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SAN ANTONIO DE PADUA, BUENOS , u w
A&o
La evangelización franciscana del nuevo mundo y la educa-
ción. De la "Tlacahuapahualiztli" náhualt a una pedagogía
del encuentro
Fernando Gil

Actualidad del pensamiento franciscano en el contexto de la


posmodernidad. Algunas claves de lectura
Fr. Michael P. Moore ofm

Ramón Lull: actividad divina y hominización del mundo


Charles Lohr

Dos notas sobre el concepto escotista de teología


Celina A. Lértora Mendoza

La pasión de Cristo en la pasión de los hombres. Lectura de


una experiencia del Memorial de Ángela de Foliño
Fr. Gustavo Valenzuela ofm

Un texto franciscano rioplatense colonial


Celina A. Lértora Mendoza

La iluminación divina como medida de la correspondencia


entre verdad del conocimiento y verdad del ser según San
Buenaventura
Gerald Cresta
26 FERNANDO GIL

Y siempre
está mirando,
ante sus ojos está nuestro corazón, ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO
de cada uno de nosotros,
nuestros pensamientos, FRANCISCANO EN EL CONTEXTO DE LA
nuestras culpas nuestras POSMODERNIDAD. ALGUNAS CLAVES DE
acciones, todo él lo LECTURA*
recuerda,
todo él lo tiene en cuenta. Fr. Michael P. Moore ofm
Y todo lo que es sabiduría,
en los cielos, en la tierra,
todo, él l. Perspectiva (a modo de introducción)
a otros lo comunica,
Cualquier pensamiento que intente decir "algo" no puede dejar de
la palabra divina que nosotros guardamos, él nos la entregó. considerar al "alguien" a quien ese pensamiento irá dirigido; de lo con-
Todo esto, trario, podría suceder que se proclamaran al aire unas cuantas verda-
toda la palabra divina en el libro divino des doctrinales, poco "interesantes" -aunque fueran verdaderas- para
está escrita. los posibles destinatarios. Sería -parafraseando la parábola del sem-
brador- arrojar las semillas sin tener en cuenta el terreno.
Todo mensaje, si en verdad quiere ser de salvación, como lo es el
mensaje franciscano, debe prestar especial atención al hombre para
percatarse de qué necesita ser salvado ese hombre concreto, cuáles
son sus situaciones de esclavitud, de ceguera, de sinsentido, para
poder aportar, desde la praxis y desde una teoría que la sustente,
algún intento de solución.
Por eso, para hablar de la actualidad del pensamiento francisca-
no, tan importante como estudiar los núcleos de esa cosmovisión na-
cida y consolidada entre los siglo XII y XIV, será analizar al hombre
de hoy, cómo vive, cómo piensa, cómo siente. De lo contrario, el diálo-
go será imposible y nuestro mensaje, un grito en el vacío.
Y hablar de la situación existencial-intelectual de la humanidad
hoy, es hablar -fundamentalmente- de ese plurifacético fenómeno que
es la Posmodernidad. El hombre del siglo XXI, con el cual intentare-
mos entrar en diálogo desde un emergente medieval es, pues, el hom-
bre posmoderno.
Ortega y Gasset hace notar que en toda sociedad, junto al pensa-
miento que podríamos llamar "académico", hay otras muchas ideas,

* El texto reproduce la conferencia tenida por el autor en el 11 Congreso Internacio-


nal de Educadores Franciscanos. Hacia una pedagogía del encuentro, 25 al 29 de Abril
del 2006, San Antonio de Arredondo - Córdoba - Argentina.
MICHAEL P. MOORE ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO FRANCISCANO 29

ilnll'1dt• poco elaboradas, que determinan la forma de pensar Respecto al segundo término del binomio -Franciscanismo- cabe
i11d1v1duos y rigen su conducta. Generalmente, el grupo no aclarar que lo tomamos en sentido bastante amplio, haciendo referen-
1_11 11 1 rnncicncia clara de tales ideas y, sin embargo, están ahí, cia a toda esa tradición espiritual e intelectual que se desarrolló en el
J!U1 h1r,,n11 ,1 y operativas; poniéndose secretamente en funcionamiento medioevo, iniciada en Francisco de Asís y que se verá prolongada y
Hltt v,·, qtH' hay que tomar una decisión o decir "esto es bueno" o sistematizada en lo que se llama la "segunda generación franciscana".
lit 1,i,1 1111110" 1 • La relación entre ambos momentos queda esquematizada cuando afir-
l'11·1·1H11mente, aquí, cuando hablamos de mundo posmoderno nos ma E. Gilson: "Lo que San Francisco sólo había sentido y vivido, San
!'í'!l• 111110H, no tanto a la cultura de los intelectuales (filósofos, cientí- Buenaventura lo iba a pensar; gracias al poder organizador de su
Íl t"n·,, 11rtistas), como a lo que podríamos llamar la cultura actual "del genio, las efusiones interiores del Poverello iban a desarrollarse en
l10111hn• de la calle", que es, a fin de cuentas, la que mayor interés y conceptos"7 •
111 i Iid:td puede reportarnos a todos en cuanto educadores -quizá sin Esta segunda generación franciscana -y las sucesivas-, sintonizan-
11l1e•rlo y sin quererlo- posmodernos, y en cuanto evangelizadores en, do existencial y evangélicamente con los ideales de la precedente, pero
,/,· y por la posmodernidad2 • Pero, lógicamente, para intentar com- inmersas en nuevas circunstancias y urgidas por nuevos desafíos, sin-
pn•uder algo de este fenómeno tan plural, "bucearemos" en las raíces tieron el deseo y la necesidad de articular el ideal profesado en clave
1dt•ológicas que explican y alimentan esta sensibilidad3 • cultural, entendiendo este nuevo campo como un medio de perfección
Más allá de las modas culturales, la posmodernidad representa y una misión al servicio del evangelio y de los hombresª.
una sensibilidad de nuestro tiempo. No es el patrimonio de una élite Francisco sigue siendo la imagen presente y configurante en la
intelectual, sino que expresa, con mayor o menor sofisticación y co- sistematización filosófica-teológica de los maestros franciscanos. Una
herencia, el pensar y sentir de una gran parte de nuestra población cierta experiencia personal y comunitaria está en la base del
occidental4. Franciscanismo; aquí la teoría y el sistema son el resultado de una
El término posmodernidad significa muchas cosas... es difícilmente vivencia y de una praxis condicionante del pensamiento9 • La rela-
"de-finible"; pero quizá su virtualidad consiste en que alrededor de ción entre Francisco y el desarrollo sistemático del pensamiento fran-
este vocablo se dan cita casi todos los malestares de la modernidad o ciscano -entre la "experiencia-vida" y la "expresión-teoría"-, se da en
de la sociedad de la modernidad tardía. Por eso, la posmodernidad forma circular (círculo hermenéutico): la experiencia fundamenta y
más que un tiempo es un talante: la posmodernidad es la moderni-
dad que, al desarrollar sus propios mitos, ha llegado a descubrir su 7
E.GILSON, La filosofía de San Buenaventura, Buenos Aires 1948, 73. En efecto,
propio autoengaño. No sólo se rechaza un tipo de pensamiento, sino se trataba para la Orden de frailes menores de responder a una nueva realidad; pero
un estilo de vida. Se quiere, por tanto, con la superación de una con- este nuevo campo de presencia hacia el que la Orden se abre no ofrece la imagen au-
cepción de la razón, una sociedad y un hombre diferentes 5 • Y quizá sente de su fundador, como algunos pretenden acusar. El dinamismo del genuino fran-
ciscano continúa y se extiende en el terreno de los estudios, como prolongación y arti-
sea ésta su mayor aportación y riqueza: señalar los contenidos y los culación mental de la propia mística de Francisco. Pero los franciscanos líderes en los
límites de la modernidad 6 • estudios tampoco se convierten en consumidores de cultura ni en meros transmisores.
Son creadores de cultura de pensamiento y de interpretación nueva en la Teología y la
1
Cf. L. GONZÁLEZ-CARVAJAL, Ideas y creencias del hombre actual, Santander Filosofia, con gran incidencia en la vida real. Cf. Z. HAYES, "La tradición intelectual en
1991, 9. la orden franciscana", en Acta Congressus Repraesentantium sedum studiorum OFM
2
Cf. L. GONZÁLEZ-CARVAJAL, "Educar en un mundo postmoderno", Selecciones (4-13 Julio 1994), Roma 1995, 89-108.
8 Cf. I.TONNA, Lineamenti di filosofía francescana. Sintesi dottrinale del pensiero
de Teología 128 (1993) 244.
3
De hecho los filósofos no son otra cosa que notarios rezagados que levantan acta francescano nei sec. XIII-XIV, Roma 1992, 11-16. Cf. J. BOUGEROL, "Bonaventure de
de lo que ocurre en la calle. Recordemos aquello de Hegel: "El búho de Minerva inicia Bagnoregio et la premiere école franciscaine", Carthaginensia 2 (1986) 161-171.
su vuelo al caer del crepúsculo"; G. HEGEL, Filosofía del Derecho, México 1975, 17.
9
La especulación filosófico-teológica de San Buenaventura, R.Bacon, Escoto, Occam,
4
Cf. J . M. MARDONES, Posmodernidad y cristianismo. El desafío del fragmento, Olivi, Lulio, etc. son incomprensibles sin la experiencia vivida de la comunidad
Santander 1988, 151. franciscana y del entronque con la misma experiencia de Francisco de Asís y de su
5
Cf. J . M. MARDONES, Posmodernidad ... , op. cit. pág. 59. propia cosmovisión. Cf. J.A. MERINO, Historia de la Filosofía franciscana, Madrid
6
Cf. J. M. MARDONES, Posmodernidad ... , op. cit. págs. 10-11. 1993, XXVII.
30 MICHAEL P. MOORE ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO FRANCISCANO 31

condiciona la expresión, y a la vez, el edificio intelectual ilumina y puesta franciscana es actual. Pero una actualidad no en el sentido de
conforma la experiencia. moda, porque en algunos puntos se coincide con la denuncia de lo
El patrimonio doctrinal y cultural de una escuela sirve en la me- caduco y el anuncio de alternativa, mientras que en otros, lo actual
dida que sigue alimentando el pensamiento de las diversas genera- de la propuesta viene dado por la ausencia de respuestas correctas
ciones y es capaz de ofrecer una cosmovisión válida, eficaz y convin- intentadas por la cultura posmoderna y, en este sentido, sería una
cente para los lectores de cada época. Un pensamiento creador arti- contra-cultura.
culado en sistema, cuando es original y aún tiene la fuerza de esti-
mular a seguir creando, no sólo demuestra su vigencia, sino incluso
su capacidad de sugerencia en avanzar por los derroteros de un mis- 2. Posmodernidad
mo horizonte espiritual. Un sistema doctrinal no sólo es válido por lo
que explicita y patentiza, sino también por lo que motiva y sugiere 2.1. Crisis de la modernidad
(evocar, convocar, provocar ... )1º.
Se habla normalmente de escuela franciscana. Quizá sería mejor 2.1.1. Las grandes revoluciones de la modernidad
hablar de sensibilidad y talante común en la visualización e inter-
pretación de fondo de los grandes problemas existenciales: Dios, el La modernidad como movimiento histórico-cultural, que arranca
hombre, el mundo, la historia, etc., articulados en una metafísica y hacia el siglo XV se caracteriza por las cuatro revoluciones moder-
epistemología específicas. Es conocida la máxima libertad de pensa- nas -no siempre simultáneas en su surgimiento y evolución-, a saber:
miento que reina en esta familia, incluso la oposición y, a veces, la científica, política, cultural y técnica 13 •
crítica abierta entre sus propios miembros 11 • Pero la orientación de a) La revolución científica rompe con la comprensión simbólica
fondo y la sensibilidad intelectual manifestada es sorprendentemente del mundo, para considerarlo como autorregulado. Se entiende des-
convergente. Ello se debe a que previamente a la elaboración del de sí mismo, sin necesaria referencia a otra instancia trascendente,
sistema o de la doctrina se había vivido una fuerte experiencia en el como puede ser Dios. El hombre ya no es su mediador, sino quien
interior de la comunidad, que ha sido siempre la gran protagonista y investiga sus leyes y lo transforma con su acción.
gestora de la sistematización filosófico-teológica. b) La revolución política rompe con los privilegios sustanciales de
una sociedad estamentalmente jerarquizada, para reemplazarlos por
Vamos a estudiar los dos términos por separado, para evitar ana- una concepción funcional de la sociedad y por la democracia repre-
cronismos. En la conclusión y a modo prospectivo, señalaremos algu- sentativa y sus procedimientos formales.
nas pistas para el diálogo e intercambio fecundo entre ambos pensa- c) La revolución cultural consiste en la Ilustración, definida por
mientos/sensibilidades. Como afirma Mardones: "La posmodernidad, Kant como el estado adulto de la humanidad (razón y libertad), sin
en cuanto expresión de una búsqueda superadora de las la tutela de autoridades externas, como podía ser la fe o la Iglesia en
inhumanidades producidas por el proyecto moderno, es digna de esa el Medioevo.
atención a los 'signos de los tiempos' que recomienda el Vaticano II. d) La revolución técnica sustituye el trabajo agrario-artesanal y
Sólo tras una atenta consideración de sus provocaciones y propues- la herramienta a la medida del hombre, por el trabajo industrial y
tas, diagnósticos y rechazos, podremos dilucidar si allí late un desa- postindustrial con su creciente abstracción del factor humano y su
fío para el creyente, y aun para el mismo cristianismo, que le obliga 13
Resumimos en este punto a J.C.SCANNONE, "El debate sobre la modernidad
a responder" 12 • Creemos que los desafíos son muchos, y que la pro- en el mundo noratlántico y en el Tercer Mundo", Concilium 244 (1992) 1024-1026.
También puede verse del mismo autor: "Nueva modernidad adveniente y cultura emer-
'º J.A.MERINO - F. MARTÍNEZ FRESNEDA (coord.), Manual de teología gente en América Latina. Reflexiones filosóficas y teológico-pastorales", Stromata 47
franciscana, Madrid 2003, XV-XXII; 19-21. (1991) 145- 192; "La religión en la América Latina del tercer milenio", Stromata 51
11
De hecho, nuestras reflexiones en torno al pensamiento franciscano se basarán (1995) 75-88; "La nueva cultura adveniente y emergente: desafio a la doctrina social de
sobre todo en uno de sus autores: San Buenaventura de Bagnoregio. la Iglesia en la Argentina", en AA.VV.,Argentina. tiempo de cambios. Sociedad. Estado
12
J. M. MARDONES, Posmodernidad ... , op. cit. págs. 11-12. y Doctrina Social de la Iglesia, Buenos Aires 1996, 249-282.
32 MICHAEL P. MOORE ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO FRANCISCANO 33

sustitución por la tecnoestructura: desde la manufactura, pasando 2.1.2. El distanciamiento de realidades


