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Al escudriñar las escrituras nos damos cuenta de que Dios tiene un tiempo
específico en el cual tratara con el pueblo de Israel; pues en Daniel 9:24
dice: “Setenta Semanas están determinas sobre tu pueblo (Israel) y sobre
tu santa ciudad (Jerusalén)…”, estas semanas son en realidad septenios, es
decir, periodos de siete años. Teniendo esto en nuestra mente leemos: “…
que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén (Primer
acontecimiento) hasta el mesías príncipe (Segundo acontecimiento),
habrá siete semanas (7 x 7 = 49 años) y sesenta y dos semanas (62 x 7 =
434 años )”; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos
angustiosos”(Daniel 9:25), dando a entender que la santa ciudad (Jerusalén)
sería reedificada en tiempos de angustia y que desde que se diera la orden
empezaría a correr el tiempo.
PRIMER ACONTECIMIENTO
Es durante el reinado de Ciro que se proclama: “Así dice Ciro, rey de los
Persas: Jehová el Dios de los Cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra
(sometieron bajo su dominio a los Asirios, Babilonios, colonias griegas,
Egipto); y él (Jehová) me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que
está en Judá. Quien haya entre vosotros de todo su pueblo, sea Jehová su
Dios con él, y suba.” El cumplimiento de este primer acontecimiento se da
tal y como lo narra Esdras y Nehemías, quienes se encargaron de
reedificar.
SEGUNDO ACONTECIMIENTO
En Apocalipsis 11:3 dice: “y daré a mis dos testigos que profeticen por mil
doscientos sesenta días (42 meses, tres años y medio), vestidos de cilicio”
(La mayoría piensa que son Moisés y Elías) y en el versículo 7 dice: “cuando
hayan acabado su testimonio…”, es decir que vienen a dar testimonio y a
profetizar durante ese último tiempo. Jesús dijo: “y será predicado este
evangelio del reino (El milenio) en todo el mundo PARA TESTIMONIO a
todas las naciones; y entonces VENDRÁ EL FIN” (Mateo 24:14). Nuevamente
el evangelio del reino, la venida del Mesías para reinar durante mil años,
será predicado tal como lo hizo Juan el bautista (Mateo 3:2).
Mientras esto ocurre, Satanás “con lisonjas seducirá a los violadores del
pacto…” (Daniel 11:32) “…más el pueblo (Israel) que conoce a su Dios se
esforzará y actuará y los sabios del pueblo INSTRUIRÁN A MUCHOS…” (v33),
el Israel endurecido empieza a despertar. Jesucristo dijo: “por tanto,
cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el
profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea,
HUYAN A LOS MONTES” (Mateo 24:15-16) afirmando que pondrán la
“abominación desoladora” en el templo judío, acontecimiento explicado
por el apóstol Pablo cuando dice: “el cual se opone (el anticristo) y se
levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que SE
SIENTA EN EL TEMPLO DE DIOS COMO DIOS, HACIÉNDOSE PASAR POR
DIOS” (2 Tesalonicenses 2:4). Este es el inicio de una persecución contra los
judíos (el pueblo de Dios) a quienes se les dice “HUYAN A LOS MONTES”
(Mateo 24:16).
LA GUERRA DE ARMAGEDÓN
La Biblia dice que en esta guerra, la bestia (el anticristo) será apresada al
igual que el falso profeta (la otra bestia) y que serán lanzados vivos dentro
de un lago de fuego que arde con azufre (Ap. 19:20). También el versículo
21 de Apocalipsis 19 dice: “Y los demás fueron muertos con la espada que
salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de
las carnes de ellos”. Jesús derrota a todas las naciones y se hace real la
escena de Apocalipsis 20:4 “Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que
recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del
testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la
bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus
manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años”.
El Arrebatamiento de la Iglesia
Jesús viene por segunda vez en persona, tal como se fue. Está claramente
expuesto por el mismo Señor Jesús, y fue predicado y enseñado en la iglesia
primitiva por los apóstoles. Este evento es conocido también como “la venida
de Cristo en gloria”, “la venida de Cristo para gobernar”, “la manifestación
gloriosa”.
HECHOS 1:9-11 “Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le
recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos
puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos
dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones
galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido
tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo”.
APOCALIPSIS 1:7 “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los
que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él”.
Cristo viene a recoger a sus santos Cristo viene a reinar con sus santos
EL MILENIO
Sabemos, por la escritura, que Jesús “afirmará sus pies en aquel día sobre el
monte de los olivos” (Zacarías 14:5) tal como lo expresa Judas 14 al citar la
profecía de Enoc diciendo: “…He aquí, vino el señor con sus santas decenas
de millares” enseñándonos que la iglesia (los santos) estarán en el reino del
Mesías sobre la tierra. También el remanente de Israel, citado con
anterioridad (Isaías 11:15-16), estarán en el milenio ya que Jesús “juntará a
sus escogidos” (Mateo 24:31) incluyendo a aquellos que huyeron al desierto
durante la gran tribulación (Apocalipsis 12:14). Los dos testigos que
profetizaron durante el tiempo de angustia (gran tribulación), quienes
fueron muertos y resucitados según Apocalipsis 11:11 junto con los 144,000
sellados de Apocalipsis 7:4. También “TODOS LOS QUE SOBREVIVIEREN DE
LAS NACIONES (GENTILES) que vinieron contra Jerusalén, SUBIRÁN DE AÑO
EN AÑO PARA ADORAR AL REY” (Zacarías 14:16), dando a entender que los
gentiles tendrán su participación en el reinado de Jesús por mil años, y para
reafirmarlo aún más, el versículo 18 menciona a los egipcios como parte de
esas naciones gentiles. Además de esto, Juan menciona otro grupo que
estará en el reino milenario: “…vi las almas de los decapitados por causa del
testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la
bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus
manos; Y VIVIERON Y REINARON CON CRISTO MIL AÑOS” empezando así el
reinado del Mesías con todos aquellos que participan de “la primera
resurrección” incluyendo a los santos del antiguo testamento.
¿CÓMO SERÁ DURANTE EL MILENIO?
Será un gobierno teocrático, Lucas 1:34 dice: “…y su reino no tendrá fin”
significando que no estará limitado a fronteras. En este gobierno Jerusalén
será la capital y se convertirá en un centro de adoración mundial:
“…subirán de año en año para adorar al Rey, Jehová de los ejércitos, y a
celebrar la fiesta de los tabernáculos” (Zacarías 14:16). La tierra de
Palestina será un paraíso, así lo leemos en Joel 3:18 “Sucederá en aquel
tiempo, que los montes destilarán mosto, y los collados fluirán leche, y por
todos los arroyos de Judá correrán aguas; y saldrá una fuente de la casa de
Jehová, y regará el valle de Sitim”. Israel edificará las ciudades asoladas y
las habitarán (Amós 9:14); pero “encenderán y quemarán armas, escudos,
paveses, arcos y saetas, dardos de mano y lanzas; y los quemarán en el
fuego por siete años” (Ezequiel 39:9); además, Israel limpiará la tierra de la
multitud de muertos que dejó la guerra y los enterrará en el valle de
Hamón-Gog durante siete meses (Ezequiel 39:11-12).
Durante este tiempo el reino animal sufrirá cambios, Isaías 11:6-8 dice:
“Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el
becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los
pastoreará. La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león
como el buey comerá paja. Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del
áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la
víbora”. De igual manera Isaías 65:25 dice: “El lobo y el cordero serán
apacentados juntos, y el león comerá paja como el buey; y el polvo será el
alimento de la serpiente. No afligirán, ni harán mal en todo mi santo
monte, dijo Jehová”.
Según Isaías 65:20-23 la vida se prolongará: “No habrá más allí niño que
muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá
de cien años, y el pecador de cien años será maldito. Edificarán casas, y
morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas. No edificarán
para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los
días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán
la obra de sus manos. No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición;
porque son linaje de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos”.
Durante el milenio Israel será servido por otras naciones (gentiles). Isaías
60:10 dice: “extranjeros edificarán tus muros, y sus reyes te servirán…” ya
que como lo dice el profeta: “porque la nación o el reino que no te sirviere
perecerán, y del todo será asolado” (v12). A Israel le traerán de todas la
riquezas de la tierra (Isaías 60:6-16). La escritura declara: “Edom y Moab les
servirán, y los hijos de Amón les obedecerán” (Isaías 11:14). Las ciudades de
los edomitas, moabitas y amonitas estarán asoladas por los juicios de Dios
(Abdías 1:11-15; Sofonías 2:8-10). Con esto en mente entendemos lo que
dice Isaías 61:5: “Y extranjeros apacentarán vuestras ovejas, y los extraños
serán vuestros labradores y vuestros viñadores”, no cabe duda que Israel
será servido por otras naciones.
La Biblia dice: “Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su
prisión, y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de
la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de
los cuales es como la arena del mar. Y subieron sobre la anchura de la
tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de
Dios descendió fuego del cielo, y los consumió. Y el diablo que los engañaba
fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso
profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos”. Estos
versículos nos enseñan que al final del milenio Satanás vuelve a convocar a
todas las naciones para hacer guerra contra “el campamento de los santos y
la ciudad amada”, nuevamente es derrotado y lanzado al lago de fuego,
terminando así, el reinado del Mesías para continuar con la segunda
resurrección y el juicio del trona blanco.
Una eternidad con Jesús es lo que sigue después de todas estas cosas, y
debemos ser parte de la iglesia levantada en el arrebatamiento, para poder
participar de esa bendición de “verle cara a cara tal como él es”
ELIAS VIENE OTRA VEZ (EL PROFETA ELIAS COMO UNO DE LOS DOS
TESTIGOS DE APOCALIPSIS 11)
¿Qué quiere decir la Biblia cuando dice que Elías viene de nuevo? ¿Es una
profecía cuyo cumplimiento será literal, o Juan el Bautista ya cumplió la
profecía en espíritu? ¿O será que la profecía tiene un cumplimiento doble:
uno por Juan el Bautista y otro por el propio profeta Elías. En este breve
documento se examinará este tema.
