Sie sind auf Seite 1von 11

1.

Introducción
La última dictadura se bautizó a sí misma “Proceso de Reorganización Nacional", proyectando que 1976 ocuparía en la
historia un lugar equiparable a 1880 por la refundación de un capitalismo liberal firmemente asentado en sus bases de
dominación. la instalación de un nuevo modelo de acumulación, que se diferenciaba de los anteriores por sus constantes
destructivas: desindustrialización selectiva, desocupación estructural, descenso integral de las clases subalternas,
desguace del patrimonio estatal, decadencia de las prestaciones sociales, endeudamiento extremo, fuga de capitales,
primacía de las ganancias financieras, concentración del ingreso.
En 2001 este modelo condujo al país a una crisis abismal y para los analistas no podía explicarse el derrumbe económico
y social más hondo de Argentina sin llevar la vista atrás y atender a lo que se había iniciado en 1976: un modo de
apropiación de la riqueza que carcomía el aparato productivo y los niveles alcanzados de bienestar social, un sistema de
valorización financiera que con tropiezos y recuperaciones había logrado sobrevivir a la dictadura para alcanzar una
segunda fase de concentración vertiginosa del ingreso durante el régimen menemista, en los años 90.

En el país del golpe de Estado intermitente, la última dictadura se diferenció de las anteriores por sus embestidas
extremas no contempladas siquiera por la dictada dura de 1966. En principio, pueden distinguirse tres ofensivas que
conformaron una estrategia singular de perpetuación en el poder y de intervención penetrante sobre la sociedad:
1) Un despliegue represivo sin precedentes que incluyó la matanza metódica de una categoría de personas previamente
definida por el discurso estatal (genocidio).
2) Una ofensiva contra las ISI (industrias sustitutivas de importaciones) livianas de capital nacional, en favor de la
especulación financiera y del encumbra miento de burguesías concentradas, tanto locales como extranjeras. Un plan de
dispersión obrera y desindustrialización selectiva tendiente a que la protesta social no renaciera en el futuro.
3) Un mecanismo para vincularse con la sociedad que tampoco había sido imaginado por las dictaduras anteriores:
movilizar sin descanso a los argentinos contra enemigos supuestamente antinacionales ("subversión", "Chile", "campaña
anti argentina", "Inglaterra"), montar escenarios confrontativos y belicistas en el marco de la exaltación patriótica
continuada.
Para abordar la significación histórica del último régimen militar, su origen, su desarrollo y principales consecuencias,
proponemos tres ejes introductorios: el régimen militar debiera ser contemplado como una acometida terrorífica del
capitalismo y sus fuerzas represivas contra las fuerzas insurgentes del socialismo revolucionario y todo el arco de la
protesta social post-Cordobazo. Un embate sin precedentes del anti-peronismo y el peronismo de derecha contra el
peronismo de izquierda y el campo popular unificado por la estructura de sentimientos peronistas. De profesores
reaccionarios contra cátedras marxistas. De las “fuerzas policiales contra marginales y transgresores de las calles.
En síntesis, la última dictadura constituye la más extrema de las contrarrevoluciones y contrarreformas habidas en
Argentina, y esto no puede explicarse sin atender a la acumulación de conflictos en el período previo, a nivel nacional,
continental y mundial. hay que sumar la tradición golpista de la corporación militar argentina. Los primeros conductores
de la última dictadura, Jorge Rafael Videla y Roberto Viola, habían participado como subalternos en el golpe de 1966.
por encima de ellos estaba la sucesión de ambiciones personales y corporativas que arraigaba en los cuarteles. El hecho
de que Videla haya sido el primer conductor de la última dictadura es otra muestra del carácter institucional que tuvo el
golpe. Se trataba del militar equilibrista que siempre había manifestado un perfil más bien neutro.
De un modo más bien "silvestre", debido a la contracción del mercado mundial. Luego, el Estado peronista había
apoyado decididamente a las industrias sustitutivas en desmedro de la burguesía agropecuaria (primer IAPI). las nuevas
fábricas contribuían fuertemente al pleno empleo sobre la base del cual mejoraba la capacidad de negociación de la
clase obrera. Estas características genéticas de las ISI resultan fundamentales para comprender por qué el liberalismo
económico que propugnaba la alianza cívico-militar de 1976 pretendía destruirlas o transformarlas. Al garantizar el pleno
empleo y fortalecer el poder sindical en las fábricas y en los tribunales del trabajo, el peronismo habría desvirtuado la
coacción económica, alterando el disciplinamiento automático de la clase obrera por parte del mercado laboral,
generando trabajadores pleitistas e improductivos.
Para ellos, la búsqueda de un consenso entre el capital y el trabajo que el peronismo había iniciado reproduciendo la
lógica keynesiana del pleno empleo y fortaleza de la demanda, no era más que un factor discursivo de la dominación de
una clase sobre otra, fundado en la falsa imagen de la armonía entre ellas. Los golpistas del 76 consideraban que los
gobiernos antiperonistas, civiles o democráticos, que se habían sucedido después de 1955 no habían atacado el
problema de raíz.
La última dictadura, esta vez se trataba de eliminar no sólo al "virus de la subversión",
sino al "caldo de cultivo". desmontar lo que consideraban el ámbito más básico de la formación de la "guerrilla
industrial". Ello implicaba no sólo eliminar al sindicalismo combativo, sino reimponer la coacción económica mediante la
apertura de los mercados y la llegada de la competencia extranjera. De este modo, los patrones se verían obligados a
mejorar la productividad, restaurando el orden social en cada fábrica. La obediencia sería reimpuesta en codas sus
dimensiones, comenzando por un aumento de la ¿hubo en Videla y Martínez de Hoz una intención de vuelta a la
sociedad agraria y desmonte de la Argentina industrial? dos visiones recurrentes.
Para una primera interpretación, la dictadura apuntó a destruir integralmente a la industria con el objeto de regresar a la
Argentina agrícola anterior al peronismo y al yrigoyenismo. Reducir a la clase obrera para equilibrar socialmente a
Argentina en su estructura más tradicional. Restaurar la supremacía de los negocios agrícolas y potenciar los negocios
financieros en desmedro de los industriales que debían reducirse drásticamente.
Los objetivos represivos golpe estaban instalados con cal certidumbre en la corporación militar que con quiera de los
eventuales conductores hubiera asumido su ejecución.
2) El segundo eje consiste en comparar a esta dictadura con las anteriores Argentina, y en particular con la dictadura de
1966. Sin duda que hay elementos comunes entre ellas: eran dos regímenes antiperonistas y anticomunista inspirados
en la Doctrina de la Seguridad Nacional, que pretendían disciplina a la sociedad clausurando el espacio electoral por
tiempo indeterminado dictaduras que no se habían propuesto límites temporales para rediseñar sociedad. la última
dictadura se propuso vengar el fracaso del onganiato desplegame una ofensiva mucho más terrorífica y abarcadora,
pero crítica del modo superficial de excluir el peronismo de la sociedad, sin erradicar definitivamente las bases
materiales de la protesta obrera, ni de la revolución social que en ella latía.
3) El tercer eje separa en la relación dictadura/sociedad. En el modo en que el régimen intento vincularse con los
distintos sectores sociales y en las diferentes
s respuestas que encontró, desde el respaldo de la Iglesia y asociaciones empresarias, hasta muy diversos modos de
resistencia civil, pasando por la adhesión ocasional y eufórica de millones de argentinos manipulados por la
comunicación oficial que una y ocra vez apeló al sentimiento nacional.
Se trató de una dictadura que a coda cosca procuró evitar los tiempos muertos en su convocatoria a la sociedad. Por
diversas razones no podía perder la iniciativa y el movimiento beligerante; aunque ese movimiento fuera una alocada
huida hacia adelante que la condujera a la destrucción como sucedió en Malvinas.
¿Por qué la dictadura no podía prescindir de estos llamamientos "nacionales" contra enemigos por ella construidos?