por la máquina de vapor y el complejo industrial, hasta las nuevas
tecnologías informáticas y robóticas 14 • La gran secularización cultural surgió poderosamente en el Re-
Pues bien, la modernidad así entendida está en crisis. Entre los in- nacimiento, donde se produjo un fuerte movimiento antropocéntrico
térpretes más calificados hay un consenso más o menos general no sólo que se consumó en el racionalismo, en el empirismo y en el
con respecto al hecho de la crisis, sino también a que un cierto modo de psicologismo. A partir de entonces el yo surge como fuerza y criterio
comprender la razón y la subjetividad han sido superados. Luego de decisivos. De tal modo que la realidad se divide en dos bloques: yo-no
una primera etapa de predominio de una racionalidad meramente ana- yo, yo-tú, yo-sociedad, yo-mundo, yo-Dios, yo-ley. La realidad se hace
lítica, formal, e instrumental durante el siglo XVIII, se pasó en el siglo marcadamente dual y antitética. En lugar de ver presencias en el
XIX a la preeminencia de la forma sistemática -sea dialéctica, sea otro, en el tú, en el mundo, en Dios, en la sociedad, se ven resistencias
funcionalista- de la misma racionalidad, que se hizo así cada vez más que hay que dominar, someter o eliminar. De este modo la vida hu-
totalizadora y hasta totalitaria. Sus efectos terminaron de hacerse ma- mana se convierte en el horizonte ineludible de incontables
nifiestos en la segunda mitad del siglo XX, en cuanto dicha racionalidad enfrentamientos y que tendrá su máxima expresión en la lucha con-
tocó -en todas las dimensiones de la sociedad y la cultura- sus límites. tra el otro, en un exacerbado ateísmo, en la exploración de la natura-
Otra manifestación de la misma crisis se dio en el fracaso de los leza a través de la técnica y en un individualismo irritante. El pro-
sistemas filosóficos totalizantes y de los sistemas políticos totalita- blema de la cultura moderna-occidental es, pues, un problema de
rios de diferente signo, así como de las ideologías y utopías que los distanciamiento de realidades que se han hecho recelosas y hostiles
sustentaban. Se cuestionó entonces toda absolutización de la razón, entre sí16 •
sea instrumental, sea dialéctica. Pero dicha crisis se hace ahora aún Este hecho del distanciamiento de realidades es general en todos
más evidente en la experiencia de los límites del desarrollo y progre- los elementos que componen la cultura y no se reduce al campo reli-
so materiales pretendidamente indefinidos, cuestionados por el cre- gioso. Las ciencias se encierran en su propio campo y crean un
ciente deterioro ecológico y humano. Así es como filosóficamente se especialismo restringido y excluyente, cuando no hiriente, que no
puede hablar del "fin de los tiempos modernos" (R. Guardini) y de la favorece la comprensión global de la realidad analizada, cayendo en
"superación de la filosofía de la subjetividad" (M. Heidegger) enten- el funesto regionalismo científico de compartimentos estancos, des-
dida desde el yo (individual, trascendental o colectivo) y desde la de donde se "espía" a las demás ciencias.
conciencia en su relación de posición y dominio de lo otro -y de los
otros- considerados solamente como objetos 15 •
2.1.3. El mito del progreso indefinido
14
La Ilustración ha explicitado los rasgos comunes a dichas revoluciones, como
son, por ejemplo: el centramiento en la razón crítica y secular; la autorreferencia tanto
de la misma razón (autotrasparencia) y de la libertad humanas (autonomía y
La modernidad se caracteriza esencialmente por su proceso de
autorrealización) como del mundo en su globalidad autorregulada y en la compleja racionalización 17, aunque tiene sus raíces lejanas en el pensamiento
diferenciación inmanente de sus subsistemas; el formalismo (matematización, griego. La racionalización de Occidente articula todas las manifesta-
dialectización, funcionalización, estructuralismo, informatización). ciones culturales: filosofía, teología, política, economía, arte, sociolo-
15
"Para algunos la crisis abarca sólo a la modernidad cultural o a algunos de sus
aspectos. Para otros se trata sólo de la crisis de una manera de comprender y vivir la
gía, etc. Ese espíritu formalizador y sistematizador de la racionalización
modernidad y las revoluciones modernas, a saber, la mencionada en el párrafo ante- conlleva el afán de predominio, de imposición y de explotación, que
rior; pero afirman que el proyecto de la modernidad misma está aún inconcluso. Otros, tiene su máxima expresión en la racionalidad científico-técnica y en
en cambio, prefieren hablar de posmodernidad, aunque la entienden de modos diferen- el espíritu capitalista. El interés, lo práctico, lo funcional van susti-
tes: como una radicalización de la modernidad o como su superación, sea ésta negativa
o positiva. Es así como en ese debate se distinguen y oponen al menos tres posiciones: 16 Cf. J. MERINO, "El franciscanismo ante los desafíos de la cultura actual", en
1) la neoconservadora; 2) la posmoderna; 3) la de la teoría crítica y racionalidad Acta Congressus Repraesentantium sedum studiorum OFM (4-13 Julio 1994), Roma
comunicativa". J.C.SCANNONE, "El debate ... ", 1025 ss. Nosotros nos limitamos aquí 1994.
a la descripción de la segunda de estas posturas. 17
Cf. M. WEBER, Ensayos sobre la sociología de la religión, T. l, Madrid 1984, 19.
34 MICHAEL P. MOORE ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO FRANC1dCANO 35
tuyendo a las categorías ontológicas del ser y de la gratuidad y se las cuestiones posmodernas. Quizá este descubrimiento nos haga ser
llega a una pacífica comercialización del mundo, entrando así en con- cautos a la hora de señalar rupturas de época. Pero nos indica tam-
flicto con la misma naturaleza, que se ha convertido en fuente inago- bién dónde está lo más valioso de la confrontación entre modernos y
table de beneficios y se la trata como un campo de herramientas. posmodernos: en las cuestiones que abordan.
Fundamentada en esa racionalidad, y alimentada por los avances Una vez más nos enfrentamos, en el desarrollo histórico occiden-
de la ciencia y por las ansias de emancipación, la modernidad se ca- tal, a los efectos históricos frecuentemente no queridos ni deseados,
racteriza también, por una fe inconmovible en el progreso ilimitado a los proyectos sociales y las utopías de la historia, la humanidad y el
de la humanidad. En lo siglos XVIII y XIX todo parecía augurarlo. hombre del futuro.
Los ilustrados concentraron sus esfuerzos en la educación del pue- En esta breve presentación de la problemática de la modernidad
blo, los marxistas esperaron que la lucha de clases condujera a una con relación a la posmodernidad, señalamos como síntesis de aquélla
sociedad reconciliada y los capitalistas, pusieron sus esperanzas en los siguientes rasgos 19 :
la revolución técnico-industrial. Pero el siglo XX ha resultado ser un l. un proceso de racionalización en el que se va configurando un
inmenso cementerio de esperanzas: dos guerras mundiales y cual- tipo de hombre orientado al dominio del mundo, con un estilo de pen-
quier cantidad de guerras más o menos localizadas hicieron experi- samiento formal, una mentalidad funcional, un comportamiento aus-
mentar el infierno en la tierra; los regímenes comunistas acabaron tero y disciplinado, y unas motivaciones morales autónomas, junto
convirtiéndose en auténticos campos de concentración y la gente de con un modo de organizar la sociedad alrededor de la institución eco-
los países capitalistas están descubriendo que, en medio de su opu- nómica y la burocracia estatal;
lencia, carecen de razones para vivir 18 • 2. un centro productor de relaciones sociales: la economía. La reli-
La modernidad, defensora de la autonomía individual y de un mar- gión, que tradicionalmente había ocupado ese lugar, es desplazada
cado individualismo narcisista, no ha traído la paz y la alianza entre hacia la periferia y se recluye, cada vez más, en la esfera privada;
los hombres ni entre éstos y la naturaleza, sino que ha sido fuente 3. una visión del mundo (cosmovisión) descentrada, desacralizada
permanente de conflictos, de tensiones y de divisiones; llegando a la y pluralista. Aparece el relativismo y se comienza a cuestionar la
dolorosa experiencia del malestar de la cultura (Freud), como se posibilidad de un fundamento, una verdad. Estamos en la sociedad
manifiesta en la conciencia infeliz, en la agresividad personal y en la del politeísmo de valores (dioses y demonios);
desilusión generalizada. 4. una razón que demuestra varias dimensiones o esferas (cien-
En definitiva: para toda una generación el mundo de repente se ha cia, moral, arte) que tienen su propia autonomía. Cada vez aparece
venido abajo ... La posmodernidad significa la entrada en una época cul- más difícil la posibilidad de una unificación e incluso de una
tural en la que crecen lo increyentes o escépticos de las bondades de la interacción mutua;
modernidad. La posmodernidad es la gran secularizadora de los mitos 5. una de estas dimensiones de la razón, la científico-técnica, ad-
consagrados por la modernidad. Es el desencantamiento del mundo quiere una preeminencia social que tiende a oscurecer la validez de
industrializado, racionalizado y pretendidamente en progreso lineal y las demás dimensiones de la razón. Ésta tiende a confundirse con la
ascendente, tanto por la vía liberal capitalista, como por la socialista. racionalidad científico-técnica;
6. una estructura social configurada por dos instituciones o siste-
mas predominantes: la tecno-económica y la burocrático-administra-
2.1.4. Resumen del proyecto moderno tiva. Constituyen la manifestación objetiva de la racionalidad fun-
cional (tecno-burocrática) que tiende a colonizar todos los ámbitos
Es evidente que la probemática posmoderna está ya presente en sociales y humanos;
la modernidad: la modernidad está grávida de posmodernidad. Al 7. un tipo de hombre celoso de su autonomía individual, pero con
desarrollarse los rasgos fundamentales de la modernidad aparecen ambivalentes manifestaciones de hiper-individualismo narcisista.
19 Estas conclusiones están tomadas de J . MARDONES , Posmodernidad ... , op. cit.
18
Cf. L. GONZÁLEZ-CARVAJAL , Ideas ... , op. cit. pág. 111 ss.
págs. 31-32.
36 MICHAEL P. MOORE ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO FRANCISCANO 37

2.2. Rasgos de La Posmodernidad Algunos van más lejos. Para ellos, también la historia se ha esfu-
mado. Hay solamente acontecimientos sin ninguna conexión entre
Ante todo, hay que señalar que en nuestra sociedad latinoameri- sí. Por supuesto, siguen existiendo historias pequeñas: las de cada
cana conviven la cultura postmoderna -que es la que más nos intere- uno. Pero los historiadores no han contado con ellas, sino que han
sa aquí- y la cultura moderna, con caracteres algunos comunes y seleccionado caprichosamente aquellos acontecimientos que -juntos
otros distintos respecto a esta sensibilidad, tal como ser desarrolla y entrelazados- producen la sensación de un todo unitario y lleno de
en el mundo Noratlántico. Nuestra intención es desarrollar los ras- sentido. Para que la humanidad viviese con la ilusión de estar "ha-
gos más comunes y generales. Evidentemente, tampoco existen indi- ciendo historia" se ha pagado un precio altísimo: eliminar enormes
viduos modernos o posmodernos en toda su pureza conceptual. La cantidades de materiales que no encajaban en el esquema.
descripción que haremos responde a lo que Max Weber llamó tipos Pero nos equivocaríamos si pensáramos que los posmodernos vi-
ideales 20 • Éstos se obtienen aislando las tendencias características ven trágicamente la pérdida del sentido de la historia; consideran
de un fenómeno, como si ellas dominaran en toda su pureza, sin ver- que es más bien una ocasión para la realización humana. Los moder-
se contrarrestadas por fuerzas opuestas21 • nos, creyendo posible construir un futuro mejor, sacrificaron el pre-
Y si bien no puede definirse una fecha de inicio de la posmodernidad, sente al futuro y, como no hay futuro, se quedaron sin presente y sin
podemos decir que surge a partir del momento en que la humanidad futuro. Los posmodernos, a su vez, convencidos de que no existen
empieza a percatarse de que ya no es válido el proyecto moderno. No posibilidades de cambiar la sociedad, han decidido disfrutar al me-
entenderíamos bien la posmodernidad si no percibiéramos que está nos del presente con una actitud hedonista que recuerda el carpe
hecha de desencanto 22 • La posmodernidad es el último tramo de la diem de Horacio 24 •
modernidad que, decepcionada de sí misma, trata de corregir la anda- Para los posmodernos, con el fin de la historia acaece el fin de la
dura precedente en lo que tiene de engaño y de frustración. Es decir, es alienación. La historia exige como condición un sentido que sólo se
la otra cara de la modernidad que desconfia de sí misma y se autoacusa, logra desde un metarrelato; pero los metarrelatos escatológicos son
al mismo tiempo que intenta superar las contradicciones y los presu- un enorme modelo de simulación; luego, eliminada la posibilidad de
puestos filosóficos que han creado nuestra sociedad infeliz, violenta e tal metarrelato, sólo nos queda el presente. Vivimos en el tiempo
inhumana. cumplido. Estamos ante una escatología realizada, presentista, que
Se erige en tribunal para hacer el proceso al proyecto de la mo- llama a vivir el presente como acto inmediato y total.
dernidad, pero no sólo como crítica y reajuste de cuentas al estilo de Para Vattimo, entramos en la era postmetafísica (Heidegger), don-
vida de la sociedad actual, sino como proceso implacable a su concep- de habremos de vivir eligiendo y decidiendo, no desde modelos esta-
ción e interpretación de la vida y a sus presupuestos filosóficos, prin- bles y fundados, sino desde la apertura radical a la realidad 25 •
cipalmente al mito de la racionalidad tan defendido y proclamado También la explicación de Baudrillard sobre el no-retorno que
por los pensadores ilustrados. inicia el dominio de la comunicación de los media gira alrededor de
la pérdida del cuadro de referencia de la historia 26 • Los hechos, los
2.2.1. De la historia al acontecimiento acontecimientos, ya no van a ninguna parte. Son agitados,
Según la tesis de Vattimo, lo que da origen a la posmodernidad en despiezados, observados por los medios de comunicación desde todos
filosofía es la idea de Nietzsche del eterno retorno de lo igual, que los ángulos. Pero no tienen totalidad a la que referirse ni poseen un
marca el fin de la época de la superación23 • marco de referencia en el que obtener sentido. Hemos perdido, con el
horizonte histórico, el sentido de la historia. Sin contexto no hay sig-
°Cf. M. WEBER, Ensayos sobre metodología sociológica, Bs.As. 1982,
2 79-101. nificado; sin telas, sin totalidad, la historia no existe. Nos movemos
21"En este sentido, los tipos ideales son una construcción mental; pero no son una en un espacio sin horizonte.
invención arbitraria, puesto que se fundamentan en algo que se da en la realidad"; L.
24
GONZÁLEZ - CARVAJAL, Ideas ... , op. cit. pág. 10. Cf. L. GONZÁLEZ-CARVAJAL, Ideas ..., op. cit. pág. 160.
25
22 Cf. L. GONZÁLEZ-CARVAJAL, Ideas ... , op. cit. pág. 156. Cf. G. VATTIMO G., El fin ... , op. cit. pág. 67.
26
23 Cf. G. VATTIMO, El fin de la modernidad, Barcelona 1986, op. cit. pág. 146. Cf. J. BAUDRILLARD , Las estrategias fatales, Barcelona 1984.
38 MICHAEL P. MOORE ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO FRANCISCANO 39
Nos hallamos ante la saturación de información, un alud de noti- lo referente al propio yo (grupos de encuentros, terapia de sentimien-
cias sin estructuración axiológica que nos hace perder el norte de lo tos, cuidado del cuerpo, etc.).
trivial y lo importante; una difusión inmediatística y acelerada que Por eso, la posmodernidad es el tiempo del "yo" y del intimismo; y es
no le permite a la noticia durar, ni al destinatario reflexionar sobre que tras la pérdida de confianza en los proyectos de la transformación
ella; una proliferación de efectos especiales y secundarios que frag- de la sociedad, sólo cabe concentrar todas las fuerzas en la realización
menta, aproxima o aleja el obj eto, y le quita al sujeto la posibilidad personal, con lo que aparece una neurasténica preocupación por la sa-
de ver con cierta distancia crítica el aspecto de las cosas. lud que se manifiesta en la obsesión por la terapia personal o de grupo,
El resultado final es el secuestro del acontecimiento; al carecer de los ejercicios corporales y masajes, saunas, dietas, bioenergía ...
referencia e incapacitarnos para la recuperación reflexiva vivimos Lo que se propugna es un marcado relativismo ético. Basta con
en la incertidumbre radical sobre la verdad 27 • funcionar con sentido común y dentro de las reglas pragmáticas que
los mismos grupos humanos generan, sin buscar legitimaciones
antropológicas. Desaparece toda barrera; todo es indiferente y, por lo
2.2.2. De la ética a la estética tanto, nada está prohibido.
Detrás de la ética abierta, débil y provisional de la presentabilidad,
Esfumada la ilusión de la historia, la estética sustituye a la ética. que tiene conciencia de lo poco que sabe acerca de sus razones y, por
Si no venimos de ningún sitio ni vamos a ninguna parte somos como consiguiente, se limita a instaurar vinculaciones temporales depen-
un viajero sin brújula. Ya no hay "deudas" con un pasado arquetípico dientes del contexto, está -repiten los posmodernos- no sólo el respe-
ni "obligaciones" con un futuro utópico. Cuando queda tan sólo el to a un dato objetivo histórico-social, sino el respeto al otro hombre,
presente, sin raíces ni proyectos, cada uno puede hacer lo que quiera, no como ejemplar de una humanidad abstracta y universal, sino en
cada uno puede ir a donde se le antoje: ninguna dirección es mejor lo que tiene de particular, de imprevisible y, en el fondo, de infinito 29 •
que otra. La filosofía no puede ni debe enseñar a dónde nos dirigi-
mos, sino a vivir en la condición de quien no se dirige a ninguna
parte (Vattimo). Si ésta es la condición humana, se imponen dos 2.2.3. Del metarrelato al pensamiento débil
consejos 28 :
l. Disfrutar ya sin aplazar las satisfacciones. Si el hombre moder- Como venimos repitiendo, el pensamiento postmoderno procesa
no estaba obsesionado por la producción, el posmoderno lo está por el a la razón moderna y acusa sus pretensiones racionalistas y
consumo. La moral puritana ha cedido el puesto al hedonismo: el omnicomprensivas. La desconfianza y la crítica postmoderna no so-
placer de la buena mesa, el goce sexual, el cuidado de la imagen, etc. lamente se levanta contra los sistemas globalizadores de la moderni-
Es lógico: cuando no se espera nada del futuro es preferible vivir al dad, contra sus dogmas y sus promesas, sino también contra los dis-
día y pasarla bien. cursos enmascaradores de dominio y contra los grandes relatos
Asistimos también a una desvalorización del trabajo y del esfuer- emancipadores. También se hacen sospechosos los que Freud llamó
zo: falta de interés por situarse más alto, si esto requiere más esfuer- "maestros de la sospecha"ªº.
zo; pérdida de la ambición, del afán de superación; declive del modelo La cultura de la posmodernidad rechaza los modelos ideológicos,
del self-made man (hombre que se forja a sí mismo). racionalistas y éticos que pretenden globalizar sus propios
2. Retirarse al santuario de la vida privada, donde se da la única paradigmas 31 • Todos los grandes principios y las solemnes proclamas
felicidad -modesta- que el hombre puede alcanzar. Asistimos a una
creciente indiferencia hacia las cuestiones de la vida colectiva 29
Cf. J .M.MARDONES , Posmadernidad ..., op. cit. pág. 70.
30
(abstencionismo polítíco y crisis de militancia), mientras sube todo 31
P. RICOEUR, Freud, una interpretación de la cultura, México 1978, 33 .
Tiene un gusto especial por el antimodelo, como se manifiesta en la literatura y
en muchos de los comportamientos de la vida actual, en la que frecuentemente se opo-
27
Cf. J. M. MARDONES, Posmodernidad ... , op. cit. pág. 65. ne lo irracional a lo racional, el anti-social al sociable, el anti-santo al santo, el anti-
28
Cf. GONZÁLEZ-CARVAJAL, "Educar. .. ", op. cit. pág. 245 . evangélico al evangélico, el anti-héroe al héroe, el anti-virtuoso al virtuoso.
40 MICHAEL P. MOORE ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO FRANCISCANO 41
vienen desmitificados en nombre de una realidad más modesta pero vir en la desfundamentación del pensamiento. Como decía Heidegger,
más auténtica, de una verdad menos idealista pero más realista, de vagamos por "sendas perdidas"37 , y únicamente hay 1ugar para un pen-
una realidad menos racionalizada pero más vitalizada y samiento débil y fragmentario: "yo, aquí y ahora, siento y digo esto". Y
pluridimensional. Se valora y se potencia lo fragmentario, lo parcial no sólo consideran que las convicciones firmes que dieron seguridades
y lo irrelevante en oposición al todo y a lo ejemplar. y razones para vivir a las generaciones pasadas han desaparecido para
Hoy se proclama a los cuatro vientos que hay que despertar del siempre, sino que aceptan el hecho sin derramar una sola lágrima.
sueño dogmático de la razón: un sujeto finito, condicionado, nunca Lipovetsky es rotundo: "Dios ha muerto, las grandes finalidades se
podrá establecer lo incondicionado, lo absoluto, lo incontrovertible. apagan, pero a nadie le importa un bledo: ésta es la alegre novedad"38 •
Sólo hay lugar para un saber precario32 •
Si las cosmovisiones filosóficas, políticas o religiosas que movili-
zaron a los hombres modernos no están fundadas sobre tierra firme 2.2.4. De la razón al sentimiento
¿qué son? Lyotard responde rápido: tan sólo grandes relatos. No pue-
den reivindicar ninguna objetividad: son simples narraciones, que la Al ocaso de la razón ha seguido una aurora esplendorosa de la
experiencia muestra como peligrosas, porque, antes o después, ape- subjetividad y el sentimiento. En consecuencia, el postmoderno no se
lan al terror para imponerse. Las grandes cosmovisiones son poten- aferra a nada, no tiene certezas absolutas, nada le sorprende y sus
cialmente totalitarias; todo aquel que se considera depositario de una opiniones son susceptibles de modificaciones rápidas.
gran idea trata de ganar para ella a los demás y, cuando éstos se Las minorías étnicas, sexuales, religiosas, culturales o estéticas
resisten, recurre fácilmente al terror... 33 Se impone renunciar a los han tomado la palabra y el individuo postmoderno, sometido a una
grandes relatos y contentarnos con un pensamiento débil: quien se avalancha de informaciones y estímulos, ha optado por un vagabun-
sabe portador de un pensamiento así, será necesariamente tolerante deo incierto de unas ideas a otras.
con quienes piensan y sienten de forma distinta 34 • Abandonada la idea de que no hay sino una forma de humanidad
Con el rechazo del culto a los grandes principios: Razón, Hombre, verdadera y solicitado por múltiples ofertas, cada cual compone a la
Libertad, Sociedad, Verdad, Pueblo, Ser Supremo, se liquidan las ins- carta su propio proyecto de existencia, sin preocuparse por la mayor
tancias normativas universales para atenerse sólo a lo concreto, a lo o menor coherencia del conjunto. Así, en lugar de un yo integrado, la
singular, y a lo transitorio. Se sientan así las condiciones para vivir fragmentación se presenta como el sino del hombre actual. ¿A este
lo singular e infinito de cada individuo. La no supeditación a un ideal mundo fragmentado habría que contraponer la nostalgia de una rea-
normativo dejará abierto el horizonte para que cada cual sea, en la lidad sólida, unitaria, estable y "autorizada"? Para los postmodernos
multiplicidad de contextos y en las vicisitudes de su existencia, el esto significaría la vuelta al mundo de nuestra infancia, en el que la
verdadero decididor de su destino 35 • autoridad familiar era a la vez aseguradora y amenazante.
Como es lógico, los posmodernos niegan en bloque esos grandes Con la pérdida de confianza en la razón, se ha perdido también
discursos de la modernidad sin refutarlos, porque emprender esa ta- cualquier esperanza de alcanzar un consenso social. Hoy cabe todo ...
rea supondría seguir tomando en serio la razón. Simplemente, acogen Los hombres modernos creían todavía que la libre confrontación de
tales discursos como puros ruidos; los dejan sonar con indiferencia36 • opiniones conduciría antes o después a un acuerdo en torno a la ver-
En la posmodernidad no queda más remedio que acostumbrarse a vi- dad y la justicia. Los posmodemos ni creen posible alcanzar ese grado
de integración social ni tampoco lo desean; una sociedad verdadera-
32 Cf. L. GONZÁLEZ-CARVAJAL, "Educar ...", op. cit. pág. 246. mente posmoderna es la constituida por infinitas microcolectividades
33
Así, el cristianismo recurrió a la Inquisición, el marxismo a la KGB, el nazismo a
los campos de exterminio y la civilización occidental a la bomba atómica Cf. J-F. LYOTARD, heterogéneas entre sí.
La posmodernidad (explicada a los niños), Barcelona 1987, 40, 91.
34
Cf. L. GONZÁLEZ-CARVAJAL,ldeas ... , op. cit. pág. 170. 37
35 M. HEIDEGGER, Sendas perdidas, Bs.As. 1960.
Cf. J. M. MARDONES, Posmodernidad .... , op. cit. pág. 75. 38
36 Cf. L. GONZÁLEZ-CARVAJAL, Ideas ... , op. cit. pág. 167. G. LIPOVETSKY, La era del vacío. Ensayos sobre el individualismo contemporá·
neo , Barcelona 1988, 36.
42 MICHAEL P. MOORE ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO FRANCISCANO 43