Las dos profecías sobre las que se basan todas las referencias del Nuevo
Testamento, se encuentran en Malaquías 3:1 y 4:5-6, que dicen así:
“He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová,
grande y terrible. Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el
corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con
maldición”. (4:5-6).
Es evidente que los judíos de la Palestina del primer siglo, estaban esperando
que Elías regresara a la nación de Israel para preparar los corazones de la
gente para recibir a su Mesías. [2] Algunos de los fariseos le preguntaron a
Juan el Bautista si él era Elías que habría de venir (Juan 1:21-25). Juan negó
que él fuera Elías, y declaró que él era "la voz de uno que clama en el
desierto: Enderezad el camino del Señor" (Juan 1:21, 1:23), tal como fue
profetizado por Isaías (Isaías 40:3). Otros creyeron que Jesús era Elías
(Marcos 6:15). Incluso, los discípulos de Jesús testificaron que muchos en
Israel creían que Jesús era Elías que había venido de nuevo (Mateo 16:14,
Marcos 8:28 y Lucas 9:19).
Si ninguno de ellos, Juan el Bautista o el Señor Jesús, eran Elías que había
venido de nuevo, entonces ¿quién es ese Elías que vendrá otra vez?
Puede parecer extraño o incluso incorrecto, decir que una profecía puede
cumplirse parcialmente. Sin embargo, nos encontramos con que las
Escrituras declaran muchas profecías que solo se han cumplido parcialmente
y que tienen cumplimientos múltiples. En la hermenéutica bíblica, esto se
conoce como el principio de la doble referencia profética. Muchas de las
profecías acerca de Jesús, son profecías de doble referencia, lo que significa
que tuvieron un cumplimiento inmediato, y tuvieron o van a tener un
cumplimiento futuro. Aquí hay algunos ejemplos.
Esteban afirmó que Jesucristo era el profeta del cual habló Moisés en
Deuteronomio 18:15 y 18:18-19. Sin embargo, cuando se lee el contexto de
Deuteronomio 18, podemos ver que Moisés estaba hablando de Josué, quien
iba a ser el próximo líder de Israel.
Igualmente, Mateo dice que la masacre de los niños varones en Belén (Mateo
2:16-18), fue el cumplimiento de la profecía de Jeremías que dice: "Así ha
dicho Jehová: Voz fue oída en Ramá, llanto y lloro amargo; Raquel que
lamenta por sus hijos, y no quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque
perecieron" (Jeremías 31:15). Sin embargo, desde el contexto de Jeremías 31,
sabemos que esta profecía fue dada por Jeremías a los judíos que estaban
cautivos en Babilonia, a los cuales les fue prometido que una vez más, sus
hijos habitarían en la tierra de Canaán (Jeremías 31:16-17).
Esto se cumplirá cuando Elías regrese como uno de los dos testigos durante
el período de la gran tribulación, antes de que Jesús regrese durante la
Batalla del Armagedón (Apocalipsis 11:2-12). Sabemos que su ministerio es el
de llevar juicio a los malvados, y dar un tipo de testimonio a las personas
(Apocalipsis 11:5-6).
Otra razón para esta persuasión, es el tipo de poder que se describe que
poseerán los dos testigos. El apóstol Juan dijo que si alguno quiere hacerles
daño "sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos" (Apocalipsis
11:5). El ministerio de Elías demostró poder para hacer descender fuego del
cielo y para devorar a los enemigos de Jehová (2. Reyes 1:9-14). Otra
descripción dice que ellos "tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no
llueva en los días de su profecía" (Apocalipsis 1:6). Recordemos que Elías oró
para que no lloviera por tres años y medio, y como resultado los cielos se
cerraron y no llovió (Santiago 5:17-18).
Aún hay otro argumento que se usa para respaldar esta teoría, y es la
creencia de que cuando Elías vuelva, él debe morir para que pueda ser
juzgado por Dios (Hebreos 9:27). Se argumenta que, dado que Elías nunca
murió, él tendrá que volver a la esfera natural y sufrir la muerte para cumplir
con hebreos 9:27 que dice: "está establecido para los hombres que mueran
una sola vez, y después de esto el juicio". Puesto que el cuerpo físico de Elías
fue llevado al cielo sin haber visto la muerte (2 Reyes 2:9-12), él debe
regresar a la tierra y morir. Puesto que los dos testigos son presentados
como asesinados y luego como resucitados (Apocalipsis 11:7-12), parece que
esta sería la ocasión perfecta para el cumplimiento de las Escrituras: Elías
vendría otra vez, y finalmente vería la muerte para que pudiera ser juzgado.
[3] La debilidad de este argumento, se encuentra en el hecho de que una
multitud de santos será glorificada en la venida del Señor, sin nunca haber
visto la muerte (1. Corintios 15:51-55; 1. Tesalonicenses 4:14-18), y sin
embargo serán juzgados en el tribunal de Cristo. Mientras que el juicio sigue
necesariamente después de la muerte, la muerte no es necesaria para el
juicio.
Notas al Pie
[1] Lea Malaquías 3:1-6, para apreciar el contexto de tiempo y lugar en el que
este mensajero vendrá. Se observará que será durante un tiempo de gran
tribulación para Israel. El período de tribulación (la semana 70 de Daniel -
Daniel 9:24-27) y el subsecuente reinado milenial parecen estar cercanos.
[2] Esto se basa en parte en Malaquías 4:5-6. Note que en el versículo seis, el
Señor dijo: "no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición". Esto indica
que Elías debe venir primero a preparar el camino para Dios como el Mesías.
Dios es el que está hablando en este versículo, y Él dijo que iba a venir a la
tierra. Sin embargo, antes de que Dios viniera, vendría Elías. Esta es la razón
por la que los judíos pensaron que Juan era Elías viniendo otra vez, porque
Juan dijo que estaba preparando el camino para el Señor en cumplimiento de
Isaías 40:3. Ellos razonaron que ya que Juan estaba preparando el camino
para el Mesías, él debía ser el Elías profetizado (Mateo 3:11-12, Marcos 1:8,
Lucas 3:16-17, Juan 1:21-25).
[3] Es por esta misma razón que a menudo Enoc es considerado como el otro
testigo. Él es el otro único ser humano que no ha visto la muerte, porque fue
transpuesto por el Señor (Génesis 5:24, Hebreos 11:5).
Sin embargo Dios aun tiene un pueblo sobre la tierra, que estará sólo por un
poco más de tiempo, y que no ha permitido que sus ojos hayan sido
enturbiados. Es su novia, que aun desconcertada por el cambio en las
actitudes de la sociedad, ha mantenido su visión y su enfoque en el camino
recto y estrecho, sin desdibujar lo que es un verdadero hijo de Dios. Nuestra
dirección es clara, puesto que sabemos que mayor es el que está en
nosotros, que el que está en el mundo (1. Juan 4:4).
Babilonia tiene sus raíces en el Génesis, el libro de los orígenes, siendo una
de las primeras sociedades de la humanidad. Continúa su camino a través de
los siglos y se encuentra en el libro del Apocalipsis, en la desaparición de las
sociedades humanas. Babilonia fue fundada por un hombre llamado Nimrod
(Génesis 10). En la Biblia, Babilonia es mucho más que una ciudad ¡Es un
espíritu! Es el espíritu de Nimrod. Se trata de una rebelión. Es una rebelión
contra todo lo que es bueno, contra Dios mismo. Es la búsqueda de la gloria
propia, un egocentrismo que busca solo lo individual, es un espíritu de
esclavitud. El espíritu de Babilonia es una pasión que afecta a otros con las
mismas prácticas corruptas y pensamientos que han afectado al propio ego.
No se contenta con corromper a uno solo, pues dicho espíritu se propone
seducir y esclavizar a otros que voluntariamente decidan someterse a su
incitación.
Se inició con Satanás, el progenitor del pecado. Isaías describe cómo Lucifer
deseó ser igual a Dios. “¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana!
Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en
tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré
mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte;
sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo” (Isaías
14:12-14). El principal deseo de Satanás (Lucifer) fue el de elevarse hasta ser
semejante al Altísimo. Dicha rebelión lo llevó a ser expulsado del cielo. Pero
Lucifer no estuvo satisfecho de rebelarse él solo. Así, condujo a la rebelión a
un tercio de los ángeles del cielo, y por eso ellos también fueron echados del
cielo. Una vez que aquellos ángeles se convirtieron en demonios, y que ellos
estuvieron obligados a hacer la invitación a lo malo, su esclavitud comenzó.
Cuando Dios creó a Adán y a Eva, los puso en un perfecto paraíso, el jardín
del Edén. La tentación de Eva por parte de la Serpiente, fue que ella podría
ser como Dios (Génesis 3:5). Este fue el mismo espíritu que causó la rebelión
en el cielo, y ahora también ocasionaba que la humanidad se rebelara contra
el Dios Santo. Por la caída de Adán y Eva, el hombre fue expulsado de aquel
jardín y ahora está vinculado con el pecado y la corrupción. La esclavitud
continúa.
Pasado el tiempo vino Nimrod. Si algún ser humano en la historia resume la
voluntad de Lucifer, este es Nimrod. Génesis 10:9 dice que “Este fue vigoroso
cazador delante de Jehová; por lo cual se dice: Así como Nimrod, vigoroso
cazador delante de Jehová”. ¿Por qué tomó el Señor advertencia especial
sobre este poderoso cazador? ¿Sería porque Nimrod cazó y mató a muchos
animales? No. La palabra “vigoroso”, en Génesis 10:8-9, puede ser traducida
del hebreo como “tirano”. Además, tenga en cuenta algunos de los
significados que el Diccionario Hebreo-Griego de Strong da en relación con la
palabra “ante”, como en el caso “delante del Señor”. Strong dice del hebreo
paním: “cara (como la parte que da vuelta); usado en una gran variedad de
aplicaciones (literalmente y figurativamente); también… como preposición
(ante, etc.):-…en contra… resistir… enfrentar… enojo… filo… ira… negar…
batallar… impudente… pernicioso…”. Esto parece indicar que Nimrod era algo
más que un hábil cazador de animales. Por el contrario, lo muestra
abiertamente obstinado contra el mismo Dios. Él emprendió una batalla
contra Dios por la fidelidad de los hombres. Él estuvo descaradamente en
contra de Dios. Él estuvo rebeldemente en contra de Dios, teniendo la misma
ambición de poder que tuvo Lucifer durante su intento del golpe de poder
celestial. El espíritu de esclavitud ya había encontrado un vehículo humano -
¡Nimrod! Este no sólo cazó animales, sino que también cazó a las almas de
los hombres. Él cazó y esclavizó a sus almas para que siguieran sus
perniciosos caminos. No es de extrañar que Pedro predicara, “Sed salvos de
esta perversa generación” (Hechos 2:40).
