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ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS
TEMA:
RENÉ DESCARTES
TURNO: NOCTURNO
PROFESOR: LUIS ALBERTO CALDERON COELLO
GRUPO
MILLENNIALS
INTEGRANTES:
• CLEMENTE IBAÑEZ LILA
• HUBY ANCAJIMA VERONICA
• OJEDA CHAHUA MARTIN
Contenido
INTRODUCCIÓN .................................................................................................................................. 3
OBRAS................................................................................................................................................. 5
Filosofía .............................................................................................................................................. 6
a) Metodológico: ........................................................................................................................ 7
b) Metafísico:.............................................................................................................................. 7
APORTES ........................................................................................................................................... 18
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En el ámbito científico...................................................................................................................... 18
RECONOCIMIENTOS ......................................................................................................................... 19
CONCLUSIONES ................................................................................................................................ 22
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INTRODUCCIÓN
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BIOGRAFÍA DE RENÉ DESCARTES
René Descartes también llamado Renatus Cartesius, nació el 31 de marzo de 1596 (Turena - Francia)
su padre Joachin Descartes fue un consejero en el Parlamento de Bretaña y su madre Jeanne
Brochard, que murió pocos meses después de su nacimiento.
Estudio en Real Colegio de La Fléche hasta los 16 años donde aprendió el latín y griego, una vez
terminado su educación de colegio (1604 - 1612). En 1613 Descartes ingresa en la Universidad de
Poitiers para estudiar derecho y medicina licenciándose en Derecho en 1616. Tres años más tarde
en 1619 se instala en Alemania y se une a las filas del ejército del duque Maximiliano de Baviera
que luchaba contra el rey de Bohemia, durante su corto paso por la milicia tuvo 3 sueños sucesivos
el cual lo interpreta como sueños recibidos del cielo para consagrarse como investigador. La
importancia que Descartes concede a estos sueños choca con las características que se le atribuyen
ordinariamente a su sistema (racionalismo), pero según el mismo Descartes nos relata, estarían en
la base de su determinación de dedicarse a la filosofía, y contendrían ya la idea de la posibilidad de
fundamentar con certeza el conocimiento y, con ello, reconstruir el edificio del saber sobre
cimientos firmes y seguros. Habiéndose dotado con su método de una moral provisional, renuncia
a su carrera en el ejército. De 1620 a 1628 viaja a través de Europa, residiendo en París entre los
años 1625-28, dedicando su tiempo a las relaciones sociales y al estudio, entablando amistad con
el cardenal Bérulle, quien le animará a desarrollar sus teorías en afinidad con el catolicismo. En
1628 llega a Holanda en busca de su tranquilidad y cambia hasta 24 veces de casa por esta razón.
Permaneciendo por veinte años, completamente ocupado en su tarea filosófica. Comienza por
componer un pequeño tratado de metafísica. Dicho tratado contendría ya las ideas fundamentales
de lo que serían posteriormente las "Meditaciones metafísicas", según algunos estudiosos del
cartesianismo, opinión no compartida por otros, que creen demasiado temprana la fecha como
para que Descartes estuviese ya en posesión de su metafísica.
Interrumpe la elaboración de dicho tratado para escribir en 1629 un "Tratado del mundo y de la
luz" que acaba en 1633 y que contiene su física de carácter mecanicista. Pero, habiendo conocido
por azar la condena de Galileo por haber sostenido el movimiento de la tierra (que también sostenía
Descartes), renuncia a publicar su trabajo, debido a que no quiere enfrentarse con la Iglesia a la
cual está sometido por su fe.
Descarte tuvo una hija (Francine) en 1635 fruto de la relación amorosa mantenida con una sirvienta,
pero 5 años más tarde en 1640 falleció de escarlatina, una enfermedad que actualmente es poco
común y de fácil tratamiento con antibióticos, aunque siglos atrás, era fatal. Se dice que después
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de la muerte temprana de su hija, Rene decide estudiar medicina con el fin de estudiar el
funcionamiento de los órganos y ver si existía la posibilidad de recuperar a su hija, por otro lado,
estudia la mecánica esto último para crear una muñeca autómata y poder tener nuevamente a su
hija Francine.