Los posmodernos renuncian a discutir sus opiniones; viven y de- y sociales de estas últimas décadas (desempleo, recesión económica,
jan vivir. "Dejádnos ser paganos", pide Lyotard. Pero se trata de una inseguridad ciudadana, sentimiento de soledad, etc.). Ambos tienen
tolerancia devaluada que, en el fondo, no es más que una forma de algo de razón. En los nuevos cultos se mezclan la sugestión, la bús-
indiferencia mutua 39 . queda de lo novedoso y también auténticas inquietudes religiosas.
También habría que señalar en la religiosidad posmoderna la "ven-
ganza de lo reprimido" (Freud): la modernidad inhibió la sed de Dios,
2.2.5. De la muerte de Dios a la "resurrección" de los dioses que es un constitutivo del ser humano, y ahora brota en estado "sal-
vaje"43.
En este proceso generalizado contra los absolutos y los mitos, la Tampoco es de extrañar que en la época posmoderna vuelva Dios,
posmodernidad también hace una depuración drástica de los ídolos cuando los que lo desterraron -los modernos- han caído en desgracia.
de Dios. La religión está también profundamente cuestionada, pero Pero no nos engañemos: la nueva cultura no permite que Dios recupe-
el ateísmo postmoderno -al menos en el plano más intelectual- no se re todos sus derechos; no le es fácil al hombre postmoderno amar a
presenta con la agresividad prometeica de Feuerbach, Marx o Dios "con todo su corazón" (Dt 6,5; Le 10,27), porque a él le van las
Nietzsche, sino con la resignación desesperada de un Camus o con la convicciones débiles, que se viven sin pasión y se abandonan con faci-
serenidad estoica de un Sartre. Dios ya no es el contrincante del hom- lidad. Como obedece a lógicas múltiples, se prepara él mismo su "cóc-
bre sino el Absoluto imposible al que hay que renunciar pues la úni- tel religioso", combinando la fe cristiana con creencias de variadas
ca experiencia posible es la verdaderamente humana en un mundo procedencias. Si tenemos en cuenta la aversión posmoderna a la
que se abre y se ofrece gradualmente y sólo en perspectivas, jamás fundamentación, no debe extrañarnos que al individuo no le preocupe
en su totalidad. en absoluto la falta de coherencia del conjunto. Como renuncia a bus-
No se trata de un ateísmo humanista, de reapropiación 40 • Frente car un sentido único y totalizante para la vida, cuando elige a Dios lo
al ateísmo clásico que buscaba en la eliminación de Dios la entroni- hace sin renunciar por ello a todo lo demás. La suya es una religión
zación del hombre, lo propio de este nuevo ateísmo en no querer he- "confortable", decididamente alérgica a las exigencias radicales 44 .
redar nada con la muerte de Dios. Se trata de un nihilismo positivo 41 • En el "mercado religioso" de la sociedad actual el individuo des-
Siguiendo a Nietzsche, entienden que la "muerte de Dios" y la desva- empeña el papel de "cliente" ante una variada "oferta religiosa", en-
lorización de los valores supremos abren vertiginosas potencialida- tre la que podrá elegir las creencias que más le gusten.
des: ver la existencia desfundamentada como chance 42 • Por otra parte, el individuo postmoderno desconfía de las iglesias,
Pero si la modernidad daba por supuesto que la mentalidad cien- porque se le antojan excesivamente controladoras del pensamiento y
tífico-técnica acabaría con cualquier vestigio de magia o incluso de de la conducta. Preferirá vivir su fe libremente.
religión, lo cierto es que, junto con este ateísmo se produce -al menos
en la "posmodernidad de la calle"- una proliferación de movimientos
religiosos y para-religiosos de todo tipo. 3. Franciscanismo
¿Cómo explicar ese boom? Algunos apelan a la necesidad de en-
contrar un sentido a la vida. Otros piensan que responde al deseo de 3.1. Metodo-lógica
hallar soluciones mesiánicas a los acuciantes problemas económicos
3.1.1. Más acá y más allá de la razón
39
Cf. L. GONZÁLEZ-CARVAJAL, Ideas .. ., op. cit. pág. 173.
4
o Cf. G.VA'ITIMO, El fin ... , op. cit. pág. 33.
41
Si el tema de la razón y el tipo de racionalidad hacen de bisagra
Cf. G.VA'ITIMO, El fin ... , op. cit. pág. 31.
42
Un ateísmo afirmativo y abierto como éste es fuente de creatividad y expectación en el pasaje de la modernidad a la posmodernidad, conviene que co-
continua ante la vida. Se vive lo que acontece como algo nuevo, inaugural: cada momento
s radicalmente nuevo, la creación está sucediendo a nuestro alrededor. Un misticismo 43 Cf. L. GONZÁLEZ-CARVAJAL, Ideas ... , op. cit. pág. 175.
terreno, a-teo, que lleva a Vattimo a ver ahí "el manantial mismo de la riqueza que nos 44 Cf. GONZÁLEZ-CARVAJAL,Ideas ... , op. cit. pág. 177.
constituye y que da interés, color, ser, al mundo"; G.VA'ITIMO, El fin ... , op. cit. pág.150.

1
44 MICHAEL P. MOORE ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO FRANCISCANO 45

meneemos por preguntarnos qué impostación tiene el pensamiento realidad, que mide sin ser medida, que juzga sin ser juzgada, que
franciscano sobre esta cuestión. afirma sin ser interrogada, reservándose la última palabra47 •
Y lo primero que surge es que tanto el itinerario espiritual per~o- El franciscanismo contesta ese primado de la razón invitando a
nal como la síntesis especulativa elaborada por los maestros francis- resituarla en otra lógica, porque en definitiva lo verdadero es verda-
canos se hayan fuertemente determinadas por la búsqueda de una dero en cuanto querido por Aquel que podía no quererlo. Así, lo ver-
sabiduría complexiva, unitaria y orgánica, que distingue pero no se- dadero sobrepasa lo racional, sin potenciarlo "irresponsablemente".
para, que une pero no confunde los distintos ámbitos del conocer. Esto exige, franciscanamente, que el primado no se conceda al inte-
Respuesta original en un momento clave de la historia de la proble- lecto sino a la voluntad y por tanto, no a la verdad sino al bien, pero
mática unidad-multiplicidad del saber 45 • no como antítesis sino como una superación de la lógica del intelecto
En esta búsqueda se produce un cambio de horizonte, ya que para y lo verdadero hacia una lógica del primado del bien, corazón de lo
los griegos el modo de ser es determinado por la razón y teorizado verdadero, su fuente y no su derivado 48 •
por la filosofía, mientras que para los medievales, el IJlodo de ser "Más acá" de la razón, entonces, porque el pensamiento francis-
queda determinado por la palabra revelada y desarrollado por la teo- cano recuerda que "en el principio era el Verbo", que es una Persona;
logía; para los griegos la verdad es el lagos de la filosofía, para los y "más allá" porque considera esa razón como intrínsecamente abier-
medievales la verdad es el Lagos encarnado de la teología; para los ta al misterio que la trasciende y que nunca podrá subrogar.
griegos es suficiente pensar bien y hasta el fondo la verdad (gnosis)
para alcanzar plenitud, mientras que para los medievales el pensar
bien es vano si no está sostenido y acompañado de la presencia forti- 47
En el transcurso de la modernidad, esa razón termina justificándose a sí misma
ficante y rectificante de la gracia 46•
y dando al mundo un sentido que antes se pensaba trascendente. Paralelamente, se da
Sin duda esta angulación no supone el desprecio de la razón, sino la autoafirmación del sujeto y la humanización del mundo, intentando el dominio efec-
el rechazo a ser considerada como punto de referencia de toda la tivo de cuanto existe y buscando la plena realización aquí, en el tiempo, a través de una
racionalidad instrumentalista cuyo sello es la eficacia.
48
Resulta sugestiva -aunque quizá demasiado esquemática- la comparación que
45
La cuestión se plantea a varios niveles: por una parte se trata del enwentro de Todisco hace del pensamiento tomista con el pensamiento franciscano. Mientras el
tradiciones culturales diversas: la platónico-agustiniana, largamente consolidada en el primero privilegia la racionalidad, el segundo subraya la gratuidad. Para aquél el acento
pensamiento cristiano del primer Medioevo, y la árabe-aristotelizante, que surge como cae sobre el c_a rácter objetivo de la verdad, que se debe respetar, mientras que para
novedad en Occidente. Por otra parte, este encuentro/desencuentro se traduce en una éste el acento cae sobre la libertad de Dios como punto de apoyo de una exploración
creciente tensión entre pensamiento teológico y racionalidad filosófica, entre saber reve- radical; para el pensamiento tomista, conocer equivale a emparentarse con la raciona-
lado y saber meramente humano (que tiene su punto culmen en las condenas de 12 Y .7º lidad de Dios, mientras que para el pensamiento franciscano equivale a situarse en "lo
1277). Y por último, como cristalización de lo anterior, una corriente que tiende hacia la abierto", donde se dan más preguntas que respuestas definitivas; para el primero, la
unificación total del saber en un único cuadro conceptual y otra que subr~Yª cada ~e~ investigación que abre la trama racional de las cosas, lleva a dominarlas, mientras que
con mayor fuerza la autonomía de cada campo de investigación Cf. R. MART~Z, "U~ta para el segundo, la búsqueda desemboca, en última instancia, en la acción de gracias;
e diversita nelle scienze. Radici e prospettive di un dibattito", en ID. (a cllfª di), Unita e en la perspectiva tomista que afirma que el bien es bien en sí, obrar éticamente equiva-
autonomía del sapere. Il dibattito del XIII secolo, Roma 1994, 12. le a respetar las leyes, mientras que para el franciscanismo que define lo bueno como
46 Según la tesis de Lowith, con el Cristianismo, el paradigma cosmo-antropológico
aquello que Dios quiere, obrar éticamente equivale a discernir los signos de los tiem-
greco cede el puesto al paradigma antropo-teológico, ya no centrado sobre la Physzs pos, a moverse entre la institución y la profecía; para aquél el saber es lugar de verdad
1
como lugar de lo divino en el mundo, sino en el hombre salvado por Dios del mu_n~o. y el principio epistemológico que sostiene el sistema es el principio de armonía entre
Obra de la gracia, la salvación llega a ser la pasión del hombre que buscagarantizar- Dios, hombre y mundo en el respeto de la jerarquía de lo real; para éste el saber es
sela, primero soportando los males en la obediencia a Dios (medioevo), Juego mtentan- siempre aproximativo y el principio epistemológico es la promesa de la verdad, vislum-
11 do develarlos según la lógica del progreso (modernidad). Por eso, se puede afirmar que brada ahora sólo en enigma; el pensamiento tomista pide a la modernidad que se rec-
la filosofía griega es pagana y tiene su fundamento en el lagos que se resuelve en la tifique la lógica que mortifica la trascendencia y exalta la inmanencia; el pensamiento
physis; mientras que la filosofía medieval es cristiana y tiene su fuente en el Verbu~ franciscano le pide que se dilate el contexto dentro del cual colocar el pensar, porque es
"medium omnium scientiarum". Cf. K. LÓWITH en Significato e fine della slorza, Mi- posible justificar lo que no alcanzamos a juzgar; aquél tiene fe en la razón que, bien
lano 1993; y en Dio uomo e mondo da Cartesio a Nietzsche, Napoli 1996.Citado en O. encaminada, conduce a Dios; éste sostiene que es necesario confiar la razón a la fe para
TO DISCO, Lo stupore della ragione. Il pensare franciscano e la filosofía moJtrna, Padova que no rechace como extraño lo que la trasciende. Cf. O. Todisco, "Il pensare ... ", 191-
2003, 7. 192.
46 MICHAEL P. MOORE ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO FRANCISCANO 47
3.1.2. Saber para saborear San Buenaventura va desde la posesión óntica (presencia de Dios
implicada en la fe y en la gracia) a la posesión intelectiva. Desde la
En un sermón que sintetiza bien los trazos de esta impostación, aprehensión oscura, que realiza nuestro ser, a la posesión clara que
San Buenaventura señala como camino para llegar a la sabiduría realiza nuestra inteligencia. La conformación previa con el objeto
comenzar por la fe, continuar por la razón para llegar a la contem- permitirá un "reconocimiento" que de otra forma sería dificultoso; se
plación49. La fe nos capacita para un asentimiento que llamaríamos conoce por identidad: sólo los ojos luminosos pueden ver la luz. La fe
volitivo al misterio revelado, que el don de entendimiento, sin elimi- implica una connaturalización con el objeto revelado mismo, de na-
nar, prolonga en un asentimiento intelectivo, y que la pureza delco- turaleza prelógica, y anterior a toda explicitación conceptual, pero
razón transforma en inevitable asentimiento, porque es ya experien- ¿Cómo pasamos de esa "noticia de las cosas de Dios" a una "ciencia"
cia, de algún modo visión, percepción inmediata5°. Asentimiento (fe), de las mismas?
intelección (razón), comunión (experiencia mística como anticipación Entre la fe y el abrazo, entre el mero asentimiento del creyente y
de la visión futura). Expresado en otra terminología, diríamos: co- la gustación fruitiva del místico, hay que colocar la actividad del don
nexión necesaria entre vida de fe, vida teológica, vida mística 51 • de entendimiento, que constituye un estado intermedio entre la vir-
Si la fe es el comienzo, el éxtasis es el fin. Porque, paradójicamen- tud de la fe a la que perfecciona 55, y el don de sabiduría, del que es un
te, la inteligencia humana sólo se aquieta en un objeto que la tras- escalón previo 56 •
ciende52; el grado supremo de conocimiento no es aquel en que apre- Si la fe es -ante todo- una adhesión de la voluntad, una decisión
hende el objeto, sino aquel en que se siente aprehendida por él53 , en del corazón en la oscuridad, más que una convicción en la luz, el don
el que hay tal plenitud de realidad, que el alma se siente superada y es lo contrario. El Dios que subyuga el corazón (Veritas quae cordi
ante el que sólo es posible el gozo, la admiración, el éxtasis. Este salir suo suadet) 57 para aceptar el misterio revelado, da luz para descu-
de sí para dejarse llenar del objeto, en pura receptividad, es pura brir razones, que nos lo hagan inteligible, que nos ayuden a entender
pasión, es una manera de conocimiento anticipado del cielo; la admi- lo creído. El que cree por amor quiere tener razones de su creencia;
ración es, de este modo, la cumbre del conocimiento de lo real54 . nada es más dulce para el hombre que comprender lo que ama; por
49
Como esquema de esta metodología, remitimos a la lectura del Sermo Christus eso, toda especulación nace de una necesidad del corazón, que quiere
unus omnium magíster, que en el n.15 señala el camino para llegar a la sabiduría: gozar, de manera más plena, del objeto de su fe 58 .
Ordo enim est, ut inchoetur a stabilitate fidei et procedatur per serenitatem rationis, Pero la intelección que ofrece el don de entendimiento no está
ut preveníatur ad suavitatem contemplationis.
60
III Sent. d.35 q.3 concl. clausurada sobre sí misma, sino que es "extensa", es decir, camino
51
Los tres estadios son de algún modo necesarios para la realización normal de la hacia una degustación 59. Bajo la actuación del don de entendimiento
vida cristiana. La fe lleva en sí misma una exigencia de comprensión, que. podrá ser se logra ya una delectación, la consiguiente a la Verdad contempla-
intuitiva, a-sistemática, o científica, orgánica y crítica (teología), pero que no será
da, pero inferior a la que ofrece el don de sabiduría, que sigue a la
sobrenaturalmente viva si no desemboca en comunión a su objeto, en "pasión" por Dios,
puesto que el don de entendimiento está ordenado al de sabiduría, en el que lo divino Suavidad divina gustada. Cuando se trata de definir este don y sus
no sólo ya se acepta desde fuera, sino que se "padece" desde dentro. efectos repite San Buenaventura siempre las siguientes expresio-
62
Licet intellectus et affectus animae rationalis nunquam quiescat nisi in Deo et nes: cognitio Dei experimentalis, cognitio experientiae quae attenditur
in bono infinito, hoc non est quia illud comprehendat, sed quia nihil sufficit animae
nisi eius capacitatem excedat. Se. Chr. q.6 concl.
secundum gustum, degustare diuinam suauitatem, gustus uel
53
Excessivum autem cognoscendi dico, non quo cognoscens excedat cognitum, sed saporation, experimentalis et dulcis cognitio60 •
quo cognoscens fertur in objectum excedens excessivo quodam modo erigendo se supra
se ipsum. Se. Chr. q. 7 concl. 55
5 III Sen t. d.34 1 a.2 q.1 concl.
' In vía enim possumus divinam inmensitatem contemplari raciocinando et admi-
56 III Sent. d.34 1 a.2 q.1 concl.
rando; in patria vero contuendo, quando erimus deiformis effecti, et excedendo, quando 57
C'rimus omnino inebriati; propter quam ebrietatem dicit Anselmus (Proslogium 26) III Sent. d.23 a. l q.2 concl.
58 Cf. E. GILSON , La Filosofía en la Edad Media. Desde los orígenes patrísticos
quod magis intrabimus in gaudium divinum quam gaudium divinum intret in cor
nostrum ... Et pro hac causa admiratio non tantum habet locum in via verum etiam in hasta el fin del Siglo XN, Madrid 1976, 412.
59
patria, non tantum in angelis, verum etiam in anima assumta a Deo. Se. Chr. q.6 concl. III Sent. d.35 a.l q.3 ad3.
60
Cf. III Sent. d.35 a.1 q.l concl.
48 MICHAEL P. MOORE ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO FRANCISCANO 49