Nimrod quería construir una torre para llegar al cielo. Génesis 11:4 dice: “Y
dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al
cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de
toda la tierra”. Aquí vemos un esfuerzo unificado de los pueblos del mundo
hacia un sólo propósito. Este propósito fue su problema. Ellos quisieron
hacerse un nombre para sí mismos y quisieron tomar por asalto las puertas
del cielo. Sus intenciones fueron promovidas por el mismo espíritu que
expuso Satanás antes de ser expulsado del cielo, y que también expuso en el
Jardín del Edén con Eva. Su deseo fue usurpar la autoridad de Dios. La ciudad
fue llamada Babel, que en hebreo significa “confusión”. Los babilonios
prefirieron utilizar un sentido que era más aceptable para ellos, como
significando “puerta de Dios”. “Babel” es la forma hebrea, y “Babilonia” es la
forma griega. Su plan fue frustrado cuando Dios confundió sus lenguas. Pero,
Satanás, a través de Nimrod, continuó esta insidiosa esclavización de la
humanidad para hacer batalla contra Dios. Al igual que Satanás tuvo ángeles,
Nimrod tuvo hombres.
Pasemos a través de los siglos hasta los últimos días. El mal, el espíritu
seductor de Nimrod y Babilonia sigue su curso el día de hoy. Al mirar en 2
Tesalonicenses 2:3-4, vemos a otro individuo. Este es llamado el “hombre de
pecado”, el “hijo de perdición” y el “Anticristo”. Este hombre es el arquetipo
de la rebelión. El cual se opone y se levanta contra Dios, exponiendo la
actitud de Lucifer y de Nimrod. Su osadía descarada lo llevará a sentarse en el
templo “haciéndose pasar por Dios” (2 Tesalonicenses. 2:4). Cautivará a otros
en sus malos caminos, y de acuerdo con Apocalipsis 13, hará que todos lo
adoren, exigiéndoles tener la marca de la bestia, “seis, seis, seis”. La
esclavitud continuará.
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“Porque yo tengo pensamientos de bien y no de mal para ustedes para darles
el fin que esperan”.
Dios dijo: “y no de mal” porque ellos pensaban que les iba a ir mal. Si
pensamos así, lo más probable es que nos vaya mal, porque en lo que más
pienso es en lo que más crezco.
¿Qué tipo de mujer eres, hacia dónde diriges tus pensamientos cada día, te
cuesta tomar decisiones?
A)Hay mujeres que no toman decisiones, porque otros las toman por ellas
Noemí
Por eso:
B)Tienes que aprender a tomar tus propias decisiones, y no dejar que otros la
tomen por ti, porque la dependencia te ata y no te permite avanzar en la
vida.
Orfa
C) Pero hay otras mujeres que siempre toman la decisión de mirar hacia el
futuro
Rut
Esto es abrir tu mañana, es como si hoy dijeras: “mis hijos serán libres de la
droga, mi marido no va a emborracharse más, el maltrato se va a terminar en
mi familia”.
Fue un decreto de autoridad: “no me voy a morir por lo que me pasó”, ella
ejerció autoridad sobre su vida. Empezó juntando las espigas que otros
dejaban caer, pero en el fondo de su corazón, sabía que un día, la bendición
de Dios la alcanzaría.
Tienes que trabajar por tu sueño, ella no tuvo vergüenza, hoy probablemente
estés “levantando las espigas que caen al suelo” pero mañana vas a ser ¡la
dueña del campo!
Creo que la oración de esta mujer debe haber sido algo parecido a esto:
“Extiende sobre mí tus alas, como una mamá gallina, cúbreme Señor; quiero
que me cubras con el borde de tu manto, déjame entrar en tu propósito, en
tu bendición”
Sólo Jesús te acepta con tu pasado y con tus heridas. Rut no solo quedó
incorporada al pueblo de Dios, sino, más sorprendentemente aún, a la
estirpe misma de la monarquía davídica. ¿Sabes por qué? porque en el fondo
de su corazón ¡ella sabía que era una reina!
Es tan importante que esos ríos de agua viva fluyan en el corazón del
creyente, pues “… si alguno no tiene el Espíritu de Cristo NO ES DE ÉL”
(Romanos 8:9); es por ese Espíritu que seremos levantados cuando Jesús
venga por su iglesia ya que “si el Espíritu de aquel que levantó de los
muertos a Jesús MORA EN VOSOTROS, el que levantó de los muertos a
Cristo Jesús, VIVIFICARÁ TAMBIÉN VUESTROS CUERPOS MORTALES POR SU
ESPÍRITU que mora en vosotros” (Romanos 8:11), “…con el cual FUISTEIS
SELLADOS PARA EL DÍA DE LA REDENCIÓN” (Efesios 4:30), es decir, que hay
que buscar con sed de Dios ser llenos del Espíritu Santo porque “SI ALGUNO
TIENE SED, VENGA A MÍ Y BEBA” (Juan 7:37).
Lo cierto es que había un asnillo llamado para hacer una poderosa obra, la
cual nunca alguien había imaginado. Además, nunca en la historia se le había
otorgado tal honor a un asno, pues eso era algo reservado solo para los
grandes y portentosos corceles, después que regresaban de la batalla.
Así que por primera vez a un burro sin experiencia para caminar con alguien
sobre sí, , ni conocer los caminos transitados, de un momento a otro
comienzan a colocar palmeras para que sus burdos cascos la pisen. Además,
comenzó a sentir lo suave de los mantos puestos en sus patas. Estaba
gozando de privilegios que nunca nadie de sus antepasados gozó. NADIE LO
HABÍA IMAGINADO. El asnito era ahora grande en medio de todos. Casi lo
puedo ver sacando pecho, ondulando sus grandes pero hermosas cejas,
mirando con aire de corcel a todos, y disfrutando cada paso como el grande
en medio de todos. Fue un recorrido de aproximadamente una hora y media,
lo suficiente para pensar que nunca terminaría… DE LO QUE NUNCA SE
PERCATÓ ES QUE ESA GLORIA NO ERA PARA ÉL…ERA PARA QUIEN ESTABA
SOBRE ÉL…
Soy una persona que me embeleso viendo la maestría de los que tocan los
instrumentos musicales. Me gusta oír voces entonadas en los cantos, y siento
gozo al ver como se exigen nuestros músicos para adorar al Rey de Reyes,
pero me molesto cuando les veo cantar como profesión, como si la iglesia les
debiera el aplauso a ellos, como si ellos no cantan entonces en la iglesia no
pasaría nada, no habría bendición.
Grandes predicadores han caído en este grave error sin detenerse a meditar
que su forma diestra de exponer la palabra de Dios es gracias y únicamente a
Dios, ya que lo que de él se conoce, él lo dio a conocer, su eterno poder y
deidad (Romanos1:20). Esas palmas unidas, esas lágrimas en los rostros de
quienes son impactados por el mensaje, son gracias a que el Espíritu de Dios
ha convencido de pecado. Nuestro estudio, preparación y esfuerzo por
sazonar la palabra es lo mínimo que como pastores y predicadores podemos
hacer. Lo realmente grande es lo que Dios hace con todo eso, acomodándolo
en el corazón de quienes escuchan el mensaje. Nuestra posición realmente
como vasos de Dios es solamente ser el recipiente utilizado por él para que la
gloria suya sea servida a todos los que oyeren. No sé hasta qué punto pueda
tocar las fibras sensibles de tu corazón, pero sé que solamente Dios es el que
coloca así el querer.
Las palmas, las mantas, los grandes gritos de júbilo, no son para nosotros;
son para el campeón del Gólgota, el que hizo la obra magna de nuestra
redención.
Como sería la reacción de aquel asnito, cuando todos comenzaron a irse…
“Hey, esperen… Aquí estoy… No se vallan… Si quieren puedo caminar mejor o
hago algo que les divierta…” Me imagino al burrito pensando que paso. ¿Qué
sucedió? Cuál sería su reacción cuando alguien susurró en el camino a casa
“BURRRO, NO ERA PARA TI LA GLORIA”.
*el trigo nos nutre, nos da vida y energía para seguir. De ahí q Jesus se refirió
a los HIJOS DEL REINO COMO SEMILLA DE TRIGO Q ESTÁN EN ESTE MUNDO;
Q ES EL CAMPO DE DIOS para ser BENDICIÓN de muchos.
Y sí están en una iglesia, se desarrollan y activan a la par del trigo. Pero tarde
o temprano sus raíces INTENTAN ahogar al trigo.
Ellos reciben bendiciones debido a q Dios se acuerda del trigo. Pero como
SON TAN DAÑINOS siempre perjudicarán EL ENTORNO del pastor o de la
iglesia q los ha ayudado. Y todo esto sucede en todas partes, xq ellos no
pueden cambiar su naturaleza de CIZAÑA.
*Se dice que El trigo es más pesado que la cizaña. Y debido a esto llega un
momento que el TRIGO SE INCLINA. PUES ES HUMILDE Y SE DOBLEGA ANTE
EL PESO. Así es el creyente q haga lo q haga sabe q la GLORIA ES PARA DIOS.
Sí ella es sacudida es xq le falta el peso del trigo. Ella crece ergida, como
sinónimo de ALTIVEZ, ORGULLO Y FALTA DE REVERENCIA.
*Ambas crecen juntas oran, cantan, saltan, trabajan, activan y hasta pueden
predicar. Y ante los ojos humano es imposible diferenciar.
