrellas más viejas
dida cuidadosa de las fuentes brillantes, incluyendo a las novas, que distribuidos al azar por el disco galáctico. Éste es otro indicio de que
se han obtenido las dimensiones de la galaxia. El disco galáctico se los componentes estelares de la galaxia describen órbitas alrededor
cree que tiene un núcleo con un grosor de 3 kpc y se cree que tiene de la masa central con una velocidad decreciente en radios cada vez
un grosor de unos 1,0-1,5 kpc en la región del Sol. Como se afirmó con más grandes a partir del punto de atracción gravitatoria. En realidad,
anterioridad, el centro galáctico está situado a 10 kpc del Sol y, mien- los cúmulos estelares se desplazarán fuera de los brazos espirales a
tras que sólo puede observarse con extrema dificultad el «borde» la velocidad de 0,5 kpc en 5 x 107 años; de ahí, la juventud de las
externo del plano central, parece ser que la distancia existente entre estrellas que corrientemente se observa que están situadas dentro
el Sol y la periferia externa es de unos 4,5 kpc. La galaxia, por con- de los brazos, puesto que ha pasado un tiempo insuficiente para que
siguiente, tiene un radio de unos 14,5 kpc, valor que demuestra que migren a partir de la estructura espiral.
la galaxia tiene una proporción entre grosor y diámetro de 1 : 10.
Estas dimensiones están relacionadas con el núcleo, el disco y los Es evidente que fuerzas distintas de la gravitación actúan para man-
brazos que comprenden la estructura aplanada de la galaxia principal tener la geometría de los brazos espirales. No obstante, la aceptación
y los cúmulos globulares menos discernibles (véase la pág. 46) se de la naturaleza rígida de los brazos implica que los componentes
observa que son acumulaciones de estrellas que se mueven en órbi- externos se están desplazando con una velocidad relativa que supera
tas con gran inclinación por encima y por debajo del plano central de a la velocidad de escape en esta región de la galaxia. En otras pala-
la galaxia. Los cúmulos globulares representan condensaciones estela- bras, la energía cinética de la velocidad en la periferia externa de la
res a partir de una fase de la evolución galáctica en que la contracción galaxia superaría la energía potencial de la masa.
del gas y del polvo permitió la formación de estrellas más allá de los Una solución posible a esta anomalía radica en la teoría de que los
límites de la galaxia existente. brazos espirales son tubos magnéticos que contienen partículas ioni-
zadas (partículas atómicas cargadas positiva o negativamente) que
Estos cúmulos de estrellas están contenidos dentro de radios com- a su vez crean una «telaraña» filamentosa que recoge el polvo que se
prendidos entre 20 y 200 pc (entre 65 y 650 años luz) y pueden con- mueva hacia fuera radialmente desde el núcleo galáctico. Las nubes
tener hasta un millón de componentes estelares individuales, los cua- de polvo acumuladas aportan suficiente atracción gravitatoria para
les, aunque aparecen agregados, probablemente presentan distancias impedir que los granos formen espirales por los brazos y alcancen
de separación medias no inferiores a 2,5 años luz. Los cúmulos globu- la velocidad de escape abandonando la galaxia para siempre.
lares rodean la galaxia de un halo difuso y han sido importantes para Los brazos parecen actuar como embudos respecto a las nubes de
determinar la distancia al centro del núcleo galáctico mediante análi- gas pero la velocidad de flujo observada, con una velocidad de 50 k m /
sis cuidadoso de las trayectorias orbitales. segundo en el núcleo galáctico y de 7 km/seg en la posición del sis-
Conceptualmente, las estructuras de los brazos galácticos plantean un tema solar, es insuficiente para impedir que los brazos se arrollen
problema importante. Si los brazos existen en un punto específico, las hacia atrás en la región central de la galaxia. Puesto que las espira-
distintas velocidades de rotación presentadas por el material en dis- les magnéticas tenderían a crear bucles, debe funcionar un mecanis-
tintos arcos radiales, a partir del centro galáctico de masa, siempre mo que mantenga las espirales en forma de arco observadas en nues-
se desplazarán hacia la dispersión de la configuración espiral presen- tra propia galaxia y por consiguiente en muchas otras galaxias. Una
tada por los brazos en primer lugar. La destrucción de los brazos es- pérdida de una masa solar de material del disco (granos de polvo)
pirales a través de la dispersión se producirá en sólo 108 años, valor por año a partir de la región central de la galaxia sería suficiente para
que está dos órdenes de magnitud por debajo de la edad calculada desenrollar los brazos dando un arco radial, en relación directa con la
del sistema. presión de gas dentro de ellos y esto crearía un tubo de flujo más
Puede hacerse la suposición de que una alineación única del material dinámicamente simétrico para las fuerzas magnéticas. En resumen, los
de los brazos espirales se había establecido recientemente, de mane- brazos tienden a volver a formar bucles en el núcleo galáctico, pero
230
231
ondas hacia el exterior del material del disco desarrollan el bucle en
función de la presión de gas (fig. 117).
En cuanto a observación, una de las categorías más intrigantes de fe-
nómenos galácticos son los distintos tipos de nebulosas, originalmente
catalogados como manchas difusas de material luminoso distribuidas
tanto dentro como fuera de nuestra galaxia. Las nebulosas están hoy
día divididas en fuentes extragalácticas y galácticas, siendo las pri-
meras galaxias por sí mismas y comprendiendo las últimas delgadas
capas de gas no luminoso y polvo, iluminados con varios grados de
intensidad por las estrellas existentes dentro de sus voluminosas cu-
biertas.
Se sabe que existe una distribución heterogénea de material a lo lar-
go de los brazos de la galaxia y las nebulosas pueden dividirse en
acumulaciones intrínsecamente únicas de gas y polvo unidas por fuer-
zas magnéticas y gravitatorias y descarga o emisión de restos estela-
res liberados durante períodos de inestabilidad. Las últimas acumu-
laciones están caracterizadas por nebulosas planetarias y se han co-
mentado en relación con las novas (véase la pág. 52). Otras formas,
como las nebulosas anulares están análogamente provocadas por la
destrucción explosiva de una estrella o la liberación física de una
porción de su masa. Un ejemplo, la Nebulosa del Cangrejo de Taurus,
es la muestra más magnífica de una supernova de nuestra galaxia y
debe su origen a la terminación catastrófica de una estrella.
La Gran Nebulosa de la constelación de Orion es una de las acumu-
laciones más magníficas de gas y polvo que está brillantemente ilu-
minada por la excitación atómica de estrellas existentes dentro y al-
rededor de la envoltura. La presencia de nebulosas oscuras es un tes-
timonio de la carencia de luminosidad intrínseca en todos los tipos
de acumulaciones de gas y polvo; sólo cuando están iluminadas por
estrellas o mecanismos relacionados pueden verse como nubes de
materia brillantes, aunque generalmente difusas. Los valores de ab-
sorción de las nebulosas oscuras están comprendidos en general en-
tre el 25 y el 90 % y esto es un reflejo de las propiedades químicas
que poseen. Los ejemplos más notables son el Saco de Carbón y los
de Taurus, Orion y Monoceros.
Ciertas zonas del firmamento parecen presentar nebulosas oscuras
dentro de los brazos espirales. Algunas de éstas comprenden man-
chas densas de polvo y restos, absorbiendo varias bandas espectrales
o polarizando los haces de energía radiante procedente de las estre-
llas cercanas. (Estas zonas de hecho parecerían deprimentes a los
ocupantes de una nave espacial que no sospecharan nada.)
Debido a la naturaleza aplanada de la galaxia es imposible obtener una
visión de la región central densa o de zonas situadas en el lado opues-
to del sistema solar. A pesar del rápido movimiento del Sol (250 km/
segundo), el lapso de tiempo que requiere la observación inteligente
de la galaxia es demasiado breve para haber desplazado el sistema
solar una distancia significativa alrededor y a través de los brazos
espirales; en los cinco millones de años, más o menos, de la existen-
cia humana el sistema solar ha atravesado menos de 8o de los 360° de
Fig. 117 Los brazos espirales de la galaxia sirven para conducir a modo de
embudo nubes de gas desde el núcleo a lo largo de las líneas magnéticas
en espiral que contienen partículas ionizadas. De esta manera, el material
es transportado desde el núcleo hasta los brazos.
232 233
una órbita galáctica. No obstante, es posible aplicar técnicas no ópti-
cas para mejorar la «visualización» de las importantes regiones cen-
trales.
El uso del análisis radioespectral para sondear acumulaciones densas
de gas quedó favorecido por el trabajo de van de Hulst, el cual calcu-
ló que la línea de 21 cm emitida por el hidrógeno podría usarse efi-
cazmente para mapar porciones de la galaxia invisibles para un te-
lescopio óptico debido a la absorción interestelar. La investigación en
este campo ha confirmado que la mayor parte del hidrógeno galáctico
está situado a lo largo de los brazos espirales y que las acumulaciones
existentes en el centro de la galaxia presentan velocidades al azar de
movimiento. A partir de ello se ha observado que filamentos semejan-
tes a brazos se están acercando al Sol con una velocidad de más de
50 km/seg; un indicio cualitativo de sucesos violentos en el centro
de la galaxia, la fuente y la magnitud de los cuales se deja a la es-
peculación.
En la región central de la galaxia, la mayor parte de las estrellas
están contenidas dentro de un elipsoide aplanado con un eje princi-
pal de 1,5 kpc y un eje secundario de 1 kpc con aproximadamente el
10 % de la masa galáctica encerrada en esta zona. El núcleo de la
galaxia fue descubierto en 1959 por Drake, Pariiski y Lequeux y se ve
que está en el centro de la fuente del radio A de Sagitario, con unos
10 kpc de diámetro y con una masa de unas 1,5 x 107 masas solares.