Hablando del don de la sabiduría, afirma explícitamente: "El acto gresión del conocimiento de Dios, lo amoroso-experiencia! va ocu-
del don de la sabiduría, en parte es intelectivo (cognoscitivo) y en pando cada vez mayor preeminencia hasta "silenciar" lo meramente
parte afectivo, de modo que empieza en el conocimiento y se consu- conceptual: ibi non intrat intellectus sed affectus67 • En tanto nuestra
ma en el amor (in affectione), secundum quad ipse gustus vel soporatio facultad cognoscitiva no puede perseguir el Ser hasta verlo, nuestro
est experimentalis boni et dulcis cognitio"61 • Conocimiento experi- amor lo puede perseguir en cuanto Bien hasta tocarlo y gozarse en
mental de Dios que tiene, a su vez, una influencia de enriquecimien- El: amor plus se extendit quam visio 68 •
to para el mismo conocimiento especulativo: "El conocimiento expe- Alcanzando la unión amorosa, San Buenaventura dice que en el
rimental de la divina suavidad amplifica el conocimiento especulati- alma debe cesar toda meditación y que arriba el fin de todo conoci-
vo de la divina verdad" 62 • miento; pero también dice que se da un verdadero conocimiento, su-
Y es, precisamente, bajo la acción del don de sabiduría que se perior, "por verdadera, experiencia"69 • ¿Se contradice el autor? No,
realiza el modo eminente de acercarse al misterio: la contemplación porque lo que debe cesar es el conocimiento discursivo mediante los
sapiencial 63 , donde el amor supera a la inteligencia y va más lejos conceptos ordenados y las imágenes, pero no el conocimiento por ex-
que ella: "el afecto sube más que la razón, y la unión más que el periencia y cointuición70 •
conocimiento"64 ; "la memoria recibe, la inteligencia especula, la vo- Habituado a la luz de los discursos racionales, y faltando éstos, el
luntad se une ..."65 , alcanzando ya en el tiempo, aunque sin la pleni- espíritu tiene la impresión de estar en plenas tinieblas aunque,
tud propia del cielo, un encuentro inmediato con Dios. paradojalmente, sean tinieblas luminosas. Mirada en la oscuridad,
Así como la fe es camino para la caridad, el entendimiento se or- ver sin ver, pero en una admirable intensificación de amor.
dena al afecto: apex fidei, amor est. 66 • Y en la perspectiva de la pro-

61
III Sent. d.35 a.un. q.1 concl. El Doctor Seráfico se pregunta si el acto correspon- 3.1.3. Contemplar para seguir
diente al don de sabiduría debe ser atribuido principalmente a la parte cognoscitiva o
a la parte afectiva; para responder con exactitud, distingue cuatro acepciones de la La contemplación representa la última etapa del itinerario en
palabra sabiduría: como conocimiento general (communiter), como conocimiento de lo
eterno (minus communiter), como conocimiento piadoso de Dios (proprie), y como cono-
cuanto es el modo más perfecto de conocer, pero no significa el fin del
cimiento experiencia! de Dios (magis proprie). En este último sentido, la sabiduría es 67
Hex. coll.2 n.32. "Cum mens in illa unionem coniucta est Deo, dormit quodammodo
un don del Espíritu Santo que permite degustare la misma sabiduría divina. Para et quodammodo vigilat; sola affectiva vigilat et silentium omnibus aliis potentiis
realizar tal degustación interior y espiritual se requieren dos actos, aun cuando se imponit", Hex. col.2 n.30. La cuarta forma de la sabiduría expuesta en el Hexaemeron
trate de un solo hábito: uno lo pone el afecto, y es el que favorece la unión amorosa se corresponde con la experiencia mística afectiva de Dios de la última parte del
entre el que conoce y el conocido; el otro lo pone el entendimiento, ya que se trata de Itinerarium. Tal sabiduría, denominada por él "nuliforme" (nulliformis), es superación
una experiencia no solo afectiva sino también cognoscitiva. Pero al afecto le correspon- (trascendimiento) de las facultades sensitivas, imaginativas y estimativas; silencio y
de la parte principal: gustación amorosa a la que va unida "cierta noticia", que consti- quietud del entendimiento raciocinativo; suprema unión y vigilancia de amor (affectus);
tuye el supremo grado de conocer, ya que el conocimiento experimental es mucho más quietud y cuasi muerte a este mundo y pregustación del paraíso. Esta experiencia,
noble que el inquisitivo-discursivo. aunque es accesible a todos, es realmente de pocos. Cf. Hex. col.2 nn.28-34. Sobre las
62
III Sent. d.34 1 a.2 q.2 ad2. cuatro formas de la sabiduría ver P. BARRAJÓN MUÑOZ, La sabiduría cristiana se-
63
Para la diferenciación con la contemplación intelectual, con citas y bibliografia, gún San Buenaventura. Un estudio de las Collationes in Hexaemeron, Barcelona 1998,
ver J.G. BOUGEROL, "Contemplatio", en ID . (ed.), Lexique Saint Bonaventure, París 195-263 ("sabiduría nuliforme" en 253-263).
1969, 40-41. 68
Itin. c.7 n.4; Hex. coll.2 n.29; Cf. E.GILSON, La filosofía ... , op. cit. págs. 440-441.
64
III Sent. d.35 a.1 q.3 ad5. 69 T.V. c.l n.19. Esta sabiduría es un conocimiento de amor, superior al intelectual,
66
Hex. coll.21 n.31. porque mientras este último supone una presencia conceptual, aquel supone la presen-
66
Hex. coll.18 n.4. Esta distinción y subordinación se explica desde el contexto cia real del amor que conduce a la unión transformante: "Affectiva magis unit ipsi
general de la sabiduría buscada: es una inteligencia al servicio del amor; por eso, el affectabili quam cognitiva cognoscibili; unde amor transformat amantem in amatum",
elemento intelectivo y el conocimiento que de él procede, si bien desempeñan un rol III Sent. d.26 a.2 q.l ad2.
importante en la consecución de su objeto propio, cuando el alma se pone frente al 7
°Cf. L. VEUTHEY, La filosofía cristiana de San Buenaventura, Roma 1996, 59.
objeto de sus deseos, cede la primacía al elemento afectivo. No se trata ya tanto de "Et hic stare debet omnis meditatio nostra quia hic est finis omnis cognitionis et
conocer a Dios sino de gustarlo, de experimentarlo, de gozarlo; es, en otras palabras, la operationis: et est sapientia vera in qua est cognitio per veram experientiam", TV c.l
inteligencia al servicio de la devoción. n.18.
ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO FRANCISCANO !i 1
!iü MICHAEL P. MOORE

proceso creyente, dado que el conocimiento reenvía constantemente el nuestro; sólo enseña caminos el que los ha recorrido y experimen-
a la praxis. Todo el camino especulativo bonaventuriano, según vi- tado, más aún quien es el Camino. La "condición de posibilidad" de la
mos, está polarizado por el "ut boni fiamus et salvemur"; ninguna de contemplación y el seguimiento del Cristo Maestro es su previa do-
las etapas es cerrada en sí misma, sino dinámicamente abierta a la nación; su descenso posibilita nuestro ascenso 73 •
Hubsiguiente y en constante referencia a la historia. Fe-razón-con- Pero luego, esta contemplación debe estar orientada a la conversión
templación por una parte, y praxis por la otra, se reclaman mutua- y transformación, porque es propio del contemplativo amante transfor-
mente a modo circular. marse en lo contemplado amado. Es una suerte de movimiento circular,
Es lo que señaladamente advierte San Buenaventura de modo donde se trata de "aguantar" la mirada, cara a cara, de Dios; una con-
programático en el sermón ya citado -Cristo Maestro único de todos-, templación que nos empape de sus criterios. Y luego un "devolver" esa
luego de haber desarrollado los tres modus cognoscendi. En la últi- mirada que se traduce en una praxis orientada a la conversión.
ma parte, de los nn.20-28, parece resonar, de diversos modos, una San Buenaventura es consciente: la sola contemplación sin segui-
única idea: no existe verdadera fe (conocimiento) sin seguimiento miento ni conversión puede transformarse en una especie de evasión
(obras); de nada vale la teoría sin la praxis, la erudición sin el testi- espiritualista; y una imitación sin la experiencia del silencio contem-
monio de vida. plativo puede degenerar en moralismo o simple ideología.
En efecto, luego de haber fundamentado que Cristo es maestro y
fuente de todo recto conocimiento, el sermón se cierra con la exhor-
3.2. Teo-lógica
tación "Hic igitur tanquam principalis magíster est principaliter
lwnorandus, audiendus, interrogandus"71 • Una nueva tríada que se
3.2.1. "En el principio era el Don"
specificará a su vez en una doble consideración.
Cristo debe ser honrado para que se le atribuya la dignidad del
Resulta evidente la importancia que reviste para el desarrollo de un
magisterio; pero esto no se logra con una simple "confesión de pala-
sistema, la conciencia y sentimiento que se tiene sobre Dios y que se
bra", sino que se demuestra con la imitación. Del mismo modo, la
plasma en el nombre asignado como últimamente propio74 • Siendo para
escucha a Él debida no es "verdadera" si se limita a un entender su
nosotros radicalmente inefable, por ser radicalmente incomprehensible,
voluntad sin obedecerla, sin llevarla a la práctica. Como tampoco
El se ha compadecido de nuestra impotencia y nos ha revelado su ver-
debe ser preguntado por simple curiosidad sino por el sincero deseo
dadero nombre, con el que ya podemos nombrar-Lo: Ser y Bien75·
de saber y encontrar la verdad.
73 Así define X. Zubiri el entero proyecto bonaventuriano: "Es ciertamente un movi-
En otros términos, la respuesta del creyente a la revelación debe
ser integral, en la unidad de palabras y obras que se confirman mu- miento de la mente hacia un Dios revelador, pero hacia un Dios que está ya dado al
hombre, el cual se halla arrastrado por Él en ese acto o estado que es la fe. Entonces el
tuamente, y esto porque Cristo, nuestro maestro, no se limitó a ense- itinerario no es tanto un camino hacia Dios sino un camino en Dios hacia su interna
úar en teoría sino sobre todo con el ejemplo 72 • desvelación e inteligibilidad. Más que la marcha del hombre hacia Dios, es el trazado
Por tanto, la fe desemboca en una contemplación amorosa que de la penetración de Dios en la mente humana; un esfuerzo activo de la mente para
empuja al seguimiento, el cual, a su vez, permite una más profunda que se ilumine cada vez más un Dios abierto a ella", X. ZUBIRI, "Prólogo" a O.
GONZÁLEZ, Misterio trinitario y existencia humana. Estudio histórico teológico en
contemplación afectiva del misterio revelado. La meditación de los torno a San Buenaventura, Madrid 1965, op. cit. 120.
misterios incita a la imitación, en una perspectiva dinámica, donde 74
San Buenaventura da gran importancia a la Teología de los nombres divinos, en
la vida de Cristo cabeza del cuerpo, da a sus miembros el ejemplo y la cuanto éstos son cauces contentivos .Y expresivos de nuestro conocimiento de El; el
capacidad-posibilidad de revivirlos. En este sentido, podemos hablar nombre tiene su misterio como epifanía de la realidad. Por eso el problema de los nom-
bres de Dios es el problema de su conocimiento; la palabra es sólo manifestación de un
de una contemplación pasivo-activa: contemplar los misterios de Cris- contenido interior. El hombre sólo puede hablar en torno a Dios. Nombrarse, decirse,
to es ver su camino hacia nosotros y dejar que sea Él quien proyecte sólo es posible a Dios mismo, y el nombre que se dé, será la expresión perfecta de su ser.
Cf. O. GONZÁLEZ, Misterio trinitario y existencia humana. Estudio histórico teológico
71
en torno a San Buenaventura, Madrid 1965, op. cit. 120.
Chr. Mag. n.20. 75
I Sent. d.22 q.3 concl.; cfr. Hex. coll.10 n.10; Itin. c.5 n.2
71
llrcv. 6 c.8 n.2.
fi2 MICHAEL P. MOORE ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO FRANCISCANO 5:)