Y cuando este aceite tocaba la oreja la consagraba para OÍR la voz de Dios. Y
al tocar su mano la consagraba para HACER la voluntad de Dios. Y al tocar su
pie lo consagraba para CAMINAR en la voluntad de Dios que es nuestra
santificación.
En Jn.18:10-11 leemos q Pedro corto la oreja del siervo del sacerdote llamado
Malco. Pero Jesus volvió la oreja derecha a su lugar. ¿Pero cual fue el motivo
que lo hizo?
Para ser sacerdote es necesario OÍR. Y Para tener FE es necesario oír dice
Ro.10:17.
Cada persona elegida por Dios tiene que saber oír lo que el Espíritu Habla a
La iglesia.
Samuel, Moisés y otros dijeron heme aquí después de haber oído su voz. El
aceite te consagra el oído para oír la voz de Dios. Pero recuerde que no es
suficiente el oír sino que Sgo.1:22-25 nos enseña que debemos Hacer más
que oír. Y el HACER era la consagración que se hacia sobre el pulgar de la
mano y sobre el pulgar del pie.
Aún está consagración del pulgar sirve para para CUBRIR y proteger a otros.
Tanto tú vida, flia. Como ministerio. Eso significa el pulgar derecho. Es la
unción y la autoridad que tú ejecutas en obediencia a Dios.
Es por esto que somos sacerdotes y reyes dice 1 P.2:9 y Ap.1:6 somos
consagrados x Dios bajo la unción de su aceite. Pero sí miramos en Jue.1:3-7
leeremos que había un rey llamado ADONI-BESEC que había conquistado
reinos y atrapado a 70 reyes a los cuales les corto los pulgares de sus manos y
de sus pies. Y luego los arrojó bajo su mesa para recoger migajas. ADONI-
BESEC significa el Señor de las brechas o el Señor que hace divisiones. Estos
son demonios que fueron enviados para detener ministerio de reyes y
sacerdotes. Estos dividen el cuerpo de la iglesia para que los ministerios no se
desarrollen y para que no tengas un ministerio efectivo.
Ellos te van a dividir sí es posible tú matrimonio. Ellos van a dividir a tus hijos.
Te van a separar de los cultos y de toda actividad de la iglesia. Ellos cortaran
aún el pulgar de tú pie . La ciencia dice que cuando esto sucede el cuerpo
pierde estabilidad y equilibrio. Y eso te separa de la obra de Dios.
Cuando tú crees que está todo bien, perfecto. Estás con tú pulgar cerrado y
cubriendo lo que es tuyo. Ahí es cuando aparece este demonio con el deseo
de cortar tus pulgares. Pero es ahí donde debes recordar que en tú debilidad
tú eres fuerte en Dios. Es ahí donde debes actuar como la tribu de simeon y
de judá. Simeon significa:el que oye y judá significa: el que alaba. Sólo tienes
que recordar que el aceite tocó el lobulo derecho de tú oreja. Para que
puedas oír la voz de Dios. Y cuando empiezes a alabar y a actuar verás la
unción de Dios rompiendo los yugos satanicos.
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* Pero como VEO ALGO ESCRITO es por eso q me ánimo a preguntar y con el
fin de seguir enseñando y enriqueciendo al pueblo de Dios con Sabiduría.
2) A LOS Q SE APARTAN
* Pero les recuerda q ellos habían DEJADO LA JUSTICIA (Xq sí fueron ambos
los q habían sido encontrados en adulterio, ¿entonces donde estaba el
hombre?).
Ellos dejaron de creer q alguien así pueda ser perdonado x Dios. Aún no
creían q ella podría cambiar y arrepentirse para ser restaurada.
* Y aún Betsabe ex esposa de Urias Dios la bendijo con Salomón el rey más
sabio de Israel y la incluye en Mt.1:6. Junto con David en la genealogía del
Mesías.
Importante es recordar q Dios puede perdonar cualquier pecado del cual una
persona se arrepienta y aún hasta puede RESTAURARLO.
Preparado por:
Hna. Mary Aneth Alvarez De Pérez
“…y observé los muros de Jerusalén que estaban derribados, y sus puertas
que estaban consumidas por el fuego” (Nehemías 2:13)
INTRODUCCIÓN
El rey supo que era serio lo que sentía Nehemías y le ofreció su ayuda: “Qué
cosa pides?” (2:4), pero antes de hacer la petición de permitirle ir a Jerusalén
a reedificarla, Nehemías oró. Halló gracia ante el rey y le pidió todo lo que
necesitaba y le fue concedido: cartas para los gobernadores y madera para
los trabajos, además no lo envió solo sino con capitanes del ejército y la
caballería.
Es que Dios ama a la mujer y aunque por mucho tiempo fue y quizá sigue
siendo discriminada, Jesús vino para reivindicarla, Jesús vino para restaurarla,
Jesús vino a devolverle el honor que había perdido y a darle la gran
oportunidad de ser protagonista en su propósito redentor al nacer de una
mujer, al prestar especial atención a la mujer durante su ministerio, al
permitirle anunciar su resurrección y en este tiempo, al concederle el
privilegio de testificar que Cristo salva, sana y viene otra vez y que a través de
ese mensaje muchas mujeres sean restauradas!
CONCLUSIÓN:
Dios tiene todo para restaurar lo que está descuidado o dañado, solo hace
falta una persona sensible y dispuesta que atienda el sentir de Dios. Él ya ha
provisto lo necesario, así que…
(Nehemías 2:18)
Es esencial entender como ELOHIM se usa para el Dios verdadero, con el fin
de entender como este término es utilizado de maneras diferentes. ELOHIM
es un sustantivo masculino plural. La forma singular de la palabra ELOHIM es
ELOAH, y aparece en el Antiguo Testamento 54 veces, siendo usada también
en referencia tanto al Dios verdadero como a los dioses falsos. ELOAH
proviene de la raíz hebrea EL-, que aparece 226 veces. EL- significa fuerza y
poder.
En Éxodo 32:4, donde ELOHIM es usado para una pluralidad de dioses falsos,
el verbo "sacaron" apunta a la tercera persona del plural. El verbo plural
exige que ELOHIM se refiera a más de un dios falso. Aunque en este caso sólo
se registra que fue hecho un becerro de oro, este al parecer representó para
los israelitas la adoración de todo el ganado vacuno, considerado sagrado por
los egipcios. Así el becerro representó para ellos más que un solo dios, pues
este representó a los dioses de los egipcios. En Deuteronomio 4:28, una serie
de verbos plurales, tales como "ven", "oyen", "comen" y "huelen", son
usados para describir las incapacidades de los dioses falsos (ELOHIM). Esto
confirma que si la intención de ELOHIM es la de indicar más de uno, serán
usados verbos plurales, mientras que si la intención de ELOHIM es la de
indicar sólo uno, serán usados verbos singulares.
Todos esto nos ayuda a entender el plural "nosotros" en Génesis 1:26; 3:22;
11:7 e Isaías 6:8. Algunos podrían suponer que estos pronombres plurales
indican más de un Dios o que Dios es de algún modo más de uno. Pero la
gramática de los pasajes no indica nada de esto.
Cada versículo que conduce hacia Génesis 1:26, emplea verbos y pronombres
singulares (ver los pronombres singulares en los versículos 5 y 10) que
muestran que la obra de creación fue exclusiva de Dios. Esto mismo se
evidencia en el verbo singular ("dijo") del versículo 26. La introducción de un
verbo plural ("hagamos") y un pronombre plural ("nuestra") en el mismo
versículo, debe significar el hecho de que el único Dios incluye a otros en su
declaración. Ya que no había ningunos otros seres inteligentes creados hasta
aquel entonces excepto los ángeles, sus palabras deben haber sido dirigidas a
ellos.
. 1. Corintios 15:24-28
Por Julio César Clavijo Sierra
Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido
todo dominio, toda autoridad y potencia. Porque preciso es que él reine
hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el postrer
enemigo que será destruido es la muerte. Porque todas las cosas las sujetó
debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él,
claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas. Pero luego que
todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará
al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos. (1.
Corintios 15:24-28).
Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido
todo dominio, toda autoridad y potencia (v. 24)
Cuando Jesús, en su papel de Hijo o de humano perfecto, haya destruído a
todos los enemigos de Dios, vendrá el fin de este siglo (mundo) y empezará el
reino eterno donde morarán los santos.
Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos
debajo de sus pies (v. 25)
Note que el Hijo fue una manifestación de Dios, que Él proveyó a nuestro
favor para poder salvarnos. Para el tiempo de la Gracia, Dios está operando
salvación por medio de su obra en el calvario, y por eso en estos postreros
días nos ha hablado por el Hijo (Hebreos 1:1-2). Aún su obra en el calvario
sigue siendo predicada y continúa siendo eficaz para dar salvación a los
hombres. Por eso la manifestación de Dios en carne, está rescatando a los
perdidos hasta que los enemigos de Dios sean desechos.
Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas
las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a
él todas las cosas (v. 27)
Dios sometió todo dominio al Hijo de Dios, al Varón Perfecto, hasta que este
varón destruya a todos los enemigos de Dios. Es en esta función de Varón
perfecto, que Dios está derrotando a sus enemigos (a los enemigos de su
propósito inicial para con la humanidad).
Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo
mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo
en todos (v.28)
Cuando todo lo que afectó el propósito de Dios para con el hombre esté
sometido al Hijo (el Varón u Hombre Perfecto), entonces el Hijo mismo se
sujetará al Padre. La manifestación como Hijo habrá alcanzado su propósito
máximo y la obra de Dios será consumada por completo, así que el Hijo habrá
logrado su propósito trayendo la gloria sobre los que aceptaron su obra en la
cruz, y Dios podrá ser TODO en todos los que vencieron haciéndolos entrar
en el Reino Eterno.
Introducción
Los Datos
Para dar una idea de la magnitud del problema que enfrentamos, tenga en
cuenta esta pequeña muestra de pasajes, en los que se hace una clara
distinción entre el Padre, el Hijo y el Espíritu: En la Gran Comisión, Jesús dijo
que todo el poder le ha sido dado en el cielo y en la tierra (Mateo 28:18). Dar
algo, implica una distinción entre quien da y quien recibe, y por lo tanto una
distinción entre Jesús y aquel que le dio todo el poder.