En 1641 publica las "Meditaciones Metafísicas" iniciadas antes del “Discurso del método” y antes
de publicarlas requiere la opinión de los filósofos más importantes de la época: Hobbes, Gassendi,
Mersenne, etc. Publica sus objeciones y las respuestas que les da junto con la obra. En esta obra
aparece con más claridad la novedad de la filosofía cartesiana. Algunos profesores de las
universidades holandesas la introducen en sus cátedras provocando la reacción contraria de la
Iglesia. Se le acusa de ateo y hereje entre otras cosas. La polémica no acabará hasta bien entrada
la Edad Moderna. En 1649 la reina Cristina de Suecia le invita a ir a Estocolmo. Él, deseoso de
tranquilidad para dedicarse a sus estudios, acude, puesto que cada vez era más enconada la lucha
entre los adversarios y los defensores de sus ideas. Se publica el “Tratado de las pasiones del alma”.
En 1650 muere de pulmonía en Suecia. No puede resistir los rigores del clima nórdico. Lo entierran
allí pero más tarde (1666) lo llevan a París.
OBRAS
1. Reglas para la dirección del espíritu
También conocido como Reglas para la dirección de la mente es un libro escrito en 1628 y publicado
póstumamente. La obra presenta un conjunto de reglas que ayudan a explicaran en detalle el
método fundamentado en el Discurso del método.
2. El mundo o tratado de la luz y El hombre
Obra de cosmología de 1629 que brinda una visión global de tipo filosófico.
3. Discurso del método
Para dirigir bien la razón y hallar la verdad en las ciencias También conocido como simplemente
Discurso del método es una obra de 1637 que pretende dar a conocer el método para poder llegar
al conocimiento verdadero y encontrar la verdad. Es considerada como una obra fundamental de
la filosofía occidental con implicaciones para el desarrollo de la filosofía y de la ciencia.
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4. Meditaciones metafísicas
Libro escrito entre 1628 y 1629 y publicado en 1641, en el que se demuestran la existencia de Dios
y la inmortalidad del alma, mediante razonamientos lógicos.
todo un sistema de pensamiento acerca de la naturaleza de la materia, la naturaleza de la mente y
la participación de Dios en la creación y en la puesta en marcha del universo. El libro consta de
cuatro partes. La parte I se ocupa de la metafísica y de cuestiones como la cognición, las fuentes de
conocimiento y de entendimiento humano, y la relación entre un Dios perfecto y omnisciente, y el
error humano, tanto intelectual como moral. La parte II trata sobre los principios generales de la
física y la teoría de las leyes del movimiento. La parte III está dedicada a los fenómenos
astronómicos. La parte IV se refiere a las propiedades de los minerales, los metales, los imanes y
otros fenómenos naturales y su aprehensión a través de los sentidos. El libro está encuadernado
con una segunda obra: Specimina philosophiae, que es una traducción del francés al latín, con
revisiones, de otros escritos de Descartes, en particular Discours de la méthode (Discurso del
método) de 1637.
5. Principios de filosofía
publicado en Ámsterdam en 1644 por el impresor y librero neerlandés Louis Elzevir. El libro
constituyó un ambicioso intento por parte de Descartes de exponer, en forma de libro de texto,
Filosofía
Descartes es considerado como el iniciador de la filosofía racionalista moderna por su
planteamiento y resolución del problema de hallar un fundamento del conocimiento que garantice
su certeza, y como el filósofo que supone el punto de ruptura definitivo con la escolástica. En
el Discurso del método (1637), Descartes manifestó que su proyecto de elaborar una doctrina
basada en principios totalmente nuevos procedía del desencanto ante las enseñanzas filosóficas
que había recibido.
Convencido de que la realidad entera respondía a un orden racional, su propósito era crear un
método que hiciera posible alcanzar en todo el ámbito del conocimiento la misma certidumbre que
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proporcionan en su campo la aritmética y la geometría. Su método, expuesto en el Discurso, se
compone de cuatro preceptos o procedimientos: no aceptar como verdadero nada de lo que no se
tenga absoluta certeza de que lo es; descomponer cada problema en sus partes mínimas; ir de lo
más comprensible a lo más complejo; y, por último, revisar por completo el proceso para tener la
seguridad de que no hay ninguna omisión.
