Sie sind auf Seite 1von 5

ALGUNAS CONSIDERACIONES RESPECTO A LA UTILIZACIÓN DE CHALECOS

PENITENCIARIOS AMARILLOS POR LOS IMPUTADOS.

Nadie puede ser llamado reo antes de la


sentencia del juez, ni la sociedad puede
quitarles la pública protección sino
cuando esté decidido que ha violado los
pactos bajo los que fue concedida
Beccaría; De los delitos y de las penas

I. PREAMBULO

De acuerdo al artículo 7° del CPP, el imputado es la persona a quien se le atribuye


participación en un hecho punible. Esta calidad se ostenta -para los efectos del
ejercicio de las facultades, derechos y garantías que se le reconocen- desde la
primera actuación del procedimiento dirigido en su contra y hasta la completa de
la ejecución de la sentencia.

Esta norma, latamente conocida, contiene un trasfondo esencial: quien se ve


enfrentado a un proceso penal en calidad de imputado se encuentra en una
situación de vulnerabilidad y, por consiguiente, para que el ejercicio del ius
puniendi sea legítimo, debe realizarse salvaguardando el respeto de las garantías
fundamentales, para así contrarrestar la evidente asimetría entre la persona y el
Estado.

El imputado es, en consecuencia, un sujeto procesal, más que un objeto del


procedimiento1

II. GARANTÍAS DEL IMPUTADO RELACIONADAS AL USO DE CHALECOS


PENITENCIARIOS DE IMPUTADOS

Dicho lo anterior, conviene recordar algunas garantías propias de toda persona


enfrentada a un proceso penal:

a) Presunción o estado de inocencia: El art. 14.2. del Pacto Internacional de


Derechos Civiles y Políticos establece que toda persona acusada de un

1
Véase al respecto Maier, Julio; Derecho Procesal Penal, Tomo II, parte general, Ed. Del Puerto, pág. 240.

Unidad de Estudios DRMN


Centro de Justicia de Santiago- Edificio Defensoría Piso 7
www.dpp.cl
delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe
su culpabilidad conforme a la ley.
Por su parte la Excma. Corte Suprema2 ha señalado que “de esta premisa
surge, como necesaria consecuencia, que el imputado, en todo momento,
sea tratado como inocente (Abel Fleming y Pablo López Viñals, Garantías del
Imputado. Rubinzal-Culzoni Editores, 1ª Edición, Buenos Aires, año 2007, págs.
83 y 84) siendo deber del Estado no vulnerar de modo alguno esa condición
jurídica en tanto no exista una sentencia condenatoria firme.”

b) Respeto a la honra: Cabe recordar además, que nuestra CPR en su art. 19


N° 4 asegura a todas las personas: El respeto y protección a la vida privada
y a la honra de la persona y su familia;

c) Principio de igualdad ante la justicia: Por su parte el art. 14.1 establece que
“todas las personas son iguales ante los tribunales y cortes de justicia. Toda
persona tendrá derecho a ser oída públicamente y con las debidas
garantías por un tribunal competente, independiente e imparcial,
establecido por la ley”

d) No ser sometido a trato cruel, inhumano o degradante: contenido en el


artículo 93 letra h) CPP, ART 7° Pacto internacional de derechos civiles y
políticos y 5.2 de la convención americana de derechos humanos.

III. Reglas Mínimas Para El Tratamiento De Los Reclusos

Esta normativa internacional, fue adoptada por el Primer Congreso de las


Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente,
celebrado en Ginebra en 1955, y aprobada por el Consejo Económico y Social
en sus resoluciones 663C (XXIV) de 31 de julio de 1957 y 2076 (LXII) de 13 de mayo
de 1977. En su primera parte, trata de las estipulaciones concernientes a la
administración general de los establecimientos penitenciarios, la cual es
aplicable a todas las categorías de reclusos, criminales o civiles, en prisión
preventiva o condenados, incluso a los que sean objeto de una medida de
seguridad o de una medida de reeducación ordenada por el juez.

Entre las reglas de aplicación general, cabe destacar las siguientes:

2
CS 24.2. 2014, Rol 71-2014, considerando 6°

Unidad de Estudios DRMN


Centro de Justicia de Santiago- Edificio Defensoría Piso 7
www.dpp.cl
33. Los medios de coerción tales como esposas, cadenas, grillos y camisas de
fuerza nunca deberán aplicarse como sanciones. Tampoco deberán
emplearse cadenas y grillos como medios de coerción. Los demás medios de
coerción sólo podrán ser utilizados en los siguientes casos: a) Como medida de
precaución contra una evasión durante un traslado, SIEMPRE QUE SEAN
RETIRADOS EN CUANTO COMPAREZCA EL RECLUSO ANTE UNA AUTORIDAD
JUDICIAL O ADMINISTRATIVA; b) Por razones médicas y a indicación del médico;
c) Por orden del director, si han fracasado los demás medios para dominar a un
recluso, con objeto de impedir que se dañe a sí mismo o dañe a otros o
produzca daños materiales; en estos casos, el director deberá consultar
urgentemente al médico, e informar a la autoridad administrativa superior.

34. El modelo y los métodos de empleo autorizados de los medios de coerción


serán determinados por la administración penitenciaria central3. Su aplicación
no deberá prolongarse más allá del tiempo estrictamente necesario.