Jesús dijo que el Padre es mayor que Él (Juan 14:28). "Mayor", es un término
comparativo que implica la presencia de dos entidades distintas. ¡Sin duda,
Jesús no quiso decir que Él era mayor que Él mismo! En otra ocasión dijo: "No
puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque
todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente. Porque el
Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que Él hace" (Juan 5:19-20;
Ver también 3:32). Aquí tenemos uno que muestra y uno que hace. Es
evidente que Jesús no es el mismo que muestra lo que Él debe hacer. En otro
contexto, Él dijo claramente de su propia capacidad, "No puedo yo hacer
nada por mí mismo" (Juan 5:30). Incluso las palabras que Jesús enseñó, le
fueron dadas originalmente por el Padre (Juan 12:49-50). Una vez más,
tenemos a uno que da y a uno que recibe. Todas estas declaraciones apuntan
a una verdadera distinción entre el Padre y el Hijo.
Jesús habló del Padre estando con Él (Juan 8:29), y de sí mismo como
proveniente del Padre y enviado por el Padre (Juan 8:42; 14:24; 16:27-28,
17:8, 18), habló de volver al Padre (Juan 16:5, 7, 10), y de ser santificado por
el Padre (Juan 10:36). Incluso se dice que el Padre honra al Hijo (2. Pedro
1:17).
Jesús dijo a sus discípulos que oren al Padre para que les envíe el Espíritu. Se
dice que el Espíritu procede del Padre, hablando no de sí mismo, sino en los
términos de que Él oirá (¿Oirá el testimonio de quién? ¿De sí mismo?). El
Espíritu aún, como se dice, glorificará a Jesús (Juan 14:16-17, 15:26; 16:13-
14).
En otra ocasión, Jesús dijo que si lo amamos, entonces su Padre nos amará,
y ellos vendrán y harán su morada en nosotros (Juan 14:23). Si hay un solo
Dios, y tanto Jesús como el Padre son ese Dios, ¿por qué Jesús habla del
Padre y de sí mismo en plural?
“Ellos se esfuerzan por interpretar esta distinción de una forma que sin
embargo coincidirá con sus propias opiniones: de modo que, en una sola
Persona, ellos distinguen a dos, al Padre y al Hijo, en su comprensión de que
el Hijo es la carne, que es el hombre, que es Jesús; y que el Padre es el
Espíritu, que es Dios, que es Cristo. Así ellos, afirmando que el Padre y el Hijo
son uno y el mismo, de hecho realmente comienzan por dividirlos más bien
que por unirlos. Ya que si Jesús es uno y Cristo es otro, entonces el Hijo será
diferente del Padre, porque el Hijo es Jesús, y el Padre es Cristo”.
Este uso de los términos bíblicos no se puede justificar con las Escrituras, y
los trinitarios, como Tertuliano, se apresuraron a señalar esto. (Véanse los
Apéndices I y II para una discusión más completa sobre el uso correcto de
"Padre" e "Hijo").
Socava la Redención
Sería imposible que algunas de las acciones de Cristo sean las de un hombre y
otras las de Dios, ya que tal noción plantea dos personas en Cristo: una que
es Dios y una que es hombre. Esto es imposible a la luz de una verdadera
encarnación de Dios. Jesús es el mismo Dios existiendo como hombre, pero
no Dios y un hombre que existen juntos en un mismo lugar geográfico, no es
una persona divina y un ser humano que coexisten lado a lado. Como Jesús
es el modo humano de la existencia de Dios, necesariamente debe haber un
solo sujeto personal en Cristo -no dos-, y ese sujeto personal es Dios. [11] A
diferencia de Jesús quien es Dios que existe como hombre, nosotros somos
hombres que existimos como hombres. Del mismo modo en que nosotros
somos los sujetos de todas nuestras acciones, así Dios es el sujeto de todas
las acciones de Cristo. Dios es quien experimentó el sueño, el hambre, la sed
y el dolor. La humanidad de Cristo es la humanidad de Dios en virtud de la ley
de la encarnación por la que Él mismo se hizo hombre, y por lo tanto todos
los actos de Cristo son los de Dios mismo en una existencia humana
auténtica. Por lo tanto, Jesús no es la combinación de Dios actuando y
conociendo como Dios y un hombre que actúa y conoce como hombre -uno
al lado del otro-, sino Dios actuando y conociendo como hombre a través de
su modo humano de existencia.
Si Cristo son dos personas -una divina y una humana- que coexisten en un
mismo cuerpo, entonces Jesús no es un "él", sino un "ellos". Habría dos
centros de conciencia o dos sujetos activos en Cristo. De ello se sigue
entonces, que Cristo tendría dos tipos de experiencias. La persona humana
tendría un conjunto de experiencias, y otros la persona divina. Por ejemplo,
la persona divina tendría la experiencia de crear el mundo, pero no la
persona humana. La persona divina podría informarle de este acto pasado -
por lo que la persona humana llegaría a saberlo- pero el ser humano sólo lo
sabría proposicionalmente, no por la experiencia. Él mismo no tendría la
experiencia de crear el universo, porque no existía en la creación. Y si Él no
creó el universo, entonces no es Dios. Del mismo modo, la persona humana
contaría con la experiencia de consumir alimentos, pero la persona divina no.
La persona divina podría observar el acto de la persona humana, pero no lo
experimentaría personalmente. Su experiencia acerca de esto sería en
tercera persona, no en primera persona.
La Analogía Inexacta
Entonces, decir que la distinción entre el Padre y el Hijo es sólo una distinción
entre las naturalezas divina y humana, quiere decir que Jesús de Nazaret
tiene una relación con Dios, pero no es Dios mismo. Este punto de vista no es
pertinente a la teología de la Unicidad, pero es similar al adopcionismo en el
que Jesús es un hombre con existencia independiente, al cual Dios llena de su
Espíritu para que su capacidad se convierta en "cuasi-divina". Si las
reclamaciones de Cristo por la deidad tienen algún sentido ontológico, tiene
que haber una unión metafísica de sus naturalezas divina y humana –incapaz
de separarse- en una persona. Dios no se limitó a abrigarse en un cuerpo
humano, sino que trajo la naturaleza humana en la unión metafísica con su
naturaleza divina, para que pudiera personalmente y
realmente hacerse hombre.
El "Hacerse", Encarnacional
Uno de los textos cristológicos más importantes de las Escrituras es Juan
1:14: "La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros" (Juan 1:14). Para
comprender mejor la naturaleza de la distinción Padre-Hijo, y la necesidad de
rechazar ciertas concepciones de la distinción, es necesario tener un
conocimiento básico del "hacerse" encarnacional. La cuestión céntrica en el
dilema cristológico, es lo que significó para Dios "hacerse" hombre. ¿Cómo
pudo Dios hacerse hombre sin dejar de ser lo que siempre ha sido, o
sin comprometer la integridad de la humanidad de Cristo?
Para que cualquier teología de la encarnación sea válida, debe sostener que
Dios es hombre, que Cristo es el Dios que es hombre, y que Cristo es el
hombre que es verdaderamente Dios. Estas tres máximas cristológicas se
pueden ampliar así: 1). La unión de las naturalezas divina y humana debe ser
ontológica para que Dios sea hombre; 2). Dios debe ser inmutable, para que
sea el Dios que es hombre; 3). La humanidad que Dios asumió debe ser
completa y genuina, para que sea el hombre que es Dios. [15]
Para que Dios sea hombre, y para que Cristo sea el hombre que es Dios, es
necesario que Dios sea inmutable. La inmutabilidad de Dios es la que
garantiza que Cristo es el Dios que es hombre, y el hombre que es Dios. Sin
embargo, a menudo se asume que la inmutabilidad de Dios le impediría
convertirse en hombre de algún modo ontológico. Se argumenta que una
acción ontológica de hacerse, implica cambio, y que ese cambio no es posible
si Dios es inmutable, por lo tanto la acción de hacerse, no puede ser
ontológica.
Por mucho que Nestorio viera la necesidad de una unión ontológica de las
naturalezas para establecer la deidad ontológica de Cristo, él no podía
concebir tal cosa sin destruir la inmutabilidad de Dios o la humanidad de
Cristo, y por lo tanto se conformó con una unión funcional de las
naturalezas/voluntades (una morada de Dios en el hombre). Otros, como los
eutiques y los kenoticistas, entendieron que la unión debe ser ontológica, por
lo que estuvieron dispuestos a sacrificar la inmutabilidad de Dios y la plenitud
de la humanidad de Cristo para alcanzar esto. [17] Y otros, como Apolinar,
Gregorio de Nisa y Gregorio Nacianceno, y los monofisitas, deseando
preservar una unión ontológica y la inmutabilidad de Dios, estuvieron
dispuestos a sacrificar la integridad y/o autenticidad de la humanidad de
Cristo. El primero sacrificó la unión ontológica para preservar la
inmutabilidad de Dios y la humanidad completa y auténtica de Cristo; los
segundos sacrificaron la inmutabilidad de Dios y la humanidad completa de
Cristo para preservar una unión ontológica; los terceros sacrificaron la
humanidad completa y genuina de Cristo para conservar la inmutabilidad de
Dios y la una unión ontológica. Todos los tres, sintieron la necesidad de
sacrificar una o dos de las tres máximas cristológicas, porque entendieron
incorrectamente la encarnación, como una unión composicional de dos
naturalezas en una sola, en lugar de una unión personal de la naturaleza
humana por el ser eterno de Dios. Ellos creyeron equivocadamente que una
acción ontológica de hacerse, requiere de una unión composicional, pero
esto no es necesario. La inmutabilidad de Dios no le impidió convertirse en
hombre de una manera ontológica. Por el contrario, esto garantiza que el
hombre que Él se hizo es totalmente Dios, y garantiza que la humanidad que
Él asumió conserva su integridad.