I. RACIONALISMO DE DESCARTES
Descartes es uno de los padres de la filosofía moderna y el principal valedor del racionalismo. Su
aportación a esta etapa de la historia de la filosofía que conocemos bajo el nombre de modernidad
(s. XVI-XVIII) resulta relevante a un doble nivel:
a) Metodológico:
A mayor preocupación filosófica cartesiana pasaba por elaborar un nuevo método del pensar. Un
método que clarificara científica y racionalmente el saber filosófico. A este nuevo método, el cual
recuperaba la ciencia matemática como modelo del saber racional, lo llamó “duda metódica”. El
rendimiento de la duda metódica debía comprender los campos epistemológico y ontológico; así,
epistemológicamente, la duda metódica resultaba útil en la medida en que nos permitiría agrandar
el espacio del pensar: “Mediante la palabra pensar entiendo todo aquello que acontece en nosotros
de tal forma que nos apercibimos inmediatamente de ello; así pues, no sólo entender, querer,
imaginar, sino también sentir es considerado aquí lo mismo que pensar”1. A nivel ontológico, la
duda tendría que servir para hallar las verdades fundamentales sobre las que asentar nuestro
conocimiento; y la primera de esas verdades era la expresión existencial del cogito: “pienso, luego
existo”, diría Descartes.
b) Metafísico:
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cuidado en no caer en un subjetivismo propiciado por la exaltación de los sentidos o de la
imaginación, sino que es una afirmación racional de la subjetividad. Es la confianza en la razón, una
razón trazada matemáticamente, la que nos permite dar cuenta de la radicalidad del cogito: puedo
dudar de todo, menos de que dudo; por tanto, si no puedo dudar de que dudo, no podré dudar de
que estoy pensando y de que en dicho acto me constituyo como ser humano. Repetimos: pienso,
luego existo. Por otro lado, la metafísica cartesiana es la expresión de una nueva teoría de las ideas
y una nueva concepción general del universo dominada por el mecanicismo. Por tanto, podemos
evaluar el racionalismo cartesiano teniendo en cuenta sus principales rasgos: la expresión de un
nuevo método racional del pensar, la llamada duda metódica; la afirmación de la subjetividad
(cogito) como primera verdad; una nueva teoría del concepto de idea en general y de la idea de
substancia en particular; finalmente, el mecanicismo como paradigma o concepción general del
orden y funcionamiento del universo.
Descartes quería hacer de la filosofía un conocimiento científico del yo y del mundo. Para ello,
necesitaba dotar a la investigación filosófica de un método científico y, por esa razón, nada mejor
que confiar en la matemática, pues en aquella época ya se consideraba a la matemática como
ciencia segura; además, la matemática había de aportar grandes dosis de deducción y atención a la
razón. Descartes opinaba, pues, que la filosofía debía copiar el modelo metodológico de la
matemática. Sin embargo, esta confianza en la matemática no era exclusiva de Descartes: por un
lado, en la Grecia Antigua, tanto Pitágoras como Platón eran partidarios del saber matemático; en
el caso de Platón, el pensamiento matemático (dianoia) servía para conocer los objetos
matemáticos, antesala de las ideas. Por otro lado, los contemporáneos de Descartes, también
confiaban plenamente en el poder de la racionalidad matemática para conocer la realidad; entre
ellos, Galileo, quien aseguraba que la naturaleza estaba escrita en el lenguaje de las matemáticas,
Leibniz, quien hubo de elaborar toda una filosofía de la matemática que ha llegado hasta nuestro
días y, también, Spinoza, quien pretendía ordenar geométricamente la razón ética.
Descartes elaboró un método compuesto por cuatro reglas: bien, la regla de la evidencia, la del
análisis, la de la síntesis, y la del recuento:
1. El primero la Evidencia: afirmar como verdadero sólo aquello que se revele evidentemente
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como tal al pensamiento. Es evidente aquello que ya no admite duda alguna porque ha
sido “visto” como claro y distinto.
2. El segundo el Análisis: dividir cada una de las dificultades que examinara, en tantas
parcelas como fuere posible y fuere requerido para resolverlas mejor.
3. El tercero la Deducción: conducir en orden mis pensamientos, comenzando por los objetos
más simples y más fáciles de conocer para subir poco a poco, como por grados, hasta el
conocimiento de los más complejos, incluso suponiendo un orden entre aquellos que no
se preceden naturalmente los unos a los otros.