Se piensa que este núcleo denso contiene muchas estrellas.
En resumen, la porción central de la galaxia que rodea al núcleo es
una aglomeración densa de estrellas, gas y polvo con una densidad
másica, a una distancia de 10 pc del núcleo, de 2,4 x 104 veces la
densidad existente en las proximidades del Sol. En esta región, a di-
ferencia de en el núcleo, las estrellas suponen el 99,75 % de la masa
total.
Es importante examinar el problema de los objetos invisibles y en par-
ticular la abundancia de los objetos inertes al considerar la galaxia.
Existen pruebas circunstanciales de que un gran número de agujeros
negros están situados en el centro de la galaxia y, por consiguiente,
la masa de la galaxia será algo mayor si se evita el colapso total en
la cosmología del universo. A pesar de que se sospecha que se pro-
duce la expansión de la galaxia, con el tiempo el mecanismo que hace
funcionar la maquinaria bien ordenada de la galaxia alcanzará una fase
terminal y cesará la producción continua de objetos estelares. La
galaxia todavía no tiene edad suficiente para conseguir un modelo de
trabajo para su fallecimiento final como fuente de producción de ener-
gía y es un tema a discutir si el universo llegará a un final antes de
que se observe un cambio significativo.
Fig. 120 Cuatro tipos de galaxias fueron identificados por Hubble: (a) elíp-
ticas, (b) lenticulares, (c) espirales y (d) irregulares.
236 237
Las galaxias lenticulares son estructuras semejantes a discos sin bra-
zos pero con una condensación central pronunciada y una cubierta ex-
tendida. Tres subtipos (SO1, S0 2 , S0 3 ) representan la graduación des-
de una estructura elíptica (del tipo E7) hasta una configuración seme-
jante a una espiral desprovista de brazos o un disco planar.
Las galaxias espirales, como sus vecinas lenticulares en la escala de
clases, están aplanadas debido a las altas velocidades giratorias pero
a diferencia de otras clases contienen brazos visibles con una forma
estructural variada. Las galaxias espirales se dividen en las subclases
Sa, Sb y Sc, representando cada una un conjunto único de caracterís-
ticas (fig. 121). En particular, la disposición de los brazos determina
la subclase específica; los tipos Sa presentan brazos cerrados forma-
dos por material denso que absorbe luz, y los tipos Sc presentan bra-
zos anchos y abiertos que se ramifican invariablemente en dos o más
secciones fuera de la región central. La clase Sb intermedia contiene
más polvo que Sa, presenta brazos abiertos y bien resueltos con una
condensación central de tamaño moderado y un disco brillante bien
iluminado. La galaxia a la cual nuestro sistema solar pertenece y la
galaxia de Andrómeda son del tipo Sb, quizá la más familiar de todas
las clases galácticas.
Una clase separada de espirales, las espirales barradas, está análo-
gamente dividida en subclases según el grado de separación entre
los brazos. Estas subclases son: espirales SBa, que soportan una
barra prominente pero comparativamente no resuelta y brazos arro-
llados de modo apretado que surgen de un núcleo central; tipos SBb,
que presentan una barra más prominente y brazos bien definidos me-
nos apretadamente arrollados que los de la clase SBa; y galaxias
SBc, que presentan una barra bien definida y brazos abiertos y sin
resolver (fig. 122).
La cuarta clase principal de la clasificación de Hubble es el tipo irre-
gular que está caracterizado por una carencia pronunciada de sime-
tría o de estructura definida aparente. Los tipos Ir I son ricos en ma-
terial interestelar, estrellas jóvenes y regiones brillantes esparcidas
de estrellas no condensadas. Los tipo Ir II son menos comunes y
presentan una acumulación aplanada de estrellas no resueltas en
nubes densas de materia que absorbe luz. Las figuras 123-127 ilus-
tran algunas de estas galaxias espectaculares.
Evolución galáctica
Es muy difícil obtener una medida suficientemente exacta de la va-
riedad y abundancia de galaxias que permita juicios cualitativos de
los niveles de población y de las proporciones de clases. Teniendo
en mente varias consideraciones, más del 60 % de las nebulosas
brillantes y de gran magnitud son del tipo S o SB (aunque Hubble
creía que existían sólo el 1 5 % en la clase SB) con el 2 2 % de len-
ticulares, el 13 % de irregulares y el 4,5 % no definidas. En principio
se creía que las galaxias evolucionaban a lo largo de una secuencia
Fig. 121 (a la derecha, arriba) En esta figura se ven tres tipos primarios de
galaxia espiral: Sa, Sb y Sc; el tipo Sa presenta brazos estrechamente arro-
llados y el tipo Sc presenta una estructura abierta. Fig. 122 (a la derecha,
abajo) Tres galaxias espirales barradas, SBa, SBb y SBc, que siguen el
mismo criterio de clasificación que los tipos espirales: SBa es una estruc-
tura muy arrollada mientras que SBc es una estructura abierta.
238 239
F¡g. 123 (a la izquierda) Galaxia en Sculptor. Fig. 124 (arriba) Galaxia en
Triangulum. Fig. 125 (abajo) Galaxia irregular en Ursa Major.
241
Fig. 126 Galaxia en espiral ÍM51).
Fig. 127 Galaxia espiral en Pegasus.
242
243
morfológica, y la observación casual parecía confirmar que la evolu-
ción galáctica empezó en las elípticas y progresó hasta las espirales,
tipo representado por nuestra galaxia.
El análisis cuidadoso del contenido estelar en ejemplos vecinos re-
veló que las galaxias irregulares contienen una cantidad considerable
de gas, protomaterial de nuevas estrellas, mientras que las galaxias
elípticas están desprovistas de cualquier proceso principal de for-
mación estelar. Esto parecía indicar la existencia de una secuencia
por la cual las galaxias empezaron la vida como galaxias irregulares
y evolucionaron a través de la morfología de espirales para terminar
como elípticas. Una tercera posibilidad, igualmente válida, suponía
que los tipos y subclases evolucionaron a partir de ambos extremos
de la secuencia morfológica pero con velocidades distintas, lo cual
explicaría una distribución variada de tipos secuenciales en cualquier
tiempo específico.
En estas hipótesis, la formación galáctica puede tener lugar en cual-
quier período de la evolución del universo, factor que se presta a
aceptar una multiplicidad de modelos cosmogónicos. Sin embargo,
los aspectos limitantes de las propiedades físicas obtenidas para las
galaxias permite que se aplique un conjunto de criterios más rígidos.
El único modo para determinar con éxito la edad de una galaxia es
medir la edad de sus cúmulos globulares, los grupos más viejos de
estrellas de la nebulosa. Para todas las galaxias vecinas las edades
parecen converger en 1010 años y puesto que el grupo medido está
formado por una variedad de morfologías distintas, parecería resul-
tar una conclusión inevitable que los tipos galácticos están situados
en distintos puntos en el sistema de clases independientemente de
la edad.
La única hipótesis superviviente implica que las galaxias evolucionan
con velocidades distintas y que la evolución tiene lugar desde ga-
laxias elípticas hasta galaxias irregulares o viceversa. No obstante
la consideración de las masas de los distintos tipos de galaxias im-
pide la adopción de la teoría de la evolución morfológica.
Las galaxias elípticas brillantes contienen, por término medio, unas
30 veces la masa de las galaxias espirales brillantes. Acomodar un
camino evolutivo desde galaxias espirales hasta galaxias elípticas
requeriría una velocidad inaceptablemente alta de acreción de ma-
terial intergaláctico; en cualquier caso existirían variedades de tran-
sición desarrollando masa, pero éstas no se observan. Inversamente,
una evolución desde galaxias elípticas hasta galaxias espirales es
igualmente improbable debido a la falta de un mecanismo satisfac-
•torio para expulsar el 97 % de la masa inicial; la evaporación desde
las estrellas y la sangría galáctica están adversamente comprometi-
das por la falta general de material estelar en las galaxias elípticas.
Las galaxias espirales contienen mucho más momento angular por
unidad de masa que las galaxias elípticas y, en ausencia de una
buena explicación científica para la adquisición o la eliminación rá-
pida del momento angular, es conceptualmente imposible que las
galaxias elípticas se conviertan en galaxias espirales o que las ga-
laxias espirales se conviertan en elípticas. En cualquier caso, sería
necesario que las galaxias respondieran frente a la intervención ex-
246
diante la ecuación k = V / D , de manera que la velocidad en kilóme les y las galaxias espirales barradas mientras que las condensaciones
tros por segundo dividida por la distancia en millones de parsec; galácticas con menos momento angular inherente se convierten en
da lugar a una razón que puede aplicarse como constante para de tipos elípticos o lenticulares. Los factores responsables de la deter-
terminar la distancia, mediante la ecuación D = V/k, o la velocidad minación de la configuración definitiva de la galaxia son, por consi-
mediante la ecuación V = k/D. Por ejemplo, a una distancia de guiente, el producto de la masa y el momento angular de la condensa-
0,95 Mpc, las galaxias se ve que se mueven con una velocidad de ción determinada en cuestión.