2. El proyecto
La conducción del 76 cuestionó más aspectos de la sociedad peronista que los dictadores anteriores. No sólo se
proponía moda ideológica de Argentina, sino la estructura económica que a su entender lo había engendrado. las
elecciones y el accionar de los partidos quedarían clausurados por tiempo indeterminado (primera esfera de
intervención). los altos mandos habían acordado aniquilar a las organizaciones armadas de izquierda con miras
revolucionarias. Intervenir los espacios transgresores de la cultura (segunda esfera de intervención). rediseñar el aparato
productivo en desmedro de las industrias de sustitución fácil de importaciones 3ro a las que consideraban el hábitat
primario de la indisciplina laboral. Ésta fue una tercera esfera de intervención, la desperonización más profunda que
emprendieron los militares desde 1955,
El embate estaba dirigido contra las ISI livianas que habían nacido durante la Primera Guerra Mundial y las décadas del
20 y del 30, sin el apuntalamiento del Escudo ni de la clase dominante tradicional. Esas industrias habían crecido.

El atractivo de esta interpretación basada en la vuelta al agro, consiste en que adjudica la destrucción industrial a un
proyecto deliberado de la dictadura, Pero su punto flaco es que no contempla suficientemente que entre los ganadores
res de la última dictadura habría que contar a las industrias más avanzadas dēlse país', al mismo tiempo que la política
de atraso cambiario de Martínez de Höz no favoreció sostenidamente al agro.

(II) una segunda visión, más reciente, para la cura "Ta noción de "redimensionamiento industrial" o "desindustrialización
selectiva" se ajusca en mayor medida a los planes del ex director de Acindar (Martínez de Hoz), de los grupos
económicos que serían llamados "capicanes de la industle cria" en los años 80, y de las industrias multinacionales
establecidas en Argente cina, cuyo objetivo de largo plazo no era retroceder y abandonar un cerreno qué? no podían
dominar, sino imponerse en el cerreno y crecer en su interior". Reducir indiscriminadamente a la industria hubiera
implicado la autodestrucción de un sector de la burguesía perteneciente al "bloque civil" de la dictadura. las
automocrices fueron el sector más protegido por el Estado de la apertura económica.
Bloquear totalmente a la industria nunca habría sido el objetivo histórico de la burguesía más cradicional de Argentina.
En cigor, la clase dominante de cuño agroexportador no se habría resistido a las nuevas oportunidades de ganancias,
sino sólo en la medida en que la sustitución de importaciones pusiera en peligro las exportaciones agropecuarias.
Lo que los liberales del 76 de algún modo se habrían propuesco era volver al curso industrial planteado por el Plan
Pinedo de 1940: un crecimiento basado en industrias de bienes exporcables que fijara límites a la suscitución de
importaciones con el objeto de recuperar los mercados externos. La conducción de la dictadura estaría dispuesta a
desmontar o transformar, apertura económica mediante, codo lo que había crecido a contrapelo de esos principios, con
el agregado de que esta vez la naturalización" de la economía conllevaría más que nunca a reconsccuic la dominación
patronal en las fábricas. la meca de la conducción política y económica no habría sido reducir de cualquier modo el
número de obreros, sino, en primer lugar, disciplinarlos mediante la coacción económica y excraeconómica. El
sometimiento del crabajo se lograría combinando un ataque represivo y un golpe de gracia tecnológico estimulado por
la apertura económica. Al mismo tiempo, se fomentaría la dispersión geográfica de los polos industriales.
En principio, la variante ideológica de Videla y Martínez de Hoz se inscribe, en cuanto a la filosofía esencial de su visión
económica, dentro de lo que hoy llamamos neoliberalismo, en ceferencia a las ideas contrarreformiscas del Estado de
bienescar keynesiano de posguerra.
el avance de la "industria difícil", el énfasis de la política de Martínez de Höz escaría puesto en destruir ciertas industrias
que habían prosperado en la econo mía cerrada del Primer Plan Quinquenal.
Tomando en cuenta su plan desindicalizador, la apercura económica y la elimi nación de subsidios e intervenciones
estatales anticíclicas, el discurso de Martine de Hoz
En primer lugar, la conducción militar eca reticente a privatizar las empresas esta tales; un punto de primer orden en
cualquier agenda neoliberal-ancikeynesiana. El gobierno militar promovería la filtración subterránea del capital privado
en la esfee ra estatal (privatización periférica), pero no concretaría ventas ostensibles de los activos estácales: La
conducción encabezada por Videla no escaba dispuesta a pagar el cosco simbólico que significaba la enajenación de los
patrimonios nacionales, n# el costo político de la desocupación que inevitablemente aumentaría con el traspaso a de las
empresas. Existen testimonios que indican que el desempleo masivo preocu paba a la conducción del golpe. A pesar de
que se cracaba de una dictadura, para la conducción militar no era sencillo asumir el costo simbólico de una pérdida 189
can visible del paccimonio nacional. Videla no se sentía en condiciones de poder asumirlo ni ante la sociedad, ni ante las
propias Fuerzas Armadas, dentro de las cuales el pensamiento económico no era homogéneo, aun cuando los liberales
se habían establecido en la cima del Ejército. Las privatizaciones chocarían con el mariz nacionalista y desarrollisca que
pervivía en buena parte de las fuerzas Armadas, y particularmence Videla, priorizaba la unidad del frente milicar
evitando fructuras que agravaran la competencia por el poder.
En segundo término, la corporación militar tampoco conscicuía el instrumento más adecuado para la aplicación de un
programa monetarisca basado en fuerces ajustes del gasto público debido a que, lejos de reducir los gastos para
desinflacionar la economía, necesicaba aumentarlos en rearme y obras públicas. Armas para sacisfacer las inquiecudes
"profesionalistas" de las Fuerzas Armadas, y "autopistas y represas" para jactarse de su eficacia operativa ante la
sociedad.