Las dos primeras conforman lo que se ha dado en llamar la parte analítica del método; y las dos
segundas la parte sintética. El método estaría compuesto así por dos operaciones básicas: el análisis
y la síntesis. Por lo que respecta al análisis, representaría lo que podríamos llamar un "ars
inveniendi", es decir, una forma de conocimiento propia para el descubrimiento y la investigación;
nos permitiría separar lo accidental, y establecer el orden corrector en la secuencia analítica. La
síntesis sería un "ars demostrandi, es decir, una forma de conocimiento útil para exponer, explicar,
o enseñar lo que hemos conocido a través de la investigación o del descubrimiento, así como la
constitución del saber cómo sistema.
El nuevo método cartesiano tiene como misión convertir a la filosofía en un camino racional hacia
la verdad. Y, para ello, tiene que resolver el problema del principio del conocimiento y su certeza:
en la filosofía antigua y medieval, el principio del conocimiento era el objeto, y la verdad consistía
en la adecuación de las proposiciones (lo que decimos) a las cosas (lo que existe). A dicha
adecuación, Aristóteles la llamaba correspondencia entre el lenguaje y la realidad. Por supuesto, la
razón era el mecanismo adecuado para lograr esta correspondencia, pero eso no suponía excluir a
los sentidos de la tarea del conocimiento verdadero pues los sentidos nos ponen en contacto con
la realidad, si exceptuamos a Platón, quien dividía la realidad en dos partes (mundo sensible y
mundo inteligible) que se correspondían a su vez con los dos géneros de conocimiento: opinión
(conocimiento procedente de los sentidos) y episteme o ciencia (conocimiento procedente de la
razón). Pero, con la aparición de la filosofía moderna, cuyo padre es Descartes, el principio del
conocimiento deja de ser el objeto y pasa a ser el sujeto y el lugar en el que quedan los sentidos
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como criterios de conocimiento es de clara inferioridad y desprestigio. Tanto es así que el método
cartesiano comienza expresando su desconfianza hacia los sentidos como instrumentos válidos
para conocer. De ahí que la expresión del método cartesiano sea la duda: en sus famosas
Meditaciones Metafísicas, Descartes escribe que podemos dudar de todo aquello que conozcamos
a través de los sentidos, pues estos no distinguen entre el sueño y la vigilia; en cambio, decía
Descartes, no puedo dudar de aquello que consiga conocer racionalmente, porque esto lo habré
hallado de acuerdo a un método estrictamente racional. Y eso de lo que no puedo dudar es de que
dudo, es decir, no puedo dudar de mi propio pensamiento. Puedo dudar del contenido de lo
pensado, pero no así del pensamiento mismo; por eso, puedo afirmar tajantemente que “pienso,
luego existo”. Como se observa fácilmente, es el sujeto el principio de todo conocimiento racional,
pues es el pensamiento como tal y no lo pensado el punto de partida. El método cartesiano, que
desde este momento se llamará “duda metódica”, es el esfuerzo por ofrecer autonomía al
entendimiento frente a los sentidos y la imaginación. Es tarea del entendimiento hallar las verdades
evidentes y primeras que van a servir de base para la construcción del conocimiento humano. En
efecto, la duda metódica cartesiana pretende erigirse en modo de hallar la certeza y, dentro de ella,
la certeza absoluta: el sujeto pensante. Dicho sujeto se convertirá, de inmediato, en el primer
principio del conocimiento, en su criterio más cierto y fundamental. Esta verdad indubitable, a la
que llamamos cogito, será el primer principio de la filosofía. Debido a que la finalidad de la duda es
conducirnos hasta las primeras y fundamentales verdades de nuestro conocimiento, no podemos
confundir la duda cartesiana con el escepticismo: Descartes no desea dudar de todo, sino sólo de
aquello que no se presente de manera evidente como verdadero a mi entendimiento. Descartes
nunca había de dudar de la razón y de su capacidad para hallar la verdad.
Para Descartes la sustancia existe de tal manera que no tiene necesidad de otra cosa para existir.