66 320 km/seg y a una distancia de 1500 Mpc se miden corrimientos El proceso continuo de la formación estelar requiere cúmulos múlti-
al rojo indicando velocidades de 104 715 km/seg. A partir de k = ples de estrellas pero el número de estrellas por cúmulo pasa a ser
= V/D vemos que la constante de proporcionalidad es 69,81 y ésta infinitamente inferior que el de las fases primitivas, cuando se intro-
se usará más adelante para medir el tamaño del universo {fig. 129). dujeron los cúmulos globulares para regular la evolución de la galaxia.
Hasta aquí ha sido satisfactorio observar los parámetros físicos de Debido a ello, el reciente nacimiento de estrellas se observa que se
la galaxia y de las nebulosas externas a la luz de las pruebas reales produce en nubes de varios centenares de componentes estelares an-
obtenidas mediante instrumentos y la observación humana. No obs- tes que en la abundancia más prolífica de los cúmulos globulares más
tante, será beneficioso considerar, brevemente, las implicaciones viejos.
teóricas de las hipótesis sobre el origen y la evolución de las ga- El diagrama H-R se interpretó primero que demostraba la existencia de
laxias. Por supuesto, la clasificación de Hubble conduce a conclu- un ciclo evolutivo para el desarrollo estelar que se desplazaba desde
siones que son en el mejor de los casos tan sólo el resultado de su los grandes tipos masivos O hasta los ejemplos pequeños con poca
metodología. Ordenando los tipos de galaxias en una secuencia que masa K y M. Actualmente se reconoce que las estrellas se desarrollan
implique un grado de maduración, las repercusiones son evidente- a partir de nubes de temperatura y masa variables para ocupar sólo
mente predecibles como sucedió con la respuesta pública a los prin- una posición en la secuencia principal. Análogamente, las galaxias se
cipios (hoy día arcaicos) de la evolución de Darwin. pensó que evolucionaron a lo largo del espectro de la clasificación de
No obstante, es evidente que una vez formada dentro de categorías
de tipo específico, una galaxia poseerá propiedades que impidan la
migración, la evolución o la modificación dando lugar a otra clase
cualquiera; este es un principio básico de la evolución galáctica, teó- Fig. 130 Los quasars son uno de los grupos más enigmáticos del universo,
liberando enormes niveles de energía a partir de un volumen en apariencia
rica. En las primeras fases de la formación de las galaxias, la con- pequeño.
densación tuvo una química más sencilla debido a la naturaleza pri-
mitiva de las nubes de gas; dado que la mayor parte de las galaxias
se formaron al principio del universo, hubo poca construcción elemen-
tal hasta que las estrellas se formaron a partir del mecanismo que
produjo las galaxias.
Durante la fase de colapso gravitatorio de las nubes enteras, al dis-
minuir el radio de la cubierta se incrementó la masa por unidad de
volumen y las fuerzas rotatorias quedaron excitadas hasta velocidades
cada vez más altas. A modo de seguro frente a la implosión continua,
el acoplamiento magnético transfirió momento angular desde el cen-
tro de la condensación hasta las regiones externas. Asimismo, debido
a la inhibición de la resistencia de la estabilidad gravitatoria en ángu-
los perpendiculares al plano ecuatorial de rotación, la configuración
global se convierte en una condensación aplanada.
Durante este proceso de condensación, la transferencia magnética del
momento angular fue introducida a la formación local de estrellas pero
sólo pasó a ser eficaz cuando las subregiones separadas estaban for-
madas por nubes de varios miles de masas solares. De hecho, las
fuerzas magnéticas habrían impedido las condensaciones locales du-
rante el colapso de la masa galáctica si la masa subregional fuera algo
menor a este valor. Por consiguiente, se formaron cúmulos masivos
de estrellas a distancias que representaban las dimensiones de la nube
galáctica en condensación, mientras que el resto del material galác-
tico continuó contrayéndose y aplanándose hasta su configuración
actual.
Estos cúmulos globulares, una vez empleados en la condensación de
las nubes, retuvieron sus posiciones respectivas respecto a la masa
galáctica y se ven actualmente como un indicio visible del desarrollo
galáctico primitivo. Este escenario es eficaz para las galaxias espira-
248 249
Hubble pero en la actualidad se ve que ocupan sólo una clase típica miento espectral debe ponerse en cuestión; si el corrimiento hacia
durante su vida. el rojo no es debido a la alta velocidad de recesión, implicando una
En el año 1960, creció la sospecha de que una clase anómala de ob- situación remota en el espacio y en el tiempo, la naturaleza incon-
jetos denominados objetos cuasi-estelares o quasars (fig. 130) esta- gruente de sus características implicadas está, de un trazo, raciona-
ban situados a enormes distancias de nuestra región local del univer- lizada.
so. Se observó la existencia de poderosas fuentes de radio que pare- Si las fuentes de los quasars de hecho están situadas más cerca de
cían desafiar las leyes normales de la física, y los quasars continúan nuestra galaxia, su tamaño y su producción de energía se ven incre-
siendo tan enigmáticos como lo eran hace dos décadas, recordando mentado y disminuida respectivamente para volver a desplazar estos
poderosamente los problemas presentados por el diagrama H-R y la factores dentro del reino de la física aceptable. No obstante, nadie ha
clasificación de Hubble de las galaxias. demostrado que el corrimiento hacia el rojo sea debido a cualquier
La medida cuidadosa del desplazamiento de Doppler en las líneas de factor distinto de la velocidad de recesión y, por consiguiente, los
absorción del espectro de emisión revelaron la existencia de un co- quasars permanecen siendo tan enigmáticos como siempre, con pro-
rrimiento hacia el extremo rojo del espectro que si se interpretaba fundas implicaciones para el campo entero de la cosmología.
como una medida de su distancia respecto a nuestra propia galaxia Se ha sugerido que los quasars están asociados con las radiogalaxias
parecía indicar la existencia de una velocidad de recesión de más de o nebulosas que presentan enormes explosiones de energía en forma
5,0 X 104 km/seg. Aplicando la ecuación D = V/k, en donde D es la de radioondas y realmente la interpretación general se ha desplazado
distancia, V es la velocidad y k la constante de proporcionalidad ob- hacia una relación acoplada con los núcleos galácticos. Varias radio-
tenida antes, se observa que: galaxias están en la fase de desintegración explosiva, expulsando can-
tidades masivas de energía que, en el proceso de emitir ondas de
0,72 X 106 pe o 2,3 x 109 años luz choque hasta cúmulos galácticos vecinos, perturban regiones del uni-
verso situadas a distancias de megaparsecs (fig. 131).
El descubrimiento más reciente de varias fuentes de quasars indica En un intento de clasificar las fuentes de quasars, es necesario consi-
que otras están situadas a distancias incluso más remotas y esto in- derar las galaxias Seyfert que poseen condensaciones centrales bri-
mediatamente plantea un problema para la cosmología que se conside- llantes. Se observa un movimiento a la alta velocidad de 4 x 103 k m /
rará más adelante. Si el universo difiere en cualquier extensión medi- segundo dentro de sus regiones centrales, pero no estamos seguros
ble en su isotropía (o distribución uniforme), un modelo evolutivo al- de si este movimiento es debido a alguna forma de rotación nucleica
ternativo está indicado frente a la teoría de que el espacio no cambia o movimiento al azar de componentes estelares o gaseosos. Puede ser
con el tiempo o con el lugar. La anisotropía deducida implicada por la
situación remota de los quasars presenta una profunda anomalía en
la distribución uniforme de la materia. Fig. 131 El pulsar NP 0532 en el corazón de la Nebulosa del Cangrejo; una
Si ésta fuera la única anomalía, los quasars serían suficientemente fuente pulsante de radio que produce emisiones a la velocidad de 30 por
minuto.
únicos para garantizar una consideración muy especial, pero existen
otros factores, potencialmente más significativos, que sitúan a los
quasars en una categoría muy especial. Las magnitudes aparentes de
los quasars no son muy diferentes de las de las fuentes galácticas
pero la aplicación de la ley del inverso del cuadrado a la distancia
obtenida a partir del corrimiento hacia el rojo en las líneas espectra-
les da lugar a una magnitud absoluta de como mínimo cien veces la
magnitud a la que darían lugar las galaxias mil veces más masivas
que las observadas.
Esto podría aceptarse si las fuentes de quasars fueran en realidad es-
tructuras masivas y colosales, pero la medida de las fluctuaciones de
la luminosidad presenta períodos de uno a varios años. Puesto que es
imposible concebir una situación en la que los efectos de un suceso
en el universo desencadenen una respuesta en otro lugar en un pe-
ríodo de tiempo inferior al requerido para atravesar la distancia con la
velocidad de la luz, es necesario concluir que si un único objeto pre-
senta fluctuaciones de energía en un período de un año entonces tiene
como máximo sólo un año luz de diámetro.
Se ha estimado de varias maneras que la mayor parte de los quasars
son del orden de 108 masas solares y para que un objeto en compa-
ración tan pequeño irradie esta enorme cantidad de energía a través
de la mecánica de una masa relativamente pequeña presenta un pro
blema grave para la física. En realidad, las anomalías son tan grandes
que nos vemos obligados a concluir que la teoría entera del corrí
250 251
posible ordenar las galaxias «normales» con los quasars, las radioga-
laxias y las galaxias de Seyfert según la emisión de energía de la
condensación central. Se están produciendo sucesos violentos y no
explicados en el centro de nuestra propia galaxia y parece ser que ei
núcleo es muy importante para la estructura de la galaxia y el estado
del universo situado alrededor a cierta distancia.