2.1 Aspectos políticos del proyecto


Ocra diferencia entre los planes dictatoriales de 1966 y 1976 gira en torno al rol de las Fuerzas Armadas. Onganía había
decidido apartarlas del poder, replegarlas al ámbico profesional para que no perturbaran la gobernabilidad de la
dictadura. Fue desechado el modelo presidencialista" de 1966 por un gobierno pleno de las Fuerzas Armadas. Como en
1943, los milicares coparían integralmente la estructura del poder, desde los municipios hasta las gobernaciones, las
instituciones educacivas, sindicacos, medios de comunicación, etc. Recibirían la colaboración de civiles de extracción
política conservadora ("amigos del Proceso"), y el involucramiento de las tres fuerzas estaría asegurado tanto por el
diseño institucional, la militarización del Estado alcanzó niveles excepcionales.

Como toda dictadura instalada en un mundo donde el horizonte de legitimidade "democrático", no podía afirmarse
exclusivamente en su capacidad represiva sin transmitir a la sociedad y a las propias Fuerzas Armadas el dibujo de un
sistema de perduración en el poder que pareciera "legítimo", "lógico" "factible" y "necesario".

La última dictadura, lejos de apelar a las corporacions planeaba reducirlas al mínimo, sobre codo a las dos corporaciones
qu estruccuraban la "comunidad organizada" de la sociedad peronista. Una parte de los gremios conducidos por la
burocračlas sindical de derecha serían intervenidos y sus líderes en muchos casos encarcela dos, si bien serían objeco de
un tratamiento muy diferente al que recibirían los sindicaliscas de izquierda.
Se prohibiría por tiempo indeterminado la actividad de los parcidos, sino que también se buscaría anular las
corporaciones: ¿cómo planea ba la nueva dictadura conectarse con la sociedad? La pregunta nos conduce al eje de las
convocatorias nacionales que el régimen invencó una y ocra vez para llegar sin intermediarios a esa sociedad.
Genocidio y radicalidad del mal
En los 364 centros clandestinos de détención ("chupaderos"), la dictadura consèruyó el más absoluto espacio de
dominación total sobre sus enemigos y fue allí donde se puso de manifiesco su radicalidad del mal. La dictadura
encabezada por Videla no sólo comeció crímenes masivos, sino que en los centros clandestinos construyó un infierno
para cada una de sus víctimas en base a normas elaboradas. La tortura de embarazadas o de hijos en presencia de sus
padres no eran iniciativas de "perversos sueltos" sino que respondían a una perversión entrenad a en las instituciones
militares.
distingue al "genocidio” de ocro tipo de crímenes masivos en la medida en que la organización de una maquinaria para
el exterminio de prisioneros corresponde al grado más alco de premeditación en circunscancias de racionalidad
propicias para la conciencia y el accepencimiento.
Un genocidio no es sólo una matanza masiva, lo que termina de conformarlo es la inclusión de las víctimas dentro de
una "categoría" establecida por el Estado a los efectos de su eliminación.
En el caso argentino puede identificarse una variedad de elementos, objecivos, inscancias y timbres pasionales que
intervinieron en el excerminio. Comenzando por la demonización de las víccimas, los componentes ideológicos que
contribuyeron a caracterizar al insurgente revolucionario como agenten reproductible del mal.
No es suficiente con decectar los antecedentes, es decir, los hechos e ideas que unidos en retrospectiva "bien podrían"
conducir a un genocidio. Es necesario examinar las pulsiones excremas que condujeron a la concreción final del
exterminio de miles de prisioneros en los años 75, 76, 77 y 78. La caracterización del insurgente suversivo como
amenaza expansible no era nueva, pero el modo en que los genocidas internalizaron hasta el paroxismo las metáforas de
la manzana podrida” del cancer” y del “tumor a extirpar”, constituye el factor agregado que condujo a la concrecion del
plan.
La "demonización" de las víccimas se nutrió de diversos elementos. En primer término, el sobredimensionamiento del
enemigo.
En segundo término, el convencimiento de la "irrecuperabilidad" de los prisioneros contribuía a la construcción del
"demonio absoluto".
El cuadro demonizador terminaría de conformarse con el soscén celigioso que brindaron los capellanes del Ejército y la
jerarquía de la Iglesia que ofreció un argumento de consolación eficaz para la conciencia de los genocidas. El principio
establecía que la culpa de la víctima estaba siendo expiada por su sangre y su dolor en la cortura, que su alma era
limpiada de los demonios marxistas al momento de morir. Este recurso permitía que católicos practicantes como Videla
compatibilizaran sus creencias religiosas incluso con el asesinato de monjas y de hijos de militares percenecientes al
"bando enemigo". Los principales elementos del genocidio: política genocida, pedagogía del terror, no asunción de la
autoría del hecho criminal, pacto de sangre y aplicación de ley de fugas.
La primera escalada del terrorismo estatal y el genocidio se produjo con ante rioridad al golpe. Desde febrero de 1975 el
Ejército puso en marcha el Operativo Independencia en Tucumán, miencras parte del peronismo del gobiechan
colaboraba subrepticiamence con la cacería de militantes de izquierda, promo viendo la persecución parapolicial.
La composición de los desaparecidos que establece el informe de la CONADEP muestra que el arco era extenso y
coincidente con el desarrolloze la protesta social con miras revolucionarias, posterior al Cordobazo: obreros,
estudiantes, empleados, profesionales, docentes, actores y artistas Un buen número de los desaparecidos
perteneciences a estas category cías intervenían en la militancia social sin participar de la lucha armada o de área
armada de la organización a la cual pertenecían. También se registraron algunos casos de desaparecidos totalmente
desvinculados con la lucha armada o social desarmada.
Luego de las víctimas seleccionadas por los Grupos de Tareas, el descinatario del cerror era la sociedad coda. De allí
surge el juego de misterio y semioculcación: que el régimen montó alrededor de un genocidio clandescino. De manera
cifrada dio piscas de que era cierto lo que oficialmente negaba. en las secciones policiales de ciercos periódicos, se
informaba la aparición de cadáveres no identificados o de subversivos" supuestamente caídos en combates cuya
descripción por medio del relato era suficienteWhente inverosímil.
Hasca aquí las causas que hemos mencionado estaban relacionadas con el proipósico de eliminar a los sectores de
izquierda involucrados en prácticas scendencialmente revolucionarias y de atemorizar a quienes pudieran recomarla.
Pero hubo otros factores que impulsaron la ejecución masiva de prisioneros a fines del año 1977, llevada a cabo cuando
el régimen tenía a la sociedad de rodillas. Se estima que entre diciembre de 1977 y los primeros meses de 1978, miles de
los prisioneros fueron arrojados al mar desde el aire, o fusilados y encerrados en fosas comunes. Era el comienzo de la
Fase 4") de la cepresión consistente en el Es excerminio de gran parte de los prisioneros, un genocidio dentro del
genocidio.
La comperencia interna de poder fue desde el comienzo un faccoc pocenciador del genocidio. La acumulación de poder
dentro del parcido militar" se medía por el número de muertos y clecenidos que podían adjudicarse los jefes de la
represión: "quien más reprimía, más poder tenía".
Hasca aquí hemos mencionado las causas más evidentes del genocidio. Pero nun estudio minucioso del accionar de los
grupos de táreas y de la experiencia, de miles de desaparecidos y sobrevivientes serían reveladoras de otros aspectos y
de impulsos adicionales de los artífices.Desde elegan Cordobazo en adelante la industria automocriz había sido un
ámbico particus larmente intenso de la lucha de clases, cazón por la cual se observa de un modo Bed más pacente lo que
el genocidio implicó en cuanto a la ofensiva del capitalen concra el crabajo en el territorio de la producción capicalisca
más avanzada ya conflictiva.