Pero, según esta definición, sólo Dios podría ser considerado como sustancia; en cambio, Descartes
afirma la existencia de tres sustancias: la sustancia finita pensante (cogito), la sustancia extensa
(mundo) y el propio Dios, en tanto que sustancia infinita pensante. Son tres sustancias pero sólo
dos modos de ser sustancia: el pensamiento y la extensión o materia. Todo este confusionismo en
la teoría cartesiana de la sustancia procede de que Descartes confunde el concepto de sustancia
con los atributos de la misma. En efecto, como dirá Spinoza, contemporáneo de Descartes, este
último cataloga como sustancias lo que sólo son atributos de la misma, a saber: el pensamiento y
la extensión. Si bien Descartes no ha hablado con propiedad en el tema de la sustancia, sí resulta
relevante el término cartesiano de sustancia si lo traducimos con el concepto de idea. Para
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Descartes, la sustancia finita pensante es la existencia de la idea de yo como sujeto pensante; la
sustancia extensa es, en realidad, la idea de mundo como objeto de conocimiento; en cuanto a
Dios, es la garantía que nuestro entendimiento necesita para hallar un acuerdo natural entre su
pensamiento y las cosas. Aunque el sistema cartesiano que explica la sustancia no sea lógico, sí
resulta rentable, porque al reducir el concepto de sustancia al de idea Descartes ya ha logrado su
doble propósito: - colocar al pensamiento, y con él a la subjetividad, en la base de la construcción
del conocimiento humano. - Diferenciar y priorizar claramente esta base, ofreciéndole un
tratamiento distinto y privilegiado. Por ello Descartes insistirá en el esquema dualista de la realidad;
existen, según la filosofía de Descartes, dos modos de ser: el pensamiento (yo y Dios) y la extensión
(el mundo), pero únicamente el pensamiento, el sujeto o yo, puede comprender la existencia del
mundo. El dualismo cartesiano no sólo tiene un carácter metafísico, sino también antropológico. Es
decir, no sólo podemos clasificar la realidad en sustancia pensante y sustancia extensa o material,
sino que también podemos clasificar la realidad humana en dos: alma o espíritu (pensamiento, en
cualquier caso) y cuerpo (extensión o materia).
Mecanicismo La observación que Descartes lleva a cabo de la naturaleza ya no la hace desde los
paradigmas antiguos: geocentrismo ni teocentrismo. Descartes, inmerso en un proceso de
modernización de la ciencia al que contribuyó notablemente desde las matemáticas, trataba de
explicar la realidad física en función de un nuevo esquema de comprensión o paradigma: el
mecanicismo. La naturaleza, en la que se pensaba incluido el cuerpo humano, era considerada
como una especie de máquina. Su funcionamiento automático, sometido a estrictas leyes
mecánicas que le aportaban regularidad y posibilitaban su conocimiento a través de la física, hacía
de ella un objeto sometido a explicación matemática, aunque también estaba sometido a
indagación metafísica, porque, para Descartes, la comprensión de la naturaleza o realidad física no
era más que la presencia de la extensión en tanto que atributo (modo de ser) de la sustancia: si el
yo era reconocible como pensamiento, el mundo era reconocible como extensión. Extensión quiere
decir que todo cuerpo ocupa un lugar en el espacio, es decir, es extenso; y la extensión es objeto
de tratamiento matemático: resulta medible, cuantificable y predecible. Descartes, junto con
Galileo, pensaban efectivamente que la naturaleza estaba escrita en el lenguaje de las matemáticas.
Esta dualidad (pensamiento/extensión) sería trasladada también a la antropología y, así, Descartes
concebía al hombre como un conjunto de pensamiento (alma) y extensión (cuerpo). La naturaleza,
ese universo mecánico, estaría “llena de materia”: la física cartesiana no aceptaba la existencia del
vacío. Tampoco aceptaba la indivisibilidad de la materia: ni vacío, ni átomo (unidad indivisible).
Según Descartes, la extensión presentaba una estructura infinitamente divisible. Por tanto,
Descartes explicaba la naturaleza en función de sólo dos componentes: la materia y el movimiento.
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Ahora bien, si la materia quedaba explicada en función de la idea de espacio y de máquina, cómo
explicar la existencia del movimiento. En este punto, el mecanicismo cartesiano ya no resulta
coherente consigo mismo, pues recurre a la fundamentación teológica de la física. Veamos: según
Descartes, Dios es la primera causa de movimiento (esquema escolástico, al modo de Aquino). En
los Principios de Filosofía, Descartes admite que Dios ha creado la materia con movimiento y reposo
y que Dios conserva la cantidad de materia y movimiento siempre igual.