Las galaxias Seyfert parecen presentar un estado energético entre las
galaxias convencionales y las radiogalaxias, mientras que las fuentes
de los quasars son, o bien los núcleos violentamente expulsados de
radiogalaxias inestables, o el subproducto primitivo, hoy día extingui-
do, de un mecanismo de energía fugitiva de un ejemplo más extremo
que el que produce galaxias de alta radioemisión. En la búsqueda con-
tinua de un límite externo para el universo observable sería conve-
niente para los astrónomos interpretar el corrimiento hacia el rojo de
los quasars como cosmológico, indicando velocidades de recesión muy
altas y una distancia extrema. No obstante, los hechos no concuerdan
por completo con la fórmula y es importante mantener una mente
abierta sobre la interpretación del corrimiento hacia el rojo hasta que
se disponga de pruebas más positivas para una u otra de las teorías
alternativas.
Fig. 132 El universo en expansión. Esta vista es desde «fuera» y las galaxias
que se están acercando aparecen de color azul mientras que las galaxias que
se están alejando presentan un corrimiento hacia el rojo. No obstante, a
partir de una posición central todas las galaxias presentarán corrimiento hacia
el rojo y a partir de una galaxia dada todas las demás parecerán estar ale-
jándose a mayor o menor velocidad. Las galaxias de esta figura se presentan
en aproximadamente un plano, aunque la expansión se produce por supues-
to en todas las direcciones desde el punto central.
252
Aceptando la separación uniforme de un cúmulo respecto a otro, la
teoría continúa diciendo que la materia está en un estado de creación
continua con una velocidad suficiente para acomodar un valor de den-
sidad constante dentro de la porción de espacio que ha dejado vacía
la expansión global. La mecánica de esta teoría es incapaz de explicar
el método por el cual se crea material para mantener una distribución
de densidad másica uniforme. No obstante, esta anomalía no debiera
tomarse como prueba de falta de adecuación, dado que los teóricos
de la Gran Explosión tampoco llegan a explicar la creación del conte-
nido material de la «esfera» primordial que precedió a la dilatación
del universo.
Un factor significativo en la determinación de la exactitud teórica fue
descubierto en 1965 cuando los científicos de los laboratorios Bell de
los Estados Unidos de América quedaron perplejos por un ruido de
radio de fondo presente en todas las zonas del firmamento. En otra
parte se había calculado que si el universo realmente comenzó con
una bola de fuego cósmico (hace unos 1,4 X 1010 años) como postula
la teoría de la Gran Explosión, la energía residual de la bola de fuego
debería detectarse en la actualidad como una temperatura uniforme
de fondo de 3° sobre el cero absoluto. Puesto que la energía irradiará
microondas con longitudes mayores de 1 mm, esta temperatura de
fondo debería revelar la existencia de una curva de brillo que pre-
sentara un perfil específico a longitudes de onda comprendidas entre
100 cm y 0,5 mm.
Las medidas cuidadosas de hasta 5 mm construyen un perfil idéntico
al establecido por una temperatura de fondo de 2,7° sobre el cero
absoluto. Esto se usa para apoyar la teoría de que la radiación obser-
vada de microondas es el resto enfriado de la bola de fuego primitiva,
que se calcula que estaba a 1,5 x 1010 oC sólo 1 segundo después de
la explosión inicial.
Por consiguiente, el universo es el volumen obtenido por el producto
suma de toda la materia contenida en estrellas, galaxias, cúmulos de
galaxias, gas, polvo y radiación que se ha observado que se separó
de la bola de fuego primitiva o huevo cósmico. No obstante, es nece-
sario preguntar si este universo «único» es la manifestación sumada
de una variedad de expresiones matemáticas y físicas en una varie-
dad de ambientes espacio-tiempo. En realidad, el universo en el cual
reside nuestra galaxia, ¿es el mismo que el universo que está a una
distancia de billones de años luz? Si no lo es, debe suponerse que los
modelos de la Gran Explosión o del estado estacionario se acomodan
a una multiplicidad de universos.
Se demostró con anterioridad que la teoría del estado estacionario re-
quiere una alta isotropía y cualquier desequilibrio en la relación es-
pacio-tiempo hará que esta teoría no sea una explicación defendible
de los fenómenos observados. Se supone que las fuentes de quasars
en realidad presentan las propiedades del corrimiento hacia el rojo
debido a un alejamiento cosmológico, sus valores distancia/velocidad
permiten la extrapolación de la constante de Hubble a una región del
Fig. 133 En la teoría del estado estacionario, a medida que las galaxias se
alejan entre sí, se crean espontáneamente más galaxias para mantener una
densidad uniforme. En esta reconstrucción hipotética, las cuatro galaxias de
la vista superior se observa que se han alejado entre sí, en la vista inferior,
mientras que cuatro galaxias más han aparecido para conservar la distribu-
ción de frecuencias por unidad de volumen.
254 255
universo más remota que la observada a partir de la medida directa
de fuentes galácticas distantes.
Los quasars representan una clase especial de objetos debido a la na-
turaleza única de su intercambio masa-energía. Asimismo, si los qua-
sars son tan remotos como parecen, su posición en el universo impli-
ca un cambio material en el contenido físico con el tiempo. En otras
palabras, un quasar medido a una distancia de 5 X 109 años luz se ve
ahora como hace 5 x 109 años simplemente porque su luz ha reque-
rido 5 X 109 años para alcanzar nuestra posición en el universo.
Cualquier cambio de material, o de masa, en la isotropía del universo
con el tiempo ejercerá un efecto profundo en la constante de Hubble.
En otras palabras, la constante gravitatoria, que se cree que varía
según la relación de cualquier masa específica con el resto del uni-
verso, será diferente en puntos distantes del espacio si las fuentes
de quasars estaban presentes sólo en el pasado. Por consiguiente, la
relación lineal entre la distancia y la velocidad (galaxias situadas a
una distancia doble se alejan con una velocidad doble) se hace inesta-
ble a distancias extremadas, o como se ha expresado anteriormente,
varía con el paso del tiempo. El universo debe haber tenido un formato
evolutivo a través del período que abarca el tiempo que nos separa
de la era de los quasars si el corrimiento hacia el rojo de los quasars
tiene un origen cosmológico.
Dejando aparte esta hipótesis por un momento, es útil considerar un
mecanismo posible para la liberación sin paralelo de energía a partir
de fuentes de quasars pequeñas y con poca masa. El colapso total de
estrellas mayores que 2,2 masas solares fue descrito en la página 58
en donde la curvatura espacio-tiempo aislaba completamente a suce-
sos del interior del colapsar respecto al universo externo. La línea
efectiva de demarcación, llamada radio de Schwarzschild, promulga
una solución que conduce a conclusiones asombrosas.
El esfuerzo prodigioso realizado por Einstein y Rosen demostró que
después de pasar por el horizonte del suceso (radio de Schwarzs-
child), el producto de hecho se convierte en dos soluciones situadas
en yuxtaposición para satisfacer las ecuaciones de campo. La mitad
izquierda de la solución se convierte en la matriz entre el universo y
el horizonte del suceso, la mitad derecha conecta el horizonte del su-
ceso con otro universo y la «garganta» de las dos soluciones es el
túnel que conecta el universo dentro del cual vivimos con el universo
de otra parte (fig. 134).
El universo «de otra parte» debe ser remoto en cuanto a espacio y
tiempo dado que la naturaleza continua de las ecuaciones de campo
de cuatro dimensiones referentes al binomio espacio-tiempo requieren
una deformación de la ley física, desplazando con éxito la geometría
de las matrices del pasado, presente y futuro. Cuando se aplica a la
emisión de energía de los quasars, esto podría explicar satisfactoria-
mente la abundante y prolífica generación de radioondas y ondas lu-
mínicas a partir de esta zona confinada del universo. Esto también
podría expresarse como la manifestación de un agujero blanco de
energía procedente de agujeros negros de otras eras de tiempo o de
situación en galaxias cercanas, puesto que la solución no prohibe ru-
tas del túnel que conecten partes remotas de nuestro propio universo Fig. 134 Con e! tiempo en el eje horizontal y el espacio en el eje vertical,
con otras épocas. este esquema de Kruskal de la solución de Schwarzschild sugiere que puede
De ambos modos esto requiere un grado de anisotropía inaceptable ser posible desplazar materia desde nuestro universo a otro o viceversa. Esto
para la teoría del estado estacionario sobre la creación continua de se hace imposible debido a que la singularidad y la materia que se desplazara
de un universo a otro tendría que pasar a través de espacio existente entre
materia y un universo homogéneo. Si la materia es ingerida por el el horizonte del suceso y la singularidad.
256
257
agujero negro, digerida a través de un túnel y expulsada a través de
un agujero blanco, la relación lineal de la ley de Hubble se verá per-
turbada por un universo asimétrico en cuanto a distancia y tiempo
No importa si la masa está fluyendo desde otro universo hasta nues-
tro universo o desde una parte de nuestro universo hasta otra; el
desplazamiento se produce con la anisotropía que es un resultado ine
vitable del mecanismo.
No obstante, otros aspectos más impresionantes para la solución de
Schwarzschild y explorando la naturaleza del binomio espacio-tiempc
hasta la singularidad (en donde, en el agujero negro, la materia está
totalmente aniquilada; la única situación matemática para proponer
esta, catástrofe) parece ser que una llave de unión de transformacio
nes coordenadas puede revelar la existencia de dos zonas aisladas
en el espacio y el tiempo. Estas zonas son: las regiones existente;
entre nuestro universo y el horizonte del suceso y las existentes en
tre otro universo y su horizonte del suceso; las regiones existentes
entre el futuro y la singularidad de nuestro universo y del otro uni
verso y entre el pasado y la singularidad de nuestro universo y de;
otro universo.