La pregunta nos remice al escenario de impunidad nacional y mundial que imaginaron los genocidas. La forma en que
muchos de ellos se referían a los desaparecidos craslucía la ilusión de que las víctimas habían pasado a un plano de
inexistencia tan profunda que nadie reclamaría por ellas, o en su defecto, que los reclamos se difuinarían debido a la
ausencia de cadáveres como prueba elemental del delito.
Otro elemento muy frecuence en las declaraciones de los jefes militares se relaciona con la inmunidad que sentían por
considerarse vencedores de una guerra a la que sólo ellos juzgarían imponiendo su visión de los hechos al mundo
entero.
La primera incursión de las fuerzas cepresivas argentinas en jurisdicciones extranjeras tuvo lugar en Bolivia, en apoyo al
golpe militar liderado por Luis García Meza en junio de 1980 concra las fuerzas democráticas que habían renacido cras la
dictadura de Hugo Banzer. La segunda, Operación Calipso, comenzó al año siguiente en El Salvador, Nicaragua y
Guatemala, donde militares argentinos participaron de la contrainsurgencia liderada por Estados Unidos de Ronald
Reagan. Los militares del "Proceso" no sólo se sintieron la reserva moral de Argentina sino del mundo entero.

4. La política económica de Martínez de Hoz


José Alfredo Marcínez de Hoz (h) estaba vinculado a las distintas burguesas que reclamaban "desperonizar" la economía
El concacco con la conducción militar se estableció por intermedio de dos grupos ulcraliberales que meses antes del
golpe acercaron materiales sobre las claves del plan económico a los jefes de las Fuerzas Armadas: en febrero de 1976
habían organizado un lock-ouc al gobierno de Isabel Perón, escos nucleamientos de linaje antiperonisca conformaban lo
más en cumbrado del bloque civil de la dictadura
La mayor parte de los analistas soscienen que durante la gestión de Maccínez de Hoz se produjo el implante de un
modelo basado en la especulación financiera el endeudamiento externo, el declive de la producción industrial, la
concentración económica, y el hundimiento social de Argentina, aunque éste haya cerminacio de conccecarse en las
décadas posteriores.
"Intencionalidad o error", "destrucción deliberada o desmanejo de la economía": así esbozadas, cada postura presenta
atractivos y dificultades. Las tesis basadas en el desacierto liberal" no logran explicar ni la persiscencia de las políticas
que condujeron al quebranco económico, ni por qué las consecuencias nocivas para el conjunto social beneficiaron casi
siempre a los mismos sectores. Las tesis basadas en la idea de un plan deliberado" enfrentan el desafío de responder de
qué manera la conducción política y económica del régimen pensaba perdurar en el poder después de un "fracaso" can
rotundo en un rubro tan n imporcance, aun cuando se trataba de una dictadura. Determinar con precisión que
destrucciones fueron deliberadas y cuáles no, aunque unas y otras hayan beneficiado a los mismos grupos y contribuido
de todas formas al empobrecimiento de las clases subalcernas, es relevante para conocer mejor las caracteríscicas de los
poderes capitalistas de Argentina, habida cuenta de que incluso otras diccaduras contemporáneas del Cono Sur no
produjeron destrucciones equivalentes de sus economías, y que el enriquecimiento de sus grupos dominances deparó
mayores inversiones industriales.

4.1 La conformación gradual del sistema especulativo


Un país que recibe una enorme masa de capitales y al mismo tiempo destruye una parte considerable de su capacidad
productiva: en la historia del capitalismo, Argencina consticuye un caso muy pronunciado de valorización financiera y
desindustrialización selectiva. Cómo se fue erigiendo el circuito de especulación financiera con garantía estacal (biciclera
financiera) que llegó a su apogeo entre marzo de 1980 y marzo de 1981, produciendo el quebranco de buena parte de
las industrias que no pudieron enfrentar la compecencia extranjera en condiciones acancelarias y cambiarias muy
desventajosas.