Las ideas pueden ser de tres tipos:
a) Adventicias: Las que proceden de los sentidos: árbol, casa...
b) Facticias: provienen de la imaginación: unicornio, centauro...
c) innatas: el pensamiento puede llegar a poseerlas por sí mismo, sin que medien los sentidos o la
imaginación. Por ejemplo "Pienso, luego existo". Descartes se refiere a ellas diciendo que son
"ciertos gérmenes de verdades que están naturalmente en nuestras almas"
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Por lo tanto, la primera verdad indubitable, la primera idea innata es: "Cogito ergo sum", o lo que
es lo mismo: "Pienso, luego existo". Como puede apreciarse, el "cogito" es una intuición, es decir,
una verdad de la que no es posible dudar porque se nos aparece de un modo claro y distinto. Por
eso la existencia del Yo constituye la base del sistema cartesiano, pues está exenta de todo error
posible y de toda duda posible. La función del "cogito" en la filosofía cartesiana es la servir de
criterio de certeza:
"Todo lo que se perciba con igual claridad y distinción será verdadero, y, por tanto, podré afirmarlo
con inquebrantable certeza"
Pero ¿Qué es el Yo? La respuesta de Descartes es que el atributo fundamental del YO es el
pensamiento, entendido como actividad cuyos modos son las ideas producidas por su actividad.
El hombre es así alma, pero aún no se ha demostrado nada sobre la existencia del cuerpo. Sólo
podrá concluir el humano dualismo alma-cuerpo cuando demuestre la existencia de la res extensa:
MUNDO, pero antes tendrá que demostrar la posibilidad de la verdad: la existencia de DIOS.
Podemos encontrar en las Meditaciones metafísicas, en los Principios y en Discurso del método,
tres pruebas de distinta naturaleza, a saber:
No puede suceder lo mismo con la idea que representa un ser más perfecto que yo mismo. En este
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caso tal idea no podría proceder de mí mismo pues es imposible que, de algo imperfecto, pueda
surgir la idea de lo absolutamente perfecto. Por lo tanto, como, según Descartes, la perfección no
puede proceder de la imperfección, es preciso que Dios exista y sea la causa de la idea que yo tengo
de la perfección.
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Críticas a las pruebas de la existencia de Dios:
Hay causas que no tienen tanta perfección como sus efectos.
• Dios no es una idea innata, sino que ha sido recibida por la tradición, y por lo tanto es
susceptible de duda.
• La idea de ser perfecto e infinito no es perfecta ella misma, si lo fuera sería insoportable
para un ser finito. (Regius)
• La existencia no es una perfección, sino que hay que suponerla (Gassendi)
Demostrada la existencia de Dios, Descartes pasa a la tercera parte de su objetivo, el más
importante para él: demostrar la posibilidad misma del conocimiento científico, cosa que
conseguirá al demostrar la existencia del MUNDO.
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aristotélico) es abandonado por Descartes al no poseer claridad y distinción. La materia queda
reducida a extensión geométrica, sin forma alguna. La física cartesiana no requiere más que dos
elementos: la materia y el movimiento. De ahí nace el mecanicismo cartesiano y el posterior
materialismo.
La materia-extensión es infinita y divisible infinitamente. Todos los cambios son movimientos
locales: el movimiento es la acción por la cual un cuerpo pasa de un lugar a otro; es una simple
variación de la posición de los cuerpos. Se niega así el finalismo de la sustancia corpórea. El
movimiento no puede venir de la materia (la extensión nada nos dice del mismo), luego depende
de la cantidad que Dios le imprimió y que permanece constante: Dios es la causa primera del
movimiento puesto que lo ha introducido en la materia inerte; la cantidad de movimiento de
todos los cuerpos del universo es constante.
Leyes de la mecánica:
1. Principio de inercia: todos los cuerpos que están en movimiento continúan moviéndose hasta
que su movimiento es detenido por otros cuerpos.