Ahora que hemos establecido las formas en las que no debemos entender el
devenir de la encarnación, ¿cómo deberíamos entenderlo? Parece mejor
comprender la encarnación de Dios como un acto personal y existencial, en el
que Dios trajo la naturaleza humana en la unión con su Persona divina, de
modo que Él mismo podría existir personalmente como hombre –
experimentando la existencia humana a través de las capacidades de la
naturaleza humana que Él asumió– al mismo tiempo que nunca dejó de ser
Dios. La acción de hacerse en la encarnación, no es una unión funcional de
dos naturalezas independientes, ni una unión composicional de dos
naturalezas en un nuevo ser, sino la tesis de Dios asumiendo la existencia
humana. Él sigue existiendo y funcionando como Dios, pero también vino a
existir y a funcionar como un hombre con una conciencia humana real y con
una psiquis humana. Este devenir personal y existencial, no amenaza la
inmutabilidad de Dios o la integridad de la humanidad de Cristo, pero
realmente proporciona una base ontológica para que Dios sea hombre y para
que Jesús sea Dios. Esto será explorado con más detalle en la siguiente
sección.
Mientras que YHWH es la única persona que hay en la deidad, esta persona
ha llegado a existir en dos modos distintos simultáneamente: en la
encarnación como hombre, y en su existencia continuada más allá de la
encarnación como Dios. [21] Jesús es la misma persona divina que el Padre,
pero en un nuevo modo de existencia y auto-revelación (como hombre).
Como el Padre, YHWH experimenta su existencia en la forma divina; como el
Hijo, YHWH experimenta su existencia en la forma humana. Mientras que el
Hijo es modalmente distinto del Padre, Él no es personalmente distinto del
Padre. Jesús es la existencia personal de Dios como hombre, mientras que el
Padre es el modo continuado de la existencia de sí mismo como Dios más allá
de la encarnación. [22]
Después de la encarnación, entonces conocemos a Dios de dos modos
distintos: más allá de la encarnación como el Padre, y en la encarnación como
el Hijo. Entonces la distinción de Padre-Hijo, es una distinción entre los dos
modos de la existencia personal de un solo Dios. [23] Esto se puede ilustrar
de la siguiente manera: (Para ver mejor el contenido de la gráfica, de clic
sobre esta para ampliarla).
En Marcos 5:30, es evidente que hay una distinción verdadera desde el punto
de vista sicológico, volitivo y funcional entre el Padre y el Hijo. Aquí leemos
de una mujer enferma de flujo de sangre, que recibió sanidad cuando tocó la
ropa de Jesús. Jesús respondió con una pregunta: "¿Quién me ha tocado?"
No estaba fingiendo ignorancia. Él verdaderamente era inconsciente de la
identidad de la mujer. Él sabía que alguien había sido sanado sólo porque
sintió el flujo de energía que salió de Él. Sabemos que los acontecimientos
sobrenaturales no son espontáneos, pues se producen sólo cuando Dios
quiere que sucedan. Pero parece claro que Jesús no ejerció ningún poder
voluntario para sanar a la mujer, ya que si lo hubiese hecho, habría sabido
quién era el que la quiso sanar, pero no lo supo. La experiencia de Jesús era
pasiva, no activa. ¿Pero quién la sanó? Ya que no fue un acto de la voluntad
de Jesús el que trajo como resultado la sanidad de la mujer, debe haber sido
un acto de la voluntad del Padre. Esto es muy significativo, ya que demuestra
una genuina diferencia sicológica, volitiva y funcional entre el Padre y el Hijo.
El Padre estaba haciendo una cosa (actuando para sanar), mientras que el
Hijo estaba haciendo otra – siendo totalmente inconsciente de lo que su
Padre estaba haciendo. Una comprensión internalista para la distinción
Padre-Hijo, no tiene en cuenta esto. ¿Después de todo, cómo podría Jesús
ser inconsciente de lo que el Padre había hecho, si la actividad del Padre
fuera interna a Jesús? Tiene más sentido entender "el Padre", como una
referencia a la existencia continua de Dios trascendente a Cristo, y su lugar
de actividad externa a Cristo.
No Asimilable al Trinitarismo
Entender la distinción Padre-Hijo, como una distinción existencial entre los
dos modos de existencia del Dios unipersonal, no es algo afín al trinitarismo.
A diferencia de la teología trinitaria, que plantea tres personas en la
Divinidad respectivamente, nosotros reconocemos a una sola persona divina,
pero vemos que esa única persona vino a existir en dos modos distintos
después de la encarnación. La encarnación no creó a una segunda persona
divina, sino que simplemente trajo un nuevo modo de existencia para esa
única persona. Lo que se distingue es la forma en la cual la única persona
divina ha llegado a existir/funcionar, pero no la persona misma. Cuando Dios
se hizo hombre en la encarnación, Él comenzó a existir como hombre además
de seguir existiendo como Dios. Jesús es el mismo Dios personal, YHWH, pero
existente en un nuevo modo (como hombre).
Una analogía
Conclusión
Debemos aprender de los errores tanto del modalismo como del trinitarismo,
con el fin de que no acentuemos tanto los pasajes de la Unicidad, de tal
manera que ignoremos o redefinamos los pasajes de la distinción Padre-Hijo;
o que acentuemos tanto los pasajes de la distinción, que ignoremos o
redefinamos los pasajes de la Unicidad. Tampoco vamos a continuar con el
error cometido por los modalistas, que vieron el reconocimiento de la
verdadera distinción Padre-Hijo como si fuera un ataque contra la Unicidad
de Dios. Debemos confesar la verdadera distinción a la luz de los datos
bíblicos, pero debemos procurar entender donde reside tal distinción.
Apéndice I
Hijo
Cuando se trata de entender las denominaciones "el Padre" y "el Hijo", hay
sólo un número limitado de opciones desde la perspectiva de la Unicidad.
Podríamos decir que "el Hijo" se refiere exclusivamente a la naturaleza
humana de Jesús, mientras que "el Padre" se refiere exclusivamente a la
naturaleza divina de Jesús, pero tal explicación asume una definición no-
bíblica de "el Hijo", y amenaza con destruir la unidad de su persona. Aunque
la denominación: "el Hijo", tiene sin duda su origen en la encarnación y en la
participación de Dios de la naturaleza humana, no puede ser "asignada" a
cualquiera de las naturalezas de Jesús. "El Hijo" se refiere a toda la persona
de Jesús, tanto en la divinidad como en la humanidad, unidas en una sola
existencia.
Considere por ejemplo Hebreos 1:8-9. El autor conecta "Hijo" con "Dios",
diciendo: "Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios...". Si el Hijo se refiriera sólo a
la naturaleza humana de Cristo, tal declaración no tendría sentido. Es
evidente que el autor de hebreos atribuye la divinidad al Hijo. Otro ejemplo
se encuentra en Mateo 16:16-17, donde se nos dice que a Pedro le fue
revelado que Jesús es el Hijo de Dios. Si "el Hijo de Dios" se refiere sólo a la
humanidad de Jesús, ninguna revelación del Padre hubiera sido necesaria.
Cualquiera podría haber visto que Jesús era un ser humano con sólo mirarlo.
Incluso los judíos incrédulos comprendieron que era un ser humano genuino.
Lo que judíos no podían creer, y que fue lo que Pedro entendió por la
revelación de Dios, es que Jesús es divino, siendo Dios y hombre al mismo
tiempo.
Mientras que "el Hijo" se refiere a mucho más que a la naturaleza humana de
Jesús, no es adecuado aplicar este término a Dios aparte de la encarnación
de Cristo. "El Hijo" es un término relacional que surge únicamente a
consecuencia de la encarnación, haciendo hincapié en la humanidad que
surge en la encarnación, pero al mismo tiempo sin excluir a la naturaleza
divina. "El Hijo" no se refiere exclusivamente al Espíritu incorpóreo sin hacer
referencia a la humanidad de Cristo. Los creyentes en la Unicidad, están en
contra del término "Dios Hijo", porque este equipara el término "Hijo"
exclusivamente con la divinidad, ante lo cual no hay ningún apoyo bíblico. "el
Hijo", enfatiza la humanidad que Dios asumió en la encarnación, pero no
excluye la deidad de Jesús a partir de esta referencia. Sólo la persona entera
de Cristo, tanto en la divinidad como en la humanidad, puede ser llamada
razonablemente el Hijo.
Apéndice II
Si bien es cierto que el Padre y el Hijo son la misma persona, "el Padre" y "el
Hijo" se usan en las Escrituras para distinguir el modo divino de la existencia
de Dios (el Padre), de su modo humano de existencia (el Hijo). "El Padre"
habla del modo cósmico de la existencia de Dios, mientras que "el Hijo" habla
de la existencia del mismo Dios como hombre. Usar las dos denominaciones
indistintamente, sobre la base de que sabemos que el Padre y el Hijo son la
misma persona, no solo es una falta de respeto a la revelación de Dios, sino
que también tiende a confundir la distinción entre los modos cósmico y
humano de la existencia de Dios.
Notas al Pie
[1] Es decir las cualidades y atributos que hacen que una cosa sea lo que es.
[2] Mis comentarios sobre el modalismo son de amplio alcance, y están
destinados a representar en su amplitud la teología de los modalistas, en
lugar de la teología particular de cualquier modalista, tales como Praxeas,
Noeto o Sabelio. Me he dado cuenta que cada uno de estos teólogos hizo su
contribución única a la teología modalista, pero estoy tratando de poner de
manifiesto el enfoque común y los supuestos subyacentes a todos. También
hay que señalar que es difícil determinar la teología exacta de los modalistas,
porque sus escritos/creencias sólo han sobrevivido dentro de los escritos de
sus adversarios teológicos. No podemos estar seguros de la exactitud con la
que los llamados padres de la iglesia, como Hipólito y Tertuliano, entendieron
y/o transmitieron la perspectiva teológica de los modalistas.
[3] Y/o también al afirmar que "el Hijo" se refiere únicamente a la humanidad
de Jesús, mientras que "el Padre" se refiere a la deidad de Jesús. Este uso de
los términos bíblicos es incorrecto. Véanse los Apéndices I y II para una
discusión más completa sobre el uso correcto de "el Hijo" y "el Padre".