Afluencia de capicales extranjeros. La creación en nuestro país y en otros países de la región de circuitos inédicos de
capitales tuvo sus orígenes en el aumento del ahorro la mundial que saturó a los bancos del Primer Mundo en la
segunda mitad de los 70 Como resultado de uno de los períodos más expansivos en la historia del capitalismo, la
acumulación de capitales fina cieros en las economías centrales había crecido a niveles muy altos. El capitalismo
periférico sería receptor de préscamos masivos que lo endeudarían a niveles inéditos. La banca internacional necesitaba
prescar a toda costa para reproducir el ciclo del capital bancario, evicando que el sistema financiero colapsara a causa
del exceso de depósitos sin colo cación ulterior. Los préstamos buscarían consolidarse preferentemente como deuda
pública, sin importar que los Estados deudores del Cono Sur estuvieran gobernados por dictaduras cerroríficas. Lo que
los acreedores no ignoraban era que los Escados disponían de valiosos activos con que responder al endeudamiento más
carde o más cemprano: las empresas estatales, algunas de las cuales eran potencialmente muy rentables.

Ancla salarial. El primer plan procesista se propuso desinflacionar la economía mediante una brucal transferencia de
ingresos en favor de los empleadores. sólo los salarios serían congelados y como los precios y las carifas seguirían
subiendo, el poder adquisitivo de los asalariados quedaría rezagado.

Privacización periférica. Las empresas del Estado más emblemáticas del nacionalismo de posguerra no fueron
privatizadas. La forma en que se compatibilizó el neoliberalismo del equipo económico con el nacionalismo que pervivía
en las Fuerzas Armadas ha sido llamada "privatización periférica": un mecanismo de infiltración selectiva del capital
privado en las empresas estatales a través de concesiones y terciarización de actividades selectas. Los grupos locales se
posicionaron con ventajas en la licitación de las obras públicas que fueron incrementadas notoriamente.

Desregulación financiera. La reforma de 1977 consistió en: liberar las casas de interés que en lo sucesivo secían
reguladas por la oferta y la demanda de créditos; disminuir las exigencias escatales a las entidades financieras lo que
llevó a una mulciplicación de las mismas;(3 mayor permisividad a la entrada y salida de capitales de Argentina. El equipo
económico aducía que así terminaría de configurarse un circuito lo suficientemente fluido para atraer a la liquidez
mundial, facilitando el crédito mediante el cual la industria se equiparía con el fin de afrontar la competens cia de
productos importados.

Tasas de incerés positivas. En el corco y mediano plazo, la multiplicación de entidades financieras y la masiva toma de
crédito por parte del Estado dieron lugar a casas de interés extraordinariamente positivas, es decir, muy superiores a la
inflación y a las casas de los bancos internacionales.

Garantía estacal de los depósitos bancarios. Se instaló como expectativa luego de la liquidación del Banco de
Intercambio Regional en marzo de 1980, cuando, ante el peligro de que se extendiera la corrida bancaria, el Estado
terminó por garancizar la devolución del 100 por ciento de los depósicos a los 350.000 ahorristas del BIR.
Apercura económica. Después del disciplinamiento obrero, la apertura económica constituye la disposición de cuño
neoliberal más intensivamente aplicada por Martínez de Hoz. Mediante la rebaja de aranceles proceccionistas se
proponía que la competencia de productos extranjeros depurara a la industria suscicutiva sencilla

Atraso cambiario o dólar barato. El segundo programa anciinflacionario, abandonó la pauca de "ancla salarial" por una
estrategia basada en la desinflación concertada de cuatro variables, cuacro anclas simulcáneas: salarios públicos, carifas
de servicios públicos, la sobreemisión monecaria que realizaba el Estado para solventar sus gastos, y la devaluación de la
moneda. La disminución gradual del ritmo inflacionario de cada una de estas variables conllevaría, según el equipo
económico, a disminuir la inflación general de precios. Con arreglo a escas pautas, se produjo el nacimiento de la
primera "tablica" que anticipaba la cotización del peso respecto del dólar en los ocho meses siguientes. El atraso
cambiario se produjo en el período 1979-1980 y principios de 1981. los precios de la economía habían subido más de lo
previsto debido al fracaso del segundo plan antiinflacionario. Esco condujo a la sobrevaluación del peso, o sea, a un dólai
abaracado a la mitad de su paridad hiscórica que de diversas maneras incidiría en el derrumbe.
En lo concerniente a la industria, el acraso cambiario estimuló aún más la invasión de artículos excranjeros. Martínez de
Hoz sostenía que el dólar barato facilicaría la importación de maquinaria para el reequipamiento industrial.

Plata dulce. Ocra derivación del dólar baraco fue el fenómeno conocido como "placa dulce", una corta fiesta de consumo
para ciertos sectores de la clase media que accedieron a una variedad de artículos importados y al turismo internacional
en el verano de 1981. Muchos argentinos de clase media manifescaban creer que si por primera vez ellos podían acceder
al curismo internacional debía ser porque la economía nacional estaba progresando.

Los elementos de la política económica que hemos considerado hicieron posible el mecanismo especulativo conocido
como "bicicleta financiera": el empresario volcado a la especulación pedía un crédico al extranjero, lo con vertía en
pesos y lo depositaba en bancos locales que ofrecían casas de interés superiores a la inflación local y al incerés del
crédico contraído en el extranjero. La cablica y la garantía oficial de los depósicos le aseguraban que no sería perjudicado
por una devaluación, ni por el quebranto del banco que pagaba intereses can alcos.
Repasando, las piezas indispensables para la conformación del mecanismo especulativo fueron: 1) Las casas de interés
extraordinariamente posicivas. 2) La garantía estatal de los depósicos bancarios ante cualquier quebranco. 3) La tablica
que disipaba el temor de una devaluación abrupca. Hasta que el sistema colapsó en marzo de 1981, dando lugar a una
devaluación que a lo largo de la presidencia de Viola llegaría al 500 por ciento.