45. 1) Cuando los reclusos son conducidos a un establecimiento o trasladados


a otro, se tratará de exponerlos al público lo menos posible y se tomarán
disposiciones para protegerlos de los insultos, de la curiosidad del público y
para impedir toda clase de publicidad.

IV. JURISPRUDENCIA INTERNACIONAL

1. Caso Cantoral Benavides contra Perú, sentencia de 18 de agosto de 2000.


Parte de los hechos acreditados establecen… “que Luis Alberto Cantoral Benavides
fue exhibido públicamente a través de los medios de comunicación, vestido con
un traje a rayas como los que usan los presos, como integrante del Partido
Comunista del Perú Sendero Luminoso (en adelante “PCP-SL”) y como autor del
delito de traición a la patria, cuando aún no había sido legalmente procesado ni
condenado”
Pronunciándose sobre el particular, se señala que: “La Corte observa, en primer
lugar, que en el presente caso está probado que el señor Cantoral Benavides fue
exhibido ante los medios de comunicación, vestido con un traje infamante, como
autor del delito de traición a la patria, cuando aún no había sido legalmente
procesado ni condenado”.
“El principio de la presunción de inocencia, tal y como se desprende del artículo
8.2 de la Convención, exige que una persona no pueda ser condenada mientras

3
Artículo 15 LOC GENCHI .- El personal de gendarmería deberá otorgar a cada persona bajo su cuidado un
trato digno propio de su condición humana.

Unidad de Estudios DRMN


Centro de Justicia de Santiago- Edificio Defensoría Piso 7
www.dpp.cl
no exista prueba plena de su responsabilidad penal. Si obra contra ella prueba
incompleta o insuficiente, no es procedente condenarla, sino absolverla”.

2. Caso Loayza Tamayo contra Perú, sentencia de Sentencia de 17 de


septiembre de 1997.

58. (…) [L]a incomunicación durante la detención, la exhibición pública con un


traje infamante a través de medios de comunicación, el aislamiento en celda
reducida, sin ventilación ni luz natural, los golpes y otros maltratos como el
ahogamiento, la intimidación por amenazas de otros actos violentos, las
restricciones al régimen de visitas (…), constituyen formas de tratos crueles,
inhumanos o degradantes en el sentido del artículo 5.2. de la Convención
Americana. De las alegaciones y pruebas examinadas aparecen elementos
graves y convergentes, y no desvirtuados por el Estado, que permiten válidamente
presumir la existencia de una práctica de tratos crueles, inhumanos y degradantes
en la cual se enmarca el presente caso de la señora María Elena Loayza Tamayo,
en violación del derecho a la integridad personal consagrado en el artículo 5 de
la Convención Americana.

V. CONCLUSIONES

Es base de nuestra institucionalidad que el Estado está al servicio de la persona


humana y no al revés. Esta premisa es relevante si consideramos que el principal
argumento que se esgrime para la utilización de los denominados “chalecos
amarillos” o “chalecos de imputados”, dice relación con medidas de seguridad,
resguardo, traslado, etc. por parte del personal de Gendarmería, quienes justifican
la utilización de los mismos en la escasez de recursos para la custodia. Sin embargo,
las complicaciones administrativas en ningún caso pueden repercutir
negativamente vulnerando las garantías fundamentales de los imputados que
como ya se ha dicho se encuentran en una especial situación de vulnerabilidad.

Desde ese punto de vista, la utilización de estos mecanismos de seguridad o


coacción implican una perturbación a diversas garantías y sólo pueden ser
utilizados en precisos momentos y con observancia de las reglas mínimas para el
tratamiento de los reclusos, esto es, “siempre que sean retirados en cuanto
comparezca el recluso ante una autoridad judicial o administrativa”.

En casos de connotación pública, las consecuencias de su exhibición con el traje


amarillo pueden prolongarse a perpetuidad, destruyendo socialmente la
presunción de inocencia, al permitirse el uso de una vestimenta que incluso puede

Unidad de Estudios DRMN


Centro de Justicia de Santiago- Edificio Defensoría Piso 7
www.dpp.cl
ser catalogada como “infamante” por tribunales internacionales, siendo además
prácticamente imposible su eliminación de internet (google, redes sociales, etc.)

Por otro lado, en sede de juicio oral exponer al imputado a un reconocimiento con
dicha vestimenta resulta inductivo y prejuicioso, toda vez que nadie más dentro de
la sala vestirá de tan llamativa manera, lo que puede acarrear la inutilizabilidad del
mecanismo probatorio.

En este sentido, no podemos sino concluir que el uso de este chaleco sólo puede
ser calificado como una pena y/o trato infamante4, lo que está expresamente
prohibido en nuestra legislación interna (artículos 4 CPP y 19 Nos 2, 3, 4 y 7 de la
Constitución Política) como internacional.

Unidad de Estudios DRMN


2016

4
Véase también CONSULTA (18) 2005 de la Defensoría disponible en:
http://lexdefensor.defensoria.local/lexdefensor/publication.do?id=4579

Unidad de Estudios DRMN


Centro de Justicia de Santiago- Edificio Defensoría Piso 7
www.dpp.cl

Das könnte Ihnen auch gefallen