Simplificando, esto prohibe la transferencia de materia entre los dos
universos e introduce un factor limitante en las conclusiones teóricas
de la interacción agujero negro/agujero blanco. No obstante, hasta
aquí el puente de Einstein y Rosen y la aplicación de las transforma
ciones coordenadas a las soluciones de Schwarzschild han considera
do la existencia de un agujero negro estático y no rotatorio. Las ecua-
ciones de campo de Einstein no podían aceptar el modelo de un agu-
jero negro rotatorio, aunque no exista hipótesis conocida que pueda
acomodar un colapsar no rotatorio, de manera que es necesario apli-
car la llamada solución de Kerr a las ecuaciones de campo y resol-
verlas respecto a los fenómenos observados (fig. 135).
En este caso está claro que el horizonte del suceso se escinde en
dos, aportando tres zonas separadas de espacio y tiempo: la región
existente entre nuestro universo y el primer horizonte del suceso; la
región existente entre los horizontes del suceso primero y segundo;
y la región existente entre el segundo horizonte del suceso y la sin-
gularidad. El resultado de la solución de Kerr es que no es sólo posi-
ble evitar la conclusión catastrófica en la singularidad, sino que tam-
bién es posible acoplar nuestro universo con un número infinito de
otros universos.
Aquí, una ruta a través del pasillo espacio-tiempo flanqueado por los
dos horizontes del suceso permite una manifestación energética ha
cia cualquiera de un número infinito de universos, o desde cualquier
otro universo hacia nuestro universo en tiempos diferentes. Sería po-
sible, por ejemplo, expresar una manifestación de energía hacia otro
universo un billón de años en el futuro y luego volver a través de ur
agujero blanco a nuestro universo un billón de años en el pasado.
Evidentemente, es necesario obtener una apreciación de la forma dei
universo antes de decidir finalmente si está en estado evolutivo o es
tacionario y, si el estado es evolutivo, si continuará dilatándose para
siempre, alcanzará un punto de equilibrio estático o finalmente se co-
lapsará dando un huevo cósmico. Son posibles tres modelos de rela-
ción geométrica con el espacio y el tiempo. El primero adopta la su- Fig. 135 La aplicación de la solución de Kerr a las ecuaciones de campo de
Einstein revela la posibilidad (en teoría) de desplazar materia de un universo
posición clásica de la geometría euclidiana de que el espacio es plano a otro a través de un agujero negro, a lo largo de un túnel y a través de
con coordenadas formadas por líneas rectas, donde la superficie de un agujero blanco. Esto supone la existencia de un colapsar asimétrico y
la esfera con radio r es 4 y la suma de los ángulos internos de rotatorio.
258 259
un triángulo es de 180°. El segundo postulado supondría una curva-
tura positiva para el espacio y en esta situación la suma de los ángu-
los internos de un triángulo sería mayor de 180°. En la tercera consi-
deración, un universo de curvatura negativa, la suma de ángulos inter-
nos de un triángulo siempre es igual a menos de 180°. En otras pala-
bras, las tres geometrías divergentes presentan formas que recuerdan
una superficie plana, una esfera y una silla de montar respectiva-
mente.
Las implicaciones para la cosmología son que un universo euclidiano
presentaría una distribución uniforme de galaxias por unidad de vo-
lumen independientemente de la zona observada, un universo con
curvatura positiva presentaría una disminución de galaxias al aumentar
la distancia, mientras que un universo curvado negativamente presen-
taría un aumento del número de galaxias al aumentar la distancia. Las
radioinspecciones de partes lejanas del universo, realizadas en la úl-
tim década, parecen indicar que existen menos galaxias a distancias
lejanas que en nuestra propia región de espacio (después de aplicar
factores de corrección para tener en cuenta la detección fallida de
objetos intrínsecamente oscuros). Esto indica la existencia de una
curvatura positiva para el universo y tiene un significado profundo
para el destino último del universo.
Se estableció antes que la curvatura del universo en cuanto a espacio
y tiempo está determinada por la distribución de la materia y debido
a esto la forma está directamente relacionada con la dilatación del
universo. La información sobre la estabilidad de la relación lineal en-
tre la velocidad y la distancia cambia el valor de la constante de Hub-
ble a distancias lejanas, lo cual sugiere la existencia de un universo
evolutivo de la misma manera que la consideración de la forma del
universo apoya el punto de vista de que el espacio está curvado po-
sitivamente.
Las velocidades de recesión solas no son suficientes para determinar
si el universo se dilatará para siempre, alcanzará un equilibrio estáti-
co o finalmente se colapsará. El radio gravitatorio del universo (ex-
presado como:
Fig. 138 Observatorio Astronómico de Alta Energía, visto antes de ser lan-
zado al espacio, es un instrumento valioso para la búsqueda de información
sobre fenómenos cósmicos energéticos. El primero de los tres se lanzó al
espacio en 1977.
262 263
El desarrollo
de la observación celeste
Prefacio histórico
Es imposible saber con seguridad cuándo el hombre empezó a obser-
var el paso del Sol, la Luna y los planetas a través del fondo de es-
trellas, pero se acepta generalmente que las estructuras prehistóricas
implican una deificación de los objetos celestes que acompaña una
expresión religiosa de significado ritual e ideológico. Entre estas es-
tructuras prehistóricas se encuentra la situada en Stonehenge de hace
unos 4700 años. Los considerables estudios arqueológicos y arqueo-
astronómicos han descifrado una alineación matemática compleja an-
terior a la erección de las obras de piedra que fueron transportadas
hasta el lugar hace 4000 años, siendo ésta la primera estructura co-
nocida en ser diseñada para finalidades religiosas y científicas.
Aunque todavía existen conjeturas sobre el nivel de complejidad del
esquema original, parece ser probable que la situación del lugar, el
diseño de los primeros anillos y el establecimiento de los principales
marcadores de piedras, todos señalan hacia las preferencias de los
astrónomos sacerdotes.
El primer punto significativo sobre Stonehenge es que los cuatro mar-
cadores primarios de piedra que forman un ancho rectángulo (fig. 139)
conocidos como las piedras 91, 92, 93 y 94 están dispuestos de tal
manera que las posiciones de la puesta de la Luna de mitad de in-
vierno, la salida de la Luna de mitad del verano, la salida del Sol de
mitad de invierno y la puesta del Sol de mitad de invierno están si-
tuadas a 90° entre sí; éste es el único punto de latitud en que esta
alineación puede ser configurada. Además, marcadores adicionales de
piedra señalan hacia las posiciones extremas de la salida de la Luna
de la mitad de invierno a medida que ésta oscila a través de su ciclo
de 18,6 años.
Un anillo casi perfecto de 56 agujeros, llamados agujeros de Aubrey
en homenaje al famoso anticuario, se pensó que constituía un medio
de medir tres de estos ciclos metónicos (18,6 + 18,6 + 18,6 = 55,8).
La función primaria del observatorio parece haber sido marcar la po-
sición de la salida del Sol en la mitad del verano; la orientación de
las zanjas, las orillas, la entrada, la avenida de acercamiento y (mu-
cho más tarde) los bloques de roca arenisca recalcaba esta alineación.
Durante una actividad repentina por construir, existente hace de unos
700 a 800 años después del desarrollo inicial del lugar prehistórico,
se pusieron cinco trilitos con una configuración en forma de «U» in-
vertida (fig. 140). Cada piedra, pesando entre 30 000 y 50 000 kg se
dispuso de manera que las posiciones primarias de salida y puesta
del Sol y de la Luna pudieran observarse a través del hueco respec-
tivo en los soportes del trilito. Un círculo externo de 30 bloques de puesta solar de mitad de invierno
arenisca canalizó estas alineaciones hasta el horizonte. Un miembro Fig. 139 (arriba) Hace casi 4700 años, las primeras obras realizadas en
del círculo de bloques de arenisca sólo tiene la mitad de la anchura Stonehenge, Wiltshire, Inglaterra, aportaron al hombre primitivo un medio
del resto que constituye 29,5 anchuras estándar de arenisca: el nú- para marcar las posiciones de salida y puesta lunares y solares. Aquí, los
mero de días de una lunación. cuatro marcadores están presentados con los 56 agujeros de Aubrey. Fig. 140
(abajo) Las adiciones posteriores a Stonehenge, en forma de trilitos masivos
Unos 100 años después, fueron excavados dos conjuntos de agujeros de roca arenisca podrían haberse usado para alinear las posiciones primarias
rodeando el anillo de bloques de arenisca externo con 30 en el círcu- de la salida y la puesta del Sol y de la Luna y establecer las posiciones tal
lo externo y 29 en el círculo interno. La suma total es igual a dos lu- como se ven desde la cara interna de cada par. (El esquema sólo presenta
la disposición general de los ángulos respectivos.)
264 265
naciones con un error de sólo 52 min por año. Finalmente, un conjun
to de 19 bloques de arenisca azulada más pequeños dispuestos er
forma de herradura dentro de la posición de los trilitos y un conjunto
de 59 bloques de arenisca azulada formando un círculo fuera de IOS,
trilitos podrían haberse usado para contar intervalos entre los extre-
mos de las posiciones de la salida de la Luna en la mitad del invierm
(18,6 años) y dos lunaciones (59 días) respectivamente.