4.2 Los resultados


Cuando se derrumbó la ficticia estabilidad edificada sobre la base del atraso cambiario, la gestión de Martínez de Hoz
había llegado a su fin y la sociedad comenzaba a percibir lo costosa que resulcaría la fiesta especulativa a la gran mayoría
de los argentinos que no habían participado de ella. La socialización de los costos se produjo en diversos momentos. Al
principio, cuando el Estado se endeudaba en dólares para sostener la "tablita". Y luego de la devaluación de 1981,
cuando el Estado absorbió gran parte de la deuda privada (estacización de la deuda), al mismo tiempo que socorría a
inversores de más de SO bancos y financieras quebradas. Por último, cuando el Estado debió enfrentarse con su propia
deuda contraída en dólares baratos para financiar las obras públicas, el déficit de las empresas estatales y la abultada
compra de armamentos. Todo Leite esco implicaría una quintuplicación de las obligaciones. Era el inicio de la "bola de
nieve" que, como nunca antes en la historia de un país deudor como Argentina, compromecía su futuro, al mismo
tiempo que crecía el patrimonio financiero de grupos locales y extranjeros. Desde el inicio del proceso de
endeudamiento masivo la relación entre la deuda externa y la fuga de capitales al exterior sería de uno a uno.
Entre los ganadores, además de los sectores financieros nacionales e internacionales -y del sector agroexportador antes
del atraso cambiario de 1980-, las ramas industriales que más crecieron fueron las del sector de bienes intermedios con
ventajas comparativas como celulosa, aluminio, pecroquímica, plásticos, construcción, conductores y cemento.
De este modo el desempate entre burguesías que la economía del "Proceso" traía aparejado derivó en la
reconfiguración de una clase dominante compuesta por sectores multiimplantados en las actividades bancarias, en
industrias compecicivas de bienes exportables dirigidos canto al mercado interno como al externo, en servicios y en obra
pública tercerizados por el Estado. El nuevo encumbramiento de una clase dominante con las características esenciales
de la burguesía pre-30, constituye uno de los legados restaurativos más reveladores de la última dictadura. Como en el
capitalismo primigenio de Argentina, las actividades financieras volvían a ser el ámbito de las más rápidas ganancias. La
capacidad de operar con bruscos cambios de inversiones que no comprometieran la disposición de buena parte del
capital en estado líquido, volvía a ser la estrategia de una burguesía entrenada para moverse en un capitalismo de
rentabilidades extremadamente fluctuantes.

Una clara homología del espejo de la historia. En 1880 como en 1980, se consolidaron las clases dominances a través de
una concentración de bienes productivos, adquiridos por migajas luego de un peu llizco financiero auspiciado por el
Estado.

4.3 "Maquiavelismo o ingenuidad", "deliberación o desmanejo"


A propósito de las “intenciones" del equipo económico y la conducción milica Novaro y Palermo plantean que entre los
cuacro destinos de la economía argentina, la conducción política y económica del régimen habría preferido la última ma
opción, aunque el resultado de la gestión haya sido claramente "una econom mía abierta y quebrada" en la cual sólo se
habrían cumplido los objetivos disci-13 plinarios. Para estos autores los resultados de la política económica sí pueden ser
leídos en términos de "fracaso" y "desmanejo". Sencillamente, no eran los resultados que la conducción se había
propuesto sino derivaciones fallidas que se habrían originado en el descontrol y en las discusiones internas del régimen
en corno a diversos puntos como las privatizaciones y la reducción del gasto estatal. El régimen no habría destruido
voluntariamente sus medios de perpetuación, sólo habría fracasado en su intento de compatibilizar las visiones
económicas censionadas que pervivían en su seno.
Basualdo, para quien la conducción cívicomilicar de 1976 se propuso sentar las bases de un modelo de acumulación
basado en la valorización del capital financiero. El objetivo conscience de la dictadura habría sido, entonces, una
economía "financisca y quebrada". El declive económico de Argencina habría sido previsto por ella y ejecucado con
unidad de criterio a lo largo de los úlcinos veinticinco años.
¿por qué los grupos dominantes del

capitalismo argentino optaron o cuvieron que optar por una "economía concenTelada, financista y quebrada", y no por
"una economía concentrada, abierta y Ebujante". La destrucción de la economía puede implicar mecanismos extorsivos
de sometimiento como el endeudamiento externo al momento de fijar políticas, o el disciplinamiento de los
trabajadores por medio de la desocupación, la hiperinflación y el empobrecimiento general.

5. Sometimiento, resistencia, consenso y complicidad


Existe una perspectiva de los golpes militares de Argencina que sugiere la inocencia del "pueblo" y de su clase dirigente
no conservadora.
El reciente trabajo de Novaro y Palermo nos ofrece un mapa de los apoyos civiles que concitó la dictadura y de los
proyectos del "Proceso" cendientes a ampliarlos. los aucores encuentran múlciples formas de disidencia que les
permiten complejizar la dicotomía apoyo/resiscencia.
1) El apoyo "propositivo", encusiasta y duradero de la Iglesia, los partidos conservadores provinciales, los medios de
comunicación apologéticos, buena parte de las asociaciones empresarias y ejecucivos parcícipes de la represión en las
fábricas, un segmento significacivo del peronismo de gobierno parcícipe de la cacería estacal del año 1975, dirigentes
territoriales del PJ y de la UCR que conformaron un buen porcentaje de los intendentes.
2) El respaldo condicional, oporcunisca, dosificado y negociador de figuras ma relevantes de los partidos mayoritarios
del Partido Comunista Argentino y de buena parte, de los medios masivos de comunicación que coadyuvaron al
“espejismo" de acompañamiento. De artistas e intelectuales asociados al "apagón cultural".
3) El respaldo inicial de buena parte de la clase media angustiada por el escenari rio violento, que vio en la primera
aparición televisiva de la Junta militar a "un gobierno de caballeros". El respaldo ocasional y eufórico de millones de
amor gentinos manipulados por la comunicación que apelaba al sentimiento nacio nal durante el Mundial 78 y Malvinas.
4)La “pasiva conformidad" o "pasivo discurrir" de buena parte de la sociedad o doblemente condicionada, "el mundo del
temor" y el mundo de la seguridad"; mundos superpuestos que propicia: ron las “transacciones mentales" tendientes a
“preferir no saber" o a "culpabilizarls a las víctimas" ("por algo será", "algo habrán hecho").
5) La resistencia silenciosa o "molecular" de diversos sectores de la clase obreras antes y después del hundimiento
económico de 1981. Las protestas sociales en los barrios periféricos contra el deterioro de la economía a partir de 1980.
La resistencia solapada de las agrupaciones de izquierda alejadas de la lucha arm da, de ciertas formaciones y seguidores
del rock nacional,
6) La resistencia pública de las agrupaciones de derechos humanos que surgie ron en los años más duros de la represión
y que perdurarían tras la caída delle régimen.
7) La resistencia clandestina y armada de las organizaciones guerrilleras hastalar que fueron definitivamente derrocadas.
8) Y sobre el final, el grito social reprobatorio que escalló cras la derrota de Malvinas y que en gran medida fue
canalizado por la Mulcipartidaria. Escos casos nos permiten visualizar los complejos umbrales de apoyo, pasividade y
resistencia.