2. Dirección del movimiento: todo cuerpo en movimiento tiende a continuarlo en línea recta.
3. Ley del choque: si un cuerpo se mueve y encuentra a otro cuerpo, tiene menos fuerza para
continuar moviéndose en línea recta, y si tiene más fuerza arrastra consigo al otro cuerpo.
El mundo material o res extensa se reduce a mera extensión, que crece, se mueve y se transforma
siguiendo procesos mecánicos. Por cuerpo entiende Descartes todo lo que puede ser circunscrito
por algún lugar y llenar un espacio, de tal manera que cualquier otro cuerpo sea excluido de allí;
todo lo que puede ser sentido por uno de los cinco órganos sensoriales; lo que puede ser movido
de diversas maneras, no por sí mismo, sino por algo extraño que lo toque. Se trata del mecanicismo
geométrico, que excluye toda cualidad que no sea la extensión y el movimiento. Así pues, los
cuerpos son extensiones movidas, mecanismos (incluso el cuerpo humano). Los animales son
máquinas: los fenómenos biológicos se reducirán a fenómenos físicos, por lo que los seres no
pensantes se equipararán a mecanismos puros.
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Diagrama cartesiano: Consiste en dividir el plano en cuatro partes llamadas cuadrantes mediante
dos rectas perpendiculares entre sí (horizontal y vertical respectivamente). Dichas rectas se cortan
en un punto que recibe el nombre de origen de coordenadas. Las rectas se dividen en segmentos
de igual longitud y a cada marca del segmento se le asigna un número entero. En la recta horizontal
(llamada "eje de abscisas" o "eje de las x"), al punto de corte con la otra recta se le asigna el 0 y
hacia la derecha el 1, 2,...; y hacia la izquierda el -1, - 2,... y así sucesivamente en ambas direcciones.
De forma análoga se procede con la recta vertical (llamada "eje de ordenadas" o "eje de las y"), al
punto de corte se le asigne el 0 y hacia arriba el 1,2,....; y hacia abajo el -1,-2,... etc. De modo que
tenemos la situación del dibujo. De este modo cada punto del plano se localiza mediante dos
números, uno correspondiente a cada eje, que se escriben encerrados entre paréntesis y separados
por una coma (,). Dicho par de números se llaman coordenadas. Y se obtienen, por ejemplo, de la
siguiente manera: el punto de coordenadas (2,3) se localiza situándonos en el punto marcado con
el 2 en el eje de las "x"; una vez aquí, subimos hacia arriba verticalmente de forma paralela al eje
de las "y", hasta el lugar marcado en este eje con el 3, ese es el punto buscado. De igual forma para
el punto (-3,2), nos situamos en la marca -3 del eje "x" y subimos verticalmente hasta el 2 del eje
"y". Lógicamente el (0,0) es el punto donde se cortan los dos ejes y se llama "origen de coordenada”.
ECUACIONES Y COORDENADAS:
Descartes consiguió establecer una sólida relación entre la geometría y el álgebra (las ecuaciones).
A la recta, a la parábola, etc..., se le asigna una ecuación que relaciona el eje y con el eje x, de tal
modo que se pueden representar gráficamente en el diagrama. Por ejemplo una ecuación de una
recta es y=2x-3 de tal modo que para cada valor numérico de la x, haciendo las operaciones
indicadas, tenemos un valor de la ,y. Si x=0 tendremos y=3·0-3=-3, obtenemos el punto de
coordenadas (0,-3); o si x=2 tendremos y=3·2-3=3, obtenemos el punto de coordenadas (2,3).
Ambos puntos son de la recta que tiene la anterior ecuación. Como por dos puntos pasa una única
recta, para representarla en los ejes sólo hay que localizar estos dos puntos y trazar la recta que los
une (como tienes en el dibujo).
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APORTES
En el ámbito filosófico
Cambió la forma de concebir y tratar el estudio filosófico
Anteriormente a su propuesta, las disertaciones en torno a la filosofía estaban basadas en
el método escolástico.
Esta metodología consistía solamente en la comparación de los argumentos presentados por
filósofos reconocidos o considerados como una autoridad, sin tener en consideración ningún
basamento científico.
No obstante, a partir de la concepción que muestra este pensador, estableció los medios para
tomar un camino diferente: el de la duda metódica.