Contemporáneo respecto a las primeras obras realizadas en Stone
henge (2700 antes de Cristo), Egipto presenta artefactos significati
vos desde una era en que los astrónomos sacerdotes tenían posicio
nes influyentes en la jerarquía cultural de la época. La gran pirámide
de Keops está alineada con el polo norte celeste y existen pruebas
que apoyan el punto de vista de que la preocupación extendida res-
pecto al movimiento del Sol, la Luna y las estrellas dominó la filosofía
predinástica. Hasta los griegos, 24 siglos más tarde, la observación
no se prestó a las teorías sobre la geometría del sistema solar.
Aristarco propuso un sistema con el Sol en el centro aunque la idea
se perdió hasta el siglo XVI de nuestra Era. Quedó para Ptolomeo, en
el siglo II de nuestra Era, el desarrollar la teoría geocéntrica por la
cual la Tierra estaba en el centro del universo y esta creencia domi-
nó durante 1400 años, apoyada por el primitivo dogma cristiano que
sofocó eficazmente a la razón y retardó el desarrollo de la ciencia
astronómica. En el sistema ptolomeico, los planetas se movían aire
dedor de la Tierra con movimiento explicado por epiciclos (fig. 141)
las estrellas ocupaban una envoltura extensa situada más allá de Sa
Fig. 141 (arriba) El concepto ptolomeico del sistema solar. (Con el objeto de
que exista claridad sólo se indica un planeta moviéndose en epiciclos: asi-
mismo el Sol y la Luna se mueven de la misma manera.) Fig. 142 (a la iz-
quierda) El sistema de Copérnico situaba al Sol en el centro del sistema
solar con los planetas, incluida la Tierra, moviéndose alrededor del Sol en
órbitas separadas. Fig. 143 (abajo) Observatorios de aficionados como éste
son usados por muchos entusiastas.
266 267
turno (que durante esta época fue considerado como el planeta más
extenso y más alejado de la Tierra).
En 1530, Copérnico desafió a la autoridad papal y escribió un tratado radioondas incidentes
afirmando que el Sol estaba en el centro del Universo describiendo los
planetas, incluida la Tierra, órbitas alrededor del Sol (fig. 142). Am-
pliando esta teoría Brahe, Kepler y Galileo retinaron la teoría dando
lugar a una según la cual los planetas describían órbitas elípticas al-
rededor del Sol, y en el siglo XVII era evidente que la enseñanza de
la Iglesia tendría que cambiar radicalmente.
Por fin, avanzado el siglo XVII, Newton estableció las leyes fundamen-
tales de la gravitación, pero no fue hasta el año 1835 cuando el Papa
permitió a los católicos romanos que aceptaran la teoría copernicana.
A través de un camino indirecto de extrapolación de las observaciones
surgieron los conceptos básicos de la teoría astronómica, o se per-
mitió continuar según el capricho ideológico de los líderes religiosos
y filosóficos. Por consiguiente, a partir de una época en la que el mo-
vimiento del Sol y de la Luna era deificado formando la base de los
principios teológicos de Europa y de Oriente Medio, a través de los
intentos deliberados de controlar el desarrollo de los principios cien-
tíficos mediante creencias religiosas preferidas, hasta el precepto
creciente de que el universo podría aportar lo necesario para la filo-
sofía humana, la ciencia de la astronomía ha surgido finalmente como
la influencia directiva para resolver verdades básicas sobre la Tierra
y el espacio. Evidentemente, ¡a observación de la esfera celeste ha
sido algo innovador al hacer esta situación real y no existe nivel in-
ferior en el cual la observación telescópica no tenga significado.
Fig. 147 (arriba) La nave espacial del observatorio astronómico orbitante fue
un primer paso para sondear las partes del espectro electromagnético desco-
nocidas para los observadores superficiales. Fig. 148 (abajo) El gran teles-
copio espacial será lanzado al espacio por Shuttle, un sistema de expedición
para uso repetido que reduce el coste de poner en órbita cargas útiles.
270 271
la Tierra. Como se afirmó antes de la página 248, la distancia en el
universo puede obtenerse a partir de la ecuación D = V/k y el Teles-
copio Espacial (fig. 148) presenta la mejor oportunidad para desplazar
el radio de observación hasta los límites dei universo. A partir de
276 277
Ionización: Formación de iones, átomos eléctricamente cargados, pro- Plano focal: El punto en el cual se hace converger la luz desde el ob-
ducidos eliminando o añadiendo electrones a las capas de valencia que jetivo; la distancia entre ambos es la distancia focal.
rodean al núcleo. Precesión: El resultado de un movimiento acoplado impartido a un
Isótopos: Átomos del mismo elemento que tienen distintos números cuerpo que gira sobre sí mismo que causa la rotación alrededor del
de neutrones y, por consiguiente, una masa distinta. eje de spin describiendo un cono en el proceso.
Lente acromática: Lente libre de aberración cromática debido a que Protón: Una partícula elemental con una carga positiva igual en mag-
están unidas dos lentes de vidrio compensando la dispersión. nitud a la carga negativa del electrón en el núcleo atómico.
Lente colimadora: Elemento óptico que hace que los rayos de luz adop- Radiación electromagnética: Radiación que comprende ondas de ener-
ten un camino paralelo antes de incidir sobre un prisma o sobre un gía que viajan a la velocidad de la luz (2,9979 x 1010 cm/seg).
espectroscopio. Reflector: Telescopio en el cual la luz es reflejada a partir de un es-
Ley del inverso del cuadrado: Una ley que afirma que la intensidad de pejo primario hacia un ocular.
un efecto varía inversamente que el cuadrado de la distancia. Refractor: Telescopio que refracta la luz a través de una lente princi-
Libración: Oscilación aparente en el hemisferio visible de la Luna cau- pal hasta un punto específico (el plano focal) a partir del cual una
sada por el camino elíptico de la Luna alrededor de la Tierra. lente de aumento presenta la imagen al ojo.
Límite de Chandrasekhar: Valor de 1,4 masas solares por encima del Resolución: Distinción entre dos objetos separados de igual brillo.
cual la presión de degeneración de una estrella es incapaz de oponer- Singularidad: El centro hipotético de un agujero negro hacia el cual es
se a la fuerza de la atracción gravitatoria. arrastrada toda la materia incidente.
Longitud de onda: Se determina dividiendo la velocidad de la luz por Supernova: La disrupción del equilibrio de una estrella de manera que
la frecuencia adecuada y se expresa en metros. una elevada fracción de su masa es liberada en una explosión.
Luminosidad: Cantidad de luz emitida por una estrella, denominada Widmanstátten: Un modelo característico observado en un meteorito
también magnitud absoluta. de hierro cortado y pulimentado que sugiere un enfriamiento lento a
partir de un estado fundido.
Magma: Material fundido que se encuentra por lo general debajo de
la corteza externa de un planeta.
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una distancia de 32,6 años luz (10 parsecs).
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278 279
carbono-nitrógeno, 41, 42 Cetus, 88, 90, 98, 99, 108, 128, Lyra, 110, 118, 119, 142
índice alfabético de liberación-energía de fusión, 134 Mensa, 98, 106, 112, 120, 121,
44 Circinus, 86, 100, 101, 118, 122, 122, 142
helio-carbono, 54 138 Microscopium, 96, 110, 114, 120,
Los números en negrita se refieren
protón-protón, 41 Columba, 94, 100, 101, 116, 128, 121, 128, 132
a las ilustraciones.