[4] Aquí yo uso "trinitarios" en términos generales, en habida cuenta de que
la doctrina de la trinidad todavía no se había desarrollado plenamente
cuando los llamados padres de la Iglesia, como Tertuliano e Hipólito, hicieron
su evaluación del monarquianismo modalista.
[5] Mientras que encuentro un error en las teologías trinitarias y modalista,
estas no son iguales en su error. Estoy persuadido de que los modalistas
estaban más cerca de la verdad bíblica que los trinitarios. Sin embargo al
decir que estaban "más cerca", estoy reconociendo que ellos tenían un
margen para mejorar, y por lo tanto no están por encima de la crítica.
Personalmente, encuentro gran afinidad con el monarquianismo modalista,
pero he deseado señalar sus defectos, de modo que nosotros podamos
evitarlos en el desarrollo de nuestra propia cristología y teología apropiadas.
[6] Como se indicó anteriormente, también se recurrió a un punto de vista
como-nestoriano de Cristo, en el que "el Hijo" fue entendido para referirse
solamente a la naturaleza humana de Jesús, mientras que "el Padre" se
refiere sólo a la naturaleza divina de Jesús.
[7] Cuando hemos hecho una distinción referencial entre el Padre y el Hijo,
típicamente hemos seguido la explicación modalista en la que se dice que "el
Hijo" se refiere a la naturaleza humana de Jesús, mientras que "el Padre" se
refiere a su naturaleza divina. Véase el Apéndice I, para el uso adecuado del
Hijo.
[8] La elaboración teológica, es a menudo de naturaleza reaccionaria. Cuando
un grupo ve un error en la teología de otro grupo, a menudo lo compensan
poniendo un exceso de énfasis en un concepto verdaderamente bíblico, a tal
punto que su propia teología puede desequilibrarse y ya no ser bíblica. Temo
que los partidarios de la Unicidad han reaccionado contra la teología
trinitaria, de tal manera que han causado un desequilibrio a su propia
formulación teológica, lo que ha permitido al trinitarismo dar forma a
nuestra comprensión de Dios, en lugar de las Escrituras. Los adherentes a la
Unicidad, se dan cuenta de que el Padre y el Hijo no son dos personas
distintas en la Divinidad, pero reaccionan de forma exagerada al poner
demasiado énfasis en su unidad, debido a su propia reacción contra el punto
de vista contrario. Este es un ejemplo de cómo a menudo la teología de la
Unicidad ha reaccionado contra la Trinidad y sus adherentes, y esto ha hecho
que los creyentes de la Unicidad hayamos permitido al trinitarismo dar forma
a nuestra comprensión de Dios, en lugar de las Escrituras. Con demasiada
frecuencia se sobre-enfatizamos una enseñanza bíblica para distanciarnos de
una enseñanza trinitaria, o sub-enfatizamos una enseñanza bíblica por temor
a ser asociados con el trinitarismo. Ambas cosas nos llevan a postular una
teología reaccionaria, en lugar de una teología bíblica. Esto no quiere decir
que la teología se puede hacer en el vacío, o que no se debe hacer hincapié
en ciertas enseñanzas bíblicas en reacción contra los errores que se arrastran
en la iglesia, sino que quiere decir que no debemos dejar que esos errores
nos llevan a distorsionar o a hacer caso omiso de las facetas de la enseñanza
bíblica, por temor a "sonar trinitarios."
[9] Esto se evidencia por el uso tradicional de "el Hijo" para referirse
estrictamente a la naturaleza humana de Jesús, y no a la persona de Jesús en
su totalidad - tanto a la divinidad y a la humanidad unidas en una sola
existencia. Véase el Apéndice I para más información sobre el por qué
debemos rechazar la doctrina de que "el Hijo" se aplica únicamente a la
naturaleza humana de Jesús.
[10] Anselmo de Canterbury, Cur Deus Homo [¿Por qué Dios se Hizo
Hombre?] 2.6.
[11] Sí, es cierto que Cristo tiene tanto la naturaleza divina y la humana, pero
su naturaleza humana no es una persona humana distinta. Sólo hay una
persona en Cristo la cual es Dios, ya que sólo una persona incorporó una
naturaleza/existencia humana en su persona divina. Dios vino a existir como
hombre por asumir la naturaleza humana en su persona divina, no por unirse
a una persona humana ontológicamente separada y con otra
existencia personal individual.
[12] La ontología es una rama de la filosofía que estudia la realidad última.
Entonces hablar de una unión "ontológica", es hablar de una verdadera unión
de las sustancias, a diferencia del mero aspecto de una unión.
[13] Lo que significa "la apariencia de la realidad de acuerdo a la percepción
humana".
[14] La Escritura dice que Dios mora en Cristo y que el Padre está en Cristo
(Juan 10:38; 14:10-11; 17:21, 2. Corintios 5:19, 1. Timoteo 3:16), por lo que
en ninguna manera yo estoy condenando el uso de tal lenguaje. Simplemente
me limito a ofrecer un correctivo contra una compresión ilegítima de estas
declaraciones bíblicas. Cuando la Escritura habla de que Dios está en Cristo,
esto no sugiere que Dios sólo ocupa el "espacio" dentro del hombre Jesús.
Otros pasajes indican que la presencia de Dios en Cristo, va más allá de una
simple morada. Por ejemplo, Juan dice que "La Palabra se hizo carne" (Juan
1:1, 1:14). Mientras que "en" podría ser interpretado como una unión
moral/funcional, "hacerse" implica algo mucho más grande, es decir una
unión ontológica. Debemos entender la primera a la luz de esta última.
Cuando la Escritura habla del Padre habitando "en Cristo", no está tratando
de explicar la realidad metafísica de la persona de Cristo, sino más bien la
realidad funcional de la encarnación. Esta es una manera sencilla de expresar
la verdad de que Dios trabaja en y por Cristo, porque la humanidad de Cristo
es la humanidad de Dios, en virtud de la acción encarnacional de hacerse y de
la unión hipostática. Jesús es la existencia de Dios como un ser humano.
Se debe prestar especial atención a Juan 1:14, ya que algunos ponen el
énfasis en "habitar" en lugar de en "hacerse", sosteniendo que "habitar"
describe la manera en que Dios se hizo carne. Se ha dicho que la encarnación
es Dios que mora en, o tabernaculiza en un hombre. Creo que esta
interpretación confunde. Gramaticalmente la Palabra hizo dos cosas: "se
hizo" y "habitó", en ese orden. Una vez que la Palabra se hizo carne, entonces
vivió entre nosotros como hombre. "Habitó", no describe cómo la Palabra se
hizo carne, sino más bien lo que la Palabra hizo después de que se hizo carne,
es decir, que vivió entre los hombres.
[15] Thomas G. Weinandy, ¿Dios cambia?: El Hacerse de la Palabra en la
encarnación, Estudios de Teología Histórica, vol. IV (Still River, MA:
Publicaciones de San Bede, 1985), 82.
[16] Ibídem, 186-187.
[17] No todos los kenoticistas se ubicarían en este campo. Por ejemplo,
Thomasius y Charles Gore, niegan la inmutabilidad, pero confiesan una
humanidad relativamente completa y genuina. Ellos declararon que Dios se
despojó de sus atributos relativos (los omni-), pero no de sus atributos
esenciales (el amor, la justicia, la santidad, etc.). Otros como Weston, no
negaron la inmutabilidad de Dios, pero en realidad parecieron negar la
autenticidad de la humanidad de Cristo, al afirmar que Dios simplemente
ejerció el autocontrol de sus atributos divinos al nivel que la humanidad tenía
la capacidad de mediar. En esta línea de razonamiento, la conciencia de Jesús
es esencialmente una conciencia divina truncada, adaptada a un nivel
humano, no una conciencia humana. Al negar a Jesús una sicología humana
auténtica, se mitiga su humanidad verdadera.
También es difícil clasificar al kenoticismo en un solo campo, porque algunos
kenoticistas parecen negar la deidad completa de Cristo y confiesan su
humanidad completa antes de su glorificación, pero luego afirman su deidad
completa y niegan su completa humanidad después de su glorificación, al ver
una restauración completa de su deidad y una edificación de la humanidad
en su glorificación. Así que si es antes o después de la glorificación de Cristo,
los kenoticistas tienden a negar la inmutabilidad de Dios y la humanidad
verdadera en un momento u otro.
[18] Viene del griego theos (Dios) y anthropos (hombre).
[19] La unión de las naturalezas divina y humana de Cristo, no debe
concebirse como una mezcla o combinación de deidad y humanidad en un
ser compuesto que no es plenamente Dios ni plenamente hombre (a tertium
quid, o una "tercera cosa"). En el hacerse encarnacional (Juan 1:14), Dios
asumió una nueva forma de existencia, siendo todavía plenamente Dios, pero
también plenamente hombre durante este proceso. Si la deidad y la
humanidad hubieran formado una nueva sustancia en la unión, no se podría
decir que Cristo es el Dios que es verdaderamente hombre, o que Cristo es el
verdadero hombre que Dios se hizo.
[20] Algunos pueden malinterpretar la terminología "modo de existencia," en
el pensamiento de que ello implica una negación de la autenticidad o
integridad de la humanidad de Cristo. Quiero dejar claro que no hay tal cosa
siendo implicada por mi uso de esta terminología. Cuando digo: "modo de
existencia", la autenticidad de la existencia no está siendo descrita o
cuestionada, sino más bien el tipo de existencia. Si preguntara, ¿Cuál es su
modo de viajar?, se entenderá que yo estoy cuestionando la forma en la que
se viaja, no la autenticidad del viaje. El viaje es genuino, pero hay diferentes
maneras de viajar. Lo mismo se aplica a la existencia. La existencia es real,
pero hay diferentes tipos de existencia. Hay un modo humano de existir y un
modo divino de existir. Dios existe de un modo divino, mientras que los
humanos existen de un modo humano. Normalmente, las cosas siempre
existen como lo que son. Si usted es un pato, entonces existe en un "modo
de pato". Si usted es un hombre, existe de un modo humano. Pero cuando
llegamos a la encarnación nos enfrentamos con algo totalmente diferente.