Estos dos nombres condensan todo lo que el hombre puede pensar cuencia, todos los seres se ordenarán a él como causa final. Así, en el
y afirmar de Dios, abarcando el doble aspecto de la realidad divina: ltinerarium, a partir del axioma dionisiano "Bonum diffusivum sui",
el aspecto metafísico y el económico, el teístico y el trinitario, corres- explicará no sólo la procesión creatural sino la comunicatio, entendi-
pondientes a las dos etapas en que la revelación ha tenido lugar; y da como las procesiones y relaciones personales ad intra del misterio
aquí radica la peculiaridad de nuestro autor. Lo que para los anterio- trinitario, convirtiéndose así este principio en razón necesaria de la
res teólogos era una pura discusión metafísica -saber si Dios se defi- Trinidad: porque Dios es el Bien, es trino 80 ·
ne como Ser o como Bien- él lo ve bajo una perspectiva histórica: Dios En esta óptica del primado de la Bondad, la voluntad divina apa-
se ha revelado primero como Unidad (Ser) y luego como Trinidad rece como el fundamento último de cuanto existe, no como expresión
(Bien); el primero nos ha sido revelado por Moisés (Antiguo Testa- de necesidad sino como fruto de un gesto creativo, esencialmente gra-
mento), el segundo por Jesucristo (Nuevo Testamento) 76 • tuito.
Dios es el Ser; y este nombre enuncia la perfección absoluta y El pensamiento franciscano reconoce como punto de partida el
omnímoda de la esencia divina 77 • Sin embargo, este nombre es aun Dios de la revelación que no se presenta como resultado-descubri-
pasible de perfección en la revelación que el mismo Cristo nos hará: miento último de la lógica de la razón, sino más bien como rechazo a
Dios es el Bien78 • Privilegiar uno u otro nombre determina todo el ese pretendido primado soberano (cf. 1 Cor, 1, 22ss.).
sistema de pensamiento. El decidirse ante la disyuntiva significa Dios como Bien y Bondad es el origen del ser, que se dona gratui-
haber elegido una metafísica, una teología, y una cosmología. Esta tamente: sin por qué pero no sin sentido. Esta donación invita a ins-
dos líneas tendrán enclaves distintos en toda su estructura. La pri- talarse en la lógica de la alteridad, no sólo como superación del egoís-
mera -Metafísica del Ser- reclacará el ser, la inteligencia, el saber, la mo del yo, sino como reconocimiento de la pobreza que supone pre-
especulación. La segunda -Metafísica del Bien- acentuará el papel tender agotar el sentido de lo real en lo verdadero. En efecto, al Bien
de la voluntad, el impulso hacia la posesión de Dios más que hacia su corresponde la lógica del don, que es la lógica de lo in-deducible, lo
comprehensión racional, el amar más que el saber, la contemplación im-previsible, lo excesivo, que sólo puede ser acogido con admiración
más que el discurso; la experiencia espiritual de las cosas en el alma y gratitud. La lógica secreta de lo verdadero no es la lógica de la
y en el Bien mismo (experiri) más que la experiencia empírica de las concatenación entre causa y efecto, sino la lógica de la
mismas (experimentare) 79 · sobreabundancia, que es la "lógica sin lógica" o lógica de la libertad,
San Buenaventura, intuyendo que en la síntesis de ambas se en- donde lo real no es pensado como effectum sino como volitum, como
cuentra la verdad total, opta por la corriente que arrancando de Platón evento esencialmente gratuito e inesperado, expresión del querer de
y pasando por Plotino y el Pseudodionisio alcanza en él su más clara Aquel que libremente ha querido que las cosas sean 81 .
y coherente sistematización. Dentro de su cosmovisión, el Bien ejer- Y coherente con esta lógica donde la medida es el bien, la realidad
cerá una causalidad eficiente sobre todos los seres, y como conse- se manifiesta plural y diversa como lugar de expresión de la
76
sobreabundancia del bien. La creación se inscribe dentro de la lógica
Y ambos son nombres propios; son los dos querubines que custodian el arca de la
a lian za, símbolo bíblico que San Buenaventura utiliza para designar la unidad y trini-
del volitum en el sentido que las criaturas no han sido queridas por
dad con sus respectivos nombres: Ser y Bien. Itin. c.5 n.2 ; cf.Ex. 25, 18 cit. en Itin. c.6 n.4. una razón objetiva que se impone a Dios; antes de existir, pertene-
77
Este nombre entraña todos los demás nombres que podamos encontrarle, porque cían al horizonte indefinido del possibile logicum, por eso, para el
es el de mayor comprehensión y extensión; el hombre lo encuentra escrito en su alma y pensamiento franciscano, el valor de las cosas, antes que en la cosas
nun ca acabará de penetrar su contenido. Con este nombre situamos a Dios frente a
mismas, reside en Aquel que las ha querido. Y así, podemos afirmar
todo lo finito y creado, frente a todo aquello que tiene su ser no como lo propio sino como
co municación y donación. Dios es; lo demás existente tiene ser, recibe la existencia; que este mundo es el mejor porque ha sido querido, y no que ha sido
Di os no tiene otro nombre que no sea reductible a éste: El que es. Cf. I Sent. d.22 a .u .
q.:J c.; Hex. coll.10 n.18 80 Itin. c.6 n.2. En general, San Buenaventura reserva el término "comunicación"
78
Ideo mag íster noster Christus, uolens adolescentem qui seruauerat legem ad para las emanaciones intradivinas, utilizando "difusión" sólo para referirse a las pro-
,•un ngelicam levare perfectionem, nomen Bonitatis Deo principaliter et precise attribuit. cesiones creaturales, extradivinas.
N1• 11io, inquit, bonus nisi solus Deus. Itin. c.5 n.2 81 Cf. O. TODISCO, "Il pensare ... ", op. cit. págs. 122-137; 142-146, con abundante

n cfr. O.Go nzález, Misterio ... , op. cit. pág. 124. cita de textos de Escoto.
54 MICHAEL P. MOORE ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO FRANCISCANO 55

querido porque es el mejor, lo que no significa que no sea el mejor de ción más profundas en la misma realidad divina trinitaria, en el seno
los mundos posibles. Lo que se quiere acentuar es la libertad divina de la cual el Hijo es don del Padre que no retiene nada para sí y es
y la contingencia creatural: no hay criatura que haya sido querida igualmente restitución total de parte del Hijo al Padre de cuanto
por lo que / a causa de lo que es. este le dona, en el vínculo del don recíproco total que es el Espíritu
En definitiva, la razón del ser no está en el ser, sino en la libertad Santo. Así el acontecimiento Jesucristo integral como evento de po-
infinita de Dios y por tanto, fuera de la razón, más allá de la razón, en breza está radicado en la vida trinitaria, donde en un cierto sentido
Aquel que podía no quererlo y sin embargo lo ha querido. Y queriéndo- las Personas divinas "se vacían" y "se empobrecen" al darse total-
lo ha hecho de nosotros el contenido de su libertad. Cada criatura es mente la una a la otra en el amor, pero al mismo tiempo y precisa-
una nueva y original palabra divina82 • Ante esto, la razón es invitada a mente por esto "se enriquecen" plenamente de la única realidad divi-
"testificar" contemplativamente lo que se da, como un hecho, no como na en el dinamismo de su comunión de amor84 •
una necesidad. Y si Dios habla, nuestro primer deber es escucharlo, Esta intuición de Francisco será desarrollada por los maestros
para que dé sentido a nuestras preguntas. No somos nosotros quienes franciscanos, de un modo particular en la teología de la cruz de San
buscamos a Dios sino que es Él quien tiene la iniciativa de salir a Buenaventura, que se desarrolla en un movimiento que va del Verbum
nuestro encuentro en una historia de alianzas ininterrumpidas. abbreuiatum al Verbum crucifixum. La encarnación es leída como la
condescensio del Verbo, que se hace Verbum abbreuiatum, y que des-
emboca en el Verbum crucifixum, punto de máxima concentración de
3.2.2. "Y el Don se hizo kénosis" la revelación 85 •
La humilitas Dei es cuanto de más profundo revela de sí Dios en
Dentro de esta lógica de la gratuidad, el primer don de Dios al la encarnación y, sobre todo, en la cruz86 • La razón última de la encar-
hombre es su mismo Hijo que se hace carne. nación es Dios mismo; el pecado ha sido sólo una ocasión, no el moti-
A. Gerken 83 descubre ya en la experiencia y en el pensamiento de vo principal. Es el amor de Dios que frente al pecado, es amor que se
Francisco una intuición teológica original gracias a la cual ha conce- humilla y que quiere revelarse desde el corazón mismo de esa reali-
bido a Dios como amor que se ha revelado en la forma de despojo de dad de pecado. La encarnación es la invitación oficial a la salvación
sí mismo en la encarnación, en la vida histórica de Jesús, muy espe- que culmina en la cruz; es el velo humano que esconde la cruz hasta
cialmente en la cruz y continúa revelándose de tal modo en el curso su dolorosa revelación en el calvario87 •
de los siglos en el sacramento kenótico de la Iglesia; en base a esto el Desarrolla una teología de la redención centrada en el Crucifica-
seguimiento es vivido y visto como inserción del creyente en la forma do y concebida como la "consecuencia" de una pasión de amor (excesus
de existencia kenótica de Cristo y de la Iglesia en el Espíritu. amoris) que produce en el hombre una nueva creación (recreación de
Jesucristo es aquel que tomó la verdadera carne de nuestra hu- la imagen de Dios ante el pecado que es una tendencia al no-ser,
manidad y fragilidad, despojándose de la majestad y excelsitud de su destructora) 88 • Así, la redención es el misterio del amor loco de Dios;
naturaleza divina, y se sometió a la caducidad de nuestra carne, ha-
ciendo la dolorosa experiencia de la pobreza sociológica y voluntaria 84 En la misma línea de análisis puede verse G. IAMMARRONE , La cristología

y viviendo pobre con los pobres. francescana. lmpulsi per il presente, Padova 1997, 80-94.
El acontecimiento Jesús es interpretado en todo su ser y proceso 85 F. CHAVERO BLANCO, "Teoría bonaventuriana de la redención. Sus presupues-

como acontecimiento de pobreza que encuentra su raíz y su motiva- tos antropológicos", Estudios Franciscanos 86 (1985) 542.
86 El tema de la humildad de Dios está extensamente estudiado en la obra de A.

GERKEN, La Théologie ... , op. cit. págs. 357-377; y últimamente por C. V. POSPISIL,
82
Esta perspectiva se encuentra desarrollada en O. Todisco, Le creature e le parole. "Croce del Figlio come profondita e umilta di Dio in San Bonaventura", La Sapienza
Da Agostino a Bonauentura, Roma 1994. della croce 11 (1996) 41-51; 123-131.
s:i Cf. A.Gerken A., "La intuición teológica de San Francisco de Asís", Selecciones de 87 Cf. C. DEL ZOTTO, La teología dell'imagine in San Bonauentura, Vicenza 1977,
Francsicanismo 68 (1994) 166-190. En la misma perspectiva realiza el estudio de la 243;252.
lPología bonaventuriana en La théologie du Verbe. La relation entre l'incarnation et la 88 El c.4 del Itinerarium está centrado en la obra redentora de Cristo vista no como

crea/ion selon S.Bonauenture, Paris 1970. satisfacción del pecado, sino como restauración de la imagen de Dios.
56 MICHAEL P. MOORE ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO FRANCISCANO 57