clasificación estelar, 32 130 Monoceros, 94, 110, 120, 121, 124
colapso gravitatorio, 248 Columba Noae, 100 Musca, 86, 96, 98, 100, 104, 122,
cometa, 146, 214, 215, 217-221, 223 Coma Berenices, 90, 94, 100, 123
ácido hidroclórico, 176 Arend-Roland, 215 101, 114, 138, 142 Norma, 88, 100, 118, 122, 123,
hidrofluórico, 176 Encke, 222, 223 Corona Australis, 102, 103, 132, 132, 138
sulfúrico, 176 estructura, 215-218 136 Octans, 86, 98, 112, 114, 120,
agujero negro, 41, 57, 58, 61 Halley, 214, 222-223 Corona Borealis, 90, 102, 103, 122, 123, 124
aluminio, 166 Kohoutek, 216, 220 110 Ophiuchus, 88, 110, 116, 122, 123,
Amaltea, 196 núcleo, 216 Corvus, 102, 103, 104, 112, 142 132
amoníaco, 204, 210, 216 órbitas, 218 Cráter, 102, 104, 105, 112, 114, Orion, 108, 110, 116, 120, 124,
Ananke, 198 Seki, 215 132, 134, 142 125, 144
Ángstróm, A. J., 17 conjunción inferior, 150 Crux, 98, 104, 105, 122 Pavo, 86, 88, 114, 122, 124, 125,
unidad, 17 superior, 150 Cygnus, 66, 67, 104, 105, 114, 136
Anubis, 94 constante gravitatoria, 256 118, 126, 142, 144 Pegasus, 86, 88, 106, 108, 114,
año sideral, 150 constelaciones, 76-145, 78-85 Chamaeleon, 86, 96, 98, 99, 120, 126, 127, 128, 142
Apolo, vehículos espaciales, 161 Andrómeda, 29, 32, 46, 86, 87, 122, 142 Perseus, 86, 90, 92, 126, 127
argón, 184 114, 126, 128 Delphinus, 88, 106, 107, 108, 126, Phoenix, 108, 110, 126, 127, 134
Argonautas, 90 Antlia, 86, 87, 112, 130, 140 132, 142 Pictor, 96, 100, 106, 128, 129, 130,
Ariel, 204 Apus, 86, 87, 88, 98, 100, 122, Dorado, 106, 107, 112, Í20, 128, 142
Aristarco, 266 124, 138 130, 138, 142 Pisces, 86, 88, 90, 126, 128, 129
Ascensión Recta, 74, 75 Aquarius, 88, 89, 96, 106, 108, Draco, 90, 92, 106, 107, 110, 118, Piscis Austrinus, 88, 96, 110,
asociación Tierra-Luna, 166 126, 128, 134 138, 140 120, 128, 129, 134
asteroides, 146, 212, 213 Aquíla, 88, 89, 96, 106, 110, 132 Equuleus, 88, 106, 108, 109, 126 Puppis, 94, 96, 100, 112, 120, 128,
Aubrey, J., 264 Ara, 86, 88, 89, 102, 122, 124, Eridanus, 108, 109, 112, 116, 124, 130, 131, 140
Australia, 226 132, 136, 138 126 Pyxis, 86, 112, 130, 140
azufre, 54 Argo Navis, 96, 112, 130, 140 Fornax, 108, 109, 126, 134 Reticulum, 106, 112, 114, 130, 131
Aries, 90, 91, 126, 128 Gemini, 92, 110, 111, 118, 120, Sagitta, 88, 106, 132, 133, 142
Primer Punto de, 73, 74, 128 124 Sagittarius, 88, 96, 102, 120, 122,
Baade, W., 29, 46 Auriga, 90, 91, 92, 110, 118, 126 Grus, 110, 111, 114, 120, 126, 132, 133, 136, 235
bandas de absorción, 18 Boótes, 90, 91, 94, 100, 102, 110, 128, 134 Scorpius, 88, 102, 116, 118, 122,
Barlow, lente, 14, 15 Hercules, 88, 90, 102, 110, 111, 132, 133
138, 142
Barnard, E. E., 145 Caelum, 92, 93, 100, 106, 108, 118, 122 Sculptor, 88, 110, 126, 128, 134,
Bayer, J., 86, 98, 106, 110, 112, 114, Horologium, 106, 108, 112, 113, 135
112, 128
122, 126, 138, 142 Camelopardus, 92, 93, 118, 126, 130 Scutum, 88, 132, 134, 135
Bell, laboratorios, 254 Hydra, 86, 92, 102, 104, 112, 113, Serpens, 88, 90, 102, 110, 116,
138, 140
bola de fuego, 224, 262 114, 116, 120, 130, 134, 142
Cáncer, 92, 93, 110, 112, 114, 122, 124, 132, 134, 135, 142
bólido, 224 Hydrus, 106, 108, 112, 113, 120,
118 Sextans, 104, 112, 114, 134, 135
Brahe, T., 100, 214, 268
Canes Venatici, 90, 94, 95, 100, 122 Taurus, 90, 108, 110, 124, 126,
138 Indus, 110, 114, 115, 120, 122, 136, 137
Cacciatore, N., 106 Canis Major, 94, 95, 100, 110, 124, 136 Telescopium, 88, 102, 114, 124,
calcio, 44, 166 116, 120, 130 Lacerta, 86, 114, 115, 126 132, 136, 137
Calixto, 196 Canis Minor, 92, 94, 95, 120 Leo, 92, 100, 104, 112, 114, 115, Triangulum, 86, 90, 126, 128, 136,
carbono, 54, 55, 62, 142 Capricornus, 88, 96, 97, 106, 120, 116, 138, 142 137
Carme, 198 128, 132 Leo Minor, 114, 116, 117, 118, Triangulum Australe, 86, 88, 100,
carnero con el vellocino de oro, 90 Carina, 96, 97, 98, 112, 122, 128, 134, 138 122, 138, 139
Cassegrain, N., 270 130, 140, 142 Lepus, 94, 100, 108, 116, 117, 124 Tucana, 110, 112, 114, 122, 126,
reflector, 10, 12, 21, 270 Cassiopeia, 86, 92, 96, 97, 114 Libra, 112, 116, 117, 118, 132, 142 138, 139
Cassini, división, 200, 202 Centaurus, 86, 98, 99, 100, 104, Lupus, 100, 116, 118, 119, 120, Ursa Major, 90, 92, 94, 96, 100,
Ceres, asteroide, 212 112, 118, 122, 140 122, 132 114, 116, 118, 138, 139
ciclo evolutivo, 62 Cepheus, 29, 98, 99, 114, 140 Lynx, 92, 110, 116, 118, 119, 138 Ursa Minor, 92, 140, 141
280 281
Vela, 86, 96, 112, 130, 140, 141
Virgo, 90, 100, 104, 112, 114, 116,
142, 143
Volans, 96, 98, 106, 120, 128, 142,
143
Vulpécula, 106, 118, 126, 132,
142, 143
coordenadas, 74, 76
Copérníco, N., 266, 268
coudé, reflector, 10, 13, 21
cúmulos globulares, 48
Chandrasekhar, S., 57
282
283
nacimiento, 53 Hevelius, J., 92, 114, 116, 118, 134, actividad sísmica, 171
Pléyades, 136 142 ambiente, 162
RR Lyrae, 32, 120 hidrógeno, 43, 44, 50, 54, 55, 60, canales, 162
sistemas múltiples, 46 166, 175, 191, 192, 198, 200, composición, 165, 166, 167-170
variables Cefeidas, 28, 29, 88, 98, 204, 210, 215 cordilleras, 162
124 Holbrook (Arizona), 224 cráteres, 162, 164, 166, 167, 171
T-Tauri, 54
holocausto termonuclear, 60 Clavius, 164
Eufrates, 108
horizonte del suceso, 60 Copernicus, 164
Europa, 196
H-R, diagrama, véase Hertzsprung- Tycho, 164, 171
evolución estelar, 52, 62
Russell, diagrama cubetas, 164
galáctica, 238. Hubble, clasificación, 236, 247, 248, densidad, 162
250 distancia, 161
Febe, 204 constante, 246, 254, 256, 260, 272 eclipse, 163
Fobos, 190, 191 E. P., 236, 238, 244, 248, 252, 258, libración, 161
Fraunhofer, J. von, 18 262 mapas, 152-159, 160, 161
líneas, 18, 36 ley, 252, 258, 262 Mare Imbrium, 164
fusión protón-protón, 42 huevo cósmico, 260 Nectaris, 164
termonuclear, 55
Nubium, 164
We¡, 132 lapetus, 204
Serenitatis, 164
Wezn, 100 galaxia, brazos espirales, 230, 231, lo, 196
Tranquillitatis, 164
Yed Prior, 124 233
Jano, 200, 204 mares, 162
Zavijava, 142 centro, 230
Júpiter, 36, 43, 44, 100, 148, 190- masa, 162
Zubenelgenubi, 116 disco, 230
198, 191, 193-195, 213, 222 Montes Apenninus, 164
Zubeneschamali, 116 estrellas, 229, 230
atmósfera, 192, 204 Oceanus Procellarum, 164
estrellas, 26 estructura, 230, 231, 236
cinturones de radiación, 193 ocultaciones, 161
binarias, 96, 98, 106, 110, 116 masa, 230
densidad media, 190 promontorios, 162
eclipsadas, 50,51,90, 102, 118, galaxias, 228-263, 237, 240-243, 245,
magnetosfera, 193, 196 radio, 162
126 261
Mancha Roja, 192 rotación, 161
espectroscópicas, 138, 140 Andrómeda, 228, 235, 236, 238 superficie, 166
masa, 190
clase espectral, 38 del Sombrero, 142 tierras altas, 162
elípticas, 236, 237, 244 núcleo rocoso, 193
compresión gravitatoria, 56 lunas, véase satélites
órbitas, 190, 200
de masa solar, 55 espirales, 236, 237, 238, 239, 246, luz, 8, 9
248 período sinódico, 200
neutrones, 41, 58 aberración cromática, 8, 9, 10, 11
irregulares, 236, 237, 238, 244 revolución, 192
descomposición, 56 dispersión, 8
rotación, 192
en orden de color espectral, 32 lenticulares, 236, 237, 238 potencia captadora, 14
satélites, 190, 196, 197, 198, 199,
espectro normal, 38 Seyfert, 251, 252 ultavioleta, 17-18
216
evolución, 55 Galileo, 8, 16, 26, 196, 204, 268, 272 Lysithea, 198
fugaces, 222 Galle, J. G., 208 tamaño, 147
Ganímedes, 88, 196 tiempo atmosférico, 192
Beta Táuridos, 223 Mach, principio, 234
Gran Explosión, teoría, 252, 254 volumen, 190
Leónidos, 223 Magallanes, F., 106
lluvia, 226 Nube de Magallanes (LMC), 106,
Kepler, J., 26, 148, 268 magnesio, 44, 54, 166
Oriónidos, 223 112, 120, 138, 246
leyes, 148 magnetopausa, 196