Aquí hay algo: Dios, que llega a existir de una manera que está por "fuera de
su normalidad", por así decirlo. No podemos mirar al sujeto y asumir
automáticamente su modo de existencia, porque nunca antes en la historia
tuvimos al sujeto divino existiendo alguna vez como algo más que un ser
divino, pero manteniendo el modo divino. Sin embargo, en la encarnación del
sujeto divino, este llegó a existir como hombre sin dejar de existir de acuerdo
a su modo "normal" de existencia.
La terminología puede sonar muy extraña, porque la situación es muy
extraña. La encarnación es el único ejemplo que conocemos, donde existe
una identidad particular de un modo que es diferente a su identidad. ¿Cómo
es que Dios puede ser hombre? En el mundo nunca se ha visto una cosa
semejante. A lo único que puedo compararlo es con la oruga, pero incluso
esta es una analogía imperfecta. Una oruga comienza como una oruga, pero
al final se convierte en una mariposa. La identidad de este insecto es el de
una oruga, pero en el transcurso del tiempo viene a existir como una
mariposa. ¿La identidad personal cambió cuando cambió la oruga? No. Es la
misma cosa, "conclusivamente" la misma sustancia. ¿Qué ha cambiado? Lo
que cambió es el modo (la forma) en el que aquella mariposa existe. En la
actualidad existe de un modo diferente al de antes. Se podría decir entonces,
que la mariposa es el modo de existencia de la oruga "mariposeada". Y
cuando digo que la oruga "existe como una mariposa", tal declaración de
ninguna manera implica que la mariposa no es una mariposa real. El sujeto
sigue siendo el mismo -la mariposa-, pero el modo en el que la mariposa ha
llegado a existir ha cambiado. Ahora, por supuesto, Dios no dejó de existir
como Dios para existir como hombre, y ahí es donde la analogía se rompe. La
analogía sólo sirve para mostrar cómo un sujeto puede llegar a existir de una
manera nueva, conservando todavía su identidad personal.
[21] Weinandy, 59.
[22] Se podría decir que si Dios existe más allá de la encarnación, la
encarnación no existe más allá de Dios. Es decir, Dios no se transformó en un
ser humano (Él conservó sus atributos divinos y su identidad divina), y la
humanidad de Cristo tiene su subsistencia en la persona divina.
[23] Debido a que la distinción está ligada a la encarnación, entonces no es
eterna, y tampoco está arraigada en la divinidad esencial de Dios como en la
teología trinitaria. La divinidad del Hijo y la divinidad del Padre no son dos
personas divinas y distintas en la Deidad, pero sí son la misma persona en dos
modos distintos de existencia. Entonces hay una diferencia entre Dios, tal
como existe en sí mismo, y como Él ha llegado a existir como hombre. La
distinción no es entre Dios y Dios, Dios y un hombre individual, o entre una
naturaleza divina y una naturaleza humana, sino entre los dos modos de la
existencia personal de Dios. La existencia recién adquirida de Dios como
hombre, debe ser distinguida de la existencia normal de Dios como Él es en sí
mismo, que no se afectó debido a la adquisición de la naturaleza humana. La
adquisición de la naturaleza humana es la causa de la distinción, no el
lugar de la distinción (como en el nestorianismo).
[24] Mientras que la adquisición por parte de Dios de una naturaleza humana
en la encarnación es la causa de la distinción Padre-Hijo, esta no es la
posición de la distinción, ya que se basa en un punto de vista internalista.
[25] Weinandy, 171.
[26] Yo no uso "acto" o "actuar" en el sentido de "fingir", sino en el sentido
de llevar a cabo "acciones" (hablar, sanar, orar, dormir, comer, enseñar, etc.)
[27] La encarnación no debe ser concebida como Dios sabiendo y
actuando como Dios, sino como Dios sabiendo y actuando como hombre, en
virtud de su adquisición de una existencia/conciencia humana. Decir que Dios
como Dios sabe y actúa en Cristo, es negar a Cristo un conocimiento
verdaderamente humano, perdiendo así el sentido de muchos pasajes de la
Escritura, como los que hablan de Jesús creciendo en sabiduría y teniendo
falta de conocimiento. Sólo si Dios deliberadamente existió como hombre en
la encarnación, podríamos encontrar sentido a tales limitaciones humanas
que se aplican a Cristo (al menos sin recurrir al nestorianismo). Afirmar que la
conciencia de Jesús es divina y no humana, encaja en la antigua herejía de
Apolinar, en donde Cristo está desprovisto de una sique y personalidad
humana. Si Dios como Dios simplemente actuara a través de un recipiente
humano vacío, sin una verdadera mente/conciencia humana, entonces Jesús
no sería nada más que una bolsa de carne sin conciencia, animada y
controlada por la mente divina, pero no un ser humano genuino. Y si Dios en
Cristo fuera consciente como Dios, entonces también deberíamos concluir
que las oraciones de Jesús no eran nada más que Dios orándose a sí mismo,
porque el que ora y a quien se ora, son la misma persona. A menos que
estemos dispuestos a diagnosticar a Dios con esquizofrenia divina y a negar la
integridad de la humanidad de Cristo, debemos reconocer la conciencia de
Jesús como la de un ser humano. Sólo por medio de una verdadera
conciencia humana, Cristo tiene verdaderamente la necesidad de orar, y es
capaz de tener una relación genuina con el Padre.
[28] David Bernard, Clifford Readout y J.L. Hall, "La Verdadera Humanidad de
Jesucristo", Posición oficial de la Iglesia Pentecostal Unida Internacional,
marzo de 2004.
[29] Por ello el nacimiento virginal es una doctrina tan importante de la
cristiandad. El nacimiento virginal no fue necesario para evitar la transmisión
de una naturaleza pecaminosa a Cristo (pues tal idea presupone que nuestra
predisposición hacia el pecado se transmite únicamente por varones, para lo
cual no hay ningún apoyo bíblico. Jesús se libró de esta predisposición a la
naturaleza humana caída, por un acto de Dios), sino que fue necesario para
evitar la creación de un ser humano independiente. Las personas humanas
comienzan a existir en la concepción, con la unión de los gametos masculinos
y femeninos. Sin la contribución de los gametos masculinos, ninguna persona
humana sería creada. En cambio la misma persona divina, tomó sobre sí la
existencia humana con la contribución biológica de María.
[30] Garrett J. DeWeese, "Una persona, Dos Naturalezas: Dos Modelos
Metafísicos de la Encarnación", Jesús, en la Perspectiva Trinitaria: Una
Introducción a la Cristología, eds. Fred Sanders y Klaus Issler (Nashville, TN: B
& H Academic, 2007), 145-146.
[31] ¿Significa esto, entonces, que Dios tiene dos conciencias? Sí y no,
dependiendo de cómo entendemos tal declaración. En efecto, Dios ha
adquirido otra conciencia en la encarnación, por lo que en cierto sentido se
podría decir que ahora Dios tiene dos conciencias. Aunque Dios ha adquirido
otra conciencia en la encarnación, esta es una conciencia humana, no
una segunda conciencia divina. No hay dualidad de conciencias en el Ser de
Dios después de la encarnación, por lo que no podemos decir que
Dios como Dios, tiene dos conciencias. Dios como Dios tiene una sola
conciencia, pero Dios como hombre tiene una conciencia humana. La recién
adquirida conciencia humana de Dios no es interna a su esencia divina, pero
es externa a esta, en virtud de su naturaleza humana asumida. Esto está en
contraposición al trinitarismo, que plantea tres conciencias personales
dentro de la esencia misma de Dios.
[32] Todas las analogías se estropean en uno u otro momento y ésta no es la
excepción. Explicar la encarnación como el aire que llena un globo, podría ser
tomado en un sentido nestoriano o apolinariano, dando a entender que Dios
sólo habitó en el hombre/cuerpo humano. Esto en ningún caso está siendo
deducido aquí. La analogía es también inexacta en otra área: Es obvio que
todo el aire no puede estar a la vez en el globo y sigue existiendo más allá del
globo al mismo tiempo, pero sabemos que la plenitud de la Deidad habita
corporalmente en Cristo, y aún Dios continúa existiendo más allá de la
encarnación en su plenitud. Vea mi artículo titulado: "¿Cómo Puede la
Plenitud de Dios "Caber" en un Lugar tan Pequeño Como el Cuerpo Cristo?"
[33] Este asunto de Dios hecho hombre en la encarnación, no es exclusivo de
la teología de la Unicidad. Es considerado por igual en las teologías de la
Unicidad y la Trinidad, porque ambas confiesan una verdadera encarnación
de Dios en la existencia humana. La cuestión es cómo Dios pudo hacerse
hombre sin experimentar el cambio, no importa si Dios hecho hombre es la
segunda persona de un Dios tri-personal, o el Dios uni-personal de la teología
de la Unicidad.
[34] ¿Cómo puede ser que Dios pudiera encarnarse como hombre sin
cambiar en algo? Debemos admitir que algo es diferente después de la
encarnación, de lo que era antes de la encarnación. Si dijéramos que en
realidad no había nada nuevo o diferente, entonces nos veríamos forzados a
conceder que Dios siempre ha estado encarnado, o a negar completamente
la realidad de la encarnación. Si interpretamos que algo "nuevo" para Dios,
significa que Dios cambia (por ejemplo, un nuevo modo de existir como
hombre), entonces seguramente Dios no se podría haber encarnado. Una
verdadera encarnación de Dios, exige que nosotros asumamos que hay algo
diferente para Dios después de la encarnación, de lo que era antes de la
encarnación. Ya que nos damos cuenta de que Dios debe permanecer como
Dios pese a su encarnación, entendemos que la encarnación implicó un
cambio en el modo existencia de Dios y por lo tanto en su experiencia, pero
no en su naturaleza esencial como Dios. Con ello se reconoce que algo
cambió cuando Dios se encarnó, pero se confiesa al mismo tiempo que Dios
no cambió en sí mismo.