es la locura de la cruz (1 Cor 1, 23), que no se reduce a un simple miento. La asunción de la cruz por parte de Dios es una crítica a todo
"medio de redención y salvación", sino que es la estructura que sos- conocimiento natural con pretensión de totalidad respecto a Dios 93 .
tiene y une todo el universo; es la expresión del amor de Dios que en Por eso, en este momento más que nunca -cuando la
el Hijo, su imagen, sostiene todas las cosas 89 . automanifestación divina alcanza su paroxismo-, San Buenaventu-
En definitiva, a nuestro autor -escribe von Balthasar- "le intere- ra proclama la insuficiencia radical de la razón para conocer la Ver-
sa solamente el movimiento de amor entre el Dios hecho pobre y el dad94. Y entonces tiene lugar el autotrascendimiento afectivo del
hombre hecho pobre, que se encuentran en el beso nupcial de la cruz''90. alma hacia Aquel que es su más íntima nostalgia y aspiración: el
La cruz se convierte en crux intelligibilis, en la cual cielo y tierra, Verbo -ahora Crucificado- y por Él, la Trinidad toda, origen y meta
Dios y la humanidad, eternidad y tiempo, convergen en la persona de del deseo de cuanto existe y particularmente del corazón del hombre,
Jesucristo. Creación, encarnación y redención deben ser interpreta- hecho a su imagen95 .
das como las coordenadas de un mismo plan salvífico, que en sí mis-
mo es revelación del amor misericordioso de Dios91 .
Cristo es el lignum vitae y el líber vitae escrito a doble página, 3.3. Antropo-lógica
por dentro y por fuera, abierto para que leamos en su humanidad y
en su divinidad. Libro 92 que sólo se abre del todo en la cruz. 3.3.1. Un hombre "naturalmente sobrenatural"
Palabra, libro, que pone en discusión todo conocimiento natural o
espontáneo de Dios. La trascendencia del Dios que se revela en la Coherente con la concretez e historicidad de todo el pensamiento
cruz no puede ser concebida por ninguna filosofía, porque ahí se re- franciscano, y aplicado este principio a la antropología resulta que
vela en lo que es aparentemente antidivino, en el dolor y en el sufri- estando el hombre real destinado al orden sobrenatural, solamente
desde este ángulo de visión podemos capatarlo tal como es, obviando
consideraciones sobre un hipotético hombre inexistente. Ahora bien,
93
Cf. JUAN PABLO II, Fides et ratio n.22. H .U. von Balthasar, cercano a nuestro
89
Cf. C. DEL ZOTTO, La teología ... , op. cit. 250. autor en este punto escribe: "El corazón, efectivamente, es para Buenaventura el ver-
90 H.U. VON BALTHASAR, "San Buenaventura", en Gloria. Una estética teológica. dadero centro del hombre(. .. ) La Sagrada Escritura revela el "corazón de Dios", "el
II Estilos eclesiásticos, Madrid 1986, 338-339. "En Buenaventura, la teología de la corazón profundo" (cor altum), que se ha hecho cor humiliatum et contritum en la
esponsalidad y la espiritualidad nupcial son omnipresentes(. .. ) Estrechamente conexio- cruz, cor humillimum altissimi Jesu. Este corazón abierto y accesible por la herida del
nado con ella (. .. ) es la concepción de la teología como sapientia, como sapida scientia, costado encierra un misterio insoluble. ¿De dónde proviene su herida? "Tu corazón ha
que está por encima de la ciencia teórica y de la práctica, 'porque el conocimiento de sido vulnerado para que a través de la herida visible se hiciese visible la invisible
que Cristo murió por nosotros y otros conocimientos afines mueven al amor de forma herida del amor... La herida carnal revela la herida espiritual"; como se dice en el Can-
totalmente distinta a como Jo hace una proposición geométrica, salvo que el hombre tar de los Cantares: "Vulneraste mi corazón, hermana mía, esposa mía, has herido mi
sea un pecador obstinado"', Id. 257. corazón(. .. )Si el corazón de Dios no hubiese sido vulnerable en sí mismo, ¿cómo habría
91
Cf. F. CHAVERO BLANCO, "Teoría bonaventuriana ... " op. cit. 528. Quien ha co- podido herirle el amor de la esposa? Es, pues, la salida de Dios al riesgo y a la nada de
nocido la revelación del amor de Dios en su punto de más alta expresión, esto es, en el la creación Jo que radicalmente revela la vulnerabilidad del corazón de Dios. En la
Crucificado, puede luego "re-leer" la revelación en toda la realidad. Escribe V. Battaglia humildad de esta vulnerabilidad está la condescendencia (condescendensio) de Dios, y
reflexionando sobre el Itinerarium: "Alla luce del Cristo crocifisso, il Padre e davvero por ende, su disponibilidad esencial hasta llegar al amor de la cruz". H .U. VON
'visibile' ne! mondo, in se stessi, negli altri ... ! Lo e perché Egli viene ormai contemplato BALTHASAR, "Buenaventura"... , op. cit. págs. 336-337.
94
la dove si e reso 'visibile' in verita, e percio insuperabilmente: ne! Cristo crocifisso. "Y en este tránsito, si es perfecto, es necesario que se dejen todas las operaciones
Nelle tenebre prodotte dall'evento tragico della crocifissione, le quali sono 'luce' solo intelectuales, y que el ápice del afecto se .traslade todo a Dios y todo se transforme en
per chi crede ne! Crocifisso quale Rivelatore di Dio Amore", V. BATTAGLIA OFM, "La Dios. Y esta es experiencia mística y serenísima, que nadie la conoce, sino quien la
contemplazione del Cristo crocifisso ne!' Itinerarium mentís in Deum di S. Bonaventura", recibe, ni nadie la recibe, sino quien la desea; ni nadie la desea, sino aquel a quien el
La sapienza della croce 4 (1989) 305. fuego del Espíritu Santo Jo inflama hasta la médula. Por eso dice el Apóstol que esta
92
Cf. J.G. BOUGEROL, "Liber", en LSB, 91-92. Libro es testificación y comunicación mística sabiduría la reveló el Espíritu Santo". Itin. c.7 n.4.
95
de Alguien para alguien; acto de un sujeto que quiere darse a conocer a otro, para ser A este conocimiento San Buenaventura Jo llama "excesivo"; el cognoscente es
leído y aprendido. A través del libro, como signo y presencia eficaz, encontrará el lector la aferrado por el conocido -in excessivo vero cognitum capit cognoscentem-, participan-
persona de quien lo ha escrito. Cf. O. GONZÁLEZ, Misterio trinitario... , op. cit. 46. do así del modo modo más radical en esta vida a su objeto propio Se Chr. q.7 concl.
58 MICHAEL P. MOORE ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO FRANCISCANO 59
como ese hecho de la ordenación del hombre al fin sobrenatural nos expresa fuera de sí lo que Él mismo es desde toda la eternidad. Al
es conocido únicamente mediante la revelación, de ahí que la filoso- interno de esta automanifestación divina está el Verbo como expre-
fía pura no basta para decirnos qué es el hombre. No comprendemos sión eterna e intratrinitaria de Dios: "per Verbum increatum" el Pa-
en su ultimidad a un ser si desconocemos su fin, o sea la perfección a dre ha pronunciado el mundo desde la eternidad, haciendo de su
que está destinado y que lo constituirá en lo que plenamente debe Palabra intratrinitaria el lugar ejemplar del decir creativo, en el cual
ser. Franciscanamente y tomando prestadas palabras de autores hace residir las formas eternas de las cosas. "Per Verbum incarnatum"
modernos afirmanos que "el hombre es más de lo que es" (Heidegger), la autoexpresión de Dios se pronuncia y se comunica al interno de la
o también: "cuanto las cosas son no puede ser entendido sino desde lo historia manifestando su rostro salvífico en el anonadarse de su Hijo
que tienen que llegar a ser, es decir, desde su bondad (Zubiri). hecho carne. Por tanto el mundo, entendido como expresión creativa
En gran parte de la cultura actual se ha hecho objeto de análisis la y salvífica de Dios ''per Verbum" lleva en sí por constitución la im-
capacidad del hombre de superarse a sí mismo mediante la libre deci- pronta del misterio divino; en su modo de ser las cosas constituyen
sión de la persona. Frente a la naturaleza ya determinada en todas vestigios que reenvían a Dios y revelan su rostro, son espejos del en-
sus posibilidades se levanta el hombre que decide sobre su futuro y sí trinitario.
sobre su misma vida; será lo que haya decidido ser. Pero esta prerroga- El ejemplarismo ha descubierto tales lazos de unión entre Dios
tiva de poseerse a sí mismo, siendo algo innegable, no consitituye la y el hombre que, sin divinizarlo, lo ha hecho capaz de poseer la
más gloriosa de las excelencias humanas; porque ese ser más que lo divinidad; y por otra parte, de tal manera ha sintetizado en él la
que es, siempre resulta una posibilidad que gira en torno al hombre creación entera, que, sin confundirse con ella, le ha dado finalidad y
mismo. La decisión existencial, por mucho que se la quiera exaltar, sentido.
está condicionada por la esencia del hombre. Lo notable, y que sola- Término medio de la creación, el hombre, que une sus dos extre-
mente a la luz de la revelación se logra conocer, es que el hombre está mos, el corporal y el espiritual, es la creatura que Dios debía produ-
vocacionado a llevar a la práctica una decisión existencial que se en- cir para que la creación fuera una obra perfecta, manifestación, so-
cuentra en un plano superior al de la pura y desnuda naturaleza hu- bre todo, de la bondad divina: el hombre -el alma humana- es el único
mana. Es cierto que no nos bastamos para elevarnos a ese plano supe- ser que ha recibido el poder de comunicar a otro-al cuerpo-, las per-
rior; esto demuestra que si queremos enfrentarnos con el hombre en fecciones más íntimas, la inteligencia y la vida, mediante la unión
su realidad concreta, y no con un hombre hipotético, no podemos des- sustancial.
echar ninguno de los medios que este hombre necesite en orden a la El hombre es, además, el que da sentido y finalidad a las creaturas
consecución de su finalidad como hombre. No nos es lícito hacer una materiales del universo; aunque tienen una estructura óntica pro-
fisura en el hombre mirado desde el punto de vista teleológico en hom- pia, éstas son incapaces de conocerse y por tanto están subordinadas
bre natural y sobrenatural; es Dios el que ha querido esa elevación, así a una inteligencia que con su conocimiento las refiera a su Creador y
como es El quien ha querido, libremente, nuestra existencia. les permita cumplir su rol de ser manifestaciones. En este sentido,
podemos señalarle un rol de mediador y pontífice.
3.3.2. Un hombre "ejemplar" Dado que Dios creó el mundo para manifestarse, era necesaria la
creación del hombre para que leyera este libro de la naturaleza. El
La antropología bonaventuriana se entiende desde la clave hombre, pues, debía ocupar un rango más elevado que el de ser som-
ejemplarista96 : cuanto existe emana de un acto de amor de Dios quien bra y vestigio; no solamente debía llevar impresa en su ser la analo-
gía del ser divino, sino que además debía saber que por sus raíces
96
La doctrina ejemplarista, clave hermenéutica de la síntesis bonaventuriana, con- ónticas era una semejanza de Dios y debía tener la posibilidad de
siste en poner de relieve las semejanzas y la relación íntima que existe entre Dios y las
creaturas, las relaciones de expresión que existen entre las creaturas tal como son en conformarse al modelo según el cual había sido formado; en una pa-
sí mismas y tal como son en Dios o en el Verbo. Se considera a Dios como prototipo de labra, debía ser la imagen de su autor.
todo cuanto existe y la razón según la cual las cosas están en Él. Cf. J.M. BISSEN,
L'exemplarisme divin selon Saint Bonaventure, París 1929, 4.
60 MICHAEL P. MOORE ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO FRANCISCANO 61

3.3.3. "La imagen es lo que cuenta" Esta capacidad activa es la que da a la a ntropología
bonaventuriana su esencial intencionalidad y dinamicidad. El hom-
Decir que el hombre es imagen de Dios es la suprema afirmación bre es capaz de Dios en un sentido activo porque siente la tensión
que de él podemos hacer, porque con ello entroncamos el misterio del hacia lo Trascendente que lo define, y junto a tal tensión, surge la
hombre en el misterio mismo de Dios, conectamos inseparablemente presencia que lo habita. Y esta tensión y referencia se traducen en
el ser y el conocimiento de ambos. La antropología cristiana de San un proceso gradual de apertura, ordenación y asimilación a Dios.
Buenaventura parte de esa categoría que implica una plena Ser imagen de Dios, implica pues ser capaz de El por el conoci-
relativización del concepto de hombre. Lo decisivo que de él puede miento y el amor; mas aún, el alma es principalmente imagen cuan-
afirmar es su radical referencia ontológico-estructural a Dios, la par- do de hecho, es decir, actualmente, conoce y ama a Dios, pues enton-
ticipación en el misterio mismo de su ser, comunicando así a su vida ces refleja en sí misma a Dios por su presencia en la memoria, su
trinitaria. conocimiento en la inteligencia y su amor en la voluntad. Y entonces
La teorización elaborada en torno al teologúmeno bíblico de Gn se asemeja a Dios pues el que conoce se asemeja al objeto conocido, y
1,26 supone la no aceptación -por inconsistentes- de definiciones como el amante se transforma en el amado.
la aristotélica de "animal racional" o "animal social" porque nada di-
cen de la relación del hombre con Dios; el ejemplarismo antropológico
se desarrolla en categorías de neto corte personalista. 3.3.4. Un hombre "con historia"
O.Gonzalez de Cardedal elabora una definición concisa y elocuen-
te del concepto de imagen que recoge los elementos nucleares La existencia humana se entiende, por una parte y como vimos
bonaventurianos: "conformación óntica entre Dios y la creatura que recién, desde la clave ejemplarista, y por la otra, desde la metafísica
posibilita y exige una conformación gnoseológico-moral; capacidad del círculo. Esto es, el movimiento del exitus-reditus creatural: naci-
radical del ser divino que hace posible y se prolonga en la capacidad do del amor de Dios el hombre aspira por natural deseo alcanzar la
actual de posesión en el conocer y amar" 97 • felicidad en un progresivo encuentro con Él. En este contexto se colo-
San Buenaventura se vale de otras dos categorías íntimamente ca un término central para San Buenaventura: la reductio, esto es, la
relacionadas y hasta implicadas en la más general de imago Dei: son reconducción (resolución) de todo en Dios; en cada experiencia y en
la categoría de capax Dei y forma beatificabilis. Todas estas notas cada realidad se puede -y se debe- descubrir a Dios.
eliminan a radice cualquier intento de antropocentrismo, a la par Para que este movimiento circular se realice, y el hombre pueda
que nos indican que el hombre debe fundamentarse en Dios y desde hacer del mundo una escalera eficaz hacia Dios es necesaria la ilumi-
Dios comprender su incomparable grandeza. Sólo desde esta cumbre nación divina. Porque Dios no es sólo el objeto último de deseo del
metafísica el hombre es capaz de verse a sí mismo con elevación y al hombre sino también el Principio activo que acompaña in actu la bús-
mismo tiempo con mesura; Dios es el estatuto ontológico del hombre queda del hombre permitiéndole un conocimiento cierto de la realidad
y de todo lo creado. y el descubrir en ella la presencia de Dios. En la existencia humana,
En concreto, la expresión capax Dei forma parte de aquella defi- Dios es parangonable a la luz, cuya presencia en necesaria para que
nición preferida por San Buenaventura cuando se trata de hablar de las cosas puedan ser vistas por el ojo. El principio activo de la ilumina-
la imagen de Dios en el alma humana. La ratio imaginis, precisa- ción en el proceso de retorno del hombre a Dios no significa un estado
mente, es la capacidad de Dios: Ratio imaginis consistit in perfecta de pasividad de parte del hombre, que se vería privado de sus capaci-
capacitate quia secundum Agustinum, ea est imago Dei qua potest dades naturales. Al contrario, la iluminación constituye la condición
esset capax et particeps Dei 98 • preliminar para que el hombre pueda desarrollar eficazmente las dos
facultades fundamentales: la inteligencia y la voluntad.
El hombre jamás es puro espectador, sino actor comprometido en
97 O. GONZÁLEZ, Misterio trinitario ... , op. cit. pág. 582. el gran espectáculo del mundo; y a través de su capacidad cognoscitiva
98
I Sent. d .3 p.2 a.l q.l f.1. y volitiva la existencia humana, su estar-en-el-mundo, se transfor-
MICHAEL P. MOORE ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO FRANCISCANO 63
G'.l

ma en un Itinerarium mentis in Deum, en una speculatio pauperis bre; conviven en una misma casa paterna. Porque son hermanas, no
111 deserto, como definió el Doctor Seráfico su obra maestra. Y esto
pueden ser violadas, sino que deben ser respetadas 1º1.
porque la "razón" de imagen no consiste tanto en las potencias en El mundo interior del Poverello sintonizaba con el mundo exte-
cuanto meras potencias, sino en cuanto dicen orden a los actos. Es, rior y de algún modo lo simbolizaba porque su propio componente
precisamente, esa actualización de las potencias en búsqueda de su psíquico y espiritual gozaba de la intimidad y consanguinidad de los
objeto propio-saciante lo que confiere el carácter de viator. seres creados. Logró una síntesis difícilmente superada entre arqueo-
La creatura racional queda definida en su dinamismo más radi- logía interior y ecología exterior 102 . Lo que demuestra que un sincero
cal -su ser hacia- desde una dimensión que la relativiza por completo encuentro con la naturaleza presupone un clarificante encuentro con
~n orden a Dios; no es algo en sí y desde sí, sino desde otro y hacia uno mismo; y que el dinamismo de la propia intimidad exige la pre-
otro. Este radical ir hacia que constituye todo dinamismo finito arran- sencia y la realidad del mundo.
ca, en último término, de su provenir de. El recurso al alma poética de san Francisco no consigue explicar
Ese provenir de, como inevitable condición, y tender hacia, como adecuadamente la profundidad de la experiencia de estar-con-las-
constitutivo último de todo el dinamismo teleológico del alma-ima- cosas, como hermanos y hermanas en casa; hay en su raíz una expe-
gen, es la definición más honda del ser contingente; tan esencial como riencia religiosa de la paternidad universal de Dios. Que Dios sea
su inseidad le es la otredad. Fiel a la línea platónica agustiniana, el Padre no representa para Francisco un dogma frío, la conclusión de
Doctor Seráfico ha encontrado en la célebre fórmula exitus-reditus un raciocinio sobre la contingencia de las criaturas. Constituye una
el modo más apto de expresar la esencial relatividad de todo lo crea- experiencia afectiva profunda, que implica una fusión cósmica con
do. Este hecho metafísico de la absoluta alteridad de las creaturas todos los elementos. La verdad de la paternidad universal de Dios
respecto de su origen a la par de su dependencia íntima, surge a la constituye el núcleo del mensaje de Jesús 103 •
conciencia en el hombre y constituye para el alma un incesante estí- Precisamente, la novedad está en la vivencia de la dimensión ho-
mulo que la mueve a regresar al lugar de donde vino. rizontal: si todos son hijos de Dios, todos son hermanos entre sí. To-
dos viven en la Gran casa paterna. Existe una intimidad con todas
3.4. Cosmo- lógica
101
De ahí que san Francisco, sorprendentemente, pero de forma consecuente, pro-
99 hibía a sus frailes que cortaran los árboles de raíz, con la esperanza de que retoñaran
3.4.1. Fraternidad cósmica de nuevo. Mandaba a los jardineros que dejaran un rinconcito libre, sin cultivarlo,para
que allí pudieran crecer todas las yerbas, aun las dañinas, para que también ellas
Todos los relatos más antiguos sobre san Francisco son unánimes "pregonen la hermosura del Padre de todas las cosas" (2 Ce! 165). Pedía, además, que
en afirmar su "reconciliación universal con cada una de las criatu- en los huertos en donde los hermanos cultivaban verduras y hortalizas, se destinase
una porción para cultivar plantas que diesen fragancia y flores, para que evoquen a
ras"100, que se trasluce en un modo de estar en el mundo: ya no sobre cuantos las ven la fragancia eterna" (2 Ce! 165).
las cosas, sino junto a ellas y con ellas, como hermanos y hermanas 102
Francisco de Asís jamás se planteó el problema de la relación entre subjetividad
en una misma casa. Por esto, el mundo franciscano está lleno de magia, y objetividad, entre interioridad y exterioridad, entre el yo y el mundo. Su gran preocu-
de reverencia y de respeto. No es un universo muerto e inanimado; pación fue siempre el vivir la vida como un gran sacramento, porque todo es gracia.
Aquí no aparece ningún tipo de dualidad o aporía filosófica o psicológica entre el yo y el
las cosas no están abandonadas ahí, al alcance de la mano posesiva mundo, el yo y el otro, el yo y la vida. Esa problemática pertenece fundamentalmente a
del hombre o yuxtapuestas una al lado de la otra. Ellas son anima- aquellos que piensan más que viven, y a los que analizan más que sintetizan. Cf.
das y personalizadas; existen lazos de consanguinidad con el hom- J.A.MERINO, Visión franciscana de la vida cotidiana, Madrid 1991, 150.
103
La tradición, hasta san Francisco; consideraba a Dios como el gran Señor del
cosmos. Contemplaba las criaturas en su radical dependencia de este único principio.
Vivía el carácter filial de todos los seres, no sólo de los hombres, y menos sólo de los
bautizados. El hombre, como hijo en el Hijo Jesucristo, participaba del señorío cósmico
!l'J Seguimos las reflexiones de L. Boff, Opciones de vida. Retos al franciscanismo,
del Gran Padre. Se sentía señor de la creación, encima de todas las cosas y a ninguna
llarcelona 1982, 49-68. de ellas sometido, el hombre era el lugarteniente de Dios-Padre, y vivía la mística de la
filiación universal.
'ºº LM c.8 n.l.
64 MICHAEL P. MOORE ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO FRANCISCANO 65