De diversas maneras estos contactos se extendían a la sociedad a través desins medios de comunicación, especialmente
los medios masivos que se ciidaban dan alinearse explícitamente con el régimen pero que contribuían a crear un clima
de opcimismo. La prensa media contribuyó al enlace del régimen con la sociedad en medida en que oculcó el horror,
neutralizó sus editoriales, impersonalizó los verbos de las acciones represivas y, sobre todo, contribuyó a instalar la
agenda de temas de administración que normalizaban la imagen del régimen. En cuanto al segundo unbral de la
progresión, la obediencia de la mayoría social nos lleva a recorrer los mecanismos complejos de sometimiento y
consenso que en algunos casos eran anteriores al golpe.
Comenzando por la cultura del miedo, la violencia desplegada por las organizaciones guerrilleras, los comandos
sindicales las fuerzas paraescacales antes de 1976, había reaccivado el "escenario hobbesiano en el cual "un ciudadano
ceme can intensamente a los otros, que prefiere escara encadenado si también los otros lo escán"#". El "pacto implícito
de seguridad se habría desarrollado entre individuos privacizados en un proceso mediado por la comunicación
deformada. A su vez, la retirada al mundo privado se habría debido a una multiplicidad de factores. el desgaste y la
sensación de "violencia caótica" habrían llevado a que muchos militantes sociales emprendieran la retirada hacia la
esfera individual.
La imposición del silencio fue exitosa pero nunca absoluta. Incluso en los lugares más silenciosos, el control de la
murmuración resulcó imperfecto en la medida en que surgieron "voces oblicuas" dispuestas a saltar el cerco con gestos
suciles. Pero en líneas generales, durante los primeros cinco años (hasta el "deshielo" de 1980), el régimen consiguió
impedir que resurgiera la deliberación en los ámbitos públicos y colectivos.

Junto con el deshielo en ciertos ámbitos culturales de la sociedad, la primaver de los gremios recordó la pesadilla que los
militares más temían y se transforma mó en otro motivo de presión que impulsó al régimen a la búsqueda de solucio nes
milagrosas como Malvinas. Pero, sin duda la resistencia más frontal de los primeros años la encarnaron los militantes de
las organizaciones armadas y los familiares de los desaparecidos Los primeros alentados por la ética del coraje y una
visión de fucuro basada eh la inminencia del triunfo revolucionario. Los segundos movidos en primeta instancia por la
desesperación.
La sobrescimación de las posibilida des de éxito habría perdurado más de la cuenta debido a que las organizaciones se
habían jerarquizado en férreas estructuras de mando conforme a su militari zación. Los militantes de a pie se veían
atados a la decisión de las conducciones cuyas autocríticas por demorar el repliegue resulcarían cardías. Tanto los
lídeces montoneros como los erp-perreriscas pensaron que la llegada de los milita res al poder provocacia el surgimiento
de un poderoso ejército popular, sin comar nota del aislamiento que venían sufriendo a partir del repliegue de las
masus" y de un buen número de sus militantes periféricos. Hasta la escalada represiva iniciada en mayo de 1977, el
ERP-PRT resistió en diversos niveles, lanzando algunas pocas acciones selectivas, pero sumamente audaces como la
Operación Gavioca (febrero de 1977) en la que por poco no se logró descruir el avión presidencial en el que viajaban
Videla y Martínez de Hoz. Por su lado, la organización Montoneros llevó adelante en 1977 más de 600 acciones, entre las
que se descacaron el secuestro de empresarios vinculados con la represión, acciones de sabotaje a fábricas e
infraestructura.

A diferencia de los militantes de las organizaciones armadas cuya capacidad de resiscir se apoyaba en la experiencia
previa, las Madres de Plaza de Mayo se constituyeron en sujetos de la resistencia durante los días más cruentos de la
dictadura. Muchas de ellas eran amas de casa y sus relatos sobre el momento en que comenzaron a girar alrededor de la
Pirámide de Mayo dan cuenta de la intemperie inicial. Al romper el silencio que observaban los partidos políticos y la
Iglesia, las Madres de Plaza de Mayo quebraron el aislamiento que envolvía. a la sociedad, y así se conscicuyeron en el
sujeco político esencial de los años cocalitarios.
Por obvio que parezca, todo parcía de su condición de madres, razón por la cual no han faltado enfoques centrados en la
cuestión del género. Los militares no habrían previsto hasta qué punto el ocultamiento y la negación de los crímenes
reforzarían la desesperación y el temple de los familiares de las víctimas, consticuyendo un sujeco singular de lucha por
la aparición, la verdad y la justicia. La presencia abstracta de los desaparecidos, expresada iconográficamente en las
siluetas", revertiría en permanente reacción contra la impunidad, el pacto de silencio y la indiferencia inicial de la
opinión pública y de buena parte del conjunto social.
fuera de la resistencia protagonizada por las víctimas más directas de la represión y del desguace económico que afectó
inmediacamente a la clase trabajadora, el régimen acumuó, en los sectores medios y altos, más consentimiento de lo
que luego admitiría la sociedad rechazo a la dictadura.
¿en qué sentido podía afirmarse que la sociedad había sido "cómplice" o “respon sable” ya no del golpe, sino del
genocidio que el régimen había llevado a cabo, ¿podía cuestionarse la alegada "inocencia" del conjunto social que había
pie ducido numerosas imágenes de acompañamiento al régimen?
Más allá de las impresiones, hasta el momento han avanzado muy poco los estudios sobre las adherencias y rechazos de
la sociedad. La dicocomía inocencia/complicidad impide comprender la experiencia diversa, confusa y cambiante de los
distincos sectores sociales que evaluaron los primeros años de la dictadura a la luz de una traumácica experiencia previa.
El anestesiamiento de las conciencias morales", "el fantasma de la disolución nacional", "la privatización de los
individuos", "el miedo", "la culpa", "la impotencia", el "desconocimiento sincero" el “preferir no saber”, consticuyen sólo
algunos de los ingredientes que kahteraccuaron en diferentes proporciones sobre la conciencia de millones de
sigentinos que no dejaron de ser víctimas de aquella dictadura, aunque tardaran va reconocerlo.