Híadas, 136 gravedad, 61
Kerr, F. J„ 258, 259 manchas solares, 36
índice de color, 38 solar, 161 Mar Meridional de China, 226
Kirin (China), 225
longevidad estelar, 38 Mariner, misión espacial, 172, 270
luminosidad, 28, 38 Habrecht, 130 Lacaille, N. L. de, 92, 100, 108, 112, Marte, 148, 180-190, 181-183, 186-
magnitud absoluta, 28 Halley, E., 90, 214 120, 122, 128, 130, 134 189, 213, 222
aparente, 28, 34 helio, 43, 44, 46, 54, 55, 172, 192, latitud celeste, 74, 75 atmósfera, 184, 272
bolométrica, 32 200, 204, 210 Leavitt, 29 casquetes polares, 184
masiva, 57 heliosfera, 146 Lequex, J., 234 densidad, 180
medida de distancias, 26 Herschel, W., 10, 12, 204 Le Verrier, U. J. J., 208 distancia, 180
movimiento acoplado, 28 Hertz, H. R., 16 límite del sistema solar, 146 gravedad, 180
radial, 28 Hertzsprung, E., 38 línea Aries, 74 inclinación del eje polar, 180
relativo de dos, 49 Hertzsprung-Russell, diagrama, 38, espectral, 36 Olympus Mons, 184, 185
transversal, 28 39, 46, 48, 54, 55 Luna, 62, 150, 214, 226 órbitas, 180
284
285
M56 (cúmulo globular) , 120 Pallas, 212
pruebas fósiles, 190 masa, 208 M57 (nebulosa Anular) , 120 paralaje trigonométrico, 26, 27
radio ecuatorial, 180 órbita, 208 M58 (galaxia espiral). 142 Parjiski, 234
región Helias, 184 satélites, 208, 210 M60 (galaxia globular) , 142 parsec, 28
Tharsis, 184, 185 tamaño, 147 M61 (galaxia espiral), 142 Pasiphae, 198
rotación, 180 volumen, 208 M63 (galaxia espiral), 94 Pequeña Nube de Magallanes
satélites, 190, 191 Nereida, 210 M67 (cúmulo abierto), 92 (SMC), 112, 138, 246
superficie, 184 Newton, I., 6, 214, 268 M68 (cúmulo globular) , 112 perturbaciones estelares, 218
Valles Marineris, 185 reflector, 10 M69 (cúmulo globular) , 132 Piazzi, G., 106
masa planetaria, 148 Nilo, 94, 108 M70 (cúmulo globular), 132 Pioneer, nave espacial, 194
Mercurio, 148, 171-175, 212, 213 níquel, 54, 166 M71 (cúmulo abierto), 132 planetas, 146
acoplamiento spín-órbita, 172 nodo planar, 74 M74 (galaxia espiral), 128 exteriores, 150
campo magnético dipolar, 172 novas, 46, 118, 128, 232 M75 (cúmulo globular) , 132 • externos, 146
composición, 173, 174 evolución, 52 M79 (cúmulo globular) , 116 interiores, 150
densidad, 172, 175 mecanismo de liberación, 62 M80 (cúmulo globular) , 132 internos, 146
día, 172 M81 (galaxia espiral). 138 gigantes, 146
excentricidad orbital, 172 Oberón, 204 M82 (galaxia irregular) , 138 menores, 212
masa, 175 Objeto Messier M3 (cúmulo glo- M83 (galaxia espiral), 112 terrestres, 146
núcleo, 175 bular), 94 M87 (cúmulo globular) , 142 Plutón, 110, 146, 172, 175, 210, 211
órbita, 171, 172 M4 (cúmulo globular), 132 M89 (galaxia elíptica) 142 densidad, 210
rotación, 172 M6 (cúmulo abierto), 132 M90 (galaxia espiral), 142 masa, 210
temperaturas, 172 M7 (cúmulo abierto), 134 M93 (cúmulo abierto), 130 revolución, 210
volumen, 175 M9 (cúmulo globular), 124 M97 (nebulosa de la Lechuza), volumen, 210
Messier, C, 138, 146, 228 M10 (cúmulo globular), 124 138I Población I, 29, 32, 46, 47, 48, 228,
metano, 204, 210, 216 M11 (cúmulo abierto), 134 M101 (galaxia espiral), 138 229
meteoritos, 146, 214, 222, 224, 227 M12 (cúmulo globular), 124 M103 (cúmulo abierto) , 96 I I , 29, 32, 46, 48, 228, 229
Cráter de Arizona, 224, 225 M13 (cúmulo globular), 110 M104 (galaxié i del Sombrero), potasio, 166
de Hoba, 225 M14 (cúmulo globular), 124 14£ potencia de resolución, 15, 16
meteoroides, 222, 223 M18 (cúmulo abierto), 132 M108 (galaxis i espiral), 138 precesión de la inclinación polar,
lluvias, 224 M19 (cúmulo globular), 124 M109 (galaxis i espiral), 138 76
Mimas, 200 M21 (cúmulo abierto), 132 NGC 2244, 120 del eje polar, 76
Miranda, 204 M22 (cúmulo globular), 132 2323, 120 equinoccio, 76
M23 (cúmulo abierto), 132 2506, 120
monóxido de carbono, 184 protocometas, 220
M24 (cúmulo abierto), 132 2808, 96
movimiento estelar, 26 Ptolomeo, C, 76, 86, 94, 100, 102,
M25 (cúmulo abierto), 132 4528, 94 104, 116, 130, 132, 142, 266
M26 (cúmulo estelar), 134 5253, 112
nebulosa(s), 232, 236, 238, 244 pulsar, 60
M27 (nebulosa Dumbell), 142 6067, 122
Anular, 120 Puttusk (Polonia), 224
M28 (cúmulo globular), 132
brillantes, 238 6720, 120
M29 (cúmulo abierto), 144
del Velo, 144 6779, 120 quasars, 249, 250, 251, 256
M30 (cúmulo globular), 96
Cabeza de Caballo, 70-71, 145 6853, 142
M31 (nebulosa de Andróme-
de la Lechuza, 138 objetos celestes, deificación, 264 radiogalaxias, 251
da), 86, 228, 236
Orion, 145, 232 quasi-estelares, 250 radiotelescopio, 268, 269
M33 (galaxia espiral), 136, 236
del Cangrejo, 60, 64-65, 136, 232, observación celeste, 264 rayos cósmicos, 262
M34 (cúmulo abierto), 126
251 Observatorio Astronómico de Alta gamma, 262
M39 (cúmulo abierto), 144
Dumbbell, 142 Energía, 262, 263 X, 17, 18, 62, 262
M41 (cúmulo abierto), 94
extragalácticas, 234 Orbitante, 271 espectrómetro, 270
M42 (nebulosa de Orion), 145
Herradura, 132 M43 (nebulosa), 145 de París, 92 reacción protón-protón, 39
Laguna, 132 M44 (cúmulo abierto, Praese- Hale, 20 Rhea, 200, 204
Norteamericana, 144 Monte Palomar, 14 Roche, límite, 200
Saco de Carbón, 104, 144, 232 pe), 92 Odisea, 90 Roentgen, 16
Saturno, 88 M46 (cúmulo abierto), 130 Olimpo, 88 Rosen, N., 256, 258
Trífida, 132 M48 (cúmulo abierto), 112 Ophiuchus, 134 Russell, H. N., 38
neón, 54 M49 (galaxia globular), 142 órbitas planetarias, 148
Neptuno, 110, 146, 208-210 M51 (nebulosa en espiral), 94 oxígeno, 44, 54, 55 satélites, 148
atmósfera, 210 M52 (cúmulo abierto), 96 ozono, 184 Saturno, 148, 198-204
distancia, 208 M55 (cúmulo globular), 132
287
286
anillos, 198, 200 teoría del estado estacionario, 254,
luminosidad, 198 255
órbita, 198 tiempo sinódico, 150
rotación, 200 Tierra, 36, 44, 62, 72, 92, 94, 146,
satélites, 200, 203, 204 148, 213, 226
tamaño, 147 eje polar, 72
volumen, 200 órbita, 150
Schmidt, reflector, 13, 14 planetas semejantes, 48
Schwarzschild, K., 257, 258 plano de la eclíptica, 72
radio, 256 ecuatorial, 72
sensores de rayos X, 58. Titán, 204
Shuttle, 273 Titania, 204
silicato de magnesio, 166 torio, 166
silicio, 44, 54, 62 trigonometría, 28
Sinope, 198 Tritón, 210
sistema solar, evolución, 213 Trópico de Cáncer, 92
interno, 151 Capricornio, 96
propiedades, 146 Tunguska, 222
Skylab, 68-69
Sol, 32, 34, 35, 36, 68, 69, 72, 114,
Umbriel, 204
118, 128, 136, 146, 172, 198,
unidad astronómica (UA), 146
228
universo, evolución, 252
corona, 36 oscilante, teoría, 262
cromosfera, 36
teoría geocéntrica, 266
eclipse, 163 uranio, 166
estructura celular de la superfi- Urano, 204-207
cie, 68-69
densidad, 204
magnitud absoluta, 34 inclinación polar, 204
visual, 34
masa, 204
ocultaciones, 161 núcleo, 204
período orbital, 229 órbita, 204
radio gravitatorio, 146 satélites, 204, 206, 207
rotación, 36 tamaño, 147
temperatura, 37 volumen, 204
tiempo atmosférico, 35
solsticio, 72, 73
Stonehenge, 264, 265, 266 Venus, 100, 148, 175-179, 213
sulfuro de hierro, 166 atmósfera, 176, 177
supernova, 44, 48, 56, 58, 60 brillo, 176
densidad, 146, 176
Tasmania, 226 excentricidad orbital, 175
tectitas, 226 evolución, 177
telescopio, 145 fases, 178
de rayos ultravioletas, 270 superficie, 176, 179
espacial, 22, 23, 25, 262, 271 volumen, 175
grande, 20 Vía Láctea, 88, 96, 106, 120, 134,
Hale (Palomar), 20-23 142, 144, 211, 228
montajes, 20 vida extraterrestre inteligente, 62
óptico, 268 viento solar, 36
reflector, 6, 7, 8, 10 Viking, programa espacial, 185, 270
refractor, 6, 7, 8 Villard, P. U., 17
Schmitt, 268 Voyager, nave espacial, 273
sistema óptico, 8
Tetis, 200 Widmanstatten, A. de, 225
288