las cosas. No hay enemigos 104 • Esta fraternidad universal coloca a 3.4.2. La creación en la lógica difusiva del Bien
Francisco en el mismo nivel que las criaturas. Él no se define por ser
diferente de ellas, resaltando lo distinto suyo y separándose así de Esta vivencia de la fraternidad cósmica experimentada por Fran-
los hermanos. Él se define por aquello que posee en común. No se cisco, leída desde la metafísica del bien y del ejemplarismo de San
llama a sí mismo animal racional, señor de la naturaleza, rey de la Buenaventura, hacen que se considere el mundo como una forma de
creación. Se considera hermano de todos y siervo humildísimo de hacerse presente Dios al hombre. En el corazón del ser habita Dios:
cada criatura. presencia y refulgencia; no sólo está presente sino que se deja perci-
Por eso, cuando Francisco se pone a cantar, canta con todas las bir como tal. Por eso, mundo, hombre y Dios se conjugan; el mundo es
criaturas, como lo hace en su admirable Cántico al Hermano Sol. No lugar de encuentro entre Dios y el hombre. No sólo es manifestación
canta únicamente a través de las criaturas. Sería egoísmo hacerse de Dios al hombre, sino también camino del hombre hacia Dios.
sordo al himno que ellas siempre entonan a Dios. Él canta con ellas: Sólo la fe nos conduce al conocimiento de las Sagradas Escrituras
"Las hermanas aves alaban a su Creador. Pongámonos en medio de y de Jesucristo, llaves imprescindibles para una correcta intelección
ellas y cantemos también nosotros al Señor, recitando sus alabanzas de la creación. Luego de la caída original el gran libro del universo
y las horas canónicas" 1º5 . había quedado oscurecido y borroneado para el hombre; se imponía
Junto con la experiencia afectiva de la paternidad de Dios, hay la necesidad de otro libro cuyas páginas hicieran revivir los caracte-
que señalar su espíritu de pobreza, fruto de un esfuerzo ininterrum- res borrosos del primero y pusieran de manifiesto la analogía
pido de despojamiento y de renuncia a querer poseer y dominar las entrañada en las cosas. Este libro es la Escritura, libro reparador del
cosas. La pobreza, fundamentalmente, no consiste en no tener cosas, universo entero y guía para el hombre en el conocimiento, en la ala-
porque el hombre siempre las tiene: su cuerpo, su inteligencia, su banza y en el amor de Dios 106 •
ropa, su estar en el mundo. La pobreza es un modo de ser por el cual En el Breviloquium, hablando de la creación del hombre en cuan-
el hombre deja que las cosas sean lo que son: renuncia a someterlas y to al alma primero, en cuanto al cuerpo después, y en cuanto al com-
a hacerlas objeto de la voluntad humana de poder. Abdica de estar puesto por último, el principio rector que explicará la procesión
sobre ellas, para colocarse junto a ellas. Esto exige una ascesis in- creatural será el mismo: Dios como Primum principium beatissimum
mensa de despojamiento del instinto de poseer, de dominio y de sa- et benevolentissimum 107 , que por la difusividad intrínseca del bien,
tisfacción de los deseos humanos. Cuanto más pobre, más libre y fra- se comunica y manifiesta en todas las creaturas haciendo de la crea-
terno se sentía. La posesión es la que crea obstáculos a la comunica- ción un speculum y un líber al servicio del hombre 1º8 •
ción de los hombres entre sí, y del hombre con la naturaleza. Ya en el Comentario a las Sentencias -obra de juventud- aparece
consagrado el axioma dionisiano 109 , casi exclusivamente para expli-
car la creación como abertura y difusión. Dios crea porque es emi-

10• En san Francisco se encuentran los dos movimientos: el horizontal y el vertical. 106 Cf. Hex. coll.13 n .12.
Tomás de Celano y san Buenaventura, en sus vidas de san Francisco, lo resaltan muy 107 Cf. Brev. 2 c.9 n.2; ibid. c.10 n.2; ibid. c.11 n .2.
bien: "En una obra cualquiera canta al Artífice de todas; cuanto descubre en las criatu- 108 La diferencia que notamos entre ambas obras es que en el ltinerarium la

ras, lo refiere al Hacedor... En las cosas hermosas reconoce al Hermosísimo; cuanto hay difusividad del bien no es utilizada únicamente para explicar la procesión creatural
de bueno le grita: 'El que nos ha hecho es el mejor. Por las huellas impresas en las cosas sino que, proyectada sobre Dios mismo, se convierte en instrumento para explicar y
s igue dondequiera al Amado, hace de todas una escala por la que sube hasta el trono demostrar el misterio de las emanaciones personales.
divino" (2 Ce! 165). Pero no se quedaba en esta dimensión: "La piedad del Santo se 109 Los textos del Comentario a las Sentencias en que la frase o la idea del Bonum

llenaba de una mayor ternura cuando consideraba el primer y común origen de todos diffusivum sui aparece son: I Sent. d.19 1 q.2 ad.3; ibid. d.42 q.1 f.1; ibid. d.45 a.2 q.l ;
los seres, y llamaba a las criaturas todas, por más pequeñas que fueran, con los nom- ibid. d.2 a.1 q.2 f.1; ibid. d.9 q.1 f.4; ibid. d.1 a.3 q.2 y dub. 12; ibid. d.l a.3 q.2 ad.3; ibid.
bres de hermano o hermana, pues sabía que todas ellas tenían con él un mismo Princi- d.44 a.1 q.2 ad.4; ibid. d.l a.l q.2 f.2; 11 Sent. d.11 a.2 q.1 obj. 4; ibid. d.12 a.l q.2 concl.;
pio" (LM c.8 n.6). ibid. d.7 2 a.l q.l ad.5; ibid. d.10 a.2 q.1 ad.3; ibid. d.11 a.l q.l f.5; 111 Sent. d.32 q.2
ior. LM c.8 n.9. concl.
66 MICHAEL P. MOORE ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO FRANCISCANO 67