6. Las convocatorias nacionales de la última dictadura


A diferencia de las dictaduras anteriores y de sus contemporáneas del Cono Sur, el "Proceso" evicó el inmovilismo de
una manera inédica en la historia del país y de la región: casi nunca dejó de proponer una empresa belicista de
convocatoria nacional contra un enemigo por ella construido.
Es sabido que las dictaduras son más propicias a entablar confliccos que las democracias porque necesican de las guerras
más que aquellas para resolver sus contradicciones con la sociedad unificando el frente interno al invocar la "unión
surrada" Pero en Argentina ninguna de las dictaduras anteriores había arrastrado a la sociedad a una guerra ni había
estado cerca de hacerlo. La necesiad de presentar en todo mometo un enemigo nacional fente al cual convocar a los
argentinos debió ser perentoria en este caso porque elultimo régimen militarrara vezse privo de deello y porque eestuvo
dispuesto a construir a los "enemigos" en todo momento.

1) Un primer factor se relaciona con la necesidad de justificar su presencia en el poder aduciendo que las amenazas
contra la nación no han cesado. Es decir que para presentarse como regímenes de excepción para tiempos de
emergencia deben renovar el escenario de las supuestas "emergencias nacionales".

2) Un segundo elemento para explicar las "guerras" de la dictadura fue, otra vez, la competencia interna por el poder.
Quien más decidido se mostrara seduciendo a las las fuerzas con promesas de triunfos históricos, ganancias patrióticas y
suculencos aumencos en la compra de armamentos, ganaría apoyo en un lugar decisivo cuerpo de generales del Ejército,
quienes reunidos conscicuían la instancia decisiva para la sucesión presidencial.

3)En tercer lugar, la apelación a lo nacional permitía al régimen congraciarse de múltiples inaneras con la sociedad y
construir la imagen de una nación cohesionada por "intereses cransversales" al conflicco entre las clases.
El régimen terminó de descubri durante el Mundial 78: en un contexto de exaltación triunfalisca era posible dirigirse a
una multitud modelada por discursos adulatorios sin que el aliha colectiva nocara la contradicción que existía entre esos
elogios y el cercemaze miento del dececho a voto. Cualquier triunfo que pudiera ser exhibido como logro nacional,
contribuía a dulcificar la relación sobre la base de oculcar lo más evidentea A su vez, en cuanto a la guerra con Chile y de
Malvinas, el Ejército "nocturnih encontraba la oporcunidad de transfigurarse en "diurno", cambiando "guetia sucia" por
"guerra limpia", buscando un acercamienco con la sociedad que no habían conseguido en su llamamiento contra la
subversión.

4) Un cuarco factor interviniente en el conflicto con Chile y más aún durant Malvinas refiere a los impulsos comúnmente
denominados "huida hacia aded lance". Cuando los milicares advircieron que más tarde o más temprano buena parte de
la opinión pública mundial y de la sociedad argentina los iba a obliga a rendir cuencas por sus crímenes, la necesidad de
permanecer en el poder aperto lando al nacionalismo con su manco de confusiones se hizo más urgence que nunca. A
esto se sumó el derrumbe económico de 1981, el resurgimienco de la procesca obrera y el agravarienco de la
competencia interna de poder que ames nazaba con fragmentar al régimen desde arriba. En verdad, codos los caminos y
los fracasos de la dictadura condujeron a una salida como Malvinas, can ignorante de in historia del siglo XX como de la
hiscoria de las guerras: el fracaso para esconder el genocidio o consensuar su impunidad. El fracaso económico difícil de
soslayar en una situación de bancarroca, y el fracaso polícico. Durante la presidenciu de Viola, en el año 1981, se
evidenciaron estos fracasos justo en el momento en que la conducción militar se había quedado sin convocatorias
nacionales para distraer a los argentinos. La desorientación política que el régimen sufrió cuando perdió la iniciativa de
convocar, reveló lo necesarias que estas maniobras nacionalistas eran para su continuidad. La pesadilla que empujaba a
los militares a una acción desesperada como Malvinas escaba compuesca de las imágenes de 1969 y 1973:
renacimientos de la protesta social que habían señalado el fracaso rotundo de los proyectos golpiscas de 1955 y 1966.
Esas imágenes ecan nuevamente evocadas por el resurgir de la protesta en 1981 y 1982, y los militares estaban
dispuestos a cualquier emprendimiento con cal de evitar su repetición.
Las primeras víctimas de este lance político-belicista fueron los conscribus muy jóvenes e inexpertos (muchos de ellos
con pocos meses de instrucción formaron un alto porcentaje de los cerca de 10.000 soldados argentinos, dua
combatieron en Malvinas. Mal equipados, debieron enfrentarse a dos enemigos 30 que la geografía y el clima hicieron
más temibles, dos enemigos que ensla posguerra habitarían sus pesadillas simultáneamente: en el frente, la maquina ria
militar inglesa que contaba con soldados expertos, bien percrechados. En la recaguardia, la negligencia de los mandos
argentinos, que en muchos casos de cargaban sus cemores maltratándolos con sadismo.
Una vez iniciados los aprestos para la guerra, correspondió a los medios instalare primero el optimismo y luego el
triunfalismo cuando las acciones bélicas comenzaron. Lo narrado por los primeros comunicados de guerra impusieron el
"estamos ganando"
El fracaso de Malvinas, junto a la crisis económica que cenacía a la conciencia aivil una vez apagada la euforia
nacionalista, dio lugar a un estallido de procesta que fue encausado por una Multipartidaria dispuesta a absorber la crisis
del modo más cauto y controlado que le fuera posible.
Los militares abandonaron el poder en un contexto de repudio y descrédico social que no tenía antecedentes en
Argentina ni en América del Sur. El descrédito de la Corporación militar alcanzaríu niveles tan altos que el país del golpe
de Estado intermitente dejaría de producirlos. Así, la dictadura que en materia de modelo de acumulación capitalista
había abierto un ciclo, parecía cerrar otro en lo refefrente a los golpes de Estado. Esta ambivalente combinación de
consecuencias daría lugar a la Argentina más pobre y más democrática que había existido hasta el momento.

Das könnte Ihnen auch gefallen