Esta se basa en dejar una cuestión que no se queda en el escepticismo –o tendencia según la cual
no se llega a tener ninguna creencia-, sino que simplemente funciona para poner todo en duda y
llegar a través de un método a las verdades. A partir de allí, su importante sentencia: pienso, luego
existo.
En el ámbito científico
La elaboración de un método científico contribuyó a librar a las ciencias de las especulaciones y
disertaciones vagas y que esta se consolidara como tal.
El objetivo era que, por medio del seguimiento de unos pasos necesarios que contemplaban la
verificación y la comprobación de los datos de la realidad, se llegase a la certeza.
Esto nace de la creencia de Descartes por considerar que los sentidos podían engañar al humano
sobre su entorno, y por tal motivo era necesario someter todos los aspectos necesarios a través de
un método que llevase a la verdad.
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2. Padre de la geometría
Otro de sus grandes aportes fue en el campo de la matemática, dada sus indagaciones sobre
geometría, ya que contribuyó a que la geometría analítica se sistematizase.
RECONOCIMIENTOS
Los restos de Descartes fueron exhumados en 1676 y colocados en un ataúd de cobre para
trasladarse a París, en donde estuvieron en la iglesia de Saint-Geneviève-du-Mont, luego en
el Panthéon y finalmente en la Abadía de Saint-Germain-des-Prés. Su cráneo, no obstante, se halla
en el Museo del Hombre de la misma ciudad. Su ciudad natal fue bautizada con su nombre. Uno de
los cráteres lunares, también.
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FRASES CÉLEBRES
Rene Descartes pasa, como he dicho, por ser el padre de la filosofía moderna y contemporánea. El
artífice de convertir la subjetividad humana en el baremo de lo que es real y no es real, de lo que
es verdadero y lo que no es verdadero. Ese baremo que antes estaba en la divinidad o en la tradición
o en la autoridad de los antiguos, él lo lleva al campo de la subjetividad. En otras palabras, esa
comprensión que tenemos de nuestro movimiento espiritual y sus dudas, pero también de la
búsqueda de la verdad, es la que va a establecer lo que existe y no existe, lo que es y no es
verdadero. A partir de Descartes, nace el idealismo, la búsqueda de la ciencia en el sentido moderno
del término. Probablemente, la filosofía propiamente cartesiana, las Meditaciones, incluso las
aportaciones en torno al discurso del método pueden parecemos un poco obvias o, tal vez, pasadas
de moda. Algunas de sus aportaciones matemáticas siguen siendo válidas en sus campos, pero otras
no. Se equivocó en el campo de la física, al hablar por ejemplo de los torbellinos. Descartes proponía
una «teoría de los torbellinos» según la cual el éter formaba vórtices alrededor del sol y las estrellas,
siendo esos torbellinos los que explicaban el movimiento de los planetas. Fue Isaac Newton el que
tuvo la razón frente a Descartes en casi todo. Incluso cometió equivocaciones en el mundo de lo
psicológico cuando dijo que el alma y el cuerpo se unían en la glándula pineal (lo que hoy llamamos
hipófisis), esa parte del cuerpo que en ese momento no se sabía para qué servía. Todo esto hoy no
funciona, no es operativo. Pero sí el planteamiento de la subjetividad humana como centro y único
referente del pensamiento. Esta aportación, con sus derivaciones y las múltiples consecuencias que
tuvo, sigue absolutamente vigente y, por lo tanto, Descartes es una referencia inexcusable del
pensamiento moderno.
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USO Y BENEFICIO PARA LAS ORGANIZACIONES
En Filosofía se hizo célebre por su libro El discurso del método, donde describe su método filosófico
denominado método cartesiano, cuyos principios son:
Este método influyó de manera decisiva en la administración; las Teorías Clásica y Neoclásica
basaron muchos de sus principios en la metodología cartesiana. Dio los primeros principios sobre
la división del trabajo y tramos de control.
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CONCLUSIONES
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REFERENCIAS BIBLIOGRAFÍCAS
https://www.webdianoia.com/moderna/descartes/desc_metodo.htm
https://www.webdianoia.com/moderna/descartes/desc_bio.htm
https://www.youtube.com/watch?v=zN6ZNamDDFA
http://funadminfinanciera2n.blogspot.com/2010/11/principios-de-rene-descartes.html
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