nentemente bueno; su bondad es la fuerza que proyecta las creaturas Desde la óptica franciscana, el ser real y concreto es bivalente y
hacia el existir y que las atrae de nuevo hacia sí. La bondad divina bipolar. Cada ser posee su densidad óntica, es decir su fundamento
no sólo es causa final sino también causa eficiente 11 º. propio y específico y su propia inteligibilidad, al mismo tiempo que
Dios-Bondad es así el concepto clave para explicar las relaciones todos ellos están referenciados mutuamente; y desde la totalidad y
Dios-mundo-hombre, no sólo en el orden de la naturaleza, sino tam- en su respectividad adquieren pleno valor y sentido 115 • Pero la natu-
bién en el de la gracia, de la redención y de la consumación. Y así raleza es ante todo signo: ser y significar coinciden; por eso el mundo
como la razón última de la creación de los seres finitos es una exigen- no es primariamente objeto de ciencia sino de contemplación. San
cia de la bondad divina que tiende a comunicarse, de la misma ma- Buenaventura no intenta un análisis empírico de los hechos sino
nera, el fin último de la creación no puede ser otro que la manifesta- sumergirse en la realidad para descubrir al que está en y más alla
ción por parte de las creaturas de esa misma bondad divina, a saber, de ella.
la glorificación de Dios. Las cosas fueron hechas por Dios no para Cada ser tiene, antes que la obligación de consistir, la misión de
aumentar su gloria ni para adquirirla, sino para manifestarla y co- significar. Por eso se impone para el hombre trascender desde el ser
municarla; por su parte, las creaturas manifestando la bondad y per- a su fuente donde radica y consiste, hacia la que tiende y en la que se
fección divinas, realizan al mismo tiempo su propia utilidad y finali- explica: la Trinidad. En coherencia, afirma que la contemplación del
dad intrínseca 111 • ser ut res absolutae traba el conocimiento y amor de Dios, mientras
Definiendo la bondad como seipsum per caritatem ad alterum que ut signa lo favorece 116 •
diffundere, y haciendo suya la sentencia del Pseudodionisio, ve en el Las cosas son a Dios lo que los signos son a la significación que
amor divino un círculo eterno que procede de lo óptimo, pasa por lo expresan; constituyen una especie de lenguaje que conforma el libro
óptimo y concluye en lo óptimo. de la creación, posibilitado por la semejanza de expresión que existe
entre la creatura y su Creador, núcleo del Ejemplarismo
bonaventuriano y consecuencia de la Metafísica del Bien. La fun-
3.4.3. La creación como signo, símbolo y espejo ción, entonces, del hamo viator, inmerso en este mundo de analogías
trinitarias -inscritas en la naturaleza material, en la historia, en el
La perspectiva de fe que nos dice que no hay otro Dios que el arte, en su propia alma- es leerlas y referirlas a su fuente invisible,
Trino es la que se impone para alcanzar la verdad del mundo como sobre Él, en el Arte eterna; obrando así, el hombre es sabio 117 •
speculum y la que señala que la creación entera es, no sólo refulgen- Si bien esta cosmovisión es bastante común en el Medioevo, San
cia divina, sino específicamente teofanía trinitaria que como tal nos Buenaventura va a sellarla con su impronta personal, desde la des-
invita a descubrirle en sus huellas: "La creación es como un libro en embocadura de lo que M.D.Chenu ha denominado "doble Teología
el que resplandece, se representa y se lee la Trinidad creadora en del símbolo" 118 •
tres grados de expresión, a saber: a modo de vestigio, de imagen y de La realidad creatural no sólo es signo (San Agustín) o símbolo
semejanza ... por las cuales el entendimiento humano está destinado (Dionisia), sino también, y sobre todo, espejo de la Trinidad. Esto
a subir poco a poco, como por las gradas de una escala, hasta el sumo
Principio que es Dios" 112 • 115
Cf. J . A. MERINO, "Dios como estatuto ontológico del mundo en el pensamiento
La creación es, por tanto, presencialización de la realidad verdadera, bonaventuriano", en A. POMPEI (a cura di) , San Bonaventura maestro di vita
en función de la cual está; por eso en general el Universo es scala ad francescana e di sapienza cristiana. Atti del Congresso internazionale per il VII cente-
ascendendum in Deum 113 , y todo ser creado es via in aliud, in Deum 114 • nario di San Bonaventura da Bagnoregio , Roma, 19-26 settembre 1974, I, Roma 1976,
633.
11
°Cf. I Sent. d.45 a.2 q.l concl. 116
117
Cf. I Sent. d.16 a. l q.2 ad 3.
111
Cf. I Sent. d.l 2 a.2 q.l concl. Cf. Brev. 2 c. 12 n.4.
11 2 118 M.D. CHENU, La theologie au XII siecle, París 1957, 172-178. Para un estudio
Brev. 2 c.12 n.l.
11 3
Itin. c.l n .2; ibid. c.l n .9. de conjunto, reciente, ver R. ZAS FRIZ DE COL,La teología del símbolo en San Buena-
11 4
I Sent. d.3 1 a.l q.2 ventura, Roma 1997.
68 MICHAEL P. MOORE ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO FRANCISCAN 69
significa que los seres no son meros indicadores de alguien que por trinitaria del Dios trino. Es la Metafísica del expresionismo: Dios,
allí ha pasado, ni sólo contenedores de su ser, sino espejos que nos que no es sino Uno y Trino, se proyecta al exterior reflej á ndose
permiten sospechar cómo es Él; porque tal como es Dios, se refleja en trinitariamente en las cosas. Esta refracción es crearlas, esta perma-
los seres, o mejor, los seres reflejan cómo es Dios, porque siendo su nente conformación trinitaria es sustentarlas en el ser.
causa eficiente, su permanente fuerza y presencia para que sean, es Toda la especulación bonaventuriana tiene como meta llevar el
a la vez su ejemplar. Así, el simbolismo bonaventuriano avanza sobre espíritu a la cointuición de Dios, percepción simultánea de lo real
los anteriores al concebir los seres como expresivas imitaciones de la existente y de la existencia y presencia divinas en ello implicadas 122 ,
Trinidad creadora 119 • para terminar en la admiración y en el éxtasis 123 •
Fruto de esta contemplación de las criaturas como espejos de Dios
en que se le puede ver cómo es, surge otra polaridad: no son prima-
3.4.4. Speculatio Trinitatis riamente las cosas espejos para conocer a Dios, sino que ante todo es
Dios el espejo para conocer las cosas: en Él están y consisten, en Él,
San Buenaventura se halla en la encrucijada de las dos principa- por tanto, son únicamente de verdad cognoscibles. La Trinidad se
les corrientes de pensamiento sobre esta actitud cognoscitiva: línea espeja en lo creado; pero en definitiva la criatura tiene sólo inteligi-
metafísico-contemplativa griega, y noética del aristotelismo nuevo 12º. bilidad en el Dios trino 124 • De aquí nace el grito bonaventuriano:
En la fórmula permanentemente repetida speculatio Trinitatis 121 Melius videbo me in Deo quam in me ipso/ 125• Esta es la polaridad
refunde ambas corriente de metafísica y noética: la griega, que apa- metafísica inherente a las criaturas, y por ello a todo conocimiento
rece encarnada en los términos teofanía -el universo como manifes- suyo o de Dios: ambos se implican. Conocer a Dios es conocer a las
tación de Dios, no sólo como efecto sino como presencialización efi- criaturas, y conocer éstas es conocer a Dios.
caz- y teoría -visión contemplativa de ese Dios que en las cosas se nos Así, movido por el deseo y alentado por la solidaridad que la crea-
desvela y entrega-; y la latino-aristotélica de la causalidad eficiente, ción en cuanto símbolo demuestra a quien sabe leerla, el homo viator
que condiciona en el hombre como respuesta la meditatio, es decir, el se constituye, esencialmente, en homo speculativus.
discurso racional, para concluir que el mundo exige una causa y esa
causa se llama Dios. 4. Prospectiva (a modo de conclusión)
Esta actitud queda plenamente justificada desde el ejemplarismo
como esquema primario de interpretación del Universo. La speculatio Nuestro punto de partida fue el constatar como primera nota de
trinitatis sólo es posible si se piensa la acción divina como una "pro- la posmodernidad su sensibilidad disgustada y crítica ante las pro-
yección" de Dios hacia fuera y el ser creado como una "refracción" puestas modernas no realizadas, generadoras de realidades opues-
tas, y el deseo de ir más allá de la situación actual. Sin duda -repeti-
119
La obra que, sin duda mejor sistematiza esta cosmovisión, es el Itinerarium mos- todavía estamos ante una reacción unilateral frente a las
mentis in Deum, verdadero simbolismo hecho sistema. Las cosas se definen como
vestigia, specula, y la tarea del hombre en busca de Dios a través del mundo es "espe- unilateralidades de la modernidad; las cuestiones que plantea ame-
cular" a Dios, speculare Deum per vestigia et in vestigiis o con otra fórmula videre nazan con arrojar el grano con la paja, pero tienen la virtud de hur-
Deum per speculum et in speculo . Estas dos expresiones son la formulación gar en las debilidades de la época. Y entonces surge la pregunta:
bonaventuriana de las dos teologías del símbolo enunciadas: la fórmulaper speculum ¿qué puede decir, criticar, sugerir este pensamiento y sensibilidad
representa la visión agustiniana, donde las cosas son escalas hacia la realidad verda-
dera ausente; la fórmula in speculo encarna la visión dionisiana, donde la apariencia insatisfecha al pensamiento franciscano? Porque una fe que quiera
externa es transparencia pura, envoltura diáfana de un contenido sagrado presente. vivir el hoy del Espíritu no puede por menos que estar atenta al
12
° Cf. O. GONZÁLEZ, Misterio trinitario... op. cit. pág. 561. posible kairós que aquí se le manifieste.
121
Itin. prol.n.4; ibid.n.5; ibid.c.1 n .5; ibid.n.7; ibid. n .9; ibid. n.15; ibid. c.2 n.1; ibid.
n .7; ibid. n .9; ibid. n.13; ibid. n.15; ibid. c.3 n .1; ibid. n.5; ibid.n.6; ibid. c.4 n .1; ibid. n .2; 122 Cf. Itin. c.2 n.11; c.6 n .1; c.7 n .1.
ibid. n .5; ibid. n.7; ibid. c.5 n .1; ibid. n .3; ibid. c.6 n.1; ibid. n.4; ibid. n .6; ibid. c.7 n .1; 123 Cf. Itin. pro!. n .3-4; c.7 n .1; c.2 n.8; Hex. coll.11 n .21.
Brev.2 c.8 n .2; Hex. coll.6 n.2; ibid.coll .12 n .9; ibid. coll.5 n.12; ibid. coll.22 n.21; coll.11 124 Cf. Se. Chr. q.2 f.9 ; Hex. coll.1 n .10.
y col!. 12 completas . 125 Hex. coll. 12 n .9.
70 MICHAEL P. MOORE ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO FRANCISCANO 71
Contemplar... no sólo de-finir La imposibilidad recordada por la posmodernidad de apresar teó-
ricamente el Misterio último, invita al Cristianismo a recuperar la
Dado que reconocimos en la racionalidad funcionalista, actitud místico-contemplativa que, como vimos, es central en el
omnicomprensiva y autofundada, la raíz del proyecto moderno, cuya franciscanismo. Ésta exige una mirada no objetivante ni dominadora,
exasperación trajo como consecuencia la reacción postmoderna, el que se deje atrapar por la llamada de lo inaugural que aletea en su
primer punto que vemos como positivo es la invitación a superar una derredor; lejos de dominar, se deja apresar por la hondura sin fondo
visión del hombre reducida a su racionalidad funcional-instrumen- que yace en la realidad. No se trata de ceñir la realidad a nuestro
tal, y el encaminarse a recuperar una postura más contemplativa vocabulario, cuanto oír la voz callada de lo que aparece y no se mani-
ante la vida.
fiesta del todo; un ejercicio de desasimiento de sí para centrarse en lo
Conviene precisar que el desencantamiento característico de la otro de la realidad 127 •
posmodernidad en la razón no equivale directamente a escepticismo
ante la vida, la realidad o el misterio. Es más, la actitud postmoderna
postula una apertura a la realidad, manantial del ser, que juzga ce- Re-conocer ... no sólo conocer
rrado por el conceptualismo y la logificación moderna occidental. Se
abre paso así a una racionalidad que insinúa, sugiere y recuerda; La cultura del reconocimiento del otro en cuanto otro, es decir la
que permite argumentar, narrar y relatar. aceptación de la diferencia, encuentra en los más olvidados por la
Todo pensamiento religioso vive bajo la tentación constante del olvi- sociedad, su piedra de toque. La verdad del reconocimiento se prue-
do de que somos los hombres, desde nuestras ideas y experiencias quie- ba cuando se reconoce como "otro yo" a alguien que no es como yo,
nes construimos el "discurso sobre Dios"; la cosificación de la represen- dada su condición socioeconómica, su cultura, su creencia, etc. Esta
tación puede producir ídolos que terminan convirtiéndose en una blas- "hermenéutica del reconocimiento" se nos ofrece en el misterio cen-
femia. Ante esta amenaza, la posmodernidad nos recuerda que sólo dé- tral del Cristianismo, tan subrayado por el pensamiento franciscano:
bil, oblicuamente, en la diferencia ontológica entre el Ser y el ente, se el Dios de Jesucristo, vaciado kenóticamente en lo no-divino y humi-
puede plantear adecuadamente la cuestión del Ser (de Dios) 126 • llado hasta la muerte en cruz, que nos muestra su divinidad en el
Y dado que el Ser profundo de la realidad excede el pensamiento, abandono de Dios en la cruz; su gracia se revela en los pecadores, su
el hablar sobre el Absoluto debe estar convencido de que siempre justicia en los injustos y su misericordia en los condenados 128 •
será tentativo, inadecuado, y por lo tanto, plural. No es posible ha- También desde la posmodernidad-aunque desde otros presupues-
blar de Dios desde una "rationalitas perennis", se impone un discur- tos- se nos recuerda a qué puede conducir olvidar este principio: así
so más modesto, analógico y simbólico. Esto nos invita a una herme- Lyotard deslegitima el proyecto moderno desde el cenit de su aberra-
néutica abierta a la presencia de Dios en las diferentes culturas y ción, cuyo signo es Auschwitz 129 • La anámnesis, el recuerdo de la his-
expresiones que no podrán alcanzar nunca ni la imagen ni el concep- toria doliente de la humanidad, nos avisa sobre los proyectos
to definitivo; un hablar "débil" sobre Dios que se sabe siempre emancipadores y las visiones positivistas-pragmáticas de la historia
dialectal, situado en una cultura y limitado por ella. que elevan el progreso "sobre montañas de cadáveres". Se postula
La relatividad de todo discurso puede terminar en una entrega una cordial resistencia a liquidar las diferencias mediante los
confiada, silente conceptualmente, desasida de cada cosa para hon-
rar el misterio que se abre en ella. Se da un pasaje desde la actitud
127 J.M. MARDONES, Síntomas, .., op. cit. 128.
dominadora de la razón funcionalista a la fruitiva que gusta del don 128 Vattimo recupera este "universal carácter interpretativo (kenótico) de la histo-
del Ser que es el Bien.
ria del ser" en su obra: G. VATTIMO, Creer que se cree, Barcelona-Buenos Aires-Méxi-
co 1996. El filósofo italiano ve una correlación entre el proceso moderno del pensa-
126
Sugestivas las consideraciones que hace Dotolo al respecto en diálogo con el miento, con su crítica de la metafísica que liquida las estructuras fuertes del pensar, y
pensamiento de Vattimo. Cf. C. DOTO LO, La teología fondamentale davanti alle slide la presentación débil , humillada, oculta, de Dios en la encarnación (kénosis). Cf. lbid.
del "pensiero debole" di G. Vattimo, Roma 1999, 391-397. 76ss.
129
Cf. J.F. LYOTARD, La posmodernidad .. ., 76 ss.
72 MICHAEL P. MOORE ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO FRANCISCAN 73
metarrelatos uniformadores de los dominadores de turno. El hombre actual no sólo quiere "saber" sino también "saborear"
Este recuerdo postmoderno encuentra sin duda su gran antece- en sentido bonaventuriano. Conocer el Misterio, Dios, no sólo a tra-
dente en la aportación cultural de la revelación cristiana: sólo hay vés de "discursos" sino también haciendo experiencia de lo trascen-
reconocimiento de la alteridad del otro en el amor gratuito; y éste dente que habita en lo inmanente: en la historia y particularmente
mira hacia lo débil. La gratuidad muestra su profunda verdad cuan- en el hombre mismo.
do se remite a la historia del dolor de la humanidad y acoge al su- El carácter no manipulable de la trascendencia recordado por au-
friente, como en el beso al leproso de Francisco. La aceptación, valo- tores como Derrida, nos avisa críticamente frente a las tendencias a
ración e inclusión de lo diferente -sobre todo de lo diferente y débil- la cristalización histórica de las experiencias religiosas y sus
es piedra angular en la construcción de la fraternidad universal institucionalizaciones 132 ; una realidad tan paradójica que continua-
franciscana. mente nos llama la atención sobre la no identificación de nuestro
Para esto, y frente a los excesos discursivos, tan ajenos a la sensi- modo de experiencia religiosa dentro de un tiempo, una cultura y
bilidad posmoderna, debemos recuperar hoy la narración. La estruc- una tradición, con la experiencia religiosa. El Absoluto no está atado
tura del relato actualizado y el recuerdo (memoria y narración) per- a ninguna forma permanente; las atraviesa y las supera todas.
tenecen a la raíz de las verdades cristianas. El recuerdo quiere man- Esta trascendencia que no se deja apresar, nos está indicando el
tener las huellas de los sujetos, sus dimensiones personales, su expe- auténtico modo de relacionarse con el Absoluto: hay que abandonar-
riencia del Misterio, intraducible en razones, pero evocada en símbo- se al encuentro y al abrazo envolvente de la trascendencia ... Y esto es
los y adoración en la práctica existencial. Para ello, el acercamiento esencialmente cristiano y franciscano: no es tanto que conozca, cuan-
a los testimonios de los seguidores de Jesús, como lo fue Francisco de to que soy conocido; no es tanto que ame, cuanto que soy amado; no
Asís, se vuelve indispensable. Con esto no se trata de dejar de lado la es tanto que salga yo al encuentro, cuanto que soy encontrado. Sola-
argumentación, sino de resituarla en su relación con la narración 130 • mente en la actividad "humilde" y "pasiva" de la no-imposición de
Se pide un pensamiento que revalorice el relato de lo que no se pue- nuestros esquemas a la realidad puede advenir el Ser y "lo-que-es". Y
de demostrar, pero sin abandonar la argumentación ni cualquier es- ya estamos próximos a las categorías teológicas de la autorrevelación
fuerzo por mostrar la razonabilidad de lo que creemos, esperamos y o desvelamiento de la divinidad presente-ausente en todas las cosas.
amamos. Nos hallamos ante la Presencia originante 133 •
Esta experiencia consiste, precisamente, en ser elevado a la cate-
Experimentar... no sólo profesar goría de interlocutor del Dios-Presencia, es decir, a percibir la con-
descendencia amorosa de Dios que hace al hombre su amigo. El "Dios
En el interés actual por todo lo subjetivo vemos una posibilidad Amor" de Vattimo tiene rasgos de compasión y acogida de la pecami-
de recuperar una fe afirmada desde el sujeto que acentúa el lado nosa fragilidad humana 134 ; un Dios del género que necesita el hom-
fiducial y de confianza en la relación con el Misterio divino. Es ver- bre actual, que ve pasar el tiempo inexorablemente e incumplidas
dad que esta fe corre el peligro de abandonar el contenido objetivo, el las promesas de realización y plenitud. El hombre, tocado por esta
sentido comunitario y la referencia a la tradición, pero apela más fragilidad que le resulta inerradicable a sus solas fuerzas, requiere
claramente a una dimensión personal -frecuentemente olvidada- y un Salvador amoroso. Y este Amor originario, que se rebaja hasta
pone de relieve que la fe, antes que nada, es relación e implicación
personal con Dios 131 • Al debilitamiento de la razón le acechan los de-
monios de la irracionalidad, el subjetivismo y la idolatría; pero el 132
Cf. los análisis sobre Derrida de J.M. MARDONES, Síntomas..., op. cit. págs. 53-68.
objetivismo de la fe no conduce a menos distorsiones bajo la aparien- 133
En efecto, esta actitud es similar a la apertura del creyente a la revelación que
cia granítica de una solidez sistemática. lo constituye en "oyente de la Palabra". Vattimo encontrará semejante orientación en
el Nietzsche de la "filosofia de la mañana": de la mirada que se posa por primera vez en
las cosas y las mira con el asombro original de quien cae en la cuenta de estar contem-
13°Cf. J.M. MARDONES, Posmodernidad ... , op. cit. págs. 146-14 7.
plando la maravilla de la existencia.
13 ' Cf. J.M. MARDONES, Síntomas... , op. cit pág. 122. 134
Cf. los análisis sobre Vattimo de J.M.MARDONES , Síntomas ... , op. cit. pág. 17-34.
74 MICHAEL P. MOORE ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO FRANCISCANO 75
encarnarse en figura humana, no puede menos que responder a la con Dios, a pesar de tantas noches; de la fraternización con los hom-
relación personal. bres, a pesar de las violencias y agresividades cotidianas, y de la
Consideramos éste un aspecto fundamental ya que en la cordial cercanía con todos los seres de la creación, a pesar de sus
posmodernidad la palabra cristiana ya no es creíble por sus argu- resistencias y opacidades.
mentos ni por sus contenidos, sino por el tipo de vida que genera que, Pero quien desee imitar románticamente a san Francisco sólo en
no tiene por qué ser prometeico sino sencillo, puesto que brota más el enamoramiento de la naturaleza y se niegue a la ascesis, a la re-
del reconocerse perdonado que del creerse santo 135 • nuncia, a la pobreza, caerá en una profunda desilusión. El mundo no
le mostrará sino oscuridad con sus contradicciones. Fue al término y
no al comienzo de la vida cuando Francisco entonó el himno del her-
Confraternizar ... no sólo domesticar mano Sol. Empezar por donde san Francisco terminó, es caer en una
desastrosa ilusión.
La tan actual "cuestión ecológica" 136 no puede abordarse satisfac- Sólo desde una mirada purificada del ansia de poseer y dominar,
toriamente si no se considera críticamente la visión de la creación podrá superarse el distanciamiento con la naturaleza que supone la
que la sustenta, explícita o implícitamente. Es necesario superar tanto explotación, para recuperarla como hogar de la existencia, y así le-
el sentimentalismo romántico como el puro cientificismo en la consi- vantar la hipoteca que el tener ha impuesto sobre el ser. La pobreza,
deración de la naturaleza. libremente elegida, capacitó a Francisco para el gran encuentro con
Tanto la ecología, en cuanto ciencia, como el ecologismo, en cuan- toda la creación. La naturaleza se abre y se da sólo a aquellos que
to movimiento, han creado crisis de conciencia en el hombre actual al previamente se han desposeído de sí mismo y han exorcizado los pro-
analizar y poner en evidencia su conducta real con el propio hábitat. pios demonios del dominio y la explotación.
Los ecologistas han provocado un alarmismo generalizado sobre el
deterioro preocupante, y a veces irreversible, de muchas zonas del
universo, de las especies, de la vida de las ciudades y de la existencia Restituir ... no sólo recibir
en general. Es la acusación que se hace a la técnica irracional e
incontrolada como engendradora del caos y de la muerte. En esta época de debilidades, donde la razón moderna y el senti-
Pero el manejo de las manos se orienta en la dirección que seña- miento posmoderno no llegan a esgrimir respuestas del todo satisfac-
lan el espíritu y la mente ... También en esto creemos que el pensa- torias ante las grandes preguntas -que aunque se devalúen siempre
miento franciscano tiene una palabra autorizada y sumamente ac- retornan-, creemos que la reflexión sapiencial franciscana está en grado
tual. Lo primero que habría que recuperar es la mirada misma de de ofrecer una propuesta válida, como fruto reflexivo de la razón cor-
Francisco sobre las cosas: respetuosa -"dejar que las cosas sean"-, dial sobre la Palabra, a priori declarado que permite comprender el
desinteresada y simpática. mundo y el hombre como un don de Dios, no conquistado ni merecido.
El Canto de las creaturas es expresión de la vida de un hombre Don que se derrama gratuitamente sobre lo que no-es para que
que ha logrado la dificilísima síntesis existencial de la armonía en sí comience a ser, y que lo acompaña y sostiene en su itinerarium hacia
mismo, a pesar de las contradicciones interiores; de la vinculación la plena realización. Don que difundiéndose hace bueno y amable lo
que toca. Don que se hace cercano y pequeño -Deus semper minor-
135 Cf. J.I. GONZÁLEZ FAUS, La interpelación de las iglesias latinoamericanas a para que no sintamos las distancias y no suframos nuestros límites.
la Europa postmoderna y a las iglesias europeas, Madrid 1988, 106. Don que sólo pide ser aceptado ... y compartido. Don que quiere ser
136 "En la actualidad pocas palabras se repiten tanto como la de ecología, ecologista,
restituido en acción de gracias y alabanza -Eucaristía- aunque no
;cológico, proteccionista y ambientalista, produciendo en muchos simpatía, admira- exige nada a cambio.
ción e interés; en no pocos, curiosidad, preocupación y desconcierto; y en bastantes,
cansancio, enojo, desprecio e ironía. Lo cierto es que a nadie deja indiferente. Y en La gratuidad late en el corazón de esta impostación, lejana del
llU"Stra sociedad, habituada a la inflación verbal, unas palabras que no dejen indife- pensamiento que exalta la singularidad en sentido individualista o
l't' ntc es ya un triunfo, al menos cultural", J.A.MERINO, Visión ... , op. cit. pág. 139. la abandona en el anonimato en sentido colectivista. Para el
76 MICHAEL P. MOORE

francíscanismo, la realidad está entretejida de presencias y encuen-


tros que reconocen esa misma gratuidad como origen y destino. Es el
reíno de lo índeducíble, lo imprevisible, lo no-rentable, lo no-utílíta- RAMON LULL: ACTIVIDAD DIVINA Y
no.
Pensamiento que nace de la maravilla y la admiración ante tanto
HOMINIZACIÓN DEL MUNDO*
don; y que sin buscar dominar su inagotable encanto mediante una
maraña de categorías omnícomprensívas y objetivadoras que pre-
Charles Lohr
tenden "calcular" todo lo que acontece, genera una especie de éxtasis
espiritual, alimentado por el primado absoluto del amor que, por ser
gratuito, es írracíonalizable.
A poco de comenzar el siglo XII surge en los dominios occidentales
Afirmar que el Sumo Bien que se derrama constantemente, no es
linderos con el Islam -en Cataluña y sur de Francia y en los reinos de
un sentimentalismo superfluo ni un optimismo ingenuo, dado que
Toledo y Sicilia-, una nueva concepción del saber y de la realidad, que
para el pensamiento franciscano este Ser como don se revela no sólo
da inicio a un nuevo y fundamental periodo en la historia espiritual de
en la belleza y el esplendor del mundo creado, vestigio e imagen de
Occidente. El comercio y los negocios que florecían en el Mediterráneo
su Creador, sino también, y de modo eminente en la vía de la debili-
aportaron para ello los cimientos materiales. El espíritu que poseía
dad y la kénosís, donde la potencia se viste de debilidad y el esplen-
esta nueva concepción era el espíritu inusual de la apertura y la tole-
dor de ocultamiento. Doble trayectoria unida por una misma lógica,
rancia, proveniente del contacto entre las tres grandes culturas del
la de la gratuidad absoluta.
Mediterráneo: el Islam, el Judaísmo y el Cristianismo.
Desde donde el Ser parece que no es: el silencio del pesebre, la
En Toledo trabajaban conjuntamente cristianos y judíos para ha-
cruz y la eucaristía, sigue resonando suave la voz del Hijo sumamen-
cer accesible al occidente latino las adquisiciones de la filosofia griega
te amado que nos invita, a través del maternal consejo de Francisco,
que habían sido transmitidas en Arabe. Federico II de Sicília buscó a
a la desapropiación como condición para recibir la única riqueza que
filósofos muslimes con la finalidad de encontrar solución a los proble-
no empobrece:
mas que surgían de la confrontación entre la ciencia oriental y la tra-
dición cristiana. En la región de Barcelona y en las costas catalanas
"Nada de ustedes retengan para ustedes mismos
del sur de Francia los letrados judíos que habían sido contratados por
a fin de que entero los reciba el que todo entero se les da"
el soberano almohadí de la España islámica, no sólo traducían obras
CtaO 29
arábícas al Hebreo, sino también hebraicas y arábicas al Latín. Inclu-
so vertieron obras latinas al Hebreo. En Salerno y Montpellier médi-
cos que escribían en Latín fundaron una nueva filosofia de la natura-
leza sobre la base de un galeno transmitido por los árabes.
Ramón Lull fue uno de los más valiosos representantes en la for-
mación del intercambio entre las tres grandes culturas del Medite-
rráneo. Su isla natal Mallorca no sólo se hallaba en el centro del
comercio del mundo mediterráneo, sino que era asimismo un lugar
de encuentro entre el Islam, el Judaísmo y el Cristianismo.
Lull nació en 1232, poco después de la reconquista de la isla de
manos de los sarracenos por Jacobo el Conquistador. En 1316 muere
abordo de una embarcación que debía llevarlo de regreso a casa des-
* Ramon Lull (1232-1316) Aktivitiit Gottes und Hominisierung der Welt, en R.
Blum (Hrsg.) Philosophen der Renaissance, Darmstadt (1999), págs. 11-21.

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